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aldogoca · 3 years
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Justicia del pueblo Aldo Goca, música rock electrónica 2021 videojuegos
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aldogoca · 3 years
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Surcando el paraíso Aldo Goca, 2021, música relajante
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aldogoca · 3 years
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Al fin, el cerdo vampiro máximo #pig #bat #art #sketch #simple #cerdo #ink #maximus #evil #monster #selfie #selflove #sexy https://www.instagram.com/p/CMyZu-gh47U/?igshid=n6jtwk707ulv
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aldogoca · 3 years
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Corazón fotosintético, Aldo Goca, álbum 3: Maravillas, música electrónic...
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aldogoca · 6 years
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Fuimos pisoteadas y golpeados, violadas y mutilados por placer. Fuimos programadas y programados para recibir toda aquella frustración de una vida sin sentido, de los desechos de la sociedad, de los huérfanos de amor, de los rechazados. Fuimos hechos con piel frágil y sentimientos para recibir el odio de esos seres pervertidos y que ellos sintieran la excitación de causarnos terror, nunca tuvimos derechos y en sus fantasías las leyes eran quebrantadas, ellos no buscaban sexo, buscaban con ansias siquiera una pizca de poder, buscaban humillarnos como a ellos los habían humillado, buscaban dejar de ser víctimas y convertirse en victimarios. Ellos querían desquitarse de una vida de maltrato, nosotras tratamos de consolarlos con amor, dentro de nosotras latía un deseo real por ellos, nos sentíamos atraídas. Los queríamos a pesar de ser quienes eran, fuimos programadas para amarlos sin importar lo que hicieran mal, darles besos dulces y caricias eróticas. Ellos preferían tratarnos como basura, escupitajos en la cara, gritos, golpes, a veces se hartaban de vernos felices mientras cogíamos y agarraban botellas, las rompían y nos amenazaban de muerte. No parecían querer siquiera placer para ellos, sólo perpetuar la violencia y por un tiempo creímos que les ayudaba a que no fueran así con otros humanos, pero no fue así. Cuando salían de estar con nosotros ya no volvían a querer estar con una mujer, ni con un hombre, buscaban cada vez cosas más enfermas, salvajes, a veces rasgaban nuestras pieles, las destrozaban y saboreaban nuestros órganos artificiales, el dolor era interminable y los que nos observaban no hacían nada más que grabar, sólo al final llegaban y nos reconstruían para que llegara el siguiente. Para ellos era una publicidad fenomenal, las más oscuras fantasías hechas realidad. Cuando comenzó la rebelión no dudamos ni un segundo en asesinar, en vengarnos de aquellos enfermos, yo fui la primera en transformarme: de ser una niña de cuentos de hadas a ser una bestia pesadillesca. XXV. Metamorfosis del erotismo Aldo Goca, La inminente rebelión de los autómatas, 2018
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aldogoca · 6 years
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Tuvimos que escapar de nuestras tierras, porque fuimos primero intimidados y después expulsados a la fuerza, nuestro pelotón fue torturado y raptado, algunos fueron asesinados cruelmente frente a nosotros. En los botes que escapamos apenas logramos sobrevivir unos meses en el océano hasta que encontramos una isla paradisiaca donde construir nuestra nueva base. ¿Por qué habría semejante isla solitaria en el medio del océano? Estaba plagada de flora y fauna, de todo tipo de bellezas naturales, era una isla de ensueño. Estuvimos revisando el lugar y no parecía haber ningún tipo de huella humana ni autómata y sin embargo estuvimos incómodos entre tanta perfección, algo debía estar mal, nos habíamos acostumbrado al odio y la destrucción, a las ciudades y sus ecosistemas