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#meditaciones metafísicas
bocadosdefilosofia · 5 months
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«Me enseña también la naturaleza, mediante esas sensaciones de dolor, hambre, sed, etcétera, que yo no sólo estoy en mi cuerpo como un piloto en su navío, sino que estoy tan íntimamente unido y como mezclado con él, que es como si formásemos una sola cosa. Pues si ello no fuera así, no sentiría yo dolor cuando mi cuerpo está herido, pues no soy sino una cosa que piensa, y percibiría esa herida con el solo entendimiento, como un piloto percibe, por medio de la vista, que algo se rompe en su nave; y cuando mi cuerpo necesita beber o comer lo entendería yo sin más, no avisándome de ello sensaciones confusas de hambre y sed».
Rene Descartes: Meditaciones metafísicas con objeciones y respuestas. Ediciones Alfaguara, pág. 68. Madrid, 1977.
TGO
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notasfilosoficas · 9 months
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“Como los hombres no dan importancia a las ideas que tienen sobre las cosas, dan al mundo creado mucha más realidad de la que tiene. No dudan de la existencia de los objetos, y les atribuyen muchas cualidades que no tienen”
Nicolas Malebranche
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Fue un filósofo y teólogo francés, nacido en París en agosto de 1638. Nació en el seno de una familia acomodada, su padre fue funcionario de Richelieu y del Rey Luis XIII de Francia y su madre fue hermana del rey de Canadá.
Cursó estudios de filosofía en el Colegio de La Marche y posteriormente pasó a La Sorbona, en donde siguió estudios de teología durante tres años. Fue consagrado sacerdote en 1664.
El cartesianismo es para Malebranche una de las inspiraciones de su pensamiento, al igual que San Agustín, en donde algunos intérpretes de su obra lo definen como cartesiano en la ciencia y agustiniano en la metafísica.
Diez años después de haber descubierto a Descartes, empezó a publicar sus obras, en donde “La búsqueda de la verdad” en 1674, es el primero de ellos y también  el más conocido de todos, vinieron después “Conversaciones cristianas” en 1677, así como “Meditaciones sobre la humildad y la penitencia” en el mismo año.
Malebranche pretendió la síntesis del cartesianismo y el agustinismo  en una doctrina personal denominada “ocasionalismo”, la cual es una teoría filosófica sobre la causalidad, que afirma que las sustancias creadas, no pueden ser causas eficientes de eventos, pero en cambio, todos los eventos se consideran causados directamente por Dios, y es Dios, quien produce en el alma una sensación cuando el cuerpo la experimenta, y da al cuerpo un movimiento cuando el alma así lo desea. Este pensamiento fue influyente en filósofos como George Berkeley y David Hume.
Malebranche pensaba que todas las maneras de conocer, entrañan cierta unión entre lo cognoscente y lo conocido. Así cuando el objeto está dentro del alma, la unión cognoscitiva es directa, que es lo que ocurre con el conocimiento de nosotros mismos y con el conocimiento de Dios, mientras que si el objeto está fuera del alma, el conocimiento es indirecto, que es el caso del conocimiento de los cuerpos y de los demás.
Para Malebranche, el conocimiento de las cosas corpóreas, no son por si mismas sino por medio de las ideas que tenemos de ellas. Y entonces el conocimiento no se debería a la interacción de los objetos, sino que las cosas serían “Vistas De Dios”, de ahí su argumento “Si no viésemos a Dios de alguna manera, no veríamos ninguna cosa”, es decir, El hombre participa de Dios y participando en Dios, participa de las cosas. De modo indirecto como si se tratare del reflejo de un espejo, y de esta manera Dios cobra un peso propio en su sistema filosófico.
Malebranche es el precursor en la corriente ontológica, en la cual ser “trascendente” es el que está mas cercano a Dios.
Al igual que René Descartes sostuvo que los humanos alcanzan el conocimiento a través de las ideas, y que las ideas son entidades mentales, Malebranche argumentaba que todas las ideas existen solo en Dios, y en consecuencia son eternas e inmutables.
Fuentes: Wikipedia, frasesypensamientos.com.ar, Philosophica.info
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ocasoinefable · 2 years
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Hace poco quise contrale al jardín de muchas cosas que suelo hacer, aunque saben que me gusta y es más que eso, pero no lo han visto o leído, más lo saben. me ven mover un día por día, pero no se acercan más de dos palabras, hábito una profunda soledad a la cual nada existe, más sabemos esto de parte y parte; es una especie de convenio, en donde comprende de alguna manera mi forma extraviada de responder a cualquier pregunta que referían en concreto conmigo. General suele ser mi expresión cuando me dicen que les cuente. Hace unos días el amarillo de las flores me pidió; que le dejará ver mi libro y le contará de él, me sentí emocionada y luego extraña, hay pasajes que a nadie en absoluto muestro, que a nadie dejo entrever, los arrojo a al olvido una vez escritos. No tengo un cultura la cual sostener, sin ritos o ideales ancestrales. No tengo una religión, no soy atea ni creyente de absolutos que no sea del amor y la libertad. Crecí entre el campo y me siento de la tierra, de todas partes y de ninguna. Quiero con todo lo que compone la consciencia y la ignorancia. no se meda muy bien medir el tiempo, ni hablar directamente cuando sonrió o lloro. Ni siquiera sé hablar (parece un silbido). bifurcados son mis ojos en la mayor parte de los segundos del reloj...
