Tumgik
#es nada más para el maquillaje
only-girlss · 3 months
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Esteban Kukuriczka -
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Fem! reader
☆`~ Advertencias: Smut. Sexo sin protección. Diferencia de edad.
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El día recién comenzaba, eran las 9 am, y la mayoría del cast ya estaban despiertos y desayunados.
Esteban siempre había sido la excepción.
Esteban, el actor que te tocaba maquillar la mayoría de las veces (ya que aveces iban rotando con tus compañeros)
Te encantaba, para que mentir. Te encantaban esas 3 o aveces 4 horas que pasan juntos, solo vos y él, cara a cara.
Al principio, fueron muchos momentos de timidez entre ambos, pero con el tiempo y su personalidad tan extrovertida, habían desarrollado una buena amistad. Largas charlas de parte de él contándote el rodaje mientras colocabas capas y capas de maquillaje en su cara.
Trabajar con él fue fácil, no se quejaba mucho y la mayoría de las veces, si no estaba hablando, aprovechaba a dormirse. Y ahí aprovechabas a verlo: Una verdadera belleza.
No sabias porque te atraía tanto, no sabias si eran sus labios finitos, o el porte qué tenía para hablar, o su voz grave, o sus manos, o su considerable altura, o por la manera en que te miraba...
Ush, habías vuelto a divagar pensando en mil escenarios, claramente imposibles.
Por el momento.
Un Esteban muy adormecido se acercó a la silla frente a tu escritorio de maquillaje, como era costumbre. Tenía un vaso de café en la mano y unas ojeras cubrían sus ojos, había pasado una noche difícil.
Te saludó y enseguida se recostó en la silla y cerró los ojos.
No habían pasado ni 15 minutos, por lo cual recién le estabas preparando el cabello. Él hombre en tu silla había empezado a largar suaves ronquidos hace bastante. Aunque era de esperar, ya que con la combinación del silencio que ofrecías y la música tranquila que ponías de fondo, cayó rápidamente en un sueño.
Te dio ternura, así que decidiste dejarlo ahí, hasta que viste el vaso de café totalmente lleno arriba del escritorio. Enseguida lo moviste para que se despertara y lo tome, los productores siempre lo retaban por vivir medio dormido.
Él, tonto por el repentino despertar, agarró la bebida y la llevo a sus labios. Pero más de la mitad se volcó por un descuido, mojandole toda la remera.
-UY, que boludo soy. Dijo levantándose enseguida.
Por suerte el café no estaba tan caliente como para lastimarlo, pero si le generó cierto calor en el cuerpo. Vos enseguida le preguntaste si estaba bien o si se había quemado.
Él negó con la cabeza - Nono, tranquila, pero estoy todo mojado. Y mientras lo decía se sacó la ropa, quedando con la parte de arriba descubierta.
Quisiste no hacerlo, pero no pudiste. Lo miraste, por más tiempo del debido.
Él notó como te sonrojabas, y solo sonrió mirando hacia otro lado.
Se sentó y te preguntó si podías seguir así. No te quedó otra que asentir.
Así que seguiste, intentando concentrarte, ignorando el hecho de que estaba en cuero.
Le estabas arreglando la parte de adelante del pelo, así que te paraste enfrentó suyo. Y por el momento lo controlaste bastante bien.
Hasta que viste sus manos.
Estaba tronandose los dedos, de todas las maneras. Pero vos no pudiste evitar verlo y sentir un cosquilleo entre tus piernas. Dios, sus manos estaban tan bien.
Rápidamente apretaste los muslos para calmar ese pequeño dolor y seguiste como si nada.
Él de repente te agarró de la cintura. Te sorprendió, y lo miraste mientras dejabas el peine sobre el escritorio.
-¿Pasa algo? Preguntaste. Te tembló la voz mucho más de lo que querías.
- Si, pero quiero que sigas, tranquila.
No entendiste muy bien a que se refería, así que optaste por preguntar.
-¿De qué hablás?
- ¿Enserio vamos a fingir qué no te gusto?
Te sorprendiste, todos tus sentidos se pusieron tontos, no sabias que decir.
- Si sabés que está mal ¿no? Apenas cumpliste 19, y yo tengo 32.
Ups... Pequeño detalle...
No sabías si dejarlo ahí o seguirle el juego, después de todo, la cosa ya estaba bastante cagada.
'Si la vamos a cagar, hay que hacerlo bien' pensaste.
- Bueno, técnicamente soy legal, así que...
Esteban solo rió, una carcajada fuerte pero corta. Pero después de ver tu seriedad, preguntó:
- ¿Me estas jodiendo? O lo decís enserio.
Te quedaste sería y asentiste levemente con la cabeza.
Recién habían pasado 30 minutos, quedaban 3 horas para poder terminar el maquillaje, tenias tiempo de sobra.
Así que sin pensarlo mucho, te agachaste hasta quedar cara a cara, él sentado y vos parada. Lo miraste a los ojos, y al ver que no mostraba oposición, lo besaste.
Fue un beso lento, apasionado.
En su mente rondaban una cantidad considerable cantidad de pensamientos negativos sobre la situación. Pero por otro lado, no podía dejar la idea de tu pequeño y delgado cuerpo siendo manejado por el suyo.
Se dejó llevar y mordió fuertemente tu labio. Abriste la boca para dejar salir un pequeño quejido y aprovechó la oportunidad de meter su lengua. Pasó sus manos por toda la extensión de tu cintura, y llegando a la cadera, notó lo fácil que sería levantarte y moverte a su gusto.
Esto fue la gota que colmó el vaso.
Se levantó de golpe, golpeando te contra el escritorio. La gran diferencia de altura provocaba que tuvieras que estirar tu cuello con tal de no separar sus labios.
Empezó a bajar sus besos, paseando por tu cuello y encontrando con facilidad tu punto dulce. No quería dejar marcas a la vista, así que lo abandonó con rapidez.
Siguió bajando, hasta encontrarse con el cuello de tu remera. Mirándote a los ojos, buscó permiso, y una vez seguro, te arrancó la prenda. Seguida de esta, medio segundo después, te sacó el corpiño.
-Dios princesa ¿Donde las tenias guardadas?Dijo comenzando a repartir besos y mordidas por la zona. Con el comentario haciendo referencia a que siempre usabas ropa holgada.
No podías hacer más que gemir y mojarte más y más a cada rato.
Lo estabas tocando todo, sus hombros, sus brazos, su pecho, todo gracias al anterior accidente con el café. Te encantaba sentir su piel pecosa, pero querías más.
-Esteban, por favor. Dijiste desesperada mientras tu mano izquierda se dirigía a su notable bulto.
Él suspiró por tu acción y te dio la vuelta, dejándote mirando al espejo del escritorio.
No pudiste evitar notar que estabas hecha un desastre, con la cara roja y caliente, los pechos llenos de marcas, y el pelo muy desordenado.
Esteban por su parte, no perdió tiempo y bajó tus pantalones rápidamente. Enseguida tuvo la vista de tu culo respingón cubierto por una pequeña braga celeste.
- Mirá lo mojadita qué estás, hija de puta. ¿Crees que no te vi frotando tus piernitas hace un rato? Sos una sucia tremenda eh.
Decía todo esto mientras pasaba un dedo por tu raja vestida.
- Basta de bromas, por Dios. Eras un lio mientras gemías.
Él no pudo resistirse más, y bajó completamente tu bombacha empapada.
Escuchaste el sonido de sus pantalones en el piso, y de repente sentiste como iba metiéndose poco a poco en vos.
Era grande. Enorme.
Más de lo que podías aguantar.
Una vez toda adentro, empezó a envestirte , con estocadas fuertes y controladas.
Sus manos en tu cintura, controlando cada movimiento. Sus labios en tu hombro. Y sus ojos mirando el reflejo de ustedes dos frente a él.
Vos estabas con los ojos cerrados, disfrutando la divina sensación. Pero de repente se abrieron cuando te golpeó fuertemente en la nalga derecha.
Casi gritas, pero te tapó la boca.
- Acordate donde estamos, chiquita. Dijo tranquilamente en tu oreja.
Él sentía que lo exprimias. Sentía como tu interior lo apretaba, y sentía tus espasmos.
No iba a durar mucho más.
- ¿Ya estás cerca, hermosa?
Asentiste rápidamente, sintiendo como tu abdomen se tensaba.
Él empezo a masajear todo tu cuerpo, pasando por tus senos, a tu cintura, a apretujar tu culo.
Y en ese instante, sentiste como te llenaba, dejándote su carga pintando tus paredes.
Esa misma sensación fue lo que necesitabas para venirte, todavía con el adentro.
Te dejó respirar 5 segundos, y te beso el hombro mientras retiraba su miembro. Rápidamente agarro un pañuelito y te limpio suavemente.
- Lo hiciste muy bien.
Solo sonreíste ante esto, estabas muy feliz. Relajada.
Ambos se cambiaron rápidamente en silencio, vos fuiste a abrir las ventanas para que saliera el olor a sexo y Esteban salió corriendo de la habitación a buscar una remera limpia.
De vuelta, se sentó y te dejó trabajar, sabiendo que estabas media justa de tiempo.
Una sonrisa no abandonó la cara de ninguno de los dos. Y de vez en cuando se hicieron presentes una qué otra risita, un par de besitos inocentes y muchas caricias por todos lados de parte del Kuku.
Xoxo - Emma.
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analisword · 3 months
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high infidelity (Enzo Vogrincic x Fem! Reader)
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summary:
Alana Lomelí tiene todo lo que alguna vez soñó: Un best selling en Latinoamérica, un departamento en España y un novio para compartir sus triunfos, sin embargo, todo cambia una noche, cuando su actor favorito le confiesa que ella es su autora favorita. 
Or
En donde Enzo y Alana se encuentran el uno al otro cuando ambos estaban perdidos.
Inspired by high indelity and tolerate it de taylor swift.
tw: infidelidad por parte de enzo y protagonista, uso de alcohol y otras drogas, smut eventual. La mayoría de la escritura será en lenguaje neutro, una disculpa de antemano si utilizo modismos incorrectos:).
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Capítulo 1.
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—Muchas gracias por todo—dice Alana amablemente mientras le abre la puerta a Julieta, su estilista de confianza. 
—Gracias a ti—dice ella—. Ya sabes, si se te empiezan a soltar las ondas…
—Dejo que lo hagan y no meto mato—termina la oración, recordando como en el último evento al que asistió, arruinó su  peinado intentando componer un rizo suelto. 
—Eso es—dice riendo—. Mucha suerte hoy. 
—Vale, gracias—le responde cerrando la puerta una vez se marcha del departamento. 
No necesita suerte. 
No la necesita porque no está nominada a ningún premio, no tiene que presentar artistas o entrevistar gente que no conoce, simplemente se dedicará a ver una premier de una película independiente, beber alcohol gratis y comer palomitas, un viernes bastante apetecible a decir verdad. 
Hace dos años y medio que se mudó a Sevilla, antes de eso, nunca había visitado Europa, y la primera vez que lo hizo, se quedó. 
Nunca se hubiera imaginado viviendo en España, fuera de su país  y fuera de su familia, pero todo cambió cuando le ofrecieron un nuevo trabajo a Sebastián.
Sebastián  era su novio desde hace largos cuatro años, se conocieron precisamente por el trabajo, cuando él fue el encargado de editar su libro de fantasía, el chico hizo un trabajo impecable, como de costumbre, y el libro terminó siendo best selling en Latinoamérica, cosa que hasta el día de hoy, Alana encontraba como algó impactante y maravilloso. 
Decidieron separar su relación del trabajo, por lo cual el resto de libros de la saga (otros tres en total) fueron editados por otra colega, eso no fue impedimenta para que el resto de los libros fueran igual de aceptados que el primero, actualmente, Alana era una de las autoras más proclamadas del habla hispana, firmando contrato con una editorial que le daba libertad de escritura, escuchaba sus opiniones y conseguía que asistiera a eventos divertidos: la premier de una película underground en el teatro más grande la ciudad. 
Después de quemarse las pestañas durante cuatro años, consiguiendo de alguna manera escribir un libro por cada uno, Alana decidió tomarse unas vacaciones, aún así, sus dedos picaban por seguir creando, por lo cual actualmente se dedicaba a leer y corregir los manuscritos de Sebastián, el cual había decidido escribir su propio libro a la par de editar para otros autores, para este punto, a Alana le parecía un poco irónico todo el asunto, pues cuando acordaron separar el trabajo de su relación, no pensó que eso significaría leer los cientos de relatos sin terminar del chico mientras que él no se dignaba a leer nada de lo que ella hacía, pero no quería culparlo, sabía más que nadie que su novio se encontraba lleno de trabajo hasta las narices, y cuando no lo estaba, él mismo buscaba encontrarse en aquella incómoda situación. 
—Me da mucha pena no acompañarte hoy—dijo Sebastián viéndola desde el marco de la puerta mientras que ella terminaba de aplicarse la última capa de rubor, Alana hacía su maquillaje para todos los eventos a los que iba, era una de las cosas que más le apasionaba, sin embargo, su rebelde cabello sólo podía ser domado por Julieta, por lo cual la mujer siempre trabajaba en su melena mientras que ella se maquillaba. 