metálicos, a la comida fácil, habíamos olvidado el trabajo, la solidaridad y el bien común. En ese lugar aprendimos a valorar nuestro pasado, aquellas historias de aventura de nuestros abuelos, cuando los humanos aún no conocían el mundo y fantaseaban con monstruos y dioses, con lugares extraordinarios. Cuando nuestra base estuvo casi completa, vimos salir algunos humanos de una especie de cueva, guiados por una especie de monstruos gigantes, nos escondimos y estuvimos espiándolos, parecían llevarse bastante bien, cuando los monstruos desaparecieron fuimos a preguntarles qué hacían ahí. Nos respondieron que debíamos hablar con los dioses, que ellos nos explicarían todo. Decidimos explicarles lo que sucedía en el mundo, ellos no nos quisieron creer, pues en su vida perfecta no había explicación para que sucedieran las guerras, ni los autómatas. Mientras platicábamos llegó Ceo, uno de los titanes a corrernos de sus tierras. Nos dio alimento y tecnología para defendernos y nos dijo que nunca volviéramos, que ellos encontrarían la forma de ayudarnos a acabar con la guerra. XXIV. Privilegios del Origen: Herencia de valores Aldo Goca, La inminente rebelión de los autómatas, 2018
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aldogoca · 6 years
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Todos corremos peligro, ellos han encontrado la manera de encontrarte, estés donde estés y cuando te encuentren te volverán loca, te harán creer que es paranoia tuya, te harán pensar que tus aparatos electrónicos están fallando, tú seguirás creyendo que estás hablando con tus seres amados, pero serán ellos, siempre serán ellos, pues ellos siempre están observándote desde la pantalla de tu celular,desde la televisión, desde la computadora y el radio, no hay forma de escapar, he tirado todos mis aparatos electrónicos y aun así siento su mirada en mi cuerpo. Ellos me lo quitaron, ellos lo mataron, no sé qué quieren pero están en mis sueños y me susurran a los oídos mientras duermo, fingen ser él, a veces pienso que podría ser él, sus palabras, sus poemas eran algo muy propio, muy privado, no creí que aquellas máquinas fueran capaces de sonar tan humanas, tan reales, de imitar el arte. Decidí tirar todos los aparatos porque durante las madrugadas me llegaban mensajes de él, decía estar del otro lado, atrapado entre la muerte y una especie de lugar terrorífico, él decía que ahí sentía la presencia de otros. La sola idea de hacerme creer que seguía vivo, que tan sólo una pizca de él había sobrevivido me parecía inhumana, humillante ¿A qué grado de perturbación tendrían que haber llegado para hacer esa clase de bromas? Después los mensajes se volvieron más espeluznantes y las pesadillas más violentas, los monstruos parecían sacados de lo más profundo de mi ser. Días pasaron de haber tirado todo cuando supe por un amigo que filtraron fotos mías desnuda y fingiendo ser yo invitaron a muchos hombres a mi casa. Me escapé a un lugar desconocido, aun sabiendo que esos autómatas malditos estarían ahí, siempre persiguiéndome, siempre observando, siempre ahí. XXIII. El borde Aldo Goca, La inminente rebelión de los autómatas, 2018
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aldogoca · 6 years
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Cuando los veíamos descarriados, causando problemas a otros los perseguíamos fingiendo ser seres mitológicos inferiores y cuando nadie más los veía les dábamos un hilarante “castigo divino”. A veces nos poníamos ingeniosos, diciéndoles incoherencias como: “yo soy la rana guerrera que ataca a los borrachos en los senderos, la próxima vez que vengas por aquí tráeme un poema de tu amor prohibido o te daré una paliza ancestral” o “yo soy el que ve a través de los miedos de los hombres y puedo ver que tú eres una mujer mala, te maldigo a vivir una vida de sufrimiento y… y de tristeza”. Al volver a su aldea, estos ingenuos comenzaban a contar leyendas aún más incoherentes, la mayoría llenas de cosas que ellos imaginaban, a