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#Damián solo está confundido
mpnocturno · 23 days
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Nerd x bad boy Jondami
Leí está historia donde Damián es un chico aplicado peeero que esconde cosas y luego está Jon con su actitud de chico popular que me hizo mucha gracia por el echo de que Kon lo molesta diciendo que conociendo un Wayne ya está sentenciado a enamorarse jsjssj
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necesito-mas-cafe · 2 years
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Entonces, e visto ideas sobre Billy Batson siendo adoptado en la Batfam, y también e visto decenas de fics donde Danny Fenton es adoptado por la Batfam y probablemente tú también, así que considera esto:
Billy y Danny comienzan a frecuentar la mansión Wayne desde que alguno de los hijos de Bruce los invitó. El problema es que lo siguen confundiendo con el otro.
Son innegablemente parecidos, y hasta donde la familia sabe, solo hay uno de ellos, el problema es que el "quien" difiere de integrante en integrante.
Es como, Dick, Cass y Tim saben sobre el niño Fenton mientras que Jason, Damián y Duke saben sobre Billy. Bruce y Alfred observan desde lejos, puntos extra sí Bruce realmente no nota que hay dos extraños en la mansión, simplemente asume que esos niños son suyos y continua con su día.
Y aveces les dicen cosas como "hey recuerdas ayer cuando..." o "¿recuerdas lo que teniamos planeado para mañana? pues..." y realmente no lo hacen, pero solo pueden asentir confundidos porque ambos son malos en la confrontación.
Realmente no se dan cuenta de nada hasta que uno se queja de que Danny hizo esto, o Billy hizo lo otro, y la otra persona está como ??? ese no es su nombre amigo.
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princes-slash · 4 years
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Deber y querer.
 Al final siempre se trataba de una decisión. Toda la vida parecía tratarse de decisiones.
Damian miró su examen terminado, al final había tomado una decisión.
O sobre como Damian entiende que su vida está en sus manos, que el destino es una perra que no escucha a nadie por lo que él tampoco tiene que escucharla y que por fin puede dedicarse un tiempo a pensar en sí mismo.
-----1-----
Damian mira las hojas frente a él, preguntándose si realmente tenía que contestar todas estas malditas preguntas para su clase de vocación profesional. Ya sabe cual es su destino, al final siempre tenía un camino fijo para seguir. Se graduaría en la universidad en comercio internacional, trabajaría en Industrias Wayne y heredaría la compañía. Sería Batman el resto del tiempo, combatiendo el crimen mejor que su padre, mejor que Richard y mejor que toda su pseudo-familia. Tenía 14 años y ya era hora de enfrentar su destino.
No tenía sentido contestar la prueba... Pero ya había intentado explicar múltiples veces en su trayecto educativo que no necesitaba ninguna de las lecciones que le inculcaban porque ya lo sabía, porque ya estaba claro en su mente lo que ellos creían que estaba lejos de su entendimiento.
Así que Damian empieza a contestar la prueba. 
Las preguntas parecen fáciles, “¿En qué eres bueno?” “Si antes has tenidos experiencia con x trabajo?” donde las preguntas buscaban encontrar en lo que el sujeto se desempeñaría más eficientemente. Eran directas y cumplían su objetivo final  pero algunas de las preguntas parecían no tener tanto sentido.
Había una sección entera especifica para aptitudes y capacidades, y otra distinta para los “intereses”, si te gustaba más una cosa y otra o incluso si te sentías más cómodo en trabajo en interiores o exteriores.
Eso no tenía sentido.
Así que Damian dejó de contestar la prueba concentrandose en una sola pregunta de la segunda sección:
“¿Qué es lo que te hace feliz?“
Antes de que Damian se diera cuenta ya había pasado el tiempo para contestar la prueba y solamente tenía la mitad de la prueba hecha. Damian siente sus mejillas arder y comienza a guardar sus cosas, no tiene caso hacer drama por una prueba que no tenía sentido y mucho menos para una prueba que no le daría una respuesta que no conociera.
Así que salió del cuarto y dejó la mitad de las hojas en blanco.
Si tan solo fuera tan fácil.
“Señor Wayne, entiendo que apenas es el inicio del semestre pero si pudiera esforzarse un poco más en terminar los trabajos en clase se lo agradecería mucho”
No era la primera vez que un profesor lo citaba después de clase para decirle que se esforzara más en su clase pero si era la primera vez que se lo decían por no haber terminado un trabajo. Se sintió avergonzado y confundido. No podía dejar de pensar en esa prueba sin sentido, sin propósito para él y aún así clavada en su mente.
