Tumgik
#silenciosamente
eurekadiario · 8 months
Text
China recluta silenciosamente talentos extranjeros mientras Estados Unidos endurece las restricciones
Durante una década, hasta 2018, China buscó reclutar científicos de élite formados en el extranjero en el marco de un programa generosamente financiado que Washington consideraba una amenaza a los intereses y la supremacía tecnológica de Estados Unidos.
Tumblr media
Dos años después de que dejó de promover el Plan de los Mil Talentos (TTP) en medio de investigaciones estadounidenses sobre científicos, China revivió silenciosamente la iniciativa con un nuevo nombre y formato como parte de una misión más amplia para acelerar su competencia tecnológica, según tres fuentes con conocimiento del tema. asunto y una revisión de Reuters de más de 500 documentos gubernamentales que abarcan desde 2019 hasta 2023.
La renovada campaña de contratación, de la que Reuters informó detalladamente por primera vez, ofrece beneficios que incluyen subsidios para la compra de viviendas y bonificaciones típicas por firmar de 3 a 5 millones de yuanes, o entre 420.000 y 700.000 dólares, dijeron las tres personas a Reuters.
China opera programas de talentos en varios niveles de gobierno, dirigidos a una combinación de expertos chinos y extranjeros en el extranjero. El principal sustituto del TTP es un programa llamado Qiming supervisado por el Ministerio de Industria y Tecnología de la Información, según documentos de política nacional y local, anuncios de contratación en línea y una persona con conocimiento directo del asunto que, como otros, habló con la condición de del anonimato debido a la sensibilidad del tema.
La carrera para atraer talento tecnológico se produce cuando el presidente Xi Jinping enfatiza la necesidad de China de lograr la autosuficiencia en semiconductores frente a las restricciones a las exportaciones de Estados Unidos. Las regulaciones adoptadas por el Departamento de Comercio de Estados Unidos en octubre restringen a los ciudadanos estadounidenses y a los residentes permanentes apoyar el desarrollo y la producción de chips avanzados en China, entre otras medidas.
Ni la Oficina de Información del Consejo de Estado de China ni el ministerio respondieron a las preguntas sobre Qiming. China ha dicho anteriormente que su contratación en el extranjero a través del TTP tenía como objetivo construir una economía impulsada por la innovación y promover la movilidad del talento, respetando al mismo tiempo los derechos de propiedad intelectual, según la agencia de noticias estatal Xinhua.
Qiming, o Ilustración, recluta en campos científicos y tecnológicos que incluyen áreas "sensibles" o "clasificadas", como los semiconductores, dijeron dos de las personas. A diferencia de su predecesor, no publica a los premiados y está ausente de los sitios web del gobierno central, lo que, según las fuentes, refleja su sensibilidad.
Algunos de los documentos mencionan a Qiming junto con Huoju, o Antorcha, una iniciativa de larga data del Ministerio de Ciencia y Tecnología que se centra en la creación de grupos de empresas tecnológicas. El ministerio no respondió a una solicitud de comentarios.
Qiming también opera en conjunto con iniciativas de contratación dirigidas por autoridades locales y provinciales y una campaña de contratación respaldada por el gobierno por parte de compañías chinas de chips, según dos de las personas y otra fuente familiarizada con el asunto. Reuters no pudo establecer de forma independiente las empresas involucradas.
Estados Unidos ha acusado durante mucho tiempo a China de robar propiedad intelectual y tecnología, una acusación que Beijing ha desestimado por considerarla motivada políticamente.
"Los adversarios extranjeros y los competidores estratégicos entienden que adquirir el mejor talento estadounidense y occidental es a menudo tan bueno como adquirir la tecnología misma", dijo Dean Boyd, portavoz del Centro Nacional de Contrainteligencia y Seguridad del gobierno de Estados Unidos, cuando se le preguntó sobre los esquemas de reclutamiento de talentos chinos.
"Cuando ese reclutamiento crea conflictos inherentes de intereses o compromisos, eso puede crear riesgos para la seguridad económica y nacional de Estados Unidos".
Reducir la fuga de propiedad intelectual a través de los flujos de talento es difícil, dijo Nick Marro, analista de China de la Economist Intelligence Unit, porque tales esfuerzos "pueden correr el riesgo de convertirse en cacerías de brujas con carga étnica".
UNIVERSIDADES DE ÉLITE
La industria de chips de China ha florecido en los últimos años, pero este año enfrenta una escasez de alrededor de 200.000 personas, incluidos ingenieros y diseñadores de chips, según un informe de 2021 publicado por el Centro de China para el Desarrollo de la Industria de la Información, un grupo de expertos gubernamental, y la Industria de Semiconductores de China. Asociación.
Los nuevos esfuerzos de talento de China, que al igual que el TTP se centran en el reclutamiento de nivel de élite, favorecen a los solicitantes capacitados en las principales instituciones extranjeras, dijeron tres fuentes.
"La mayoría de los solicitantes seleccionados para Qiming han estudiado en las mejores universidades estadounidenses y tienen al menos un doctorado", dijo una de estas personas, añadiendo que científicos formados en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, las universidades de Harvard y Stanford estaban entre los buscados por China. . Las universidades no respondieron a las solicitudes de comentarios.
Reuters no pudo determinar cuántos expertos han sido reclutados bajo Qiming o programas asociados, aunque miles han presentado solicitudes, según la revisión de documentos gubernamentales realizada por Reuters.
Los funcionarios estadounidenses dicen que si bien la caza furtiva de talentos en Estados Unidos no es ilegal, los investigadores universitarios corren el riesgo de infringir la ley si no revelan afiliaciones con entidades chinas mientras reciben fondos del gobierno estadounidense para realizar investigaciones, compartir ilegalmente información patentada o violar los controles de exportación.
Reuters encontró más de una docena de anuncios de solicitantes de Qiming publicados desde 2022 en la plataforma china Zhihu (2390.HK) y LinkedIn por personas que se identificaron como reclutadores.
En una publicación de febrero en LinkedIn, Chen Biaohua, quien enumeró a su empleador como Beijing Talent Linked Information Technology, pidió a los candidatos elegibles para Qiming y Huoju que le enviaran sus currículums por correo electrónico.
La publicación decía que Chen estaba buscando "jóvenes talentos" menores de 40 años con un doctorado de universidades reconocidas y experiencia en el extranjero. También buscaba candidatos que ocuparan puestos de alto nivel en instituciones académicas extranjeras o grandes empresas.
La empresa de cazatalentos Hangzhou Juqi Technology publicó un anuncio en marzo en ResearchGate, una red social para académicos, buscando personas con doctorados de las mejores universidades y experiencia en empresas Fortune 500 para ayudar a reclutar 5.000 investigadores extranjeros para empresas chinas.
El anuncio describía este esfuerzo como un servicio a Qiming y Huoju, y cada investigador podía obtener hasta 15 millones de yuanes, o alrededor de 2,1 millones de dólares, en recompensas. Dijo que cualquiera que recomiende un candidato que luego sea seleccionado para los programas de talentos recibirá "diamantes, bolsas, coches y casas".
Chen y LinkedIn declinaron hacer comentarios. Las preguntas enviadas al empleador de Chen, así como a Zhihu, ResearchGate y Hangzhou Juqi Technology no arrojaron respuestas.
Un experto en semiconductores formado en el extranjero del Instituto de Tecnología de Beijing (BIT) fue identificado en su sitio web como beneficiario de Qiming 2021. Ma Yuanxiao es profesor asociado en la Escuela de Circuitos Integrados y Electrónica de BIT, realizó su maestría en la Universidad británica de Nottingham entre 2013 y 2015 y su doctorado en la Universidad de Hong Kong hasta 2019.
Ma y BIT no respondieron a las solicitudes de comentarios.
CARTERAS DE APERTURA
En toda China, los gobiernos provinciales y municipales están invirtiendo recursos en la campaña de reclutamiento, según muestran documentos oficiales.
Una iniciativa es el Plan Kunpeng, dirigido por autoridades de la provincia oriental de Zhejiang, cuyo lanzamiento en 2019 fue cubierto por los medios estatales. El Zhejiang Daily informó en junio de 2022 que el programa tenía como objetivo atraer a 200 expertos en tecnología en cinco años, de los cuales 48 ya estaban contratados.
En la ciudad oriental de Wenzhou, la inversión de las autoridades locales en cada profesional de Kunpeng puede alcanzar hasta 200 millones de yuanes, incluida una recompensa individual, financiación inicial y vivienda, según un informe sobre política de talentos de 2022 del gobierno de la ciudad.
Un informe de la rama de Wenzhou del Departamento de Organización del Partido Comunista, que supervisa las decisiones de personal, dijo que su presupuesto total en 2022 aumentó un 49% respecto al año anterior, principalmente porque había asignado 85 millones de yuanes a Kunpeng y programas similares.
Uno de los beneficiarios del Kunpeng es Dawei Di, un profesor de la Universidad de Zhejiang formado en Cambridge cuya investigación se centra en dispositivos optoelectrónicos semiconductores, informó la revista de la universidad en 2021.
En Huzhou, también en Zhejiang, los empleadores que recomiendan candidatos a Qiming pueden recibir pagos de incentivos de hasta 1,5 millones de yuanes de los gobiernos de la ciudad o del distrito si esas personas son aceptadas, según una directiva municipal de 2021.
Ninguna de las autoridades municipales, provinciales o del Partido Comunista, ni Di ni su universidad, respondieron a las preguntas de Reuters.
'UN PIE FUERA'
A pesar del énfasis de Xi en promover el conocimiento de chips de China, dos fuentes con conocimiento directo del asunto dijeron que muchos expertos chinos en semiconductores en el extranjero estaban cautelosos a la hora de regresar debido al entorno político de China y su posición más débil en el desarrollo de chips en relación con Occidente.
"No tienen idea de si los programas podrían cambiar de la noche a la mañana o perder el apoyo del gobierno", dijo uno.
Zhuji, una ciudad a nivel de condado en Zhejiang, informó en octubre de 2022 que tenía más de 200 solicitantes para programas de talentos, principalmente Qiming, pero solo ocho candidatos seleccionados del año anterior habían regresado a China. La oficina general del gobierno de Zhuji no respondió a una solicitud de comentarios enviada por fax.
Dos personas familiarizadas con el asunto dijeron que a algunos científicos chinos, especialmente aquellos con ciudadanía extranjera o residencia permanente, les preocupaba que unirse a los programas de talentos del gobierno de China pudiera significar renunciar a oportunidades internacionales o quedar sujetos a investigaciones de Estados Unidos.
En algunos casos, dijeron estas personas, a esos expertos se les ofrecerán puestos en las operaciones de las empresas chinas de chips en el extranjero.
"Es más seguro tener un pie en China y el otro fuera", dijo uno.
(1 dólar = 7,1475 yuanes renminbi chinos)
Información de Julie Zhu, Fanny Potkin, Eduardo Baptista y Michael Martina; edición de David Crawshaw
0 notes
caostalgia · 9 months
Text
Aún te extraño, silenciosamente lo hago.
Beschadyeska
711 notes · View notes
yzzart · 2 months
Text
"𝐃𝐨 𝐲𝐨𝐮 𝐤𝐧𝐨𝐰 𝐭𝐡𝐢𝐬 𝐠𝐚𝐦𝐞?"
⇢ enzo vogrincic x f!reader.
⇢ sumário: pelo que parece, jogar sinuca nunca pareceu tão divertido.
⇢ word count: 2.583!
⇢ avisos: 18+!, smut, algumas explicações de sinuca, putaria na mesa de bilhar, hair pulling, nipple play, dirty talk, sex oral (f! receiving), pussy!drunk men, enzo sendo um completo canalha, palavras explícitas e conteúdo explícito.
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
Tudo estava indo bem. — Muito bem, na verdade.
No começo, era para ser apenas um jogo, momento de descontração e um pequeno entretenimento e que, de fato, foi; mas, em um certo momento da noite, você sabia que não era apenas isso. — E estaria mentindo, impiedosamente, se não concordasse que passou a gostar daquilo.
Enzo havia decidido, e querendo surpreender, comprar uma mesa de sinuca. — Claro que não espantou sua pessoa pela relação entre latinos com esse jogo; e você chegou em brincar e o comparar com aqueles senhores de bares que entregam a vida por isso. — Mas, realmente, a deixou surpresa ao ver aquilo na sala de estar dele.
"¿Te gustó, nena?" — Com um sorriso empolgado, que mostrava metade dos seus dentes, e segurando um taco, o uruguaio questionou quando você chegou em sua casa. — "Vou ficar muito magoado se você não me fizer companhia." — Ele, nem ao menos, deu uma opção. — "Vai ser divertido, confía en mí." — E, assim, você terminou na atual situação.
Sendo honesta, sinuca não era um dos seus pontos fortes; porém, você achava graça em observar as movimentações e emoções que o jogo trazia. — Também, não iria perder a oportunidade, uma visão privilegiada, em ver Enzo, completamente, concentrado sobre seu plano de encaçapar algumas bolas que estavam em sua mira.
Seus olhos observaram, com tamanha atenção, a maneira como a camiseta branca do uruguaio se tornava mais justa em cada movimento, e tornando algumas veias em seus braços e mãos serem, perfeitamente, visíveis; sem mencionar suas largas e intimidantes costas. — Em algum momento, você se flagrou presa na diante imagem, sem nenhuma gota de vergonha.
Afastando e aproximando o taco e se preparando, pensando em alguma mudança nos últimos segundos, para sua jogada, Enzo acerta na bola branca que se rebate na verde, com rapidez, e entra no buraco. — Mais três pontos para ele, claro; deixando seu nome, totalmente, disparado no placar. — Seu corpo se distanciou da mesa, agora, guiando passos até você.
"Tres puntos para mi." — Falou convencido, querendo uma imagem de competidor, junto com um sorriso ladino presente em seus lábios e se divertindo. — "Que cheiro é esse?" — Endireitando sua postura e apoiando seu braço no objeto de madeira no chão, Enzo encenou uma reação pensativa e curiosa, como se, realmente, havia uma fragrância de algo desconhecido perto de vocês. — "Ah, é de vitória." — Ele aproximou o rosto contra o seu, quase encostando o nariz contra sua bochecha.
O maldito ainda tinha a coragem de zombar, tendo uma completa e injusta vantagem e experiência.
"Eu te odeio, Vogrincic." — Você murmurou, olhando para seus castanhos olhos e mordendo sua bochecha inferior, na tentativa de não achar graça e contestar aquele sorrisinho de vagabundo em sua boca.
"Não fala assim comigo, amorzinho." — Deu um passo para trás e apoiou a mão em seu peito, fingindo ter sentido uma dor em suas palavras. — Homem sínico, você pensou.
Voltando sua atenção para a mesa, Enzo se proporcionou em pensar nas possibilidades de jogadas e como poderia executa-las sem cometer erros ou causar ações que não eram de seu alcance e planejado. — De repente, um ruído de algo batendo no chão se exclamou pelo ambiente; batendo a pontinha do taco no chão, você chamou a atenção dele, que apenas proferiu, silenciosamente, "calma".
