Es muy gracioso, realmente nunca me había pasado & tal vez sea por lo sola que me siento & estoy ahora... me doy cuenta de más cosas, como por ejemplo que el enojo en mí se convierte en impulso, en ese deseo de hacer cosas sin sentido que terminen hiriendo a otras personas o a mí, pero siempre a una de dos. Qué actúo de manera estúpida cuando algo de lo que yo no esperaba, sucede o esas acciones me apenan.
Eres algo así como un día lluvioso de esos en los que se busca calor en una taza de café y las sábanas con la tele encendida. Eres cómoda niña, eres paz.
El día está nublado, tengo la suerte de vivir frente a un parque, mi gato se encuentra en el alféizar de la ventana, mientras disfruto de la Bossa Nova de fondo.
No le agradezco al sol sino a la capa de ozono, por protegernos de ese asesino implacable, fuente de cáncer de piel que intenta cada día convertirnos en Marte.
Por eso también disfruto los días grises, es otra capa de protección ante el genocida solar. Desprecio a quienes se quejan de esa capa de nubes, quienes argumentan que le quita color al mundo, que todo se vuelve tono mate, que desaparece el brillo y el contraste mientras intenta vencer y sobrevivir. Me recuerdan a cuando la humanidad creía que la aparición de un eclipse o un cometa era un mal presagio.
Por eso también me gusta la lluvia, ahuyenta a los cobardes de las calles o los condena a sus vehículos protectores, micromundos rodantes aireacondicionantes, de ventanas altas, antilluvia de bolsillos llenos del plástico mágico que conjuran sus cuentas bancarias.
Lluvia: Su enemiga. A veces incluso se cancelan los vuelos por su culpa.
Pero también es la que alimenta su tan amado color, brillo y contraste, aunque no lo ven. Lloran los días grises por grises, no comprenden que ese gris es el principal alimento del color, ni siquiera cuando aparece el arcoíris. La lluvia es la tinta del paisaje. No se dan cuenta de que cuando finaliza la lluvia todo luce con un resplandor renovado, perfumado con geosmina.
Es que ellos la última vez que intentaron renovarse y perfumarse fue en la cena que organizaron con ex amigos de la infancia o adolescencia, justo antes de que la tormenta rasgara el único rayo de sol del cual dependía su sonrisa.
Se cancela. Arreglamos para otro día.
"...ocupados con las grandes cenas en las que se resumía su fantasía de pudientes..." (Muriel Barbery; La vida secreta de los elfos)
En este momento es cuando la paz reina en mi mente y mis oídos se aturden de la lluvia, la piel se eriza con la brisa fresca, siento la humedad en mis manos y como va la lluvia recorriendo toda mi cara. Es un buen momento para llorar y aportar algo a la naturaleza.