Tumgik
#estela correa
igglemouse · 1 year
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Episode 11 ~ Narcos
Estela spent most of the tour being impressed by the place and especially my two boys. She didn’t get to properly meet them though as they were fast asleep and being a mother herself she knew better than to selfishly wake them. She’s a mother of two and once I discovered that we bonded over it. She has a boy and a girl that are around the same age as Marcos and Felipe so I think I might have found two playmates for them already.
“Like you, I mostly stay at home, but I hear you do a bit of yoga?” She said, eventually we moved off the subject of our children.
“Yes! Well, I have not done it in a while but we do have a little club going.”
“I’ve met Irene the other day actually and she was telling me all about it.”
Irene is Ian’s girlfriend and a best friend of mines. Ian is Alonso’s brother and so he’s family as well. That makes him the uncle to my boys. It’s amazing how fast a new family tree is made and the strong connections that come from it.
“She was saying I could join but that your leader is sort of obsessed with yoga,” Estela continues.
“Ah, Alejandra, Allie, as we call her. Yeah, she’s pretty strict about the yoga thing but she’s taking a break from it too because of her own pregnancy.”
“Mmmhm, that makes sense. Still, I’d be interested in joining. I guess we are all family in a way, we have to create a strong bond so that we can support each other and defend each other. We are not ordinary wives, to be sure-”
“I’m engaged so-“
“You know what I mean. These men that we are dating are dangerous people with dangerous jobs. They will need our support but more than that, our loyalty. You, me, Alejandra, and Irene, we need to be tight, we need to make sure nothing we do puts our men in danger but more than that because it isn’t just about us, right?”
“Ummm,” I smile a little nervously because I feel like I’m being scolded.
“It’s about our children too, right? After all, what happens if some one tells on Alonso? What happens if the police comes knocking on your door Ines? You might be able to slip free of guilt but he won’t, what happens to all this? What happens to your children?”
“Yea, I’ve thought about this already,” and it is a sobering thought. This is why I never dive too deep into Alonso’s line of work. The less I know, the better.
“I don’t mean to scare you or anything,” she smiles herself but even I can tell it’s more of a mask. “I just want you and the others to understand, the family always comes first. I think you believe that too, Ines, I have a really good feeling here that your priorities are where they should be. Your children and what is best for them comes first and then after that, what is best for your family, that includes all of us, Ines. If Alonso goes down it likely means my husband goes down with him.”
Well, she’s made her point very clear but she’s right. We are all tied into this thing together now. This reminds me that perhaps we should be very very selective about who joins our yoga club and also scrutinize whose still in it. There has been one member who has been asking a lot of suspicious questions lately…
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atletasudando · 1 year
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Una apertura notable en el u20 en Bogotá
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(foto: Tianna Springer, 400m) El primer día de competencias por el Campeonato Sudamericano u20 -del viernes 19 al domingo 21 de mayo en la pista sintética del complejo El Salitre- en Bogotá ofreció momentos muy emotivos y un nivel superlativo. Pero será recordada, ante todo, por ofrecer la mayor expresión técnica que recordemos en la historia de estas competiciones: los 10.01 del brasileño Renán Correa de Lima Gallina (y también los 10.08 del colombiano Ronal Longa) en la "prueba reina", los 100 metros llanos. Ciertamente, la altitud -más de 2600msm- en la capital colombiana favorece las pruebas de velocidad y saltos, pero es lo cierto que la superación de estos atletas fue impactante. Renán quedó apenas a una centésima del legendario récord sudamericano absoluto de Robson Caetano da Silva (1998) mientras que Ronald estableció el primado absoluto de su país y también se colocó entre los mejores del historial absoluto de la región. Por supuesto, que a nivel de juveniles Renán fijó la plusmarca sudamericana y se ubicó entre los mejores del historial mundial u20. Todo dicho. Otra marca sudamericana cayó en los 110 metros con vallas y estuvo a cargo del brasileño José Eduardo Mendes da Silva con 13.41, mejorando en una centésima la que poseía el colombiano Juan Carlos Moreno. Thiago Resende Ornelas, también de Brasil, fue su escolta con meritorios 13.53. En la "estela" de esas actuaciones, también fueron cayendo varias marcas nacionales. La primera, y absoluta, de la uruguaya Manuela Rotundo, quien ratificó su jerarquía en lanzamiento de jabalina -ya había logrado el bronce mundialista del año pasado en Cali- y ahora se proyectó hasta 56.24 metros. La posta 4x100 masculina vio en acción a aquellos dotados de la individual y esta vez el triunfo fue para Colombia fijando un primado juvenil de su país en 39.77 y aventajando en tres centésimas a Brasil. Para la Argentina, el bronce en 40.18 también significó un récord nacional u20, terminando con un registro (41.17) que tenía 43 años de vigencia. En la 4x100 femenina, el triunfo fue de las brasileñas con 44.81, seguido por las locales con 45.09, en ambos casos con registros de primera línea internacional. El atletismo de Guyana tuvo motivos para festejar. Primero, por el tercer puesto y el progreso de Ezekiel Newton en los 100 llanos. Y enseguida, con su nuevo prodigio de los 400 llanos, la menor Tianna Springer, quien se impuso con 53.28 a un calificado lote y unió este triunfo al que venía de lograr en los durísimos Carifta Games. Esta prueba, en hombres, marcó otro 1-2 de los brasileños con  Vinicius Moura Galeno (46.32) y Elias Oliveira da Silva (46.64). Al cabo del primer día, Brasil lidera el medallero (9-6-8), con los locales cerca (7-5-1). También la cuenta de récords colombianos se extendió con Jean Ortiz, cuyos 72.38 metros en lanzamiento del martillo le dieron la dorada, seguido por el argentino Tomás Olivera con 68.75. Read the full article
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va-cios · 3 years
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Mateo
Mateo, vivía en una casa grande, con un enorme patio, por el cual, le encantaba correr. En su casa, se acostumbraba a comer bien y, con cierta regularidad, viajaba con la familia completa. Cada vez que escuchaba su nombre, Mateo levantaba sus peludas orejas, y, moviendo la cola, acudía al llamado, con puntualidad militar. Durante las tardes, acostumbraba a tirarse en el pasto, “a dormir calentito”, se decía. Para Mateo, la lluvia no era impedimento para jugar, por lo que, cuando llovía, solía correr por todo el patio, “así aprovecho de bañarme”, pensaba él. Cada vez que la familia almorzaba, Mateo, se sentaba erguido y en silencio, a un metro exacto de la mesa, esperando “el mejor festín de mi vida”, pensaba él. Por las noches, antes de dormir, tenía la costumbre de caminar en círculos, por sobre un cojín viejo que, Mateo, tenía dentro de una casita de madera, en el patio de la casa, “me encanta mi alcoba”, se decía a sí mismo. Un día, Mateo, en medio de un paseo por el parque con su dueño, divisó a una perrita, alegre y coquetona, por lo que, al instante, se puso a correr, tirando de la correa y de su dueño.
- Hola. - dijo Mateo -
- Hola. - respondió la perrita -
Mateo se dio la vuelta, miró a su dueño, y comenzó a saltar. “!Me dijo hola!. ¡Papá, me dijo hola!”, decía Mateo, a lo que su dueño, sin entender un solo ladrido, replicaba con un seco “!tranquilo!”. Mateo se calmó y volvió su atención a la despeinada perrita.
- Yo vengo siempre a este parque. - continuó Mateo -
- Nunca te había visto.
- ¿Te gusta correr?
- No mucho, prefiero caminar.
- Yo también, solo me gusta caminar.
En eso, el dueño de Mateo, dijo “Ya vamos Mateo”. Mateo, dijo “nos vemos mañana”, se dio la vuelta y, lentamente, comenzó a caminar, con una elegancia inusual.
A la tarde siguiente, Mateo durmió junto a su juguete preferido, un peluche con forma de conejo, y esperó pacientemente la hora del paseo. Al llegar su dueño del trabajo, Mateo, más contento de lo habitual, salió a recibirlo, con la correa entre sus dientes. Su dueño, entendiendo el mensaje, tomó la correa y cuando quiso amarrarla a Mateo, este, salió corriendo, entró a su casita de madera y salió con el peluche de conejo en su hocico, ubicándose nuevamente para que, su dueño, le amarrara la correa. Durante todo el camino, Mateo, llevó orgulloso el peluche, esperando llegar prontamente al parque. Estando ahí, Mateo no se movía, y solo miraba, cual radar, buscando a la perrita blanca, que había llamado su atención. “!Corre, Mateo!”, decía su dueño, pero Mateo solo miraba atentamente, con sus enorme orejas puntiagudas, apuntando al cielo. En eso, Mateo, la divisó a lo lejos, y, utilizando lo que parecía ser su nuevo estilo, caminó hacia ella.
- H…a…l…a - dijo mateo, con el peluche en la boca -
- Hola - respondió la perrita, sonriendo -
Mateo, con total elegancia, bajó su cuello como un caballo fina sangre entrenado para la ocasión, y depositó en el suelo, su peluche preferido.
- ¿Quieres jugar?
- Bueno - respondió la perrita, mientras olfateaba el roñoso peluche -
Coordinadamente, Mateo y la perrita, tomaron un brazo cada uno, y tiraron del peluche, mirándose a los ojos, como dos personas que se miran, sabiendo que ambos quieren besarse, pero que ninguno de los dos se atreve a dar el primer paso. Mateo, de mayor envergadura que ella, comenzó a girar en círculos y, la perrita, mucho más liviana que él, comenzó a despegar sus patas del piso, girando por el aire, con la liviandad que gira un bebé en los brazos de su padre. Entre risas, terminaron su particular juego, y Mateo dijo.
- Ya me tengo que ir.
- Bueno, mañana nos vemos. - dijo, entusiasmada, la blanca perrita.
- Mañana nos vemos. - replicó Mateo -
Al día siguiente, Mateo, despertó pensando en la hermosa perrita, y en las largas horas que tendría que esperar para verla. Sin el ánimo que lo caracteriza, Mateo estuvo tirado en el patio de la casa, simplemente esperando la hora del paseo. “¿me estará esperando también?”, se preguntaba Mateo. Desganado, mordía un juguete, para luego dejarlo, irremediablemente. A veces, se paraba, caminaba tres pasos y se volvía a echar en el pasto. A la hora de almuerzo, como nunca, Mateo yacía tirado en el pasto, sin ganas de comer. Durante la tarde, comenzó una fuerte lluvia, pero a Mateo no le importó. Continuó tirado en el pasto, mientras la lluvia lo mojaba incesantemente. En eso, sonó la chapa de la puerta, por donde entraría su dueño, así que, por primera vez en el día, Mateo se levantó enérgicamente y corrió a buscar la correa. Al volver, su cola se movía utilizando toda la energía acumulada durante el día, y se ubicó al lado de su dueño, pero este, todo mojado, le dijo, “no, Mateo. Hoy no tengo ganas de pasear, además está lloviendo muy fuerte”. Mateo, quedó helado. No podía ser verdad. No sería capaz de soportar un día más sin verla, así que, como un acto reflejo, corrió lo más rápido que pudo a su casita de madera, tomó su conejo y, velozmente, corrió de vuelta donde su dueño, que se disponía a cerrar la puerta, y, justo antes de que lo hiciera, Mateo salió raudo, dejando una estela de pequeñas gotas de agua distorsionadas por la velocidad. Entre la oscuridad, la lluvia y la velocidad de Mateo, el dueño le perdió de vista rápidamente, mientras gritaba “¡Mateo ven!”, inútilmente. Mateo, que se sabía el camino de memoria, corrió casi ciegamente, pero a toda velocidad, con su conejito entre los dientes. Con los ojos bien abiertos, iba repasando la lista en su memoria: izquierda, derecha, derecha, izquierda, derecha y parque. Sus patas, de color negro, se confundían con la lluvia y sus pisadas, casi felinas, apenas sonaban al contacto con el mojado piso. Sin parar de correr, llegó al parque, el cual, acostumbraba a estar lleno de personas y perros, pero que ahora, estaba vacío a excepción de la lluvia, que llenaba el lugar. Con los ojos entreabiertos para afinar la visión, miraba por todos lados, recorriendo el enorme parque, lleno de árboles y matorrales, que le dificultaban más aún la visual. Ya era la hora, tenía que estar en algún lugar. Muy a lo lejos, como si fuera una estrella, iluminada por la lluvia y los reflejos, Mateo divisó a su perrita, que también lo buscaba a él. Debido a lo oscuro de su pelaje, ella no podía verlo, pero, Mateo, desde el otro lado del parque, corrió en dirección a ella, junto a su peluche, que le impedía ladrar. Como si buscara a su dueño, la perrita se movía para todos lados y, Mateo, ajustaba su dirección, siempre hacia ella. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca, por fin, ella lo vio y, producto de un reflejo, sus ojos brillaron como dos lunas poniéndose en el mar. A lo lejos, Mateo, se percató y, mientras corría, gritó, “H….A….L…AAA!”, con el peluche aun en sus dientes. Paulatinamente, Mateo, disminuyó la velocidad, hasta llegar caminando, elegantemente, donde su doncella, que la esperaba, impaciente, desde hace horas. Mateo, depositó el mojado peluche en el suelo y dijo.
