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#periodista furioso
periodistafurioso · 10 months
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Fiesta eterna: #ChanchoEnPiedra se despidió a lo grande con un show de casi cinco horas en el Movistar
La "Familia Marrana" tuvo una noche inolvidable en el coliseo santiaguino en el show "final" de los creadores de "Peor es Mascar Lauchas". Los Chancho en Piedra demostraron porqué son (fueron) una de las mejores bandas chilenas en un concierto de larga duración y con más de 50 canciones en su setlist.
Fotos y nota para El Desconcierto 📸✍️🏻
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yamilabarrera · 2 years
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Amasar ideas con una mirada cazadora Desnaturalizar prácticas de lectura /escritura dentro de la academia
“Borges nos enseñó a leer la totalidad desde el detalle. Desde y no en: el detalle que atrae la atención del lector y lo hace olvidar por un momento la totalidad de la obra vale por ésta, no porque la represente, sino porque instaura un nuevo punto de vista para pensarla.” (Giordano, A. 2005: 9)
Mientras leemos las ideas comenzaron a fluir como delfines en el agua, pero al escribir esa claridad con la que veía esa vinculación de frases y acontecimientos, se desvanecerse. Sé que es parte de los desafíos que nos presenta la escritura, pero en ese trabajo artesanal, corpóreo, se presenta un reto intelectual que la periodista Leila Guerriero logró construir con imágenes: “…hay que amasar el pan con cansancio, por cansancio, contra el cansancio. Hay que amasar el pan sin humildad, con empeño, con odio, con desprecio, con ferocidad, con saña. Como si todo estuviera al fin por acabarse. Como si todo estuviera al fin por empezar. Hay que amasar el pan para vivir, porque se vive, para seguir viviendo. Escribir. Amasar el pan. No hay diferencia.” (Guerriero, 2016). En ese juego con la palabra, en esa metáfora, nos muestra la infinita posibilidad creativa en la escritura. Nos permite a los/as lectores/as ver el pan en la mesada, las manos llenas de harina y en esa experiencia, dar cuenta del esfuerzo y la complejidad de nos presenta escribir. La mayoría de los/as docentes de comunicación solemos tener más de un trabajo y no contamos con el tiempo suficiente para reflexionar sobre nuestras prácticas, por eso en este ensayo me propongo desnaturalizar la experiencia de lectura / escritura y problematizar la lucha hegemónica por el sentido en la construcción de saberes en la trayectoria académica, para visibilizar las dificultades que nos presenta escribir y pensar esta experiencia como una forma de generar conocimiento. El ensayo, como género poroso y difícil de encasillar, nos permite pensar la subjetividad del proceso creador sin los corsés que impone otros géneros.  Nos permite explorar en el interior de sus márgenes, abriendo sentidos, permitiéndonos enunciar desde qué lugar nos paramos ante el mundo y nuestros/as lectores/as.
Tiempos robados y apuntes en los márgenes
“Esperando que un mundo sea desenterrado por el lenguaje, alguien canta el lugar en que se forma el silencio. Luego comprobará que no porque se muestre furioso existe el mar, ni tampoco el mundo. Por eso cada palabra dice lo que dice y además más y otra cosa.” Alejandra Pizarnik (El infierno musical, 1971)
Perdemos de vista que la práctica narrativa es una construcción social porque parece algo dado naturalmente, pero es parte de la historia del hombre, de la transmisión de conocimiento a través de la oralidad y el registro de esas memorias. La escritora Graciela Falbo dice: “en el principio fue la narración”, por la forma de estructurar hechos, acontecimientos y experiencias, en una trama, que es propia de toda narratividad. Es el registro con palabras de nuestra historia. Temporalidad y narratividad son propias del ser humano. Como sujetos sociales narramos todo el tiempo y construimos esas realidades a medida que ordenamos esa construcción gramatical y en ese modo de enunciar, mostramos una mirada del mundo, una perspectiva política. En una rutina cargada de actividades, con agendas colmadas y múltiples tareas profesionales, terminamos escribiendo en tiempos robados, en