Tumgik
#la chica del cabello rebelde
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Eres mi lugar favorito para siempre JJ
En un mundo lleno de incertidumbre, tu presencia es mi brújula, mi norte. A tu lado encuentro la calma que necesito para navegar por las turbulentas aguas de la vida. Eres mi refugio, mi oasis en medio del desierto.
Tu sonrisa es el sol que ilumina mis días, incluso los más grises. Tus palabras son bálsamo para mi alma, sanando mis heridas y llenándome de esperanza. Tu abrazo es mi hogar, un lugar donde me siento segura, amada y comprendida.
Eres mi confidente, mi mejor amigo, mi amante. Contigo puedo ser yo misma, sin máscaras ni pretensiones. A tu lado puedo reír, llorar, soñar y compartir mis más íntimas emociones.
Eres la persona que me inspira a ser mejor, a crecer como persona y a alcanzar mis metas. Me empujas a ser mi mejor versión, a superar mis límites y a conquistar mis miedos.
Por eso te elijo a ti, hoy y siempre. Eres mi lugar favorito para el resto de mi vida.
En tu abrazo encuentro la paz que mi corazón necesita.
En tus ojos veo reflejado el amor más puro.
En tus palabras encuentro la sabiduría que me guía.
En tu compañía descubro la felicidad que tanto anhelaba.
Eres mi hogar, mi refugio, mi universo.
Eres mi lugar favorito para el resto de mi vida.
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2699walkaway · 10 months
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¿POR QUÉ NO CONMIGO?
Sin pensar si estuvo mal o estuvo bien
No hay peor dolor que el grito ahogado
De un alma separada
De su cariño desesperado
Un alma que quiere sin ser querida
Un corazón que ama sin ser amado
Y es que ya ni escucho de cupido su llamado
Pues en mi sentir hay algo que se ha apagado
No lloro, no extraño ni siento
Solo sé que arrastro algo muerto
Talvez es un adiós o un hasta pronto
Porque no se vive de migajas y cuentos
"Estoy cansado, jefe" gritaban mis pensamientos
Por luchar por un cariño negado
Y por mi sueño siendo aplastado
Medido por la varilla de tu indiferencia
Voy caminando sangrando con mucha paciencia
En el sendero del eterno talvez de tu olvido
Y es que demuestras que lo nuestro no tiene futuro ni pasado
Lo único que quize fue estar a su lado
Más me lamento por vivir tanto tiempo frustrado
No hay peor dolor que amarte sin ser amado
De un lazo inexistente en cada paso que he dado
Más agradezco siempre su sonrisa
Que me mantuvo firme en mi propósito
Con sus ojos preciosos que bailaban con la brisa
Dejan un corazón destrozado
Ahogado en un desierto árido
Ahora son solo mentiras que se atan a mi cuello
Solo alucinaciones mías al admirar tu rebelde cabello
Más las lágrimas no caen de mi rostro
Talvez es mi forma de lamento que avanza sin rastro
Ella quizá ni sabe lo que siento
Yo quizá no me dí valor suficiente
Sé que no fallé y aún así lo lamento
Quizá mi timidez no me dejó ser más transparente
Pero si alguien me pregunta si la quize
Nada más sabré decir que la adoré
Y nadie podrá negar que lo intenté
Lo mucho que la hubiese amado
Lo mucho que la hubiese querido
Lo mucho que de mi lado desvanece
Mi pequeño girasol, mi pequeño rayo de luz, la linda chica que me conquistó posando su delicado rostro en mi hombro, me quedo callando mi puro sentimiento, solo preguntando, y ¿Por qué no conmigo?
¿Tengo que ser siempre a quien le dicen que se merece lo mejor y no recibo nada?
-Bes
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gonzalezrigual · 11 months
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¿Cuál ha sido tu mayor error durante la vida universitaria?
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Estudiar la noche antes para los exámenes. Es divertido, pero el hábito se vuelve una debilidad. ¡No todos los exámenes pueden ser aprobados con una sola noche de estudios!
Dejar de bañarme por días. La higiene es de extrema importancia, sobretodo cuando usas baños comunes diariamente.
Jugar con el teléfono por horas durante el tiempo libre. Jugar está bien, sólo asegúrate de que el cuerpo sude, gastarse los ojos pasa factura más adelante.
Desperdiciar tiempo viendo videos de pacotilla en Youtube. Pasar tiempo en Youtube no es un problema, pero hazlo en videos educacionales, motivacionales, y cursos gratuitos.
Discutir sobre películas con tus amigos. Discute, pero asegúrate del propósito de la discusión. Si se trata de compartir ideas, si es una lluvia de ideas, ¡O se trata simplemente de tirarse mierda los unos a los otros!
Correr tras una novia/novio. El momento cúspide de tu vida no está para conseguir a alguien temporal. Busca opciones de carrera, practica el desarrollo personal, limpia el desastre. El amor vendrá cuando así esté escrito. La carrera no, a esta tienes que atraparla.
Pasar tiempo en las redes sociales. Si quieres conocer nuevas personas y desarrollar habilidades comunicacionales, móntate en el escenario, da seminarios, stand-ups, haz de anfitrión en un festival, etc. Las personas se conectarán contigo automáticamente.
Abusar de los profesores. A veces hay profesores que son realmente malos. Pero debes aprender el arte de controlar tu ira. Ese señor puede destruir tu oportunidad de conseguir tu sueño soñado. Muéstrale tu éxito, no tu lengua.
Consumir drogas y alcohol. Tomar vino e inhalar sutta con tus amigos podrá verse bien, pero tu cuerpo merece estar mejor. No lo calientes innecesariamente. Las personas que no beben ni fuman también están viviendo.
Frecuentemente ver porno y masturbarse. Sunny Leone y Mia Khalifa no vendrán a ayudarte cuando hayas perdido tu energía y concentración.
Acosar chicas y perseguirlas. Es hora de ser un caballero. Si te gusta, ve y háblale. Sólo dile que te gusta, sé honesto. Sólo no la acoses y persigas a todos lados, es irritante.
Continuar con la tradición de las burlas. Que los veteranos lo hayan hecho contigo no significa que tú debas hacerlo con los nuevos. Sé un veterano responsable, cambia la mentalidad para poder cambiar el mundo un poco.
Estar tirado en un poof todo el día. Dormir todo el día está bien. Sólo asegúrate de pasar 1 hora en el gimnasio y diez minutos en la caminadora.
Pasar memes por whatsapp todo el día. Sí, son graciosos, estoy de acuerdo. Pero no hay diferencia entre esto y burlarse de las personas por sus rasgos faciales.
Pelear frecuentemente por asuntos triviales. Tus padres pagan para que aprendas algo, no para que rompas los huesos o los corazones de otros. Si quieres pelear, ve y únete al club de debate en escenario.
Involucrarse en la política. No, no se trata de ser un líder, se trata de volverse los peones de otro político sin saber. Rebélate en contra de las reglas que sean incorrectas, y la injusticia, pero no te vuelvas un rebelde en contra de tu propia tierra.
Ir siempre tras el sexo. Sólo tú vas a morir si te contagias de SIDA en una relación sexual, nadie más. El sexo está sobrevalorado. No cedas ante la presión social y estés con una prostituta sólo para probarle tu hombría a tus compañeros.
No hacer conexiones. Te arrepentirás a los 4 años si fuiste incapaz de conseguir un trabajo a través del campus. No te arriesgues. Conéctate con los profesores, el staff de recursos humanos y los profesionales de negocios tanto dentro como fuera de la red.
Descuidar las apariencias. Debes acicalarte, tonificarte, hacerte un corte de cabello decente, y usar buena ropa. No te estoy pidiendo que uses un Rolex o Gucci. Simplemente cómprate un juego decente de vestidos, esto te ayudará a estimular tu confianza.
Ser descortés con tus padres. A veces los padres pueden equivocarse, estoy de acuerdo, pero a veces TÚ TAMBIÉN PUEDES ESTAR EQUIVOCADO. Aprende a aceptar esto. Tus padres son la única entidad que conocerás en este planeta en la que podrás confiar. Respétalos, ámalos, cuídalos, demuéstrales que eres capaz de hacer eso.
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laserlunar · 8 months
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The Craft y Mujeres en Comunidad. Láser Lunar Zine. 6/9/2023
The Craft (1996) es una de mis películas favoritas, trata de cómo un grupo de amigas se junta y usan la magia para mejorar sus vidas y eliminar obstáculos de sus caminos. Este grupo está conformado por cuatro jóvenes brujas:
Bonnie - Es tímida e insegura pues tiene en la espalda grandes cicatrices por quemaduras que la hacen sentirse como un monstruo. Es la más noble del grupo y su habilidad especial es la regeneración acelerada.
Rochelle - También es algo insegura pues al ser la única chica negra de la escuela, ha sido víctima de constantes tormentos, agresiones y acoso por parte de algunas de sus compañeras racistas. Es una chica bastante comprensiva y su habilidad especial es causar calvicie.
Nancy - Es la líder del grupo, al haber vivido una crianza dura, tomó una actitud rebelde y una forma agresiva de responder al rechazo y malos tratos de sus compañeros de la escuela. Parece ser la bruja más poderosa del grupo, por lo menos hasta la repentina llegada de Sarah a sus vidas.
Sarah - Es la nueva estudiante de la escuela y la respuesta a las peticiones de las otras chicas para completar el cuarteto mágico. Desde su llegada tiene pesadillas sobre serpientes y ratas que la atormentan todas las noches, lo que resulta ser una señal de que es una bruja natural, diferente a las demás.
Puede que mi gran atracción por esta película sea causada porque, así como las chicas, estudié toda mi vida en un colegio católico en el cual la brujería es vista como algo prohibido, malvado y que solo trae problemas para las “buenas niñas” que siquiera deciden investigarla. Aunque este interés que he descubierto por el ocultismo será tema para otra ocasión, lo que más me interesa destacar de esta historia es cómo podemos ver reflejadas las relaciones entre mujeres adolescentes y cómo pueden impactar en la vida de cada una.
La adolescencia es la etapa más caótica del desarrollo humano, pues ofrece oportunidades para crecer en competencia cognitiva y social, autonomía, autoestima, etc. (Papalia, D. y Martorell, G., 2015) Por esto, se vuelve una constante lucha por querer encajar dentro de la sociedad, y es especialmente caótico para las mujeres porque, gracias a los estándares de belleza y millones de expectativas que se espera que una cumpla, se crea una gran competencia entre mujeres y todo esto impacta demasiado en la forma que desarrolla cada persona para relacionarse con los demás. 
Esto no es excepción para el cuarteto de The Craft, pues Bonnie, Rochelle y Nancy son las chicas “raras” de la escuela, son consideradas poco atractivas y son temidas y apartadas por practicar la brujería. Las tres se vuelven amigas y crean su propia comunidad de apoyo y cada una usa la magia a su favor para intentar eliminar el obstáculo de su “rareza” para poder tener una vida “normal”.
Pertenecer a una comunidad es muy importante porque esta nos proporciona identidad, sentido de pertenencia,apoyo y ayuda cuando se está pasando por un momento difícil. (Stein, S. 2023). Así que este grupo sirve de una especie de refugio para estas amigas.
Con la llegada de Sarah cambian las cosas, el cuarteto se completa, se juntan norte, sur, este y oeste, agua, tierra, fuego y aire, y al descubrir el poder natural que tiene Sarah en su interior, las cuatro se vuelven más fuertes, menos inseguras y más unidas. Me gusta pensar que esta magia interna que tiene Sarah es la compasión, la empatía, la sororidad y el amor porque logró darles la chispa que necesitaban sus amigas para tomar sus vidas por las riendas y forjar su propio camino. Las cicatrices de Bonnie desaparecen y se viste con ropa más reveladora y su confianza y autoestima mejoran, Rochelle logra poner en su lugar a su bully y hace que se le caiga el pelo (para esta chica su cabello lacio y güero era el símbolo de belleza que le hacía sentirse superior a Rochelle) y Nancy y su madre heredan una gran suma de dinero que las aleja de la pobreza que tanto detestaba. 
Todo iba bien hasta que Nancy comenzó a sentirse celosa porque Sarah se había vuelto más poderosa, y parecía haber tomado su lugar como la líder, esto la hace enfurecer y amenaza a Bonnie y a Rochelle recordándoles que sin ella y la brujería que les enseñó seguirían siendo las chicas raras, feas y solitarias de antes. Aquí es donde entra esta competencia innecesaria impuesta por un sistema que por siglos nos ha manipulado para que veamos a otras mujeres como competencia para sentirnos bien con nosotras mismas.
Tristemente esto es muy común a partir de la adolescencia, a veces tomamos actitudes machistas y criticamos a las demás por cómo se ven, lo que hacen y lo que les gusta. No es raro escuchar de mujeres que odian lo femenino y lo que puede ser considerado como tal o que dicen preferir juntarse con hombres porque “son menos complicados”. Hacer menos a otras mujeres no nos hace mejores. Las mujeres somos tan diversas que cada una de nosotras tiene su propia definición de lo que es ser mujer, nos vemos diferentes, vivimos situaciones diferentes, pero no tenemos por qué atacarnos entre nosotras  así que hay que dejar en el olvido esta competencia. Ahora, esto no significa que tengamos que ser amigas de todas, es válido no estar de acuerdo con alguien o querer evitar a alguien que te ha hecho daño, pero podemos unirnos en una comunidad de apoyo y utilizar lo que nos hace especiales para ayudarnos mutuamente. Las mujeres somos mágicas y nuestra magia interna nos hace quienes somos.
Referencias:
Fleming A. & Wick D. (1996). The Craft. Estados Unidos: Columbia Picture.
Papalia, D. y Martorell, G. 2015. Desarrollo Humano. 13º edición. Editorial: McGrawHill Education. p.323.
Stein S. 2023. La Importancia de la Comunidad. Psychology Today. Sitio web: https://www.psychologytoday.com/mx/blog/la-importancia-de-la-comunidad#:~:text=Una%20comunidad%20proporciona%20identidad%2C%20apoyo,a%20las%20que%20podamos%20recurrir.
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vangelismorgan · 2 years
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Stormbringer Parte 4
[Daemon Targaryen x Baratheon Reader]
El rey Viserys le ha ofrecido a Daemon un puesto en su consejo, poco después de la muerte de tu madre, no sabes si King's Landing es siquiera consciente de la perdida y dolor, pero aún así afrontas la palabra del rey. Aerion es cada vez más consciente de su herencia, y Daemon vuelve a tener ambiciones, o... Siempre las tuvo ¿No?
Saera Targaryen había sido una madre maravillosa, más allá del tempestuoso carácter y la frivolidad, para ti no tuvo más que cariño y afecto, los años no parecieron pasarle cuota, tan hermosa en salud y tan hermosa ahora en la enfermedad que la asolaba.
—De lo único que me arrepiento, querida niña, es de jamás haber montado un dragón, —se burló con una sonrisa mansa, extraña para una mujer que su mayor virtud era la arrogancia, nieta de reyes, hija de reyes ¿Qué más podría ser? —Pero tú lo haces, mi dulce chica. Cuidarás a tu hermana cuando me vaya, y también de tu padre, ese viejo tonto ¡Ja! Y saber que soy mucho más joven que él y seré la primera en irme. Esperaba la viudez, ya sabes, para disfrutar de uno o dos amantes...
Reiste bajito y con la garganta atorada por el llanto. Los escalofríos habían tomado inesperadamente a tu madre, trágicamente irónico, pensaste, esa misma afección se llevó a la princesa Daenerys.
—No te quejes madre, siempre te ofrecí llevarte en Stormbringer, y te negaste.
—Esa bestia horrible, —Saera rió y le siguió una tos ronca—, esperaba que tomaras un dragón tan bonito y majestuoso como Silverwing, o Dreamfyre, y de todos los disponibles, te vinculaste con esa cosa vieja y salvaje.
—Es un buen dragón, —discutiste, Saera sonrió.
