Tumgik
#tras las cierras
pabloav-fotostock · 2 years
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46snowfox · 1 month
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Diabolik Lovers Daylight Animate Tokuten:「Durmiendo junto a un★Vampiro」 [Reiji Sakamaki]
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Título original: 「添い寝でおやすみ★ヴァンパイア」
//Traducción pedida en Ko-fi//
Reiji: Oh… La puerta de su habitación está abierta. Aah, no sé si tiene cero sentido de supervivencia o si es simplemente descuidada… *se acerca* ¿Estará dormida? Espero que no se haya quedado dormida encima de la cama sin cubrirse con alguna manta. *entra* Está sobre la cama… y no está tapada… solo sabe causar problemas. *te cubre con una manta*. ¿Hm? Esta revista… “técnicas para cortar verduras para decorar”.
Reiji (1:07): ¿Acaso quería probar a hacer esto? Dudo que puedas hacer algo tan complicado. Hm, supongo que puedo darle una ojeada. Voy a tomar prestada tu silla *se sienta*.  ¿Hm? Vaya, tiene una nota adhesiva y hay otra en la página siguiente, a ver. Jaja… Marcó unas decoraciones bastante llamativas porque pensó que podrían gustarme. Tienes un lado bastante adorable, no me molestaría que practicáramos estos cortes. Ya puedo prever que vas a cortarte un dedo, así que será mejor que tengas a alguien a tu lado, estarás más segura que estando sola.
Reiji (2:23): Oh, ¿te desperté? ¡…! Aah… ¿No recuerdas? Antes de caer dormida estabas leyendo una revista mientras pensabas en mí, incluso estabas dejando notas en ella… Y aun así dijiste el nombre de otra persona… ¿Qué significa? Me debes una explicación. Vamos, levántate.
Reiji (3:06): Sí, soy yo, no necesitas asustarte. No te preocupes, más importante, antes dijiste el nombre de otra persona mientras estabas medio dormida. ¿Acaso estabas soñando? ¿Fue un auto-reflejo? Pues eso se me hace más raro considerando lo mucho que piensas en mí. *te muestra la revista* Tras ver esta prueba no puedes excusarte. Ya es tarde para esconderla, puesto que ya he posado mi vista en las notas que escribiste en ella. Sí, las vi. Querías practicar cómo hacer decoraciones con las verduras, ¿me equivoco? Bueno, me lo imaginaba, si lo haces bien te felicitaré, pero dudo que suceda.
Reiji (4:13): ¿Lo lograrás si practicas? Si practicas estoy seguro de que desperdiciarás ingredientes, te cortarás y dejarás la cocina hecha un desastre, no puedo imaginar un futuro pacífico en donde eso no ocurra…  Tampoco te deprimas… te aconsejaré, pero ya es demasiado tarde, hagámoslo mañana. ¿Por qué te ves insatisfecha? ¿Acaso te incomoda que te ayude?
Reiji (5:03): La dificultad de estas decoraciones es demasiado alta como para que las domines en un solo día. Sé que querías sorprenderme, pero si hubieras practicado estas técnicas te habrías llenado las manos de heridas y te habría descubierto de inmediato. ¿O acaso planeabas causarme problemas de más a propósito? Entonces recibe mi ayuda sin quejarte. Aunque si te la pasas fallando incluso conmigo entrenándote tendré que castigarte, ¿de acuerdo? Entonces, como te ves cansada va siendo hora de dormir. Asegúrate de acostarte bajo las mantas.
Reiji (5:58): Vamos, cúbrete hasta el cuello. Me quedaré a tu lado hasta que te quedes dormida. Ahora, cierra tus ojos… *se vuelve a sentar en la silla* Estaré leyendo esta revista mientras observo tu rostro dormido. ¿Te tranquiliza? Es un honor saber eso. A diferencia de ciertas personas sin disciplina yo no te atacaré ni morderé de la nada. Aunque si eso es lo que deseas, puedo hacerlo. Oh vaya, ¿te has sonrojado? Déjame ver tu expresión. *se acerca a ti*
Reiji (7:06): Fufu, buenas noches, espero que tengas espléndidos sueños *beso*. Supongo que le encargaré el resto que limpien la casa o que salgan a comprar para evitar que no interfieran en nuestras prácticas… Si nos encuentran van a causar alboroto. Oh, ya ha caído dormida, debe de haber estado agotada. Dudo que leer un libro la haya dejado tan cansada, es probable que alguien la haya usado para cumplir recados… Ah, desearía que aprendiera a decir que no. Oh, debo evitar despertarla. Todavía debo pulir los platos, será mejor que me retire. Me llevaré la revista para leerla en mi habitación.
Reiji (8:15): ¡…! Ahora sí dijo mi nombre mientras dormía… No tiene remedio, supongo que veré su rostro dormido por un rato más… Ya va siendo hora de retirarme. Espero ansioso el tiempo que pasaremos juntos mañana. Yo seré el primero en decirte buenos días, así que descansa… *se retira de la habitación*
Reiji (9:17): *leyendo la revista mientras camina* Hm… Necesitamos pepinos, zanahorias, rábanos… y también… paprica. Voy a ver si tenemos todo eso en el refrigerador.  Oh, también necesitaremos curitas y desinfectante. Aparte de pulir los platos también afilaré los cuchillos. Seguiré leyendo al llegar a la habitación, debo acabar las preparaciones ahora y despertar a mi amada estando en plena forma.
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equipo · 11 months
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Cambia, todo cambia
🌟 Novedades
Ya incluimos los datos clave que añades al subir un audio (título, artista, álbum y portada) en la vista externa de los blogs.
Los enlaces a la herramienta de edición por lotes ahora se abren en una pestaña nueva del navegador en la versión web.
En la versión web para móviles, al pulsar sobre los elementos informativos de un blog (el avatar, el nombre o el título) desde el apartado de la cuenta del menú de navegación, accederás directamente a la página para gestionarlo.
Antes, te podíamos sugerir varios reblogueos distintos de una publicación recomendada que hubieras descartado. Hemos tomado nota de los comentarios de la comunidad y ya no incluiremos recomendaciones de esa publicación ni de sus reblogueos durante un mes desde que indiques que no te interesa.
Ahora puedes segmentar las publicaciones que promociones en función del idioma en el que esté configurado tu blog.
Al desplazarte por la web usando las teclas «J» y «K» como atajo, el efecto gráfico de resaltado que se muestra es un poco más agradable a la vista.
🛠️ Mejoras y solución de problemas
Al usar la versión web en un dispositivo con pantalla táctil, ahora es mucho más fácil pulsar el botón para abrir las opciones de un blog en el menú de la cuenta, independientemente del formato de la página.
También en esta versión, al usar una tableta o una ventana redimensionada con un ancho reducido, el menú de navegación ya no ocupará la mayor parte del espacio disponible en la página al abrirlo.
Si usas la última versión de la aplicación para iOS o Android, los anuncios con audio ya no se reproducirán automáticamente (incluso cuando no estén visibles). No dudes en informarnos si te sigues encontrando con este error.
El pasado viernes, sufrimos algunos retrasos en el proceso de envío de correos para restablecer y verificar las contraseñas de Tumblr, pero lo resolvimos ese mismo día.
Hemos aplicado unos criterios más lógicos y consistentes al botón para volver atrás entre conversaciones y bandejas de entrada del sistema de mensajes directos de Tumblr en los navegadores web para móviles.
🚧 En curso
Estamos al tanto de un fallo en el menú de las notas, que a veces no se carga correctamente tras reiniciar la aplicación para iOS. Si la cierras del todo, no deberías de tener este problema, pero estamos trabajando en una solución permanente que incluiremos en la próxima versión.
Nuestro equipo sigue esforzándose en actualizar todos los documentos de ayuda. Si encuentras cualquier información confusa o que no esté al día, no dudes en escribirnos.
🌱 Próximamente
Pronto podrás tener más de un tipo de distintivo activo junto al nombre de tu blog. ¡Este cambio está al caer!
¿Tienes algún problema? Envía una solicitud al equipo de asistencia y se pondrán en contacto contigo lo antes posible.
¿Quieres hacernos llegar tus comentarios o impresiones sobre alguna función? Echa un vistazo a nuestro flamante blog Work in Progress y empieza a compartir tus ideas y sugerencias con la comunidad.
¡Y no olvides que puedes consultar todos estos cambios en cualquiera de los idiomas disponibles en Tumblr en los blogs oficiales de los equipos internacionales!
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alasdepaloma · 6 months
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La vida se afianza, a veces, al cuello de uno. Aprieta, aprieta… Aprieta tanto que te cierra los pulmones, que parece que te revienta las venas, que te vuelve de marioneta las piernas, que te lleva a querer dejarlo todo y ya no buscar luchar. He sentido los dolores más fuertes de toda mi vida desde que tengo uso de razón y vaya que he atravesado por un sin fin de dolores físicos… En esta desesperanza he embriagado a mi mente del profundo anhelo de invocar a Azrael para que calme estas dolencias con su aliento de muerte. Nada hay para mí aquí en la tierra. He llegado a pensar. ¿Cuál es la razón de mi existencia si he estado más cerca del sufrimiento que del regocijo? ¿Si he formado más un océano de lágrimas que de sonrisas? Y no, no estoy para nada deprimida, no me siento así, hace ya bastante tiempo que trascendí la depresión, esto va más allá. He hecho un análisis de lo que yo le pudiera deber a la vida para que la misma apriete y se obstine tanto aquí, lo cierto es que se necesitan fuerzas y valor para ponerse de pie, es uno de sus requisitos favoritos, fuerza física y espiritual, valor y templanza, no se aceptan almas endebles en este plano plagado de absurdo. Pero, ¿cómo levantarme si no puedo respirar porque me dobla el dolor? ¿Cómo ayudar a mi corazón a que siga avanzando si el mismo dolor le da latigazos haciéndole cabalgar y casi perder la conciencia? Dios… Los días se han puesto difíciles, la vida da putazos y no mide sus fuerzas. Volteo a todos lados y mis seres queridos sufren y se duelen, aquellos que me sostenían se están desmoronando y de repente el mundo que estaba completo ahora está fracturado. Vida. ¿Qué quieres vida? Te he pedido perdón, me siento en paz contigo. He aprendido tus lecciones más duras. He soltado sueños que gritabas que dejara. He renunciado a la magia que me mantenía vivo el ego, tal vez. He quebrado anhelos descabellados. He dejado de mencionar a la vela de cumpleaños mi más grande aspiración. Hoy voy más vacía que un cascarón. Sí… Me has obligado a renunciar al rosa con el que teñía mis cielos. Ahora mi mundo está gris. No puedo odiarte, porqué habría de odiarte, no soy la única con la que te has ensimismado agrediendo mi salud año tras año. Y por esos guerreros que aún siguen de pie aún en cama, y por aquellos que ya han trascendido abandonando sus sueños de poder seguir viviendo para mirar un día más la sonrisa de sus seres amados, por todas esas almas valientes y colmadas de un éter más poderoso que el puto absurdo de esta tremenda vida, por ellos grito, por ellos me levanto, por ellos sigo… Por ellos, por quienes pido un respiro amplio que pueda adormilar su dolor. He comprendido que nada tiene valor en esta vida aunque aparente tenerlo, no son más que fantasías… El verdadero valor está en alzar la vista al cielo, aún abrumada, cegada por las lágrimas, y buscar como un reflejo del sí mismo, allá donde dicen que está Dios, una chispa que nos haga morir con el asta de nuestro nombre bien en alto.
