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#la ladrona de la luna
shadowydoes · 9 months
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La Ladrona de la Luna por Claudia Ramírez Lomelí es el segundo libro de la trilogía El Príncipe del Sol. Una fantasía situada en Fenrai donde el trope principal es found family pero aquí es un poco más oscuro que en el primer libro.
Me tardé un tanto en agarrar este libro, aun cuando salió el mismo año que el primero (el cuál leí hace cuatro años). No es por otra cosa que le perdí el amor a la lectura por diversión desde mi último año de la universidad. Nada contra de la trilogía, es más, ya quiero leer el tercero.
Pero bueno, la cosa aquí es que todos mis recuerdos de este mundo y los personajes se quedaron junto con el libro: empolvándose en el librero. Me costó unas 50 páginas en realmente meterme nuevamente en el mundo, recordar su historia y conectar con sus personajes. Pero lo logró que eso es lo más importante.
Lo poco que recuerdo del primer libro es el tono de inocencia y calidez que tenían los personajes. Pues en la Ladrona eso cambió. Los personajes (lo central del libro, en mi opinión) siguen teniendo su esencia pero ahora más fuertes, más oscuros y más complejos. Es bonito ver que crecieron y ya quiero leer como se desarrollan en el último libro.
Hay algunas cuestiones en cuanto al estilo de escritura que no me encantaron: algunos diálogos forzados, partes donde claramente eran para darle información importante al lector y la descripción de los atuendos de los personajes. Este tipo de cosillas para mi gritan: escritorx primerizx. No es malo, pero creo que pudieron haber sido editados mejor. Que bueno, también puede ser deliverado y el estilo del autor, pero a mí me saltaron. Eso sí, no me molestó lo suficiente como para frenar la lectura.
Fuera de eso, el mundo creado en estos libros es muy interesante y la historia realmente logró sorprenderme con sus giros (aunque el más importante sí lo vi venir hehe). Pero lo mejor son los personajes y la manera en la que se relacionan entre ellos. Las amistades, los amores, las familias rotas, la found family. Realmente me encariñé con ellos y se nota que la autora también.
Por libros como este fue que me enamoré de leer.
En fin, creo que yo sería una lunaris que controla el agua.
★★★★/☆.
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Poster de "La Corte del Eclipse" 🌘, inspirado en el libro del mismo nombre de la excelente escritora Claudia Ramírez Lomelí ❤❤❤.
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giannalloyd · 2 years
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"Am I wild enough for you?". 🌿✨
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mascosasrandom · 2 years
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Teoría: La corte del Eclipse
La famosa "sopa de dragón" podría ser que, alguno de los rebeldes (probablemente el líder) o algún otro rival para los protagonistas, lleve el apodo de "Dragón", los protagonistas lo derrotarían con ayuda de lunaris de agua (o simplemente Elyon) y dirían que ahora es sopa.
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hannbunn · 1 year
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Emil. El príncipe del sol
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dariann-garcia · 2 months
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Robaste mi deseo de amar a la luna, y como una astuta ladrona, te atribuiste su autoría.
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grepy · 1 year
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i wanna be recognized, i wanna be seen
the song of achilles/ my policeman/ jujutsu kaisen/ la ladrona de la luna/ the winter soldier
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groennuuk · 11 months
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Margarita García Alonso, #visuales. #animation Quantum for beginners. #TEA
Visuales
Libros:
portafolio:
Do not get bored, write my nom.
YO SOY LA LADRONA DEL CONEJO DE LA LUNA
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super-cannes · 1 year
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El joven que subió al cielo, cuento de José María Arguedas
Había una vez un matrimonio que tenía un solo hijo. El hombre sembró la más hermosa papa en una tierra que estaba lejos de la casa que habitaban. En esas tierras la papa crecía lozana. Sólo él poseía esa excelsa clase de semilla. Empero, todas las noches, los ladrones arrancaban las matas de este sembrado, y robaban los hermosos frutos. Entonces el padre y la madre llamaron a su joven hijo, y le dijeron:
-No es posible que teniendo un hijo joven y fuerte como tú, los ladrones se lleven todas nuestras papas. Anda a vigilar nuestro campo. Duerme junto a la chácara y ataja a los ladrones.
