Hola... te escribo porque eres de las pocas personas que me generan confianza y llegan hacerme sentir paz con sus palabras uwu. Últimamente siento que soy muy negativa o me preocupo mucho por detalles pequeños y la verdad por más que quisiera cambiarlo (esos pensamientos ) siento que es algo que no puedo controlar, y siento que tengo realmente muchas emociones, que quisiera llorar o desahogarme de alguna forma, pero no sé bien la razón del por qué me siento así, qué opinas? Me gustaría saber, gracias uwu
Hola 👋
Las emociones son una parte natural y necesaria de la vida humana, pero a veces pueden llegar a ser abrumadoras y difíciles de controlar. La regulación emocional se refiere a la capacidad de controlar, dirigir y modificar las emociones en respuesta a situaciones cotidianas.
Aprender a regular las emociones puede ayudar a mejorar la salud mental y física, reducir el estrés y mejorar las relaciones interpersonales.
Identifica tus emociones: Es importante comprender qué es lo que estás sintiendo. Toma un momento para reflexionar sobre cómo te sientes y trata de identificar la emoción implícita.
Aprende a reconocer las señales físicas de las emociones: a menudo están acompañadas de cambios físicos, como tensión muscular, sudoración, aceleración del corazón, etc. Reconocer estas señales puede ayudarte a reconocer tus emociones antes de que se apoderen de ti.
Practica la atención plena: La atención plena es la capacidad de concentrarse en el momento presente sin ser distraído por pensamientos pasados o futuros. Practicar la atención plena puede ayudarte a reconocer y controlar tus emociones antes de que te abrumen.
Haz ejercicio: El ejercicio es un excelente modo de liberar la tensión emocional y mejorar el bienestar mental y físico.
Mantén un diario: Escribir sobre tus emociones puede ser una notable manera de procesarlas y comprender mejor cómo afectan tu vida.
Aprende técnicas de manejo del estrés: Hay muchas técnicas de manejo del estrés disponibles, incluyendo la meditación, la respiración profunda y el yoga. Aprender a utilizar estas técnicas puede ayudarte a controlar tus emociones en momentos de estrés.
Busca apoyo: Hablar con un amigo o un terapeuta puede ser una excelente manera de procesar y regular tus emociones (un terapeuta es solo en casos extremos)
Toma un tiempo para ti: Asegúrate de tomar tiempo para ti y hacer cosas que te hagan sentir bien. Esto puede incluir leer un libro, hacer una actividad al aire libre o pasar tiempo con amigos.
La regulación emocional es importante para mejorar la salud mental y física, reducir el estrés y mejorar las relaciones interpersonales. Para aprender a regular las emociones, se recomienda identificar tus emociones, reconocer las señales físicas, practicar la atención plena, hacer ejercicio, mantener un diario, aprender técnicas de manejo del estrés, buscar apoyo y tomar tiempo para ti. Al implementar estas estrategias, es posible controlar y modificar las emociones en respuesta a situaciones cotidianas y tener una vida más equilibrada y plena.
pensamientos negativos
La vida nos presenta desafíos, muchas veces sin darnos una tregua y sin tener en cuenta los recursos con los que contamos. Tener pensamientos negativos o derrotistas ante este panorama es normal. Sin embargo, alimentarlos, retenerlos o incluso perseguirlos disminuye la calidad de vida y envenena la imagen que tenemos de nosotros mismos.
El pensamiento negativo en ocasiones duele y en muchas otras condiciona nuestras conductas. Puede hacernos actuar de manera desesperada cuando no hay necesidad o incluso incentivar la posibilidad de tirar la toalla cuando por recursos y habilidades todavía tendríamos mucho que decir. En definitiva, los pensamientos negativos suelen condicionar nuestras decisiones y no precisamente para bien.
Entonces, ¿cómo eliminamos este pensamiento negativo? En realidad, no se puede evitar el pensamiento negativo por completo. A veces, los pensamientos negativos solo son una chispa en nuestra mente. Cuando esto sucede, debemos ser conscientes, para que inmediatamente podamos reconocerlos y de ese modo saber cuándo estamos pensando negativamente.
Las siguientes estrategias te permitirán desactivar el pensamiento negativo y te facilitarán la tarea de pensar en positivo.
1. Acepta tus pensamientos
Aceptar implica abrirse a la experiencia que los pensamiento generan. Ten presente que el objetivo de aceptar no es llegar a sentirte mejor, sino abrirte a la vitalidad del momento para que puedas moverte con mayor eficacia hacia aquello que valoras
Seguro te estarás preguntando cómo puedes aprender a aceptar esas experiencias desagradables.
Sostén la experiencia de la misma manera que sostendrías una flor delicada.
