Tumgik
#Fauces Amarillas
soficierva1734 · 1 year
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Esto me hizo acordar a un sueño que tuve, en donde había una chica que vivía en Rusia, en una casa de una habitación. Y que, por cuestiones, Zarkon¹ llegaba a La Tierra en esta parte del planeta, aterrizando en una moto de agua espacial, imponente, en la playa pedregosa en la que yo y los Vengadores estábamos.
Entonces se arma un caos de la gran flauta, y se militariza toda Rusia (más).
La cuestión es que esta niña vivía cerca de la playa donde aterrizó Zarkon, en un pueblito con una gran plaza central nevada, al borde de la cual ella vivía. Pero había una cuestión más importante y extraña todavía: en la plaza vivía una gata, Fauces Amarillas, que solía visitar a la niña. Y el caso es que hay un domo «mágico» cubriendo toda la plaza, invisible, que desaparece cuando la gata lo cruza, y reaparece al instante. Los militares confiaban en que ese domo, que puede que a veces, a efectos prácticos, se tornara morado, los ayudaría a contener o controlar a la gata, que era importante por alguna razón.
Entonces hay una pequeña celebración en la plaza, que para eso es utilizada tradicionalmente, y un militar sale de entre el pequeño público y mata al «anfitrión», muy gráficamente con una cachiporra. Y luego salen otros y empiezan a matar más personas. Eso ocurrió durante el día. Al atardecer, la gata se dirige a ver a la chica: cruza el domo rápidamente, porque sabe que debe hacerlo, cruza la calle y rasguña la puerta o maúlla para que esta chica la deje entrar. También puede pedirle pasar por una ventana que hay detrás de la pequeña estructura, donde hay un patiecito. Adentro hay un gato blanco y negro. La puerta se abre y cierra rápidamente, pero aún durante ese breve lapso de tiempo, la chica pudo observar nítidamente los cuerpos de las personas asesinadas durante el día, entre la nieve.
Presumiblemente, unos días más tarde, Fauces Amarillas vuelve a la casa, pero ahora parece mucho más anciana, ya que tiene la vista perdida y no se mueve directamente al interior cuando la chica le abre la rota ventana. El gato blanco y negro la inspecciona. Finalmente pasa.
Otros días después, la chica va a visitar a su familia refugiada, después de haber sido visitada por sus padres, y llevada sana y salva en una todoterreno. El hecho de vivir refugiados no puede con ellos.
¹ Sí, el de Voltron.
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soficierva17 · 3 years
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Carbonilla y Fauces Amarillas.
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Spanish speaking fan here! The Spanish names are usually... eh because they fuck all over the naming system and "stylize" the names making them sounds weird, over the top or just not like a warrior name. Some properly translated names include Corazón de fuego (Fireheart), Tormenta Blanca (Whitestorm), or Fauces amarillas (Yellowfang). Not well translated include Nimbo blanco (Cloudtail, follows structure but should be Cola de nube o Cola de Nimbo) or Centellina (Brightpaw)
yeeeeeeeeah i've heard very mixed things about the spanish names lol
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CAPÍTULO I: COMPAÑÍA INESPERADA (PARTE 1)
El chico puso su reproductor de música en la acera y lo encendió. Una canción de ritmo trepidante empezó a sonar y su cuerpo se movió al ritmo.
Por mucho tiempo bailó.
Quería moverse como nadie lo había hecho antes, hacer acrobacias que nadie pudiera imitar.
Un hermoso centro de ciudad era su escenario. Un sinfín de tiendas ocupaba las primeras plantas de los edificios de cuatro pisos de ladrillo, pero no había ni un escaparate a la vista. Solo estaba él, bailando donde solía hacerlo siempre. En este mundo, en Wonderworld, se podría bailar y bailar y nunca cansarse ni tener sueño. Había perdido la cuenta de cuantas horas, ¿o días? ¿o años? había estado bailando.
En cierto punto se fijó en unas sombras junto a sus pies mirándolo fijamente. Su cuerpo negro tenía una especie de patrón extraño. Tenía patas y no se parecía a ningún otro animal que hubiera visto antes. Estas a su lado tenían el mismo tamaño que el de un perro grande y otras eran incluso más grandes que él.
Había todo tipo de estas bestias de las sombras a su alrededor. Cada una venía en una forma particular y le daban una sensación de intranquilidad si las miraba fijamente durante bastante tiempo pero no parecían de hecho hacer nada así que no les prestaba mucha atención.
El chico paró de bailar y se quedó mirando a una sombra.
Su atención se dirigió a una brillante gota en la acera.
Era un cristal del tamaño de un balón de rugby pero aún así la sombra extendió sus fauces y lo engulló de un bocado.
Las gotas siempre aparecían cuando menos se esperaban. Había rojas, amarillas y tampoco se podían ignorar las violetas, de hecho, venían en cada color del arcoíris con un brillo algo excepcional. No significaba una gran pérdida que las devoraran. Había más de donde vinieran. Además, más allá de ser brillantes, no sabía qué eran las gotas.
Ni particularmente le importaba pues mientras pudiera seguir bailando se sentía satisfecho.
Aún así, aunque él hiciera lo que quería y cuando quisiera, un extraño malestar le invadía a veces.
Empezó a bailar de nuevo para sacárselo, pero una imagen parpadeó por su mente, interrumpiendo su concentración.
¿¡Eh…!?
La visión le rompió el ritmo y sus pies se enredaron y cayó al suelo.
¿¡Qué fue eso!?
Su corazón latía fuertemente dentro de su pecho.
Hizo largas y profundas respiraciones intentando recordar lo que había visto.
Creo que…¿era una chica?
Tendría trece, tal vez catorce años, más o menos su edad, pero ciertamente no se habían conocido. Después de todo, no había nadie más alrededor. Este era su escenario, sólo suyo.
Detrás de la chica en su visión se había erguido una extraña figura sombreada: alto, cara dividida en una gran sonrisa y un sombrero de copa calado hasta los ojos. Ciertamente nunca había conocido a este hombre tampoco.
No tenía ni idea de quienes eran, pero pensar en ellos hacía que su corazón palpitará de nuevo con presión.
Sacudió la cabeza tratando de despejar la visión de su mente.
Solo estoy imaginando cosas.
Y sin embargo, la incómoda opresión en su pecho no disminuía.
Respiró profundamente.
Alguien lo llamó. Se giró para ver quien era y distinguió a un hombre alto vestido en hermosas ropas blancas y manto ondulado.
Era Lance.
Lance visitaba el escenario del chico de vez en cuando y siempre llevaba la misma gentil sonrisa. Las sombras nunca hablaban, por lo que Lance, ‘’maestro de Wonderworld’’, como él decía, era la única persona con la que podía hablar.
Lance puso su sonrisa habitual y apartó su largo y plateado pelo de la cara.
‘’Bueno, ¿qué le aflige a mi pobre compadre?’’ Preguntó.
‘’Estás agachado aquí todo solo, con un aspecto bastante triste.’’
‘’Nada.’’
El chico se puso de pie, mirando a otro lado.
Lance siempre le hablaba amablemente y siempre le echaba una mano cuando lo necesitaba. No quería molestarlo con algo tan patético como su corta imaginación.
‘’¿Es algo que asegurado esté?’’
Lance se inclinó cerca con sus profundos ojos buscando los del chico.
‘’Estaba pensando que a este sitio le vendría bien algo.’’ Mintió.
‘’¿Por ejemplo, me dices?
‘’Como… algunos apoyos para mi rutina. Para algunos de los movimientos más acrobáticos…’’
‘’¿En las calles?’’
‘’Ya sabes, como tal vez bocas de incendio o algo así.’’
‘’Una idea grande. Digo que lo hagas, este es, después de todo, tu escenario al que ordenarle. Altéralo como veas. Del truco que te mostré, ¿te acuerdas?’’
El chico apuntó a una esquina de la calle, imaginando lo que quería en su mente. Un segundo después una boca de incendios surgió de la nada.
‘’Algo como esto,’’ dijo. Lance le sonrió.
‘’¿Por qué ahí parar? ¡Si quieres cambiar todo este sitio como quieras, tu toque has de dar! Este es mi Wonderworld y aquí en este escenario tu mandas. Pero cuando haya necesidad, pide mi ayuda sin más. Por un amigo tan queridísimo, con mucho gusto prestaría no solo una mano.’’
Con una ligera floritura de su mano, Lance desapareció.
En cuanto se fue de la vista, el chico dejó escapar un suspiro de alivio.
No es que le desagradará Lance. El chico apreciaba su ayuda y Lance era absolutamente bueno. Es que le gustaba estar mejor solo. Era más fácil relajarse sin nadie alrededor.
Respiró profundamente de nuevo y continuó bailando.
Bailaría todo el tiempo que quisiera.
Plantó una mano encima de la flamante boca de riego y se columpió en una parada de manos.
No necesito nada más para ser feliz. Solo esto, solo bailar.
Alguien empezó a aplaudir.
El sonido del aplauso casi provocó que saliera disparado de la boca de riego. Se estabilizó en el último momento y saltó con gracia hacia la calle mirando a su alrededor. Allí, todavía aplaudiendo, estaba una chica. Tenía alrededor de 10 años, un lazo en su pelo turquesa y asombro en sus redondeados ojos que lo miraban.
La boca del chico cayó abierta.
Además de las sombras y las visitas ocasionales de Lance, el chico nunca había visto nadie o nada más aquí.
‘’¿Quien eres?’’
‘’¿Dices que no lo sabes con tal solo mirarme?’’ La chica del pelo turquesa inclinó la cabeza. ‘’Soy Niña de la torre relojera’’
‘’No puedes saber el nombre de alguien con tan solo mirarle.’’
‘’Claro que puedes. Um… veamos… eres… Ritmo Callejero, ¿cierto?
‘’Ni de cerca.’’
‘’Entonces, ¿cuál es tu nombre?’’
¿Mi…nombre?
Lance solo le había llamado por ‘’tu’’ y sin nadie más alrededor, no tener un nombre propio no era un gran problema. Nunca supo que tenía un nombre hasta que Niña de la torre relojera le dijo.
‘’¿Ves? Lo sabía. Eres Ritmo Callejero. Eso es lo que te estoy llamando.’’
‘’Vale,’’ dijo el chico, aunque parecía una especie de anillo temporal de ello. Necesitaba un nombre, así podría ser ese.
Niña de la torre relojera extendió su mano.
El chico llamado Ritmo Callejero la sacudió.
‘’Podrías besar el dorso de mi mano si quisieras, como un caballero.’’
‘’¿Por qué? No pareces de la realeza.’’
Su expresión se torció en una mueca.
‘’Así qué, eh. Niña de la torre relojera, ¿era así? ¿De donde vienes?’’
‘’De mi escenario’’
‘’¿También tienes un escenario?’’
‘’Por supuesto. Realmente no sabes nada, ¿cierto? Apuesto a que no sabes qué son esos.’’
Señaló a la sombra, que parecía seguir buscando por el suelo más gotas que llevarse a la boca.’’
‘’Se llaman Negati.’’
‘’¿Los tienes también en tu escenario?’’
‘’Si. Están en el escenario de todos.’’
‘’Espera, ¿hay más gente?’’