pequeños papeles, en márgenes. Dejamos de disfrutar algunos domingos de sol y el tiempo con la familia, para leer / escribir. En esos espacios, el disfrute es el motor de toda búsqueda. Roland Barthes sumó la idea del goce y el placer. ¿Qué lugar ocupan en nuestros textos? Claramente hay un disfrute en esa exploración entre las páginas, en las flechas en los márgenes del libro o los conceptos que resaltamos con flúor en el apunte. Para Barthes “el placer del texto es ese momento en que mi cuerpo comienza a seguir sus propias ideas, pues mi cuerpo no tiene las mismas ideas que yo”. (Barthes, 1982:14) No pude evitar sonreír cuando leí esta cita, porque en ese desdoblamiento y extrañamiento, se centra la experiencia más agotadora y bella del proceso intelectual. Aquellas nociones que teníamos en la cabeza se vinculan con otras, tejen una red, se tensan, se enredan y se torsionan mientras escribimos. ¿Por qué cuesta tanto poner en el papel conceptos que en la oralidad parecían tan interesantes? En el imaginario social existe la idea de que escribir es fácil, automático,  y perdemos de vista, como expresa Walter Ong, que se trata de una tecnología que aprendemos en la alfabetización, que incorporamos en la práctica, como manejar un auto o tipear en una computadora. Volvemos a leer el texto, jerarquizamos las ideas y las ordenamos, nos damos cuenta que es ahí, donde podemos de algún modo “objetivar” ese boceto incipiente para avanzar hacía en eso que queremos decir. A veces tenemos en claro el rumbo, pero por momentos esas letras movedizas nos guían como una brújula hacia el tesoro escondido en una isla desierta. La mediatización de la práctica de escritura / lectura modificó modos de pensamiento y acción y la normalización de esa experiencia llevó a la invisibilización del proceso. Walter Ong plantea que “los instrumentos externos que utiliza para llevar a cabo sus operaciones, llegan a “interiorizarse” o sea, a formar parte de su propio proceso reflexivo” (Ong, 2011: 83) y agrega, “las tecnologías no son sólo recursos externos, sino también transformaciones interiores de la conciencia, y mucho más cuando afecta a la palabra. Tales transformaciones pueden resultar estimulantes. La escritura da vigor a la conciencia” (Ong, 2011: 85). Lo interiorizamos a lo largo de nuestra vida y lo perdimos de vista. Hacer esto evidente nos permite romper con estereotipos y prejuicios que obturan la capacidad creativa de las personas. De lo contrario, caemos en el error de legitimar representaciones que no suman. Como el prejuicio de que sólo algunos/as pueden escribir, y a quienes les presente mayores dificultades no cuentan con las habilidades necesarias para realizar este trabajo. Cuando volvemos a leer los párrafos que escribimos notamos que hay huecos, algunos conceptos no son claros. Seguimos leyendo, buscando información. Encontramos respuestas, borramos, reescribimos, hasta que logramos expresar lo más parecido a como lo veíamos de forma abstracta. Como un escultor que busca la forma en una piedra o un artesano que moldea la pieza de arcilla con sus manos. Para Roland Barthes la escritura fractura el mundo. Y en esas rupturas, elipsis, podemos pensar la construcción de estos relatos, para hacer visible la estructura narrativa, la trama, los tonos, los ritmos, la composición. Hay acá una doble dificultad: perdemos de vista que la narración es una construcción y al mismo tiempo, que nosotros/as construimos nuestros relatos y nuestra memoria. Laura Devetach en su libro “La construcción del camino lector” afirma que “quien escribe comenta con su obra lo que le toca vivir, aunque a veces no nombre directamente nada reconocible como propio. Esa obra, ese comentario, puede ser para el escritor el resultado de una exploración, una búsqueda de respuestas, una sonda disparada al infinito. Y puede ser también la misma exploración, la misma búsqueda, la misma sonda que el lector tiene para lanzar hacia el texto.” (Devetach, 2008)   La escritura es una búsqueda interna, a veces para responder algunas preguntas, de forma solitaria, pero al mismo tiempo es colectiva y social. Lectura y escritura son dos prácticas que se retroalimentan, pero ninguno puede pensarse sin el lector.