—Si, tanto como tu marido, —las manos pálidas de tu madre acomodaron un mechón de cabello rebelde detrás de tu oreja—, veré a padre y madre, me disculparé con ellos por todos los dolores de cabeza. Lamento no despedirme de mis chicos, Aerion, Argilac, ámalos bien, cuídalos y enséñales a ser escudo y espada, no permitas que haya grietas, Fuego y Sangre es el lema de nuestra casa, pero Nuestra es la Furia está grabado en tu piel y la de ellos, que usen esa furia para protegerse unos a otros.
—Lo haré madre... —sollozaste.
—No llores pequeño dragón, llama a una hija tuya en mi honor, y hazle ver a ese rebelde que tienes por marido, que una hija es más difícil que una corona. Ahora déjame dormir cariño, quiero soñar con mi juventud una vez más.
A la hora del murciélago, mientras la llovizna golpeteaba constantemente las paredes de la fortaleza, Saera Targaryen, murió rodeada de su familia.
Una carta de condolencias llegó desde la capital, y otra más convocando a Daemon.
—Neressa puede suplir mis funciones y papá volverá de Tarth en una quincena, —dijiste mientras dabas las últimas puntadas a unos cueros de montar nuevos, tu marido miraba la chimenea todavía asimilando la orden de su hermano el rey—, Argilac permanece, y podemos llevar a Aerion con nosotros, ya es lo suficientemente mayor.
Daemon hizo una mueca, suspiró y se desparramó sobre la silla, cansado de repente.
—Dime una cosa esposa, y sé sincera ¿Realmente me ves como maestro de leyes? —cuestionó Daemon, en respuesta negaste con una sonrisa burlona.
—Dejarás King's Landing en carne viva, tan áspero como una lija son tus decretos, pero para eso me tienes a mí, —sugeriste con cuidado—, no tienes por qué estar solo ahí.
Daemon asintió, la sombra de Viserys se alzaba sobre él, y te preguntabas si alguna vez Daemon podría conformarse con Storm's End y una vida tranquila. No lo haría...
—Soy su heredero, —murmuró—, pero se niega a darme el título, Aemma volvió a perder un hijo, y los años pasan mientras tú ya me has dado tres ¿Qué más necesita mi hermano?
—Aerion es un Baratheon, —corregiste con amargura—, de eso se encargó el abuelo.
—Aerion es mi hijo, —refutó tu marido—, si Viserys me nombra, entonces tomará el nombre Targaryen después de mí, y sus hijos, Argilac puede tener las Stormlands.
«Aerion es la espada, Argilac su escudo, suya es la furia, y deben protegerse, amarse uno al otro» aquello era un mantra que adoptaste desde la muerte de tu madre, y con cansancio volviste a negar.
—No harás una brecha entre nuestros hijos. Aemma aún es joven, en cualquier momento puede dar a luz un hijo sano.
Daemon no dijo nada más, pero sabías lo que pasaba por su atribulada cabeza, todos los planes, las posibilidades de empujarse a sí mismo como el heredero del rey, su ambición no conoció límites, y, aunque claramente erase ese un rasgo atractivo, también lo era peligroso.
Aerion tenía seis días del nombre y sería la primera vez que montaría sobre un dragón, Stormbringer era una criatura fácilmente irritable igual que Caraxes, no obstante con tu hijo y el tu olor impregnado en él, hizo que el dragón lo tolerase y las manitas de Aerion acariciaron con cuidado las alas cálidas de tu montura.
—¿Algún día podré tener uno propio muña? —preguntó con entusiasmo.
Lord Boremund apretó la mandíbula, miró a un costado y escupió algo, desde la muerte de tu madre, tu padre se volvió más arisco y amargo, solo la compañía de Neressa lo calmaba y le devolvía un poco de su viejo carácter, después de todo tu hermana menor era la que más se parecía a Lady Saera.
—Espero que sí, —dijo Daemon ignorando de largo el rostro enojado de Lord Boremund, y la sonrisa arrogante que se delineó en su cara lo diría todo—, la sangre de la vieja valyria es fuerte en tí, mi hijo, no naciste para nada menor.
Aerion chilló emocionado, le palmeaste la espalda y suspiraste tratando de calmar los nervios, dejabas atrás a tu Argilac, de carácter manso y más apacible que el tormentoso de Aerion, era como si tu segundo niño supiera bien su deber, y aunque te hizo sentir orgullosa, también sentiste remordimiento, era solo un niño de cuatro, pero tenía la solemnidad de un adulto resignado.
—Cuidate hermana, —dijo Neressa—, y no te metas en problemas por favor.
Reíste bajito, y la despedida se sintió agridulce.
Caraxes y Stormbringer levantaron vuelo, Aerion se apretó contra tu cuerpo, tan aterrado como fascinado mientras más y más ascendían al cielo.
King's Landing seguía siendo una ciudad caótica, y aterrizaron en las faldas del pozo dragón, a diferencia de Caraxes más acostumbrado a los dragon keepers, tú debías ser más cuidadosa con Stormbringer, que, hasta hace unos años, era un dragón brutal que devoraba a los suyos, y se ganó el siniestro título del caníbal, dejarlo tan a la deriva era peligroso.
—¡Muña! ¡Muña! ¡¿Cuando nos instalemos, crees que el rey me deje ver a todos los dragones?! —la insistencia de Aerion en otra situación hubiera sido encantadora, ahí sin embargo, con oídos y ojos en todas partes, implicaba mantener la guardia alta.
Daemon de repente alzó a su hijo sobre los hombros, el niño chilló de alegría, —¡Más arriba kepa!
Era tan diferente cuando estaba aquí, en el hogar donde nació, el que pensó que era su derecho de nacimiento, algo dentro de tu corazón dolía ante la visión, cuando debería hacerte feliz ver tan desenvuelto y feliz a Daemon... Dolía tanto amar a ese hombre. Forzaste la mejor de tus sonrisas, las mejores cortesías y emprendieron el camino hacia la fortaleza roja.
—Escuché que Otto trajo a su propia prole a la capital, se ha acomodado plácidamente con el puesto de mano, —comentó Daemon mientras jugaba con un dragón de madera tallado, un regalo de Aerion para su primer onomástico.
—¿Lo escuchaste de tus amigos del lecho de pulgas? —te burlaste, no podías estar enojada y no querías, tu marido te necesitaba, tu soporte y apoyo.
—Puede ser, —dijo encogiéndose de hombros—, Viserys amará a Aerion, —murmuró—, siempre tuvo debilidad por los niños, y es tanta su necesidad de querer uno propio.
Un hueco se te hizo en el estómago, no, Daemon no sería capaz de empujar a Aerion en ese pozo de serpientes, era solo un niño, tu bebé, lo amamantaste tú misma , y en tu regazo aprendió todo lo que sabía hasta ahora.
—Sí, —no te quedó otra cosa por contestar—, nuestro chico es maravilloso.
—Y a la princesita debe hacerle falta un amigo, —la sonrisa de Daemon se extendió, una embustera y traviesa, se veía tan guapo, eran jóvenes llenos de promesas y un futuro brillante.
—Aerion a veces puede ser difícil, —dijiste también con una sonrisa, la tuya era nostálgica, recordando a tu desafiante hijo lanzándose desde los acantilados en la bahía de los náufragos, dándote sustos de muerte—, pero es un buen chico ¿Lo serás verdad mi amor?
—Sí muña...
Aerion dormía en los brazos de su padre cuando llegaron a la fortaleza roja, y el salón del trono recibiendolos con su asfixiante abrazo, Daemon era la.imagen misma del padre en ese momento, con su heredero en brazos, y la carita regordeta de Aerion descansando sobre el ancho hombro del principe, la imagen para un cuadro, y no pasaste por alto la mirada del rey Viserys, fascinado con la imagen de su hermano.
—Daemon, —saludó el rey manteniendo la compostura—, bienvenido a casa...
Casa... Después de todo, king's landing era el hogar de Daemon, suspiraste empujando los pensamientos mezquinos, y sonreírse una vez más.
—Y tú mi dulce buena hermana, el matrimonio y la maternidad solo te ha vuelto más hermosa.
¿Era así? A veces odiabas tu propio cuerpo, tan lleno de grasa en algunas partes, y las marcas crueles del embarazo dibujadas en toda la extensión de tu vientre y tus pechos, la maternidad no era romántica ni hermosa, era un camino espinoso y crudo, a veces cargado de dolor cuando tus hermosos bebés tiraban con fuerza de tu pezón, o sus manitas aruñaban el contorno de tus pechos... Luego miraste a la cansada Aemma, ella debía entenderlo mejor, con todas las pérdidas, tanto dentro como fuera de su útero.
—Gracias su gracia, —fue lo único que supiste responder —, es un honor haber recibido su invitación, y la propuesta para mi marido en su consejo.
—¡Oh! Daemon es mi hermano más amado, y el único, no podría hacer esto solo, lo necesito aquí.
Y tú lo necesitabas a él, pensaste, Daemon era tuyo, lo juraron frente a los dioses, fueran los nuevos en sus votos hechos frente a un septon, o los Valyrios, en una ceremonia privada y muy íntima donde la sangre y el fuego se mezclaron en un ritual en las faldas del monte dragón.
—Pero dejemos las formalidades para después, por favor tomen el pan y la sal, e instalense en su nuevo hogar.
A solas, luego de toda la fanfarria y pompa, te dejaste caer sobre la cama, cansada del viaje, la corte y todos tus pensamientos arremolinados, no era miedo lo que te invadió, era incertidumbre. Daemon desapareció por unas buenas largas horas, y al volver olía a vino, sus mejillas pálidas estaban teñidas de un vivo rojo mientras te sonreía bajo la luz ambarina de las velas, y comenzó a deshacerse del chaleco y la camisa, para tumbarse junto a tí en la cama.
—Quítate las botas, —pediste frustrada—, vas a llenar la cama de lodo.
Daemon soltó una risa, y solo se movió para cernirse sobre tí, como un depredador.
—¿Estás enojada? —interrogó mientras sus labios se deslizaban sugerentes en el escote de tu ropa para dormir.
—Daor [no] —murmuraste, mientras tus propias manos te traicionaron, buscando deshacerte de la ropa de Daemon, y tener su piel contra la tuya—, kōz valar [condenado hombre]
—Issa merbugon āola [estoy hambriento de tí].
Y tú también lo estabas, lo querías tanto, su soledad solo era saciada con sus cuerpos desnudos, frotándose, un dragón para otro dragón.
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mariadecapitated · 2 years
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CRIMINAL
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Asististe con tu prometido a esa fiesta. Se trataba de una cena de gala para celebrar su nombramiento como CEO de una gran corporación financiera. Él estaba muy orgulloso y caminaba pavoneándose entre los invitados que se acercaban a felicitarlo y darle sus mejores deseos, él hablaba con ellos y les sonreía, mientras que a ti te había relegado a segundo plano. Estabas muy aburrida escuchando esas charlas de negocios y te distraías mirando la decoración del salón. De pronto, la mano de tu prometido te apretó con fuerza el brazo, haciéndote daño.
-¿Qué sucede? – Preguntaste haciendo una mueca - ¡Suéltame que me lastimas!  
-Deberías de cambiar esa cara – Dijo con furia – Detesto cuando te pones pesada.
-¡Estoy aburrida! – Exclamaste y te soltaste de su agarre – Sabes que detesto este tipo de reuniones.
-¡Pues aguántate! – Susurró entre dientes - ¡Y sonríe que parece que estás en un funeral! Yo no sé porque vine contigo.
Suspiraste y parpadeaste un par de veces para ahuyentar las lágrimas que estaban a punto de salir de tus ojos. No era la primera vez que él te trataba así, que te lastimaba e insultaba. Corriste hasta el baño y te encerraste ahí, mientras te mirabas en el espejo. ¡No era justo! ¿Por qué seguías con ese idiota? Te preguntaste mientras alisabas tu cabello y abandonabas el baño para volver a reunirte con tu prometido. ¡Después de esa fiesta ibas a mandarlo al demonio!   
Lo buscaste por un buen rato, hasta que lo encontraste coqueteando con una morena. La chica reía a carcajadas, mientras que el muy imbécil le acariciaba el trasero y le besaba el cuello. Te acercaste hasta ellos, los miraste fijamente y exclamaste.
-¿Qué demonios? – Dijiste con voz muy alta – Parece que se están divirtiendo, pero, ¿sabías que él está comprometido? – Le preguntaste a la morena, quién de inmediato se hizo para atrás.
-¿Qué rayos haces? – Preguntó tu prometido - ¡Baja la voz!
-No, ¡no me voy a callar! – Le gritaste – Ya estoy harta de esto, ¡estoy cansada de lo mismo!
Él no te respondió, sólo te sujetó con fuerza del brazo, clavando sus dedos en tu carne mientras te arrastraba en pos de él hasta la salida del salón.
-¡No vuelvas a humillarme en público! – Te gritó y después descargó la palma de su mano sobre tu mejilla, haciendo que casi cayeras al piso por la fuerza del golpe.
Comenzaste a sollozar. ¡Eso iba a terminarse de una buena vez! Cuando tu prometido estaba a punto de abofetearte de nuevo, un hombre apareció de la nada y lo sujetó del brazo, obligándolo a darse la vuelta. El sujeto le lanzó un puñetazo directo al estómago y después otro golpe en el rostro y luego otro, haciéndolo caer al piso mientras se quejaba de dolor.
Tú contemplabas sorprendida la escena. El hombre parecía caído del cielo, ¡era tu salvador! Lo analizaste mientras le gritaba amenazas e improperios a tu “ex prometido”. ¡Era muy guapo! Tenía facha de rebelde, del tipo rudo y atractivo. No era muy alto, pero era fuerte,  cuerpo atlético y trabajado, piernas enfundadas en unos jeans deslavados y rotos, botas de motociclista, camiseta blanca y chamarra negra de piel. Él se acercó a ti y pudiste observar su rostro, ¡era bello! Tenía una barba de candado, mandíbula fuerte y afilada. Te miró con dulzura y te tendió la mano. Fue entonces que reparaste en sus hermosos ojos y dejaste escapar un suspiro al experimentar cómo la adrenalina se disparaba en tu interior.
-¿Te encuentras bien? – Preguntó él - ¿No te hizo daño?   
-No, muchas gracias – Respondiste – Estoy bien.
-¿Piensas quedarte con él? – Preguntó señalando a tu ex que se retorcía aún en el piso para después alejarse y subir a su motocicleta.
-¡No! – Gritaste - ¡Espérame! – Y te aproximaste hasta tu prometido para patear sus testículos y gritarle - ¡Te odio, púdrete desgraciado! – Mientras le tirabas el anillo de diamantes a la cara - ¡Ya no me quiero casar contigo!
Corriste hacia el desconocido, que observaba divertido la escena. Te detuviste frente a él y le sonreíste.
-¡Thomas Hardy, muñeca! – Murmuró extendiendo su mano, la cual tomaste y estrechaste con fuerza al tiempo que murmurabas tu nombre.
-Es un gusto – Sonreíste y dejaste escapar un suspiro – Muchas gracias.
Él te miró de manera insinuante y su sonrisa se amplió. Ya no era una simple sonrisa amistosa, había algo más. Lujuria, sensualidad, lascivia…
-¿Quieres que te lleve? – Preguntó Tom.
Miraste tu vestido de encaje, bien ajustado al cuerpo. Te encogiste de hombros y rasgaste la falda de este y sin decir una sola palabra, te acomodaste sobre la moto. Rodeaste su cintura con tus brazos y recargaste la cabeza en su espalda, aspirando el aroma de su cuerpo. Thomas sonrió complacido y echó a andar la motocicleta, conduciendo entre las calles de la ciudad.
-¿A dónde vamos? – Preguntaste a gritos, pues el ruido del motor de la motocicleta y del viento te impedían comunicarte con él.
-¡Vamos a comer algo! – Gritó el hombre – Tengo hambre, ¿tú no?
Se detuvieron frente a un establecimiento callejero de hamburguesas y después de pedir su orden se sentaron sobre la banqueta. Esas hamburguesas te supieron a gloria y saboreaste lentamente tu comida. Tom no dejaba de mirarte, tú le devolviste esa mirada y le sonreíste.
-¿Por qué estabas con ese tipo, bonita? – Preguntó cruzándose de brazos – No entiendo que hacías con ese hijo de puta.