- Vine solo.
- Yo también. - respondió la perrita, que había sido abandonada hace años -
- ¿Dónde vives?.
- Aquí, en el parque. - dijo la perrita, un poco avergonzada -
- Quiero vivir contigo. - dijo Mateo, con sus ojos enormes apuntando a los de ella -
- ¿Dónde?
- Donde quieras, no me importa.
Ambos, cruzaron sus cuellos y, como realizando una danza de ritual ancestral, comenzaron a acariciarse desde el cuello hasta la cara, repetidas veces.
- Solo tengo un peluche. - dijo Mateo -
- Yo no tengo nada. - replicó la perrita -
- Me tienes a mí.
La perrita emitió un gruñido casi inaudible, muy parecido al ronroneo de los gatos, mientras no paraban de acariciarse. En eso, Mateo, dijo.
- ¡Vamos!
- ¿Dónde? - respondió la perrita -
- No sé, no conozco más lugares que mi casa y el parque, pero ya van a venir a buscarme.
- Bueno, vamos. Yo conozco algunos lugares, sígueme. - dijo, con seguridad, la perrita -
Bajo la lluvia se pusieron a correr, la perrita adelante, Mateo y el peluche, atrás. Debido a la costumbre, Mateo iba tratando de memorizar los giros que hacían, pero llegó un momento en que, su nueva lista, se extendió demasiado, por lo que, dejó de intentarlo y comenzó a fijarse en las calles, en los edificios, en los postes de luz, en los árboles y, con voz de enamorado, se dijo “Este es el patio más grande en el que he vivido”.
Pablo Aravena L.
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vision-femenina · 3 years
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Dolores Correa y Zapata (Tabasco, 23 febrero 1853 - Ciudad de México, 24 mayo 1924)
Fue fundadora de la revista Mujer Mexicana (1902-1907) junto a Columba Rivera.
El geógrafo mexicano Antonio García Cubas fue uno de sus sinodales al presentar el examen profesional para ser profesora titulada.
Mientras realizaba sus funciones como maestra también se cultivó en la poesía. Su obra literaria muestra una inquietud social. También colaboró con frecuencia en la revista Violetas del Anáhuac junto a otras escritoras que también mostrarían las inquietudes de la mujeres ilustradas de la época.
Entre su obra destacada se encuentra La mujer en el hogar, La mujer científica (poema) , Estelas y bosquejos (poemario), Moral, instrucción cívica, nociones de economía política para la escuela mexicana, Vida humilde o Memorias de una maestra, Mis liras (poemario).
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jedivoodoochile · 4 years
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Estampilla homenaje a Gustavo Cerati | A 5 años de su lanzamiento
El 8 de octubre de 2015, Correo Argentino lanzó la estampilla de Gustavo Cerati y el pack especial que incluye, un sello postal, un carnet filatélico y postales.
La presentación se realizó en Radio Nacional bajo la conducción de Gillespi. Participaron familiares de Cerati, entre ellos su mamá, Lillian Clarke; sus hermanas Estela y Laura; su tía Dora; y su sobrina Guadalupe; así también el presidente del Correo, Claudio Tristán; el diseñador de la estampilla Leonardo Correa; el periodista, Alfredo Rosso; y el músico Leandro Fresco, entre otros invitados.
-Lillian Clarke: “Es algo hermoso y conmovedor que siga creciendo el recuerdo de mi hijo. Pienso en él todo los días y me inspira muhca paz.”
La emisión se enmarca dentro de la serie ‘Ídolos Populares’ que el Correo viene haciendo a diferentes músicos argentinos. Sirve para señalar y destacar la importancia que han tenido en la cultura”, dijo Tristán a la prensa antes de ingresar al estudio de radio.
La imagen del sello postal homenaje corresponde a una fotografía del músico en uno de sus recitales de 2006 tomada por el fotógrafo Germán Saez, y en tinta metalizada, con líneas diagonales que hacen alusión a las cuerdas de su guitarra y que se puede conseguir junto al pack de $100 en las sucursales filatélicas de Correo Argentino, o bien por la página de internet del Correo Argentino a partir del día 9 de octubre de 2015, día de emisión. El comunicado de prensa del Correo Argentino expresa que es “una de las emisiones postales más esperada de los últimos tiempos", además de destacar "el orgullo que representa homenajear a un artista que trascendió las fronteras y logró, a través del talento y la popularidad, ampliar el espectro de influencias de la música latinoamericana. Desde ahora ésta emisión postal se transforma en un vehículo cultural que recorrerá el país y el mundo. La emisión se enmarca dentro de la serie “Ídolos Populares”, y consta de un sello postal; un sobre de primer día de emisión, dos matasellos (uno de día de emisión y otro de lanzamiento oficial) y un volante filatélico. El músico Leandro Fresco, que ha participado de diversos discos y giras de Cerati, afirmó sentir “mucho honor” por poder participar de este homenaje y resaltó que “todos los días” se acuerda de él a través de sus canciones. Además durante el evento interpretó 2 temas de Cerati, “La Excepción” y “Magia” en versiones remix.
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lucasgarciacornejo · 5 years
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Una vida para dos
– No sé porqué tanta alarma, tanta preocupación. Acá estoy, llegué, y estoy bien.
– Pero me dijiste que ibas a llegar anoche. Te esperé…
Los dos de pie hundiéndose en la alfombra mesozoica, clavando palabras en las paredes y su humedad. No había humor para reclamos, en nada que hubiera al rededor.
– Viky, esto ya lo hablamos, no me hagas volver a ….
– ¿a qué? ¿A explicármelo de nuevo? Explicámelo de nuevo, diez veces si querés, y no lo voy a entender nunca. “Me voy pero vuelvo, es lo único que importa” – Viky levantaba los hombros muy graciosamente y emulaba las excusas de Robert, que eran siempre las mismas. Las recitaba como si se tratara de una niña repitiendo la lista del súpermercado – “Si me amas, quedate tranquila, no hay nada de qué preocuparse”, ¡Si, genial! Pero no puedo vivir sin saber si sos un narcotraficante o sos el proxeneta de acá a la vuelta, o tenes una banda de ladrones, ¡o tenes otra mina! ¿tenes otra mina, Robi?
–Viky… – comenzó a explicar con una mano tapándose el rostro, en facepalm, lúgubre.
– Qué – Ella abrió los ojos verdes grandes, aun mas grandes – ¿Tenes...? ¿tenes otra? ¡Yo sabía!
– No tengo otra – con tranquilidad dijo, sin gritar porque ella justo se callaba. Siempre que gritaba se callaba en algún momento, para escuchar. No era tan escandalosa como pretendía ser.
– Lo sé…
Dio media vuelta, agotada, y se fue a uno de los sillones. Se derrumbó. No le cuadraba el papel de pedir explicaciones, pero sentía que tenía que hacerlo. No porque correspondiera, sino, de alguna forma, para poder protegerlo. Viky sentía que él no terminaba de confiar en ella del todo. Robert, quizás le ocultara sus actividades también, para protegerla.
– Lo hemos hablado un millón de veces, te pido que me entiendas. Es mejor así, Viky.
Él, también agotado por la frustración de querer relatar con lujo de detalles su obra diaria, ya no sabía cómo separar ambos entornos de su vida, para él incompatibles.
Se sentó en el sillón, a su lado.
– Vamos a descansar, fue una noche complicada. Dejémoslo así.  Mañana…
– No – dijo ella, interrumpiendo cortante. Como un “no” final.
– Si, Viky, como siempre, dale.
Ella se levantó en un movimiento que se repetirá eternamente en la cabeza de Robert. Se levantó dejando una estela infinita de su otros “yo” del pasado, que se vuelven a sentar, mentirosamente. Se levantó y sin dejar ver su rostro, en lo que sería luego un recuerdo impersonal, eterno, se fue. Volvió luego de infinitos años luz con un bolso de correa al hombro y una valija con rueditas.
– Esto no puede ser así – dijo ella aún sin mirarlo a los ojos – Así no puede ser.
– Viky… – se levantó y fue a buscarla, a interceptarla a la puerta.
Los cuadros con tierra y los muebles también, eran un merito de ella, porque él no había tenido demasiada participación en la conformación de ese hogar. Las persianas bajas desde ayer, y sus doce llamadas perdidas en el teléfono de Viky, de su jefa, eran merito de ella también, por una irrefrenable sensación de estar viviendo ella sola una vida para dos. Como esos actores que hacen doble papel en una película. Dando, Viky, siempre explicaciones inventadas, tratando de recordarlas todas para decirles a todos lo mismo, y no caer en la debilidad. Debilidad que sentía ya sobre su espalda, porque todos hablaban. No duraba en ningún trabajo, y la depresión de haber tenido todo, pero haberse dado cuenta de que era un holograma, la retenía durante días en su casa, esperando tener el momento de finalmente enterarse en qué consistía esa vida que ella vivía sola, una vida para dos.
– No te podes ir – le dijo él, sin querer realmente decir eso – No hay motivos
– Para mi hay un motivo, Robert, y es que no sé con quién vivo – Ella, con sus pies ya en el frio piso del pasillo, ya fuera del departamento, mientras la antigua luz que había puesto el consorcio aun intentaba quedar prendida, se dio vuelta para mirarlo a los ojos, quizás por ultima vez, y decirle:
– No sé quien sos.
Y se perdió detrás del marco beige y descascarado de la puerta de entrada del antiguo departamento.
Unos días mas tarde, y en el preciso instante en el que Viky contemplaba la pila de platos sucios en la pileta de la cocina, residuos de la noche anterior, residuos de la primer cena con sus amigas y amigos en seis meses, pensando “platos sucios que voy a lavar, para lavar también mi autoestima”, en ese preciso instante, el timbre interrumpió el caer del detergente en la esponja, nuevita la esponja.
– Ay, no  – dijo ella al abrir la puerta, y se tomó la cabeza, dando media vuelta, yendo a tirarse a un sillón que ya no estaba, derrotada en su intento de formatear el disco duro de su nostalgia.
–Viky, perdón, pero creo que esto no puede suceder así. Creo que… ¿Me dejas entrar?