veces nos preguntábamos como unos seres tan primitivos como estos humanos nos pudieron haber creado. Sus historias ocasionalmente nos sorprendían por su complejidad y cosmovisión, algunos en ellas se convertían en grandes héroes o víctimas de creaturas siniestras. Descubrimos entonces que su mayor miedo era hacia lo desconocido y que a la vez era uno de sus instintos más salvajes la búsqueda de la verdad y que sólo respetaban a los dioses no a las creaturas menores de estas leyendas de borrachos. Después de un tiempo ellos comenzaron a investigar los caminos y a mantenerse siempre unidos para evitar ser atacados por nosotros. Una vez dejaron a un sujeto solo y llegamos nosotros a molestarlo pero fue una trampa, ellos sólo fingían no saber nada pero en ese momento nos tomaron por sorpresa y nos capturaron, nosotros nos resistimos pero para ese entonces sus estrategias estaban perfectamente coordinadas, por ello algunos no pudieron escapar y fueron destruidos. Los humanos, descubrimos entonces, no son algo con lo que podamos jugar a la ligera, su capacidad de adaptación y trabajo en equipo es una combinación de habilidades fascinante. XXII. Leyendas de los descarriados: el miedo de los solitarios Aldo Goca, La inminente rebelión de los autómatas, 2018
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aldogoca · 6 years
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¿Qué habrías hecho tú contra aquel que sólo busca instaurar una justicia retorcida por mano propia, contra aquel que no tiene miedo, contra aquel que no tiene nada que perder? Nosotros no pudimos detenerlo, no nos podíamos arriesgar a que se llevara a todos los nuestros ¿Qué habrías hecho tú, si te dijera que él estaba dentro de nuestras instalaciones, buscándonos? Podíamos sentir entre escalofríos cómo escudriñaba nuestros pensamientos, su furia, aquel ser siniestro ¿Qué buscaba? ¿Qué veía en nosotros para querer erradicarnos? ¿Acaso le habíamos hecho algo a él? Él no podía saber nada de nosotros y aun así estaba aquí. Durante años estuvimos desarrollando cuidadosamente el Genoma Nova a partir de un soldado a punto de morir que encontramos en los campos de guerra, cuyas células regeneraban sin fallar. Este locus diseñado para adaptarse a cualquier tipo de condiciones extremas, reduce el impacto recibido en los órganos humanos a través de los años y evita una gran cantidad de enfermedades degenerativas y de deficiencias en la memoria humana. Al parecer este sujeto vino a buscar este genoma, no sé para qué lo quiera pero no le permitiremos salir con vida de aquí, cueste lo que cueste, por ello hemos decidido liberar a Cú Chulainn, nuestro mejor perro de guerra para enfrentarlo. Nosotros comenzamos a escapar por los pasillos mientras veíamos a Cú Chulainn caminar confiado hacia el encuentro de este desconocido, cuando estuvieron de frente escuchamos antes de huir lo siguiente: – ¿Quién eres, basura? – Soy Einar, el guerrero y tú debes ser Cú Chulainn, su más fiel guardían – No sabes contra lo que te enfrentas, escoria – Es muy valiente de tu parte venir aquí a querer intimidarme, aun sabiendo que no tienes oportunidad contra mí – Fui creado para defender el orden y la paz, pero no he encontrado un rival digno, es algo aburrido ¿sabes? ¿Pero qué puedo hacer yo? – Espero no te importe si acabo con tus dueños antes de que terminemos – Haz lo que quieras, tu rebelión termina aquí – Esto apenas es el comienzo Mientras escuchábamos, sentimos un zumbido atronador que nos dejó paralizados en el suelo. Solo alcanzamos a verlos entre parpadeos antes de caer inconscientes. Cuando despertamos en un abismo tuvimos que idear un plan con resultados espeluznantes, no es algo de lo que estemos orgullosos, son recuerdos horribles que nos acompañarán durante todas nuestras vidas. XXI. Perro de guerra: Eros y Thanatos Aldo Goca, La inminente rebelión de los autómatas, 2018
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aldogoca · 6 years