‘’¿Por qué no habría de haberla? Hay mucha gente en Wonderworld y todos viviendo en sus propios escenarios. Todos somos muy amigables así que vamos mucho a jugar a los escenarios de otros.’’
Ritmo Callejero no podía creerlo. Lance nunca le había mencionado nada sobre eso, ni una vez. ‘’No tengo idea.’’
Niña de la torre relojera le echó una mirada confusa.
‘’¿Has estado en Wonderworld todo este tiempo y nunca pensaste que podría haber otros escenarios además del tuyo?’’ Resopló. ‘’Debes de no estar interesado en otras personas, ¿eh?’’
Lo consideró por un momento y entonces asintió.
‘’No creo que lo esté. Soy feliz bailando por mi cuenta’’
‘’¿De verdad? ¡Pero ir a otros escenarios y hacer nuevos amigos es muy divertido!’’
‘’¿Cómo puedes ir al escenario de otro?’’
‘’Hay pasajes escondidos que los conectan. He estado en Wonderworld desde siempre, así que he descubierto un montón de secretos como ese.’’
‘’¿Qué quieres decir? ¿Siempre? Por cuanto has estado aquí?’’
Niña de la torre relojera inclinó la cabeza a un lado.
‘’No sé, ¡pero deja de preguntarme y muéstrame tu escenario ya!’’
Ritmo Callejero le llevó a un tour. No llevo mucho tiempo; su escenario era sólo unas pocas manzanas rodeadas de una interminable extensión de nada.
‘’Este lugar es muy pequeño.’’
‘’Es mucho para bailar.’’
‘’Si tu lo dices… Como sea, ¿quieres ver mi escenario? Después te puedo presentar a algunos de los otros?’’
‘’Eh… Claro, creo.’’
Sonaba como un dolor en el trasero y no le importaba realmente conocer otras personas pero por mucho tiempo Ritmo Callejero había asumido que su escenario era el único en Wonderworld. Ahora que sabía lo contrario, no podía evitar sentir un poco de curiosidad.
‘’¡Genial! Entonces sígueme.’’
Niña de la torre relojera tomó la delantera por la calle.
‘’¿Y cómo nos vamos? ¿Hay algún túnel subterráneo o algo?’’
Niña de la torre relojera sacudió la cabeza.
‘’No, sin túneles. Es como nos movemos. Esa es la llave para abrir las puertas invisibles a otros escenarios. Primero caminas diez pasos hacia adelante...luego giras ocho a la izquierda…’’
Cruzó la calle y se metió a un callejón, se abalanzó sobre un muro en cuclillas. Fue tan ligera y rápida en sus pies, tan rápida que Ritmo Callejero luchó para seguirle el ritmo. Por aquí y por allá, zigzagueaban y zigzagueaban. Hizo lo mejor para recordar los giros.
Niña de la torre relojera saltó ágilmente de la pared.
‘’¿Qué eres? ¿Una especie de gato?’’
‘’¡No!’’ gritó.
Se agachó, temblando y se tapó los oídos.
‘’¡No digas eso! ¡No estoy escuchando!’’
Se acurrucó aún más sobre sí misma, temblando violentamente.
‘’¿Niña de la torre relojera? Hey, ¿estás bien?’’ No importa cuantas veces Ritmo Callejero llamará su nombre, no respondería.
‘’Estoy olvidando qué dijiste,’’ murmuró por fin, cerrando los ojos. ‘’Olvida… Olvida… ¡Olvida!’’ Entonces, ‘’Olvidado,’’ dijo y se puso de pie.
Cuando le devolvió la mirada, no había ningún rastro de su terror inicial en su rostro.
‘’¿Qué pasa contigo, Ritmo Callejero? Tienes que mantener el ritmo o no funcionará.’’
Así que, realmente había olvidado su comparación entre gatos y qué le había hecho oírlo.
Ritmo Callejero no tenía ni idea qué había pasado pero Niña de la torre relojera empezó a caminar otra vez y él la siguió.
Cuál sea la razón, oír la palabra ‘’gato’’ parecía molestarla, así que no dudó en no decirla en frente de ella otra vez.
Caminaron a lo largo de la pared por un tiempo antes de doblar una esquina y al hacerlo, el escenario cambió.
‘’¿Dónde estamos?’’ dijo Ritmo Callejero impresionado. Debería haber una hamburguesería justo en frente de ellos, pero era un lugar que nunca había visto antes.
‘’Mi escenario.’’ El pecho de Niña de torre relojera se hinchó de orgullo. ‘’Hemos pasado por los muros invisibles entre ellos.’’
Frente a ellos se extendía una enorme plaza en cuyo centro se encontraba una hermosa torre relojera. Aquí y allá Ritmo Callejero pudo ver Negati. Cómo mucho, al menos, era cómo su escenario.
Paseando por la calle en frente de la torre relojera había gente aunque sus cuerpos eran parcialmente invisibles. Ritmo Callejero se dio cuenta de que estas personas insustanciales debían ser creación de Niña de la torre relojera.
Y no era solo la gente caminando alrededor, sino también animales de peluches y muñecas.
‘’¿Hiciste todo esto?’’
‘’Claro,’’ dijo asintiendo. ‘’Me gusta el bullicio. Lance me mostró cómo hacerlo. ¿Quieres que te lo muestre?’’
Ritmo Callejero sacudió la cabeza.
‘’Estoy bien.’’
‘’Si tu lo dices.’’ Niña de la torre relojera no parecía convencida pero lo dejó ir y comenzó el tour por su escenario.
Era diferente al de Ritmo Callejero en todas las maneras imaginables, pero tenía que admitirlo, era hermoso.
Niña de la torre relojera había sacado todo lo que tenía que sacar. Atados alrededor de las farolas había lazos multicolor y los bancos tenían todas las fundas bordadas con simpáticos diseños y personajes. Ositos de peluche, ratoncitos peludos y todo tipo de animales de peluche sentados en los bancos charlando. Ritmo Callejero no estaba sorprendido al fijarse que no había gatos de peluche a la vista.
Era bonito, pero no era el tipo de escenario que hubiera diseñado para sí mismo. Olfateó el dulce aroma en el aire, sintiéndose un poco fuera de lugar.
‘’¿Qué te parece?’’
‘’Es…algo distinto,’’ se negó a aceptar.
‘’Si quieres volver a tu escenario, todo lo que tienes que hacer es seguir el camino que pasamos para venir aquí pero del revés. Por ejemplo, fuimos diez pasos hacia delante y ocho a la derecha para llegar hasta aquí, así que para volver tienes que ir ocho pasos adelante y diez a la izquierda.’’
‘’Qué tan grata sorpresa aquí tenemos. ¿De excursión a otros escenarios?’’ llamó una voz detrás de ellos. Ritmo Callejero se giró y vio a Lance. No se había ni fijado en la apariencia del hombre. Hizo un gesto con la mano con su saludo habitual y sonrió. ‘’Qué gusto aquí encontrarnos.’’
‘’¿Me he metido en un lío?’’
Por alguna razón Ritmo Callejero sintió que debería haberle pedido permiso a Lance antes de ir al escenario de otra persona.
Pero Lance solo sacudió la cabeza.
‘’En ello no pienses. ¿Cuándo dije yo qué sí o no hacer puedes? Si quieres hacer algo, ¡hazlo! Yo no te controlo.’’
‘’Bueno, es que nunca me dijiste qué había más escenarios’’
Lance se encogió de hombros.
‘’Simplemente fue conocimiento que no se buscó. Preferiste estar solo en tu escenario con tu baile, ¿me equivoco? No se preguntó y no se contó.’’ Lance le dirigió la mirada a Niña de la torre relojera. ‘’Espero que aquí todo esté perfecto.’’
"Todo está genial," respondió sonriéndole. "¡Asombroso, espléndido y grandioso! Pero si debes necesitarme, llama mi nombre, te prestaré una mano ansioso."
"Vale. Oye, ¿te gusta mi escenario?"
"¡Está más exquisito cada vez que visito!"
Lance sonrió. Parecía que lo decía de verdad.
‘’Lo se, ¿cierto? Digo, ¡mira ese osito de peluche! ¿No es acaso adorable?’’
Con un suspiro de satisfacción, apuntó a uno de los tantos animales de peluche sentado en uno de los bancos.
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‘’¡Lo es, lo es! Como me gusta observar cómo florece y crece tu escenario de maneras grandes. Le trae alegría a mi corazón veros a los más pequeños ser felices, pero me temo que tengo que irme a otros lugares. ¡Estoy seguro que a la próxima que vuelva a ver las vistas, habrás creado incluso más asombrosas delicias!’’
Y con eso, giró elegantemente sobre sus talones y desapareció.
‘’¿Te gusta?’’ preguntó Ritmo Callejero.
Niña de la torre relojera asintió.
‘’Es muy agradable y guapo, y me enseñó cómo cambiar mi escenario y todo.’’
‘’Así que eres feliz aquí también entonces.’’
‘’¿Eh? Digo, si, pero… Bueno, últimamente…’’ Niña de la torre relojera sacudió la cabeza. ‘’No importa. No es nada.’’
Ritmo Callejero notó que ella escondía algo, pero decidió no sacar el asunto. No se quería involucrar en los problemas de otras personas. Además, Ritmo Callejero tenía sus propios secretos. Cómo esa extraña visión que había visto. Pero no le iba a confiar algo como eso a una niña pequeña.
Queriendo cambiar de tema, apuntó a uno de los Negati recogiendo una gota de la calle.
‘’Tu escenario también los tiene. Como decías.’’
‘’Te lo dije, todos los escenarios los tienen. Oh cierto, ¡iba a presentarte a algunos de los otros! Vamos.’’
Niña de la torre relojera comenzó a caminar.
A Ritmo Callejero no le importaba realmente conocer a otras personas, pero no tenía razón para negar la oferta tampoco. Además, quería averiguar la causa de que se sintiera extrañamente intranquilo y de lo que se trataba esa visión fuera de lo común. ¿Quién era esa chica? ¿Y el hombre alto del sombrero de copa? Aún no podía recordar haber conocido a ninguno de los dos, incluso qué pensó sobre ello, el hombre del sombrero de copa le recordaba un poco a Lance. Pero Lance siempre había llevado una sonrisa gentil en la cara y el hombre del sombrero de copa tenía una amplia sonrisa todo el tiempo.
‘’¡Hey, vamos!’’ Niña de la torre relojera gritó al rodear una esquina.
Dos o tres giros después, el mundo a su alrededor cambió de nuevo.
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midnyh · 3 years
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Midnight...
alerta de contenido gore, o un intento de redactarlo, si este género no es de tu agrado, recomiendo que no leas esta publicación
alerta de mucho texto, si no te gusta leer publicaciones largas y te resulta tedioso, recomiendo que no leas esta publicación
continúa bajo tu propio riesgo
MIDNIGHT
Todo empezo tan pronto comence el secundario.
Eran epocas en la cual yo estaba siempre sola, como siempre. Durante una hora libre comence a dibujar a una chica, en mi mente estaba su nombre y su edad, Lía, de 17 años.
Poco después, dibuje a mi pokemon favorito, porque si, en esa epoca conoci el anime con pokemon y desde entonces amo ese anime al igual que muchos otros. El pokemon ilusión, Zoroark fue quien ocupó un rincón en mi hoja.
