Perturbación
Hablábamos en la cocina durante la comida. La televisión transmitía las noticias; pronto cambiaríamos de canal, daban lo habitual. La fuimos viendo hasta decidirnos verla en el salón, donde volvimos a elegir otro canal al tiempo que nos elegía el sopor. Durante unos minutos, dormimos resguardándonos del frío abrigados con mantas; aún no encendimos el hogar.
Caía la noche con precipitación.
Nos…
View On WordPress
0 notes
Northwest
II (2020).
Northwest se disfruta despacio. Su país es el de la paciencia y el tiempo perdido. El del sol y la yerba fresca invadiendo los huesos de frío. No tengo idea si había intención de dividir de esta manera su debut, pero esta segunda parte es, sobre todo, la exuberancia. Una primavera cubierta de nieve, con brotes estallando a través del suelo helado. Con el sol relumbrando en las gotas de agua recién creada. De una belleza tétrica, apesadumbrada, ebria de pánico y resurrección. Tan triste que es necesario almorzarlo en el frío de las mañanas.
Quizás sea II el barro, el tacto, igual que el anterior disco sería el aire; o quizás ahora, ya terminado, tiene sentido. Un trabajo que se siente, o que se debe sentir, tocar, que está sucio y suena sucio, improvisado, -que no simple, todo lo contrario, excesivo como una enredadera creciendo sin control- salpicado de ideas fantásticas y miedos primarios. Un disco para sentir, no para volar, para hacerlo brotar como la sangre y llorarlo debajo de la lluvia: si es que llegamos a salir algún día a la calle.
(Transcribo al ordenador estas letras justo el día que estamos todos en el primer día del confinamiento).
Wind, la primera, me recuerda a Cumbria, que abría I. Suena a mensaje privado, a recordatorio de lo que era aquel principio y lo que es este. Una especie de mensaje privado, de celebración y fe de vida. Pudiera ser una de las mejores del disco, junto a Before the Spell: Solo de clarinete. La consagración de la primavera. Una ¿improvisación? se convierte en una larga obertura que muy despacio va desvelando la canción: La palabra es despacio. Quizás alrededor de un lugar acelerado, esta canción va a clavarse como un asta de bandera y a moverse en su propio tempo (igual que un óvalo de antimateria confinado en su burbuja). Posiblemente habría que escucharla un día de la hipotética normalidad, para comprobar su efecto reconfigurador sobre el sonido del tráfico. Me he acordado del monumento a Isabel la Católica que hay frente al Museo de Ciencias Naturales. Del sonido del agua de la fuente que hay allí, y el murmullo del tráfico, presente en el picor de la garganta pero domesticado para los oídos. Ese fue uno de los lugares donde escuché, de noche, I, y donde ahora, mientras entra el sol de la mañana por mi ventana, me imagino sonando esta canción. La paz de espíritu es querer estar en dos sitios a la vez. Recibir el pañuelo con una nana bordada de la voz de Mariuca mientras trinan los clarinetes del tormento en algún lugar de la Castellana. Pero hoy pudiera ser un gran día: no me levanté con dolor de cabeza.
Wasted Light tiene una estructura de musical; es una especie de diálogo entre Mariuca e Ignacio. Casi podría transformarse en un spoken word y durar seis horas. Y seguramente, no estaría mal. Está interpretada, de eso no me cabe duda, la imagino como una máscara que se exhibe entre bailes y alguna risa mal llevada. Una canción de sonidos prestados y sentimientos adelantados al crédito de una vejez que (no me engañáis) todavía no ha encontrado su voz: no es el turno. Aun así, un broche exquisito, perfecto. Ay, como estoy dos decidan contar historias.
No sé si pudiera ser una suerte de fabulación sobre el paso del tiempo por que cuerpos y sus espíritus, por su relación y su hogar. Quizá. Es tan cinematográfica que se mira igual que se oye.
[Interlude 2] Día siguiente, no he dormido y parece que me están intentando despertar de una fiesta irreal. II deriva hacia la música clásica en este primer tercio, olvidando cualquier canal pop que los mantenga en el terreno de lo inmediato –Northwest en el terreno de lo inmediato: solo a mí se me ocurriría semejante sinsentido-. Si se reconocía a Goldfrapp en The Day, aquí nos lanzamos sin red a la música clásica contemporánea, los rusos, los minimalistas, los ballets, la excentricidad; de una manera tímida pero firme. La pieza cobra forma después de un preludio que parece un calentamiento, y se convierte en una suerte de tormento de cámara para distorsiones sonoras que derivan en una
melancólica secuencia que, a pesar de su potencia, parece el eco de un sueño incoherente que, al despertar, ha desaparecido.
Hay que volver a ella. Pudiera ser un sueño registrado, por primera vez; y la escucho varias veces, y cambiando de opinión, regreso sobre unas huellas que no parece que tengan intención. Y recuerdo que no he dormido, que quizás ahora no estoy despierto (si no fuera por los garabatos en el cuaderno).
Ha sido un paréntesis. All of a Sudden retorna a la estructura pop. Es quizás una de las canciones más accesibles del disco, emotiva e intensa. Suena como una tormenta susurrada al oído. Y, maldición, tengo la sensación de estar escuchando chicharras de fondo. Ayer sonó cuando recogía mis cosas para seguir recorriendo vías cíclales. Esa atmósfera de sopor veraniego y el sol cayendo sin compasión sobre las cabezas, la sección de cuerda de esa canción, la voz de Mariuca ignorando el sudor y la sed…
(Después)
Hoy me he levantado pensando que intento entender a Northwest como un acechador, que quiere atisbar la instantánea del alumbramiento de cada canción, la estampa exacta de ese instante, desde la ventana lejana de un parque en medio de Castilla. ¿Cómo se los puede explicar así? Bienvenidos a la ceremonia de la confusión, el lugar donde los artistas acuden a sentirse libres.