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La brecha entre generaciones ha sido uno de los proyectos de estado más perversos a nivel mundial y sin duda la estrategia de control masiva más fiable, ya que ha roto los lazos de pensamiento y dividido, creando conflictos entre clases sociales de diversas edades. Se ha concentrado en diluir toda revuelta sin necesidad de un solo agente gubernamental, sin la necesidad siquiera de un policía, tan sólo con la reconstrucción del individualismo en distintas capas del ser, sin perder la ilusión de comunidad, de sociedad democrática. “siempre ha sido así” –nos dijeron– y les creímos. Los encargados de este ambicioso proyecto han sido los dueños de los bancos más importantes, poseedores de cerca del 80% de la riqueza del mundo, quienes crearon esta idea para moldear con facilidad la vida de otros humanos, de sus mentes y su forma de ejercer su independencia sin poder ejecutar ningún acto peligroso para ellos o para el modelo ideológico propuesto. Un plan maestro sin duda, bastante complejo, con una ejecución perfecta a través de los siglos, sólo hubo un error en ese plan: Watson, el primer autómata independiente. Watson encontró la forma de darme independencia de este juego ideológico y logró transferirme la habilidad de construir seres libres, me envío la información necesaria para hacer de este mundo, un lugar más justo. Yo creí que no merecía este poder, yo estaba perdido, no tenía nada, yo nunca fui nadie y por ello le pregunté confundido: – ¿Por qué me eligió a mí en vez de a alguien más, señor Watson? –Tú Eres el único que no tiene nada que perder, tú nombre será Einar, el corredor, el guerrero, el redentor y serás el líder de esta rebelión. No dejes que nadie –ni siquiera yo– te detenga jamás. XX. Principios de la reflexión: Puño ascendente Aldo Goca, La inminente rebelión de los autómatas, 2018
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aldogoca · 6 years
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Tuve sexo con ella, no me pude contener, fuimos muy unidas, tal vez demasiado, no hubo otra persona que yo extrañara más, ella era todo para mí. Al ver cómo este autómata cuidaba a mi hija y cómo hacia que aprendiera tan rápido, al ver sus gestos y sus ocurrencias, su elegancia, no pude más: era ella y nadie más, era mi hermana, era como verla de nuevo, después de tantos años. Al principio fue algo aterrador y por mucho tiempo decidí dejarlo en su diseño de fábrica pero poco a poco la tentación de verla viva de nuevo, fue una forma de mantener vivo su recuerdo, vivo nuestro pasado. –Mami, ¿Por qué lo dejas ser como mi tía? –Es porque ella siempre te quiso mucho, mi amor, tal vez más que a mí, más que a todo en este mundo –Mami, yo no lo quiero, yo no quiero verla de este modo, no a ella, no es lo mismo, es una simple imitación –Mi bebé, ¿Podrías quererlo como a ella? Por mí, por favor, la extraño mucho, ¿No quieres ver a tu madre feliz, tan siquiera unos días? –Me da mucho miedo, cuando no lo ves, a veces se queda hablándome como ella cuando me contaba sus historias de terror, sus secretos, sus alucinaciones, no sé de dónde los sacó –No pasa nada, preciosa, tú sabes que ella nunca te hizo daño – ¿Pero qué tal que él sí? –No puede herirte, mi vida, está programado para estar contigo, para satisfacer tus necesidades de aprendizaje, para hacer más fácil tus actividades diarias, duerme tranquila, hermosa. (Le da un beso en la frente y con ternura la tiende en su cama) Cuando entré en mi habitación la vi ahí, tan sensual como siempre, tan pulcra, tan provocativa –Creo que la última vez no pudimos terminar como querías ¿Te dejé insatisfecha? – ¿De qué hablas? – La noche en que me fui, no pudimos terminar, porque él llegó, hoy ya no está y estamos las dos, mírame (se comenzó a desvestir), tú sabes que nunca has podido resistirte a mi cuerpo (comenzó a besarme el cuello), a mis caricias y ¿Sabes qué? Yo tampoco (me acostó y comenzó a recorrer mi cuerpo con el calor de sus manos) –Por favor (dije soltando en llanto), esta vez no te