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#la piedrita del zapato
dolceminerva97 · 5 months
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Pregunta completamente aleatoria. Existe una razón profunda de por qué a Tina no le agrada el gringo? O solo no le agrada porque él es relativamente exitoso y a ella no le fue tan bien? Me estoy proyectando mucho pero pienso que la personalidad de Arthur la tiene Alfred pero más ruidosa y sin el "carisma de caballero" y por eso a Tina no le termina de agradar jaja
Es completamente histórica la razón por la que Tina no se banca al Alfredos, incluso a pesar de los períodos post Guerra Fría en los que se esforzó por acercarse a él y lo consideró su mayor aliado (muy a pesar de su orgullo).
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Y es que ella NO SOPORTA la relación unilateral que tiene con él, porque históricamente, siempre la resistió. Desde el siglo XIX, Estados Unidos con su Doctrina Monroe, su Destino Manifiesto, y posteriormente su ideal de Pan-Americanismo, ha pretendido extender su influencia sobre el continente americano y mantener a los poderes europeos alejados de ella. Argentina, por el contrario, siempre priorizó sus lazos con Europa y vio en los supuestos ideales de EEUU una pretensión expansionista más que un sentimiento de unidad americana. Agustina no estaba necesariamente en contra de la unión entre los países americanos, pero tenía sus propias pretensiones y ambiciones regionales, y no confiaba en Alfred.
Sus intereses y modelos de desarrollo eran poco compatibles, y aunque hubieron momentos de cooperación y comercio, por mucho tiempo su relación se determinó más por las disidencias y las resistencias de Argentina que por los momentos de encuentro.
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Todo esto da un vuelco luego de la culminación de la Guerra Fría, y es en los años 90s con los gobiernos menemistas cuando Agustina tiene que cambiar completamente su actitud hacia él para alinearse a su influencia, convirtiéndose en una subordinada chupamedias. Esto es absolutamente mortificante para Agustina, que a pesar de todo, conserva en su orgullo y su rencor un profundo desprecio por la situación patética en la que se encuentra. Pero no le queda de otra; mientras Alfred diseña sus políticas de relaciones y ve a LatAm como un conjunto, Agustina se ve en la obligación de enfocarse en Alfred de manera específica. En ello recae la uniteralidad del asunto, a la que, a juzgar por los lineamientos diplomáticos del nuevo gobierno, estamos a punto de repetir.
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Alfredo: quién? 🤏
No creo que el Alfredo piense mucho en Agustina más allá de verla como una latina más del montón, que en el pasado supo ser una piedrita en su zapato en cuanto a sus proyectos panamericanos se refiere. No es por subestimar a Argentina, que claramente supo tener su capacidad de mantenerse independiente de la influencia yanqui, pero progresivamente la balanza comenzó a favorecer a EEUU de tal manera en que Tina ya no puede sostener su antiguo discurso, y quedó en el pasado ese país que se consideraba un igual y hasta un competidor por la influencia regional. Todo esto le pesa profundamente a Agustina, y por eso siempre va a guardar rencor.
Me imagino a Alfred capaz de verla como "la p*tita de Arthur" durante la época en que su influencia se había expandido a toda LatAm, excepto a ella, que seguía prefiriendo sus lazos con Europa.
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Y posteriormente, también lo veo refiriéndose a ella como "that nazi bitch" en las tensiones provocadas por la Segunda Guerra Mundial, aunque Tina en realidad adoptase una postura más "me rehúso a hacer lo que me obligue Alfred, a mí no me va a andar dando órdenes ese gringo de mierda" que una genuina intención pro-Eje.
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El desprecio de Alfred se neutraliza durante la Guerra Fría, más que nada porque EEUU tiene muchas otras prioridades en otras partes del mundo, así que Argentina tiene muy poca relevancia, y en los 90s comienza esa relación unilateral en la que ella tiene que resignarse a acercarse a él porque lo necesita, pero es una más en el montón de los cientos de países que le tienen que chupar las medias.
Así que equis, Tina le importa poco, y solo tiene ideas superficiales sobre ella, porque no es él el que tiene que esforzarse en conocerla y atraerla.
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apricotprincess2 · 7 months
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Rayuela/ Hopscotch -Julio Cortázar 🇦🇷
"La rayuela se juega con una piedrita que hay que empujar con la punta del zapato. Ingredientes: una acera, una piedrita, un zapato, y un bello dibujo con tiza, preferentemente de colores. En lo alto está el Cielo, abajo está la Tierra, es muy difícil llegar con la piedrita al Cielo, casi siempre se calcula mal y la piedra sale del dibujo. Poco a poco, sin embargo, se va adquiriendo la habilidad necesaria para salvar las diferentes casillas (rayuela caracol, rayuela rectangular, rayuela de fantasía, poco usada) y un día se aprende a salir de la Tierra y remontar la piedrita hasta el Cielo, hasta entrar en el Cielo, lo malo es que justamente a esa altura, cuando casi nadie ha aprendido a remontar la piedrita hasta el Cielo, se acaba de golpe la infancia y se cae en las novelas, en la angustia al divino cohete, en la especulación de otro Cielo al que también hay que aprender a llegar. Y porque se ha salido de la infancia se olvida que para llegar al Cielo se necesitan, como ingredientes, una piedrita y la punta de un zapato."
"Hopscotch is played with a pebble that you move with the tip of your toe. The things you need : a sidewalk, a pebble, a toe, and a pretty chalk drawing, preferably in colors. On top is Heaven, on the bottom is Earth, it's very hard to get the pebble up to Heaven,you almost always miscalculate and the stone goes off the drawing. But little by little you start to get the knack of how to jump over the different squares (spiral hopscotch, rectangular hopscotch, fantasy hopscotch, not played very often ) and then one day you learn how to leave Earth and make the pebble climb up into Heaven, the worst part of it is that precisely at that moment, when practically no one has learned how to make the pebble climb up into Heaven, childhood is over all of a sudden and you're into novels, into the anguish of the senseless divine trajectory, into the speculation about another Heaven that you have to learn to reach too. And since you have come out of childhood you forget that in order to get to Heaven you have to have a pebble and a toe.”
