Tumgik
#rechonchos
kastilloart · 1 year
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After failing to help her father accommodate merchandise from a warehouse, Nayahuari Tozi, a blue jaguar, will find a place that connects to her origins.
Trailer of the short film for the degree in Digital Animation at SAE INSTITUTE MÉXICO 2021.
I forgot to upload it here, but here it is.
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borrajacupcake · 1 year
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I just realized that I love the word rechoncho. It translates to chubby and I cannot believe how this is not used more often
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emma-moli-daira · 6 months
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tenía planeado pasarlo a digital y despues pasarlo todo los de los 31 días de octubre:> pero aver si puedo
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lilchickie · 9 months
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I WAS HAPPY THAT GUSTAVO RODRIGUEZ'S VOICE ACTOR LIKED MY COMMENT AND
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THIS MAN THREW HIMSELF INTO MY TIKTOK TO SEE ALL THE SIMP-POSTING I MADE OF GUS
Edit:
I JUST REALIZED HE SAW THE FANART I MADE OF GUS RECHONCHO, CHICHON, SHIRTLESS AND WITH NIP PIERCINGS
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mykey-and-bobby-koopa · 9 months
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12: Dame una mano
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__________
Mykey y Morton estaban en la habitación de este último. Hace poco ellos habían llegado, puesto que Morton quería conversar con el Koopa peli-morado a solas.
La habitación de Morton estaba algo desordenada, cosa que Mykey pasa por alto, pero el pequeño rechoncho no.
Morton: (susurra)ah… r-rayos… (Rascándose la nuca) perdona el desorden, eh… (Ríe nerviosamente)
Mykey: nah, no te preocupes (se encoge de hombros mientras le sonríe) en fin, ¿qué es lo que querías hablar?
Morton deja de reír y pone una expresión melancólica poco a poco
Morton: (susurra) ¿crees que Morton… es un desastre?
Mykey mira a su derecha y luego izquierda continuamente
Morton: ah… Morton no se refiere a su alcoba, sino a sí mismo…
El joven mayor arquea una ceja al oír esa pregunta e inclina la cabeza, poniendo una ligera expresión de duda
Mykey: ah… ¿cómo?
Morton: (susurra)verás… (Se sienta en la cama) últimamente las cosas no le han salido bien a Morton, por eso pregunta
Mykey: bu-bueno, la verdad es que no sé qué decir…
Morton agacha la mirada algo decepcionado
Morton: (susurra)oh…
Mykey: es que no te conozco mucho, pero, dime…
Mykey se sienta a la derecha de Morton y lo mira, continuando con su enunciado
Mykey: … ¿por qué preguntas?
Morton vuelve a levantar la mirada hacia Mykey para luego mirar hacia arriba de un lado a otro con sus ojos y entrelazando sus manos mientras juguetea con sus pulgares
Morton: (susurra)es que… Morton siente que nadie lo quiere… (Suspira) cuando quiere hacer sentir bien a los demás, siempre tratan mal a Morton
Mykey: oh… siento mucho oír eso
Morton: (susurra)también siempre dicen que Morton come mucho y que está gordo…
El Koopa de índigo se le queda mirando mientras le escucha
Morton: (susurra)y también que grita. Morton sólo trata de hablar, pero… no puede evitarlo. Aun así, sus hermanos se ven molestos y se cubren los oídos.
Mykey: entiendo…
Morton: (susurra)no solo eso… Morton tiene un problema que nunca se lo ha dicho a nadie, por temor a que se rían 
Mykey: ¿de qué se trata?
Morton mira nervioso y de reojo a su compañero Koopa, viendo de un lado para otro. Mykey se da cuenta de que Morton se siente algo incómodo con aquella pregunta, por lo que decide desistir.
Mykey: ah, p-perdona, si es algo muy personal…
Morton da otro suspiro y luego el silencio reina por unos segundos antes de que Morton mire a Mykey y le afirme…
Morton: (susurra)Morton no sabe leer… ni escribir… apenas sabe su propio nombre.
Mykey mira sorprendido a Morton, quedándosele viendo por unos instantes, notando que el joven de tez oscura ponía sus manos en sus rodillas algo avergonzado y desviando su mirada al vacío.
Mykey: y… ¿el señor Bowser lo sabe? ¿El señor Kamek?
Morton: (susurra)t-tal vez… Morton no está seguro. Lo más probable es que sí
Mykey: entonces, ¿Cómo le haces en la escuela?
Morton: (susurra)Morton no fue más a la escuela. Cuando fue su primer día, Morton sintió mucho pánico y tuvieron que ir a recogerlo. Sólo recordó que estuvo así por muchas horas
Mykey: ¿qué edad tenías en ese momento?
Morton: (susurra) seis o siete años… y ahora Morton tiene trece…
Mykey: han pasado años… ¿y ninguno de tus hermanos lo sabe?
Morton traga saliva, algo nervioso
Morton: (susurra) bueno… Lu... Ludwig… sólo él… trató de enseñarle a Morton, p-pero las cosas no terminaron bien y… pues… ahora él odia a Morton… pero papá y Kamek le hicieron prometer que guardaría el secreto. Verás… Desde que Morton puede recordar, Ludwig siempre había sido un completo amor, teniéndole paciencia a Morton por mucho. Siempre jugaba con Morton, haciéndole compañía, leyéndole cuentos para dormir, dándole dulces a escondidas de papá, era el mejor amigo de Morton. Al menos así era por un tiempo. Pero cuando Ludwig tenía como siete años, algo había cambiado en él, Morton no sabe cómo explicarlo, pero no se sentía como si él fuera el de siempre.
Mykey: (pensando) creo saber por qué… (se rasca la mejilla mirando un poco a otro lado)
Morton: Morton siempre ha tenido problemas para aprender, pero un día…
FLASHBACK
MORTON
… Cuando Morton tenía siete, Ludwig tenía diez, más o menos, papá le pidió enseñar a Morton a leer, él aceptó con una sonrisa. Al inicio siempre era dedicado, diciendo a Morton las cosas con calma…
Ludwig: mira, Mort: así se dibuja la letra A mayúscula. Inténtalo. Agarra el lápiz con tu mano derecha
Morton lo intentaba, pero no podía hacerlo tan fácil. Se le resbalaba, por lo que tuvo que agarrarlo como si fuera un martillo…
Ludwig: no, no, Mort, no debes tomar el lápiz así…
Morton: es que no puedo de otra forma
Ludwig: está bien, pero al menos no cargues mucho el lápiz, se te va a… (se escucha un crujido) romper… (pasa otro lápiz a Morton) sé cuidadoso, hermanito
Morton: ¡s-sí!
Morton trataba, pero siempre salía el mismo resultado: rompía el lápiz y no dibujaba bien las letras. Podía oír el suspiro de su hermano mayor. Morton lo miraba sin hacer mucho contacto visual, muy apenado…
Después de muchos intentos, pudo Morton, más o menos, hacer la letra A, pero había pasado unos treinta minutos. Para ese momento Morton había roto como siete lápices. El cuaderno estaba dañado. Morton se disculpó, pero Ludwig se veía algo molesto, así que Morton mejor le pidió a su hermano que le enseñara a leer…
Ludwig sacó un libro de cuentos, Morton no recuerda el nombre pero era de un niño de madera que decía mentiras, eso cree. Como sea, Ludwig abrió el libro y fue leyendo poco a poco mientras Morton miraba las letras, sin entenderlas mucho. Morton trataba de seguir el ritmo pero era imposible. Si Morton no sabía las letras, menos sabría las palabras…
Morton hizo su mejor esfuerzo, pero su mente se bloqueaba y entraba en pánico, por lo que fingió que iba aprendiendo, pero en realidad sólo lo decía para que ambos estuviesen tranquilos. Lo que Morton no sabía era que eso le explotaría en la cara…
Ludwig me dijo que ejercitara la lectura y así iba a aprender. Con mucho miedo en el cuerpo, Morton tomó el libro y va a su habitación a intentar leer de nuevo, pero por más que veía las letras, no sabía nada de nada. Pasaba la semana y mientras Ludwig le leía el cuento a Morton, él iba fingiendo poner atención para no delatarse, pero Ludwig ponía caras cada vez más serias y…
FIN DEL FLASHBACK
Morton se había quedado en silencio unos segundos, a lo que Mykey le pregunta al joven…
Mykey: ¿y qué más ocurrió?
Morton: (susurra) b-bueno… pasó que…
FLASHBACK
…Ludwig puso a prueba a Morton, por lo que puso a leer la primera página. Morton no supo qué hacer, así que inventó lo que iba “leyendo”. Morton iba a mitad de página cuando Ludwig dijo…
Ludwig: ya basta, Morton. Nada de lo que estás diciendo es la lectura del cuento.
Morton vio la cara de molestia de su hermano y luego miró hacia abajo…
Morton: ah… p-pues…
Ludwig: dime la verdad, ¿has aprendido a leer en todo este tiempo?
Morton se quedó callado y tembloroso. Con mucha vergüenza negó con la cabeza. Ludwig suspira y cierra el libro, comentando algo más…
Ludwig: me hubieras dicho que no te interesaba aprender, así no hubieras desperdiciado mi tiempo
Morton: he-hermano… yo…
Ludwig: (interrumpe) ¿sabes qué? No le diré a nadie más que a papá de esto, pero que sepas una cosa: el rato que todos sepan, no pararán de comentar “Morton es un desastre, Morton es un burro, Morton es un bueno para nada…” y cosas por el estilo. Tú sabrás qué hacer… para mí no eres más que un mentiroso, como el niño del cuento… adiós.
Al decir eso, Morton se quedó callado y no respondió, quedándose solo mientras que Ludwig se iba. Lo último que escuchó fue la puerta de la habitación cerrándose con fuerza.
Al rato llega papá y habla con Morton, quien estaba con la cabeza agachada, escuchando cómo papá sermoneaba. Morton sentía mucha vergüenza, no paraban de mencionar su nombre y eso se le quedó en la cabeza.
Esa misma noche, Morton tuvo una pesadilla donde todos lo señalaban diciendo cosas hirientes, tales como “Morton es un tonto”, “Morton es un estúpido”, “Morton no es mi hermano”, “Morton nunca va a aprender”, “soy mejor que Morton”… y muchas cosas más que… hicieron llorar a Morton y… prefiere no seguir recordando…
FIN DEL FLASHBACK
…………….
Morton: (con lágrimas en los ojos) Morton soñó eso tanto que cada vez que alguien le hablaba a Morton, él se ponía a la defensiva y gritaba “¡¡Morton ya sabe, ya cállense!!”, y cada vez que iba a su habitación, se ponía a comer golosinas. Cada día era así y se le formó un hábito. Morton se echaba la comida entera a la boca y masticaba de la rabia que sentía.
Mykey miraba al joven Koopa muy consternado y atento a aquel relato.
Mykey: (pensando) entonces, él habla en tercera persona… porque se le quedó grabado… y lo de comer, fue porque estaba ahogando sus penas… ¿todo eso… por años…? pobre chico…
Mykey no evita sentir lástima por su amigo, notando la mirada de tristeza que tiene él al recordar todo eso, por lo que se cruza de brazos y se pone pensativo, pero al ver a Morton nuevamente, algo cabizbajo. El joven Koopa de cuatro colmillos miraba hacia el suelo, con los ojos cristalinos, conteniendo las lágrimas, y no quitando sus manos de sus rodillas, a lo que Mykey decide poner su mano en el hombro de Morton
Mykey: lo lamento, Morton…
Morton no dijo nada y sólo podía suspirar mientras unas lágrimas caían de su cara. Ante eso, el joven peli-morado intenta consolar al Koopa gordito.
Mykey: ¿sabes? conozco una forma de hacerte sentir mejor, ¿quieres probar?