Você revirou os olhos e percorrendo a mão livre pelo vestido, simulando aborrecimento, porém seus lábios traiçoeiros soltaram uma curta risada contra a apresentação de perfeito lance do mais velho; que, ao ouvir, cutucou sua perna com o taco e voltou a se concentrar.
Repetindo os mesmo movimentos como na jogada anterior, Enzo mirou, presumivelmente, em uma bola azul, que possuía uma alta pontuação, e era um lance arriscado, — Ela não estava em uma distância tão confortável de um buraco, então, tinha chance de ficar espalhada. — porém, ele não iria desistir e queria tentar, custava muito isso. — Assim, apoiando seu corpo, novamente, o mais velho jogou.
Sem surpresas, aparentando ser o óbvio, a bola branca se rebateu contra a azul, deixando-a espalhada em um cantinho; se pensar pelo outro lado, facilitou um pouquinho para você mas tinha que efetuar um esforço.
"Mierda." — Resmungou e suspirou ao mesmo tempo, logo, se retirou e abriu o caminho para você. — "Sua vez, bebita." — O apelido saiu, carinhosamente, da boca de Enzo junto com a cabeça sendo inclinada para o lado.
Estalando a língua e afastando seu corpo da parede, que estava encostada, você dirigiu seus passos até a mesa, antes de sentir um pequeno e rápido tapinha em um lado de sua bunda; claro que não doeu, apenas chamou, velozmente, sua atenção. — A alta risada de Enzo preencheu a sala, e fez você virar sua cabeça com o choque e surpresa sobre a provocação que ele causou.
Vogrincic se apoiou na parede, realizando o seu ato passado, e deu ombros ao ver sua expressão, agindo como se não tivesse feito nada e somente esperava sua jogada. — Mordendo seus lábios, olhando para cima e, fracamente, assobiando; depois, lançou um beijinho em sua direção.
Não se comprometendo a provocação, você se inclinou na mesa, mesmo não possuindo uma noção ou percepção de qual bola escolher para bater, mas querendo, em maior caso, acertar alguma. — Você não tinha um gosto pela competição, de fato, e só tinha vantagem em contemplar o Enzo jogando e esperar até o final para ganhar sua atenção. — Sua mão serviu como um suporte para aperfeiçoar a ponta do taco, apontando para a bolinha branca.
Não era confiável, afinal, você não estava com muita confiança e concentração em segurar o taco e mirar no objetivo ao mesmo tempo; causando incerteza e receio perante a cabeça. — Certos resmungos, que desfrutavam xingamentos, foram soltos de sua boca.
"Espera." — A voz do mais velho se destacou em seus ouvidos, pegando um pouco de sua atenção, e deslocando sua visão até a imagem dele se aproximando de você; Enzo, rapidamente, se posicionou atrás de você, e também inclinando seu corpo, quase formando vocês em apenas um. — "Cálmate, Nena." — A mão do uruguaio passou por cima da sua, que segurava a pontinha, quase escondendo ela com seu tamanho e encaixando, impecavelmente. — "Cálmate." — Sussurrou com sedução, acompanhado pela respiração quente batendo em seu rosto.
A partir daquele momento e para você, o jogo havia se encerrado; sem mais ou menos, com vitória ou derrota. — Sua cabeça estava perdida, desolada e querendo aproveitar a sensação ardente que crescia em seu peito e começava a se preencher entre o meio de suas pernas; logo, a excitação e tentação. — Era quase um inferno em plenitude.
Continuando a ajudá-la, Enzo deu um pequeno impulso e sinalizou o momento para acertar a bola, como se tivesse percebido sua falta de atenção, e mesmo pouco envergonhada, você afastou e aproximou o taco, deixando as bolas se debaterem. — Dentro de segundos, a bolinha azul, antes era da jogada de Enzo, entrou no buraco; quatro pontos para você. — Não mudou nada no placar, Enzo ainda continuava, fortemente, na frente.
"Está vendo, meu bem?" — Enzo comentou, mesmo com a possibilidade de não houver resposta de sua parte, e permanecia com o corpo colado com o seu; o peitoral dele estava grudado em suas costas, assim, como a peculiar e vestida protuberância tocando sua coxa. — "É assim que se joga." — Ao dar somente um passo para trás, oferecendo um pequeno espaço, você posicionou o taco em um cantinho da mesa, querendo esquece-lo.
Seguidamente, e sem esperar, ao menos, um curtinho tempo ao decidir virar seu corpo, Enzo juntou seus lábios contra os dele; suas grandes e tão habilidosas mãos estavam ao redor do seu rosto, segurando ele com força mas não exagerando. — Ele atacava sua boca, de maneira, feroz e audaciosa, expressando toda a vontade que havia preservado durante esse entretenimento, aquele que ele mesmo proporcionou. — O mais velho saboreava sua boca com gosto e uma determinação, talvez, animalesca; não era estranho, porém, não deixou de surpreende-la mais uma vez.
Retirando uma das mãos em seu rosto, Enzo a colocou em sua cintura, apertando com força e descendo até sua coxa, e a outra, lentamente, se enfiou a sua nuca. — Um tapinha foi concebido na região de sua perna, provavelmente, algum aviso ou sinal; você estava destacando sua atenção para outra coisa.
"Pula." — Deixando um ruído molhado e inebriante entre a separação dos seus lábios, Enzo ordenou distraído, meio vago, encarando, profundamente, sua boca avermelhada e brilhante; ele estava se referindo a mesa de bilhar, logo, passou em sua cabeça. — "Vamos, linda."
Colocando seus braços ao redor do seu pescoço, apoiando e também, passando, levemente, as unhas na pele do mais velho, Enzo agarrou suas coxas, com as duas mãos, e a carregou em seu colo por um tempinho; foi uma coisa ligeira, sem enrolação, você já estava sentada na mesa e com o corpo de Enzo entre suas pernas. — A beijando mais uma vez e em algumas vezes, sentindo os dentes de Enzo se chocarem contra os seus.
Seu vestido já estava em uma parte um pouco mais elevada de suas coxas, para terminar e agilizar o serviço, Enzo levantou a peça até sua cintura; deixando sua calcinha, completamente, visível aos olhos dele. — Você sabia que ela não iria durar nem mesmo três segundos por diante, claro que sabia. — Não satisfeito, o maldito ainda abaixou uma parte do vestido que o colo dos seus seios, permitindo que um deles ficassem livres.
Mais uma vez, o beijo é encerado, porém, não deixando de provocar, seu namorado morde e solta, com prazer e longa diversão, seus lábios inferiores e ao finalizar, mantém aquele sorriso canalha preso no rosto. — Atordoada, sem ter o que, de fato, fazer, você observa Enzo se aprofundar em seu pescoço e distribuindo mais mordidas do quê beijos, selares pela região; quase arrancando um pedaço seu. — Cerca de algumas horas, marcas roxas e vermelhas irão fazer parte de sua pele.
"Enzo..." — Uma voz necessitada, deleitosa miou ao ouvido do uruguaio, e dedos se percorreram entre seus cabelos negros e tão macios, deixando uma genuína e impaciente carícia; ele sorriu contra a pele do seu pescoço.
"Que pasó, hm?" — Murmurou querendo entregar uma reação sonsa.
As mãos do mais velho continuavam pressionadas em suas coxas, presando com valentia contra seu próprio corpo, não querendo que você fugisse; algo que nunca iria acontecer. — A aflição do tecido de sua calça começava a desenvolver em sua pele. — Prosseguindo em descer, Enzo levou os lábios a sua clavícula e trilhando até um dos seus mamilos exposto; chupando, girando sua afiada língua em seu biquinho endurecido. — Você engasgou ao sentir seus dentes, mais uma vez.
Gemidos, choramingos e pequenos suspiros se destacavam no local, ganhando cena e sendo instalados em cada parte, isso era música para os ouvidos de Enzo; uma melodia que ele nunca poderia se enjoar, sempre querendo ouvir mais e conseguindo conquistar a vontade. — Ao atribuir e finaliza uma prazerosa e exultante atenção ao seu peito, sem antes morder seu sensível mamilo e puxa-lo, vagarosamente, se impõe em retirar seu tecido intimo.
Enzo enrolou os dedos no cós de sua calcinha, puxando a peça sem paciência e inquieto, não querendo perder tempo e a jogando para um lado da mesa; você teve a chance de perceber a respiração trêmula do seu namorado. — Ele estava eufórico, perto de enlouquecer. — Agora, lá estava você, exposta e, completamente, abertinha para o uruguaio; que clamava pelo olhar desesperador e cercado de luxúria em lhe devorar.
"Eu quero esses olhinhos em mim, 'Tá?" — Falou com cautela, a centímetros do seu rostinho e umedecendo os lábios não resistindo a sua expressão de carência. — "Apenas em mim e não se esqueça disso, Nena." — Lambeu sua boca, sem consentir um selinho; esse maldito seria a sua morte ao mesmo tempo que você seria a dele. — "Lindinha." — O rosto de Enzo desceu até suas pernas e, na procura de conforto, você inclinou seu corpo, deitando sob a mesa e apoiando os cotovelos nela.
Pense em um lobo se disfarçando com uma pele de cordeiro, tentando transmitir uma imagem pura; o ator movia seus ardilosos lábios por uma de suas coxas, com selares e ditando elogios a você. — Comentando sobre o quão empinadinha você ficava enquanto jogava e como estava querendo te comer ali mesmo até se cansar, se isso era possível. — Completamente, sem vergonha.
Com o rosto entre suas pernas e retribuindo um hálito e respiração ardente, Enzo movimentou sua língua, de uma vez, o centro entre suas dobras, conquistando um prazeroso gosto em seu paladar; e de afogando em excitação beijando seu clitóris. — Era um beijo confuso porém misturado de uma emoção incontrolável. — Chupando o pontinho sensível e tão inchado com vontade, e não deixando de raspar, serenamente, a língua em sua entrada.
"Puta merda." — Você arfou, agarrando algumas mechas do cabelo dele e puxando com força, retraindo o tesão e lascívia que percorria loucamente pelo corpo; que queimava, flamejava e precisava de um alívio. — "Enzo..." — Clamou por ele e próximo de fechar os olhos.
"Nada de eso." — Um ruído obsceno e encharcado foi solto da boca dele em contato a sua bucetinha; você gemeu melancólica e soturna, e o vagabundo riu com seus lábios brilhando. — "Já falei para ficar com os olhos abertos, não?" — Suspirou. — "Seja obediente, Nenita." — Estalou um encurtado tapinha em seu clitóris, recebendo um fino grito saindo de sua boca.
O pilantra voltou com seu fascinante trabalho; lambendo e comendo você com luxúria e concupiscência, e aliciando a si mesmo, e admirando todos os minúsculos movimentos e reações que seu lindo rostinho cedia. — Como uma pessoa tão angelical poderia ser tão pecaminosa? — Seu nariz, durante certas lambidas, cutucava seu clitóris ao mesmo tempo, lambuzava seu esculpido queixo, e você roçava seus quadris em sua boca. — Se tivesse probabilidade, Enzo se tocaria ali.
"Gostosa." — Falou com a boca cheia, enviando vibrações a seu corpo, sentindo seu pau doer, imensamente e olhando no fundo dos seus olhos; vendo o quão em êxtase você estava se encontrando e se tornando obcecado pela figura. — "E não é apenas essa bucetinha." — Miserável.
Seus quadris deram mais um impulso contra a língua do mais velho, simultaneamente, na companhia de sua respiração estremecida e fervorosa e quase soluçando; você estava perto do seu orgasmo, uma sensação ardente borbulhando em seu estômago, entrando em êxtase, total. — Enzo reconhecia isso; e decorreu em acelerar sua língua, em movimentos para cima e baixo, as vezes, girando-a e sacudindo-a. — Arrancando gritos e choros seus e sentindo cada vez mais perto de se deleitar.
Grunhindo de satisfação, acalmando seu peito saciado, e empenhado, Vogrincic lambe, ou melhor, se acaba em seu orgasmo; degustando seu gozo e querendo prender o gosto em seu paladar para sempre. — Novamente, ruídos de sua garganta enviaram vibrações e choques em você. — Não deixando nenhuma gota passar por sua boca e lambuzando, sujando ainda mais seu rosto válido, Enzo admirou o quão boa você havia sido.
Você poderia considerar uma expressão ridícula em sua cara, naquele momento, pelo fato de ter lágrimas secas e molhadas pregadas ao redor de seus olhos e algumas em suas bochechas, que estavam vermelhas e envergonhadas, porém, não se importava; e seguia pensando no que havia acabado de acontecer. — Estupidamente, fodida e burrinha da cabeça.
"Pelo que parece..." — A postura alta e sensata do seu namorado se ergueu e aproximou do seu rosto; o queixo de Enzo brilhava contra a sútil iluminação da sala, deixando ainda mais celestial, trazendo uma forte onda de tesão ao saber que era seu gozo espalhado. — "... você que ganhou, amorcito."
286 notes · View notes
chico-vacio · 3 months
Text
No encuentro el punto medio. Hoy puedo extrañarte silenciosamente, con nostalgia y ternura, cómo si hubieran pasado años y hoy te estuviera recordando como algo que ya se quedó atrás. Y mañana puedo extrañarte con toda la fuerza de mi ser, con el ardiente deseo de buscarte, con la herida fresca, cómo si ayer me hubieras dado el último te quiero.
Alex G.
195 notes · View notes
arrybct · 5 months
Text
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ𝙫𝙚𝙨𝙩𝙞𝙙𝙞𝙣𝙝𝙤 𝙖𝙢𝙖𝙧𝙚𝙡𝙤
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
Louis deu a Harry de presente um lindo vestidinho amarelo, só que com uma condição: sempre que Harry o usava ele estava concordando em se submeter a todas as vontades de Louis, independente de quais fossem.
contagem de palavras: +4k
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ✷
Quando Louis voltou para sala de estar, Harry estava deitado de bruços, dormindo. Sinceramente, ele não estava surpreso: seu bichinho sempre foi muito intenso; sempre precisou que seu papai fosse gentil com ele depois que ele o usasse — fosse suas coxas ou sua boca, suas mãos ou sua bocetinha.
Louis estava bem fazer isso por ele. Era absolutamente apaixonado em cuidar de sua coisinha manhosa e maleável e faria isso por ela pelo tempo que levasse até que ela estivesse descansada e bem em se desgrudar de Louis.
Exceto quando Harry precisava aprender uma lição.
E Louis ainda não tivesse acabado com ele.
Nesse caso, seu bichinho infelizmente não tinha permissão para dormir — ao menos não ainda —, tampouco sair da posição que fora deixado, por isso, sem ter colocado de volta suas roupas, Louis se aproximou silenciosamente do corpo adormecido no sofá.
O vestido amarelo estava levantado, deixando sua bunda toda exposta. Harry estava com o rosto deitado sobre os braços e uma de suas pernas estava dobrada, facilitando o trabalho de Louis quando ele ajoelhou ao lado do sofá e segurou na barra da calcinha branca que Harry estava usando.
Apesar da desobediência, Louis não quis acordar Harry imediatamente, então com a outra mão ele começou a massagear o grelhinho dele através da calcinha já encharcada, acelerando aos poucos o movimento. Quando seu bichinho começou a molhar um pouco mais de novo, Louis se abaixou, lambendo e sugando o tecido, chupando e tentando morder os lábios gordos da xotinha dele.