Robert estaba dubitativo, y Viky no lo veía así de inseguro desde que tenía que vacunarse hacía unos cuatro o cinco años. Había sido un hombre bastante seguro y tranquilo, como si estuviera viviendo todo, absolutamente todo, por segunda vez, e incluso lo que forzosamente era nuevo, parecía enfrentarlo con la seguridad de la experiencia. Este día en el que pretendía ser escuchado por Viky, y re-formular la vida de ambos, ese día, estaba inseguro.
– Estaba a punto de poder comenzar una vida, ¿ves? –dijo Viky señalando la pila de platos
– Eso también lo podías hacer allá. Es más, al principio…
– Al principio pensaba que después de un tiempo te ibas a animar a contarme de tus “actividades”, pero no.
– Vine… – buscaba las palabras, pero no parecía estar muy seguro de cómo decir lo que quería decir – vine a eso.
Ella estaba apoyada en la mesada, con la cabeza hundida en los hombros, de espaldas a la puerta, mirando por la ventana blanca de luz blanca entre paredes blancas, la ciudad de ruidos y quejas. Se dio vuelta.
– ¿A qué?
– A decirte… lo que hago. La verdad. No quiero que lo nuestro se termine por mi… Por mi.
– No es tan fácil – argumentaba ella, frunciendo el ceño, sintiéndose incomprendida – pasaron muchas cosas, muchos años de no saber. No puedo cambiar el chip, como dice tu mamá. Ahora vos venís...
– Soy Batman, Viky.
Él se adelantó con dos pasos que parecían tener dedicatoria, y cerró suavemente la puerta, como si una bomba estuviera por estallar. Miraba al piso, y la miraba.
Ella lo contempló por unos instantes. Sus ojos se vidriaron y sentía nuevamente que la vida tenía alguna fijación con ella, con arruinar sus planes y sus proyectos de recomenzar.
– ¿Encima venís a tomarme el pelo? – Su boca se contorsionaba y estrujaba, sus gruesos labios salían hacía afuera conmocionados por la angustia incontenible – Te tomas el trabajo de venir hasta acá ¿solamente para verme así, para tomarme el pelo? ¿Para reírte de mi? ¿Porqué, Robert? – se llevó las manos a la cara, se dio vuelta y dejó salir el llanto, todo junto – ¿Porque?
Él se acercó, esquivó las botellas y las latas de cerveza, las cajas de pizza y las cartas, las hojas de personaje y la pantalla del máster. Cuando llegó hasta ella dudó, porque no sabía si era eso lo que quería hacer, pero de todas formas lo hizo. La abrazó. Ella se dejó abrazar un instante pero luego quiso escapar.
Se fue a otra punta del lugar, para poder mirarlo entero.
– Yo se que parece una estupidez,– volvió a hablar él, con su profunda voz de bajo que calmaba cualquier tormenta – yo reaccionaría mal también si alguien me dijeran algo así. Pero es verdad, Viky. Soy Batman.
– ¡Basta, pedazo de...! – Ellos no se insultaban, jamas. Aunque otras parejas lo hacían constantemente, ellos sentían que al insultarse se cruzaba una frontera de la cual era difícil volver – Basta… No entiendo porqué haces esto.
– Viky, te estoy hablando en serio, lo puedo demostrar.
– ¿Qué? No me digas que trajiste una mochila con un disfraz de Batman, ese que usaba Casero en Cha Cha Cha. Robert, por favor, andate.
– No me estás dando la oportunidad…
– ¿Oportunidad de qué? ¿De burlarte de mi? Andate, por favor.
– Traje a alguien – dijo mirando su celular.
– ¿Qué?
– Traje a alguien que puede dar fe de que lo que te digo es cierto.
Ella lo miró sin poder creer lo lejos que estaba sosteniendo semejante ridiculez. Fruncía el ceño, entrecerraba los ojos y las lagrimas corrían, ahora menos, por sus eminentes mejillas. Tenía ganas de mandar todo a la mierda.
– ¿Trajiste qué?
– Traje a un… colega, si se puede decir así. Hablé con él, le conté mi situación, nuestra situación, y como supe que no me creerías, hablé con él para que puedas ver que lo que te digo es cierto. Seguro que lo has visto en televisión. Es el comisario Seisdedos.
Ella cambió su incredulidad por sorpresa, ya que sabía muy bien quién era Seisdedos.
– ¿Trajiste a acá al Comisario Seisdedos?
– Está viniendo, me acaba de escribir.
– ¿Para toda esta… pelotudez?
– Viky…
Sonó el timbre.
– Ahí llegó. ¿Lo hago pasar o vamos abajo? – dijo él mirando el desastre que orbitaba la mesa ratona del living, y las manchas oscuras de la alfombrita naranja.
Ella no supo qué contestar, y no sabía en realidad si debía contestar.
– ¿Me estas hablando en serio?
– Te hablo en serio desde que nos conocimos en la fiesta de Santa Clara.
Ella lo miró de reojo, y su mirada se ablandó. Sus ojos dejaron de apuñalar, para ser suaves plumas. Él dio en la tecla. Ella pudo trazar un hilo desde los momentos de felicidad hasta esto, que era incomodo y un poco bizarro. Ella se dio cuenta que el hombre que tenía enfrente era el hombre que amaba. Le dio una oportunidad, para que al menos pudieran divertirse los dos con este paso de comedia que habían montado.
– No puedo creer que hayas traído a ese tipo, con el laburo que tiene, para esta estupidez.
Con ella adelante, dando zancadas, y considerando la situación completa mientras miraba el piso, bajaron por el ascensor los diez pisos hasta el hall del edificio de calle Belgrano.
Del otro lado de la puerta vidriada estaba el tipo, gordo, con el uniforme de policía, con cara de no saber muy bien qué es lo que tenía que hacer ahí, y el patrullero de fondo, estacionado en doble fila, en una de las calles mas transitadas del centro de la ciudad. Le costó embocar la llave en la cerradura, eran demasiados estímulos en poco tiempo.
Cuando pasaron la primer puerta se dio cuenta de que era él, no había dudas. Al darse cuenta de esto, la segunda llave también se rehusaba a entrar.
– ¿Te ayudo? – dijo él, pero ella no lo escuchó. Tenía demasiadas cosas en qué pensar.
El momento en que el comisario estaba parado del otro lado de la puerta, y Robert al lado de ella, y ella intentando abrir la puerta de entrada del edificio, fue mas que largo. Muchísimo, muy largo. Larguísimo. Tan largo que una mujer llegó a tocar el timbre del portero eléctrico, quizás para visitar a alguien, pero al ver la escena, que parecía estar en pausa, se fue sin esperar la respuesta. Alguien le contestó una vez se hubo ido, dos o tres veces, y colgaron, con puteada de por medio.
– Gracias por venir, Comisario – Se estrecharon las manos Robert y Seisdedos, una vez que pudieron atravesar el umbral.
– Por favor, faltaría mas, Robert – El comisario parecía mas dubitativo que Robert la noche en que ella se fue del departamento que habían compartido cuatro o cinco años. Tenía un bigote que le tapaba casi la totalidad de la boca, y una expresión bonachona. Sus ojos no ocultaban nada mas que la alegría que expresaban, con total sinceridad. Tenía una satisfacción que le inflaba el pecho, muy diferente a la estreches que se le ve por tv cuando tiene que hablar de algún crimen, en lenguaje policial.
– Con todo lo que haces por nosotros, no podía negarme – Cerró el veterano policía, ya dispuesto a saludar a la afectada mujer – ¿Como te va, Viky? Siempre me pasa lo mismo, yo…
– ¿Siempre viene tu pareja a decirte que es Batman, después de cinco años de secretismo?
– Te pido, Viky – comenzó Robert con semblante grave – que aunque no me creas, por ahora, no te burles, y tampoco lo andes diciendo en voz alta. Por la seguridad de todos es mejor mantenerlo en secreto.
– Señor Seisdedos – esgrimió Viky ignorando a su compañero de caminos – ¿Usted en serio tiene tiempo para esta ridiculez? Disculpe si le falto el respeto, pero es que francamente no puedo entender que usted, que debe tener mejores cosas que hacer, o gente a la que cuidar, venga hasta mi departamento para seguirle el chiste a mi nov… a él. – Un mundo de agua fría pareció caer sobre el alma de Robert, y le pesó el semblante, pero ella continuó – ¿Será que se conocen desde jóvenes y que se presta usted a estas cosas? ¿Será que le debe un favor? No entiendo, por favor, díganme que es un chiste, y listo, nos reímos y me voy, subo a mi departamento y me preparo que tengo un día bastante largo.
Mientras ella se expresaba de esta forma, escéptica y altanera, Seisdedos y Robert no dejaban de mirar para todos lados cuidando de que ningún ápice de información se filtrara de aquella incomoda conversación.
– No sé como explicárselo, Comisario – Dijo Robert levantando los hombros y dejándolos caer, en señal de derrota – Le expliqué por años que era mejor para ella no saber nada de esto, usted lo sabe porque lo ha vivido conmigo, todas las veces en las que he transitado mis culpas en silencio, sin poder desahogarme con la persona que mas amo – una sombra parecía llegar a los ojos de Robert, y a punto estuvo de caérsele un lagrimón – y ahora que le digo la verdad, no confía en mi.
– Viky, quiero decirle que estoy acá porque le debo mucho a este hombre, y un montón de gente de esta ciudad le debe la vida, pero no lo saben. YO personalmente estoy acá porque tengo que hacerlo, y ni en un millón de años voy a poder devolverle lo que ha colaborado con el cuerpo, ¿me entiende? No soy amigo de él, soy su colega y estoy orgulloso de serlo – el comisario apoyo su pesada mano en el hombro de Robert – Acá estamos metiéndonos en un tema que es para tratarlo así, a la ligera. Como miembro de la Policía Federal, y debido a mi cargo, puedo extender un certificado para excusarla frente a sus jefes. Deje lo que tenga que hacer esta mañana y venga con nosotros al café de acá la esquina, y hablemos con tranquilidad – Miró a los tortolitos en conflicto, y bajó el escalón de la entrada del edificio, diciendo desde la vereda – los espero ahí, va a ser mas seguro.
Ella miró al comisario mientras pronunciaba estas palabras. Lo miraba como quién ve a un cuadro cobrar vida, sacar brazos y zarandearte. Como quién ve un miedo a lo eventual volverse probable y luego volverse un hecho. Con la mirada perdida en los chicles negros pegados en la centenaria vereda, o mas allá incluso. Dio media vuelta y subió a su departamento. Robert la hubiera seguido sino fuera porque ella soltó la pesada puerta de entrada al edificio, dejándolo afuera. Como tantas veces él la había dejado afuera a ella. Batman nunca deja escapar estos detalles.
– Lo pensé – argumentaba Robert al comisario, ya en el café, mientras esperaban a Viky –pero mi traje tiene un sensor que se activa en la baticueva y Alfredo ya pone en marcha todo el operativo. No sería serio ponerme el traje solo para demostrarle que es verdad.
– No, tenes razón, era una idea nomas – Seisdedos sorbió su taza y la apoyó continuando – ¿y no le mostraste alguno de tus chiches? Esos aparatos los tenes vos nomas, son una locura. No le va a quedar otra que creerte.
– Ella no entiende de tecnología. Una vez deje sin querer un rastreador satelital en la cama de nuestra habitación y ni lo miró. Cuando le pregunté que le parecía mi teléfono nuevo, dijo que ni lo había visto. Tenía mas luces que un arbolito de navidad el coso ese, y ni le llamó la atención.
– Queda una sola cosa, Robert, te guste o no.
– Si – Robert se dejó caer sobre el respaldo de su silla y miró a la calle, donde la gente transcurría con sus tareas habituales – ya sé. Ya sé.
