Tumgik
luisfelizalde · 11 months
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Felices 57.
Hace 6 días hubieras cumplido 57, pero te fuiste sin llegar a cumplir 47. Y en 3 meses se cumplen 10 años de tu partida. 10 putos años.
Es difícil describir los sentimientos por los que paso porque éramos bien distintos, casi no nos veíamos, pero sin embargo en el fondo de mi ser, siento que todavía estás ahí. Que estás aquí. Acompañándome. Siempre siendo mi hermano mayor. Estoy seguro de que ese hilo rojo del que hablan los asiáticos nos sigue uniendo. No tengo idea de dónde estás y no importa porque ese hilo al que estamos amarrados es de una longitud eterna y está amarrado con un nudo sólido e irrompible.
Pato y Sol te extrañan. Mucho. Y ya están grandes. Catorce y once. Mi mamá no hay día que no te tenga en mente y si se detiene más de un segundo a pensarte, le brotan torrentes de lágrimas, así que prefiere no hacerlo.
A mí, hay muchísimas cosas que me pasan a diario, que irremediablemente me recuerdan que exististe. Una canción, alguna noticia de la formula 1, alguna palabra, un gesto en alguien. Y cuando te imagino siempre me sacas una sonrisa.
Todos los años el día de tu cumpleaños día es muy jodido, porque me recuerda que alguna vez tuve un hermano y me carcome pensar que lo que sea que hayamos vivido juntos, fue muy poco.
Feliz cumpleaños Urk, no te pido que me cuides a mí o a los míos porque estoy seguro que si debes cuidar a alguien, es a los tuyos.
Ya nos veremos en algún momento. Si estás con el doctor, dile que estamos bien, que no hay pedo entre nosotros.
Te extraño.
Feliz Jueves tengan todos.
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luisfelizalde · 11 months
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Algoritmo libre.
Un dueto de una chava que imita a un gatito. Del lado izquierdo de la pantalla, ella canta haciendo los sonidos que el gatito, del otro lado de la pantalla hace.
Un pedazo de una fiesta en ¿Rumania? ¿son unos quince años? ¿es una boda? Hay 5 mujeres con peinados en donde seguramente se utilizaron 600 litros de aerosol y que miden por lo menos unos 30 centímetros de alto. Las señoras son gordas y treintonas pero, con la cantidad de maquillaje que llevan puesto parecen por lo menos de 50. Traen puestos vestidos de quinceañeras, o eso parecen. ¿Bailan? Todas hacen una fila y se mueven más o menos al ritmo de la música que es estridente y en sus caras lucen un semblante de aburrimiento total. Es una fiesta, pero nadie se la está pasando bien. El entorno es como una colonia con casas de ladrillo a medio construir en donde se ven restos de castillos en las casas y el piso es de tierra, las escasas sillas que se alcanzan a ver son de plástico.
Un restaurante en medio oriente que se llama "Alula" en el pueblo del mismo nombre en Arabia Saudita está construido frente a una tumba milenaria en el desierto. Esta maravillosa y exclusiva experiencia está creada por el chef de 3 estrellas Michellin Anthony Jehanno. Alula es un pueblo árabe protegido por la Unesco.
Una entrevista de una española que está en un programa de televisión que se llama "flash moda" pregunta a gente muy estrafalaria en lo que parece ser un desfile de modas "qué moda no te gustaría que regresara otra vez". La respuesta de todos los fashionistas (5) es contundente: "todo menos los pantalones pitillos". Whatever the fuck that is.
Un pedacito del programa "Whose line is it anyway?" en donde la conductora Aisha Tyler pregunta cuál es el peor nombre de una mascota, uno de los comediantes toma el escenario y se lanza a gritar como si hubiera perdido a su perro "heeeelp" "heeeeeelp".
Un clip del museo de la ilusión en Praga en donde podemos distinguir a Sigmund Freud hecho con la técnica de anamorfosis en donde, por medio de objetos relacionados al personaje y dispuestos de cierta manera, se logra un retrato fiel, dependiendo desde el ángulo que se le mire.
Un guey que toma el audio de un programa de Toño Esquinca y hace un dueto extremadamente aburrido. El audio es aburrido, Toño Esquinca es aburrido y el que lo imita también es extremandamente aburrido.
El actor Mike Myers explicando por qué linguísticamente el inglés canadiense es diferente al inglés Norteamericano. Según su teoría , porque los canadienses hacen que cada frase suene como una pregunta.
Un influencer se dedica a "bendecir" a la gente que le regala un dólar en el super dándole mil dólares. El clip comienza con el bendito "influencer" diciendole a la gente que le falta un dólar para comprar el regalo de cumpleaños de su hijo. Si la gente le regala el dinero que le hace falta, de inmediato nuestro héroe les dice que era una prueba, un "experimento social" para ver qué tan buena es la gente y de inmediato les ofrece mil dólares, haciendo que los que dieron el dólar, rompan en llanto. Todo acompañado de una música extremadamente sensiblera.
Un video de fútbol callejero en algún lugar de Africa donde un tipo se cae no una, ni dos sino tres veces en agujeros que están en lo que ellos llaman calle, pero que en cualquier otra parte del planeta serían madrigueras o trincheras. El video a pesar de que es "a color" es café. Todo está brumoso, el balón está desinflado y el ambiente es extremadamente pobre, las porterías son llantas de coche y todos juegan descalzos.
Este es mi feed de tiktok. Le doy like a todo para mantener apendejado al algoritmo y que me muestre esto: videos sin sentido en los que puedo perder 10 minutos o una hora. Videos que a veces me vuelan la cabeza o que simplemente son un pedazo de popó putrefacta. Estoy seguro que algo bueno tendré que sacar de ahí (eventualmente).
Buen jueves tengan todos.
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luisfelizalde · 1 year
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Federica y Sancho
Estaban dormidos justo a la entrada del baño de mujeres de la gasolinera de Santa Casilda en medio de la nada en el estado de Michoacán.
¿Y esos cachorros de quién son? Preguntó Gigi con cierta preocupación.
“No son de nadie, llegaron hace tres días, yo creo que los vamos a aventar a la basura” fue la contestación descarada del tipo que trapeaba los pisos.
Obvio eso desató en Gigi todas las alarmas de la ferviente amante de animales que es.
Yo no presencié nada de esto, fue lo que ella me contó justo al salir del baño. Le creo 100%, porque al salir del baño hice la misma pregunta y la respuesta fue “llegaron hace 3 días y ps acá la gente les da un poco de comer pero los vamos a sacar”.
“Nos los vamos a llevar” me dijo Gigi.
Me tardé una fracción de segundo en entender el significado de esa aseveración y le contesté convencido “faltan 7 horas de camino” o sea, van a hacer un desastre no?
¿Y qué hago? ¿Dejar que los maltraten? ¿Que los maten? ¡Son dos bebés!
Y sí, apenas se les veía que podrían rondar los 2 o 3 meses. Eran negros y con todas las grandes ternuras cachorrescas que un perro de ese tamaño tienen. Ojos enormes, patotas totalmente desproporcionadas para su tamaño. quejiditos minúsculos.
A ver deja pregunto qué pedo y te alcanzo en el Oxxo.
Regresé para verificar que los cachorros no tuvieran madre ni quién los quisiera y entonces alcancé al contingente familiar en la tienda, solo para verificar, que ya estaban comprando alimento y una hielera para agregarlos como el pasajero 6 y 7 de la aventura de regreso a casa.
Sofía y Frida salieron corriendo para ofrecerles el sobre de pedigree que acababan de comprar y de lejos fui testigo de como los rescataban, subiéndolos al coche para que se alejaran para siempre de esa mierda de lugar.
Sobra decir que la camioneta iba completamente llena. Maletas en la cajuela, 3 personas atrás, Gigi y un servidor, adelante. El único espacio libre en donde los pequeños podían viajar, era a los pies de Gigi.
¡Vámonos!
Y arrancamos con un sentimiento maravilloso de haber hecho algo bueno. El futuro de esos cachorritos había dado un giro intempestivo y ahora, se vislumbraba una familia feliz queriéndolos y dándoles una vida llena de amor.
Así que nos fuimos y ellos iban acostados sobre una caja de cartón que dispusimos como base a los pies de Gigi, pero la tranquilidad nos duró poco. A los 15 minutos, el cachorro más grande e inquieto, empezó a brincar y a intentar escapar de su prisión momentánea, así que tuvimos a bien, pasárselo a Sofía para que le enseñara el camino y lo calmara un poco.
Y después de esos 5 minutos de tranquilidad, el perrillo decidió que era un muy buen momento para soltar sus esfínteres y echarse una caquilla floja y apestosa sobre el regazo de Sofía.
¡Guey me acaba de cagar encima!
Aunque no nos lo hubiera dicho, el olor lo hubiera delatado.
Un olor de popó de un cachorro de meses, alimentado con sepa qué chingados, infestado de parásitos. Obvio, era lógico. Así que tuvimos que detenernos y limpiar todo el desmadre. Bajarlos al acotamiento, invitarlos a hacer pipí, que Sofía se cambiara de ropa, limpiarlos con las toallitas húmedas que habían comprado en el "otso" etc. etc. etc.
Después de unos buenos 20 minutos, nos volvimos a subir al coche y nos volvimos a ir. El perrito más audaz insistía en salir de su prisión con sendos brincos. Fue entonces cuando decidimos ponerle "Freddie" por aquello de "I want to break free". Inmediatamente después, decidimos que el otro cachorro, que dormía plácidamente con su abdomen extremadamente distendido producto de las larvas que habitaban en su estómago, se llamaría Sancho. Una definición meteórica del nombre producto del peloteo familiar digno de equipo creativo publicitario multipremiado.
El trayecto fue una pesadilla para todos. Nos paramos mil veces y los perrillos lloriquearon, se cagaron y se mearon cada vez que nos paramos. Gigi estaba muy consternada con el contingente familiar y repetía "no sé en qué momento se me ocurrió hacer esto", no sé qué vamos a hacer". Yo de manera abierta y clara le dije "te apoyo al 100% en tu decisión".
Bill Bernbach decía que "un principio no es un principio hasta que te cuesta dinero" y esa frase me ha marcado desde el día que la escuché. En este caso, Gigi no comprometió dinero, pero sí comprometió comodidad, paz mental y tranquilidad. Debo decir que conozco mucha gente que va por la vida diciendo que "ama a los animales" y se enoja cada vez que presencia una injusticia PERO que no hace nada para remediarlo. No toma una acción. Gigi sí lo hace. Gigi toma acción y esa acción le cambió la vida a estos dos pequeños, así que nuevamente, apoyo y estoy 100% de acuerdo con la acción.
