holaaa!! estuve leyendo tus historias, y me encanta como escribes, tu trabajo es muy bueno :)) quería saber si podías hacer algo para Fran: no sé por qué, pero desde que lo vi no dejo de pensarlo como uno de esos que frente a todo el mundo trata a su s/o como a una princesa, pero cuando están solos es todo lo contrario, tipo súper dominante y así, y nadie nunca se lo imaginaría pq Fran es tan soft y precioso, pero si supieran,,,🫣
Francisco Romero - Innocent.
☆`~Advertencias: Smut. Sexo sin protección. Malas palabras.
Vos y Fran se conocían desde la secundaria. Si bien en aquel momento no eran lo más unidos, compartían el grupo de amigos.
Una vez que esta etapa terminó, cada cual se fue por su lado. Y por alguna razón, ustedes siguieron en contacto, generalmente por llamadas y mensajes, pero muy de vez en cuando se veían. Todo dependía de sus clases y trabajos.
Y así fue como pasaron de ser compañeros que se llevaban bien, a los mejores amigos.
Era raro ver a uno sin el otro, nunca se pelearon enserio, y si se peleaban no duraban ni 3 horas distanciados. El chico te conocía como la palma de su mano, sabía lo que te gustaba comer y lo que no, sabía cómo tratarte cuando estabas en tus días, sabía hasta que marca de maquillaje usabas para regalartela.
Durante su amistad, ambos tuvieron uno que otro novio o novia, pero fueron cosas pasajeras. Excepto por esa vez hace años sufriste mucho por amor, tanto que te habías alejado completamente de la idea de tener novio. Desde entonces habían sido él y vos.
La gente a menudo sugería qué tenían que salir, qué harían linda pareja, y blablabla.
Pero ustedes siempre se negaban, riéndose. Ninguno veía al otro con ojos de amor. Creo.
Eran más de las 7 de la tarde, el sol ya se estaba ocultando de a poco, cosa rara debido qué estaban en pleno verano.
'El clima Argentino' pensaste.
De igual manera hacia tanto calor como siempre. Te estabas cambiando, te pusiste unos shorts de tiro bajo con una remera musculosa.
Ya tenias que ir yendo para la casa de Francisco. Enseguida llamaste un taxi y le diste las indicaciones.
No vivían tan lejos, pero tampoco tan cerca como para ir caminando. Siempre odiaste la distancia entre sus alquileres. Pero era la excusa perfecta para hacer pijamada.
Desde que Fran empezó su papel en La sociedad de la nieve, vos asististe a cada uno de los momentos del rodaje (A los que te permitían).
Así que conocías bien a los chicos, los amigos de Fran.
Estabas yendo a su casa ya que se había organizado una pequeña juntada casual entre todos. No eran más de 5 y solo iban a charlar y tomar.
Una vez que llegaste y pagaste al taxista, entraste a la casa. Tenias tus propias llaves, así de increíble la confianza.
Miraste al patio y notaste que ya estaban todos: Juani, Blas, Matías, Agus y Pipe.
Apenas te vieron, se levantaron de las reposeras y te saludaron.
- Yo también los extrañé chiquitos, ahora ¿Dónde está Fran?
- Justo recién salió, fue a comprar hielo. Respondió Juani.
Ya habían empezado a tomar, cada uno con una birra en la mano.
-Dale, voy a buscar una cerveza. Dijiste.
Fuiste a la cocina, buscando las latas. Agarraste la primera que viste, decepcionada. No era de la marca que te gustaba. Eras super mañosa.
En eso, alguien abrió la puerta.
-Holaaa. Fran había llegado con una bolsa de hielos. Y en su mano tenía una cerveza, de las que si te gustaban.
Enseguida lo abrazaste y saludaste.
Dejó la bolsa en el frezzer y te dio la lata.
Sonreíste encantada y le diste un beso en el cachete.
- Gracias por cumplir mis caprichos.
Fran solo sonrió contento.
Fueron rápidamente afuera y empezaron a hablar con el grupo.
La noche cayó y todos habían tomado bastante. Hubieron charlas tontas, chistes estúpidos, pero faltaba algo...
- Nena ¿verdad o reto? Dijo Agustín, leyéndote la mente.
- Verdad.
- Uy qué aburrida, aver... ¿Es verdad qué Bayona te tiró onda?
Casi escupís tu bebida. Todos se empezaron a reír.
- ¿Qué? Noo ¿De donde sacaste eso? Que enfermo sos.
Todos seguían tentados.
- Aver, Juani ¿Verdad o reto? Dijiste.
Y así continuó la noche, con retos qué podían terminar muy mal, y verdades que los hacían mearse de la risa.
- Fran? Ya sabes como va la cosa. Dijo un muy ebrio Blas.
- Verdad.
- ¿Es verdad que sos virgen?
Todos se rieron bajito, pero Fran estaba confundido ¿De donde habían sacado eso?
- No ¿Por qué?
- Bueno nunca te vimos hablar de tu vida sexual, es eso nomas. Además es raro pensarte cogiendo a alguien. Contestó Felipe.