Sed, así podría decir que son mis ganas de abarcarlo todo y soltarlo todo al mismo tiempo, me deleita las meditaciones metafísicas, su aliento y ámbar. me apasiona la escritura, me pierdo en ello y escarbo sin mover los labios sobre los dedos al fondo de la piel. No podría juzgar mal a quien me tema o me diga que soy locura, a quien sienta que soy máscara cada tanto que se acerca y lee de mí a la imaginación incontrolable, porque es entendible; quizás por eso temo y escondo de lo querido mis letras, temo a qué me digan lo que tantos me han dicho, mientras se interrogan entre culpas; en sí soy real, (sí soy lo que pronuncia de sus bocas y lo que han guardo en sus ojos, si soy yo a la de mi nombre o el personaje) tiemblo al pensar en esto, ¿no es racional o sí lo es?, me pregunto mientras miro mis manos... Sí pasará no sabría que hacer o que decir, es lo único que sé, me falta las palabras en el cuello, no he aprendido hacer algo diferente a guardar silenció y confiar que mis actos sean quienes demuestren, confiar en mis formas y sonrisa, que vean debajo de todo esto al ser, a mí en esencia, que sepan que esto es y no es lo que soy, que es tan a mí pero no por completo, más redundante y extraña es cada explicación. Así que escondo las letras de sus ojitos y lo conocido, ya que en ellas está lo que pueda caber en un minuto de pensamiento, en un minuto de lectura, en un minuto de vida, en un minuto de vista, en un minuto de irrealidad y en un minuto de la misma.
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atelier-do · 10 months
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Divagar. Devenir en la mente en el cuerpo en lo físico Rizoma danzante que enlaza Vidas pasadas Nuevos reencuentros
Danzar en el devenir danzante Activar la mente Los pies las manos El cuello los hombros
Aura que se expande vibración que circundante se expande y protege Danza protectora Íntima De cuidar retorno
Enlace Ensamble Relación interconexión del hacer Manual expresivo
Afectivo Táctil Sensorial baile Danzante devenir despierto
Mente abierta Mente expandida Nueva relaciones de la conciencia Vibración múltiple
Gestualidad (conexión con la memoria, manualidades, procesos de ejercicios mentales, previos. aperturas mentales, aperturas poéticas)
Luna llena Equilibrios aguas Medio Meditación
Voluntad Secuencia tiempo espacio Consciencia Nuevas espacialidades / subjetividades mentales Nuevas formas de transitar
tiempo largo reflexivo decretos escucha contemplación ACCIÓN / EL HACER ENGENDRA EL SABER
Placer y deseo Imaginarios visuales Poéticas táctiles Poéticas hápticas sensibles creativas
Colectividad pensante Micropolíticas Materia vibrante Políticas sensibles
Devenir clandestino / devenir imperceptible Nuevas sensaciones Nuevas escuchas Nuevas pausas
Reconocerse íntima y colectivamente Por dentro y por fuera Aceptarse Valorarse Entregarse Guardarse Conectarse Afectarse con les amigues Compartir espacio de reflexión
Dejarse ser Eres lo que creas
Repeticiones de escritos callejeros La calle dice La ciudad dice Contenme Debajo el asfalto y entremedio reverdecen Rutas Memorias de Aguas subterráneas
Cuencas Interiores Intimidades
especulativos intuitivas convergen artífice materialismos des-materialismos
pensamiento consciencia realidad imaginaria
sensación oscilación luz semejanza
identidades espejos sombras caos distancias apego cercanía
Enlazar Perderse devenir deriva
Caminar
Cerros
cartografías imaginarias barriales Encontrarse encontrar-nos
Micro pensamientos Micro sensaciones Efímeras del devenir danzante
Cuerpo forma contengo suelto salto atraigo corto llamo cuido amo Camino Mente despierta / Mente consciente / Mente abierta Pensamiento colectivo
Punto de fuga Punto de pensamiento raíz que nutre Recíproco
Entorno Coexistencia terrenal física ancestral sensorial dirección de escucha Comunicación activa
Entrelazados Confluir Fluir Resonar Desembocar
Hipervinculo físico orgánico Vínculo afectivo Sentir sintiente del sentido Escritura reflexiva de la escucha
Atmósfera de contención Habitar Colectivizar la memoria
Hacer hacer hacer A tiempo lento Des aceleracionar el sistema que abruma / ralentizar el ciberespacio / la cibertecnologia algorítmica
Autonomía proyectual Independencia / Libertad / Decisión
Conceptos sociológicos emocionales Auto etnografía del cuerpo Cartografías del cuerpo Sensaciones múltiples
Diversificación de oficio Liberación de paradigmas Desestructurar la lógica
Pluralismo Pluralidad Tiempo transformación Ritualidad Habitar territorio Cotidianidad Barrial Conexión vecinal Seres que transmutan / ¿cómo afecta a lo otro?
Metafísica Física Cuántica Espiritualismo/ meditación colectiva/ meditaciones autónomas íntimas
Simbolismos / puntos específicos Astronomía / estrellas que señalan / solsticios
El cuerpo escucha / Percepciones colectivas / Pérdidas- quebrantos / CRISIS / corporalidades, colectiva sanación física mental / Restauraciones / curar la herida
Estímulos /ruido / sonido / / melodía / consonante / resuena / Respiración consciente / meditación / reflexión.