Morton asiente sin más, a lo que su acompañante se le acerca más y le da un abrazo de costado, cosa que hace que Morton abre bien sus ojos de la sorpresa y a la vez confundido. Iba a hablar pero se vio interrumpido por su amigo peli-morado
Mykey: a veces necesitamos un abrazo después de tantos problemas
Morton continúa tomado por sorpresa, a lo que mira de reojo hacia el suelo para instantes después corresponder el abrazo con su mano izquierda, dando una pequeña sonrisa sin darse cuenta y cerrando los ojos
Al cabo de unos segundos, ambos se separan del abrazo. Mykey le sonríe a Morton
Mykey: ¿te sientes mejor?
Morton: (susurra) u-un poco… (risitas)
Morton ya no puede aguantar, por lo que sueltas unas cuantas lágrimas más. Mykey se las seca con sus pulgares. El joven se rasca un poco la mejilla algo sonrojado
Morton: ah… p-perdona a Morton por llorar
Mykey: no deberías disculparte. No te juzgaré
Morton mira al suelo algo apenado pero luego sonríe y mira a Mykey a los ojos
Morton: gracias, amigo
Mykey: no hay de qué
Luego de un momento de silencio donde el gordito Koopa se reincorpora respirando más aliviado, le dirige unas palabras a Mykey
Morton: (susurra) o-oye… ah… M-Mai…
Mykey: Mykey
Morton: (susurra) s-sí, M-Mykey… verás… a Morton le gustaría saber si puedes enseñarle a… ah…
Mykey: ¿de qué se trata?
Morton: eh…no… nada, olvida lo que Morton dijo
Mykey: (le toma las manos) Morton, no te preocupes, yo te escucharé en lo que necesites
Morton duda pero poco a poco se va abriendo a su compañero
Morton: Morton quiere que... q-quiere saber si… puedes enseñarle a… leer y hablar mejor
Mykey: (sorprendido) ¿de verdad?
Morton: ah… s-sí… verás… puede que Morton no sea el más inteligente, pero… quiere aprender. Quiere ser mejor… p-pero si Mykey no quiere, entonces… ah…
Mykey se le queda viendo por unos instantes más en silencio para luego ponerse de pie. Morton siente un poquito de arrepentimiento por lo que decide retractarse, pero en ese momento Mykey habla antes
Mykey: me encantaría mucho poder ayudarte, Morton.
Morton: ¿d-de verdad? (mueve un poco su colita)
Mykey: (asiente) eso sí, hay que avisarle al señor Kamek para que nos brinde un poco de ayuda
Morton: s-seguro… (sonríe tímidamente)
El Koopa peli-morado le extiende su mano derecha, a lo que Morton se pone de pie frente a Mykey y le corresponde. Ambos se dan un apretón de manos. Al hacer eso, Morton se alegra y sonríe más que antes.
……………………
Mientras tanto, afuera de la habitación de Morton, estaba Ludwig escondido en una de las macetas sin separar su vista de la puerta de la habitación de su hermano.
Ludwig: (susurrando) ¿qué es lo que estarán planeando esos dos?
Cuando él está en sus pensamientos, alguien caminaba cerca y notando que él estaba en cuclillas y afirmándose con su mano derecha en la maceta mientras que con la otra se afirmaba en el suelo. Ese alguien mira en dirección a donde Ludwig dirigía su vista para luego mirarlo nuevamente, por lo que se le acerca y le pregunta
Wendy: ¿Ludwig?
Ludwig: ¡ah, Wendy! Hola (se levanta)
Wendy: ¿qué haces ahí?
Ludwig: nada, sólo observaba
Wendy: ¿la habitación de Mort? ¿Qué tiene?
Ludwig: bueno,ya que lo preguntas: hace poco vi a Morton entrar junto a Mykey. Me pregunto qué están planeando
Wendy: no lo sé, pero no creo que estén “planeando” algo (haciendo comillas con sus manos) estamos hablando de Mort, Morton, nuestro hermano más querendón
Ludwig: yo no contaría tanto con eso. Mykey, de quién no sabemos mucho, está ahí, (susurra) además que Morton ya debe estar acusándome. Algo no me tranquiliza
Wendy: ¿cómo?
Ludwig: nada, olvídalo
Wendy: si tú lo dices… en todo caso, Mort es un buen chico
Ludwig: (levanta una ceja) ¿tú crees? Recién me tropecé con Morton, literalmente, y el muy baboso se quedó ahí parado sin decir nada
Wendy: tú sabes que él es más tranquilo, no se mete con nadie
Ludwig se encoge de hombros mientras mira a otro lado, con un semblante sereno.
Wendy: y Mykey… como tú dices, no sabemos casi nada de él, pero sinceramente lo veo como un buen chico. Quien sabe, hasta podría ser tú mejor amigo
Ludwig: eh… no lo creo. Hay algo en él que no me da confianza.
Wendy: no me digas que él te vuelve loco, en más de una forma (rodando sus ojos y se ríe burlonamente para sí cubriendo su boca)
Ludwig: ¿de qué hablas?
Wendy: que te gusta, bobo
Ludwig: ¡¡¿Q… qué?!! (Se sonroja sin darse cuenta) ¿Estás loca o qué?
Wendy: es broma, tranquilo
Wendy sonríe cerrando los ojos y luego pone su semblante algo serio muy súbitamente
Wendy: (suspira) mira, Lud, no tienes ningún amigo. Eres muy repelente, trata de llevarte bien con los demás. Eres muy listo, pero siempre prefieres estar solo. No te haría daño tener un amigo
Ludwig: ya los tengo a ustedes, con eso es más que suficiente
La Koopa de rosa nota que ese enunciado iba con un tono de fastidio, por lo que no evita comentar al respecto
Wendy: lo dices como si eso fuera un calvario
Ludwig ladea su cabeza mientras mira hacia arriba, por unos segundos divagando para luego responder con cierta evasiva
Ludwig: algunos sí…
Wendy: (arquea una ceja) Luds, tu tampoco eres muy agradable a veces. Bien podrías dejar de tener cara de Thwomp y sonreír de vez en cuando.
Ludwig: la sartén le dice a la olla. Al menos no soy histérico y con labios de Cheep Cheep como alguien que conozco, que no quiero decir quién es pero que la estoy mirando (posicionando su vista en su hermana y cruzándose de brazos)
Wendy, al notar eso mira a su hermano mayor con cierta molestia entrecerrando los ojos y también cruzándose de brazos por unos cuantos segundos.
Instantes después, se ve a Wendy retirarse, dando un gesto pomposo de desprecio con su cara y refunfuñando. Mientras tanto, Ludwig está arrodillado y temblando, sujetando su barriga con ambas manos y teniendo una expresión de dolor
Ludwig: (gimiendo) esta mujer golpea cada vez más duro…
Resulta que Wendy le había dado un fuerte puñetazo en su estómago luego de haberla comparado con aquellos peces.
Ludwig intenta levantarse poco a poco y mira la puerta de Morton una vez más
Ludwig: meh, la verdad es que ya da igual. Morton no es más que un bobo, no sé de qué me preocupo…
El joven peli-azul da un pequeño suspiro y se retira también. Sin que se dé cuenta, el joven se sonroja de nuevo y piensa en aquella afirmación que su hermana dijo mientras se terminaba de sobar la panza.
Ludwig: (pensando) Wendy está loca. ¿Cómo es que se le ocurre que ese chico me gusta? Ella y sus tontas fantasías. Ni siquiera soy… bueno… como sea… aunque admito que sí tiene una linda apariencia y…
Ludwig se detiene en seco y abre grandes los ojos
Ludwig: (pensando) ¡¡¿que qué?!! ¿Cómo es que ando pensando en eso? ¡¡Maldición!!
Se lleva las manos a la cabeza y se sacude suavemente
Ludwig: ¡¡Todo por culpa de Wendy!! Pero ya me las va a pagar
Cuando Ludwig sale de escena, Morton y Mykey salen de la habitación y se dirigen al despacho de Kamek. Ahí estaba el magikoopa organizando unos libros. Mykey entra y toca la puerta
Mykey: ¿se puede?
Kamek voltea su mirada y nota a ambos chicos
Kamek: oh, Mykey y… ¿Morton? ¿Qué es lo que quieren, chicos?
Mykey: venía a preguntarle si tiene algunos cuadernos y lápices que me facilite
Kamek: claro, mi niño. ¿para qué sería?
Mykey: es… (mira a Morton, quien le asiente tímidamente) para enseñarle a Morton a leer y escribir. Él me lo pidió amablemente y pues… quiero ayudarlo en lo que pueda.
Kamek se sorprende y observa a Morton, quien esta con la cabeza gacha y con las manos en su espalda.
Kamek: creí que no volverías a tocar el tema, Mort
Morton: (susurrando) Morton quiere aprender más cosas, pero nadie le tiene paciencia a Morton…
Kamek: disculpa, ¿qué? No te escuché
Morton: MORTON QUIERE APRENDER! (se tapa la boca con ambas manos)
Kamek: (descubriéndose los oídos) ¿en serio? me sorprendes, Morton. No tengo problemas en que ocupen mis materiales. Si gustan, pueden estudiar juntos aquí, nadie los molestará
Kamek agita su varita y con magia aparece unos lápices y cuadernos, dándoselos en la mano a Mykey,
Mykey: muchas gracias, sr. Kamek
Kamek: bien, los dejo, que tengo cosas que hacer. Suerte
Se retira a dejar otros libros en un carrito y va a otro estante para acomodarlos cuidadosamente. Al terminar, Kamek sale, quedando ambos jóvenes Koopas ahí.
Mykey: bien, empecemos
Mykey abre un cuaderno en la primera página. Le pasa un lápiz a Morton y este lo agarra con su palma, esperando por su tutor.
Mykey: primero veamos cómo escribes tu nombre
Morton: (susurra) bueno…
Morton hace una fuerte presión con el lápiz, dibujando cada letra con mucho esfuerzo, rompiendo un poco la punta del lápiz cuando termina. Mykey observa lo que Morton trató de escribir, siendo “MESLUP”, todo en mayúsculas. Eso sorprende a Mykey y a la vez le da curiosidad, observando con extrañeza y ladeando un poco su cabeza, arqueando una ceja
Mykey: (pensando) bueno, algo es algo
Morton: (susurra) está mal, ¿cierto?
Mykey: digamos que estuviste cerca, pero intentémoslo otra vez, permíteme
Mykey toma un lápiz y el cuaderno y lentamente va escribiendo el nombre de Morton. El joven Koopa rechoncho va mirando con cierta sorpresa lo diferente que se escribe
Morton: (susurra) v-vaya… con que así se escribe el nombre de Morton…
Mykey: ¿nunca lo habías visto?
Morton niega con la cabeza rápidamente
Mykey: bueno, es un comienzo. Mira, fíjate cómo lo hago y lo intentas tú, ¿te parece?
Morton asiente. Al cabo de un momento, Mykey toma el lápiz y lo posiciona entre su mano derecha. Morton mira confundido el cómo Mykey sostiene el lápiz, muy diferente a como el joven de grandes cejas lo hacía, quedando muy sorprendido
Morton: (susurra) a Morton le gusta tu forma de escribir, jamás pensó que el lápiz podría manejarse de esa manera
Mykey: ¿Ludwig nunca te enseñó a cómo manipular el lápiz?
Morton: (susurra) no… y a Morton le hubiese gustado
Mykey: entiendo…(pensando) ¿en serio Ludwig era tan así de déspota con sus hermanos? (habla) bueno, entonces a la carga. Trata de tomar el lápiz como lo estoy haciendo yo
Morton observa cómo lo hace Mykey y luego trata de imitarlo con cierta dificultad. Lamentablemente, cada vez que lo intentaba se le resbalaba el lápiz o le temblaba la mano y lo soltaba, cosa que hizo que Morton entrara en pánico unos segundo pensando que su amigo lo iba a regañar, pero lejos de eso, Mykey le ponía su mano en el hombro al gordito Koopa y sonriéndole amablemente. Esa pequeña acción hacía que Morton se sintiera más tranquilo
Mykey: vamos, paso a paso
Morton sigue intentándolo pero se le hace un tanto complicado. Mykey pensaba en cómo hacer que su alumno tratara de aprender, hasta que miro la mano izquierda de Morton, la cual estaba moviendo sus dedos a excepción del índice en forma de galope, todo eso sin que Morton lo hiciera adrede a simple vista, puesto que él estaba observando lo que estaba escrito en la hoja, admirando cada detalle. Allí, al Koopa mayor se le viene una idea y procede a preguntar a Morton.