Enseguida Francisco se puso serio.
- Pero gor, no lo dice de malo, sino que sos muy inocente como para cogerte a alguien, ¿Entendés? Dijiste intentando que no se sintiera incomodo.
'Y era verdad, el chico parecía un nene después de comer su golosina favorita, nadie se lo había imaginado nunca en medio del apareamiento' pensaste.
- Pero te estoy diciendo que si lo hice. Dijo sonriendo. Te lo juro.
- ¿Ah si? ¿Cuando fue la última vez que cogiste? Preguntó Agus.
- AGUSTÍN LAIN, ¿QUÉ ES ESA PREGUNTA? Gritaron vos y Juani al mismo tiempo.
Después se rieron.
Todos esperaban la respuesta de Fran, la cual nunca llegó. El chico solo se puso rojo y sonreía tontamente.
- Creo que todos sabemos lo que significa eso. Dijo Felipe riéndose. Pero esta vez se reía solo. Blas le dio un codazo, diciendo que se callara.
Todos podían notar incomodidad en Fran, estaba rojo y le temblaban las manos.
Este se disculpó y dijo que ya tenía sueño, total cualquier cosa vos te quedabas a cargo.
No lo detuviste, tampoco los chicos.
No pasaron ni 5 minutos para que todos se vayan. Dejaste todo más o menos impecable y cerraste la puerta. Te ibas a quedar a dormir.
No era algo raro que te quedes, incluso sin preguntar. Siempre dormías con Fran pero no sabias si iba a estar bien esta vez.
Quisiste ir a su habitación a hablarle y decirle que no tenía porque mentir, que no tenía nada de malo ser virgen. Pero en el camino escuchaste ciertos ruidos.
Te asomaste por la puerta mal cerrada y lo viste, tal como te lo imaginaste.
Estaba Fran, abierto de piernas mientras se masturbaba fuertemente.
Creíste que como después de todo lo que había pasado, lo ibas a encontrar durmiendo o llorando o algo así.
Pero ni cerca.
No quisiste interrumpir pero tenías que. Además esa rara sensación en tu entrepierna al verlo no te dejaba pensar bien.
Tocaste la puerta, haciéndote la tonta.
Escuchaste movimiento del otro lado de la puerta, y un segundo después Fran te dio permiso para entrar.
Estaba sentado en el borde de la cama, se veía agitado pero lo ignoraste.
- ¿Estás bien? Dijiste haciendote la tonta sobre lo que acababas de ver.
- De diez ¿Por qué?
- Gor, no tiene nada de malo ser virgen, no dejes que te jodan. Dijiste sería.
Pero Fran solo se rio despacito.
-Nena, ya te dije que no soy virgen.
Estabas confundida, entendías el porque les mentía a los demás ¿Pero a vos?
- No entiendo, ¿Por qué no contestaste? o ¿Por qué te fuiste?
Fran se puso rojito de nuevo.
-Es complicado. Dijo, así nomas, seco.
- ¿Por qué no me decís? Creí que nos decíamos todo Fran. Preguntaste sería.
Francisco solo suspiró y cerró los ojos.
-Prometeme que no le decís a nadie.
Asentiste, desesperada por la curiosidad.
-No soy virgen, tuve sexo en varias ocasiones, pero hace años que no puedo, y me daba vergüenza decirlo frente a todos.
- ¿De qué hablás? ¿Cómo que no podés?
Escuchaste a Fran respirar profundo, y cuando exaló, lo dijo.
- No se me para.
Te sorprendió lo que dijo. Te estaba mintiendo, hace 5 minutos vos viste claramente que la tenía más que parada.
Decidiste confesar.
-Fran, no mientas, te acabo de ver masturbándote.
-Si ya sé. Esa confesion si te sorprendió. Ahora sí que no entendias nada.
- ¿Entonces?
- Hace mucho tiempo que no se me para con otra mujer, únicamente sucede pensándote a vos. Y te juro que intento que no pase, últimamente lo tenía controlado bastante bien. Pero hoy... Me dolía, necesitaba tocarme porque dolía demasiado. Así que solo me fui.
Te quedaste sin palabras.
-Perdón si te incomodé, yo también estoy preocupado. Te miró serio.
Solo pudiste unir tus labios con los suyos como respuesta.
Fue un beso suave, necesitado. Sus bocas encastraban perfectamente. Hubo armonía.
Pero de repente Francisco te agarró de la cadera y te sentó arriba suyo. Hubo un cambio drástico en el ambiente. Estabas frente a él con una pierna a cada lado de su entrepierna. Te obligó a sentarte completamente, sintiendo su bulto.
- ¿Entendés lo que digo?
Asentiste tontamente, desesperada por seguir con el beso. Pero está vez fue violento y salvaje.
Empezó a tocarte por abajo de la remera, sacándote poco a poco la prenda. Quedando encantado al ver tus pechos semidesnudos.
Empezó a repetir besos, mientras intentaba quitar el broche del corpiño. Le temblaban las manos de la emoción.
