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#argumentación
hacerparaeldesarrollo · 10 months
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bocadosdefilosofia · 1 year
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«Teniendo en cuenta la maldad de la naturaleza humana, que puede contemplarse en su desnudez en las relaciones libres entre los pueblos (mientras que en el estado legal-civil aparece velada por la coacción del gobierno), es de admirar, ciertamente, que la palabra “derecho” no haya podido ser expulsada todavía de la política de guerra, por pedante, y que ningún Estado se haya atrevido todavía a manifestarse públicamente a favor de esta opinión; pues aún se sigue citando a Hugo Grocio, Pufendorf, Vattel y otros (¡dichoso consuelo!), aunque sus códigos elaborados filosófica o diplomáticamente no tienen la menor fuerza legal ni pueden tenerla (pues los Estados como tales no están bajo una fuerza exterior común), como justificación de una agresión bélica, pero no se ha dado ningún caso de que un Estado haya abandonado sus propósitos a causa de argumentaciones de tan importantes hombres.»
Immanuel Kant: Sobre la paz perpetua, en Ensayos sobre la paz, el progreso y el ideal cosmopolita. Cátedra, pág. 154.  Madrid, 2005
TGO
@bocadosdefilosofia
@dies-irae-1
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manoleqqe · 6 months
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#1 Fenomenología
19/03/2014
La fenomenología analiza y estudia los fenómenos lanzados a la ciencia.
Análisis: Descomponer un todo a las partes lo que lo componen (introducción - cuerpo - conclusión) es decir, las esencia de las cosas. Dicho de otro modo la fenomenología estudia la relación "fenómeno-conciencia".
El primer paso en la descripción fenomenológica, consiste en dejar de lado los preconceptos del mundo exterior. Científica * Busca ser objetiva * Es detallada * Es limitada Poética *Embellece el uso del lenguaje *Utiliza figuras literarias *Puede contener sentimientos Fenomenológica
*Todo lo que podemos percibir por medio de los sentidos *Están relacionados con la conciencia *Deja de lado los pre conceptos del mundo anterior
Reglas de la definición: - Debe ser mas clara de lo que está siendo definido, ejemplo: "Un prefacio es un prolegómeno" - No debe ser circular, la palabra definida no debe estar en la definición ejemplo: "Un sillón victoriano Luis XV es un sillón" - Debe limitarse a todo lo definido y solo a lo definido, no puede ser ni muy amplia ni muy limitada, ejemplo: "La historia es una disciplina que estudia las guerras". - No debe ser negativa, debe decir lo que es y no lo que no es, ejemplo: "Un perro no es un gato". - Debe explicar las características esenciales señalando el género próximo y la diferencia específica, ejemplo: "el hombre es un animal (género próximo) racional (diferencia específica)"
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rdsolenodonte · 1 year
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La argumentación debe ser seria, objetiva y respetuosa
La argumentación debe ser seria, objetiva y respetuosa
Cuando uno polemiza desde la soledad de una abrumadora minoría, aprende que sólo una argumentación seria, objetiva y respetuosa puede conseguir alguna audiencia o interés. Junto a ello, también sufre la experiencia de comprobar que para otros ni siquiera eso despierta respeto, sino que –casi al revés– los mueve a exacerbar aún más los ataques personales, llevándolosincluso al terreno de la…
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invisiblemente-yo · 1 year
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Ciudad remota de veranos ardientes (contigo)
tutitecontigo
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jorgema · 1 year
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Más allá de lo tangible: un viaje por la realidad entre líneas
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Una de las grandes preguntas de la filosofía y de la ciencia es: ¿Qué es real?, y esta nos lleva a otra incluso más profunda: ¿Cómo sabemos lo que es real? La mayoría de las personas describen esto como algo que existe objetivamente y se puede verificar a través de la experiencia y la observación empírica. Sin embargo, para mí, como amante de la literatura y devoto de la euforia que provoca la imaginación, lo que es real va más allá de la simple observación y tangibilidad. Cada palabra, cada espacio entre ellas, cada sentimiento que se sumerge en ellas y cada ilusión que da vida a las oraciones son tan reales como cualquier objeto que pueda ser visto y tocado.
Para mí, lo que existe entre líneas, es una realidad que coexiste con otras realidades, que es y puede ser a pesar de mi propia existencia. Es una realidad que puedo comprobar a través de mi experiencia con el mundo natural y social que se convierte en verso, relato e historia en cada espacio plasmado en forma escrito.