Ese día Viky jamás bajo de su departamento y no se encontró en el café con ese par de hombres que estaban decididos a desgranar su noción de realidad. Al contrario, se quedó en su cama llorando hasta que se hizo la hora de ir a la oficina. Recorrió las calles huidiza, escapando a las miradas de los patrulleros. Se imaginó todos los negocios turbios que podría tener Robert, como para que un Comisario se tomara la molestia de montar ese show. Drogas, prostitución, secuestros extorsivos, estafas millonarias. ¿En qué andaba Robert como para codearse con un comisario como si fuera su amigo de toda la vida?  Nada lícito, sino, no tendría tantos reparos en contárselo. Se puso a pensar en la salud mental de su ex. Pero al ver el convencimiento en la cara de Seisdedos, esta teoría quedaba descartada. Así, evadiendo pensamientos y a los patrulleros, llegó a su trabajo. Y así toda la siguientes semana, hasta que la realidad tocaría a las puertas de su percepción nuevamente.
– Llamé a mi vieja, llamé a mis hermanos, a mis amigos, ¡hasta a mi ex! Necesitaba que todos me dijeran que estaban viendo lo mismo que yo, que no me había vuelto loco – rio a carcajadas el colorado Wigdart, un compañero de trabajo de Viky, mientras ella llegaba a su escritorio.
– ¡A mi me pasó lo mismo! – contestó igualmente entusiasmado y divertido Andrés, otro muchacho que había entrado hace poco y que se encargaba del mantenimiento de las computadoras – ¡Encima es idéntico! Y las escenas que pasan son reales. No puedo creer que esté pasando. Si te pones a pensar, es el sueño de nuestra niñez ¿Cuantos años tenes vos?
– Cuarenta y cinco – Contestó Wigdart
– Bueno, yo tengo cincuenta y dos – dijo no sin pudor el rechoncho informático – y me acuerdo de haber estado toda mi niñez poniéndome un antifaz y dos lapices que eran los cuernitos que tiene él. Quería ser como él, y jugaba con los vecinos, nos peleábamos para ser él. Claro, todos queríamos ser Batman.
En medio del sorbo de su café de maquina, Viky se ahogó y tuvo que escupir la mitad del contenido. Los dos hombres se acercaron para socorrerla, la levantaron y le hicieron levantar los brazos. Estaba colorada. “Estas mas colorada que el Colo” rieron ambos hombres.
– Gracias, gracias – Viky decía mientras se limpiaba la boca con un papel mal impreso de ayer – ¿de qué hablaban? Perdón que me meta.
– De nuestro nuevo protector, Viky, – contestó Andrés mientras traía una silla de escritorio para sentarse cerca de ella – ¿no ves los noticieros?
– No hace falta ver TV–agregó el rojizo Wigdart a la vez que también se acomodaba en otra silla junto al escritorio de la recién llegada – el tema salió en todos lados: diarios impresos, diarios digitales, redes sociales, todas ellas.
– No vi nada, muchachos, estoy incomunicada del mundo, por mi salud mental. ¿Me pueden decir que pasó? ¿Dijeron...? – no quiso pronunciarlo pero lo hizo – ¿Dijeron “Batman”?
Andrés se levantó de un saltó, exagerando con toda su comicidad, diciendo:
– ¡Ah, bueno! ¡Pero esta mujer vive en un tupper! ¿Cómo puede ser que no te enteres del suceso mas relevante de los últimos...? Ayudame Colo ¿Cincuenta años?
– O cien…
– ¡O mas! – Andrés movía sus grasosos brazos por doquier para dar a los hechos la dimensión que él creía que tenían – Viky, tenemos a Batman. Apareció ayer en la Tv, en todos lados. Intervino en un tiroteo de la policía con unos narcos en la Villa 11-14. Todo el mundo, ¡Todo el mundo está hablando de él!
– ¡Pero por favor! – dijo la mujer, dando media vuelta en su silla giratoria, y agachándose para encender su CPU –ustedes, hombres grandes, ¿se creen semejante estupidez? Debe haber sido un idiota disfrazado de barman, digo Batman.
Ambos hombres se miraron y empezaron a reírse. El colo ya había estado buscando en su teléfono el video que se había viralizado y se lo mostró a Viky sin mediar palabra. En este se veía la grabación de una cámara de seguridad, a su vez grabada con un telefono, de una esquina de la villa, donde había unos patrulleros cortando la calle y los policías disparando. La toma dejaba ver también a lo lejos fogonazos de los narcos. En los treinta segundos que duraba el video se veía al murciélago humano depositando desde las alturas, uno a uno a los malvivientes cerca de donde estaban los policías. Lo dejaba como bultos, atados de pies y manos y amordazados. A lo lejos, se veía cómo los fogonazos de los disparos de los delincuentes iban cesando hasta acabarse. Cinco delincuentes detenidos por un ser negro, envuelto en una capa negra, que subía y bajaba del negro cielo, como un ángel oscuro.
– Cinco, Viky – explicaba ampulosamente Andrés – ¡Cinco! Y él solo. ¿Eso te parece una ridiculez?
– Pero por favor… – No quería creer, pero una adrenalina le recorría todo el cuerpo.
– Seguís colorada, ¿estás segura de que estas bien? – preguntaba el colo Wigdart.
– Sí, ¿porque no voy a estarlo? Estoy esplendida. O estaba, hasta que ustedes vinieron con esta sarta de pavadas. ¿Ya se fijaron de qué película sacaron eso?
Los hombres se miraron como no pudiendo creer la tozudez de su compañera.
– Te estoy diciendo que es real, mujer. – Insistía Andrés, ya desde el umbral de la oficina – Y si tenes alguna duda, te invito a que veas con nosotros, que prácticamente ya somos del club de fans – los tres rieron – la conferencia de prensa que va a dar nuestro nuevo héroe ahora a las nueve y media de la mañana – El informático miró su reloj, y al ver que no lo llevaba puesto preguntó preocupado – ¿Qué hora es?
– Las nueve y veinte, – dijo Viky, escéptica aun, abriendo el sistema en su pc, para empezar a cotejar información – vayan. No vaya a ser cosa que se pierdan al hombre rata.
– ¡Hombre murciélago! – sentenció el colo y se fueron a la entrada de la empresa, que realmente estaba pared de por medio, donde tenían un televisor que reproducía las graficas institucionales para los clientes que venían a consultar sobre el estado de sus cuentas.
Viky intentó seguir con su trabajo, pero no podía evitar escuchar la emoción de las varias personas que ya se aglutinaban en el hall de entrada de la empresa para presenciar la conferencia de prensa que supuestamente daría su ex-novio. Se rió para sí, al darse cuenta de que lo estaba considerando como una posibilidad. De considerarlo una posibilidad, pasó a preguntarse qué haría si fuera cierto. Si acaso debería perdonarlo y volver a unirse con el hombre que arriesga su vida protegiendo a los indefensos y acabando con el crimen, o si por el contrario abandonarlo, olvidarse de él por… Y no pudo encontrar un porqué. Sabía que de ser Batman, Robert se lo había ocultado tanto tiempo por el sencillo motivo de protegerla. Odiaba las películas de súper héroes, pero había visto la saga de Spiderman de Tobbey McGuire. Y no pudo evitar pensar en Mary Jean. Volvió a reír, y se sintió ridícula.
– Mas fuerte, ahí está, ¡Mas fuerte! – reclamaban en el hall, pidiendo volumen en el tv.
La voz del comisario Seisdedos, inconfundible y profunda, se escuchó en todo el lugar.
– … Y también sabemos que no están todos aquí para que los oficiales les relatemos el operativo que redujo al grupo narco mas buscado de los últimos años. Yo como Comisario a cargo de la operación y de esta seccional y todos mis compañeros sabemos que los medios de todo el país están aquí no para escucharme a mi o a algunos de nosotros sino para escucharlo a él. A él que de no haber estado ahí anoche – Seisdedos hizo una pausa, en la que parecía quebrarse – nadie sabe lo que hubiera pasado. Vamos, sin mas preámbulos, muchachos, abran esa puerta. Aplausos por favor, un héroe está entrando.
Se escucharon los aplausos, tanto dentro de la tv como fuera, y Viky, totalmente desconcertada, abrió su navegador para buscar la pagina del canal, y ver la transmisión por Internet. De ninguna manera iba a mostrarse atrapada por una situación que hace menos de cinco minutos había dicho que le parecía un invento, y ridícula. La versión web de la transmisión de la conferencia tenía unos segundos de delay. Se veía un gran SUM, abarrotado de periodistas, cámaras, y flashes, y micrófonos, y al comisario Seisdedos a un costado de la silla central, quién estuviera hace una semana en el hall de su edificio tratando de explicarle que su novio era Batman.
Cuando se abrieron las puertas del pasillo en el lateral del SUM, nadie entró, pero un instante después, las cámaras enfocaron nuevamente el centro del mostrador donde se sentaba Seisdedos, y él ya estaba ahí. Junto al bueno del comisario se encontraba una fortísima figura negra de facciones durisimas y contextura imponente, envuelto en un paño negro que le cubría los hombros. Una mascara le tapa toda la cara menos la boca y el mentón, y a cada lado de su cabeza tenía una especie de picos. Era él. Era Batman, el personaje de los cómics norteamericanos. Pero eso no era lo que le preocupaba. Lo realmente desconcertante es que ademas de ser Batman, ese personaje, el mas buscado del país, era Robert, su compañero de los días de la vida. A quién había tratado de ridículo, de querer engañarla, de cínico. No tenía duda. Su mentón, sus labios, sus ojos, esa mirada grave, era Robert, y lo hubiera sabido sin verlo. Pero no.
La señal de Internet se interrumpió, y la imagen se fue. Se levantó de un salto y corrió al hall, se abrió paso a los empujones y quedó delante de todos para escuchar las palabras del héroe.
– Te dije, Viky, ¿seguís sin creerme?
Ella seguía boquiabierta, lo ignoró. El novedoso personaje hablaba con una voz que parecía provenir del mismo centro de la tierra, evidentemente modificada por algún artilugio. Pero en esencia, era su voz. Explicaba detalles de la operación, y a las preguntas de su decisión a mostrarse, contestaba que había sido obligado por las circunstancias. Se movía poco, solamente giraba la cabeza para mirar a los periodistas que le hablaban. Le preguntaron porqué ahora. Contestó que hace muchos años que opera con la policía pero en secreto; sabía que su exposición publica traería problemas y revuelo, un revuelo que nunca hubiera querido.
– De ninguna manera hubiera elegido mostrarme públicamente, pero entiendo que los tiempos cambian y las circunstancias lo requieren. Algunas cosas, por otro lado, se mantendrán en absoluta reserva. ¿Los motivos? Digamos que es imposible que alguien, solo, viva una vida para dos personas.
Viky contempló la conferencia extasiada y abrumada, hasta que se retiró para tomarse el día libre. Dejó sus cosas, su computadora prendida, su cartera. Al otro día los diarios de todo el país titularon sus portadas con la palabra Batman, haciendo referencia a lo que ya hacía mucho no era una novedad.
– Viky, soy yo…
– Lo vi. Vi todo. Perdón.
– Está bien, eh…
– ¿Cuando te voy a poder ver?
– Ah, bueno, de eso quería hablarte...