Mientras hago una enésima escucha a II, me ha dado por pensar que a Northwest le falta cinismo. Su música es un himno a la hermosura de los inviernos, a lo edificante que es la soledad y a la aventura, triunfal, de renunciar a todo para perseguir los sueños. Su música es armonía y, cuando deja de serlo, es porque se convierte en un dialogo o en un pasacalles. Son unos optimistas y el optimismo terminará por convertirlos en unos cursis, o en Georgie Dann. Cierto que han compuesto temas como Look at Me y Pyramid, hablando de la autoestima como pilar de la liberación de cualquier mujer de las cadenas del patriarcado, y de la intolerancia, la violencia y la guerra y el esfuerzo constante que hacemos todos por seguir intentando ser nosotros mismos a pesar de nuestro decadente siglo. Y, sin embargo, la falta de concreción, de carne (creo que Look at Me es la excepción, y sospecho que es Mariuca íntegramente, sucia, feliz y paseando desnuda hacia el aquelarre), esa mirada al infinito de la música, pudiera convertirlos en unos felices excéntricos, ajenos a todo en su sótano de trastos.
Por eso me preguntaba si no han aprovechado el feedback de la gira de I para apuntalar II. Y fuimos demasiado complacientes, demasiado entusiastas, y de la misma manera que les ha salido un disco apabullante en su grandilocuencia, pudiera ser el embrión de futuras vergüenzas.
Conozco a Ignacio y a Mariuca y se que les gusta escuchar, que tienen claro lo que saben hacer y lo que no y que tienen muchísimo talento y son dos tipas valientes. Y que, a su manera, quizás ellos empiecen a pensar qué coño van a hacer después de publicar esta burrada doble.
1 note
·
View note
El bloqueo
EL bloqueo, o como quieras llamarlo Kimit-sin, es una historia, es nuestra historia, es el escape de los dioses, es todo lo que nos ocurrió para poder escapar, porque como todo gran pueblo, hemos escapado por caminos secretos del mundo.
Tanto el bloque como el escape tomaron muchos años-El bloqueo, como la red que se arma con las palabras, se fue incrustando en el mundo en la realidad, y ese mundo disociado de si mismo, ese cadaver soñador que miraba a traves de los ojos del toro, y que no se movía en ninguna dirección, tuvo que moverse de su principado, de sus establos, o donde quiera que estuviera mirando cuando interrumpimos su sopor eterno. Ese susurro que fue aguzandole en el oído, un siseo que le le entraba en el mismo canal auditivo, como un cienpies, y le corrompía su adormilado estar. Nuestro susurro, es la historia de nuestro escape. Y de todos los que nos ayudaron a escapar. Pero traer su mirada hacia acá, la mirada de un toro-dios, de tantas cientas de tonaladas, eso era nuestro objetivo, y durante años, el nunca nos prestó atención, sus sueños, que era el espiritu de esa gente que lo adoraba, era un baba demasiada espesa que inundaba la tierra de ese sol arioso que inundaba las tierras lejanas. Pero nosotros mantuvimos contando nuetra historia, tejiendo, tejiendo, nunca nos detuvimos, así hubiera días que nos encontraramos desamparados, desprovistos de todo, pues el toro-dios soñaba sus sueños con su pueblo regado de la llovizna divina, y a nosotros, nos toaba contarnos la historia de nuestro escape, y cuando no queriamos decir nada, entonces la realiad se acentaba en nosotros, caia como una piedra en un laguna profunda. Nos dejaba allí botados en una tierra que nu era nuestra, que no lo sería. Para esos días, lo mejor que podíamos hacer era levantarnos de nuestra miseria, de nuestras cuevas y nuestros bosques, y los refugios en los que viviamos ignorados por el mundo. Bañarnos, lavarnos esa mamada, esa saliva que se le iba a uno untando en toda la existencia. Lavarse bien, y coemnzzar otra vez, comenzar desde el comienzo a contar la historia de nuestro escape. De como nuestro pueblo escapo del dios anterior, y se salvo de su hundimiento, que llevo consigo al hundimiento del mundo entero, pues esa era la naturaleza de los dioses, la de hundir el mundo, cuando estos eran despertados. Nosotros fuimos perfeccionando nuestra historia, acumulando los detalles, que se perdían en generaciones antiguas. Entonces Ea-nasir, trajo a la superficie uno de los dioses ocultos, y hice un acto sacrilego con el. Y entonces el Toro-dios, despertó.
2 notes
·
View notes
Retrieve Clown Bro
@knivesandfaygo
You’re all kinds of tired right now, even with all the rest you’d managed to get yourself after Eridan had left your hive during your disasterous yesterday. But strength stealing panic and roiling emotions all up and stole a brother’s strength like a laughssassin in the deepest, darkest dead-night ‘till there was nothing that could be done but rest longer than you could.
More unfortunate had been the ones you’d run into after Eridan, the ones that got words pulled from the depths of your sopor-rotted soul-space poured into their auditory canals, the ones he’d been exhausted at and couldn’t sommon a feelin if he tried. This shit’s gonna be followin you, lingering in your steps to trip ya up like some half-forgotten meowbeast, and really, just fuck all a that in general.
Better to focus on what you’ve gotta be doing, namely getting your small bro Karako outta the hideout and back to Church, without anyone else getting their eye sockets on ya. Then you’re gonna nap again.
It shouldn’t be too hard to find the little clown, not too hard at all.
17 notes
·
View notes
Ingenious Devices
Marisa Coultr | Derevnya | Third Dark Season Perigee, 5th Night
She woke up weeping ink into her sopor.
Not that she didn’t try to claim otherwise, but you saw the smears on the back of her hand, and the blackness dotting the tips of her fangs where it must have run into her mouth in her sleep.
You waited as she spent far longer in the bathroom than she ever has before, even when she’d gone to that silly ball Glaceo had gotten the pair of you tickets for in exchange for a few people not making it there. You waited as she glared at you for it, but took your hand as you led her to breakfast regardless, the two of you walking in silence.
You held a knife in your other hand, long and serrated, and both of you pretended it wasn’t there as it gleamed of temptation. You walked away from her with it.
Glaceo isn’t worried about her. Nor is the cult’s dear leader, after you soothed them and assured them that their research was really quite important, and it was where they fit best. It was endearing how hard they tried to not look relieved, and flashed fin at you as if that actually meant something.
You drove the knife into a couch after that. Dug it into something that wasn’t flesh, something that would never die coughing its own blood as it ceased to be an obstacle.
You’re not worried yourself, seeing as Zelist is hardy as a cockroach and twice as unpleasant when she wants to be.
Still, someone ought to fret.