Rescatar a esos cachorrillos nos convierte en mejores personas (¿nos? habla por ti Elizalde, tú no hiciste nada). Bueno, en realidad hace mejor persona a Gigi. Nosotros, amablemente estamos siguiendo su liderazgo de buen pedismo y aprendiendo a tomar acciones verdaderas y dejar la palabrería a un lado.
No voy a hacer el cuento más largo. Llegamos a México. Fuimos al veterinario para desparasitar a los pequeños. Resultó que Freddie resulto ser hembra, ergo, le cambiamos el nombre a Federica y Sancho pues siguió siendo Sancho.
Por supuesto ahora están en adopción. Y si alguno de ustedes conocen a alguien que quiera darles hogar a ambos o a uno solo, por favor corran la voz y hagamos felices a estos pequeños. Seamos mejores seres humanos. Como Gigi.
Buen jueves tengan todos.
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luisfelizalde · 1 year
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¡Sorpresa!
Todos están de puente. Sabía que no lo iban a leer.
Feliz jueves tengan todos
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luisfelizalde · 1 year
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Hold me closer Tiny Dancer.
Tengo un montón de películas que me gustan mucho. Una de ellas es Almost Famous, seguro por mi frustración de haber querido ser un Rockstar y no haberlo logrado.
Cuando escucho "Every rose has its thorn" mi mente no puede evitar trasladarme a 1989 y sentarme en el asiento de un autobús Mercedes junto a Pepe mi primo y Roberto, un amigo con el que fuimos por primera vez a Europa. Teníamos 19 años, eran las 8 de la mañana e íbamos rumbo a Irún saliendo de Ermua con el propósito de cruzar a Francia por Hendaye y tomar un tren hacia París. Llevábamos quizá 4 semanas de fiesta.
Cuando digo 4 semanas de fiesta quiero que se entienda bien: CUATRO SEMANAS DE FIESTA. No en las tardes, no un día sí y otro no, no echándonos una chelita NO. Cuatro semanas. Sin parar, a lo old school, de Bar en Bar, de fiesta en fiesta, de feria en feria, de concierto en concierto. Devastación entera, probando y abusando de cualquier cantidad de sustancias que estuvieran a nuestro alcance. Por supuesto ingiriendo también una cantidad estúpida de ron, vodka, calimochos, tequila, ginebra, cerveza y cualquier mezcla de esas cosas que se nos cruzara enfrente. Lo repito, eran los ochentas y teníamos 19 años (niños que me están leyendo, esto no es una recomendación del tío Luis al uso y abuso de sustancias psicotrópicas, ni bebidas embriagantes ni nada, sólo es contexto para la historia). Dormíamos solo lo necesario para después despertar y convertir Cabezón de la Sal, Torrelavega, Santander y los pueblos que se hilaban como las cuentas de un rosario en el escenario de nuestros desmanes en las fiestas patronales de todos esos pueblos.
Listo. Ahora regreso al autobús y explico por qué empecé este escrito haciendo la referencia al largometraje de Cameron Crowe.
Estábamos destruídos. Ya no aguantábamos más. Habíamos llegado en vivo a la estación del autobús directamente del Bar Xagúa que ya nos había echado. Probablemente todavía íbamos borrachos, nuestros cuerpos, acostumbrados ya a las pocas horas de sueño, estaban alerta en los asientos y aunque la fiesta siempre había sido con un sentimiento de unión absoluta, justo ahora nos sentíamos aislados. Un abismo de cansancio nos separaba. Estábamos a punto de sucumbir pero de pronto, en el silencio del autobús recorriendo la carretera, escuchamos al locutor de la radio que decía: "Y ahora, directamente desde América tenemos esta canción del grupo Poasón titulada: Cada rosa tiene su espina".
Nos volteamos a ver un poco confundidos. No sabíamos cuál era ese grupo y mucho menos el nombre de la canción. El silencio de la cabina fue interrumpido por los acordes de la guitarra de C.C. DeVille y la voz de Brett Michaels que decía
We both lie silently still In the dead of the night Although we both lie close together We feel miles apart inside
Was it something I said or something I did Did the words not come out right Though I tried not to hurt you Though I tried But I guess that's why they say
En este momento no pudimos más que voltearnos a ver y cantar al unísono el coro, con una enorme sonrisa en nuestras caras:
"Every rose has its thorn Just like every night has its dawn Just like every cowboy sings his sad, sad song Every rose has its thorn"
Ahí estábamos. Unidos nuevamente como un grupo sólido de hermandad borrachil con comportamiento digno de Rockstars, tal cual como les pasa a Stillwater cuando rescatan a Russell en la fiesta de la casa de Topeka.
youtube
Unidos por una canción, unidos por un sentimiento, cansados, sí, pero decididos a que justo en ese momento esa era nuestra casa. No hubiéramos preferido estar en ningún otro lugar. Juntos íbamos a otro destino que nos representaba nuevas pedas, nuevos antros y momentos únicos y los aceptábamos felices, siempre y cuando fuéramos juntos.
Claro que la escena de la película es mucho más bonita, pero qué carajos, esa experiencia la tuve mucho antes de que la película existiera, así que en lo que a mí respecta, Cameron Crowe me la robó.
Buen jueves tengan todos.
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luisfelizalde · 1 year
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felIzAlde
Con todo este desmadre de la Inteligencia Artificial, no me quise quedar atrás y decidí hacer un experimento que a continuación les presento.
Fácil: le pedí a la I.A. que escribiera mi entrada de hoy para ver si en verdad es tan chingona y si pudiera hacerse pasar por mí (por lo menos en mi forma de escribir) y engañarlos a todos.
Mi conclusión - al menos al día de hoy - es que quien me ha leído y me conoce, claramente va a saber que esto no es un texto de mi autoría, pero bueno, quise entrarle al mame.
Esto es exactamente lo que le pedí:
"Escribe un artículo de cómo no estoy de acuerdo con el uso del lenguaje inclusivo. El artículo debe ser de 350 palabras y en el tono y estilo de escritura del tumblr de felizalde".
A continuación, lo que la Inteligencia Artificial (quién quiera que esta sea o dónde viva) escribió:
¡Hola a todos! Hoy quiero hablarles sobre algo que me ha estado molestando últimamente: el lenguaje inclusivo. Sé que hay muchas personas por ahí que creen que es la mejor cosa desde el pan rebanado, pero yo simplemente no estoy de acuerdo.
Para empezar, creo que el lenguaje inclusivo puede ser confuso y difícil de entender. No es raro encontrarse con frases como "todas y todos", "amigxs", o "ellxs", que simplemente me hacen detenerme y preguntarme qué diablos están tratando de decir. Además, el uso de letras "x" o "e" como sustituto de las letras "a" o "o" puede cambiar la pronunciación y dificultar la comprensión de las palabras. Todo esto me hace pensar que el lenguaje inclusivo no es tan inclusivo como dicen.
Otra cosa que me molesta es que el lenguaje inclusivo puede ser forzado e incluso incómodo. En mi opinión, no hay nada peor que leer un texto que ha sido redactado para incluir a todas las posibles variaciones de género. En lugar de sentirme más incluido, siento que me están obligando a leer algo que no suena natural y que ha sido escrito para complacer a cierto grupo de personas.
Además, el lenguaje inclusivo puede ser una distracción de los verdaderos problemas de la discriminación y la desigualdad. En lugar de centrarnos en solucionar las desigualdades sociales y económicas que afectan a las personas, nos enfocamos en cambiar el lenguaje que usamos. Si bien creo que es importante ser respetuosos y considerados con los demás, creo que esto puede ser exagerado y convertirse en una distracción.
Finalmente, creo que el lenguaje inclusivo puede ser divisivo. En lugar de unir a las personas, puede dividirlas al crear una barrera entre los que usan el lenguaje inclusivo y los que no lo hacen. Esto puede hacer que algunas personas se sientan excluidas y rechazadas, en lugar de sentirse incluidas y aceptadas.
En resumen, aunque aprecio la intención detrás del lenguaje inclusivo, no creo que sea la mejor solución para la inclusión y la igualdad. Creo que debemos enfocarnos en solucionar los verdaderos problemas que enfrenta nuestra sociedad, en lugar de centrarnos en cambiar el lenguaje que usamos. ¡Gracias por leer!
Hasta aquí el texto de robotín. La verdad no creo que jamás haya escrito un texto tan de hueva y desangelado, pero bueno, veremos en un par de años con la evolución que pueda tener. Por lo pronto me siento tranquilo de que todavía mi personalidad sigue siendo mía y no de un chip en Silicon Valley o Yakarta.
Buen jueves tengan todos.
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luisfelizalde · 1 year
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¡Salud!
         Esta es la historia de un personaje al que llamaremos “Sr. Elizaldi” (para proteger su identidad) y el día que fue a hacerse un check up.
El señor Elizaldi nunca había ido a uno de estos examenes de rutina que son necesarios una vez que pasas de los cuarenta años, así que sus niveles de ansiedad eran considerables, pues porque "uno nunca sabe". Después de todo, a pesar de hacer ejercicio de manera regular, su afición por la comida y en especial los hidratos de carbono cubiertos de azúcar en formas diversas, hacían que su físico, fuera poco menos que atlético. Así que nuestro héroe, sabía que los resultados de esa prueba exhaustiva, al menos le iban a dar un par de sinsabores.
El Sr. Elizaldi se fue a dormir temprano la noche anterior, porque sabía que al día siguiente estaba citado a las 6:45 de la mañana en el hospital. Y no solo eso. Nuestro conejillo de indias tenía conciencia de que debía despertarse un poco antes del amanecer, porque eran necesarias para el estudio, un par de muestras de fluídos y materias sólidas provenientes de su persona. Así que tendría que ingeniárselas para obtener las evidencias (una sobre todo) en un rango no mayor a sesenta minutos, ya que el laboratorio exigía la frescura de las mismas para su escrupuloso análisis.
El día de la prueba se levantó muy temprano y consiguió sus muestras, tal y como estaba especificado en las hojas del hospital. Manejó hasta el nosocomio y se agregó al grupo de otras 25 personas que ese día, se someterían al mismo procedimiento. Después de entregar sus papeles y uniformarse como todos los demás presentes con unos pants terribles, también entregó sus dos frascos con un poco de sí para que los estudiaran a profundidad.
La primer prueba fue un electrocardiograma en reposo, que duró aproximadamente 3 minutos y que consistió básicamente en estar acostado sin hacer nada con muchos chuponcitos pegados al tórax.