As pernas de Harry não estavam abertas o bastante, porém, e quando Louis não pôde fazer mais que isso ele firmou o aperto na barra da calcinha e a puxou.
“Shh, quietinha”, ele disse ao ouvir o primeiro choramingo sonolento de Harry. Louis voltou a puxar a calcinha, vendo-a agora se afundar entre os lábios gordos da boceta dele. “Vamos, coisinha, fique quieta.” Harry levou a mão de encontro a de Louis, tentando tirar seu papai de lá. “Hazza…”, Louis disse em repreensão ao mesmo tempo que dava mais um puxão.
“Papai, machuca”, Harry começou, sua voz embargando. “Me solta, por favor.”
“Vire-se pra mim”, ele mandou.
Harry fungou. “Você vai parar?”
“Vire-se pra mim, Harry”, Louis repetiu, dando um tapa em sua bunda.
Quando Harry começou a se virar, Louis soltou a calcinha, mas voltou a tomá-la de imediato quando ele já estava de barriga para cima. A mão de Harry parou em cima de sua xotinha e ele fechou as pernas, tentando lutar contra as mãos de Louis. “Não, papai, por favor.”
“Por que você acha que tem direito de falar, ein, Harry?” Louis obrigou-o a abrir as pernas e deu um tapa em cima de sua mão para tirá-la dali. “Quem disse que você tem alguma voz aqui, uh? Já viu o que você está usando?”
A expressão de Harry nadou em confusão e uma pitada de traição.
“Mas… Você disse… disse que eu era seu bom garoto, papai. Eu achei que já tinha acabado. Achei que-”
“Você não acha nada, Harry. Você é só uma puta idiota, não é capaz nem de pensar.” Louis olhou para ele, fazendo um barulho de desdém quando viu como os peitos dele já não estavam mais cobertos pelo vestido. “Está agindo de forma tão estúpida que nem merece ser minha coisa, na verdade. Agora cale a boca.”
Os olhos dele se encheram de lágrimas e Harry curvou os lábios para baixo. “Achei que era um bom garoto”, ele sussurrou, a voz tremula. “Achei que já merecia ser seu bichinho de novo.”
A mão de Louis só ficou mais firme ao puxar a calcinha e com a outra ele usou o polegar para circular o clítoris de Harry. “Eu já disse: você não acha nada. Você não é nada. Não até que eu diga o contrário. Até lá, sequer merece ser minha coisinha”, ele repetiu.
As lágrimas começaram a descer pelas bochechas de Harry. “Desculpa, papai, eu não queria ser burro assim.”
Louis balançou a cabeça.
“É culpa minha”, disse com um suspiro, soltando parcialmente a calcinha para poder alcançar o vibrador que ele já tinha usado em Harry mais cedo. “Você é só um brinquedo sem cérebro.” Ele o colocou no lugar em que seu dedo estava trabalhando e o ligou na velocidade máxima, somente para ver o tronco de Harry se arquear e suas pernas tentares se fechar outra vez. “Esqueci que não posso esperar muito de você, não é verdade?”
O corpo de Harry estremeceu e ele voltou a tentar empurrar a mão de Louis para longe de sua bocetinha. “Não, papai. Vou me esforçar, eu juro. Eu…”
Louis levantou as sobrancelhas. “Não parece, Harry. Ainda está tentando fugir da sua punição.” Ele mexeu com o vibrador, esfregando-o para cima e para baixo na xotinha dele. “Acha que não merece, é isso? Que tenho que parar. Estou sendo injusto com você?”
Harry gemeu um som quebradiço, trazendo as mãos para si. “Não, papai, eu mereço. Não é injusto, eu mereço. Você pode fazer o que quiser.”
“Não preciso da sua permissão, Harry.” Louis o observou por um instante. “Vou chupar você e depois foder essa sua boceta e só então quem sabe eu te desculpe.”
“Mas o papai já fodeu minha bocetinha hoje.”
“E vou foder quantas vezes mais eu quiser, Harry”, Louis disse com exasperação, “ela é minha.” Ele parou enfim com o vibrador, para o alívio temporário de Harry, e puxou a calcinha dele para baixo, observando com ligeiro fascínio como o melzinho de seu bichinho estava ainda ligado a ela. Louis então colocou o tecido na boca de Harry; não era o bastante para fazê-lo quieto, mas passava o recado de que ele deveria ficar. Ele ainda colocou os pulsos de Harry para cima da cabeça dele, apertando-os firmemente antes de dizer: “Fique onde eu deixei você, ouviu?”
Harry assentiu ansiosamente ao passo que Louis puxou uma de suas pernas para o chão e dobrou a outra para cima, deixando-a apoiada no sofá — ele estava suficientemente aberto, agora; pronto para ser usado outra vez.
Seu bichinho respirou profundamente quando sentiu seus dedos abrirem sua xotinha. Ela estava toda vermelha e Louis enfiou o indicador até ver sua porra voltar a vazar. Ele raspou a unha levemente na vulva de Harry e admirou o corpo dele estremecendo, somente para repetir o movimento outra vez, porém com um pouco mais de força. Louis mal podia imaginar como ele estava sensível.
Harry tinha sido obrigado a passar todo o período do jantar com um vibrador dentro da boceta porque naquela tarde quis tentar ser mais esperto que seu papai, como se ele não fosse notar que, além de estar se tocando sem pedir permissão, estava gravando seus dedinhos brincando com aquilo que sequer o pertencia. Agora, Louis não sentia muita pena de como Harry se crispava quando ele abria bem sua bocetinha e enfiava um dedo — ele estava simplesmente cumprindo com a aparentemente incontrolável vontade de seu bichinho de ser estimulado.
Louis sabia que a promessa havia sido de chupar, mas antes de fazê-lo ele abriu um pouco mais os lábios da xotinha de Harry e colocou três dedos lá dentro, procurando pelo ponto G e correndo os dedos sobre ele com mais intensidade a cada vez que seu bichinho ameaçava fechar as pernas ou deixava um pequeno soluço escapar.
Só quando pareceu que Harry gozaria pela quarta vez na noite é que Louis se abaixou e começou a chupar sua boceta. Suas mãos apertaram com firmeza as coxas dele enquanto Louis corria a língua pelo canal, mantendo-as quietas. Ele fodeu e fodeu e então se afastou para poder ter o grelhinho entre os dentes.
Harry não conseguiu se manter quieto ao que Louis sugava e mordia seu monte, mas ele não quis parar para repreendê-lo, gostando como sempre de ouvir os sons que seu bichinho choroso e superestimulado fazia. Ele só pôde acalmar a respiração quando Louis o soltou, plantando pequenos beijos sobre a linda boceta usada. Mas não por um momento longo, porque em seguida ele estava sugando seus grandes lábios, e mordendo os pequenos, e então invertendo a ordem, de novo e de novo.
A essa altura, as coxas de Harry provavelmente tinham marcas da força com que Louis estava mantendo-as abertas, porque ele já não parecia estar tentando se manter no lugar, não quando a boca de Louis estava determinada a colocar toda a bocetinha dele para dentro. Outra vez, todavia, quando parecia prestes a gozar, seu papai parou com os movimentos.
As sobrancelhas de Harry se arquearam no centro ao que ele respirou fundo, contendo um choramingo. Louis subiu até estar olhando para o rosto dele. “Shh, eu sei”, ele lamentou, enquanto apertava os peitinhos dele. “Muito frustrante, coisinha, eu sei, mas estou te dando uma lição e agora não quero mais que você goze, entendeu?” Foi com deleite que Louis assistiu aos olhos de Harry se encherem de lágrimas imediatamente. Ele torceu seus mamilos. “Não, não chore. Você está indo tão bem, não quer que o papai fique bravo com você de novo, não é?” Seu bichinho assentiu, soluçando. “Viu só, minha coisinha consegue pensar então.” Ele assentiu novamente. “Que alívio”, Louis exalou com orgulho, acompanhando como as bochechas de Harry se avermelharam com a pitada de aprovação. “Agora vamos, continue assim enquanto fodo você, coisinha.”
“Papai, por favor…”, ele murmurou entrecortado.
“Não, quietinho. Não estrague as coisas, você está sendo perfeito. Só precisa aguentar o papai fodendo sua bocetinha uma última vez e eu prometo que hoje mesmo eu recompenso você, uh.”
Harry choramingou outra vez e Louis decidiu tirar a calcinha da boca dele. “Aí- aí eu volto a ser seu bichinho?”, ele perguntou, como se isso já pudesse ser toda a sua recompensa.
“Volta a ser o bichinho do papai”, Louis concordou com ternura, apertando novamente os mamilos dele. “Mas só se você não gozar enquanto o papai te fode, ok?” Harry concordou com a cabeça. “Mantenha as pernas abertas pra mim.”
Seu bichinho parecia determinado a cumprir perfeitamente com as ordens: abriu bem as pernas e manteve-as assim mesmo quando os dedos de Louis quiseram raspar a unha rapidamente sobre seu montinho.
Mas então Louis começou a forçar o pau para dentro dele; e ele não estava se dando exatamente ao trabalho de fazer isso com calma; e não estava usando nenhum lubrificante. E, de qualquer maneira, Harry mesmo disse: Louis já tinha fodido sua xotinha antes; a não muito tempo, na verdade. Um tempo curto demais, se o bico nos lábios e os olhos lacrimejantes de Harry significavam alguma coisa.
“Hm, papai”, ele chamou quando sentiu Louis empurrar com mais força, todo seu pau coberto pelo aperto de seu buraco agora. “Calma, por favor.”
Louis apoiou uma mão sobre o baixo ventre de Harry e olhou em seus olhos com uma sobrancelha arqueada. “Vou tolerar isso só porque você vem sendo uma ótima coisinha, Hazza, mas não ache que tem direito de ditar como fodo minha boceta, ouviu?”
Harry soluçou, apertando os dedos das mãos enquanto assentia. “Desculpe, papai.”
“Sim, sim, Harry. Desculpado. Agora tudo que eu quero ouvir de você são gemidos, okay?”
Seu bichinho soluçou. “Okay, papai.”
E mesmo sendo uma ordem, e mesmo que Harry amasse cumprir ordens, seus gemidos eram altos simplesmente porque ele não sabia ser quieto. Ele era constante e melodioso nas estocadas lentas e profundas de Louis e era alto e desesperado em suas estocadas rápidas e precisas.
E, além dos gemidos, havia o próprio som do pau de Louis entrando e saindo do buraco molhado de seu bichinho. Era notável como só a bocetinha dele já cheia de porra poderia ser e ele ficou dividido entre olhar o entrar e sair de seu membro e morder onde quer que sua boca alcançasse.
Morder, sim, porque mesmo quando eram suas bocas se encostando Louis não era capaz de resistir ao impulso: ele queria deixar Harry completamente marcado, de forma que não gerasse dúvida alguma de que ele havia sido muito bem usado. Por isso, quando não estava olhando o pau entrar e sair da boceta esticada de sua coisinha, ele estava mordendo os lábios e o pescoço dele; estava curvando-se um pouco mais e alcançando os peitinhos dele. Louis teve que tomar os pulsos de Harry, eventualmente, mas nada mais o atrapalhou de morder e puxar e sugar seus mamilos. A cada vez que se afastava para olhar, eles estavam um pouco mais vermelhos.
Assim como as bochechas e os lábios de Harry e provavelmente a glande de Louis. Vez ou outra — quando percebia os dentes de seu bichinho apertarem-se um pouco mais firmemente — ele diminuía a velocidade de seu movimento, facilitando a contenção do orgasmo de Harry, pelo menos um pouco. Mas aí Louis notou que mais um pouco ele mesmo gozaria; e que, de todo jeito, aquela ainda era a punição de Harry. Então Louis deu batidinhas no rosto dele para chamar sua atenção.
“Vamos, coisinha, está me ouvindo?”
Harry fungou. “Sim, papai.”
Louis abriu um sorriso para ele. “Ótimo, Hazza, porque tive uma ideia e como você vem sendo o brinquedo perfeito vou deixar que decida como faremos, uh.” Harry balançou a cabeça em reflexo a animação de Louis enquanto ele esticava-se novamente para vibrador que havia jogado no chão. As sobrancelhas de seu bichinho imediatamente se levantaram. “Escute: quero usar isso aqui em você e vou deixar que escolha em qual dos seus buracos ele vai ficar: no seu cuzinho ou na sua bocetinha junto com meu pau?”
Louis havia parado completamente com suas estocadas, porém mesmo assim os olhos dele se encheram, como se ainda estivesse sendo fodido. “Não, papai; por favor, não.”
Ele semicerrou os olhos para Harry. “Não vai se livrar disso. Anda, seja bom e diga.”
“Minha bocetinha tá muito cansada, papai, por favor.”
Louis abriu mais uma vez um sorriso. “No seu cuzinho, então? Está bem, meu amor.”
As pernas de Harry ameaçaram se fechar antes de conseguirem se lembrar de que não podiam se mover. “Mas o papai… o papai vai com calma, né? Pra não doer? Por favor.”
Louis assentiu com uma expressão de condescendência, no entanto sua mão já estava levando o vibrador até o buraco de Harry e pressionando. “Claro, amor, mas é claro. Papai vai ir com toda a calma, uh”, Louis disse com uma voz macia, empurrando o vibrador mais um pouco. “Porque é o que minha coisinha merece por estar aguentando tudo tão perfeitamente, não é?” Harry balançou a cabeça afirmativamente com ansiedade. “Sim, Hazza, eu sei, eu vejo seu esforço. Só que… sou eu que mando, não é?” De repente, a mão de Louis empurrou com tudo o restante no vibrador que ainda faltava. As costas de Harry se arquearam ao mesmo tempo que suas mãos correram para tentar pará-lo. “Sim, eu que mando. Agora quieto, você sabe que é assim que funciona. Sabe que eu não dou ouvidos a vagabundas como você.”
O choro de Harry aumentou e suas mãos ainda insistiram em contornar seu cuzinho, querendo diminuir a força das estocadas de Louis. “Não, papai, por favor, por favor.”
Ele voltou a foder a boceta de seu bichinho. “Cale a boca, meu amor, não quero me estressar com você de novo.” Louis parou o vibrador no fundo de Harry e concentrou-se integralmente em entrar e sair dele com força, seus braços segurando suas coxas para que ele pudesse levantar seus quadris e conseguir um ângulo melhor. A essa altura, prestes a gozar, deixou de se importar com os lamentos de Harry e com como suas pernas estavam tremendo. Ele não o ajudaria mais a prender seu orgasmo.
“Papai, me perdoa, papai, por favor”, seu bichinho estava murmurando.
“Perdoar o que, Hazza?”, ele perguntou, estocando um pouco mais para cima.
“Vou gozar, eu- quero muito, papai, por favor, posso?”
“É claro que não, Harry, não seja idiota.” Um soluço um pouco mais alto que os outros escapou de sua garganta. “Não, bichinho, eu sei que você consegue, vamos. Papai já está vindo.”
“É mesmo?”