Alana hizo una mueca mientras lo veía por el espejo, Sebastián llevaba la misma camisa con la que se había dormido y un short de ejercicio, unas profundas ojeras decoraban su rostro y su barba estaba mal afeitada, los últimos meses habían sido así, Sebastián se la pasaba más tiempo en su propio estudio del departamento que a su lado, nuevamente, Alana no quería culparlo, pero no pudo evitar sentir una punzada de coraje en su pecho, no era el hecho que Sebastián hubiera decidido no acompañarla a la premier, era el hecho de que nuevamente había decido no pasar tiempo con ella, Alana hubiera cambiado su costoso vestido (prestado, claro) y sus lujosas joyas (rentadas) por quedarse en casa aunque sea viendo una película con su novio, llevaban meses sin pasar tiempo juntos y sin hacer otra cosa actividad recreativa que no fuera hacer el desayuno o las compras del supermercado. 
—No pasa nada—mintió devolviendo la mirada a su reflejo, al menos se veía guapa—. Sé que estás ocupado. 
—No tienes idea, creo que acabo de escribir lo mejor de toda mi vida—dijo emocionado, Alana le sonrió sinceramente, ignorando el hecho de que el chico decía eso cada vez que escribía un nuevo capítulo para el thriller que se encontraba creando. 
—Estoy segura que sí, cariño—dijo ella viéndose por última vez y tomando su pequeño bolso de la cama. 
—Sabes que al menos te llevaría al teatro, pero…
—Estás ocupado—lo interrumpió—. Ya lo sé. 
Sabía a ciencia cierta que Sebastián mentía, hace tres semanas, Alana se había despertado en la madrugada por unos horribles retorcijones en el abdomen, unos mariscos le habían caído pesado y la chica vomitó una cantidad de veces que ni siquiera sabía que eran posibles para el cuerpo humano, cuando buscó con su brazo a Sebastián en la cama no lo encontró, y cuando le pidió que si por favor la podía llevar al hospital mientras él se preparaba un café, él le dijo que tomara un taxi. 
Porque claro…estaba escribiendo lo mejor de su vida. 
Sebastián apretó los labios apenado, al menos tenía la decencia de fingir importancia, sabía que cuando dejara de hacerlo, sería el quiebre para ellos. 
A veces se sentía que estaban en la cuerda floja, pero ella no podía simplemente tirar cuatro años de relación a la basura, se había mudado a un jodido continente desconocido por él, eran el apoyo del uno al otro, en la extraña y retorcida manera de Sebastián.
O tal vez Alana era tan estúpida como para quedarse en un lugar donde ya no sentía bienvenida por el simple hecho de sentir miedo a estar sola. 
—Te esperaré despierto—le aseguró él dejando un pequeño beso en su mejilla, al menos Alana sabía que eso sí era verdad. 
—De acuerdo, ya llegó el taxi—dijo ella viendo su celular.
—Diviértete. 
El viaje hacia el teatro fue tranquilo y la llegada fue más explosiva de lo que imaginaba, el lugar estaba repleto y desde la calle había una especie de alfombra roja donde le obligaron a caminar, Alana no era famosa en el mundo del cine pero ciertamente era conocida, adoraba el séptimo arte y aunque fuera un sueño bastante loco, le encantaría que alguna vez llevaran alguno de sus libros a carne y hueso. 
Había celebridades de todo tipo, ella se tomó fotos con los que conocía y admiraba y le sonreía a los que no, la presentación de la película fue bastante emotiva (como suelen hacerlo) y al finalizar la transmisión, comenzó la fiesta. 
Alana no dejó mostrar su incomodidad mientras se paraba en uno de los pilares del teatro y tomaba una copa de champagne, era introvertida, por lo cual no solía hacer muchos amigos en eventos como estos, pero no podía negar que se estaba divirtiendo, la película había resultado medianamente buena, adoraba la comida de cine y el alcohol le sabía delicioso. 
—¿Alana Lomelí?—un acento bastante dulce y diferente al español que había estado escuchando durante toda la noche la sacó de sus pensamientos, ella se giró a ver al protagonista de aquella melodiosa voz e inmediatamente se ahogó al verlo. 
Literalmente se ahogó: el champagne se fue por el orificio equivocado, quemando su vía aérea,  comenzó a toser tan fuerte que algunas personas la miraron con preocupación y vergüenza ajena, el actor  levantó su mano, como indicando que estaba por tocarla y después comenzó a palmear su espalda. 
¿Qué mierdas hacía Enzo Vogrincic evitando que ella muriera asfixiada?
¿Y por qué mierdas sabía su nombre?
 ¿Y por qué mierdas era jodidamente guapo?
—Perdón si te asusté—se disculpó con una tímida sonrisa una vez que ella dejó de toser y abrir la boca como un pez fuera del agua, sentía lágrimas en las orillas de sus ojos y su garganta aún picaba un poco, un  frío recorrió su espalda una vez que la enorme mano de Enzo dejó de tocarla, quién sabe si había sido su intención, pero sus palmadas habían sido fuertes aunque efectivas. 
Y seguramente las ondas que le caían por la espalda ya estaban arruinadas. 
Y por primera vez, no le importaba que Julieta la regañara si llegaba a ver las fotos. 
—¿Me hablas a mí?—preguntó ella sintiéndose estúpida apenas las palabras abandonaron su boca, se golpeó la frente mentalmente. 
—Ehh, sí—dijo él riendo, ¿qué siempre estaba feliz?—. Al menos que exista otra Alana Lomelí por aquí—dijo él levantando las cejas como escaneando el lugar. 
Para este punto de su carrera, Alana ya estaba algo acostumbrada a conocer gente famosa, pero nunca se le había pasado por la mente encontrarse con su jodido actor favorito y mucho menos que él supiera de su existencia. 
—Perdón—se disculpó nerviosamente—. Es que wow, soy en verdad una gran fanática tuya. 
El chico le sonrió dulcemente y se llevó la mano al pecho, como si su corazón se hubiera llenado de la confesión de la chica, ella no pudo evitar sonreír estúpidamente. 
Dios, qué bueno que había aceptado venir. 
—Lo mismo digo—dijo él—. Me leí la saga completa de arco de sangre, uff—expresó resoplando al final.
Alana parpadeó varias veces, los recuerdos de los años anteriores invadieron su mente rápidamente, ella escribiendo en su habitación hasta la madrugada, en la biblioteca de la facultad después de sus exámenes, en casa de Sebastián una vez inició con el manuscrito del segundo libro, todo tomaba sentido cuando la gente le decía que en verdad leía lo que escribía, que habían tenido un buen tiempo haciéndolo, incluso cuando la odiaban por matar a sus personajes favoritos, ahora en este mismo instante, mientras Enzo Vogrincic le decía que se había leído la saga completa, todo tomaba sentido. 
Sintió la sangre subir por sus mejillas y un calor extraño en el vientre, tuvo que bajar la mirada a su copa, usualmente no se sentía intimidada por la gente, pero Enzo estaba parado ahí, con su cabello largo perfectamente peinado pero despeinado, con una piel reluciente y bronceada y un perfecto traje, se dio cuenta que sus ojos eran más claros que en las fotografías o en vídeos, la cámara no le hacía justicia para capturar la belleza y aura que emanaba. 
—Vengo siguiendo tu trayectoria desde años, desde el teatro hasta el cine—le informó rápidamente, sintiéndose como una adolescente que acababa de conocer al cantante de su boyband favorita, Enzo le regaló una sonrisa que mostró todos sus dientes y de pronto se sintió como si se encontraran solos en el lugar y no estuvieran repletos de gente y flashes de cámaras. 
—Sos mi escritora favorita de habla hispana, sos una genia—dijo él abriendo sus ojos, Alana sintió un tirón en su corazón al escuchar esas palabras, Enzo jodido Vogrincic le había llamado genia. 
Ya podía morir en paz. 
—Esto significa muchísimo para mí, muchas gracias—agradeció y dio otro sorbo de champagne, sintiéndose agradecida de que el coraje líquido estuviera haciendo su efecto. 
—¿Conocés a Rodri de hace mucho?—preguntó él casualmente, Alana supuso que el chico se refería a Rodrigo Saltz, el director de la película que acababan de ver, Alana cayó en cuenta que estuvo sentada durante más de tres horas en el mismo lugar que Enzo Vogrincic sin tener idea alguna al respecto. 
—No realmente—respondió sinceramente a decir verdad, no conocía a nadie del electo o staff de la película, había asistido únicamente porque Maricia, su agente, la había invitado—. Pero soy muy fan del cine, desde que me mudé acá he estado asistiendo a este tipo de eventos. 
—No sabía que te encontrabas viviendo acá, sos de México, ¿cierto?
—Sí, ya voy para dos años viviendo acá, me mudé por el trabajo de mi novio.
—Ah, qué interesante—respondió él inclinándose en el muro y entregando su completa atención—. ¿Escribe también?
—Sí, algo así—respondió—. Fue el editor de arco de sangre y ahora se encuentra trabajando en su primer libro. 
—¡Ah! ¿Editó toda la saga?
—No, sólo el primer libro—informó, se sentía culpable, pero hablar de Sebastián de pronto le aburría. 
—El segundo es mi favorito—informó él para después tomar una copa de la bandeja que un mesero iba pasando, Alana inclinó la cabeza con gesto de curiosidad al escucharlo—. ¿Qué?—preguntó al notar la reacción de la chica. 
—No te creo—respondió ella, el segundo había sido su libro favorito al escribir, pero también había sido el menos aclamado por el público y el que peores reseñas tuvo (dentro de las tantas buenas) incluso se pensó cancelar la saga completa, pues por un momento pensó que a la gente no le había gustado tanto por haber sido editado por una persona diferente y no Sebastián. 
—Es verdad—dijo él—. Fue donde más protagonismo le diste a Luther, que por cierto, es mi personaje favorito. 
Alana no pudo evitar morderse el labio inferior, Luther era el protagonista masculino de su saga. 
Dios, Enzo no tenía idea alguna…
—¿Sabes? Casi cancelo la saga entera precisamente por ese libro—dijo ella alzando su copa. 
—Nah, no te creo—dijo él con el mismo tono que ella había empleado momentos atrás. 
—Te lo juro—respondió—. Al público no le gustó mucho. 
—Estás jodiéndome, a ver, que tengo ese libro en mi GoodReads y sé que a la gente le encantó—gritó pues la música era alta y los cientos de voces se mezclaban entre su conversación—. Yo mismo le di 5 estrellas, la reseña estará por ahí si la buscas. 
Nota mental: Buscar la reseña de Enzo apenas llegara a casa. 
—Bueno, tal vez tenía algo de problemas para aceptar las críticas cuando recién inicié—confesó, precisamente por eso no le ponía mucha atención a las reseñas, no le tomó mucho tiempo en darse cuenta que Enzo emanaba una confianza que te hacía querer hablar hasta los codos. 
O tal vez era el alcohol y ese estúpido traje negro, la imágen de Sebastián le picó en el fondo de su mente pero ella la empujó, no tenía nada de malo que estuviera conversando con su actor favorito, ¿cierto? Era de esas oportunidades que se presentaban una vez en la vida, además, Enzo estaba siendo jodidamente amable y para nada le hablaba con otras intenciones, además, Alana le hizo saber inmediatamente que se había mudado al jodido continente por el trabajo de su novio. 
—Yo era igual al principio—dijo él asintiendo—. Cuesta, pero uno se termina acostumbrando y a la larga aprendés a bloquear los malos comentarios y sacar lo bueno de las críticas constructivas. 
—Debe ser más difícil para ti—apuntó ella—. Tú cara literalmente está en la pantalla grande o enfrente del público, yo oculto mi rostro detrás de letras, la mayoría de la gente que está aquí no tiene puta idea de quién soy—dijo ella aliviada, le gustaba ser reconocida, pero no amaba los reflectores. 
—¿Qué va?—dijo él rodando los ojos—. Cualquiera que haya comprado un libro tuyo te verá en la contraportada—rió—. Pero entiendo a lo que te refieres. 
—¿Tú conoces a Rodrigo de hace mucho?—preguntó cambiando un poco la dirección del tema. 
—Sí—dijo—. Precisamente estoy trabajando con un amigo de él, andamos filmando acá, entonces ya llevo unos meses viviendo en España. 
—¿Cómo te trata el país?—preguntó ella, España era hermosa, pero el cambio le había parecido brusco al inicio. 
—Eh, me gusta pero me asusta—dijo él—. Por eso cuando noté a la primera latina del lugar  corrí hacia a ella—dijo él para después darle un trago a su copa, Alana se sintió sonrojar,  ciertamente se sentía agradecida de que Enzo se le hubiera acercado, ella probablemente hubiera muerto del coraje si se hubiera dado cuenta que Enzo estaba en el mismo lugar que ella y ella no había tenido idea alguna. 
—Gracias, la verdad este lugar estaba ahogándome, no conozco a nadie, digo, no es como que te conozca a ti, supongo que ahora sí, bueno tú entiendes, gente latino, digo latina—sacudió la cabeza—. Y así—habló rápidamente, Enzo soltó una carcajada, para ser una escritora, Enzo parecía robarle el sentido de las palabras. 
—Qué tierna que sos—sonrió él, Alana sintió la necesidad de darle un abrazo, pues aunque precisamente acababa de conocerlo hace unos instantes, llevaba años siguiendo su trayectoría, le admiraba de demasiado, sin embargo, antes de que se atreviera a acercarse más, llegó un hombre con una gigantesca cámara. 
—Enzo, ¿una foto con Alana?—preguntó el hombre captando la atención de más presentes, inmediatamente personas comenzaron a acercarse.
—Claro, claro—dijo él llevando su brazo delicadamente sobre los hombros de Alana, ella sonrió y posó para todas las fotografías. 
—¿Se conocen de mucho?—preguntó un reportero, Enzo se giró a verla y rió, Alana apretó los labios. 
—Lo acabamos de hacer pero llevo leyéndola años atrás—respondió él. 