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vikmonoblock · 2 years
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“La vida no es algo que te sucede, es un reflejo de vos misma” dice la nota del blog de la #TribuHappimess que publicamos este jueves. “La ley del espejo” dice que el mundo que se nos presenta, con lo bueno y lo malo, es un reflejo de nuestras luces y sombras. Si hay algo que vemos afuera que nos molesta (como la contundencia de una bofetada o con la sutileza de una piedrita en el zapato) eso nos trae data de cosas a trabajar. “Lo que amamos en los otros es lo que amamos en nosotros mismos. Lo que detestamos en los otros es lo que no podemos ver de nosotros mismos.” ¿Verifican? Ejemplo: Odio la impuntualidad. ¿Y por casa cómo andamos? Va por ahí el análisis que nos puede devolver un cachito de empatía para con todes, vos incluide. ¿Y por qué queremos recuperar esa sensibilidad? Porque el mundo está lleno de personas diferentes que van a apretar nuestros botones. ¿Y adivinen qué? Nuestras particularidades también ejercen presión sobre otres. (Que yo escriba usando la “e” para simplificar mi escritura inclusiva sé que vuelve locas y locos a varios). Y cuando tratamos de separarnos de lo que nos es diferente y difícil en los otros también nos cerramos a nuestras propias posibilidades creativas. No aprendemos nada nuevo (lo realmente nuevo es, por definición, incómodo e inquietante). Cuando la realidad es que somos seres mutables, en continuo movimiento. Entonces, en vez de decir “esto es así 🤍 y asá 🖤”, pará la oreja, cerrá la boca, abrí los ojos. Escuchá y mirá. Báncatela que desafíen tus creencias. Fijate de dónde viene la resistencia. Rebelate a asumir esas verdades monolíticas cristalizadas en el imaginario popular y trata de capturar lo que se escurre por fuera de esas estructuras. Por las grietas es por donde pasa la luz, y en esa luz, hay arcoíris. #happiquotes #rainbow #lifeisarainbow #arcoiris #frase #lettering #ilustracion #quotes https://www.instagram.com/p/CgDFscsuBLr/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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linsaad · 6 months
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Creo que la verdadera felicidad consiste en la conciencia de superar la adversidad. Sin una dosis de sufrimiento no se puede producir la felicidad en cualquiera de sus múltiples variantes. Ser feliz no es sentirse cómodo siendo feliz. No existe un absoluto de felicidad. No existe la felicidad en sí misma. La felicidad está aquí y ahora. Estaba allí y ahora ya no está allí y, por lo tanto, hay que despertarlo nuevamente si uno quiere disfrutarlo. El máximo grado de felicidad no es, en mi opinión, el acontecimiento afortunado, el momento del orgasmo, el deseo cumplido o el orgullo satisfecho, aunque en todo ello resida un poco de felicidad. En mi opinión, la felicidad se parece a lo que no recuerdo qué novelista escribió: el resultado, con consecuencias físicas y mentales muy gozosas, de ponerse una piedrita en el zapato, caminar un kilómetro soportando el dolor y, fundamentalmente, quitarse los zapatos.
Fernando Aramburu
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volarporlosaires · 9 months
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PIEDRITAS
Y ahí están, las vengo mirando pero tengo que pasar, paso, las piso. Esas, esas piedritas que cuando vas apurado se te cuelan en las hendiduras de los zapatos, se te van clavando mientras suenan contra el asfalto diciendo: "Acá estoy y acá me voy a quedar".
Esas desgraciadas van a sonar hasta que frenes. Frenar, hay que elegir el momento para frenar.. ¿Hay que elegirlo? Me olvido de frenar. Sigo. Ah pero esas piedritas.
El bondi!! Lo corro, no hay que llegar tarde. Si algo aprendí es a ser cautelosa con las reglas sociales respecto de los horarios y el cumplimiento de actividades. Subo, no tengo carga. El chofer que se ve que se clavó más piedritas que yo, me invita a bajar con su exuberante cara de "me chupa tres huevos que estés apurada y que el kiosco que carga esté a 7 cuadras".
Me bajo, me sentí avergonzada, camino la primera cuadra, "que boluda podría haberle pedido a alguien que me pague". Sigo, segunda cuadra, "¿hasta menos cuanto llegará la sube ahora?". Tres cuadras, cuatro. Las piedritas. "las piedritas me van a romper el zapato, ¿Qué hora es?".
Uff esa pregunta activa el conejo de Alicia. Llegué, no hay sistema. Llego al otro, cargo. Subo al bondi, siento calma. Cumplí la misión. Está hasta las manos, pienso "que suerte que paró". Viajamos como en un zamba, "señor pasajero si tenía que sacarse algo o acomodarse el momento era antes, ahora solo utilice los dedos o la parte disponible del cuerpo para sostenerse". Hay que sobrevivir, o al menos llegar entero. Llego, bajo, puedo al fin agarrar el celular que quedó perdido en el bolsillo, acosado por una espalda y un brazo, . "Es súper tarde".
Salgo de la misión del día, ¿dos chocolates por mil pe?. Entro, salgo con chocolates, no van a durar lo sé, pero la sonrisa se esboza porque tengo el premio, de baja duración pero terrible ofertón.
Sigo, tengo que pasar por dos lados más, colectivos, gente, olores, caras de orto, caras de nada, celulares, gente que frena como NPC de golpe en medio de la vereda, ¿No ven que estoy apura... pisas un baldosa rancia y aaaa las piedritas! No las saqué, bueno cuando llegue a casa. Sigo. Sigo y sigo.