Louis inclinou-se para morder os lábios de Harry. “Sim, e vou deixar você cheia da minha porra, uh?”, ele sussurrou em seu ouvido. “Vou pegar um plug para garantir que nada escorra e você fique cheia, cheia”, Louis continuou em meio a gemidos, suas estocadas cada vez mais desesperadas até que ele estivesse gozando. Ele beijou Harry, sugou sua língua e, quando se afastou, cuspiu em sua boca e o obrigou a engolir. Louis tirou sonoramente seu membro sensível de dentro da boceta de sua coisinha, assistindo a ela se contrair no nada.
“Obrigado, papai”, Harry estava agradecendo, fechando as pernas.
Louis sorriu para sua imagem bagunçada e completamente fodida. “Não é nada, meu amor; espere só um pouquinho, eu já volto.”
“Papai não pode já tirar?”, Harry perguntou quando Louis já estava de pé, abrindo um pouco as pernas para mostrar o vibrador ainda ligado em seu buraco.
“Tenha paciência, bichinho, o papai já volta.”
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ✷
Quando estacionou o carro em frente ao prédio, Harry olhou de maneira inquisidora a Louis. Ele não tinha dado nenhuma informação do que fariam, só o que seu bichinho soube, enquanto tinha o vibrador desligado e enfim retirado, era que eles sairiam para que Louis pudesse recompensar seu ótimo trabalho.
Louis olhou de volta para ele. Embora não tenha exigido, Harry havia escolhido sair com o vestido amarelo. Suas alças eram finas e as vezes escorregavam dos ombros cheios de marcas dele. Ele não usava sutiã, de modo que era possível ver seus mamilos eriçados sob o tecido de cetim. Estava lindo, lindo. Louis saiu sem uma palavra e contornou o carro para abrir a porta para Harry, que sorriu com a gentileza.
O apartamento em que estavam indo ficava no segundo andar e Louis nem precisou bater, a porta se abriu assim que eles chegaram. Foram recebidos por Spencer, um homem pouco mais baixo que Louis, de ombros largos e corpo tatuado, que estava sorrindo antes mesmo que fosse dito qualquer coisa.
Ele e Louis se conheceram ainda adolescentes. Tinham costume de frequentarem as mesmas festas e beijarem quase as mesmas bocas. Aos poucos, depois de irem para a faculdade, foram perdendo o contato, mas em momentos como aquele eles sempre lembravam um do outro e se verem novamente era sempre como estar no Ensino Médio outra vez.
“Tommo”, Spencer disse, sorrindo aberto em direção a Louis. Em seguida, seus olhos caíram na pequena figura de Harry, perseguindo cada centímetro descoberto de seu corpo. “Você disse que precisava de ajuda com a garota e imaginei que ela fosse como uma brat”, ele comentou, distraidamente. Como que testando uma teoria, Spencer esticou o braço em direção a Harry, a mão tocando a bochecha dele. Em resposta, Harry pendeu em sua direção e abrigou o polegar dele quando Spencer percorreu seu lábio com ele. “Ela provavelmente se dobraria só pra agradar”, ele murmurou encantado, os dedos movendo-se em estocadas.
Com os olhos ávidos sobre eles, Louis soprou uma risada sarcástica. “É claro”, ele bufou. “Meu bichinho pode esquecer o lugar dele as vezes, mas é perfeito pra mim, não é, meu amor?”
Os ombros de Harry se encolheram em timidez e ele soltou um som doce, assentindo. Spencer se afastou, assistindo como a movimentação de Harry fez com que uma das alças de seu vestido caíssem. Ambos observaram parte dos seios de Harry ficarem a mostra antes de, com um dedo, Louis puxá-la para cobrir sua coisinha outra vez.
Spencer olhou para Louis de novo. “Você tem razão. Sempre tinha os brinquedos mais perfeitos.” Ele voltou-se para Harry, andando para que entrassem no apartamento. “Sabia disso, linda?”, Spencer parou e se virou para Harry. “Seu papai sempre pegou só vagabundas gostosas e obedientes como você.”
Louis levantou uma sobrancelha, aproximando-se de Spencer, que tinha se apoiado contra sua mesa de jantar, os braços cruzados na frente do peito. Ele deslizou os dedos pelos cabelos da nuca de Spencer e aproximou seus rostos. Quando o rosto dele se inclinou um pouco mais, Louis firmou o aperto, puxando-o para trás, e ele resmungou em frustração, encarando sua boca. “E você era uma delas, uh”, Louis sussurrou sob sua respiração, sorrindo de lado e segurando a mão de Spencer que tentou tocar seu rosto. “Tão desesperado pra ser o melhor, o mais dedicado de todos.”
Spencer assentiu e voltou a tentar beijá-lo, mas novamente Louis firmou seu aperto e se afastou. Spencer choramingou dessa vez. “Hm, por favor”, ele pediu, agarrando a blusa de Louis com a mão livre e trazendo-o para perto.
Louis abriu um sorriso, resolvendo ter pena dele. “Já que você foi tão educado”, ele disse, antes de trazer o rosto dele de encontro ao seu. Ele o tomou um beijo duro, a língua de Louis preenchendo sua boca, seus dentes mordendo seus lábios. Spencer gemeu facilmente, derretendo contra ele, se deixando levar pela força e pelo domínio de Louis. Ele se afastou com o corpo de Spencer ainda perseguindo pelo seu. Mais uma vez, a mão de Louis o segurou, mas com a outra ele entreabriu os lábios dele, segurando seu queixo com a ponta dos dedos e cuspindo em sua boca, fechando-a novamente para obriga-lo a engolir. “Senti sua falta, cachorrinho”, Louis sussurrou com um sorriso de lado, gostando de como Spencer parecia ofegante com os olhos semicerrados.
“Sim, senhor, eu também”, Spencer concordou.
Louis deu batidinhas em seu rosto e então voltou-se outra vez para Harry, que parecia entretido assistindo-os, as coxas se friccionando. “Vamos lá?”, Louis perguntou, cobrindo os ombros de Harry com seu braço e seguindo caminho para o corredor.
“Fazer o que, papai?”
Louis sorriu para ele, trazendo-o para perto. “Não era você que sempre quis um piercing nessa sua boceta linda? Spencer coloca.”
“É”, Spencer disse logo atrás deles. “Tenho esse estúdio improvisado.”
Eles entraram no último quarto do corredor. A luz estava ligada e bem no meio do cômodo tinha uma cadeira daquelas em que Harry se deitaria para ter sua perfuração feita. Spencer andou diretamente para uma pequena cômoda ao lado da cadeira e abriu a primeira gaveta, tirando de lá um par de luvas. Harry permaneceu acanhado ao lado de Louis, as mãos unidas na frente do corpo.
“Vamos, bichinho, não precisa ter vergonha, sua bocetinha é perfeita.” Louis empurrou-a levemente para dar um passo em direção a cadeira. Harry foi, trôpego, e sentou-se de lado, assistindo Spencer separar o material. “Deite-se, Hazza. Abra bem as pernas para Spencer.”
Obedientemente, Harry deitou-se, puxando o vestido para cima, dobrando os joelhos e abrindo espaço para exibir sua xotinha, já que estava sem calcinha. Quando olhou na direção dela, Spencer abriu um sorriso. “Ah, olha só o que temos aqui”, ele disse, batendo o dedo no plug parcialmente escondido pelos lábios da boceta. Harry deixou um ofego escapar com a ligeira movimentação. “Uma vadia tão sensível.”
Harry choramingou diante do comentário e balançou a cabeça, fechando um pouco as pernas e olhando para Louis. “Hm, papai, e se- e se doer minha bocetinha? Muito sensível, papai, por favor.”
Louis arqueou as sobrancelhas, apoiando-se na parede e cruzando os braços. “Bom, acho que podemos dar um jeito nisso. Spencer”, Louis chamou, “tire o plug dele.” Spencer soltou os materiais que estava segurando e foi até Harry, abrindo as pernas dele e puxando o plug de dentro dele com um barulho molhado. “Agora você pode brincar um pouco com ela. Pelo visto essa boceta precisa relaxar.”
Spencer olhou para Louis com um sorriso de lado antes de se voltar a Harry. Ainda com as luvas nas mãos, ele separou os grandes lábios e então enfiou dois dedos dentro da xotinha dele, começando a fodê-lo. As costas de seu bichinho arquearam perante a sensibilidade ao mesmo tempo que porra começou a vazar de seu buraquinho. A mão de Spencer só ganhou velocidade, entrando e saindo, os barulhos molhados sendo acompanhados pelos gemidos de Harry.
“Como essa vadia foi usada, Tommo. Meus dedos estão sendo praticamente engolidos por ela.”
Louis se desencostou da parede, aproximando-se deles. “Estou usando ela tem horas”, ele contou, franzindo as sobrancelhas quando uma ideia cruzou sua mente. “Acho que até posso…”, Louis começou, então esticou a mão entre as pernas de Harry, apenas para enfiar três dedos junto aos de Spencer. A boca de sua coisinha se abriu em um gemido mudo e Louis tentou estocar contra ele. “Ah, viu só? Está toda molhada, praticamente vazando.” Ele começou a igualar o ritmo com o de Spencer e Harry enfim demonstrou sua excitação, os gemidos trêmulos começando a aumentar de novo. “Olha como está aberta, aguentando cinco dedos a fodendo como se não fosse nada.”
“Tão gostosa”, Spencer disse, parando a mão no fundo de Harry. Louis seguiu fodendo-a, seus movimentos fazendo com que o corpo todo dele se mexesse. De repente, a atenção de Louis foi capturada pelos peitos de Harry e, com um gesto abrupto, Louis abaixou a parte da frente do vestido amarelo para que tivessem visão dos seios dele. O olhar de Spencer caiu sobre eles imediatamente. “Hm, posso chupar os peitos dela, por favor?”, ele pediu.
Louis riu, retirando os dedos de dentro de Harry para poder se afastar e dar a ele mais espaço. “É claro, já que você é um cachorrinho tão educado.”
Spencer não precisou que repetissem. Ele voltou a fodê-lo com os dedos e com a outra mão apertou o seio de Harry para então abaixar-se e começar a chupá-lo. O som de contentamento de Spencer com o gemido superestimulado de Harry foi como música para Louis. A boca de seu bichinho estava aberta em gemidos e ele tentou esticar uma mão em direção a xotinha, para tentar conter a velocidade dos dedos de Spencer, que por sua vez mordeu o mamilo dele em repreenda.
“Tão lindos”, Spencer disse afastando-se, beliscando o bico cheio de saliva. “Seus peitinhos seriam perfeitos para um piercing. Lindos, lindos”, ele murmurou, seguindo para o outro mamilo. Spencer fazia uma série de barulhos de sucção, levantando o rosto e trazendo o seio junto de si, gemendo junto de Harry. Os dois pareciam absolutamente hipnotizantes.
A uma certa altura, Harry começou a dar sinais de que poderia gozar — suas pernas começaram a tentar se fechar, o tronco se curvar e os gemidos a aumentar. Louis não quis interferir. Se Spencer não notasse, ou simplesmente não se importasse, ele adoraria assistir seu bichinho tremendo com o estímulo em excesso. “Por favor, por favor”, Harry sussurrou, mas tudo que Spencer fez foi largar seus peitos e subir para seu pescoço, abrindo espaço para chupá-lo também.
“Não dê ouvidos a ele”, Louis disse, “vá em frente.” Spencer ouviu Louis. Ele abandonou o pescoço de Harry e tirou os dedos de dentro dele para então aproveitar toda a lubrificação e masturba-lo. As costas dele se arquearam e, enquanto ele gozava pela quinta vez, Spencer segurava sua perna para mantê-lo aberto. Felizmente para Harry, quando ele começou a implorar que parasse com os toques, Spencer realmente o fez. Virando-se para trás para jogar fora as luvas e pegar os materiais para a perfuração, Louis o interceptou, mordendo o lóbulo da orelha dele e apalpando seu pau duro através das calças. “Faça um bom trabalho e então eu te dou uma recompensa, uh.”
Tudo que Spencer o deu foi um aceno frenético como resposta. Ele pôs-se a trabalhar com eficiência. Deixou tudo o que precisava na cômoda ao lado da cadeira e brincou com os mamilos de Harry enquanto higienizava e marcava onde o piercing ficaria, seguindo os comandos de Louis. Quando a perfuração enfim foi feita, Harry fechou os olhos e gemeu, levantando a cabeça para cima. Com a joia colocada, Spencer pegou o plug e botou-o novamente na boceta de Harry.
“A vadiazinha se comportou tão bem”, Spencer elogiou. “Merece até um prêmio.” Ele então abaixou-se e tomou a boca de Harry para um beijo. Louis, um pouco distante, assistiu-os com atenção, vendo a maneira como Harry corria atrás da boca de Spencer e a mão dele vez ou outra ainda mexia com o plug. Ele pensou que quando fosse trazer Harry para colocar o piercing nos mamilos — porque ele definitivamente o faria — ele teria que trazer uma câmera com ele, para poder guardar para si todo aquele show.
hey! uma segunda parte desse plot ainda vem, eu só não tenho como saber quando.
297 notes · View notes
froghazz · 11 months
Text
Bite me, please?
Avisos: Louis vampiro, Harry humana.
Spit kink, hardcore, anal, desuso de camisinha, hematolagnia (blood play/fetiche em sangue), odaxelagnia (fetiche em morder), Impact play.
Como eu tinha falado, ela é bem curtinha. Espero que gostem. 🤍
🦇
Eu tenho um novo vizinho.
Bom, ele não é bem meu vizinho. Ele mora no prédio em frente ao meu. Eu moro no décimo quinto andar e ele no décimo terceiro. Todos os dias, pela manhã, suas cortinas ficam completamente fechadas. Isso se segue ao longo de todas as horas do dia, só muda assim que o sol se põe. Dia após dia, me pego olhando pra sua varanda, onde ele preguiçosamente sai e se senta na cadeira de ferro antiga, coloca uma caneca acima da mesa, uma caneta, um lápis e uma borracha, o caderninho de couro velho sempre entre seus dedos. Não sei o porquê passei à observa-lo, apenas sei que sua aparência me atrai de uma forma que eu não consigo explicar. Seu cabelo não é castanho escuro, é um castanho claro diferente, mas esse detalhe só me aprisionou de fato por perceber sua pele tão pálida. Ele se parece com a neve. Eu nunca à vi, mas tenho absoluta certeza de que se houvesse um modo de representá-la, seria através desse homem.
Seus dedos são ágeis ao escrever no papel, suas pernas sempre estão abertas de um modo que eu não consigo me impedir de pensar em como seria me ajoelhar entre elas, deitar minha bochecha em sua coxa desnuda e observa-lo, apenas inalando seu cheiro enquanto ele desenha naquele maldito papel com firmeza até que ele fosse obrigado à segurar firme nos meus cabelos e esfregar meu rosto na sua ereção que estaria completamente dura por mim.
Ao longo desses dias, implorei silenciosamente enquanto o observo, recitando meus maiores desejos em minha mente, como se ele pudesse ouvir.
O tesão acumulado no meu corpo já passara de algo normal, eu sinto vontade de ser fodida por ele desde que meus olhos se abrem pela manhã até quando deito a cabeça no travesseiro a noite. De alguma forma, ele apenas vivendo de sua própria maneira despertou em mim as vontades tão intrínsecas que nem sequer eu mesma sabia ter.