—PalomaZerimar.
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theprettynosferatu · 7 months
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Se mira al espejo. No está segura de qué pensar. Sin duda el conjunto es provocativo… y le queda bien. Es un poco extraño, casi como mirar a otra mujer, como ocupar un lugar fuera del espacio, fuera de su vida cotidiana, fuera de las angustias y el desgaste y las responsabilidades diarias que se acumulan sobre su espalda como piedras depositadas una a la vez, cargándola, achicándola. Pero la mujer del espejo… no está cansada, no parece agobiada. Es una fantasía viviente, una diosa en lencería negra. Su corazón late con ferocidad, con anticipación, con miedo. Todavía no le parece real.
Llega el momento, y sale a la fiesta.
De inmediato desea tener algo en las manos: tragos, o quizás una bandeja con pequeños bocados… cualquier cosa que la ponga en la categoría de mesera, de ayudante, de cualquier otra cosa. Pero no tiene nada, no tiene cómo esconderse. Ella sabe por qué está ahí, y todos los invitados lo saben también.
Siente sus miradas sobre su piel, casi como si sus ojos la acariciaran. El deseo la envuelve como seda, y siente la atención de cada hombre y mujer en la lujosa sala sobre su cuerpo. Su cuello. Sus piernas. Sus labios. Sus tetas. Por un momento su mente se rebela: senos, no tetas. Pero en ese momento un pensamiento aparece en ella. Tiene tetas. En este lugar, frente a estas personas que la miran como si quisieran devorarla, no hay lugar para esconderse tras lenguaje prolijo. Tiene hermosas tetas, tiene piernas devastadoras, tiene un culo que, con cada paso que da, enciende más y más la necesidad de su público. Quieren tocarla. Quieren sentirla. Quieren poseerla. Es sencillo, primitivo, salvaje. Se le escapa una sonrisa y siente un calor travieso entre sus piernas. Por un rato puede dejar todo atrás. Por un rato puede solamente ser eso, ser el objeto de deseo, ser el arte y la belleza y la tentación que crece con cada segundo.
Hay una paz en ese placer. Cierra los ojos y baila.
Se deja llevar. Gira. De vez en cuando observa a los invitados, sus ojos atrapados por ese cuerpo que roba toda atención. La miran y ella los mira mirarla, bebe la forma en que el aire se vuelve denso con la promesa de los placeres que les regalará. Nota, casi con curiosidad, que está empapada. No tiene que ser más que lo que es en este momento. El mundo deja de ser complicado, y se reduce a ese juego de provocar el deseo y sentir es suave éxtasis de saberse deseada. Nota que varios invitados se mueven, incapaces de contenerse, enredados con ella en la intoxicación del momento. La necesitan, casi como necesitan el aire. Y ella va a cumplir. Un único propósito. Sencillo. Hermoso. 
Se acerca a un hombre, sentado en su lujoso sillón. Toca su entrepierna sobre el pantalón y siente el calor en su miembro, la forma en que palpita por ella. Ésta será la primera, decide. La primera de muchas vergas que estallarán gracias a ella. Por ella. La idea casi le da vértigo. Tantas, todas para ella, por ella. Y ella para complacer. Se lame los labios. El universo se reduce a ese punto, ese objetivo. 
No necesita pensar. No necesita cuestionarse, o juzgarse, o tomar desiciones. Sólo necesita dejarse llevar.
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Entre los episodios más desgarradores de la existencia humana se encuentra el momento en que uno debe despedirse de aquel con quien imaginaba compartir el trayecto de la vida.
Es una experiencia marcada por la amargura y la melancolía, donde el peso del adiós se hace sentir con una intensidad abrumadora.
Cada palabra pronunciada en ese instante parece estar impregnada de un dolor profundo, como si el simple acto de despedirse desgarrara el alma en pedazos.
La mente se ve inundada de recuerdos compartidos, momentos de felicidad entrelazados con el conocimiento doloroso de que ya no serán más.
En el eco del adiós resonará siempre el eco de los sueños que nunca se materializaron, de las promesas que quedaron suspendidas en el aire sin cumplirse. Y así, entre lágrimas y suspiros, se cierra un capítulo que uno hubiera deseado que durara para siempre, dejando tras de sí un vacío que ninguna palabra puede llenar.
ℜ𝔬𝔰𝔞🖤
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reverieinter · 9 days
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— it's nice when you can't see the chains…
El auto se detiene frente al castillo, interrumpe el andar de policías y personal especializado. Cada uno vestido con mantos blancos plásticos sobre sus cabezas, intentando ensuciar la evidencia en la que se ha transformado el Castillo de Toledo. El lienzo aún pende de lo alto y lo ve él al descender del vehículo con vidrios polarizados. 
Los testigos se despegan, creando un pasillo del que emerge Maximilian Steele, quien con una reverencia saluda Lorenzo Accardi, doctor en leyes italiano y miembro de la Corte Internacional de Justicia de la Organización de las Naciones Unidas. 
— Tardaste, Steele — puede escucharse la molestia tras su voz, a pesar de su rostro apacible y su andar tranquilo. 
No espera a escucharlo, no le interesa lo que tuviese que decirle. Estaban en la mira ahora. 
— Doce estudiantes heridos, ¿no te parece un número algo excesivo? Pensé que elegiste gente seria para este nuevo programa — recibe los guantes que le entrega Samuel, quien ni siquiera se atreve a mirarle a los ojos. Se pone el primero y mira a Seoyeon. — No quiero verla aquí — puntualiza, antes de ponerse el segundo. — Y a él tampoco. 
Los reconoció de los informes, en su cabeza no son otra cosa que miembros inoperantes de una escuela para la que Maximilian no estaba preparado. El cuerpo directivo tendría que recibir un informe al terminar su visita, uno que fuese propiamente hecho y que dejase en evidencia la inoperancia de Jeong y Nam. Una vez más. 
No necesitan volver a mirar a Seoyeon y Samuel para que desaparezcan de escena como si se tratase de dos sombras que mueren al tocar el sol. Genevieve espera al final del pasillo al Doctor, donde le indica la escalera que debe comenzar a subir para llegar a las habitaciones damnificadas. 
— ¡Lorenzo! — se escucha una voz amigable en el pasillo, cuando terminan de subir. Y aparece el profesor Campbell, despeinado y sonriente, sus manos están cubiertas por guantes y su cuerpo por una de esas capas plásticas. —¡Qué agradable verte por aquí, mio sole, Come sta la famiglia? Trinità? — en un fluido italiano, Piers termina por abrazar al enviado de los tribunales internacionales, quien lo recibe con la misma efusividad. 
— Oh, Piers, così tanto tempo sin verte, mio figlio — como si se tratase de un viejo amigo, Accardi olvida todo protocolo para saludar al hijo de uno de sus mejores amigos. Estaba tan grande que le llenaba de emoción ver lo grande que estaba. 
— ¡Qué bueno verte! Aunque, ¡qué desgraciadas circunstancias! Deberíamos agendar una cita ahora que andas por aquí, quizás por un café o una paella — un cliché casi insultante, que hace retorcerse a Samuel en el piso bajo, escuchando todo el intercambio. 
— Deberíamos, ahora iré a ver el desastre que tienen por aquí, cuídate mucho, terminando aquí podemos hablar —  golpea con su mano el hombro de Campbell, entonces vuelve a mirar con expresión severa a Steele, quien retoma el camino en silencio hasta la azotea del Castillo. 
— Ciao, mio sole — entona con su mano agitándose en el airea, el profesor Campbell, quien sonriente vuelve a la escena que tenía asignada de estudiar. 
Al llegar arriba, el lienzo continúa flameando con una paloma dibujada sobre él, los oficiales se mueven para permitirle al miembro de la corte internacional comenzar a hacer su trabajo. La puerta se cierra a su espalda y no sabes qué sucedió allí arriba. 
______________
— ¿Lo escuchaste? Mio sole, mio sole mis cojones — refunfuña Samuel en el primer piso. 
Se mueve de un lado a otro, se ve molesto e intranquilo. Tiene miedo por él. Tiene miedo también por ella. Y detesta el rostro de Olivier al otro lado del pasillo, observándolo con suficiencia y como si estuviera culpándolo de algo. 
— ¿Qué miras tú, pedazo de gilipollas? — Escupe palabra tras palabra, mientras le hace frente con pecho al frente. 
Olivier no mueve un músculo. 
— ¿Me vas a pegar, Jeong? Lo que te faltaba para graduarte de primate —. 
— ¡Hey, chicos! Tranquilizaos, ¿así se dice? — Piers baja sonriente las escaleras, mientras se quita los guantes. 
Tres él viene Crystal en silencio, como siempre. Mira a Seoyeon y asiente, sin embargo, ella no se deshace de las prendas que la cubren. 
— Lo encontré — murmura por lo bajo, sólo nam pudo escucharla. 
Mientras en el fondo Samuel continúa buscando pelea con Olivier, quien sardónico lo mira de arriba a abajo. Era patético a su mirada. 
OOC.
Esta información sólo es de conocimiento OOC, ningún estudiante fue testigo de la interacción en Toledo.
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guardianasdelrpg · 22 days
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decirle que me ha encantado, verdades como puños. Solo he venido a esto. // Gracias ♥
Quiero aprovechar de paso, a una pequeña reflexión.
Se que este mensaje no va a cambiar el cómo algunos se manejan desde el odio, la bronca, los celos, la envidia, o simplemente el aburrimiento, donde ver el mundo arder es lo único que parece llenar sus ociosas y vacías horas. Pero al menos, me gustaría llamar a la reflexión y apelar un poco a la conciencia de esas personas. 
Llevo en el mundo de los foros, demasiados años, con impases de por medio, como todos. Me ha tocado ser usuaria, y por supuesto, luego administradora.
Cuando uno solo ha vivido en este mundo siendo usuario, no sabe realmente lo que cargan las administraciones. Lo sé, porque en mi ignorancia y juventud, también lo he pensado. No es la primera vez que leo quejas absurdas sobre las administraciones de los foros, pero al igual que todos, yo tambien tengo un limite, y lo de la reservas de pb, fue la gota que me rebalsó el vaso.  Por que me puse a pensar ¿Que injusto no?, y me remonte a mi tiempo de administradora, cuando comence a desarrollar mi propio foro, el hecho de invertir dinero en una skin, estar sentada en el PS horas y horas, combinando colorings, cambiando imágenes, tratando que todo encaje, probando y descartando una y mil veces. Buscando colores en las paginas de color hexa para elegir los que mejor representen a los grupos, pero tambien, que vaya todo en armonia con el foro. Redactar la información, normas, registros, gestiones, afiliaciones, guías, tienda, sistemas. Solo los administradores saben, las horas y horas tras la pantalla que invierten en ese proyecto que tanta ilusión les hace. 