—Y yo llevo viéndolo años atrás. 
Flashes resplandecieron ferozmente, pero ellos mantuvieron la mirada fija sin borrar sus sonrisas. 
No tenían idea de que sus vidas no volverían a ser las mismas. 
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caostalgia · 1 year
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Un día cualquiera.
Cuando todos te dejan de hablar, cuando tu existencia deja de ser mínimamente relevante para aquellos que aseguraban era necesaria, cuando el espacio entre tú y tus amigos, conocidos, cualquier otra persona se hace abismal... te das cuenta de que quizá tener un teléfono celular no es tan importante en verdad. Una o 40 redes sociales salen sobrando en realidad.
Podría quedarme todo el día tirada en la cama, envuelta entre sabanas sucias y pesados cobertores. Podría solo permanecer en la penumbra de mi habitación sin hacer nada, ahí, hecha un ovillo abrazada a mi peluche favorito.
Podría simplemente olvidar que hay un mundo ahí afuera, que hay oxigeno que respirar, vida que presenciar.
Podría simplemente encerrarme en la bastedad de mi universo, de ese frío y solitario universo.
Mamá no está en casa, no recuerdo cuando fue la última vez que estuvo una semana completa cerca, deseando buenas noches y dulces sueños.
Mamá no está en casa, pero sé lo mucho que llora a causa de la enfermedad que me consume, me abraza y se aferra a mi cintura.
Mamá suele hablarme a diario por teléfono, su voz preocupada y cansada, asustada. Dice que pronto todo estará bien, que yo estaré bien. Me implora que le mande un texto o devuelva la llamada si de repente siento que no puedo más con mi vida.
Mamá no está en casa, sin embargo sufre a distancia a causa mía. Me promete un mundo brillante al final del túnel, y yo finjo creer que pasará.
Nadie está en casa.
Lo más cercano a una persona habitando aquí, soy yo.
Los minutos pasan, las horas, lo efímero de la mundana existencia, pero yo permanezco a puerta cerrada. Intento no pensar, intento no romperme aún más, mas nunca puedo evitarlo.
Mi cabello es un desastre, mi piel es un desastre, mis labios resecos, las ojeras bajo mis ojos. Mi habitación es un completo desastre. Zapatos cubiertos de polvo, maquillaje y diamantina crean un caos sobre esa mesita. La ropa en mi armario es una gran montaña a punto de desbordarse.
Por las noches acudo a los fármacos para poder conciliar el sueño, mi teléfono entra en modo avión, eso ya ni siquiera tiene sentido, de cualquier forma siempre permace inerte, a excepción de mamá, no hay nadie más del otro lado de la línea.
Tengo pesadillas casi a diario, sueños lúcidos y recuerdos convertidos en sueños, o quizá son sueños que confundo con recuerdos, ya no lo sé.
Se ha terminado... un día menos.
Coldissweet
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deepinsideyourbeing · 18 days
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It's me, hi, la cantante lírica de vuelta jajaja (léase cual canción de Taylor)
Necesito saber si Enzo me vendría a ver a mis espectáculos, si me escucharía practicar o si le jodería que yo esté a los gritos 4hs al día jaja, que pensaría de los vestidos que me pongo, si le daría celos ver escenas con otro o si lo entiende porque él es actor, si le interesa aprender de mi trabajo y escucharme hablar horas sobre cosas de las que no entiende nada, si le gusta presumir "soy el novio de la soprano", etc.
También, me acuerdo que Enzo quería aprender a cantar (lo dijo en los Goya). ¿Le gustaría que le de clases?
Gracias por tu escritura 💕
No tengo duda alguna de que Enzo adoraría ir a todos tus conciertos y siempre te llevaría arreglos florales acorde al papel que tengas. En todas sus redes sociales compartiría la información del evento y te etiquetaría diciendo "Vayan a ver a la soprano más linda", si alguien se acercara a él para pedir una foto se negaría porque "Sólo está ahí para ver a su cantante favorita, su novia" ♡
No tendría problema con escucharte practicar a diario, le resulta relajante y puede tomar nota sobre cómo trabajás la voz para aplicarlo en sus propias interpretaciones (también le gusta ayudarte desde lo teatral con la caracterización de las tuyas). Al principio es probable que le dé vergüenza, pero eventualmente te pide que le enseñes ejercicios de vocalización y un poco de técnica para poder cantar (y que los vecinos no se quejen).
Adora ayudarte a elegir vestidos y ver cómo te maquillás (pero más adora el momento de desnudarte y arruinarte el maquillaje que tanto esfuerzo te costó c:), pero cada vez que te ve lista se siente un poco celoso porque sabe que alguien más va a tener el privilegio de estar cerca tuyo una vez que estés sobre el escenario. Es más que probable que te deje alguna marca que las otras personas puedan ver, un pequeño recordatorio de que le pertenecés ♡
(¿Podés creer que mientras escribía esto tenía un coro vocalizando atrás? Parece todo cronometrado, ahora tengo miedo).
taglist:
@madame-fear @creative-heart @recaltiente @llorented @chiquititamia @delusionalgirlplace
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xlemonciel · 1 year
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❛❛ Maniac ❜❜
Era la primera vez en un mes que iban a hacer un evento público y Felix estaba muy nervioso, aún recordaba muy vívidamente lo sucedido en el aeropuerto. Pero a pesar de los problemas posibles también tenía ganas de ver a los fans de verdad que les apoyaban. Así que puso su mejor cara ese día, dejando que las noonas de maquillaje y vestuario eligieran todo lo que quisieran para él y no disgustándole e resultado, se veía... Bien, de hecho, quizás demasiado omega dirían algunos, llevaba un jersey ancho que dejaba a la vista su cuello y clavículas y un choker de cuero que no parecía nada inocente en contraste. Sin embargo decidió que le gustaba ese outfit al ver la reacción de Hyunjin a él.
Una vez sobre el escenario que habían habilitado para hacer las firmas se sintió algo más confiado, bromeando y divirtiéndose en la pequeña charla que dieron antes de que el staff los sentara, esta vez adelantándose para sentarse él al lado de Hyunjin y dejando a Changbin a su otro lado, aprovechando que el staff estaba ocupado organizando a los fans para rozan con su mano la del mayor de forma disimulada.
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Relatos Terapéuticos
EL LOBO Y LA BRUJA
El lobo, cansado de ser el malo del cuento, harto de ser visto como el villano de la historia, se fue a recorrer nuevos senderos, donde nadie lo conociera, donde nadie tuviese prejuicios hacia él, quería ser capaz de comenzar una nueva historia donde él no fuese el odiado, donde nadie fuese odiado.
Después de mucho caminar, después de pasar mucho tiempo en soledad, entonces la encontró a ella, sentada sobre una roca en el camino, con sus manos cubriendo su rostro, su vestido negro, hermoso pero no tan llamativo, su cabello enmarañado, con una belleza nada común, sus zapatos, también negros, algo polvorientos por tanto caminar.
Él le preguntó:
- Hola ¿qué haces acá tan sola?
Y ella, sorprendida, le dijo:
- Estoy acá tratando de alejarme de la maldad de los demás, que sólo ven tu exterior y te juzgan por tu apariencia sin siquiera intentar descubrir ni conocer nada más de ti, alejarme de aquellos seres que dicen ser buenos pero actúan contrariamente a sus palabras, seres llenos de hipocresía y faltos de compasión.
El lobo la miró, sabiendo claramente a qué se refería, se acercó un poco sabiendo que no sería rechazado por lo que es, deseoso de compañía y sintiendo la necesidad de dar compañía.
- ¿Quieres compañía? ¿me permites acompañarte un rato?
Ella, enjugando sus lágrimas y dejando ver sus hermosos ojos, lo miró y le dijo:
- Claro que puedes, para mí sería un placer, sólo te pido que me acompañes, no por lástima, sino por que nace de tu corazón, quiero sentirme amada por lo que soy sin que me señalen ni sigan estereotipos de bondad que terminan siendo crueles y, por ende, mucho más malvados.
- Me quedo porqué quiero, porqué, cómo tú, soy un incomprendido y porque, en mi corazón, siento que podemos derribar barreras y ser felices juntos.
Ella río mientras él se acurrucada a sus pies.
- Eres muy tierno, por lo visto tu apariencia es sólo una coraza, una pétrea coraza, pero en tu interior eres blando y llevas dulzura, eso lo puedo sentir.
Él la miró con una mirada que desprendía amor.
- Entonces me quedaré a tu lado hasta que la luna deje de ser motivo de poemas y las estrellas no se asomen más en el cielo nocturno.
- Siéntate cerca de mí, no a mis pies sino a mi lado, dijo ella mientras acariciaba su cabeza.
- No puedo rechazar tu invitación, aunque quisiera, hay algo en ti que me hechiza, creo que son tus ojos profundos o tu voz que suena a poesía.
Ella se sonrojó, pero él apenas lo notó, ella estaba oculta bajo su capucha y la luna apenas dejaba ver algo de su rostro que en verdad era hermoso, no la hermosura que puedas encontrar en la mayoría, era la hermosura que le daban esos ojos tan expresivos, esa sonrisa tan elocuente, sin nada de maquillaje, ella resplandecía de belleza.
- ¿Sabías que las estrellas más brillantes no son siempre las más cercanas? - preguntó ella - a veces simplemente las más lejanas brillan con tanto fulgor que se dejan ver desde la lejanía.
- Pues así pasa con todo, hay seres que brillan tanto que no pueden ocultar su belleza aunque quieran - lo dijo mientras colocaba su cabeza en su regazo.
- No me conoces por completo, no puedes saber cómo soy.
- Ya conozco lo suficiente de ti como para saber que eres alguien especial.
Ambos miraron al vacío, como buscando las palabras correctas para continuar la conversación pero ya estaban tan conectados que no necesitaron más palabras por un buen rato, ambos se perdieron en sus pensamientos que se entrelazaban.
- Siempre he sido temido - dijo él rompiendo el silencio - mis fauces, mis garras y mi apariencia en general, hacen huir a cualquiera y me hacen ser odiado.
- Algo parecido pasa conmigo, la apariencia es lo que más le importa a la mayoría, parece ser que una mujer siempre debe vestir con tonos pasteles para ser buena.
- Adoro tu apariencia, lo común no es lo mío, y puedo ver que eres una hermosa mujer, no me refiero meramente al exterior.
- Pero insisto, no me conoces por completo, has de conocer mis locuras, mi lado más endiablado y no tan bello.
- Eso no hace falta, somos seres muy parecidos, te conozco porque me conozco, te amo porque me amo, miro a tus ojos y puedo perderme en ellos, tienen un brillo que no he visto jamás, me puedo quedar a vivir en tu sonrisa por siempre.
Desde entonces un nuevo cuento fue escrito, sin estereotipos ni prejuicios, en el cual importa más el interior que el exterior, un verdadero cuento de amor.
Y cuentan que desde entonces, en noches de luna llena, ella se convierte en loba para recorrer el bosque junto a él y amarse por completo, pero en otras noches ella, siendo una bruja, prepara algún brebaje para que él pueda sacarse la piel de lobo y vestirse de hombre, no de un príncipe azul montado sobre un brioso corcel blanco, sino de un plebeyo común, con ojos brillantes como estrellas, con fuertes brazos para poder cargarla a ella hasta su lecho de amor, porque ¿Quién dijo que los villanos no saben amar?
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pedripepinillo · 1 year
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25 . “Tu mamá me dio fotos tuyas cuando eras un bebé” con Gavi 😁
“fotos de cuando eras bebé” con gavi:
advertencia: cortito y lectora fem.
rara vez le cambiabas el fondo de pantalla a tu celular porque no lo creías necesario. ponías fotos tuyas y de tu novio juntos, o fotos de tus mascotas mayormente, pero aquel día fue diferente.
la foto de cuando pablo iba al preescolar adornaba plenamente la pantalla de tu celu, y sonreíste grande cuando notaste su hermosa sonrisa de bebé.
ese día pablo y tu saldrían a cenar a lo de pedri, pues había una reunión por el cumpleaños de uno de los chicos. tu novio estaría pasando por vos a tu casa porque recién había sacado el carnet de conducir, y estaba emocionado de llevarte a todos lados sin tener que pedirle a sus amigos mayores que lo llevaran.
la pantalla de tu celular se iluminó nuevamente cuando te llegó un mensaje de tu novio. había llegado y estaba afuera esperándote.
saliste con cuidado porque apenas y sabías andar con tacones altos. te había gustado tu outfit para ese día en particular, era un lindo vestido casual con un maquillaje sencillo, nada del otro mundo.
sabías que las novias de los compañeros de gavi irían también, así que no querías quedarte atrás.
“te ves hermosa, amor” dijo pablo cuando te vió. se había bajado del auto para abrirte la puerta, y no pudo evitar mirarte más de lo debido.
“gracias, tú también te ves lindo” le regresaste el cumplido con una sonrisa y subiste al auto con cuidado de no golpear tu cabeza con el techo.
“¿lista para irnos? ya vamos algo tarde…”
“si, vámonos” y así, pablo aceleró para irse rápido a casa de pedri.
en el trayecto más que hablar, iban escuchando música diversa, desde música de los 80s hasta las cumbias más actuales. a pablo le gustaba mirarte feliz, y también le gustaba cuando cantabas en voz alta las canciones que ponía.
“¿puedo usar tu teléfono para llamarle a pedri? es que el mío se está quedando sin batería…” te preguntó y vos accediste. le tendiste tu celular con toda la confianza del mundo, y él lo tomó.
ni siquiera paso un segundo cuando exclamó en voz alta.