Por razones que no recuerdo, fusione a ese pokemon con "Lía", creando una versión menos desarrollada y menos antropomórfica que mi actual oc.
Con cabello lila, ojos celestes y tres garras color lila en manos y pies. Practicamente se trataba de una versión humanoide del pokemon.
Ese personaje no tenia historia. Simplemente lo dibujaba cada que tenia la oportunidad, me estaba encariñando. En un intento de darle mayor desarrollo, decidi darle una versión malvada, que no cambiaba en casi nada mas que apenas en el tono de su cabello, que se oscurecía mas y sus ojos, que pasan a tener un color rojo brillante. Para darle un minimo de historia, decidi hacerle una cicatriz en su ojo, que se supone Lia se habria hecho en un intento de que su versión malvada la dejara en paz.
Llame a esa sombra Midnight. Quien en venganza haría otras dos cicatrices en su mejilla.
En su historia original, donde coexiste con Aidan (actualizada después de haberlo creado), Midnight y Lía son hermanas. Ambas pertenecerian a la especie Zorro Gris, la cual puede encontrarse en mi pais, Argentina. Midnight seria la menor, y Lía la mayor por tres años. Sus padres habrían sido asesinados por cazadores furtivos. Y ellas capturadas para tratar de venderlas. Lía, en un intento de salvar a su hermana de uno de esos hombres, fue desollada viva frente a Midnight, falleciendo poco después debido al extremo dolor que sentia cuando cada milimetro de piel se separaba.
En la oreja de Midnight se coloco una etiqueta amarilla con su número de serie. Fue entonces cuando ella intento escapar, azotando con su cola a cualquiera que intentara acercarse. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos lograron atraparla. Para que eso no volviera a ocurrir, y como forma de castigo, le tiraron aceite hirviendo en su cola, quemando su piel y haciendo que gran cantidad de su pelo se cayera. La dejaron encerrada, casi agonizando para después encadenarle y romperle los huesos de su cola en miles de pedazos.
Ella perdio su fe y su confianza en los humanos. Comenzo a aborrecerlos, y a desearle una muerte horrorosa a todo aquel que siquiera la mirara, porque estaba segura de que todos eran iguales. Habia visto a sus padres y a su hermana mayor ser asesinados por ellos. Su familia se sacrificó por ella. Pero ahora no tenia nada.
Tiempo después, ocurrió un incendio. Y por primera vez en quien sabe cuanto tiempo, su jaula se abrio. Una persona, una humana un poco mas alta que ella le extendio su mano, pero ella se abalanzo a morderle. Sin embargo, esa humana no hizo nada. Solo le acaricio la cabeza, sonriendole. "Estas a salvo ahora." Le escucho decir antes de soltarle. Por primera vez en toda su vida, conocia a un humano bueno. Un humano que la trataba con dulzura.
Ella analizo su cola, pero no tenia salvación y bajo su permiso, la anestesio y amputo aquella zona muerta.
Le permitio vivir con ella. El primer dia en el cual estuvo alli, Midnight se arranco la etiqueta, lastimando su oreja. Y, para equilibrar, ella misma, con una tijera corto otros trozos de esta. Ironicamente le gustaba como es que quedaba.
Le fue altamente dificil dormir. Solia ir a la cama de su salvadora, abrazandola como un bebe, para despues quedarse dormida.
Tiempo después acepto tomarla como su madre, y ella, gustosa después de haberse encariñado, accedió a tomarla como su hija.
A los 18 años, comenzo a cazar criaturas sobrenaturales despues de que su "madre" haya sido atacada por un licántropo. A los 20 conocio a Aidan y a su nada simpatico novio August. Poco después éste le dio una golpiza al menor en plena calle, ambos se separaron y se le impuso una orden de alejamiento.
Un año despues, Aidan comenzo a vivir con ellas.
Ambos se encariñaron rápidamente, y se consideraron hermanos. Curiosamente ambos se llevaban tres años de diferencia, lo mismo que ella con su hermana.
Fue entonces que, para que no los atacaran por ser su familia, ella dejo de cazar criaturas y se dedico a cuidar a su hermanito. Aprendio lenguaje de señas para poder comunicarse con el cuando su aparato auditivo se quedaba sin baterías.
Se prometio a ella misma que daria su vida por el, sanjando la "deuda" que tenía con su hermana mayor. Lo protegeria hasta el cansancio. No permitiria que nadie le arrancara esa sonrisa que el siempre les dedicaba.
Odiaba verlo triste.
Una tarde, Aidan llego golpeado. Ella se ofrecio a curarle las heridas. Sin embargo, casi enloquece de la rabia al ver mordidas en su nuca y espalda. El tenia un olor distinto.
De inmediato supo lo que le habia pasado.
En la noche siguiente, salio rumbo a donde pudiera encontrar al culpable. August. Una vez lo localizó, lo trato con confianza, como si nada hubiera ocurrido. Y el la llevo a su casa, suponiendo que ambos tendrian relaciones. Sin embargo, tan pronto como ella se sento en su regazo, hundio su rostro en su cuello y enterro sus fauces en este. Sonrio internamente al oir sus gritos desgarradores, pero para que no les descubrieran cubrio su boca, recibiendo mordidas en su mano. Cuando supuso que era suficiente, apreto un poco mas su mandibula y se alejo bruscamente, para despues escupir aquel trozo de carne y venas.
Ambos conectaron miradas, y ella le sonrio. Viendo como se ahogaba con su propia sangre y como su cuello se desangraba rápidamente.
Se sento alli, observandolo dar su último suspiro para después desmembrarlo. Espero a que nadie circulara para despues llevarse sus trozos y enterrarlos por separado, muy alejados de cada uno.
Esa noche no regreso a la casa, tampoco el dia siguente.
Habia ayudado a su hermanito, ¿no?
Acabo con la vida del unico sujeto que torturaba a su hermanito.
Al regresar recibio un hermoso abrazo por parte de Aidan. Su madre estaba detras suyo. Ella sabia lo que habia hecho, pero solo asintio y le sonrio. Ella la apoyaba en su decisión.
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yobajealinfierno · 4 years
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I - El Conticinio
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PRÓLOGO AL INFIERNO
“Antes de entrar al Infierno se encuentra un espacio en el que penan las almas que han vivido sin cometer méritos ni infamias. Los inútiles, los indecisos, aquellos que a su paso por el mundo no han dejado huella, están condenados a correr sin reposo detrás de una bandera blanca para intentar capturarla, desnudos, perseguidos por insectos y avispas que les pican en el cuerpo. Su sangre y sus lágrimas, al caer al suelo, alimentan a repugnantes gusanos que trepan por sus tobillos”. (Extracto de La Divina Comedia)
Algunas almas que aquí moran: Esaú y Poncio Pilato
LA RABIA HAY QUE ESCUPIRLA
¿Sabéis esa clase de persona que se le da bien muchas cosas pero no es capaz de desarrollar ninguna? ¿Y aquellas personas que todo lo que tocan lo estropean y todo lo que les rodea se acaba convirtiendo en algo triste? Vale. Pues yo también formo parte de ese grupo. Me gusta escribir, tocar la guitarra, cantar, hago ilustraciones y, en general, no paro quieto. Se me da más o menos bien hacer todo esto pero la realidad es que no me enfoco en nada, lo que provoca que no aprenda ni mejore en lo que hago. Nunca termino lo que empiezo. Con mi vida me pasa lo mismo. 
Mi verdadero nombre es Alfonso pero desde pequeño todo el mundo me llama Ian, en honor a Ian Curtis, porque mi padre siempre fue un fanático de Joy Division. Cuando nací quiso que me llamara así pero mi madre se negó por completo. A pesar de todo me llamó Ian desde que me cogió por primera vez en sus brazos y mi madre le decía mientras tanto: “¡Ni se te ocurra volver a llamar así al chico!” Él nunca le hizo caso y ella acabó desistiendo. Cuando cumplí dieciocho años me cambié el nombre oficialmente después de hacer un millón de papeleos. Eso sí, en honor a mi madre relegué el apellido de mi padre al segundo puesto y me puse el de ella el primero. En general mi nombre sigue resultando bastante exótico en 2019 y todo el mundo me pregunta por su origen. Quizá si viviera en Inglaterra o Estados Unidos Ian sería como llamarse Paco en Castilla la Mancha. A mí me da bastante vergüenza explicar el significado aunque me sienta orgulloso de él. Pienso que es contar una movida intensa y aburrida. Algo parecido a cuando una persona se pone a explicarte el significado tan profundo que tienen sus tatuajes y que en realidad a nadie le importa. No me gusta ser el centro de atención de nada.
La verdad que no puedo quejarme de mi nombre. De alguna manera indirecta lo elegí yo, y poca gente puede elegir su nombre. Además, podría ser peor. Ahora hay padres y madres que a sus hijas les llaman Daenerys y se quedan tan anchos. Si me llegan a llamar Jon por el de Juego de Tronos creo que me hubiera pegado un tiro en cuanto mi uso de razón me lo hubiera permitido. Y eso que me vi la serie entera y Jon Nieve (o Jon Snow para los que se han leído los libros, que según ellos siempre son mejor que las adaptaciones cinematográficas) me caía de puta madre. 
Soy un poco hater. Imagino que ya lo habéis notado. Pero tengo buen fondo, o al menos eso creo. Tengo la sensación de que no he nacido en la generación que me corresponde. Me dan bastante pereza las redes sociales (cada vez más), el trap lo tolero pero poco, leo todos los libros que caen en mis manos y estudié una carrera que en realidad creo que no me gusta. 
La gente piensa que alguien como yo no tiene nada que contar porque aún no tengo ni puñetera idea de lo que es la vida. Puede que sea cierto, pero la verdad es que yo sí que tengo una historia y aunque a nadie le pueda interesar voy a contarla. Quizá me quede solo durante el proceso o puede ser que llegue a miles de personas pero, en cualquier caso, me da igual. La rabia hay que escupirla y este es mi lugar para hacerlo. 
Dante, en La Divina Comedia, relata que el infierno, situado bajo tierra, está formado por nueve círculos concéntricos. Nueve lugares distintos en los que, según desciendes por su espiral, se reserva un castigo más duro para aquellos que estén más cerca del centro de la tierra, lugar donde mora Lucifer. Suena poético de cojones pero lo que aquí os voy a contar es la historia de nueve sucesos que de alguna forma marcaron mi vida y me llevaron al borde de la locura. Así pues, pónganse cómodos y sean bienvenidos. Este es mi particular descenso a los infiernos.
                                                          🔥
I CÍRCULO DEL INFIERNO
“Si entras, abandona la esperanza.” (Inscripción en la puerta del Infierno) Algunas almas que aquí moran: Cicerón, Ovidio, Julio César,Aristóteles, Sócrates, Platóny Séneca.
EL CONTICINIO 
Nunca imaginé que la puerta del infierno estaría situada en la Sala Sol, junto a la calle Montera. Es una mítica sala de conciertos de Madrid por donde han pasado en sus inicios todos los artistas consagrados del país antes de serlo. Ahora, de vez en cuando, montan shows para volver a tocar en lo que es para ellos parte de su origen. 