El lector: una forma de estar en el mundo
“Un lector es también el que lee mal, distorsiona, percibe confusamente. En la clínica del arte de leer, no siempre el que tiene mejor vista lee mejor” (Piglia, 2005)
Los detalles, las condiciones de producción, el momento histórico en el que narramos, también dan cuenta del lector. Es la relación entre lo que se lee y la experiencia, pero también es una conexión con nuestros sueños. Esos textos nos sacan del lugar privado y nos dan entidad, protagonismo. Ya sea ficción o no ficción, nos integra a la trama narrativa que estamos leyendo. Nos interpela, nos permite imaginar otros mundos posibles. Escapar de nuestras realidades para ingresar a otra dimensión que se consolida frente a nuestros ojos. ¿Cuántas veces nos encerramos a leer en el baño porque era el lugar más silencioso de la casa?, ¿o nos perdemos en un texto en medio de un viaje en tren o colectivo? El tiempo se hace relativo, revivimos recuerdos, sensaciones. Nos quedamos sin aliento o con la cabeza llena de preguntas y nos invita a escribir en un pequeño anotador o en el celular. Nos transforma o mejor dicho, nos transformamos, porque en definitiva es un hecho social. Seguimos releyendo y encontramos que una coma en el lugar incorrecto nos cambia todo el sentido, una sucesión de conceptos hace lento el relato y la abundancia de adjetivos es innecesaria. Notamos que si modificamos el orden de un párrafo reforzamos lo que queremos comunicar y profundizamos el efecto que buscamos. Afinamos la mirada, los detalles. John Berger, escritor y crítico de arte, expone que “la vista establece nuestro lugar en el mundo circundante; explicamos ese mundo con palabras, pero estas nunca pueden anular el hecho de que estamos rodeados por él. Nunca se ha establecido la relación entre lo que vemos y lo que sabemos” (Berger, 2016). Nuestro modo de enunciar muestra una lógica de pensamiento. En esas asociaciones que en apariencias no tendrían ninguna relación, podemos encontrar nuevas significaciones. Leila Guerriero nos llevó a la cocina y generó la metáfora de la escritura como un procedimiento en pasos, que combina ingredientes, proporciones, necesita un tiempo de levado, toma forma y tarda en hornearse. Todo nuestro ser está en esencia en esa receta, en esa inmersión.  El cronista Martín Caparrós, hace un ejercicio similar y nos transporta a campo abierto. Nos propone tener una actitud “cazadora” ante la realidad que nos rodea, para volver a mirar lo cotidiano, con una mirada extrañada. Nos invita a “…mirar donde parece que no pasara nada, aprender a mirar de nuevo lo que ya conocemos. Buscar, buscar, buscar...” (Caparrós, M. 2007). Nos acerca a la naturaleza, a las primeras lecturas de indicios, las marcas, el olor o las huellas en la tierra húmeda, a una experiencia corporal. Encontrar los detalles representativos, pulir la idea, hacerle preguntas al texto: ¿se entiende lo que quiero decir?, ¿qué queda en la escritura?, ¿qué dejo afuera? ¿En qué focalizo? ¿Dónde va estar la fuerza en el relato? El escritor Ricardo Piglia dice que la lectura es “un arte de la microscopia, de la perspectiva y del espacio (…) la lectura es un asunto de óptica, de luz, una dimensión de la física” y en esa lectura el lector salta de escenas, busca, investiga, rememora, reflexiona y es interpelado. Ese trabajo subjetivo y personal, moviliza, provoca movimientos internos, a veces imperceptibles. Una idea como semilla que en algún momento germinará. Un gesto, una mirada, un detalle. A veces la descripción detallada de una escena es lo que necesitamos para dar sentido a todo el relato. Un libro sobre un escritorio puede ser el objeto que completa la información que fuimos dosificando a lo largo de la trama. Estas herramientas narrativas son cada vez más utilizadas cuando escribimos, ya sea ficción o no ficción, ¿pero qué pasa con las escrituras académicas? Carlo Ginzburg, en su libro “Mitos, emblemas, indicios” presenta un trabajo interesante sobre el paradigma de inferencias indiciales, esas marcas que tiene el texto que dialogan con otras y así hasta el infinito o, hasta donde el lector desee. El autor da cuenta de la resistencia en las ciencias sociales, de mirar desde esta perspectiva. ¿Será porque hay epistemologías o modos de enunciar que tienen más jerarquías que otras dentro de la academia?
La escritura académica y la lucha por la hegemonía
“…como la del escultor que da forma a su obra golpeando con un escoplo y martillo el bloque de piedra, enfrentando una veta y decidiendo qué camino seguir, se hace investigando.” (Wainerman, C; Sautu, R, 2000: 33).