-Era mi prometido – Respondiste limpiándote los labios con la servilleta – Al principio no era así, ¿sabes? Pero siempre es la misma mierda. Son unos desgraciados, te maltratan, abusan y después te piden perdón de rodillas, jurando por su madre que no lo volverán a hacer. Al final de todo, la tonta es una, por creerles.
-No seas tan dura contigo misma – Murmuró Thomas – No todos los hombres son iguales – Dijo encogiéndose de hombros.
-¿Tú no eres así? – Le preguntaste mientras lo mirabas fijamente a los ojos.   
-No – Exclamó – Quizá soy peor – Dijo y se puso de pie - ¿Quieres que te lleve a tu casa?
-¿A qué te dedicas, Tom? – Exclamaste sin poder evitarlo.
-No tengo un oficio fijo – Murmuró con sinceridad – Soy un alma libre, recorro el país en motocicleta. Trabajo en cosas eventuales, un día aquí, un día allá – Suspiró – Simplemente busco la manera de obtener dinero fácilmente y rápido. No echo raíces en ningún lado. 
Esbozaste una sonrisa, de momento, su forma de vida te pareció divertida y atrevida. ¿Por qué no tratar? Formulaste esa pregunta en tu mente, le pedirías a Tom que te invitara a unirte a su viaje y, después de esas “vacaciones”, regresarías a tu vida monótona y aburrida. Pero en ese momento necesitabas salir de tu zona de confort, vivir una aventura, liberarte, volver a sentir cómo la adrenalina recorría tus venas y pasarlo bien. No importaba que fuera un desconocido, ¿qué más te daba?
-¿No estás interesado en buena compañía? – Preguntaste de golpe.
-¿A qué te refieres? – Exclamó mientras se echaba a reír.
-A que me gustaría acompañarte en tu viaje – Dijiste al tiempo que tu dedo se deslizaba por su pecho y una sonrisa coqueta aparecía en tu rostro.
-¡Ohhh! – Exclamó con sorpresa y se rió de manera sensual - ¿Estás segura, princesa? – Te preguntó sin borrar la sonrisa de sus labios – Porque mi forma de vida no es tan fácil cómo crees.
-No me importa – Murmuraste – Yo podría unirme a ti en el trabajo, además, me parece una excelente aventura, una especie de reto para mí. Otra cosa, sería de manera temporal, ¿no lo crees?
Él entrecerró los ojos analizando lo que acababas de decirle. Quizá no fuera fácil para ti, tal vez en el primer obstáculo tú podías echarte para atrás y regresar a la vida que estabas acostumbrada. Tú parecías muy convincente, por un momento no analizó a conciencia, simplemente se dejó llevar como tú. ¿Quién podría resistirte a una compañía tan encantadora cómo la que él tenía en frente? Asintió y exclamó.
-¡De acuerdo, señorita! – Murmuró acariciando tu rostro – Me has convencido, sólo lleva lo más indispensable para el viaje.        
Gritaste emocionada, sin imaginarte en lo que acababas de meterte. Te lanzaste a sus brazos y él te sujetó con fuerza. Por un brevísimo instante sus miradas se cruzaron. Dejaste escapar un suspiro y sin poder evitarlo, sus labios se unieron a los suyos. Fue un beso apasionado e intenso. Las manos de Tom recorrieron todo tu cuerpo, repasando tus curvas. Se separaron debido a la falta de aire, lo miraste con deseo y volviste a besar sus apetitosos labios.
-¿Lista para el viaje? – Te preguntó.
-¡Lista! – Gritaste – Pero antes, ¿me llevas a casa por mis cosas?
Él volvió a reír, te tomó de la mano y volvieron a subir a su motocicleta. El hombre condujo veloz por las calles de la ciudad, siguiendo el trayecto que le indicaste. Se detuvo frente al edificio en el que vivías y entró junto contigo en el lugar  hasta detenerse en tu departamento y mientras preparabas una pequeña mochila, Thomas descansó sobre tu cama y observaba a detalle tus movimientos.
-¿En verdad quieres dejar todas estas comodidades por vivir una aventura? – Preguntó sorprendido - ¡Lo que daría yo por vivir así!
-Será de manera temporal – Murmuraste y te sentaste sobre la cama – Después regresaré a mi vida cotidiana y… ¡simplemente deseo salir de la rutina! – Comentaste mientras te dejabas caer sobre la cama – Quizá si te place, podrás venir conmigo y disfrutar también de estas comodidades – Le dijiste recostándote sobre tu costado y mirando a Tom.
-¿Y por qué no pasamos la noche aquí? – Respondió dedicándote una mirada fogosa – Mañana por la mañana podríamos comenzar nuestro viaje juntos.  
-¡Tienes razón! – Murmuraste - Nos hará bastante bien descansar – Y te mordiste la punta del dedo índice con picardía – Entonces… ¿te gustaría dormir conmigo? – Preguntaste levantándote de la cama.
Las miradas ardientes que Tom te dedicaba habían aumentado la temperatura de tu cuerpo. Deseabas sentir sus manos sobre tu piel ardiente, él te sonrió y se puso de pie aproximándote hacia ti y rápidamente te ciñó de la cintura y pegó su boca a la tuya, besándote con fiereza, con un beso profundo y urgente. Tu corazón latía a mil por hora y sentías que el pulso golpeaba tus sienes. Te estremeciste ante su cercanía y Thomas te ciñó con más fuerza y no pudiste reaccionar más que a ese beso tan arrebatador y ardiente que te desarmó por completo, levantaste los brazos para rodear su cuello y acariciar su pelo e inclinarlo más hacia ti. Las manos del hombre te sujetaron con firmeza del trasero, pegándote a su cuerpo del cual brotaba un intenso calor que poco a poco te contagió.
Gemiste sonoramente cuando sus labios se separaron de los tuyos, tu respiración agitada subía y levantaba tu pecho con frenesí, mientras que tus ojos no podían despegarse de la figura de Tom. Él te observaba, sus ojos no perdían detalle de tu cuerpo aún enfundado en ese vestido elegante. Thomas te dedicó una sonrisa perversa que dejaba al descubierto sus intenciones, ¡Tom te deseaba, tanto como tú a él!
Una vez más te abalanzaste a sus brazos para besarlo con intensidad, te sorprendiste al darte cuenta de cuán adictivos eran esos besos. Su contacto despertaba en ti voluptuosas sensaciones, mientras sentías como la sangre hervía en tu cuerpo. Las manos de Tom se movieron por toda tu anatomía, pero el vestido estorbaba, así que sin perder un instante más, lo quitó de tu cuerpo, para revelar tu silueta enfundada en un sexy conjunto de lencería de encaje.    
Hiciste a un lado el vestido con la punta de tu pie y por un instante te ruborizaste. ¡Estabas semidesnuda frente a un extraño! Un hombre a quién apenas acababas de conocer pero, ¿qué más daba? Tom te estaba mirando con los ojos bien abiertos y las pupilas dilatadas. El deseo se reflejaba en su mirada y él estaba a punto de abalanzarse otra vez sobre ti… y lo deseabas, así que dejaste que él tomara el control de la situación.
-¡Eres muy sexy! – dijo Tom mientras una de sus manos se posaba en uno de tus senos y lo apretaba con delicadeza.
Jadeaste y cerraste los ojos para seguir disfrutando de esas caricias. La mano de Hardy estaba demasiado caliente y podías sentir ese calor a través de la tela de tu sostén, él no dejaba de mirarte y se relamía los labios. Lanzaste un gemido cuando te levantó en brazos y te depositó sobre la cama. Él permaneció de pie, contemplando tu figura. Sus ojos brillaban de deseo mientras te miraba y comenzó a sacarse la ropa para lanzarla al piso de la habitación y después dejarse caer a tu lado sobre la cama, rodeándote con sus brazos.
Las manos del hombre recorrieron tus muslos y te relajaste al sentir sus caricias mientras aspirabas su aroma, lo ceñiste con fuerza de la cintura y por un impulso, besaste su pecho y pasaste la lengua sobre sus pectorales. ¡No pudiste contener las ganas de tocarlos! Deslizaste tus manos hasta ellos y los estrujaste como enajenada mientras sonreías de forma pícara. Él te devolvió la sonrisa y, rápidamente desabrochó tu sostén para dejar al descubierto tus senos, los contempló y tus pezones se endurecieron. Tom no perdió el tiempo y acercó su boca hasta uno de tus pechos para lamer tu areola.
Gemiste, jadeaste y gritaste ante esa caricia. Su tibio aliento logró que tu piel se pusiera como de gallina, todo tu cuerpo se llenó de calor y tu espalda se arqueó exigiendo más. El rostro de Thomas se hundió entre tus pechos, los cuales continuó saboreando, degustando, chupando, haciendo un ruido infernal que para ti parecía música celestial. Tus manos se clavaban sobre el colchón mientras tus caderas se movían rítmicamente y tus fluidos comenzaban a brotar a torrentes, ¡jamás habías reaccionado así ante un chico! Las caricias de Hardy eran las más eróticas que hubieras experimentado.
Thomas se incorporó y te miró con ansias y deseo. Lo sujetaste por la nuca para besarlo de manera apasionada. Fue un beso muy húmedo y subido de tono, sus lenguas se enredaron una con otra, sus dientes chocaban y te atreviste a morder su labio inferior, haciéndolo gemir. Tus manos acariciaban los músculos de su pecho y espalda, también masajeaste su trasero a tu antojo, ¡él te daba la libertad de que lo tocaras y exploraras su cuerpo a placer! Tu pierna derecha se enredó en su cadera mientras tu espalda se arqueaba y comenzaste a frotar rítmicamente tu pelvis contra la de él. Ambos gimieron, pero tú con mayor fuerza al sentir la dureza de su sexo contra tu vientre.
Hardy comenzó a acariciar de nuevo tus senos y deslizó su boca sobre ellos, después descendió hasta tu abdomen para morderlo con suavidad, tu garganta se deshacía en gemidos y tu cuerpo tiritaba. Él siguió con su descenso, hasta que se topó con el elástico de tus bragas y las deslizó con suavidad sobre tus piernas. Reíste y gemiste al mismo tiempo sin poder decir algo más, sólo tu cuerpo reaccionó sin que pudieras evitarlo, abriste las piernas y te ofreciste para él, ¡era el deseo quién gobernaba tus acciones! Tom rió otra vez para deslizar su mano sobre tu sexo húmedo y juguetear entre los pliegues de tu piel, tú mordías tu labio inferior, poseída por un torrente de agradables sensaciones. Ya no eras dueña de ti misma, ese hombre se había apoderado de ti, ahora era él quien mandaba. Seguiste gimiendo, empujando las caderas mientras que sus dedos se hundían fácilmente dentro de ti. Él también estaba enajenado contemplando las reacciones de tu cuerpo, sus ojos oscurecidos por el deseo gozaban con tus movimientos, tus gestos y sus oídos se llenaban de tus gemidos.
-¡Esto es fascinante! – Murmuraste aferrando tus dedos a las sábanas – Yo sólo he disfrutado de estos encuentros en mis sueños.
-Te aclaro que esto no es un sueño, muñequita. – respondió Tom dándote la vuelta para dejarte boca abajo y colocándose de nuevo sobre ti.
Gritaste al sentir sus dientes morder tus hombros, él te besaba con ternura la espalda y continuaba disfrutando de las intensas reacciones de tu cuerpo. Su barba rozaba tu espalda, lo mismo que sus labios y su lengua, tú sólo podías jadear, casi suplicando por más, ¡que no se detuviera! Deseabas prolongar ese momento por la eternidad, Thomas seguía con su recorrido por tu espalda, hasta detenerse en tus glúteos.
Un renovado grito se escapó de tu garganta cuando las manos de Hardy abrieron tus muslos para revelar tu intimidad, al tiempo que su lengua la recorría y sus labios succionaron tu sexo, tu espalda se arqueó, levantando aún más tu culo para que él tuviera un total acceso de esa parte tan íntima de tu ser. Gritos y más gemidos salían de tu boca, ¡estabas a punto de colapsar! Tom era un experto, de eso estabas completamente segura, su lengua entraba y salía de ti a su antojo, parecía como si él conociera tus puntos más vulnerables. Una descarga eléctrica sacudió tu cuerpo mientras sentías que las fuerzas se te escapaban, el orgasmo se abalanzó sobre ti, dejándote sin conciencia y te perdiste en esas deliciosas sensaciones.
Thomas te abrazó por la espalda mientras escuchabas cómo su lengua lamía sus labios, él te  dio la vuelta y su boca volvió a unirse a la tuya. Durante un instante te encontrabas perdida dentro de ese mundo de ensueño, tu cuerpo estaba bañado en sudor y respirabas con dificultad. Lentamente, tomaste un poco del control que te había sido arrebatado y deslizaste tus manos hasta el elástico de sus bóxers y tiraste de ellos para dejarlos hasta sus rodillas. Tommy te ayudó y los sacó de su cuerpo, lanzándolos a un rincón. Con tu mano temblorosa, tomaste su pene y esbozaste una boba sonrisa, dijiste algo que ni tú entendiste y recorriste toda su longitud, al principio con timidez, pero poco a poco, aceleraste el ritmo de tus caricias.
El hombre cerró los ojos para dejarse llevar por lo maravilloso de tu tacto, él gemía, gruñía y decía cosas incoherentes. Sin dejar de tocarlo, te inclinaste y besaste sus labios entreabiertos. Él abrió los ojos de golpe y sus mirada se conectaron, Tom colocó su mano en tu nuca y atrajo tu cabeza para besarte con arrebato, fue un beso largo y apasionado que volvió a dejarte fuera de combate.
Thomas se sentó sobre la cama y tú rápidamente te acercaste a tu buró para tomar un preservativo y se lo entregaste con una sonrisa. Él lo recibió y te guiñó un ojo mientras se lo colocaba rápidamente. Tú te acercaste a él y Hardy te tomó por la cintura para sentarte a horcajadas sobre su regazo, hundiéndose lentamente dentro de ti.
-¡Sí, sí, sí! – Gritaste al sentir cómo te llenaba, te aferraste a su cuello y comenzaste a balancear tus caderas.
La cara de Tom se hundió de nuevo en tus pechos para atrapar con su boca uno de tus pezones y mordisquearlo mientras sus movimientos se aceleraban. Tus caderas caían con más fuerza sobre él y Hardy se impulsaba para no dejar de penetrarte. Se separó de tus pechos para buscar con urgencia tu boca y volver a besarte con insistencia. Sus lenguas comenzaron una ardua batalla y sus dientes se golpeaban entre sí. Sus cuerpos se habían unido en un solo ser y se movían cada vez con mayor violencia. Ninguno de los dos pudo más y se dejaron envolver por ese torbellino de deliciosas sensaciones. La culminación de su acto estaba cada vez más cerca. Gritaste su nombre y hundiste tus uñas en su carne, él te apretó tu cintura con más fuerza hasta que sintieron como sus cuerpos se convulsionaban, dejándose llevar por el éxtasis. Tom cayó sobre el colchón y tú te dejaste caer sobre él, escuchando los acelerados latidos de su corazón.
Al día siguiente partieron muy temprano y en menos de una hora ya habían abandonado la ciudad y  tomado camino por la autopista para ir al estado más próximo. El sol comenzaba a asomarse por el horizonte y tu estomago ya comenzaba a rugir. Se detuvieron a mitad del camino en una linda posada donde les sirvieron montones de café y panqueques cubiertos con litros de miel de maple.
-¿Estás disfrutando del viaje? – preguntó Tom y besó tu mejilla – Come muy bien porque nos espera un largo trayecto antes de pernoctar en algún sitio.
-¡Por supuesto que sí! – respondiste entusiasmada – Pero dime, ¿tienes idea de a dónde vamos?
-No, yo sólo tomo un camino y llego a cualquier parte – respondió Thomas – Te dije que no me gusta echar raíces en ningún lado.
-¿Por qué? – preguntaste llena de curiosidad.