“Intentaré hacerlo, pero tengo una duda respecto a este trabajo, que de hecho, es la causa que no pudiera finalizarlo”
“Oh, ¿por qué no lo dijo antes? Si tiene alguna duda siempre debe preguntarle al profesor, Señor Wayne”
“¿Por qué en esta prueba, la cuál su objetivo es encontrar la carrera predilecta para los estudiantes, hay preguntas que no tienen nada que ver con este objetivo?”
La profesora lo miro confundida.
“Creo que la primera parte de la prueba es bastante prudente, hace las preguntas necesarias para conocer las habilidades y debilidades de los sujetos. Entonces puede calcular aproximadamente en que área académica podría ser más favorable que se encuentre en un futuro cercano pero la segunda parte es inútil. Ninguna de sus preguntas asegura que el sujeto podrá cumplir con un trabajo, de ningún tipo de trabajo, e intentando descifrar este ‘error’ he perdido la noción del tiempo”
Y ahora la profesora parecía más desconcertada.
“Señor Wayne, esta prueba vocacional es solamente una de las cuatro que hará durante el curso porque ninguna prueba es perfecta y debe contestarlas todas de principio a fin, pero déjeme decirle que todas las pruebas tienen este tipo de preguntas.” Hablaba más despacio, como queriendo dejar en claro cada una de las palabras que salían de su boca, casi como intentando pasárselas como si fueran un objeto físico. “¡Toda prueba de este tipo tiene por objetivo encontrar la carrera que se le de mejor al alumno pero también que lo haga feliz! Por eso siempre incluye una parte con intereses y gustos, algunos lo dejan para el final otros para el principio pero siempre aparece el tema, porque es imposible que un estudiante no piense ni un poco en si será feliz en el trabajo que escogerá para el resto de su vida“
Para el resto de su vida.
“No tiene ningún sentido”
“Claro que sí, a pesar de lo que pueda pensar usted Señor Wayne, la gente realmente busca estudiar cosas que les apasionan o que aman. Usted también debería empezar a pensar en eso antes de intentar decir que las pruebas tienen “errores”.”
Lo miró con mucha intensidad hasta que la mujer pareció conforme con el silencio de Damian.
“Si no tiene nada más que decir espero verlo en mi proxima clase y le daré tiempo para terminar de contestar esta prueba la proxima semana. Que tenga un lindo día”
Damián seguía igual de confundido que antes, aunque por una razón totalmente diferente.
-----2-----
¿Qué te hace feliz?
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Damian se pasó el fin de semana pensando en esa pregunta, mientras iba a entrenar, mientras resolvía un nuevo caso, mientras golpeaba a unos ladrones. Siempre tenía esa maldita pregunta en la cabeza. ¿Qué clase de pregunta era esa?
La felicidad no podía ser traída por una sola acción, era un conjunto de acciones o algo así como un todo de la vida. ¿Qué hace a una persona feliz? 
*¿Qué me hace feliz?*
Intentaba encontrar una respuesta antes de tener que contestarla en la prueba, lo intentaba de verdad pero no encontraba ninguna respuesta.
Por lo que decidió investigar un poco.
Mientras golpeaba al ladrón numero 3 de la noche miraba sus manos, miraba al hombre en frente de él. ¿Sería feliz? 
Bueno, siendo justos es difícil estar feliz cuando te acaban de dar una paliza.
*¿Soy feliz ahora? ¿Soy feliz golpeando a este criminal?*
No. 
Hubo un tiempo en el que ganar una batalla lo llenaba de orgullo, de emoción y de euforia; era un tiempo que no le gustaba recordar. Pero Damian no sabe si llamarlo felicidad. 
Así que dejo de golpear al criminal, estaba prácticamente indefenso ahora así que no tenía sentido seguir golpeándolo. Eso lo habría hecho sentirse orgulloso hace unos años, el haber podido detenerse y no dañar permanentemente a este hombre. 
¿Eso lo hacía feliz ahora?
...
No.
Dio por terminada la noche después de llamar a la policía para recoger el desastre.