Third Dark Season Perigee, 4th Night
The temporary psychic link between you and Zelist allows you both to transmit thoughts with relatively little interference from stray impressions or observations.
You can still feel the undercurrent of resentment boiling beneath her clinical veneer.
No answer - don’t touch that, Marisa - where’s Sochet? - we must kill her
It’s not as if you can slip pieces of the network into your pocket, you muse, sliding a finger protected by several layers of gear along one of the brain-like protrusions of the Siren's network. These horrible bulky outfits don’t even have them.
Better not, Zelist irritably beams back at you. Oops. You guess that was directed enough at her for the link to pick it up. Tiresome, but it’s not as if the two of you can speak, faces covered in cloth breathing masks, masks made largely redundant since you’re shielded by helmets resembling those of spacesuits that your breath mists against the inside of.
The two of you are back in the dismal grotto beneath the canals, with no protection other than a few toys from the cult’s archives, watertight suits thick enough that even shuffling along trying not to make noise is a slow business, and your own wits.
Your auriculars are both plugged with military-grade sound cancellation buds, for all the good it’ll do you if she starts singing. The Siren’s call is a lure even when she slumbers, even when the door is shut, and the two of you unsealed it and then used the blood you brought with - Zelist’s own - to shut it behind you, because your lives are less than nothing if she escapes, or enthralled one of you and sent you back out.
It would be fascinating, certainly. You wonder how much awareness any thrall of hers would still retain. You hum softly, a sweet tune from somewhere in the back of your head, one of the ones every troll just knows somehow...
NO NO NO NO NO
You startle, splashing and nearly falling over, cursing at the noise -
- your hand reaches to steady yourself on the Siren’s rock, slick with algae.
Her frozen face stares back at you, the corpse’s lips raised in an eternal smile. Despite the cloth mask - despite the plastic shield between you and the thing that was once a troll, mere feet from your face - you swear the odor of a rotten sea creeps into your airsacs and your sniffsponge.
Her song slips into your own hum, your own voice - if you only killed the useless leader, using their body far better than they ever had, imagine the things you could accomplish if you ripped their heart out and ate it whole, feeding her the rest to gain the power to fuel a whole undead army...
You force yourself to laugh.
“Do you really think I’d ever cull without accounting for everything?” You whisper, with your usual gentle mockery paired with a fake breathiness. “Dear me, sweetheart, but I think you’re losing your touch. Most of us plan better than you.”
The song still presses down in your blood, your skull, gentle but insistent, and even a grimy rock looks like a good place to rest...
Heat strikes like a lash against your face.
Flames leap up across her network, the gnarled white growths sticking out the water now doused in fluid Zelist set while you held the Siren’s focus, and you grin wickedly, the light from them flickering on the visor of your helmet.
She’s been down here so long that she’s forgotten how to think like a troll. Horrorterrors don’t remember how to think ahead, how to cooperate, how to resist one’s own nature and whims -
you idiot -
You blink, flaming white tentacles all rising up before you with a charred stench, ready to crash down.
- watch out!
--
Third Dark Season Perigee, 5th Night
Zelist stares into the distance when you go back to check on her. Her eyes are still gray, despite her age, but right now they seem to see all the sweeps of trollkind at once. She hardly eats, picking up her fork and scooping up semolina porridge with all the enthusiasm of someone who’s been told to by a troll she doesn’t like very much.
Her eyes are gray, but when you peer at them, they seem tinged with white threads moving across her irises like the city’s fog.
White eyes. Black ink.
“Darling - ”
She holds up a hand so quickly that you practically swallow your own words, getting them trapped with no small amount of indignant fury in your windchute.
“She could be listening through me.” She murmurs, and you want to slap her.
“Oh?” you say, in a voice so sugary it could probably decorate several arsenic-laced cakes. You long for your blades.
“She’s always growing, Marisa. She listens, she learns, she adds to herself. Where do you think all that knowledge comes from? Every single piece of her we put into our own experiments, every part we ate...how do you think it grew?”
“You’re talking nonsense.” You huff. “She hasn’t ever had a thrall before! They’d have tried to lure more trolls down, and we’d know, dear! There would be records! She was never awake before the glub.”
She’s a horrorterror, you think impatiently. They hardly need to make sense to work. Zelist certainly isn’t making any with this ludicrous explanation.
The yellowblood’s eyes clear, sudden as if a wind had blown across the white threads.
You look down at her porridge, and there are drops of ink in it, spreading through it like veins in gnarled flesh.
“Poor little Marisa.” Again with that infuriating murmur, like she’s an actor in some overblown gothic play. Her voice is too gentle. Far more gentle than Zelist ever is, even when she’s trying to mock you...
“The more a troll knows, the easier it is to convince them of things that were never true at all.”
“Do me a favor, honeyhorns, and eat your porridge, or I’ll shove it down your sweet little windchute.”
You have more knives. It’s a shame you gave the rest to some frightened cult acolyte to hide.
Zelist hums at you, soft and sweet, and your digestion sac heaves.
--
Third Dark Season Perigee, 4th Night
Your vision is blurred as the Zelist tackles you and you crash down in the water, still dry thanks to your suit. The chill still seeps through it and into your bones, as you scrabble wildly and hit what feels like a spider’s web, the thin tendrils of white weaving between the brains of the network.
Such ingenious devices, sings the Siren. But you could be so much more.
The tentacles wrap around both of you gently, cradling you and lifting you up above the flames, bound together with suckered flesh. Zelist’s furious, terrified face is framed by coils of hair pressed against her helmet.
W̷hy̕ a҉ŕe ͝y͏òư ͢t͟r͞yin͘g͢ to̶ ḩúr̨t͢ me͝?҉
She sings in a way that’s somehow drowsy, murmuring. She was supposed to be asleep.
I a͠m ̷y̶ou̧r streng̨t͟h.̶ I ąm ͜yóur ̨k͘n̸o҉w̵l̶eḑge̶.̵
Lifted up above the water of the grotto, held and restrained by the growing tower of writhing white limbs, you look back down the desiccated husk of her original troll body, back when she was just Filome Varzim. A troll hungry for any way to gain advantage. You can respect that.
B̨e̕còme҉ ͘on̵e w͜i̡th ̢me͡, she says, so beautifully.