Não me orgulho do que fiz, mas serei completamente hipócrita se disser que me arrependo. Ontem, passei à tarde toda me preparando para ele. Lavei e finalizei meus cabelos do jeitinho que eu gosto, coloquei minha lingerie preta favorita e um robe de seda por cima. Usei meus cremes favoritos, meu perfume mais caro, e até mesmo passei uma maquiagem leve. Mesmo que estivesse no final das contas, sozinha em meu apartamento. Assim que o sol se pôs, fui até minha varanda e me sentei na minha cadeira, que é de madeira, apesar de ser tão velha quanto à dele. Eu o esperei, sorrindo sozinha quando o vi, saindo, sentando, escrevendo. Agora é quando minhas atitudes ficam genuinamente questionáveis. Eu abri meu robe, deixando o vento arrepiar minha pele. Sentada de lado para ele, deslizei meus dedos pelos meus seios, apertando de leve meus mamilos duros por tanta excitação. Uma de minhas mãos desceu pela minha barriga e meus dedos foram ágeis ao encontrar o caminho pra dentro da minha calcinha minúscula. Abri mais as pernas. A ponta do meu médio foi direto até meu buraquinho tão, tão molhado, que lembro-me de gemer alto só por sentir. Se quiser ter um bom orgasmo, faça junto comigo. Meu médio espalhou toda minha lubrificação por entre meus lábios menores, deslizando de um lado para o outro, deixando-me completamente babada. Deslizei de novo até meu buraco, me provocando, colocando apenas a pontinha e relutando para não afundar dois dedos de uma vez e gozar rápido, como costumo fazer. Meus olhos não poderiam estar focados em algo que não fosse ele. Lindo, majestoso. Me parecendo a maior tentação que eu já experimentei. Engoli em seco quando finalmente toquei meu clitóris que pulsava, soltando uma lufada de ar seguido de um gemido extenso ao que meus dedos começaram a massagear tão bem minha boceta, esfregando meu clitóris em círculos, arqueando minhas costas.
Eu o queria tanto.
Eu afundei meu médio e anelar pra dentro de mim, não conseguindo esperar mais nem um segundo para começar a imaginar como o pau dele deveria ser delicioso, como ele me foderia tão bem. Minha boceta dói agora, só de pensar em seu cacete me abrindo e estocando forte enquanto eu o apertaria forte dentro da minha boceta, querendo que ele tivesse o máximo de prazer enquanto me usa.
Eu o olhava fixamente, perdi com o tesão provavelmente toda minha vergonha e meu senso. Meus dedos voltaram para meu clitóris e eu joguei minha cabeça pra trás, apertando meu seio esquerdo com a mão livre, imaginando como suas mãos seriam macias contra a minha pele. E foi aí que aconteceu. Ele me olhou, e eu congelei. Me vi imersa em seus olhos, os mais azuis que já vi em toda minha vida. O vi virar a página do caderno, trocar a caneta pelo lápis e começar a desenhar, me olhando de vez em quando.
Acho que ele estava me desenhando.
Eu preciso que ele estivesse.
Em um impulso de mais irracionalidade, virei minha cadeira em sua direção, apoiando um dos pés no vidro do parapeito. Minha mão voltou pra dentro da minha calcinha e eu me encontrava tão molhada que a cadeira abaixo de mim deslizava contra a pele da minha bunda. Eu voltei a esfregar em círculos, depois para um lado e para o outro, pra cima e pra baixo e depois metendo os dedos pra dentro de mim, repetindo e repetindo o processo até que eu gozasse forte, olhando para ele e ele para mim, no fundo dos meus olhos. Eu ajeitei minha franja pra trás com a mão livre, observando-o se levantar, pegar suas coisas e entrar.
E antes de puxar sua cortina, eu tenho quase certeza que o vi esboçar um sorriso.
Hoje, me encontro na mesma situação. Apenas duas coisas estão diferentes, minha lingerie é vermelha e ele não está na varanda.
Será que ele me achou uma louca? Talvez ganha se sentido ofendido. Mas, ontem pareceu que ele tinha gostado tanto de mim, parecia interessado. Talvez, tenha me achado oferecida, ou sei lá.
Minhas pernas estão cruzadas e eu brinco com a tira que fecha meu robe, nervosa com a opção dele não aparecer.
Mas ele acabou de abrir sua porta, saindo pra varanda. Não consegui evitar meu sorriso ladino, agora tendo certeza que ele gostou disso tanto quanto eu.
Dessa vez, ele colocou tudo na mesa e virou a cadeira na minha direção, sentando com as pernas torneadas abertas, cruzando os dedos de uma mão na outra, cotovelos apoiados na cadeira. Ele me olhou intensamente, pude sentir seu olhar subindo dos meus pés até meus olhos.
Meus dedos se enrolaram na fita, desatando o laço desajeitado que fiz. Me levantei, deixando que ele visse meu corpo enquanto empurrava meu robe pelos meus ombros até que eles estivessem nos meus pés, caído ao chão. Me sentei na cadeira novamente, apertando meus peitos com minhas mãos, deslizando a renda delicada pra baixo, expondo meus peitos para ele, apertando meus mamilos e os girando. Meu coração está acelerado e minha boceta molhada e doendo em prazer, por isso, por mais que eu quisesse provoca-lo, precisava me aliviar. Dessa vez, passei a deslizar meus dedos por cima da renda da calcinha, minha lubrificação escorrendo tanto que toda ela estava encharcada e deslizando em poucos segundos, facilitando meu trabalho. Pressionei meu clitóris e abri as pernas, apoiando um dos meus pés no vidro assim como fiz ontem. Passei a me masturbar por cima da calcinha, para ele, deixando que ele visse como eu me tocava para que se ele quisesse me tocar, soubesse exatamente como eu gosto de ser trocada.
Eu o olhava e gemia, o vendo acender um cigarro enquanto me olha dessa forma. Ele pegou seu caderno, pegando o lápis e voltando a desenhar-me. Engoli em seco, puxando minha calcinha pro lado e deixando que ele visse minha boceta, abrindo-a, empurrando meus lábios para os lados, deixando meu clitóris e meu buraco bem visíveis para ele. Minhas pernas tremeram quando seus olhos grudaram em minha boceta, pude vê-lo engolir em seco. Voltei à esfrega-la, dessa vez desesperada para gozar, precisando que o orgasmo me deixasse menos viciada no meu vizinho. Prendi minha própria respiração e apertei meu peito, cravando as unhas com força nele. Fechei meus olhos e gozei, o orgasmo me fazendo gemer alto e tremer, meu corpo todo em pleno prazer. Quando os abri, meu vizinho já não estava mais lá.
Me sinto decepcionada, mas espero poder gozar pra ele de novo amanhã.
🦇
Estava dormindo quando ouvi o barulho da minha porta da varanda deslizando, mas permaneci sem me mover. Estou deitada de bruços, uma perna flexionada enquanto abraço o travesseiro abaixo da minha cabeça. Engoli em seco quando senti o peso de alguém subindo no colchão, com medo de abrir meus olhos. Senti o corpo pesado acima do meu, a respiração quente no meu pescoço. Abri meus olhos, encontrando a mão que tanto desejei pressionada nos meus lençóis em apoio.
- Você fica muito mais bonita de branco. – ele se referiu à minha calcinha, eu presumo. Sua língua deslizou pela carne de meu pescoço, subindo até o lóbulo de minha orelha e puxando entre os dentes. – Uma vadiazinha, não é? – sua voz era rouca, sussurrada e completamente deliciosa, a barba raspava na minha pele sensível e eu senti minha boceta pulsar só com isso.
- Sim. – foi a única coisa que fui capaz de responder, sentindo sua mão apertando minha cintura e pau duro pressionado em minha bunda. Eu gemi.
- Vai ser uma boa garota pra mim e me deixar te usar, não vai? – ele perguntou, puxando minha calcinha pra baixo, deixando-a até o meio de minhas coxas.
- Vou. – Respondi, ainda querendo ter certeza que não estava apenas tendo mais um sonho com ele. – me usa, como você quiser. – gemi baixinho, empinando a bunda querendo sentir mais do seu pau.
- Me diz qual o seu nome. – ele mandou, era nítido pelo seu tom de voz. Agora, eu descobri que sua mão era macia e áspera, um misto perfeito raspando a carne da minha bunda, os dedos ágeis assim como eu imaginei deslizando até minha boceta, descobrindo como eu já estou pingando por tê-lo assim.
- Harry. – eu disse baixo, numa espécie de gemido. – e o seu? – perguntei nervosa, gemendo alto ao sentir a ponta de seu dedo pressionando meu buraquinho.
- Louis. – ele disse, deslizando o dedo pra dentro de mim. Eu gemi alto e ele esfregou o pau na minha coxa. – Vira e deixa as pernas bem abertas. – ele mandou, retirando o dedo de dentro de mim, me fazendo choramingar pela falta. Ele se afastou e eu me virei, olhando pela primeira vez ele assim de tão perto. Ele estava sentado em seus calcanhares, uma camiseta preta e uma bermuda de malha. Seus olhos estavam fixos em meu corpo, e o dedo que outrora esteve dentro de mim, estava dentro de sua boca. Eu gemi baixinho, terminando de tirar minha calcinha e afastando as pernas, fazendo como ele havia mandado.
Ele não abriu a boca, sequer piscou. Apenas se debruçou por cima de mim, puxando minha camiseta pra cima, que eu prontamente ajudei ele a tirar de meu corpo. Ele parou, olhando meus peitos, formou um bico com os lábios finos e cuspiu no esquerdo, apertando meu mamilo e depositando um tapa forte em seguida, me fazendo gritar e revirar os olhos.
- Boa puta. – disse, se abaixando e beijando meus lábios, mal me dando tempo para raciocinar a velocidade de seus toques. Ele apertou minha coxa e esfregou seu pau na minha boceta, me fazendo perceber o quão grande e grosso ele era, o quão duro eu o havia deixado. Como se voltasse à vida, me dei conta de que eu ainda estava paralisada. Agarrei seus ombros e apertei seus braços, sentindo seus músculos e gemendo entre o beijo. E que beijo. A língua macia, quente, deslizando contra a minha, sem medo de me explorar e controlar, sem receio de gemer em minha boca e mostrar que estava tão satisfeito quanto eu. Desci minhas mãos pra sua cintura e puxei sua camiseta pra cima, dessa vez ele que me ajudou. Seu peitoral era... Delicioso. Pecaminoso. Quente. Definido. Eu arranhei do pescoço até o elástico do shorts, apertando e me aproveitando dele, assim como sonhava à tanto tempo. Não pude me conter, nem sequer pensei em nada ao que empurrei seu shorts pra baixo, gemendo alto ao ver seu pau. Caralho, é enorme. Grande, grosso, sem dúvidas o maior que eu já vi. A cabeça arroxeada de tão duro, brilhando de tanto pré gozo que expeliu, fazendo minha boca salivar. Esfreguei meu dedão ali, lambuzando-o e levando até minha língua, saboreando seu gosto assim como ele fez com o meu.
- Me deixa te chupar. – Eu disse num fio de voz, minha boceta pulsando e escorrendo, meu corpo completamente mole. Ele não me respondeu. Se levantou da cama, jogando o shorts no chão e me agarrando pelos braços e puxando com força, fazendo minha cabeça pender pra fora da cama. Ele se aproximou e eu lambi suas bolas, sugando uma de cada vez, esfregando minhas coxas juntas, inebriada pelo cheiro delicioso que ele tem. O ouvi gemer, as mãos nada delicadas segurando meus joelhos e separando minhas coxas, entendi o recado, me deixando aberta e exposta para ele. Ele segurou seu pau, empurrando pra baixo, esfregando em meus lábios e eu os abri, sugando sua glande, sentindo o gosto forte e indescritível. Ele empurrou, fazendo com que eu entendesse o que ele faria comigo, respirei fundo, relaxando a garganta e o deixando empurrar, sentindo o pau me sufocando, latejando em minha garganta. Ele estocou lento contra minha boca e eu engasguei, tossindo. Fui surpreendida por um tapa ríspido em minha boceta, me fazendo gemer e revirar os olhos. Abri minha boca novamente, decidida a ser melhor dessa vez, sendo boa e obediente. Quero ser a melhor mulher que ele já teve. Engoli seu pau, o deixando estocar como queria, tentando regular minha respiração e sentindo meu baixo ventre ferver a cada vez que minha garganta era alargada pelo cacete gostoso. Senti seus dedos esfregando minha boceta, espalhando minha lubrificação entre meus lábios. A falta de contato logo foi explicada, quando mais um tapa foi desferido em cima do meu clitóris inchado. Ele começou a estocar rude contra minha garganta e estapear minha boceta com força, segurando minha coxa e a pressionando, me deixando aberta, vulnerável, sem conseguir escapar de nenhum tapa. Levei minhas mãos até a base de sua coluna, arranhando suas costas como podia, depositando minha agonia por tantos estímulos ali. As minhas lágrimas saiam inevitavelmente e minha saliva escorria por minhas bochechas, me deixando completamente destruída.
- Você vai gozar apanhando. – ele disse rouco, me avisando. Eu tremi, sabendo que eu estava muito perto de fazê-lo. Seus tapas passaram a ser mais certeiros em meu clitóris e seus gemidos mais altos, o pau delicioso de afundando até as bolas, me sufocando, me fazendo gozar quando senti os jatos de porra descendo direto para meu estômago. – Boa garota. – ele tirou o pau da minha boca e eu inspirei desesperada por oxigênio. Ele deu a volta na cama, me puxando para o meio dela pelos tornozelos. Ele me virou de bruços e flexionou minha perna esquerda, me deixando exatamente na mesma posição que havia me encontrado. Subiu em cima de meu corpo trêmulo se apoiando no cotovelo direito, passando o braço envolta de minha garganta. Senti a cabeça inchada se esfregando na minha boceta e me surpreendi por ele continuar tão duro mesmo após gozar. Eu sei que deveria intervir e dar-lhe uma camisinha, mas eu não quero. Quero seu pau em contato com minha boceta, quero sua porra quente dentro de mim, quero me sentir usada e suja, fodida e maltratada. Eu empinei minha bunda, sentindo seu pau me alargar dolorosamente, gemi alto. Ele foi impiedoso, metendo pra dentro de mim sem nenhuma pausa, empurrando até eu estar sentindo sua glande no colo do meu útero, as bolas se esfregando na minha boceta.
- Que boceta apertada, Harry. – ele disse em meu ouvido, me fazendo gemer alto ao ouvir meu nome saindo de seus lábios.
- Seu pau tá me alargando tanto, Lou. – eu disse afetada. – Usa minha boceta pra gozar. – eu pedi, sentindo seus lábios sugarem a pele do meu pescoço. Ele tirou o pau de dentro, voltando com força, pegando impulso e indo cada vez mais rápido e rude, puxando meu corpo pra trás com o braço em volta do meu pescoço, me fazendo gemer alto e revirar meus olhos. – Caralho, isso. – ele colocou seus dedos em minha boca e eu passei a suga-los como em um boquete, sentindo seu pau tão fundo e acertando os lugares certos, fazendo minhas pernas tremerem e meus gemidos saírem como súplicas.