-Hubo un tiempo en el que yo fui un chico feliz – suspiró y se le hizo un nudo en la garganta – Tenía una madre y un padre a los que adoraba, pero toda esa felicidad se desvaneció casi tan pronto como había llegado – exclamó y bebió un poco más de café – Desgraciadamente mi padre murió en un accidente de motocicleta y mi madre quedó devastada. Volvió a casarse tiempo después, pensando que ese hombre sería el esposo perfecto y un padre para mí. – dijo y cerró los ojos quedando en silencio por unos instantes - ¡Pero qué equivocada estaba! – continuó Thomas con los ojos llenos de ira - ¡Ese hombre la mató a golpes! Y yo no pude hacer nada para evitarlo. – exclamó pero contuvo el llanto – Cuando regresé del colegio era demasiado tarde, mi madre estaba agonizando y aunque llamé a la ambulancia y la trasladaron a un hospital, sólo pudo aguantar un par de horas más. – suspiró de nuevo.
Lo tomaste de la mano, ¡realmente no sabías que decir! Tú habías tenido una infancia feliz, tus padres se adoraban y amaban a sus hijos. Se preocupaban por su bienestar y trataban de que nada les faltara, así como llenarlos de amor y cariño. Pero el relato de Tom era doloroso, se te hizo un nudo en la garganta y lo abrazaste fuertemente.
-¡Lo siento mucho! – fue lo que atinaste a decir - ¿Y qué pasó con tu padrastro? – preguntaste – Me imagino que terminó en la cárcel.
-¡Él está muerto! – dijo de manera tajante – Ahora debemos irnos – exclamó Hardy – Ve al baño, porque no pienso detenerme a cada rato. – río y te besó dulcemente en los labios.
Te levantaste para dirigirte al cuarto de baño, la actitud de Thomas fue un poco extraña, dijiste mientras te mirabas en el espejo y recogías tu cabello. Minutos después saliste de ahí para reunirte con él. El hombre te esperaba afuera del restaurante, estaba recargado en su motocicleta y te sonreía de manera sensual. Corriste hasta él, olvidándote de todo y te arrojaste a sus brazos para besarlo con pasión. Tommy apretó tu trasero y después sus manos ascendieron para acariciar tu espalda y volver a descender para dar un par de palmadas en tus nalgas.
Subieron a la motocicleta y continuaron con su trayecto. No había ruta establecida, Tom conducía hacia dónde se lo dictaba la intuición. A veces se detenían por un par de días en algunos pueblos, conseguían un empleo temporal y continuaban conduciendo sin descanso. Para pernoctar en algún motel, tener sexo alocado, dormir un rato o permanecer despiertos toda la noche mientras se contaban gran parte de su vida. De esta forma estuvieron viajando por espacio de una semana. Honestamente, te agradaba ese “estilo de vida”. Te parecía divertido y estabas aprendiendo muchas cosas, pero sobre todo, a valorar los pequeños detalles de la vida misma, hasta que…
-¡Se nos terminó el dinero! – Bufó Thomas después de que dejaron la cafetería – No nos queda nada, ¡ni para el motel!
-¿Cómo que ya no tenemos dinero? – Preguntaste bastante preocupada, sin embargo, se te iluminó el rostro y exclamaste - ¡Traigo mis tarjetas!
Lanzaste la mochila al piso y te pusiste en cuclillas mientras buscabas con desesperación tu cartera. Estabas segura de haberlas puesto ahí. Tom estaba de pie, mirando un mapa para encontrar el pueblo más próximo.
-¡Carajo! – Gritaste y comenzaste a hacer una rabieta -¡No las traje! ¿Cómo pude olvidarlas?
-¡Ay, tranquila! – Sonrió Hardy – Tengo un plan, y ese nunca falla – Suspiró.
-¿Ah, no? – Le preguntaste y sonreíste también…. ¡estaban salvados!
-A unos kilómetros hay un pueblo – Murmuró señalando en su mapa – Al llegar ahí, vas a hacer todo lo que yo te diga, ¿vale?
Asentiste y dejaste escapar un suspiro de alivio. Al menos él tenía un plan, tú te hubieras alterado y perdido los estribos. Pero él no, Thomas se encontraba sereno, incluso sonreía. Estabas segura de que en ese pueblo él tenía unos conocidos y quizá ellos podían ayudarlos. Tommy condujo a toda velocidad. Se detuvieron en la entrada del pueblo cuando ya casi estaba oscureciendo. Tú estabas cansada, pero primero necesitaban algo de dinero para poder pagar un motel o una pequeña posada.
Anduvieron despacio entre las calles de ese pueblo rural y se detuvieron frente a una tienda de autoservicios.
-Toma – Exclamó Tom entregándote un pasamontañas – Póntelo y haz lo que yo haga.
-¿Qué? – Respondiste mirando el pasamontañas - ¡Estás loco!
-¡Qué lo hagas, con un demonio! – Gritó sujetándote del brazo y sacudiéndote con violencia.
Abofeteaste a Thomas y tomaste el pasamontañas para colocarlo en tu cabeza. Luego, él te dio una pistola y tú lo miraste. ¡Fue ahí cuando lo comprendiste todo! Tom era un ladrón, un criminal que viajaba de pueblo en pueblo, asaltando, llevándose lo que podía para vivir a sus anchas. Eso era una verdadera locura.
-Toma la pistola – Murmuró mientras terminaba de acomodarse su pasamontañas – Tiene seguro, así no se te saldrá un disparo por accidente.
-¡Ni loca! – Murmuraste entre dientes.
-¡Joder, mi vida! – Gritó Tom – Tienes que hacerlo, ¿cómo vamos a conseguir el dinero que necesitamos?
Te mordiste el labio inferior, ¡ya ajustarías cuentas con ese hombre! Y tomaste el arma que te entregaba. Lo seguiste y entraron juntos en el establecimiento que se encontraba vacío a esa hora de la tarde.
Un hombre de mediana edad dormitaba agobiado por el calor de esa noche. De momento, no notó su presencia, hasta que sintió el frío metal apuntando en su sien. Thomas actuaba rápido y debían aprovechar que el lugar estaba solo.
-¡Dame todo el dinero, hijo de perra! – Murmuró Tommy en el oído del hombre, quién levantó los brazos y comenzó a temblar.
-N-no es mucho – Gimió el sujeto.
-¡Abre la puta caja registradora! – Le gritaste amenazándolo con la pistola que llevabas en la mano. En ese momento, la adrenalina volvió a correr en tus venas y te olvidaste de tus principios y de tu moral.
El pobre hombre apenas podía hacer lo que le habían pedido. Estaba asustado y casi a punto de llorar. Abrió la caja registradora y mientras tú continuabas apuntándole con el arma, Thomas tomaba el dinero y lo guardaba en una bolsa. No conforme con robar a ese pobre hombre, robaron un par de tiendas más y abandonaron el pueblo sin dejar rastro.
-¡Eres un idiota! – Gritaste enfurecida una vez que estuvieron en la habitación de ese motel de mala muerte - ¿Cómo se te ocurre? – Volviste a gritar - ¿Acaso es así cómo te ganas la vida? – Lo empujaste - ¡No puedo creer en el lío en el que acabo de meterme! ¡Eres un criminal!
Thomas sólo te miraba. Él no había dicho una sola palabra al respecto. Se notaba sereno, incluso parecía que disfrutaba lo que hacía y esa actitud suya te desesperó aún más, provocándote que llegaras a tus límites.
-¿No vas a decir nada? – Preguntaste furiosa - ¿Te divierte todo esto? – Gritaste y te lanzaste sobre él para golpearlo en el pecho.
Tom sujetó tus manos antes de que pudieras golpearlo y te miró con severidad. Parecía que ya se había cansado de todos tus reclamos y tu drama. Después de todo, tú misma le habías pedido que te llevara con él. La culpa era toda tuya por ser impulsiva.
-¡Ya basta! – Te dijo muy molesto - ¡Sí soy un criminal! – Gritó – Y no me importa serlo. Las circunstancias me han obligado a ser lo que soy… ¡Y no, no me justifico! Porque no puedo. Si no te parece, toma tus cosas y vete. Yo no te mandé a que te liaras con desconocidos.
-¿Y porqué aceptaste que me uniera? – Preguntaste.
-Porque creí que no durarías ni un día – Respondió intentando serenarse.
-¿Y por qué haces esto? – Volviste a preguntar – Realmente no lo entiendo, ¿no es más fácil tener un empleo fijo y una vida más o menos sedentaria?
-No, no es fácil – Murmuró – Para mí no es nada fácil tener una vida como la que dices.
-¿Por qué? ¡Explícame!
-Porque yo soy un criminal – Te gritó – ¿Recuerdas lo que te conté sobre mí? ¿Recuerdas que te dije que mi padrastro estaba muerto? – Preguntó y tú asentiste - ¡Pues yo lo maté! Yo maté a ese hijo de puta, porque golpeó a mi madre hasta que se cansó – Gritó aún más alto – Cuando encontré a mi madre moribunda, mi padrastro estaba ebrio en su habitación. Nos hicimos de palabras y me confesó que él la había golpeado – Suspiró pasándose las manos por la cabeza – Yo también lo golpeé hasta matarlo. Durante unos días estuve escondiéndome, pero me atraparon y me llevaron preso. Estuve en la cárcel por unos años y ahora que salí, debido a mis antecedentes, la gente no me da trabajo y… de algo tengo que vivir.
Lo escuchabas con atención, mientras el sentimiento de culpa te invadía al juzgarlo tan duramente sin conocer su pasado. Posiblemente lo que hacía no estaba bien pero, ¿acaso alguien lo había ayudado? No, sólo lo habían menospreciado, nadie tuvo una pizca de compasión por él. No dijiste nada, únicamente te arrojaste a sus brazos y lo abrazaste con fuerza y al mismo tiempo te echaste a llorar.    
-Tranquila – Susurró Thomas – No llores, no hay que hacer drama, no soy el único que vive así. Hay más gente, incluso en una situación peor que la mía.
-Pero es que te juzgué tan duramente…. – Sollozaste y ocultaste el rostro en su pecho – Extrañamente te quiero, ¿sabes? Y no preguntes porqué, ni me pidas una explicación.
Tommy no dijo nada, sólo suspiró y te acarició la espalda, mientras cerrabas los ojos para concentrarte en esas suaves caricias. Abriste los ojos y te apartaste un poco de él. Tom te miraba con mucha ternura y tú ya no estabas enojada. Él sonrió con picardía; le devolviste la sonrisa mientras exclamabas para tus adentros: ¡Oh, Dios! ¿Por qué es tan sexy? No perdiste el tiempo y lo despojaste de la camiseta para recorrer con las yemas de sus dedos su torso desnudo. Hardy se estremeció ante tu tacto y lanzó un suspiro. Ampliaste la sonrisa ante las reacciones del hombre. Te encantaba sentirlo tan tuyo y entregarte a él, diciéndole con tu cuerpo que eras suya. El hombre se inclinó para besarte apasionadamente, devorando tus labios con urgencia y lujuria, mientras sus manos se posaban en tu cintura, buscando el borde de tu camiseta para sacarla de tu cuerpo, después te desabrochó el sujetador y liberó tus senos.
El hombre te acarició los senos y gemiste al sentir sus manos calientes sobre estos y cómo sus dedos comenzaron a jalar tus pezones, haciéndote tiritar de placer. Las manos de Thomas recorrieron tu torso y tu vientre, y continuaron su descenso, mientras que tu ropa era retirada por completo de su cuerpo. Él sonrió maliciosamente cuando arrancó de un tirón tus pantaletas y tú gritaste de sorpresa y excitación.
-¡Salvaje! – Gemiste y él te dedicó una sonrisa perversa.
Thomas te abrazó, besándote de nuevo, pero de forma pausada y delicada, muy diferente a la primera vez, tomándose su tiempo para seducirte con caricias, arrebatándote largos suspiros y sonoros gemidos. Tus manos también se deslizaron por el cuerpo del hombre, desabrochando su pantalón, mientras tu mano se perdía dentro de  ropa, acariciando su sexo excitado. Hardy dejó escapar un par de frases ininteligibles y te apretó los glúteos.
-¡Tus manos son como la seda! – Murmuró Thomas en tu oído.
Sonreíste y de un tirón, bajaste sus pantalones al tiempo que lo empujabas con suavidad, poniéndolo de espaldas a la pared. Tom también sonrió cuando tu boca fue dejando un sendero de besos por todo su pecho y abdomen, quedando de rodillas frente a él. El hombre suspiró con sonoridad al experimentar la humedad de tu lengua sobre su ombligo. Reíste y soplaste su vientre, mientras él se estremecía y su piel se erizaba. Te lamiste los labios para dejar un beso húmedo en su abdomen y tomaste su falo con una de tus manos para introducirlo con lentitud en tu boca.
De la garganta del hombre se escapó un sonido gutural y su cuerpo se tensó al sentir la calidez de tu boca deslizándose por toda su hombría, chupándolo y degustándolo a tu antojo. Thomas no dejaba de lanzar sonoros gemidos y gruñidos, gozando del placer que tus labios proporcionaban. Las manos de Tom se colocaron delicadamente sobre tu cabeza para guiar tus movimientos, indicándote el ritmo que debías llevar. Tus manos se posaron en el trasero de Tommy y apretaste sus nalgas mientras seguías devorándolo.
Estabas demasiado excitada contemplando los gestos de él, quién parecía estar gozando como nunca. Poco a poco sentiste como todo el cuerpo del hombre se tensaba aún más para después liberarse y correrse en tu boca. Lo chupaste un par de veces más antes de ponerte lentamente de pie, dejando de nuevo un camino de besos hasta llegar a la boca de Tom, la cual besaste con ahínco, introduciendo tu lengua. Él te correspondió con la misma intensidad, apretándote a su cuerpo, como queriéndose fundir en ti, ser uno solo.
-Te quiero – Susurró Tom con voz entrecortada – Tampoco sé explicar cómo, pero me has vuelto loco y me tienes a tu merced.
Volvieron a besarse, cada vez con mayor urgencia; terminaste de desnudarlo y volviste a acariciarlo, mientras que él te entregaba un condón para que se lo colocaras. Ambos se dejaron caer pausadamente sobre la cama de la habitación de ese motel. Thomas rodó colocándose sobre ti. Tú reíste al sentirte aplastada por el peso del hombre y suspiraste con fuerza cuando él mordió tu cuello. Tus piernas lo rodearon, restregándose en sus caderas y gemiste con fuerza cuando Tom  te penetró con una certera acometida, tus uñas se clavaron en su espalda y ambos comenzaron ese balanceo delicioso, esa danza primitiva de dos cuerpos y dos almas que se unen envueltas en amor y lujuria. Hardy se apoyó en sus palmas, para elevarse un poco y contemplar tu rostro. Tú te mordías el labio inferior y no dejabas de lanzar gemidos, moviéndote cada vez con mayor fuerza, urgiéndolo, incitándolo a poseerte con más vigor.
Tus ojos estaban cerrados y disfrutabas de ese delicioso momento junto a tu querido Tommy, quién te envolvió entre sus brazos, apretándote con fuerza contra su cuerpo, para invertir la posición y colocarte sobre él mientras acariciaba tus senos.
-¡Así, nena! – Susurró Tom - ¡Oh, joder! Eres la mejor de todas, eres única – Gimió al sentir cómo cabalgabas sobre él.
Tú estabas extasiada, envuelta por el delirio y sentías que no te encontrabas en la tierra, sino volando sobre el éxtasis. Tus manos se aferraban a los hombros de Thomas y jadeabas cada vez más fuerte, sintiendo cómo te llenaba. Te inclinaste y lo besaste con pasión, tensándose mientras el orgasmo te invadía, entregándote con un gran grito. En instantes, Tom se unió a tu locura, dejándose llevar por la pasión.     
Después de conocer la historia de la vida de Thomas y de haberle confesado que lo querías, no te fuiste de su lado, permaneciste con él, aprendiendo de él y de su estilo de vida. Tus rollos morales desaparecieron, los botaste a la basura, lo mismo que tus principios. Te habías convertido en una delincuente y estabas dispuesta a seguirlo hasta el mismo infierno. ¿La razón? Terminaste enamorada de ese criminal y Tommy, a su vez, también te amaba. Miraste a los ojos a Tom, lo besaste con infinita pasión y él te sonrió. Ambos se pusieron sus pasamontañas y tomaron sus ametralladoras. Era el día del golpe final, atracarían ese banco y después huirían lejos, dónde nadie los conociera. Comenzarían una nueva vida, juntos y enamorados.