You͘ w̶i҉l͏l l͝ea͡r͢n ál̨l̶ the se͞cr̴e͜t̵s̷ o̷f ͟ţhe͜ l͘ivi͏ng ̛and͢ t̴he͏ d̷e͝ad.͢
You hiss, offended at the idea that you don’t already know more about reanimation than any other troll your caste or below -
Fuchsia light blasts from Zelist’s hand, cutting through the tentacles like a knife. The soothing melody in your head warps into an enraged shriek, cutting through your thinkpan as you hear endless whispers instead, crawling into your ears and your pan, melting it in your skull -
You both crash down into the waters again, chunks of tentacles floating around you as the ring of charred flesh burns, but you’re still clutching your head, shaking, sobbing inside your helmet, behind your mask.
S̕o͏ ͢y̡o͞u ̢bro̕u͞ght a ̴t͏i̢n͘y pie͞c͠e̸ ͢òf ͟t̀ḩe ̵M͘ot͟h̢e͠r̛, murmurs the melodic tones, now gone deeper, more bitter. T́h̵eń ͘h̢ȩŕe̴ ̵i͢s̸ ̶yo̵u͟rs̵,̕ ̨Z̷eĺist V͡ąrj̀a͡l͟...
The brain mound nearest you splits open, gnarled insides opening to reveal a skull, empty eye sockets streaming dark ink down the yellowed bone.
The horns growing out of its skull are the same ones you know are buried under your companion’s hair.
Zelist seems frozen along with you, despite the heat of the grotto, as more bones follow it, a skeleton hatching from its prison of white flesh as it reaches out a hand to her living flesh.
Suc̕h͢ a҉ f̢iǵhte̛r̨,͟ ̵j̡u҉st̛ l͟i̴k͟e ̡Mikhąv.͠ So ́much ̕s͡tr͏ugg̕l͠e̵,͏ ͞a̸nd͘ y҉ou͜r̸ c͘om̵p͟anion en͏v̢i͢e̕s ̧you f̧or̸ i͢t. L͡isten̸ to yo͝ùr a͞n͟cesto̴r̢, for this is ̕y̧our ́fa͢t҉ȩ. ̨
As Zelist triggers the light again, you can faintly hear a bitter, rebellious lament from a throat dead five hundred sweeps.
Third Dark Season Perigee, 5th Night
There’s a knock at the door, and the other trolls draw their weapons, gripping them with white knuckles and gritted fangs. You draw your beacon for your thralls instantly from your sylladex, poised to summon them. Zelist merely smiles that slight smile, and stops humming.
“He has come back.” she whispers, and while the drama of it all annoys you, there’s still something unsettling about the foreign eagerness in her eyes.
It could be the Northern Lights, come to deliver more than just warnings. It could be the universities, deciding to knock you down a few pegs. It could be Empire itself, and your usefulness has exceeded their tolerance.
“Oy, let me in, I’m Sochet Izzanu. I’ve got the Smith’s gun with me. Think you lot are gonna need it sometime real soon.”
You jump, and Zelist only widens that irritating gawp of hers.
Izzanu! Of course Zelist would have found and communicated with the wretched troll.
But Izzanu’s not a boy, are they?
One of your acolytes unbolts all the locks, and carefully deactivates the security measures. The door swings open...
And every troll - even your fingers twitch, and you’ll later swear on a stack of your own corpses that it was merely the light - pales, and makes wards against ill fortune.
“Varzim.” You whisper, despite yourself. Damned melodrama is contagious.
“Don’t say hello to me all at once.” Says the finned figure in a deadpan way to the room of drawn weapons, Sochet Izzanu by his side...or is it? Her hair is streaked with gray, her face lined. “Messiahs forbid I feel too welcome.”
Zelists’s eyes clear, and she straightens, walking over to the man in the black body armor with not a trace of apparent fear. Walking as her ancestor Mikhav would have done to Phryne Varzim, so many sweeps ago.
“Are you ready to help us kill your ancestor, Varzim?” She says, imperious as any of his caste would normally be to hers. “If we perfect the bullet metal, is your will strong enough to defy hers and put her down for good?”
“If it’s not, you’d better have a good backup plan.” He retorts dryly. “I don’t think putting all your eggs in one basket is terribly smart.”
“Answer me.”
His face darkens, his spots glowing with some emotion you can’t quite read; he keeps his wide fins almost completely still, only the faintest of flutters rippling through their multicolored membranes as he fixes his gaze on the lowblood in front of him. Sochet steps away and mutters about needing the ablution trap.
“I have listened for perigees to her song building in my mind, soothing me into giving in to her hunger. I nearly dove into the canals to be consumed, tearing my own flesh to stay back. I barely escaped from trolls who tried to capture me. I went into the heart of a Rickshaw, where the dead keep guard over memories and the power of Gl’bgolyb washed away everything I ever cared for.”
He’s breathing heavily, and looks slightly...surprised, for a moment, before his hard expression reasserts itself.
Zelist nods.
“Go with Izzanu. We must perfect the bullet metal. But you’re far from our only basket, Varzim.” She says, with some of her old edge, and draws a gun pointed right at his gilled throat.
He smiles sardonically.
“I have your ancestor trying to get in my head. Make the same mistake, and you’ll be dead before you take another breath.”
“I’m so glad we understand each other.”
He goes with the brownblood, apparently unbothered by the threat. Every set of eyes watches him leave, and you’ll admit (privately) that you’re no exception.
There have been a few other Varzims who came, since Filome became the Siren. A handful of trolls scattered across the centuries, caught in the web of her song.
All are dead, lost, or eaten, except for him.
You and the others look at each other, nervousness and hope clashing on their faces. It takes a horrorterror to kill a horrorterror, and here is Growth’s own blood.
So long as he doesn’t betray you all.
END
2 notes
·
View notes
América
La perra es chiquita. La calle le endureció los huesos y ensució su pelaje, todo lo que debería ser blanco es de un amarillo amarronado que en las puntas se vuelve negro. El animal está por morirse, es por eso que camina los kilómetros que la separan de la estación de servicio en la que mi papá paró a tomar un café antes de seguir viaje. Para encontrarme. Siento su cercanía antes de verla arrastrarse con una pata semi destrozada sobre el asfalto caliente entre los surtidores. Camina decidida y nadie adentro del bar de la estación se fija en ella cuando huele y desvía su mirada ciega hacia el otro lado del ventanal en donde yo revuelvo la sprite con el sorbete. La ola ecológica aún no llegó a ese lugar perdido en el medio de La Pampa y el plástico sigue repartiéndose, tirándose y cumpliendo su ciclo de contaminación por que a nadie le interesa.