Abraza la experiencia de la misma manera que abrazaría a un niño que llorara.
Siéntate junto a tu experiencia de la misma manera en que se sentaría junto a alguien con una enfermedad grave.
Miras la experiencia de la misma manera que miraras un cuadro extraordinario.
Honra la experiencia de la misma manera que honrarías a un amigo, escuchándola con atención incluso si hacerlo te resulta difícil.
Inhala la experiencia de la misma manera que inhalaría una inspiración profunda.
Abandona la lucha con tu experiencia de la misma manera que un soldado abandonaría las armas para regresar a su hogar.
Lleva contigo la experiencia de la misma manera que puede llevar una fotografía en la cartera.
2. Observa tu pensamiento
Los pensamientos negativos son generalmente producto de distorsiones cognitivas, o patrones de pensamiento irracional. Obsérvalos como si fueras un espectador. Si no dejas que se apoderen de tu mente simplemente se disiparán. Visualízalos como si fueran troncos que viajan río abajo. Tarde o temprano los perderás de vista. Acepta tus pensamientos negativos y déjalos marchar.
También puedes pensar que son como nubes. Los observas pero no los juzgas, de esta forma, no te implicas emocionalmente y no te activas fisiológicamente. Estableces una distancia entre tú y el pensamiento y caes en la cuenta de que no eres tu pensamiento. Para ello, la técnica de mindfulness, sería muy beneficiosa.
Piensa en el proceso: contémplate a ti mismo ubicado en un proceso largo y en un camino de crecimiento continuo.
Busca la contradicción: el hecho de abrazar y aceptar estas contradicciones mejora tu agrado de tolerancia a la incertidumbre.
Ríete: el humor puede ser una práctica de distanciamiento, porque nos obliga a ver nuevas posibilidades. Pero no uses el humor para tapar el verdadero dolor.
Cambia tu punto de vista: contemplar tu sensación de ser rechazado desde la perspectiva de otra persona.
Verbalizar lo que te preocupa: identifica tu pensamiento como lo que es (un pensamiento) y esa emoción de rechazo como lo que es (una emoción). Puedes formularlo como “estoy teniendo el pensamiento de que…” o “estoy sintiendo la emoción…”
Háblate en tercera persona: esta estratega te permite ir más allá del punto de vista de tu egocentrismo y controlar tu reacción.
3. Replantea cualquier cuestión que estés rumiando
Las rumiaciones son patrones de pensamiento excesivo. Cuando rumiamos una idea lo hacemos convencidos de que podremos solucionar algo solo por pensar más en ello. Algo que, por lo general, es inútil. Debes despejar lo que hay de verdad en tus pensamientos y desechar lo que has creado tú en tu mente antes de empezar buscar una solución. No te extrañes si después de eliminar la fantasía te encuentras que no hay ningún problema, más allá del que has creado tú mismo.
Para ello lo ideal es observar el pensamiento sin juzgarlo. ¿Por qué? Por al juzgarlo nos implicamos, le damos un juicio de valor subjetivo. Si lo observamos sin prejuicio, veremos la realidad tal cual es. De este modo, no nos iremos por las ramas pensando una cosa u otra o elaborando diferentes películas en nuestra mente que solo nos llevan a estados de tristeza.
4. Muévete y actúa físicamente sobre tu pensamiento
Cuando te encuentres atrapado en un pensamiento negativo ponte en movimiento. Cambiar el chip para despertar pensamientos positivos no es tan fácil cuando tu mente está ocupada buscando la manera de sufrir. Es un gran momento para salir a dar un paseo, salir a correr, bailar o practicar yoga. No te pares a pensar -tienes la mente muy ocupada-, simplemente dejar que tu cuerpo tome las riendas y lleve a tu mente a otra parte.
El hacer ejercicio aumenta los niveles de serotonina y reduce el cortisol, es decir, aumenta la felicidad y reduce la ansiedad. Por lo que ponernos en movimiento cuando nos invaden pensamientos negativos, es una gran idea que, sin duda, nos traerá bastantes buenos resultados.
5. Evita los disparadores de pensamientos negativos
Una canción, una imagen, una lectura, lo que ves en la televisión, la compañía de ciertas personas… En cuando descubras qué estímulos desencadenas tus pensamientos negativos, evítalos. Y, en la medida que puedas, sustitúyelos por otros que despierten en ti sensaciones agradables. No te martirices ni te lo pongas más difícil.