El joven marchó a cuidar el sembrado.
Y pasaron tres noches. La primera, el joven la pasó despierto, mirando las papas, sin dormir. Sólo al rayar la aurora le venció el sueño, y se quedó dormido. Fue en ese instante en que los ladrones entraron a la chácara, y escarbaron las papas. En vista de su fracaso, el mozo tuvo que ir a la casa de sus padres a contarles lo sucedido. Al oír el relato sus padres le contestaron:
-Por esta vez te perdonamos. Vuelve y vigila mejor.
Regresó el joven. Estuvo vigilando el sembrado con los ojos bien abiertos. Y justo, a la medianoche, pestañeó un instante. En ese instante los ladrones ingresaron al campo. Despertó el mozo y vigiló hasta la mañana. No vio ningún ladrón. Pero al amanecer tuvo que ir a la casa de sus padres a darles cuenta del nuevo robo. Y les dijo:
-A pesar de que estuve vigilante toda la noche, los ladrones me burlaron tan sólo en el instante en que a la medianoche cerré los ojos.
Al oír este relato los padres le contestaron:
-¡Ajá! ¿Quién ha de creer que robaron cuando tú estabas mirando? Habrás ido a buscar mujeres, te habrás ido a divertir.
Diciendo esto lo apalearon y le insultaron largo rato. Así, muy aporreado, al día siguiente, lo enviaron nuevamente a la chacra.
-Ahora comprenderás cómo queremos que vigiles -le dijeron.
El joven volvió a la tarea. Desde el instante en que llegó a la orilla del sembrado estuvo mirando el campo, inmóvil y atento. Esa noche la luna era brillante. Hasta la alborada estuvo contemplando los contornos del papal; así, mientras veía, le temblaron los ojos, y se adormiló unos instantes. En esa ráfaga de sueño que tuvo, mientras pestañeaba el mozo, una multitud de hermosísimas jóvenes, princesas y niñas blancas poblaron el sembrado. Sus rostros eran como flores, sus cabelleras brillaban como el oro; eran mujeres vestidas de plata. Todas juntas, muy de prisa, se dedicaron a escarbar las papas. Tomando la apariencia de princesas eran estrellas, que bajaron del altísimo cielo.
El joven despertó entonces, y al contemplar la chácara exclamó:
-¡Oh! ¿De qué manera podría yo apoderarme de tan bellísimas niñas? ¿Y, cómo es posible que siendo tan hermosas y radiantes puedan dedicarse a tan bajo menester?
Pero, mientras esto decía, su corazón casi estallaba de amor. Y pensó para sí.
-¿No podría, por ventura, reservar para mí siquiera una parejita de esas beldades?
Y saltó a todo vuelo sobre las hermosas ladronas. Sólo en el último instante, y a duras penas, pudo apresar a una de ellas. Las demás se elevaron al cielo, como luces que se mueren.
Y a la estrella que pudo apresar le dijo, enojado:
-¿Con que erais vosotras las que robabais los sembrados de mi padre? -Diciéndole esto la llevó a la choza. Y no le dijo más acerca del robo. Pero luego agregó:
-¡Quédate conmigo; serás mi esposa!
La joven no aceptó. Estaba llena de temor y rogó al muchacho:
-¡Suéltame, suéltame! ¡Ten piedad! Mira que mis hermanos le avisarán a mis padres. Yo te devolveré todas las papas que te hemos robado. No me obligues a vivir en la tierra.
El mozo no dio oídos a los ruegos de la hermosa niña. La retuvo en sus manos. Pero decidió no volver a la casa de sus padres. Se quedó con la estrella en la choza que había junto al sembrado.
Entre tanto, los padres pensaban: “Le habrán vuelto a robar las papas a ese inútil; no pueden haber otros motivos para que no se presente aquí.”
Y como tardaba, la madre decidió llevarle comida al campo, y averiguar de él. Desde la choza, el muchacho y la niña atisbaban el camino. En cuanto vieron a la madre, la joven dijo al mozo:
-De ninguna manera puedes mostrarme, ni a tu padre ni a tu madre.
Entonces el joven corrió a dar alcance a su madre, y le gritó desde lejos:
-¡No, mamá; no te acerques más! ¡Espérame atrás, atrás!