Le siguió una radiografía de última generación de todos y cada uno de los dientes y luego una extracción de muchos tubitos de sangre destinados cada uno a un estudio específico. Minutos más tarde, nuestro personaje acudió a un cuarto a respirar profundamente y a aguantar la respiración para que le tomaran una radiografía que mostraría el estado de sus pulmones y corazón.
Continuó la revisión con uno de esos ultrasonidos que se les hacen a las mujeres encinta, solo que en esta ocasión no sería para ver al producto del amor, sino al hígado, al páncreas y demás órganos vitales. Después le midieron lo alto, lo ancho, el porcentaje de grasa, el porcentaje de masa muscular, la presión arterial, la temperatura corporal y luego lo hicieron ponerse un tubo de cartón a manera de abatelenguas para que vaciara sus pulmones una y otra vez y así comprobar que su fisiología pulmonar y sus bronquios fueran normales y también que sus ganas de vomitar por el procedimiento fueran las que siente todo el mundo después de dejar todo el aire en un tubito.
Como era de esperarse y apegándose a las leyes de Murphy cuando le tocó el turno de revisión general, la internista en turno era una doctora muy atractiva que además de preguntar y saber todos los achaques de nuestro personaje, tuvo que ver sus miserias a detalle sin que el Sr. Elizaldi pudiera resistirse a la oscultación de sus partes más íntimas.
Para el siguiente acto lo recibieron dos adolescentes que le hablarían de nutrición. Fue una de las pláticas más condescendientes que el Sr. Elizaldi hubiera tenido jamás. Especialmente viniendo de dos pubescentes desnutridas de escasos veintitantos años apenas salidas de la carrera de nutrición de la Anáhuac o la Ibero, pero bueno, a estas alturas no era sorpresa que el resultado del estudio de peso y nutrición fuera a dar resultados poco alentadores así que el sermón viniera de quién viniera al Sr. Elizaldi le importaba exactamente tres toneladas de pepino.
El penúltimo episodio fue la prueba de esfuerzo. Algo así como lo que hacen a Cristiano Ronaldo en los comerciales de Gatorade con chuponcitos por todo el torax desnudo y el baumanómetro en el brazo corriendo en una banda sin fin. Bueno, al menos así era como el Sr. Elizaldi se imaginaba. Evidentemente al ver el estado físico del Sr. Elizaldi, Gatorade no hubiera soltado ni dos pesos con cincuenta centavos a diferencia de su contrato con Cristiano.
Y llegó el momento del enema. Sí, ese momento que él sabía que tenía que pasar y que, fuera de todos clichés, se imaginaba que sería incómodo. Pero como se mencionó al principio, le llega a todo hombre la edad en que tiene que otorgar de la cintura para abajo a la ciencia.
- Buenos días, se va a descubrir desde la cintura (ya se sabía) y se va a recargar en la camilla inclinado hacia adelante y yo le voy a introducir este líquido, está bien?
El Sr. Elizaldi sabía que no, que no estaba bien, pero no le quedaba otra, más que obedecer y reclinarse.
- ¿Las bromas me las ahorro verdad? Alcanzó a decir todavía de manera alegre.
- Pues si quiere hágalas, pero ahorita me desquito.
Obviamente, el comentario de la enfermera mató toda intención de alivianar la tensión, misma que se podía cortar con un cuchillo en el cuarto. Y en menos de lo que dura un suspiro, nuestro héroe ya había recibido la totalidad de la solución fosfatosa ahí dentro, donde la columna vertebral toma forma de guitarrón.
- Tiene que esperar 5 minutos y después ir al baño. Cinco minutos o lo más que aguante.
Como el Sr. Elizaldi es un ser metódico y respetuoso de las reglas, puso su cronómetro inmediatamente y comenzó a contar el tiempo para llegar a los cinco minutos o más, como se lo había indicado amablemente la practicante.
Pero cuál sería su sorpresa, que a los dos minutos y veintidós segundos, sentía que hasta el alma se le iba a ir por aquel orificio. Así que corrió. Bueno, en realidad no corrió, pero caminó muy apretadito lo más rápido que pudo al baño más cercano para sacar esa solución maldita de su cuerpo. Y así sucedió.
No vamos a incurrir en más detalles escatológicos puesto que no se considera necesario para la narrativa ni el desenlace de la historia.
En lo que sí hay que ahondar es en lo que siguió a continuación:
El Sr. Elizaldi fue llevado lentamente a la sala que en una placa junto a la puerta ponía claramente: “Proctología”. Claro que al entrar ya ni siquiera se atrevió a hacer ninguna broma porque él mismo sabía que la cosa iba muy en serio.
Y volvió a pasar lo mismo. Le ordenaron amablemente bajarse los pantalones y la ropa interior hasta las rodillas y recargar su vientre en esa camilla extraña y mahometana que poco a poco de manera lenta y macabra se iba acomodando como instrumento de tortura de la santa Inquisición dejando los redondos y desnudos glúteos de nuestro héroe al aire. Casi como una postura de yoga tipo Padahastasana o Prasarita o Padotanasana para poder explicarlo mejor.
El hecho es que las partes más nobles estaban expuestas y recibieron el trato que médicamente debían recibir. Así de claro.
No por ello nuestro protagonista se sintió ni feliz, ni mucho menos aliviado. 
¿Podría ver a los ojos nuevamente a los demás? ¿Después de este abuso? ¿De tremenda vejación?
La respuesta era: Sí.
Porque la última prueba era justamente el examen de la vista. Al Sr. Elizaldi le pareció una ironía que pusieran una prueba de esta laya justo después de haber pasado por tremendo episodio ¿cómo no ibas a tener los ojos bien abiertos? ¿Cómo no ibas a estar bien alerta? De hecho, justo en éste momento sentía que se le salían de la cavidad orbitaria y no solo eso: además, estaban lubricados a la perfección, producto del denso lagrimeo que el procedimiento anterior le había producido.
- Visión 20/20, está usted en perfectas condiciones.
De eso no estaba cierto el Sr. Elizaldi. Lo que sí sabía es que el estudio del día de hoy había terminado y que había experimentado cosas que en sus 45 años de vida, eran totalmente nuevas. No por eso divertidas ni agradables.
Los resultados los sabrá la semana entrante. Por fuera, sabe que es una persona con algunos kilos de más, que lucha constantemente por recuperar su forma humana. Por dentro sabe que algunos de sus órganos todavía aguantan varias décadas. Todavía no se sabe qué niveles de colesterol tenga su sangre ni qué nivel de glucosa ni qué nivel de sodio.
Pero el nivel de amor y de buenpedismo, ese sabe que lo tiene por arriba de la norma.
Y voy a agregar a este escrito, que, si fueron cautelosos y miraron con detenimiento algunos datos, este estudio me lo hice, ¡perdón! el Sr. Elizaldi se lo hizo hace 8 años. Quiero reportar con orgullo, que nuestro paladín ha tenido un par de check ups posteriores a este que aquí se narró y hoy, no solo goza de una salud extraordinaria, sino que todos sus niveles están en donde deben de estar a excepción, claro, de unos 15 kilitos de más que le sobran por todo su rollizo ser.
Buen jueves tengan todos.
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luisfelizalde · 1 year
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El Barón Ditto Von der Gordi.
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Llegaste en el 2014 cuando Gigi y yo estábamos de vacaciones. De contrabando, de manera subrepticia. Mis hijas sabían que a mí no me gustaban los gatos y aprovecharon que estaba fuera de casa para dar el golpe. Aún así mi respuesta una vez en casa fue una rotunda negativa.
No. Jamás habría un gato en casa. Y menos teniendo ya un perro - el mejor amigo del hombre - con nosotros. Los gatos son traicioneros, mañosos, agresivos. Para nada. No hay manera de que yo acepte a esa cosa con nosotros.
Sí, eras un bebé, pero aún así yo sabía que los felinos eran ingratos y desleales ¿para qué albergar algo así en la familia?
Acepté que te quedaras sólo una noche en lo que se arreglaba el asunto de tu estancia definitiva.
Al día siguiente, rondabas a Lucas que con su cáncer terminal de paladar ya no tenía energía para nada excepto estar acostado en el umbral de la puerta y bufar apesadumbrado. Le olías el hocico de manera sutil y lo rodeabas lentamente, como cuidándolo.
En la noche te me acurrucaste en el cuello para echar una siesta. En principio quise quitarte de encima de mí, pero el alivio fue inmediato. El ronrroneo constante y el calor que emitías fue algo tan agradable que no pude moverte. Estaba como hipnotizado. Había un placer inmenso y una paz sin igual que transmitías. Me fue imposible no entregarme al ritmo de tu arrullo. Ahí te quedaste hasta que casi me muero de tortícolis. La verdad es que esta sensación no estaba nada mal. De hecho, estaba increíble. Hasta me tomé una selfie para ver cómo es que cabías en el espacio tan reducido entre mi quijada y mi clavícula. Y ahí estabas: dormido plácidamente en un círculo peludo, como si nada ni nadie te pudiera hacer daño. Estabas acostado sobre tu colchón humano y estabas en paz.
Eso te compró tiempo conmigo. Y para cuando me di cuenta, ya habías infectado a todos con tu conexión mágica. Poco a poco nos fuiste enseñando que el amor no debe tener ataduras, que está bien querer estar solo y que la felicidad más pura es en donde no existe la sumisión.
Al poco tiempo ya dormías sobre mí cuando leía, me saludabas cuando llegaba a casa, me pedías agua o comida y te presumías ante las cámaras de zoom en alguna que otra junta.
Hoy me doy cuenta que llegaste a nuestras vidas porque te necesitábamos. Necesitábamos tu protección, tu cariño, tu amor incondicional. Tus enseñanzas de vida. Necesitábamos que nos llenaras de felicidad.
Desafortunadamente, cumpliste tu misión en esta casa demasiado pronto y seguro ya iniciaste otro viaje con otra familia que te necesitaba más que nosotros (la verdad no me imagino cómo alguien puede necesitarte más que nosotros). Pero así es la vida de los grandes maestros. A veces se tienen que ir a otros lados a llenar de alegría los corazones de otras personas que los necesitan.
Nos elegiste para ser nuestro protector espiritual y tomaste la decisión de terminar tu viaje, muy a nuestro pesar. Llenaste nuestros corazones con el tuyo, a pesar de ese pequeño soplo diagnosticado desde tu llegada. Imagínate lo que hubieras llenado con un corazón sano.