- Pede pra eu te morder. – ele falou baixo, raspando os dentes em meu ombro. Eu nem sequer pensei, apenas senti minha boceta contrair forte com a ideia dele me deixando completamente marcada por seus dentes.
- Me morde, o quanto quiser, onde quiser. Me morde, Lou, me marca. – Eu disse entre gemidos, sentindo ele cravar os dentes em meu ombro. A dor me atordoou por alguns segundos, os dentes dele estavam completamente dentro da minha pele e ele não parava por um segundo de estocar, me fazendo sentir um prazer tão forte que fui incapaz de não gozar forte, assistindo ele lamber meu sangue. Minha boceta estava latejando, eu estou maluca de tanto tesão e ao mesmo tempo, estou dolorida. – Lou, minha bocetinha tá doendo. – eu suspirei, olhando em seus olhos, gemendo baixinho ao ver sua boca suja do meu sangue.
- Não tem problema, Harry. Você ainda consegue ser uma boa garota pra mim. – eu o sentir tirar o cacete de dentro da minha boceta, logo em seguida esfregando a cabeça no meu cuzinho, empurrando devagar.
- Lou, não. – eu disse confusa, com medo da dor.
- Shh. – ele soprou em meu ouvido, segurando minha mandíbula com força, me fazendo olhar pra ele. – Você me deixou te usar, pequena. Ou me deixa foder sua boceta a noite inteira ou me deixa alternar entre seus buracos. – ele disse, empurrando a cabeça toda pra dentro. – O rabo ainda consegue ser mais apertado. – gemeu, beijando minha boca, compartilhando comigo o gosto do meu próprio sangue. O senti segurar mais firme em meu maxilar, empurrando todo o cacete pra dentro, me fazendo gritar abafado. Eu espero que ele use meu corpo desse jeito todo dia. – Vê como você aguenta? Vou te deixar larga, amor. Toda aberta e esporrada. Quero te ver mostrando minha porra vazando de você amanhã, quando for gozar pra mim na sacada. – ele abriu minha boca, cuspindo dentro dela. Eu engoli.
- Então goza em todos meus buracos. – eu pedi, engolindo em seco. – Fode meu rabinho, Lou. – eu o sentir estocar pela primeira vez, me fazendo gritar e ver estrelas.
- Grita, pequena. – eu o ouvi rir, passando a estocar lento, aumentando a velocidade aos poucos, sempre me beijando e cuspindo na minha boca, me recompensando.
- Meu Deus. – Eu choraminguei, sentindo a dor se espelhando pelas minhas pernas. – Lou. – chamei, confusa. Dói como o inferno, mas eu não quero que ele pare, nem por um segundo, eu quero que ele continue usando meu corpo, quero o ouvir gemendo por mim, porque eu estou sendo boa. Senti seus dentes raspando em minha omoplata, os dentes mais afiados que eu já senti. Ele mordeu, furando minha pele, me fazendo sentir mais uma sobrecarga de dor. Eu gemi, empinando mais a minha bunda, o deixando come-la forte enquanto se divertia me provocando dores intensas, sentindo minha boceta escorrer e contrair, gozando novamente, esguichando contra suas bolas, molhando minhas coxas e o colchão. – Porra. – eu disse ofegante, sentindo minhas pernas trêmulas. – De novo. – pedi, cravando minhas unhas em seu braço envolta do meu pescoço.
- O que você quer, Harry – ele sussurrou em meu ouvido, gemendo e lambendo meu lóbulo. Me fazendo pulsar forte no seu pau.
- Me morde de novo. – pedi, querendo sentir a sensação e a dor se espalhando por todo meu corpo novamente.
- O gosto do seu sangue é tão doce, querida. – ele confessou, meu coração acelerou apavorado e eu gemi.
- Me fode mais forte. – pedi, insana. – Me machuca. – levei minha mão livre até meu cabelos, expondo meu pescoço pra ele.
- Quer que eu morda seu pescoço? – ele passou a estocar mais rápido e à essa altura eu só sentia meu baixo ventre fervendo, meu cuzinho todo largo. Eu assenti. – Que vagabunda boa, querida. Tão boazinha. – - Ele virou minha cabeça para si, sorrindo e me mostrando as presas enormes. Eu estremeci, sem entender como os dentes pequenos se tornaram daquele tamanho. – Isso vai doer tanto, amor. – ele avisou, gemendo grosso. Eu assenti, sem ao menos saber o porquê. Ele aproximou os dentes do meu pescoço, mordendo. Senti seus dentes rasgando minha pele, minha jugular pulsando conforme ele sugava a mordida, ainda com os dentes fincados em mim. Doía como o inferno, como se eu estivesse sendo apunhalada repetidas vezes. Eu comecei a chorar, mas tudo sumiu quando ele agarrou meu peito e apertou forte. Eu gritei seu nome, sentindo-o tirar os dentes de meu pescoço e imediatamente me beijar, me fazendo grunhir pelo gosto forte de ferro. – Vou gozar no seu rabo. – ele me avisou, aumentando a velocidade e a força.
- Goza. Me deixa cheia de você. – Implorei, soluçando.
Ele empurrou forte, gozando no fundo do meu cuzinho, eu gemi arrastado, conseguindo sentir a porra espessa dentro de mim. Ele se afastou de mim, tirando o pau de dentro do meu rabo e eu o olhei por cima do ombro. Ele abriu minha bunda, olhando meu cuzinho todo largo e cuspindo dentro dele, me fazendo contrai-lo. Ele se abaixou, mordendo minha bunda com força, me deixando completamente maluca pra tê-lo dentro de mim de novo. Ele segurou meus tornozelos e me girou, me deixando deitada de barriga pra cima. Ele se encaixou no meio das minhas pernas, abaixando o tronco de lambendo minha boceta. Eu gritei, agarrando seus cabelos. Ele sugou meu clitóris com força e abriu minhas coxas, esfregando a língua fervente contra ele, me fazendo arquear as costas em prazer.
- Me fode. – pedi, rebolando e esfregando minha boceta por sua boca. Ele enfiou dois dedos na minha boceta e dois no meu cuzinho, estocando forte e rude enquanto me mamava. – Isso, forte. – gemi, sentindo ele se afastar completamente. Choraminguei frustrada, vendo ele subir em cima de mim. Ele meteu o pau pra dentro da minha boceta, engolindo meu mamilo. Ele sugou e mordiscou, se afastando pra morder mais pra cima, me deixando ver as presas perfurando minha pele. Eu acariciei seus cabelos, sentindo como se estivesse o alimentando com meu sangue conforme ele suga a ferida. Ele se afastou e eu observei como os dentes saíram e como meu sangue passou a escorrer, fingindo meu mamilo de vermelho. Ele o lambeu, se apoiando com a mão esquerda no colchão, passando a estocar forte na minha boceta. – Porra. – Gemi, enrolando minhas pernas em seu quadril e arranhei seus braços. Ele bateu uma vez no meu peito machucado e eu gemi seu nome, ele sorriu sádico, passando a estapear meus peitos, se deliciando com o sangue saindo conforme as pancadas eram desferidas. Ele cuspiu em minha boca entreaberta e bateu na minha bochecha com força, eu revirei meus olhos e me empurrei contra suas estocadas, precisando de mais. – Me enforca. – Eu pedi enquanto apanhava, querendo que as linhas fossem cruzadas de novo e de novo, querendo sentir que ele tinha minha vida na palma das mãos. Ele apertou minha garganta, me impedindo de respirar por completo, sorriu cuspindo em minha boca, estocando de forma bruta. Eu rasguei sua pele com as unhas, deixando seu peitoral completamente cortado antes de esguichar novamente, fechando os olhos e apagando.
Acordei confusa, sentindo rapidamente que Louis permanecia em cima de mim, dentro de mim. Ele beijava meu pescoço ferido e minha bochecha dolorida, me chamando baixinho. – Lou. – sussurrei, abraçando-o. – Me desculpa. - disse envergonhada por dormir.
- Shh, eu deixei sua boceta cheia, sim? Do jeitinho que você me pediu. – ele beijou minha bochecha com carinho. – Você tem porra em todos seus buracos, amor. Amanhã, quero ver escorrer pra fora de você. – ele beijou meu pescoço de novo, me fazendo lembrar de seus dentes, me obrigando a continuar acordada para perguntar.
- Você colocou as presas no dentista, Lou? – eu inalei seu cheiro, fazendo carinho em sua nuca.
- Não, querida. Você é totalmente minha agora. – ele disse me dando um último beijo, dessa vez na boca.
É a última coisa que me lembro antes de dormir profundamente.
540 notes · View notes
escrevisobrevoce · 9 months
Text
Eu me permito sentir. Me permito ficar triste, absorver a tristeza ou a angústia, a dor ou o que for, tudo da minha forma, do meu próprio jeito. Na maioria das vezes, as pessoas nem notam, mas eu acabo deixando sinais, sutis, mas os deixo, seja me isolando, ou ficando quieto na minha, me deixo desmoronar silenciosamente, aprendi a cair e levantar sozinho e assim vou levando.
- Camaleão
488 notes · View notes
Text
“Nunca había rogado por nada en mi vida pero, silenciosamente, pedía que me dijera que me quería, que se preocupaba por mí, algo”
— Mario Benedetti.
2K notes · View notes
colapsointerno · 11 months
Text
eu colapso toda vez que perco a dominância dos meus sentimentos. o descontrole interno é letal e me deixa à deriva, morrendo aos poucos no meu oceano particular de caos. nem me atrevo a tentar nadar contra as correntes; apenas desfaleço silenciosamente até meu coração parar de palpitar.
— colapsointerno
478 notes · View notes
sexybombom · 1 month
Text
tw: idol!jaemin, light angst(?), eles brigaram, overworked jaemin, fluff, participação especial da luna, lucy e do luke
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
Jaemin ouviu você reclamando de como ele estava trabalhando de mais pelo menos umas sete vezes só ontem.
Não era por mal, estava preocupada. Todos os dias ele chegava em casa exausto, com dores, estressado, sem falar nas vezes que ele tinha tonturas pelo treino excessivo.
Você estava endoidando também, sabia que ia ter sua menstruação em alguns dias e o seu humor mudava bastante com isso também.
Então uma junção dos dois estressados e preocupados resultou em uma briga — não muito leve — entre vocês.
Foi difícil pensar e decidir dormir longe do seu Nana, mas pensou ser a melhor opção. Por isso você pegou seu travesseiro e uma coberta quente para ir passar a noite no sofá.
Não conseguiu pegar no sono na hora, nunca havia dormido longe dele. Óbvio, já brigaram antes mas sempre se resolviam. Jaemin foi embora sem te dar o beijinho de despedida habitual, sem te passar aquele amor e carinho pelo olhar dele, ele apenas saiu. E poxa, isso quebrou seu coração.
Se lembrando de tudo que ocorreu, você sentiu os olhos molhados, mas logo os fechou e finalmente sentiu o sono chegando em você.
Jaemin chegou no apartamento.
Hoje o dia foi menos estressante, cansativo mas nada como os dias anteriores. Mesmo assim, ele estava sentindo um peso enorme dentro de si, e sabia que não tinha nada a ver com o trabalho.
Ele foi até o quarto de vocês. Viu a porta fechada então ele a abriu silenciosamente com esperança de te achar embrulhada nas cobertas quentinhas para ele mergulhar no quentinho junto de você e te acordar com um enorme pedido de desculpas.
Porém, a cama deixada como estava de manhã quando ele saiu o deixou confuso.
Foi até o banheiro, onde não teve sinal seu novamente. Começou a se desesperar, sabia que você não estava na cozinha, então onde você estava?
Ele saiu rapidamente do quarto, e no corredor, ele viu Luna sentadinha olhando para ele, como se o chamasse.
"Oi bebê... O que foi?" A gatinha miou respondendo, saindo em direção a sala.
Jaemin a seguiu, chegando na sala ele viu um alto relevo no sofá, de perto ele pôde te ver. E novamente, um coração havia sido partido nesse mesmo dia.
Ele te observou com um semblante triste. Te ver alí encolhida, agarrando uma almofada, com Lucy e Luke deitados sobre você fizeram Jaemin perceber como foi babaca pela manhã.
Tirou Luke e Lucy de cima de você com cautela para não assustar os gatinhos, que o olharam sonolentos.
Ele não perdeu tempo em passar os braços por baixo do seu corpo, te carregando com extremo cuidado até o quarto. Com o sono pesado que tinha não sentiu um único músculo sendo movido.
Ele pousou sua cabeça no travesseiro, arrumou sua posição para uma confortável — para que não acordasse com dores. Te cobriu com carinho, ternura.
Depois de deixar um leve selar em sua testa, ele foi finalmente tomar um banho.
Nesses minutos, você acabou por acordar. Olhou em volta, sabia que foi seu namorado que te levou para o quarto.
Queria voltar a dormir, não queria falar com Jaemin. Talvez seja bobagem, sabia que tinha que falar logo com ele para resolver tudo, mas por algum motivo não se sentia corajosa o suficiente para isso.
Perdida nos seus pensamentos não ouviu Jaemin saindo do banheiro, quando ele deitou do seu lado você se assustou levemente.
Olhou para ele sem pensar, pelo susto tinha esquecido que estavam chateados. Pelos breves segundos em que manteram contato visual, você sentiu seu coração errando uma batida e se não tivesse desviado logo o olhar você sabe que teria começado a chorar.
"Oi princesa..." Você se manteve calada, sua garganta ardia.
"Me desculpa amor. Eu ando tão estressado esses dias com o trabalho que eu acabei esquecendo que você não tinha nada a ver com tudo isso. E sei que isso não é justificativa para nenhum do meu comportamento, mas eu só quero que você saiba que não vai se repetir."
Você odiava estar assim com ele, sentiu seus olhos marejando.
"'Tá tudo bem, Jaemin. Eu também estou errada, eu sabia que você estava estressado e continuei te irritando."
"Ei, ei! Você não tem culpa nenhuma, princesa. Você só estava preocupada comigo e eu agi feito idiota sem razão. Me perdoa."
Você olhou finalmente para ele sorrindo pequeno. Se aproximou dele lentamente e deixou um beijo doce e lento sobre os lábios do moreno.
Ele pousou os braços nas suas costas, te abraçou apertado.
"Eu aceito as suas desculpas Nana. Aceita as minhas também?" Ele ia reclamar sobre não ter o que você se desculpar, mas você o cortou. "Você não brigou sozinho, teimoso. Aceita minhas desculpas."
Ele sorriu. Te deu mais um beijinho.
"Não dormimos separados, hm? Vamos sempre resolver nossos problemas juntos, ok?" Você concordou. "Eu te amo princesa, e sempre será assim." "Também te amo Nana. Muito."
Permaneceram alguns minutos assim, apenas trocando carícias e palavras doces um para o outro.
Os três gatinhos logo se juntaram ao chamego do casal. E o resto da noite foi baseada em você deitada no peito do Jaemin, sendo agarrada pelos braços aconchegantes dele. E claro, as três bolinhas de pelo fazendo companhia para ambos.