“¡ah! ¿y esta foto como la tienes?” su rostro gritaba confusión, y se te hizo divertida la forma en la que sus cejas se juntaban en una mueca.
reíste tanto que tu estómago dolía.
“tu mamá me dió fotos tuyas de cuando eras un bebé.” dijiste entre risas.
“pero si aquí me veo fatal, ¡me faltan dientes!”
“te ves adorable, no sé qué te pasó.” dijiste como broma, y tu novio solamente pudo unirse en tus carcajadas.
“me veo patético, pudiste escoger al menos otra que no sea esa…” rascó su nuca con vergüenza pero aún así suspiró rendido.
le gustaba que trajeras fotos suyas, pero le hubiera gustado más una donde salieran juntos.
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cassandra-baker · 1 month
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Kevin (Hazbin Hotel Chaggie one-shot)
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La paz que se había instalado momentáneamente en el Infierno había dado un respiro a todos los demonios que habían batallado por proteger sus almas de los exterminadores. Con el hotel ya renovado y con demonios haciendo cola para conseguir la redención, parecía que las cosas por fin iban por buen camino para el Hazbin Hotel.
Las primeras semanas fueron agotadoras pero ahora que todo estaba organizado, la princesa del Infierno por fin podía tomarse un merecido descanso. Hacía semanas que no salía del hotel y necesitaba tomar un poco el aire y salir de la rutina.
—Oye, Vaggie. —La princesa había ido a buscar a su novia a la recepción del hotel—. Voy a salir a dar una vuelta, ¿quieres venir?
Vaggie había descansado igual de poco que su novia y prueba de ello eran las grandes ojeras que ni el maquillaje podía disimular del todo.
—Claro —le respondió con una cálida sonrisa—. Espera que acabe una cosa y salimos.
Vaggie se dio prisa en terminar el papeleo para unirse a su novia lo antes posible. Ambas salieron agarradas de la mano para recorrer las calles de la Ciudad Pentagrama.
—¿Y dónde quieres que vayamos? —preguntó Vaggie que veía que su novia caminaba muy segura por la ciudad.
—A Canibal Town. Quiero agradecerle a Rosie su ayuda durante la batalla contra el Cielo.
—¿Estás segura de que estará todo bien? —preguntó Vaggie algo asustada—. Esos caníbales han probado la carne de ángel, no sé si se habrán quedado con las ganas… —comentó algo nerviosa.
—No te preocupes, Vaggie. —La princesa colocó su brazo alrededor de la cintura de su novia para tenerla más cerca—. No dejaré que se acerquen a mi ángel.
Vaggie se quedó callada de la vergüenza y continuó caminando con su novia hasta llegar a la animada Canibal Town. Era la primera vez que Vaggie llegaba a aquella parte de la ciudad y, al igual que le ocurrió a su novia, se sorprendió de lo agradable que eran el lugar y sus habitantes que saludaban con efusividad a la princesa cada vez que las veían.
La pareja pasó una agradable tarde tomando el té con Rosie. La caníbal no dejó de decir que Vaggie era una monada y que ella y Charlie hacían muy buena pareja. Ambas estaban ampliamente sonrojadas pero gracias a la Overlord pasaron una tarde de tranquilidad que tanto necesitaban.
Ya era la hora de volver y, mientras se despedían de Rosie en las puertas del emporio, Vaggie notó como alguien le tiraba un poco de la ropa para llamar su atención. El ángel se giró para ver a un joven caníbal que la miraba con fascinación. Y esa mirada se contagió en Vaggie que rápidamente lo reconoció. Había crecido en esos tres años, pero seguía siendo un niño, ese niño, el niño que salvó.
—Hola. —El ángel se agachó para quedar a su altura y lo saludó con calidez.
—¿Te acuerdas de mí? —preguntó el pequeño a lo que el ángel asintió sin quitar aquella sonrisa de su rostro.
—Nunca podría olvidarte pequeñín.
El pequeño caníbal estiró la mano para apartar el flequillo y acariciar el parque de Vaggie.
—¿Eso fue por mi culpa? —preguntó algo asustado.
—Claro que no. Fue culpa de un ángel malo. Tú no tuviste culpa de nada.
El pequeño volvió a sonreír.
—Pues te queda muy bien. Y el pelo largo también. Estás muy guapa señorita ángel.
El pequeño se había quedado embobado viendo a Vaggie y ella se estaba empezando a sentir algo avergonzada por la situación. Pero la cálida actitud del joven caníbal no hacía más que enternecer su corazón.
—Me llamo Vaggie.
—Y yo Kevin. Oye, Vaggie —preguntó algo inseguro—, ¿vas a venir más por aquí?
—Si tú me invitas vendré todo lo que necesites y estás más que bienvenido a venir a verme al hotel.
El pequeño estaba muy ilusionado con la invitación. Le hubiera gustado quedarse más tiempo hablando con Vaggie pero su madre lo estaba llamando para que regresara a casa. El pequeño se despidió de Vaggie con una fuerte abrazo que ella respondió con la misma efusividad.
Cuando había perdido de vista al pequeño Kevin, Vaggie se acordó de que su novia seguía a su lado. Charlie no cabía en sí de alegría. Ver esa faceta tan tierna de Vaggie le derretía el corazón. ¡La quería muchísimo!
—¿Y quién es tu amiguito? —Cuando ya estaban de camino a casa, Charlie se atrevió a preguntar.
Por primera vez desde que dejó de ser exorcista, Vaggie le contó a Charlie su historia. Cómo dejó escapar al pequeño Kevin, cómo Lute la dejó malherida con la esperanza de que iba a morir, cómo fue rescatada por el ser más bueno de la creación: su amada princesa.
Charlie estaba conmocionada. Era la primera vez que Vaggie le contaba su historia con total sinceridad. Pero a pesar de lo horrorizada que estaba, notaba que Vaggie hablaba con calidez. Ella no se arrepentía de la decisión que había tomado. Se sentía orgullosa de haber salvado a aquel caníbal.
—Si no fuera por él, no hubiera descubierto que mi verdadero propósito estaba aquí abajo ayudando a redimir pecadores. Y, sobretodo, no te hubiera conocido.
Ambas se quedaron mirando mutuamente hasta que la distancia entre ellas desapareció por completo en un tierno beso lleno de amor. Ese amor que habían compartido durante tres años y que, a pesar de las dificultades, querían seguir compartiendo por toda la eternidad.
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padmesstuff · 1 year
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él.
si me conoces, muy probablemente te hablé de él en algún momento.
del hombre alto y con barba con el que hablaba todas las noches, de lo trabajador que es y las maravillas que habla de su papá, de las veces que me decía que me veía bonita o de cómo su mano encajaba perfectamente con la mía, o también pude haberte contado alguna vez con más humor del que debería una de las tantas veces que me quedé en mi cama llorando por la noche, o que traté de calmar mi ansiedad y mi insomnio con brownies de mota.
pero si eres cercano a mí, seguramente te diste cuenta de que de repente me gustaba ir al trabajo y que hasta llegaba temprano sólo para estar con él en su hora de comida, o de lo feliz que fui cuando él se compró una camisa nueva para nuestra primer salida, de que dejé de hacerme mis delineados raros o me dejé crecer el cabello porque él me dijo que me veía bien sin maquillaje y que debería dejarme el cabello largo, de lo radiante que me veía al verlo sonreír cuando le regalaba cosas que le gustan, de lo gozosa que era cuando él y yo pasábamos tiempo juntos en su casa o cuando esperaba a que llegaran por mí, muy probablemente también te enseñé su playera que hasta la fecha sigo usando como pijama, o te conté que estaba haciendo una playlist de canciones que quería escuchar abrazándolo pero que terminó siendo de canciones que expresan sentimientos reprimidos, también pudiste haber notado que mi ropa cada vez me quedaba más grande, o pudiste haberme visto llorar, o que tenía mucho sin pasar un cumpleaños llorando pero que el número 22 sin duda fue uno de los más tristes, que compraba ropa planeando usarla cuando tuviera citas bonitas con él y que hasta la fecha es ropa que nunca he usado, que empecé a ir a terapia porque mis inseguridades y mi ansiedad estaban tomando el control de mi vida, que él ha roto mi corazón de todas las maneras posibles y aún así sigo esperando su regreso, y probablemente también notaste que nunca había querido a nadie como lo quiero a él.
pero viendo el panorama, ni cuando “estábamos bien” estábamos bien realmente.
él tenía sus planes, tenía fiestas en su casa, partidos cada semana, su graduación y yo nunca fui invitada a nada de eso.
una vez, alguien me dijo que pusiera en una balanza los malos y los buenos ratos que él me hacía pasar, siendo septiembre me aferré a la idea de que era más lo bueno que lo malo y al día de hoy lo bueno me parecen migajas y lo malo una tonelada.
y es ahí cuando me regaño y me pregunto qué es lo que extraño, si extraño algo que nunca tuve, porque para mí siempre fue él y para él nunca fui yo, porque le mandé cartas a su casa y él ni siquiera venía a verme, porque nunca recibí ni una flor, un dulce o una simple nota diciéndome que me quería, porque él puede pasar días o incluso semanas y meses sin saber nada de mí mientras yo me desvanezco por estar con él.
ni siquiera puedo dirigirme a él como un ex porque nunca fuimos nada, pero para mí él lo fue todo.
y siempre va a tener una parte de mi corazón.
aunque el suyo esté en otro lugar.
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maryfortune · 9 months
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Desvelos (One short)
Al final me he animado a subirlo. Espero que guste. Si queréis saber mas de Cato y el juego les dejo aquí: @oliverojostristes // @redphonevn
Sin mas espera les dejo la historia
Abrí los ojos en pánico, hasta que vi el atrapa-sueños de mi dormitorio sobre mi cabeza. Miro alrededor y pongo mi mano sobre mi pecho suspirando. Estoy en mi cuarto, no estoy allí. Estuve mentalmente repitiendo lo cual mantra. Algo me ayudó ese ejercicio mental, pero aun mi mente se obcecaba en repasar la pesadilla al detalle. Mire el reloj del móvil y eran las 4 de la mañana. Seguramente estaba sola en el piso. Sabiendo que no iba a dormir me puse los cascos y decidí al menos levantarme y hacer algo productivo antes de que mi fortaleza mental cediera.
Me fui a la cocina en silencio a hacerme un café, mientras la música sonaba en mis oídos. Necesitaba que mi mente se distrajera. Miraba la cafetera y no pude evitar ver mi reflejo en la ventana. Sin ningún maquillaje, ninguna peluca, ni siquiera una expresión alegre para el público. Sólo mi mirada vacía…Solo yo. <<Vaya aun sola…Cuanto tiempo aguantaras con esa máscara antes de que el te la quite…Muñeca sabes que da igual que cara te pongas nadie te verá.>>
Mi mente se encontraba sumergida en mis pensamientos, sintiendo mis ojos ponerse vidriosos, cuando unos toques en el hombro me sacando en mi el movimiento de pánico de atacar, pero fue frenado en seco por una mano en mi brazo y unos ojos azules preocupados. Suspiro y me bajó con cuidado los cascos al cuello.
-Dulzura ¿Qué haces despierta?
Era Cato, por cómo iba vestido debía venir de fuera. Tardé unos segundos en recordar ser la compañera de piso alegre. Él debía venir cansado del trabajo.
-Café - Intentó darle una sonrisa pero claramente por como me mira no era la respuesta que buscaba. Suspira.
-Deberías dormir. -Aparta delicadamente mis manos de la cafetera notando la aspereza de estas. Por un segundo siento que mi máscara alegre se cae y mi visión se nubla por las lágrimas que se me acumulan.
-…no puedo…-empieza a quebrarse mi voz aferrándome a su manos las cuales aun viniendo de fuera me eran cálidas.
Cato me miraba preocupado y algo que parecía empatía. Agarra mis manos con un movimiento caballeroso acerca mis nudillos a sus labios para posar un beso sobre ellos. Dándome tiempo a reaccionar si no me sentía cómoda. Ese gesto más la mirada afectuosa que me dirigió provocó un sonrojo que por favor no se notara tanto como creía.
-No me lo vas a decir el porqué, ¿verdad?- Dice suavizando su voz grave. Desvió la mirada para disimular sabiendo que si la sostengo cederé.- Entonces tendré que vigilar tu sueño hasta que hayas descansado. - Estoy por protestar sabiendo que él debería estar durmiendo, pero antes de que diga nada pone un dedo sobre mis labios, mientras pone una media sonrisa.- Si veo que te esfuerzas y duermes pronto puede que yo también lo haga.
-Malvado -Refunfuño por el jaque mate que me ha hecho devolviéndome la táctica que le hago siempre que le veo volver herido. El pelinegro se ríe mientras me lleva a la cama.
Se va un momento antes de acostarse para él ponerse su pijama. Me veo buscando como colocar me en una cama individual para dejarle un hueco. Pero claramente el experto en Tetris encontró una solución rápida, cuando se sentó en la cama y me tumbó sobre él rodeándome con sus brazos. Lo escucho bostezar mientras le miro de reojo. noto sus dedos acariciar suavemente mi columna vertebral de forma relajante. Siento como mis párpados empiezan a pesar y mi cuerpo se va relajando sobre el suyo.
-¿Cato?- Susurro
-¿Mmm?- Tarde un poco en responder ya que hacía tanto que reprimía cada pensamiento o sentimiento que sentía el nudo en mi garganta intentando silenciar mi voz. Me aferre la camisa y antes de dejarlo ir.