Gracias Tapi por llenarnos de amor. Gracias por tu bolsita primordial que me dejabas acariciar una o dos veces antes de tirarme la tarascada. Gracias por tus sonidos endémicos que acomodabas para hacerte entender con cada miembro de la familia. Gracias por inundar la casa con tu increíble energía. Gracias por haber dejado una huella tan profunda de amor en esta familia. Gracias por haberle abierto la puerta a otro gatito para que nos acompañe en este viaje y que no estemos solos. Gracias por dejarme llenarte de besos. Gracias por venir a curarnos, de eso que solo tú sabías. Gracias por aceptar todos los apodos que se me ocurrían incluído "El Barón Ditto Von der Gordi". Gracias por haber sido el mejor compañero que hemos podido tener.
Gracias por haber amado a Gigi como nadie ha podido amarla.
Gracias, gracias, gracias.
Te vamos a extrañar como unos perros.
Buen Jueves tengan todos.
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luisfelizalde · 1 year
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A toda capillita le llega su fiestecita.
Desde hace mucho tiempo que quiero ir al Abierto de tenis de Acapulco. Y sí, seguro se preguntarán: ¿Neta no has ido? ¿Tú? ¿Un amante ferviente del deporte blanco?
Y la respuesta es no, no he ido. Por trabajo, por x o por z, el caso es que no. De hecho, hace como cuatro años, Gigi quiso sorprenderme y pensó regalarme de cumpleaños (que es el 11 de marzo) unas entradas al torneo. Y resultó que era imposible conseguir lugares decentes a un precio que no fuera una reverenda mamarrachada y de hecho casi de inmediato al salir a la venta, los boletos estaban agotados.
Ya saben: México, mágico, místico.
El caso es que investigando un poco más, descubrió que costaba casi igual ir a Acapulco que ir al Masters 1000 de Miami.
Entra voz grave de locutor: "Aunque usted, no lo crea".
Y entonces, acabé yendo a Miami y vi no una, sino dos veces jugar a Roger Federer en un Masters 1000, lo cual me hizo muy feliz y me ayudó a palomear uno de los deseos más importantes de mi gusto tenístico: ver jugar en un partido oficial a su majestad.
Pero la vida se acomoda de maneras insospechadas y resulta que hace una semana, un amigo querido con el que a veces juego me dijo "tengo boletos y mi esposa no puede venir, vamos?"
Casi lo beso en la boca y evidentemente mi respuesta fue clara que sí.
Así que "su charro negro" se va el día de hoy con rumbo a las paradisíacas playas de Acapulco a ver los cuartos, las semis y la final del torneo.
No puedo negar que ésta ha sido una de las ediciones más flojas del torneo desde hace al menos 5 años (Alcaraz y Norrie se bajaron a minutos casi de que empezaran sus partidos, Tsitsipas no vino por lesión, Nadal está también lastimado, ayer perdió Ruud, el sembrado número dos del torneo, algunos de los tenistas más interesantes están jugando en Dubái y queda una desangelada Norteamericana “parte de arriba del bracket” y nos deja hoy solo con un partido de cuartos que promete entre Berretini y Rune). Pero como dice el dicho: “a quién le dan pan que llore”. Asistir al Abierto: otra palomita al "to do list" de este humilde servidor y obvio disfrutar los partidos que se vienen.
Pronostico una final Rune vs Fritz, la gana el Danés
Ya les contaré (o no) como estuvo.
Feliz jueves.
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luisfelizalde · 1 year
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Nota de la redacción.
Jamás he tenido el descaro de llamarme “escritor” porque creo que es un calificativo descomunal al cual le debo toneldas de respeto y desde una postura humilde, honestamente siento que me queda enorme. De hecho son muy pocas personas a la que esta definición no les queda grande: Steinbeck, Paasilinna, Alexievich, Kawabata, Mishima, Conrad, Benedetti, Vonnegut, Bukowski, Hemingway, Vargas Llosa, García Márquez, Berlin, Arriaga, Neruda.
La lista es larga (irónicamente ) pero muy selecta.
Y aunque llevo casi 30 años ganándome la vida escribiendo, prefiero asumirme como un humilde redactor. Me siento perfectamente bien con ese calificativo. Ahora, tengo que admitir que escribir es algo que disfruto mucho mucho. Me parece un ejercicio increíble de introspección y también un escudriño mental que ayuda a refrescar rincones del cerebro que tal vez llevaban tiempo sin “airearse”. Me divierte muchísimo contar historias y a veces simplemente plasmar las mamarrachadas que traigo en la cabeza, opiniones, sueños, reseñas y alguna que otra imbecilidad. Por eso inicié este blog hace unos años con la idea de hacer estas entradas una vez a la semana. Durante un buen rato, religiosamente, cada jueves escribía pero de pronto, la pandemia, chamba o eventos personales hicieron que el foco se fuera hacia otro lado y que lo dejara de hacer.
Digo esto porque en estas pocas semanas que he publicado, han habido varias personas que me han buscado por whats o por alguna red social para agradecerme que haya retomado la escritura porque era algo que ya hacían como costumbre cada jueves. Incluso hay algunos que me han dicho que se los leían a sus hijos o a sus esposas para pasar el rato. No saben cómo agradezco esto. Este blog, siempre lo he hecho para mí, pero obviamente también me gusta que la gente que lo lea, lo disfrute.
Así que desde el corazón les agradezco sus ojos y el mucho o poco tiempo que le dedican a leer lo que sale de la pluma (y de la cabeza) de este redactor. 
Seguiremos firmes semana a semana.
Gracias y que tengan buen jueves.
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luisfelizalde · 1 year
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Qué mal pedo.
Estaba recordando con unos amigos esta anécdota que viví hace muchos años y como ejercicio literario, decidí plasmarla hoy acá para el disfrute de algunos y que sirva de lección para nuevas generaciones.
No quiero que se mal interprete este texto y se me tilde de toxicómano, dada mi crónica de hace un par de semanas en donde les conté mi experiencia con la ayahuasca.
Y lo digo porque esta anécdota tiene que ver con una experiencia de un servidor con la cannabis sativa a.k.a “motita”.
Así que no crean que tengo una afición por las sustancias alucinógenas, simplemente resulta que sí, soy un alma curiosa y me gusta experimentar. No me gusta que me cuenten nada. Quiero tener la experiencia de primera mano. Dirían los planners que soy no un “trendsetter” sino un “early adopter”. 
Así que bueno, la historia va como sigue: resulta que hace muchos años cuando era mucho más joven (nótese el mucho más) hacía mis prácticas profesionales en Televisión Azteca, claro, cuando no se llamaba así, sino Imevisión.
Mi tarea era redactar los textos de las cápsulas promocionales de todos los programas de canal 7 y 13. Mis pininos como redactor y mis pininos de tolerancia a la frustración de que me hicieran escribir y re escribir una misma cápsula setescientas veces porque "no le gustaban al choco", mi jefe y el director del departamento de producción o porque no le parecían "adecuadas para el programa o para la audiencia". Según yo eran geniales todas.
El caso es que tenía un compañero de prácticas. No era mi dupla porque no dependíamos uno del otro, pero de alguna manera sí trabajábamos juntos haciendo lo mismo, solo que claro, programas y cápsulas distintas.
No recuerdo su nombre, lo que sí recuerdo es que era un pachecazo de primera. Todo el día estaba fumando mota. No era algo que me espantara o me sacara de onda, simplemente, como soy muy ñoño y me tomaba muy en serio mi trabajo me parecía que no estar en mis cinco sentidos para hacerlo era un despropósito total.
Todos los días cuando llegaba al departamento de promoción, él me buscaba con la mirada, me veía con la ceja levantada a lo James Bond, ladeaba un poco la cara y me echaba el silbidito clásico en volumen muy bajito mientras me guiñanba el ojo y me enseñaba el envase de un rollo fotográfico en donde era obvio "que traía la mercancía".
"Vamos a darnos un toque padrino"
Paso, gracias, tengo un chingo de cápsulas que hacer.
Y este era el modus operandi de casi todos los días. Digo casi, porque había veces en donde sí aceptaba la oferta de mi drogodependiente compañero y le daba unos jalones al churro que traía. Era entonces cuando nos íbamos a los foros a "hacer investigación de las grabaciones de los programas" para escribir nuestras cápsulas.
Siempre terminábamos en el foro de "en tienda y trastienda" donde no podíamos aguantar la risa, sin importar que lo que dijeran Victor Trujillo y Ausencio Cruz fuera divertido o no. Eramos el público agradecido y a ellos no les parecía molestar que "los chavos de promoción" disfrutaran tanto de su charla.
Pero me estoy desviando. Resulta que uno de esos días en donde acepté quemarle las patas al diablo, fue un poco diferente. Cuando digo diferente me refiero a que la pinche mota estaba súper perra. Al grado que apenas pude trabajar de lo puesto que estaba. Y por si eso fuera poco, habíamos hecho nuestro ritual muy cerca de la hora de salida y todavía estaba totalmente estupidizado para las 3 de la tarde, hora en la que había quedado de ver a mi madre en su restaurante para comer.
Así que decidí hacer una parada de emergencia en el McDonalds más cercano para comer algo y ver si me ayudaba a estar un poquito menos pendejo, ya que si llegaba en esas condiciones con mi progenitora, nadie me salvaba de la putiza que, con toda razón me iba a propinar.
Me pedí una hamburguesa unas papas y un refresco y me fui al piso de arriba a refugiarme del barullo de todos los niños que normalmente llenan este tipo de lugares. En realidad no recuerdo que día era pero también la parte de arriba estaba atestada de chiquilines gritando y corriendo por todo el pinche lugar. De todas formas estaba yo tan desconectado del momento que en realidad no me importó tanto así que me senté en una mesita individual y comencé a engullir mis alimentos de una manera más o menos autómata.
Y de pronto, como es natural en cualquier ser humano, sentí la necesidad de soltar un pequeño gas intestinal, así que hice lo que cualquiera haría. Inclinarme un poquito de lado, para dejar salir de manera discreta aquella emanación que molestaba a mi persona.
Y que me cago.
Así, sin vuelta. Popó. Poposita. Caca.
Se imaginarán el tamaño de mis ojos al sentir esa sensación en mi ropa interior y mis pantalones. Inmediatamente quedé perplejo. Era como un tótem. No me permitía moverme ni un milímetro. Ya había acabado mis alimentos y simplemente ahora trataba de pensar qué era lo que debía hacer. ¿Cuál es el siguiente movimiento? Mientras no me levantara todo iba a estar bien. ¿o no?