Esta argumentación paradójica me lleva a cuestionar si esto que escribo es solo otra capa en el sinfín de niveles de la realidad. Quizá lo que percibo a través de mis sentidos solo confirma la existencia de esta realidad entre líneas y entre otras realidades, que existe gracias a mí, pero que también coexiste con otras realidades ahí fuera.
Y ahora que lo escribo, me doy cuenta de que este momento existe para mí, pero también para nosotros. Porque ¿Qué es de un albor que cae si nadie lo escucha? Así mismo, ¿qué soy yo sin alguien que lea mis locuras-racionales? Escribir me hace sentir real y existente en este mundo plural, pero también he aprendido que existo para mí, que escribo para mí y que todo esto reafirma que yo también soy tan real y singular como todo lo que aquí está escrito.
Entonces, esto me hace reformular y reflexionar, me lleva a entender que lo que escribo no es solo una simple capa en el sinfín de niveles de la realidad, sino una realidad propia que nutre mi universo literario, mis mundos en letras y la imaginación que emerge en mis noches sin sueño. Porque cada vez que escribo, siento que construyo un universo nuevo y que me acerco un poco más a entender qué es la verdadera realidad que nos rodea, que vive dentro de nosotros y que nos espera allá afuera, en las letras y sueños de alguien más.
En definitiva, así termina mi crónica mental, que no es un relato como tal, pero que cuenta mi perspectiva y sentir sobre lo que es real y cómo la literatura y la imaginación me ayudan a explorar esa sublime verdad.
— Contemplación Poética 01 || @jorgema
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franvkie · 1 year
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al encontrar la sala de teatro milagrosamente vacía, no lo dudó antes de acostarte al medio del escenario, tarareando una melodía por lo bajo al mismo tiempo que busca entretenerse leyendo propia libreta. aburrimiento parece ser tal que volver a leer propios escritos es la máxima entretención. cabeza se levanta una vez que escucha un ruido desde la entrada, sin apreciar que momentánea paz haya sido interrumpida. “ ¡hey! este es mi escondite, yo lo conseguí primero. ” suelta, nivel de argumentación parecido al de un niño de cinco años, pero horas encerrada han empezado a pasarle la cuenta. 
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Mmm... también es un problema hablar de religión con quien tiene la capacidad de análisis y argumentación paupérrimamente en los tobillos. Es complicado no ofenderse intentando intercambiar ideas con alguien así. 😕
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jgmail · 5 months
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Carl Schmitt y el concepto de lo político
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Por Alain de Benoist
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
El siguiente texto ha sido tomado del libro de Alain de Benoist, Visto desde la Derecha, Volumen II: Sistemas y Debates.
Carl Schmitt (1) es uno de los autores y teóricos de la derecha alemana cuyas simpatías hacia el nacionalsocialismo fueron, como mínimo, sutiles. En su obra ya clásica Die konservative Revolution in Deutschland, 1918-32 (Wissenschaftliche Buchgesellschaft, Darmstadt, 1974), la cual dedicó a las diversas corrientes nacionalistas alemanas del periodo de entreguerras, el doctor Armin Mohler (2) menciona a Schmitt como una de las principales figuras de la “revolución conservadora”, junto a otros cinco “exiliados”: Ernst Jünger y su hermano Friedrich Georg, Hans Blüher, Oswald Spengler y Thomas Mann. Con su amplia frente, labios finos y arrugas alrededor de los ojos, Carl Schmitt, de ochenta y nueve años, es imposible de categorizar, Este hombre de Westfalia es natural de la región de Tréveris y tiene algunos parientes en la zona de Lorena. Fue discípulo del sociólogo Max Weber y enseñó en la universidad en Greifswald, Bonn y Berlín. Además, participó en la vida política de los años treinta. En 1936, criticado por ciertas facciones del movimiento nacionalsocialista, dejó por completo cualquier actividad que no fuera profesoral. En 1945, algunos universitarios ideologizados lo usaron como chivo expiatorio y fue detenido por los aliados. Sin embargo, su caso fue desestimado. Ahora lleva una vida normal retirado en su ciudad natal de Plettenberg y sigue publicando libros.