No importa el lugar ni la hora, la comida de esta cadena es siempre asquerosa e irreal. El jamón y el queso se apilan como laminas de plástico de colores en una librería, apretados en ese pan seco y frío que jamás se deshace y uno traga entero hasta engañar lo suficiente al estómago como para poder subirlo a un auto durante las horas eternas de la tarde.
Los miembros restantes de mi familia miran las inundaciones en la tele pero ninguno parece estar prestando atención. Las personitas adentro del canal son lo único que se mueve a esa hora del mediodía además de las moscas.
Tomo un trago de la sprite tibia y me levanto con la excusa de ir al baño, mi papá asiente con la cabeza, cansado. Mamá y mis hermanos no se mueven ni un milímetro, en ese momento daría lo mismo que existieran o no.
El calor me envuelve apenas abro la puerta y salgo del ambiente seco y frío creado por el enorme aire acondicionado ubicado justo arriba de los expositores de lentes oscuros. Me pongo la mano sobre los ojos para evitar el resplandor blanco del sol en el techo de la camioneta estacionada frente a los baños. La perra camina alejándose de ahí hacia un árbol al costado de la ruta que parece ser la única planta de mas de cinco centímetros en todo el lugar. La sigo.
Además de la ceguera y la pata destrozada tiene una hemorragia interna causada por un golpe de hace unos días. Pienso en alguien capaz de patear a un perro tan viejo y el estómago se me vuelve una piedra del odio. No me ve pero sabe que estoy ahí y mueve la cola lentamente volviéndose hacia mí cuando las dos entramos en el pequeño espacio de sombra que nos proporciona el árbol. Antes de tocarla busco una posición cómoda y lo más lejos del asfalto posible. Miro una vez mas hacia el mini bar de la estación, en donde todo sigue quieto. La perra se acerca a mis rodillas y la acaricio atrás de las orejas.
Entonces se lo que pasó. Necesito su nombre pero es difícil de encontrar entre todas las imágenes que se agolpan en mi cabeza cuando mis dedos se encuentran con el pelo duro, apelmazado de la vejez. Y busco en esas imágenes como siempre, sin entender bien qué es lo que está pasando. Me sumerjo en las percepciones de colores distorsionados y veo todo de manera monstruosa y desde abajo. Me adelanto como si rebobinara una película y finalmente encuentro una cara que se diferencia de los demás. Una cara reconocible de un hombre que ata a la perra a un árbol en el medio de un campo. Las plantas se mueven al ritmo del viento. El hombre se aleja bajo el sol y la última cara reconocible del animal desaparece para siempre. Sigo sin encontrar el nombre. Voy aún mas atrás en los retazos de consciencia mal organizados y vuelvo a encontrar la misma cara. Esta vez hay sangre. La perra ataca al hombre y me inunda un sentimiento que es una mezcla de odio y miedo cuando los dientes, aun blancos y jóvenes, se clavan en una muñeca en la que brilla la malla de un reloj. Todo es color rojo. No puedo distinguir palabras concretas en los gritos de dolor y voy más allá. Siento como el animal se hace pequeño bajo mi mano y la piel tiembla.
Encuentro una niña que salta en un patio enorme, saltamos juntas y todo es felicidad durante unos segundos hasta que el hombre de la malla de reloj se acerca a ella. Todo vuelve a distorsionarse y no puedo identificar qué reacción me causa la sonrisa blanca del hombre que aún tiene la muñeca sana y se acerca a la niña tanto que parece que quiere aplastarla. Veo el miedo de la niña y como todo se nubla cuando su padre la lleva de la mano hacia quien sabe donde sin dejar de sonreír. El nombre suena como un pedido de auxilio pero la perra no puede darse cuenta, al menos no hasta ese día posterior en el que va a morder la muñeca del reloj para intentar matar al agresor.
Dejo de tocarla y el sol del mediodía vuelve a mi con toda su furia encegueciéndome por unos segundos. Tardo un rato en sentir la humedad de las lágrimas en mi cara.
-Lucia- digo acercándome a la oreja peluda.- Te llamas Lucía. Pienso que es un nombre extraño para un perro y que seguro fue pensado por la niña. Me imagino a la perra buscando a esa niña durante años por las rutas calientes para defenderla de la siniestra sonrisa del padre y saltar abajo del sol juntas de nuevo. Vuelvo a acariciar su pelo, esta vez cerca del hocico y respira por última vez mientras la sombra bajo el árbol comienza a achicarse.
Mientras me adormezco en el asiento de atrás del auto en marcha encuentro en el espejo retrovisor los ojos de mi padre clavados en mí y puedo ver una vez más ese miedo que se ve en la mirada de los adultos cuando algo escapa a su capacidad de comprensión. Intento sonreírle para tranquilizarlo pero el sueño me domina y transforma mi cara en una masa paralítica inexpresiva cuando me entrego al sopor del camino.