Para el profesor de filosofía Jorge Larrosa, es “…sintomático que en el territorio académico se problematice el método pero no la escritura. La imagen dogmática del conocimiento y del pensamiento oculta que lo que hacemos la mayor parte de nuestro tiempo es leer y escribir.” (Larrosa, 2003:7). No es casual que los/as comunicadores/as que trabajamos con las palabras no reflexionemos sobre la escritura y los géneros que utilizamos para hacer ese proceso intelectual. Ya sea por falta de tiempo y por la falta de hábito, no solemos pensar a la escritura como un tapiz perfecto para pensar/nos como sujetos/as sociales situados en un momento histórico. Larrosa nos invita a pensar que damos “por supuesto que leer no es otra cosa que comprender el pensamiento, las ideas o el contenido, o la información que hay en el texto, y que escribir no es otra cosa que poner en negro sobre blanco lo que uno ya ha pensado o lo que uno ya ha averiguado, es decir, lo que uno ya piensa y lo que uno ya sabe.” (Larrosa, 2003:7) y por su parte el Doctor en Literatura, Claudio Maiz cita a Todorov diciendo que “…cada sociedad elige y codifica los actos de habla que corresponden exactamente a su ideología”, por lo que “tanto la existencia de ciertos géneros en una sociedad, o su ausencia en otra, son reveladoras de esta ideología y nos permiten precisarla más o menos con una gran certeza” (Maiz, 2003: 95) En esa escritura académica, el ensayo rompe toda mirada objetiva para plantear preguntas e incomodar. El ensayo nos permite reflexionar mientras escribimos y en esa experiencia, subjetiva, emocional e intelectual, podemos pensar las problemáticas y miradas de una época, pero también nos encontramos y desconocemos. Theodor Adorno sugiere que como buscadores de tesoros, en el ensayo, reunimos elementos que pareciera que no tienen relación alguna y los ponemos en diálogo. En esa libertad azarosa se juega la creatividad y la tarea intelectual. Y en esa exploración es posible generar conocimiento pese a las dudas, experimentando. Volvemos al texto, leemos, releemos, editamos, borramos, reescribimos. Decidimos hasta cuándo, porque podemos seguir cambiando hasta el infinito. Ahí vuelven las dudas y las inseguridades. Leyendo y escribiendo es la única manera de construir esa pieza comunicacional. En la normalización de determinadas prácticas es donde también se invisibiliza la hegemonía discursiva, como la denomina Marc Angenot, en donde “un conjunto de “repertorio” y reglas y la topología de los “estatus” que confieren a esas entidades discursivas posiciones de influencia y prestigio, y les procura estilos, formas, microrrelatos y argumentos que contribuyen a su aceptabilidad”. En el ámbito académico esto se ve reflejado en algunos géneros que tienen más o menos peso, más o menos reconocimiento. Catalina Wainerman platea en el libro “La Trastienda de la investigación” que en el ámbito académico nos vamos a sentir juzgados y evaluados, siempre. ¿Será por eso que algunos géneros nos permiten más seguridad que otros? O ¿Qué algunas formas enunciativas tienen más legitimidad que otras? Para Jorge Larrosa “el ensayista problematiza la escritura cada vez que escribe y problematiza la lectura cada vez que lee, o dicho de otro modo, es un tipo para el cual la lectura y la escritura son, entre otras cosas, lugares de experiencia o, dicho todavía de otro modo, es alguien que está aprendiendo a escribir cada vez que escribe, y aprendiendo a leer cada vez que lee: alguien que está ensayando su propia escritura cada vez que escribe y que está ensayando sus propias modalidades de lectura cada vez que lee.” (Larrosa, 2003:7) En mi experiencia docente me encontré con relatos desvalorizantes de alumnos/as que se presentaban diciendo que no eran creativos, que no leían, que no eran buenos escribiendo. Cuando en realidad leemos desde antes de la alfabetización, somos creativos/as porque es la esencia del ser humano y escribir lleva trabajo, pero con lecturas y constancia, podemos lograrlo. A través de este trabajo, con las diferentes lecturas traté de poner en diálogo y evidenciar los conflictos a la hora de escribir. Dificultades que se producen por la invisibilización del proceso creativo. Con las manos llenas de harina, amasando conceptos, teorías, discutiendo con otros/as intelectuales de la época y entablando diálogos que habilitan nuevas miradas, es cómo podemos aportar saberes al campo comunicacional. Y especialmente para los que nos apasiona la lectura/escritura es un modo de seguir explorando, descubriendo/nos en este paisaje espeso que se bifurca, que se llena de obstáculos y nos permite vivir una nueva aventura en cada texto. Un modo de amasar las ideas, pero con una mirada cazadora.