Sus primeras obras fueron de carácter jurídico. Sin embargo, a partir de 1918-1920 se dio a conocer como especialista en el pensamiento político. Al igual que Max Weber, Schmitt se oponía abiertamente a la República de Weimar y criticaba duramente el Tratado de Versalles. Traducido al francés cuarenta años después de su primera publicación, Der Begriff des Politischen (El concepto de lo político) es un texto que data precisamente de esta época. Poco después de su publicación en 1927, se vio envuelto en intensas polémicas con personalidades tan notables como Leo Strauss, Martin Buber y Karl Löwith, y desde entonces sigue siendo una de las obras fundamentales de la ciencia política alemana. Schmitt reprocha a la Constitución de Weimar ser “casi demasiado perfecta jurídicamente y, al mismo tiempo, demasiado magnífica como para seguir haciendo política”. Esta crítica resume la esencia de su argumentación, una argumentación que se basa en la distinción entre el concepto de “estatal” y de “política”. Los dos conceptos habían sido, durante mucho tiempo, indistinguibles: “Hubo, en efecto, una época en la que la identificación de los conceptos de ‘estatal’ y ‘político’ se justificaba”, razón por la cual el análisis del fenómeno político se redujo mayoritariamente a una teoría general del Estado (la allgemeine Staatstheorie). Sin embargo, Schmitt dice que “el concepto de Estado presupone un concepto de lo político”, pues lo político no es una mera consecuencia del Estado. Su existencia, de hecho, precede a la de este último. Puesto que el hombre lleva una vida social, toda sociedad se caracteriza necesariamente por una organización política. En cuanto al Estado en sí, no es más que uno de los medios para lograr dicha organización. El Estado no es, pues, una necesidad histórica intemporal, sino un “medio de existencia” concreto (un Estado). De hecho, la actividad política podría tener lugar fuera del marco estatal y, del mismo modo, la política podría seguir existiendo incluso si el Estado desapareciera.
El error de la “despolitización” y sus consecuencias
El Sr. Julien Freund (3), profesor de la Universidad de Estrasburgo y autor de un libro titulado L'essence du politique (4) (Sirey, 1965), explica en el prefacio que escribió para la traducción al francés del libro de Carl Schmitt cómo el Estado puede dejar de ser político: “Es imposible expresar una voluntad auténticamente política si, de antemano, se ha renunciado al uso de los medios políticos normales, a saber, el poder, la coacción y, en casos excepcionales, la violencia. Actuar políticamente es ejercer la autoridad y manifestar el poder. De lo contrario, se corre el riesgo de ser destituido por un poder rival que pretenda, por el contrario, actuar de manera plenamente política. En otras palabras, toda forma de política implica poder y constituye uno de los imperativos de este último. En consecuencia, el hecho de excluir de entrada el ejercicio del poder reduciendo, por ejemplo, el gobierno a un mero lugar de reunión o un órgano de arbitraje que refleje la función de un tribunal civil es sinónimo de actuar contra la ley misma de la política. La propia lógica del poder exige que sea poderoso y no impotente. Y puesto que la política necesita esencialmente el poder, toda política que renuncie a éste por debilidad o legalismo deja de ser verdaderamente política: ya no cumple su función normal, al haberse vuelto incapaz de proteger a los miembros de la colectividad que le ha sido confiada. No se trata, pues, de que un país determinado tenga una Constitución jurídicamente impecable, ni de que busque una forma ideal de democracia, sino de dotarse de un régimen capaz de responder a dificultades concretas y de mantener el orden, generando al mismo tiempo un consenso que siga siendo favorable a todas las innovaciones con potencial para resolver los conflictos que inevitablemente afloran en toda sociedad”. Este planteamiento equivale a distinguir la autoridad política de la sustancia política. La decadencia del Estado liberal durante el siglo XIX y el auge de la tecnocracia y de la “política de gestión” han acelerado este proceso. Cuando el Estado deje de ser político, su autoridad desaparece. Sin embargo, su sustancia perdurará.