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belisarose · 2 years
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DÉJAME PERMANECER A TU LADO
̶Dime Yuuji, ¿No quieres encontrar a tu alma gemela alguna vez? ̶ Fue la pregunta que le realizó su abuelo.
Yuuji no sabe realmente lo que quiere en estos momentos.
Error, sí sabe; él no quiere seguir conteniendo esa existencia retorcida dentro él. Alguien que mató y comió personas.
Cuando Yuuji cumplió los 15 años, su abuelo lo llevó a una escuela especial. La sorpresa que se llevó al descubrir que dicha escuela era de hechicería. En la escuela le explicaron que era el recipiente de Sukuna Ryomen, el rey de las maldiciones y un ex hechicero humano, y todo porque ingirió el dedo de este a la edad de 3 años, al parecer la madre de Yuuji lo obligó. Dicen que la madre de Yuuji estaba relacionada con Kamo Noritoshi. Su abuelo no pudo contarle el trasfondo de todo eso porque dejó de existir el día que Yuuji ingresó a la escuela de hechiceros.
Sin embargo, Yuuji no sabe si quiere encontrar su persona destinada, tiene suficiente en su plato con mantener a Sukuna a raya, encontrar todos los dedos restantes y luego morir como estipulan los ancianos. Ahora, si encuentra a una compañera de vida ¿Qué puede ofrecerle él? A lo mucho solo dos o tres años de su vida, solo hasta que encuentre los 20 dedos. Si Sukuna no existiera, él podría hacer todo lo que siempre soñó antes de enterarse de la existencia del antiguo hechicero: ser bombero, encontrar a su pareja destinada, pretenderla, tener muchas citas con ella, casarse y tener niños, pero ahora no puede ver esas pretensiones en su futuro no con Sukuna habitando su cuerpo. Sin mencionar del peligro que él representaría para ella, Sukuna fue un hechicero cruel y despiadado que mató cientos de personas e incluso arrasó con un pueblo entero. El bastardo no se manifestó hasta que cumplió 15 y le habló una mañana intentando despertarlo, a través de una boca en su mejilla, Yuuji creyó que un hombre se había ocultado en su cuarto, pero no había nadie. Cuando fue a darse una ducha se horrorizó al ver un par de ojos y una boca extra en la mejilla.
Yuuji ha estado soñando últimamente con una preciosa pelirroja, no es totalmente su tipo porque no es alta como le gustan. No, ella es de altura baja con fuerte temperamento y de curvas peligrosas y pronunciadas; él intenta atraparla (siempre está persiguiéndola) o besarla, pero ella huye. Al principio creyó que era una especie de sueño húmedo, pero Gojo-sensei le dijo que esa chica era su pareja destinada; esos sueños son pistas que los destinos le provee para encontrarla. Sería bueno si pudiera recordar su rostro, pero cuando despierta solo puede recordar todo lo demás, menos su rostro, y el olor a rosas silvestres que persiste a pesar de estar despierto. Gojo-sensei dice que es así cómo supo que Utahime-sensei es su pareja destinada, una mujer morena de largo cabello que cantaba en sus sueños, aunque él si pudo verle el rostro.
Yuuji cree que está perdiendo la cabeza cuando percibe el olor de rosas silvestres mientras estaba en una pastelería; rápidamente mira a su alrededor tratando de encontrarla, sin embargo, no hay ninguna pelirroja a la vista. Irónicamente, él no se siente aliviado de no encontrarla, es todo lo contrario, sintió un fuerte deseo de poder verla y abrazarla. Estaba tan absorto buscando a su misteriosa compañera que no se dio cuenta que los demás clientes lo miraban raro, bueno no es un problema porque siempre lo miran extraño por su cabello, Yuuji está acostumbrado que hablen de él o piensen que es un delincuente o un rebelde, lastimosamente para ellos él nació con ese color de cabello.
Yuuji cree que lo ha perdido definitivamente ahora sí, no deja de percibir el aroma de rosas silvestres, lo percibe en su propio cuarto, en el salón, por los alrededores. Cree es una especie de broma que le están jugando Gojo-sensei y los demás, excepto Megumi, él sería incapaz de hacerle eso, sabe lo delicado que es el tema de los compañeros de vida, su compañera está internada en un hospital a causa de una maldición y no deja de buscar una solución para recuperarla. Yuuji sigue soñando con ella, ha escuchado su voz, la ha tocado y besado en sus sueños, pero cuando despierta solo quiere gritar de frustración al recordar su rostro, excepto que esta vez es diferente porque el destello de unos ojos chocolatosos brillo en mente.
Sukuna solo se burla de él porque no puede mantener ningún recuerdo sobre el rostro de su pareja, Yuuji sospecha que él tiene mucho que ver. Aunque, según le dijo Sukuna, él perdió a su compañera causado por una extraña enfermedad. Ellos rara vez conversan, solo lo critica por lo tonto que es y maldice que su recipiente sea tan idiota y despistado. Tal parece Sukuna sabe algo que él no.
Yuuji y Megumi son llamados una mañana por Gojo-sensei, les comunicó que tendrían una compañera de equipo en las misiones y en el aula. Ambos se miran curiosos y les extraña que Gojo-sensei esté tan misterioso, sonrió como si supiera algo que ellos no.
El grupo se dirige a la estación a recoger a su compañera que viene de un pueblo muy pequeño y que entró a la escuela por recomendación de su abuela.
Yuuji quiere morirse cuando la ven por fin, baja estatura, pelirroja, curvas peligrosas y ojos chocolatosos y afilados. ¡Era ella! No sabe si debe correr, saltar o pedirle a Megumi que su sapo se lo trague para que ella no lo vea.
Cuando Nobara se presenta como debe ser ante sus compañeros y maestros, observa que hay un pelirosa parado con cara de papa tonta y sabe que esa cara de papa es su compañero porque lo ha visto en sueños. Los destinos sí que saben cómo joderla. No la emociona encontrar a su destinado, es más, detesta la idea de que alguien más le diga qué hacer o como debe dirigir su vida, menos que le digan a quién debe amar. Por esa razón esperaba no encontrarlo nunca, pero ahora no cree que sea posible burlarlo y tal parece ser que él la reconoció como ella a él, estúpidos sueños destinados. Mientras suspira dramáticamente, decide que continuará con su vida y no dejará que ninguna cara de camote le impida cumplir sus sueños.
Yuuji no sabe si debería tocar el tema de los compañeros destinados, menos cuando vio que ella suspiró con resentimiento y resignación. Debe admitirlo, le dolió ver esa reacción. No se dijeron nada relacionado a su vínculo solo unas palabras de la misión que Gojo-sensei le dio con engaños, solo trabajo y nada del secreto a voces entre los dos. Cuando ayudó a Nobara a rescatar a ese niño, ella fue ruda con él, pero eso ya lo sabía porque en sus sueños ella tenía esa misma pasión y fuego. Yuuji agradece que Megumi no haya estado cuando Nobara le sonrió y le dio las gracias, él no quería que viera su cara de bobo y después lo usara para burlarse de él. No, suficiente tiene con Sukuna, su risa burlona es muy molesta.
Ella tiene una sonrisa tan bonita. ̶ Fue lo que pensó Yuuji en su cuarto cuando se retiró a descansar. Nobara Kugisaki, es un nombre muy apropiado para alguien como ella, una rosa del campo que no se rinde ante las adversidades.
̶ Te escuchas patético suspirando por ella hasta aquí, mocoso. Pareces un cachorro abandonado. ̶ se burló Sukuna como acostumbra desde que empezó a soñar con ella.
̶ Callate ¿Ya viste su expresión no? Parece que ella me odia u odia el hecho de que sea su pareja.
̶ No la culpo, está obligada a estar unida a alguien tan tonto, inútil y poco interesante como tú. ̶ respondió cruelmente el rey de las maldiciones.
̶ Pues estás en este recipiente tonto y poco interesante. Alguien más da pena. Además, no creas que no logré sentir tu impresión y agitación. ¿Qué rayos pasó?
̶ Solamente… solamente me recordó a alguien de mi pasado. ¡Nada más y solo sabrás eso!
A Yuuji rara vez puede afectarle lo que dice Sukuna, pero que converse con él y le responda no es totalmente inusual, es más solo discuten y se burla de él; quizás salga el sol y llueva al mismo tiempo. Después de esa revelación, Sukuna no volvió a decirle nada sobre su pasado.
Nobara ha estado percibiendo cosas que normalmente una persona no debería percibir sin causantes, como el olor de la madera y fogata a su alrededor. Ha tenido antojos de comidas preparadas con arroz o fideos y lo que es peor puede escuchar voces o mejor dicho murmullos. Esto se está saliendo de control. Tal vez los destinos la castigan por rechazar reunirse con su compañero. Los sueños son definitivamente lo PEOR. Sueña con Yuuji, acorralándola en los pasillos o invadiendo su cuarto. Sueños donde Yuuji es él y es Sukuna a la vez, con los tatuajes y sin camisa. Una chica como ella no debería ser tentada con esa vista y luego ser privada de tocarlo; así como Yuuji no podía recordar su rostro, bueno cada vez que Nobara quería tocarlo o besarlo, ella se despertaba.
Nobara sospecha que sus sueños deben ser causados por las jodidas parcas, los destinos, como ella se niega a vincularse con su destinado entonces los sueños deben ser una especie mensaje subliminal diciéndole qué debe hacer. Pobre tonta no cree que realmente encuentre atractivo a Yuuji o mejor dicho se niega a encontrarlo atractivo. Por supuesto que no. No hay manera. Su tonta sonrisa brillante como el sol, su calidez, la manera en que preocupa por los demás. Siempre tiene el corazón en el lugar correcto. No es justo que alguien así sea su compañero, sería mucho mejor si fuera alguien engreído como Gojo-sensei o detestable y misógino como Naoya Zenin, no, tenía que ser alguien dulce, con una mirada de cachorro extraviado, le daban ganas de abrazarlo siempre y no soltarlo. Los destinos son crueles, ella solo quiere escoger por su cuenta y tener el libre albedrío de hacerlo.
Ahora se siente tan tonta al darse cuenta que podría estar enamorada de Yuuji. Madre del amor hermoso, ¡Está enamorada de su compañero destinado! La presión en su pecho no deja de doler cada vez que piensa en Yuuji. Ella tiene que arreglar las cosas con él.
Yuuji sabe que Nobara se opone a las parejas destinadas, la escuchó decírselo a Megumi. En parte tiene razón, las personas deberían ser capaces de poder elegir sus parejas y no que se las impongan; sin embargo, no quisiera a otra persona como compañera solo a ella. Nobara es tan valiente, hermosa, le gusta vestirse bien, le encanta los perros y gatos. Hace una semana, la vio acariciando a un gatito callejero y alimentándolo. Esa escena le mostró que Nobara no es mala, solo le gusta mostrarse ruda y dura.
Yuuji ha tenido también sueños con Nobara, pero estos son muy húmedos, como resultado él tiene que manejarlo manualmente. Al parecer los sueños son muy comunes en los compañeros destinados, pero es solo hasta que se emparejen y sean uno solo. Por estas situaciones, Yuuji no puede evitar mirar con pena o vergüenza a Nobara. Si ella se enterara, seguramente sería hombre muerto y se encargaría de dejarle clavos encrustados para torturarle después de la muerte. Es inevitable no tener esos sueños, siempre la observa como tonto en los entrenamientos y cada vez que ella practica yoga solo obtiene más material de lo que podrían hacer en la cama. No ayuda que Sukuna le susurre que él conoce muchas posiciones, mostrándole escenas ficticias donde toma a Nobara en cada posición. No culparía a Nobara si lo desprecia, ha realizado muchos actos vergonzosos en nombre de ella, especialmente diciendo su nombre.
Nobara muere de celos, muere de celos cada vez que ve a Yuko sonreírle a Yuuji, su error fue no decirle que eran compañeros destinados y aunque Yuko sabe que Yuuji no es su compañero eso no le impide buscarlo o llamarlo, el muy tonto no cae en cuenta que ella está interesada en él. Claro no puede comportarse como una cavernícola y marcar territorio en Yuuji. Bien, ella quería eso ¿no? Las personas deben escoger y si Yuuji la quiere escoger que así sea, incluso cumple con su tipo de chica alta, aunque no tenga mucho trasero.
Nobara ha tratado a Yuuji de la misma manera que a Megumi: siendo mandona, exigente, pero también es una buena confidente. Si necesitas ser escuchado sin ser juzgado, ella es tu chica. No tiene problemas para trabajar en equipo, suele pasar el rato con Yuuji y Megumi, pero no se atreve a estar a solas mucho tiempo con Yuuji, siempre sale corriendo con alguna excusa tonta, al principio era porque Yuuji le mencionara el jodido tema de destinados, pero ahora es porque estar cerca de él provoca en ella muchas emociones y sentimientos, quiere abrazarlo, arrinconarlo a la pared y besarlo apasionadamente, quiere decirle que tiene la sonrisa más cálida y dulce que haya visto, que su corazón se encoje cada vez que le sonríe a Yuko y es invadida por unos terribles celos; ella no puede hacerle eso a Yuuji, no puede simplemente llegar y decirle ahora sí quiero tener una relación contigo, no cuando Yuuji al parecer es feliz saliendo con Yuko. No siempre los destinados encuentran a su pareja a tiempo. Entonces, ella solo lo dejará continuar con su vida y ella hará la suya.
Yuuji estado hablando con Ozawa, ella sabe sobre su situación con Nobara. Ozawa tiene un problema similar con su pareja solo que él tiene novia y no quiere dejar su relación. Ella ha sido una buena amiga escuchando sus cuitas. Y como un rayo de luz ilumina una oscura habitación así también lo ilumina un pensamiento, no quiere ver de lejos como Nobara escoje a otro, él no podrá ignorar ese hecho como Ozawa que sufre en silencio, quiere ser feliz al lado de su pareja.
Yuuji ha decido que le ha dado mucho tiempo a Nobara y ahora es su momento de contratacar, no puede dejar que Nobara empiece una relación con otro, él la ama, así que tiene pensado mostrarle su interés, enamorarla y todo para que lo escoja a él. No se dará por vencido, desde que nacieron los destinos los vincularon, están hechos el uno para el otro. Yuuji ha buscado pasar más tiempo con Nobara, incluso le ha pedido a Megumi que los deje solos en muchas ocasiones, pero Nobara no deja de evadirlo así que solo queda una cosa, hacerle una visita sorpresa en su habitación. En la guerra y el amor todo vale.
Yuuji no puede evitar sentirse como acosador, pero en su defensa él solo quiere poder hablar con ella sin que ella diga que debe escribirle cartas a su abuela cuando todos sabemos que no se relacionan bien y su abuela usa celular como todos.
Nobara está en la bañera en estos momentos, Yuuji puede suponerlo por el aroma a vainilla de su jabón. Tal vez no fue buena idea después de todo. El cuarto de Nobara es tan limpio y ordenado, no es como el suyo, y su cama es tan confortable y suave, quizás le hizo un pedido especial a Gojo-sensei.
Nobara se encuentra con una espeluznante sorpresa cuando sale del baño, un pensativo Yuuji en pijama veraniega sentado en su cama, no es definitivamente lo que esperas encontrar cuando sales del baño, entonces reacciona como cualquier otra chica en esas circunstancias cuando solo estás envolviendo tu cuerpo desnudo y húmedo con una muy pequeña toalla, lanzando lo primero que encuentre o tenga a la mano, eso fue un paquete de velas aromáticas que compró hace unos días, exigiendo saber cuál era negocio en su habitación y llamándolo pervertido de closet.