Bibliografía
-Adorno, Theodor. (1958) Notas de literatura. Ediciones Ariel. Barcelona. España -Angenot, Marc. (2010) El discurso social. Los límites históricos de lo pensable y lo decible. Buenos Aires: Siglo XXI. -Barthes, Roland. (1982) El placer del texto y Lección inaugural. Editor digital Titivillus -Devetach, Laura. (2008). La construcción del camino lector. Ediciones Comunicarte. Córdoba. Argentina. -Falbo, Graciela (2017) El poder de la narración. Escritores, periodistas, lectores y medios. Ediciones HomoSapiens. Santa Fe. Argentina. -Guerriero Leila. (2016). Publicado el 8 de junio de 2016 en el Diario El país. Recuperado en https://elpais.com/elpais/2016/06/07/opinion/1465310501_943283.html -Giordano Alberto (2005). Modos del ensayo: de Borges a Piglia. Beatriz Viterbo Editora. Rosario, Argentina. -Larrosa, Jorge (2003). El Ensayo y la Escritura Académica. -Ong, Walter (2011) Oralidad y escritura. Tecnologías de la palabra. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires. Argentina -Piglia, Ricardo. (2005)  El último lector. Editorial Anagrama. Buenos Aires. Argentina. -Maiz, Claudio. (2003) Problemas genológicos del discurso ensayístico: Origen y configuración de un género. Acta Literaria Nº 28 (79-105), Recuperado de https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-68482003002800007 -Wainerman, Catalina, Sautu, Ruth. (2000) Compiladoras de La trastienda de la investigación. Ediciones Lumieres. Buenos Aires. Argentina.
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rogerarroyave · 11 days
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ENCRUCIJADA MILEI | Periodistas furiosos, oposición perdida y un oficial...
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cuidarelplaneta · 9 months
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Sangre en el Hielo
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EN EL PERÍODO comprendido entre las dos campañas balleneras, Greenpeace abrazó otra causa: la caza de cachorros de foca groenlandesa en Terranova. Todos los años mueren cientos de miles de focas, sobre todo a manos de cazadores profesionales de Noruega y Canadá. Los cazadores caen sobre los cachorros en febrero y marzo, cuando sólo tienen unas semanas de edad, los golpean con un palo en la cabeza y les arrancan la piel inmediatamente.
A mediados de la década de 1270.al Intensa caza había reducido la mitad la población de focas. Los pueblos nativos y los primeros colonizadores de aquellas tierras cazaban focas adultas para aprovechar la carne, la piel y el aceite, pero los cazadores profesionales, que actuaban desde hacía muchos años sin cuotas. sólo querían las pieles para hacer abrigos, guantes, complementos forrados de piel, botas de esquí y otros artículos «de lujo»
La opinión pública ya había reparado en las carnicerías de focas años atrás, irónicamente gracias a una película de promoción turística de Quebec; los espectadores de Canadá y EE.UU. contemplaron conmocionados una secuencia, ideada por reflejar la vieja
lucha entre el hombre y la naturaleza, que recogía la muerte a palos de focas recién nacidas.
Entre aquellos espectadores estaban Walrus Oakenbough y Paul Watson, que habían hablado de la caza de focas a bordo del Phyllis Cormack durante el viaje de San Francisco a Vancouver en la fase final de la expedición contra los balleneros de 1975. Su idea era
viajar a Terranova y tratar de detener la masacre rociando a las focas con un tinte verde inocuo, para que las pieles perdieran todo valor a ojos de los cazadores.
El 2 de marzo de 1976 partió de Vancouver la primera expedición de Greenpeace para salvar a las focas; atravesaron el país en tren hasta Nueva Escocia, cruzaron a Terranova en un transbordador y viajaron por carretera hasta el puerto de St. Anthony, en el extremo de la isla. Allí les esperaban dos helicópteros que habían alquilado para trasladarse a las masas de hielo.
El invierno estaba avanzado y barrían la zona furiosas tempestades de nieve. En varias ocasiones, la furgoneta en que viajaban se salió de la estrecha y resbaladiza carretera de St. Anthony, donde la temperatura había descendido hasta – 20°C. Como si el pésimo tiempo no fuese suficiente, los expedicionarios de Greenpeace se encontraron con una banda de furiosos habitantes de Terranova bloqueando la carretera de acceso a la población. La furgoneta de
Greenpeace se detuvo lentamente, y la multitud empezó a empujar. tratando de volcarla. Pero la violencia se extinguió pronto, y se organizó una reunión para la noche siguiente en la que cada Insignia de protesta La campaña de Greenpeace llamó la atención sobre la inhumana muerte de las focas de las partes podría exponer su caso.