91 notes · View notes
macsoul · 6 months
Text
Não importa o que dizem por aí
a m o r não é caos
é c a l m a r i a
não chega gritando, derrubando porta, vem de mansinho como quem não quer nada e na verdade nada quer, pois tudo é, não destrói, não causa confusão, o amor é como uma brisa da manhã, você abre a janela e ele entra tocando da alma à pele silenciosamente, de dentro pra fora, trazendo o melhor à tona, nos trazendo de volta à vida, harmoniosamente como deve ser.
233 notes · View notes
lacharapita · 4 days
Text
ᴇsᴛᴇʙᴀɴ ᴋᴜᴋᴜʀɪᴄᴋᴢᴀ
Tumblr media
"Everbody got somebody,
You know I want somebody too
You better be careful, baby,
'Cause I've got my eyes on you."
★★★★★★★★★★★★★★★★
— Alexandra não era uma mulher que fodia ao som de The Weeknd, não não. Alexandra era uma mulher adulta que fodia com blues tocando ao fundo. Erótico, sensual, terno e profundo.
O vestido deslizava pelas pernas da chilena enquanto Esteban só podia olhar. Everbody Needs Somebody de Little Walter tocava em volume baixo, era a porra da trilha sonora dela. O volume evidente dentro da calça social cinza se contorcia com a visão que os olhos do argentino tinham.
Com os quadris levemente empinados para trás, Alexandra se concentrava em retirar as pequenas argolas douradas em suas orelhas, o colar e o conjuntos de pulseiras em seu pulso esquerdo. Sorrindo quando vê a aliança dourada em seu dedo anelar e olhando suavemente para Esteban através do espelho.
– "Tudo bem, nene?"– A chilena perguntou, se virando para poder ter uma visão completa de Esteban que ainda se mantinha sentado na beirada da cama com a gravata frouxa em seu pescoço, os dois primeiros botões da camisa abertos e uma ereção evidente entre as pernas.
O cabelo escuro caindo pelos ombros marcados dela o fizeram perder a atenção em suas palavras. O pescoço dela brilhava, as veias facilmente vistas na pele morena. Parecia tão convidativo para ele. Esteban se levanta da cama, nenhuma palavra sendo proliferada de seus lábios, caminhando até a moça que o encarava com um sorriso na boca. As mãos dele agiram antes do cérebro, seguiram logo para agarrar a cintura de Alexandra e logo aproximou seus lábios do ouvido dela.
– "Mi reina, eu quero te comer debaixo do chuveiro. Ver cada gotinha de água escorrendo do seu corpo enquanto você geme meu nome com essa sua voz gostosa."– Esteban pode ver os pelinhos finos em sua nuca se arrepiarem e deixou um riso baixo.
Nunca tirando os olhares um do outro, ele retirou a gravata, terminou de abrir os botões da camisa e logo ela estava perdida em algum canto do quarto. O barulho da fivela do cinto foi ouvido por Alexandra mas ela não se moveu, os olhos continuavam penetrantes no cabelo bagunçado, nas sardinhas por todo o rosto, na boquinha rosada e nos olhos pequenos de Esteban. Quando a calça finalmente se tornou uma poça bagunçada no chão, ele segurou a mão macia da chilena e caminhou silenciosamente com ela até o banheiro.
Alexandra sorriu enquanto as mãos de Esteban iam direto para o feixe do sutiã rendado, soltando-o sem complicações. Os próximos movimentos dele a fizeram agarrar as bordas da pia do banheiro. Ajoelhado no chão, mantendo o olhar sempre no rosto dela, o argentino segurou nas laterais da calcinha preta e a puxou pelas pernas de Alexandra, lentamente expondo todo o corpo dela.
Beijos suaves foram deixados por toda a extensão das coxas da mulher. – "Liga o chuveiro pra mim, nena."– A mente dela ainda estava lesa, totalmente sem resposta para nenhuma pergunta. – "Nena, o chuveiro, por favor."– Ela respirou fundo e caminhou, desnorteada, até o chuveiro, ligando-o em uma água morna e entrando logo em seguida, com Esteban logo atrás.
O aperto nos quadris já mostrava a ela que talvez a conta de água desse mês fosse mais alta que o comum. Ele aproximou o rosto do ouvido dela novamente, suas mãos passeando por todo o corpo dela, despretensiosamente...– "Eu quero que você encoste suas mãozinhas na parede e deixa essa bunda bem empinada pra mim, tudo bem mi amor?"– Alexandra acenou com a cabeça, não conseguindo formular uma frase conexa naquele momento.
Suas mãos encostaram na parede úmida, o corpo se arrepiando com a diferença de temperatura, e os quadris se empinaram, deixando ao argentino uma visão do que, pra ele, era conhecida como paraíso.
Ouviu Esteban deixar um suspiro quente de seus lábios, as mãos continuavam a passar pelos quadris, cintura e ocasionalmente deixar apertões nas bochechas macias de suas nádegas. Os dedos da mão esquerda passeiam até chegar ao meio das pernas dela, sentindo a área úmida e quente. – "Porra, mi amor..."–
Ele tentou. Não era a intenção dele, mas sentindo os lábios inchados, molhados e quentes da buceta dela, foi natural. As pernas pareciam ter ficado fracas, o argentino caiu de joelhos no chão molhado. – "Vira pra mim, nena."– Alexandra, com cuidado, virou seu corpo para que ficasse de frente para Esteban.
A mão direita dele subiu desde o calcanhar até a coxa molhada dela, segurando embaixo do joelho, Kuku ergueu a perna esquerda dela e a colocou sobre seu ombro. Gemeu com a visão que teve, parecia tão... talvez fosse o tesão que ele estava escondendo durante toda a noite, não sabia. Sua única certeza era de que Alexandra era a mulher de sua vida.
Beijos molhados foram deixados na parte interna das coxas dela, subindo lentamente até que chegasse onde desejava. As mãos dela seguraram os cabelos claros de Esteban, puxando suavemente toda vez que os lábios dele se enrolavam no pontinho de nervos. O nome dele saia como um canto divino dos lábios dela, deixando seu corpo tenso.
        – "Esteban, por favor..."– Ele olhou nos olhos dela, vendo como a pele dela estava mais avermelhada que o normal, os lábio entre abertos e a luta dele para se manter com os olhos abertos.
A língua quente dele, ocasionalmente, mergulhava no buraco apertado que ele se colocaria em pouco tempo, fazendo com que os gemidos dela soassem mais altos. Ele sussurrava as palavrinhas mais sujas que conseguia pensar enquanto o pé esquerdo dela tocava suas costas molhadas. – "Nene, serio... Só, por favor."– A voz dela era baixa mas ele conseguia sentir a vontade nela. Soltando a perna esquerda dela no chão ele se levantou, suas mãos buscando o pescoço dela e seus lábios se aproximavam do ouvido dela.
– " Deixe de ser una perra desesperada e me deixe ter meu tempo com você, nena."– Alexandra engoliu uma respiração profunda, sentindo as mãos dele virando o corpo dela e pressionando, suavemente, o rosto dela contra a parede molhada.
As mãos dela Esteban desceram e agarraram os quadris dela, puxando-os para si. Um gemido alto saiu de entre os lábios da chilena quando Kuku se enterrou por inteiro dentro dela. Não importa quanto tempo se passasse, ela sempre foi muito apertada pra ele.
As mãos dele seguraram os quadris de Alexandra com força, deixando marcas avermelhadas no local. A forma como o pau dele escorregava para dentro de para fora dela com dificuldade, fazendo Esteban ter um esforço maior para não gozar tão rápido. – "Nena... porra."– Ela só sabia gemer, o cérebro não processava nenhuma informação além da forma como ele a esticava tão bem. Cabeça tola que não pensava em nada da tamanha onda de prazer que recebia.
Esteban sorria com o poder que tinha sobre o corpo de Alexandra. As mãos dele foram até o pescoço dela, agarrando-o e puxando até que as costas dela estivessem encostando no peito dele. A água caindo exatamente entre os dois enquanto Esteban continuava se empurrando para dentro dela com tamanha força. – " Não consegue falar, amor?"– ele riu enquanto ela choramingava, a risada provocando um aperto firme do interior da buceta dela em seu pau. – "Ficou burrinha de tesão, nena? Eu gosto de você assim, não parece nada com a Alexandra em público."– O argentino sorria, sabendo que fora dali a situação era totalmente diferente. Mas ali, naqueles momentos, ele tinha domínio sobre ela, pelo menos na maioria das vezes.
A pontinha do pau dele encostava na parte mais funda dentro dela, tocando repetidamente aquele pontinho de prazer dentro dela que fazia com que aqueles sons bonitos saíssem da boca dela.
Segurando na garganta dela, todos os sons que Esteban fazia iam direto para o ouvido de Alexandra, cada barulhinho dele deixava ela mais molhada, ela amava ouvir ele, e apesar de Esteban não ser tão vocal durante uma foda, com ela era impossível ficar quieto.
As mãos dela seguraram o braço esquerdo dele, que se mantinha enrolado na cintura dela para manter o equilíbrio, apertaram com força como quem queria avisar algo.
         – "Esteban... eu vou..."– Ele sorriu, é claro que ele já sabia. A forma como ela se apertou em torno dele com mais firmeza e como seu ventre tremeu já mostrou a ele o que viria a seguir.
– "Diz pra mim, amor. A putinha quer gozar?"– Alexandra acenou com a cabeça, os choramingos saindo de seus lábios alguns tons mais altos. – "Palavras, mi amor... palavras."– Ela fechou os olhos com força, sabendo o quanto Esteban a provocaria até ela falar o que queria.
– "Nene, eu quero gozar... por favor."– As palavras saíram baixas e Esteban fez uma cara de desentendido, mesmo tendo ouvido cada palavrinha dela.
– "Oi? Desculpe nena, não te ouvi. Pode repetir?"– Alexandra suspirou, todo seu corpo se controlando para não ceder ao orgasmo que passaria por ela a qualquer momento.
– "Eu... eu quero gozar, mi amor."– A voz saiu mais alta e mais desesperada. Esteban agarrou a cintura dela com mais força, segurando seu rosto e deixando beijos abaixo de sua orelha.
– "Posso te encher, nena? Hm, posso encher sua buceta de porra?"– Ela choramingou, acenando positivamente com a cabeça. Esperando ansiosamente para sentir a porra quente de Esteban enchendo ela.– "Então goza comigo, nena."– Não demorou nada para que os dois estivessem mais agarrados do que antes, os gemidos altos escapando dos dois e a água gelada não sendo o suficiente para aquecer aqueles corpos. Alexandra suspirava, sentindo seu interior cheia de Esteban. E quando ele escorregou para fora dela, pode sentir escorrendo entre suas coxas.
O argentino agarrou o corpo dela e virou para que pudesse olhar nos olhos dela. Aqueles olhos castanho claro, com algumas lágrimas de prazer, as bochechas coradas, lábios rosados e cabelo molhado.
Alexandra era o começo e o fim do mundo para Esteban.
★★★★★★★★★★★★★★★★
@imninahchan @creads @geniousbh @80s-noelle @xexyromero
Oiii, desculpa marcas vocês aqui mas foi a única coisa que meu cérebro conseguiu pensar em fazer. De vez em quando eu escrevo algumas coisas e no momento tô obcecada em LSDLN kkkkk e querendo entrar aqui no fandom do Tumblr. Sou apaixonada na escrita de vocês e queria que vocês dessem uma opinião no que eu escrevo😭💋
56 notes · View notes
skzoombie · 7 months
Note
Zoo faz um hc do nct pedindo pra eles massagearem os peitos gsusjjsksks tô num fogo com isso
NCT 127 x Pedindo para massagear seus peitos
Taeil
Normalmente o taeil não faria esses tipos de pedido, porém um tempo atrás os membros estavam conversando sobre coisas que gostavam de fazer com seus parceiros, e massagear os peitos foi algo que chamou atenção do coreano.
Ele ficaria em completo silêncio no quarto, sentado na cama e pensando se deveria ou não cogitar fazer o pedido para você. Taeil respiraria fundo, se encararia no espelho e decidiria seguir até a cozinha para perguntar de uma vez por todas.
Ficaria sem jeito quando você risse da timidez mas aceitasse que o namorado testasse entender o prazer na sensação de massagear. Ele iria amar ficar tocando seus peitos, taeil já achava eles bonitos, agora tinha uma paixão ainda maior.
Johnny
Sei que muitos imaginam ele sendo sempre extrovertido, porém acho que com você johnny seria mais contido em certos pontos para não te assustar ou afastar dele. Ele sempre achou seus peitos bonitos, durante a relação sexual gostava de ficar observando a região pulando bem na frente do seu rosto.
Johnny decidiria fazer o pedido quando uma noite estivessem saindo para um jantar romântico e você aparecesse com uma blusa que tinha um decote que realçava seus lindos peitos.
Ele chegaria por trás de você enquanto se arrumava no espelho, te abraçaria romanticamente e levaria a mão até seus seios, apertando levemente e sentindo preencher toda a sua mão. Sussurraria o pedido no seu ouvido, você concordaria sorrindo e fecharia os olhos enquanto sentia os toques do namorado.
Taeyong
Taeyong nunca escondeu como gostava das roupas decotadas que você usava nos dias rotineiros, mesmo que sentisse um leve ciúmes quando pegava os outros membros tentando encarar discretamente, ele sabia como era algo da sua personalidade e não queria podar essa sua coragem de usar blusas que valorizavam tantos esse ponto.
Ele pensaria em pedir para massagear quando uma noite, enquanto se vestiam para dormir, taeyong percebesse você entrando de pijama no quarto com os bicos dos seios totalmente rígidos pelo frio.
Quando você deitasse na cama quentinha e puxasse o cobertor, taeyong levaria a mão silenciosamente para um dos seus seios apertando fraco, quando você o encarasse com as sobrancelhas erguidas, ele apenas devolveria olhar com aqueles pupilas gigantes e você sorriria concordando com o pedido silêncioso.
Yuta
Esse menino não tinha timidez nenhuma em pedir para massagear seus peitos quando sentisse vontade, na verdade a um tempo ele vinha investindo nesses gestos durante as relações sexuais que tinham. Ele gostava de ficar tocando e sugando seus seios enquanto estocava rápido.
Yuta tinha costume de abrir expressões maliciosas e divertidas quando você andava sem sutiã pela casa, por se sentir confortável com o namorado, yuta valorizava isso. Ele ficaria observando você seguir sua rotina normalmente enquanto os peitos mexiam junto.
Ele pediria na primeira oportunidade que visse você sentar pelo cansaço, chegaria com um sorrisinho e apontaria o dedo para os seus seios pedindo para massagear, você aceitaria sem contestar.
Doyoung
Quando ele escutasse um dos membros falando sobre gostar de massagear os seios da parceira para se acalmar, doyoung faria uma expressão de julgamento e não conteria o riso. Ele era puxado para fetiches mais tradicionais, nada fora do comum.
Tudo podia mudar quando ele começasse a observar com mais atenção os peitos que tinha dentro da própria casa, a forma como você sempre destacava a região sem intenção mas apenas por ter seios volumosos mesmo.