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blogdeepa · 3 years
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Damián: el inteligente perro creativo y conversador con habilidad extra de salvavidas
Llegué, no me recibió como lo hacía siempre, se fue me dijeron, murió sentenciaron. Así fue la primera incursión en la casa de mis padres en Las Salinas de Chilca el veintidós de diciembre por inicio de la temporada de verano 2012 - 2013. Me pasmé un poco; pero seguí sin mayores revisiones hasta hoy que me cayó el baldazo de agua fría al reconocer que no estaba y no estaría más. No tuve a nadie que me ladrara con rigor y siguiera mi periplo alrededor de la piscina para salvarme con sus fauces –mordía sin hacer daño, sabía la presión exacta para poder jalarte y no herirte-. También acercaba su pata por si acaso quisieras aferrarte con más cautela. Jugaba, se disforzaba, conversaba y declaraba su creatividad cuando nos mirábamos. Sus pupilas se incrustaban en las mías asegurando algún tipo comunicación. Era temerario, atlético y aguerrido; pero primero que todo, era respetuoso, un lord con postura de héroe.  
Por ser partícipe incansable de broncas, debido a razonables amores y desamores, casi pierde la extremidad izquierda trasera. Luego de este episodio, se disiparon algo sus demostraciones por continuar siendo –deduzco- el macho dominante en sus perrunas andanzas por el barrio. Sabía ahora que estaba en desventaja; pero como la creatividad era un arma de la que gozaba impulsada por su inteligencia, podrías leer en su rostro el sabor del triunfo con cierta sorna cuando te miraba. Parecía que sonreía con cacha. Faltaba nada más que me guiñe el ojo para comprobarlo con ciencia; creo que alguna vez lo pude ver.  
Hoy también recordé a Gringo, pesado, inquieto, malcriado y que al final me conmovió en los paseos por el cerro y la playa porque sentí que varias veces me decía mientras lo resondraba: “soy así, entiéndeme, intenté educarme; pero no me salió como esperaba. Igual considero que estoy mejor que antes en ese aspecto. Algún mérito tengo, no seas tan duro. Mejor hay que divertirnos que es lo que sé hacer bien. Quizás no tengamos mucho tiempo más.” Fue premonitorio pues también se fue; pero sabía que su partida era más factible por su talante descuidado e irreverente ante la vida. Era arriesgado; murió en su ley, nunca supimos más cuando se escapó la última vez. No me extrañó su baja y me congracié con él porque sí aprendió de Damián los asuntos más importantes a pesar de su distraída carga genética que lo rebujó un poco.
Ahora solamente vigilan la casa el un poco flojo Negro (o Capitán), a veces anda confundido por sus dos nombres, y el reencarnado –creemos- Gringo (cachorro, albino, patón, juguetón y esperemos en el futuro de la estirpe de Damián quien era el amo indiscutible de la morada, un guardián de abolengo, un escucha interesado, un salvavidas de piscina y mar).  
Hoy pensé cuando vi a los dos como disertando: seguramente Negro, a su paso aletargado, le transferirá el oficio al joven can -felizmente tenemos tiempo porque aún está pequeño, tiene un mes y actitud-. Estoy seguro de que él sabe de la responsabilidad de ser el mayor de la casa, de la ausencia de su predecesor, de la reciprocidad que le debe al mismo y de la importancia de entrenar al crío.  
Anoche me sentí solo y desguarnecido, hoy también será así y mañana se repetirá el contexto. Sin embargo, Damián partió el 12/12/12 y tengo un buen presentimiento. (Diciembre 2012)
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lautaromoreno · 7 years
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Caminos cruzados
Aquel riff de guitarra que sonaba entre los susurros de una decena de mesas en un barcito de la Ciudad Vieja transportó a Noelia hasta otro lugar. De pronto se había remontado a su infancia. The Doors sonaba desde alguna habitación y la voz difónica de su hermano mayor coreaba junto a Jim Morrison las canciones que nacían desde un anticuado equipo de música. También se hizo de la escena Robby, su adorado pastor alemán que alegró su niñez hasta el día del accidente. Aquella noche en la que murió, Noelia pensó en que la vida era tan sólo un segundo y lloró por meses. Logró superarlo, pero cada año al acercarse la fecha, se acerca su recuerdo silencioso. Después vinieron a su memoria algunas frases de su viejo, y al instante, la poderosa imagen de Damián, cuando empezó a congelársele la mano de lo fría que estaba la cerveza que estaba tomando junto a sus amigas. 
—¿Dónde estás?— le preguntó Carolina clavándole la mirada con una torpe sonrisa. 
—Estoy acá. Estaba pensando.  
  En su misma mesa, otra de las chicas describía una exaltada situación sentimental con un tipo que había conocido. Parecía el argumento de una novela venezolana, enredada en pasión, odio, engaños, mal sexo y amor. La atención de la mesa estaba en ese trance y aquello era un griterío. A Carolina volvió a preocuparle su amiga.
—¿Pasa algo?
—Me acordé de Damián.
—Damián...¿Damián, Damián? ¿No lo vas a soltar más, no?