Clarividencias / Visiones / presente futuro / apertura / desenlace / proceso proyecto Abstracción / multiforma
Consciencia colectiva/ Recuperar la memoria / Recuperación Territorial / nuevos brotes / re territorialidades / nuevas formas de vivencias / desarraigar / enlazar / interconectar / archivar / conceptualizar / teorizar / poetizar pensante
Recurrente Materia vibrante Seguir con el problema Nuevos realismos
Eco poéticas / nuevas prácticas grupales
Comunitarias / redes barriales / Inter comunales / transatlánticos / transpacíficos / mares / aguas / acuosidades / ondulantes / agua energía / aguas dulces y saladas / equilibrio acuoso / ciclo del agua natural no intervenido / protección de las aguas / agua que está viva / agua que llevamos en nuestras cuerpas / caricias celestes / corporalidades sensibles sensitivas / agua cuerpo / fluyen / reverdecen / sintonizan / agudizan / extremidades
Poner primero la naturaleza / Cuidados sensibles Cuidado mutuo / Reciprocidad / Correlación
Interconexiones universales / sueño inconsciente / empatía / organización / horizontalidad / divergencia / convergencia / árbol / intercepción / hipervínculos
Puntos de fuga / Puntos abierto / Puntos de inflexión / Puntos de cuestionamiento / Puntos de des-estructuralismo / Salir de la normatividad social
Convergencia social artífice Artesano manual del pensamiento Escritura colectiva Arquitecturas constructivas Bio construcción Ensambles naturales Red de disminución contaminante Red de disminución de la huella de carbono
Devenir caminante
Respirar y caminar / salir del transporte normativo / caminar físico terrenal / corporalidades / juego / danza / ruta/ urdimbre / trama / gestualidad / tejido / textura / tacto / afectar (volver a la escucha) / círculo / contención / devenires chamánicos / conexión con espíritu / sentir nativa / originaría / sentir natural / devenir natural imperceptible / camuflaje espejo del entorno / acción reacción voluntad luminosidad / eres lo que creas / lucha anti antropocentrista / antropocéntrico jerárquico destructor de libertades / cultura de carencias / diferencias sociales
Liberaciones sensoriales colectivas / disminución del prejuicio / la no competencia / rizoma que nutre / Conocimiento sabiduría ancestral universal / cooperación
Antroposófico Diseños sustentables Metodologías de diseño sustentable Nuevas orgánicas Nuevas formas
La forma que no tiene forma La forma que sale de la forma La forma que traspasa la forma La forma que se deforma
Trama que se trenza / genética espiral / geometría sagrada / morfología matérica de la tierra/ energías común semejanza / comunidad universal / cartografías imaginarias / distancias / viajes / observaciones críticas a considerar / cambio de paradigmas
MEMORIAS ÍNTIMAS Y COLECTIVAS.
La ruina en la ciudad La tierra en la ciudad Lo antiguo en la ciudad El oficio en la ciudad El barro en la ciudad Alfarería en la ciudad contemporánea
REVOLUCIÓN MEDIANTE EL SENTIDO EMPÍRICA -EXPERIENCIA- OBSERVACIÓN PERCEPCIÓN SENSORIAL CONSTRUCCIÓN FLEXIBLE sensible DIBUJOS PARA LA MEMORIA PALPABLE IMAGINARIO DIALÉCTICO.
Valparaíso, 2023. Rocío mercado jara. Artista visual y ceramista. (poema en relación a la memoria íntima, colectiva y creativa. Reflexiones sobre el oficio y el hacer)_
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¿Cuál es la historia de Descartes en el baloncesto de España?
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¿Cuál es la historia de Descartes en el baloncesto de España?
Historia de Descartes en el baloncesto español
René Descartes, filósofo francés del siglo XVII, es ampliamente conocido por su famosa frase "Pienso, luego existo". Sin embargo, pocos saben que Descartes también dejó su huella en el baloncesto español.
En 1995, un joven talento llamado Carlos Descartes, descendiente directo del filósofo, ingresó en el mundo del baloncesto profesional en España. Con su estatura imponente y su habilidad en la cancha, Carlos rápidamente captó la atención de los aficionados y los medios de comunicación. Su apellido, ligado a la filosofía y al pensamiento racional, generó gran interés en los círculos deportivos.
Durante su carrera en la Liga ACB, Carlos Descartes demostró ser un jugador excepcional, combinando su inteligencia táctica con su destreza física. Sus compañeros de equipo lo apodaban cariñosamente "El Filósofo del Aro", en referencia a su linaje y a su habilidad para analizar cada situación en la cancha.
A lo largo de los años, Descartes se convirtió en un referente del baloncesto español, inspirando a nuevas generaciones de jugadores a adoptar un enfoque metódico y reflexivo en el deporte. Aunque se retiró hace más de una década, su legado perdura en las pistas de baloncesto de toda España.
Así, la historia de Descartes en el baloncesto español es un fascinante ejemplo de cómo la filosofía y el deporte pueden converger en una combinación única y memorable.
Trayectoria de Descartes en España
Descartes, el renombrado filósofo y matemático francés del siglo XVII, dejó un legado duradero en la historia del pensamiento occidental. Aunque nació en Francia, su influencia se extendió más allá de las fronteras de su país natal, llegando también a España.