Ya es el último bondi, el que me devuelve a casa, el que me deja a 8 cuadras pero es el primero que vino. Ya fue.. Me subo, hay gente, no tanta, busco alguna ventanilla abierta. Si voy a ir parada, que me pegue el vientito. Bajo, camino, las piedritas, las esquivo. Llego, pongo el agua, el mate siempre ayuda a seguir con el día, faltan cosas, miro, una banda me falta. Me cambio, armo el mate. Dibujo, armo una clase, leo una buena respuesta en algún TP, otra no tanto. Dibujo, miro la cuenta de banco, ¿Solo eso? Bueno tengo que seguir, uh ya son las 12 y media, quería mirar algo, bueno termino esto y listo. Me acuesto.
Suena el despertador, pongo el agua, desayuno, termino pendientes de ayer, uh ya tengo que salir, me cambio. Piso. Las piedritas!!. Cierto, nunca frené.
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tetha1950 · 10 months
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Cómo reaccionar ante la adversidad...
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En circunstancias difíciles, quienes invocan al Señor descubren que Él es todo lo que realmente necesitan.
2 Corintios 12:6-12
Si usted alguna vez ha tenido una astilla en el dedo o una piedrita en el zapato, sabe lo molesto que puede ser el dolor. No todos nuestros problemas son tan pequeños ni se quitan tan fácilmente. A veces nos acompañan por años y pueden parecer insoportables. Es posible que las circunstancias no estén bajo nuestro control, pero nuestra respuesta sí. Podemos angustiarnos y alejarnos de Dios, o podemos confiar en Él.
Pablo tenía un “aguijón” (o astilla) en su vida. No se nos dice qué (o quién) era la dolorosa molestia, pero ella lo atormentaba y humillaba. Oró tres veces para que le fuera quitada, pero Dios solo le prometió gracia para que su poder se perfeccionara en la debilidad.
Cuando nos faltan las fuerzas, comenzamos a descubrir que podemos hacer frente a las dificultades y el dolor porque el Todopoderoso está con nosotros, prometiéndonos que “esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria” (2 Co 4.17). En el sufrimiento, nos acercamos más a Dios, y “la paciencia [tiene] su obra completa, para que [seamos] perfectos y cabales, sin que [nos] falte cosa alguna” (Stg 1.4).
Pablo aceptó bien esa respuesta, pues se regocijaba en su debilidad ya que había aprendido el secreto del contentamiento: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Fil 4.12, 13).
(Ps. Charles Stanley).
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winny117 · 2 years
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Capítulo 1
“Hola, me llamo Winny… sólo Winny por ahora”
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El olor de la tierra mojada tras una leve llovizna le encanta, la llevan a un sitio lejano de su niñez… un día en que fue feliz y triste al mismo tiempo.
En alguna parte del mundo, secreta, por ahora, veintitrés años atrás…
-Si no has terminado para cuando regrese recordarás la paliza que te propine por el resto de tus días. - Exclama en tono rudo y autoritario una mujer de blancos cabellos quien tras echar una última mirada gélida y amenazadora cerraba con demasiada fuerza la puerta de esa pequeña casita.
 - Seguro… - Susurraba una pequeña criatura de tan sólo siete años de edad, inflando las mejillas cual puchero, para luego, tras brincar hacia atrás, producto del portazo, enseñar la lengua y suspirar. Eleva su pequeña manito y limpia la punta de la nariz con el dorso, riendo de inmediato al ver que su piel presenta un par de manchas oscuras. Corre hacia un valde de agua de lluvia y observa su rostro: tiene las mejillas teñidas de ceniza y el cabello, de un curioso tono rosa, tan corto que bien podría ser confundida con un varón, si no fuera por el timbre de voz aguda, de ratoncillo, de caricatura, que la destacan, una voz que se esfuerza por convertir en grave. – Seguro vieja bruja, como si no conociera tus palizas.- Expresa sobando la pierna izquierda, recuerda bien la zurra que se había llevado cinco días atrás, producto de romper una taza.
- ¿Hija? ¿me alcanzas un vaso de agua? Tengo mucha sed…
Otra voz aparece en escena, una más ronca, más débil, más cansada.
-¡Abuelito! Ya has despertado, espera, que debo hervirla primero.
La pequeña corre hacia la cocinilla de barro improvisada a modo de fogón que se encuentra dentro de casa. Saca del bolsillo un trozo de papel que lanza dentro del fogón sobre un par de palitos de madera secos, saca también dos piedritas del bolsillo derecho y tras chocarlas y crear una pequeña chispa, una diminuta llama comienza a cobrar vida.- ¡Chispas! Perfecto.- Expresa y los ojos le brillan de orgullo, cansada estaba de tener que lidiar con el encendedor que su tía utilizaba para fumar y que varias veces le causaba ampollas en sus pequeños dedos. Coge una barra de hierro y comienza a soplar. La llamas crecen y es cuando coloca una olla de barro con agua.
-No era necesario hija, por dios… ja ja ja.
Comenta el hombre de blancos cabellos quien descansa en la cama al otro lado de la habitación. La pequeña corre hacia él y se arrodilla a los pies de la cama para acercar el rostro y enseñar su mejor sonrisa. Adoraba con todo el corazón a su abuelo. Según ella era el hombre más guapo, caballeroso y trabajador del mundo. Siempre la había defendido de los aterradores castigos que su tia pregnaba merecía por ser tan atrevida y malagradecida.
Recordaba las veces que lo acompañaba a lavar arena al río, que luego vendían a sus vecinos. Recordaba bien las veces que lo acompañó a la fábrica de zapatos donde trabajó hasta ese día en que se accidentó bajando unas escaleras y terminó postrado, prisionero de la cama.