Jamás había sospechado nada. Siempre bajaba muy feliz por su empinada escalera en forma de semicaracol, ignorando lo que un día supondría para mí ese lugar. Lo hacía contento, con las ganas de ver cada concierto por el que había pagado gustosamente la entrada. La música es lo mejor que tenemos en la vida. Eso y algunas personas. Lo demás tiende a deprimirme y a gustarme poco o nada. 
El día que crucé aquella puerta creo que comenzó mi descenso. Había ido con mi colega Arturo a un concierto de Sidecars. La verdad que no nos perdíamos ni uno. Estaban empezando y tocaban en distintas salas de Madrid a las que íbamos a verlos cuatro gatos. Nosotros entonces ya sabíamos que en unos años iban a triunfar. Lo tenían todo, aunque en ese momento en realidad lo único que tenían era un disco. Eso sí, un disco de puta madre. 
Cuando acabó el concierto, Manu, el antiguo guitarrista de la banda, nos invitó a bajar al camerino. Nos conocía porque éramos de las pocas personas que no se perdía ni un solo bolo y, al acabar, solíamos acercarnos a hablar con todos ellos. De alguna manera congeniamos con él. Era la primera vez que estaba en ese camerino. Para llegar hasta él hay que bajar otra tanda de escaleras aún más empinadas que las del acceso general. Ese fue justo el paso de la entrada al primer círculo de mi infierno particular pero, claro, yo no lo sabía. En ese momento estaba emocionado en el camerino de la Sala Sol bebiendo cerveza con un montón de personas que no conocíamos de nada, y era imposible saber que estar ahí en ese momento concreto me llevaría a algo malo que me marcaría para siempre. A veces la vida se decide por situaciones muy concretas. Por estar en el lugar correcto en un momento determinado.
Las paredes amarillas del camerino están pintarrajeadas con rotuladores de distintos colores e incluso con graffitis. Hay un montón de firmas de muchos grupos importantes. Posiblemente ese camerino, sólo por la historia que guardan sus paredes, puede estar valorado en miles de euros. Mucha gente sería capaz de pagar por un trozo del muro y enmarcarlo en su casa. El camerino es pequeño pero tiene un arcón lo suficientemente grande para petarlo de birra fría. Entrábamos cada vez que se nos acababa una para pillar otra, y salíamos al pasillo donde también se habían formado varios corrillos de personas hablando. Fue entonces cuando la vi. Había una chica garabateando la pared con una amiga. Arturo y yo nos acercamos a ver qué estaba escribiendo. Podía sentir cómo la cerveza empezaba a juguetear con mi cerebro, lo cual me saca un poco de ese estado de vergüenza en el que normalmente me veo sumido cuando en una misma sala hay más de tres personas. Me lancé a hablar con aquellas chicas, algo que no hubiera hecho en un estado normal.
Nos situamos justo a su lado y observamos cómo terminaba de trazar su pequeña obra de arte, que en realidad no era más que una frase corta y directa sin ningún tipo de floritura: “Soy judía, busco hebreo”. Me hizo bastante gracia aquel absurdo juego de palabras, así que me lancé a preguntarle por su significado:
-Últimamente no se ven muchos israelitas por aquí ¿no? -Las chicas se giraron hacia nosotros, y ella con media sonrisa respondió.
-La verdad es que no. Desde que escaparon de Egipto no han parado de huir de todos los lados, y yo sigo buscando a un buen judío que me haga feliz.
-¿Eres de Israel como yo podría ser de Cuenca? ¿Cierto?
-Creo que mi acento canario me delata…
-Oye, en Canarias supongo que también hay judíos.
-Sí, supongo.
-Si quieres yo también puedo hacerme pasar por hebreo.
-Eso sería perfecto. Estoy buscando a uno. 
-Me sonrió y yo me hundí en sus fauces.
Me gustó demasiado. Pasamos la noche hablando en el camerino. Arturo, después de una hora, ya había desaparecido con su amiga y estaban ilocalizables. Entendimos que se habían ido juntos y la verdad que tampoco nos preocuparon mucho. Nosotros estábamos muy bien a lo nuestro. Al principio hablamos de auténticas tonterías. Seguimos con el juego absurdo de nuestro origen era judío y nos reímos muchísimo. Después descubrimos que a ambos nos gustaba la misma música, había muchas posibilidades de eso pues allí estábamos viendo a Sidecars, pero también nos flipaban los mismos libros, y nuestro plato preferido eran los macarrones con tomate y chorizo. Parece un dato irrelevante pero es mucho más importante de lo que creéis. 
Hablamos de muchísimas cosas más y al acabar la noche le dije que la quería. No sé por qué le dije aquello. Debió de pensar que estaba como una regadera pero creo que le gustó. O al menos lo fingió muy bien porque ella también me dijo que me quería. También existe la posibilidad de que los dos estuviéramos locos y punto.
Antes de salir del local me permití el capricho de fotografiar con el móvil la frase que había escrito sobre la pared. Me pareció un buen recuerdo. Salimos de allí como una cuba, estaba amaneciendo, intercambiamos nuestros números de teléfono y prometimos volver a vernos. Me fui a dormir a las ocho de la mañana y me desperté sobre las dos de la tarde. Era un sábado caluroso del mes de julio. Lo primero que hice fue encender el móvil a ver si me había escrito al WhatsApp. Pero nada, i rastro de ella. Tuve la tentación de ser yo el que tomara la iniciativa pero no lo hice. No quería ser un pesado. Me dolía la cabeza, y me metí un ibuprofeno con una magdalena para que no me perforase el estómago. Como decía siempre mi vieja: “El ibuprofeno y el parecetamol tienes que tomarlo con la tripa llena”. Llamé a Arturo para confirmar que seguía vivo y volví a la cama. Esperé a que el dolor cesara y, cuando fue desapareciendo, empecé a leer el libro que tenía sobre mi mesilla de noche y empecé a sentirme mucho mejor. Es increíble el poder que tiene la literatura. Cuando una buena historia se cruza en tu vida puede hacer que sientas cosas que nunca has sentido o que creías haber olvidado. E incluso puede curar. O al menos acariciar. Además si de fondo suena Kettles de Arcade Fire, como estaba pasando en ese momento, nada malo puede suceder. Eso pensaba entonces, ignorando una vez más que aquel encuentro me llevaría por un camino de penas.
Había dejado el móvil en sonido con la esperanza de que ella me escribiera y así enterarme sin necesidad de estar consultándolo todo el rato. Muchas veces cuando me pongo con un libro resulta bastante imposible sacarme de su lectura. Me enfrasco y nadie puede distraerme aunque caigan bombas a mi lado. Vale, pues ese día estaba bastante distraído esperando un mensaje que no llegaba, así que después de sólo media hora (no aguanté más) escribí yo. -¡Buenos días! ¡O tardes! ¡O lo que sea! Esa fue la primera mierda que se me ocurrió mandarle por WhatsApp. Rápidamente me di cuenta de que era demasiado formal y demasiado estúpido. ¿Quién respeta ahora las exclamaciones y hace gracias del año 2007? Creo que sólo yo. Estuve a punto de añadir algo más para que no pensara que era tonto del culo pero preferí no volver a escribir más e intenté volver a centrarme en el libro que tenía entre manos, algo que por supuesto no logré. 
Al rato me contestó.
-Hola. Quién eres? Perdona, no tengo tu móvil guardado y por la foto no te reconozco
Vale. Definitivamente estaba quedando como un idiota. Ella no había guardado mi número y mi foto del WhatsApp la verdad que no ayudaba nada. Era esta:
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Por suerte la había cambiado el día anterior, que tenía a Bukowski cagando en su cuarto de baño mientras leía un libro. Quizá hubiera pensado que soy un puto asqueroso. 
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La verdad que me quedé bastante cortado al ver su respuesta y no sabía muy bien qué decir. Quizá ni se acordaba de mi nombre e incluso existía la posibilidad de que no se acordara de nada de la noche anterior. A los cinco minutos sonó otra notificación.
-Era una broma, mi pequeño hebreo, pero ya veo que la gente de Madrid tenéis el humor un poco torcido. 
Respiré aliviado y contesté.
-¡Hey! Perdona. No había visto tu respuesta. Claro que tengo humor ¡Soy la persona más divertida del mundo! Más o menos. 
-Se puede saber quién dice “¡Hey!” en el siglo XXI????
-Te has despertado con fuerza por lo que veo. Sí, soy un viejo en un cuerpo de joven. 
-Ya veo, ya. Qué haces? Ayer lo pasé muy bien contigo!
Algo me hizo vibrar por dentro. Hacía mucho tiempo que una chica no me decía algo parecido. Y la verdad que sentaba muy bien. 
-Yo también. Llevaba meses sin reírme tanto. Pues nada, aquí ando. Tirado en la cama. He desayunado una magdalena con un ibuprofeno. 
-Gran receta. Pues no es por nada pero yo me acabo de preparar esto y he calculado tan mal que podría comer aquí un ejército entero: 
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-Oye, tía. No me hagas esto. Menuda envidia. 
-Pues vente! Si no te importa que te los caliente un poco al micro, claro…
Ni se me había pasado por la cabeza que pudiera existir la posibilidad de que me fuera a invitar a comer a su casa pero lo cierto es que estaba sucediendo y me moría de ganas de ir, pero también me moría de vergüenza. Por la noche me lancé a hablar con ella porque iba un poco borracho pero ahora no sabía si iba a funcionar. Decidí descubrirlo. Me pasó las señas de su casa. Calle la Palma 18. Justo al lado del dichoso mural azul de los ojos donde todo el mundo se hace una ridícula foto. Incluso yo caí un día que tenía el ego subido. Aquí está la prueba. Lamentable. 
Cogí el metro y bajo el sol de Madrid llegué a su portal. Había un montón de gente haciéndose fotos en el mural a pesar del calor que hacía y la hora que era. Todos con sus réflex perfectas fingiendo ser felices. Me ponen enfermo. Intenté no mirarles mucho para no aguarme la fiesta y llamé al telefonillo. Sin preguntarme por mi identidad directamente abrió el portal. Vivía en el segundo. Subí por el ascensor, llamé al timbre y ya pude sentir el olor a macarrones con chorizo al otro lado de la puerta. Me recibió con una gran sonrisa. Llevaba un moño alto en la cabeza bastante atractivo, un pantalón corto de pijama y una camiseta de tirantes con una frase: “Quique González duerme conmigo”. Me hizo bastante gracia la verdad pero no hice ninguna pregunta sobre aquel eslogan. Ella era mayor que yo. Me sacaba tres años y creo que a veces me veía como si fuera un niño. Tampoco me molestaba mucho. Me dio un beso en la mejilla y me agarró la mano para guiarme por el pasillo de la casa hasta llevarme al salón. Allí había una mesa alta preparada con dos platos, uno en frente del otro, repletos de macarrones con chorizo y queso fundido, además de un litro de cerveza.
-¡Justo los acabo de calentar! ¡Te van a flipar!
-Bueno, ahora te debo una, un día tienes que probar tú los míos.
-Yo encantada.