Y recibiendo la comida en aquel lugar, tras la choza, llevó los alimentos a la princesa. La madre se volvió apenas hubo entregado el fiambre. Cuando llegó a su casa, contó a su esposo:
-Así es como nuestro hijo ha aprisionado a una ladrona de papas que bajó de los cielos. Es así como la cuida en la choza. Y con ella dice que se casará. No permite que nadie se aproxime a su choza.
Entre tanto el joven pretendía engañar a la doncella. Y le decía:
-Ahora que es de noche, vamos a mi casa.
Pero la princesa insistía:
-De ninguna manera deben verme tus padres, ni puedo encontrarme con ellos.
Sin embargo el mozo la engañó, diciéndole:
-Otra es mi casa.
Y durante la noche la llevó por el camino.
De este modo, y sin que ella quisiera, la hizo entrar al hogar de sus mayores y la mostró a sus padres. Los padres recibieron asombrados a esa criatura, de tal manera luminosa y bella que la palabra no es capaz de describirla. La cuidaron y criaron, teniéndola muy bien amada. Sin embargo, no la dejaban salir. Y nadie la conoció ni vio.
Y ya hacía mucho tiempo que la princesa vivía con los padres del joven. Llegó a estar encinta y dio a luz. Mas la criatura murió, sin saberse por qué, misteriosamente.
La ropa luminosa de la joven la guardaban encerrada. A ella la vestían de ropas comunes; y así la criaban.
Cierto día, el joven fue a trabajar lejos de la casa; y mientras estaba fuera, la niña pudo salir, haciendo como que sólo iba por ahí cerca. Y se volvió a los cielos.
El mozo llega a su casa. Pregunta por su mujer. No la encuentra. Y como ve que ella ha desaparecido, suelta el llanto.
Cuentan que vagó por los montes, llorando con locura, sonámbulo, enajenado, caminando por todas partes. Y en una de las cimas solitarias a donde llegó se encontró con un cóndor divino. Entonces el cóndor le dijo:
-Joven, ¿por qué causa lloras de esta suerte?
Y el mozo le contó su vida.
-He aquí, señor, que era mía la mujer más hermosa. Ahora no sé por qué caminos ha partido. Estoy extraviado. Temo que haya huido a los cielos de donde vino.
Y cuando dijo esto, el cóndor le respondió:
-No llores, joven. Es cierto; ella ha vuelto al alto cielo. Pero, si quisieras y es tanta tu desventura, yo te cargaré hasta ese mundo. Sólo te pido que me traigas dos llamas. Una para devorarla aquí, la otra para el camino.
-Muy bien, señor –contestó el mozo-. Yo te traeré las dos llamas que me pides. Te ruego esperarme en este mismo sitio.
E inmediatamente se dirigió a su casa en busca de las llamas. Luego que llegó, dijo a sus padres:
-Padre mío, madre mía: voy en busca de mi esposa. He encontrado a quien puede llevarme hasta el lugar donde ella se encuentra. Sólo pide dos llamas en pago de tan gran favor; y voy a llevárselas ahora mismo.
Y cargó las dos llamas para el cóndor. El cóndor devoró inmediatamente una, hasta el hueso de los huesos, arrancando las carnes con su propio pico. A la otra la hizo degollar con el joven, para comerla en el camino. E hizo que el mozo se echara la res degollada en las espaldas; luego le ordenó que subiera sobre una roca; cargó al joven, y le hizo esta advertencia:
-Has de cerrar y apretar los párpados; por ninguna causa abrirás los ojos. Y cada vez que yo te diga: “¡Carne!”, me pondrás en el pico un trozo de la llama.
Luego el cóndor levantó el vuelo.
El hombre obedeció y no abrió los ojos en ningún instante; tenía los párpados cerrados y duros. “¡Carne!”, pedía el Mallku, y luego el mozo cortaba grandes trozos de llama y le metía en el pico. Pero en lo más raudo del viaje, se acabó el fiambre. Antes de alzar vuelo, el cóndor le había advertido al joven: “Si cuando diga ¡Carne! no me pones carne en el pico, donde quiera que estemos, te soltaré”. Ante ese temor, el joven empezó a cortarse trozos de su pantorrilla. Cada vez que el cóndor le pedía carne, le servía las raciones de su propia carne. Así, a costa de su sangre, consiguió que el cóndor le hiciera llegar hasta el cielo. Y se cuenta que tardaron tres años en elevarse a tan gran altura.