Después de la primera hora ya mi presencia inmóvil empezaba a ser sospechosa no solo en los niños y los papás que los acompañaban sino hasta a los trabajadores del restaurant, específicamente el chico que se acercó a quererse llevar mi charola vacía y al cual, desde la distancia y con mi dedo índice, mi brazo estirado y apuntándole directamente a la cara, le hice la indicación clara de que no se atreviera a acercarse ni un centímetro.
Para entonces pensaba en el olor. ¿Sería muy obvio la emanación del miamsa? No podría estar ahí más tiempo sin delatarme de manera obvia.
Otra hora pasó y tome la decisión de lo inevitable. Pararme de la silla e ir a ver el recuento de los daños al baño. No había de otra. No había escapatoria. Era lo que se tenía que hacer.
Así que me levanté decididamente y en un segundo ya estaba de espaldas hacia la pared. Obviamente había tenido dos horas para dilucidar la ubicación del baño, de toda suerte que ya sabía hacia a dónde deslizarme lentamente sin despertar ninguna sospecha.
Claro que un adulto pegado a la pared de McDonald´s deslizándose al baño es algo que de todas formas es sospechosísimo, pero en ese momento mi mente no daba para esa calidad de análisis. Yo lo único que quería es que nadie viera la parte posterior de mi cuerpo y el desastre que mi esfínter había provocado en mis jeans.
Poco a poco con movimientos felinos logré llegar al baño y me encerré en un compartimento para revisar el desaguisado. Me desabroché el cinturón, bajé el pantalón lentamente, luego la ropa interior y...
No había absolutamente nada.
N-A-D-A
Todo mi mal viaje de haberme cagado en los calzones había sido eso. Un mal viaje. Me había echado hacía dos horas simplemente un inocente pedito, que se había convertido en una pesadilla escatológica. Un pedito que había pensado que llegaba con todo y escolta cuando en realidad no había pasado nada.
Justo dije al principio que escribía esto como disfrute para algunos y como lección para otros. Creo que se sobre entiende la parte del entretenimiento y también la lección de que las drogas a veces nos pueden hacer una mala jugada, que a veces las drogas nos pueden sacar un muy mal pedo.
Literal.
Buen jueves tengan todos.
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luisfelizalde · 1 year
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La generación de los tontitos.
Los humanos somos menos inteligentes que hace un siglo. Y esto no es una apreciación, es la pura realidad: hemos empeorado drásticamente nuestro coeficiente intelectual según varios estudios que se han hecho por todo el mundo, desde hace mucho tiempo. Y la tecnología tiene parte de la responsabilidad de esto porque, cuántos de nosotros recordamos cómo hacer operaciones matemáticas simples o recordar de memoria más de 5 números telefónicos? Quién de nosotros ya dejamos de recordar cómo llegar a ciertos lugares de la ciudad y dependemos al 100% de los navegadores de nuestro celular? Y si los Genexers estamos jodidos, los Millenials o Centennials, (los llamados nativos digitales) están mucho más.
Estamos yendo para atrás. La evolución intelectual llegó hasta finales del siglo XX y a partir de ahí el coeficiente intelectual no ha dejado de ir para abajo. Ahora somos menos intuitivos, más superficiales y nuestros cerebros están acostumbrados a la ley del mínimo esfuerzo. A no esforzarse por nada.
El aumento del uso de los videojuegos, las horas pasadas frente a la pantalla ya sea viendo youtube o escroleando (¿esa es una palabra en castellano?) las redes sociales poco a poco han ido mermando nuestra inteligencia. Y esto afecta nuestra concentración, nuestra memoria, nuestra cultura, y hasta nuestro lenguaje además de afectar también nuestro desarrollo emocional (en el caso de quienes todavía son muy jóvenes) por el aislamiento familiar que las pantallas generan ya que cada miembro de la familia está inmerso en su propio mundo digital y se excluye de la interacción con cualquier persona.
Y para ejemplo les cuento rápidamente una historia real que me platicaron hace poco: Una amiga que vive muy cerca de la Universidad Anáhuac del Norte renta dos cuartos de su casa a estudiantes de la misma.
Una de ellas se fue hace poco a un concierto al foro sol. En el convierto, le robaron su celular y ahí empezó todo el pedo. La chava de 20 años no sabía absolutamente nada. Y cuando digo nada es: No se sabía el teléfono de sus papás, no se sabía el teléfono de su casera y lo más alarmante, no se sabía la dirección de donde vivía. ¡¡¡NO SE SABÍA LA DIRECCIÓN DE DONDE VIVÍA!!! O sea, no podía hablar por teléfono a nadie, y no podía pedirle a nadie que le dieran un aventón ¿A dónde? Entonces, lo que la chava hizo fue esperar afuera del concierto a ver si veía a alguien "conocido" de la escuela que le pudiera dar un aventón a la Universidad.
¿Pero a cuál?
Bueno, a la Anáhuac que está cerca de Santa Fe (tampoco sabía que ella estudiaba en la Universidad Anáhuac Campus Norte, pero lo que sí sabía es que está cerca de la Ibero de Santa Fe). Irónicamente tanto la Anáhuac del Norte como la del Sur, están a escasos 8 km de la Ibero de Santa Fe, así que para cualquiera ese dato no ayudaba en mucho.
Así que después de esperar un par de horas y no ver a nadie conocido, le pidió a un grupo de personas que si le daban un aventón a la Ibero de Santa Fe. Ya en la Ibero y después de hacer un esfuerzo sobrehumano en su mentesita, logró recordar la palabra "interlomas", entonces, pidió a alguien más ahí en la ibero que si alguien la podía llevar allá. Obviamente no llevaba dinero y no podía pagar un taxi que por lo menos la llevara a la Anáhuac de Interlomas, pero bueno, encontró otra alma caritativa que la llevó "hasta allá".
Ya en la Universidad, recordó el camino a casa como Dorothy del mago de Oz y recorrió a pie los escasos 2.5 km de distancia entre la escuela y su hogar (al menos de eso sí se acordaba) para llegar muerta de miedo a las 6 de la mañana. DE UN CONCIERTO DEL QUE HABÍA SALIDO A LAS 12 DE LA NOCHE.
No hago demasiadas conclusiones. El punto es que todo el avance tecnológico que hemos logrado, al día de hoy y exclusivamente hoy no le mejoró ni la memoria, ni el sentido de orientación a esta pobre mushasha. En otras épocas se hubiera sañido al menos 15 números telefónicos y seguro su dirección.
No sé si en 10 años nos vamos a estar burlando de este tema ya que "vamos a poder evaporarnos en el aire y materializarnos después en la butaca VIP del cine". Hoy somos más tontitos, seguro.
Buen jueves tengan todos.
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luisfelizalde · 1 year
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Aya, la abuela regañona.
Es la 1:15 de la mañana y me acabo de tomar la segunda dosis de Ayahuasca, porque al parecer, el efecto de la primera toma de las 10:15 ya desapareció.
¿Cómo lo sé?
“Pregúntale a tu cuerpo, él te va a responder”
Fue la respuesta que me dio el guía cuando le pregunté cómo sabía si debía tomar más medicina.
Pero me estoy adelantando, creo que debo empezar por el principio.
Y eso es hace un par de años, cuando la conversación de este brebaje ancestral mágico, poderoso y curativo empezó a hacerse cada vez más presente, al menos en mi círculo.
Comencé a sentir que debía tener esa experiencia de la que todos hablaban como algo profundamente revelador y definitorio. Como algo que te cambiaba la vida. Y por una u otra razón, las cosas nunca se habían acomodado para asistir a una ceremonia con la que me sintiera confiado y tranquilo. Después de todo, lo que se dice de esta planta es que es sabia y que tú no la debes buscar sino que ella te debe encontrar, así que después de un par de años, por fin estoy aquí con un grupo de desconocidos dispuesto a descubrir esta medicina milenaria y emprender un viaje interior que espero sea esclarecedor e inolvidable.
Debo decir que me advirtieron muchas cosas acerca de la medicina: desde las más oscuras hasta las más maravillosas, así que tardé un tiempo en dejar clara la intención de acercarme a ella, porque lo último que quería es que esta fuera una experiencia lúdica. Obvio tenía mucha curiosidad pero nunca lo iba a hacer “por echar desmadre”, yo en verdad estaba buscando una experiencia espiritual.
Había escuchado los testimonios de muchas personas que habían tenido encuentros con seres pasados y futuros, con entidades de otros planetas, con familiares que ya no transitan en este plano, con seres de otras galaxias, con ángeles, con Dios. Había escuchado de personas que se encuentran con demonios y los enfrentan, con personas que al fin definen su propósito de vida, con personas que salen de la experiencia completamente cambiados, gente que abre portales a otras dimensiones, gente que sale de la ceremonia pudiendo hablar telepáticamente con animales y plantas.
Así que, estando la vara tan alta, me costó mucho definir una expectativa realista, de hecho mi idea, aunque parezca extraño, era tratar de llegar a la ceremonia sin ninguna expectativa, es decir, dejar que la planta me guiara y me llevara a donde quisiera. Yo me entregaría. Me rendiría a su sabiduría de abuela e iría con ella de la mano a descubrir los lugares que tuviera que sanar para progresar como persona.
Éramos un grupo de 16 personas. Completamente diferentes los unos de los otros: un estudioso y divulgador de las plantas de poder, dos ingenieros de audio, la directora de una escuela  montessori, una modelo ucraniana, un restaurantero, una pareja que se dedicaba al comercio de artículos deportivos de aventura, un par de amigas universitarias, dos casabolseros, un curandero gringo de Nuevo México, un escritor y un ingeniero en sistemas. Nueve de los dieciséis estábamos ahí por primera vez.
Nos citaron a las 7 de la noche en este lugar escondido en plena vista de todos para iniciar los preparativos, es decir, que nuestro guía nos explicara los detalles de la ceremonia.
Después de ir paso por paso por lo que se podía sentir, por lo que no y por hacer un compromiso grupal de “ir hasta el final” nos contó que durante la ceremonia, que duraría hasta las 6 de la mañana también efectuaríamos dos ofrendas distintas: una andina única en su especie en donde experimentaríamos con otras medicinas para tener diferentes sensaciones e ir todavía más profundo en nuestra introspección y una budista muy especial, para cerrar nuestra práctica.
Para acompañar al guía lo flanqueaban dos cantantes que estarían tocando música durante toda la experiencia. Entonarían rezos budistas, rezos chamánicos, mantras y canciones relacionadas con las plantas de poder.
Así que dieron las 10 de la noche y después de que cada participante expresara en voz alta “al abuelo fuego” (una ofrenda justo al centro del círculo donde estábamos) sus intenciones, me llegó el turno de decirlas, para que no hubiera duda de mis propósitos para esa noche.