No solo horas, sino días, semanas e incluso meses.
Y una vez montado el foro ¿Todo termina ahí? No. El trabajo de un administrador nunca termina hasta que ese mundo cierra sus puertas. Mientras que sigue en pie, la administración lee, corrige y acepta fichas, responde dudas por mensaje privado y también dentro del foro, actualiza los registros, crea y lleva adelante las tramas haciendo sus intervenciones con la cuenta master. Realiza eventos, actividades para dar premios y regalos. Es la misma administración la que hace la publicidad, la que hace la imagen para presentar a tu personaje en tumblr, o para promocionar tu búsqueda.  
Esa es la administración, que no pide nada a cambio más que empatía y respeto por su trabajo y por el tiempo que eligen dedicarnos por AMOR al rol y a su foro. Por qué han elegido compartirlo y abrir sus puertas a más personas para hacer de ese lugar una gran comunidad. O al menos aspiran a convertirse en una gran comunidad, por que nunca falta el canguro de turno o el hater que viene a los tumblr en forma de anonimato a tirar tierra al trabajo de alguien más.
Por eso, cada vez que abren un tumblr para lanzar alguna crítica, tómense un minuto para meditar, que detrás de ese foro, hay personas que han invertido demasiado tiempo, demasiado trabajo, pero por sobre todo, demasiada ILUSIÓN y CARIÑO. Que su trabajo, no termina con la apertura, y que cada palabra de odio o crítica realizada desde el desprecio/envidia/enojo, donde lejos está de ser constructiva, no son más que puñaladas que terminan apagando al foro y dañando a personas que han trabajado mucho, incluso dejando a veces de lado sus propios roles y tramas para atender los asuntos administrativos. Así que, si ven que un administrador demora un poco en actualizar registros, aceptar una ficha, o incluso, realiza una reserva de un pb, sean EMPATICOS.  Porque si muchos foros tristemente mueren, no solo es por que el hype o las ganas se terminan, sino porque la comunidad en sí, carece de los valores, compañerismo y empatía necesaria para poder ser una comunidad unida. 
Un abrazo enorme a todos esos administrador@s y moderador@s que día tras día dedican tiempo a su foro con tanto cariño e ilusión. Y si leen algún comentario hiriente, cuando duela, recuerden toda ese cariño y expectativa que volcaron mientras alzaban el foro, y que eso (y los usuarios fieles, empáticos y dedicados que estén al lado de ustedes) sean el motor que les permita continuar y dejar una huella ♥.
Ahri ❤️
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caostalgia · 2 years
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Yo sé que te gusta morder mientras follas; que cierras los ojos cuando abrazas y los abres cuando besas.
Que te gusta desenredar mi cabello cuando quieres que escuche realmente los pensamientos importantes que se te cruzan por la cabeza y no sabes cómo decir. Sé que antes de dormir tomas medio vaso con agua y resto lo consumes al despertar. Odias las campanadas de las iglesias porque te desconcentran y que piensas que los días malos pueden repetirse año tras año.
También sé que no quieres estar conmigo, pero te aterra que pueda encontrar a alguien más y por eso aún no te decides a dejarme, amor.
-Cinthyacabalga
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freya-captain · 1 year
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Me encanta Jacegon, pero parecen ser el tipo de nave que vive no puede ver un final feliz. Es curioso cómo el matrimonio arreglado / forzado se ha convertido en un cliché para el fandom HOTD, pero no puedo imaginar de qué otra manera podría funcionar .. soo
Aegon es un omega, la decepción a los ojos de su madre. Odia la forma en que le arrebataron su libertad. Odia la idea de tener que gestar a un bebé que no quiere sólo para satisfacer a gente a la que no le importa si vive o muere en el parto. sólo para que el ciclo se repita. una y otra vez. Todo el mundo sabe que odia estar en este matrimonio, cómo desprecia a su marido y cómo no pudo fingir ningún placer en su noche de bodas. todo el mundo sabe que odia la cosa que tiene ahora en su vientre (se niega a llamarlo bebé). odia que se sepa que no es más que un marido, un padre y un omega. no tiene más deberes que satisfacer a su marido y cuidar de todos los niños que se ve obligado a gestar (palabras de su madre). odia tener que pedir permiso para beber su vino, salir del castillo o volar con Sunfyre. odia a su madre. odia el poder que ella tiene sobre él, aunque ahora ya no le pertenezca según las leyes de westeros. pero odia cuando ella le hace parecer culpable de su propia desgracia. odia a jacaerys y su obediencia ciega que no le permite ver cómo son tratados como desechables. Como muñecos de trapo por culpa de un maldito trono. le odia. odia que le obliguen a comer con su marido. aunque sea incómodo para ambos. odia los paseos de la mano a petición de rhaenyra que Jacaerys nunca rechaza. odia los regalos que Jacaerys le ordena entregar. Odia la postura siempre rígida y cómo siempre parece estar enfadado pero nunca deja de ser el hijo perfecto, el Príncipe obcecado, el futuro rey.
Jacaerys Velaryon es un príncipe obediente, así que cuando le dicen que se va a casar con Aegon, se limita a asentir con la cabeza. cuando Aegon le mira con desprecio cuando están intercambiando votos, no se inmuta. es un príncipe obediente. Es un príncipe obediente. Es su deber. Cuando su madre se le acerca, le besa el pelo y le dice que tiene que ser firme con Aegon. Él guarda silencio. es un príncipe obediente y respeta a su madre y futura reina. cuando se anuncia el embarazo y mira a los ojos de Aegon y no ve más que rabia y dolor. no le consuela. es lo que se espera de ellos. cuando oye a Aegon llamar al bebé cosa por primera vez. aprieta los puños y deja escapar un largo suspiro. puede querer a este bebé por los dos. es un príncipe obediente. Cuando Aegon le permite tocar su vientre por primera vez con una mirada distante, como si este simple gesto fuera el mayor sacrificio que hace. se estremece. es padre. Cuando ve la sonrisa de Aegon por primera vez tras un largo paseo al sol. se estremece. el corazón le late con más fuerza en el pecho. y por un momento se olvida de respirar. pero es un príncipe y un futuro rey y se recupera rápidamente. Cuando Alicent y su madre le hablan de su deber como alfaquí. le tiemblan los labios y se aparta. abre la boca varias veces pero se niega a hablar. sigue siendo un príncipe testarudo. cuando Aegon se niega a ver al bebé. monta en cólera. quiere gritar pero cierra los ojos con fuerza y se aleja. "Eres igual que ella". las palabras salen de la boca de Aegon con tanto dolor y herida que es difícil no oír el sonido de su corazón rompiéndose. huye sin saber qué hacer. es solo Jace.
Cuando el bebé llora echando de menos a su padre omega y rhaenyra se acerca a él y le dice que debería obligar a Aegon a cuidar del niño. él se aleja. su madre lo mira atónita pero no dice nada más. Cuando
tres meses después del nacimiento de Maelor, Aegon lo coge en su regazo y empieza a llorar susurrando disculpas al bebé. Jace se derrumba. No sabe lo que es. Cuando él y Aegon hablan por primera vez como si no fueran dos completos desconocidos. respira aliviado. Cuando le pide permiso a su abuelo para vivir en Rocadragón y éste se lo concede. suspira aliviado. aunque los ojos llenos de traición de su madre le pongan enfermo. Cuando Aegon sonríe con Maelor en brazos tras llevar al pequeño por primera vez en volandas con Sunfyre. sonríe. es padre y esposo.
uhm, lo que yo pensaba... angst. slow burn depresión. heavy angst. happy ending. lol. yo quería sólo una cosa que Aegon le hiciera ver a Jace poco a poco (y de la manera difícil) cómo su madre les hace daño. quería que ambos se liberaran de eso.
Quería darles un final feliz. Me gustaría verlos amigos, confiar el uno en el otro, hablar de cómo les gustaría criar a Maelor. hablar de sus familias. del peso del deber. que la pasión creciera poco a poco. que volaran en sus dragones. que Jace entendiera que Aegon sólo quería ser libre. Que Aegon empatizaría con ese lado de Jace. los dos encontrarían el equilibrio perfecto. Me imagino a los dos haciendo el amor de nuevo. Con tanta pasión, deseo y anhelo. Que se besarían tanto, como para recuperar el tiempo perdido. Podrían vivir mucho tiempo felices. Sólo ellos tres, pero siguen siendo príncipes y futuros reyes. Con la muerte de rhaenyra, Jace debería ocupar el trono y Aegon debería estar a su lado.
OMG I REALLY FELL IN LOVE WITH THIS IDEA
Like if we really think about canon Jacegon (if there is one) it’s gonna be a very angst ship cause their distinct personalities. It’s not easy for them to love or even feel related to each other.
Jace is brave, righteous, very protective of his family and Aegon is everything opposite. He runs away from responsibility, libertine and most time a selfish cold-blooded ass. He doesn’t hide his indifference or hatred or despises to anything he’s expected to care, including himself.
That’s why I love Aegon’s side at the beginning of this storyline: he hated everyone and everything as a cynical omega. He was forced to perform his “duty” but he didn’t pretend to like it for a sec. He found the whole thing cockamamie. He despised his husband /future king and refused to get softened.
And all Jacaerys did was to tolerate it. He’s a quick-tempered guy. So he got angry all the time (I love you pointing this out; many authors don’t write about this) He was unsatisfactory with the marriage, always disappointed, and sometimes even complained why Aegon couldn’t finish one fucking dinner or walking without embarrassing himself and everyone around. But he TOLERATED it.
He didn’t do this because he was eager for the crown but he cared about duty on his shoulder, as a dutiful son, a loyal husband and a qualified heir. Love is too luxurious for a future King. So when he found his heart pounding seeing Aegon smiling bathed in the sunshine, he chose to turn his gaze away.
The problem is Jace didn’t know what made Aegon a person he was then. He didn’t know what Alicent had done to him. And just as you said he would gradually realize it and learn how to fix a broken heart. But the real problem is he fell for Aegon, even before knowing anything of this, even he didn’t want to admit it. But unlike minds, hearts didn’t lie.
And I love the end of the story as well. They both fought their own war to find true-selves. They ran family and raised children just as Jace and Aegon, not as heir or prince. I love to see they become lovers, parents, and more preciously, they once again become best friends in their life and of course, for the rest of their life.