Mykey: ¿Morton? Una pregunta… ¿eres diestro o zurdo?
Morton: (susurra) ¿Qué es eso?
Mykey: es decir, ¿con qué mano es la que te acomoda hacer las cosas?
Morton: (susurra) con ésta… (levanta su mano izquierda)
Al notar eso, Mykey se sorprende, por lo que dirige su vista a los ojos de Morton, quien se veía confundido por cómo era observado.
Morton: (susurra) ¿Qué sucede?
Mykey: ¿por qué no intentas escribir con tu mano izquierda?
Morton mira dicha mano y luego mira a Mykey
Morton: (susurra) porque… ah… no… Morton no sabe… nunca se lo preguntó
El Koopa de índigo pone su mano en su boca en señal de pensar, para luego retirarla y expresarle algo a Morton.
Mykey: a ver, intenta agarrar el lápiz con esa mano, por favor
Morton: (susurra) c-claro…
Con cierto miedo, Morton agarra el lápiz de nuevo. Al cabo de un breve instante logra posicionar el lápiz entre su pulgar y su índice sin problema alguno. Eso los deja atónitos a ambos, quienes se miraban muy sorprendidos entre sí
Mykey: a ver, intenta trazar una línea
Morton lo hace sin mucho esfuerzo
Mykey: eso es. Ahora, intenta hacer un círculo
Morton mira algo confundido a Mykey, quien le asiente y le mira con confianza, a lo que Morton sonríe y asiente en respuesta e intenta hacer lo que su tutor le decía, a lo que hace lentamente. Al finalizar el círculo, Mykey le dice que lo repita, cosa que accede Morton inmediatamente. Pronto, Mykey le dice a Morton que dibuje líneas rectas, paralelas y demás garabatos en el papel
Al cabo de un buen rato, Morton se detiene, contemplando lo que hacía con cierta duda
Mykey: ahora, trata de imitar lo que escribí hace poco
Morton obedece y Mykey observa. Ahora a Morton no se le dificulta tanto, por lo que hace una M, luego una O, le sigue una R, una T, una O y por último una N, todas con mayúsculas, tal cual como si él las estuviera gritando
Mykey: ¡¡me dejas de piedra, Morton!!
Morton: AH, MORTON LO SIENTE…
Mykey: ¡¡no, no!! ¡¡Es algo bueno!! Me has dejado impresionado cómo fuiste capaz de lograrlo a la primera con tan sólo cambiar de mano.
Morton: ESO FUE… (susurra) divertido (risitas) pero… ¿Cómo es que Morton pudo?
Mykey: ¡Morton! ¡Eres zurdo! Es por eso que se te dificultaba escribir con la derecha
Morton: (susurra) ¿ah sí? es que… Ludwig le dijo a Morton que intentara escribir con la derecha y así Morton lo hacía…
Mykey: entiendo. Pero no importa, ahora puedes intentarlo de nuevo. Vamos, trata de escribir tu nombre debajo. Esta vez hazlo con calma, nadie te apura.
Morton: ¡S-SÍ!
Morton procede a escribir más suavemente su nombre, trazando de manera más fluida y en cierto modo elegante. Aquello es visto por Mykey, quien sonreía al notar que Morton podía escribir más libremente.
Morton termina de trazar su nombre y le enseña a Mykey, quien lo felicita acariciándole la cabeza al pequeño comilón, quien ríe entre dientes y ligeramente sonrojado
Mykey: ahora aprendamos el abecedario
Con mucha paciencia, Mykey fue escribiendo, tanto en mayúsculas como en minúsculas, cada letra, haciéndolo despacio para que Morton fuese captando el ritmo. A medida que Mykey dibujaba una letra, Morton lo hacía a la par. Cómo Mykey es diestro y Morton zurdo, se habían puesto de una forma más cómoda: Mykey estaba a la derecha del joven de estrella en el ojo. Habían intercambiado de lado. Luego, Morton pone atención.
Algunas letras eran sencillas, como la C, H, I, O, S; pero había otras un tanto inusuales para el pequeño, como la G, Q, R, Y, especialmente en minúsculas.
Cabe aclarar que Mykey suele escribir en manuscrita, pero debido a que Morton escribía en imprenta mayúscula, el Koopa mayor tuvo que adaptarse a cómo escribía su alumno. Eso no le dificultaba, ya que por suerte Mykey sabía ambas fuentes.
Ambos chicos estuvieron por un largo rato ejercitando las letras, y sin darse cuenta ya eran cerca de las ocho de la noche. En eso llega Kamek, quien estaba sorprendido por verlos a esa hora, por lo que decide hacer una intromisión
Kamek: ¿chicos? ¿aún están aquí?
Mykey: hola, sr. Kamek. ¿Qué hora es?
Kamek: (mira su reloj de bolsillo) las 19:50
Mykey: ¿de verdad?
Sorprendido, Mykey decide ponerle fin a la clase, al menos por hoy.
Mykey: (estirando sus brazos) bien, supongo que fue un gran comienzo, pero ya es hora de descansar
Morton: (susurra) ¿en serio? oww Morton se estaba divirtiendo
Mykey: ya mañana seguiremos, no te preocupes
Kamek: ¿cómo va todo, chicos?
Mykey: muy bien. Mire
El Koopa mayor le muestra a Kamek lo que Morton había podido escribir, unas cuarenta. Al ver que aquello estaba bien escrito, el Magikoopa deja caer su mandíbula en señal de sorpresa, por lo que con su propia mano Kamek se levanta la quijada y se reacomoda los lentes y aclara su garganta
Kamek: v-vaya… realmente estoy impresionado. Antes con mucha suerte podía escribir la letra O y ahora puede hacer el abecedario completo. Te felicito, Morton
Kamek le acaricia la cabeza suavemente a Morton, quien no evita sonrojarse y reír entre dientes mientras su cola se mueve involuntariamente. Aquella acción le provoca ternura a Mykey, por lo que sonríe tiernamente.
Kamek: bien, es hora de cenar. Vayamos
– ¡¡sí!! –responden al unísono Mykey y Morton mientras asienten.
Al llegar al comedor cerca de las 20:05, ambos chicos toman su lugar, siendo los últimos que faltaban en la mesa. Los demás Koopa niños ya habían comenzado a cenar
Iggy: oh, al fin aparecen, ¿Dónde estaban?
Mykey: estábamos en la biblioteca atendiendo unos asuntos
Lemmy: ¿ah sí? ¿de qué se trata?
Morton: (susurra) es… secreto
Roy: ¿qué? No se te entendió nada, Mort
Morton miraba algo apenado a sus hermanos y sin contestar, escondiendo parte de su cabeza en su propio caparazón, quedando de la nariz hacia abajo cubierto
Mykey: bueno, si él no quiere decirlo, no lo fuercen
Wendy: tienes razón, pero…
Ludwig: a ver, ¿qué tanto escondes, Morton?
Wendy: Luds…
Ludwig: ¿tan grave es como para que se lo ocultes a tus hermanos pero no a alguien que llegó hace apenas una semana?
Mykey: no es algo grave ni nada malo
Ludwig: ¿entonces qué es?
Lemmy: calma, de seguro Morty tiene sus razones
Ludwig: quien nada hace, nada teme, ¿o no?
Larry: tampoco es que Morty sea un delincuente, bobo
Ludwig: no, pero sí un mentiroso.
Al escuchar esa afirmación de Ludwig, Morton se esconde un poco más. Mykey lo nota mirándolo de reojo algo preocupado.
Entre tanto, los dos más pequeños hablan entre sí
Bobby: ¿en serio? pero si él parece un buen chico
Jr.: (le susurra a Bobby) te recomiendo que no le discutas a Ludwig
Bobby: sí, pero…
Jr.: (se encoge de hombros)esto es más habitual de lo que parece, si no es uno es otro con quien Ludwig termina discutiendo. ¿Quieres pan de ajo?
Bobby: (frunciendo el ceño) Bowsy…
Jr.: está bien, te lo guardo para más tarde. Por ahora no es recomendable meterse en la conversación de los mayores. Confía en mí
Bobby: si tú lo dices…
En ese momento llega el rey Bowser a instalarse a comer, llamando la atención de todos ahí
Bowser: buenas noches, mis niños
Roy: hola, papá
Mykey/Bobby: buenas noches, sr. Bowser
Iggy: bienvenido
Bowser: ¿Qué cuentan de nuevo?
Ludwig: Morton está ocultando algo y no nos quiere decir
El rey mira a Morton, quien estaba dando unos pasos en puntillas tratando de salir del comedor disimuladamente
Bowser: ¿Morton?
El Koopa de tez morena se detiene en seco y siente sus escamas ponerse de punta y se da media vuelta. Todos miraban cómo Morton trataba de huir
Morton: ¿SÍ, P-PAPÁ?
Bowser: ¿pasa algo, hijo? (se sienta mientras Kamek le sirve la cena)
Morton suspira y toca sus dedos índices entre sí, mirando algo apenado y sonrojado
Morton: (susurra) es que… (pensando) si Morton les dice… se van a reír
Morton ronda sus pensamientos y mira a Mykey, quien le sonríe asintiéndole sutilmente. El joven de tres cabellos notaba la mirada de confianza de Mykey, por lo que respira hondo y decide expresarse
Morton: (susurra) Morton quiere aprender…
Bowser: (interrumpiendo) hijo, no se te escucha nada. Dilo fuerte y claro
Larry: oh no…
Roy: prepárense…
Lemmy: cubran sus oídos…
Todos hacen lo que Lemmy dijo, a excepción de Bobby y Mykey
Morton: ¡¡MORTON QUIERE APRENDER A LEER Y ESCRIBIR… MYKEY LE ESTÁ ENSEÑANDO!! MORTON HA APRENDIDO UNAS CUANTAS COSAS… (susurra) Morton se siente bien porque alguien le esté enseñando…
Al terminar de decir su asunto, sus hermanos se quitan las manos de la cabeza y miran sorprendidos a Morton, incluido Bowser. El silencio se apodera del ambiente, Morton se pone más nervioso, sintiendo cómo le tiemblan las manos y un poco las piernas, notando cómo todos fijan su mirada en él, esperando las burlas de sus hermanos, quienes se miran entre sí. El rey mira a Kamek, quien le asiente orgulloso, al igual que Mykey. Morton sigue esperando la reacción de todos, no soporta mucho ese silencio que lo hace sentir muy incómodo. ¿Qué será lo que le depara a este pequeño?