Después se apagaron las luces y en penumbra a las 10:15, me estaban dando lo que sería la primera toma de ayahuasca de mi vida.
Acá va mi comentario whitexican: después del Durian que alguna vez probé afuera del Templo Sri Mariamman en Singapur, esto sin duda es la segunda cosa más asquerosa que he probado en mi vida. Verdaderamente asquerosa.
Un líquido espeso de color café oscuro y consistencia como de brea, amargo y que a cada milímetro que avanzaba por mi esófago, me iba dejando una sensación de quemadura de tercer grado que ni con un té de tepezcohuite se me iba a quitar.
Inmediatamente sentí el reflejo de expulsar el brebaje. Por el sabor, por la consistencia y por la sensación en mi garganta, pero respiré profundo, me tranquilicé y dejé que la pócima se asentara lentamente en mi estómago cultivado en dieta vegana desde hacía más de 5 días.
Pasó media hora y como tengo todo, menos elasticidad y no pensaba (ni podía) pasarme 8 horas sentado sobre mi cóccix, me recosté tranquilamente sobre mi yoga mat para esperar lo que tuviera que venir.
A partir de aquí esta narración se pondrá un poco borrosa en cuanto a los timings pero trataré de detallarlos con la mayor fidelidad posible.
En un silencio absoluto se empezaron a escuchar personas que vomitaban porque la ayahuasca es una bebida que una vez que hace efecto, casi necesariamente te hace vomitar o te provoca una diarrea fulminante. Es lo que se conoce como “la purga” de la planta. Ahí es donde empiezas a expulsar tus demonios, ahí es donde sacas todo lo malo que ya no necesitas en tu ser. Todo lo que te detiene, todo lo que no te deja crecer ahí se va. Tus barreras, tus miedos, tus limitaciones, tus apegos.
Pero, además de los sonidos de las arcadas, la noche también se empezó a llenar de risas, suspiros, pedos, eructos y gemidos de asombro y placer.
Comenzó la música. Una especie de rezo a dos voces con percusiones, panderos y guitarras acústicas inundaron el espacio donde estábamos y yo con los ojos cerrados me fusioné con la melodía. No hay otra manera de explicarlo. Las notas y yo éramos uno solo y yo flotaba alrededor de ellas. Era un sentimiento, nunca me vi flotando entre notas musicales multicolores, ni las vi convertirse en redes fractales, pero estoy seguro de que acariciaban mi cuerpo y se metían por cada uno de mis poros haciendo sentir un placer indescriptible. Trataba de no caer dormido. El guía nos había explicado amablemente que aquí habíamos venido a estar en la ceremonia, no a dormir, así que cada vez que sentía que estaba a punto de vencerme el sueño, abría los ojos de manera abrupta y me encontraba de nuevo en ese salón, alerta, rodeado de música y aderezado de efectos especiales de gente vomitando, pedorreándose, riendo o disfrutando de su viaje interno.
Antes de tomar por primera vez, crucé algunas palabras con el chamán de Nuevo México y me dijo “el único consejo que te doy es que si las cosas se ponen feas, regreses a tu respiración. Respira profundo para que vuelvas a tu centro y te mantengas calmado”.
Comento esto porque inmediatamente después de que acabaran un par de canciones, el cuerpo me empezó a temblar de manera incontrolable. Exactamente como si tuviera 40 grados de temperatura o más. Durante más tiempo del que hubiese querido, tuve unas convulsiones febriles espantosas y no había nada que pudiera quitármelas. Me tapé con las dos cobijas que llevaba y parecía como si no me hubiera puesto absolutamente nada. Tenía un frío brutal y el tiempo pasaba y yo seguía temblando y el tiempo pasaba y yo seguía temblando. De pronto una canción llamaba mi atención y me olvidaba por un minuto de ellos escalofríos pero cuando sentía que me iba a dormir, volvía a mi estado de alerta y por supuesto a seguir temblando.
Otra de las recomendaciones que nos hizo el guía antes de empezar fue que le pidiéramos a la abuela (así le dicen de cariño a la ayahuasca) que nos tratara con dulzura y amor, que todo lo que nos mostrara lo hiciera de manera dulce y tranquila, porque se sabe que muchas experiencias con esta planta de poder suelen ser a veces muy agresivas.
Recordé esta recomendación cuando ya no aguantaba más la temblorina y empecé a pedirle a la abuela que me tratara bien, que me tratara con dulzura y poco a poco los espasmos se hicieron menores.
Tuve unos segundos de paz y antes de que mis músculos se pudieran recuperar de los temblores, todo el cuerpo se me empezó a dormir. Brazos, piernas, dedos, pelo. Sentía un hormigueo brutal y no tenía ninguna capacidad de moverme. Se me congeló la región occipital del cráneo y claramente sentía como la escarcha iba recorriendo lentamente desde la conexión con la columna vertebral, hasta el hueso frontal.
“Trátame bien abuela” “trátame con dulzura”
Y durante otra hora o más, regresaron los temblores de nuevo. Estaba tirado en el suelo, cubierto con un par de cobijas como si fuera una momia, muriéndome de frío, sin poder moverme ni poder contrarrestar este sentimiento.
Y regresó la música. Y regresó el sentimiento maravilloso de ser levantado por ella a la estratósfera y de pronto, blackout.
Me regresó al aquí y al ahora un manojo de sonidos que escuchaba como si los tuviera a un milímetro de mi oído. Escuchaba el crujir de la madera, la respiración de la persona que estaba junto a mí y los pasos del guía que me preguntaba “cómo vas?”
-Pues creo que bien, aunque tengo mucho frío y no sé si ya me hizo efecto.
-Si crees que todavía no te ha hecho efecto es porque no te ha hecho efecto.
¿Y cómo sé si debo tomar un poco más? – desde hacía media hora que el guía nos había dicho que a partir de ese momento, los que quisieran profundizar un poco más la experiencia, podrían acercarse a pedir un poco más de medicina-.
Pregúntale a tu cuerpo, él te va a decir.
“Por supuesto que no quiero más de esa mierda” – fue lo que mi cuerpo me dijo cuando le pregunté.
Pero, a eso de la una de la mañana, yo lo único que sentía era un sueño tremendo y definí que tenía dos opciones: una, mandaba a todos a la mierda y me iba a dormir privándome del resto de la experiencia o dos, le volvía a preguntar a mi cuerpo si intentábamos de nuevo. Total, “ya estábamos ahí”.
Mi cuerpo aceptó la propuesta dos y entonces me acerqué al guía y brindamos “por la vida” con mi segunda toma.
A los pocos minutos el proceso de las diez de la noche volvió a repetirse: escalofríos potentísimos, adormecimiento general del cuerpo, congelamiento del cráneo y del cerebro y una exacerbación del sentido del oído con respecto a los sonidos de alrededor y de la música que nos acompañaba. Solo que esta vez se agregaron un par de cosas: una especie de slideshow de miles de fotogramas de mi vida se aparecieron en mi cerebro. Corrían a mil kilómetros por hora y era casi imposible identificar cada una de las imágenes.
-Muestrámelo más despacio abuelita, no entiendo.
El slideshow seguía corriendo de manera frenética en mi cabeza.
-Muéstrámelo más despacio abuelita, no comprendo qué es lo que me quieres decir.
O la abuelita es sorda, o simplemente le vale pito lo que le pido porque nunca bajó la velocidad. Era imposible entender las imágenes. Era claro que se trataba de mi vida, pero no tenía ni idea de qué significaba cada foto.
Y de pronto me inundó una sensación de terror. De que algo malo estaba pasando. De que en las imágenes había algo terrible. Solo era la sensación porque no alcanzaba a distinguir de manera visual qué era exactamente.
“Regresa a tu respiración”, “regresa a tu respiración”
Las palabras que había hablado con el chamán de Nuevo México me hacían todo el sentido en este momento. Respiré profundo. Adentro, afuera. Inhala, exhala. Adentro, afuera. Inhala, exhala y así, la sensación de tragedia se iba disolviendo para darle entrada a la cascada de imágenes indescifrables de mi vida que se iban intercalando con la música y se convertían en un loop del que era muy difícil salir.
“Respira profundo” “respira profundo”.
Y justo a dos milímetros de mi oído escucho un ruido que me saca del loop y me hace abrir los ojos súbitamente solo para descubrir que a mis pies está la silueta de un gigante. Solo distingo la silueta pero tiene hombros anchos y cabeza potente. Siento que mi respiración se detiene. Me escucho el latir del corazón. Pum, pum, pum.  El gigante me da la espalda y no se ha percatado de mi presencia pero está ahí y se está acuclillando a mis pies.
Vuelvo a sobresaltarme y ahí me doy cuenta que no es ningún gigante, que es el guey que ha estado junto a mí durante toda la ceremonia pero el efecto de la medicina le ha provocado que quiera pararse varias veces y estirarse justo frente a mí. Sobra decir el pedo que me saca y que en cuanto me doy cuenta que solo es este guey, regresa a mí la cordura y la calma y pienso “no mames, qué pinche susto”. Me relajo y la música me vuelve a atrapar y vuelvo a cerrar los ojos para seguir mezclándome con la melodía pero ahora esa melodía tiene sonidos huecos y gruñidos. Pienso que otra vez es el gigante que hace esos ruidos pero ahora siento ese sonido en mis entrañas. ¿Recuerdan que les había dicho que la salida natural de la pócima era en forma de vómito o diarrea? Como hasta ahora no había vomitado, yo pensé que iba a ser “uno de esos suertudos que no vomitan” y sí, nunca vomité, a mí me tocó la otra forma de purga, gracias.
Era irremediable que debía correr al baño. En-ese-momento. Afortunadamente, había guardado toda mi energía por haber estar acostado durante toda la ceremonia así que pude levantarme rápido y salir disparado. El caminar hacia el baño fue una especie de peregrinación en cámara lenta en donde veía como mis brazos se repetían en cada vaivén que daban. Veía mis manos repetirse mil veces. Pero mi concentración y mi atención no debían estar en la multiplicidad de mis extremidades sino en mis intestinos. Así que hice lo que debía hacer y regresé al círculo de contención.
Me volví a acostar. Se volvió a aparecer el gigante. Volví a escuchar los sonidos de mis entrañas. Volví a correr a desalojar todo lo que le hacía daño a mi alma. Esto se repitió 4 veces más.
Regresé a acostarme justo en el momento que estaba empezando el segundo ritual: La ofrenda Andina a la que ya no puse atención porque físicamente estaba hecho un guiñapo. Lo único que pude escuchar fue:
“Ahora les vamos a dar a probar esta medicina ancestral. Son unas gotas que se ponen en los ojos y que les van a hacer la visión mucho más clara, van a ver todo mucho más nítido y eso les va a enaltecer la experiencia”.