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jartitameteneis · 6 months
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@Spanish_Revo
La lista de crímenes de Henry Kissinger son una larga sombra que aún perdura en la política exterior de Estados Unidos se ejecuta a con un descarnado desprecio por la soberanía nacional y los derechos humanos. El bombardeo de Camboya, que resultó en la muerte de medio millón de personas, es un ejemplo de una intervención militar que devastó a la población civil y desestabilizó la región, sembrando las semillas de futuros conflictos. Esta acción, junto con el apoyo a la invasión de Timor Oriental y la implicación en el golpe de Estado en Chile que instauró la dictadura de Pinochet, resalta un patrón de injerencia estadounidense que priorizaba intereses geopolíticos sobre la vida humana y la autodeterminación. La implicación de Estados Unidos en la 'Guerra Sucia' de Argentina, donde decenas de miles de personas fueron asesinadas y desaparecidas, y los asesinatos en Bangladesh, con un saldo de tres millones de muertes, son tragedias que aún resuenan en la memoria colectiva de esas naciones. Estos actos, junto con el bombardeo en Laos y las escalofriantes cifras de bajas en la Guerra de Vietnam, plantean cómo un país puede saltarse legalidad como Estados Unidos sin que la comunidad internacional mueva un solo dedo. La muerte de Henry Kissinger cierra un capítulo controversial de la diplomacia global, dejando tras de sí un legado ensombrecido por la memoria de intervenciones devastadoras y las cicatrices de incontables vidas perdidas bajo la sombra de sus decisiones. Pero es eso, solo un capítulo, uno de muchos que aún hoy se siguen escribiendo con letras teñidas de rojo en Estados Unidos.
´¿En que círculo del Infierno lo habrán colocado?
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dabna · 5 months
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ᰋ ( ubicación desconocida ) @nayerimz ha dicho "qué poco dura la tranquilidad en esta ciudad."
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se rinde mientras espera que algún plan cruce su cabeza sin ser desechado, una y otra vez. está cansada, la verdad, y lo deja ver cuando cierra su espejo tras retocarse labial por milésima vez aquella noche. sin necesidad alguna, mero aburrimiento. desconoce si ha pasado horas u años, sólo sabe que tiempo le hace sentir una eternidad. cuando la escucha se sonríe, quitando su mirada desde ella hasta algún punto de inflexión que pudiese existir. ' ¿la fiesta fue tranquila para ti? ' pregunta con una ceja en alto, en lo que a ella respectaba, serie de acontecimientos la llevaron a alterarse más de una vez. mete espejo en bolso y termina por dejarse refugiar en suelo, sentada a lo indio. estaba rendida. ' ¿y si cuando salgamos de aquí escapamos por unas vacaciones? ' idea de golpe, con una risa aflorando en dentina.
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equipo · 2 years
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Cambia, todo cambia
🌟 Novedades
¡Hemos actualizado las Normas de la comunidad! Encontrarás todas las novedades en esta publicación del blog del equipo.
Hemos mejorado la forma en la que se muestran las publicaciones con enlaces en los temas de los blogs cuando se han creado desde las aplicaciones para dispositivos móviles o el nuevo editor web.
Hemos hecho mejoras en la integración con Twitch de la versión web y ahora también incluye la función de chat de esta plataforma.
Ya se pueden seleccionar varios bloques a la vez en el nuevo editor de publicaciones de la versión web, aunque sabemos que quedan algunos errores por pulir. Por ejemplo, todavía no es posible seleccionarlos y cambiar el tipo de texto en todos (de normal a con sangría, por ejemplo). ¡Estamos trabajando en ello!
Hay un par de novedades en TumblrMart: la versión de Halloween de Cangrejos en el Escritorio y un juego nuevo llamado Amigo Caballo.
El motivo por el que te recomendamos una publicación ahora aparece en la parte superior de la misma en la versión web.
Cuando abras un blog en esta misma versión, verás las opciones aplicadas al diseño en la pestaña que muestra los Tumblrs a los que sigue.
Hemos mejorado los enlaces para abrir el contenido en la aplicación que se muestran a quienes usan la versión web para dispositivos móviles: ahora aparece tanto la opción para descargarla como para ver el contenido a través de ella, si ya está instalada.
🛠️ Mejoras y solución de problemas
Hemos resuelto un error en la última versión de la aplicación de Tumblr para iOS que hacía que el Escritorio se actualizara cada vez que la abrías.
El espacio vertical de los sets de fotos publicados desde las aplicaciones para dispositivos móviles y el nuevo editor de la versión web ahora es más consistente en los temas de los blogs.
Hemos solventado un fallo gráfico en la versión web que causaba que el Escritorio volviera a cargarse de fondo al hacer clic sobre el botón de reblogueo.
Los sets de fotos publicados desde las aplicaciones para dispositivos móviles y el nuevo editor web ya no se saldrán del formulario en los temas antiguos de la versión web. Antes, aplicábamos un margen negativo de 20 píxeles a la izquierda y a la derecha a todos los temas, a pesar de que esa cifra estaba calculada para el tema oficial. Si te dedicas a diseñarlos y usabas esa inyección de código CSS, ha llegado el momento de aplicar estas normas a la hoja de estilo de tu tema.
Hemos solucionado un problema con la función para promocionar publicaciones que se muestra en el nuevo mensaje de confirmación que aparece al enviarlas, el cual llevaba a una página que nunca se cargaba.
El nuevo formulario de publicación de la versión web incluía algunos errores de diseño y alineamiento, pero ya están resueltos.
Hemos arreglado un fallo que impedía añadir imágenes externas a las preguntas.
En la versión web, el menú desplegable con sugerencias del editor de etiquetas incluido en el formulario de publicación ahora se cierra al hacer clic fuera de él.
Hemos solventado una incidencia con el formulario de publicación de la versión web, que impedía que la función para deshacer cambios funcionara tras insertar una imagen.
Hemos solucionado un problema con los enlaces a los blogs en las cadenas de reblogueos, que no funcionaban correctamente al hacer clic o pulsar sobre el nombre.
También hemos resuelto un fallo en la función de autoguardado de los borradores con vídeos largos, ya que durante un tiempo no era posible publicarlos.
🚧 En curso
Somos conscientes de que la versión de prueba abierta de la aplicación de Tumblr para Android está causando algunos errores y cierres inesperados graves y estamos trabajando en un parche para solucionarlos lo antes posible.
🌱 Próximamente
No hay nada que compartir por ahora.
¿Tienes algún problema? Envía una solicitud al equipo de asistencia y se pondrán en contacto contigo lo antes posible.
¿Quieres hacernos llegar tus comentarios o impresiones sobre alguna función? Echa un vistazo a nuestro flamante blog Work in Progress y empieza a compartir tus ideas y sugerencias con la comunidad.
¡Y no olvides que puedes consultar todos estos cambios en cualquiera de los idiomas disponibles en Tumblr en los blogs oficiales de los equipos internacionales!
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tempmagics · 9 days
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花吐き病 HANAHAKI
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Cuando la poesía es tan espléndida mis huesos se retuercen en lo grotesco de mi más íntimo anhelo. Vomito restos de tu infantilismo que se acallan junto al silencio de una bizarra y tétrica noche fúnebre donde tú, hambriento de dulzura, hundes tus raíces en mi corazón, desolado, lúgubre como mis sueños.
Escupo las flores que bombeas dentro de mi boca, y dispersas vuelan como pequeñas polillas.
Cuando el solitario Hori se encuentra afiebrado noche tras noche, sus hostiles y sexuales sueños se combinan con la fría realidad alterada. Un corazón enfermo, un amor no correspondido y los suspiros húmedos que evocan miles de recuerdos; unas manos que le acarician la piel y una risa que le tranquiliza. Todas las noches se avasalla con su ex amante quien seduce su melancolía y le tiende la mano para conducir su nostalgia hacia un triste ensueño.
Entre el delirio de la fiebre y el agrio romanticismo, se pregunta entonces si es real o si se trata del espectro de su rechazada soledad.
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ÚNICO
La pequeña aguja marca el primer número de dos dígitos y el débil y pálido cuerpo del enfermo comienza a sudar entre pétalos de rosas cuyo olor casi oxidado es indigno de ser su auténtica fragancia. Su cuerpo cae exhausto mientras los suaves pétalos vuelan por el impacto de su caída y se estacionan en el sudoroso rostro cuyos rasgados ojos tan tiernamente tristes posan su perdida mirada en el moho del techo que a veces forma figuras que toman la postura de las pesadillas que su inconsciente le recita en medio del descanso. Los párpados le pinchan y las gamas plateadas se interponen en su vista dejándolo casi ciego incluso si cierra los ojos para dar vuelta sobre los viejos pétalos que se impregnan sobre la ropa cargada de sudor; el calor le sube dejando una sensación tan fría en sus pies que le asusta, y cuando estos tiemblan él se enrosca entre las sábanas y se desprende lentamente de sus ropas. Hori en soledad es aún más peligroso que un diablo melancólico.
Su piel tan pálida como la leche arde en llamas bajo el tacto de sus gélidos dígitos que acarician su abdomen en busca de remover el sudor que se desliza en pequeñas gotas que parten su extenso viaje desde su frente húmeda para deslizarse por el ancho de su nariz para acariciarle los pomposos labios rosados, delicadas pero apuradas, el rocío de su hirviente sudor se desliza por su mandíbula y en el trayecto en lo largo de su elegante cuello sus clavículas dejan que el sudor descanse en éstas inundando su espacio para que cuando rebalse desciendan sensuales y diminutas por sus pectorales para fallecer en su abdomen. Sus refinadas manos de gentiles dedos que se lucen largos, elegantes y delgados, tocan su piel caliente para limpiarse el sudor que no deja de producirse por la alta fiebre. Ante su incomodidad suspira exhausto de cansancio y en desespero se deshace de su ropa inferior.
¡Cuánto añora sentir algo tan frío como eterno que se apoye sobre su piel! Y en un suspiro, el joven afiebrado recuerda la sensación de los fríos labios que alguna vez besó y que le han auxiliado en reiteradas ocasiones en las que le era difícil conciliar el sueño.
Mientras su mente divaga entre recuerdos desfigurados y sensaciones que han muerto pero que reviven cuando se llama a la fantasía, antes de que su fiebre suba por completo para entrar en un infinito delirio Hori se encamina a tratar de conciliar el sueño porque sabe perfectamente que si se halla de pie frente a su añorada fantasía entonces no existiría nada más que el trámite de tristes emociones que le enfermen peor de lo que ya está; porque desde la fecha en la que su amor se ha gastado que el pobre joven de corazón roto no hace otra cosa que suspirar flores que se deslizan sutilmente de sus rosados labios algo pálidos por la fiebre y repletos de sudor, la suavidad de los pétalos se fusiona impulsivamente con el agrio sabor de la sangre volviendo la poesía en una ópera de tortura. Sus hermosos ojos almendrados se cierran lentamente y el latir de su corazón va disminuyendo, el sudor en la piel aún se luce como una hermosa seda color leche y sus músculos se comienzan a relajar.