Así pues, esta sustancia seguirá operando carente de todo apoyo institucional, convirtiéndose en presa y objeto de grupos de presión ideológicos competidores que sustituyen al Estado en la toma de decisiones verdaderamente políticas, intentando hacerse con el control de los medios estatales para aplicar estas decisiones e imponiendo sus propias organizaciones. De este modo, los ámbitos hasta entonces considerados neutrales (religión, cultura, arte, educación, economía) “pierden su neutralidad en la medida en que esta palabra es sinónimo de ausencia de vínculos tanto con el Estado como con la política”. Son estos ámbitos metapolíticos los que encarnan posteriormente el ámbito ideal de la acción política. Y es este desplazamiento del campo de actuación política el que desencadena la ilusión de la “despolitización”. Tal es, en efecto, la situación que caracteriza nuestra época, una época en la que el Estado se marchita progresivamente (sobre todo bajo la influencia de las ideas estadunidenses sobre  la gobernanza) de acuerdo a la creencia según la cual la economía ha “sustituido” a lo político, lo cual sólo ha llevado a que el control y el ejercicio de la auténtica función política caigan en manos de poderes no estatales (ya que la política se considera subordinada a la economía, al igual que ésta al ámbito social, lo que da lugar a una inversión completa del orden tradicional que define estas tres funciones). Aunque sería tentador definir la política a través de su sustancia, significaría caer en el planteamiento erróneo de Aristóteles, al intentar delinear su “esencia” metafísica. El propósito de Schmitt es a la vez más modesto y más ambicioso. Se trata, escribe Freund, de “determinar el criterium, es decir, el signo, que nos permite reconocer si una cuestión es de naturaleza política o no, permitiéndonos así discernir lo que es puramente político, independientemente de cualquier otra conexión”.
Amigo y enemigo
Esta idea es fundamental, es un criterio de identificación relativo de toda dinámica estrictamente política, reside, según Schmitt, en la aptitud de cada uno para distinguir el amigo del enemigo (Freund-Feind Theorie). En el ámbito político, esta distinción es tan fundamental como la que existe entre lo bello y lo feo en la estética, el bien y el mal en el ámbito moral, etcétera. Freund escribe: “En definitiva, todo criterio político descansa sobre la posibilidad de que cualquier oposición evolucione hacia un conflicto extremo en el que los enemigos se enfrenten entre sí”. La decisión política arquetípica es, pues, la de designar al “enemigo público” (hostis, es decir, alguien que, por razones ajenas a la moral o a la legalidad, actúa como enemigo de todos, que no puede ser confundido con el enemigo privado, inimicus). La verdadera autoridad política es la que posee los medios para atacar a este enemigo o defenderse de él. Que el enemigo sea amenazador o no tiene poca importancia. “En términos de definición, basta con que sea alguien caracterizado por una alteridad y una extranjería particularmente pronunciadas que, definiendo su propia existencia, conduzcan a conflictos potenciales con él perfectamente concebibles en el peor de los casos, conflictos que no podrían resolverse ni mediante un conjunto de normas generales preestablecidas ni mediante el juicio pronunciado por cualquier tercero que se reconozca como ajeno e imparcial”. La idea de Clausewitz (5), según la cual “la guerra no es más que la prolongación de la política por medios diferentes”, tal y como lo afirma en Von Kriege (6), es invertida. “Un mundo en el que la contingencia de la lucha genuina ha sido completamente eliminada y prohibida, un planeta que ha sido pacificado de una vez por todas, sería un mundo desprovisto de toda diferenciación entre amigo y enemigo y, por lo tanto, un mundo sin política”. Sería un mundo cuyas apreciaciones ya no tendrían ningún valor ni significado, un mundo incapaz de seguir evolucionando, carente de tensiones creativas y condenado a repetirse indefinidamente y a “rumiar” el mismo momento una y otra vez. Un mundo así estaría vaciado de toda historia.
La inquietante perspectiva del “fin de la historia” alimentó a la generación alemana de 1914-1918, la misma que se preguntó por su propia posición en el universo al tiempo que leía las obras de Spengler y Rathenau (7). Su angustia ante el triunfo de la cuantificación tecnológica desprovista de toda alma que “se alimentaba de un oscuro sentimiento derivado de la propia lógica del proceso de neutralización”, como decía Carl Schmitt, está en el centro de sus reflexiones. En 1927, sin embargo, Schmitt expresó su convicción de que este proceso se acercaba a su fin, precisamente porque finalmente consiguió alcanzar a la tecnología, declarando: “Sólo de manera provisional se puede considerar que este siglo ha sido el de la tecnología, de acuerdo con el estado de ánimo que lo impregna. El juicio final sólo se emitirá cuando se haya determinado qué tipo de política es lo suficientemente poderosa como para doblegar el mundo moderno a su voluntad y qué agrupación real de amigos y enemigos ha tenido lugar en este nuevo dominio”.