Una vez fuera, empezó a chupar tu pezón izquierdo, intercalando besos y mordidas.
Vos, fascinada, agarraste su cabeza, empujandola más hacia vos, sin querer que se separe.
Después fue y le dio atención al otro pecho. Vos necesitabas más, querías verlo.
-Sacate esto. Mientras tironeabas de su remera.
Él rio por tu necesidad y te ayudó a retirarse la ropa.
Tocabas su cuerpo con mucho deseo, amabas su piel tan clara.
Bajaste tu mano por su abdomen, llegando a la parte más baja, donde metiste la mano en sus pantalones.
Lo tocaste, y si qué estaba duro. Tenía la punta empapada de preseme.
-Porfavor Francisco, cogeme. Te sorprendiste ante tus propias palabras pero ya no importaba.
- Obvio hermosa, pero antes...
Y te dio la vuelta, ahora estabas arriba suyo, ambos sentados en la punta de la cama. La diferencia fue que le diste la espalda.
Él empezó a tocar tu estómago, bajando lentamente la mano. Ya sabias lo que estaba por venir.
Te tiraste sobre su pecho, doblando tu espalda, mientras repartía besos por tu cuello. Acercándose a tu oído, susurró:
- Te quiero preparar, te necesito bien estirada.
Ambos sabían que era mentira, solo quería jugar un poco con vos.
Te abriste de piernas para el, gimiendo con antelación.
Sus manos bajaron tus pantalones, pero te dejó las bragas.
- Dios mio, mirate, mojando toda la bombacha, qué chica tan sucia eh.
En mil años hubieras creído que Francisco era así en la cama. Vos siempre lo creíste super tierno, de esos que lo hacen con cuidado y miedo a partirte. Pero no.
Francisco quería partirte.
Bajo la mano, tocando tu calor por encima de la molesta tela. Vos solo gemiste.
Simulaba embestidas y pasaba sus largos y blancos dedos por encima de tu clitoris vestido. Era tan desesperante.
Querías el contacto directamente.
Vos solo gem��as tontamente, ese chico te iba a matar.
Una vez que tu única prenda estaba totalmente mojada, decidió moverla a un costado, por fin metiendo sus dígitos.
Tal acción te sacó un grito y él rápidamente, con su mano libre, te agarró el cuello. No podías respirar.
Amaba ver como te retorcias en su agarre. Como intentabas hablar y no podías, como tus pliegues empapados se tragaban tres de sus dedos sin problema, pero apretandolos tanto.
Estabas tan cerca del orgasmo, y él lo sabia, así que sacó sus dedos y comenzó a frotar con toda su palma en tu clitoris. Sentiste que te ibas a orinar.
- No, Fran pará, me voy a hacer pis. En respuesta, el mencionado solo empezó a hacer sus movimientos más fuertes y rápidos.
Las lágrimas llenaban tu cara. Y cuando sentiste que no podías aguantar más, cerraste los ojos.
Veías luces, escuchaste gemidos, tanto de tu parte como de Fran. Y querías abrir los ojos, ver que estaba pasando, pero no podías.
Cuando todo terminó, ese gran ardor en tu parte baja fue disminuyendo. Y pudiste abrir los ojos.
Estaba todo mojado.
Tanto las sábanas abajo tuyo, como el pantalón de Fran, y una parte del piso.
- Chorreaste nena. Dijo Fran después de chupar los dedos con los que te tocó.
Vos apenas lo creías, era la primera vez que alguien te provocaba un squirt, y eso que solo había usado sus manos.
Te acomodaste, avergonzada.
Estabas toda sudorosa, y cada vez que te movías sentías tus piernas temblar.
Fran te tranquilizó, acostandote en el centro de la cama. Repartiendo besitos tiernos por toda tu cara.
-Yo me encargo de limpiar. Dijo.
- Pará ¿Y vos? Dijiste, refiriéndote a que él no había acabado. O eso pensabas.
Ambos miraron su entrepierna, sus pantalones grises tenían tanto fluidos tuyos como de él, te dabas cuenta por la consistencia.
- Y bueno nena, te movías mucho. Dijo guiñandote el ojo, divertido.
Trajo una toalla y enseguida se puso a limpiarte.
- Fran...
- ¿Si?
- No me cogiste. Dijiste haciendo puchero.
- ¿Estás jodiendo? Dijo sin creer tu resistencia.
- Si, te estoy cargando, en realidad no doy más. Dijiste riéndo poquito. Pero lo vas a hacer ¿No? Me lo debés. Dijiste eso pensando que capaz era algo de una vez.
Fran soltó una carcajada qué te hizo sonreir.
- Obvió nena, las veces que quieras.
Dicho esto, tiró la toalla arriba de una silla y te acomodó bien para dormir.
Te dió un par de besitos antes de abrazarte. La diferencia de trato qué te había dado en ambas situaciones. Hacia mucho contraste.
- Los chicos no tienen idea de nada... Dijiste susurrando.
Y ambos rieron.
Xoxo - Emma.
53 notes
·
View notes