Entre la fiebre él romantiza el sonido de la gotera que pierde el grifo de la cocina y que se escucha algo lejos de la habitación, suena como un Feng Shui que irónicamente lo relaja ayudándole a descansar. A la lejanía se escuchan los autos que conducen con cuidado, el tren que se ubica a pocas manzanas de su hogar y que se oye mejor durante la temporada de invierno. La puerta de su casa se abre silenciosamente y deja el eco de un pequeño chirrido, el peculiar sonido de las llaves siendo colocadas en la pequeña mesita de madera a un lado de la entrada principal, luego se escucha un gemido masculino en medio de la acción de quitarse el calzado antes de entrar. El joven afiebrado se siente extrañamente familiar y con la queja apunto de desprenderse de su lengua entonces escucha:
—¡Estoy en casa!
Esa voz. La misma melodía que aún resuena entre las sábanas, la misma voz que calienta los costados de su cama cuando la melancolía se apega a su depresivo corazón. ¿Por qué se aparece entre las paredes de su casa y se hace escuchar como si aún fuera real? El corazón de Hori da un vuelco cuando oye esas palabras provenientes de aquella misteriosa y cálida voz. Una tranquila risa se escucha al lado de su oreja y su melodía melancólica resuena en su interior; una sonrisa que simpática le agita el corazón, y se ve tan dulce que el corazón se le acelera ingenuo, infantil. Preso del deseo Hori abre los ojos para mirar a su lado y encontrarse con el rostro que ha estado deseando ver desde hace ya una primavera. Su compañero no emite palabra, pero el oscuro en sus ojos le miran gentilmente esperando una respuesta; su preciosa risa tan sincera, las pocas palabras que de sus finos labios salen ahora juzgan la tristeza en los ojos de Hori que evoca el recuerdo de su primer encuentro con la persona que más ha amado en su casta vida.
—¿Por qué te ves tan cansado? —pregunta el hombre de rodillas a un costado de la cama, su aliento huele a chocolate caliente y en las manos que acarician el rostro afiebrado se impregnan notas de crema y vainilla—. ¿Por qué no avisaste que estás enfermo, Hori? Ahora debo cambiar el menú.
Dijo sonriendo. Su sugerencia no suena como un regaño usual, en su voz hay tranquilidad y aquello entra en dicotomía con los recuerdos casi invisibles que afloran en la memoria de Hori: un ex novio imprescindible, egocéntrico y más neurótico que lo estándar. Ahora tiene a su lado un hombre de manos gentiles y de sonrisa tan preciosa que le es similar al primer recuerdo que tuvo de él cuando se conocieron, se trataba de un joven esperanzado y un poco tímido, pero que luego comenzó a soltarse cada vez más hasta el punto en el que su sonrisa se apagó.
En un principio el introvertido Hori se había enamorado de la gentileza en los ojos de su compañero cada vez que este sonreía, no es como si tuviera una preferencia por cierto género, él ha de ser endulzado por la dedicación y profesionalismo de su mayor. Primero se enamoró verdaderamente de su cocina, y a medida que el tiempo pasaba su acercamiento creció cuando ambos cayeron en cuenta de que tenían infinitas cosas en común más allá de compartir el mismo nombre, tanto que Sawamoto creyó que estaba mirándose al espejo.
Un húmedo primer beso que se ha dado bajo una lluvia de verano donde las risas eran la música que persiguieron la bestialidad con la que la lluvia golpeaba la ciudad, la cercanía que creció de un momento al otro hasta estallar en pequeños fragmentos divididos en momentos impulsivos donde la intimidad era inefable porque carece de identidad. Lo compartían todo. Incluso el corazón de Hori tenía escrito el nombre de su compañero, ¡Hasta su alma le pertenecía, y lo admitió bajo el ocaso donde los rayos dorados del sol bañaron la arena de la playa donde ellos se habían escapado! Cuando Hori creyó haberse hallado en su mejor momento entonces la felicidad que lo rodeó había comenzado a caer tempranamente como meteoritos que dejan restos de cenizas que como lluvia lo queman todo al pasar. Momentos de convivencia, noches que se han desvelado y el insomnio que les acompañaba a los jóvenes amantes pasaron a ser memorias que sólo viven desde que Hori se ha enfermado tras su rechazo inesperado han de ser la secuencia de una monotonía que los ha distanciado lentamente; las paredes oliva de su habitación ahora están apagadas y decoradas de humedad, su gélida cama rechina cuando su cuerpo descansa sobre ella. Y vomita suave pétalos con sabor a lágrimas.
Desde que ha enfermado que anhela el auxilio de su primer y único amor, y ahora que lo divisa frente a sus ojos se siente extrañamente inquieto.
Sawamoto había dejado una hostil impresión en el acongojado Hori, y las veces que ambos tenían que verse en el trabajo eran suficientes como para alimentar la intriga en el enamorado de corazón roto.
Pero ahora, Hori se encuentra con la suavidad en su ex amante, y extrañado le mira aquél par de ojos tan oscuros como el vacío que hoy se hacen ver curiosamente perturbador. Pero no sólo aquello era extraño, todo en Sawamoto se luce distinto; desde sus brazos tonificados hasta la tela del pantalón que aprieta sus muslos, sus manos de piel morena al hallarse desnudas así se lucen elegantes, renovadas, como la expresión en su rostro. No hay ojeras que oscurezcan su figura, o un peinado desprolijo que lo haga ver apagado, solamente hay algo que no termina de cerrarle exactamente.
Pero la incertidumbre es diminuta si ha de compararse con la ansia de revivir el placer.
—Si no dices nada entonces deja que te prepare la cena por mi cuenta —se responde a sí mismo tras un breve intervalo. Cuando se pone de pie se sacude el polvo en sus rodillas y al darse la media vuelta para marcharse como un fantasma de la habitación, Hori le toma débilmente de la mano para detenerlo.
En su rostro sudoroso yace una expresión de abundante preocupación con ligeros rasgos de tristeza, sus ojos almendrados estaban entrecerrados y ligeramente colorados no sólo por la fiebre sino por culpa del llanto.
—Por favor quedate conmi-...—la petición no sale completamente de sus labios cuando siente el cálido cuerpo de su ex amante rodeando su cuerpo en un abrazo.
Los brazos rodean su cuello con un peso suave apoyándose a su lado sobre el colchón de pétalos que volaron nuevamente tras el impacto.
Siente un beso húmedo y profundo haciendo que Hori abandone su estado de confusión. Su delirante cerebro se quema lentamente cuando siente el par de manos suaves y vivas que acarician su cintura, no recuerda la última vez que su cuerpo reaccionó así, ante la suave caricia Hori suspira entre medio de los besos e iluso sonríe cuando mira aquél par de ojos negros que entrecerrados reflejan la lujuria que se ha escondido desde un primer momento. Los labios de Sawamoto se humedecen bajo el sudor del cuerpo de Hori acunando el rostro en su cuello. Mientras, desliza sus manos dentro de las ropas de su compañero quien se muestra extrañamente dócil pese a su carácter dominante e irascible, aunque le debería intrigar se siente anexado con la excitación, y sonrojado peina sus húmedos cabellos desprolijos para mirar a su compañero quien sonríe debajo suyo, permisivo, se vuelven íntimos cómplices bajo la luz de la luna llena que se trasluce a través del ventanal.
—Te extraño con locura —recita Hori entre el íntimo momento, y la única respuesta que recibe es una tenue sonrisa por parte de Sawamoto.
DOS
No recuerda la última vez que durmió tan bien. Ni siquiera recuerda cómo terminó anoche, o si siquiera pudo limpiar bien su cuerpo. Cuando se despertó a la mañana siguiente, su cuerpo se sentía muy agotado como si toda la energía que estuvo adquiriendo se hubiese gastado por completo. Aunque ilusionado, se sentía contento; le basta con recordar la tranquilidad en la voz de Sawamoto, sus besos como así también el volumen alto de su voz que celestial se ha escuchado. El vacío en la cama aún existe tras su espalda, no había rastro de la silueta de Sawamoto, ni tampoco de las sábanas cubiertas de sudor ni mucho menos de los pétalos que suaves ha expulsado. Hori supuso vagamente que su compañero le había ayudado a ordenar su departamento (el cual solía ser compartido por ambos), por lo que se vistió rápido y torpe con las prendas de vestir que descansaban sobre el suelo para así levantarse de la cama. Aseguró que fuera de su habitación se encontraría un ligero orden, tal vez la comida preparada que Sawamoto le había prometido esa misma noche, pero al salir del dormitorio parece que no era así, no había rastro de cierto orden, ni la comida preparada, tampoco habían pistas de sus pertenencias, ni siquiera habían huellas en la alfombra.
Quizá él tenía alguna emergencia, pensó incrédulo. Y relajado se dirige hacia la puerta principal para chequear si afuera de la susodicha había algún regalo del joven antes de dejarlo a solas en el departamento. Con el corazón agitado toma el picaporte y tras abrir la puerta se enfrenta sorpresivamente con el rostro asustado de su vecino de piso y también compañero de trabajo, Sota.
—¡Oh, me has asustado! —dice el jovencito con una graciosa expresión en el rostro—. Vine a traerte algo de comida porque no veo que salgas, me preocupa verte mal, sabes, los chicos han preguntado por tí.
Dice su compañero, extendiendo una pequeña bolsa con una botella de energizante y una pequeña vianda dentro de ella. Hori la toma entre sus temblorosas manos agradeciéndole confundido.
—¿Sawa no les ha dicho nada? —pregunta extrañado.
Los labios de Sota forman una expresión confusa, frunce la nariz y el entrecejo al mismo tiempo mientras forma un puchero con la boca.
—¿Ustedes siguen en contacto? —pregunta con ingenuidad en su voz—. Tenía entendido que ustedes dos ya no eran cercanos.
Ahora mismo se encontraba incluso mucho más confundido que antes, evadiendo la conversación decide dejar que la pregunta flote en el aire, no obstante antes de cerrarle la puerta en la cara una pregunta fugaz pasa por su mente.
—Sota...
—¿Hm?
—¿De casualidad tú pasaste la noche en casa? No he escuchado tus movimientos nocturnos, ni tus pasos al bailar —sonríe para sostener la mentira en aquella pregunta.
El jovencito sonríe gentilmente y niega con la cabeza, Hori suspira relajado.
—He pasado la noche con Taiki y Sawa, luego ellos siguieron con su camino cuando volví a casa para descansar aunque estoy muy agradecido...
El mundo entero de Hori se ha pausado desde el momento en el que su compañero comenzó a relatar la anécdota entre risas, su voz se pierde en los pensamientos demenciales que con dolor comienzan a pasarle por encima con brutalidad. No era la respuesta que esperaba oír, de hecho, estaba lejos de toda posibilidad aunque ahora se halla paralizado sin mover tan sólo un músculo mirando fijamente a su compañero mientras él sigue relatando su anécdota. Hori jamás imaginó que su cuerpo sería capaz de producir sudor tan gélido que comenzó a temblar en ese momento, asimismo, cuando Sota se encontró con el silencio del más alto, preocupado, pone una mano sobre su hombro.
—Oye, ¿Está todo bien? —pregunta suavemente, y Hori aún sin poder pestañear dirige su mirada a los ojos adversos, quien espantado ante semejante fría tétrica expresión da un paso atrás—. Te ves pálido...