1 note
·
View note
1957 - Naalia Mar - Pic 1/2 Pic 3 - Dal Lake Photographs by Brian Brake Budshah’s Nalai Mar- Nalai (canal) Mar (snake)- No ruler of Kashmir has contributed towards building the country, promoting agriculture and digging canals of water as much as Budshah,” wrote the author of Tabkat-e-Akbari. Though creating new water canals has remained a routine with most of the rulers of Kashmir, it was only during Budshah’s reign that an elaborate irrigation canal structure took place across Kashmir, including Srinagar. Some of these canals still exist and operate. It all started with Lal Kohal. Originating from the brooks of Nala Pohroo and Lolab, the canal, after travelling a distance of about forty miles, joins Jhelum at Doaab Gah near Sopore. The purpose of Lal Kohal was to irrigate Zainageer and its adjoining villages. For this purpose Budshah ordered construction of a strong bund (embankment) of stones near Bunagam Pohroo. Also, one of Lal Kohal’s major branch irrigated villages like Zolrah, Harvan, Lateshat, Nawpora, Tujar, Zaina Pora, Bumy, Goripora and Seelo.few minor branches of Lal Kohal were used to supply water to places like Doru and DarPora But its main purpose was to keep Zainageer belt irrigated as the area was inhabited by Budshah himself. He had built a palace in the belt and would frequently visited and stay there. One major factor for frequenting the belt was that Chak’s were concentrated in the area and would occasionally attack his cavalry or the assets. They destroyed his Sopore palace twice. However, the idea of constructing such a huge canal was not an easy task to undertake. There is an interesting story behind the construction of Srinagar’s Nallai Mar . While Budshah was contemplating a plan to build Nallai Mar, a snake came into his dreams. The snake crawled through the proposed route and made his way to the end. The next morning when Budshah got up he heard commotion outside his palace. When he went out to check, he saw people chasing a snake trying to catch it. But the reptile was too quick and crawled all the way to Idgah and then to Achen where it disappeared. The incident, historians believe, gave Budshah cue about the route of water https://www.instagram.com/p/CZTpg1tPpAA/?utm_medium=tumblr
0 notes
Canal de youtube de Interpretación de sueños
Este es un canal de youtube, donde se enseña a interpretar sueños. Es un buen recurso para quienes desean conocer mejor la voz de Dios. Ya que los sueños, son Palabra de Dios ya que es Él quien nos habla y nos da su consejo, respondiendo las dudas de nuestro corazón. Nos aparta del mal y de la muerte. De malas decisiones y nos muestra como somos, como tenemos que ser y que hacer para tener una vida abundante (Y)
https://www.youtube.com/channel/UCR1koptNbtbV1yrLPqt6TOA
Les ruego que se den una oportunidad de aprender más de este tema, pues da buenos frutos si atendemos a la voz del Señor.
12 »Pero déjame decirte que estás equivocado,
pues Dios es más grande que los mortales.
13 ¿Por qué le echas en cara
que no responda a todas tus[a] preguntas?[b]
14 Dios nos habla una y otra vez,
aunque no lo percibamos.
15 Algunas veces en sueños,
otras veces en visiones nocturnas,
cuando caemos en un sopor profundo,
o cuando dormitamos en el lecho,
16 él nos habla al oído
y nos aterra con sus advertencias,
17 para apartarnos de hacer lo malo
y alejarnos de la soberbia;
18 para librarnos de caer en el sepulcro
y de cruzar el umbral de la muerte.
-Job 33: 12-18
Bueno , hasta aquí llegamos, espero que les haya gustado este ejemplo y no olviden que todos los sueños tienen interpretación B) (Y)
Les dejo la página con cursos variados y el de Interpretación de sueños:
https://unredil.wordpress.com/
https://www.facebook.com/fbUnRedil
https://www.facebook.com/fbinterpretacion/
https://www.facebook.com/fbvinculocreyente
https://www.youtube.com/channel/UC382kE_nybagro1iK8gB7SA
https://www.facebook.com/groups/unredil
https://www.instagram.com/vinculocreyente/
https://www.instagram.com/insunredil/
https://twitter.com/UnRedil
https://ar.pinterest.com/unredil/
https://discord.new/XztZyJnKqHrP
https://www.taringa.net/tInterpretacion
https://www.taringa.net/+unredil
http://unredil.tumblr.com/
0 notes
LA BATALLA DE PALONEGRO
Mayo 26 de 1900
Orgía de sangre
Al terminar la guerra de los Mil Días Colombia cambió para siempre. A partir de entonces las peores pesadillas se hicieron realidad.
Por Carlos Eduardo Jaramillo*
El 26 de mayo de 1900, en los inicios de la guerra de los Mil Días, cuando el generalísimo de los ejércitos liberales, Gabriel Vargas Santos, decidió dar la orden a sus fuerzas de iniciar la retirada en Palonegro, jamás imaginó que esta decisión llevaba aparejado un cambio definitivo en la historia de Colombia. Después de esa batalla la guerra dio un giro de 180 grados y tomó los elementos para prolongarse, con brutalidad y sevicia, por tres largos años. Sus efectos no fueron menores, pusieron el país al borde del abismo, le cercenaron territorio y multiplicaron su división política interna.
Después de la victoria de Peralonso, el 15 de diciembre de 1899 el liberalismo hubiera podido abreviar la guerra, consumando la derrota conservadora para marchar sin obstáculos sobre la capital. El generalísimo Vargas Santos, dueño de una victoria que no le pertenecía, ya que era consecuencia de una arremetida del general Rafael Uribe Uribe, no solo consideró deshonroso perseguir al grueso del ejército del gobierno en desbandada, sino que ordenó retroceder y armar tolda en Cúcuta, a muchos kilómetros del sitio de la batalla. Allí, por más de tres meses, el ejército altivo que venció en Peralonso se adormeció y se descompuso entre las querellas internas y la inacción militar.
Cuando por fin en febrero, espantando el sopor, el zancudo y las fiebres, el Generalísimo decidió empezar pequeñas escaramuzas, ya que el ejército conservador, renovado, fresco y bien pertrechado, bajo el mando del general Próspero Pinzón, le había cerrado todas las salidas posibles.
En las tinieblas
El 11 de mayo de 1900 llegaron las avanzadas liberales a las estribaciones de la cordillera de Canta, en inmediaciones de Bucaramanga y Lebrija, y allí se dio inicio a la más prolongada batalla de la guerra. Quince días de combates en un frente de 26 kilómetros de trincheras pegadas a la agreste topografía de los cerros de Palonegro. Allí, la victoria pendulaba con cada metro que se avanzaba o retrocedía, y donde machetes y yataganes hicieron calamidades entre los bandos.
Al sol canicular, al calor sofocante, a la falta de pertrechos, a la carencia de 'ambulancias' eficientes y a las cantimploras llenas de una mezcla de aguardiente con pólvora, se unió la brutalidad del combate, donde el arma blanca amputaba miembros y hendía las carnes condenando a sus víctimas a una muerte lenta entre las zanjas. Mucho antes que terminara la batalla, el hedor de los muertos que compartían trinchera con los vivos apestaba la región, y ensombrecía el cielo de aves carroñeras, muchas ancladas en tierra porque el peso de sus banquetes era mayor que la fuerza de sus alas.