Después de comer unos macarrones cojonudos me preguntó si quería tomar una copa de whisky, que era lo único que tenía en la despensa. Por mí perfecto porque es el único alcohol que me gusta. Sólo tenía Fire Water, un whisky del Mercadona que cuesta menos de cinco euros y que si quieres morirte una tarde está de puta madre. Pero, incluso ese whisky, si estaba con ella me entraban ganas de beberlo. Nos volvimos a emborrachar. Esta vez profundizamos en más temas. Me habló de la muerte de su hermano. Iba con un amigo en moto, él como paquete, y decidió dejarse caer del asiento trasero en medio de la carretera. Antes de hacerlo le dijo a su colega: “Oye, dile a mi hermana que siga haciendo fotos. Lo hace muy bien ¿Vale?”. Cuando el amigo se giró para preguntarle “¿Cómo?” vio perfectamente el cuerpo impactar contra el asfalto y cómo lo atropellaba el coche de atrás. Nunca supieron por qué lo hizo ni por qué ese fue su mensaje de “despedida”, pero desde entonces ella se lo tomó a raja tabla y puso todo su esfuerzo en mejorar en el mayor de sus hobbies, la fotografía. Aquello sucedió en una carretera comarcal de Tenerife, de donde ellos eran. Al poco tiempo sus padres se divorciaron y un mes después su madre murió de un ataque al corazón.  Al morir la madre, la relación con su padre se rompió por completo. Se quedó completamente sola. En cuanto pudo, se marchó de la isla a Madrid porque aseguraba que aquel trozo de tierra le estaba quitando la vida, el aire, y necesitaba salir de ahí para siempre, para intentar olvidar la tragedia. Huyó de la pena. O al menos lo intentó. O quizá la trajo hasta mí. 
Estudiaba Periodismo en el CEU porque no le había dado la nota para acceder a la pública. Si entonces hubiera salido la canción de Cayetano de Carolina Durante fijo que se la hubiera cantado. A la vez trabajaba en todo lo que saliera, desde azafata en eventos hasta en los bares de Malasaña sirviendo copas, donde la podías encontrar detrás de la barra de La Vía Láctea, El Penta o el Verbena, entre otros muchos. Estaba ahorrando para hacerse un viaje a África y capturarlo con una cámara analógica profesional. Le gustaba mucho el trabajo del fotógrafo Sebastião Salgado y tenía todos sus libros de fotografía colocados en las estanterías del salón como si fueran reliquias de museo. En las paredes estaban colgadas algunas fotos de Salgado que ella mismo había impreso. De alguna manera quería ser como él y viajar con una cámara a cuestas haciendo fotos de otras culturas del mundo, cumpliendo así el deseo de su hermano. Pero ni siquiera tenía una buena cámara, solía utilizar cámaras de fotos de usar y tirar con las que hacía auténtica magia. Cada día se cagaba en todo cuando bajaba de casa y se encontraba a todas las (y los) instagramers del mundo reunidos en la fachada de su casa haciéndose fotografías con unos aparatos que costaban lingotes de oro. Se preguntaba qué había hecho mal en su vida para no poder tener dinero para tener una buena cámara, no como el resto de personas que todos los días se fotografiaban en aquel muro. Yo le dije que en realidad ella lo estaba haciendo bien y le prometí que le ayudaría a conseguir una cámara. Me vine arriba. Imagino que por culpa del puto Fire Water. Pero me alegro, después de escuchar la historia de su hermano y ver con mis propios ojos aquella pasión que sentía por la fotografía creo que de alguna forma tenía que ofrecerle mi ayuda.
Cuando se hizo de noche bajamos por las calles de Malasaña y me llevó al Coco Bar, famoso por su pastrami. Es un lugar de la Calle Espíritu Santo al que siempre había querido ir pero nunca había terminado de entrar. Como todo en mi vida. Un montón de deseos que tengo (por muy estúpidos que sean) que nunca termino de cumplir. Gracias a ella empecé a hacer un montón de cosas que nunca antes había hecho. Desde las más pequeñas a las más grandes. Ella conocía muy bien el lugar y le dije que me fiaba de su experiencia para elegir los platos y sin dudar pidió los nachos completos con frijoles, dos tacos de cerdo, un bocadillo de pastrami y cerveza. Creo que en ese lugar fue el momento en el que empecé a enamorarme de ella de verdad. Es cierto que la noche anterior le dije te quiero, y de alguna manera ya lo sentía, pero ahora era distinto. Era algo muchísimo más profundo. Tan profundo como el infierno que después me esperaba.
Estuvimos quedando durante meses. Se podía decir que éramos novios o algo parecido. Me pasaba mucho tiempo en su casa. Horas. Días. Semanas. Comíamos macarrones con chorizo y bebíamos Fire Water (para mantener vivas las buenas costumbres) mientras se apagaba el día. Le regalé incluso la foto de su “grafitti” en la sala Sol que hice aquella noche y se la firmé por la parte de atrás. Éramos felices. Yo entonces empezaba a escribir y por las noches nos tumbábamos en la cama antes de dormir, ella aprovechaba para leer libros de fotografía y yo aporreaba las teclas de mi portátil buscando una historia que contar. Una noche en la que estábamos así, soltó el libro sobre su pecho, respiró hondo, suspiró, y sonriendo dijo:
-¡Ah! El conticinio.
-¿Cómo?
-Pues eso. El conticinio.
-¿Qué cojones dices?
-¿No sabes qué significa?
-No lo he escuchado nunca.
-¿Y a ti te gusta escribir? Pues para eso es muy importante que conozcas bien tu propio idioma ¿No crees?
-Eres muy graciosa… ¿Qué es eso? ¿Por qué lo dices?
-Continicio significa sigilo, define la hora de la noche en la que reina el silencio. Esto que hacemos cada noche tú y yo hasta quedarnos dormidos. Me encanta.
-Y a mí, aunque hay que reconocer que a veces uno se despierta con las sirenas de la policía que cruzan esta calle...
-¡No seas corta rollos!
-Tienes razón. Es el mejor continicio que he vivido en mi vida.
En cuanto dije eso nos besamos y pasamos la noche encerrados en la misma piel. 
Fueron unos meses maravillosos pero como no puede ser de otra manera un día me mandó a paseo. Básicamente, resumiéndolo mucho, y omitiendo todas las partes (que fueron muchas) en las que lloré como un cabrón, me dijo que no quería tener una relación. Que necesitaba estar sola, tener su tiempo y vivir sus cosas. No entendí nada pero, como buenamente pude, lo respeté. Aún así nos escribíamos prácticamente todos los días e incluso a veces me permitía decirle “te quiero” y “te echo de menos”. A lo que ella solía responderme con un seco “yo también”. Después de un tiempo dejó de contestar a mis mensajes. Un día llamé a su número y me salió un mensaje advirtiendo que el teléfono no existía. Parecía que lo había dado de baja. Ahora entendía mucho menos. Ella no tenía redes sociales (las odiaba) así que ni siquiera por ahí tenía una manera de hacerme una ligera idea de su nueva vida.
Pasé un tiempo jodido y cuando llegó el día de su cumpleaños decidí comprarle una cámara analógica de segunda mano para regalársela. Sé que no era el regalo de su vida pero estaba cerca. No me daba el dinero para una nueva. La pillé en un Cash Converters el mismo día de su cumpleaños, después de estar tres horas decidiéndome por una u otra. Cuando al final la escogí, la pagué y me fui para su casa. Llamé al timbre del portal y un señor, que dijo que era el propietario, me contó que hacía unos meses había comprado la casa y que la chica que vivía allí de alquiler se tuvo que marchar. Le pregunté si sabía a dónde se había ido, cuál era su teléfono o si tenía cualquier información relevante sobre ella. Noté que el hombre sintió cierto miedo ante mis preguntas y dubitativo colgó el telefonillo. Me estaba volviendo loco. Parecía un acosador asqueroso y me di cuenta de ello a tiempo en ese mismo momento. Tiré la cámara al cubo de basura de la comunidad que ya estaba sacado a la acera y decidí pasar página.
Pasaron los años. Muchos años. Unos cuantos. Tantos que no fueron suficientes para olvidarme de ella. Sentimentalmente estaba solo. Seguía solo desde entonces. No había surgido el amor y tampoco me había obsesionado en buscarlo. Simplemente estaba en el punto donde me quedé. Más o menos. La verdad que no puse muchos medios para remediarlo. Todos los sábados comía macarrones con chorizo y de postre me tomaba un Fire Water en honor a aquel día. Creo que me estaba volviendo alcohólico sin saberlo. Era incapaz de salir de la habitación, de la cama. Hasta que un sábado me sonó el móvil.
-¿Es usted Ian?
-Sí.
-Le llamamos de la embajada de Kenia en Madrid.
La habían encontrado muerta en su África querida. El teléfono que había puesto en el registro de viajeros en caso de emergencia era el mío. Ningún otro. Lloré como un condenado. Lloré más de lo que puede llorar un ser humano. Lloré hasta que me acostumbré a llorar y cuando lo hacía ya pensaba que no lloraba. Después de varios días, y un millón de gestiones burocráticas, repatriaron el cuerpo. En su testamento, aunque costó encontrarlo, estaba todo perfectamente fijado. Quería que la enterraran junto a su madre y hermano. Así me encargué de que lo hicieran. Intenté contactar con el padre pero no lo conseguí por ninguna vía. Junto a sus tumbas dejé una botella de Fire Water vacía en la que metí un ramo de flores. No he vuelto por allí. No me atrevo.                                                          🔥
Pasé muchísimos años haciéndome mil preguntas. Nunca supe por qué desapareció, por qué se alejó de mí, por qué nunca me contó que había logrado marcharse a Kenia. Me entregaron las pertenencias que encontraron en el hotel de Nairobi donde falleció por causas desconocidas. Entre todas ellas había una cámara de fotos que nunca me he atrevido a revelar. Además estaba su cartera donde aún conservaba la foto que le regalé del día que nos conocimos.
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Nunca supe por qué la guardaba. Nunca tuve respuestas de ningún tipo sobre qué pasó. Nunca he tenido consuelo suficiente para escribir sobre esto. Si lo he logrado ahora es porque hace poco estaba en un bar y de pronto pusieron una canción que no había escuchado nunca  y que al instante me gustó. Cuando escucho un tema que me atrae y no conozco saco Shazam y rezo para que descubra cuál es la canción. Por supuesto que su base de datos no la encontró y lo que hice fue quedarme con una frase y rápidamente buscarla en Google: “Quiero servir de inspiración, quiero ser carne de cañón”. El corazón me dio un vuelco al ver que la canción se llamaba “El conticinio”. 
Es como si la hubieran hecho para nosotros, para nuestra historia, y por primera vez en mi vida sentí calma, paz. Encontré las respuestas. Después me pasaron cosas que me hicieron seguir descendiendo al centro de la tierra, recorriendo estos círculos concéntricos de mis penas. Pero de eso hablaré en el próximo capítulo. Si es que hay alguien que quiera seguir leyéndome. Ahora escucha la canción para entenderlo todo. Y si ya la conoces vuelve a escucharla. La tienes aquí. Dale al play y cierra los ojos.
                                                         🔥
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creatives-letters · 6 years
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“Ojalá hubieras sido mi hijo, pero yo no podría haber engendrado a un gato como tú. El Clan Estelar me dio a Cola Rota para enseñarme una lección.”