Hemos llegado a una época caracterizada por su total ignorancia de las distinciones clásicas entre guerra, paz y neutralidad, entre política y economía, entre lo militar y lo civil, combatientes y no combatientes; la única excepción reside en la diferencia entre amigo y enemigo, cuya lógica preside su nacimiento y determina su propia naturaleza. Las consecuencias son temibles. La propia noción en torno a la existencia de “organismos internacionales” cuya autoridad sobrepasa la soberanía de los Estados y que se encargan de “interpretar la ley” implica que es necesario “demostrar” a todo el mundo que el enemigo es quien está totalmente equivocado. En el marco de esta perspectiva universalista, el adversario debe ser declarado proscrito, es decir, literalmente convertirse en un ser inhumano. Por lo tanto, ya no se le puede respetar mientras se lucha contra él, sino que sólo se le puede odiar, porque se ha convertido en la encarnación del mal. El poder ilimitado de los diversos medios de destrucción se refleja en la devaluación total del enemigo, cuyo exterminio está “justificado” una vez que se ha establecido su absoluta inutilidad. Por la misma razón, las diferencias fundamentales entre la guerra y la paz y entre los ámbitos civil y militar ya no se aplican. Todas las guerras son de carácter global y pueden emprenderse en cualquier momento. Y a medida que lo político se ve invadido por lo moral, llega la hora del partisano.
La teoría del partisano
En su Teoría del partisano, una conferencia pronunciada en España en 1962, Schmitt demostró que la aparición del “combatiente revolucionario” se corresponde perfectamente con lo que él mismo había predicho. En efecto, un partisano no se caracteriza únicamente por los métodos que elige utilizar, también encarna la función política que las instituciones regulares ya no desempeñan, participando en el combate y alineándose con una determinada política, aspecto político de su acción que pone de relieve el significado original del término “partisano”. Mientras que los soldados luchan porque su deber es hacer la guerra (independientemente de sus convicciones personales), los partisanos luchan porque creen que su lucha está justificada. La conciencia revolucionaria de un partisano se expresa a través de la “requisición total”. El Che Guevara (8) dijo una vez que “el partisano es el jesuita de la guerra”.
Otro rasgo específico que caracteriza nuestra época reside en el hecho de que el Estado, que dispone de todos los medios de poder necesarios, ya no es una auténtica autoridad política, mientras que el partisano, que actúa como encarnación de la sustancia política, trata de apropiarse de los medios de los que carece a través de sus propias acciones. El impacto que ha tenido Carl Schmitt durante este medio siglo ha sido considerable. Ha sido fuente de inspiración para muchos derechistas (como Armin Mohler), izquierdistas (como Kirchheimer) e incluso para el maoísta Schickel. Sin embargo, este hecho no lo ha exento de críticas. El Sr. Maurice Duverger (9) que, al menos en opinión del Sr. Freund, probablemente nunca ha leído ninguna obra de Schmitt, ha optado por tratarlo con desdén. Otros le han reprochado que dé prioridad al enemigo sobre los amigos (o “camaradas”), acusación a la que Schmitt respondió de la siguiente manera: “Esta objeción ignora el hecho de que, como resultado de la necesidad dialéctica, el desarrollo de cualquier concepto jurídico se deriva de su negación. La raíz tanto de la acción penal como del derecho penal no está en los hechos, sino en las fechorías. Y, sin embargo, ¿hablaría alguien alguna vez de una concepción positiva de tales fechorías, o de la primacía del delito?” Como todo el mundo sabe, el principio más importante de una actitud “maquiavélica” es negar a Maquiavelo. Carl Schmitt hace la siguiente observación razonable, incluyéndola como nota a pie de página en su libro: “Si Maquiavelo hubiera sido realmente maquiavélico, en lugar de su Príncipe habría escrito una obra literaria instructiva, anti-maquiavélica”.
Referencias
El concepto de lo político, seguido de La teoría del partisano, en obras de Carl Schmitt, Calmann-Lévy, 331 páginas. Publicado originalmente en la revista Archiv für Sozialwissenschaft und Sozialpolitik (vol. LVIII, 1927), El concepto de lo político fue parcialmente traducido al francés en 1942, bajo el título “Considérations Politiques” (10) (Librairie générale de droit et de jurisprudence). En la propia Alemania se reeditó en su versión de 1932 después de la guerra (Der Begriff des Politischen, Duncker u. Humblot, Berlín, 1963). Otras obras de Carl Schmitt han sido publicadas (o reeditadas) muy recientemente: Politische Romantik, Duncker u. Humblot, Berlín, 1968), Legalität und Legitimität (Duncker u. Humblot, Berlín, 1968), Gesetz und Urteil (C. H. Beck, Múnich, 1969), Der Hüter der Verfassung (Duncker u. Humblot, Berlín, 1969), Die Geistesgeschichliche Lage des heutigen Parlamentarismus (Duncker u. Humblot, Berlín, 1969). Humblot, Berlín, 1969), Politische Theologie II (Duncker u. Humblot, Berlín, 1970), Verfassungslehre (Duncker u. Humblot, Berlín, 1970), Der Nomos der Erde im Völkerrecht des Jus Publicum Europaeum (Duncker u. Humblot, Berlín, 1974).