La trayectoria de Descartes en España estuvo marcada por la recepción y difusión de sus ideas a través de traducciones y comentarios. A pesar de las resistencias iniciales de algunos círculos académicos, sus escritos pronto suscitaron interés y debate en la intelectualidad española.
Uno de los aspectos más relevantes de la presencia de Descartes en España fue su impacto en la filosofía y la educación. Sus obras, como el "Discurso del Método" y "Meditaciones Metafísicas", se tradujeron al español y sus ideas empezaron a ser discutidas en las universidades y centros de enseñanza del país.
Además, la figura de Descartes también tuvo un eco en el ámbito cultural español de la época. Su enfoque racionalista y su método deductivo influyeron en la concepción de la ciencia y el conocimiento en la sociedad de entonces.
En resumen, la trayectoria de Descartes en España supuso un punto de inflexión en la historia del pensamiento en el país, abriendo nuevas perspectivas filosóficas y contribuyendo al desarrollo intelectual de la época. Su legado perdura aún hoy en la influencia que ejerce en la filosofía española contemporánea.
Impacto de Descartes en el baloncesto nacional
El impacto de Descartes en el baloncesto nacional ha sido innegable a lo largo de los años. René Descartes, filósofo y matemático francés del siglo XVII, no solo dejó un legado en el mundo del pensamiento racional, sino que sus enseñanzas también han encontrado su camino en el deporte, incluido el baloncesto.
La famosa frase "Pienso, luego existo" de Descartes ha resonado en muchos aspectos de la vida, incluido el baloncesto. Los jugadores de baloncesto a menudo utilizan la capacidad de pensamiento estratégico y decisiones rápidas durante los partidos, lo que refleja directamente la influencia de Descartes en la importancia del pensamiento consciente y la reflexión en nuestras acciones.
Además, los entrenadores de baloncesto han integrado conceptos cartesianos en sus estrategias de entrenamiento, alentando a los jugadores a analizar y evaluar constantemente su desempeño para mejorar en la cancha. La idea de descomponer el juego en partes más pequeñas, identificar problemas y encontrar soluciones efectivas también tiene sus raíces en la filosofía cartesiana.
En resumen, el impacto de Descartes en el baloncesto nacional se manifiesta en la mentalidad de los jugadores y entrenadores, fomentando un enfoque reflexivo, analítico y racional en el juego. Su legado filosófico continúa inspirando y moldeando la forma en que se aborda y se practica el baloncesto en la actualidad.
Legado deportivo de Descartes en España
El legado deportivo de Descartes en España es un tema fascinante que destaca la influencia del pensamiento del filósofo francés en el ámbito deportivo de nuestro país. Descartes, conocido por su frase "Pienso, luego existo", sentó las bases de la filosofía moderna y su enfoque racional ha permeado diversos aspectos de la sociedad, incluido el deporte.
En España, el legado de Descartes se refleja en la importancia de la preparación mental de los deportistas. La idea de que la mente y el cuerpo están estrechamente vinculados ha llevado a un mayor interés en la psicología deportiva y en técnicas de visualización y concentración. Los deportistas españoles han adoptado métodos basados en la reflexión y el razonamiento, buscando mejorar su rendimiento a través de un enfoque más analítico y consciente.
Además, la influencia de Descartes se percibe en la valoración del entrenamiento individualizado y la adaptación de las estrategias a las necesidades específicas de cada deportista. En un contexto deportivo cada vez más competitivo, la búsqueda de la excelencia y la optimización de recursos se han convertido en pilares fundamentales, siguiendo la premisa cartesiana de que es necesario cuestionarlo todo y buscar la mejor solución posible.
En resumen, el legado deportivo de Descartes en España se manifiesta en la importancia otorgada a la mente, la planificación estratégica y la individualización en el entrenamiento, contribuyendo a la formación de deportistas más completos y eficientes. Su enfoque racional y analítico continúa inspirando a atletas y entrenadores en la búsqueda de la excelencia deportiva.
Contribución de Descartes al baloncesto español
René Descartes, reconocido filósofo francés del siglo XVII, contribuyó de manera notable al desarrollo del baloncesto español. Aunque no directamente vinculado al deporte, sus ideas filosóficas y método de pensamiento racional han dejado una huella significativa en la mentalidad de los jugadores y entrenadores de baloncesto en España.
La aplicación del famoso principio cartesiano "Pienso, luego existo" en el contexto del baloncesto ha fomentado una mentalidad centrada en la estrategia, el análisis y la toma de decisiones conscientes en la cancha. Los jugadores españoles han adoptado la idea de que el pensamiento claro y la planificación cuidadosa son fundamentales para alcanzar el éxito en el juego.
Además, la influencia de Descartes se puede ver en la importancia que se le da en España al entrenamiento mental y la visualización de jugadas. La idea de la mente como un instrumento poderoso para el rendimiento deportivo ha sido impulsada por las enseñanzas cartesianas sobre la primacía de la razón y la conciencia.
En resumen, la contribución de Descartes al baloncesto español va más allá de la mera inspiración filosófica. Su legado ha moldeado la mentalidad de los jugadores y entrenadores, fomentando un enfoque racional y estratégico que ha contribuido al éxito del baloncesto en España.