Yuuji es sacado de sus pensamientos gracias a unas velas, cortesía de su bara-hime, al ver a Nobara desnuda en toalla y húmeda solo pudo empezar a rezar y rogar por su seguridad, es muy joven para morir y aún no ha dado su primer beso, cuán injusta es la vida, pero al menos se irá con la mejor vista que ha tenido a su corta edad. Al ver a Nobara enojada, ya no se siente tan valiente, pero logra mantener su resolución cuando ella le exige retirarse de su habitación. Él no se irá hasta que hablen y cuando él la confronta y se lo hace saber, Nobara al ver su determinación no puede evitar pensar que se ve jodidamente caliente siendo serio y decisivo. Yuuji no deja que ella hable, dice todo lo que siente, su inicial rechazo al emparejamiento, no ser el compañero ideal a causa de Sukuna, lo sorprendido de encontrar a su compañera, el evidente rechazo de ella sobre el tema, su repulsión por ser el recipiente de Sukuna(solo en la mente de Yuuji). Sin embargo, a pesar de todo eso Yuuji no puede dejar de pensar en ella, sabe en lo más profundo de su ser que están hechos el uno para el otro, ama lo mandona, explosiva y adorable que puede ser ella. Yuuji le promete que, si ella les da una oportunidad, él hará lo posible por hacerla feliz por el corto tiempo de vida que le queda y que si lo arruina dará un paso al costado y no la molestará nunca más. Sin embargo, si le es repulsiva la idea tener una relación con él por sukuna, entonces no ha dicho nada, saldrá de su habitación, no le guardará rencor, seguirán siendo amigos y aceptará su decisión.
Nobara puede ver la mirada decidida y triste de Yuuji, le está ofreciendo su corazón en la mano, el solo hecho de que Yuuji salga de su habitación llena todo su ser de pavor, no quiere eso, quiere tomar su mano y que sean felices, aunque tengan que morir mañana.
Yuuji piensa que Nobara es demasiado amable para responder que no lo repudia por ser Sukuna, así que solo se irá. Al momento de levantarse de la cama es lanzado en ella por Nobara que no solo está sobre él, sino que también lo está besando, una grata y maravillosa sorpresa.
En sus sueños, los besos son robados por él, pero esos no tienen punto de comparación con este beso. No puede evitar dejar ir un gemido de satisfacción. Nobara se aleja lo suficiente para tener un respiro, pero sigue encima de él. Ella le dice que es un idiota por suponer que lo desprecia por su condición de Sukuna, a ella no le importa porque él es Yuuji Itadori y es el chico más dulce, tierno, bondadoso que conoce. No le gusta que le impongan con quién estar, pero ella decide estar con él porque es el chico del que se enamoró, ningún otro destinado le daría la opción de escogerlo y ella lo ama por eso.
Yuuji no puede detener la esperanza en él creciendo, la esperanza de poder estar juntos, compartir su felicidad con ella y darle mucho amor, lo único que ensombrece su felicidad es su ejecución, pero no le importa ahora eso, solamente poder estar con su compañera destinada y si muere mañana al menos podrán encontrarse en otra vida porque está seguro que no es la primera vez que se encuentran, quien sabe quizás si fue Sukuna hace 1000 años y Nobara es su compañera reencarnada y tal vez esa sea la razón de por qué solo él puede ser el recipiente de Sukuna.
Yuuji la mira con intensidad, le pregunta si está segura de aceptarlo, al no ver negativas le pregunta si pueden besarse otra vez, ella afirma con un movimiento de cabeza y se acerca un poco más, él acaricia su cuello y la besa a conciencia, Yuuji no está seguro si debe tocarla, pero Nobara le quita esas dudas al guiar sus manos a su espalda baja. Yuuji ya no tiene miedo y con mucha confianza la acaricia por encima de la toalla y por debajo también, primero acariciando sus hombros, deslizándose por su espalda y llegando a los glúteos, un pequeño masajeo en sus nalgas provocó que Nobara gimiera así que le apretó el culo lo que le permitió meter algunos dedos debajo de la toalla y acariciarla guiado y estimulado por los suspiros y maullidos de Nobara, continuó acariciando debajo de la toalla. Yuuji podía sentir la humedad de Nobara mojando su pantalón; le preguntó si estaba bien continuar con esa sesión, Nobara podía sentir a Yuuji muy duro debajo de ella; no quería su primera vez así, pero ambos estaban muy excitados, locas hormonas de adolescentes, ella le dice que aún no  quiere tener sexo de verdad, al ver la reacción confusa de Yuuji le dice que pueden hacerlo en seco, a Yuuji no parece molestarlo porque quiere pasar más tiempo con ella descubriendo muchas cosas de su sexualidad juntos y esto está bien como comienzo. Nobara se sujeta bien la tolla y le dice que se quite el polo para estar en igualdad de condiciones ya que esta desnuda debajo de la toalla, Yuuji no discute con la lógica de Nobara. Ambos se acarician y se besan mientras Nobara se mueve encima de Yuuji, él la toma de las caderas y eleva su entrepierna frotándola en su centro, Nobara está tan mojada que ha manchado su pantalón, pero no le importa ella está gimiendo de placer y solo eso es relevante, quiere que disfrute tanto. Nobara deja de besarlo para apoyarse en su pecho y marcar un ritmo constante, ella se ha tocado antes a causa de sus sueños con Yuuji y ha tenido que usar sus dedos o almohada para satisfacerse. Nobara lo cabalga tan deliciosamente, es una amazona en busca de domar un semental y Yuuji no se opone. Nobara aumenta el ritmo y se vuelve más ruidosa, Yuuji sabe que está cerca y él también así que con su pulgar frota su clítoris provocando que Nobara grite y se corra, pero Yuuji no la suelta pues su agarre en las caderas se vuelve más intenso y esta vez él marca el ritmo siguiendo su liberación. A pesar de tener el pantalón, él puede sentir su calor, es la idea de poder sentirlo sin nada de ropa que lo lleva a la locura al mover sus caderas con más intensidad llevándolo a conseguir su liberación acompañada de gemido ronco. Nobara se recuesta sobre Yuuji, no es nada pesada para él bien podrí adormir sin asfixiarlo, se besan lánguidamente y se acarician. No han tenido sexo hoy, pero les queda tiempo suficiente para explorarse mutuamente. Solo importa que están juntos, ella no lo aborrece y lo acepte con todo y Sukuna, ambos tienen el corazón contento.
Nobara piensa que fue tonto negarse esa felicidad al lado de Yuuji al principio, ahora solo quiere amarlo y dejarse amar. Tal vez para la próxima pueda pedirle que le cumpla su fantasía y puedan hacerlo con los tatuajes de Sukuna en su cuerpo o tal vez conocer a Sukuna en un futuro cercano.
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dovedewitt · 12 days
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Turquesa Prologo
Una noche estrellada. La cima de una colina junto a un paquete de cervezas y música sonando. La cita perfecta a ojos de Blye.
Ambos admiraban el espacio en la nueva van de Charlie. Mientras este intentaba prestar atención al cielo estrellado en búsqueda de algún evento cósmico, el cabello turqués de Blye le impedía observar el oscuro vacío espacial. El chico sonrió levemente ante las reacciones tiernas que alguien como ella podía hacer.
“Te mueves mucho Blye”
La chica se negó a responder su queja. Dando vueltas a propósito encima de su cuerpo con impaciencia. Charlie comprendiendo rápidamente la indirecta, atrapo entre sus brazos a la chica, comenzando a forcejear por el control.
Blye intento contener sus poco frecuentes risas para escapar de su prisión de músculos y sudor, consecuencia de la vestimenta de su rebelde novio.
“¡Apestas! ¡Deberías bañarte!” Grito en un tono burlesco mientras cubría su nariz en frente de Charlie. Este simplemente demostró una pequeña sonrisa hacia ella, deteniéndose al momento en que su cuerpo cayó encima del de Charlie.
Ambos observaron sus ojos intensamente. Todo lo que amaba de Blye podía ser la envida de aquellos astros encima suyo. El piercing que colgaba de la parte central de su nariz relucía con un brillo apantallante que podía incluso confundirla por una estrella. Pero para Charlie, Blye era más que todo esto.
“¿Qué estás pensando tonto?”
Charlie sonrió, acercando el delgado cuerpo de Blye al suyo. Abrazándola con fuerza. Esto tomo por sorpresa a la chica, quien solo pudo reír nerviosa, antes de dejarse llevar poco a poco ante su calor.
“Nada…Solo quiero aprovechar este momento…”
Blye no dijo nada más. No debía decir nada más. Simplemente recostó su cabeza en el pecho del chico. La chica turquesa podía escuchar los suaves latidos de su corazón, a través de la tela barata y el cuero sintético. Era lento, rítmico, pero, sobre todo, lo único que podía escuchar en una ciudad que parecía gritar en cada momento.
Esta en Wattpad e Inskpired.
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howlingatmoondeaf · 1 month
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Sobre la dualidad de su piel
Él siempre regresa a los recuerdos de aquella noche del 24 de Octubre de 2024, donde se encuentra cuando se pierde.
Nada hacía prever que el cielo sollozaría sobre las calles de San Miguel ese día, las nubes de el Salvador expresaban su descontento de manera airada.
Y allí estaba ella, donde dijo que estaría, de pie en la estación con su vestido negro, aquel con el que había desfilado tantas veces por su cabeza antes de que llegase ese día incierto pero inevitable.
Un tímido saludo, dos besos cordiales y una sonrisa sincera. El pensó que ella parecía más joven en persona, estimó que unos cuatro años menos.
Se refugiaron en la quejosa marquesina de la parada de autobús, las gotas de lluvia golpeaban de manera incesante el vidrio y rompían justo encima de la trivial conversación con la que ellos intentaban romper el hielo.
Llegó el autobús y se sentaron juntos, más cerca de lo que esperaban, menos de lo que en ese momento querrían. La accidentada carretera propició sinuosos movimientos que llevaron al joven a rozar la mano de la chica repetidas veces, sin querer, casi todas.
Estaba preciosa, él siempre lo recuerda, tenía esa belleza que a uno se le clava en el hipotálamo, que se adueña de sus recuerdos, coronándolos. Ella lo sabía, lucía una sonrisa que lo gritaba, hoy se sentía bien, había esquivado tres calles atrás la inseguridad que siempre la acechaba.
Sin planes, más allá de hacer físico lo distante, se encontraron sentados en un pequeño café del barrio antiguo.
Conscientes de que el viaje no duraría más de dos días, decidieron que era buena idea poner fin al día y comenzar la mañana pronto para aprovechar el día, aunque ella amaba dormir, siempre lo aseguraba.
Decidió acompañarla a su casa y volver al hotel en un taxi después, compró un paraguas beis a un vendedor ambulante y lo abrió en medio de ambos, pequeños senderos de humedad trazados por gotas rebeldes se dibujaban en el pecho de la chica, su cabello, mojado, enfatizaba el brillo de unos ojos color café.
Se hizo corto el trayecto a pesar de ser largo, picardía habitual de un tiempo traidor.
Y allí estaban, uno frente al otro en el pequeño porche de su edificio, en ese característico momento de toda cita en el que uno elige entre lanzarse o arrepentirse.
La timidez de ella, ficticia en ocasiones, hizo que él dudase de si era el momento adecuado para besar esos labios que tan bien lucían en las primeras fotos que conoció de ella.
Y así lo hizo, avanzando con un pequeño paso hasta estar bajo la cobertura de la marquesina, con ella.
De nuevo el tiempo, incapaz de comprender el momento, separó los labios húmedos de los dos jovenes, pero no pudo hacerlo con sus miradas.
Habían firmado un contrato temporal de pertenencia en el momento en que sus labios se toparon sin azar.
Ella tomó su mano, mientras abría la puerta que tenía a sus espaldas. Él recordó, cuando quería enviarle un libro, que había mencionado que en su casa casi nunca había nadie. Es de esas cosas que uno recuerda cuando la vida va tan deprisa, como en ese momento.
El cielo retumbó mientras las escaleras quedaban tras sus pasos, un beso en cada rellano, la humedad de su espalda decorando las paredes, testigos inertes.
Abrió la puerta tan rápido que olvidó retirar la llave de la cerradura, redujo el mundo a esas cuatro paredes cuando tras dar dos pasos se giró y apresó de nuevo los labios del chico, su parte tímida, incapaz de girar la llave, no puedo entrar en esa casa, esa noche.
Y así comenzó todo, salvando la distancia hasta su dormitorio en un número récord de pasos, disfrutando de la sorpresa en la cara de su compañero mientras el vestido descendía sinuosamente por su espalda, dejando expuesta la parte superior de unos pechos a los que él se abalanzó sin darle tiempo al titubeo.
Ella se contrajo al sentir el leve mordisco, retrocedió un paso y sintió la presencia de su cama, enredó sus dedos en el cabello del chico y se dejó caer, arrastrándolo con ella al mejor de sus recuerdos.
Respiró profundo y relajó su cuerpo mientras él trazaba temerosos círculos con sus besos sobre sus pechos, cómplices.
El sujetador trazó una parábola hasta caer fuera de la habitación, un beso más, 10 centímetros más abajo. Las manos de él guiaron al vestido en su trayecto hasta los pies antes del abandono.
Su lencería, tantas veces supuesta, único adorno de su preciosa piel lastimada por el pasado, él conocía su historia y la besó, a la historia y a ella.
Sus bragas rosas comenzaron a descender mientras el vientre se convertía en un campo de minas plantadas por sus labios. Ella dirigía sus movimientos agarrando con firmeza su cabello, llevándolo al centro de su sexualidad, de su intimidad expuesta.
Y con el primer roce de unos labios sobre los otros se contrajo y exhaló, sintió como la lengua danzaba entre sus labios externos, humedeciendo la humedad que nada tenía que ver con la lluvia.
Arqueó la espalda y ahogó un gemido, su cintura comenzó a trazar un vaivén con la intención de intensificar el beso, de hacer eterno el roce.
Disfrutó de cada uno de los pasos de la lengua que la descubría mientras sentía la excitación de su cuerpo materializada en una humedad latente cada vez mayor. Agarró con firmeza sus pechos mientras mordía su labio inferior.
Él sonreía, sabía a qué estaba jugando.
Introdujo lentamente la lengua en el interior de ella, premonición cálida de lo siguiente.
El choque de la hebilla del cinturón contra el suelo sacó a la chica de su trance, ninguno llevaba ya ropa, se dio cuenta de que sangraba levemente el labio que mordía, él ascendió rozando su pecho sobre el de ella y la besó de nuevo.
Cuando el beso de detuvo, él buscó la camiseta que llevaba y la puso sobre los ojos de ella, impidiendo que viese, forzándola a sentir.
Y arrodillado entre las piernas de ella se inclinó para besarlas, la cara interna de los muslos, mientras agarraba con firmeza su miembro, excitado.
Acariciando suavemente el sexo de ella, humedeció los dedos antes de extender esa humedad sobre su glande, haciéndolo posteriormente por toda la extensión.
Se inclinó sobre ella, tanteando sus pezones con unos labios que amenazaban con suaves bocados mientras colocaba su miembro entre las piernas de ella.
Ella, que no era ella, o lo era libre, como nunca lo fue, poniendo la mano tras la cabeza de él lo invitó, por imposición, a succionar sus pechos, sus piernas temblaban mientras sentía su sexo abrirse muy lentamente, mientras el calor la abrazaba por dentro, y gimiendo, se dejó abrazar.
Se sucedieron las penetraciones, con una suavidad que se diluía bajo la pasión acumulada, las uñas de ella dibujaban en su espalda como si fuese un lienzo, las marcas en el cuello de ella dificultaban la omisión de una noche que no había hecho más que empezar.
Y así llegó al orgasmo, abrazando con todo su cuerpo el de él, temblando, sintiendo esas características palpitaciones de quien recibe el premio por sentirse liberada.
Y tras ese instante y duradero momento sintió una nueva calidez que le recordó que ese viaje lo hacía acompañada, enredada, abrazada, en alguien que quien a lo largo de posterior vida siempre quiso volver.
Se dejó caer sobre ella, mientras esta, cerraba más el abrazo y en ese momento ella sonrió y cayó el último trueno, nunca supo cual de las dos cosas hizo que su mundo temblase.
Pasó un buen rato acariciando su piel, mientras ella, rendida, había partido tiempo atrás a un profundo sueño, la sabía temporal, y sonriendo la cubrió con la manta y besó su frente, antes de cerrar los ojos y ceder su felicidad al recuerdo.