Pasada la batalla, los médicos que atendieron los heridos y amontonaron los muertos dejaron relatos escalofriantes de la brutal saña con que los colombianos estaban decididos a matarse. Padres muertos encima de sus hijos adolescentes, habitantes de la región pillando las miserias de los muertos, miles de cadáveres cubiertos de moscas que desovaban y comían para multiplicar su especie y mujeres recogiendo, como en un rompecabezas, los pedazos de sus deudos para sepultarlos completos, o aquellas que trataban de imaginar, entre los cuerpos desfigurados por la hinchazón, algún rasgo que los identificara con sus seres queridos.
Unos 2.500 muertos es la cifra de algunos (1.500 liberales y 1.000 conservadores). Este es el saldo de la batalla que el 26 de mayo tocó su fin cuando los liberales empezaron a abandonar sus posiciones para entrar en otro laberinto de muerte y de tristeza.
Guerra irregular
De todas las rutas de escape, el generalísimo Vargas Santos optó por la más deletérea: la selva de Teorama. Allí el liberalismo les dejó a las fieras y a las fiebres lo último que le quedaba de la altiva fuerza que había triunfado en Peralonso.
Ese día, el 26 de mayo de 1900, el destino de Colombia cambió para siempre, a partir de ahí todo se hizo peor de lo que pudiera haber sido imaginado. El futuro de la guerra quedó escrito, la derrota del liberalismo solo sería cuestión de tiempo. Se dio inició a una guerra de desgaste para prolongar la confrontación y buscar las condiciones de una paz honrosa, que se hizo cada vez menos factible porque los ejércitos liberales eran fuerzas en permanente derrota.
La guerra, que paradójicamente los liberales habían querido convertir en una guerra regular donde los contendientes se dieran tratamiento de caballeros, devino, por fuerza de las circunstancias, en la más odiada guerra de guerrillas. En guerra de partidas donde la emboscada, la bala mascada y el machete se enseñorearon de los campos de batalla, junto con los capataces y los caporales de hacienda, diestros en el arma blanca y en la conducción de pequeños grupos de guerreros. Hombres a los que muchos la insania de la guerra les había quitado alma y sentimientos, convirtiéndolos en brutales máquinas de muerte y de venganza.
La Hegemonía Conservadora se prolongó en la historia. El conservatismo, 'los Históricos', les hicieron fintas a sus acuerdos con los liberales, para acomodarse en el poder hasta bien entrado el siglo XX. Tres años de guerra saturaron de sangre a los colombianos, con lo que se abrió paso en serio la constitución de un ejército profesional que impidiera la endemia de nuestras contiendas civiles.
A la sombra de los cañones no fueron pocos los que hicieron fortuna con las finanzas del Estado, las que escarbaron hasta sus cimientos, en descarada competencia de corruptos. Allí Colombia perdió la vergüenza, perdió la moral y perdió la ética.
El mapa de Colombia se volvió a dibujar en una rapiña de premios y castigos para vencedores y vencidos.
El empeño liberal por sostener su último valuarte en manos del general Benjamín Herrera en Panamá fijó en el Istmo la atención del mundo, lo que sirvió no solo para que los norteamericanos fondearan sus acorazados en el puerto y desplegaran sus marines sobre la vía férrea y la Ciudad de Panamá, con el pretexto de mantener abierta esa vía del comercio mundial, sino también para alentar las pretensiones separatistas.
Así, los norteamericanos, con los cañones del acorazado Wisconsin apuntando a la ciudad, impulsaron la idea de algunos ambiciosos panameños de independizar al Istmo. Estaba de por medio un gran negocio y un lugar estratégico del mundo que según ellos, no podía dejarse a los vaivenes de una república debilitada y escindida que mostraba un asombroso apego a resolver sus conflictos con el recurso de las armas y las contiendas civiles.
La falta de voluntad política y las torpezas innombrables de la diplomacia internacional de Colombia para llevar el caso de la construcción del canal terminaron por hacer de la venta de Panamá la solución más cómoda para la obtusa dirigencia nacional.
La pérdida de Panamá fue el puntillazo final de un cambio definitivo para Colombia que se empezó a gestar con los últimos disparos con que el ejército liberal inició su retirada de las escalofriantes trincheras de Palonegro el 26 de mayo de 1900.
*Sociólogo, ex consejero de paz, autor de 'Los guerrilleros del novecientos'.
1 note
·
View note
"RESERVAS" Con esperanzas renovadas tras el último parte oficial de bajas y heridos en este distópico presente, he contratado un paquete vacacional para meditar sobre mi insulsa inexistencia en el nuevo futuro imperfecto que está por describirse. O publicarse, pues resulta difícil distinguir qué fue ficción y qué será verdad en los pocos capítulos que nos quedan por leernos y explotarnos las entrañas. Lecturas a pie de cama con beso de niño Jesús que nos ayude a conciliar. El sueño. Y así, entre fantasías de consumidores de heroína de noche Prozac de día, tengo apalabrada primera quincena de agosto con un todo incluido en hotel top star con cama all stars y directas vistas al mar, muerto. El tema muerto ha sido elección personal: importante no perder contacto con la nueva realidad de cadáveres anónimos con números mágicos atados a su mejor dedo grueso del pie más entero. Con esta propuesta estival, aproximación carnal a la mejor versión festivalera que pueda uno inocularse sin temor a cárcel por contagio irresponsable, he de pasar adormilado el tiempo que pueda. Nada como el sopor de los idiotas para eludir todo mal, moral. Con especial interés he demandado un maxibar. Doble puerta XXL con producción non stop de hielo y burbujas falsas de champán. Quiero ser feliz sin reparar en costes ni mediar en gastos. El verano, enuncian los asesores de imagen y buen ánimo, es para vivirlo. Hasta morirlo. Televisión vía satélite y acceso total a plataformas streaming. Irrenunciable conocer las actualizaciones de las nuevas escrituras fabuladas por el mesías HBO y las bendiciones de su concubina NETFLIX. Canal PornTube y O.T. para las tardes de siesta. Noticias TVE cuando eche de menos alguna mentira dulce si flaqueo y me ataca la morriña de volver. El servicio de habitaciones se ha comprometido a no llamar sin molestar y el botones me pedirá una propina cada día hasta dejarme sin blanca. Ni negra. Pues no he mencionado que a este fin de fiesta definitivo no acudiré solo. Aftonia es blanca. Magalí, negra. .... sigue la historia en mi Facebook. #poesia #relatosbreves #antipoesia https://www.instagram.com/p/CC-TFzcKlcW/?igshid=1qbi9scn5rhea
0 notes
QasMixer, una interfaz gráfica de alsamixer que te libra de la incómoda consola
Con la expansión y consolidación de PulseAudio, las aplicaciones gráficas que sirven para manejar alsamixer han perdido protagonismo. Por lo general los chips de sonido Realtek suelen ser totalmente manejables desde los controles ofrecidos por los entornos de escritorio, pero entre las tarjetas de sonido dedicadas hay muchos modelos cuyo soporte por parte de PulseAudio está roto desde hace años, y sin visos de que la situación vaya a corregirse en el futuro (veremos si el panorama cambia para mejor con PipeWire).