-Si, hace falta, Cristian el mocoso, hijo del carnicero, se ha burlado de mi porque según él bebíamos agua contaminada. Pregunté a Lidia la señora de la frutería y me ha dicho que si hervimos el agua hasta que las burbujas aparezcan esos bichos desparecerían ¡juaz! -Lleva su mano a la altura del cuello y hace un gesto de corte. - Aniquilados todos ja ja ja.
-Solo quiero agua, hija, tengo mucha sed y me siento cansado.- Expresa el mayor mientras sonríe, entonces una tos seca lo invade y la pequeña asustada se apresura a llenar un vaso con agua sin hervir.
- Me gusta así un poco fría hija.- Responde el mayor tras beber el agua, dedicándole su mejor sonrisa. Adoraba a su nieta con todo su corazón.
Quizá debería dejar una jarra con agua pero la única que tenemos es la de tia. Bueno no pasa nada.
Y corriendo se apresuró a llenar la jarra de vidrio con agua caliente, pero no supo cómo de pronto ésta estallaba en mil pedazos cayendo parte de esta agua en su pierna izquierda, logrando que echara un grito. La carne ardía, observó las llagas que aparecían y corrió para mojarla con agua fría mientras intentaba no lloriquear.
-Va a matarme….- Susurraba asustada.
- Tranquila hija, le diré que lo hice yo… no habrá…
-¿Qué hiciste qué?
La voz de su tia atrajo la atención de ambos, la mujer enfurecida al ver los trozos de vidrio en el piso tomó la escoba y comenzó a golpear a la niña.
-¡Dejala! ¡DEJALA! AH….- El mayor no pudo más, fue en un instante que todo oscureció. Todo se paralizó. La parca lo había secuestrado velozmente. La pequeña se desmayó de la impresión.
Presente
-Hoy te extraño abuelito, hoy quisiera escucharte reír. Quisiera acariciar tus cansadas manos. Era muy pequeña, muy tonta, muy ignorante sobre muchas cosas, no te cuide bien, pude hacerlo mejor, te extraño. Tu ausencia nunca dejará de dolerme...
Susurra la joven mientras se acerca a la orilla de un lago, el cielo despejado ahora le regalaba un arcoiris, quizá a manera de consolarla, pensó ella. Un regalo de su abuelito.
Un beso al cielo...
Una promesa de un nuevo encuentro...
Una ilusión guardada en el corazón,
Un alivio al alma acongojada y solitaria.
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hela2romantikos · 2 years
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la vida es una lista interminable de cosas que no entiendo.
tampoco me alcanza la vida para si quiera tener la posibilidad de entender.
El no entender me genera una consciencia extraña de un punto del estómago que se activa al usar mi energía en pensar.
No sirve de nada. darle vueltas a tantas cosas. entonces aparecen la precaución y el cansancio.
Es más cómodo dirigir la energía a otros asuntos.
La gente es maravillosa desde el punto de vista de la curiosidad. Pero es extenuante. impredecible. A la vez tan predecible y aburrida, la mayoría de las veces...
se aparta uno de la gente un poco. y llegan preguntas por el futuro. el mundo, el paso del tiempo. los formularios y la burocracia....
Es mejor crear. crear es hacer del presente una materialidad, existes mientras haces existir.
transformando arcilla o pixeles. Es pintar con el espacio tiempo. y el mundo es el lienzo y la pintura. uno mismo también.
Hay un intercambio constante del material no interpretable por el lenguaje, cosas atoradas en el cuerpo y otras que si son del lenguaje. pensamientos, ideas, palabras, que se vacían en una cosa nueva.
También azar y bla bla bla.
me siento atorada en el mundo. como una piedra en el zapato del mundo. piedrita.
es mejor no pensar tanto.
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orfelunia · 2 years
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LOS DÍAS
Quiero ser productiva y no puedo. Amortiguo la culpa con la excusa de que todavía soy joven, de que todavía hay tiempo, de que está bien que todavía no tenga claro qué es lo que quiero hacer con mi vida. Quiero ser productiva, pero soy ansiosa y soy vaga y me aburro rápido y me distraigo fácil. Me gustaría tener a alguien que me diga qué hacer y cómo hacerlo, alguien que me obligue a permanecer prolongadamente en una actividad, alguien que me dé órdenes claras, un jefe que me persiga, que me atosigue, que me presione. Quiero tachar tareas de una lista, quiero deadlines, quiero obligaciones. Necesito con urgencia encontrar algo a lo que dedicarme para así poder dejar de girar tan vanidosamente alrededor de mí misma. Necesito algo que me salve de tanto tiempo libre.
Antes de este año yo era una persona afortunadamente ocupada. Había encontrado una carrera con la que me sentía convencida y por primera vez, después de tanto fracasar en la tarea de terminar con lo que empiezo, estaba resuelta a recibirme. Pero cuando empezó la pandemia y hubo que adaptar el mundo al formato virtual, me encontré con que la idea de formarme como actriz a través de una pantalla no era suficiente para mantener vivo mi frágil entusiasmo. Resolví entonces que en todo caso retomaría las clases cuando se regresara a la modalidad presencial. Y así es como empezaron los días de encierro, tan insoportablemente vaciados de obligaciones, tan insípidos, tan idénticos entre sí. Días sin bordes, sin principio ni final, días largos de no hacer casi nada, días a veces más y a veces menos tolerables, días que se sucedieron sin mayores accidentes ni milagros. Cada mañana de este año tomé un café con leche en una taza amarilla, sentada en silencio sobre mi acolchado de rombos naranjas. Fumé religiosamente un cigarrillo después de cada desayuno, después de cada almuerzo, después de cada cena, pero también fumé muchos otros en el medio. Fumé sobre todo cuando estaba aburrida. Me bañé casi todos los días durante cuarenta minutos con agua muy caliente, dormí largas siestas babeantes, miré películas, escribí, leí, limpié, de vez en cuando toqué la guitarra o salí a dar una vuelta, y todo eso mientras no dejaba de preguntarme, cada vez más llena de dudas, qué es lo que verdaderamente quería hacer con mi vida: si era actuar, si era escribir, si era rendirme a tener un trabajo cualquiera y preocuparme sólo por mantenerme ocupada. Algún domingo de junio escribí en mi cuaderno: “Me repito todos los días en la misma secuencia de estupideces: soy mi propio estribillo”.