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Un manto gris cubre mi mente, una sensación de pequeñez me invade. Soy solo una gota en el mar, un grano de arena en la playa, una estrella fugaz en la inmensidad del universo.
¿Qué importa mi existencia? ¿Qué huella puedo dejar en este mundo tan grande y complejo?
Las olas de la vida me golpean con fuerza, y yo me siento como una barquita a la deriva, sin rumbo ni control. Me comparo con los demás, con sus logros y éxitos, y me siento inferior, incapaz de alcanzar la grandeza.
Mis errores me pesan como una losa, y mis fracasos me atormentan. Me aferro a la negatividad, a las voces que me dicen que no soy suficiente, que no tengo nada que ofrecer. Me encierro en mi propia burbuja de insignificancia, alejándome de la luz y la esperanza, y eso me pone fúrica, no puedo salir de ese circulo vicioso!
Soy tan pequeña, insignificante y reemplazable
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yuriculture · 5 months
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“Knight Fall…”
⚔️Prince Kill3r⚔️ -Rival-
Manaria plantea de entrada una afrenta directa a la temática principesca tradicional y del Shojo en sí.
Una chica fuerte y con una actitud que difiere de las normativas para las princesas -Shojo girl- Decidió ser como un príncipe, y venció al más fuerte de ellos.
Por supuesto, el cabello corto no podía faltar. Y así se generó una revuelta emocional, en un sector de las chicas de la escuela por tan galante presencia.
Es Competitiva, posesiva. Retadora. Y la guinda del pastel, le gustan las mujeres. ~No no no, mi rebelde Manaria. Con chicas no, el “mundo” -Shojo- así lo dicta~
Se posiciona rápido como rival de Rae al ser amiga de la infancia, prima y primer amor de Claire.
Una posición que afecta a Rae en su punto débil, del cual no era consciente.
Si Rae se dió por vencida con Claire y sus principios se basan exclusivamente en la seguridad/felicidad de Claire ¿Porque ser tan incisiva con Manaria y no con Thane?
Bueno yo lo veo de esta manera 1) es mujer, para Rae es molesto que ella al rendirse precisamente por ser una chica, que venga otra y de forma descarada corteje a Claire. Simplemente la hace quedar/sentir mal.
Con Thane al ser hombre, podía auto engañarse con la imposibilidad de su amor. No sé puede hacer nada contra relación es H3terosexual.
2) Por sus prejuicios (+ inseguridades), porque Manaria es adinerada y eso también la afecta psicológicamente. Es otra limitación que usa Rae para no ir por Claire.
En ese sentido, su equilibrio entre el deber y el amor que pensaba tener, basado en un fuerte auto sacrificio altruista dónde sus deseos serían forzados a quedar en lo platónico, tenía un pequeño punto débil.
Con ello solo se necesitaba un “golpe” en el sitio adecuado, luego la posesividad de un amor reprimido haría el resto.
“El amor es la muerte del deber.”
⚔️¡Esto es y no es Crésida!⚔️
Aquí quiero hablar de cómo se desdibuja el rol de los príncipes y princesas en esta parte de la historia.
-
Manaria. Princesa de nacimiento, príncipe por decisión y muy abierta con su amor.
Recriminada por sus preferencias y por cómo vive su pasión.
¿Helena de Troya? Una vistosa variación.
¿Deberías ser recriminada?
Por la primera no.
¿Por la segunda? Pipi podría darnos una aproximación.
Una amiga preocupada. La fidelidad es importante.
-
Por otro lado, Manaria fue cuestionada por Claire debido a su violencia desproporcionada “justificada” contra Rae.
También Manaria y su idea del duelo, trató a Claire como un “trofeo” a ganar por la fuerza. Siendo algo claramente negativo.
Peor aún… Rae le siguió el juego. Luego trató de justificarse frente a Claire asumiendo que ella estaría feliz viendo tal pelea, porque eso lo da a entender cuando parece aprobar esa batalla en la historia de la famosa flor. ¿Eso les da permiso de hacer algo malo?
El pequeño gran detalle es que Claire no se veía muy feliz cuando Rae cayó destrozada ante Manaria. Y no se le dijo nada de tal duelo.
Se asumió algo que Claire dijo como tajantemente cierto. Lo que asume una rigidez con el tema de la palabra. La palabra es aparentemente absoluta*.
Así pues, increíble que Rae le recrimine eso a Claire. Cuando ella fue a un duelo que ella misma crítico verbalmente.
¿Con Ella sí, y tú no?
Vaya, los resbalones del corazón.
Pero Claire justo al final no pierde la oportunidad de reprocharle a Rae su actitud. Aunque fue doloroso de ver. Falló la comunicación y terminaron heridas…
Pobre princesa Claire, separada de su plebeya quien le juro devoción… Ahora quedó a la deriva y sacando a la luz un viejo dolor.
Mi bella Crésida ¿A quién elegirás?
-
Rae querida, Manaria te arrinconó. ¿Por qué retroceder y escoger uno? ¿Cuándo puedes avanzar y tomar dos?
El amor y el deber pueden ir de la mano.
Pero el caballo de madera terminó ingresando.
Y por su talón, el caballero cayó.
🐴🛡️⚔️
-Entre líneas-
Bien aquí concluye está pequeña reseña.
Por lo demás, dentro de tanto drama y roces entre los personajes. Me nace resaltar la humanidad de cada uno, sobre todo la de Rae con todo lo que implica.
Más allá de que tenga una gran cantidad de información, tener la capacidad de procesarla mientras se lleva una lucha interna entre otras miles de cosas, ya es otra cosa. Propensa a fallar con seguridad. Al menos de que seas una Diosa...
Me parece algo muy genial ver su lado más frágil y algo salvaje.
¿Qué agregarían o que faltó?
Sin más, me despido.
🛡️
“¿Al sacrificarte por otros, en verdad piensas que estás salvando a alguien?” - Elliot Nightray.
“Crees que las promesas se rompen con el paso del tiempo?” - Yushura Mirzakhani
🛡️
*Con rígido me refiero a que por ejm puedas acordar retractarte, o cambiar algunas cosas con la otra persona involucrada.
Algo así como en Contract Sisters, si pasa algo malo, lo discuten y redactan nuevas reglas. Claro, es un mundo más actualizado “las palabras se las lleva el viento” eso se asume. Pero la comunicación y la credibilidad siguen siendo importantes.
Por otro lado, en esos mundos principescos parece algo muy difícil. Que solo trae consigo deshonra y recriminación si no cumples con lo primeramente dicho estrictamente, sin tomar en cuenta nada más…
Bueno, Claire queda de lado como un mero trofeo. Y Rae sabiendo todo esto, porque ella no viene de Narnia.. aún así. Cedió ante la barbarie.
Licencia oficial:
https://www.crunchyroll.com/es/series/GVDHX851V/im-in-love-with-the-villainess
#Yuri
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ireneland · 5 months
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Es absurdo imaginar tanto estar con él, adorarlo de un modo enfermizo que incluso nos peleamos en mi cabeza.
Lo deseo tanto que me enfado cuando me castiga con su ausencia.
Me castiga tanto que me hace enfadar.
Nos condujo en su auto a una linda cafetería, cuando se bajó para abrirme la puerta hacía un poco de frío al que no estaba acostumbrada.
Decidí usar un vestido corto de color negro y aunque usaba medias mis piernas sentían el aire helado de afuera. Usé botas negras para estar más alta y el cabello suelto ya que mi cuello y mis hombros estaban descubiertos. Quería verme linda para él.
Se comportó como un caballero, pidió mi postre favorito, lo colocó frente a él y me dio de comer pequeños pedacitos con el tenedor de postres, con mucha delicadeza para no lastimarme (la tortura vendría después)
Me sonreía cada vez que me detenía a tomar de mi capuchino y luego me limpiaba los labios con la servilleta, él mientras tanto me observaba con ternura.
También tomó un sorbo de su capuchino, sin embargo no pidió postre y estaba curiosa por saber el motivo, pensé que tenía hambre, así que rompí el silencio al preguntarle del modo más dulce que pude
-¿Cariño, tú no tenías hambre?-
Aún con la taza a la altura de sus labios, sus dedos largos sosteniendo su café de este modo inusual (al estilo capitán Levi) y un mechón de cabello negro rozándole un poco la frente, me observó, más bien me fulminó con la mirada, esos ojos oscuros vieron a través de mí por encima de la taza la cual bajó lentamente para decirme con su sonrisa torcida y su voz suave
-Mmm sí- hizo una pausa. Había algo en sus pausas que lograban volverme loca, era como si tuviese el super poder de controlar el tiempo, ralentizó el momento, todo a nuestro alreddor se paralizó y yo sentí como se aceleraban los latidos de mi corazón.
-Claro que tengo mucha hambre- añadió. Había algo en el tono suave de su voz que me hizo ruborizarme, sentí como si me desnudara con la mirada.
Y tal como si nada me preguntó si quería más cheesecake ya con el trocito cerca de mis labios, a lo que asentí y abrí la boca. Él volvió a sonreír y con su mano libre volvió a tomar su taza mientras me observaba con detenimiento.
Realmente lograba hacerme sentir muy nerviosa en los escenarios más comunes y serenos. Me hacía sentir como si yo fuese su presa a la cual merodea hasta encontrar el momento justo para cazarla ¡Y SÓLO ESTÁBAMOS EN UNA CAFETERÍA, POR DIOS!
Él llevaba un abrigo largo de color negro, una camisa de botones manga larga color blanco, como si no fuese lo suficientemente apuesto decidió robarse las miradas al usar una corbata (a la cual sabe darle distintos usos) unos pantalones negros de mezclilla, botas a juego, un par de anillos plateados en dos de sus largos dedos (el índice y el anular de la mano izquierda) un reloj en su mano derecha y su cabello perfectamente peinado al lado pero como muestra de su espíritu rebelde, sin importar cuantas veces pasara su mano por su cabello para dejarlo detrás de su oreja, este mechón siempre lograba acomodarse en su frente, lo hacía ver guapísimo, me volvía loca verlo darse por vencido y ceder a su cabello desobediente ya que era lo único que no estaba bajo su control, su fuerza magnética colocaba todo en su lugar (hablo de mí, por supuesto, siempre haciendo lo que me decía, complaciéndolo hasta el cansancio)
Nunca he sido una chica a la que le guste seguir órdenes, sin embargo cuando ese flaco mandaba yo sólo obedecía, era como si yo no tuviese control sobre mi, era absurdo.
Veía hacia la ventana, absorto en sus pensamientos. Moví mis pies hacia sus pies por debajo de la mesa para colocarlos justo entre sus piernas, fue un movimiento torpe que me hizo golpearme un poco los codos al deslizarme de la silla todo por llamar su atención.
Volteó a verme, parecía divertirse, sonrió nuevamente y sin decir una palabra cerró sus piernas largas y capturó las mías apretando sus rodillas. Contuve el aire por unos segundos porque su reacción me tomó por sorpresa. Cuando estuve a punto de quejarme dejó de tensar las piernas y me soltó, para continuar viendo por la ventana.
A veces no lograba leerlo, necesitaba saber qué pensaba, no sabía si estaba aburrido o preocupado o incluso triste, era difícil saberlo, no demostraba mucho (al menos no en cafeterías ni en sitios concurridos. Él demostraba mucho cuando me tenía sometida. Aunque no hacía falta estar encerrada en la habitación para someterme a él. Él siempre tenía el control. En todos los escenarios)
Me puse seria copiando su expresión, o más bien la falta de ella pero luego volví a ser yo misma, la chica que se muere por recibir su atención a como de lugar, así que volví a intentarlo, quería que me viera y me tocara así que deslicé mi mano sobre la mesa y tomé uno de sus dedos jalándolo hacia mí, volteó a verme (¡funcionó!) y volvió a darme postre, intuyendo que quería más y no estaba equivocado porque cuando se trataba de él yo siempre quería más.
Casi en un susurro abrió sus labios para decirme -sólo te faltan tres bocados- y mi mundo volvió a detenerse. Sólo había espacio para él en mi mente, hacía que me perdiera en esos ojos. No me di cuenta cuando el fuego empezó a recorrer mi cuerpo, sentí mariposas en mi estómago.
Podré sonar loca pero sus palabras por muy ciertas e inocentes que fuesen no tenían esa intención, se que estoy loca pero esas palabras se escucharon peligrosas.
Él parecía disfrutarlo.
Él sabía lo que causaba en mí y definitivamente, sin ninguna duda,
Él siempre se aprovechaba de ello.
Cuando me faltaba un solo bocado acercó no sólo el pequeño tenedor hacia mí sino también su cuerpo, su rostro frente al mío, el postre en mi boca y sus ojos viendo de mis labios a mis ojos y luego a mis labios otra vez, sonrió levemente, humedeció sus labios, tomó la servilleta y limpió la comisura de los míos y como si nada volvió a tomar de su café sin dejar de verme.
-¿Lista?- preguntó con un tono seco y posteriormente se levantó en un movimiento sacando de su abrigo unos lentes, se los puso y se dirigió a pagar la cuenta lo que me hizo fruncirle el ceño, estaba realmente molesta con él.
Mi actitud lo hizo detenerse apenas un segundo, me miró tan serio y sentí una especie de amenaza en su mirada. Sentí frío otra vez.
No podía entenderlo, pudo haber llamado al mesero y no dejarme sola con un remolino en la cabeza pero así era él, impulsivo e impredecible. En un momento estaba quieto y sereno para después mostrarse entusiasta y eufórico por algo.
Lograba enloquecerme.
Quería golpearlo.
...
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margiralt · 5 months
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LA BUSCADORA DE AUSENCIAS.
Los pezones del mundo.
Las agonías son formas de no morir. Lo supo en las innumerables noches en que buscaba en mi cabeza soluciones para los problemas que veía en mi casa. La guerra fría entre sus padres, donde hubo muertos y desaparecidos. La enfermedad de su hermano menor, con sus voces y sus monólogos, y su cuerpo que cambiaba y ya no entraba en nada de lo que ella se hubiera imaginado habitar.
Porque un cuerpo es algo que se habita. Eso lo supo después. La chica fea gordita, que en la playa burlaban por sus redondeces, la llevó a desarrollar conocimientos sobre dietas, pero sobre todo, a llevarlas a cabo con firmeza, sin extralimitarme.
Es que su cuerpo se fue transformando a sus trece años, junto con su menarca, y sus curvas acentuadas, y la generosidad de la adolescencia la expuso a las groserías de los trabajadores de todos los edificios en construcción por los que le tocaba pasar.
Ella no creía provocar a nadie. Sólo maldecía por esas tetas que de chica prometió no tener nunca, pero crecieron como dos montañas voluptuosas, en punta para adelante, apuntando como metrallas a cuanto baboso las miraba antes de haber subido hacia sus ojos, sin conocer si ella era una mujer o una planta carnívora.
Le llamó siempre la atención que los hombres fueran tan limitados. Las prótesis mamarias son tan evidentemente falsas, como toda perfección. No obstante, he escuchado a muchos hombres elogiar que su novia o la mujer que le gustaba tenía unas hermosas tetas "hechas". Por eso pueden usar muñecas inflables o robots.
Las tetas de ella siguen la ley de gravedad, y han bajado su mira. Pero siguen siendo de carne. Y grasa. Sugestivas empanadas humanas.
Su intención durante ese tiempo era la de ser invisible. Que nadie viese sus granos, que salían indefectiblemente cada tres o cuatro días. Se aplicaba sistemáticamente pomadas y un ungüentos. Se lavaba la cara todas las benditas noches llevando su kit de tratamiento por donde fuere. Dormía en casa de dos amigas y ellas respetaban esa manía suya, como ella cumplía con su juramento del secreto de sus latas de comida escondidas en el placard.
Fue por esa época en que se llegué a lastimar la cara por querer apretarse esos horribles granitos amarillos, hasta dejarse cráteres.
También fue la época de las juntadas con Adriana y Silvia para hablar de sus soledades y de lo jodida que era la vida. Ella con el pelo que se le caía a raudales. Le diagnosticaron hormonas a full.
