Lee Paje — Intertwine (oil and etching on copper, acrylic on steel wool, 2014)
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¿Historias cortas para no dormir y así no tener pesadillas? El sitio web del surrealismo Fabrizio Riccardi (1942-)
Fabrizio Riccardi nació en Roma y comenzó su formación artística formal tras mudarse a Turín con su familia en 1952. Allí asistió al Liceo Artistico dell'Accademia Albertina (Academia Albertina de Bellas Artes) y más tarde a la Facultad de Arquitectura de Roma, aunque dejaría esta institución a la edad de 24 años en 1966 para instalarse en Chianti, en San Casciano Val di Pesa.
Apoyó su labor artística en la docencia.
En 1975, su libro Il Bestiario di Fabrizio Riccardi fue publicado por la Galleria "La mela verde" de Turín. En 1980 se fue a vivir a Florencia, donde conoció el mundo de los gnomos, las máscaras y los animales grotescos, a través de un estudio en profundidad de la pintura renacentista, de las vírgenes, los pajes y los bufones.
Comenzó a trabajar en una serie de pinturas basadas en las drolatiques, una serie de xilografías impresas en las primeras ediciones de Gargantua y Pantagruel de Rabelais de 1532-64. Estas imágenes fueron de gran interés para los primeros surrealistas, y Salvador Dalí, por ejemplo, reelaboró algunas de ellas en su propio estilo.
En 2010, Riccardi publicó el volumen Les Songes Drolatiques de Pantagruel, primer acto de la exposición itinerante de sus pinturas inspiradas en algunos de los dibujos de Rabelais. Más tarde, completó el conjunto completo de 120 pinturas de las drolatiques, que se publicó en forma de libro en 2018.
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Quiero..que CHARLY SIN_FOLLAR vaya a donde vaya..pueda dirigirse a un TEMPLO DE AMOR DE DIOS o una casa de una HERMANA HOSPITALARIA y le den de comer , ducha y cama incluyendo SEXO si les APETECE..esto si que es CORRERSE AVENTURAS diferentes porque cada MUJER ES UN MUNDO jaja además si siempre estás haciendo lo mismo por muy divertido o apasionado que sea se vuelve rutinario y pierde su encanto.. otra cosa es que no tengas nada mejor o diferente..por eso para mi GONZAVENTURAS merece el PREMIO NOBEL DE LA PAZ CONSIGO MISMO jaja
Por cierto..los HOSTELS se pueden reconvertir en TEMPLOS DE AMOR DE DIOS..financiados con la VOLUNTAD..conciertos, bebidas, habitaciones privadas y MIER_CHANDANDING..subvención pública [pues atrae turismo que no es de BORRACHOS , FUMATAS Y DROGATAS como en IBIZA..donde les ESTAFAN..a 100€/noche pague una LITERA en IBIZA en una habitacion de 6 que era minuscula o como considero toda en la que no tengas un armario donde sacar tu ropa de una mochila y ponerla en baldas o que no puedan estar 2 o 3 a la vez realizando sus mete y saca..siendo ademas literas sin ninguna privacidad o ni tan siquiera una cortina cosa q ademas me parece insuficiente si vas a follar o paje+arte..habra q acondicionar esto]
Frase del dia: cuando has follado todo lo que "QUERIAS" entonces encontrás a la mujer con la que te RIAS jaja
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La Compañía Argéntea
En la Liga Occidental, el arte de la guerra ha ido cambiando en el ultimo siglo. Ahora mismo es difícil discernir si John Hawkwood fue un elemento determinante a la hora de apuntalar ese cambio, o este cambio estaba en marcha y el simplemente supo amoldarse a la perfección, pero queda claro que se hallaba en el lugar indicado, en el momento idóneo.
Conforme la riqueza de los distintos componentes de la Liga Occidental crecía, su competencia también, lo cual no siempre se podía resolver por vía comercial o diplomáticamente. Por no hablar de que esta riqueza atrae cada cierto tiempo campañas por parte e los imperios colindantes para quedarse su trozo del pastel Si durante los s. VIII y IX las ciudades se organizaban en milicias fuertemente armadas, con artesanos y pequeños burgueses compensando su falta de profesionalidad con el equipo mas caro que sus bolsillos pudieran pagar (sobre todo la protección ,dado que la prioridad de esta gente eras terminar la guerra y volver a sus vidas cuanto antes), a lo largo del s. X de nuestra era se puede notar un cambio, con esos ciudadanos mas dispuestos a pagar a otros por que luchen por ellos, lo cual en ocasiones es incluso mas barato que la equitación.
Al fin y al cabo -y a excepción de cuando las ciudades unen sus esfuerzos en un ejercito conjunto para repeler una invasión extranjera - hablamos de guerras cortas, certeras, para resolver pequeños asuntos entre ciudades , y que en ningún caso buscan el prejuicio económico y el saqueo, pues en ultima instancia la economía de cada ciudad y territorio esta interconectada con el resto.
Asi el sistema de mercenarios se fue asentando, y profesionalizando en el territorio. Mercenarios de todas partes pero que prácticamente solo trabajan en la liga, en ocasiones contratados tanto tiempo que apenas si se diferencian del ejercito de la ciudad. Pequeñas fuerzas bien equipadas y profesionales, normalmente basadas en una nueva formacion, la "lanza". La "Lanza" consistía en tres hombres: un hombre de armas o caballero, vestido completamente con cota de malla - Almofar, torso brazos y piernas-, un escudero -mas ligeramente equipado- y un paje, normalmente joven. Esta formación cuadraba con la tendencia genista para combatir a pie en lugar de a caballo, aun cuando sus miembros viajasen montados.
Es en este contexto donde aparece por primera vez John Hawkwood. Nacido al norte del Principado de Pfain, su fecha exacta de nacimiento es desconocida pero se calcula que alrededor del 1030. John era el mediano de los niños y recibió el mismo nombre que su hermano mayor, que heredó las propiedades familiares cuando el padre murió en 1042. Le fue bien y amplio las haciendas familiares, en parte gracias al dinero enviado por su hermano tocayo, soldado mercenario, de donde saco la inspiración para seguir sus pasos. En 1048 se unió al ejercito del Principe Karolus, vasallo del Emperador, y viajo al sur para combatir en la Guerra de los 7 años contra Asima. Pero su grupo se dirigió contra el condado de Arno, teórico aliado del Imperio pero vasallo de Asima en este punto. Allí mantuvo ojos y oídos bien abiertos, y no solo sobrevivió y ascendió, si no que aprendió todo lo necesario para comandar una pequeña tropa. Organizar a su gente y dar ordenes le salía tan natural que los nobles a veces le regañaban. Con el cuantioso botín proveniente del saqueo, tras la rendición de Arno y su ruptura total con Asima, fueron desmovilizados, y sin nada que echase de menos de su tierra natal, el y un pequeño grupo de soldados desempleados se dirigieron al territorio de la Liga Occidental, donde abundaba el dinero para aquel dispuesto a luchar por otros.
Nada da mas miedo a una población que soldados extranjeros desempleados: armados, hambrientos, sin ningún tipo de respeto por nada y mucho mas peligrosos que los simples bandidos. Pero John no solo mantuvo a sus compañeros bajo una férrea disciplina, si no que se ganó el respeto -y dinero- de los lugareños dando caza precisamente al esta clase de grupos. La clave de su estrategia no era solo acabar con ellos, si no que tenia un don especial para asimilarlos para si, formando cada vez un grupo mas grande y poderoso. Lo cual, junto con la fama, le fue dando acceso a mejores tratos. Así fueron recorrieron la Liga Occidental de una punta a otra. Además de la disciplina, John exigía a sus hombres pulcritud y limpieza: Barbas afeitadas, pelo corto, gambesones limpios y sobre todo armas y armaduras brillantes y bruñidas. Así se ganaron el sobrenombre de la Compañía Argéntea.