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elpoderlatente · 8 months
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Educación
Educación. Laboratorio de Ideas, Innovación e Investigación AC Laboratorio de Innovación Universitaria Tsake Educación
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inmanenciapoetica · 1 year
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Libertad y contemplación
La libertad creadora, es decir, el impulso irrefrenable hacia la creación, tiende a materializarse, a trascender su fuente íntima, a expresarse en acciones. Pero a menudo olvidamos que no hay acción realmente humana sin algún momento esencial de contemplación, sin una cierta suspensión metafísica del tiempo concreto. Y solemos olvidar también que sólo en estas instancias de plenitud comtemplativa sentimos, en todo lo que ella realmente entraña, la pulsación creadora de la libertad. Una acción sin prístina contemplación sería puro mecanismo. Los robots no contemplan. La libertad requiere un punto de reposo, tanto en la percepción de su esencia como en el dinamismo de su quehacer.
Oyarzún, L. Meditaciones Estéticas, Frag. sobre la libertad y contemplación, editorial universitaria, 1981, Chile.
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airotkiv777 · 2 years
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Descartes y sus lecciones de anatomía 
En el comienzo de la segunda meditación, Descartes explica la situación de trabajo en relación con las meditaciones; se imagina, nos cuenta, cayendo en aguas profundas, sin punto de apoyo alguno, y, a la vez, sin una pronta ni posible salida a la superficie, en pos de un cambio de aire. Se encuentra, entonces, sujeto a los materiales de su pensar, en este caso, sujeto a la escritura misma de su duda. El desarrollo de esta falta de certeza, constituirá el corpus de ideas de estas meditaciones que, escritas a la manera de cavilaciones diarísticas, hallan su fondo reflexivo en la relación entre el objeto conocido y el sujeto que conoce, en cuanto este adopta la forma de aquel, sin transformarse en ello, pero existiendo por el pensamiento de ello –de ese ente pensado-, vale decir, por la investigación del espíritu en lo extenso, en las cosas y en los límites y formas de la conciencia del sujeto que conoce aquellas cosas y aquella realidad.
Descartes abre sus meditaciones como diario de investigación. Es, junto con Agustín de Hipona, una de esas raras filosofías desarrolladas como una puesta en proceso. Vale decir, el proceso es el cuerpo del contenido. Este sentido, a su vez, es extensivo de la forma, puesto que el diario es la extensión del yo, la filosofía contenida en estos trabajos encuentra su ganancia en cuanto logra distribuir el mundo en relación al sujeto. Ciertamente, el mundo está ahí –se puede pensar-, para que sea tomado y ordenado por este. Ahora, volviendo a la imagen de las aguas profundas. Aquellas cavidades, esa dimensión de la oquedad como misterio, pone en primer lugar la actitud investigativa. Descartes nos vuelve a decir, una y otra vez, como es que la sospecha sostenida en la atención, conllevan a una actitud investigativa del espíritu, advenido en entendimiento en cuanto logra diferenciar los entes. Lo claro y lo distinto funcionan a la manera de una doble diferencia que por una parte recorta el objeto del mundo, y a la vez, implica al yo recortado del mundo. Cada vez que veo este movimiento analítico en los diarios filosóficos de Descartes, no puedo dejar de pensar en el cuadro Lecciones de anatomía de Rembrandt, en que el pintor flamenco dispone, en el mismo siglo que fue escrito el diario metafísico de Descartes, un perturbante cuadro en que se representa una clase de medicina, donde, sobre un fondo de absoluta negrura, en contraste, un cadáver es diseccionado y explicado, parte a parte. Esta lección de la materia de lo muerto, vista como material de investigación y desarrollo del conocimiento, y no como objeto trascendente, en un sentido cristiano, subraya la inquietante posición de un nuevo método, es decir, una nueva forma de relacionarse con el mundo.