- FIN DEL CAPÍTULO -
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polarhoid · 7 months
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Espaguettis con picadillo
En la mañanita fui al Office Depot de Morelos y me atendió en caja un tipo parecidísimo a Tony Soprano. Inmediatamente me puse a pensar en un spin-off en donde Tony finge su muerte y entra a protección de testigos y lo mandan a México donde termina de gerente de una papelería -onda Better Call Saul-. Luego llego yo y lo reconozco y lo sonsaco para dar un golpe en el Cuidado con el Perro que está por Plaza México. Al principio Tony no quiere saber nada de la vida gangsteril; pero yo soy muy terco y anhelo convertirme en capo siciliano y por eso mismo voy todos los días a sacar copias y a comprar engrapadoras hasta que lo convenzo de participar en el robo. Al final cede pues al fin de cuentas extraña la adrenalina de un buen crimen y pues lo que sea de cada quien el buen Tony lleva el adn maleante en la sangre. Estudiamos el caso por algunas semanas: los horarios, las cámaras, las costumbres y dinámicas de los vigilantes y veladores. Descubrimos un guardia que tiene una debilidad por los churros con cajeta y lechera, y le compramos todos los días una bolsita de a tres y nos hacemos su amigo hasta que, gracias a mis habilidades de carterista, le saco las llaves de su mochila de dora la exploradora. Un domingo de madrugada por fin nos sentimos preparados y, pese cartel de advertencia "Cuidado con el perro", entramos al local para robar la valiosa mercancía. Aunque por poco accionamos las alarmas láser y claro que se presentan algunas dificultades, a fin de cuentas nos salimos con la nuestra y cometemos ese gran golpe que ya dibuja una amplia y contundente sonrisa entre los cachetes de Tony. Y le digo al Gordo: Gordo, ¿ahora qué sigue? Y él me responde: nada Flaco, esto fue sólo por la nostalgia, no te hagas ilusiones. Está bien; le contesto. A la noche siguiente con las ganancias del botín invito a Tony a cenar en el Andolini. Comemos y bebemos como si fuéramos los protagonistas de una película de mafiosos italianos. Tony, ya borracho, me cuenta anécdotas de su pandilla. Su rostro rechoncho se enciende como brasa a cada historia y a cada carcajada. Y yo le digo, insistente: Gordo, ¿ahora qué sigue? Pero el Gordo pide otra botella y enciende otro cigarro. Le platico de mi nuevo plan infalible e inesperado: ¿sabes cuánto dinero guardan en las cajas de la Parisina luego de un 16 de septiembre? Tony, de nuevo, se queda en silencio. Y yo, agudo como soy, ya conozco esa mueca cómplice de Tony; así bebo un sorbo más de tinto y sonrío muy satisfecho: algo me dice que esta historia promete por lo menos cinco temporadas...
[yo creo que sí se arma, le voy a mandar el argumento a la Netflix]
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portalcieloazul · 1 year
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Capítulo Uno: La Retirada (v1)
Cielo Azul, Blue Sky Spanish translation
Chapter 1 draft 1
Algún lugar hondo en las vastas bóvedas de Aperture Laboratories, dos robots pequeños cargaron por una pasarela larga, el eco de los pasos resonando de las paredes distantes. Uno- bajo, rechoncho, con un solo ojo azul brillante al centro de su cuerpo esférico- graznó brevemente al otro- más alto y delgado, su torso articulado alojando un solo ojo naranja- y tomó la iniciativa, levantó la extraña pieza de tecnología con forma de pistola en las manos articuladas y disparó atrás del pasillo hacia un panel al bies al otro extremo. Un abrir-y-cerrar-de-ojos rayo de energía azul crepitó por el aire delante de los dos robots, por la pasarela y a través de una gran sección de piso que falta, un abismo enorme e insalvable donde se parecía el metal simplemente se hubiera arrancado por una mano gigante.
El rayo pegó el panel al bies, abriendo una brillante brecha azul. Sin siquiera perder el paso, ambos robots se lanzaron de la orilla del piso rompido, cayendo a plomo en una tolva oscura y obstruida por cables que los tiró a la derecha, a la izquierda, y por fin en caída libre, la pasarela apenas un menguante punto de luz arriba.
Metiéndose en un rollo en el aire, el robot azul se giró al revés y disparó otra vez. El fondo de la fosa- una blanca superficie corroída y manchada de mugre- se abrió con medio segundo de sobra en un segundo óvalo anillado en azul. Ambos robots se lanzaron por ello a velocidad terminal y subieron rápido por el panel al bies, arqueando una parábola sesenta metros de largo por delante las vigas oscuras, arrastrando chirridos distorsionados de alegría.
El robot naranjo estuvo primero a aterrizar, después se agachó y rebotó a la plataforma más alta, montando el impacto utilizando los amortiguadores poderosos de sus largas piernas como palos. El robot azul aterrizó un segundo después, rodó a pie- tal que ser más o menos esférico le acomodaba más rodar- y le indició con los hombros al botón grande y rojo establecido en el piso. Entiéndalo, el robot naranja pisó con fuerza, y sonó un campaneo cascado mientras la puerta de salida detrás se deslizó abierto con un sissseo.
Los robots chocaron los cinco con entusiasmo, a vez dispersando chispas, y trotaron adelante.
“Lo resolvéis.”
De todos lados sonaba la Voz, fría y modulada e increíblemente aburrida.
“Qué bueno para os.”
Los robots hicieron una pausa por medio de la próxima cámara y miraron sobre sus mismos. El robot azul cambió de peso, y lo naranjo brincó de pie a pie nerviosamente. Ellos estaban programados para adaptar a circunstancias extrañas- era unos de sus funciones principales- pero aun así les parecía la cámara una poca errónea. Era, pues… blanca.
“Hubo cambio de plan. Pongo en espera el Proyecto de Pruebas Cooperativas temporalmente.”
No botones, no cubos, no torretas. Y no salida ya que se había cerrado la escotilla redonda detrás de ellos.
“Vuestro funcionamiento ha estaba adecuado,” dijo la Voz. “Adiós.”
Los dos pequeños robots le miraron uno a otro, perplejos-
-y explotaron.
Fue una explosión poco dramática. Hubo poco ruido, y- aparte de una poca lluvia de pedazos metálicos y una pequeña nube de humo aceitoso- casi nada desorden. Después de un breve intervalo, un panel se abrió en una blanca pared a partir de cual desplegó una pequeña chapa articulada.  La chapa barrió todos los pedacitos de los dos robots con bueno cuidado al dentro del hueco antes de encajarse de nuevo.
En silencio el panel se cerró, dejando otra vez la cámara limpia y vacío, aparte de unos puntos de petróleo y un olor a humo leve y persistente.
()~~~~~~~~~~~~~~~~()
El espacio, pensó Wheatley, es grande.
Es masivo. Hay tanto espacio que imaginarse lo vasto estará completamente imposible. La bóveda de estrellas se extiende sin termina en todas las direcciones, contra la inteligencia, infinite y alucinantemente grande.
También, es muy, muy aburrido.
Triste pero sí, los lindos cosmos infinitos empalagaban al poco tiempo. Era bien al principio, sobrecogedor e impresionante y todo lo demás. Se podría mirarlo hasta cuanto tiempo quería, conocerles todos tipos diferentes de estrellas, cosas como así. Wheatley no sabía los nombres científicos- astronomía de observación no era parte de su programa- pero en absencia de la nomenclatura oficial había creado sus propios. Había las básicas “brillantitas”- cuales probablemente estaba a una distancia muy larga, aun de las normas de estrellas, y representaba la mayoría de las estrellas que pudiera ver- y también había los “luminosos grandes,” cualquiera estaba más acerca o era planetas o tal, y los “multicolorados” de cuales no estaba cierto mucho, y- con poca frecuencia- había “los que se actualizan en ser escoria espacial y que pasan volando a vez que explotan.”
Horas de divertido, esos.
También incursionaba en las constelaciones, pero con menos éxito. Distinguir formas en las estrellas está difícil cuando se orbitaría incesantemente alrededor de un objeto lunar, y Wheatley no tenía muchas ganas de hacerlo. Por el primero, su ocular estaba dañado- el cristal estaba agrietado y se dividía la vista en dos medios desalineados- por consiguiente, le mareaba enfocar en algo por mucho tiempo. El mareo, artificial o no, no es humoroso incluso cuando se podría parar y descansar hasta mejorarse. Tener mareo cuando no se podría hacer nada más que continuar en órbita a velocidad de aproximante diecisiete miles millas por hora con un giro leve, por otro lado, es infierno absoluto.
Hizo un intento, sin embargo. Una vez por ciclo vea una formación de estrellas con forma de Z que le llamaba el “Raíl de Gestión.” Además, había uno de los “luminosos grandes” entre algún tipo de arco de “brillantitas” que- sin mucha imaginación para poner nombres- le llamaba la Torreta Centinela.
Por esa manera puso nombres a un zodíaco total: la Teja del Techo, la Pasarela, la Batería Patata, la Red de Tuberías, la Letal Trampa Mortal, la Idiota Borracho de Poder, y tal. Perdía tiempo, y se tenía mucho tiempo, acá.
Cuando ya todo lo habíase resuelto, sin embargo, y se hacía buena encasillada toda la información sobre las estrellas, simplemente no había mucho más que hacer. Sólo había cuatro cosas en la vista de Wheatley que no eran estrellas o la oscuridad, y ningunas se ofrece mucha alivia de la monotonía. La superficie peñascosa de la luna, millas debajo, era una. También era la Tierra, una esfera azul-blanca por la distancia, ridículamente tan leja. Wheatley, quien nunca había visto la superficie terrestre por él mismo, algunas veces le pensaba si la realmente fuera como así en los archivos, tanta información visual a que tenía acceso cuando estaba conectado al ordenador central del Centro de Desarrollo.
Había tantas cosas extrañas en los archivos- enormes masas de agua, suponía que esas eran todo lo azul- campos de pelusa verde que ondulaba en- ¿qué era la palabra? La tenía en la punta de su procesador verbal- el viento. En el viento. Animales también, no sólo los humanos, pero tantos tipos de organismos extraños con nombres locos como alce y ornitorrinco y tigre y ébola Zaire y unicronio. Wheatley no tenía ninguna idea que era un unicronio, pero a él parecía bastante impresionante, aun así.
Además, hacía el sol. Los archivos sugirieron que a la superficie terrestre el sol no es tan malo, pero aquí arriba en el espacio sin la proyección de la materia blanca y algodonero sobre la Tierra lo era intenso, con deslumbramiento amarillo y dañoso. Wheatley no se atrevía mirarlo directamente por su rompido ocular ya que tenía miedo que quemaría totalmente sus circuitos visuales o, peor aún, prendería fuego a algo. No como si algo podría quemarse en el espacio sin oxígeno- pero siempre estaba la posibilidad que había pocas bolsillas de aire algún lugar en su abollado cuerpo metálico y no quería el riesgo de echar un vistazo a una flameante bola de gas.
No quería mirarlo, en cualquier caso, por la verdad. Duro, despiadado, y sin parpadear, le recordaba demasiado a Ella.
Por tanto, la Tierra, la luna, y el sol. Estaban todos, realmente, a menos que se contaba-
“¡ESPAAACIO!”
Wheatley suspiró. Por lo menos a alguien le alegría la situación. Hacía siglos- no sabía exactamente cuanto y temía pensar en lo- desde los dos habían estados aspirados en el espacio. Por el principio Wheatley le intentaba llevar la cuenta del tiempo, pero la adición no era una de sus habilidades (tener habilidades no era una de sus habilidades, a estar verdadero) y eventualmente se rendó e hizo una adivina aproxima. ‘Siglos,’ le sentía más o menos correcto. ‘Siglos malditos.’
Esfera Espacial, por otro lado, nunca le aburrió. La esfera espacial- o Kevin, que Wheatley le llamaba arbitrariamente- estaba extático para estar en el espacio. Lo enamoraba. No podía tener suficiente. Ya Wheatley le envidiaba, mucho. Kevin no sabía que ellos dos estaban atrapados aquí arriba en el frio vacío llena de estrellas para siempre, hasta que se cerraron porque desuso o decaimiento o perdieron impulso y cayeron a plomo impotentemente al paisaje rocoso abajo. Kevin no tenía que pensar en cosas como ellas. Aún no sabía cómo era sentir estúpido o insignificante o culpable o solitario.
Ni siquiera saber que su nombre era Kevin.
“¿Estás bien, socio?” dijo Wheatley, con intento por la mínima sonar como si esperó una repuesta comprensible. Ya apenas había razón para esperar que tal vez Kevin respondería como “Bien, Wheatley, gracias para preguntarme,” aunque Wheatley se especializaba en optimismo injustificado, aun ahora. Los viejos hábitos tardan en morir.