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vídeo completo en la publicación original. un vídeo que vale mucho la pena ver, las veces que haga falta. #Repost @actualidadrt • • • • • • "Nosotros fuimos muy ingenuas, pensamos que nuestros hijos iban a volver" . En la última edición de 'Conversando con Correa', el exmandatario de Ecuador entrevistó a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, la personalidad más destacada en la lucha por los derechos humanos de Argentina. Durante su charla, repasaron la ardua tarea de las mujeres del pañuelo blanco que buscaban a sus hijos desaparecidos por la dictadura militar, instaurada desde 1976 hasta 1983, y luego a sus nietos, que fueron sustraídos por los uniformados en los tiempos del terrorismo de Estado, en medio de un plan sistemático de robo de bebés. . Con @mashirafaeloficial . #rtenespañol #actualidadrt #RafaelCorrea #Correa #EsteladeCarlotto #AsociaciónCivilAbuelasdePlazadeMayo #PlazadeMayo #Conversandoconcorrea https://www.instagram.com/p/B26_gQQg45L/?igshid=v6grxp5p6xwa
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diasjuntos · 6 years
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‹ ♡ ╱ random situations meme. @beautypert 18: our muses are trespassing
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                   Junsu sabía que lo que iban a hacer era rotundamente estúpido. Faltaban si acaso quince minutos para la medianoche y todo lo que se podía escuchar era el sonido de sus pasos y de su respiración. Cada vez que el rubio exhalaba, una pequeña estela parecida a humo surgía entre sus labios o de sus fosas nasales por el frío. - “ No te quedes atrás, dicen que así es como te agarran los fantasmas, ” - Junsu observó a su acompañante por encima del hombro sin detener su caminar, sonrisilla de medio lado iluminando su rostro con diversión. La famosa casa que pensaban visitar, o mejor dicho, a la que intentarían entrar sin permiso, se mostraba sombría e intimidante frente a su cuerpo, más grande y cercana con cada paso que daba. - “ Oh sí, este lugar se ve peor que en las fotos. ” - Dijo, cerrando un poco más su abrigo y acercándoselo al cuerpo. Junsu había investigado de manera exhaustiva los fenómenos paranormales que supuestamente ocurrían en la casa especialmente de noche: puertas que se cerraban de golpe, voces que susurraban al oído, luces que parpadeaban. - “ Vayamos por acá, leí en Reddit que la cerca tiene un agujero por el que podemos pasar. ” - Con eso el rubio se movía en la dirección que había indicado, ajustando la correa de su mochila sobre el hombro para que no se le cayera.
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ebrooksdesigns · 2 years
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Somos mas de 20 empresas dentro del Perú Gift Shop, este proyecto que empezo hace 4 años con apenas 8 empresas, crea oportunidades de desarrollo socio-economico a diferentes comunidades en Peru. Creamos productos eco-sostenibles, innovadores hechos a mano. Inspirados en nuestra cultura y que esten a la altura de las exigencias del mercado internacional. En Amazon.com y en nuestro sitio web www.perugiftshop.com Historias muchas historias que contar de estos ultimos años, pero felices de poder promover el Peru Gift Shop, dar la oportunidad a diferentes marcas establecidas, así como marcas nuevas una plataforma donde pueden vender sus productos al por mayor & al por menor. Aun tienes tiempo de visitanos, comprar y apoyarnos, llevandote regalos unicos, hechos a mano para ti o para tus seres queridos. www.perugiftshop.com Peru Gift Shop started four years ago with just eight companies. Nowadays, With over 20 established and up-and-coming companies, we have created opportunities, help the socio-economic developments of different communities in Peru. We create Peruvian inspired innovative products for the international markets. The best-selling products are the Arturo Ramos face masks, the 100% baby alpaca shawls from Colca Fabrics, @emyn with its baby alpaca dolls, leather wallets and looms from Katymejia, unique pieces from Las polleras de Agustina, scarves from Meche Correa, as well as jewelry from Yares Joyeros SRL and Impromsac's work from Ellyot Estela Yabar, also Evelyn Brooks Designs and for a month we have been captivated by the work of a woman and super hardworking mom Alpaca Awki. Stories many stories to tell from these last two years, but happy to bring the Peru Gift Shop and allow different established brands and new brands a platform where they can sell their products wholesale & retail. You still have time to order gifts for yourself or your loved ones. Shop & Support www.perugiftshop.com Our products are also available in different stores in the United States. #sustainablefashion #handmadegifts #peruvian #artisans #perugiftshop #empoweringwomen (at Perú Gift Shop) https://www.instagram.com/p/CXaTD1qsfAL/?utm_medium=tumblr
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delaruecaalapluma · 3 years
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"A zaga de tu huella". Tres carmelitas descalzas en la estela de San Juan de la Cruz.
“A zaga de tu huella”. Tres carmelitas descalzas en la estela de San Juan de la Cruz.
Conferencia de la 44ª Semana Sanjuanista impartida por Amelina Correa Ramón. Catedrática en la Facultad de Letras de la Universidad de Granada y miembro de la Academia de Buenas Letras de dicha ciudad, ha desempeñado puestos docentes en las universidades de Almería y Sevilla y ha sido ponente en más de medio centenar de congresos internacionales en distintas ciudades de Europa, América y…
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elblogdepablito · 3 years
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Mateo
Mateo, vivía en una casa grande, con un enorme patio, por el cual, le encantaba correr. En su casa, se acostumbraba a comer bien y, con cierta regularidad, viajaba con la familia completa. Cada vez que escuchaba su nombre, Mateo levantaba sus peludas orejas, y, moviendo la cola, acudía al llamado, con puntualidad militar. Durante las tardes, acostumbraba a tirarse en el pasto, “a dormir calentito”, se decía. Para Mateo, la lluvia no era impedimento para jugar, por lo que, cuando llovía, solía correr por todo el patio, “así aprovecho de bañarme”, pensaba él. Cada vez que la familia almorzaba, Mateo, se sentaba erguido y en silencio, a un metro exacto de la mesa, esperando “el mejor festín de mi vida”, pensaba él. Por las noches, antes de dormir, tenía la costumbre de caminar en círculos, por sobre un cojín viejo que, Mateo, tenía dentro de una casita de madera, en el patio de la casa, “me encanta mi alcoba”, se decía a sí mismo. Un día, Mateo, en medio de un paseo por el parque con su dueño, divisó a una perrita, alegre y coquetona, por lo que, al instante, se puso a correr, tirando de la correa y de su dueño.
- Hola. - dijo Mateo -
- Hola. - respondió la perrita -
Mateo se dio la vuelta, miró a su dueño, y comenzó a saltar. “!Me dijo hola!. ¡Papá, me dijo hola!”, decía Mateo, a lo que su dueño, sin entender un solo ladrido, replicaba con un seco “!tranquilo!”. Mateo se calmó y volvió su atención a la despeinada perrita.
- Yo vengo siempre a este parque. - continuó Mateo -
- Nunca te había visto.
- ¿Te gusta correr?
- No mucho, prefiero caminar.
- Yo también, solo me gusta caminar.
En eso, el dueño de Mateo, dijo “Ya vamos Mateo”. Mateo, dijo “nos vemos mañana”, se dio la vuelta y, lentamente, comenzó a caminar, con una elegancia inusual.
A la tarde siguiente, Mateo durmió junto a su juguete preferido, un peluche con forma de conejo, y esperó pacientemente la hora del paseo. Al llegar su dueño del trabajo, Mateo, más contento de lo habitual, salió a recibirlo, con la correa entre sus dientes. Su dueño, entendiendo el mensaje, tomó la correa y cuando quiso amarrarla a Mateo, este, salió corriendo, entró a su casita de madera y salió con el peluche de conejo en su hocico, ubicándose nuevamente para que, su dueño, le amarrara la correa. Durante todo el camino, Mateo, llevó orgulloso el peluche, esperando llegar prontamente al parque. Estando ahí, Mateo no se movía, y solo miraba, cual radar, buscando a la perrita blanca, que había llamado su atención. “!Corre, Mateo!”, decía su dueño, pero Mateo solo miraba atentamente, con sus enorme orejas puntiagudas, apuntando al cielo. En eso, Mateo, la divisó a lo lejos, y, utilizando lo que parecía ser su nuevo estilo, caminó hacia ella.
- H…a…l…a - dijo mateo, con el peluche en la boca -
- Hola - respondió la perrita, sonriendo -
Mateo, con total elegancia, bajó su cuello como un caballo fina sangre entrenado para la ocasión, y depositó en el suelo, su peluche preferido.
- ¿Quieres jugar?
- Bueno - respondió la perrita, mientras olfateaba el roñoso peluche -
Coordinadamente, Mateo y la perrita, tomaron un brazo cada uno, y tiraron del peluche, mirándose a los ojos, como dos personas que se miran, sabiendo que ambos quieren besarse, pero que ninguno de los dos se atreve a dar el primer paso. Mateo, de mayor envergadura que ella, comenzó a girar en círculos y, la perrita, mucho más liviana que él, comenzó a despegar sus patas del piso, girando por el aire, con la liviandad que gira un bebé en los brazos de su padre. Entre risas, terminaron su particular juego, y Mateo dijo.
- Ya me tengo que ir.
- Bueno, mañana nos vemos. - dijo, entusiasmada, la blanca perrita.
- Mañana nos vemos. - replicó Mateo -
Al día siguiente, Mateo, despertó pensando en la hermosa perrita, y en las largas horas que tendría que esperar para verla. Sin el ánimo que lo caracteriza, Mateo estuvo tirado en el patio de la casa, simplemente esperando la hora del paseo. “¿me estará esperando también?”, se preguntaba Mateo. Desganado, mordía un juguete, para luego dejarlo, irremediablemente. A veces, se paraba, caminaba tres pasos y se volvía a echar en el pasto. A la hora de almuerzo, como nunca, Mateo yacía tirado en el pasto, sin ganas de comer. Durante la tarde, comenzó una fuerte lluvia, pero a Mateo no le importó. Continuó tirado en el pasto, mientras la lluvia lo mojaba incesantemente. En eso, sonó la chapa de la puerta, por donde entraría su dueño, así que, por primera vez en el día, Mateo se levantó enérgicamente y corrió a buscar la correa. Al volver, su cola se movía utilizando toda la energía acumulada durante el día, y se ubicó al lado de su dueño, pero este, todo mojado, le dijo, “no, Mateo. Hoy no tengo ganas de pasear, además está lloviendo muy fuerte”. Mateo, quedó helado. No podía ser verdad. No sería capaz de soportar un día más sin verla, así que, como un acto reflejo, corrió lo más rápido que pudo a su casita de madera, tomó su conejo y, velozmente, corrió de vuelta donde su dueño, que se disponía a cerrar la puerta, y, justo antes de que lo hiciera, Mateo salió raudo, dejando una estela de pequeñas gotas de agua distorsionadas por la velocidad. Entre la oscuridad, la lluvia y la velocidad de Mateo, el dueño le perdió de vista rápidamente, mientras gritaba “¡Mateo ven!”, inútilmente. Mateo, que se sabía el camino de memoria, corrió casi ciegamente, pero a toda velocidad, con su conejito entre los dientes. Con los ojos bien abiertos, iba repasando la lista en su memoria: izquierda, derecha, derecha, izquierda, derecha y parque. Sus patas, de color negro, se confundían con la lluvia y sus pisadas, casi felinas, apenas sonaban al contacto con el mojado piso. Sin parar de correr, llegó al parque, el cual, acostumbraba a estar lleno de personas y perros, pero que ahora, estaba vacío a excepción de la lluvia, que llenaba el lugar. Con los ojos entreabiertos para afinar la visión, miraba por todos lados, recorriendo el enorme parque, lleno de árboles y matorrales, que le dificultaban más aún la visual. Ya era la hora, tenía que estar en algún lugar. Muy a lo lejos, como si fuera una estrella, iluminada por la lluvia y los reflejos, Mateo divisó a su perrita, que también lo buscaba a él. Debido a lo oscuro de su pelaje, ella no podía verlo, pero, Mateo, desde el otro lado del parque, corrió en dirección a ella, junto a su peluche, que le impedía ladrar. Como si buscara a su dueño, la perrita se movía para todos lados y, Mateo, ajustaba su dirección, siempre hacia ella. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca, por fin, ella lo vio y, producto de un reflejo, sus ojos brillaron como dos lunas poniéndose en el mar. A lo lejos, Mateo, se percató y, mientras corría, grit��, “H….A….L…AAA!”, con el peluche aun en sus dientes. Paulatinamente, Mateo, disminuyó la velocidad, hasta llegar caminando, elegantemente, donde su doncella, que la esperaba, impaciente, desde hace horas. Mateo, depositó el mojado peluche en el suelo y dijo.