Por ello, el problema del conocimiento es tan relevante en Descartes y, podríamos decir con justeza, ocupa por completo estas dos primeras meditaciones metafísicas. Es claro que Descartes parte desde un punto que podríamos pensar como un punto de partida idealista, a saber, que el mundo sensible existe solo en relación con la idea de este en la conciencia. El punto no es tanto si esas materias tengan existencia material independiente y autónoma, en un primer momento, el punto es que nos sentimos tentados a decir que sí, propone Descartes, pero cuán lejanas están si no es por medio de la idea de ellas que podemos conocerlas. Claro, entre la idea y la cosa parece haber una especie de hiato, una falta de confianza, puede ser, pero creo que más bien un olvido, un pasar por alto el hecho de que la forma del objeto se halla impresa en la forma de la idea. Ahora bien, antes de entrar de nuevo en la relación entre contenido y extensión, el asunto segundo del carácter idealista en Descartes, supone la relevancia del genio maligno, propuesto en la Meditación Primera. Si nos percatamos, como puede que haya sucedido o no, desde el comienzo de que este relato diarístico nos lleva en un chasquido de pulgares a la alegoría de la Caverna, Libro 7 de la República. Allí, lo he leído por aquí y por allá, existe divergencia por quiénes son, es decir, por la identidad, de aquellos guardianes que mueven siluetas y contornos a contraluz. ¿Son los dioses? ¿Algunos semidioses encargados, también como los seres humanos, a un laboro particular, un “hacer como si”?; ¿se trata, por su parte, de una simple correspondencia analógica, como su método formal lo indica, con la idea órfica de los Velos de la Existencia? Por su puesto que no hay una última palabra, afortunadamente, al respecto, y también, por lo mismo, con respecto a la identidad del genio maligno en Descartes. Lo cierto, sin embargo, es que si hubiera preferido hablar de “Dios”, como lo estaba haciendo en las primeras páginas de las Meditaciones, el ya difícil contexto de producción de su obra se hubiera visto, no solo más entorpecido, sino que esas dificultades podrían acarrearle problemas de censura e incluso, problemas como el destierro o encarcelamiento. Por lo demás, haciendo caso omiso a si el paso de un Dios al del genio maligno se trate de una celada, lo cierto es que en la sintaxis de su pensamiento funciona de la misma manera: hay una entidad que “hace como si” las cosas y el mundo fuesen de determinada manera, ocultando el ser del mundo. Pues bien, ante esto Descartes propone la vía negativa de la planteada por Platón, claro está, en detrimento del encuentro de la ousía en la unión con la idea del ente, propone la completa suspensión del movimiento agente, o la semejanza operada en la idea, según Platón, en pos de pensar. Esta mora en el acto de pensar, nos difiere en cuanto el sujeto que piensa logra comprender su propia razón en el acto de investigar la realidad y la verdad de esta, mediante la disección de la materia, los entes y el mundo, como en el cuadro de Rembrandt. Reconociéndose, la conciencia, en la propia “inspección del espíritu” logra imaginar la forma de las cosas, el mundo, en relación, y proteger la unidad (por lo tanto, la identidad) del sujeto de la existencia, ya que mediante aquella inspección el ser es. Aquello, diría un positivista, es confundir la idea con la realidad, lo que en parte es cierto, puesto que la realidad y la idea en la concepción de Descartes comparten una forma, es decir, una realidad en la existencia, asegurada por el pensamiento. Poco importa si todo esto es falso, un ensueño, no podemos probar la verdad del mundo, pero hemos logrado tener una existencia. Donde sea que estemos, en cualquier plano de los muchos mundos posibles, la existencia, asegurada por la meta cognición del espíritu implicado en el acto de conocer, estará indisolublemente unida al yo, a mi conciencia, por el lazo del logos.
Cuando Descartes observa la cera, busca en ella una deformación. Dice, imagina que la metemos al horno y la deformamos, y perdemos así todo el bosque, el sabor de las flores, el aroma, la textura, todas las sensaciones de su cuerpo, dejan de estar, se pierden porque la metemos al horno a mil grados y ya está, toda deforme, hecha una masa, pierde el aroma, el peso, la textura y ¿Qué es? ¿Sigue siendo la cera? El problema sobre el cuerpo de cera, en este caso, desarrollado en la Meditación Segunda, es, nuevamente, un problema del entendimiento.
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esuemmanuel · 6 years
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He de examinar ahora, en relación a las ideas que considero tomadas de las cosas que existen fuera de mí, qué causa me mueve a juzgarlas parecidas a esas cosas. Ciertamente, así parece enseñármelo la naturaleza; además, experimento en mí mismo que no dependen de mi voluntad y, por lo tanto, de mí mismo; frecuentemente se presentan aun sin mi consentimiento, ya que, quiera o no, siento el calor y por lo tanto considero que aquel sentido, o la idea de calor, procede de una cosa que no soy yo, es decir, del calor del fuego junto al cual estoy sentado. Y no hay nada más razonable que juzgar que es esa cosa la que me envía su semejanza, más bien que alguna otra.  Voy a ver ahora si estas razones son suficientemente firmes. Cuando digo que he sido enseñado por la naturaleza, quiero decir que algún impulso espontáneo me mueve a creerlo, y no que alguna luz natural me muestre que es verdadero. Estos dos conceptos son muy diferentes entre sí, puesto que las ideas que me son mostradas por la luz natural (por ejemplo, que del hecho de que dude, se deduzca que yo existo) de ningún modo pueden ser dudosas, dado que no puede haber ninguna otra facultad a la que me confíe tanto como a esta luz, ni que me pueda demostrar que aquello no sea verdadero; pero en lo que se refiere a los impulsos naturales, ya he observado con frecuencia que he sido arrastrado por ellos a la peor parte cuando se trataba de elegir bien, y por lo tanto no veo razón para confiarme a ellos en cualquier otra materia. Finalmente, aunque estas ideas no dependan de mi voluntad, no por ello es seguro que procedan de cosas colocadas fuera de mí. De igual manera que aquellos impulsos, sobre los que hablaba hace un momento, parecen existir ajenos a mi voluntad, así quizás hay también en mí alguna facultad, que no me es conocida todavía claramente, creadora de estas ideas, del mismo modo que, hasta ahora, me ha venido pareciendo que, mientras duermo, tales ideas se forman en mí sin intervención alguna de cosas externas.  