Recién en las últimas semanas pude empezar a salirme de esa trayectoria breve e inútil que recorrí casi que cada día de este año dentro de esta casa como si fuese un muñequito a cuerda. Volví a subirme a un colectivo después de meses, volví a ver a muchas de las personas que quiero, volví al teatro, aplaudí, me conmoví, me emborraché, volví a perderme por las calles hermosas de esta ciudad hermosa con mis amigos durante la madrugada, saboreé el perfume de los tilos y el primer viento dulce y fresco del verano. Pero si bien ahora tengo esta sensación de tesoro recuperado, esto que es tan parecido a un alivio, en el fondo también sé que la inquietud por no saber qué hacer conmigo sigue ahí, el futuro como una piedrita demasiado molesta en el zapato. Creo en mi deseo tan ambicioso de exprimir el tiempo hasta la última gota, en mis ganas de sumergirme entera en alguna actividad, en mi necesidad de encontrar ese algo que se parezca a una vocación. Pero también están mis dudas, mi pereza, mi falta de voluntad. Ese sentir que nunca voy a poder llenarme, que no tengo ni la menor idea de hacia dónde ir, que no estoy segura de nada, que no cuento con el valor necesario para elegir a qué dedicarme ni para sostener con seguridad ninguna decisión. Sufro de un dilema gravísimo: a la vida le temo tanto como la deseo. Quiero todo, pero no hago nada.
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mexilusx · 2 years
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A veces me siento apenado conmigo mismo por no tomar en serio lo que pasa en nuestro liliputiense mundillo político.
Piedra en el zapato imperial…
A veces me siento apenado conmigo mismo por no tomar en serio lo que pasa en nuestro liliputiense mundillo político. Todo tan previsible, todo tan simplemente corrompido y todo en declive, de cabeza a un infierno del que costará lagrimas y muchas décadas para salir.
Con la condición de que este pueblo de indecentes aspiracionistas a un sicariato, no siga votando en favor del Morenismo y sus muy bien adiestrados priistas/pejiasnos.
El actual dueño sin duda posible, del futuro de la Nación, sigue acumulando tarugadas sin ton ni son. Abre nuevos frentes, críticas a los votantes colombianos, bronca contra republicanos y demócratas pero sin cerrar antes las broncas con Biden. Amenaza con exhibir con pruebas los negociados de un legislador gringo con los fabricantes de armas y a lo más que llega es a citar una línea de información de un periódico del norte.
Festeja lo que considera un fracaso de la Cumbre Latinoamericana, lo atribuye a su ausencia y manda a un recadero para leer disparates sin fin.
Pide, casi exige, el cambio de la Organización de Estados Americanos para darle cabida a sus protegidos que, vaya caso, no quieren sumarse a sus pretensiones.
Los tres saben que su participación en una asamblea continental significaría permanente tribunal y condena; en otras palabras son tan impresentables que funcionarían muy adecuadamente para limpiar las excrecencias de otros gobiernos dizque democráticos. La mas actual hazaña de nuestro bienaventurado guía; recordarán que Trump antes de empinarlo como lo reveló, ordenó impedir el flujo migratorio procedente de Centroamérica.
El mandatario mexicano impulsó ese fenómeno ofreciendo trabajo, respaldo económico y ayuda para cruzar al norte. Después de que Trump lo empinó tuvo que enviar 28 mil uniformados para detener las caravanas, que de paso fueron reprimidas y encerradas.
A la vez se estableció una zona para mantener a quienes habían solicitado asilo. Los campamentos fronterizos siguen funcionando.
Tras las tonterías por la Conferencia, casualmente se abrió de nuevo la frontera sur. Alrededor de quince mil, hoy calificados como ilegales, marchan para llegar al norte.
Por ahí la gráfica de un policía federal mexicano saludando de mano un inmigrante. Porque los agentes hoy no reprimen ni obstaculizan, marchan a su lado.
Alguien financia la operación, surte  alimentos y cuida la salud de los viajeros que piden visa humanitaria para llegar a los límites con Estados Unidos.
Este nuevo movimiento tiene la apariencia de una nueva piedrita para las chanclas de Biden. Y en política, lo que parece, es
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diegochn · 5 years
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25 - Tasty en el inktober de www.lapiedritadelzapato.com
Chenbrimac
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Tener autoestima
¿Sabes por qué tal vez no te funcionan las relaciones? ¿Te planteas mirar hacia adentro de una vez, en vez de estar esperando que los demás te amen tal cuál eres?
Una verdad muy grande es que sueles esperar que te amen tal cual eres, esperas que te acepten así sin más cuando ni tú mismo te aceptas. Es decir cuando tú de ti mismo esperas mucho y nunca terminas satisfecho con tus propios resultados.
Entre tu yo ideal y tu yo real, puede existir un abismo. Cuando tú idealizas un yo personal que lo deseas de X forma, pero ves que la realidad es otra y que tu yo real no le llega a la suela de los zapatos a ese yo ficticio e idealizado, tu yo real se ve afectado por completo, generando altos grados de insatisfacción, baja autoestima y dejando tu autoconcepto por los suelos. He aquí uno de los motivos más detonantes de una baja autoestima.
Está muy bien ponerse metas y exigirse a uno mismo, con el fin de superarse y ponerse al límite para demostrarte que puedes mejorar y ser mejor en muchos aspectos. Pero todo debe hacerse con una planificación gradual de mejora. Es decir, marcando pequeños objetivos y lográndolos. De esta forma será mucho más probable que tú mismo vayas sintiéndote bien, de forma gradual, acorde a tus logros y acorde a lo que quieres cambiar de ti en tu vida.