-…Gracias, por esto…por aguantar mi personalidad extraña o mi humor volátil…por ayudarme cuando yo misma no se como hacerlo…No tienes porque hacerlo y los dos lo sabemos…a veces desearía poder ayudarte tanto como siento que tu me ayudas a mi…-No puedo evitar aprovechando la posición y el momento posar un beso a la altura de su corazón. Y mirar donde creo que estarán sus ojos colocando mi mano sobre esa zona dándole una sonrisa. -Por favor nunca cambies Cato.
Solo consigo ver en la oscuridad a Cato taparse el rostro con una mano mientras este murmura algo. Su reacción me curva los labios y al tumbarme escuchó claramente el pulso nervioso de mi acompañante. Me acomodo de nuevo sintiendo como mis pesadillas por un tiempo se vuelven a esconder en algún lugar de mi mente, para ser sustituidas por una mirada azul que me hacía pensar. <<¿Qué fácil sería amarte?>>
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analisword · 2 months
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high infidelity (Enzo Vogrincic x Fem! Reader)
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Capítulo 8:
Alana tuvo que tomar varias respiraciones profundas antes de atreverse a responder la llamada de Enzo, sus manos aún picaban del coraje que Sebastián había despertado  en ella, había usurpado su jodida mochila. 
Se rascó el cuello tan fuerte que le dolió y se dignó a contestar. 
—Hola. 
—Lana, hola—saludó Enzo tan amable como siempre, ella tragó saliva en seco, usualmente la voz del uruguayo tenía un efecto relajante en ella, pero esta vez ella se encontraba tan furiosa que no creía que eso fuera posible—. ¿Ya estás en casa? Olvidé echarle agua a las plantas de la ventana, ¿vos me podés hacer el favor?
Claro que lo haría, el problema es que no tenía forma de ingresar al departamento. 
—Yo—pensó varios segundos qué decir—. No puedo. 
—¿Eh?
—Me quedé afuera, no tengo forma de entrar al departamento—soltó simplemente mientras apoyaba la espalda en la pared y se dejaba caer en el  piso del pasillo. 
—¿Olvidaste las llaves?—preguntó él riendo, Alana cerró fuertemente los ojos y se apretó el puente de la nariz—. Alana. 
—Algo así—respondió.
—Bueno, si querés te puedo pagar el taxi para que volvás  por las llaves a tu casa y así escribas hoy, no hay problema—sugirió él con su típico tono tranquilizador. 
—Eh…no, eso no va a funcionar. 
—No te estoy entendiendo. 
—Sebastián me sacó las llaves—se le rompió la voz—. Se enojó porque no le dije dónde queda la supuesta oficina y no me las va a devolver hasta que se lo diga. 
—Es que no puede ser más pelotudo—bramó, nunca lo había escuchado así de enojado—. ¿Querés que vaya para allá? Decíme que querés que haga y dejo todo—exclamó. 
Alana se restregó la cara con la mano que tenía libre,  Sebastián no sólo estaba arruinando su día de trabajo, también estaba por arruinar el de Enzo. 
—No, no, gracias—respondió—. Te espero acá, no quiero volver a casa. 
—Lana, son las 10 de la mañana, no regreso al departamento hasta dentro de 12 horas.
—No importa—si tenía que quedarse 12 horas sentada en el pasillo esperando a Enzo, lo haría. 
—Vos estás loca, voy por ti ahora mismo. 
—Tienes un montón de trabajo. 
—Vos también. 
—¿No hay otra solución?—preguntó ella. 
—Mmm…—esperó unos segundos, se escuchaba bastante ruido de fondo, claramente el chico estaba bastante ocupado—. Te puedo pedir un taxi para que vengas al estudio de grabación, te doy las llaves acá, ¿te parece?
—Sí, sí—respondió ella esperanzada—. Gracias, Enzo. 
—Vale, ahora mismo te lo pido—dijo él—. Alana…
—¿Sí?—preguntó nerviosamente, sabía que probablemente Enzo quería quejarse de Sebastián.
—Nada—no lo hizo—. Te espero acá. 
En menos de cinco minutos había un taxi esperándola afuera del departamento de Enzo, Alana apagó el celular, tenía la bandeja de mensajes repleta obviamente por Sebastián, el chico seguía insistiendo que ella regresara a casa por las llaves, claro con la condición de que él la llevara de vuelta a ''la oficina''.
Sonaba más como amenaza que como sugerencia, Alana no aceptaría eso por ninguna razón. 
El viaje hacia el estudio de grabación no duró más de treinta minutos, no podía negar que se sentía bastante nerviosa por visitar a Enzo en su lugar de trabajo, nunca había pisado un set de grabación en toda su vida y sabía que estaría lleno de gente importante. 
El de seguridad la dejó pasar en cuanto ella le dio su nombre, el set de grabación se trataba de una pequeña bodega con un patio gigantesco, había una gran variedad de campers de metal y personas con audífonos y cámaras caminando de un lado al otro, Alana se paró apretando las correas de su mochila sin saber muy bien qué hacer. 
—¿Sois Alana Lomelí?—preguntó una chica bajita, al igual que la mayoría de las personas ahí, llevaba unos audífonos de diadema con micrófono y una carpeta.
—Sí—respondió tímidamente.
—Vale, por acá—le indicó el camino con su brazo—. Enzo me dijo que vendrías, justo ahora le andan haciendo el maquillaje en su camper. 
Alana asintió con la cabeza y aún aferrada a su mochila siguió a la mujer, no tardaron mucho en encontrar uno de los campers plateados, tenía una pequeña escalera afuera y en la puerta había un cartel que ponía ''Enzo Vogrincic''.
—Enzo, tu amiga está aquí—la chica tocó la puerta de metal tan fuerte que Alana se sobresaltó, al instante Enzo abrió, llevaba el cabello recogido con unas horquillas y su piel lucía reluciente. 
—Lanita, pasa, pasa—le indicó—. Gracias Mónica—le agradeció a la chica, ella le guiñó el ojo a Alana y desapareció de su vista. 
—Wow—exclamó Alana ingresando al camper, no tenía nada de lujoso a decir verdad, sólo un grande espejo con la mesa llena de maquillaje, la silla alta que seguramente era de Enzo,  una mesita con su libretos y un pequeño sillón. 
—¿Cómo estás?—preguntó él con la voz llena de preocupación, su mirada la inspeccionó de arriba a abajo mientras colocaba sus manos sobre sus hombros. 
—Estoy bien—le respondió colocando sus manos sobre las de Enzo. 
—¿Segura? ¿Discutieron muy feo?—preguntó él, el cartílago de su garganta subió y bajó, Alana negó efusivamente con la cabeza, lo último que quería era seguirlo preocupando. 
—Anda insoportable por saber en dónde he estado escribiendo.
—Podés decirle, no me importa—dijo él quitando sus manos, pero sin despegarse ni un centímetro de ella. 
—Enzo, es tu casa, Sebastián no tiene por qué saber dónde vives. 
—No es como que me vaya a hacer algo—rió. 
—Pues no—dijo ella—. Pero no sé, es raro—dijo, Enzo no respondió a eso. 
—Después hablamos más tranquilos de esto—dijo—. Ehh, voy a andar todo el día filmando, así que te doy las llaves y ya vos me abrís el departamento cuando regrese. 
—¿Y si escribo aquí?—preguntó Alana observando el lugar, era silencioso ahí y de todas maneras podía disipar el sonido de afuera poniendo algo de música.
—¿Estás segura? Digo, por mí no hay problema, pero no sé si te encante escribir aquí. 
—Por mí está bien—dijo ella sentándose y procediendo a sacar su computadora, de todas formas le haría bien cambiar un poco de aires para escribir. 
—Bueno, será un placer tenerte aquí—dijo él sentándose en su silla, se sonrieron a través del espejo—. Sólo que van a estar maquillándome en lo que no grabo, Lucía puede hablar mucho—advirtió, Alana supuso Lucía era la maquillista.
—No pasa nada—dijo sinceramente. 
—Escuché mi nombre—una mujer rubia entró al camper dando un portazo, llevaba ropa bastante casual y un cinturón con al menos unas 30 brochas. 
—Lucía, Alana, Alana, Lucía—Enzo las presentó, Alana saludó con la mano pero la rubia se le acercó a plantarle un beso en cada mejilla. 
—La famosa Alana Lomelí—dijo ella  para después comenzar a colocar una crema sobre el rostro de Enzo, se notaba que lo conocía a la perfección porque sus dedos se movían con suma precisión y profesionalismo sin necesidad de verlo, Enzo por su parte tenía los ojos cerrados, claramente relajado al toque de la chica—. Enzo me ha hablado muchísimo sobre ti. 
—Calla—dijo él. 
—Espero que cosas buenas—rió Alana mientras bajaba la mirada hacia su ordenador.
—Obvio—respondió ella—. ¿A qué se debe que visites a Enzito? No se le para ni una mosca al pobre aquí. 
Alana apretó los labios al escuchar el apodo, pero hizo lo posible para borrar su mueca y responder amablemente, abrió su boca para hacerlo, pero Enzo le ganó. 
—Lana escribe en mi departamento—le informó—. Pero tuvo un problema con las llaves, así que escribirá aquí hoy—Alana agradecía que no hubiera entrado en detalles, pero aún así no podía evitar sentirse observada por la maquillista. 
—Ah, claro, claro, sos escritora, ¿cierto?
—Te lo he dicho un millón de veces—replicó Enzo haciendo un ademán con la mano, permaneciendo con los ojos bien cerrados, Lucía le guiñó un ojo a Alana. 
—¿Qué género escribís?—preguntó Lucía al fin viendo a Enzo, ahora estaba aplicando algo con una brocha. 
—Fantasía principalmente—respondió. 
—No podría jamás. 
—¿No podrías qué?—preguntó Enzo riendo. 
—Escribir, leer, me causa pereza—expresó la chica—. Soy más de películas, obvio. 
—Bueno, tal vez podrías darle una oportunidad—sugirió Alana amablemente. 
—Nah, prefiero ver a guapos como este en la pantalla grande—dijo dándole una palmada en el hombro a Enzo, Alana volvió a bajar la mirada, se notaba que se tenían bastante confianza, ¿y cómo no? Pasaban un montón de horas juntos, más de las que ella pasaba con Enzo…
¿Por qué eso le molestaba tanto?
Ni Alana ni Enzo respondieron, el resto de la hora Lucía se dedicó a preparar la piel del actor en completo silencio, para la suerte de Alana, pudo lograr escribir un par de páginas sin importarle que ellos estuvieran ahí.
—Tengo que ir a la primera escena—le avisó Enzo parándose de la silla—. Lucy tiene que estar allá para dar unos retoques, la toma puede tardar fácil un par de minutos o bien horas, así que tendrás el lugar para ti sola unos momentos. 
—Claro, genial—respondió sin dejar de teclear. 
Enzo salió primero, Lucía comenzó a guardar algunos productos en su cinturón, sin embargo, cuando Alana pensó que la rubia abandonaría el lugar, carraspeó. 
—¿Te gusta?—preguntó seriamente. 
Alana detuvo sus dedos en seco y levantó la cabeza para ver a la mujer. 
—¿Disculpa?
—Enzo, ¿te gusta?
—Somos amigos—respondió Alana confundida. 
—Es fácil caer por Enzo—dijo Lucía apoyándose del tocador—. Es un hombre bastante encantador. 
—Lo es—coincidió. 
—Pero vos tenés novio—dijo Lucía cruzando los brazos, Alana inclinó la cabeza. 
—No sé a qué viene todo esto. 
—Enzo es una buena persona, pero ser tan bueno lo puede hacer algo tonto, no ve la maldad en las personas.
—Enzo no es ningún tonto—saltó a la defensiva. 
—Se la pasa todo el día hablando de ti, pero sé que vos tenés novio, así que no sé qué pretendés viniendo aquí con tu finta de niña buena, y por si no te habías dado cuenta, Enzo podría tener a la mujer que él quisiera, así que no le hagas perder su tiempo—antes de que Alana pudiera responder algo, Lucía salió del lugar, dejándola completamente consternada. 
Alana rodó los ojos en cuanto la mujer abandonó el lugar, suficiente trabajo tenía con escuchar la mierda de Sebastián como para tomarle importancia a la mierda que una mujer desconocida le decía, así que tomó todo ese coraje para escribir durante horas. 
El resto del día Enzo entró un par de veces más para asegurarse que todo estuviera bien, Alana se limitaba a asentir sin despegar la mirada de la pantalla, no lograba descifrar si no se atrevía a mirarlo por la concentración que había ganado en el camper o porque mirarlo le recordaba a lo que Lucía había dicho, entre casi 5000  palabras escritas y las visitas rápidas del actor, la noche finalmente cayó. 
—Vaya forma de trabajar—la voz de Lucía la despertó, Alana miró a su alrededor, se había quedado dormida, miró la hora de la pantalla, dándose cuenta que había tomado una siesta de 15 minutos. 
—Tiene la manía de quedarse dormida en los lugares más extraños posibles—mencionó Enzo sentándose en la silla, Alana cerró su computadora, se sentía irritada, tanto por haber sido despertada de su siesta tan abruptamente, como por haberse dado cuenta que Enzo iba por ahí soltándole comentarios a Lucía sobre ella. 
Enzo cerró los ojos para que Lucía comenzara a aplicarle desmaquillante con un algodón, Lucía arqueó las cejas ante el comentario de Enzo y después le ofreció una mueca extraña a Alana. 
—Es mejor que me vaya—dijo Alana guardando la laptop en su mochila, se sentía cansada, sus ojos pesaban y sus muñecas le dolían por tanto escribir, había avanzado bastante en la historia, pero tal vez había sido una mala idea escribir en el camper. 