~Fauces Amarillas a Corazón de Fuego en Antes de la Tormenta~
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emperor-demian · 6 years
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Yo no no hablo por el placer de oír mi propia voz
- Fauces Amarillas - Los gatos guerreros
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Capítulo 8
La primera historia
  “Bueno, pues, hace mucho tiempo, el mundo era gobernado por bestias gigantescas. Eran monstruos. Lo destruían todo a su paso – árboles, colinas, ríos, todo, hasta que ya no había nada que destrozar.” Zarpa gris infló su pelaje e imitó el caminar de una de estas bestias, destrozando una hoja en su camino. “Solo dejaban tras de sí estruendo y terrenos devastados. ¿He dicho que eran muy grandes? – Pelaje de león sería como un guijarro en comparación.”
Pelaje de león resopló, divertido.
“Pero, uno de ellos, era más poderoso que el resto,” continuó Zarpa gris. “Y los monstruos peleaban constantemente, aunque todos estaban asustados de este, eso sí, porque era temible como una reina.”
“Ella podía tragarse cada uno de los monstruos enteros-“Comenzó a decir Zarpa de cuervo aunque se detuvo a sí mismo y se inclinó hacia atrás. “Lo siento.”
“No, sigue.” Le instó Zarpa gris rodeando sus zarpas con su cola.
“De acuerdo.” Zarpa de cuervo hizo una pausa, mirando una o dos veces más a Zarpa gris, como si pidiera permiso antes de continuar. “Bueno, ella era tan grande que podía comerse a las otras bestias de un solo mordisco. Y eso es exactamente lo que hacía. Se produjo una épica batalla entre todas las bestias del mundo y ella, al final de esta batalla, mató y se tragó a todas y cada una de las bestias. O, a casi todas. Algunas de ellas se dividieron en bestias más pequeñas y se repartieron en forma de polvo en el viento para que ella no les encontrara.”
Zarpa de fuego estaba confuso. “¿Por qué se los comía?”
“Oh, bueno - ella era…”
“Vieja,” interrumpió Zarpa gris, “Muy vieja, y-“
“Vieja, sí,” añadió Zarpa de cuervo. “Pero, cuando terminó de luchar, estaba muy cansada. Pero- ahora hablamos de eso.”
“Sí,” Dijo Zarpa gris. “Entonces, terminó de comerse a todos los monstros y empezó a caminar. Y llegó a un bosque – bueno, lo que quedaba de un bosque – y decidió descansar allí. Zarpa de cuervo, cuenta tu esta parte, se te da mejor.”
Lejos de la atenta mirada de Zarpa de fuego, Nube blanca y Pelaje de león se acercaron a escuchar la historia.
“Uh-“ Zarpa de cuervo cambió de posición, inquieto. “Vale. De acuerdo, Llegó a este territorio, en aquel momento solo era mantillo y cenizas, y se tumbó en uno de sus extremos. Y… Ella era muy sabia y sabía que algunos monstruos habían huido de ella así que tenía un plan. Preparándose para llevarlo a cabo, ella parió a tres criaturas.”
“El primero, era del color de las puestas de sol con trazos de la noche surcando su pelaje – tan grande como el cielo, silencioso e in- in…”
“Incomprensible,” ayudó silenciosamente Nube blanca.
“Incomprensible,” repitió Zarpa de cuervo, “A él, lo llamo Rokhar – El Tigre. A él le encargó colorear el cielo, marcarlo y crear la noche y el día. Se le entregó el tiempo, algo que podemos entender y medir, para que todo tuviera orden y armonía. Y para- bueno, eso… eso lo contare luego. Sigamos…
“El segundo era elegante y veloz, con un manto moteado y ojos del blanco más puro que le concedían un brillo tétrico y frío. Esta, era Suriin, el Leopardo. A ella se le encargó mover el agua y las nubes, respirar vida a la tierra, tomar los restos de árboles y otras plantas del barro y hacerlos levantarse de nuevo. E-Ella estrió la tierra para que los ríos pudieran correr de nuevo y esparció las semillas de los árboles muertos para que pudieran crecer por todas partes de nuevo y, finalmente, hizo que llegara la lluvia haciendo que todo floreciera.
“Y, el tercero – y último – era una criatura magnífica y dorada, con cola y melena hechas de fuego y ojos brillantes como el sol.” (Pelaje de león ronroneó con aprobación). “Se le llamó Horoa, el León, y a él se le encargó la caza de los últimos monstruos. Su obligación era encontrar y destruir sus últimos pedazos para que no volvieran a causar ningún daño. Pero había- y hay- demasiados pedazos que se ocultaron de él por lo que su trabajo durará eternamente, incluso hoy en día, para defender al mundo de todo aquello que es malo. Pero, um, eso es tema aparte.”
Zarpa de cuervo parecía incomodarse con cada palabra que salía de su boca, su voz cada vez más vacilante le hizo detenerse al terminar la frase, retrocediendo y mirando hacia el suelo de nuevo.
Zarpa gris, ronroneando, se estirazó. “¿Ves?, te lo dije. Sigue, ¡lo haces muy bien!”
“¿Por qué no sigues tú, Zarpa gris?” intervino Nube blanca.
“Bueno vale, supongo.” Zarpa gris se recolocó, retomando su posición erguida. “Así que, cuando los Tres nacieron, el monstruo – o, bueno, puedo llamarla madre ya, ¿no? Da igual, ella esperó hasta que el territorio se llenó de plantas y, entonces, abrió sus enormes fauces. De su interior, ¡nació todo tipo de vida! Ratones, conejos, pájaros, ardillas, comadrejas, tejones, zorros, y gatos. Algunos se formaron con los restos de los monstruos, así que no salieron muy bien, pero, nosotros, los gatos, nosotros éramos una obra maestra. Y es por eso que nos dio estos territorios y nos dijo que viviéramos allí en paz y alegría, y-“
Los matorrales se retorcieron y Zarpa gris calló instantáneamente. Estrella azul emergió de entre la oscuridad, con el pelaje erizado.
“¿Qué ha ocurrido?” Preguntó Nube blanca, levantándose con lentitud.
Estrella azul le miró, sus ojos formando dos hendiduras amarillas. “Me alegro de que me llamaran.”
“¿Han vuelto a entrar en nuestro territorio esos come-pescado?” preguntó Pelaje de león con tono áspero.
“No,” respondió Estrella azul. “Pero tenemos que investigar porque huele a Clan de la Sombra en nuestra frontera con el Clan del Río.”
@warriorsredux
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larabarrabaja · 7 years
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SHAKIRA, GAMBERRA ENAMORADA.
Madre del amor hermoso…
Dice Shakira que se ha enamorado y aunque es verdad que el amor te atonta un poco lo suyo pasa límites insospechados.
“Me enamoré”, el último video de Shakira, es esperpéntico. Voy a intentar analizarlo sin que se me note que no trago a Piqué.
El vídeo empieza con ella “dormida” -rostro perfecto y sin babear la almohada- y ya en la primera toma Piqué, muy graciosillo él, despierta a Shakira con gotitas de agua helada…a ella no le hace ni puta gracia pero lo deja estar. Al parecer han pasado una noche de amor muy loca, de la cual iremos viendo escenas más adelante. La habitación del hotel la dejan hecha un auténtico cristo. Lámparas y plantas por el suelo y todo engorrinado. Como les va a caer un puro del quince, deciden irse por la ventana y bajar por la escalera de incendios. Gran ejemplo Shakira. Bravo.
Apunto de empezar el estribillo, mientras ella baja de la escalera de incendios, el futbolista, otra vez haciendo alarde de su pillería, le agarra el culo a Shakira. Se lo estruja vamos… Una cosa es una caricia, pero como podéis observar el tipo con esas manos enormes que tiene le pega un buen pellizco. En fin, detallitos que parece ser, enamoraron a la cantante. Luego van, y con unas cizallas se cargan la cadena de una valla donde al otro lado hay un perro malhumorado. Qué malvados son. Ya en ese momento, y no ha pasado ni un minuto de vídeo, deseo que el perro se desencadene y le muerda el gemelo a Piqué.
Acto seguido se suben a un coche que imaginamos que es suyo, ya que es buen carro tipo Jeep, al nivel de la pareja. Aunque con el historial que empiezan a tener estos dos, tengo dudas, puede que lo estén robando. Sea o no el coche robado, de lo que no hay dudas es de quién conducirá el coche. Efectivamente, conduce él. A Shakira tiene que darle un poco el aire y mover los brazos toda loca con su tigre.
Sigue una escena de los dos jugando al baloncesto. Ella lleva tacones para rozar todo lo absurdo. Y más tarde como que se van a hacer un tour por la selva, sin mochila ni nada. Ella sigue en tacones. Todo muy coherente.
Entonces nos van poniendo flashbacks de la noche anterior. La pareja top del momento se dedicó a hacer el cochino de forma apoteósica. Que quiere tener 10 hijos dice, y empiezan con un par. Bien, yo sólo espero que los hijos no vean cómo han dejado la habitación porque tela. Luego dice que practiquen esta cosa de hacer hijos pero oye que se puede tener sexo sin el pretexto de tener descendencia, que eres una mujer moderna y libre, Shakira. “Qué bien lo estamos pasando” sigue diciendo, pero pone una cara de repugnancia seria. Claro, vas hecha unos zorros, llevas toda la santa noche tirándote comida con este señor como si fuera algo divertido. Menudo puto asco. Me encantaría verles a ellos limpiando la habitación. ¿Nadie les dijo a estos dos que la comida no se tira? ¿Que no se juega con la comida? Pero claro, Shakira está tan enanananamorada que flipa con cada cosa que hace Don Piqué, que por cierto de boca redondita no tiene nada, que tiene un boquino que parecen fauces.
Shakira a todo esto estoy segura que se intoxica un poco con estas bengalas rosas que están tan de moda. Como su chaqueta amarilla que tres cuartos de lo mismo. Novedosísimo todo.
En su paseo por la selva pues Shakira hace las típicas cosas que hacen las mujeres cuando están en plena naturaleza. Abrazar árboles y tirarse entre la hierba. Piqué como hace de cámara no sabemos si abrazó también algunos árboles o contuvo sus ganas.
Ya terminando, y mientras Shakira repite una y otra vez con voz distorsionada que el amor es posesión -¡viva el mito del amor romántico!- los dos enamorados se besan de fondo en un puente. Que aquí ya, estallan los corazones. Para rematar, se van a hacer paracaidismo juntos. Porque ¿por qué no? Ella ahora es una cantante internacional y él futbolista de élite, pueden permitirse hacer paracaidismo siempre que quieran y total el vídeo no tiene sentido.
En los últimos segundos ya podemos ver el final de la noche anterior, donde Shakira pierde un poco el equilibrio, ¿será por los litros de amor que lleva en sangre? Siguen tirando comida y como no están dejando la habitación suficientemente sucia, la cantante tiene una maravillosa idea y decide que es divertidísimo regar a su novio con el extintor de la habitación. Ahora entendemos por qué huyen del hotel. Y entonces ya. Shakira se quita la camiseta toda provocadora con su sostén de rayas y aparece el caretón de Piqué abalanzándose sobre ella en primera plana. ¡Qué desagradable! Él se ha pasado todo el videoclip medio escondido, cosa que agradezco aunque por otro lado no entiendo. ¿Cuál era el misterio, entonces? ¿Acaso pensabas que sería sorpresa? ¿Y el plano final? Besito en la frente con atardecer de fondo como no podría ser de otra manera. Cero paternalismos.