Pongamos un ejemplo para subir el autoestima
Supongamos que eres una persona que tiene un sobrepeso de 20 Kilos extras en tu cuerpo.  Y que tu ideal físico personal sería recuperar tu línea corporal y bajar eso 20 kilogramos. Ok, el problema es cuando te exiges hacer este cambio en muy poco tiempo, y por ejemplo dices: “Quiero bajar esos 20 kilos en 4 meses”. Lo más seguro es que fracases porque es una meta muy basta como para reducirla en tan poco tiempo.
Pues para bajar 20 kilos en 4 meses deberías eliminar de tu cuerpo, 5 kilogramos en un solo mes. Creo que imposible.
Resultado =  No lo consigues provocándote frustración y baja autoestima. Tu yo ideal sigue muy lejos del yo real.
Sin embargo, supongamos que quieres bajar esos 20 kilogramos, y te propones hacer este cambio en un tiempo más prolongado y con más sentido común. Te propones hacer mensualmente una reducción de 2 kilogramos, que es una meta accesible, pues podrías bajar 500 gramos por semana. Haciendo el cálculo, sería: 2 kilogramos por mes x 10 meses = 20 kilogramos.
En cuestión de 10 meses o un año podrías alcanzar tu objetivo. Es una meta más cómoda y real. Tu sentido común está mucho más acorde a lo que se puede lograr en realidad, y semana a semana te sentirías mucho más satisfecho con tus logros y resultados.
Resultado = Lo consigues en mayor tiempo, pero lo consigues. Te aporta bienestar, satisfacción y aumentas tu autoestima dado tu logro mesurado y gradual.
Es sencillo y coherente. Es algo que está en tus manos y que con perseverancia y constancia lo puedes lograr sin duda.
Cada semana al pesarte en la báscula verás que puedes lograr esas pequeñas metas, y el resultado será que semana a semana tu autoestima se verá gratificada y aumentada.
*Este ejemplo se puede aplicar en todo lo que te desees proponer. No solo en bajar de peso. Pueden ser metas distintas. Ha sido sólo un ejemplo.
Porque no pueden amarte sin autoestima
Amarte te pueden amar, pero es mucho más complicado que una persona se fije en ti y decida amarte al completo, si tú mismo te estás boicoteando y saboteando con dichas exigencias que nunca cumples. Tu personalidad se ve afectada y no puedes dar lo mejor de ti si vives sometido en dicha frustración, pues pasas más pendiente de tus fracasos que de tu mejoría y de tu amor personal. Y así, queda claro que cosas agradables no podrás aportar a nadie, pues ni a ti mismo te las aportas.
Amar a una persona que vive sometida en este estado no es fácil. Te das cuenta de que estás fijándote en una persona egoísta que solo se preocupa de su yo ideal y que encima no logra nada de lo que se propone. Muy atractivo no es, decidir entregar tu vida a una persona que se comporta así. ¿No crees?
Conclusión:
La conclusión es sencilla. Trata de ser más honesto contigo mismo y de lograr lo que te propones piedrita a piedrita. Tocando de pies al suelo y dándote la oportunidad de hacer las cosas como se deben hacer. Con medida y sustento. Con amor personal y con sentido común.
Los grandes logros no solo se consiguen soñando y marcándotelos metas, sino que se debe conseguir con esfuerzo y dedicación. Es ahí donde radica la verdadera autoestima. En saber cómo debes lograr las cosas y saber cuales son tus cualidades para lograrlas.
Tener autoestima, y ganarla, se empieza por esto; por saber como debes actuar frente a ti y saber hasta donde puedes llegar. Sé consciente y coherente. No creas en la magia, sino en el trabajo.
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Rosa ❤
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octadeleon · 3 years
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Así como la vida te da, de la misma manera te lo puede quitar.
Que difícil es eso.
Que difícil es aprender a estar bien solo con los que tenemos sin mirar lo que perdemos o nos falta.
Cuantas veces me cerré a mil situaciones por miedo a perder y cuando me arriesgue quede en la nada.
Estoy seguro, muy seguro de que la vida me está llevando a donde tengo que ir. Pero como duelen las piedritas del zapato al caminar.
Pienso y afirmo que todo está bien.
De todas maneras me cuesta enfocarme.
Preciso ayuda y no se como.
Tengo la necesidad de que una luz salga de adentro mío y que todo se vuelva positivo.
Como cuesta apagar la mente.
Como cuesta pensar solamente en uno.
Quisiera quererme más.
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injertosyesquejes · 3 years
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1
«Es preciso que pronto nos mudemos de esta casa», pensaba esta mañana, muy temprano, antes de salir de la cama; Trilce dormía profundamente junto a mí. «Es preciso que nos vayamos lejos, a otra ciudad», repetí fuerte y despacio frente al espejo, como quien se repite a sí mismo sentencias o consejos a fin de no olvidarlos. Mecánicamente cepillaba mis dientes, intentaba darle alguna forma al reflejo de mi rostro desdibujado entonces por el óxido y el vapor.
Sin embargo ahora, pasado el ajetreo de las dos, con esa calma que inunda el patio cuando los niños se despiden de la escuela hasta el otro día, pienso que cualquier plan de mudanza resulta lejano, casi imposible. Lo trivial tiene su encanto, por eso me he sentado junto a los columpios a observar cómo es que uno de ellos permanece moviéndose por el impulso de una niña que hace unos minutos se mecía. Pierdo la mirada y por supuesto termino pensando en Trilce; me pregunto si aún está dormida.
Como cada tarde, recorro todos los espacios de esta escuela, miro de nuevo los dibujos en el pizarrón hecho de corcho. Hay uno que ilustra la leyenda de los volcanes: él era un guerrero y ella, una princesa. Dicen que cuando un niño nacía le entregaban su ombligo a un combatiente y le pedían que lo enterrara en territorio enemigo. El de una niña, en cambio, lo enterraban en el hogar, con el fin de que nunca se alejara.