Cuando llegaron, el cóndor descansó un rato; luego volvió a cargar al joven y voló hasta la orilla de un mar lejano. Allí le dijo al mozo:
-Ahora, mi querido, báñate en este mar.
El joven se bañó en seguida. Y también el cóndor se bañó.
Ambos habían llegado al cielo, sucios negros de barba; viejos. Pero cuando salieron del baño estaban hermosamente rejuvenecidos. Entonces le dijo el cóndor:
-En la otra orilla de este lago, frente a nosotros, hay un gran santuario. Allí se ha de celebrar una ceremonia. Anda, y espera en la puerta de ese hermoso templo. A la ceremonia han de asistir las jóvenes del cielo; son una multitud, y todas tienen el mismo rostro que tu esposa. Cuando ellas estén desfilando junto a ti, no has de dirigirle la palabra a ninguna, porque la que es tuya vendrá la última, y te dará un empujón. Entonces la asirás y por ningún motivo la soltarás.
El joven obedeció al cóndor. Llegó a la puerta del gran recinto, y esperó de pie. Y llegaron una infinidad de jóvenes de idéntico rostro. Entraban, entraban; una tras de otra. Todas miraban impasibles al hombre. Él no podía reconocer entre tantas a la que era su mujer. Y cuando estaban ingresando las últimas, de pronto, una de ellas le dio un empujón con el brazo; y también entró al gran templo.
Era el resplandeciente templo del Sol y de la Luna, padre y madre de todas las estrellas y de todos los luceros. Allí, en ese templo, se reunían los seres celestiales; allí venían los luceros para adorar el Sol, día a día. Cantaban melodiosamente para el Sol; cual jóvenes blancas, las estrellas; como innumerables princesas, los luceros.
Cuando terminó la ceremonia, las jóvenes empezaron a salir. El mozo seguía esperando en la puerta. Ellas volvieron a mirarle con igual indiferencia que antes. Y nuevamente le era imposible distinguir entre todas a la que era su esposa. Y como en la primera vez, de pronto, una de las princesas le dio un empujón con el brazo, y luego pretendió huir; pero él entonces la pudo aprisionar. Y no la soltó.
Ella lo guío a su casa diciéndole:
-¿A qué has venido hasta aquí? Yo iba a volver donde ti, de todos modos.
Cuando llegaron a la casa, el mozo tenía el cuerpo frío a causa del hambre. Viéndolo así, ella le dijo:
-Toma este poco de quinua y cocínalo.
Le dio una cuchara escasa de quinua. Entre tanto el joven lo observaba todo, y vio de qué lugar ella sacaba la quinua. Y cuando vio los pocos granos de quinua que tenía en las manos, dijo para sí: “¡La miseria que me ha dado! ¿Cómo es posible que esto aplaque mi hambre de todo un año?” Y la joven le dijo:
-Es necesario que vaya un instante donde mis padres. No debes mostrarte ante ellos. Mientras vuelvo, haz una sopa con la quinua que te he dado.
Apenas salió ella, el joven se puso de pie, se dirigió al depósito y trajo una buena porción de quinua y la echó a la olla. De pronto, la sopa rebosó, hirviente, y se desbordó a chorros. Él comió todo lo que pudo, se hartó hasta donde ya no era posible más, y enterró el resto. Pero aún de debajo de la tierra la quinua empezó a brotar. Y cuando estaba en ese trance, volvió la princesa, y le dijo:
-¡No es de esta manera como se debe comer nuestra quinua! ¿Por qué aumentaste la ración que te dejé?
Y se dedicó a ayudar al mozo a esconder la quinua rebosada para que los padres de ella no lo descubrieran. Entre tanto le advirtió:
-No deben verte mis padres. Sólo puedo tenerte escondido.
Y así fue. Él vivía escondido; y la hermosa estrella le llevaba alimentos a su refugio.