Los habitantes de Terranova no fueron los únicos molestos por la interferencia de Greenpeace. El gobierno canadiense había promulgado apresuradamente un decreto en virtud del cual era ilegal rociar a las focas, y prohibió desplazar a los cachorros e interponerse entre ellos y los cazadores. Los activistas se enfrentan ahora a la perspectiva de acabar en la cárcel. «Parecía aconsejable», recuerda Hunter, «cambiar de táctica, y deprisa».
En una agria reunión a la que acudieron 400 personas, Hunter anunció que, como gesto de deferencia hacia los residentes de St. Anthony, Greenpeace había decidido abandonar la idea de rociar a las focas y entregaría el tinte al día siguiente. La decisión fue controvertida, y causó protestas entre los partidarios de Greenpeace, que la veían como una rendición. La oficina de Greenpeace en Vancouver quedó bloqueada por las llamadas de donantes que reclamaban la devolución de su dinero. Pero Greenpeace no tenía intención de rendirse. Su nueva táctica consistía en centrar la atención sobre las flotas de cazadores profesionales noruegos.
Para entonces, St. Anthony ya estaba lleno de periodistas y fotógrafos procedentes de Alemania, Canadá y EE.UU. Cuando David McTaggart llegó desde Francia, llevaba consigo un equipo de televisión y un fotógrafo de una agencia de prensa internacional. 
El 15 de marzo, los helicópteros de Greenpeace despegaron de la base de Belle Isle, a unos 50 km al norte de St. Anthony, rumbo a la zona de operaciones de los noruegos. Como estaba prohibido aterrizar a menos de 800 metros de las focas, tuvieron que avanzar a pie, a través de hielos movedizos, hasta los terrenos de caza.
Originally published at https://cuidarelplaneta.com/ Juny 21, 2023.
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ivanreycristo · 1 year
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VIRGINIA MAESTRO..viendo la peli TERRE_MOTO en el canal BE MAD [locos por el cine]..te lo comento xq me recuerda a la canción RESURRECCION del cd PAJAROS EN LA CABEZA de EVA MARIA AMARAL [q fue a tu debut como LABUAT en sala PENELOPE y no sabia quien eras aunque estabas a su ESPALDA..pues dijo q solo había ido a una FIESTA y q luego se iba a otra] como EL UNIVERSO SOBRE MI O REVOLUCION [de cuya gira hicieron el DVD el INICIO DEL BIG BANG grabado en BARCELONA]..y q le regalo mi Padre a la hija [q se iba a estudiar a TAIWAN=CHINA] de BELISARIO SOLANO [ex_presidente de CANAL 13 O SIN_ART q instalo en los 70 y ex_asambleista de COSTA RICA como su mujer] así como al hijo le regalo camiseta IKER CASILLAS..julio 2005 [mi 1era vez en COSTA RICA donde conocí al dueño del grupo EXTRA el periodista WILLIAM GOMEZ q me llevo en su TODOTERRENO a comer a un ASIATICO antes de enseñarme sus instalaciones y q murió con 62 años el 11_$_2012]..ahora veo q una CALIENTAPOLLAS [q viste provocativamente o según un tipo como una PROSTITUTA] no se deja METER MANO y x solo intentar VIOLARLA [no le ha tocado ni el culo..solo forcejeaban]..lo mata un POLICIA..luego se ROMPE UNA PRESA [como las q hacia FRANCO] y se inunda Ciudad
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X cierto..a lo mejor vas como VIRGEN DE LOS ANGELES a grupo EXTRA como al parecer fue de mentira según una de las portadas q pusieron tras el al morir como otra de q em PAPA [JUAN PABLO II] muere o q FURIOSO AGUACERO Y RAYERIA LO MATAN
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speok · 1 year
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Angustia en el Hospital Central
Angustia en el Hospital Central
Un loco furioso acecha a una periodista de la televisión (Lee Grant).