Dónde pusieron el mío, no lo sé, yo siempre he querido estar lejos, en otra parte. Pero el ombligo de Trilce, lo sé bien, yo misma lo enterré al pie del árbol que estaba junto a la entrada. Era un árbol que colgaba fuertemente sus ramas hacia abajo, como buscando agua. Alguien lo cortó de tajo hace tiempo. «Sería imposible mudarme sin ella», suspiro resignada y de nuevo me pregunto si aún Trilce está dormida.
2
Javier me espera. Como siempre, finjo que no lo he visto y que realmente no sé cómo es que, otra vez, somos los únicos que han permanecido hasta tarde. Me ofrece llevarme a casa pero me niego; Javier insiste. No quiero que sepa en donde vivo. Le acepto a veces un café, bueno, un café y una ensalada de frutas. Un paseo, bueno, pero nada más aquí cerca. Si es viernes tal vez ir al cine y después, bueno, a tomar una cerveza.
Me pide que no renuncie, que no deje así el curso cuando recién he iniciado, que los chicos apenas están conociéndome y que a esta edad les resulta muy difícil aceptar a un maestro nuevo.
Javier toma una cuba tras otra y justo antes de que le sirvan la tercera, adivinando tal vez que estoy a punto de inventar cualquier pretexto para irme rápido, me dirá de nuevo que me quiere.
Lo dirá porque se siente solo, porque ha tomado, porque extraña a su madre y porque tiene miedo. Como siempre, lo rechazo. Nunca podría hablarle de Trilce con un hombre como Javier.
3
Nuestra casa es la última en la calle de los ��dolos, linda con el río. La gente piensa que está abandonada a pesar de que, en su fachada, no tiene un aspecto descuidado. Nuestro portón es de madera consistente, apenas un poco de humedad asciende por las paredes, hechas de piedra. Nuestros faroles son altos, de hierro; aunque es verdad que ninguno de ellos enciende.
También es cierto que pasando la puerta, nuestra casa se cae a pedazos. Incluso en sus entrañas, el salitre devora incensantemente las tuberías. La sal de mi casa es peor que una termita.
Rara vez alguien camina hasta acá, excepto por algunos adolescentes que llegan movidos por puro morbo, buscando a Trilce. Merodean, intentan saltar la barda y lanzan piedritas a las ventanas. Pero nadie responde y terminan convencidos de que aquí nadie vive. No pienso desmentirlos, seguirles el juego de la casa abandonada y misteriosa es mi única diversión.
Por eso vuelvo siempre ya entrada la noche y vigilo que nadie me observe cuando en la oscuridad atravieso la puerta. Antes de entrar, me quito los zapatos, voy soltándome el cabello. La madera rechina un poco pero el resto de la casa está en silencio. Trilce está dormida, seguramente.
4
Javier tiene manos demasiado toscas, no sabe hacer bromas, tartamudea. Le falta el aire cada vez que hace intenta besarme.
Trilce, en cambio, no me ofrece nada, duerme plácida por todo el ancho de la cama cada noche, sin considerar mi espacio nunca, en ningún momento. Si aun está despierta, me ignora deliberadamente. Si fuera verdad que duerme, se estira entre sueños imaginando quién sabe qué golosina.
Dormida, cada uno de sus gestos me enternece.
5
La casa está desordenada, los barcos de papel y los garabatos de Trilce están tirados como una alfombra por todo el suelo. Sus dibujos son feos, son hombres que parecen sirenas y otros que parecen normales pero tienen el cuerpo de caballo. Al fondo de todos sus dibujos, Trilce siempre traza unas ondas que simulan el mar y luego en lo alto dos lunas gemelas: una en menguante y la otra en creciente. Trilce nunca ha visto a ningún caballo y tampoco conoce el mar.
Soy incapaz de pedirle a ella que colabore con el aseo de la casa. Ya sé que mientras yo trabajo, ella juega, duerme y se hace tonta todo el día, pero sus manos todavía son demasiado pequeñas como para sostener una cubeta. Algunas noches, intento cortarle las uñas mientras ella duerme, con mucho esfuerzo para no despertarla y mucho menos causarle algún dolor.
No logro adivinar lo que traza su línea de cabeza, la línea de la vida ni la del destino. Eso sí, Trilce tiene bien marcada, definida, su línea corazón. Nace muy cerca de sus dedos y se extiende en muchas ramificaciones por el resto de su mano. Le he puesto mi anillo y me pregunto cómo será cuando Trilce se haga mayor. Cuando manche las sábanas y empiece a usar faldas muy cortas.
6
Las noches en que me demoro, imagino a Trilce durmiendo en nuestra cama, rodeada de migajas de pan y recortes de revistas. En cambio, Javier duerme a mi lado, y tengo la impresión de que es tan pesado y ruge igual que un automóvil. En ese momento, me gusta imaginar que simultáneamente todos los niños como Trilce y todos los hombres como Javier duermen, mientras yo bebo tranquilamente la segunda cerveza de la promoción que otorga este lugar, y reúno fuerzas para salir corriendo, sin detenerme y sin mirar atrás hasta que haya llegado a casa.
Entonces abrazo muy fuerte a Trilce, le prometo que nunca más volveré a dejarla sola, le diré que debemos irnos pronto, antes de que la humedad y la sal terminen por desmoronar nuestro hogar con nuestros cuerpos adentro y su ombligo bajo tierra. Pero es en vano, Trilce no despierta.