Doyoung faria o pedido pós uma transa, quando estivessem deitados recuperando o fôlego e ele olhasse para os peitos subindo e descendo, acompanhando a respiração. Tocaria para sentir mais o local e começaria a massagear sem pensar muito e logo pediria se podia fazer com mais frequência.
Jaehyun
Ele sempre admirou o seu corpo como um todo, amava cada detalhe e curva que você tinha. Sua bunda era a parte favorita do jaehyun, principalmente porque durante o sexo e ao longo do dia ele tinha costume de bater na região apenas por diversão.
Nos últimos dias jaehyun estava reparando mais nos seus seios, principalmente porque estavam passando um tempo em outro país, aproveitando a praia e o verão, você estava usando biquíni com mais frequência que o normal.
Estariam deitados em uma rede após retornarem da praia, você ainda estava com a parte de cima do biquíni, não conseguia ter uma visão do namorado na posição que tava deitada mas ele encarava fixamente seus seios. Com a voz rouca e baixa, jaehyun pediria para massagear seus peitos, você apenas concordaria dando de ombros e satisfazendo o ego dele.
Jungwoo
Esse menino é sem vergonha mesmo, ele já tinha costume de glorificar tudo em você, seja sua personalidade ou partes físicas do corpo. Um dos problemas é que ele exigia muita atenção e carinho da sua parte, queria que você retribuísse com atos mimosos.
A algumas semanas jungwoo vem mostrando interesse nos seus peitos, pegou diversas vezes ele encarando com os olhos fixo e a boca entre aberta, até mesmo passando a língua entre os lábios.
Uma noite ele engatinharia na cama até você, deixaria uns beijinho no seu pescoço descendo até os peitos e com uma expressão fofa perguntaria se podia dormir aquele noite massageando o local.
Mark
A primeira vez que o canadense cogitou isso, ele estava observando você brincar com um cachorrinho e seus peitos balançavam bastante junto. Quando a imagem dele massageando os seios passou pela cabeça, mark bateu no próprio rosto como reflexo para tentar tirar a ideia da mente.
Vocês ainda estavam no processo de se conhecerem melhor, mark não queria dar um passo maior que perna, mesmo que você tenha comentado que estava levemente ansiosa para o momento que finalmente teriam relação sexual. Porém ele não queria ir muito rápido e seguir tudo em um ritmo tranquilo, sem arrependimentos posteriores.
Tudo foi por água baixo, quando foram a uma festa juntos e algumas pessoas vieram pedir para conversar com você e ficaram encarando seus seios quase saltando no decote. Mark bufaria profundamente, te abraçaria por trás e puxaria seu corpo para mais perto do peitoral dele mostrando posse, pediria no seu ouvido se podia tocar no local e ficaria com a mãos ali até o fim da noite.
Haechan
Muito antes que todos os membros pensassem na possibilidade de ficarem massageando os seios de seus parceiros, donghyuck já havia feito isso de todas as formas, a favorita era com a boca.
Para haechan havia apenas um único jeitode se acalmar após um dia estressante na empresa. Com algumas massagens nos seus seios, o menino se sentia mais leve e conseguia abrir um sorriso novamente no rosto.
Ele chegaria em casa jogando a mochila em cima da mesa, você viraria o rosto assustada, ele se aproximaria e faria uma manhã pedindo para deitar no seu colo e massagear os seus peitos. Você abriria um sorriso fraco e bateria a mão nas pernas para ele deitar a cabeça.
140 notes · View notes
wlfllia · 3 months
Text
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
GAMER BOY - JEONG YUNHO 🎮
• PERSONAGENS: Jeong Yunho x Leitora!Fem.
• AVISOS: provocation, hard sex, 'Yun', sexo sem proteção (usem camisinha🤝), yunho boyfriend au, yunho big dick, dirty talk, oral. masc, yunho gamer, uso de 'princesa' e 'mo.
• NOTAS: O BOM FILHO SEMPRE A CASA RETORNA!! OLHA SÓ QUEM APARECEU. (gente surtei e quis explanar meu surto pra vocês e DESSA VEZ SAIU MSMO.
boa leitura!🤍
🎮.
Você não saberia explicar para ninguém o porque de seu namorado parecer tão fudidamente atraente enquanto movimenta os dedos de forma ágil no console branco do XBOX de ultima geração, recém comprado.
O corpo grande de Yunho estava jogado contra o estofado marrom, meio deitado meio sentado. As pernas estavam espaçadas, abrigadas pela calça moletom cinza soltinha. O tronco forte estava coberto pela camiseta branca de tecido fino e o os fios negros acoplados a um fone Over-ear ainda se encontravam meio úmidos pelo banho recente.
A expressão dele era meio séria. Observava atentamente as movimentações dos personagens na tela da grande TV da sala, soltando alguns palavrões quando era atacado ou fazia algo de errado dentro do jogo.
Você sente suas pernas se roçarem e de forma insconsciente seu íntimo dá pequenos espasmos de tesão com a visão, até que cotidiana, de seu namorado concentrado ao video game. Caralho, por que ele tinha quer tão… gostoso?
Não se controla e caminha silenciosamente até ele, as pontas dos pés descalços se arrastando calmamente. Se apoia no joelho direito e sobe no sofá macio, se esgueirando até o Jeong, que ainda se mantinha alheio a sua agitação.
Estica o braço, toca o peitoral malhado com a ponta dos dedos e apoia a palma na carne rechonchuda, o corpo tomba pra frente conforme se acomoda ao colo de Yunho, que a essa altura já havia percebido sua presença.
Os olhos desviam rapidamente da partida que rolava para encarar seu corpinho acima dele. Analisa suas coxas encaixadas ao lado das dele, sobe o olhar curioso por seu tronco, coberto apenas por uma camiseta dele e uma calcinha branca lisa, parando em seus lábios que exibiam um sorriso tímido.
Ele abaixa o pequeno microfone e deixa um selinho nos seus lábios chamativos. “O que foi, ‘mô?” A voz rouquinha questiona baixo. Você apenas nega em um balançar de cabeça, colando os lábios nos deles mais algumas vezes com selinhos rápidos, até aprofundar em um beijo lentinho.
Yunho ri, soprado contra sua boca, retribuindo o beijo, sacando todas as suas intenções no primeiro toque.
Acomoda a palma grande que se soltou do console na dobra de seu joelho, subindo lentamente por sua coxa exposta, ousando deixar um pequeno aperto na pele quando sente você se ajeitar em cima dele, rebolando minimamente sobre a ereção ainda desacordada.
Suas mãos sobem até os cabelos escuros do Jeong, retira o fone e o joga para o lado no sofá grande, puxando os fios lisos entre seus dedos, sentindo a respiração do namorado pesar contra a sua.
O manear de cabeças é afetuoso, as línguas deslizam calmamente, fazendo estalos e mais estalos ao passo que aumentam a velocidade do ósculo desejoso.
Yunho até chegou a ouvir as indagações ruidosas dos amigos vindas do fone, questionando o porque de seu personagem estar parado em meio a batalha on-line, mas não pode ligar menos, tanto que largou o console branco junto ao fone em algum lugar, levando as duas palmas para suas ancas redondinhas, empurrando-a para baixo enquanto investe minimamente para cima, roçando seu íntimos.
— Yun… — Sua voz mia contra os lábios rechonchudos, o fazendo chiar e capturar seus lábios entre os dentes, antes de a deixar pedir de forma manhosa. “Me deixa mamar, hm?” O biquinho sendo formado em seus lábios ao pedir algo tão imoral era o fim para Yunho.
— ‘Ce quer me mamar, é? — O tom grave junto ao sorrisinho de canto agregado ao lábios inchadinhos evidenciavam o quão provido de luxúria o homem abaixo de si se encontrava.
Você concorda com um manear de cabeça, roçando os lábios no dele. Solta um gemido de susto quando sente a palma direita do namorado espalmar estalada contra sua bunda, mas logo abre um sorriso sórdido, compartilhando uma risadinha ruidosa e maliciosa pela ardência em sua pele com o Jeong.
Você observa a canhota de Yunho seguir de sua bunda em direção a barra da própria calça moletom, puxa o pano pra baixo e libera o próprio falo recém acordado, que expelia uma pequena gota de excitação na ponta. “Vai, pega ele”. É o que o escuta proferir com a voz rouquinha. — Mama do jeitinho que você gosta, princesa.
Você se ajeita, sai do colo do namorado apenas para se posicionar de quatro a frente dele. Segura a base rígida do falo grosso e solta um fio de saliva sobre a cabecinha rosada, deslizando a palma para cima e para baixo, numa masturbação lenta.
A mão direita dele se encaixa em sua nuca, segura os fios firme quando a observa rodear a ponta do caralho duro com a língua.
Você abre bem a boca, aconchega a rola cheia de veias saltadas em sua cavidade quente. Engole tudo de forma faminta, toda sedenta pelo pau do namorado. “Caralho...” Escuta a voz gutural soar rouca e ao olhar para o Jeong, pode ter a visão do mais alto a encarando, a testa enrugada pelo tesão e o lábios rosados sendo mordidos conforme observava a maneira insana que você o engolia.
Saliva escorria abundantemente pela sua boca a medida que você engasgava contra o falo grosso, tentando o abrigar todo em sua boca, logo o retirando pela falta de ar.
Ele xingava em êxtase. A visão de seus lábios deslizando como seda pela glande rosinha e toda ensopada era excitante demais. A essa altura Yunho já segurava seus fios firme com as duas mãos, te forçando a mama-lo por inteiro enquanto gemia de forma grave.
— Gulosa ‘pra caralho… — Em um ato inesperado, ele a afasta da rola molhada, observando o fio de saliva o conectar com sua boca.
Com a mão livre, ele segura a base do caralho babadinho, masturba lento. “Coloca a linguinha pra fora, amor..” Você obedece sem pensar duas vezes, esticando a língua, prontamente o sentindo esfregar a cabecinha da rola gorda no músculo embebido.
— Amor… — Você abusava da manha para conseguir o quer. Não que o Jeong fosse louco de negar algo nessas circunstâncias, mas adorava o levar ao limite.
Por isso, não hesitou em se soltar do aperto do namorado, se sentando em suas panturrilhas para então puxar o tecido da camiseta soltinha para cima, a retirando de seu torso e ficando apenas com a calcinha pequena em corpo.
Engatinhou novamente até o colo do namorado, sentindo a derme queimar com o olhar de Jeong a capturar todos os mínimos detalhes da pele exposta que tanto o atraia.
Suas pernas abraçaram o quadril do mais alto novamente. A bucetinha molhada e ainda encoberta se encaixou sobre o membro duro. Você apoia sua canhota sobre o ombro e começa a se esfregar sobre ele, estimulando seu clítoris inchado, soltando gemidinhos cheios de dengo. “Me come Yun…Por favor…”
Caralho! Com esse pedido Yunho não foi capaz de esperar nenhum segundo a mais.
[•••]
— Isso- Ah! Fode Yun...
Era viciante para Jeong a ver cavalgando assim.
Quando suas coxas se contraíram ao fazer mais força e seus joelhos viraram alavancas para subir. Merda, ele achou que gozaria como um virgem.
Você rebolava sensualmente e quicava ao mesmo tempo, para cima e para baixo. Sua bunda redonda e empinada balançava nos movimentos, sendo apertadas e estapeadas constantemente. Os peitos arrebitadinhos pulando em frente a si também eram totalmente hipnotizantes para sua visão. Ele amava te ver sentando.
A cena erótica do caralho molhado aparecendo e sumindo em meio a sua bucetinha sedenta era delicioso demais. "Ah, porra! Que delícia, caralho! Isso Princesa!…"
— Yun, ah! Yun... Mais forte! Mete forte! Hm! — Você estava a beira da insanidade. Apertava o bíceps forte, mordia o ombro e arranhava onde sua palma alcançava. Caralho, estava sendo muito bem empalada pelo pau do namorado.
As mãos grandes dele se firmaram contra o osso de seu quadril desenvolto, agarrando em uma violência desmedida. Te puxou para baixo no mesmo instante que impulsionou a própria pélvis para cima, socando fundo. O choque lascivo das bolas fartas "estapeando" sua buceta cheia de gula se espalhou pelo quarto.
Yunho tinha as veias dos braços e pescoço totalmente saltadas. A barriga estava rígida, se contraia com o prazer, sentindo cada vez mais próximo de seu limite. Os dentes, às vezes, apertavam o lábio inferior, mas praticamente era impossível prender os gemidos animalescos.
Vocês trocavam beijos desengonçados, gemendo contra a boca um do outro. Saliva escorria por seus queixos à medida que suas línguas se encontravam fora da cavidade.
— Yunho! Argh! Cacete! — Em uma profunda estocada seu gemido alto e quebrado, preencheu a sala de estar do apartamento. Seu corpo estremeceu enquanto ainda sentia a movimentação do Jeong em seu interior no tempo em que chegava a seu ápice. Abraçou o corpo forte a sua frente, revirando os olhos em puro êxtase.
Sentindo o apertar de sua intimadade quente o sufocar ainda mais, Yunho se desfez também, soltando toda sua porra quentinha dentro do cabal úmido, gemendo rouco contra seu pescoço.
Com os corpos molhados de suor, vocês se encaram após alguns segundos buscando por ar, logo juntando os lábios em um beijo lento, soltando risadinhas satisfeitas e ofegantes.
“ ‘Ta porra Yunho, não sabia que ‘cê mandava ‘tão bem assim, cara…” Após o breve silêncio de estalos lentos, a voz de Mingi ecoa do fone que fora esquecido ao lado, fazendo vocês cortarem o beijo com rapidez, arregalando os olhos um para o outro.
Merda, haviam esquecido que o microfone estava ligado….
Tumblr media Tumblr media
79 notes · View notes
des-vanecido · 4 months
Text
"Nunca había rogado por nada en mi vida, pero silenciosamente pedía que me dijera que me quería, que se preocupaba por mí, algo".
-Mario Benedetti.
79 notes · View notes
cartasparaviolet · 5 months
Text
Vem cá, chega mais perto. Deixe-me deitar em seu colo enquanto escuto sobre os seus sonhos e planos e, em cada detalhe, me imagino fazendo parte deles. Deixe-me sentir o calor da sua pele e das suas palavras enquanto desenfreadamente você me conta entusiasmado sobre as suas maiores paixões, anseios e desejos. Deixe-me sentir o espaço entre nós diminuir no instante em que consigo me sentir parte do seu mundo, não somente dessa realidade, mas do que transcende as compreensões mundanas. Quero cruzar essa linha fictícia e alcançar um tesouro inestimável. Falo, aqui, do seu coração e da sua alma. Deixe-me tocar seus sentimentos e conhecer seu íntimo. Deixe-me acessar seus pensamentos e compartilhar contigo os meus. Deixe-me vislumbrar a sua alma para que possamos nos unir em um só. Deixe-me ouvir essa sua risada, tão única e inesquecível, que mais me lembra a uma doce melodia e, silenciosamente, agradeço por poder ouvi-la. Deixe-me ver as suas verdadeiras cores nos pequenos detalhes desse momento compartilhado por dois seres que buscam apenas o simples. Sim, o amor é mais simples do que imaginamos.
@cartasparaviolet
102 notes · View notes