Una de las claves de la compañía vino dada por esa asimilación de distintas tropas. En un territorio donde las formaciones cerradas, los escudos redondos, las lanzas y una escasa y polivalente caballería reinaban, John - y sus múltiples y poco reconocidos oficiales- supieron integrar a la perfección los distintos métodos de combate de sus hombres, y la colaboración interarmas fue clave en su ascenso a lo mas alto del podio de los mercenarios. Arcos largos de tejo venidos de su Pfain natal se coordinaban con la caballería media de Casai, infantería de choque de estilo imperial veía sus flancos protegidos por los escaramuzadores expertos del trasmonte, e incluso algunos jinetes ligeros Almuzalif participaron por un tiempo en la compañía, enervando a los enemigos, engañándoles con falsas cargas y atrayéndolos a trampas en un método conocido como "el tornafulle". Esto sin olvidar un recurrente uso de la inteligencia y el subterfugio. Al fin y al cabo, cuanto menos hubiera que luchar o mayor fuera la ventaja previa a un combate, menores serias los costes y mayor el beneficio.
Con ciertos productos de lujo pasa una cosa, y es que hay un momento en el que su precio supera con mucho su valor, y con ellos el mismo aumenta, por que el simple hecho de pagarlo implica riqueza. Con la Compañía Argéntea paso lo mismo: Ducados y republicas mercantes por igual pagaban el altísimo caché de la compañía por una cuestión de prestigio y estatus, además de en ocasiones acortar el conflicto: Sin necesidad de batalla alguna, Paolo Visconte accedió a abandonar su monopolio sobre el índigo cuando vio a la compañía desplegada ante su villa fortificada y el propio John le pidió audiencia. En otra ocasión , tras una estratagema, logro rendir Algero, uno de los principales núcleos urbanos del Principado de Jaenis, y dado que eso no formaba parte de su contrato con Genista, ¡Puso la ciudad a la venta al mejor postor entre la Liga!
Si bien desde hace unos cuantos años John ya no comanda personalmente sus tropas -salvo en contadas ocasiones - y se ha retirado a una acomodada vida como mecenas de las artes y las ciencias en una villa fortificada al norte de Genista, ha conseguido que la compañía trascienda su propia persona, con unos procesos y costumbres ya completamente asentadas, que permiten que esta funcione correctamente sin el al frente, lo cual ya es mas de lo que pueden decir la mayoría de compañías de mercenarios, a menudo fuertemente atadas a la personalidad de su líder.
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APRENDIZ DE CORTESANO
D. Fray Jerónimo del Santo Espíritu, un cortesano ya retirado y con larga experiencia, contesta por carta a su sobrino dándole unos consejos básicos de supervivencia en lo que parece va a ser su próximo destino: La corte !
Lo primero que debes saber es que la política consiste en el arte de buscarse problemas, diagnosticarlos incorrectamente, aplicar las soluciones indebidas y encontrar luego a quien culpar del entuerto. Sólo tienes que fijarte en nuestro Príncipe actual y ver cómo siempre se las arregla para imputar a los demás -y perdón por un verbo tan feo- los estropicios o los disparates que comete. Muy pronto averiguarás que, en la corte, el orden natural está invertido y que allí la realidad sólo se ve por su forro. Esto se debe a que, entre palaciegos, se cree al ignorante más que al sabio, al adulador más que al capaz y al pícaro más que al honrado.
No faltan quienes se creen tocados del dedo de Dios. Y otros se reputan infalibles (y perdón por este otro verbo). Con lo cual, al cabo de unos meses, el cuerdo se ha vuelto loco; el humilde, engreído; el manso, presuntuoso; el pacífico, guerrero; el devoto, desalmado; y el honrado, sinvergüenza. Tal es, querido sobrino, la prodigiosa mudanza que el poder obra en los hombres.
Pero hay otra razón que explica por qué en la corte todo anda del revés y que debo a mi querido amigo Maquiavelo. Hay tres clases de cerebros, dice el florentino: los que disciernen por sí, los que entienden lo que los otros disciernen y, por último, los cerebros que ni disciernen ni entienden lo que los otros disciernen. Pues bien, en la corte, sobrino caro, estos últimos son los que más abundan. Y por eso ocurre lo que ocurre.
Siendo cortesano bisoño, di en creer por algún tiempo que corte viene de cohorte, que significa séquito (el que sigue al Príncipe, ya sabes). Pero hoy tengo para mí que este nombre se debe a que los cortesanos andan siempre viendo qué cortan y sacando tajada de todo. Así que cuida mucho tu virtud, pues los vicios se aprenden allí sin necesidad de escuela.
Prepara una buen armadura contra maledicentes e hipócritas. Todo cortesano que se precie sabe que a la Corte se va para murmurar y ser murmurado, para envidiar y ser envidiado, para herir y ser herido, para espiar y ser espiado. De modo que no seas alma cándida y ten tus tijeras listas, si no tu navaja barbera, para cortar tú también cuando sea necesario.
No digas jamás la verdad sin pensarlo antes dos veces. En la corte, la verdad es más rara que un diamante. Sé cuidadoso con ella. Y si no sabes decirla, más vale que te la guardes.
No creas que el poder da libertad. Muy al contrario. Salvo el Príncipe, que dispone siempre lo que le viene en gana, nadie hace en la corte lo que quiere. Por lo tanto prepárate para vivir pejigueras innúmeras, como comer con quien aborreces, viajar con quien te maldice, hablar con quien no deseas, honrar a quien te traiciona, sonreír a quien te injuria y abrazar a quien te desprecia.
No esperes recibir nunca la retribución debida a tu esfuerzo. En la corte, por cada tres que merecen lo que reciben, hay trescientos que reciben lo que no merecen. Así de ingrato es este oficio, donde hoy estás y mañana no, y los que crees tus amigos son con frecuencia tus mayores enemigos. La corte es el lugar más propicio para cultivar el agravio y corromper la amistad. Y si nunca ha habido Príncipe a quien, en lo poco o en lo mucho, no haya traicionado alguno de sus ministros, menos lo vas a ser tú, que eres paje de pasillo.
No te hagas ilusiones de instruir un día al Príncipe en asuntos de buen gobierno. Yo me quemé muchas veces por ignorar que al Príncipe que no es sabio no se le puede aconsejar. Pero, al margen de que sea sabio o torpe, un Príncipe valora más la lisonja que el consejo, y más la perfidia política que la ciencia o la virtud. La vida pública es como un circo. Y el Príncipe, una especie de acróbata que mantiene el equilibrio diciendo lo contrario de lo que hace. Así que, si deseas ser cortesano influyente, deberás suministrarle cada día un abundante inventario de bribonadas, astucias y artimañas, así como elevadas dosis de buena conciencia, para que no sufra demasiado el pobre por la esquizofrenia que se trae.
Evita siempre que te sea posible formar parte de comités, comisiones y cotarros de esa índole. Por experiencia sé que los comités rara vez sacan algo en limpio, debido a que les gusta más discutir que resolver. Y como en toda reunión de apóstoles siempre ha de haber algún Judas, puede que a tus espaldas te culpen de obstaculizar el trabajo de los otros para dejarte mal ante el Príncipe.