Durante un año vivió de esta suerte el mozo con su esposa. Y apenas cumplido el año, ella se olvidó de llevarle alimentos. Un día salió, diciéndole: “Ha llegado la hora en que debes irte”; y no volvió a aparecer más en la casa. Lo abandonó.
Entonces, con el rostro lleno de lágrimas, el joven se dirigió nuevamente a la orilla del mar del cielo. Cuando llegó allí, vio que desde la lejanía surgía el cóndor. El joven corrió para darle alcance. El cóndor voló hasta posarse junto a él; y así observó que el Mallku Divino había envejecido. El cóndor a su vez vio que el mozo estaba avejentado y marchito. Cuando se encontraron, ambos gritaron al mismo tiempo:
-¿Qué ha sido de ti?
El joven volvió a contarle su vida, y se quejó:
-Así, Señor, de este modo triste, mi mujer me ha abandonado. Se ha ido para siempre.
El cóndor lamentó la suerte del mozo.
-¿Cómo es posible que haya procedido de este modo? ¡Pobre amigo! -le dijo. Y acercándose más, le acarició con sus alas, dulcemente.
Como en el primer encuentro, le rogó el joven:
-Señor, préstame tus alas. Vuélveme a tierra a casa de mis padres.
Y el cóndor le respondió:
-Bien. Te llevaré. Pero antes nos bañaremos en este mar.
Y ambos se bañaron; y rejuvenecieron. Y saliendo del agua, el cóndor le dijo:
-Tendrás que volverme a dar dos llamas por mi trabajo de cargarte nuevamente.
-Señor, cuando esté en mi casa te entregaré las dos llamas.
El Cóndor aceptó; se echó al joven sobre sus alas y emprendió el vuelo. Durante tres años estuvieron volando hacia la tierra. Y cuando llegaron, el mozo cumplió y entregó al cóndor dos llamas.
El mozo entró a su casa y encontró a sus padres muy viejos, muy viejos, cubiertos de lágrimas y de pena. El cóndor dijo a los ancianos:
-He aquí que les devuelvo a vuestro hijo, sano y salvo. Ahora debéis criarlo cariñosamente.
El joven dijo a sus padres:
-Padre mío, madre mía: ahora ya no es posible que pueda amar a ninguna otra mujer. Ya no es posible encontrar una mujer como la que fue mía. Así, solo, viviré, hasta que venga la muerte.
Y los ancianos le contestaron:
-Está bien. Como tú quiera, hijo mío, solo te criaremos, si no es tu voluntad tomar otra esposa.
Y de este modo vivió, con una gran agonía en el corazón.
-He aquí este corazón que amó tanto a una mujer. He vagado sufriendo todos los dolores. Y he de entregarme ahora al llanto.
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interlagosed · 2 years
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Ok so here goes, it's a trilogy and the first book is "El Príncipe del Sol" and is AMAZING, it's about one place called Fenrai divided in two kingdoms: Alariel, the Sun kingdom and Ilardya, the Moon kingdom. Some people have powers related to the Sun or the Moon. The ones who have abilities related to the Sun are called Solaris and can curate people, make light or control fire. The ones who have powers related to the Moon are called Lunaris and can move things with their minds, control water or create ilussions. So the main characters are Emil, the prince of Alariel and future king and his group of friends, Elyon, Gavril, Gianna and Mila and in the first book they are looking for Emil's mother, the Queen. Between Ilardya and Alariel has always been rivalities and hate so we have a lot of drama. ALSO and this is the last, I promise, we have a lot of inclussion, we have a relationship between the prince of Ilardya, Bastian, and the prince of Alariel (Emil's older brother), Ezra, we have an asexual charater, Gianna and a relatioship between two women. There are three books "El Príncipe del Sol" "La Ladrona de la Luna" and "La Corte del Eclipse" the author is a mexican woman: Claudia Ramírez Lomelí, she is also a booktuber!
Omg, sorry for the long text 😂😂
Oh my god I’m so mad I can’t read Spanish this sounds like it’s right up my alley 😭😭😭😩😩😩 thank you anon!!! I hope some folks who’re looking for a new series to read enjoy this!!
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Poster de "La Ladrona de la Luna" 🌙, inspirado en el libro del mismo nombre de la excelente escritora Claudia Ramírez Lomelí ❤❤❤.