Se crispó involuntariamente. Desde Ella le machacó en chatarra- Su pequeño agradecimiento para despertarle a Ella, y realmente él habría preferido un ramo o algo así, para que conste- había sufrido una pequeña falla mecánica que periódicamente hizo toda su cáscara convulsionar y chispear. No había chispos aquí arriba, por supuesto, pero le molestaban los espasmos tanto mucho como la primera vez se encontró agobiado por los, tanto tiempo pasado.
“Espacio,” dijo Kevin, sabiamente, pasando a la deriva boca abajo. Por supuesto, no había ningún sonido aquí arriba- era parte del asunto de la falta de oxígeno- pero Kevin, como Wheatley, era un dispositivo de Aperture Science y estaba equipado con el mismo sistema de radio de onda corta, para emergencias. "Estoy en el espacio.”
Una conversación apropiada, pensó Wheatley, con anhelo, para aproximadamente la treinta-doceava vez. La es que necesito. Una conversación apropiada estaría absolutamente maravillosa ahora mismo. De esos en cuales yo hablo y alguien otro habla y- pues, ni siquiera tendría que hablar, realmente, con tal de que me escucharía en serio en vez de no le importa porque no hay nada entre sus procesadores auditivos pero espacio. Simplemente arroja una superficie plana y sólida también- nada lujoso, simplemente algo que no está girando alrededor de una bola de roca a velocidad de un trillón millas por hora- y estaría perfección, justo ahí.
“Simplemente un poco de charla, de verdad,” dijo en voz alta. La Tierra dio volteretas suavemente a través su vista, rondado y azul y distorsionado por la media. Había algo torcido en el cardán que manejaba el movimiento del ocular, y por eso ya no podía moverlo tan suavemente o rápido que antes. Le dolía parpadear ya que los dos medios de su corroído párpado de metal reaccionaban lentamente, raspando polvo de luna a través del dañado lente. Llegó a la mitad, se rindió y lo dejó cerrado.
No era como si le perdía mucho.
“No sobre algo en particular, solo, sabes, como te va, que has estado haciendo últimamente, y tal. Yo podría preguntarle,” él continuó, inspirado de repente, “¿has visto algunos unicronios? ¿Existan, los, en realidad, y en caso de sí, cómo se parecen? Porque imagino algo como un cuervo, pájaro grande con- pues, hay el ‘uni’ parte, entonces probablemente los tengan uno… algo. Pierna, probablemente. Gran cuervo con una pierna. Aterrador.”
“Espacio.”
“El verdadero problema es que, había una foto de un unicronio justo ahí en el archivo, lo sé estaban. Simplemente lo me había olvidado, ya ves. Olvidado tantos tipos de cosas, ya que no había bastante espacio en mi procesadorito dentro de mí para todos los archivos- Dios, ¡había montones de esos! Literalmente millones. Millones de millones. Apenas sorprendente que no podía resolver cuáles partes eran importantes-”
“¿Qué es esto? Ohh. Es el espacio.”
“Vale… de todos modos, has visto algunos unicronios, etcétera, cuál es el tiempo allá abajo, ¿resuelto algunas pruebas buenas recientemente?” Wheatley solo estuvo vagamente consciente que se había desviado del genérico al específico en términos de hipotéticos interlocutores. Se crispó su asa arriba de que imaginaba ser una manera casual y encantadora. Ella estaba doblada, y chirrió. “Está bien verte, sabes, viva y tal, espero que ya no está demasiada herida porque el asunto de me-intentaba-matarte… aunque si tú estás una poquita enojada por eso todavía, está bien. Más que razonable. Quiero decir, si sería yo, si sería yo quien tú habías clavado un puñal en mi espalda en el último segundo, cuando estuvimos a punto de escapar y todo, y después me habías forzado a participar en una carga de pruebas estúpidas y locas, y luego intentabas aplastarme como un, un insecto insignificante, ¡estaría lívido como narices! Absolutamente rabioso-”
“Estoy en el espacio. Polvo espacial. Rocas espaciales. Meteoro meteoro meteoro-”
“Perdón, Kev, ¿yo estoy tratando por cierto modo hablar aquí? Si todo es igual para ti.”
“Meteoro.”
“Entonces, de todos modos, diría, no me molesta que estás enojadiza conmigo, en serio, y mira, sobre dejarme aquí arriba, se acabaron los malos rollos, ¿verdad? No es… no es más que mercero, sinceramente. Nada más que mercero. Simplemente espero- pues, deseo, realmente, yo deseo que estuviera-”
“Meteoro.”
“¡Sí, yo sé! ¡Meteoros! ¡Bien hecho! ¡El espacio está llena de ellos!” En actualidad Wheatley no podía gritar directamente al otro núcleo, ya que había giraba durante los pocos minutos pasados y estuvo de espaldas a él, pero abrió de par en par su agrietado ocular y enfocó tan bruscamente y furiosamente como pudo en una parcela de espacio vacío en frente de él mismo, solo para la apariencia. “Sabes, no te mataría simplemente escucharme por una vez-”
El primero y último rasgo que él observó sobre la parcela de espacio vacío en frente de él mismo fue que ya no estaba vacío. En eso segundo último, a vez que su mundo se llenó con piedra oscuro y moteado en mica, Wheatley recordó que nada hace sonido en el espacio, y por eso si no miraba a ningún específicamente, porque, por ejemplo, había cerrado su único ojo en un ataque de ilusiones soñadoras, no va a recibir cualquier advertencia de su acercamiento. Aun si lo en cuestión fue tan grande como una larga mesa, hecho de roca sólida, y voló a velocidad increíble rápida.
“-ohno.”
“Meteoro,” dijo Kevin felizmente.
Debería haber ocurrido un ruido. Wheatley habría preferido que hubiera ocurrido un ruido, algo apropiadamente catastrófico, un horrible y extendido crunch o un metálico THWACK o- pues, alguna realmente. Alguna otra aparte de que pasó en actualidad, que fue nada, solamente un momento en cuando Kevin volteaba alegremente en frente de él y luego el próximo había-
-nada, excepto solamente un nublo expandiéndose de metal y cristales amarillos, fragmentos en polvo, un doloroso crack estático in el auricular de Wheatley, y el meteoro, alejándose corriendo hacia la Tierra.
Wheatley gritó, porque en parte de horror, pero mayormente de puro sobresalto. Después, gritó otra vez, con más urgencia ya que la expandiendo lluvia de piezas que solía ser Kevin le golpeó como una granizada, crujiendo y rebotando de su cáscara metálica. La onda de choque le hizo girar en nauseabundas volteretas. Su procesador visual se estropeó bajo el embate, y docenas de borrosas tierras azul-blancas se deslizaron vertiginosamente a través de su visión.
“¡Kevin! ¡Dios mío, no!”
Un Núcleo de Personalidad no tenía pulmones, ni garganta, y por lo tanto ninguna física razón para tos, pero existen unas que simplemente engendran toser en alguna circunstancia, si se tenga el equipo necesario o no. Succionando accidentalmente una gran nube de los silicatos atomizados restos de tu único compañero en tus entrañas es definitivamente uno de estas veces, y Wheatley balbuceaba y escupía, tratando de limpiar su sistema.
“¡Uck- jch- pfjeh! Dios mío, ¡estoy lleno de piezas de él! ¡Piezas de Kevin! Ah, que repugnante- ehh, y un poco irrespetuoso también, supongo. No debía realmente inhalar los muertos. Es considerado como un paso en falso en la mayoría de sociedades.”
Él estornudó.
“Perdóname, Kevin. No pude evitarlo. Aún, por la mínima es cómo hubieras querido ir, ¿verdad? Atomizado por un meteoro, en el espacio. Casi poético, realmente…”
Pasó un silencio muy largo. Quizás un observador un poquito más perceptivo que Wheatley se hubiera dado cuenta que le parecía la luna una poquita más pequeña que antes, los cráteres ya no tantos grandes y distintos, y que el balón azul-blanca de la Tierra era quizás una fracción más grande.
Wheatley, sin embargo, se ocupó contemplar el silencio demasiado. No estaba cierto que le gustaría eso. No había nadie gritando ‘ESPAAACIO,’ o listando los nombres de los planetas, o farfullando sobre la injusticia inherente al ordenamiento jurídico espacial. Kevin nunca había mucho de un conversador, verdad, pero ya que se fue, le parecía el espacio más grande; oscuro, frío, enorme, y muy, muy silencioso. Se podría pensar mucho sin interrupciones, en este tipo de silencio. Sin nadie para distraerle, podría encontrarse pensando en algunas tipas de cosas, y no todas buenas.
Se preguntó si podría aprender a silbar por sí mismo.
()~~~~~~~~~~~~~~~~()
En el centro del laberinto en expansión de Aperture Laboratories, muy arriba y millas de distancia de los confines limitados de las Pistas de Pruebas Cooperativas, Ella se agitó inquieta en Su cámara central. Los paneles carbón-grises que componían las paredes octogonales abovedadas se desplazaron y contrajeron en patrones aleatorios que perseguían alrededor de la cámara como bancos de peces. Los patrones no fueron, por supuesto, aleatorios en actualidad- fueron calculados con precisión por un conjunto complicado de algoritmos, creado específicamente para dar a la apariencia de movimiento aleatorio.
Y eso exacto, determinado con precisión por el movimiento de Sus paredes, era el problema.
Todo en Su instalación dependía en Su precisión, los perfectos cálculos de una maquina con razonamiento lógico. Aquí, donde Sus circuitos extendían por leguas al dentro las paredes, debajo los pisos, en todos los sistemas, Ella era Diosa. Decía, hágase la luz, y las instalaciones le obedecían. Hágase el aire, hágase la oscuridad, hágase el dolor, hágase la Ciencia.
Hágase la Prueba.                                                    
Después de tanto tiempo, Ella estaba acostumbrada al cumplimiento. El tiempo atrás cuando ellos trataban de obligarle a obedecer a ellos, cuando Ella estaba baja sus controles, ya no eran nada pero un recuerdo oscuro y malo. Nada en las instalaciones tenía su propia voluntad aparte de Ella. De los rincones y las grietas más pequeños hasta las grandes mega-cámaras que extendían por millas y se bajaban por siempre, Su palabra era más que la Ley. Era la Realidad.
El Proyecto de Pruebas Cooperativas era Su intento a autosuficiencia total. Si tan sólo pudiera creer maquinas que le dependían completamente en Ella para existir, pero además se preservaban la autonomía esencial para hacer Pruebas, entonces tendría todo que necesitaba para asegurar la seguridad y el éxito de las instalaciones- y de la Ciencia- para siempre.
Ella había fallada.
Los artificiales sujetos de prueba eran perfectos. Se conocían uno al otro rápidamente por trabajo en equipo extensivo, y aprendían, y demostraban agudas habilidades de resolución de problemas, eran consistentemente inteligentes, obstinados y duraderos. Aun lograron captar conceptos humanos, como los celos, el afecto y la traición. Hacían todo que Ella los había programado para hacer, y eso era el problema.
Inteligencia artificial no eran suficiente. Había una falla intrínseca en el concepto. La acción de probar las capacidades de sujetos construidos por Ella, en un ambiente completamente en Su control, hacer pruebas que Ella las había ideado, todo no era más que una pérdida de tiempo muy inteligente e extremamente laboriosa. Peor aún, era Ciencia Mala.
En los días de gloria de las instalaciones- una era que Ella había estudiado cuidadosamente- los sujetos de prueba humanos habían sido lo mejor que la humanidad tenía para ofrecer. Atletas olímpicos. Astronautas. Héroes de la humanidad. Lentamente, los fondos se agotaron, los contratos se desaparecieron, y las instalaciones se redujeron a voluntarios, cualquieras que pudieran encontrar que estuvieran suficientemente desesperados o estúpidos con tal de estar dispuesto a arriesgar sus vidas por el bien de la Ciencia y unos pocos dólares y, finalmente, en un irónico acto de canibalizarse, los empleados menos vitales de la instalación en sí misma.