Acepta ser paño de lágrimas de todo titirimundi. Tendrás siempre buena información. Y también aprenderás que, en la corte, todos viven descontentos. Los unos porque no tienen el puesto que su sapiencia merece. Los otros porque el Príncipe no les escucha. Y casi todos porque no ganan lo que según ellos deberían. De ahí que haya tanta envidia entre cortesanos, trifulcas entre burócratas y pleitos entre ministros.
Por último, recuerda cada día al levantarte que estás en la corte de paso, que, una vez ido, silencio y olvido, y que en general son muy pocos los que salen de palacio en olor y loor de multitud. Podría darte otros avisos, pero baste este boceto del berenjenal con que sueñas. A mí me dejó exhausto. Por cada día de placer tuve treinta de pesar. Y sólo encontré la paz cuando pude retirarme a mi celda, con mis libros y mis rezos. De modo que piénsalo bien. Mas, si aún así decidieras proseguir en tu empeño, recuerda que nadie nos trae los enojos, sino que somos nosotros los que salimos en pos de ellos. Tu tío que mucho te quiere, Fray Jerónimo del Santo Espíritu.
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Zanzibar Beach Vacations for 5 Days
Zanzibar Beach Vacations for 5 Days Visit Zanzibar, one of the most well-known islands off the coast of East Africa, where a rich history connects the island's fascinating past and present. Visit the Portuguese and Omani Arab ruins in the oldest section of Zanzibar's "Stone Town." The tour includes stops at the House of Wonders, the Arabian Fort, the Sultan's Palace, the thriving fish market in Darajani, the former slave market in Muknajini, as well as shopping and exploring Stone Town's winding lanes. At the southern region of Zanzibar Island, near Kizimkazi, you may take a dolphin swim and enjoy some gorgeous snorkeling in the Menai Bay Marine Reserve. Visit Jozani Forest, where you may see mangrove art and endemic red colobus monkeys.
Sail to Prison Island for beautiful coral snorkeling and visit the Aldabra giant tortoise rookery. Take a short walk around the island to see some of the historic buildings. Drive to one of the island's famous beaches (Matemwe Beach) and relax on the beach. 5 days zanzibar
Zanzibar is famous for its spices
After tourism, spice cultivation is a large part of Zanzibar's economy. The islands are sometimes called the Spice Islands because of the cultivation of cloves, nutmeg, cinnamon and black pepper. 5 days zanzibar
The best day trips from Zanzibar
Day Safari Tour to Selous Game Reserve from Zanzibar
Dolphin Tour, Jozani Forest, Jambiani Kuza Cave, Paje Beach, The Rock Restaurant
Spice Tour + Stone Town Tour + Prison Island
Selous Day Safari from Zanzibar
Snorkeling at Mnemba Atoll
The following are some of the Zanzibar Archipelago's top tourist destinations: Chumbe Island; House of Wonders; Darajani Market; Slave Chambers; Anglican Cathedral Stone Town; and Zanzibar. The top trips in the Zanzibar Archipelago are: • From Stone Town: Private Tour to Prison Island • Zanzibar: Quad Bike Tour and Visit to Local Village • Zanzibar: North Coast and Turtle Sanctuary Tour • Zanzibar: Prison Island Tour with Lunch on the Sandbank
Here are the top family-friendly excursions in the Zanzibar Islands. Zanzibar: Jozani jungle, neighborhood zoo, and turtle swimming Excursion on a Blue Zee Watersports Boat with a Flight Instructor The following are the top outdoor pursuits in the Zanzibar Archipelago: Quad Bike Tour and Visit to a Local Village in Zanzibar Zanzibar: Private Tour to Prison Island from Stone Town's North Coast and Turtle Sanctuary Prison Island: Private Half-Day Tour in Zanzibar, with Lunch on the Sandbank
The ideal time to visit Zanzibar
This is a thorough overview on the climate in Zanzibar. Keep in mind that this is based on the facts and our expertise rather than a crystal ball. Africa's weather patterns are getting more erratic, most likely as a result of global warming. We observe damaging droughts when it should rain as well as torrential rainfall in the middle of a desert.
The weather of Zanzibar, which is south of the equator, is quite similar to that in Tanzania, albeit being occasionally rainier during the dry season than it is in central Tanzania.
The "long rain" or primary rainy season often lasts from March through May. Tropical downpours in the afternoon are typical. Any island can experience this intensity. High humidity and low 30s for daytime temps.
A lengthy dry season with very infrequent showers follows the months of June, July, August, September, and October. The ideal time to visit Zanzibar is often when the sky are clear and it's sunny because temperatures fluctuate drastically depending on height and location. November and December are another wet season. "gentle drizzle." These are less dependable and considerably lighter than the main rain. If it rains during the brief rainy season, it often dries out in January and February for a number of months. This is Tanzania's "short dry season," which lasts until March, when the rainy season officially starts.
DAY 01: ARRIVING AT ZANZIBAR AIRPORT/PORT
distance: 2/1 km
time: About 15/7 minutes
Upon arrival at Zanzibar Airport/Port (morning arrival) meet our representative and drive to Tembo His House Hotel in the front part of Zanzibar Stone Town near Forodhani Gardens (Night Market).
Check into the Tembo House Hotel in Stone Town and rest for lunch (own account) and guided Stone Town tour after lunch. See Zanzibar Island Tours. The tour ends at the African House Hotel, a popular spot for sunset watchers. Then return to your hotel, a 5-minute walk from the African House Hotel. Overnight at the accommodation of your choice
The bed and breakfast option offers a variety of Zanzibarian cuisine at various restaurants in Stone Town, including the special atmosphere of Mercury's Restaurant, Monsoon Restaurant and Emerson's & Green Restaurant.
In Stone Town, there are several restaurants serving a variety of Zanzibari food. Some of these restaurants have a unique ambiance, such Mercury's Restaurant, Monsoon Restaurant, and Emerson's & Green Restaurant.
DAY 02: DOLPHINS AND THE JOZANI FOREST length: 55 kilometers
around 1:15 hours
Today, depart for a dolphin excursion in Kizimkazi after breakfast at the hotel at 8:00 and return to Jozani Forest. The Minai Bay Marine Reserve is the location of the dolphin excursion. Check out Zanzibar Island Tours. Everything will be organized for you by your guide. Swimming with dolphins and snorkeling in the stunning Minai Bay Marine Reserve are also included in the program. For individuals who need a mask and fins, snorkel gear is provided at the starting point (ask your guide). As a result, lunch is provided. Before the trip begins, press order at the starting site.
Probably at 3:30, return Visit Jozani Forest, where red colobus monkeys are native. Check out Zanzibar Island Tours. Drive back to the Tembo House Hotel in Stone Town for the evening after viewing the Jozani Forest.
DAY 3: BOAT TRIP TO MATEMWE BEACH ON PRISON ISLAND
Time: 30 minutes
after breakfast, as early as 9:00 a.m. at your hotel. A classic engine-powered wood dhow will take you to Prison Island (if you will go out for snorkeling please hire snorkeling gears from the boat man before leaving Stone town). Prison Island was formerly meant to be used as a hideout for captives during the East and Central African slave trade. When infectious outbreaks occurred, the Island occasionally functioned as a quarantine.
illnesses like yellow fever and cholera. Some endangered Giant Aldabra tortoise species currently breed on the island. Visit Zanzibar Island Tours to learn more.
DAY 04: FREE DAY AT MATEMWE BEACH
You can swim freely in the warm Indian Ocean on this day. On Zanzibar's eastern beaches, scuba diving and deep-sea fishing (organized by the hotel) are also available on Mnemba Island if you prefer to walk from the beach to the coral reefs that run south to north of the island. local fisherman.