—No, yo...estoy bien —trata de sonreír, disimulando el terror que ha comenzado a susurrarle detrás de su nuca.
Sota lo mira preocupado y elevando las cejas intenta relajar un poco la situación.
—¿Lo dices por lo de la madrugada? —pregunta, intentando hacerle burla a su compañero—, ¡No te preocupes! Te he dicho mil veces que no debes preocuparte por mí cuando tú tienes visitas.
El cuerpo entero de Hori se puso rígido en el momento, temeroso dedujo hacia dónde iban sus pensamientos. Si Sota, quien vive al lado de su departamento, ha escuchado todo aquello que sucedió la noche anterior entonces nada de lo sucedido fue mentira, pero, sus pensamientos vuelven a entrar en confusión cuando recuerda haber escuchado de la misma boca de su compañero decir que Sawamoto siguió ensayando la noche entera.
—Lamento no haberte avisado de antemano —apagado, Hori finaliza la conversación alejándose temeroso del umbral de la puerta y sin despedirse avienta con fuerza la puerta cerrando la susodicha frente al rostro de su compañero.
¡Claro que no fue parte de su alucinación! Si bien la casa aún seguía desordenada y no había rastros de comida preparada su vecino escuchó todo la misma noche, aquello justificaba el cansancio en su cuerpo y el dolor en su espalda baja, las marcas de amor que subyacen sobre su opaca y pálida piel siguen intactas. Frente al espejo su rostro enfermo le devuelve una irreconocible expresión de miedo, sus ojeras se resaltan en contraste con la piel de color semejante a la de un muerto, las pecas que decoran su rostro eran más oscuras de lo usual, y en sus labios resecos aún habían marcas de mordeduras. Aún así, Hori desea con sus fuerzas que todo fuera parte de su alucinación ya que lo acontecido carece de sentido, prometió frente a su desesperado reflejo relajarse en lo que resta del día, empero su mente quedó atrapada en la ilusión que no debería haber sido real.
Otra vez la triste imagen del espejo comienza a desfigurarse cada vez más, la vacía habitación que alguna vez fue alegre y ruidosa ahora era tristemente solitaria, sus luces bajas le daban un aspecto abandonado en conjunto con el desorden ilegible que ni siquiera Hori podía reconocer. Las náuseas ilimitadas vuelven a florecer en la boca de su estómago y un viscoso aleteo golpea sus órganos. En desespero, Hori se lleva ambas manos hacia la boca para retener aquello que comienza a revolotear dentro de su cavidad bucal y que lentamente se llena dentro de la susodicha, entre sus dedos los labios comienzan a entreabrirse y de aquellos se asoman unas pequeñas patitas que luchan por escapar entre la jaula que forman sus elegantes y largos dedos, luego le sigue una amarronada ala que se desprende del interior de su boca hacia el exterior y que aún sigue luchando con un movimiento desesperado, frenético, escapa de sus manos y de su boca una oscura polilla cubierta de la viscosa bilis cual no le permite aletear provocando que lentamente se arrastre por el piso dejando un ensangrentado camino en ella.
Y visualizar eso no provocó otra sensación en Hori que no sea la de querer vomitar, volviendo a sentir como los pétalos de su interior se deslizan por su boca como también por sus fosas nasales volviendolo loco, desesperado por querer volver a ser normal, sintiéndose un esclavo de su propia locura la fiebre amenaza con volver, y entre pétalos vuelve a caer.
TRES
Sus apariciones no han dejado de cesar, en la psiquis extraviada del hombre enfermo las visitas del espectro de su amante se vuelven un carácter de su vida normal. En su quinto día estando enfermo Hori ha tenido un sueño que ha permanecido junto a él durante toda la noche, en aquél sueño su cuerpo flotaba entre un lecho de rosas carmesí cuyas espinas le rozan la espalda, sus espinas eran caricias que maternaban el llanto que comienza a surgir cuando se da cuenta que entre el vacío e inmensidad de incontables rosas él está en absoluta soledad. Y cuando cae en cuenta de aquél hecho, desesperado, busca llamar la atención, sin embargo por más que se desesperara tanto por ser salvado su cuerpo comienza a hundirse más y más en la profundidad del infinito abismo de líquido denso; su cuerpo comienza a caer entre las espinas encrucijadas que incluso en ese instante siguen sin pinchar su piel. Y en el instante en el que absorto, lúcido, cree que morirá entre los tallos interminables del sufrimiento una mano se sumerge y le acaricia delicadamente el rostro.
Se despierta exaltado tomando una gran bocanada de aire para recuperar todo lo que creyó haber perdido en el onírico escenario, a su lado está Sawamoto cuya expresión preocupada se asemeja a los recuerdos de los tiernos primeros momentos con el chico donde el susodicho era ingenuamente atento con él.
—Hori, estás sudando —dice Sawamoto a sus espaldas y coloca una mano sobre su camisa empapada de sudor—. No esperes sentirte bien si te dejas las ropas así de húmedas.
Sugiere con el característico tono de voz cálido que Hori recuerda hasta en sus momentos más febriles. Dejado, pasivo, se recuesta sobre la cama mientras deja que el hombre cuyos suspiros se adueña comienza a desabotonar su húmeda camisa: aquellos finos dedos que acariciaban sutilmente los botones despojandolos de la apertura son el deseo encarnado de un hombre necesitado de amor, vagamente Hori sube la mirada hacia el rostro sonriente de Sawamoto para analizarlo perfectamente, quizás con amor, o tal vez con una secreta y cínica intención detrás de sus rasgados y tranquilos ojos.
El joven afiebrado aún está en sus cabales, lo suficiente como para ser consciente del posible terror que podría generarle esta situación si estuviera en su pleno estado de salud, pero, ahora anhelaba ser amado, llenado y besado ¡Por lo que sea!, por el Sawamoto de verdad, o por la criatura que se halla sentada encima de su pelvis la cual está terminando de desnudar su húmedo cuerpo cubierto del sudor de la pesadilla provocada por la fiebre.
Ansioso por ser acariciado en este pálido escenario sus dedos se deslizan a través de los fuertes brazos del hombre acariciando lentamente los susodichos, bajo sus dígitos su piel morena carga con una tangible característica: la suavidad sobre su tez que al ser acariciada le provocan cosquillas. Sawamoto se acomoda sobre el cuerpo del joven de mirada abrumadora, le toma gentilmente la mano para conducirla encima de su cabeza. Aprisionado, un poco desesperado, Hori lo mira rendido con su lento parpadeo y de sus hermosos lunares se cubren gotitas de sudor que son limpiadas por los labios de Sawamoto que remueven el sudor con pequeños besos por su rostro que se conducen desesperados hacia su cuello, a gusto Hori ronronea de placer acariciando los cabellos de su antigüo amante, sintiéndose que en segundos se volvería loco por sentir la realidad de los gélidos labios que se hacen brasas sobre su piel de lava.
Sus pieles se pegan desesperadas y se reencuentran tras su último contacto el cual Hori recuerda con claridad, distinto a la primera vez que se han visto entre el lecho de pétalos y el aroma a sudor. Las manos de la viva imagen del tormento acarician la cintura que perfecta se delinea con su color oliva, su tamaño es justa para ser tomada por las manos de su amante que entre besos mojados y suspiros hirvientes besa apasionado cada parte de su ser y cada rincón de su alma llenándola del amor que Hori tanto anhelaba.
Sus largas piernas rozan la ancha espalda del varón que se desenvuelve cual diente de león que parece estar a punto de desvanecerse ante la brisa más ligera, sus rasgados ojos observan la expresión de placer que a riendas de la luz de la luna se observa tan expresiva que le dan ganas de devorarlo en vida, pero no es más que un intento de realización de deseo, o eso es lo que Hori cree si es que se halla en su estado más consciente.
Y la idea de sentir que podría estallar de excitación no hace otra cosa mejor que hacerle sollozar en medio de la oscuridad y del brillante en los ojos de Sawamoto. Hori exhala su tristeza contenida llevándose la mano en la boca para contener su llanto, pero sus lágrimas brotan como el cerezo en primavera de sus ojos, y su rostro no sólo está empapado del sudor de la fiebre sino también del salado de sus lágrimas. No obstante siente sus mejillas ser acariciadas por el dorso de la mano del gentil Sawamoto, aleja la mano del chico de su boca y deposita un lento camino de pausados y tranquilos besos desde la punta de sus dedos hasta su hombro desnudo, luego deja otro sobre la comisura de sus labios y dice:
—Es hora de que llores tan fuerte hasta que le des misericordia a la luna —sonríe y continúa —, ella te verá tan vulnerable que te mecerá en sus pálidos brazos.
—Pero, no puedo hacerlo —contestó Hori sintiendo la angustia crecer cada vez más.
—¿Qué es lo que te abstiene tanto a querer mejorar?
Pregunta, y las dudas se plantan como pequeñas semillitas que si las riegas con lágrimas entonces crecerán hermosas flores.
—Son las raíces que me envuelven los pulmones y no me dejan respirar —dice cansado—. Me duelen tanto que ni siquiera puedo llorar.
Cuando Sawamoto sonríe tan gentil, como respuesta, sus rasgados ojos se cierran hasta no poder ver el desesperado y melancólico rostro de Hori. El hombre contesta:
—Yo puedo extirpar esas raíces si me permites.
—¿Y cómo? —Hori pregunta exasperado.
En su defecto, Sawamoto sonríe tiernamente dejando que el adverso repose su cuerpo completamente sobre el colchón de sábanas blancas que anteriormente estaban sumergidas en sudor. Las amables manos de Sawamoto acarician la suavidad en su rostro, con ternura y empatía en su mirada le observan detalladamente hasta llegar a sus labios que con el pulgar presiona ligeramente el labio inferior del chico quien acata la orden pasivamente. Como la suavidad de dos gajos del más amargo cítrico sus labios se abren al merced de su dominancia que entretenida busca curarle el mal en su alma, y con sus dedos acaricia el paladar que áspero es su sentir bajo la yema de sus dedos, con el filo de las uñas cosquillea su interior pareciendo que ansía por tener su permiso para poder entrar en él como la totalidad que tanto cree que le falta. Luego acaricia su lengua con afabilidad y su viscosidad hace que sus dedos se deslicen aún más cerca de su rojiza garganta que enferma se le ve asomados los primeros pétalos que comienzan a brotar desde el profundo de su interior; el primer pétalo es tan suave que su rostro se muestra con una expresión de sorpresa, y lo toma entre sus manos cual madre que mece con ternura a un recién nacido.
En la desesperación de querer ser despojado de las raíces de un amor que le ha dañado al punto de provocar fiebre, Hori evoca un pensamiento de si el insomnio sufrido era una fría realidad o si seguía inducido en un extraño sueño donde el amante que más amó en su casta vida se encontraba ahora mismo sentado sobre sus caderas inspeccionando su cavidad bucal como si fuera un cofre de abundantes y brillantes tesoros encontrándose con quién sabe cuántos pétalos que brotan desde lo interno de su cuerpo cuales lágrimas que Hori ha llorado todo este tiempo por él. Siente un poco de conmiseración por él, por la situación, si ésto fuera real entonces qué sentido tendría demostrar ser tan seriamente fuerte cuando el hombre que lo ha alejado ahora ve su lado más patéticamente frágil.
