Tumgik
#preocupaciones
Text
Muchas veces le llamo “mal humor”, pero en realidad es tristeza.
2K notes · View notes
Text
hay personas que hacen que tu corazón tenga un poco de calorcito, te hacen olvidarte de esas preocupaciones de la vida, de esas cosas que te aterran porque solo son tú y esa persona, porque no importa nada más que ese momento con esa persona.
52 notes · View notes
elkoko · 5 months
Text
Tumblr media
Sobre las preocupaciones y hacerse mayor.
Esta semana en @el.estafador hablamos de las #preocupaciones desde nuestro punto de vista claro 😜
#Humor #Elestafador #humorgráfico
22 notes · View notes
elquecuentacuentos · 5 months
Text
La clave para una buena vida no es que te importen muchas cosas, sino que te importen menos. Para que así te importe lo que es verdadero, inmediato y trascendente.
-Mark Manson (El sutil arte de que te importe un carajo).
20 notes · View notes
Text
Que ganas de ser un duende, no trabajo, no preocupaciones, puro enconder cosas
54 notes · View notes
Text
Me compartiste un título qué yo no pedí, debo ser quien esté preocupado por qué le cuiden y no viceversa, sí cuidarlo es tú trabajo quedatelo... Yo te juró qué no lo quiero.
Nostalgic_boy🍷
6 notes · View notes
lapazdelmar · 4 months
Text
Tumblr media
Te he besado…
A veces con sentido, otras sin él.
Te he acariciado…
A veces menos de lo que me gustaría, otras enfrentándome a lo que te salva.
Te he abrazado…
Siempre me faltan brazos para todo el tiempo que te tendría pegado a mí.
Se que no te sirve mi sueño, pero la ausencia es amor y tus preocupaciones más amor todavía.
Buenas noches amor
8 notes · View notes
tiempoydestino · 2 years
Text
Respirar y volverse la ligereza del aire; entender que no hay preocupación que cambie nada, ni inquietud que logré algo por mí.
100 notes · View notes
theozzcl · 4 months
Text
Señal de amor n°1: Esconder nuestras penas, dolores, preocupaciones y problemas para no dañar ni preocupar a nadie.
11 notes · View notes
magneticovitalblog · 11 months
Text
Represión de los 4 sentimientos: frustración, culpa, compasión y vergüenza
Tumblr media
Los sentimientos como la frustración, la culpa, la vergüenza, etc. son una reacción
cognitiva (como atendemos, como los representamos) fenomenológica (lo experimentamos subjetivamente) fisiológica (cambios corporales, visibles e internos) que nos prepara para la acción, ya puede ser huir, vomitar, atacar, afirmarnos, llorar o afrontar una pérdida; y que se dispara automáticamente por la evaluación (normalmente inconsciente) de un estímulo externo o interno, respecto a las expectativas y necesidades que tenemos.
Los sentimientos son señales informativas de algo está sucediendo, que dirigen nuestra conducta en las situaciones que vivimos. Nos ayudan a decidir y a adaptarnos a la realidad para nuestra supervivencia.
Desgraciadamente, en nuestra sociedad es muy común la evitación de los sentimientos por creer que son negativos porque pueden ser una fuente de malestar; ya sea por su intensidad y porque creemos que las demás personas nos rechazaran.
La represión de los sentimientos consiste en negar, ocultar o suprimir lo que experimentamos, como técnica para afrontar las situaciones difíciles o para evitar confrontaciones.
La represión de los sentimientos puede tener consecuencias negativas para nuestra salud emocional y mental, porque no se procesan adecuadamente, generando acumulación de tensión, que, con el tiempo, podría llevar a un incremento de la ansiedad, la depresión, el estrés y otros problemas psicológicos.
Además, puede afectar las relaciones interpersonales, porque al no expresar nuestras emociones adecuadamente, las demás personas tendrán dificultades para entendernos, generando malentendidos y distanciamiento.
De hecho, las redes sociales intentan mostrar solo alegría y felicidad con mensajes de que estamos bien a todas horas. Es decir, vivir con una máscara que, a largo plazo, puede causarnos problemas.