—¿Tu novio te espera?—preguntó la mujer haciendo movimientos circulares con el algodón sobre el cuello de Enzo, ni siquiera lo había maquillado ahí, Enzo carraspeó—. Qué lindo, ¿no? Tener a alguien esperando por ti en casa. 
—¿Te vas tan pronto?—preguntó Enzo fingiendo no escuchar los comentarios de la maquillista. 
—Son pasadas las 10 de la noche, tengo que pedir el taxi. 
—Pero aún no me enseñas lo que escribiste hoy—dijo Enzo apartando la muñeca de Lucía de su cara y finalmente abriendo los ojos, mirando a Alana fijamente. 
—¿Puedo leerlo yo también?—preguntó Lucía levantando la mano. 
—Pensé que no sabías leer—soltó Alana abruptamente, Enzo hizo un sonido de sorpresa ante el comentario.
—Claro que sé leer, no me gusta—replicó elevando la voz. 
—Misma cosa, buenas noches—Alana salió del camper con un portazo, a este paso el pobre camper terminaría desmoronándose, pero no podía importarle menos. 
Respiró varias veces, tenía que controlarse, ¿qué mierda le ocurría?
Caminó hacia una de las esquinas del set de grabación, la mayoría de los actores ya se habían ido y sólo quedaban un par de personas limpiando el lugar. 
—¿Qué fue eso?—preguntó Enzo riendo, ella se encontraba en una esquina del patio del estudio.
—¿Qué fue qué?
—Tú y Lucía. 
—No sé de qué hablas—respondió Alana cruzando los hombros, Enzo inclinó la cabeza y rió. 
—Vos la llamaste analfabeta. 
—¡No la llame así!—dijo Alana riendo por primera vez en horas. 
—Eh…—Enzo la apuntó con el índice—. Vos le dijiste que no sabía leer, la misma cosa.
Alana rodó los ojos divertidamente. 
—Ya, me pasé un poquito, ¿verdad?—preguntó rascándose el cuero cabelludo. 
—Sólo un poquito—dijo él juntando el pulgar con el índice. 
Alana sonrió, de pronto toda la acumulación de enojo y frustración que había sentido a lo largo del día había desaparecido por completo, Enzo tenía ese efecto sobre ella ella, tenía el efecto de que ella olvidara que efectivamente había alguien esperando por ella en casa, tenía el efecto de que olvidara que estaban en un lugar repleto de gente con cámaras, tenía el efecto de que ella se diera cuenta que efectivamente, él podría tener a la mujer que quisiera, sin embargo estaba aquí, riendo con ella, viéndola a ella, cuando estaba con Enzo, se sentía invencible, sentía que ellos eran las únicas personas en el mundo entero.  
—¿Qué tanto estás pensando?—preguntó Enzo en un susurro, el lugar estaba muy oscuro y a duras penas podía ver sus facciones gracias al reflejo de la luna, contrario a como usualmente lo hacían, en esta ocasión sus ojos se veían más oscuros de lo normal y sus pupilas estaban bien dilatas. 
''Se la pasa todo el día hablando de ti, pero sé que vos tenés novio, así que no sé qué pretendés viniendo aquí con tu finta de niña buena, y por si no te habías dado cuenta, podría tener a la mujer que él quisiera, así que no le hagas perder su tiempo'' Las palabras de Lucía no dejaban de retumbar en el fondo de su  mente, ¿lo peor de todo? Alana sabía que eran ciertas. 
No podía seguir jugando ese juego, no podía darle sus noches a Enzo y fingir que no le interesaba más que un amigo, no podía permitirse sentir esa atracción cuando Sebastián era su pareja.
La sonrisa de Enzo se borró de su rostro y se acercó más a ella, Alana tomó una profunda bocanada de aire y se atrevió a hablar. 
—Lo que pasó el otro día—murmuró—. No puede volver a repetirse—dijo refiriéndose al beso que Enzo le había dejado en su cuello. 
—¿Qué pasó el otro día?—preguntó haciéndose el tonto, la seriedad duró sólo un par de segundos en su rostro, porque ahora volvía a irradiar esa energía despreocupada  y hasta burlona. 
—Enzo—suspiró. 
—Alana—dijo él imitando su tono de voz, ella le dio un manotazo en el hombro, haciéndole saber que no estaba para bromas—. Ya, ya, estoy jodiéndote—rió. 
—Sí, precisamente eso estás haciendo, estás jodiendo mi puta cabeza—bramó entre dientes dejando que sus sentimientos volvieran a apoderarse de ella, él tragó saliva en seco ante el tono que la chica había empleado. 
—Repetí eso—dijo a pocos centímetros de su boca, colocó sus brazos a los lados de la cabeza de Alana, acorralandola contra la pared. 
—Estás jodiendo con mi puta cabeza—respondió ella con un hilo de voz, bajó la mirada, escuchó la respiración agitada de Enzo, no supo si era por la proximidad o por la manera en la que ella le estaba hablando, Alana volvió a levantar la mirada—. Lo que pasó el otro día no puede volver a repetirse—volvió a decir, Enzo parpadeó pesadamente y bajó la mirada a los labios de ella. 
—Lo que vos mandés—carraspeó Enzo empujando el interior de su mejilla con su lengua. 
Alana asintió levemente, pero Enzo estaba tan cerca de ella, viéndola de una forma en la que nunca había sido vista, estudiada, apreciada. 
Así que tirando a la basura todo lo que acababa de decir,  tomó a Enzo del cuello y estrelló sus labios contra los de él en un beso desesperado que él respondió con un jadeo y tomándola fuertemente de la cintura. 
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groriatrevi10xx · 6 months
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thefashiongirl: ¿Cómo sería Brittany en el universo de There Is Nobody?-
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G: They really like Brittany a lot, I always have more questions in my inbox about her... Than anything else.../Realmente les gusta mucho Brittany, siempre tengo más preguntas en mi bandeja de entrada sobre ella... Que cualquier otra cosa...
Also an apology for losing the question, at least I had the image I saved of the question... And well, how would it be... 🤔/También una disculpa por perder la pregunta, al menos tenía la imagen que guardé de la pregunta... Y bueno, cómo sería... 🤔
Hmmm...
Once on Tumblr Chat, Kassa and I talked about it... But I don't remember anything... I'm sorry... I apologize, again.../Una vez en el Chat de Tumblr, Kassa y yo hablamos de ello... Pero no recuerdo nada... Lo siento... Pido disculpas, otra vez...
Although I can draw a drawing, more or less how I imagine it... 👀/Aunque puedo hacer un dibujo, más o menos como me lo imagino... 👀
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Actually there isn't much, it would be the school uniform type, the same blue colors... Same... I think Brittany would hate that uniform for not being pink, but the school rules are law... And no They would let her in if she didn't really wear the uniform properly.../En realidad no hay mucho, sería el tipo uniforme escolar, los mismos colores azules… Igual… Creo que Brittany odiaría ese uniforme por no ser rosa, pero las reglas de la escuela son ley… Y no la dejarían entrar si realmente no usara el uniforme correctamente...
The only pink thing he could wear is his makeup and his tie.../Lo único rosa que podría usar es su maquillaje y su corbata...
I guess I would be a rich and conceited girl, I have no idea or I don't have an idea which club I would belong to.../Supongo que sería una chica rica y engreída, no tengo idea o no tengo idea a qué club pertenecería...
And about status, whether "Star Student" or "Popular Student" or "Normal Student".../Y sobre el estatus, ya sea "Estudiante estrella" o "Estudiante popular" o "Estudiante normal"...
Automatically ruled out "Star Student"... To be one, you need to have the best grades and be very intelligent.../Descartado automáticamente "Estudiante Estrella"... Para serlo es necesario tener las mejores notas y ser muy inteligente...
It would be among "Popular Student" that you only need to be striking among people and they like you; and... "Normal Student" who are normal students who are nothing flashy and have average grades.../Sería entre los "Estudiantes populares" que sólo necesitas llamar la atención entre la gente y agradarles; y… “Estudiante Normal” que son estudiantes normales que no son nada llamativos y tienen calificaciones promedio…
I wouldn't know which one it would belong to... I'll leave it to you... Imagine it or ask Kassa, sorry... 🫠/No sabría a cuál pertenecería... Te lo dejo a ti... Imagínatelo o pregúntale a Kassa, lo siento... 🫠
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Brittany es de {Brittany is from}: @askkassandragf-v-2
There Is Nobody {Au}: Es mío... {It's mine...}
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poetajoereyes · 3 months
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El lobo, cansado de ser el malo del cuento, harto de ser visto como el villano de la historia, se fue a recorrer nuevos senderos, donde nadie lo conociera, donde nadie tuviese prejuicios hacia él, quería ser capaz de comenzar una nueva historia donde él no fuese el odiado, donde nadie fuese odiado.
Después de mucho caminar, después de pasar mucho tiempo en soledad, entonces la encontró a ella, sentada sobre una roca en el camino, con sus manos cubriendo su rostro, su vestido negro, hermoso pero no tan llamativo, su cabello enmarañado, con una belleza nada común, sus zapatos, también negros, algo polvorientos por tanto caminar.
Él le preguntó:
- Hola ¿qué haces acá tan sola?
Y ella, sorprendida, le dijo:
- Estoy acá tratando de alejarme de la maldad de los demás, que sólo ven tu exterior y te juzgan por tu apariencia sin siquiera intentar descubrir ni conocer nada más de ti, alejarme de aquellos seres que dicen ser buenos pero actúan contrariamente a sus palabras, seres llenos de hipocresía y faltos de compasión.
El lobo la miró, sabiendo claramente a qué se refería, se acercó un poco sabiendo que no sería rechazado por lo que es, deseoso de compañía y sintiendo la necesidad de dar compañía.
- ¿Quieres compañía? ¿me permites acompañarte un rato?
Ella, enjugando sus lágrimas y dejando ver sus hermosos ojos, lo miró y le dijo:
- Claro que puedes, para mí sería un placer, sólo te pido que me acompañes, no por lástima, sino por que nace de tu corazón, quiero sentirme amada por lo que soy sin que me señalen ni sigan estereotipos de bondad que terminan siendo crueles y, por ende, mucho más malvados.
- Me quedo porqué quiero, porqué, cómo tú, soy un incomprendido y porque, en mi corazón, siento que podemos derribar barreras y ser felices juntos.
Ella río mientras él se acurrucada a sus pies.
- Eres muy tierno, por lo visto tu apariencia es sólo una coraza, una pétrea coraza, pero en tu interior eres blando y llevas dulzura, eso lo puedo sentir.
Él la miró con una mirada que desprendía amor.
- Entonces me quedaré a tu lado hasta que la luna deje de ser motivo de poemas y las estrellas no se asomen más en el cielo nocturno.
- Siéntate cerca de mí, no a mis pies sino a mi lado, dijo ella mientras acariciaba su cabeza.
- No puedo rechazar tu invitación, aunque quisiera, hay algo en ti que me hechiza, creo que son tus ojos profundos o tu voz que suena a poesía.
Ella se sonrojó, pero él apenas lo notó, ella estaba oculta bajo su capucha y la luna apenas dejaba ver algo de su rostro que en verdad era hermoso, no la hermosura que puedas encontrar en la mayoría, era la hermosura que le daban esos ojos tan expresivos, esa sonrisa tan elocuente, sin nada de maquillaje, ella resplandecía de belleza.
- ¿Sabías que las estrellas más brillantes no son siempre las más cercanas? - preguntó ella - a veces simplemente las más lejanas brillan con tanto fulgor que se dejan ver desde la lejanía.
- Pues así pasa con todo, hay seres que brillan tanto que no pueden ocultar su belleza aunque quieran - lo dijo mientras colocaba su cabeza en su regazo.
- No me conoces por completo, no puedes saber cómo soy.
- Ya conozco lo suficiente de tí como para saber que eres alguien especial.
Ambos miraron al vacío, como buscando las palabras correctas para continuar la conversación pero ya estaban tan conectados que no necesitaron más palabras por un buen rato, ambos se perdieron en sus pensamientos que se entrelazaban.
- Siempre he sido temido - dijo él rompiendo el silencio - mis fauces, mis garras y mi apariencia en general, hacen huir a cualquiera y me hacen ser odiado.
- Algo parecido pasa conmigo, la apariencia es lo que más le importa a la mayoría, parece ser que una mujer siempre debe vestir con tonos pasteles para ser buena.
- Adoro tu apariencia, lo común no es lo mío, y puedo ver que eres una hermosa mujer, no me refiero meramente al exterior.
- Pero insisto, no me conoces por completo, has de conocer mis locuras, mi lado más endiablado y no tan bello.
- Eso no hace falta, somos seres muy parecidos, te conozco porque me conozco, te amo porque me amo, miro a tus ojos y puedo perderme en ellos, tienen un brillo que no he visto jamás, me puedo quedar a vivir en tu sonrisa por siempre.
Desde entonces un nuevo cuento fue escrito, sin estereotipos ni prejuicios, en el cual importa más el interior que el exterior, un verdadero cuento de amor.
Y cuentan que desde entonces, en noches de luna llena, ella se convierte en loba para recorrer el bosque junto a él y amarse por completo, pero en otras noches ella, siendo una bruja, prepara algún brebaje para que él pueda sacarse la piel de lobo y vestirse de hombre, no de un príncipe azul montado sobre un brioso corcel blanco, sino de un plebeyo común, con ojos brillantes como estrellas, con fuertes brazos para poder cargarla a ella hasta su lecho de amor, porque
¿quién dijo que los villanos no saben amar?...