En el plano que sale ella sola cantando, sin tener en cuenta la historia que cuenta el video, hay algo que me inquieta. En todos esos planos, ella está detrás de una valla. No sé si es que nos quiere decir que desde que se enamoró de ese “macho español territorial” se siente encerrada. Prisionera de esa relación chupifantástica que tiene con Piqué.
Piqué, ese hombre tan hombre al que no le gusta que su mujer se retoce con otros en sus videoclips. Y entonces ella pues coge y retoza con Rihanna. Piqué, que ahora parece que obliga a Shakira a mencionarle en cada canción. Shakira, ¿qué te ha pasado?
Pasaste de ser bruta, ciega, sordomuda, torpe, plasta y testaruda a loba, loca, rabiosa y una gamberra enamorada. Nada parece un buen calificativo pero antes por lo menos la música y las letras no eran tan basura. Porque en esta canción te has lucido, esta canción no la has compuesto, la has cagado. Lo que sí voy a reconocer, es que tu mierda es pegadiza.
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soficierva1734 · 2 years
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soficierva17 · 3 years
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erickmqblr · 4 years
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Año de suicidas
En la cena de Navidad donde mis amigos desperdiciaron tres cajas de cerillos para intentar cocinar un pavo, todos nos dimos cuenta de que el tiempo parecía haberse fragmentado. Estábamos sentados en una larga mesa rectangular, como las que había antes en banquetes muy exclusivos o en las grandes mansiones, sobre la que estaba puesto un mantel blanco bordado con flores rojas, verdes y amarillas, cuando empezamos a contar nuestras experiencias a lo largo del año. Es muy común tener estas cenas entre todos solo para volverlas una catársis disfrazada. Una de mis queridas amigas, Lorena, hablaba sobre cómo su auto explotó en mitad de una carretera en los Estados Unidos, dejándola varada por el resto del día.
—Pues la cena serán pizzas —Carla, quien nos había invitado, estaba llegando con un montón de cajas encima. Estaba intentando ocultar su fracaso.
—Deja te ayudo, debe estar pesado —dijo Saúl, con su tono desinteresado de voz, acercándose.
—Ya, ya, si no es para tanto —Carla le dio un par de cajas— deberías preocuparte más porque llegue la que falta.
—Cristy nos acompañará más al rato, tiene trabajo en el hospital.
  —Nadie se detuvo a ayudarme en toda la tarde  —continuó Lorena, sosteniendo una copa de vino— tuve que esperar a una grúa que tardó años en llegar, solo para ir unos cuantos kilómetros más —presa de la desesperación, como personificando sus sentimientos durante el percance, bebió toda la copa— al final, no llegué a mi entrevista de trabajo. Volví a mi rancho derrotada, y ahora... pues, sigo intentando encontrar algo. No quiero seguir en esa pocilga, trabajando con animales sucios. Lo odio.
Lucio, quien estaba sentado a su lado, susurró sin mirarla:
  —”Odiar es querer, pero sin amar”.
  —¿Y tú? No hemos sabido nada de ti en un buen, nos sorprende que hayas venido siquiera. ¿Cómo van tus libros?
  —Libros solo tengo uno —dijo, sacando una copia de la mochilita que traía siempre consigo— lo publicamos recién este año. Es un poemario pequeñísimo, que no ha vendido mucho. Creo que voy a retirarme de la literatura.
  —¿Pero por qué? —dijo Carla, con una extraña preocupación.
  —Ya no me llena.
Todos se iban pasando el librito para hojearlo, leer un poema o dos. Saúl dijo que escribía muy bien, y Carla hizo todo un discurso político sobre su excelente uso del lenguaje. Cuando me tocó a mí, lo abrí en una página al azar, hallando un poema bastante corto. Hoy que te vi, te parecías a la luna.
Hoy que te vi, te parecías a la luna; si la luna fuese un monstruo temible de fauces rojas e intención oscura de ojos negros y carácter irascible. Hoy que te vi, te parecías a la luna; quizá un poco más extraño, con una mirada que siembra tus engaños y un sinfín de colores en tu cintura. Hoy que te vi, te parecías a la luna; ¿cómo? Pues brillante, porque la luz más intensa a veces es la más oscura. 
Era raro. Sus escritos nunca me habían parecido nada del otro mundo, pero este me resultaba más extraño de lo normal. Ahí es donde supimos que este año se había roto.
  —Oye, Lu—le pregunté,— esto no se parece en nada a lo que nos mostraste a principios de año. ¿Pasó algo?
Y era cierto: en la cena de Navidad del año pasado, y por ahí de febrero de este, Lucio nos había compartido un par de poemas suyos que iban a formar parte de su libro, pero no se parecían en nada a estos. Eran más limpios, más blancos, más felices y un poco más altaneros, no tan profundamente melancólicos como este. Todos volteamos a verlo, notándose ciertamente incómodo.
  —No lo sé —mencionó apesadumbrado— ni siquiera yo sé lo que me pasó. Es como si las cosas simplemente... sucedieran, pero no soy el mismo. No sé cómo explicarlo. Creo que este año fueron dos, o que este yo en realidad soy dos.
  —¿En serio? —de repente, Saúl parecía interesado en el resto de nosotros— porque a mí me pasa lo mismo. Siento que antes del verano fui una persona, y después fui otra.
  —No, creo que es más del año —Lorena ya se había puesto ebria... otra vez— yo me sentí la misma mierda todos los días, pero el tiempo fue como que... diferente.
  —Sí, sí, el tiempo fue —Carla se estaba inclinando demasiado hacia donde estaba Lucio,  jugando con sus manos— porque en general, como que pasaron muchas cosas este año, ¿no?
  —¿Cómo qué? —preguntó Saúl, quien estaba sentado justo delante de Carla.
  —Pues Lu publicó su libro, despidieron a Lore, tú le pediste matrimonio a Cristy, Luis se nos fue a estudiar a Veracruz...
  —Y conocí a mi novio —tenía que hacer hincapié en ello.
  —Aún no nos lo presentas —respondió Lorena.
  —Porque está en Europa.
  —De seguro es falso.
  —Falsas tus...
  —A ver, no nos desviemos del tema. Luego nos cuentas bien el chisme, Luis, pero ahora debemos saber. ¿Quién cambió, el tiempo o nosotros? —Carla seguía inclinándose demasiado hacia Lucio. Ahora parecía extrañamente más ansiosa que antes.
  —Para empezar, ¿exactamente qué sentimos? —inquirió Saúl.
  —Creo que... una ruptura —Lucio se notaba pensativo— como si hubiéramos empezado este año siendo unos, continuó, algo raro sucedió, y ahora somos otros. O el mundo es otro. Es que, todo es tan diferente, tan cambiado... ya no sabría por dónde empezar.
  —Pues yo intenté suicidarme —Lorena estaba tirada en el piso... otra vez— como a mitad de año —arrastraba las palabras mientras estaba hablando— por ahí de julio, el 21, tomé un chingo de pastillas intentando que todo terminara. No funcionó, porque mi apá me descubrió a tiempo. Ojalá hubiera servido, pero desde ahí como que no soy la misma.
Todos nos quedamos callados un momento. El silencio reinaba alrededor del comedor. Nos mirábamos, confusos, los unos a los otros, esperando a que alguien dijera algo. Lorena solo reía en el suelo, tan fuerte como para sacar lágrimas.
  —Yo también —respondió Lucio, pero con un rostro perplejo— de hecho... me sorprende, justo el mismo día. El 21 de julio tomé mi pistola de defensa, la cargué y todo, estaba decidido a abandonarlo todo y... pues, no lo hice. Estaba muy enojado conmigo mismo por no poder terminarlo con todo, así que me disparé en el pie por un ataque de ira —supiró—. Por eso no les había hablado en todo este tiempo  —de repente, Claudia se cubrió el rostro con las manos— ¿qué pasó? Oye, ¿estás bien?
  —No, no, no. Yo también... también quise suicidarme ese día —se limpiaba el moco con las servilletas navideñas— lo tenía todo, quise ahorcarme, pero... pero... —su llanto se intensificó— ¡pero no pude! ¡Nunca hago nada bien, ni siquiera eso!
Saúl tenía los ojos abiertos de par en par. Parecía que no podía creer algo. Estaba asustado, y me miró.
  —Luis... ¿tú también intentaste suicidarte el 21 de julio?
Con pena, asentí. Quise ahogarme en la bahía de Boca del Río, cuando vi que Lázaro, el último juguete que me había regalado mi abuela antes de morir, había sido destruido por unos idiotas que robaron en mi casa. Estaba lidiando con demasiadas cosas al mismo tiempo: entre la escuela, mis gastos, y el hecho de haberme enamorado otra vez, simplemente no quise vivir. De no ser porque Kevin llegó antes de meterme completamente, ahora mismo estaría muerto.
  —Es que... yo también lo intenté. Cristy y yo nos habíamos peleado, yo me quedé sin medicamentos... desperté en un hospital, me dijeron que me estaba desangrando. Todos nos intentamos suicidar el 21 de julio. Todos nos rompimos ese día... ¿será por eso?
Carla seguía llorando, con Lucio intentando consolarla. Lorena estaba en el piso, mirando hacia el techo con ojos perdidos. Saúl estaba pasmado y yo, en el extremo de la mesa, me sentía extraño. Nosotros apenas y llenábamos un poco de ese enorme salón, de ese comedor tan extravagante que Carla nos había prestado para la cena, y aún así el ambiente era extremadamente claustrofóbico. No había explicación para esta coincidencia, o al menos, no la podía haber. El Universo entero se alineó para que todos nosotros nos intentásemos suicidar el mismo día. Y peor aún: ninguno de nosotros se sintió el mismo tras ese intento. Ese lugar era un caos, pero nuestras mentes eran otro aún mayor. Carla se había levantado, agarrando la mochilita de Lucio. Él intentaba disuadirla de algo, pero sus esfuerzos eran inútiles. Rápidamente, sacó de ella un revolver muy pequeño; el mismo que Lucio tenía para propósitos de defensa personal, y con el que se había intentado suicidar. Gritó algo, no recuerdo qué, y disparó. Primero, intentó ir contra cada uno de nosotros, aunque nos tiramos al piso aprovechando su mala puntería. Sin cuatro balas, se le estaba acabando el tiempo.
  —¡Para ya! ¡Carla, dame el arma! —Saúl era bastante más alto que ella, pero se acercaba con cautela. Antes el silencio, ahora el caos reinaba este lugar. Todos intentábamos tranquilizarla, algunos más que otros, y Lorena aprovechó para salir del comedor al baño, supongo que a vomitar. Abrió la puerta que conectaba con la sala principal de esa enorme casa, corriendo. Por eso, no escuchamos los pasos.