Notas:
1. Carl Schmitt (11 de julio de 1888-7 de abril de 1985) fue un jurista y teórico político conservador alemán cuyo pensamiento giraba en torno al ejercicio efectivo del poder político. Su obra ha ejercido una gran influencia en la teoría política, la teoría jurídica, la filosofía continental y la teología política posteriores. A pesar de su impacto, su pensamiento se considera controvertido debido a su supuesta estrecha colaboración y apoyo jurídico-político al nazismo; por ello, a menudo se le denomina el “jurista más importante del Tercer Reich”.
2. Armin Mohler (12 de abril de 1920-4 de julio de 2003) fue un politólogo y filósofo de orientación derechista nacido en Suiza y asociado al movimiento Neue Rechte (Nueva Derecha).
3. Julien Freund (8 de enero de 1921-10 de septiembre de 1993) fue un filósofo y sociólogo francés. Pierre-André Taguieff lo calificó de “liberal-conservador insatisfecho”; su obra como sociólogo y teórico político es una prolongación de la de Carl Schmitt.
4. La esencia de lo político.
5. Carl Philipp Gottfried (o Gottlieb) von Clausewitz (1 de junio de 1780-16 de noviembre de 1831) fue un general y teórico militar prusiano que hizo hincapié en los aspectos "morales" (es decir, en términos modernos, psicológicos) y políticos de la guerra.
6. Sobre la guerra.
7. Walther Rathenau (29 de septiembre de 1867-24 de junio de 1922) fue un estadista alemán que ocupó el cargo de Ministro de Asuntos Exteriores durante la República de Weimar.
8. Ernesto “Che” Guevara (14 de junio de 1928-9 de octubre de 1967) fue un revolucionario marxista, médico, escritor, líder guerrillero, diplomático y teórico militar argentino.
9. Maurice Duverger (5 de junio de 1917-16 de diciembre de 2014) fue un jurista, sociólogo y político francés.
10. “Consideraciones políticas”.
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capsulas · 7 months
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¿Qué es el pensamiento crítico y cómo desarrollarlo?
El pensamiento crítico es una habilidad que nos permite analizar, evaluar y mejorar la calidad de nuestro pensamiento y argumentación, con el fin de comunicarnos mejor y tomar mejores decisiones. El pensamiento crítico se basa en la lógica y el lenguaje, que son los medios para generar y expresar la realidad. Sin embargo, existen actitudes que atacan o evitan que las personas tengan un…
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acapulcopress · 7 months
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Perdimos al Presidente
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» RAYMUNDO | RIVA PALACIO ] Twitter ) @rivapa En defensa de sí mismo, el presidente Andrés Manuel López Obrador disparó ayer contra sí mismo. Ayer en la mañanera, el único espacio de gobierno verificable de su trabajo, siempre salpicado de folclor y amenazas, de ocurrencias e información, de propaganda y realidades alternas, realizó un control de daños bizarro ante múltiples críticas y observaciones que cuestionan su gestión política. Uno fue por el reconocimiento que le hicieron en el Colegio Militar al ex secretario de la Defensa, el general Salvador Cienfuegos, y otro fue por la inminente liberación de Mario Aburto, asesino confeso del ex candidato presidencial Luis Donaldo Colosio, defendido por abogados de la cuatroté. El general Cienfuegos recibió un diploma de manos del Presidente y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, como ex director del Colegio Militar, que este miércoles cumplió 200 años de existencia. El evento protocolar desató numerosas críticas, algunas muy severas que sintetizó el respetado Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Juárez, que lo responsabilizó, como cabeza de la Defensa Nacional, de “atroces violaciones a los derechos humanos que continúan impunes”, como en el Caso Ayotzinapa, y de “asuntos no resueltos en Estados Unidos”. El Presidente, como suele hacerlo, divagó, se fue a la estratósfera y regresó. Enfocó su defensa en las acusaciones de la DEA en contra del general, a quien detuvieron en Los Ángeles en 2020 con pruebas inverosímiles, y retomó su retórica de siempre, que las críticas tienen como origen la manipulación de los conservadores. Esto es irrelevante; siempre lo mismo, siempre hueco. Lo relevante fue cuando para atajar las imputaciones de que el Ejército era responsable de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, el presidente atropelló, como también suele hacerlo, a la Comisión de la Verdad que él creó, y desmintió su acusación que el Ejército obstruía y destruía documentos del