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elsareyblog · 7 months
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de tanto en tanto, escribo en un word cosas random y autobiográficas, sin tener ningún objetivo claro... bueno, quería compartirles un pedacito de algo que agregué hoy al documento:
Siempre me han gustado las historias como Yo Soy Betty, La fea o Bridget Jones. Principalmente porque me he sentido muy identificada con las protagonistas: destinadas a ser solteronas hasta que un golpe de buena suerte las hace encontrarse con el hombre de su vida, no sin drama de por medio, claro. No tardo mucho en encontrar similitudes incluso en personalidad con ellas. No sé si yo me he hecho así y me he encontrado en ellas después o viceversa. Pero pues, no tiene mucha relevancia al caso. Sólo que de ahí surgen mis ganas de tener mi propia versión de esa historia. 
Estoy destinada a ser solterona, sobre todo ahora. Creí haber encontrado a mi Mark Darcy, sin embargo, sólo fue un gran fiasco. Un gran y doloroso fiasco. He intentado volver a las andanzas con los tipos pero su fantasma me lo impide. No me deja disfrutar de las interacciones. No he tenido nada con nadie porque tengo un Gabriel atascado en el corazón. 
No obstante…
Sí tengo algo nuevo que contar, que pasó el miércoles. 
Como dije previamente en este largo texto sin propósito, siempre que empiezo yo las interacciones, los resultados son pésimos. Sumado a que suelo parecer muy distante para la gente, casi nada ocurre en mi vida cotidiana. No suelo llamar la atención de las personas, por lo menos como para hacer algo al respecto. No destaco entre las mujeres, quizás en Chile sí. Bastante. Pero acá en Córdoba, soy un mojón con casi nada de tetas al lado de las modelos que se pueden llegar a ver en cualquier calle del centro. Y bien vestidas, para colmo. 
Tienen elegancia, ropa bonita, cabello de peluquería y maquillaje nuevo, no de hace 5 años, claramente vencido, como yo. Para mí, estar presentable, requiere bastante esfuerzo de mi parte. Es decir, no soy fea, pero tampoco bonita. Me pongo rubor porque soy demasiado pálida, base para disimular las marcas de acné, delineador para llevar las miradas a los ojos, que es mi único fuerte, y alguna que otra cosita más. Pelo de Ígora Royal, 9.98, ahora medio desteñido. Estatura de 1.57 m, rellenita, cachetona y de cara redonda. Sin mucho trasero y pocas tetas. Sin embargo, por alguna razón la gente me dice que sí soy bonita. 
Supongo que hay algo en mí que no engancha de la misma forma que las demás. 
Volviendo al relato, venía con días de sentirme muy mal de autoestima. Pues mis compañeros de trabajo me hacen sentir poco mujer con su trato. Se babosean de otras mujeres conmigo, me piden que los enganche con una compañera nueva, etc. Además que el hecho de que el otro no me quiera ni le importe un pingo cómo esté, no colabora tampoco a mi pobre ego. 
Ese miércoles colapsé. Le dije a mi amigo, y encargado del local, que trabajaba hasta fin de mes y después me iba. Por muchas razones personales que ya pueden suponer sin mucha dificultad. Además, de mi mala relación con otros dos compañeros. Él me consoló e intentó hacerme ver que no me convenía, que no le prestara atención a los otros dos y que me quedara hasta mis vacaciones por lo menos. Aunque seguía decidida a irme. 
Poco después tuvimos una reunión con el dueño y otro “jefe” que se encarga de recursos humanos y otras cosas. Yo escuchaba pero no se me movía un pelo, pues quería irme igual. Escuchaba el cinismo de mis compañeros y más me convencía de la idea. 
Luego vino la conversación a solas con el dueño. Quien empezó así: ¿qué anda pasando, Sele? Mi amigo ya le había adelantado lo que poco antes había estado conversando con él. Me aseguró que los jefes y él mismo estaban muy contentos con mi trabajo, orgullosos de lo que había avanzado, etc. Fueron cosas que necesitaba oír de su parte, pues venía teniendo ojos en mi espalda que remarcaban todo lo que hacía o dejaba de hacer (una compañera con la que hacía tiempo tenía problemas en forma de guerra fría), además de que mi TOC se estaba manifestando en el trabajo en forma de mucha lentitud para cumplir con las tareas. Ambas cosas juntas me daban la idea de que ya no estaba le estaba sirviendo al trabajo y éste tampoco me servía a mí. “Ya cumplí mi ciclo aquí”. Por lo que, escuchar de la boca del dueño, todo eso que me dijo me hizo sentir un poco mejor. 
Después de esa reunión, tenía que ir a encontrarme con mi hermano en el Patio Olmos. Y ahí es cuando empieza la historia. 
                                                          *        *         *
Esto de no tener celular y andar así por la vida, es aburridísimo. Tranquilo pero aburrido. Espero que mi hermano me esté esperando en la entrada del shopping, debe haberse dado cuenta que era el mejor punto de encuentro para alguien que no puedo avisarle dónde está. ¿Cómo voy peinada? Agh, el broche no me agarra todo el pelo ya. Voy a tener que improvisar una media cola así no más. 
Debería haberme maquillado pero hoy día apenas tenía ganas de levantarme y venir a trabajar. Ni me esforcé. Es que mira, las ropas que tengo. No llevo nada de lo que suelo llevar: prendas ceñidas un poco al cuerpo para no aparentar ser más “grande” en dimensiones de lo que soy. No, hoy día llevo una remera manga larga y blanca normal, el pantalón de jean más regular que tengo y un rompe vientos que no deja ver nada ceñido a mi cuerpo. Mejor dejo de verme en los vidrios de las tiendas y prendo un cigarro. Sino me voy a deprimir más de lo que ya estoy. 
Eh… ¿eso es sandía? Me detengo en una verdulería a hacer la compra impulsiva de ¼ de sandía. ¡Qué rico! Por lo menos me voy a dar un gusto en este día siniestro. 
Lo bueno es que parece que mi hermano me va a tener flores de marihuana, por eso me debe haber hablado de juntarnos. Mamá debe haberle contado que estaba muy bajón. Anoche tuve una especie de crisis de vuelta. 
Bueno, aquí estoy en la entrada del Patio Olmos y no lo veo por ningún lado. Voy a ir a su trabajo dentro del mall, quizás me está esperando para tomar un café allá; el descuento de empleado, ya saben. 
No sé ni qué hora es. No me fijé antes de salir del trabajo. La reunión fue larguísima. ¿Acaso hay algún día en el que voy a poder salir a la hora que tengo que salir? 
Bueno, estoy en el trabajo de mi hermano y no lo veo por ningún lado. ¿Dónde carajos está este chico? Dios. Voy a tener que decirle a alguno de sus compañeros que tenga su número, que me preste para llamarlo. Ni los conozco, detesto pedir favores. Sobre todo a gente con la que no tengo nada de confianza. 
Diviso a Luchi, un chico de 19 años que, según tengo entendido, se lleva bien con Eze, mi hermano.  
-¡Hola! Disculpa que te moleste, es que me iba a encontrar con Eze acá pero no sé en dónde está. Tendrás su número para preguntarle dónde lo espero? No tengo celular, por eso… - No sé pedir las cosas.
-¡Hola! El número de Zequiel? - Así es su nombre artístico y por el que lo conocen sus amigos. - Sí, claro, ahí entrego una mesa y busco el celular  para que lo llames. 
-Gracias. - Atino a decir antes de que vaya a sacar su móvil de algún escondite que tenía en Caja. 
Lo espero unos minutos hasta que se desocupa lo suficiente para pasarme su celular. Un par de tonos después, atiende el susodicho. 
-Luuuuchi - saluda sin real intención de decir ese nombre. 
-Soy tu hermana, salame. 
-Si, ya sé. - Se rió. 
-¡Eh! ¿Dónde estás? Te estoy buscando aquí y no te encuentro. 
-Yo estoy en la casa. - Sigue riéndose. 
-¡La puta madre, Eze! Venite ya para acá que te estoy esperando. Pensé que ya ibas a estar acá. 
-Estoy en tu casa, tonta. Venite vos para acá. 
-Pero… - No puedo creer que podría haberme ido del trabajo directo a mi casa. - ¡Dios, te voy a matar!
-Es que te tardaste mucho así que me vine para acá no más. Dale, apurate y vení. 
Cuelgo. No puede ser. Ahora me va a tocar esperar bondi, con el dolor muscular que tengo…
Salgo del Patio Olmos y me apuro para ir hasta la parada del autobús. Cuando estoy llegando a la esquina, veo que mi colectivo está subiendo a pasajeros. Empiezo a correr para alcanzarlo. Y cuando estoy llegando, el colectivo comienza a avanzar. Le hago señas, puede parar y subirme rápido. Vamos, estoy a un metro de la parada, lo estoy parando antes de que sea tarde, puede subirme, ¿no? No, tal parece que no. Tal parece que el conductor tenía un pepinillo trancado en el culo que, con amargura, me dejó atrás cuando podría haberme admitido sin problemas. ¡Si es que estaba casi vacío! Podría haber ido sentada en el viaje. ¡Ahhhh! ¿Ahora tengo que esperar UNA HORA hasta que llegue el siguiente, para quizás tener que estar parada todo el viaje? ¡Qué vida del orto! 
Mejor me siento en este cantero circular, no voy a hacer fila parada. Me subiré última, no sé, pero no quiero estar más parada. El dolor de espalda y hombros es insoportable. 
¿Mm? ¿Qué es eso? 
Noto que un chico se da vuelta y me ve de casualidad. Y como si le hubiera sorprendido, se me queda mirando. Yo bajo los ojos a mi mochila. Siento su mirada unos segundos más hasta que se vuelve hacia delante, estaba esperando el colectivo. Quizás uno de los que estaba esperando yo también. Bueno, seguro me encontró familiar o algo. 
Saco el libro de The Fault In Our Stars que estoy leyendo, en inglés para más placer. Es un libro que tengo hace 9 años mínimo, pues lo compré en la feria del libro a la que fui en un viaje escolar de mi secundaria. 
Nunca lo había agarrado para leer. Bajo La Misma Estrella no es una historia de las que yo repetiría. La leí en español en su momento y no me vi en la necesidad de leerla en inglés hasta ahora. Eso porque necesitaba una distracción no teniendo el celular a mano y, por ende, sin poder escuchar música fuera de mi casa. 
Vuelvo a ver movimiento de parte de este chico desde el rabillo del ojo. Para mirarme tiene que dar vuelta su cuerpo entero, pues estoy sentada detrás de él. En dirección contraria a la que se espera llegar el colectivo. No creo que me esté mirando con tanto descaro, con la molestia de tener que darse vuelta, ¿no? Levanto la mirada y me está mirando fija y directamente a mis ojos. Un segundo le sostengo la mirada y vuelvo a mi libro, totalmente intimidada y avergonzada. 
No estoy ni presentable, ni maquillada, ni bien vestida. Llevo un cuarto de sandía en una bolsa, el pelo despeinado y los ojos un poco hinchados de haber llorado unas horas antes. 
Cuando puedo observar que está dado vuelta, lo miro. Tenía ropa muy regulares, parecía recién salido de trabajar. Con unos joggings de algún equipo de fútbol, gorra con visera, auriculares puestos, mochila que parecía tener algunos años de edad y una campera de color similar al de sus pantalones azul marino. De complexión normal en todo sentido. Mientras lo estoy escaneando, él vuelve a darse vuelta para mirarme. No puedo creer que lo esté haciendo más de dos veces ya. Encima, para más énfasis, se da vuelta y se queda ahí. Dedicándome varios segundos de su vida, estableciendo su postura para verme. Lo peor es que no hay nadie más alrededor, y tampoco sería la excusa puesto que se encargaba de clavar sus ojos directamente en los míos, como para que no haya lugar a dudas. 
Antes de volver a escaparle a su mirada, rápidamente miro su rostro. Tenía rasgos suaves a pesar de estar serio, más redondos que rectos. Ojos marrones, piel trigueña, el labio inferior más grueso que el superior. Nariz fina pero con la forma que suelen tener las narices afroamericanas, ¿me logro explicar al describirlo? Siendo sincera, normalmente no habría sido un chico en el que me habría fijado. No era feo y de hecho, su estilo estaba dentro de mis variados gustos. Me gustan los chicos que se vean trabajadores, que no estén tan preocupados por la ropa que usan o por su aspecto. Y él daba esa apariencia. No era descuidado pero tampoco frívolo. No obstante, no me habría detenido a mirarlo si no fuera por la presente situación. 
De a poco, siento un poquito de desconfianza en el fondo de mi cabeza. ¿Siempre que una chica le llama la atención la mira así? Otra parte de mí saltó una carcajada ante este pensamiento. Selene, no sabes no ser celosa, incluso cuando se trata de un desconocido, conocido ahora desde hace literal 5 minutos. 
En fin, voy a TRATAR de leer, siendo muy difícil bajo el escrutinio de este nuevo aporte casual a mi monótona vida. 
Se voltea a mirarme 4 veces más. Por lo menos. Mi ego, se imaginarán, está recibiendo sus buenas sobaditas de lomo. Pero no son suficientes para parar el dolor de espalda y hombros que estoy teniendo. 
Me doy cuenta que quiero estar pronto en mi casa acostada, así que decido irme en taxi. 
