El día que te conocí no me gustaste en absoluto, no eras el tipo de chico del que me enamoraría como suelo hacerlo,
pero había algo en ti que te hacía diferente,
ese algo que me hacia levantar la vista y buscarte.
El día que te conocí, reconocí de inmediato
el vacío.
1665- Es que a veces tengo ganas de correr cada día a ti, buscar la manera de llegar y tenerte cerca de mí, a veces no sé como hablarte para decirte lo mucho que necesito de ti, mis palabras son vacías si tú no las escuchas a sí, es que a veces muero por tenerte pero lo sé cómo puedo más enseñarte que mi amor es solo para ti, a veces quieto correr abrazarte y no más saber de mí, porque en tus brazos soy feliz, sin dinero sin sentido soy feliz a tu lado y eso a veces me hace correr para estar junto de ti.
Me fui y no dude despedirme de ti, te lastimaba estando cerca o lejos, querías algo de mi que no estaba dispuesto a dar y el amor que te tuve se fue perdiendo, lo siento, disculpa por no ser lo que quieres, pero prefiero verte sonreír de lejos y que seas libre de esta tortura y de todo el caos que llevo dentro, disculpa por no darte el amor que mereces, ya que en su momento te lo di todo olvidando que debía amarme primero, lo siento por no dar el amor que no tengo, adiós..
"Le ruego y pido a dios… que me haga perder la vista, porque a cada lugar al que voy siempre la miro, ahí, esperándome…
Le ruego y pido que me haga perder el sentido del olfato, porque con cada mujer con la que estoy, me recuerda a ése aroma suyo, fresa caramelizado…
Le ruego y pido que pierda la movilidad de mis manos, porque soy incapaz de dejar de escribir lo que nunca le dije, que estos sean los últimos versos que le escribo…
Le ruego y pido que pierda el sentido del oído… porque la brisa del aire y de las melodías me hacen recordar su voz cuando me decía que me quería…
Le ruego y pido que pierda mi laringe, así ya no le cantaré todas las noches con la esperanza de que vuelva…
Te ruego y pido señor, que me quites la vida, porque aún a pesar de todo eso, no dejo de pensar en ella…
Te ruego y pido señor, que desgarres, castigues y quemes mi alma con el mismo sufrimiento que cargó para olvidarla...
Te lo pido a ti porque soy un cobarde. Fui cobarde para amarla y soy un cobarde para olvidarla…"
No éramos como los demás, nosotros teníamos magia,
teníamos algo puro en el interior que nos hizo encontrarnos,
nosotros teníamos amor,
teníamos sentimientos,
teníamos el aroma de la primavera y el calor del verano; en invierno.
Nunca fuimos como los demás, nosotros destacamos celestialmente,
teníamos sonrisas,
miradas que atrapaban la complicidad,
teníamos roces ligeros,
y teníamos el canto de los pájaros.
¡Tuvimos la lluvia!
No éramos como los demás, nunca fuimos igual al resto de parejas que se unen para amarse,
nosotros teníamos algo más, nos teníamos el uno al otro,
el universo se encargaba de juntarnos si nos molestábamos,
teníamos algo que no se puede ver,
algo que no se puede tocar,
nosotros teníamos... magia teñida de mi violeta y tu azul.
Teníamos índigo.
Nosotros teníamos todo lo que un niño sueña cuando es pequeño,
no éramos como los demás, porque nuestro amor era celestial,
nuestra unión fue programada por el universo,
para vernos,
para encontrarnos ese día,
en esa semana,
en esa mirada,
con ese frio,
con ese cigarrillo...
No éramos como los demás caballero,
éramos magia...
éramos vida...
éramos paciencia...
éramos deseo...
éramos la angustia de no poder besarnos,
la incertidumbre de saber si era correspondido...
Éramos magia,
hoy no somos nada,
y aunque está carta una vez nació en presente, hoy se nos muere en pasado mi caballero, porque no he podido salvarnos.
1521- Hay un lugar donde las palabras nacen del silencio... un lugar donde los susurros del corazón surgen... un lugar donde cada aliento esculpe tu imagen en mi alma