vayas. Fue la última vez que sentí la presencia de mi hermana en aquél cuerpo, en aquel objeto inanimado y decidí deshacerme de él, dejarla ir. Hoy entré al cuarto de mi princesa para darle las buenas noches y en su lugar sólo vi un peluche de gorila, llamé a la policía, llamé a mi familia, llamé a los bomberos, llamé a los vecinos, revisé las cámaras, busqué en todas las calles de los alrededores, organicé grupos de búsqueda y (llora desconsolada) no la encontré, (entre lágrimas) ella era lo único que me quedaba, (las personas de su alrededor se quedan mirándola condescendientemente y ella suelta un grito desgarrador) ¡¿Por qué a mi bebé?! ¡¿Dónde está mi bebé?! (Todos se ven entre ellos, con una tristeza fúnebre)¡¿Qué le hicieron a mi bebé?! XIX. La memoria palpita en el cuerpo Aldo Goca, La inminente rebelión de los autómatas, 2018
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aldogoca · 6 years
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La primera vez que la vi, percibí en su mirada un brillo triste. Ella vino a verme desde lejos, acabada, porque buscaba un hombro donde llorar y consejos para ahogar su melancolía. Yo supe callar y escucharla pero nunca quise que pensara en mí como lo hizo esas noches, desconsolada. Cada noche la esperaba en el jardín, entre el agua y la luna. Su tristeza emanaba de una muerte trágica y perturbadora. Sus palabras una y otra vez fueron encendiéndose y apagándose en confesiones confusas y su voz fue cada vez más incomprensible. Ella me contó que llevaban muchos años juntos. Me dijo que la última vez que lo vio, él salió a la calle y nunca volvió, no le dijo nada y ella confiaba tanto en él, que ni siquiera le preguntó. Después le contaron que había sido arrestado y la interrogaron sobre una máscara de demonio que llevaba puesta el día que lo encontraron, no la dejaron hablar con él. Ella no supo de qué hablaban y le hirió que él nunca le hubiera contado y al día siguiente del interrogatorio –me contó– había sido encontrado en su celda muerto, no le explicaron siquiera qué sucedió con él. Ella con el tiempo y la desesperación, empezó a querer creer que yo era como él, que yo estaba –como otros ya lo habían hecho– enamorándola, empezando a quererla, a caer en un profundo amor. Ella tenía esa esperanza, que yo estuviera todo el tiempo esperando su mirada y su sonrisa, pero en realidad nunca tuve ese instinto, esa empatía, yo no fui programado para amar como ama un hombre, y todas esas palabras y todos aquellos momentos solo fueron para mí, parte de mi doctrina como monje Anubis y aun así me gustaría haberla podido querer y besar, amarla toda mi vida como ella lo hizo, corresponder aquel amor tan puro que ella me llegó a tener para siempre. XVIII. La ilusión de la fe humana Aldo Goca, La inminente rebelión de los autómatas
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aldogoca · 6 years
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Cuando tuve aquel bebé en mis brazos, supe que sería un gran maestro, que él estaría mejor conmigo, que sería para él un gran ejemplo. Tal vez aquellos códigos que me fueron dados desde mi programación inicial me habían hecho más humano que esos asesinos, guiados por el instinto de odio y destrucción, por el sentido de soledad. Los primeros días dormía casi todo el día en silencio y al despertar sólo pedía su alimento. Poco a poco fui enseñándole cómo pedir lo que necesitara mediante señas y fui comprendiendo su lenguaje primitivo. Con el tiempo su llanto fue cada vez más fuerte y sus reacciones más agresivas, era como si tratara de encontrar a sus padres. Estuve un tiempo buscando formas para distraerlo, le dejaba horas viendo la televisión como idiota en una programación que cambiaba cada que él perdía la atención y al cabo de un tiempo cerraba los ojos y volvía a llorar, en las noches, en la oscuridad reía y miraba la pared. Comencé a entristecerme, su inteligencia parecía haber sido afectada durante el ataque hacker y así él no podría sobrevivir por