- Vine solo.
- Yo también. - respondió la perrita, que había sido abandonada hace años -
- ¿Dónde vives?.
- Aquí, en el parque. - dijo la perrita, un poco avergonzada -
- Quiero vivir contigo. - dijo Mateo, con sus ojos enormes apuntando a los de ella -
- ¿Dónde?
- Donde quieras, no me importa.
Ambos, cruzaron sus cuellos y, como realizando una danza de ritual ancestral, comenzaron a acariciarse desde el cuello hasta la cara, repetidas veces.
- Solo tengo un peluche. - dijo Mateo -
- Yo no tengo nada. - replicó la perrita -
- Me tienes a mí.
La perrita emitió un gruñido casi inaudible, muy parecido al ronroneo de los gatos, mientras no paraban de acariciarse. En eso, Mateo, dijo.
- ¡Vamos!
- ¿Dónde? - respondió la perrita -
- No sé, no conozco más lugares que mi casa y el parque, pero ya van a venir a buscarme.
- Bueno, vamos. Yo conozco algunos lugares, sígueme. - dijo, con seguridad, la perrita -
Bajo la lluvia se pusieron a correr, la perrita adelante, Mateo y el peluche, atrás. Debido a la costumbre, Mateo iba tratando de memorizar los giros que hacían, pero llegó un momento en que, su nueva lista, se extendió demasiado, por lo que, dejó de intentarlo y comenzó a fijarse en las calles, en los edificios, en los postes de luz, en los árboles y, con voz de enamorado, se dijo “Este es el patio más grande en el que he vivido”.
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igglemouse · 1 year
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Episode 11 ~ Narcos
I am actually pretty happy to have Estela around here because she’s proving to be a fast friend. We just have so much in common when you think about it and she could be like a sister to me! For her, family is the most important thing and since I didn’t have much family growing up it is nice that I’m marrying into such a large and quite frankly successful one.
“I really should bring my two over, have the kids all meet,” she’s talking about her little guy and little gal. I don’t quite remember the names. “Jose and Doria!”
“I am so eager to meet them both but I admit to being a little nervous-”
“Oh your boys are sweet, I’m sure it’ll be fine.”
“I’m a little jealous too, I’ve always wanted a daughter and from what you’ve shown of Doria it makes me want one even more.”
She eyes my belly at that and grins. “I say give it a go until you get one!”
And I can’t help but laugh at that. “The house is big enough I suppose but honestly the whole thing is exhausting.”
“I told Felix two was it and he can’t touch me unless precautions are taken before hand.”
“I think after this one I’ll be making the same rule with Alonso! By the time one of mines says their first word I’m already buying another crib for a new one at this pace,” I say jokingly but I’m pretty serious at this point. Three children, that’s enough. Actually, maybe one more if this one is a boy...
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Las Bermudas.
En un bar medio borracho empezamos a hablar de ti, como pájaros de arena intentamos echar el vuelo, pero era demasiado tarde, la sal nos había cubierto y todo lo que quedaba de él, era una estela en el cielo con olor a mar.
 Resacosos y sin camino empezamos a dibujarnos en un folio sin medias tintas, una y otra vez, repasando bien los contornos de una historia incierta pero que llegaba a buen puerto, es lo único de que nos preocupaba, no sabíamos el dónde, pero si el cómo y con quién, y eso era más que suficiente.
 La tinta acabo por grabarse en mi piel, bebimos del vino que brotaba de mis heridas, acosamos a la noche para que se volviese eterna y los gemidos, fueron la orquesta que tocaba a los pies del balcón de nuestra playa recién descubierta, de la que no podíamos escapar volando, de la isla que se convirtió en hogar.
 Nunca nos dijimos adiós, pero pensándolo bien jamás nos llegamos a saludar.
 De aquel día recuerdo el viento, el frío del verano chocando con mis huesos y la luna riéndose de mí. Con arena en las alas, salitre en los ojos y un mapa en forma de cicatriz, comencé a caminar sin rumbo por el paraíso que nos vio amar con correas. 
Aún hoy deambulo de vez en cuando por esta playa para observar las huellas que las olas del tiempo no podrá borrar, aún hoy no me atrevo a recoger las migas de pan que dejé por si volvías, aún hoy entiendo que no pasó nada, que los pájaros no son de arena ni las heridas para siempre.
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Néstor. El hombre que cambio todo - Jorge "Topo" Devoto
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Néstor. El hombre que cambio todo - Jorge "Topo" Devoto
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Sinopsis de Néstor. El hombre que cambio todo:
El tiempo todo lo ilumina
«Y ya no hubo quien pueda con su fuego. Él se puso a vivir con toda el alma. Él se puso a vivir ya para siempre en las miles de flores que brotaban desde todos los rumbos del olvido, desde el fondo profundo de la patria». Teresa Parodi
El tiempo todo lo ilumina. A diez años de la muerte de Néstor Kirchner, resulta claro que él ha sido el hombre que cambió todo en Argentina. Por eso, y para reconocerlo y conmemorarlo, este libro aparece como una necesidad colectiva, como un fervoroso homenaje coral.
Historias personales, anécdotas políticas, estrategias compartidas, recuerdos e imágenes narradas desconocidas se suceden aquí. Jorge «Topo» Devoto ha invitado a participar de este acto de escritura a muchos, pero no a todos, como suele pasar.
Alberto Fernández – Papa Francisco – Oscar Parrilli – Fernanda Raverta Padre Lito – Sergio «Pato» Urribarri – Rafael Correa – José María Salvini Andrés «Cuervo» Larroque – Hugo Moyano – Juan Carlos Lascurain Juan Gelman –  Eduardo «Wado» de Pedro – Juan Cabandié Alejandro Dolina – Nilda Garré – Eduardo Valdés – Víctor Hugo Morales Pablo Grippo – Edgardo Depetri – Ángel Maza – Agustín Rossi Pedro Saborido – Omar Quiroga – Victoria Montenegro – Hugo Yasky Carlos Kunkel – Héctor Patrignani – Hebe de Bonafini – Evo Morales Víctor Santa María – Alicia Castro – Eduardo Fellner – Diego Carbone Estela de Carlotto – Jorge Taiana – Taty Almeida – José Manuel Zelaya Andrés Castillo – Alberto Descalzo – Julio Pereyra – Juan Carlos Alderete Jorge Sapag – Omar Plaini – Teresa Parodi
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Libro Néstor. El hombre que cambio todo – Jorge “Topo” Devoto PDF
Detalles de Néstor. El hombre que cambio todo – Jorge “Topo” Devoto Fecha de publicación: 01/10/2020 | Idioma: Español | ISBN: 978-950-49-7169-6 | Código: 10269093 | Formato: 15 x 23 cm. | Presentación: Rústica con solapas | Colección: Fuera de colección | Sentido de lectura: Occidental | Editorial: Editorial Planeta | Colección: Fuera de colección
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imagenprimero · 4 years
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Fuerte Esperanza: Asumió el nuevo mandato el intendente Correa y los concejales del municipio
Fuerte Esperanza: Asumió el nuevo mandato el intendente Correa y los concejales del municipio
Una noche más que emotiva se vivió en la plaza central del pueblo cuando tomaron juramento las nuevas autoridades que van a componer el cuerpo del Concejo Deliberante, Estela Enrique, Domingo Pérez y Héctor Agüero, listos para trabajar por el pueblo durante cuatro años, acompañando a gestión del intendente Walter ‘Bulinki’ Correa.
Por su parte, Correa tomó juramento por un nuevo mandato,…
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antoniodatsch · 4 years
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a conduta do juiz, além de bem recebida pelo direito, como exercício regular de um dever legal e moral, é atípica penal e disciplinarmente, pois como juiz corregedor lhe compete deferir autorização legal para tal, sendo de sua estrita alçada avaliar a conveniência e oportunidade do ato. Ademais, é necessária para o enfrentamento do Estado de Coisas Inconstitucional no qual se encontra o sistema prisional brasileiro, conforme entendeu o STF em 2015 (ADPF 347/DF). ~~ https://www.viomundo.com.br/voce-escreve/juristas-de-todo-o-pais-apoiam-juiz-afastado-por-ceder-celular-bloqueado-para-preso-fotografar-celas-de-risco.html?utm_medium=popup&utm_source=notification&utm_campaign=site Da mesma forma que todas as eventuais investidas contra a atuação independente e idônea do magistrado, diante da singeleza dos fatos e do bom exemplo que esse profissional catarinense tem dado ao Brasil, em sua tenaz luta para tornar mais humano o tratamento aos encarcerados, essas devem ser refutadas e arquivadas, por justiça e legalidade. 1 Celso Antônio Bandeira de Mello 2 Lênio Streck 3 Juarez Tavares 4 Juarez Cirino dos Santos 5 Amilton Bueno de Carvalho 6 Aury Lopes Jr 7 Vera Regina Pereira de Andrade 8 Sérgio Salomão Shecaira 9 Eugênio Aragão 10 José Eduardo Cardozo 11 Rubens Casara 12 Marcelo Semer 13 Wilson Ramos Filho (Xixo) 14 Pedro Serrano 15 Leonardo Isaac Yarochewsky 16 Carol Proner 17 Antonio Carlos de Almeida Castro, Kakay 18 Kenarik Boujikian 19 José Geraldo de Sousa Junior 20 Marcio Sotelo Felippe 21 Luciana Boiteux 22 Roberto Tardelli 23 Petra Silvia Pfaller 24 Ruy Samuel Spindola 25 Valdete Severo 26 Simone Schreiber 27 Márcio Soares Berclaz 28 Renato De Vitto 29 Rui Portanova 30 Geraldo Prado 31 Ana Cristina Borba Alves (Anoca) 32 Maria de Lourdes Bello Zimath 33 Cynthia Maria Pinto da Luz 34 Adriano Antunes Damasceno – Defensor Público Estadual/MA 35 Ana Paula Magalhães – OABPR 22.496 36 Anne Karole S. Fontenelle de Britto – OAB/MA 5127 37 Adriana Leandro – Juíza do Trabalho . 