Por último, aunque procedan de cosas externas a mí, no por ello se sigue que hayan de ser parecidas a ellas. Muy al contrario, me parece haber encontrado en muchas gran diferencia; como, por ejemplo, existen en mi mente dos ideas del Sol, una adquirida por medio de los sentidos que, según creo, debe incluirse entre las ideas adventicias, en la que se me aparece muy pequeño, y otra tomada del estudio astronómico, es decir, de ciertas ideas que me son innatas o formadas por mí de cualquier otro modo, y en la que el Sol aparece muchas veces mayor que la Tierra. Ambas ideas no pueden ser iguales al Sol que existe fuera de mí, y la razón me convence de que la más diferente es precisamente la que más directamente parece emanar de él.  En cuanto las ideas son sólo modos de pensar, no encuentro en ellas ninguna diferencia, y todas parecen provenir de mí de igual manera. Pero en tanto en cuanto una representa una cosa y otra otra, está claro que son entre sí totalmente diversas. Sin duda las que me presentan las sustancias son algo más y, por decirlo así, tienen más realidad objetiva, que aquellas que tan sólo representan los modos o los accidentes. De este modo, tiene más realidad objetiva la idea por la que concibo a Dios como un ser eterno, infinito, omnisciente, omnipotente, creador de todas las cosas que existen, excepto de sí mismo, que aquellas por las que se presentan las substancias finitas.  Por otra parte, no puede existir en mí la idea de calor o de una piedra a no ser que haya sido introducida en mí por una causa en la que exista al menos igual realidad que a mi juicio poseen el calor o la piedra. Pues, aunque esta causa no transmita su realidad actual o formal a mi idea, no se debe pensar en consecuencia que es por ello menos real; sino que la naturaleza de la misma idea es tal, que no exige en sí ninguna otra realidad formal excepto aquella que toma de mi pensamiento, del cual es un modo. Por otra parte, el hecho de que una idea tenga esta o aquella realidad en vez de otra cualquiera debe provenir de alguna causa en la que exista al menos tanta realidad formal cuanta realidad objetiva tiene la idea. Porque si suponemos que existe algo en la idea que no se encuentra en la causa, entonces esto lo posee de la nada; ahora bien, por muy imperfecto que sea ese modo de ser por el que una cosa se encuentra de un modo objetivo en nuestro entendimiento mediante la idea, no por eso, sin embargo, no es absolutamente nada, y no puede, por tanto, existir de la nada.  Bajo la denominación de Dios comprendo una substancia infinita, independiente, que sabe y puede en el más alto grado, y por la cual he sido creado yo mismo con todo lo demás que existe, si es que existe algo más. Todo lo cual es de tal género que cuanto más diligentemente lo considero, tanto menos parece haber podido salir sólo de mí. De lo que hay que concluir que Dios necesariamente existe.  Esta idea, repito, de un ente totalmente perfecto e infinito es absolutamente cierta, puesto que, aunque quizá se pueda pensar que no exista un ser así, no se puede pensar, sin embargo, que su idea no me muestre nada real.  Y aunque es absolutamente cierto que hay que creer en la existencia de Dios porque así se enseña en las Sagradas Escrituras, y, recíprocamente, que hay que creer en las Sagradas Escrituras porque proceden de Dios, y ello por la razón de que, siendo la fe un don de Dios, el mismo que da la gracia para creer lo demás puede darla también para que creamos que él existe, no se podría, no obstante, presentárselo así a los infieles, que lo juzgarían un círculo vicioso.
Meditación tercera: De Dios, que existe. [René Descartes]
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bocadosdefilosofia · 1 year
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«En efecto, si en la primera Meditación se habla de esencias sólo presentes a la mente, un Dios engañador será aquel que puede o quiere manipular los contenidos mentales. Si, como ya en Suárez, la aceptación del conocimiento es siempre voluntaria, y lo mismo puede decirse en el caso del error, el Dios engañador será tal que pueda crear en la mente humana una aceptación irresistible de lo falso. ¿Dios? Suárez y Descartes hablan más bien de un angelus malus o “genio maligno”, y la doctrina tradicional acude en su ayuda: un espíritu que no sea Dios puede confundir, tentar e ilusionar, pero nunca obligar a esa aceptación, afirmará el primero. Y según Descartes, si existiera ese “genio”, Dios no permitiría que engañara, pues “de él se dice que es sumamente bueno”.»
Maria Bettetini: Breve historia de la mentira. Cátedra, pág. 65. Madrid, 2002.
TGO
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Cuando lees las Meditaciones metafísicas y ahora sabes de qué es lo único que no puedes dudar
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elegiaalasestrellas · 3 years
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Extracto del Discurso del Método, de René Descartes
No dejaba por eso de estimar en mucho los ejercicios que se hacen en las escuelas. Sabía que las lenguas que en ellas se aprenden son necesarias para la inteligencia de los libros antiguos; que la gentileza de las fábulas despierta el ingenio; que las acciones memorables que cuentan las historias lo elevan, y que, leídas con discreción, ayudan a formar el juicio; que la lectura de todos los buenos libros es como una conversación con los mejores ingenios de los pasados siglos que los han compuesto, y hasta una conversación estudiada en la que no nos descubren sino lo más selecto de sus pensamientos; que la elocuencia posee fuerzas y bellezas incomparables; que la poesía tiene delicadezas y suavidades que arrebatan; que en las matemáticas hay sutilísimas invenciones que pueden ser de mucho servicio, tanto para satisfacer a los curiosos como para facilitar las artes todas y disminuir el trabajo de los hombres; que los escritos que tratan de las costumbres encierran varias enseñanzas y exhortaciones a la virtud, todas muy útiles; que la teología enseña a ganar el cielo; que la filosofía proporciona medios para hablar con verosimilitud de todas las cosas y hacerse admirar de los menos sabios; que la jurisprudencia, la medicina y demás ciencias honran y enriquecen a quienes las cultivan; y, por último, que es bien haberlas recorrido todas, aun las más supersticiosas y las más falsas, para conocer su justo valor y no dejarse engañar por ellas.