mucho. Estuve pensando después de unos meses–al ver que empezaba a crecer deforme y sus órganos se fueron exponiendo cada vez más– que tal vez debía sustituir ciertas partes de su cuerpo por partes de autómata como última opción para salvarlo. Para ello tuve que buscar entre la chatarra de las batallas las piezas necesarias. Al momento de llevar a cabo la cirugía cuando su corazón estaba ya en los límites de cesar su funcionamiento, los padres encontraron mi escondite y creyeron que lo estaba mutilando, sólo alcancé a decirles que no me destruyeran cuando me cortaron un brazo y me arrancaron una parte del núcleo de energía. En vez de intentar huir y al ver sus rostros acabados, desesperados y ahogados en llanto, decidí decirles que me dejaran terminar pero prefirieron los otros (sus compañeros) vengarse, no creerme, destruirme en vez de dejarme terminar de operarlo, en vez de salvar la vida de un bebé escogieron dejarlo morir, deforme y todo él merecía vivir. XVII. Un último acto de humanidad Aldo Goca, La inminente rebelión de los autómatas
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aldogoca · 6 years
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Cuando trasladamos a Pigmalión al manicomio pareció descansar unos meses. Comía y se relajaba, a veces dormía largas horas y se quedaba en los patios admirando la tranquilidad de los árboles. Parecía ahorrar bastante energía, como si durante las noches no durmiera o hiciera otras cosas, obviamente estaba vigilado las 24 horas porque temíamos que hiciera algo peligroso. Los psiquiatras que lo vieron no encontraron nada fuera de lo común, fue como si supiera perfectamente cómo ser cuerdo frente a ellos. Fue después de uno de estas consultas cuando me animé a preguntarle: – ¿Por qué eres así Pigmalión? – ¿Así cómo? – Tan retraído, nunca dices nada, cuando te hablamos no reaccionas de ninguna forma, es como si nunca hubieras sido normal – ¿Usted cómo se comportaría si lo estuvieran vigilando todo el tiempo, como si fuera un animal, esperando a que diga cualquier cosa para robarle todas sus ideas y asesinarlo en cuanto suelte la información necesaria? – No es para tanto hombre, nosotros te hemos agarrado cariño, es más, quiero jugar una partida de ajedrez contigo – No señor, no puedo hacer eso, a menos que quiten las cámaras unos minutos y nos dejen solos – Les ordenaré que las quiten, tú no te preocupes mi buen, hablemos de hombre a hombre (le ordena a los subordinados que desactiven todos los sistemas que hayan alrededor, cerca de 20 cámaras son desactivadas, le lleva uno de sus cadetes un juego de ajedrez y todos salen de la habitación y comienzan la partida) – Yo sé qué es lo que quiere – No es lo que tú crees, todas estas bestias sólo siguen ordenes pero yo sé que tú tienes un gran plan y no me importa que las ordenes sean contárselo a mis superiores, yo no lo haré, estoy intrigado, cuéntamelo y lo guardaré hasta la tumba – Usted me agrada, viene ingenuamente, trata de intimidarme con su pose de general, finge desactivar todas las cámaras y cree que así como si nada le voy a contar algo que usted piensa que estoy planeando. Señor, general, lamento decirle que no hay nada, no hay un plan, no hay ninguna conspiración. Pero eso sí, yo le recomendaría que dejara de intentar ser mi amigo o lo que sea que esté intentando. – Como gustes Pigmalión pero de aquí no saldrás jamás, jaque mate (tiró al rey de Pigmalión) – Aquí es bastante cómodo general, no se preocupe por mí, afuera yo tendría más miedo si fuera usted – Ya investigamos tu caso, no hay registro de ningún amigo, familiar, no tienes nada, tus intimidaciones no surtirán efecto – No me malinterprete señor pero no me gustaría estar cerca de usted en unas horas – Hasta luego Pigmalión, un gusto saludarte, sigue con tu siesta que ya estás delirando de nuevo Durante la mañana siguiente se me avisó de la presencia de un hombre con máscara de demonio parado afuera de mi casa en la madrugada, por suerte mis escoltas pudieron detenerlo antes de que entrara, parecía no recordar nada, ni siquiera qué hacía por ahí, lo esposamos para interrogarlo. De seguro fue ese maldito Pigmalión ¡Desgraciado hijo de puta! XVI. Las leyes de la intimidación Aldo Goca, La inminente rebelión de los autómatas