—No digo que no. Me acuerdo que no nos despegaba nadie. Éramos muy chicos y estábamos idiotizados el uno con el otro y nos encantaba. Pero no quiero hablar de él ahora, decime vos cómo estás.
Charlaron más y más, hasta que una de las chicas propuso poner fin a la velada. Eran casi las tres de la madrugada y algunas trabajaban a la mañana siguiente. Qué sabia decisión. Nada bueno pasa después de las 4. Coquetearon sutilmente con el mozo -que no cazó una- y les trajo la cuenta después de unos minutos. Pagaron y se marcharon. Un taxi llevó a Noelia hasta la fachada de su apartamento, en la intersección de Garibaldi y Avenida Italia. Abrió la puerta, caminó hasta el ascensor y subió al octavo piso mientras se observaba al espejo en cálido silencio. Llegó a su hogar y respiró profundamente. Desnudó sus pies y se sentó en la cama a dejarse hipnotizar por su celular. Se perdió en el Facebook. Su pulgar buscaba alguna calle interesante, pero el inicio solo mostraba más y más basura. Entonces dejó que sus dedos se deslizaran y escribieran: "Damián De Luca". Por fin algo agradable, pensó. Hacía tiempo no sabía nada de él. Habían sido 20 años. Estaba bastante cambiado, pero sus poderosos ojos café eran los que conocía desde siempre. Durante los siguientes diez minutos lo que hizo Noelia fue digno de un centro de investigación avanzada. Lo stalkeó profesionalmente, de arriba a abajo. Cada publicación y cada foto, comentario por comentario. Y quedó desmayada del sueño. La mañana siguiente la encontró aturdida. Llegó tarde al trabajo y dejó que su vida pasara sin más sentido hasta que regresó a su hogar por la tarde. Allí se encontró de nuevo con su celular, que se lo había olvidado junto a su cabeza. Creyó que estaba loca. Tenía tres mensajes de Damián. -Sí, Damián, Damián- . Pensó tanto en qué responderle que soltó un "hola", dos horas después. La conversación fue tan intensa como una lluvia de verano. Pasó tanto en tan pocas palabras que acordaron para verse al caer el sol.  
La invasiva ansiedad previa hizo que las horas volaran hasta las nueve de la noche. La ciudad los encontró en la esquina de 18 de julio y Vázquez, a dos cuadras del bar "11 y 6". Caminaron lento por largas cuadras que iban silenciándose a cada paso y se convertían, poco a poco, en únicas testigos de ese anhelado reencuentro. La química estaba intacta. Eran la fórmula perfecta. Conversaban, reían y después callaban sin sacarse la mirada de encima. Noelia se enredaba con cada oración de Damián. Cuando eran chicos, él era tímido y de pocas palabras, pero cuando decía, decía. Ahora decía todo el tiempo y ella observaba atrapada. A sus treinta y tres años, lucía espléndido, con su mirada firme, su barba bien cuidada y su cabello corto y oscuro. Se había recibido de abogado hacía cuatro años y estaba ejerciendo su oficio. Estaba casado pero separado con una mujer de la que no quería comentar nada, y veía a sus dos hijos, Rodrigo y Fiorella, los fines de semana. De ellos sí, habló orgulloso. Noelia a continuación se dedicó a contarle de su pálido presente sin otra alternativa. 
Pisaron y salieron de un par de pubs de la zona sin mucha suerte y terminaron en lo de Damián. Al llegar, no aguantaron más de un minuto sin estar uno arriba del otro. Era mucho el tiempo que había pasado y el deja vu que estaban viviendo era la interpretación de una poesía de Benedetti. Fue ahí cuando a Noelia la atravesó una luz de conciencia. De repente sus manos ya no recorrían el cuerpo de Damián con naturalidad, y los besos, ya no tan dulces, se perdían de sentido. El entorno se volvió incómodo, al menos para ella, pero continuó con la escena hasta que se volviese aún más forzado. Pero siguieron. Y terminaron. Luego del sexo quedaron callados y confundidos. Ninguno decía una palabra y Noelia decidió vestirse rápidamente. No podían mirarse a los ojos. La situación al final se volvió tan arrogante como Bukowski. Pidió auxilio a un taxi, y hasta el "chau" de despedida, no forzaron la voz. Y otra vez, la misma historia. Llegó hasta su apartamento y se tiró en la cama a mirar el celular. Tenía un montón de mensajes que no quería leer y decidió evadir la realidad de nuevo en el inicio de Facebook.  
Entonces se topó con esto.
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                                                                                                                     Y quedó vencida del sueño.
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