  —¡No te voy a dar ni mierda! —Carla se había puesto más violenta, apuntando el arma a todos nosotros— ¡todos ustedes tienen vidas buenas, saben lo que hacen, viven siendo felices! ¿Y yo? ¡Pues quién se va a fijar en mí, en la estúpida de Carla, en la pendeja, en la misma idiota que está detrás de un puto escritor pedante que ni siquiera puede seguir haciendo su único talento! ¿En mí? ¡Qué va, qué se van a fijar en esta puta! ¿Pero saben qué? Estoy harta de sus mierdas, de todas sus mierdas. Estoy harta de ser la que hace todo en este círculo de amigos. “Carla, necesitamos un lugar para la cena, pon tu casa porque es la grande”, “Carla, necesitamos a alguien que cocine, tú sabes muy bien cómo hacerlo, haz el pavo”, Carla esto, Carla lo otro, ¡siempre estoy para ustedes y ustedes nunca para mí! Pero ahora... ahora no, yo seré la que les joda la vida. ¡Esas putas pizzas están ahí porque ninguno de ustedes sabe encender un jodido horno, arruinaron mi puta cena! Pero no, no más. ¡No más! ¡Nadie me va a calmar! ¡Si no puedo matarlos a todos, al menos mataré a alguien que les pueda joder la vida!
Sin más dilación, disparó. Parecía haberlo hecho a la nada, porque no le llegó a ninguno de nosotros, pero todos gritaron cuando giraron a ver qué se había caído. El cuerpo de Cristy estaba tirado en el suelo, con un orificio de bala en la cabeza por donde salía sangre a montón. Carla se tiró de rodillas, llorando más fuerte, como presa del arrepentimiento.
  —No, yo no... Dios mío, Cristy... qué hice...
Cuando menos nos lo esperábamos, Saúl corrió hacia Carla. La tiró al suelo y empezó a estrangularla.
  —¿Qué hiciste, maldita zorra? ¡¿Quieres saber qué hiciste?! Mataste a Cristy, a la luz de mi vida, a lo único que me mantenía en este mundo, ¡eso hiciste! Ahora vas a morir, tienes que morir, te voy a...
Escuchamos otro disparo. Saúl se tiró al suelo, retorciéndose de dolor. Lucio estaba sosteniendo el revólver, con lágrimas en los ojos. Apenas pudo, se abalanzó sobre Saúl para inmovilizarlo mientras yo marcaba a los servicios de emergencia. Todo era un caos. El pequeño mundo de ese infinito comedor se había venido abajo en cuestión de minutos. Cuando todo terminó, Saúl estaba quieto, y ya había llamado a la policía y a las ambulancias, me senté. Estaba sorprendido, enojado, triste... no podía llorar, pero sí mirar al vacío.
Pasó la noche, y fuera de la comisaría, los padres de Carla nos amenazaron a Saúl y a mí con proceder legalmente si decíamos algo de esto. Saúl iba a ser encerrado estos días, para después entrar a terapia por la pérdida. Carla iba a tener solo unos años de prisión gracias a la obra de sus padres, mientras a Lucio le retiraron el arma con el permiso indefinidamente. Ambos salimos a la acera a fumar un cigarrillo, sin decir palabra durante un buen rato. Tras minutos, horas, ninguno de los dos lo sabe, Lucio habló.
  —Creo que el año acaba de volver a romperse.
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alekseiaraujo · 5 years
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La fuerza
#LaFuerza en el #tarot de #Marseille aparece representado por una mujer que sostiene por sus fauces a un León. Lleva un sombrero de piel de serpiente en forma de infinito, está descalza y su rostro transmite tranquilidad. Este Arcano nos habla de nueva partida, valentía, fuerza creativa y seguridad.
El maestro #Jodorowsky nos señala que: “toda su actividad se concentra en la relación con el animal, en cuya melena la fuerza inteligente, amarilla o dorada, se encarna en la parte color carne. La mente se encarna en la animalidad, que a la vez se vuelve disponible a la comunicación con la mente”. La fuerza nos recuerda por un lado, en la #mitología a #Hércules, que en el primero de sus doce trabajos tiene que matar al León de Nemea y despojarle de su piel. Por otra parte, en el universo #Marvel nos recuerda a #JeanGray dado que entre algunos de sus poderes está el vuelo, la creación y destrucción del universo, la pirokinesis, la telepatía y la telequinesis. El Arcano la fuerza nos habla a simple vista de la energía, poder, fortaleza física (Hércules) pero en profundidad nos habla del dominio de la mente (Jean Gray) sobre la animalidad, el dominio del intelecto sobre los instintos/emociones y desde allí de la capacidad de tomar nuestras decisiones conscientes (crear/deconstruir nuestro mundo) y la energía creativa ideal para el inicio de nuevos ciclos. Pues para atravesar los desafíos, salir de la confort zone y empezar de nuevo necesitamos la energía de este Arcano.
Sí eres un once (por tu fecha de nacimiento) estás en capacidad de ayudar a la humanidad a construir nuevos mundos.
Este proyecto Arcano superhéroe lo estamos desarrollando con mi dupla creativa de tarot, ya les iré contando un poco más adelante.
Para consultas o clases individuales o grupales. Info por inbox
#Tarot #TarotReader #tarotdemarseille #universomarvel #Marvel #JeanGray #BuenosAires #Lecturasdetarot #TarotComic #Cosmos #Arcanosuperheroe #Xmen #Avengers #MCU #BuenosAires
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huitzilsaul-blog · 6 years
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Viejos escritos que reflejan mi realidad
Tú jamás te irías, lo juraste y por eso giras en reversa y regresas, que idiotez creer que alguien así puede cambiar, si, quizás los colmillos pierdan filo con los años, no por eso dejan de ser colmillos y cuando menos te lo esperas, te apuñalan una y otra vez, te destrozan y te dejan más roto que antes, bueno, al menos me alegro, porque aún soy capaz de sentir dolor.
Es que quizás fue una mala idea arreglar tus alas, parece que no eras gorrión más bien, creo yo, eras halcón, dispuesto a matar en cuanto el vuelo pudieras alzar, y lo entendí hasta él momento en que. El rojo carmesí de mis venas ví, supe ahí que eras cazador, de esos que matan al ciervo, de esos que matan al soñador, y sin embargo, aquí estoy, entre olores enervantes y luces deslumbrantes, caminando a tu cueva, lobo.
Evadiendo a la muerte pronta, porque hoy es día de gente rota, hoy es día de fuegos rosas y grandes odas.
A tus fauces de raíz amarilla, esas que brillan con el elixir rubí se que no me debo meter, pero cuando los alcanzas oh cazadora, tus grandes ojos rojos, arden con las brasas y brillan al oír los sollozos, para ti son gozos
¿Quizás eso es lo que amas? ¿Más que a mí?
Amas la sangre surgir
De tus amigos y enemigos
No hay diferencia
A ciencia cierta son similares
Y algunos flotan cual nenúfares
En charcos de recuerdos son todos ellos verbos muertos
Y al vernos todos manchados y pisados
quemados, y abandonados
Gozas y ríes pues tu poder te permite cuanto deses, ves? A pesar de todo no me aleje, pero en el camino si me deje
Los charcos de los que heriste y no les diste
El premio de morir y se fueron gritando y llorando a vivir
Los eh oído concluir que eres la diosa muerte y el verte transformada en loba de alas negras es un regaló
Que tú decides a quiénes te llevas de la mano
Pues quizás no mientan ¿Verdad?, pero ¿tú me mentiras? ¿Omitirias tus memorias?, ¿Ocultarias tus puñales?, No suena como algo que tú me harías, primero lo gozarias, me ejecutarias con tu lengua, suave y dulce, luego vierte espuma ácida, infame me conduce a un camino de poco sufrir y mucho vivir y es que para alguien como yo de situación dependiente es mejor morir en tus brazos, que vivir pensando en tus pedazos, como si fueras fragmentos a la deriva de épocas perdidas de mi vida.
Y al final lo creo de nuevo, eres cruel, loba infame, intangible tu tacto reconocible al rose, cura y quema según sea tu goce
Tan momentaneo como el éxtasis al sentir tus labios eres un ente indescriptible y aún así
Hoy es un día de gente rota, faros rosas y cosas rojas.
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nunoxaviermoreira · 6 years
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ANTHOPHYSA, LA PARADOJA DE SER LO QUE NO SE ES, TURBERAS DE CANENCIA by PROYECTO AGUA** /** WATER PROJECT En Biodiversidad virtual y también en Twiter * En los paisajes fantásticos de las gotas de agua, con frecuencia la realidad es apariencia en la que la lógica es la magia y las paradojas son razón, aquí lo minúsculo se hace infinito y conecta con la inmensidad del universo. Es en estos paisajes acuáticos donde Anthophysa se hace árbol, y al no tener brisa que acaricie sus hojas, fabrica sus propios remolinos para mecerse en el agua. Anthophysa vegetans, es una crisofícea, una alga pálida y dorada que no es alga, es un árbol diminuto que no es árbol. Es un ser quieto y al mismo tiempo volador. No necesita la luz y se alimenta al respirar los remolinos que genera con sus flagelos batientes, que arrastran las bacterias a sus fauces. Es Anthophysa , uno de esos seres fantásticos que escapan a las cuadriculados esquemas de clasificación de los que Antophysa se escabulle nadando dejando que su copa de árbol imposible arrastre su tronco ligero por los laberintos líquidos de las charcas. Anthophysa es un flagelado ovalado de pequeño cuerpo, la parte anterior remata en un corto pico en el que se insertan dos flagelos, uno largo y ondulante, que siempre se mueve serpenteando y otro corto, prácticamente invisible y casi recto. A Anthophysa no parece gustarle la soledad y de este modo busca compañía formando ramilletes esféricos que construyen una copa cerrada siempre agitada con el saludo de los flagelos de quienes la forman. Todos los individuos de Anthophysa , construyen solidariamente un tronco gelatinoso, con el que se suelen anclar a los fondos donde viven o a otras algas para filtrar el agua cargada de nutrientes en la que les gusta vivir. Allí, batiendo sus flagelos generan remolinos de agua que atraen a sus principales alimentos, las bacterias y de este modo sobreviven, dividiéndose en ramas y construyendo bosques de arbolado pálido. Anthophysa se incluye en el grupo de algas crisofíceas, algas amarillas, o como ésta, más pálidas, curioso grupo que admite a este ser que no necesita la luz del sol y que se alimenta de las bacterias que llegan atraídas hasta su copa. Unas veces Anthophysa , en su libertad de decidir y de vivir, nada libremente en formaciones esféricas en las aguas contaminadas en las que suele habitar, otras veces decide vivir fijada al fondo, sustentada por su tronco gelatinoso y hoy, este ser inclasificable ha decidido anclarse en un filamento de Spirogyra imitando a su alma de remolinos verdes con remolinos de agua. Anthophysa vegetans vive en zonas de aguas estancadas donde se acumula la materia orgánica hoy ha sido fotografiada en vivo a 400 aumentos empleando la técnica de contraste de interferencia y procede de una muestra de agua recogida el día 25 de noviembre por Sara Navarro y Ajo Fernández en las turberas de Canencia en la Sierra de Guadarrama donde cada gota es un mundo y al mismo tiempo un universo minúsculo, paradójico e infinitamente bello. http://ift.tt/2BKqXCK
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