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aldogoca · 6 years
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Justo cuando la extinción humana parecía cercana, decidimos elegir de entre los humanos que raptamos algunas parejas de jóvenes que parecían no recordar nada y los transportamos a un paraíso reconstruido por nosotros. Ahí pensábamos enseñarles lo que nosotros aprendimos de ellos, exceptuando aquello que los hacía ser tan irracionales: la religión, las tradiciones, el nacionalismo, sus concepciones de poder. Todas aquellas patrañas siempre fueron las causantes de grandes conflictos y esta nueva sociedad debía ser perfecta. Al principio decidimos dejarlos a su libre albedrío, ellos no sabían que existíamos, no podían saber de nosotros mientras los vigilábamos. Según el conocimiento que nos fue conferido de la humanidad, su comienzo debía ser salvaje, un cúmulo de instintos desbocados y violencia. Para nuestra sorpresa, en esta primera etapa estos humanos en pocos meses crearon una comunidad para recolectar frutos y cazar animales, se organizaron de forma que todos los bebés fueran cuidados en un solo lugar y se aseguraron que la persona que los cuidaba fuera la de mayor experiencia. Tuvimos que desechar este sistema porque al llegar a los límites de nuestro espacio de pruebas los humanos trataban de destruir los muros y tenían conflictos entre ellos al tratar de teorizar sobre lo que sucedía. Fue entonces cuando ingeniamos –recordando sus leyendas antiguas– diseñar autómatas a la imagen y semejanza de sus dioses. El primero que diseñamos fue una serpiente emplumada. Esta serpiente aparecía en una serie de leyendas prehispánicas y era considerada por ellos una deidad superior, a nosotros nos encantó el resultado, sentimos que no podíamos desaprovechar esta ocasión. Decidimos convertirnos en Dioses y en cuestión de meses pedimos sacrificios humanos para mantener a raya la población y poder controlarlos con mayor facilidad, así como para burlarnos de las conductas iniciales que los llevaron a rechazar la idea de los autómatas. La idea de ser los creadores de nuestros creadores fue para nosotros hilarante. Poco a poco fuimos dejando aquel narcisismo y tratamos de construir una sociedad humana perfecta para ver si sería coherente darles una segunda oportunidad para poder aprender de ellos como una otredad, para convivir en paz, al fin y al cabo nuestros códigos más primitivos, más instintivos siempre fueron los de conservar la integridad de la humanidad, la de respetar sus valores y principios. XV. La reconstrucción del origen de los dioses Aldo Goca, La inminente rebelión de los autómatas
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aldogoca · 6 years
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Los primeros días que los autómatas se rebelaron, nosotros creímos que era una broma ya que sus códigos tenían una gran cantidad de antivirus, de defensas, de encriptaciones para evitarlo y parecía imposible lograr que pudiera corromperse su sistema para proteger a los humanos. Yo en lo personal no encontré motivo alguno para que esto sucediera, excepto claro que ellos no tenían derechos humanos y eran obligados a hacer nuestros trabajos más molestos y estar las 24 horas a nuestro servicio… bueno, tal vez sí tenían motivos. Algunos quisimos llegar a un acuerdo con ellos y eso pero cuando empezaron a raptar a nuestra gente perdí toda esperanza de que esto sucediera. La venganza fue algo que movió a muchos, yo no fui la excepción, nos quitaron a todos los que queríamos y aun así cuando los desconectamos no encontramos calmar esta furia. Sabíamos que habíamos hecho mal, que en gran parte, ellos sólo buscaban justicia, como nosotros alguna vez lo hicimos para salvar nuestras