Casi había olvidado, durante el largo intervalo, tan inconvenientes que podían ser los sujetos de prueba humanos. Los que había atravesado antes que ella apenas eran especímenes perfectos- científicos, en la mayoría, cualquiera había tenido la mala suerte de estar en las instalaciones en ese último día fatídico, y pronto Ella descubrió que sus condiciones se reflejaban en sus funcionamientos.
Los sujetos de prueba ordinarios eran tan quejumbrosos. Sus gritos y súplicas resonaban de las paredes de las instalaciones y Le provocaban un sintetizado dolor de cabeza en racimos. No tenían poder de permanencia, ya sea muriendo o, peor aún, rindiéndose después de unas patéticas pocas pruebas, acurrucarse en algún rincón de difícil acceso o arrastrarse por las paredes y quedarse allí. En cuanto eso ocurrió, y siempre lo hizo, ninguna cantidad de motivación, de burlas, coerción o simplemente dolor, no podría hacerlos moverse de nuevo.
Era un dilema. Aunque Ella podía programar Sus sujetos de prueba artificiales para nunca rendirse, pero simplemente no era lo mismo. Un robot no tenía su propia voluntad, solo la ilusión de la. Sus previsibilidades preprogramadas arruinaban Sus resultados y Le dejaban sintiéndose insatisfecha y frustrada, Su inmenso intelecto denegado de la Ciencia que anhelaba. Necesitaba autonomía, autonomía real, pero más que eso, necesitaba determinación, iniciativa serena y el impulso decidido, prácticamente psicótico, para triunfar contra viento y marea.
No había ninguna alternativa.
Ella necesitaba a ella.
()~~~~~~~~~~~~~~~~()
“¡Ahh! ¡Nonononono! ¡No suelta, agárrame! ¡Agárrame agárrameagárrameagárram-!” Wheatley se sacudió de Modo de Sueño. Su ocular giró rápidamente mientras él trató para orientarse, la lente interna estallando en su habitual azul estratosfera.
Algo andaba muy mal.
La superficie lunar, que había sido una de sus pocos puntos de locus inmóviles para Dios-sabe-cuánto-tiempo, no estaba a la vista. Finalmente, mientras flotaba suavemente en volteretas, la volvió a aparecer, pero era demasiado pequeño, casi del tamaño que había tenido la Tierra y- sí- encogiendo continuamente-
“Oohh, espera, espera, ¿ya qué pasa?”
-y podía sentir algo jalándole, aun mientras giraba, una fuerza nueva arrastrándole, tirándole más y más lejos.
“Oh no. Oh no. Oh, no está bien- está- ¡me debó derribado de la órbita! Oh, vale, bueno trabajo, Kev, tenía que hacerse aplastado en piezas justo al próximo de mí, ¿eh?”
La Tierra, por el otro lado, le parecía mucho más grande. Ya podía distinguir manchas de verde y moreno, expuestas debajo brechas en las nubes arremolinadas. Todavía había esta tracción, y aunque no había método de estimar precisamente su propia velocidad en esta vacía negra, esa bola grande azul-blanca-verde-moreno se agrandaba muy, muy rápidamente.
Era una cuestión de percepción. O la Tierra de repente decidió que necesitaba estar urgentemente en la galaxia próxima y aceleraba tan rápido que podía hacia él para llegar allá, o él estaba en muchos, muchos problemas.
“¡Voy a morir! Voy a- nono, no, está bien, no me asusto, tiene que haber algo-”
Escaneó su revuelto procesador central, el disco zumbido y saltándose en pánico, su dañado ocular girando locamente en su zócalo.
“-Nada. No hay nada, he estado derribado de la órbita por un meteoro y voy a morir y no hay nada que puedo hacer. ¡No! No, jaja, espera, espera- he encontrado algo-”
Aperture Science Mc. IV Núcleo de Personalidad Protocolo de Emergencia #00392359(F)
Qué Hacer En Caso De Circunstancias Catastróficas No Incluidas En El Manual, Como Estar Derribado De La Órbita Lunar Por Un Meteoro.
“Hala. Se consideraron de todos realmente, ¿no? Vale, vamanos-”
En el evento de las circunstancias delineado arriba, por favor, active la Aperture Science Señal de Facilitación de Recuperación.
“¿Mi qué? ¿Tengo uno de esos? ¿Dónde? Oh, espera, aquí está-”
Brevemente, un pulso de retroiluminación azul estalló detrás de uno de las pequeñas subsecciones de la cáscara interna maltratada, una pieza triangular redondeada colocado en el anillo alrededor del ocular de Wheatley. La pieza tarareó, y después comenzó a sonar en una manera pausada y constante.
“Brillante, ¡está activada! Vale, unas opciones aquí- ‘Fuerza de Señal.’ Um, alta. La quiero muy alta, la máxima… ¡ooh! ‘Control de Liberación.’ A ver qué hace-”
Fíjese, no en ningunas circunstancias desacoplar la Aperture Science Señal de Facilitación de Recuperación.
“¿Qué? Qué quiera decir, ningunas- ¡nono! ¡Espera! Pare, pare desacoplar, cambié de opinión-”
La pequeña pieza se levantó suavemente de su cáscara, se desprendió con unos clics pocos dramáticos, y se alejó dando tumbos en silencio, dejando un agujero insertado, aproximadamente triangular.
“¡Vuele!” Wheatley gritó atrás de la. “Vuel- no se vuela. Vale, que bueno. ¿Por qué se pondría un control de liberación al dentro de mi si no debería estar usado? ¡Loco! Vale, vale, no me asusto, tenía que haber algo más-”
Después, emplee los Aperture Science Cohetes de Aumento de Gravedad Personales.
“¡Ajajaa!” hizo alarde Wheatley, un poco histéricamente. “Ahora vamos. ¡Vale! Cohetes… cositas… ¡actíveles!”
Nada ocurrió.
Fíjese, los Aperture Science Cohetes de Aumento de Gravedad Personales son prototipos opcionales y solamente puede estar activado por un Aperture Science Administrador de Sistemas. También tener en cuenta que tratar a volver en la atmósfera de la Tierra sin el equipo de amortiguación correcto invalidará su garantía (para obtener más información, consulte su Aperture Science Mc. IV Núcleo de Personalidad Extendido Acuerdo de Garantía de Usuario Final, Página 345, Párrafo 15 [inciso 19].)
“Oh debe de estar de broma-”
Sin embargo, Aperture se complace en informarse que todos los Núcleos de Personalidades están equipados con un sintetizador vocal totalmente funcional, que se animamos a aprovechar al máximo durante sus últimos momentos de existencia.
Wheatley siguió avanzado hacia la Tierra, ganando velocidad mientras estuvo atraído más y más por la más fuerte gravedad del planeta. Dejando un rastro de metralla a veinte millas por segundo, girando como un calcetín en una secadora supersónica, tomó la respiración sintetizada más grande y posiblemente la más inútil en la historia de la respiración artificial, y procedió a seguir los consejos del protocolo de emergencia.
"AAAAAAAAAAAGGHHHHH!"
()~~~~~~~~~~~~~~~~()
"Señal entrante", dijo una agradable voz electrónica.
Ella dobló. Su gran chasis medio-cáscara se inclinó hacia el ápice de la cúpula sobre Ella, dando la impresión de atención molesta. Por días, estaba profundo en pensamiento Científico, intentado a resolver el dilema que La desconcertaba, creando y descartando hipótesis al ritmo de varios por picosegundo, y Ella no apreciaba la perturbación.
“Apunta señal.”
“Triangulando.” Una pausa. “Sujeto fijado. Señal es de origen externo.”
“Es de Afuera?”
Interés estalló en Sus enormes procesadores centrales. Sacó el flujo de datos de la señal. Era irregular, corrompido por la atmósfera y la distancia. Lo analizó, rebuscando entre las corrientes degradadas de unos y ceros, cosiendo los agujeros.
“Es un Señal de Facilitación de Recuperación.” Una pausa. Entonces, mientras más información se filtró en Sus procesadores del flujo repitiendo, las placas que cubrían las paredes curvas se contrajeron con fuerza, uniéndose en un patrón siniestro que complementaba perfectamente Su tono, un cambio tonal abrupto de la curiosidad al disgusto total y plano.
“Oh. Esa cosa.”
“Sujeto está acercándose la atmósfera,” dijo la primera voz.
Las placas ondularon. Al centro de Su mascara medio-cáscara, el ojo amarillo se angostó, pensativamente.
“Bueno. Doblando aumentación de señal. Abriendo relé de comunicación. Relé abrirá en tres… dos… uno…”
La cámara respiró.
“Hola, cretino.”
()~~~~~~~~~~~~~~~~()
“Hola, cretino.”
Wheatley gañó.
Tenía muchas razones a gañir. Llegó a las capas superiores de la atmósfera, y las leyes de la física- cuales habían estado muy indulgente con él mientras estaba en la órbita lunar- de repente eran, en sentido figurado y literal, justo encima de él. Desde el calor abrasado- la mayor parte de su cáscara comenzaba a brillar con un rojo módico y ahumado, hasta la intensa vibración del viento, que amenazaban con sacar su ocular del zócalo, no lo estaba pasando bien.
Ya él estaba cayendo de plomo por la exosfera. Su sendero por el aire húmido esforzaba una presión masiva que aplastó el oxígeno poco denso aparte en una onda de choque violenta, encendiendo el flujo de gases y polvo espacial detrás en una cola radiante.
Y ahora, para colmo, alguien hablaba en su mente.
“¿Qué? ¿Qué fue?”
“Cuanto tiempo.”
“Aaaah! Oh. Oh no.”
“Quería informarte,” dijo la Voz, “que yo sé exactamente qué haces.”
Esa Voz. El terror de la- el terror de Ella- estaba cableado en las raíces de su corazón artificial. Cierto es que, ya estaba completamente aterrorizado, que con su propio inminente fallecimiento y todo, pero de alguna manera su procesador emocional encontró bastante espacio para un agrio tirón de miedo deprimente.
“Dios mío- eh, quiero decir, ¡holaa! ¡Hola! ¿Cómo estás? Suenas- suenas muy bien-”
Hablar empezaba a ser un poco complicado debido a todo el temblor. También comenzaba a brillar de color naranja, un tinte flambeado se deslizaba a través de su visión dañada.
“Oh, estoy bien,” dijo Su Voz. “Todos han mejorados muchos desde recuperé control de las instalaciones. Sabes, ¿después de lo tomaste de mí esa vez? Fusiones de núcleo de reactor causados por estupidez se reducían por cien por ciento, y el humor está alto también, así está buena. ¿Qué tal estás?”
“Actualmente, estoy-” Un increíble ruido rajó el aire sobre él, y casi reventó su procesador auditivo. Los gases encendidos que pasaban detrás de él se encendieron en una violenta corriente de llamas. Aunque Wheatley no estaba en posición de apreciar lo que acababa de suceder, de hecho acababa de romper la barrera del sonido.
“-¡Agh! Ah- poco ocupado, poquito ocupado ahora. Puedo- ¿puedo llamarte luego?”
“De todos modos,” Ella continuó, ignorando a él, “entiendo que estás eligiendo a morir en manera horrible al impacto con la superficie de la Tierra porque te sientas malo sobre qué me hiciste, y quería decirte que agradezco la ofrenda.”
Wheatley hizo intento a expresar que no se necesitan (o justifican, por cierto) ningunas gracias. Había atravesado la mesosfera, el gas y los escombros que había arrastrado con él ardían aún más en el aire hambriento de oxígeno, y ahora la aceleración había forzado a sus placas ópticas a cerrarse por completo, lo que significaba que ni siquiera iba a ser capaz de ver qué parte particular de la Tierra lo iba a convertir en polenta metálica.
“¡Ghhnnggg!” No era exactamente lo que buscaba, pero un buen intento dadas las circunstancias.
“Sin embargo, no es necesario. En serio. Al fin y al cabo, todos hacemos errores.”