período de la Guerra Sucia, y soltó una frase inaudita: “Yo personalmente, en el caso de Ayotzinapa, como además no tengo duda que hay injerencia de… grupos conservadores, yo personalmente estoy conduciendo ya la investigación, yo la estoy dirigiendo y nos estamos reuniendo periódicamente todo el gabinete de seguridad para ir a fondo”. En el bloque de “grupos conservadores”, como lo ha dicho antes, incluye al ex fiscal para el Caso Ayotzinapa, Omar Gómez Trejo, a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, al Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes, a las organizaciones mexicanas defensoras de derechos humanos, los abogados de las víctimas, la prensa, la oposición y toda aquella persona o ente que haya dicho algo distinto a lo que piensa López Obrador. La verborrea, en todo caso, es lo de menos. Lo de más es que informó en Palacio Nacional que estaba usurpando funciones. López Obrador no puede conducir una investigación, porque es una invasión de esferas y atribuciones. La responsabilidad de investigar le corresponde al Ministerio Público, no al Presidente. El Ministerio Público, en este caso federal, depende de la Fiscalía General de la República, que se ha cansado de repetir que es autónoma. Al afirmar que él dirige la investigación de manera directa está violando la ley y pisoteando el estado de Derecho. Para efectos de argumentación, si fuera exitoso en llegar a la verdad verdadera de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, sus conclusiones no podrían ser judicializadas porque carece de representatividad, y por tanto, serían desechadas por un juez. Cuando queda tan clara la intromisión en asuntos que no le competen, como en tantos a lo largo de su sexenio, se puede entender que el colapso de los casos y los amparos en contra de sus políticas, no tienen que ver con ese enfoque conspiracionista patológico que sostiene, sino con la incompetencia de su gestión. La declaración sobre el Caso Ayotzinapa es la rúbrica de su desaseo. Lo que dijo ayer forma parte de una serie de declaraciones extrañas que ha hecho en las últimas semanas, donde no parece entender los temas ni ver la dimensión de las galimatías políticas y legales en las que incurre. Varias de ellas son contradictorias, que es lo que sucedió ayer sobre el Caso Colosio. Comenzó aludiendo una columna en este espacio sobre lo que debería ser la inminente liberación de Mario Aburto -jurídicamente justificada, como se planteó en un segundo texto aquí-, donde se argumentó con información que ello formaba parte de una estrategia que eventualmente pudiera ser utilizado el asesino de Colosio para acusar al ex presidente Carlos Salinas de tortura y que fuera parte de su narrativa de campaña el próximo año. López Obrador apoyó su crítica a quien esto escribe, diciendo que él no era perverso, ni actuaba de esa manera. Pero momentos después, dijo que cuando asesinaron a Colosio “llegué a la conclusión de que fue un crimen de Estado, y en esos casos, si no hay voluntad, lleva mucho para esclarecerse”. Un crimen de Estado es cuando lo cometen las autoridades de un Estado o por particulares que actúan en complicidad con ellas, por lo que, agregó, deberían de ampliarse las investigaciones porque “ese tipo de casos no prescriben”. Vaya desorden en la cabeza del Presidente. Aburto recuperará su libertad porque fue juzgado indebidamente en un tribunal federal, pese a que Colosio no era funcionario en el momento del asesinato, que lo condenó bajo el Código Penal Federal. Su defensa alegó que era un homicidio del fuero común que debió juzgarse bajo el Código Penal de Baja California, cuya pena máxima concluye el próximo 24 de marzo. Ignorando lo que dice la ley, dijo que cuando se trata del asesinato de un candidato presidencial, no puede tratarse como un delito del fuero común, dejando abierto el camino de la persecución de Salinas. El sabor de boca que deja la mañanera de ayer es que hemos perdido al Presidente, al enseñar una brújula desorientada, asumiendo funciones y decisiones que no le competen, donde viola la ley pero, sobre todo, estableciendo una cadena de mando sobre ilegalidades que terminan en él, lo que en un momento futuro, le podrían traer serios problemas de orden penal. ] Síguenos en Facebook.com/acapulcopress ] Síguenos en Facebook.com/angelblanco.press ] Síguenos en ) acapulcopress.com Read the full article
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Abierta la matrícula de este #curso de la Universidad de La Laguna sobre #oratoria #argumentación #negociación y #debate, reconocible por dos créditos.