Sí, lo sé, debería esperar el colectivo, pues es evidente que algo novedoso está por pasar. A este punto, ni siquiera mis inseguridades me dejan dudar de que ese chico está por hablarme o hacer algo al respecto. Lo va a hacer, lo siento en la piel de gallina de mis brazos. Me paro y me pongo a muy corta distancia de él, un metro como mucho. Ese es mi mejor intento para darle la oportunidad. Él no deja de mirarme todo el rato, observando todo lo que estoy haciendo. Me mira, me mira y no deja de mirarme. Yo, con el libro en mis manos, la sandía colgando de mi muñeca en una bolsa y llevando la mochilita en los hombros me quedo a esperar que pase un taxi. Estimo que pasan dos minutos hasta que aparece en una esquina uno libre. 
Mientras hago esto, intento hacer mi mejor esfuerzo para sostenerle aunque sea un par de segundos la mirada. Pero no puedo evitar ser demasiado tímida para hacerlo. Es muy intimidante el descaro con el que lo hace. Me siento como si estuviéramos apenas los dos solos en todo Córdoba, como si no existiera nadie más que él y yo en ese momento. Con sus ojos se encargaba de que así fuera. 
Cuando levanto la mano con la intención de parar el taxi, él abre sus ojos sorprendido. Si me pongo a fantasear, yo le habría añadido una burbuja de pensamiento que rezara: “¿qué? ¿ya se va?”. El taxi se para a mi lado. Miro al chico y le dedico una apenas perceptible sonrisa. No sé si él siquiera la pudo distinguir. Me subo al vehículo amarillo y en el momento en que me siento, me arrepiento de lo que acabo de hacer. 
Tomo pésimas decisiones. Siempre. Difícilmente lo vuelva a ver. Córdoba es muy grande, yo no suelo ir a esa parada y a esa hora. Puedo intentarlo pero quizás ya sea demasiado tarde… ¿Cuándo volveré a encontrar un chico que me dedique sus ojos tanto como él y que lo haga cuando no estoy en mis mejores versiones, en apariencia me refiero? Un chico que no me disguste, claro. 
Tengo muchos detrás mío en las redes sociales, a los que les atraigo por mis fotos que son bastante más lindas que mi yo real. Ellos no me gustan, no me conmueven, no les creo. 
Pero él… 
La puta madre, Selene. ¿Por qué sos experta en huir de las cosas que probablemente te lleven a estar un poco mejor? Quizás ese chico era mi Armando Mendoza, mi Mark Darcy. Y lo soltaste así, con tanto miedo… 
¿Cómo habrías terminado esta historia?
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xlemonciel · 1 year
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❝ I thought that I'd been hurt before ❞
La última semana había sido rara... Más bien Hyunjin había estado actuando extraño, ya no respondia a sus mensajes y llegaba cada vez más tarde a casa, completamente drenado al parecer, Félix entendía que era el agotamiento pasándole factura e intentaba ser paciente con él pero... Estaba preocupado porque el mayor apenas si le hablaba y no era bueno para su mente de por si más pesimista de lo normal, así que hizo absolutamente todo lo posible para que pudieran tener una tarde y noche para ellos dos solos en su aniversario. Se lo comentó la moche anterior al mayor en la cama, el cual sólo respondió con monosílabos medio adormilado, pero Félix se lo recordaría al día siguiente en mensajes. Le había costado un poco convencer a Changbin de que le hiciera ese favor, el rapero había puesto quejas desde el principio pero quizás porque era la primera vez que veía a Felix tan radiante o porque aún le apenaba que estuviera allí encerrado hasta a saber cuándo, acabó cediendo. Ya habían acabado la fase de composición y Bangchan había tomado unos días libres para viajar y visitar a algunos amigos, mientras que Han al parecer tenía planes para todo el fin de semana con Minho y Changbin no iba a preguntar por qué prefería dormir en el otro dormitorio en vez de allí, así que le tocó a él hacerle ese favor a Felix, que sería pagado en brownies. De hecho el omega había estado todo el día cocinando y preparando cosas, Hyunjin era realmente afortunado de tenerle como pareja, aunque se sentía personalmente atacado cuando Felix no le dejó ni probar los dulces. Pero no importaba, ya tenía el plan perfecto y MinJoon había caído en la trampa con bastante facilidad, así que a las siete de la tarde se marchó a quedar con el hombre y llevárselo  de fiesta.
Felix mientras tanto estaba muy nervioso, había estado enviándole mensajes  a Hyunjin todo el día pero no había obtenido respuesta, aunque si que los había leído así que esperaba que fuera señal de que estaba dejando todo el trabajo listo para acudir esa noche. Cocinó todo el día, cosas que sabía que a Hyunjin le encantaban,. incluido sus brownies y se arregló mucho, demasiado quizás pero estaba emocionado, había también preparado la mesa y encendido velas, quería que fuera romántico, no lo sería tanto como sus citas en Paris pero... Trabajaba con lo que podía.
Así que una vez solo en casa intentó relajarse para esperar a Hyunjin. Las ocho pasaron a ser las nueve y Felix estaba algo preocupado, había despejado la agenda del mayor había pedido favores y movido contactos para ello y estaba MUY seguro de ello, así que le envió algunos mensajes más y un par de selfies esperando que eso le apresurara a llegar. Pero pasó otra hora y nada, los mensajes siempre se quedaban en leído pero no había respuesta. Luego pasó otra hora... y otra más. La cena se había quedado frío y Felix empezaba a sentir una presión en su estómago ¿le habría pasado algo? Estaba preocupado. Cuando se hizo la una fue cuando vio el post de Jinni en instagram diciendo que estaban trabajando horas extra para traer lo mejor para sus fans y una foto de ella y Hyunjin. Entonces se dio cuenta de que acababa de ser plantado porque Hyunjin había preferido quedarse con Jinni, aún y si no tenía por qué... ¿Qué MinJoon le había estado llenando el horario acaso había sido solo una excusa todos esos días? Antes de darse cuenta su maquillaje ya estaba completamente arruinado por las lágrimas, se sentía rechazado y obviamente Hyunjin había hecho una elección ese día, y no le había elegido a él.
Cuando Changbin llegó esa noche estaba harto, ese hombre era una compañía espantosa y pensaba pedir a Felix más que solo  unos brownies como compensación, se lo merecía por haber pasado tantas horas escuchándole soltar burradas machistas y homofóbicas sin parar y no haberle dado un buen puñetazo en la cara. Cuando llegó eran casi las dos y al abrir la puerta vio a Felix en el pasillo de la entrara mirándole por unos instantes casi esperanzado antes de romper en llanto de nuevo y Changbin se alarmó. — ¡Hey! ¿Que pasa? ¿Yongbook? — dijo acercándose a él alarmado antes de darse cuenta de lo que sucedía, las velas estaban completamente consumidas, Felix estaba tal y como le dejó, solo que hecho un mar de lágrimas y la mesa estaba impoluta como si... Como si nadie hubiera comido allí. Changbin no era muy bueno consolando a nadie, y menos a Felix quien siempre parecía tener una sonrisa para todos en cualquier momento, pero hizo su mejor esfuerzo, el menor no dejaba de repetir que era su culpa que no era un buen omega y eso le hizo sentirse muy molesto con Hyunjin por hacerle crear esas cosas. Se pasó más de cuarenta minutos susurrándole todas las cosas en las que era genial y eso pareció calmar un poco al omega. Consiguió convencerle de que se fuera a la cma y finalmente este accedió pero en vez de ir al cuarto de Hyunjin, como normalmente fue a ponerse las zapatillas, Changbin le miró confundido hasta que captó qué pasaba y se empeñó en acompañarle a su cuarto en el otro apartamento. Al entrar Minho y Han estaban acurrucados en el sofá y ambos se alarmaron al verles pero Changbin solo les espantó acompañando a Felix a su cuarto y asegurándose de que estaría bien allí antes de regresar, dando a los otros dos solo como explicación que Hyunjin era un auténtico imbécil.
Regresó al apartamento cada vez mas y más molesto ¿Qué era tan importante como para dejar así a Felix? Cogió la bandeja de brownies que obviamente Hyunjin no se merecía y fue a sentarse en el sofá a comerlos y esperar. Obviamente. Era realmente tarde cuando la puerta se abrió de forma tímida como si no quisiera hacer ruido. Changbin iba ya por su tercer trozo cuando vio a Hyunjin, no dijo nada, ni siquiera saludó, mirándole fijamente, esperaría a que el mayor se diera cuenta de que Felix no estaba allí para soltarle su sermón y esperaba que tuviera una buena excusa preparada.
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tengomilpalabrasparati · 11 months
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Relatos Terapéuticos
EL LOBO Y LA BRUJA (Relato)
El lobo, cansado de ser el malo del cuento, harto de ser visto como el villano de la historia, se fue a recorrer nuevos senderos, donde nadie lo conociera, donde nadie tuviese prejuicios hacia él, quería ser capaz de comenzar una nueva historia donde él no fuese el odiado, donde nadie fuese odiado.
Después de mucho caminar, después de pasar mucho tiempo en soledad, entonces la encontró a ella, sentada sobre una roca en el camino, con sus manos cubriendo su rostro, su vestido negro, hermoso pero no tan llamativo, su cabello enmarañado, con una belleza nada común, sus zapatos, también negros, algo polvorientos por tanto caminar.
Él le preguntó:
- Hola ¿Qué haces aquí tan sola?
Y ella, sorprendida, le dijo:
- Estoy aquí tratando de alejarme de la maldad de los demás, que sólo ven tu exterior y te juzgan por tu apariencia sin siquiera intentar descubrir ni conocer nada más de ti, alejarme de aquellos seres que dicen ser buenos pero actúan contrariamente a sus palabras, seres llenos de hipocresía y faltos de compasión.
El lobo la miró, sabiendo claramente a qué se refería, se acercó un poco sabiendo que no sería rechazado por lo que es, deseoso de compañía y sintiendo la necesidad de dar compañía.
- ¿Quieres compañía? ¿me permites acompañarte un rato?
Ella, enjugando sus lágrimas y dejando ver sus hermosos ojos, lo miró y le dijo:
- Claro que puedes, para mí sería un placer, sólo te pido que me acompañes, no por lástima, sino por que nace de tu corazón, quiero sentirme amada por lo que soy sin que me señalen ni sigan estereotipos de bondad que terminan siendo crueles y, por ende, mucho más malvados.
- Me quedo porqué quiero, porqué, cómo tú, soy un incomprendido y porque, en mi corazón, siento que podemos derribar barreras y ser felices juntos.
Ella rio mientras él se acurrucada a sus pies.
- Eres muy tierno, por lo visto tu apariencia es sólo una coraza, una pétrea coraza, pero en tu interior eres blando y llevas dulzura, eso lo puedo sentir.
Él la miró con una mirada que desprendía amor.
- Entonces me quedaré a tu lado hasta que la luna deje de ser motivo de poemas y las estrellas no se asomen más en el cielo nocturno.
- Siéntate cerca de mí, no a mis pies sino a mi lado, dijo ella mientras acariciaba su cabeza.
- No puedo rechazar tu invitación, aunque quisiera, hay algo en ti que me hechiza, creo que son tus ojos profundos o tu voz que suena a poesía.
Ella se sonrojó, pero él apenas lo notó, ella estaba oculta bajo su capucha y la luna apenas dejaba ver algo de su rostro que en verdad era hermoso, no la hermosura que puedas encontrar en la mayoría, era la hermosura que le daban esos ojos tan expresivos, esa sonrisa tan elocuente, sin nada de maquillaje, ella resplandecía de belleza.
- ¿Sabías que las estrellas más brillantes no son siempre las más cercanas? - preguntó ella - a veces simplemente las más lejanas brillan con tanto fulgor que se dejan ver desde la lejanía.
- Pues así pasa con todo, hay seres que brillan tanto que no pueden ocultar su belleza aunque quieran - lo dijo mientras colocaba su cabeza en su regazo.
- No me conoces por completo, no puedes saber cómo soy.
- Ya conozco lo suficiente de ti como para saber que eres alguien especial.
Ambos miraron al vacío, como buscando las palabras correctas para continuar la conversación pero ya estaban tan conectados que no necesitaron más palabras por un buen rato, ambos se perdieron en sus pensamientos que se entrelazaban.
- Siempre he sido temido - dijo él rompiendo el silencio - mis fauces, mis garras y mi apariencia en general, hacen huir a cualquiera y me hacen ser odiado.
- Algo parecido pasa conmigo, la apariencia es lo que más le importa a la mayoría, parece ser que una mujer siempre debe vestir con tonos pasteles para ser buena.
- Adoro tu apariencia, lo común no es lo mío, y puedo ver que eres una hermosa mujer, no me refiero meramente al exterior.
- Pero insisto, no me conoces por completo, has de conocer mis locuras, mi lado más endiablado y no tan bello.
- Eso no hace falta, somos seres muy parecidos, te conozco porque me conozco, te amo porque me amo, miro a tus ojos y puedo perderme en ellos, tienen un brillo que no he visto jamás, me puedo quedar a vivir en tu sonrisa por siempre.
Desde entonces un nuevo cuento fue escrito, sin estereotipos ni prejuicios, en el cual importa más el interior que el exterior, un verdadero cuento de amor.
Y cuentan que desde entonces, en noches de luna llena, ella se convierte en loba para recorrer el bosque junto a él y amarse por completo, pero en otras noches ella, siendo una bruja, prepara algún brebaje para que él pueda sacarse la piel de lobo y vestirse de hombre, no de un príncipe azul montado sobre un brioso corcel blanco, sino de un plebeyo común, con ojos brillantes como estrellas, con fuertes brazos para poder cargarla a ella hasta su lecho de amor, porque
¿Quién dijo que los villanos no saben amar....
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