Las cosas son tan temporales, todo caduca, todo se termina, inesperadamente siempre existirán otros momentos y nuevas personas, otras sonrisas, otros cielos admirables, aferrarse a lo que sabremos que un día no estará, es aferrarnos a decepcionarnos a nosotros mismos...Y realmente no quiero eso para ti o para mi; has sido tan importante en mi vida pero, ha llegado el momento de separarnos por nuestro propio bien. Gracias por todo lo que hiciste por mi, por todo el tiempo que me dedicaste y por cada detalle; por cada beso y cada caricia, por cada segundo que te detuviste a observarme y a quererme. Gracias. Simplemente gracias por ser parte de vida y en algún momento pintar con sonrisas mi mundo, quizá en ocasiones de las tantas cosas que se intentan fallan, falló nuestro amorío, fallallaron nuestras ganas por quererlo todo. Gracias por amarme tanto, y te agradecería aún más si lo hicieras así mismo contigo.
A veces, podemos estar en lucha contra el mundo. Y es en ese tipo de situaciones cuando en lugar de señalar con el dedo a los demás como responsables de todas nuestras frustraciones, deberíamos cambiar la óptica para fijarnos en nosotros mismos y analizar con objetividad la realidad de nuestro estado emocional. En este tipo de situación cobra fuerza la tesis psicológica que afirma: "Cuando tú estás bien, tu mundo está en orden", "Cuando no estás bien contigo mismo, todo es un caos".
¿Pero qué ocurre cuando una persona tiene que resolver un problema emocional interno, y sin embargo, culpa a los demás de su malestar? Que al identificar la causa equivocada, no pone el remedio oportuno. Pero además, cuando entramos en esa cadena de insatisfacción personal en la que nadie o muy pocas personas parecen superar ese filtro de expectativas y de perfección, entonces, hay algo que debemos cambiar.
Y principalmente, es la actitud. Esa actitud que lleva a una persona a fijarse constantemente en los defectos de los demás, como si ella misma fuese perfecta. Este tipo de actitud suele venir acompañada del machaque a esos defectos ajenos y una excesiva comprensión hacia uno mismo.
¿Cómo saber si el problema está en ti? Cuando en estas circunstancias de insatisfacción personal, no tomas conciencia del daño que hacen tus palabras a otras personas y confundes la sinceridad con la libertad de decir cualquier cosa, sin un filtro previo de empatía. El problema está en nosotros cuando creemos que estamos en posesión de la verdad y "nuestras razones" son una justificación permanente para decir lo que queramos en todo momento. Con la falta de humildad propia de esos estados de soberbia y vanidad que, enmarcaran muchos estados emocionales de resentimiento.
El problema está en nosotros, cuando principalmente, hacemos responsables a los demás de nuestro estado de ánimo. Cuando damos mucho peso a las circunstancias y muy poco a la libertad. Evidentemente, existen situaciones realmente difíciles en las que, este tipo de ingredientes pueden alterarse. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, la libertad de un adulto responsable, es mayor en influencia que las circunstancias externas. Sin embargo, la realidad es que a veces nos resulta muy cómodo juzgar a los demás.
Los problemas no se resuelven por sí solos al mirar hacia otra parte. Y además, este tipo de actitud puede producir un efecto rebote. Un daño en las relaciones personales porque no todas las personas seguirán ahí a pesar de todo. Es decir, habrá quien se canse de sentirse juzgado. El problema está en ti cuando crees que tienes muchos derechos pero pocas obligaciones. Y en cambio, tratas a los demás como si tuviesen muchas obligaciones contigo pero pocos derechos. El problema está en nosotros cuando hemos dejado de ser ecuánimes.
Cómo hacer un cambio de actitud
Tomando conciencia del problema, reconociendo los errores propios. Y asumiendo que, todo ser humano tiene sus propias heridas. Y a pesar de todo, es posible amanecer a la vida con la esperanza de la gratitud. Todos hemos podido pasar o pasaremos por una situación de este tipo. Lo importante es que, con toda la naturalidad del mundo, podemos cambiar de actitud.
Nuestro idioma español es hermoso y en ocasiones no valoramos esos pequeños detalles que son tan significativos. Aprecia tu idioma y no pierdas esa maravilla de hablarlo.
sometimes when i see the rude and gross way latin people get treated in the usa makes me never want to go there nor try to do anything at all in that country
desconoce hora en específico, mas no es complicado intuir o adivinar que debería estar intentando (por lo menos) conciliar algunas miserables horas de descanso. pero lo siente una tarea imposible o, peor, una tarea destinada a la tortura, porque sabe que no podría conseguir más que repeticiones demasiado crudas de imágenes violentas que no la tienen como protagonista, pero sí (según ella) como autora. al menos no es la única desvelada y compañía específica es más que bienvenida. “hay té negro, té de limón, de jengibre” da ofertas, leyendo de forma distraída nombres y sobres, ya poniendo agua para calentar. “no hagamos mucho ruido y vamos afuera, ¿sí?” pide entonces, hablando en lenguaje de murmullos, de cansancio, también. “¿cómo estás?” // @lisistratas
Algoritmos - cómo gobiernan nuestro mundo | DOCUMENTAL
Algoritmos - cómo gobiernan nuestro mundo - Los algoritmos se utilizan para componer música, predecir delitos y decidir lo que ves en tu pantalla. Analizan todos nuestros movimientos y nos conocen mejor que nosotros mismos. Conozca a los informáticos a la vanguardia de esta revolución, así como a quienes se preguntan quién tiene realmente el control en esta nueva era digital.