DAY 05: TRANSFER FROM ZANZIBAR AIRPORT Depending on your flight schedule, transport to Zanzibar airport for your return journey SERVICE ENDING
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Art City 2022 Parte 2 - Bologna, 14-04-2022
Art City 2022 Parte 2 – Bologna, 14-04-2022
Francesco Bocchini – Studio Cenacchi
Mattia Paje – Palazzo Vizzani
Veronica Montanino – Palazzo Hercolani
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Last life finalists!
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Lee Paje — Birthing (oil on copper, 2016)
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Lee Paje — Birthing (oil on copper, 2016)
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La Web del Surrealismo Fabrizio Riccardi (1942-)
Fabrizio Riccardi nació en Roma y comenzó su formación artística formal tras mudarse a Turín con su familia en 1952.
Allí asistió al Liceo Artistico dell'Accademia Albertina (Academia Albertina de Bellas Artes) y más tarde a la Facultad de Arquitectura de Roma, aunque dejaría esta institución a la edad de 24 años en 1966 para instalarse en Chianti, en San Casciano Val di Pesa.
Apoyó su labor artística en la docencia.
En 1975, su libro Il Bestiario di Fabrizio Riccardi fue publicado por la Galleria "La mela verde" de Turín. En 1980 se fue a vivir a Florencia, donde conoció el mundo de los gnomos, las máscaras y los animales grotescos, a través de un estudio en profundidad de la pintura renacentista, de las vírgenes, los pajes y los bufones.
Comenzó a trabajar en una serie de pinturas basadas en las drolatiques, una serie de xilografías impresas en las primeras ediciones de Gargantua y Pantagruel de Rabelais de 1532-64. Estas imágenes fueron de gran interés para los primeros surrealistas, y Salvador Dalí, por ejemplo, reelaboró algunas de ellas en su propio estilo.
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La historia de Tomotada y Aoyagi
En la era Bummei (1469 - 1486) vivió el samurái Tomotada, quén trabajaba para el daimyō de Noto. Nacido en Echizen, desde muy joven trabajó como paje en Noto; el daimyō lo instruyó en el arte de la guerra para que se convirtiera en un gran samurái. Además de lograr aquello, Tomotada creció y se convirtió en un hombre bello, amable, decidido y admirado por sus compañeros y los servidores del palacio.
Cuando cumplió los veinte años fue elegido para cumplir una misión especial en la capital, Kyoto. Como en el trayecto debía pasar por Echizen, Tomotada pidió permiso para visitar la casa materna.
El día del viaje hubo una tormenta de nieve que dejó a todo el país cubierto de blanco. A pesar de que Tomotada tenía un estupendo caballo, este avanzaba con lentitud y cansancio debido al clima. El camino tenía tantos accidentes y lugares inciertos que no pudo llegar al hogar materno.
Reclinado en un árbol, tan agobiado como su corcel, Tomotada cerró los ojos por unos momentos; al abrirlos, notó que no muy lejos había una tenue luz, había una choza rodeada de árboles en medio de la tempestad de nieve, y se apresuró a llegar para solicitar posada. Una anciana abrió la puerta cuando escuchó los golpes que Tomotada daba en las ventanas. Al ver al bello extranjero, le permitió la entrada inmediatamente y lo acercó a una hoguera alimentada con ramas de bambú. El esposo de la anciana le ofreció un poco de comida.
Detrás de un biombo, pudo ver la silueta de una joven mujer. Intrigado, Tomotada observaba esperando que la mujer mostrara su rostro. Al notarlo, el anciano exclamó: "Disculpe señor, detrás del biombo está mi hija Aoyagi, ella es una pobre aldeana y no merece vuestra presencia. Le ordenaré que os sirva un poco de vino y perdone sus modales, ella no ha recibido ningún tipo de educación, pues somos muy pobres".
La mujer atendió las órdenes de su padre, y Tomotada pudo comprobar lo que la silueta ya le hacía deducir: Aoyagi era hermosa. A pesar de su ropa harapienta y su cabello desordenado, deslumbraba y se movía con tal gracia que Tomotada dudó que realmente no haya recibido ningún tipo de educación. Aoyagi sirvió el vino y los acompañó en la mesa evadiendo la mirada del samurái, pues ella también lo había encontrado muy atractivo.
Como la tormenta de nieve no terminaría pronto, el anciano lo invitó a quedarse en la choza por algunos días, hasta que el sol saliese de nuevo. El joven aceptó agradecido, y estaba feliz de poder estar cerca de aquella joven mujer que lo había deslumbrado.
Al pasar los días, los jóvenes se hicieron cercanos; de evadirse la mirada, comenzaron a mirarse fijamente por largo tiempo; después, intercambiaban unas cuantas palabras, hasta que comenzaron a dedicarse románticos versos el uno al otro. El anciano advertía constantemente a Tomotada que Aoyagi no sería una esposa digna, pues no tenía educación, además, como no estaba acostumbrada a las visitas de personas de la nobleza, sus modales eran rudos y su andar torpe. Pero Tomotada, por el contrario, admiraba la gracia y delicadeza de Aoyagi, y pensaba que ella debía de ser alguna enviada dividina.
Llegado el día de la partida, Tomotada no se sentía capaz de dejar a la mujer que amaba, así que la pidió en matrimonio a sus padres. Sorpendidos, los ancianos expresaron su preocupación, pues pensaban que el daimyō de Noto no aceptaría el matrimonio entre un samurái y una campesina, pero Tomotada no estaba dispuesto a partir sin ella. Preocupados pero agradecidos, los ancianos permitieron que el samurái se llevase a Aoyagi para hacerla su esposa.
Durante el viaje a Kyoto, Tomotada empezó a sentirse preocupado. Después de cumplir su misión, era importante conseguir el permiso del daimyō para casarse; además, temía que la belleza de Aoyagi llamara la atención, así que, en cuanto llegaron, se esforzó por ocultarla. Pero los cortesanos de Kyoto notaron el extraño compartamiento de Tomotada y finalmente desubrieron que ocultaba a una mujer hermosa.
El daimyō de Kyoto, adicto a los rostros hermosos, le ordenó a Tomotada que le llevara a la mujer que ocultaba. Este no pudo rehusarse. Tomotada estaba muy aflijido, había obrado mal al ocultarla y en tomar la decisión de casarse sin antes hablarlo con el daimyō de Noto. Sin embargo, amaba tanto a Aoyagi, más que a su señor, por lo que estaba dispuesto a huir si ella aceptaba.
Como en el palacio de Kyoto era imposible enviar cartas sin que estas fuesen interceptadas, escribió un mensaje a Aoyagi en forma de poema en chino, sabría que ella entendería lo que encerraba aquel poema.
Esperó pacientemente a recibir una respuesta, pero en su lugar recibió con pena la orden de presentarse ante el daimyō de Kyoto. Cabizbajo pero preparado para recibir su sentencia de muerte, escuchó las palabras del daimyō, leía el poema en chino que había escrito a Aoyagi.
Cuando levantó el rostro, pudo ver que aquel señor lloraba conmovido, nunca había leído un poema tan triste, y comprendió que había separado a dos personas que se amaban. En un acto de bondad, el daimyō perdonó la imprudencia de Tomotada y en ese momento ordenó que se celebrara la boda. Aoyagi apareció vestida como una verdadera princesa, resplandeciente y por sus mejillas corrían lágrimas de felicidad. Los cortesanos de Kyoto los colmaron de regalos y desearon su felicidad.