Se trata de
Darnos cuenta del sentimiento que estamos experimentado, sin juzgarlo. Comprender el sentimiento. Su origen y para qué lo estamos experimentando. Exteriorizarlo nombrándolo, porque genera sensación de control sobre lo que nos sucede. La regulación de los sentimientos y el control de los impulsos son habilidades útiles para funcionar en la sociedad.
Sin embargo, cuando la represión de los sentimientos se vuelve crónica y genera un malestar significativo, es importante buscar formas saludables de manejar y expresar las emociones.
Frustración La frustración, es nuestra respuesta cuando ante un deseo, una necesidad, un impulso, etc. y no conseguimos satisfacerlo, llegando a un estado de vacío no saciado.
Aun cuando los sentimientos nos ayudan a entender nuestro entorno y reaccionar ante él, no significa que sepamos interpretarlos correctamente. Algunas personas aprenden y reflexionan de sus experiencias, llegando a conclusiones positivas y de superación, mientras que otras se dejan llevar y se hunden, empiezan a volverse más agresivas, a evitar las situaciones que lo frustraban y a proyectar la responsabilidad de todo ello en las demás personas, por ejemplo.
Podemos gestionar la frustración con técnicas como Aceptemos recibir ayuda, para asumir nuestras limitaciones y que parte del problema reside nuestra persona. Aprendamos de la experiencia: la frustración puede ser una oportunidad para el crecimiento personal. Conviene reflexionar sobre lo acontecido y consideremos qué lecciones nos aporta la experiencia. Acostumbrarnos a no idealizar ni buscar el perfeccionismo sistemáticamente. Analicemos nuestras expectativas, porque la frustración a menudo surge cuando nuestras expectativas no se cumplen. Reflexionemos sobre si son realistas y ajustemos nuestras metas si es necesario. Es importante ser flexibles y comprender que no siempre las cosas saldrán exactamente como planeamos. Busquemos alternativas en lugar de centrarnos únicamente en lo que no funciona. Interiorizar la aceptación personal de los sentimientos. Reflexionar sobre la situación que nos está frustrando. Identificar qué aspectos específicos nos causan frustración y reconocer nuestros sentimientos, para gestionarlos con eficacia. Mantengamos una actitud positiva enfocándonos en nuestras fortalezas, celebrando nuestros logros, etc. Ello ayuda a mantener la motivación y la resiliencia frente a las dificultades, problemas y obstáculos. Reconocer nuestros errores en vez de limitarnos a evitarlos y, sobre todo, a aprender de los mismos. Tomarnos un tiempo para alejarnos de la situación frustrante. Para que haya un cambio de enfoque nos ayudará a calmarnos. La culpa Nuestra sociedad tiene normas para mantener orden y armonía colectivas, que conviene comprender porque, en ocasiones, no responde a intereses colectivos, sino más bien a sistemas de control no relacionados con transgresiones de hechos natural y racionalmente negativos, generalmente provocada por culturas moralistas, rígidas y puritanas o por condicionantes económicos.
Creer que hemos violado estas normas, sin tener en cuenta nuestros propios intereses como personas y como sociedad, puede provocar sufrimiento.
La culpa es un sentimiento subjetivo y personal, de responsabilidad o remordimiento cuando creemos haber hecho algo mal, como haber transgredido normas, valores o principios morales.
La culpa puede surgir tanto por
Acciones concretas como errores, fallos, etc. Decisiones difíciles o dolorosas Omisiones: negligencias que hayamos cometido La culpa puede tener diferentes efectos en las personas:
Algunas pueden usarla como una motivación para corregir sus errores y cambiar su comportamiento, Otras pueden quedar atrapadas en sentimientos de culpa excesivos y destructivos que les impiden avanzar. Normalmente deseamos evitar el sentimiento de culpa, pues nos lleva a la tristeza, la vergüenza, la autocompasión, la mala conciencia, los remordimientos, siendo un obstáculo para nuestro bienestar.