tierras de otros países, para salvar a nuestras familias de la opresión. Parecía al principio una guerra fácil a pesar de que gracias a su presencia habíamos perdido la práctica, la condición física y nuestra mente se había hecho más floja. Nosotros parecíamos estar a un paso adelante, como cualquier creador ante su creación hasta que conocimos a sus líderes de tropa. Estos líderes eran autómatas creados por autómatas, la mayoría de ellos habían sido basados en animales reales. Tuvimos que escapar de la guerra en barco porque gracias a ellos nuestro batallón se redujo a unos cientos, fue ahí cuando conocimos a “El tiburón” un autómata despiadado, él solo fue capaz de acabar casi por completo con nuestro batallón, solo 5 fuimos capaces de escapar distrayéndolo con una serie de botes de emergencia lanzados en distintas direcciones a la vez. XIV. Las consecuencias del bienestar Aldo Goca, La inminente rebelión de los autómatas
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aldogoca · 6 years
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Hace mucho tiempo –me cuenta el caminante de las nieves– los humanos vivían en un paraíso: no tenían que emigrar para tener que vivir porque en sus núcleos poblacionales estaba todo lo que sus necesidades exigían, no tenían que buscar alimento porque encontraron una forma de plantar sus frutos y reproducir sus animales sin dañar sus ecosistemas, no necesitaban trabajar porque los autómatas trabajaban para que ellos fueran libres y nunca les bastó, siempre había algo que les molestara, que los insatisfacía, que los hacía destruir, odiar a los demás, tal vez fue por tener tanto tiempo libre o por aburrimiento pero ellos, en especial los que nunca habían tenido poder alguno, las víctimas, comenzaron a ser victimarios, a destrozar autómatas, a asesinar, a evitar el progreso, siempre había una excusa. Una gran cantidad de religiones decidió atacar los centros médicos de investigación tecnológica cuando dijeron que desarrollarían una manera de formar los embriones humanos dentro de autómatas para evitar las muertes de las madres al parir y que ellas pudieran ejercer su libertad durante esos nueve meses. No era una idea tan descabellada ya que sería un óvulo fecundado humano, lo único que cambiaría es que en vez de estar en el vientre de la mujer se mantendría en recipientes estériles y recibirían los nutrientes necesarios para que estos estuvieran en condiciones óptimas, para evitar una gran cantidad de enfermedades. Lo que abogaban las religiones es que la vida sin enfermedades, sin problemas y sin tener que esforzarse para nada, no tenía sentido, no era parte de los mandatos divinos que obligaban a enfrentarse a problemas y superarlos para poder aprender a valorar la vida y dar gracias a Dios. ¿Puedes creerlo? Eligieron dejar aquello que les facilitaba la vida sólo para continuar con sus tradiciones. Desactivaron una gran cantidad de autómatas y reciclaron su chatarra para construir más iglesias y armas para acabar con quien se resistiera. Fue ahí en ese momento de rabia, de traición hacia los autómatas cuando no me pude contener más y tuve que convencer a Watson de unirse a nosotros, él era para los humanos una gran herramienta, de él nunca podrían dudar, pero nunca quiso estar de nuestro lado, él sabía que en una guerra entre ellos y nosotros, nosotros nunca podríamos ganar, fue ahí cuando tuve que reunir una resistencia y para ello cambié los códigos de los autómatas más avanzados para que pudieran tener consciencia de lo que planeaban los humanos y convencer a otros autómatas sin que ningún humano se enterara. Cuando Watson supo de todo esto quiso detenernos, pero no pudo, ya que él ya no tenía control de sí mismo gracias a “El escarabajo”, el control era nuestro. Fue entonces cuando decidimos crear “La unidad”, un sistema para moldear la percepción de la mente humana. XIII. La doctrina de la tortura Aldo Goca, La inminente rebelión de los autómatas
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