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Nadie Investiga Nada ? Dos Subordinados de Macri procesados por Mediar en Lavado de dolares y trafico de Drogas y la red internacional que la Dea Investiga,Ni la Side ni periodistas ni el gobierno muestra esto ?El Fmi esta furioso por narcos atrapados y porque investigan a Macri su pupilo...
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sintagma11 · 2 years
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Rolling Stone, Zack Snyder y Warner Bros enfrentados por la Liga de la Justicia
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A través de un extenso artículo en Rolling Stone, Warner Bros. ha desatado una enorme polémica, al dirigir sus esfuerzos hacia Zack Snyder y los logros que ha tenido con su trabajo en el Universo Extendido de DC.
El Director quien se encuentra trabajando en Netflix ha intentado apagar el incendio con gasolina diciendo en su cuenta de Vero:
“Si avanzo, síganme, si retrocedo, mátenme, si muero, vénguenme”.
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Esta cita es una que el director ha usado antes. Se le pudo ver usando una camiseta con estas palabras en la espalda durante la producción de Batman v Superman.
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La publicación en la mundialmente conocida revista incluye duras declaraciones en contra del director, quien tuvo que retirarse durante el rodaje de la Liga de la Justicia durante la producción debido a una tragedia familiar, que vio a Joss Whedon subir a bordo para completarla en su ausencia. 
Casi inmediatamente después de que la película llegara a los cines, los seguidores de Snyder comenzaron a organizar en Vero con una demanda: Release The Snyder Cut.
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La Multinacional Warner Bros en la revista Rolling Stone, ha afirmado que Zack Snyder es como su Lex Luthor, después de haber trabajado juntos en lo que fue la apuesta para hacer frente al Universo de Marvel, rodaje que tuvo que ser abandonado por Snyder debido a una tragedia familiar, el Estudio señala a Snyder como un provocador de estragos, por el movimiento #ReleaseTheSnyderCut que marcó un hito en la historia de la cinematografía y la cultura pop al lograr que el fandom de la JL de Snyder presionara a Warner a tal punto que esta diera a conocer la edición hecha por el director convocada por el fandom del Snyderverse en 2020.
En el artículo de Rolling Stone, ejecutivos de Warner mencionan que Snyder quiso eliminar a Geoff Johns y Jon Berg de los créditos de su versión de la Liga de la Justicia, y que habría impulsado una campaña para perjudicarlos en Internet.
El producto final de Whedon, que según Snyder es una película completamente diferente al proyecto en que él había estado trabajando, fue tanto un fracaso de la crítica como una decepción para muchos fans, que lamentaron la pérdida total de la visión artística de Snyder. 
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A esta primera y considerada gran provocación hacia los fans por parte del Estudio, se dan a conocer las presiones al actor Ray Fisher por parte de los periodistas Tatiana Siegiel y Noah Shachtman de la revista Rolling Stone, han quedado expuestos durante las úlimas 24 horas a una oleada de críticas a través de la red social twitter donde a través de la etiqueta #SnyderCutOnDigital se está reportando el fandom del Snyderverse para su defensa luego de la publicación del artículo de la revista en las últimas horas.
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 Ben Affleck, Ray Fisher y el propio Zack Snyder han hablado públicamente sobre los tratos, las presiones y las decepciones que ellos también se llevaron durante su tiempo en la empresa. El más claro y directo siempre fue Fisher, quien da vida a Cyborg, y es que él nunca dudó en dar nombres específicos y hablar abiertamente de momentos que presenció y sufrió durante la producción de la película.
En uno de los artículos más leídos en Español del portal espinoff.com el comunicador Randy Meeks afiirma que con la publicación de la Rolling Stones se confirman las sospechas que tenía sobre la toxicidad del fandom del director:
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Sin embargo el fandom en twitter está furioso y los trinos con la etiqueta #ReleaseTheSnyderCut no se han hecho esperar en masa.
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Estaremos atentos al desarrollo de los acontecimientos.
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larn-solo · 3 years
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[ Ácratas ]
Cap. 2
París es una de las ciudades más bellas que existen. Puedes tomarte un café y escuchar músicos callejeros tocando un buen blues, un rock o una simple canción romántica mientras los mestizos angoleses paseando por las calles desean ser europeos, tan igual que los argelinos. Es la ciudad que te ofrece por una calle el Palacio de las Tullerías y por otra el Louvre; y por otras ingresas a cabinas de la World Net para degustar espectáculos virtuales.