38 Adriana Mendes Bertoncini, juíza de direito TJSC 39 Alberto Alonso Muñoz, Juiz de Direito do TJSP 40 Alessandro Hofmann – Juiz de Direito AJD 41 Alex Maciel Fernandes, professor 42 Alexandre Bernardino Costa, professor da Faculdade de Direito da UnB 43 Alexandre Marques – Bacharel em direito 44 Allan Almeida – Advogado 45 Ana Araújo Ximenes Teixeira Mendes – 2a Promotoria de Mossoró – MPRN 46 Ana Carolina Bartolamei Ramos – Juíza de Direito AJD 47 Ana Carolina Oliveira Nunes Pereira 48 Ana Elsa Munarini, OAB/SC 35507, Rede Nacional de Advogadxs 49 Ana Inés Algorta Latorre, Juíza Federal Substituta em Porto Alegre/RS 50 Ana Júlia Ribeiro; 51 Ana Leticia Martins de Souza (MPMG) 52 Ana Luiza Castro 53 Ana Paula Ferreira, Advogada 54 Ana Paula Magalhães OABPR 22.496 55 Ana Ribas – Advogada 56 Anderson Bezerra Lopes – advogado 57 Andre Augusto Bezerra, juiz de direito, TJSP 58 André da Silva – OAB/PR 59.298 59 Andre Luis de Moraes Pinto, Juiz de Direito TJRS 60 Andrea Cristina de Souza Haus Waldrigues juiza do TRT 12a Região SC 61 Andrea Ferreira Bispo – TJPA 62 Andreia Indalencio Rochi, OAB/SC 43.945A 63 Anelise Passos Alves – OAB/SP 188.328 64 Angelita da Rosa – Advogada 65 Anna Candida Serrano – Procuradora do Estado 66 Anna Elisabeth J. A. M. Cabral – TRT 1 67 Antônia Mara Vieira Loguercio – Juíza do Trabalho aposentada (TRT4) 68 Antonio Augusto Galvão de França TJSP 69 Antônio Carlos Porto; 70 Antônio Cláudio Linhares Araujo – promotor de justiça – MPRN 71 Antônio Fernando Rites do Sacramento, OAB/MA 7804 72 Antônio Gonçalves Pereira – Juiz do TrabalhoTRT7 73 Antonio Pedro Melchior, advogado. 74 Armando Luiz Zilli – Juiz Trabalho TRT12 75 Armando Mesquita Junior – Juiz de Direito AJD 76 Arnobio Lopes Rocha 77 Ary Correia Lima Neto – OAB/PR 22.173 78 Augusto Arruda Botelho advogado 79 Berenice Araújo Portela, OAB/MA 12.729 80 Bianca Macário – Advogada 81 Brigitte Remor de Souza May, juíza de direito TJSC 82 Bruno Salles, advogado criminalista 83 Caio Mateus França dos Santos, OAB/SC 41.855, Instituto Justiça e Democracia 84 Camila Alves Hessel Reimberg 85 Camila Milek Mendonça 86 Carina Rodrigues Bicalho, desembargadora, TRT 1a Região 87 Carlos Adriano Miranda Bandeira – Juiz Federal 88 Carlos Eduardo B. Rebelo 89 Carlos Gregório Bezerra Guerra – Juiz de Direito TJPR 90 Carlos Jehá Kayath – OAB/PA 9044-A 91 Carmen Da Costa Barros – advogada 92 Célia Regina Ody Bernardes, juíza federal, TRF1 93 Celina Duarte Rinaldi, OAB/SC 11.649 94 César Caputo Guimarães, advogado 95 Christianne Gontijo, Analista Judiciário 96 Cláudia Maria Dadico – Juíza Federal TRF4 97 Cláudio Pina, Juiz Federal TRF1 98 Cleide Martins, Pedagoga 99 Conrado Almeida Corrêa Gontijo 100 Cristian Jesus – Advogado 101 Cynthia Passos 102 Dalmir Franklin de Oliveira Júnior, Juiz de Direito, TJRS 103 Daniel Remor Baschirotto, OAB/SC 10.735 104 Daniela Floss, Juíza do Trabalho, TRT 4 105 Daniela Rosendo, professora universitária 106 Daniele Abreu Danczuk – Juíza Federal Substituta 107 Daniella Meggiolaro, advogada 108 Dea Matozinhos 109 Deisi Regina Schuler Moraes – OAB 40618/DF 110 Denise Antunes – Juíza TJPR 111 Denival Francisco da Silva 112 Derliane Rego Tapajós – Juíza do Trabalho 113 Diego Carmo de Sousa, Juiz Federal 114 Diego Paolo Barausse – TJPR 115 Domingos Sávio Brito Bastos Almeida – Promotor de Justiça – MPRN 116 Dyana Ayres – Coord. da Rede de Proj. Sociais, Ação Social, Florianópolis/SC 117 Eder Bomfim Rodrigues, advogado 118 Edevaldo de Medeiros – Juiz Federal 119 Edna Raquel Hogemann 120 Eduardo Alexandre Costa Corrêa. OAB/MA 5.211 121 Eduardo Baldissera Carvalho Salles, advogado OAB/SC 41.629 122 Eduardo Surian Matias; 123 Eduardo Xavier Lemos – Advogado 124 Elder Ximenes Filho, Promotor de Justiça/CE 125 Eleonora Bordini Coca – TRT 15 126 Eleonora Nacif – Advogada 127 Eliane Costa de Carvalho Ribeiro – TRT15 128 Elinay Almeida Ferreira de Melo, juíza do trabalho 129 Elizio Luiz Perez – juiz do trabalho – TRT2 130 Emanuel Queiroz Rangel, Defensor Público 131 Emília Gondim Teixeira, juiza de Direito TJBa 132 Emir Baranhuk Conceição – advogado 133 Eryka Farias De Negri -Oab/DF 13.372 134 Estela Aranha – advogada 135 Eugênio Couto Terra, juiz de direito -TJRS 136 Evelyn Melo Silva 137 Evelyn Scapin, OAB/SC 35.924 138 Fabiano de Melo Pessoa, MPPE 139 Fabiano Silva dos Santos, professor; 140 Fábio Capela- Juiz de direito TJPR- AJD 141 Fábio Henrique R. de Moraes Fiorenza – Juiz Federal 142 Fabio Pereira Bueno – Advogado 143 Farida Mirany de Mira, arquiteta, professora universitária, Joinville/SC 144 Felipe Athayde Lins de Melo – Doutor em sociologia, LabGEPEN 145 Felipe Chaves Neto, OAB/SC 41.455 146 Fernanda Graça Melo, Analista Judiciária 147 Fernanda Paula do Nascimento, professora, Joinville/SC 148 Fernanda Lapa – IDDH 149 Fernanda Peixoto Cassiano. PJ no MPSP 150 Fernando Hideo Lacerda 151 Fernando Mendonça – Juiz de Direito AJD 152 Fernando Prazeres, TJPR 153 Flávio Barreto da Silva, operário, Joinville/SC 154 Francisco Anastácio Cavalcante Neto, Juiz de Direito – TJCE 155 Francisco das Chagas Sousa 156 Franklin de Oliveira Netto, Juiz de DireitoTJRS 157 Gabriel Medeiros Chati, Professor da Universidade Federal do Pampa/RS 158 Gabriel Mourão Kazapi, OAB/SC 23.023 159 Gabriel Sampaio – Advogado 160 Gabriel Velloso – TRT8 – AJD 161 Gabriela Dantas Bobsin – juíza de direito TJRS 162 Gerivaldo Neiva – Juiz de Direito 163 Germana de Morelo, juíza do trabalho 164 Germano: Germano Siqueira, Juiz Titular da 3ª Vara do Trabalho de Fortaleza 165 Giancarlo Silkunas Vay, Defensor Público de São Paulo 166 Giovan Nardelli, OAB/SC 21.894 167 Gisa Maciel da Silva 168 Gisele Cittadino – Professora da PUC-Rio 169 Gisele Ricobom, professora de Direito da Faculdade Nacional de Direito – UFRJ 170 Gláucia F. Foley – Juíza TJDF 171 Gostaria de subscrever Daniela Valle da Rocha Muller, Juíza do trabalho, AJD 172 Grijalbo Fernandes Coutinho- Juiz do TRT 10 173 Guilherme Feliciano,juiz do trabalho 174 Gustavo Roberto Costa. Promotor de justiça – SP 175 Helder Bianchi Ferreira de Carvalho – TRT 2a Região 176 Heleno Portes, Procurador de Justiça/MPMG 177 Herica Machado da Silveira Cecatto – Juíza do Trabalho da 12 Região 178 Hugo Melo Filho, juiz do Trabalho. 179 Inocêncio Uchoa, Juiz do Trabalho Aposentado, Inst. Justiça e Democracia Chapecó/SC 180 Iracema Vaz Ramos Leal – defensora pública aposentada, advogada 181 Irio Corrêa, empresário, Joinville/SC 182 Irma Kniess, dirigente do Centro dos Direitos Humanos de Joinville/SC 183 Isabel de Fátima Ferreira Gomes – Advogada 184 Isis de Jesus Garcia 185 Ivete Caribe Da Rocha, OABPR 35359, coordenadora SERPAJ BRASIL 186 Izabella Lacerda Pimenta, antropóloga 187 Jane Salvador 188 Jamyl de jesus Silva – juiz federal 189 Jeniffer da Silva Lehr, OAB/SC 52.379 – RENAP 190 Jerille Aline de Borba, secretária, Joinville/SC 191 Jessé de Andrade Alexandria – Juiz de Direito – TJRN 192 João Carlos Castellar 193 João Humberto Cesário – Juiz titular da 3a VT de Várzea Grande/MT 194 João Ricardo Dornelles – Professor do Progr. de Pós-graduação em Direito da PUCRJ 195 João Ricardo dos Santos Costa Juiz de Direito TJRS 196 João Vitor Rodrigues Loureiro, Doutorando em Sociologia/UnB 197 Joaozinho Santana Oab pr 23034 198 Jocelaine Teixeira – TJRS 199 Joisiane Sanches de Oliveira Gamba 200 Jônatas Andrade, juiz do trabalho 201 Jorge Luís Girão Barreto. Juiz Federal 202 José Adelmy Acioli, juiz do Trabalho 203 José Antonio Correa Francisco – Juiz do Trabalho 11a Região 204 José Borges de Morais Júnior, Promotor de Justiça/CE 205 José Carlos Garcia, juiz federal, TRF 2 206 José de Arimatéa Neto 207 Jose Eymard Loguercio; 208 José Guilherme Carvalho Zagallo 209 José Lima Silva, OAB/MA 15200. 210 José Nascimento Araújo Netto, desembargador do trabalho, PUC- RIO 211 José Nilton F. Pandelot, titular 1a. vT de Juiz de fora. 212 José Ubaldo Regino Júnior / Advogado. 23 – Vera Lúcia Santana Araújo advogada 24 – 213 Marili Quadros Berbert Freire / Advogada 214 Josiane Caleffi Estivalet, Juiza de direito TJRS 215 Josiany Silvia Alves Pereira Rosenberg OAB/PR 19389 216 Julia Zavarize, OAB/SC 25.659 217 Juliana Romeiro 218 Juliana Sanches – Advogada 219 Juliana Souza, advogada 220 Juliana Zaleski Salloum oab pr 30845 221 Karen Luise Souza Pinheiro- Juíza de Direito, TJRS 222 Karla Aveline de Oliveira, juíza de direito TJRS 223 Kátia Rubinstein Tavares; 224 Kazia Fernandes Palanowski, OAB/SC 14271 225 Laís Helena Jaeger Nicotti, desembargadora do trabalho TRT da 4 Região 226 Lara Machado Gonçalves, estudante, Joinville/SC 227 Laura Rodrigues Benda – juíza do trabalho 228 Lausivan Grangeiro Corrêa, professor de música, Joinville/SC 229 Leador Machado, juiz do trabalho 230 Leandra da Silva – Juíza TRT15 231 Leandro da Costa Zdradek OAB/PR 36.473 232 Leandro Gornicki, OAB/SC 13.825 233 Leandro Raca, advogado 234 Ledo Paulo Guimarães Santos, professor e advogado. 