6. Rodéate de gente positiva y experiencias agradables
Si lo que ves, lo que escuchas y lo que lees es positivo, si la gente que te rodea es positiva, será más fácil mantener el pensamiento negativo lejos. Cualquier disparador de pensamiento negativo será más fácil de desactivar si el optimismo te rodea. Los estímulos que nos acompañan en nuestro día a día son muy importantes a la hora de general una buena atmósfera. Así que lo mejor será intentar buscar aquello que nos aporte bienestar.
7. Repite afirmaciones positivas donde antes pensabas en negativo
El pensamiento negativo suele ser un hábito aprendido. Así que, en vez de dejarte invadir por cualquier pensamiento negativo habitual, adquiere el hábito de pensar en positivo en esas circunstancias. Para recordarlo o reforzarlo, puedes tenerlo presente, escrito en un papel, en tu ropa, en el fondo de pantalla de tu ordenador o de tu móvil, o incluso en tu propia piel.
8. Recuerda que nadie es perfecto
Es fácil detenerte en tus errores. Pero lo único que puedes hacer es aprender de ellos y seguir adelante. Nada va a cambiar por mucho que rumies. Y si lo que despierta tus pensamientos negativos es una debilidad o una limitación, céntrate en tus fortalezas y en tus virtudes. Si no puedes cambiar lo que hay, sácale el máximo partido a lo que tienes. Poseemos el potencial de aprender de cualquier situación por muy adversa que parezca. Así que si cometemos un error, en lugar de fustigarnos, mejor aprender de él.
9. Sigue adelante
Para seguir adelante, a pesar de tus pensamiento negativos, es necesario que hagas cambios en tu forma de vivir, para que esta sea coherente con tus valores. Por eso, haz pequeños ajustes en tu rutina diaria de tal manera que en el día a día puedas vivir en sintonía con los valores que te mueven y orientan.
Seguir adelante quiere decir que ya no permites que tus pensamientos negativos definan ya tu vida. Puede que estén ahí, sin embargo, ya no son tus guías conductuales. Seguir adelante no solo te ayudará a soltar lo que te impide continuar con tu vida, sino que te ayudará a vivir de manera más auténtica.
Los pensamientos negativos son fugaces y temporales, salvo que nosotros hagamos por lo contrario. No tienen poder real propio, pero pueden hacer mucho daño si les damos la oportunidad para crecer. Un pensamiento no tiene otro poder que el que tú le das. Los pensamientos negativos ganan impulso cuando se activan. Desactivarlos después es una tarea difícil: ya no es un pensamiento, hablamos de una dinámica.
Cada uno es responsable de la manera que tiene de gestionar sus propios pensamientos. Da igual por qué ese pensamiento surgió: lo importante es que puedes apagarlo y que puedes generar un entorno adecuado para que ese tiempo de pensamientos se reduzcan. La clave pasa por detectar esos pensamientos negativos antes de que tengan tiempo de atrincherarse en tu cabeza y conquistar aliados.
Esto es lo que se aconseja en cualquier consulta psicológica
Evidentemente en consulta vamos paso a paso y no entregamos toda esta información de golpe, hay que ser constante y no dejar de trabajar cada punto hasta conseguir que se convierta en un hábito sano.
Suerte y gracias por tu confianza 🫶
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Está noche estaba sobre pensando mucho las cosas, y parecía que todo se hacía más grande, y más feo de lo que realmente era
Comencé a escribirlo en un cuaderno y me sentí ligeramente aliviado
Después le escribí a un amigo y aquí comenzó la magia
Cómo estás?
Pensativo. me respondió
Yo igual, le dije
El punto es que comencé a descargar todos mis pensamientos en nuestro chat, el solo leía sin decir nada, hasta que termine de escribir y me sentí más aliviado. El respondió algunas preguntas que rondaban mi cabeza
Le dije. Ahora es tu turno para desahogarte, comenzó a escribir, y al final respondí algunas de sus preguntas.
Después comenzó a poner cosas positivas, cómo:
Saber decir que no, cuando tienes que hacerlo.
Hacer ejercicio es una forma de demostrarte amor.
Entonces continúe las frases buenas y así seguimos escribiendo.
Al final ambos nos sentimos muy bien, pero no fueron las respuestas que nos dimos, ni las preguntas que hicimos, ni escribirlo en el celular, fue poder sacar todos eso que nos torturaba, eso pensamientos malos con alguien. Y los buenos pensamientos que tomaron el lugar de los malos. Al final ambos nos despedimos, nos dimos las gracias por estar y ahora vamos a dormir mucho más tranquilos
Si eres de los que sobre piensa las cosas no dudes en hacerlo con alguien a quien le tengas confianza, y si no tienes a alguien, aquí estoy yo, no dudes en escribirme, que yo sé lo que se siente tener mil ideas negativas en la cabeza y no tener a nadie a quien contárselo.
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