La culpa no debería enquistarse, siendo conviene hacer una reflexión que
Ayude a olvidarla reconociendo que todos cometemos errores y que la culpa no define nuestro valor como personas. Aprendamos a ser amables con nosotros mismo y a cultivar la autocompasión. Entendamos que hemos aprendido. Utilicemos la culpa como una oportunidad para mejorar. Identifiquemos sus causas, porque puede ser inútil si no responde a hechos objetivamente reprobables. Examinemos nuestras conductas e identifiquemos si realmente existen razones para sentirla. Evaluemos si realmente hicimos algo malo o si estamos siendo demasiado duros con nosotros mismos. Nos haga buscar ayuda para hablar sobre nuestros sentimientos con alguien de confianza. Podamos reparar el daño causado. Por ejemplo, disculparnos con la persona afectada, ofrecer una compensación o hacer lo posible por enmendar la situación. Si no fuera posible hacerlo directamente, consideremos hacer cosas positivas en nuestra vida que equilibren el sentimiento de culpa. La compasión (sufrir de forma conjunta) La compasión es un sentimiento que nos ayuda a comprender y compartir el sufrimiento de los demás, invitándonos a ayudar a esas personas para que no sufran. Por ejemplo, acompañar a una persona enferma en el hospital, ayudar a personas con problemas de aprendizaje, ayudar económicamente a alguien que lo necesita.
Es lo opuesto a la crueldad, la indiferencia o la insensibilidad.
Sus principales beneficios son los siguientes:
Desarrollo de la empatía. Ponernos en la situación de otras personas hace que nos identifiquemos con sus sentimientos y que entrenemos esta habilidad. Disminución del egoísmo. Cuando nos preocupamos por los sentimientos ajenos los nuestros quedan en un segundo plano, nos volvemos menos egoístas y dejamos de preocuparnos solo por nosotros. Incremento de la humildad. Porque aprendemos a aceptar que no somos perfectos y que todos tenemos limitaciones. Incremento de sentimientos positivos, como la bondad, la amabilidad, el amor, la satisfacción, etc. Reducción de la preocupación por cosas poco importantes. Al compadecernos de otros nos damos cuenta de que las cosas por las que nos preocupaban no tenían tanta importancia, ya que los problemas de las demás personas nos dan perspectiva sobre los propios. No obstante, en nuestra sociedad, existe la creencia de que sufrir por otras personas es sufrir en vano, además de ser una debilidad. Así que, cuando vemos sufrir a las personas, en vez de sentir compasión sentimos pena y nos insensibilizamos para protegernos.
Existen razones detrás de este fenómeno:
Desensibilización ante la exposición constante a imágenes y noticias de sufrimiento y tragedias. Estigma asociado con la vulnerabilidad. Algunas personas pueden temer ser percibidas como débiles o necesitadas si expresan compasión hacia otras personas, lo que puede llevar al rechazo de la compasión como una forma de autoprotección. Individualismo excesivo. Promover una mayor comprensión y aprecio por la compasión puede ayudar a contrarrestar el rechazo social y fomentar entornos más compasivos y solidarios.
Ello puede lograrse a través de la educación, la sensibilización y el fomento de la empatía como una habilidad social fundamental.
Técnicas para ser compasivos:
Aprender de las historias de las demás personas, escuchando y aprendiendo de las experiencias de vida de las demás personas de diferentes orígenes y culturas. Cultivar la empatía: comprender las experiencias y sentimientos de las demás personas poniéndonos en su lugar. Escuchar activamente y prestar atención a sus preocupaciones, intentando ver las situaciones desde su punto de vista. Desarrollar el aprecio y la aceptación por los demás. Aceptar el hecho de que todas las personas tenemos limitaciones y debilidades. Evitemos el juicio y hacer suposiciones sobre los demás. Inculcar compasión a los demás. Practicar la autocompasión. Para poder ser compasivos con otras personas, tenemos que ser autocompasivos, aceptándonos y conectando con nuestros propios sentimientos y necesidades. Ser amables y considerados. La vergüenza La vergüenza es un sentimiento social que experimentamos cuando creemos que hemos violado alguna norma socialmente aceptada y nos damos cuenta de que hemos hecho algo incorrecto, inapropiado, humillante o que no cumple con las expectativas de las demás personas.