235 Léo Scandolara, OAB/SC 13.932 236 Leonardo Vieira Wandelli – Juiz Trabalho TRT9 237 Lincoln Pinheiro Costa, Juiz Federal, SJBA 238 Lisete Freitas Vargas Ellmer, assistente do Conselho Carcerário de Joinville/SC 239 Lizandra Carpes da Silveira, jornalista, Joinville/SC 240 Lourdes Helena Pacheco da Silva – Juíza de Direito – TJRS 241 Lourenço Mottecy Biasi, OAB/SC 51.693 242 Luana Santos Quevedo – OAB –PR 92.034 243 Lucas de Borba, almoxarife, Joinville/SC 244 Lucas de Oliveira Stanchack, vigilante, Joinville/SC 245 Lucas Farias da Silva 246 Lúcia Goulart, professora 247 Lúcia Rodrigues de Matos – Juíza do Trabalho – TRTRS 248 Luciana Bauer – juíza federal 249 Luciana Muniz Vanoni, juíza do trabalho do TRT/RJ 250 Luciano Rollo Duarte, advogado 15. Marcos Paulo Dutra Santos, Defensor Público 251 Lucy Lago, juíza do trabalho, AJD 252 Luigi Roberto Rodrigues Berzoini – Estudante de Direito 253 Luís Carlos Moro, advogado 254 Luís Christiano Enger Aires, juiz de direito TJRS 255 Luis Eduardo Soares Fontenelle, Juiz do Trabalho, TRT 17 256 Luís Fernando C de B Vidal – TJSP 257 Luis Flávio Biolchini, advogado. 258 Luiz Antônio Alves Capra Juiz de Direito – TJRS,Associado da AJD 259 Luiz Antônio Magalhães, juiz do Trabalho TRT 13 260 Luiz Fernando Sá e Souza Pacheco, advogado. 261 Luiz Guilherme Vieira dos Santos, OAB/SC n. 51.992 262 Luiz Gustavo Assad Rupp, professor, OAB/SC 9986 263 Luiz Hamilton de Moura Ferro, OAB/SC 5026, Florianópolis/SC 264 Luiz Manoel Andrade Meneses 265 Luiza Eugênia Pereira Arraes – TRT 21 266 Lygia Maria de Godoy Batista Cavalcanti -Juíza TRT 21 267 Magda Barros Biavaschi – Desembargadora Federal, aposentada 268 Marcello Enes Figueira – Juiz Federal 269 Marcelo Costa, Trabalho e Cidadania 270 Marcelo Elias Vieira – Juiz Federal 271 Marcelo Lamego Pertence. Des. TRT3 272 Marcelo Martins Evaristo da Silva, juiz de direito 273 Marcelo Porto Rodrigues – Advogado 274 Marcelo Rodrigues Veneri – OAB/PR 50.639 275 Marcelo Saccardo Branco, OAB/SC 22.514 276 Márcia Di Primio Rodrigues , Pretora, TJRS 277 Márcia MBF Semer, Procuradora do Estado de SP. 278 Marcio dos Santos Porto, OAB/SC 34.018 e OAB/RS 87.976A 279 Márcio Gontijo – Advogado 280 Márcio Guedes Berti, Advogado (OAB/PR 37.270) e Professor Universitário 281 Márcio Tenenbaum – advogado 282 Márcio Tostes Franco- Juiz do Trabalho TRT3 283 Marco Antônio da Rocha, professor universitário, LabGEPEN, Londrina – PR 284 Marco Aurélio de Carvalho, advogado; 285 Marcos Rogério Souza – Advogado 286 Marcus Edson de Lima, Defensor Público. 287 Marcus Vinícius da Costa, coordenador Pastoral Carcerária Diocese de Joinville/SC 288 Marcus Vinicius Reis Bastos – Juiz Federal 289 Margarete Pedroso, Procuradora do Estado 290 Maria Aparecida dos Santos, OAB/SC 5268 291 Maria Betânia Nunes Pereira 292 Maria Celeste Simões Marques, professora UFRJ – Direitos Humanos. 293 Maria Consuelo Porto Gontijo – Advogada 294 Maria das Graças Serafim Costa – Juíza TJPE 295 Maria José Rigotti Borges – Juíza do Trabalho TRT10 296 Maria Lúcia da Silva Bueno, assistente social, Joinville/SC 297 Maria Paula Kern, juíza de direito TJSC 298 Mariana Bezerra Salamé, Juíza de Direito, TJRS 299 Marilene Parizotto Campagna, juiza de direito tjrs. 300 Marili Quadros Berbert Freire / Advogada 301 Mário Macedo Fernandes Caron – Desembargador TRT10 302 Mario Sérgio M. Pinheiro – Desembargador do Trabalho 303 Marlise de Oliveira Laranjeira Maia – juíza do trabalho TRT8 304 Martha Konescki, OAB/SC n. 55.123 305 Marthius Sávio Cavalcante Lobato 306 Martinha Terra Salomon,Juíza de Direito, TJRS 307 Maurício Brasil,juiz de familia/BA 308 Mauro Auache 309 Mauro Caum Gonçalves – Juiz de Direto TJRS 310 Mauro de Azevedo Menezes, advogado. 311 Michael Procopio Ribeiro Alves Avelar – Juiz Federal 312 Milton César Tomba da Rocha – Procurador-Geral da Câmara Municipal de Mandirituba 313 Milton Lamenha de Siqueira, AJD 314 Mirian Gonçalves; 315 Mônica Louise de Azevedo- Procuradora de Justiça MPPR 316 Movimento Nacional de Direitos Humanos – MNDH/Brasil 317 Movimento Nacional de Direitos Humanos do Paraná-MNDH/PR 318 Nadir Cardozo dos Santos, OAB/SC 13.289 319 Naira Blanco Machado – Juíza TJSP 320 Nasser Haidar Barbosa, Centro dos Direitos Humanos de Joinville/SC 321 Nathalia Balbueno Barum, OAB/SC 53.552 322 Nelso Müller, advogado e eletricitário, OAB/SC 10.373 323 Nelson Coelho Filho – TJTO 324 Nilo Beiro 325 Nilton Nallin 326 Núbia Castilhos – procuradora da Fazenda Nacional 327 Nubia Guedes- juíza do trabalho Trt8 328 Olinda Maria Zacharia, psicóloga clínica, Joinville/SC 329 Oswaldo Miqueluzzi, OAB SC 2641 330 Patrick Cacicedo, defensor público SP 331 Paula Bartras – Advogada 332 Paulo Baldez – Desembargador TJRJ 333 Paulo César Carbonari, Comissão de Direitos Humanos de Passo Fundo/RS 334 Paulo Freire, advogado 22- José Ubaldo Regino Júnior / Advogado. 335 Paulo Pereira filho, advogado 336 Paulo Roberto Pereira das Neves Borges – Advogado 337 Paulo Sérgio Cordeiro Santos, OAB/ PR 52.075 338 Paulo Silas Taporosky Filho – OAB/PR 66.520 PR 339 Pedro Bertolucci Keese OAB/SP 391.733 340 Pedro Carriello, Defensor Público ERJ. 341 Pedro Martinez, advogado 342 Petra Lessa, OAB/SC 25.231, Joinville/SC 343 Philipe Arapian, Defensor Público de Goiás 344 Pierre Souto Maior Coutinho de Amorim – Juiz de Direito (TJPE) 345 Plínio Régis Baima de Almeida – Procurador Municipal e Professor 346 Priscila Coelho, OAB/SP 390019 347 Priscila Pamela C Santos 348 Prudente José, Silveira Mello, OAB/4673, ADJD 349 Rafael Dalvi Guedes Pinto – TJES 350 Rafael De Piro 351 Rafael Favetti, professor e cientista politico 352 Rafael Meksenas, OAB/SC 51.225 353 Rafael Raphaelli 354 Rafael Xavier de Souza, OAB/SC 10.400 355 Rafson Ximenes 356 Raquel Rodrigues Braga, Aposentada, TRT/RJ. 357 Reginaldo Melhado, Juiz do Trabalho 358 Reijjane de Oliveira -Juiza de Direito/ AJD – 90.Jamyl de jesus Silva – juiz federal 359 Reinaldo Almeida dos Santos; 360 Renato Vasconcelos Magalhães – Juiz de Direito – TJRN 361 Ricardo André de Souza – Defensor Público-RJ 362 Ricardo Cordova Diniz, juiz do trabalho aposentado da 12 região. 363 Ricardo Franco Pinto; 364 Ricardo Mendonça 365 Risomar Braga Regis, Agente Penitenciário, Rondônia 366 Rita de Cássia Scagliusi do Carmo 367 Roberta Baracat De Grande; B/PR 68458 368 Roberta Lima Carvalho, juíza do trabalho, TRT 1 369 Roberto Arriada Lorea Juiz de Direito TJRS 370 Roberto Ferreira Filho – Juiz de direito – TJMS – AJD 371 Roberto Luiz Corcioli Filho, juiz de direito TJSP 372 Roberto Podval, advogado 373 Rodrigo Assef, advogado; 374 Rodrigo de Azevedo Bortoli, Juiz de direito TJRS. 375 Rodrigo Gaspar de Mello, juiz federal 376 Rodrigo Mioto dos Santos, professor, OAB/SC 25.781 377 Rodrigo Tellini de Aguirre Camargo 378 Rômulo de Andrade Moreira, MP/BA 379 Rosane Maria Reis Lavigne – Defensora Publica/RJ 380 Rosane Ribeiro Catrib – Juíza do Trabalho TRT1 381 Rosangela Lunardelli Cavallazzi professora da PUCRio e da UFRJ 382 Rosemeire Lopes Fernandes – Juíza do Trabalho 383 Rosivaldo Toscano dos Santos Júnior, doutor em direito, juiz TJRN 384 Rosmar Antonni Rodrigues Cavalcanti de Alencar, Juiz Federal (AL), AJD 385 Rui Yoshio Kunugi, OAB/sp 142.01 386 Samuel Gomes – Advogado e Professor 387 Samuel Martins, OAB/SC 26336 388 Sandra dos Santos Brasil – Juíza do TRT2 389 Sandra Maria Neves dos Santos 390 Sérgio Graziano; 391 Sérgio Homrich, Centro dos Direitos Humanos de Jaraguá do Sul/SC 392 Sérgio Saldanha – Professor 393 Sérgio Sant’Anna, Professor e Procurador Federal 394 Sérgio Verani – Desembargador TJRJ, aposentado 395 Silvana Abramo – Desembargadora TRT2 396 Silvia Agostini, jornalista, Coletivo Catarinense Memória, Verdade e Justiça 397 Simone Dalila Nacif Lopes – Juíza de Direito AJD 398 Siro Darlan, desembargador TJRJ 399 Sócrates José Niclevisk, advogado. 400 Sueli Bellato , religiosa/advogada 401 Suely Filippetto Juíza do Trabalho TRT9 402 Susan Mara Zilli, OAB/SC 5517 403 Suzane Schulz Ribeiro – juíza do trabalho – TRT 17 404 Suzann Flavia Cordeiro de Lima, professora universitária, UFAL, LabGEPEN 405 Talles Andrade de Souza, Mestre em Administração Pública, LabGEPEN 406 Tânia Crescêncio, servidora pública, Joinville/SC 407 Tânia Maria Saraiva de Oliveira – Advogada 408 Telma Firme – Analista Judiciário 409 Thadeu de Mello e Silva OAB/PR 68458 410 Thalynni Maria de Labor Passos_juíza federal 411 Thiago Guilherme Nolasco; 412 Tiago Lins e Silva 413 Uda Schwartz, Juíza de Direito, TJRS 414 Valdete Daufemback, professora universitária, Joinville/SC 415 Vanderlei Siraque,OAB/SP 97.514 416 Vera Lúcia da Silva Branco, OAB/SC 18.940 417 Vera Lúcia Santana Araújo advogada 24 – 418 Virginia Bahia, juíza do trabalho 419 Vitor Boaventura, Advogado 420 Viviane Xavier – TJRN – AJD 421 Vladimir Paes de Castro, juiz do trabalho do Trt21 422 Volmir Maurer – OAB/SC 28.501Walter Freitas de Moraes Junior, MPMG 423 Wagner Gonçalves, OAB/DF 400A 424 Wanja Carvalho – Advogada 425 Weida Zancaner 426 William de Oliveira – Mediador Social e Ativista 427 Xerxes Gusmão, juiz do trabalho substituto, trt da 17 região 428 Yashmin Crispim Baiocchi de Paula e Toledo. Promotora de Justiça MPGO Juiz é afastado após ceder celular para detento fotografar cela precária João Marcos Buch entregou seu aparelho para averiguar o resultado de uma explosão ocorrida na Penitenciária Industrial de Joinville por Alexandre Putti, em CartaCapital
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