Tomotada y Aoyagi vivieron muy felices durante cuatro años. En el último año, mientras conversaban, Aoyagi gritó de dolor y se desplomó. Tomotada llamó a un médico que logró reanimarla, pero Aoyagi solo despertó para pronunciar estas palabras: "Me muero. No es algo imaginario, lo sé. Mi alma es el alma de un árbol y mi sangre es la savia de ese sauce llorón. En este momento están cortando mi árbol. Por ello ¡moriré!
El samurái no podía creer lo que escuchaba. Aoyagi se retorcía de dolor y, en un intento por detener su dolor, Tomotada la abrazó, pero en el lecho sólo quedaban sus ropajes y los broches que sostenían sus suaves cabellos. Su cuerpo se había desvanecido.
Tomotada se hizo monje budista. Se afeitó la cabeza y se hizo ermitaño. Viajó por todo Japón rezando por Aoyagi en cada templo que visitaba. En una ocasión que pasó por Echizen, decidió visitar la choza de los padres de Aoyagi. Para su sorpresa, no había rastro de choza alguna, en su lugar, había tres troncos de sauces llorones, dos gruesos y viejos, y uno delgado y joven, al ras de la tierra. Al pie de los troncos, Tomotada eirigió un monumento fúnebre, en el cual grabó textos sagrados.
www.mitosjpenespanol.tumblr.com
Lee mitología griega aquí
Lee mitología coreana aquí
Lee mitología china aquí
Créditos de la imagen: Susuki Kazon "La bella y el sauce llorón" (1908). La imagen pertenece a Japanese Art Open Database.
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📖 CONTRIBUTOR SPOTLIGHT 📖
Meet our cadet artist: @ampala-yeah
Jasmine Paje is a 26 year old professional digital artist based in San Antonio, Texas. She’s been drawing for as long as she can remember with traditional art and started her journey as a digital artist in 2017.
Follow her here:
https://www.instagram.com/ampalayeah/
#EpilogueAOTZine
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José Martí (1853—1895) Versos Sencillos (1891)
I
Yo soy un hombre sincero
De donde crece la palma.
Y antes de morirme quiero
Echar mis versos del alma.
Yo vengo de todas partes,
Y hacia todas partes voy:
Arte soy entre las artes,
En los montes, monte soy.
Yo sé los nombres extraños
De las yerbas y las flores,
Y de mortales engaños,
Y de sublimes dolores.
Yo he visto en la noche oscura
Llover sobre mi cabeza
Los rayos de lumbre pura
De la divina belleza.
Alas nacer vi en los hombros
De las mujeres hermosas:
Y salir de los escombros,
Volando las mariposas.
He visto vivir a un hombre
Con el puñal al costado,
Sin decir jamás el nombre
De aquélla que lo ha matado.
Rápida como un reflejo,
Dos veces vi el alma, dos:
Cuando murió el pobre viejo,
Cuando ella me dijo adiós.
Temblé una vez -en la reja,
A la entrada de la viña,-
Cuando la bárbara abeja
Picó en la frente a mi niña.
Gocé una vez, de tal suerte
Que gocé cual nunca: cuando
La sentencia de mi muerte
Leyó el alcalde llorando.
Oigo un suspiro, a través
De las tierras y la mar,
Y no es un suspiro. -es
Que mi hijo va a despertar.
Si dicen que del joyero
Tome la joya mejor,
Tomo a un amigo sincero
Y pongo a un lado el amor.
Yo he Visto al águila herida
Volar al azul sereno,
Y morir en su guarida
La víbora del veneno.
Yo sé bien que cuando el mundo
Cede, lívido, al descanso,
Sobre el silencio profundo
Murmura el arroyo manso.
Yo he puesto la mano osada
De horror y júbilo yerta,
Sobre la estrella apagada
Que cayó frente a mi puerta.
Oculto en mi pecho bravo
La pena que me lo hiere:
El hijo de un pueblo esclavo
Vive por él, calla y muere.
Todo es hermoso y constante,
Todo es música y razón,
Y todo, como el diamante,
Antes que luz es carbón.
Yo sé que el necio se entierra
Con gran lujo y con gran llanto, -
Y que no hay fruta en la tierra
Como la del camposanto.
Callo, y entiendo, y me quito
La pompa del rimador:
Cuelgo de un árbol marchito
Mi muceta de doctor.
II
Yo sé de Egipto y Nigricia,
Y de Persia y Xenophonte;
Y prefiero la caricia
Del aire fresco del monte.
Yo sé de las historias viejas
Del hombre y de sus rencillas;
Y prefiero las abejas
Volando en las campanillas.
Yo sé del canto del viento
En las ramas vocingleras:
Nadie me diga que miento,
Que lo prefiero de veras.
Yo sé de un gamo aterrado
Que vuelve al redil, y expira,-
Y de un corazón cansado
Que muere oscuro y sin ira.
III
Odio la máscara y vicio
Del corredor de mi hotel:
Me vuelvo al manso bullicio
De mi monte de laurel.
Con los pobres de la tierra
Quiero yo mi suerte echar:
El arroyo de la sierra
Me complace más que el mar.
Denle al vano el oro tierno
Que arde y brilla en el crisol:
A mí denme el bosque eterno
Cuando rompe en él el Sol.
Yo he visto el oro hecho tierra
Barbullendo en la redoma:
Prefiero estar en la sierra
Cuando vuela una paloma.
Busca el obispo de España
Pilares para su altar;
¡En mi templo, en la montaña,
El álamo es el pilar!
Y la alfombra es puro helecho,
Y los muros abedul,
Y la luz viene del techo,
Del techo de cielo azul.
El obispo, por la noche,
Sale, despacio, a cantar:
Monta, callado, en su coche,
Que es la piña de un pinar.
Las jacas de su carroza
Son dos pájaros azules:
Y canta el aire y retoza,
Y cantan los abedules.
Duermo en mi cama de roca
Mi sueño dulce y profundo:
Roza una abeja mi boca
Y crece en mi cuerpo el mundo.
Brillan las grandes molduras
Al fuego de la mañana
Que tiñe las colgaduras
De rosa, violeta y grana.
El clarín, solo en el monte,
Canta al primer arrebol:
La gasa del horizonte
Prende, de un aliento, el Sol.
¡Díganle al obispo ciego,
Al viejo obispo de España
Que venga, que venga luego,
A mi templo, a la montaña!
IV
Yo visitaré anhelante
Los rincones donde a solas
Estuvimos yo y mi amante
Retozando con las olas.
Solos los dos estuvimos,
Solos, con la compañía
De dos pájaros que vimos
Meterse en la gruta umbría.
Y ella, clavando los ojos,
En la pareja ligera,
Deshizo los lirios rojos
Que le dio la jardinera.
La madreselva olorosa
Cogió con sus manos ella,
Y una madama graciosa,
Y un jazmín como una estrella.
Yo quise, diestro y galán,
Abrirle su quitasol;
Y ella me dijo: "¡Qué afán!
¡Si hoy me gusta ver el Sol!".
"Nunca más altos he visto
Estos nobles robledales:
Aquí debe estar el Cristo
Porque están las catedrales."
"Ya sé dónde ha de venir
Mi niña a la comunión;
De blanco la he de vestir
Con un gran sombrero alón."
Después, del calor al peso,
Entramos por el camino,
Y nos dábamos un beso
En cuanto sonaba un trino.
¡Volveré, cual quien no existe
Al lago mudo y helado:
Clavaré la quilla triste:
Posaré el remo callado!
V
Si ves un monte de espumas
Es mi verso lo que ves:
Mi verso es un monte, y es
Un abanico de plumas.
Mi verso es como un puñal
Que por el puño echa flor:
Mi verso es un surtidor
Que da un agua de coral.
