A ella, la que sueña, la que escribe, la perdiste...
¿Que pasó?
No te diste cuenta que era la sutil mujer creada de amor y para amar, no supiste que hacer con ella y diste por hecho tantas cosas; y la realidad es que ella estaba a tus pies, mirando como la dejabas de lado y la ignorabas.
Te perdiste de días de sol, noches de poesía, canciones al viento, de tiempo de rosas, romance de luna, mimos al amanecer...
Ahora ella sigue en sus quimeras, libre, en fantasía permanente y esperando que alguien se atreva a amar sus imperfecciones, sus locas creaciones, su destartalada vida, el arte que encierra...
Me doy cuenta de que me faltas y de que te busco entre las gentes, en el ruido, pero todo es inútil. Cuando me quedo solo, me quedo más solo; solo por todas partes y por ti y por mí. No hago sino esperar. Esperar todo el día hasta que no llegas.
Amar tanto muchas veces es un problema. Sentir que quieres tanto a alguien o algo puede ser una perdición pero, sentir que nadie podrá amarte como tú lo haces es egoísta. Todos tenemos una manera distinta de amar pero cuando sientes que es real ya ni es necesario fijarte en eso porque sabes que hay un mismo sentimiento y eso al final, es lo que cuenta.