La vergüenza es una parte normal de nuestra experiencia como personas y cumple la función de hacernos conscientes de nuestras conductas y de cómo pueden afectar nuestra imagen y nuestras relaciones con las demás personas, debiendo ajustar nuestro comportamiento para adaptarnos a las normas y valores de nuestro entorno.
Es un tipo de sentimiento muy corriente en la sociedad, basta con ver la cantidad de sinónimos que tiene:
bochorno, retraimiento rubor timidez Está relacionada con nuestro deseo de pertenencia y aceptación social a través de la aprobación de las demás personas para no ser rechazados. Actúa como un mecanismo de control social interno para mantenernos dentro de los límites aceptables de conducta.
Por ello, en ocasiones, hay personas quienes
Autoreprimen su sexualidad, al percibirla como sucia e inaceptable, y sienten ante ella vergüenza Consiguieron el éxito si quienes le rodean no lo tienen. Sienten que han fracasado en la vida por no haber llegado a una meta o estatus social, porque no cumplieron las expectativas familiares. Afectando negativamente la autoestima y el estado de ánimo.
En estos casos hay que aprender a contrarrestar el sentimiento de vergüenza con un análisis integral, crítico y racional de la situación, los hechos, las causas, las consecuencias y los valores personales, con un sentido de la responsabilidad que nos ayude a reconducir nuestro sentimiento y nuestra posición en el entorno.
Pensar en “el qué dirán” puede ser algo que nos agobie, que nos cree ansiedad y en muchas ocasiones puede estar relacionado con la inseguridad.
Según el psicólogo A. Bandura, este sentimiento es la respuesta de un proceso de autorregulación de la personalidad en tres pasos:
Observación de nuestra conducta. Juicio. Comparación de nuestro comportamiento con el de las demás personas, según los estándares que aceptamos como correctos y aceptables por los demás. Auto respuesta. Según el juicio que hemos hecho, nos damos una respuesta, que puede ser: Positiva. Si consideramos que hemos hecho la tarea mejor que los estándares, nos sentiremos bien y orgullosos, aumentando nuestra autoestima. Negativa. Si creemos que el desempeño fue peor que el estándar. Ello nos llevará a sentir vergüenza, creándonos inseguridad. La vergüenza es un mecanismo de adaptación y evolutivo muy importante, porque cuando asimilamos como propias las reglas del grupo de pertenencia pasamos a formar parte de él como miembro de pleno derecho.
Frecuentemente, cuando este sentimiento interfiere en nuestro bienestar de la vida diaria limitándonos, puede convertirse en limitante.
Se puede vivir con mucha pena, angustia, malestar y dolor, y la persona se encuentra perdida y siente pena por sí misma al verse peor que las demás personas.
En nuestro diálogo interno existirán auto mensajes negativos como, por ejemplo,
mi opinión no importa no podré alcanzar mis metas no valgo para nada se reirán mí De esta manera ni disfrutamos de la vida, ni sentimos bienestar. Ello puede llevar a patologías como la ansiedad y la depresión.
Lo más importante es dejar de pensar en qué dirán los demás y aceptarnos como somos: virtudes y defectos, asumiendo que el pensar, sentir o actuar de forma diferente a los demás, no nos hace peores.