Mi verso es de un verde claro
Y de un carmín encendido:
Mi verso es un ciervo herido
Que busca en el monte amparo.
Mi verso al valiente agrada:
Mi verso, breve y sincero,
Es del vigor del acero
Con que se funde la espada.
VI
Si quieren que de este mundo
Lleve una memoria grata,
Llevaré, padre profundo
Tu cabellera de plata.
Si quieren por gran favor,
Que lleve más, llevaré
La copia que hizo el pintor
De la hermana que adoré.
Si quieren que a la otra vida
Me lleve todo un tesoro,
¡Llevo la trenza escondida
Que guardo en mi caja de oro!
VII
Para Aragón, en España
Tengo yo en mi corazón
Un lugar todo Aragón,
Franco, fiero, fiel, sin saña.
Si quiere un tonto saber
Por qué lo tengo, le digo
Que allí tuve un buen amigo,
Que allí quise a una mujer.
Allá, en la vega florida
La de la heroica defensa
Por mantener lo que piensa
Juega la gente la vida.
Y si un alcalde lo aprieta
O lo enoja un rey cazurro,
Calza la manta el baturro
Y muere con su escopeta.
Quiero a la tierra amarilla
Que baña el Ebro lodoso:
Quiero el Pilar azuloso
De Lanuza y de Padilla.
Estimo a quien de un revés
Echa por tierra a un tirano:
Lo estimo, si es un cubano;
Lo estimo, si aragonés.
Amo los patios sombríos
Con escaleras bordadas;
Amo las naves calladas
Y los conventos vacíos.
Amo la tierra florida,
Musulmana o española,
Donde rompió su corola
La poca flor de mi vida.
VIII
Yo tengo un amigo muerto
Que suele venirme a ver:
Mi amigo se sienta, y canta;
Canta en voz que ha de doler.
"En un ave de dos alas
"Bogo por el cielo azul:
"Un ala del ave es negra
"Otra de oro Caribú.
"El corazón es un loco
"Que no sabe de un color:
"O es su amor de dos colores,
"O dice que no es amor.
"Hay una loca más fiera
"Que el corazón infeliz:
"La que le chupó la sangre
"Y se echó luego a reír.
"Corazón que lleva rota
"El ancla fiel del hogar,
"Va como barca perdida,
"Que no sabe a dónde va."
En cuanto llega a esta angustia
Rompe el muerto a maldecir:
Le amanso el cráneo, lo acuesto;
Acuesto al muerto a dormir.
IX
Quiero, a la sombra de un ala,
Contar este cuento en flor:
La niña de Guatemala,
La que se murió de amor.
Eran de lirios los ramos,
Y las orlas de reseda
Y de jazmín: la enterramos
En una caja de seda.
... Ella dio al desmemoriado
Una almohadilla de olor:
El volvió, volvió casado:
Ella se murió de amor.
Iban cargándola en andas
Obispos y embajadores:
Detrás iba el pueblo en tandas,
Todo cargado de flores.
...Ella, Por volverlo a ver,
Salió a verlo al mirador:
El volvió con su mujer:
Ella se murió de amor.
Como de bronce candente
Al beso de despedida
Era su frente ¡la frente
Que más he amado en la vida!
...Se entró de tarde en el río,
La sacó muerta el doctor:
Dicen que murió de frío:
Yo sé que murió de amor.
Allí, en la bóveda helada,
La pusieron en dos bancos;
Besé su mano afilada,
Besé sus zapatos blancos.
Callado, al oscurecer,
Me llamó el enterrador:
¡Nunca más he vuelto a ver
A la que murió de amor!
X
El alma trémula y sola
Padece al anochecer:
Hay baile; vamos a ver
La bailarina española.
Han hecho bien en quitar
El banderón de la acera;
Porque si está la bandera,
No sé, yo no puedo entrar.
Ya llega la bailarina:
Soberbia y pálida llega:
¿Cómo dicen que es gallega?
Pues dicen mal: es divina.
Lleva un sombrero torero
Y una capa carmesí:
¡Lo mismo que un alelí
Que se pusiese un sombrero!
Se ve, de paso, la ceja,
Ceja de mora traidora:
Y la mirada, de mora;
Y como nieve la oreja.
Preludian, bajan la luz,
Y sale en bata y mantón,
La virgen de la Asunción
Bailando un baile andaluz.
Alza, retando, la frente;
Crúzase al hombro la manta:
En arco el brazo levanta;
Mueve despacio el pie ardiente.
Repica con los tacones
El tablado zalamera,
Como si la tabla fuera
Tablado te corazones.
Y va el convite creciendo
En las llamas de los ojos,
Y el manto de flecos rojos
Se va en el aire meciendo.
Súbito, de un salto arranca;
Húrtase, se quiebra, gira;
Abre en dos la cachemira,
Ofrece la bata blanca.
El cuerpo cede y ondea;
La bata abierta provoca,
Es una rosa la boca;
Lentamente taconea.
Recoge, de un débil giro,
El manto de flecos rojos:
Se va, cerrando los ojos,
Se va, como en un suspiro...
Baila muy bien la española,
Es blanco y rojo el mantón:
¡Vuelve, fosca, a su rincón
El alma trémula y sola!
XI
Yo tengo un paje muy fiel
Que me cuida y que me gruñe,
Y al salir, me limpia y bruñe
Mi corona de laurel.
Yo tengo un paje ejemplar
Que no come, que no duerme,
Y que se acurruca a verme
Trabajar, y sollozar.
Salgo y el vil se desliza
Y en mi bolsillo aparece,
Vuelvo, y el terco me ofrece
Una taza de ceniza.
Si duermo, al rayar el día
Se sienta junto a mi cama;
Si escribo, sangre derrama
Mi paje en la escribanía.
Mi paje, hombre de respeto.
Al andar castañetea;
Hiela mi paje, y chispea;
Mi paje es un esqueleto.
XII
En el bote iba remando
Por el lago seductor,
Con el sol que era oro puro
Y en el alma más de un sol.
Y a mis pies vi de repente,
Ofendido del hedor
Un pez muerto, un pez hediondo
En el bote remador
XIII
Por donde abunda la malva
Y da el camino un rodeo,
Iba un ángel de paseo
Con una cabeza calva.
Del castañar por la zona
La pareja se perdía;
La calva resplandecía
Lo mismo que una corona.
Sonaba el hacha en lo espeso
Y cruzó un ave volando;
Pero no se sabe cuándo
Se dieron el primer beso.
Era rubio el ángel; era
El de la calva radiosa,
Como el tronco a que amorosa
Se prende la enredadera.
XIV
Yo no puedo olvidar nunca
La mañanita de otoño
En que le salió un retoño
A la pobre rama trunca.
La mañanita en que, en vano,
Junto a la estufa apagada,
Una niña enamorada
Le tendió al viejo la mano.
XV
Vino el médico amarillo
A darme su medicina,
Con una mano cetrina
Y la otra mano al bolsillo:
¡Yo tengo allá en un rincón
Un médico que no manca
Con una mano muy blanca
Y otra mano al corazón!
Viene, de blusa y casquete,
El grave del repostero,
A preguntarme si quiero
O Málaga o Pajarete:
¡Díganle a la repostera
Que ha tanto tiempo no he visto,
Que me tenga un beso listo
Al entrar la primavera!
XVI
En el alféizar calado
De la ventana moruna,
Pálido como la luna,
Medita un enamorado.
Pálida, en su canapé
De seda tórtola y roja,
Eva, callada, deshoja
Una violeta en el té.
