‧₊⋅♡𓂃 ࣪ ִֶָ°• ! 𝖼𝗈𝗆𝗈 𝗆𝗂𝖾𝗅 𝖾𝗇 𝖾𝗅 𝗉𝖺𝗅𝖺𝖽𝖺𝗋.
. . : ̗̀➛ blas polidori.
. . : ̗̀➛ tw: ninguno! sólo fluff.
. . : ̗̀➛ N/A: espero disfruten! pueden pedirme que escriba sobre cualquiera del cast. <3
. . . !
esa noche el violento frío se hizo presente pero en el bar el calor era acogedor gracias a la cantidad de personas que se encontraban en ese mismo espacio. blas estaba en la barra tomando algo que ni siquiera él sabía qué era pero no parecía disgustarle, mientras le sonreía a las personas que pasaban y se detenían tal vez pequeños segundos a mirarlo.
su mejor amiga, aixa, no podía culparlos al respecto. el chico era un ángel caído del mismo cielo, era como poder admirar un amanecer en la playa con los pies enterrados en la arena. no hacían falta más adjetivos para saber lo enamorada que ella estaba.
se sentía como en una película de amor, de esas que tanto le gustan a él. donde los protagonistas son mejores amigos hasta que confiesan su amor por el otro y a pesar de los obstáculos lograban terminar felices por el resto de sus vidas. pero entre ellos se veía bastante imposible, blas era tan enamoradizo que aixa no tenía ni siquiera una oportunidad.
“¿estás bien?” su grave voz la sacó de sus pensamientos. el pelinegro la miraba con una pequeña sonrisa inocente. sus labios estaban rojos al igual que la punta de su nariz, señal de que había bebido mucho.
“nunca pude haber estado mejor” ella le devolvió la sonrisa, aunque su amigo no parecía convencido.
“me estoy aburriendo, ¿por qué no nos vamos?” él cuestionó. aixa dudó un poco, pero al fin y al cabi terminó asintiendo. blas la tomó de una mano para no perderla hacia el camino de la salida según él, pero en el cuerpo de ella las mariposas ya se habían instalado.
( . . . )
iban caminando por las calles, hablando sobre cualquier cosa que se presentara. buenos aires era inmenso, la capital de noche era algo imperdible y ellos deseaban aprovechar cada segundo de ser posible.
se aproximaron a una plaza. aixa se sentó en un columpio y comenzó a arrastras sus pies, sin hamacarse por completo.
“¿me ayudas?” más bien le suplicó. el más alto rodó los ojos pero no podía decirle que no, nunca podía decirle que no. sin más sus grandes manos fueron a ubicarse en la delicada cintura de su amiga, haciendo un agarre seguro ahí y comenzó a impulsarla hacia adelante.
“¡voy a llegar a las estrellas!” ella exclamaba riendo. el pelinegro no iba a confesarlo, pero oír la risa de esa chica lo aturdía en una manera sana, era lo único que quería escuchar por el resto de su vida. podía compararla con la más angelical melodía y aún así seguiría quedándose corto. en su mente su amor no correspondido por aixa le traía demasiados problemas. nunca supo cómo aprovechar el tiempo a solas con ella y a pesar de que no era la primera vez que ambos salían y no volvían hasta estar dados vuelta, no tenía idea de cómo acercarse más. pero quería que su mejor amiga se diera cuenta de cómo lo traía, de cómo su mundo estaba de cabeza gracias a ella.
aixa estaba en su propio mundo, ni siquiera notó cuando blas sacó las manos de su propia cintura. su ritmo bajó hasta que por fin sus pies tocaron nuevamente la tierra y ni siquiera pudo pensar en algo cuando tuvo el rostro de su mejor amigo tan cerca del suyo. para ello blas debía estar arrodillado ya que aixa era un tanto más baja que él estando parada, estando en un columpio era mucho peor.
ninguno hablaba, no había necesidad. sus respiraciones se mezclaban, el aliento del más alto chocaba en el rostro de la chica como una caliente brisa; menta mezclada con algo de alcohol y tabaco. no le gustaba ver a la gente fumar, pero cuando blas lo hacía era una gran excepción.
“quiero besarte, ¿puedo?” él simplemente preguntó, dejándola boquiabierta. ella había soñado tanto tiempo por esto que ni siquiera parecía real. temía decirle que sí y caer abruptamente en la dura realidad donde ellos seguían siendo mejores amigos.
”¿qué decís, tonto?, estás borracho” aixa intentaba ocultar sus nervios bajo una fachada falsa de seguridad. blas le sonrió, acunando esas mejillas rosadas que él tanto amaba entre sus largos dedos y las firmes palmas de sus manos.
“puede ser, pero por lo menos espero estar borracho de tanto amor” respondió, ahora estando tan sólo a centímetros de la boca de su mejor amiga.
sus narices se rozaban, creando un pequeño beso imaginario. estaban separados por un pequeño hilo que ninguno se animaba a romper por orgullo, y tal vez por algo de temor.
“por favor, me estoy muriendo de ganas” suplicó, lamiendo su propio labio inferior. aixa asintió un poco temerosa de que todo sea una broma de mal gusto, pero no lo fue.
blas unió sus bocas en ese tan deseado beso que ambos esperaron por años en silencio. la lengua del pelinegro se abrió paso a la cavidad bucal de ella, explorando a su antojo. los labios de aixa se sentían completamente húmedos y ahora estaban hinchados. sus delicadas manos fueron a aferrarse en el cabello del contrario, amasando a su gusto aquellos rulos que tanto amaba.
blas nuevamente se aferró a la cintura de aixa. nunca había tenido un beso tan dulce como ese e incluso se sentía con dolor en el estómago, era hasta más dulce que comer miel desde la cuchara, y no podía evitar soltar pequeños suspiros en la boca ajena.
había sido una larga noche, pero la espera por fin valió la pena.
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A veces el amor es dificil, pero creo que duele más cuando ese amor comienza a alejarse. Cuando su corazón deja de latir al ritmo del tuyo.
Y lo ves tan lejano a pesar de tenerlo tan cerca, y te aferras. Te aferras a los momentos, a los buenos, a los malos, y a los que sentias que iban a ser el final.
Te aferras a su recuerdo, a su voz, a su piel, a su alma. Y cuando llega el momento de dejarlo ir, solo te queda aceptar el hecho de que tal vez nunca fue destinado para ti.
Y solo queda seguir adelante.
Thunderz
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