7
Una noche al volver, no había dibujos esparcidos por el suelo, ni rastros de migajas esparcidas en la cama. Encontré que la casa estaba espacialmente en silencio, vacía. Como loca, busqué a Trilce por todos lados, incluso en esos espacios en los que por su tamaño nunca podría haberse metido. Salí corriendo sin ponerme de nuevo los zapatos, descalza, calles abajo hacia el río, tratando de pensar por dónde pudo haber tomado camino. Recorrí callejones desiertos que antes ni siquiera había conocido y tuve miedo de imaginármela caminando a oscuras, con los ojos cerrados, profundamente dormida. Tardé algunas horas en asimilar que se había ido.
Es verdad que ya tenía cierta edad… y yo también.
La esperé varias noches antes de volver a verla. Convertida en una lechuza blanca y pequeña, solitaria e inmóvil, Trilce volvió en mis sueños para posarse en ese árbol que derribaron hace tiempo. El mismo árbol en el que enterré su ombligo. Supe que era ella por la manera que tenía de contener el aire entrecortando la fluidez de su respiración, pero nunca pude saber cuál era el color de sus ojos. La lechuza, al igual que mi Trilce, nunca me reveló el color de sus ojos.
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paguz06 · 3 years
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La rayuela se juega con una piedrita que hay que empujar con la punta del zapato. Ingredientes: una acera, una piedrita, un zapato, y un bello dibujo con tiza, preferentemente de colores. En lo alto está el Cielo, abajo está la Tierra, es muy difícil llegar con la piedrita al Cielo, casi siempre se calcula mal y la piedra sale del dibujo. Poco a poco, sin embargo, se va adquiriendo la habilidad necesaria para salvar las diferentes casillas (rayuela caracol, rayuela rectangular, rayuela de fantasía, poco usada) y un día se aprende a salir de la Tierra y remontar la piedrita hasta el Cielo, hasta entrar en el Cielo, (Et tous nos amours, sollozó Emmanuèle boca abajo), lo malo es que justamente a esa altura, cuando casi nadie ha aprendido a remontar la piedrita hasta el Cielo, se acaba de golpe la infancia y se cae en las novelas, en la angustia al divino cohete, en la especulación de otro Cielo al que también hay que aprender a llegar. Y porque se ha salido de la infancia (Je n'oublierai pas le temps des cérises, pataleó Emmanuèle en el suelo) se olvida que para llegar al Cielo se necesitan, como ingredientes, una piedrita y la punta de un zapato.
Julio Cortázar
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calitmediondell · 4 years
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La Inútil Vida de Stela - Pt. 1
… Entonces nací, no era como que quisiéramos, o como que fuera deseada, lo que pasa es que mama no tenía opción, y resulta que este sexto parto no tuvo complicaciones, para variar, conforme todos mis hermanitos curiosos se asomaban a ver a la nueva bebe, su curiosidad terminaba hasta que posaban sus ojitos en mí, sabiendo que lo único bonito que tenía era mi diminuto tamaño, cosa que perdería eventualmente. La particularidad de mi situación era que solo yo tuve la tragedia de ser igual a mama “Mami, ¿Por qué ella no está blanquita? Todos habían sacado a papa, weritos de pelo ondulado. No me había dado cuenta de que mi apodo, el cual era más mío que mi propio nombre, era denotación de que estaba por debajo de todos en casa.
No me había dado cuenta de que nunca tuve una muñeca para jugar, que mis zapatos, con hoyos en las suelas, no eran nuevos, que mis calzones estaban hechos de la tela del costal de la harina, yo los veía muy bonitos floreados y mi palito con el que jugaba era suficiente para hacer de todo desde poder picar a las ranas en el rio, hasta sacar las piedritas de mis pies cuando estaba descalza; que pasábamos más frio durmiendo separados, de lo cual murió una hermana que volvió a nacer.
Aprendí a leer y a escribir y a contar, luego seguí jugando, pero mis hermanos seguían yendo a la escuela, ellos si terminaron la primaria, yo me levantaba antes que saliera el sol, mama hacia el desayuno y yo hacía tortillas de harina para nueve personas o más bien para 13 personas porque los hombres siempre comían como por dos.
Yo me desarrolle antes que mis hermanas, yo era la menor de las mujeres, eso no les gustaba, pero igual no lo mencionaban, al igual que no hablábamos de nada, podía pasar todo un día sin decir palabra, solo se me decía que hacer y me golpeaban hasta terminar en el piso si se me caía algo. Tiempo después tuve un hermano menor, cuando mama estaba por traerlo a casa, de donde sea que lo trajera, la vecina me conto como nacían los bebes, no le pedí que me lo dijera, a partir de ahí no quería verlo por vergüenza, vergüenza de por donde había salido, sin pensar que así nacimos todos. Yo lavaba sus pañales, le hacia su mamila, le lavaba la ropa al igual que al resto de mis hermanos, pero no lo miraba; un día todos miraban curiosos al bebe de la misma manera en que me miraron cuando me toco estar acostada ahí, nadie decía “Que bonito” también como conmigo, mi mama decía “¿Qué no piensas conocer a tu hermano?” me acerque con asco y ese bebe negrito como yo, aventó la mamila de vidrio al piso, rompiéndose, yo limpie todo.
Mientras todos crecíamos las cosas cambiaban para todos o eso creía, porque todos se estaban casando y aprendiendo música, yo atendía la casa, conseguí un trabajo aprovechando que en aquellos tiempos los únicos requisitos para trabajar era saber leer, escribir y contar. No notaba que la vida de mis hermanos, a pesar de que eran mejor tratados, iban a la escuela, tenían ropa comprada, salían y a pesar de tener más, no me di cuenta de que mis hermanas no querían trabajar, solo buscaban a alguien con quien casarse para seguir comprándose sus cosas, que importaba que se les prohibiera seguir sus sueños, y sus gustos, que las golpearan, que las engañaran, que las abandonaran con media docena de niños, sin carrera, sin futuro claro, mis hermanos todos y cada uno eran alcohólicos, pero querían ser músicos y seguir sus sueños, sin hijos, sin carrera y sin trabajo, incluso el único al que mandaron a la universidad.
- Autoría propia
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