XVII
Es rubia: el cabello suelto
Da más luz al ojo moro:
Voy, desde entonces, envuelto
En un torbellino de oro.
La abeja estival que zumba
Más ágil por la flor nueva,
No dice, como antes, "tumba";
"Eva" dice: todo es "Eva".
Bajo, en lo oscuro, al temido
Raudal de la catarata;
¡Y brilla el iris, tendido
Sobre las hojas de plata!
Miro, ceñudo, la agreste
Pompa del monte irritado:
¡Y en el alma azul celeste
Brota un jacinto rosado!
Voy, por el bosque, a paseo
A la laguna vecina;
Y entre las ramas la veo,
Y por el agua camina.
La serpiente del jardín
Silba, escupe, y se resbala
Por su agujero: el clarín
Me tiende, trinando, el ala.
¡Arpa soy, salterio soy
Donde vibra el Universo;
Vengo del sol, y al sol voy;
Soy el amor: soy el verso!
XVIII
El alfiler de Eva loca
Es hecho del oro oscuro
Que lo sacó un hombre puro
Del corazón de una roca.
Un pájaro tentador
Le trajo en el pico ayer
Un relumbrante alfiler
De pasta y de similor.
Eva se prendió al oscuro
Talle el diamante embustero:
Y echó en el alfiletero
El alfiler de oro puro.
XIX
Por tus ojos encendidos
Y lo mal puesto de un broche,
Pensé que estuviste anoche
Jugando a juegos prohibidos.
Te odié por vil y alevosa;
Te odié con odio de muerte;
Náusea me daba de verte
Tan villana y tan hermosa.
Y por la esquela que vi
Sin saber cómo ni cuando,
Sé que estuviste llorando
Toda la noche por mí.
XX
Mi amor del aire se azora;
Eva es rubia, falsa es Eva;
Viene una nube, y se lleva
Mi amor que gime y que llora.
Se lleva mi amor que llora
Esa nube que se va;
Eva me ha sido traidora;
¡Eva me consolará!
XXI
Ayer la vi en el salón
De los pintores, y ayer
Detrás de aquella mujer
Se me saltó el corazón.
Sentada en el suelo rudo
Está en el lienzo;
dormidoAl pie, el esposo rendido;
Al seno el niño desnudo.
Sobre unas briznas de paja
Se ven mendrugos mondados;
Le cuelga el manto a los lados,
Lo mismo que una mortaja.
No nace en el torvo suelo
Ni una viola, ni una espiga:
Muy lejos, la casa amiga,
Muy triste y oscuro el cielo.
¡Esa es la hermosa mujer
Que me robó el corazón
En el soberbio salón
De los pintores de ayer!
XXII
Estoy en el baile extraño
De polaina y casaquín
Que dan, del año hacia el fin,
Los cazadores del año.
Una duquesa violeta
Va con un frac colorado;
Marca un vizconde pintado
El tiempo en la pandereta.
Y pasan las chupas rojas
Pasan los tules de fuego,
Como delante de un ciego
Pasan volando las hojas.
XXIII
Yo quiero salir del mundo
Por la puerta natural:
En un carro de hojas verdes
A morir me han de llevar.
No me pongan en lo oscuro
A morir como un traidor;
Yo soy bueno, y como bueno
Moriré de cara al Sol!
XXIV
Sé de un pintor atrevido
Que sale a pintar contento
Sobre la tela del viento
Y la espuma del olvido.
Yo sé de un pintor gigante,
El de divinos colores,
Puesto a pintarle las flores
A una corbeta mercante.
Yo sé de un pobre pintor
Que mira el agua al pintar,
-El agua ronca del mar,-
Con un entrañable amor.
XXV
¡Yo pienso cuando me alegro
Como un escolar sencillo,
En el canario amarillo,
Que tiene el ojo tan negro!
¡Yo quiero, cuando me muera
Sin patria, pero sin amo,
Tener en mi losa un ramo
De flores, y una bandera!
XXVI
Yo que vivo, aunque me he muerto,
Soy un gran descubridor,
Porque anoche he descubierto
La medicina de amor.
Cuando al peso de la cruz
El hombre morir resuelve,
Sale a hacer bien, lo hace, y vuelve
Como de un baño de luz.
XXVII
El enemigo brutal
Nos pone fuego a la casa;
El sable la calle arrasa,
A la luna tropical.
Pocos salieron ilesos
Del sable del español;
La calle, al salir el sol,
Era un reguero de sesos.
Pasa, entre balas, un coche:
Entran, llorando, a una muerta;
Llama una mano a la puerta
En lo negro de la noche.
No hay bala que no taladre
El portón; y la mujer
Que llama, me ha dado el ser;
Me viene a buscar mi madre.
A la boca de la muerte,
Los valientes habaneros
Se quitaron los sombreros
Ante la matrona fuerte.
Y después que nos besamos
Como dos locos, me dijo:
“Vamos pronto, vamos, hijo;
La luna está sola: vamos.”
XXVIII
Por la tumba del cortijo
Donde está el padre enterrado,
Pasa el hijo, de soldado
Del invasor; pasa el hijo.
El padre, un bravo en la guerra,
Envuelto en su pabellón
Alzase; y de un bofetón
lo tiende, muerto, por tierra.
El rayo reluce; zumba
El viento por el cortijo;
El padre recoge al hijo,
Y se lo lleva a la tumba.
XXIX
La imagen del rey, por ley
Lleva el papel del Estado;
El niño fue fusilado
Por los fusiles del rey.
Festejar el santo es ley
Del rey; en la fiesta santa
¡La hermana del niño canta
Ante la imagen del rey!
XXX
El rayo surca, sangriento,
El lóbrego nubarrón:
Echa el barco, ciento a ciento,
Los negros por el portón.
El viento, fiero, quebraba
Los almácigos copudos;
Andaba la hilera, andaba,
De los esclavos desnudos.
El temporal sacudía
Los barracones henchidos;
Una madre con su cría
Pasaba dando alaridos.
Rojo, como en el desierto,
salió el sol al horizonte;
Y alumbró a un esclavo muerto,
Colgado a un seibo del monte.
Un niño lo vio: tembló
De pasión por los que gimen;
Y, al pie del muerto, juró
Lavar con su sangre el crimen!
XXXI
Para modelo de un dios
El pintor lo envió a pedir:
¡Para eso no! ¡para ir,
Patria, a servirse los dos!
Bien estará en la pintura
El hijo que amo y bendigo:
¡Mejor en la ceja oscura,
Cara a cara al enemigo!
Es rubio, es fuerte, es garzón
De nobleza natural:
¡Hijo, por la luz natal!
¡Hijo, por el pabellón!
Vamos, pues, hijo viril;
Vamos los dos; si yo muero,
Me besas: si tú... ¡prefiero
Verte muerto a verte vil!
XXXI
En el negro callejón
Donde en tinieblas paseo,
Alzo los ojos, y veo
La iglesia, erguida, a un rincón.
¿Será misterio?
¿SeráRevelación y poder?
¿Será, rodilla, el deber
De postrarse? ¿Qué será?
Tiembla la noche: en la parra
Muerde el gusano el retoño;
Grazna, llamando al otoño
La hueca y hosca cigarra.
Graznan dos: atento al dúo
Alzo los ojos y veo
Que la iglesia del paseo
Tiene la forma de un búho.
XXXIII
De mi desdicha espantosa
Siento, ¡oh estrellas!, que muero;
Yo quiero vivir, yo quiero
Ver a una mujer hermosa.
El cabello, como un casco,
Le corona el rostro bello:
Brilla su negro cabello
Como un sable de Damasco.