Debido a que el chip ALC1220 de la placa base que soporta mi Ryzen 7 1700 me ha salido rana para hacerlo funcionar con GNU/Linux, me he visto forzado a comprar una tarjeta de sonido dedicada para tener un sonido con unos mínimos de calidad, y hace tiempo que me decanté por la veterana Xonar DSX.
Estoy contento con los resultados de la Xonar DSX tanto a nivel de salida como de entrada de sonido, pero fuera de Ubuntu y derivadas directas me veía forzado (por mi ignorancia) a lidiar con la áspera interfaz semigráfica ofrecida por la terminal, ya que en la distribución de Canonical recurría la paquete gnome-alsamixer, que raras veces estaba presente en otras distribuciones.
Sin embargo, un día, buceando tontamente con Synaptic por la paquetería del Debian Testing que usaba por entonces, encontré una aplicación llamada QasMixer, y su descripción indicaba que era una interfaz gráfica para alsamixer construida con Qt 5. ¡Hurra! Se acabó el tener que abrir una consola para configurar aspectos básicos del sonido.
Una vez abierta, la verdad es que QasMixer no es nada que sorprenda al usuario, pero puede terminar siendo socorrida cuando se usa alguna de esas tarjetas de sonido Xonar o Essence cuya compatibilidad con PulseAudio está rota, aunque sigan siendo funcionales y capaces de ofrecer un sonido de calidad. En mi caso, con la Xonar DSX, es importante tener activados los canales de entrada y salida de PulseAudio y poner el volumen al 100%.
Después hay que dirigirse a la configuración del hardware usado para el sonido y ajustar los volúmenes de los canales Maestro (Master) e Input a los niveles que el usuario crea conveniente. Aquí yo siempre establezco el 100% y ajusto el volumen de la salida a través de los altavoces y el de la entrada con la interfaz que tiene OBS Studio para ese menester. Si algún día tengo una conversación por Skype, veré si la configuración de sonido de GNOME me permite ajustar el volumen de la aplicación o si tendré que matar las moscas a cañonazos con QasMixer. Al menos no tendré que abrir una terminal.
Por último, a los usuarios de GNOME Shell “pelado” como yo les sería recomendable inhabilitar el soporte de la bandeja del sistema.
Cierto que QasMixer es una aplicación inútil para la mayoría de los usuarios, ya que los chips de Realtek suelen cumplir correctamente con su función, pero igual tú eres de esos pocos usuarios con una tarjeta de sonido dedicada cuyo sopor por parte de PulseAudio está roto, y posiblemente desde hace muchísimo tiempo. Con QasMixer, que la he encontrado en Debian, Fedora, Ubuntu y Manjaro, tienes la oportunidad de librarte de la incómoda consola.
Fuente: MuyLinux
0 notes
Seminar on Urdu literature held at GDC Sopore - Greater Kashmir
Seminar on Urdu literature held at GDC Sopore – Greater Kashmir
https://www.librolasemilla.com/seminar-on-urdu-literature-held-at-gdc-sopore-greater-kashmir/ https://www.librolasemilla.com/seminar-on-urdu-literature-held-at-gdc-sopore-greater-kashmir/ Libro La Semilla Libros Autoayuda, Crecimiento Personal y Meditación Life Coaching Vida y Terapias Alternativas PNL Filosofía de Vida, Consciencia Noticias Marbella Seo y Posicionamiento Web Canal Vídeos Youtube…
View On WordPress
0 notes
Seminar on Urdu literature held at GDC Sopore - Greater Kashmir
Seminar on Urdu literature held at GDC Sopore – Greater Kashmir
https://www.librolasemilla.com/seminar-on-urdu-literature-held-at-gdc-sopore-greater-kashmir/ https://www.librolasemilla.com/seminar-on-urdu-literature-held-at-gdc-sopore-greater-kashmir/ Libro La Semilla Libros Autoayuda, Crecimiento Personal y Meditación Life Coaching Vida y Terapias Alternativas PNL Filosofía de Vida, Consciencia Noticias Marbella Seo y Posicionamiento Web Canal Vídeos Youtube…
View On WordPress
0 notes
Seminar on Urdu literature held at GDC Sopore - Greater Kashmir
Seminar on Urdu literature held at GDC Sopore – Greater Kashmir
https://www.librolasemilla.com/seminar-on-urdu-literature-held-at-gdc-sopore-greater-kashmir/ https://www.librolasemilla.com/seminar-on-urdu-literature-held-at-gdc-sopore-greater-kashmir/ Libro La Semilla Libros Autoayuda, Crecimiento Personal y Meditación Life Coaching Vida y Terapias Alternativas PNL Filosofía de Vida, Consciencia Noticias Marbella Seo y Posicionamiento Web Canal Vídeos Youtube…
View On WordPress
0 notes
Seminar on Urdu literature held at GDC Sopore - Greater Kashmir
Seminar on Urdu literature held at GDC Sopore – Greater Kashmir
https://www.librolasemilla.com/seminar-on-urdu-literature-held-at-gdc-sopore-greater-kashmir/ https://www.librolasemilla.com/seminar-on-urdu-literature-held-at-gdc-sopore-greater-kashmir/ Libro La Semilla Libros Autoayuda, Crecimiento Personal y Meditación Life Coaching Vida y Terapias Alternativas PNL Filosofía de Vida, Consciencia Noticias Marbella Seo y Posicionamiento Web Canal Vídeos Youtube…
View On WordPress
0 notes