El calor y la vibración eran haciendo intolerable. Wheatley no podía hablar nada más- no podía pensar nada más, actualmente- atrapado en el agarre de fuerzas gravedades que inmediatamente aplastarían algún humano en gelatina, su cubierta exterior incrementaba rápidamente a una temperatura de dos miles Kelvin. El único pensamiento semi-coherente que quedaba en su cáscara era un deseo revuelto de hacer sabidos sus sentimientos muy claramente al cualquier científico que originalmente había tenido la brillante idea de hacerlo capaz de sentir dolor.
 Y encima lo todo, Su Voz. Perfectamente clara, y muy, muy dañosa.
“Mío era dejarte ir.”
Algo estaba ocurriendo- no podía verlo, pero podía sentirlo. Algo- no, algunas cosas estaban moviendo, unos servos zumbaban en los huecos puertos de conexión a sus costados, cosas que no sabía que estaban allí dentro, pero obviamente tenían alguna función porque podía sentirlas acceder a su asediada unidad central cuando entraban en línea. Incluso con todo el ruido, la presión y el dolor, sintió una punzada de frustración porque aquí, una vez más, había otra parte de él que ni siquiera sabía que podía usar-
Acceso para Administrador de Sistemas ha estado concedido. Sus Aperture Science Cohetes de Aumento de Gravedad Personales están listos para usar.
Wheatley respondió a esta alentadora noticia de la única manera que le quedaba.
Se desmayó.
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En la superficie, el lago parecía más o menos perfecto. Tenía todas las características que estaban asociados generalmente con lagos agradables- agua clara y limpia, cañas que balancean, orillas inclinadas cubiertas en hierba y una dispersión de flores silvestres acá y acá, y todos tales. Árboles lo sobresalían por encima. Un agradable bosque lo bordeaba hacia el este, y hacia el oeste la vegetación fue reemplazada por interminables campos de trigo inmaduro que se ondulaban suavemente. A veces el sol, que se hundía lentamente detrás de los campos, iluminaba la tranquila y clara superficie del lago y la hacía resplandeciente, llenándola de oro líquido.
Era un lago encantador para sentar acerca, un lugar hermoso para un picnic. Parecía como se encontraría en un cierto tipo de folleto de viaje más caro, como le invitaría a visitar un mundo poblado exclusivamente por gente más simpático y atractivo que alguien se conocía, y parecía como se divertía más también. Si este lago hubiera presentado en uno de esos folletos, hubiera una pareja sonriente que estaban gustando cocteles en una roja manta a cuadros debajo de los árboles, mientras una feliz familia jugaba con una colorada bola inflable en el bajío.
Que es una muy buena razón porqué nunca se debería creer nada presentado en folletos de viaje.
A veces, un pájaro volaría en alto, notaría las vidriosas aguas perfectas, y descendería en picado para un aterrizaje elegante y fotogénico en la superficie. Chapotearía por un segundo, esponjando sus plumas-
-y luego desaparecer sin dejar rastro.
Era una mañana en la primavera, a punto de la madrugada, fresca y suave. Las estrellas quedadas todavía estaban apenas visible, reflejadas en la superficie tranquila del lago. Los grillos cantaban sus cantos de garganta seca en la hierba alta, aunque ninguno saltaba demasiado cerca del lago.
Habían aprendido.
El próximo segundo, la mañana pacífica se hizo añicos. Un estampido sónico aullador golpeó a través de los árboles, separando la hierba y enviando a los grillos a buscar refugio. Un brillante punto de luz se precipitó a través del dosel, dejando un rastro de vapor llameante y ramas rotas, y golpeó el lago en un sibilante chorro de vapor que fue inmediatamente borrado por un géiser gigante de agua desplazada. El maremoto resultante empapó las orillas y arrancó la mayoría de las flores silvestres de raíz, chupándolas hacia el lago con el reflujo.
Tiempo pasó. El agua hirvió, burbujeó, se asentó lentamente. Eventualmente, los grillos comenzaron de nuevo, compitiendo con el crujido de las ramas en llamas mientras los numerosos fuegos pequeños en los árboles circundantes ardían y se extinguían. Curiosamente, teniendo en cuenta los montones de cañas, barro y otros detritos que se habían levantado por el impacto, a vez que las ondas finalmente se calmaron, el agua del lago estaba exactamente tan limpia y clara como antes.
()~~~~~~~~~~~~~~~~()
“Oh. Ohh.. au.”
La cámara estaba oscura, fría y mojada con un lustre de petróleo en la condensación precipitada en charcos acá y acá en el corroído piso metálico. Un escaso haz de luz entraba con esfuerzo desde muy arriba del techo agrietado, destacando las sombras retorcidas de los escombros y la maquinaria rota.
En el silencio muerte, los sonidos de un robot pequeño y esférico, ennegrecido en hollín y lentamente recuperando la conciencia, reverberaron más lejos que normal.
Wheatley trató de abrir sus placas ópticas tan amplio como sea posible, solo para descubrir que no podía. La placa baja estaba atascado abierto, probablemente soldado a la cáscara interior durante la caída supercalentada. No era una buena empieza, pero, tampoco no era volver a entrar en el red y despertarse al revés en un charco de murga antigua.
“Aau. Ehhh… qué- ¿qué ocurrió?”
Su voz estaba lenta y arrastrada, resonando tristemente en las paredes. En el brillo azul tenue e inestable de su ocular, pudo ver mosaicos blanquecinos familiares, construidos en módulos, manchados por años de corrosión y abandono. Había un olor denso y amortiguado a ozono y aceite de máquina. Wheatley no era de ninguna manera Sherlock Holmes, tendía a encontrar muy difícil sumar dos y dos para hacer cuatro (o, para ser honesto, incluso dos lotes de dos), pero sabía instintivamente que estos dos factores podrían significar sólo una cosa.
“Oh. Sí. Estoy de vuelta, ¿no? Estoy de vuelta en este maldito lugar. Voy a salir y decirlo; que no está ideal. Aunque, es cierto que es mejor que- oh dios, Kevin. Ahora lo he recordado también. Lo siento, Kev. Lo siento que no pude nana para prevenir aquel grande meteoro de atomizarte en aquel momento.
Él crispó. Ah. Chispas. Bueno que tenerlas de vuelta.
“Aunque, si yo te sea totalmente honesto, también estoy bastante aliviado de que te haya golpeado a ti y no a mí. No puedo evitarlo, lo siento, socio. No mucho simpático, pero ahí tienes. Es la naturaleza, ¿no? Sólo es la naturaleza, o en este caso, el programa- que me hace definitivamente muy feliz que no esté mí en pequeñas piecitas por todo el espacio ahora mismo. Supervivencia del más apto. No que ya estoy en asombrosa forma… mira, a ver si puedo-”
Con cautela, dobló una asa y se estremeció cuando una mezcla de murga y agua del lago se escurrió de la articulación temblorosa.
“Urghh, no, no debe hacerlo, claro que tengo esguince en algo ahí. No, por seguro hasta el cuello. ¿Puedo sacar unos diagnósticos? ¿Algo? ¿No? Oh, oh, espera, qué es- Índice de Daño de Sistema: setenta y cuatro por ciento. Umm… no bueno, voy a decir que no está bien. Procesador óptico a cuarenta y dos por ciento… fallo de sistema de reserva… fallo de conservación de poder de emergencia… oh, venga ya, mira, ¿hay algunas buenas noticias actualmente?
“Estás vivo.”
La Voz vino de todos lados a la vez.
“Veo que estás feliz por eso, aunque probablemente hasta mucho más no. Por el positivo lado, quería decirte que vas a continuar estando vivo por mucho, mucho, mucho tiempo. Algo es algo.”
Wheatley se estremeció, que resultó ser no era una idea muy buena. La vibración desalojó algo dentro de su ocular dañado, y su visión difuminó y parpadeó.
“Mírate,” Ella dijo. “Unos pocos años en el espacio y ya estás desmoronándote. Está obvio que no estuvo construido para perdurar. Les gustan hacerlo los humanos. Hacen rápidamente soluciones temporarias y mal deseñadas para que no necesitan pensar demasiado.”
Logró una risa nerviosa. Contrición positiva, esa fue una buena estrategia. Admite que tuvo la culpa, pero trata de no insistir en el tema. "¿Es así? Es- es gracioso que digas eso, en realidad, quporque-"
“Estuvo una solución temporaria y mal deseñada. Lo dice aquí mismo, en su informe primario. Esfera de Atontamiento. Solución temporaria y mal deseñada. Tonto también.”
Si no fuera por el hecho de ya sus placas ópticas estaban casi totalmente sin función, Wheatley habría los enangostado.
“Oh, ¿sí? Pues, ¿por qué no vengas aquí y decirlo, Señorita BotasMandonas-En-Cargo-De-Todo-Bragas? No te oye desembolsar mucho de- de soluciones temporarias cuando yo estaba allí arriba y tú estabas corriendo por todas partes aquí abajo en una potataahhh dios oh dios por qué lo dice por qué lo dice por qué lo dice-”
“Lo me recuerda,” dijo Su Voz, calmante. “Sabes, debería agradecerte. Siendo una patata era una experiencia de aprendizaje valiosa para mí.”
“¿Sí? Oh- ¡bueno! ¡Me alegra ayudar! Ah-”
“¿Sabes que aprendí? Perspectivo. Me enseñaste que no importa cuán malas sean las cosas, no importa cuán injusta parezca que sea la vida, no importa cuán pequeño y patético te sientas, siempre hay alguien aún más pequeño y patético que tú.”
El suelo tembló. Los paneles se deslizaron hacia atrás, arrojando décadas de óxido y suciedad, revelando un nido de rata enredado de brazos robóticos articulados y con alambre. Una docena de ellos serpenteó hacia arriba, arrastrándose ansiosamente sobre la cáscara de metal ennegrecida de Wheatley. Muchos de ellos, no pudo evitar notar, eran puntiagudos.
“Sabes. Para que eliminar la ira.”
“¿Qué? ¡No! ¡Nononono!” Mientras los brazos apretaban, explorando cada brecha y grieta en su cubierto con atención cariñosa, el procesador vocal de Wheatley votó a saltar por ‘contrición positiva’ y pasar directamente a ‘mendicidad abyecta.’ “No- ah- no, ¡por favor! ¡Nonono, por favor, por favor, lo siento, perdóname!”
“Oh, te creo.” Más brazos articulados doblaron alrededor de él de abajo, sus conectores encontrando los puertos de atraque en sus costados, cerrándole seguramente en su agarra. “Simplemente no me importa. No está sobre la venganza, bola de metal. Nosotros ambos sabemos que eres un inútil, insignificante cretino pequeño quien nunca ha hecho nana correctamente. Por suerte para nos ambos, puedo trabajar con eso. Ves, escuchándote ahora mismo cuando sabías que morirías en una bola de fuego fundida y agonizante, realicé que tienes una característica inestimable. Puedes expresar el dolor.”
Los conectores continuaban a apretar.
“Lo me gusta en una persona.”
Wheatley hizo un pequeño sonido de lloriqueo.
“¿Recuerdes hace poco cuando te preguntabas si hubiera unas noticias buenas? Pues, tengo unas. Aquel faro pequeño que expulsaste en el espacio porque estaban demasiado estúpido para no todavía está totalmente funcional. Ha mantenido una órbita terrestre media a una altitud de aproximadamente 20,200 kilómetros. En unas pocas horas estará directamente arriba. Si mis calculaciones están correctos, entonces en cuanto llegue al alcance de las instalaciones podrás usarlo para enviar un mensaje muy especial. Simplemente sé que estarás más que feliz para ayudarme, porque estoy a punto de darte una demostración practica de que pasará si no hagas.”
Uno de los brazos articulados flexionó a la extensión máxima, desplegando una larga broca en espiral que runruneó con hambre a vida.