No supo si fue por el reflejo de sentir los finos dedos de Sawamoto acariciarle la garganta, o si es por la oleada de sentimientos que golpean su desnudo y febril cuerpo como si de la melancólica marea se tratase, siente la necesidad de volver a llorar como si estuviera reelaborando su primer vivencia de dolor.
Uno, diez, cincuenta, los pétalos de diversos colores tenues y apagados se vuelven incontables para su psique que confusa sigue divagando en un eterno viaje entre la realidad y la fantasía, sufriendo por el dolor que siente en sus pulmones aleja el cuerpo de Sawamoto bruscamente, y con vergüenza en su hermosa mirada almendrada de lágrimas que brotan con rencor él le pide que por favor se aleje porque el mero escenario le provoca vergüenza, y en vista a espaldas del varón que entiende su petición y procede a cumplirla, Hori comienza a toser dejando un lecho de flores como si fuera parte de un ensueño.
Ensueño, ensueño adorado. Como una utopía, como el campo de flores con el que ha soñado desde que era un niño. Levantándose débilmente de la cama camina con lentitud hacia la puerta pensando en que es la primera vez en estos días que los pétalos brotan caóticamente de su boca cuando usualmente eran solo un par. Echa un vistazo por encima de su hombro antes de abandonar la habitación para dirigirse hacia el baño, y todo estaba exactamente como lo había dejado: las pálidas sábanas desprolijas que caen dramáticamente de su cama, la incontable cantidad de flores, tallos y pétalos que abunda sobre el suelo formando un caminito hacia la puerta, y Sawamoto. El hombre aún sigue en la misma posición firme, su rostro permanece imparcial, un poco lúgubre para el gusto de Hori, y sin entender por qué, cuando detiene su mirada sobre él siente que su observar es melancólico, como si fuera una despedida de la cuál tanto le ha costado pronunciar.
—Gracias por ayudarme —dice lentamente, pero no recibe respuesta alguna.
Él se mantiene en ese perfil, tan extraño que hasta el último momento le confunde, aún sigue intacto con las mismas prendas de vestir que como Hori recuerda; su conjunto cómodo y de color oscuro que usualmente suele vestir cuando entrenan juntos. Lo que más extraño le resulta de esta situación es que el joven parece estar congelado, quizás se sienta decepcionado porque no lo dejó ayudar, es lo que piensa Hori, y como si todo fuera a la par del orden de este último bizarro escenario el muchacho siente el corazón acongojado como si aún quisiera vivir con él dentro de estas cuatro paredes de suelo floreado.
Dando su primer paso hacia la sala de estar entonces siente que todo lo sucedido ha sido sellado bajo una dramática escena donde sus náuseas vuelven a surgir, y vomita flores que le quiebran las paredes de su esófago, expulsa quién sabe cuántos sentimientos que ha de acumular y que les acompaña el salado en sus gélidas lágrimas que dejan marcas sobre el sudor de su rostro.
Vestigios de su primer amor se plasman sobre las flores que salen de su boca. Y cuando la memoria inviste hacia su parcial descanso, a pocos metros de la habitación, lentamente se acomoda contra la pared deslizándose hacia el cálido suelo dejando que su cuerpo descanse en él, agitado, suspira de dolor y entre un par de lentos parpadeos observa como los rayos del sol comienzan a filtrarse a través de su ventana, y, entre flores y lágrimas su noche por fin culmina junto a la fiebre del mal de amor cayendo finalmente dormido después de cinco días.
Y sin saber si los hechos han formado parte de la ilusión en su roto corazón, Hori por fin siente que está descansando después de una larga pesadilla.
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🩶 dedicado a mi amiguita personal coni !!! te quiero mxo y espero que te haya gustado (⁠っ⁠˘⁠з⁠(⁠˘⁠⌣⁠˘⁠ ⁠)
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rubimoon45 · 11 months
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EL RUIDO DEL RELOJ -Hobie Brown x Reader
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CAPÍTULO 6: Su habitación
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CAPÍTULOS: PRÓLOGO, CAP 1, CAP 2, CAP 3, CAP 4, CAP 5
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Verano de 2023, 3 de agosto EN UN LUGAR DE NUEVA YORK Hora: 23:52
-Cuidado con la cabeza -la ayudó a atravesar la ventana sin matarse en el intento.
-Ya lo sé.
-Solo era un comentario.
-Comentarios que puedes ahorrarte.
Hobie levantó las manos en señal de paz, pero pareció una forma de burlarse más que otra cosa.
-Oye, el enemigo es el capitalismo, no yo.
Khristina lo miró sin gracia, pero lo empujó en el pecho. Hobie la tomó de las manos para evitarlo al no darle tiempo para alejarse. Se miraron a los ojos un tiempo entre broma y broma.
-Eres imposible.
Ambos escucharon y reaccionaron el carraspeo. Gwen estaba sentada en medio del sofá, las piernas sobre este y la cabeza vuelta hacia ellos. Una cuchara le colgaba de la boca y la luz del televisor deslumbraba diversidad de colores. Con ella, parecía un arco iris reflejando en su pelo rubio.
-Perdona.
A Hobie pareció divertirle y decidió provocarla. Se inclinó sobre el sofá donde Gwen estaba.
-Imagina que no estamos aquí. Cierra los ojos.
Gwen lo miró, entrecerrando los ojos, y luego la miró a ella. Khris contrajo los labios.
-¿Queréis el sofá? -preguntó con cautela, no muy segura.
-No estamos aquí... -Khristina lo empujó otra vez en dirección al pasillo-. ¡Ayuda! ¡Gwen!
Gwen lo ignoró. Volvió a prestarle atención a lo que estaba viendo y los dejó seguir haciendo el tonto. Hobie era tan alto que casi tocaba el pecho, y estaba segura de que si se ponía de puntillas podría tocar las bombillas.
Ella lo siguió en silencio a donde se supone que fuesen. El pasillo estrecho señalaba tres puertas; la de una habitación con una puerta cerrada, la de un baño y la de otra habitación con las cortinas echadas. Se metieron en la última. No pudo evitar preguntarse sobre la situación de sus padres. ¿Y si les había pasado algo? ¿Y si realmente habían visto las noticias? ¿Y si pensaban que le había pasado algo? Era una opción. Sabían que tenía que pasar por esa calle para coger el autobús. Joder...
Ese pensamiento agobiante desapreció, en media, cuando Hobie empujó con el hombro la puerta y la dejó pasar a un espacio oscuro y con muchos pósteres pegados en las paredes. La cama estaba debajo de la única ventana y había una cómoda pegada a la pared en la que estaba la puerta. Estaba abarrotada de objeto, entre ellos un desodorante. Hobie se dejó caer en la cama desecha. Khris cerró la puerta tras ella.
-Secuestrándome en mi propia habitación. Es indecoroso.
-Y sin embargo compras desodorante y todo esto viene del capitalismo.
-Los he robado. Salen mejor.
Hobie cruzó los brazos bajo la cabeza sin dejar de sonreír, cerrando los ojos. Pese al pequeño desorden que cualquier mujer podría achacar a la falta de organización de los hombres, era una habitación propia de la persona que la ocupaba. Pósteres de diferentes bandas que le gustaban, una cómoda desorganizada y una cama desecha y de sábanas oscuras y manchas blancas.
Había revistas amontonadas en una pila en el extremo al lado de la almohada. Debía de gustarles mucho si las almacenaba aún. Al lado, una pequeña estantería también desordenada se pegaba a la esquina.
-¿Nunca has tenido una etapa rebelde o cómo? La vida de una blanca siempre puede torcerse.
-Aún puedo tenerla -le respondió, después de pensarlo rápidamente-. Después de esto podría, no sé, crear una banda de rock y montar una secta conmigo en cabeza.
Hobie la miró de reojo.
-¿Nombre? Tiene que tener un buen nombre.
-Aún está por decidirse -se encogió de hombros, haciendo un gesto con la boca de falso arrepentimiento-. Ya sabes, por eso de que tiene que enganchar.
-El capitalismo y sus problemas...
Khristina le golpeó con un cojín.
-Y dale otra vez con el capitalismo. Ya sabemos que lo odias, deja de culparlo de todo.
Hobie abrió la boca. Cuando vio la mirada de advertencia que Khris le estaba lanzando desde donde estaba, la cerró y volvió ad descansar la cabeza sobre sus brazos. Khris sonrió orgullosa. Acababa de silenciar al lobo feroz. Ya era un pasito. Pequeñito.
-Eh, me he leído este -señaló a uno de los libros. En su carrera se leían mucho sobre revoluciones fallidas-. Y este. ¿Por qué tienes tantos libros de comunismo si no lo eres?
-Tampoco creo en la cohesión -señaló.
Lo miró por encima del hombro, como si le estuviera tomando el pelo, pero sin dejar de sonreír. Sacó uno de ellos y se sentó en ese extremo. Era El Capital de Marx. Típico de un comunista obsesionado, pero sin duda algo diferente a la ideología que manifestaba. No lo abrió, pero por lo desgastadas que estaban las páginas se notaba que eran antiguo. Dejó la obra sobre su regazo y le prestó atención a la persona que tenía delante.
Todo su cuerpo ocupaba la capa, pese a lo delgado que estaba. Con la puerta cerrada ahora podía ver la guitarra apoyada contra la pared...y el traje de la persona que tantos dolores de cabeza le había generado. Estaba tirado en el suelo, como una prenda de ropa más. Khris bajó la cabeza, de nuevo al libro. No quería, pero tenía que sacarse ese peso de encima. Saber cosas que quizás se metieran en su intimidad, pero... Necesitaba hablarlo.
-¿Entonces...no me vas a matar o algo ahora que lo sé?
-Que tú lo sepas no ha generado nada, sino tendríamos a medio ejército invadiendo esta casa como si estuviéramos planeando un golpe de Estado.
-¿Gwen...?
-También lo sabe. Es otra araña.
-Oh -la pilló por sorpresa. Una parte de ella no se esperaba esa confesión tan directa, mientras que la otra se maldecía por no haberlo supuesto. Si no eran pareja, no tenía sentido vivir con otra chica a no saber que fueran íntimos. Y ella solo pensaba quedarse un tiempo-. ¿Puedo saber desde cuándo?
-No.
Khristina asintió recogiéndose un mechón liso detrás de su oreja. Se hizo un silencio entre ellos. Hobie cruzó las piernas una sobre otra. Entonces, dijo:
-Desde hace tres años. Una araña radioactiva contaminada por el sistema me mordió porque dijo "voy a morder a este pringado", y lo hizo. Y yo dije "seguro que no es nada", ¿qué paso? Lo contrario. Un día entero en la cama y al siguiente podía colgarme de las paredes sin caerme.