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bocadosdefilosofia · 1 year
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«El litigio y controversia existentes entre ellos a propósito de un salario convenido fue así. Evatlo, un joven rico, estaba muy deseoso de aprender elocuencia y de defender pleitos. Se confió a las enseñanzas de un maestro como Protágoras y prometió darle como pago una crecida suma de dinero, conviniendo en todas las condiciones establecidas por Protágoras: le entregó la mitad al comienzo del mismo, antes de empezar las enseñanzas, comprometiéndose a pagar la otra mitad el primer día que defendiera una causa antes los jueces y la ganara. Luego fue discípulo y seguidor de Protágoras durante mucho tiempo e hizo grandes progreso en el estudio de la elocuencia; pero, como no recibía encargo alguno de causas judiciales y el tiempo transcurrido era ya mucho, dando la impresión de que obraba así para no pagar el resto del salario convenido. Protágoras tomó una decisión que en aquel momento le pareció astuta: entabló un pleito contra Evatlo.
Habiéndose presentado los dos ante los jueces para, respectivamente, defenderse de la acusación y probar la misma, Protágoras comenzó a hablar así: “Aprende, tontísimo muchacho, que en cualquiera de los casos me has de pagar lo que pido, tanto si la sentencia te es favorable como si no. Porque, si el pleito te es adverso, el salario deberá serme pagado por sentencia del juez, por haber ganado yo; en cambio, si la sentencia te es favorable, el salario deberá serme pagado por haber ganado tú”.
A esto respondió Evatlo: “Pude haber salido al paso de esta artimaña tuya tan capciosa, no habiendo asumido yo el papel de defensor, sino habiéndome puesto en manos de otro abogado. Pero mi placer en esta victoria es mucho mayor al ganarte, no sólo en el pleito mismo, sino también en este tipo de argumentación. Aprende también tú, sapientísimo maestro, que en cualquiera de los dos casos no te abonaré el dinero que reclamas, tanto si la sentencia te es favorable como si no. Porque, si los jueces resultaran favorables a mi causa, en virtud de su sentencia no se te deberá nada, por haber ganado yo; en cambio, si se pronunciaran contra mí, no te deberé nada, de acuerdo con nuestro convenio, porque no habré ganado».
Aulo Gelio: Noches áticas, I, Libro V. Universidad de León, págs. 241-242.  León, 2006
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ptg-alia · 1 year
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The Beauty and The Beast | Sonadow AU
Necesito organizar los eventos para el AU junto con mis ideas pues estoy utilizando como referencia la película animada y la Live Action. ¿Por que razón? El Live Action tiene un orden y argumentación completamente diferente, hay elementos que funcionan y otros que no. La película animada también tiene sus huecos argumentales.
Mis problemas:
Necesito elegir a la hechicera, pues puedo utilizar a Cosmo o Sage y no me puedo decidir :p
Tampoco puedo decidirme con el titulo del AU:
(The) Shadow and The Beast.
The Beauty and The Werehog.
The Shadow and The Werehog.
Ayudenme a escoger un título plis
En esta ocasión no se si utilizar la letra de las canciones para que avance la historia pues parece que puedo retirarlas y la trama no se ve tan afectada, pero siento que pierde el encanto.
Si pueden ayudarme a elegir a la hechicera y el título estaría muy agradecida. Espero leer sus comentarios, gracias por su atención ^w^
Les dejó un pequeño vistazo sobre el antagonista :3
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No habrá etiqueta hasta que elija el nombre del AU
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ripempezardexerox · 2 years
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Argumentación: nula
Magnetismo: todo
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jartitameteneis · 1 year
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"Un grupo humano se transforma en multitud manipulable cuando se vuelve sensible al carisma y no a la competencia, a la imagen y no a la idea, a la afirmación y no a la prueba, a la repetición y no a la argumentación, a la sugestión y no al razonamiento".
Jean François Revel
Léonard Missone
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