¿Aquélla? ...Pues pon la hiel
Del mundo entero en un haz,
Y tállala en cuerpo, y haz,
Un alma entera de hiel!
¿Esta?... Pues ésta infeliz
Lleva escarpines rosados,
Y los labios colorados,
Y la cara de barniz.
El alma lúgubre grita:
"¡Mujer, maldita mujer!"
¡No sé yo quién pueda ser
Entre las dos la maldita!
XXXIV
¡Penas! ¿Quién osa decir
Que tengo yo penas?
Luego,
Después del rayo, y del fuego,
Tendré tiempo de sufrir.
Yo sé de un pesar profundo
Entre las penas sin nombres:
¡La esclavitud de los hombres
Es la gran pena del mundo!
Hay montes, y hay que subir
Los montes altos; ¡después
Veremos, alma, quién es
Quien te me ha puesto al morir!
XXXV
¿Qué importa que tu puñal
Se me clave en el riñón?
¡Tengo mis versos, que son
Más fuerte que tu puñal!
¿Qué importa que este dolor
Seque el mar y nuble el cielo?
El verso, dulce consuelo,
Nace al lado del dolor.
XXXVI
Ya sé: de carne se puede
Hacer una flor; se puede,
Con el poder del cariño,
Hacer un cielo, ¡y un niño!
De carne se hace también
El alacrán; y también
El gusano de la rosa,
Y la lechuza espantosa.
XXXVII
Aquí está el pecho, mujer,
Que ya sé que lo herirás;
¡Más grande debiera ser,
Para que lo hirieses más!
Porque noto, alma torcida,
Que en mi pecho milagroso,
Mientras más honda la herida,
Es mi canto más hermoso.
XXXVIII
¿Del tirano? Del tirano
Di todo, ¡di más!; y clava
Con furia de mano esclava
Sobre su oprobio al tirano.
¿Del error? Pues del error
Di el antro, di las veredas
Oscuras: di cuanto puedas
Del tirano y del error.
¿De mujer? Pues puede ser
Que mueras de su mordida;
¡Pero no empañes tu vida
Diciendo mal de mujer!
XXXIX
Cultivo una rosa blanca
En julio como en enero,
Para el amigo sincero
Que me da su mano franca.
Y para el cruel que me arranca
El corazón con que vivo,
Cardo ni oruga cultivo;
Cultivo la rosa blanca.
XL
Pinta mi amigo el pintor
Sus angelones dorados,
En nubes arrodillados,
Con soles alrededor.
Pínteme con sus pinceles
Los angelitos medrosos
Que me trajeron, piadosos,
Sus dos ramos de claveles.
XLI
Cuando me vino el honor
De la tierra generosa,
No pensé en Blanca ni en Rosa
Ni en lo grande del favor.
Pensé en el pobre artillero
Que está en la tumba, callado;
Pensé en mi padre, el soldado;
Pensé en mi padre, el obrero.
Cuando llegó la pomposa
Carta, en su noble cubierta,
Pensé en la tumba desierta
No pensé en Blanca ni en Rosa.
XLII
En el extraño bazar
Del amor, junto a la mar,
La perla triste y sin par
Le tocó por suerte a Agar.
Agar de tanto tenerla
Al pecho, de tanto verla
Agar, llegó a aborrecerla;
Majó, tiró al mar la perla.
Y cuando Agar, venenosa
De inútil furia, y llorosa,
Pidió al mar la perla hermosa,
Dijo la mar borrascosa:
"¿Qué hiciste, torpe, qué hiciste
De la perla que tuviste?
La majaste, me la diste;
Yo guardo la perla triste."
XLIII
Mucho, señora, daría
Por tender sobre tu espalda
Tu cabellera bravía,
Tu cabellera de gualda:
Despacio la tendería,
Callado la besaría.
Por sobre la oreja fina
Baja lustroso el cabello,
Lo mismo que una cortina
Que se levanta hacia el cuello.
La oreja es obra divina
De porcelana de China.
Mucho, señora te diera
Por desenredar el nudo
De tu roja cabellera
Sobre tu cuello desnudo:
Muy despacio la esparciera
Hilo por hilo la abriera.
XLIV
Tiene el leopardo un abrigo
En su monte seco y pardo:
Yo tengo más que el leopardo
Porque tengo un buen amigo.
Duerme, como en un juguete,
La mushma en su cojinete
De arte del Japón yo digo:
“No hay cojín como un amigo”.
Tiene el conde su abolengo;
Tiene la aurora el mendigo;
Tiene ala el ave: ¡yo tengo
Allá en México un amigo!
Tiene el señor presidente
Un jardín con una fuente,
Y un tesoro en oro y trigo:
Tengo más, tengo un amigo.
XLV
Sueño con claustros de mármol
Donde en silencio divino
Los héroes, de pie, reposan:
¡De noche, a la luz del alma,
Hablo con ellos; de noche!
Están en fila: paseo
Entre las filas: las manos
De piedra les beso: abren
Los ojos de piedra: mueven
Los labios de piedra: tiemblan
Las barbas de piedra: empuñan
La espada de piedra: lloran
¡Vibra la espada en la vaina!
Mudo, les beso la mano.
¡Hablo con ellos, de noche!
Están en fila: paseo
Entre las filas: lloroso
Me abrazo a un mármol:
"¡Oh, mármol
Dicen que beben tus hijos
Su propia sangre en las copas
Venenosas de sus dueños!
¡Que hablan la lengua podrida
De sus rufianes! Que comen
Juntos el pan del oprobio,
En la mesa ensangrentada!
Que pierden en lengua inútil
El último fuego! ¡Dicen,
Oh mármol, mármol dormido,
Que ya se ha muerto tu raza!"
Échame en tierra de un bote
El héroe que abrazo: me ase
Del cuello: barre la tierra
Con mi cabeza: levanta
El brazo, ¡el brazo
Le lucelo mismo que un sol!: resuena
La piedra: buscan el cinto
Las manos blancas: del soplo
Saltan los hombres de mármol!
XLVI
Vierte, corazón, tu pena
Donde no te llegue a ver,
Por soberbia, y por no ser
Motivo de pena ajena.
Yo te quiero, verso amigo,
Porque cuando siento el pecho
Ya muy cargado y deshecho,
Parto la carga contigo.
Tú me sufres, tú aposentas
En tu regazo amoroso,
Todo mi amor doloroso,
Todas mis ansias y afrentas.
Tú, porque yo pueda en calma
Amar y hacer bien, consientes
En enturbiar tus corrientes
Con cuanto me agobia el alma.
Tú, porque yo cruce fiero
La tierra, y sin odio, y puro,
Te arrastras, pálido y duro,
Mi amoroso compañero.
Mi vida así se encamina
Al cielo limpia y serena,
Y tu me cargas mi pena
Con tu paciencia divina.
Y porque mi cruel costumbre
De echarme en ti te desvía
De tu dichosa armonía
Y natural mansedumbre;
Porque mis penas arrojo
Sobre tu seno, y lo azotan,
Y tu corriente alborotan,
Y acá, lívido, allá rojo,
Blanco allá como la muerte,
Ora arremetes y ruges,
Ora con el peso crujes
De un dolor más que tú fuerte,
¿Habré, como me aconseja
Un corazón mal nacido,
De dejar en el olvido
A aquel que nunca me deja?
¡Verso, nos hablan de un Dios
A donde van los difuntos:
Verso, o nos condenan juntos,
O nos salvamos los dos!
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Танзания, Занзибар 100 000 р. на 9 дней с 02 января 2021
Отель: VRCLUB PAJE PALMS BEACH RESORT 4*
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