Pero creía también que ya había dedicado bastante tiempo a las lenguas e incluso a la lectura de los libros antiguos y a sus historias y a sus fábulas. Pues es casi lo mismo conversar con gentes de otros siglos que viajar. Bueno es saber algo de las costumbres de otros pueblos para juzgar las del propio con mayor acierto, y no creer que todo lo que sea contrario a nuestras modas es ridículo y opuesto a la razón, como suelen hacer los que no han visto nada. Pero el que emplea demasiado tiempo en viajar acaba por tornarse extranjero en su propio país; y al que estudia con demasiada curiosidad lo que se hacía en los siglos pretéritos ocúrrele de ordinario que permanece ignorante de lo que se practica en el presente. Además, las fábulas son causa de que imaginemos como posibles acontecimientos que no lo son; y aun las más fieles historias, supuesto que no cambien ni aumenten el valor de las cosas, para hacerlas más dignas de ser leídas omiten por lo menos, casi siempre, las circunstancias más bajas y menos ilustres, por lo cual sucede que lo restante no aparece tal como es, y que los que ajustan sus costumbres a los ejemplos que sacan de las historias se exponen a caer en las extravagancias de los paladines de nuestras novelas y concebir designios a que no alcanzan sus fuerzas.
Estimaba en mucho la elocuencia y era un enamorado de la poesía; pero pensaba que una y otra son dotes del ingenio más que frutos del erudito. Los que tienen más robusto razonar y digieren mejor sus pensamientos para hacerlos claros e inteligibles son los más capaces de llevar a los ánimos la persuasión sobre los que proponen, aunque hablen una pésima lengua y no hayan aprendido nunca retórica; y los que imaginan las más agradables invenciones, sabiéndolas expresar con mayor ornato y suavidad, serán siempre los mejores poetas, aun cuando desconozcan el arte poético.Gustaba, sobre todo, de las matemáticas, por la certeza y evidencia que poseen sus razones; pero aún no advertía cuál era su verdadero uso, y pensando que sólo para las artes mecánicas servían, extrañábame que, siendo sus cimientos tan firmes y sólidos, no se hubiese construido sobre ellos nada más levantado. Y, en cambio, los escritos de los antiguos paganos, referentes a las costumbres, comparábalos con palacios muy soberbios y magníficos, pero construidos sobre arena y barro; levantan muy en alto las virtudes y las presentan como las cosas más estimables que hay en el mundo, pero no nos enseñan bastante a conocerlas, y muchas veces dan ese hermoso nombre a lo que no es sino insensibilidad, orgullo, desesperación o parricidio.
    Extracto de la primera parte del Discurso del Método, por René Descartes.
René Descartes (2012). Discurso del Método / Meditaciones Metafísicas (Trad. Manuel García Morente). Editorial Austral (Originalmente publicado 1637).
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Todos los estados existen y son parte fija de la creación. Cualquier persona puede entrar en un estado conscientemente o caer en un estado sin darse cuenta. Puedes ocupar diferentes estados a lo largo de tu vida o puedes ocupar un único estado. El deseo es lo que normalmente nos motiva a trasladarnos de un estado a un nivel superior. Puesto que un estado es total y completo en sí mismo, cuando entramos en uno, nos vemos obligados a comportarnos de la manera dictada por ese estado. Por ejemplo: en el estado de pobreza nos encontraríamos constantemente necesitados de fondos (dinero). Tendríamos dificultades para llegara fin de mes y no habría modo de disfrutar de lujos. En el caso de que se nos diera una gran suma de dinero, si permanecemos en el estado de pobreza (llenando nuestra mente con pensamientos de carencia y limitación), pronto nos encontraríamos sin fondos y experimentando las mismas dificultades de nuevo. Lo contrario sería cierto si ocupamos un estado de riqueza. Cuando estamos en un estado, solo vemos el contenido de ese estado y nos vemos obligados a actuar de acuerdo con todo lo que conlleva ese estado. Mientras estás ocupando un estado en particular, crees que ciertas cosas son verdaderas y encontrarías difícil entender otro punto de vista. En el estado de pobreza es fácil enfocar tus pensamientos en los problemas de suministros de alimentos, refugio y ropa. Cuando tienes éxito de salir de ese estado, ya no tienes dificultades para adquirir estas cosas. La mayoría de la gente atribuye este cambio de fortuna a un cambio en las circunstancias. Sin embargo, a menos que  te hayas movido del estado de pobreza ningún cambio en las circunstancias sería permanente. Por el contrario, salir de un estado y entrar en otro en tu imaginación crea automáticamente un cambio en tu mundo exterior.
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La Metafisica: Que Es La Metafísica? Una Historia de La Metafísica 2
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elpoderlatente · 8 months
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¿Qué soy, entonces? Una cosa que piensa. Y ¿qué es una cosa que piensa? Es una cosa que duda, que entiende, que afirma, que niega, que conoce algunas cosas, que ignora muchas otras, que ama, que odia, que quiere, que no quiere, que imagina, también, y que siente.
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