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giannalloyd · 2 years
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✨Gialistar date✨
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path-777 · 2 months
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El perro y la luna.
Dos amantes, que estaban destinados a no ser
El perro, no creía merecer tal belleza, por qué no era suficientemente lobo
La luna, tan alejada, tan sublime, pero aún así ladrona de suspiros nocturnos.
Él siempre la admiraba distante, soñando en todos esos sueños que ella robó
Ella siempre inmutable, ante las miradas fijas de todos sus amantes taciturnos.
El amor que él sentía por ella era tan puro, tan noble, que los días se volvieron noches, y las noches se volvieron días.
Su mayor deseo era estar con ella, miraba siempre al cielo esperando poder verla, por eso él sentía que moría un poco en las noches de interlunio.
¡Y es que quien no podría amarla! De su sublime belleza, se han escrito millones de prosas. ¿Quién no ha amado a la Luna? Sin si quiera un suspiro, ha sido musa de odas dedicadas a su grandeza.
¡Pobre perro enamorado! Que no daría por estar con ella, pero el nació ser de la tierra, por dicha o por infortunio.
Un día él enamorado, decidió dejar de admirarla de lejos.
Quería estar a su lado, y así poder llegar hasta viejos.
¡Pobre perro enamorado! No calculó bien este amor, saltó y no pudo llegar con ella, pero en algún lado del universo, la espera.
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avonlibardi · 1 year
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Me gustas
La realidad es que me gustas,
Así toda loca,
Ladrona de abrazos que apuñalan por la espalda,
Con la intención de no soltarme nunca.
Me gustas,
Me gustas más que el tabaco,
Que la marihuana,
Me gustas más que lo que amo,
Me encantas.
Me gustas
Mas que la noche, más que la luna,
Incluso me gustas
Más que la lluvia.
Me gustas más que las madrugadas,
Me gustas más que las mañanas,
Me gustas más que el café al que soy adicta,
Me gustas demasiado niña linda.
Me gustas
Y no espero el momento
Para poder decírtelo.
Mujer loca
Me gustas más que las letras,
Me gustas más que los poemas,
Mujer, bendita mujer de mi corazón
Me gustas,
Ahora sólo queda que te guste yo a ti mi amor.
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groennuuk · 6 months
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Yo soy la ladrona del conejo de la luna, Margarita García Alonso, #animation
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ccac66 · 1 year
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Feliz cumpleaños niña hermosa.
16.abril.
Como me gustaría estar contigo darte un fuerte abrazo de esos que sientes que te apachurran y darte un besito en la frente, pero no se puede, sin embargo si llegas a ver esta publicación aunque lo dudo te deseo feliz cumpleaños, sigue cumpliendo tus sueños tu puedes, siempre puedes eres invencible eres una superheroina.
:"c:
Te quiero, pásala bonito niña.
Mujer abril.
Ella,
que camina sobre volcanes,
que habla de flores y futuros,
que sueña en planetas
y baila primaveras en los parques,
que despista marzos
y desespera mayos.
Ella
surge de la espuma,
baila en el lenguaje de los vientos,
da un paso adelante hacia el verano,
y cuando besa, besa en mares.
La mujer abril se ríe como una feria,
susurra en libros sus pecados,
agrieta el suelo cuando dice ahora,
camina en lenguaje abstracto
y, cuando toca, toca en toneladas.
Mide las distancias en caricias,
se desvive por los suyos,
no pregunta al tender la mano,
es el ancla en la caída.
Está hecha de todas sus contradicciones.
Al mostrarse, se abre como las ventanas,
se desviste como un deshielo,
y aparece como un sol recién nacido.
En sus ojos
todos los poemas son el mismo,
todos los hombres son el mismo.
Su espalda se recorre en lunas,
su ayer es un desierto
lleno de margaritas,
su mañana es una pregunta
a la que responde improvisando.
La ves yéndose al final de cualquier fiesta,
la encuentras al fondo del pianobar,
sabe a treinta días con sabor a siempre,
es tan pasajera como el tiempo
o la luz,
ladrona natural de un corazón poeta,
conquistadora fiel de los cajones.
Es la pregunta infinita
de aquel que una vez la amó
y ella decidió irse,
y de su partida nació
esa canción...
💛
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