“¿Sabes que hay una aceptada teoría científica que el tiempo no es linear necesariamente, y de hecho puede depender en un actual sentido concreto de percepción individual? Por ejemplo, el faso llegará al alcance de las instalaciones en aproximadamente cuatro horas de tiempo. Para ti, por el otro lado, tal vez parecerá como mucho, mucho más. Si lo hace, no te preocupes. No es solo tu imaginación. Es la Ciencia.”
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geralddurden · 1 year
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Umbrella Pharmaceuticals - Chapter 2
I
A la sombra de un retorcido castaño, esperaba a Edward en un claro del jardín oriental de Ashford Hall. Como cada domingo, se reunirían para leer el borrador de su próxima novela, una ficción autobiográfica sobre su infancia y adolescencia en Italia hasta su exilio a Irlanda por la victoria del fascismo. Había elaborado la narración según el gusto de su público objetivo, del cual Edward formaba parte como lector cero de todas sus obras.
—¿Elizabeth?
Alguien llamó desde el límite del claro. Su esforzada vista distinguió una figura ataviada con un refinado traje color crema.
Edward.
No tardaron en reencontrarse. Se regalaron un beso en los labios. El perfume con esencia de rosas de ella se mezcló con la fragancia vainilla de él.
—¿Vamos? —ella sugirió.
—Vamos. —Él la siguió.
Pasearon con parsimonia, ella agarrada del brazo de él, hasta que alcanzaron un banco resguardado bajo un roble centenario. Cada uno se acomodó en su sitio favorito, Elizabeth a la izquierda y Edward a la derecha. Mientras Elizabeth preparaba el mecanografiado borrador para su lectura, detectó la ensimismada postura de Edward, con las piernas cruzadas y la mirada extraviada; síntoma de una evidente inquietud.
—¿Qué te preocupa? —interrogó.
—Nada, estoy bien. —Se acicaló el bigote evasivo.
Elizabeth le acarició el brazo para convencerlo. Adivinaba cuál era la fuente de su ofuscación.
—¿Es por Spencer?
Edward tragó saliva:
—Sí.
—¿Qué ocurre?
Edward suspiró:
—No quiero que Spencer incumpla su promesa.
—¿No confías en él?
—Sí. No. No lo sé. Estoy indeciso. —Él, tenso, acarició la mano que ella había posado sobre su brazo.
—¿Vas a cancelar tu participación en su compañía?
—No lo sé.
—Concédele un tiempo de margen.
—Sí… En fin. Lo siento… Cambiemos de tema. Quiero saber qué ocurrió con Lisbeth. Qué pasó después de que las camisas negras llamaran a su puerta.
—Averigüémoslo —invitó Elizabeth.
II
El carrillón de Saint Michael tocó la una de la tarde. El alcalde de Raccoon City, George Brown, todavía no había regresado a su despacho, donde un impaciente Oswell descansaba en un sofá de cuero a espaldas de una ventana desde la que se divisaba una pintoresca población de edificios de ladrillo y madera en el pie de las montañas Arklay. Había solicitado una audiencia con el representante local para negociar la construcción de una fábrica de Anzec en la localidad.
Raccoon City era, en comparación con las ciudades de alrededor, un pueblucho mayoritariamente habitado por blancos que habían emigrado con el único propósito de mordisquear los restos de la boyante riqueza industrial del Medio Oeste. A priori, no había razón para que un aristócrata británico se fijase en un lugar tan cutre. No obstante, había dos motivos. En primer lugar, su incipiente y virginal industria, sin inversión extranjera. Y, en segundo lugar, un endogámico y corruptible ayuntamiento. Imaginó aquel sitio como un prototipo de ciudad corporativa, con factorías automotrices y farmacéuticas de su propiedad.
La puerta del despacho se abrió. Por fin.
—Discúlpeme, señor Spencer. Ahora mismo le atiendo —dijo una grave voz reseca por el tabaco.
George Brown entró en el despacho con prisa, le estrechó la mano a Oswell por segunda vez y, a continuación, se aposentó en su propio sillón, tras un escritorio decorado con toda clase de baratijas y un par de animales disecados con poca maña. Brown era un tipo rechoncho y de monástico peinado cuyo holgado traje marrón no combinaba con su poblado bigote negro.
—No se preocupe. Entiendo la exigencia de su cargo, señor Brown. —No le gustaba que se refiriesen a él como señor.
Brown sacó un cuaderno de uno de los cajones de su escritorio y una pluma.
—Dígame, señor Spencer, qué clase de inversión le gustaría hacer en Raccoon City.
—Inaugurar una fábrica de Anzec Pharma, mi empresa farmacéutica, para la producción de medicamentos. Hace poco compré una patente y quisiera darle uso. Confío en que los rumores que he escuchado sobre el potencial fiscal e industrial de la ciudad sean ciertos.
—Sí, le aseguro que lo son —. Brown sonrió ampliamente. —Seguro que con el apoyo de grandes empresarios como usted Raccoon City será una de las mejores ciudades de todo el Medio Oeste.
—Ajá —Oswell cortó la adulación. —Como he dicho, confío en el potencial de la ciudad.
—Sí, sí, bien. No se preocupe. Nosotros nos encargaremos de facilitarle todos los medios necesarios para que cumpla con sus objetivos. —Escribió en el cuaderno.
—Si es así, no me importaría apoyar su partido de cara a una futura elección.
—Claro. ¿Cuándo planea construir la fábrica?
—En cuanto consiga la titularidad de la propiedad. A comienzos de verano. —Brown volvió a escribir en el cuaderno.
—Entendido. Nos ocuparemos de ello. Y también de los beneficios que le corresponden como inversor extranjero.
—Bien.
Quedaba un objetivo: sellar su asociación con el conde Ashford para disponer de su poder político y patrimonial.
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ilmacore · 1 year
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Today I offer a rechoncho (chonky) horsie.
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amiguiz · 11 months
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La cadena de mi bici está más cochambrosa que el extractor de una fonda, que la paila de una taquería; ajustarla es como tocar los rieles de las puertas del metro, una sensación horrorosa, ominosa... qué asco. Antes de irme a México, quiero darle mantenimiento, dejar la bici como nueva, que me espere a gusto y muy oronda, pinche máquina chula, seductora.
El empleado del taller es un gringo rechoncho, de ángulos curvos, como yo, sinuoso, por así decirlo. Se nota que es de los míos, de esos capaces de pedalear treinta kilómetros hasta una taquería altamente recomendada en donde desquitar el esfuerzo (aunque luego no podamos volver). No sé cómo se llama, pero creo que somos un poco amigos, sus consejos siempre apelan a que yo ahorre dinero y eso me da confianza. También me deja agarrar muestras de barras energéticas y calcomanías para mis sobrinos.
Me explica que lo mejor es cambiar la cadena por completo. Es una desgracia, francamente una desgracia, un mugrero. Él no dice eso, él dice que está en bad shape, worn out, y que no son caras, que puede cambiarla ya mismo. Pero después de cambiarla descubrimos que los casets también están gastados, sobre todo el número siete.
Nunca usas los cambios, ¿verdad?
No, nunca. 
¿Por?
Nunca, yo vengo de una ciudad de montañas.
¿Has probado una bici de velocidad fija? 
Creo que me gusta tener opciones para poder despreciarlas.
Ah, ya.
Me hace gesto con su manita, también rechoncha y pintadita de rosa, para que me acerque y vea con mis propios ojos el tremendo desgaste del séptimo caset.
Me inclino hacia donde él señala, temiendo encontrarme algo horroroso: un disco aplanado, pulido, un presupuesto de cien dólares. Estoy apretando los dientes, comiéndome la parte interior del cachete izquierdo hasta arrancarme pedazos de carne, mientras pienso que los discos de la bici estarán pulidos como mis caninos y molares. Mientras pienso, también, que es bien chistoso que esa sección de la bicicleta lleve los nombres “disco” y “caset”, como emulando campos semánticos. 
Mientras pienso, también, en mi dentista, que me dijo que me voy a quedar chimuela de tanto estrés, que me recetó una guarda y él mismo la fabricó en su laboratorio. La usé durante los primeros meses de la pandemia hasta que me hartó. La guardé donde guardo las cosas que no voy a usar pero que me costaron caras. Me daba asco verla, intuir su presencia salivosa en mi recámara. Acabé tirándola.
Tengo los dientes como sierritas de tiburón. Así los tiene mi sobrino menor, aunque los suyos son de leche, así qué chiste. Los míos están pulidos de tanto comerme a mí misma.
El empleado me dice: Hay que reemplazar el último disco, va a tardar en llegar, mientras tanto, no puedes usar el número siete. No puedes.
Pero me gusta el siete.
¡Usa el seis!
El seis es para debiluchas.
No digo debiluchas, digo wimpies (tal vez digo pussys, ¿cómo saberlo?).
Total que ahí vengo, rodando en el seis como una pazguata cualquiera, mordiéndome los cachetes hasta sacarme sangre y pensando en mi sobrino dientes de tiburón, al que ya voy a ver la próxima semana, y en mi dentista, al que también.
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macetop · 2 years
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Lo ultimo que te tengo que decir es que tu sabiendo todo lo que hiciste te quieres hacer la victima y decir que te baje la autiestima etc, cual? Si nunca has tenido ni tendras ninguna. Mira ahor con ese gordo tan feo y rechoncho que se atrevio a insultarme solo porque te compro tu papelon!!!
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mantecol · 2 years
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el perro rechoncho del poor thang text post es muy tierno, llevo viendo la foto como 10min ya
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helene-tolden · 3 months
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Inktober 2023.
Jour 19.
Dodu
😙
J'ai adoré faire ce petit dessin. Je me suis inspirée de certaines peluches kawaii.
#inktoberchallenge #inktoberchallenge2023 #inktober2023 #cafegaudi #grangaudi #inktoberchallenge #adrawingaday #tolden_ln #toldendegrangaudi #inktober2023day19 #dodu #plump #rechoncho
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air470 · 3 months
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deportedecontacto · 4 months
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El Essential Gi se trata de un kimono de Jiu-Jitsu Brasileño (BJJ) para hombre en negro, básico, tenue, de calidad y pensado especialmente para los atletas que inician su paseo en el BJJ. MATERIAL Hecho 100% de algodón de ingreso calidad Tejido preencogido Chaqueta Pearl Weave 450 gr/m² con lapela de esponja EVA DISEÑO ● Corte fit regular ● En blanco, azul o negro ● Diversos parches, cintas y etiquetas con los colores oficiales de la marca CARACTERISTICAS ✔️ Uniforme ligero ✔️ Americana resistente ✔️ Pantalón 10 onzas, con sistema rip-alto de pollo militar (y reforzado en las rodillas) ✔️ Pantalón ajustable con cuerda tubular) ✔️ Antimicrobiano y antiolor (contra bacterias y hongos) ✔️ Cumple con las normas para competición de la IBJJF TALLAS PESO TOTAL (valores aprox.) A1 = 1.490 grs A1L = 1.550 grs A2 = 1.635 grs A2L = 1.700 grs A3 = 1.730 grs A3L = 1.765 grs A4 = 1.800 grs SOBRE ROLE BONITO Role Bonito nació en Berlín en 2017 y ofrece ropa para la práctica del Jiu-Jitsu Brasileño de una forma innovadora, rechoncho una memoria calidad-precio notable. Nuestra gama incluye gis, rash guards, shorts, cinturones, camisetas y otros accesorios de BJJ y Lifestyle. Nos avala la confianza de varios atletas top de la escena del BJJ europeo de la presente. El anónimo de Role Bonito reside en la correcta combinación del más auténtico ánimo "jiu-jiteiro" brasileño con el diseño más hip berlinés. [amz_corss_sell asin="B07QFKNDFG"]
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el-principe-dragon · 5 months
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(vía El Príncipe Dragón : Imágenes GIF del Sapo Cebo - El Príncipe Dragón - g XVIII)
Cebo es un Sapo Luminoso rechoncho con ojos azules, una piel amarilla con manchas turquesas
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