¿Una araña radioactiva? ¿De qué iba aquello? El único caso de mutación que se había escuchado en el país era el caso de Bruce Banner por un experimento fallido de replicar el suero del Capitán, fallecido desde hacía un año. Luego, estaban los gemelos Maximoff, de los cuales el gobierno tenía aún un expediente abierto por su peligrosidad. Pero ese era otro tema. Uno relacionado con unas gemas de poder o no se qué clasificado que se nombraba mucho en los canales de madrugada y que ella a veces se ponía mientras esperaba a sus padres.
-No están mal. A veces. Me puedo colgar del techo, tengo buenos y reflejos y siento cuando una chica se está metiendo en problemas desde kilómetros. Todos deberían probarlo.
Khristina respiró fuerte por la nariz, pero no le dio la satisfacción de ofenderse en el caso de que así lo quisiera. Si podía hacer todo eso, entonces había algo más que no estaba diciéndole. Bien para quitarle importancia al tema o porque no quería decirlo. No supo cuál.
-Y yo que pensaba que mi vida era rara por tener padres hippies.
-Ahora tendré que matarte. Aquí no hay normas hasta que entra el enemigo.
-Puedo ser el sacrificio intergaláctico o algo parecido -dijo-. Aunque no creo que a los Vengadores les interese eso... ¿Trabajas con ellos?
Hobie se mofó. Le escuchó reírse en voz baja y revolverse a su lado.
-¿Con esos? Lo último que quiero es meterme en burocracia y firmas acuerdos que me restrinjan. Tampoco tendrán el lujo de verme en traje. Me veo horrible y eso que fui modelo.
-¿Fuiste modelo?
-No era un buen modelo.
Khristina dejó el libro sobre el montón de revistas. También se descalzó cuidadosamente, dejando sus deportivas una vez fuera al lado de estas, y subiendo las piernas sobre la cama. Hobie no se movió ni dijo nada. El somier sonó con el peso de ambos sobre el colchón. En cuanto a cómo se colocó, Khris estiró las piernas a lo largo y en posición contraria a la suya. El cochón crujió, pero no pasó nada grave. El techo estaba también lleno de pósteres a excepción de la lámpara circular que ni habían encendido... Podía sentir la calidez de su cuerpo a pesar de la ropa. Y escuchar su respiración; su pausada y relajada
En el techo, cuando miró directamente a él para concentrarse en algo que no fuera su corazón latiendo desbocado, estaba empapelado. Hobie de cerca olía a algo más que cuero, sudor y tabaco... Olía a... No podía explicarlo.
-¿Por qué eres tan guay siempre? Eres una caja de sorpresas.
-Soy cool todo el rato.
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Verano de 2023, 4 de Agosto. EN UN LUGAR DE NUEVA YORK Hora: 08:10
La luz entraba por la ventana. Khristina se despertó por eso. No recordaba haberse dormido, pero tampoco recordaba que la hubiesen tapado y colocado un cojín debajo de su cabeza.
Se frotó un ojo para mirar a través del otro, dándose cuenta de que estaba sola. La poca luz que entraba a través de las cortinas lo demostraba. Pequeñas motas de polvo flotaban en el aire que la envolvía. Khristina sacó las piernas de la cama... Unas piernas cubiertas por un pantalón corto y ajustado y una camiseta ancha que aún así se pegaba a sus caderas. No se había fijado ayer, pero la ropa le quedaba notoriamente pequeña.
Se levantó y salió de la habitación. Todo estaba en silencio, a excepción del exterior. Por lo que se escuchaba desde fuera, podía decir que las calles ya no estaban cortadas. Se escuchaban gritos del apartamento de abajo, pero nada más allá que una disputa familiar; tal vez.
La chica que vivía también en aquella casa estaba en la segunda habitación con una taza humeante entre las manos y la capucha de la sudadera echada. Tenía la mirada perdida en un punto del suelo hasta que vio a Khristina asomándose.
-Buenas noticias -le empezó diciendo-. Tu ropa está seca.
-Gracias -agradeció. Unos segundos de silencio entre ellos fueron suficientes-. ¿Está...?
Gwen asintió.
-Está en el salón.
Khristina acercó un poco la puerta de la habitación antes de volver a dejarla sola. Siguió caminando hasta llegar al salón. Estaba mejor iluminado que ayer, sin luz artificial y...con más vida. Hobie estaba también ahí.
Estaba sentado y con las piernas estiradas cuán largas eras, cruzadas entre ellas, sobre una silla de cara a la misma ventana por la que había ido a la azotea. Tenía las botas encima de la repisa y la guitarra en el regazo. Lo sabía porque su mango asomaba, y porque por los suaves movimientos que hacía su cuerpo significaba que estaba rasgando las cuerdas. Su espalda delgada la saludaba. No llevaba la ropa a la que estaba acostumbrada a verlo, pero sí visiblemente desgastada. Ese era su estilo.
-¿Sabes componer? -le preguntó, sin entrar del todo en el salón.
Pero no hubo respuesta. Khristina se frotó la nuca pensando en la posibilidad de que no la hubiese escuchado. Pero eso era imposible. Si estaba tocando, por muy bajo que fuera, significaba que estaba recordando e imitando un sonido. Khris se acercó.
-Tu móvil ya está cargado -dijo entonces-. Está aquí -y señaló con una bota hacia donde su móvil estaba conectado a un cable blanco.
-Eres tontísimo -le respondió. Sus hombros se movieron al reprimir la risa.
-De nada.
Se acercó a donde estaba su móvil y lo encendió. El minuto que tardó en encenderse fue el minuto más largo de su vida. Su familia, sus amigos,... Alexia. Lexie. Tenía que hablar con ellas. ¿Y si ellas también estaban ahí cuando cortaron las calles? ¿Y si se han tenido que quedar en otros sitios que no fueran sus barrios y sin poder pasar?
-¿Alguien importante? -preguntó. Seguía tocando mientras en la pantallas aparecían mensajes... Y cinco llamadas perdidas de su madre-. ¿Un novio?
-Deja de decir eso.
-¿Un amante, entonces? Las chicas como tú podrían tener los que quisieran.
Le golpeó el hombro con la cadera. Hobie se echó hacia el otro lado antes incluso de ella hacer el movimiento. Aunque no pasó desapercibido para Khris, decidió no decir nada al respecto. Podía ser su poder de superhéroe o algo.
-¿Malos padres o buenos padres?
-Son buenos -pero añadió al final-: Cuando quieren.
-Por ese comentario ya no tendrás herencia. Y ahora el dinero se lo va a quedar el Estado.
Khristina bloqueó el móvil y se volvió para mirarlo. Seguía concentrado en lo suyo, pero con su guitarra. Movía los dedos sobre las cuerdas sin hacer ningún ruido. Pero sonreía. No sabía por qué, pero estaba sonriendo y las arrugas de su rostro se acentuaban con cada uno de los piercing que lo decoraban.
-¿Por qué odias el gobierno?
-El sistema, las leyes, las personas... Todo falla. Mejor estar preparado para cuando lo hagan -le contó-. Hay que despertar alguna vez.
-¿Spider-Punk es también un revolucionario o su personalidad cambia cuando te pones el traje?
Levantó los hombros para restarle importancia. Se quitó la guitarra del regazo y la dejó al lado de la ventana, para luego bajar las piernas de la repisa y asomar la cabeza por la ventana. La luz del sol rebotó en los piercings.
-A veces. Le gusta dar conciertos y liarla con la banda, pero no ser el centro de atención. Por ahora.
-¿Sabes lo que podría hacer ahora mismo? Saber si la calle está vacía o hay algún atasco. Se llama contribución al civil.
-¿Hay ruido, no? Pues han vuelto a permitir el paso de vehículos. Puedo llevarte. Aunque quizás te mareas.
-¿Tienes carné? ¿No decías que...?
Hobie volvió a entrar en el salón.
-Nunca he dicho nada de saber conducir.
Khistina miró al cielo a modo de respuesta. Si casi se mataba desde cincuenta metros de altura porque cierta persona que tenía delante la había subido allí arriba, no quería ni pensar en la idea de que se la llevara lanzando...lo que fuera que hiciera con las manos volando por los aires por todo Queens.
-Mejor me voy a pie.
Hobie gimió, burlándose de ella.
-Pobre mortal.
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Hora: 08:47
Resulta que el apartamento en el que Hobie vivía estaba más cerca de lo que pensaba de su trabajo. Recordaba haberse metido por algunas calles cuando la pillaban fuera de casa, pero nunca haber entrado concretamente en ese barrio. Por algún motivo, tenía la sensación de haber estado ahí antes.
Hacia la mitad de camino que habría recorrido desde que se despidió de él en la puerta de su bloque de apartamentos y de Gwen unos segundos antes en el piso, supo algo iba mal. Mal con ella. La cabeza le empezó a doler como un efecto secundario de la revuelta de la tarde de ellas. Pensó que se le pasaría con un poco de agua y se compró una botella para al menos llenarse el estómago, puesto que no había bebido ni comido nada antes de eso. Pero se equivocaba. El dolor persistió, y podría decirse que empeoró cuando las voces de agudas de unos niños discutiendo en medio de la calle le entró por los oídos.
Era raro. No solía enfermarse, y cuando lo hacía solo eran resfriados tontos que a los cinco días desaparecían con medicinas o los remedios naturales que su madre le administraba. Y cuando te dolía la cabeza estando enferma, lo siguiente era tener fiebre.
Hasta que se miró al espejo no supo lo que le estaba pasando. O lo que le podría estar pasando.
No un espejo exactamente, sino el reflejo de un escaparate cualquiera -una tienda de dulces abierta y con una anciana pidiendo en el mostrador- abierto. Khristina necesitó de dos miradas para creerse lo que estaba viendo. No era ella lo que reflejaba ese cristal, era imposible... Ella tenía el pelo negro, con un flequillo siempre recto, igual que el de su padre, y una piel blanca de la misma procedencia. Lo único que tenía de su madre era algún rasgo facial y la forma de la nariz, pero no...eso.
En el reflejo, tenía los ojos negros cargados con ojeras profundas y que construían un extraño patrón, como la tela de una araña pero a partir de sus venas, hasta las sienes. La piel blanca se veía enfermiza, cadavérica incluso. Y los dedos... Tenía las puntas de los dedos negras como el carbón cuando se llevó la mano a la cara.
Era su imaginación. O que necesitaba dormir más que eso. Sí, tenía que significar eso.
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ocasoinefable · 7 months
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"pasea el mirlo de mar a la orilla del mar. una de sus plumas alcanza a tocar la arena; trozos de sol se ven caer en la tierra- el ciervo se acerca al mar, como un velete de papel se ondean - Cierra los ojos al pie del tronco, en el centro del mar. se tocan sus labios, se humedecen sus sonrisas, bajan entre los vellos la sal marina y el roció de los arboles. se juntan sus alientos y entre sudor se recoge el aroma. se miran al corretear tras la brisa. se dicen sus miradas. las naranjas pareen caer de la copas de los arboles y al tocar el suelo abren como una flor anaranjada, entre el la espuma y la arena"
...
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