A esas alturas de la noche ya estaba tan inmerso que pensé  “qué más puede pasar” chinguesumadre, que me las pongan.
“Arden un poco, pero no te concentres en el dolor sino en la luz que te va dar cada una de las gotas para que tu experiencia sea más nítida” – me dijo la ayudante del guía mientras dejaba caer el líquido sobre mi retina.
¡Laputamadrequeteparióhijadelachingada! eso fue lo que pensé por  que nos habían dicho que no podíamos hablar durante toda la ceremonia. ¡La recontra puta madre que te mil mierdas parió!
El ardor que tenía en ese momento era como si me hubieran untado catorce mil chiles habaneros en las pupilas. Me daban ganas de arrancarme los ojos. Me voy a quedar ciego, me lleva la chingada, me voy a quedar ciego. Y el ardor no se me quitaba y lejos de “ver mejor” el ardor me obligaba a apretar los ojos y esto solo hacía que me ardieran más. Litros de lágrimas salían de mis ojos y yo solo me los tapaba con las palmas de las manos. Lo único bueno fue que el ardor era tan intenso, que todos mis sentidos se enfocaron solo en eso: en el ardor. Diarrea olvidada, entumecimiento olvidado, frío olvidado.
Terminó el ardor y al menos yo, no sentí ninguna diferencia en mi visión.
Creo que ahí fue cuando mi cuerpo se rindió por completo. Me volví a recostar y al parecer me quedé dormido porque no recuerdo haber escuchado que nos llamaran para reunirnos al centro del salón y ser parte de la última ofrenda. La especial. La budista. Abrí los ojos justo para escuchar las intenciones de la ofrenda y el desarrollo de la misma. Los veía desde mi lugar en posición fetal, completamente destruido.
¡Un escorpión!
Fue el grito que espetó el guía a mitad de la ceremonia y vi como todos se incorporaban cada uno a su propio torpe ritmo.
¡No mames, qué loco!
Bueno, es la primera vez que me pasa, de alguna manera se tenía que manifestar nuestro maestro del himalaya.
¡Woooooow! Qué honor haber presenciado esto!
Aquí fue cuando me dí cuenta que ya no tenía ningún efecto de la medicina encima porque estuve a punto de gritarles a todos que sí, una opción era que el maestro budista se había materializado y había salido de la ofrenda en forma de escorpión, o que estábamos a unos pasos de un jardín de 400 metros y que probablemente, solo probablemente se habría podido meter un puto alacrán buscando el calor de las velas, el olor del copal y aprovechando que estábamos en la puta penumbra y que más valía que buscáramos a la parejita del arácnido para que no nos fuera a picar y nos fuera a mandar al hospital PERO, me callé el hocico y no dije absolutamente nada, en parte porque qué hueva ser el escéptico del grupo y en parte porque yo había aceptado inbuirme en la experiencia al 100% y aceptarla con respeto y humildad so…
Dieron las siete de la mañana, hicimos una fogata en el jardín para quemar todas la intenciones de la ofrenda budista y recibir una última limpia de nuestro guía.
Podemos ir en paz. La ceremonia ha terminado.
Y sí. Me fui muy en paz. En el camino a casa ni siquiera pude prender el radio del coche. Todo era demasiado ruidoso para mí. Me sentía flotando. Con una tranquilidad indescriptible. Mi esposa me dijo que mee veía lento. Yo me sentía perfectamente, sereno, imperturbable.
Al día siguiente sentía que me moría. Me quise levantar pero no pude. De hecho tenía un dolor tan intenso por todo el cuerpo que lo único que pude hacer fue tomarme dos tylenols de un gramo y regresarme a dormir. Nunca me había sentido tan mal, con tan poca energía, con tan pocas ganas de moverme, de respirar, de vivir. Era como si me hubiera aventado 10 rounds con el canelo. Ese día dormí 16 horas.
Hoy puedo decir que ya estoy bien. Que ya soy Luis. Que me resetearon el Windows, que ya regresó todo a la normalidad y que mi experiencia con la abuela ha sido muy pero muy fuerte.
Puedo afirmar que lo que me tocó fue mucho más físico que espiritual. De hecho, me atrevo a decir que no tuvo nada de espiritual. Lo poco que tuvo de lindo y ensoñador, fue meramente sensorial.
Si me preguntaran ¿lo recomiendas? Respondería “si te va a tocar una experiencia como la mía, no. Pero quién sabe, cada cabeza es un mundo y tal vez a ti te paso algo maravilloso e iluminador”.
Los que saben afirman que “lo que me pasó es justo lo que la abuela sabía que necesitaba”. Yo digo que, con todo respeto a la abuela y a todos aquellos fieles que la consultan, cualquier cosa puede ser “el designio de la planta”. Así como la materialización del escorpión. Pudo meterse un gato, un pájaro o una mantis religiosa, TODO hubiera sido una justificación de la medicina.
No fue una experiencia reveladora, no encontré nada nuevo, no es algo que me cambió la vida: repito, hasta hoy. Tal vez en el tiempo esas imágenes se esclarezcan y tenga una mejor idea de algo que debiera mejorar como persona.
En todo caso es algo que ya no me van a contar. Es algo que ya hice y les firmo, es algo que no vuelvo a hacer.
Feliz jueves tengan todos.
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luisfelizalde · 2 years
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Braindrops.
No sé por qué traigo pegada la canción de Kayleigh de Marillion. Es más, no sé si Marillion siga existiendo y la verdad me importa muy poco. Pero en mi cabeza siguen resonando los primeros acordes de la guitarra de Rothery y los acordes de Kelly y obvio Fish cantando tranquilamente el
“Do you remember chalk hearts melting on a playground wall Do you remember dawn escapes from moon washed college halls Do you remember the cherry blossom in the market square Do you remember I thought it was confetti in our hair?
By the way didn't I break your heart? Please excuse me, I never meant to break your heart So sorry, I never meant to break your heart But you broke mine
Kayleigh is it too late to say I'm sorry?”
Y después de eso pierdo el hilo de lo que era la letra y otra vez, no me importa.
No sé por qué recuerdo esa canción justo en este momento. Se lanzó cuando yo tenía 15 años pero la verdad yo la conocí hasta los 18 o 19 que fue cuando tuve mi primera banda (sí, tuve varias bandas, o estuve en varias bandas, como quieran decirle) y el tecladista que era un clavado de Marillion propuso que la tocáramos. Nunca la tocamos pero sí la escuché un montón de veces para aprenderme la letra y me gustaba mucho.
¿Cuántas “memorias inservibles” tendremos acumuladas en la cabeza que, de pronto de manera caprichosa salen a flote cuando menos las queremos / necesitamos / esperamos?
Pero no se trate de una cosa importante que tenemos que recordar para una junta o una cita con el doctor, o dónde chingados dejamos el coche porque entonces ahí todo se va a la mierda y nuestra capacidad de retención es nula.
Solo eso, seguro les ha pasado. No sé que lo “triggerea”, pero me parece muy entretenido tratar de buscarle una razón a este recuerdo.
Que tengan un muy buen jueves.
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luisfelizalde · 2 years
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Here I go again.
Llevo más de la mitad de mi vida luchando contra el sobrepeso. He bajado mil kilos y los he vuelto a subir, me he sentido increíble para luego sentirme fatal, me he desesperado, he llorado, he reído, me he asumido como el gordito cagado más de 100 veces, he sido el más gordo de la junta, de la cena, de la fiesta, o sea, he sido el punto de referencia de muchas reuniones, me he hecho de hábitos saludables que luego tiro por la borda, he hecho pesas, he ido al gym, al yam, al yum, he hecho pilates, yoga, he hecho la dieta de la luna, la del sol, la del nutriólogo, la del podólogo, la del bariatra, la del kiwi, la de la mostaza, la de suputamadre y siempre regresaba a donde había empezado. Y tal vez hasta me había echado un par de kilos más encima. 
Hasta hoy. 
Hoy estoy haciendo algo distinto y por fin peso menos de lo que he pesado desde hace 24 años. Se dice fácil pero me probé un pantalón que compré específicamente para el bautizo de mi hija grande hace 24 años y por fin me quedó. Sobra decir que desde hace 23 años no me entraba ni en la pierna izquierda.
Empecé en Agosto del 2021 con una dieta que me había servido muy bien, pero, al final seguía siendo “una dieta”. De pronto había días que moría de hambre y no podía aguantar y acababa atascándome de cualquier basura que encontrara en la tiendita para saciar esa hambre que me daba no comer lo que me gustaba. De pronto me entraban los antojos y terminaba en un Oxxo comiéndome un par de vikingos o unas donitas y un boing. Aún así logré bajar 10 kilos en 4 meses, pero llegó Diciembre y luego Enero y luego Febrero y mi fuerza de voluntad y mis hábitos se fueron al carajo (una vez más) y recuperé algunos de los kilos bajados. De pronto en Marzo, me encontré de casualidad un video en YouTube de un doctor que explicaba las maravillas del ayuno intermitente combinado con la dieta keto y después de ver el contenido de unos minutos, pensé que la teoría sonaba convincente y decidí intentar esta nueva forma de vida, total, era la única dieta que todavía no hacía. Cuando llevas más de la mitad de tu vida acumulando kilos y ya estás en la zona de obesidad mórbida y tienes treinta kilos de sobrepeso y aparece algo que no has intentado para recuperar la salud que poco a poco ves que vas perdiendo, lo único que piensas es: ojalá esta sea la buena. Ojalá esta funcione. 
Treinta kilos de sobrepeso. Vamos a visualizar 30 kilos. Es prácticamente un niño de 10 años, que mide 1.30 cm. Esto es lo que cargo todos los días en mi cuerpo. Además del mío. Un niño de 10 años. No-seas-mamón.
O como si a todos lados, cargara con un puto dálmata. No con su correa, sino encaramado sobre mí. Vuelvo: No-seas-mamón.