Técnicas para superar la vergüenza:
Aceptémonos. La vergüenza es algo natural que puede sentir cualquiera. No temamos a sentir vergüenza. Por ejemplo, sentir vergüenza cuando acabamos de conocer a alguien es normal. Permitámonos sentir la vergüenza, sin aferrarnos a ella ni permitamos que nos defina. Todos cometemos errores o enfrentamos situaciones embarazosas en algún momento. Aprendamos de la experiencia: En lugar de quedarnos atascados en sentimientos de vergüenza, aprovechemos la situación como una oportunidad para crecer y aprender. Pensemos en lo que podríamos hacer diferente en el futuro y cómo convertirlo en una experiencia de crecimiento personal. Cambiemos nuestra perspectiva: en lugar de centrarnos en lo que otras personas podrían pensar de nosotros, pensemos en lo que creemos de nosotros mismos. Las opiniones de las demás personas no definen nuestra valía como personas. Dejemos de lado el qué dirán. No pienses en la evaluación que harán de ti el resto de las personas, ni anticipes que tendrán una opinión negativa por el hecho de mostrarte diferente y acepta que siempre habrá alguien que haga una evaluación negativa de ti. Ten presente que no se puede gustar a todo el mundo y estate preparado para ello. Expongámonos gradualmente. Conviene realizar ejercicios de exposición gradual, es decir, irnos exponiéndote poco a poco a las situaciones que menos vergüenza nos dan para finalizar con las que más vergüenza nos provocan. Analicemos las situaciones y nuestras respuestas. Hablemos de ello para compartir nuestros sentimientos de vergüenza con alguien en quien confiemos, como una amistad cercana o un familiar. Expresar nuestras emociones puede aliviar la carga emocional y nos ayudará a obtener diferentes perspectivas y apoyo. Identifiquemos qué situaciones nos generan más vergüenza. Porque cuando tomamos conciencia de en qué situaciones o con qué personas nos sentimos más avergonzados es más fácil poder disminuir esta emoción. No pretendamos alcanzar la perfección. La vergüenza es autocrítica y surge cuando creemos que tenemos que ser mejores que nuestros estándares. Intentar no ser perfecto puede ayudar a no compararnos con nuestros estándares de la misma manera. Simplemente mostrémonos tal y como somos. Practiquemos la autocompasión: tratémonos con amabilidad y comprensión. Tengamos presente que todos cometemos errores y que nadie es perfecto. Cultivar la autocompasión implica ser amable con nosotros mismos, perdonarnos y aprender de nuestras experiencias. Creamos en nuestra persona. El lenguaje no verbal es muy importante, mostrémonos como personas seguras y convincentes. Aunque no creamos en nosotros, tenemos el derecho de ser quienes somos de la misma manera que les damos el derecho a los demás de ser quienes son. Reflexionemos sobre la situación que nos hizo sentir vergüenza. Tratemos de entender por qué nos afectó tanto y si nuestros pensamientos son realistas. A menudo, la vergüenza se basa en juicios negativos hacia nosotros mismos que no son precisos. Busquemos ayuda profesional: si la vergüenza nos limita y hace que no podamos desempeñar nuestras actividades del día a día con normalidad pidamos ayuda psicológica, sea online, sea presencial.
post de Cristian Cherbit https://christiancherbit.com/
21 notes · View notes
Text
Muchas veces nos ponemos tristes con recuerdos bonitos.
45 notes · View notes
secretos-de-un-hombre · 7 months
Text
Me han preguntado que como estoy y yo les digo que estoy bien para no preocuparlos, pero por dentro me estoy desmoronando terriblemente
10 notes · View notes
artemis3312 · 1 year
Text
No te van a entender, nadie ha pasado por tu misma situación, nadie ha vivido el mismo dolor mas que tu, te has enfrentado a bastantes momentos duros tú solo, te has dado por vencido una y otra vez, te has tropezado con la misma piedra en repetidas ocasiones, y solo tú sabes lo difícil que es haber logrado algo en la vida.
Tus logros son para ti, solo tú entiendes lo que te ha costado, así que antes de preocuparte por las palabras ajenas, piensa en cada escalón que has subido. Nadie entenderá tu esfuerzo. Tú vales y mereces, los demás no importan.
30 notes · View notes
perfidias18 · 8 months
Text
Me gusta esa gente que escribe, que compone, que se desvive por convertir sus sentimientos en canciones, gente que huele a café y preocupaciones
6 notes · View notes
Text
El otro día mi madre me dijo que si le contaba todo y le dije que sí, pero mentí. No le cuento todo porque tengo miedo, o quizás no lo hago para no preocuparla. Por que que ya tiene demasiadas preocupaciones.
ChicaConSuerte-Universe
28 notes · View notes
freemanblue · 1 year
Text
Estoy preocupado, algo está pasando, no encuentro una respuesta. Llevamos casi tres años de relación y hasta ahora no hemos discutido, estará bien así ...
4 notes · View notes