Decidió renunciar a lo que su papá mas apreciaba, su largo cabello rebelde hasta la cintura. Con el que jugaba a ser el "TÍO COSAS" de los Locos Adams.
Con sus amigas tomaban anfetaminas. Esas pastillas las hacía sentir algo fabuloso. Por un par de horas dejaban de ser unas adolescentes desdichadas y problemáticas, y se reían con una locuacidad que las hacía pensar en un futuro promisorio.
Fueron meses de tener en la punta de la lengua el entrenamiento de la ironía justa. Andaban pertrechadas de hormonas sin saberlo. Algo así como chicas portando minas en su cuerpo, a punto de estallar.
De hecho estalló. Su cuerpo, fea y todo, como se sentía, estaba lleno de sensaciones nuevas y que me estimulaban a seguir conociendo.
Luego se sentía culpable. Aparecían fantasías con otras chicas, o con hombres que ni conocía. Duraba un cenit y ante su ocaso ya era una chica feliz y con ganas de salvar al mundo.
Su temor, durante mucho tiempo, fue ser lesbiana. Hoy en día, con el mundo que vivimos, apoyo a las jóvenes que gritan sin ningún problema, sus derechos a tener cuerpo.
Luego terminaron las anfetaminas, dejó de reunirme con esa junta. Y decidió anotarse en la facultad.
Puerta cerrada a un pasado que siempre retorna de alguna manera, por suerte. La vida tiene esa forma de volver para recordarnos quienes fuimos. Y la risa es el recurso más genuino ante esa foto de una chica que aún se siente así, con tetas y pelo largo.
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dragonjournalist · 6 months
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El sonido de la guitarra llegaba hasta ella mientras sus pasos se dirigían a aquella parte de la ciudad en la que habían quedado. Otro refugio mágico donde podían esconderse de las miradas de herederos, mundanos y humanos. Un pedacito de Edén en medio de Berlín. La vegetación en todo su esplendor mientras su voz susurraba palabras de amor con el halcón sobrevolando lentamente el lugar antes de tomar como suya una de las ramas del árbol más cercano.
Le había escuchado cantar en otras ocasiones, pero sentía como si en aquella ocasión estuviese cantándole a ella, como si fuese una melodía para intentar atraerla lentamente hasta él. Olga, con aquellos simples dieciséis años permanecía observando su espalda, sin querer interrumpirle, abrazando su propia cintura. No sabía qué le gustaba más si el roce del viento en las facciones, el movimiento de su cabello o, por el contrario, la forma en que hablaba del amor en aquella canción como si ella fuese la musa. Esos ojos de color imposible que la chica a la que le estaba pidiendo que se quedara, parecían ser los suyos.
Se maravilló al encontrar bonito el movimiento de su brazo, la forma en que los músculos se tensaban y destensaban arañando las cuerdas, sacando esos sonidos en compases que Olga jamás había sabido bien interpretar pues había creído que las partituras eran un mundo completamente alejado para sí. El piano le había susurrado, aquel de su hogar, que intentase tocar, pero sus dedos se negaban a llevar compases distintos, a no marcar el mismo ritmo como si la parte izquierda y derecha de su cuerpo no pudiesen ser seres independientes. Para Olga, en cambio, ser uno con la música no estaba en crearla sino en bailar dejándose llevar por ella como si la recorriese entera cual rayo y la hiciese saber que, entre sus notas, tenía su lugar. Era una necesidad vital más allá de lo que pudiese permitirse explicar.
—¿No te han dicho nunca que escuchar escondida está mal visto? —preguntó interrumpiendo su brazo y girándose poco a poco para verla con una sonrisa en los labios. Apoyado en su guitarra, Sven la observó de una forma peculiar, de esas miradas que uno sabe, hasta siendo solo un niño, que quieren decir algo más de lo que se permitían contar—. Tenía mis dudas. No sabía si ibas a venir hoy.
Olga se encogió de hombros y se sentó en el primer lugar que encontró. Abrazándose las piernas, ambos que quedaron observándose unos instantes en la distancia.
—¿Por qué no debería? ¿Tan poco crees en tus capacidades de seducción?
Se rio sin tan siquiera fingir que le había herido en el ego, le había gustado aquel comentario.
—Digamos que no había tenido tantas dudas sobre ellas hasta que apareciste tú.
Las mejillas se tiñeron de un sutil rosado en medio de todo aquel conjunto, dándole un toque aún más dulce, más inocente. Era sorprendente la manera en que aquella chica le atraía de verdad y, sin embargo, ni tan siquiera era consciente hasta qué punto.
—¿Has tenido problemas con tu padre para venir aquí? Sé lo que la mayoría piensa de los mundanos.
Quitó la guitarra de encima de su regazo colocándola con facilidad en la funda antes de cerrarla.
Para Olga, aquella era la primera vez que alguien hablaba de ese tema con ella permitiéndole expresar algo y no solo escuchando lo que su padre tuviese que decir sobre lo que ellos simbolizaban. Tenía claro que eran una vergüenza para la sociedad. Los mundanos no eran más que aquello que no debía existir, el reflejo de que los herederos no eran fuertes y habían sucumbido al libertinaje con los humanos, los que no poseían ni un solo atisbo de magia, de los que esconderse era una necesidad.
—Te odia. En realidad, odia a todo lo que son los mundanos y lo que no sea él mundo en su universo perfecto.
Sven se quedó mirándola y poco a poco la picardía apareció en su expresión.
—Vaya, vaya… así que estoy ante toda una rebelde.
Olga negó rápidamente porque la sola idea de poder entrar en esa palabra le resultaba tan horrible como si estuviese cometiendo el peor de los delitos.
—Por toda la magia, no. Lo que creo es que vuestro mundo es más… libre. Los mundanos podéis permitiros cosas que los herederos no tenemos ni por asomo.
Asintió unos segundos en silencio, pero tuvo que terminar por preguntar.
—¿Qué exactamente?
—Vosotros… bueno, no os casan por obligación, ¿no?
Sus expresiones faciales se dulcificaron entendiendo aquel papel que tenía la chica ante él. Siempre se olvidaba de cómo podían llegar a ser tratadas casi como trozos de carne de buena o mala categoría tras la ceremonia de los dieciocho. Si su información era correcta, a Fischer aún le quedaba año y varios meses para tener que pasar por ella. Un año y meses para poder llegar hasta su corazón antes de que la obligación la guiase a un matrimonio concertado que se mediría según lo hermosa que fuese la criatura que había sacado en la ceremonia, como si algo así se escogiera libremente.
—Todos tenemos nuestro lado bueno y malo. Anhelamos lo que tenéis vosotros solo por ser quienes sois, con un simple chasquido de dedos. Vuestro poder, vuestro estatus solo por nacer. Nosotros jamás podemos llegar a eso porque nadie de todos nuestros antepasados nos preguntó si íbamos a sufrir poco o nada cuando ellos terminasen por dejarse seducir por el amor. El dinero es vuestro, las posibilidades son vuestras. Nosotros solo recibimos lo que nos permitís tener. Somos la mano de obra de vuestros negocios, somos quienes nos rompemos el espinazo para…
Se interrumpió cuando distinguió los ojos cargados de tristeza de la joven. Se acercó a ella, buscó su mirada en lo que por unos segundos pareció un juego hasta que Olga volvió a sonreír.
—No te culpo a ti. Tampoco tienes la culpa de haber nacido heredera.
Acarició con suavidad la mejilla con una piel tan suave que sus dedos quisieron quedarse más tiempo recorriéndola.
—Vosotros queréis bienes materiales. Yo quiero libertad.
Tragó saliva porque no quería tener que contestarle con las mismas palabras que había escuchado de su padre tantas veces, pero tenía razón.
—El pago siempre es renunciar a algo.
—¿Y por qué no se puede decidir a qué renunciar?
Sven quiso responder, pero aunque era inteligente, aunque tenía su propia visión del mundo, aún era complicado que llegase a entender cosas, aquello que su padre le aseguró que entendería cuando fuese más mayor pues para él también estaban de más el estatus, el dinero, las posibilidades que un título trajese consigo. Era amante de la música, quería vivir por y para ella y aunque pudiera entender más o menos la lucha de su familia, era su familia y no él quienes por ello peleaban.
—¿A qué quieres renunciar?
Olga dejó escapar un nuevo suspiro pues temía resultar demasiado idealista, pero aquel roce, aquella forma en que la había acariciado, en que su corazón se había acelerado por completo ante algo que le era tan esquivo como una caricia pues le estaban negadas, en ese instante parecía todo lo que realmente hubiese anhelado jamás.
—A ser una Fischer.
Fruncido el ceño distinguió tal dolor en los ojos ajenos que le fue imposible quedarse quieto. La atrajo a sí, sentándola en su regazo, envolviéndola con sus brazos como si protegerla fuese su única misión en ese momento. Ambos se sorprendieron por cómo había actuado, también hasta qué punto aquella postura les gustó. La forma en que aquel liviano cuerpo encajaba entre sus brazos como una perfecta pieza de un rompecabezas que no sabía que existiese. Aspiró el aroma de su cabello, el cítrico, aquel pomelo que se entresentía en mezcolanza con flores de azahar. Una extraña combinación que no había olido jamás, pero que le maravilló por un instante. Olía a brisa fresca, a posibilidades, a inocencia y ternura, pero también a algo que le atraía más que el olor a tabaco rancio, a gardenias congeladas en medio del verano al que olía Frannie.
La cabeza de Olga buscó un lugar para apoyarse en el hombro, notando el aroma de la piel demasiado cerca como para pararse a pensar bien en qué estaba aspirando. Su cuerpo casi temblaba como una hoja, igual que si aquello fuese lo más íntimo y prohibido que se pudiese hacer en el mundo. Pobre alma inocente en aquel mundo encerrada.
—¿Tan horrible es? —Se atrevió a preguntar.
—¿El qué? —preguntó Sven buscando su mirada.
—No tener poder. No tener todo lo que deseáis con chasquear los dedos.
Llenó sus pulmones como si tuviese que pensar la respuesta a esa pregunta aunque sabía perfectamente qué era lo que un mundano hubiese respondido. No, él no quería eso, quería volver a atraer la conversación a ellos porque perderse en política podría alejarla de él cuando era lo que menos deseaba.
—No sé qué pensarán los demás. Solo puedo decirte que yo me siento el hombre más poderoso del mundo.
Olga se separó un poco para así ver mejor su rostro.
—¿Ah sí?
—Por supuesto. Piensa ahora mismo en todos los hombres y mujeres de este mundo.
A la menor le gustó ese tono empleado, exagerando y alargando las palabras, sobre todo en aquel «todo» que tan teatral había quedado.
—Vale. Creo que lo tengo.
—Bien, ahora —susurró inclinándose un poco más hacia ella—, dime quién de todos esos hombres y mujeres tiene la dicha de tenerte ahora mismo sentada sobre sus rodillas sabiendo que podría protegerte de todo lo malo que pasase en este mundo.
La separación de sus rostros era tan pequeña que el corazón empezó una batalla propia para intentar no escapar del interior de aquel pecho. Olga a duras penas podía darse cuenta las mil emociones que esas palabras le habían provocado, cómo sus mejillas se habían teñido de un intenso carmesí y sus labios se habían quedado ligeramente abiertos buscando palabras o aliento que habían decidido no aparecer, amenazándola con quedarse muda y respirar solo por la necesidad y no porque su cuerpo estuviese dispuesto a cumplir las órdenes de su cerebro.
Una distancia tan pequeña que para sí no era más que un mundo de posibilidades abierto, una puerta a la libertad que había pedido antes y a la posibilidad de aquello que, aunque no quisiese creerlo por el miedo que tenía siempre, empezaba a susurrarle amor en un sinsentido de emociones inconexas que hubiese deseado que no se despertasen tan rápidamente cuando se había jurado así misma que toda la vida sería una mujer cabal. No podía ceder ante la primera oportunidad de aquello supuesto, que con ligereza se le estaba estableciendo tal apelativo. Amor. No, el amor era más, lo había leído de sus heroínas, lo había descubierto en historias a miles que había devorado hasta el cansancio en horas en las que debería haber estado durmiendo. Pero ¿quién era ella para explicar lo que del amor se trataba si las ganas de besar unos labios por fin habían aflorado en ella?
Sven deslizó los ojos hasta aquella boca que sin darse cuenta parecía estar ofreciéndole un pecado cruel. Tentadora como pocas que hubiese visto antes, tan de cerca. No diría que aquel sería, si se lo diese, su primer beso porque nadie lo creería, menos una chica que por inocente que resultase, inteligente era. Pero tampoco pensaba arrebatarle lo que sabía que debía ser su primer beso en una ridícula farsa que había creado reconduciendo una conversación muy distinta. Sabía cuál era el objetivo, pero besarla porque sí. No, eso no entraba en los planes. No en los suyos, al menos.
—¿Sabes tocar la guitarra? —preguntó de pronto sacando a Olga de su ensimismamiento.
Negó y se separó de la joven en una necesidad real por poner distancia entre ambos. Una bocanada de aire fresco que no tuviese ese toque a azahar le recordó para qué estaba allí, porque por un segundo se había olvidado que besarla en el momento adecuado no era su meta.
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m44niac · 8 months
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⠀⠀⠀i⠀was⠀born⠀with⠀the⠀brains⠀and⠀the⠀brawn
´ 𝕭𝐎𝐔𝐓 𝐇𝐈𝐌
⠀ ⠀
⠀⠀DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA
rebelde, coqueto y un bufón, son tres adjetivos que lo describen a la perfección. el ego alto y las neuronas bien ausentes, hiroshi chistea a cualquiera. no toma buenas decisiones con tendencias a ser impulsivo. además carece de responsabilidad afectiva, teniendo por allí y por acá chicas soñando con ser sus novias aunque el ni responda sus llamadas después de una noche en los moteles. si tiene una idea, por más estúpida que sea, va hasta el fin del mundo para cumplirla; opta por ser lo que algunos llaman "cabeza tonta" insistiendo sus tonterías y pensando que tiene la razón en todo. parte de esto sería por los mimos en su niñez y la disponibilidad económica de tener lo que sea cuando quiera. ⠀⠀ ⠀⠀
⠀⠀DESCRIPCIÓN FÍSICA
de ojos ámbar y cabello teñido de varios colores cada mes(usualmente rubio o verde), hiroshi es de contextura delgada y mediana altura, llegando a medir 1.78 y pesando 63 kilos. cuenta con sus orejas, pezones y ombligo perforados, varios tatuajes por su cuerpo desde alguno que se hizo totalmente borracho u otros de significado profundo y emocional. su armario consta de un estilo punk-escolar: botas de plataforma, camperas con tachas, camisas arrugadas, chokers y jeans ajustados con estampados y mil parches.
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katherin23 · 11 months
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RESUMEN
Geum Jan-di (Goo Hye-sun) hace una entrega de la lavandería de su familia a la mejor escuela de todo Corea, “Shinhwa”, pero quien le va a pagar esta a punto de suicidarse a causa del maltrato de un grupo de chicos adinerados que controlan toda la escuela, ellos se hacen llamar F4 (4 Flores). En esta extrema circunstancia y para evitar habladurías, Jan-di es aceptada como alumna becada en natación. Sin embargo, su tranquila vida cambiará al conocer a los F4 y sobre todo al enfrentarse a su líder, Gu Jun-pyo (Lee Min-ho) el F4 rebelde, es un chico de cabello rizado, orgulloso y violento que le hará la vida imposible a Jan-di sin darse cuenta que guarda otro tipo de interés en ella. Yun Ji-hu (Kim Hyun-joong) el F4 sensible, es un chico solitario que guarda una personalidad contrastante con la de Jun-pyo, pero su suave manera de ser despertará en Jan-di tiernos sentimientos. So Yi-jung (Kim Bum) el galán del F4 viene de una familia dueña de museos de arte coreano, siempre rodeado por lindas chicas y con una aparente segura personalidad, guardará un profundo dolor. Song Wu-bin (Kim Jun) el F4 con un carisma especial, grandes influencias y poder económico será el amigo incondicional del grupo. Los F4 y Jan-di encontrarán lo real en el amor y la amistad estando un mundo adolescente que se rige por las apariencias.
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