Comencé a hacer el ayuno y en 4 días ya estaba convencido. No los voy a aburrir con la explicación biológica de lo que pasa con tu cuerpo y con tu grasa cuando ayunas, pero lo que sí les voy a decir es que, a partir de ese video y en el proceso de 10 semanas, llevo 8 kilos perdidos, que, sumados a los 10 que había bajado el año pasado, suman ya 18. Sí, el peso más bajo que he logrado tener desde hace 24 años. ¿Lo bueno? Hoy estoy convencido que no estoy a dieta, simplemente estoy eligiendo un nuevo estilo de vida que me hace sentir más feliz, más lúcido, que me da más energía, que me hace dormir mejor, que me hace jugar tenis mucho mejor. Un estilo de vida en el que no me da hambre, en el que no tengo antojos y en el que puedo ver pasar la charola de Krispy Kreme sin estirar la mano y acabar con 3 donas en el hocico. Hoy, es la mejor decisión que he tomado para mi salud desde hace muchos años. Si en el trayecto de esta vida más saludable, termino perdiendo algunos kilos, pues que pase, pero hoy no he elegido esa manera de alimentarme para perder kilos, sino, como ya lo expliqué antes, para sentirme mejor.
Claro, algunos amigos me han dicho “guey no es por nada pero ya has bajado y luego vuelves a subir”. Los entiendo, y no es mala onda, simplemente es verdad. ¿Qué me garantiza que esta vez es la buena? Nada. Pero hoy todavía a casi 12 semanas de este cambio, me siento motivado a seguir haciendolo y sigo teniendo resultados físicos favorables.
Esto no quiere decir que ya no estoy pasado de peso, no señor, todavía tengo al menos quince kilos extras que se deben ir de mi cuerpo (medio dálmata o medio niño de 10 años). Pero lo que sí quiere decir es que nunca me he rendido y que nunca lo voy a hacer. Siempre he dicho que la persona más difícil a vencer es uno mismo y aunque esto es una gran batalla ganada, no es el fin de la guerra. El viaje continúa y falta mucho por hacer.
Así que, si me ven por ahí en la calle, salúdenme que sí soy yo. 😬
Tengan muy buen jueves.
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luisfelizalde · 4 years
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¿Qué estamos haciendo mal?
Abrimos cámara con un medium close up de la cara de un bato como de 35 años. Es moreno, está rapado y tiene una barbita y bigotes que apenas le salen, como lo usan los cholos. Tiene la cara medio cacariza. Se ve que cuando era joven tuvo mucho acné o le dio varicela. Trae puesta una hoodie gris de franela y se ve muy contento. Por su movimiento nos damos cuenta que no va caminando sino que se desliza. De fondo escuchamos la canción “dreams” de Fleetwood Mac.
No es un comercial, porque no tiene cortes, este es un Hero. Es un plano secuencia. Mejor dicho, es un video hecho en modo selfie por este dude. No vemos la patineta, porque la idea es no cortar el video, pero por el movimiento de la cámara es obvio que este man va arriba de una. El tipo está en la entrada de lo que parece ser una carretera. Él voltea hacia atrás para verificar que no venga un coche y poder cruzar. Es cuando nos damos cuenta que en la parte de atrás de su cabeza tiene dos plumas indígenas tatuadas. Tampoco nos habíamos dado cuenta pero trae en su mano un bote de Ocean Spray de 2 litros. De los chonchos. Ahora él le da un trago largo y delicioso al producto. El hero shot. Cuando termina de disfrutar, voltea a cámara y nos canta la última estrofa de la canción mientras continúa deslizándose sin ninguna preocupación en la vida.
Termina la pieza.
- ¿Están pendejos todos ustedes? ¿Diego tú habías visto esto?
- No, es la primera vez que veo la idea de la agencia...
- De verdad, o sea... ¿ustedes creen que esta “pieza creativa” le hace fit a mi marca? ¿No han leído los valores de la compañía? ¿no conocen la marca? ¿la misión, la visión? ¿Un cholo? ¿de 35 años? ¡Ocean Spray va dirigido a Centennials en el core y un poco a millenials! ¡Nuestro bullseye es de 26 años! ¡¡gente fit, preocupada por su salud!! ¡¡mayormente mujeres de nivel socioeconómico ABC+!! ¿Esto lo aprobó Carlos? ¿esto lo vio Carlos? ¿Rapado? ¿Y la cabeza tatuada? ¡Seguro es drogadicto! ¡o estuvo preso! ¡Y es un viejo! Ocean Spray tiene antioxidantes y es una fuente de salud para el corazón, salud de las vías urinarias, salud del estómago...¿qué tiene de saludable un cholo adulto de treintaytantos años cruzando en patineta en la entrada de una carretera? ¡Lo van a matar! ¡Eso ni siquiera es seguro! ¡No vamos a promover como marca actos peligrosos! ¡Actos que pongan en riesgo la seguridad de nuestros consumidores! ¿Y tomando a pico de botella del envase de dos litros? ¿Qué le pasa? ¡Se nos va a venir salubridad encima! ¿No conocen nuestra política interna? ¡Estamos promoviendo el o-ver-con-sum-ption! ¡Ahora sí que qué se fumaron carajo! ¿Para qué sirven los vasos?¿Qué te fumaste Rich, qué te fumaste Coco? No mamen, con todo respeto. Ya saben que yo les compro las ideas arriesgadas pero acá se la volaron...Estoy preocupado, muy preocupado... y luego ¿Fleetwood Mac? ¿Quién chingados conoce a Fleetwood Mac? O sea, yo sí, porque tengo 50 años, ¡pero esta campaña va para chavoooooos! No sé, Reggeatón, Bad Bunny o algo así hubiera sido más adecuado ¿no? ¡Belinda! Ella es el target, ella está fit, ¿una canción de 1970? ¡No mamen nuestro target nació de 1994 para adelante! ¡En su vida han escuchado esta canción compañeros! ¿En qué cabeza cabe? ¿Y el cierre? ¿no hay slogan? No sé... La gente va a pensar que estamos queriendo vender la canción de Fleetwood Mac, o ¿yo que sé? ¿No hay un locutor, un texto? ¿Por lo menos no se les ocurrió cambiar la letra de la canción y ahí mencionar los beneficios de la marca? no compañeros, esto lo vamos a volver a hablar en la evaluación de medio año. De verdad.
- ¿Y si lo testeamos?
- ¿En serio Diego? ¿No estás oyendo todo este feedback? ¡Esto es un desastre! ¿Tienes un millón de pesos que te sobre del presupuesto de tu campaña para quemarlo? ¡No voy a tirar a la basura un millón de pesos para que me digan lo que ya sabemos! Que esta idea no funciona. Que no conecta, que no le habla al target, que no va a vender, que nadie va a hablar de la marca ¿quieres que le siga Diego? ¡No voy a poner a un pandillero poniéndose en riesgo arriba de una patineta en la carretera a punto de que lo maten, tomando mi producto a pico de botella mientras se escucha de fondo una canción que nadie conoce y que me va a costar una fortuna! O sea. ¿Además quién que no tenga 20 años anda en patineta? Eso es de chavo rucos...
Quiero ver algo totalmente nuevo para la próxima semana o la cuenta se va a pitch.
Target, gente fit, que busca una vida saludable. Mayormente mujeres. Centennials de 26 años como bullseye. Belinda, no sé, yo no soy el creativo. Eso lo sabrán ustedes. No está tan difícil carajo. Yoga, familias modernas, roomies. Una música actual, para chavos, no la canción que escuchaban sus abuelas. Semana que viene, o se van a pitch. Y ahorita voy a hablar con Carlos.
Me lo imagino perfecto.
Y he aquí hasta este momento los resultados del video de @420doggface208 que se hizo ultraviral partiendo de tiktok. Sin hablar de antioxidantes, sin hacer estudios de mercado, sin testear la pieza de comunicación, sin poner a una familia feliz en el comercial, sin poner una canción de Bad Bunny, sin supers legales, sin cierres de comercial, sin locutores, sin conocer las políticas internas de la compañía, sin invertir en una producción millonaria.
Desde el 26 de septiembre que salió el video, lleva:
50 millones de views (orgánicos)
2.7 millones de likes (y contando)
Dreams de Fleetwood Mac lleva 10 días en el top 10 de downloads de itunes.
Ocean Spray se matuvo como trending topic por más de 5 días en Twitter con más del 90% de menciones positivas.
Está siendo uno de los videos más replicados y con más duos en tiktok.
Por el lado emotivo, son cientos de miles los comentarios que relacionan directamente a la marca diciendo literalmente “este es el mejor comercial que he visto de Ocean Spray”.
La cobertura en medios que se le ha dado al video ya supera los 30 millones de dólares.
Y por útlimo, los ejecutivos de Ocean Spray en Estados Unidos llegaron a la casa rodante de Nathan Apodaca (sí, este man vive en un tráiler) y le regalaron una camioneta con un valor estimado de 750,000 pesos.
Ninguna marca regala 750,000 pesos así como así. Algo debió haber ayudado en las ventas de la compañía.
Si no lo han visto,acá se los dejo.
https://www.tiktok.com/@420doggface208/video/6876424179084709126?lang=en
Y mi pregunta es: ¿qué está haciendo mal la publicidad?
Buen jueves tengan todos.
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luisfelizalde · 4 years
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Un extracto de lo que viene.
Casi nunca sueño contigo, pero hoy te me apareciste. Se moría un vecino de tu colonia con el que no teníamos ninguna relación y por alguna razón, yo suponía que te tenía que llevar al velorio para que dieras el pésame. El velorio estaba sucediendo en la casa de este vecino, a escasas dos o tres calles de donde vives. No entiendo por qué, en lugar de ir caminando, decidí que lo mejor era llevarte en el Karman.  Apenas llegando al velorio y aprovechando que la puerta del garage estaba abierta, se me hizo muy fácil meterme con el coche y estacionarlo ahí en la casa. Nos bajamos y nos dirijimos a la sala en donde estaba ya todo dispuesto. Ataúd, flores, sillas en fin, toda la parafernalia. Te prometo que le puse el freno de mano al coche, pero no se mantuvo estacionado donde lo había dejado y siguió avanzando muy lentamente hacia donde estaba el féretro golpeándolo con la defensa. No de manera aparatosa, para nada. O sea, el cuerpo no salió disparado ni nada por el estilo. De hecho apenas le dio unos pequeños topecitos. Conté tres topes muy pequeños, pero claro, un tope hubiera sido suficiente para que todos los presentes voltearan y se indignaran por esta acción que representaba una gran afrenta al muerto.
Fue cuando decidí acercarme discretamente y meterme el auto al bolsillo del pantalón sin que nadie se diera cuenta. Total, muy poca gente me había visto llegar en él, así que a nadie le iba a parecer extraño que me lo guardara en la bolsa y me lo llevara. Como evidentemente no podíamos regresar a la casa en el auto, ahora no me pareció tan mala idea caminar a casa. Así te obligaba a hacer el ejercicio que tienes que hacer todos los días para que estés menos loco.
Buen jueves tengan todos.
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