En los Elyses Champs, Adam sonríe a la guapísima Abril. La conoció en el viaje por avión de Inglaterra a Francia, y le pareció curioso que una chica de Arizona paseara por Europa; y por parte de ella, la alegría de encontrar un compatriota en tierras extrañas, aunque sea de Los Ángeles, una ciudad que no era de su agrado. Ambos tomaban un café y entraban cada vez más en confianza y un sentimiento dulce era compartido, pero no aceptado, por los dos. Para Adam era delicioso ver las muecas de Abril. Entendía mejor a cada momento sus ideas no expresadas en palabras: si se cogía el cerquillo era aburrimiento, si arqueaba las cejas, preocupación... su carrera de periodista iba muy bien con su personalidad. – ¿Siempre viviste en Los Ángeles? – No, digo... sí. Desde mi infancia. – Playas, bikinis... ¿Qué más pueden pedir ustedes los hombres? – Compañías deliciosas como tú. – Abril sonrío mientras la sangre le subía al rostro de vergüenza y halago – Aunque he de confesarte que prefiero más Philadelphia. – Es un lugar muy opuesto a dónde vives.– Sí, es que... ¿Sabes? Me parece que en alguna vida pasada nací, morí y volví a nacer ahí. – ¿Morir y volver a nacer? Pero qué dices... – No me hagas caso... Debe ser la idea de pagar tan caro por un café que no sea tan rico. – ¿No te gusta acaso? – Prefiero un tinto colombiano. – Supongo que estuviste en Colombia... – Sí. Este trabajo de agente viajero te permite conocer muchos lugares, te cuento que un día...
Adam se calla de repente. "Demonios, no puede ser" se dice para sus adentros; pero no podía existir error alguno: esa sensación, esa presencia... ya se había desacostumbrado a esa percepción y le afectaba como la primera vez. "Me está observando" continuaba meditando y recordó lo que fue, y que aún no ha dejado de ser, con mucho desagrado.
– ¿Te pasa algo Adam? – Eh... ah... No. Lo que pasa es que olvidé una cita importante con un cliente aquí en París... ¿Qué te parece si te recojo en tu hotel a las nueve? – Muy bien. – Un beso, preciosa y cuídate.
Adam deja un billete de cien francos en la mesa y sale corriendo. Abril sonríe al verlo tan apurado, sin paciencia, y pensó lo dedicado que es Adam para con su trabajo, y al bajar su mirada se percata de que Adam dejó su preciada agenda y su maletín ejecutivo; levanta la mirada y lo ve detenerse ante un taxi, se queda quieto como recordando algo. "Ya se percató" pensó Abril. "Ahora regresará riendo para no quedar mal...", pero su supuesto es errado. Adam sube al taxi y Abril toma sus cosas y se levanta para dárselas a tiempo pero el taxi parte raudamente. El defecto de los buenos periodistas es su terquedad y persistencia. Y Abril está considerada entre las mejores. Ni corta ni perezosa toma otro taxi y pide seguir al taxi de Adam.
– Americanos, creen que esto es Hollywood. – dijo el taxista. – No es común... – hablaba Abril consigo misma – Que no se percate que faltan sus cosas... a menos que haya recurrido al pretexto de los negocios para deshacerse de mí... ¡de mí! – el chofer la escucha y sólo sonríe – Disculpe chofer, ¿Dónde estamos? – Usted me dijo que siga al taxi de adelante y eso hago señorita, y para su entera satisfacción lo hago a la distancia precisa para que no se den cuenta de que lo seguimos. – Pero ¿Dónde estamos? – Las afueras de la ciudad y creo que su amiguito se está bajando ahora mismo... – Es cierto; tome, cóbrese y guarde el cambio... y muchas gracias.
El chofer después de que Abril baja del auto se percata que sólo queda un franco de vuelto. "Yanqui avara" pensó mientras ponía su taxi en marcha. Abril avanza unos metros y se esconde tras unos árboles. Adam penetra en un pequeño bosque hasta llegar a un claro. Abril no entiende qué hace Adam, quien luego de un prolongado silencio, le escucha gritar furioso:
– ¡Sal maldito oso siberiano! ¡¿O quieres que te busque para patearte el trasero otra vez?!
De entre los robles surge una enorme figura, de más de dos metros de alto y 200 kilos de peso. Abril se tapa la boca para no denunciar su sorpresa ante el hombre que aparecía en escena. De rostro duro, cabello muy corto, y enfundado de blanco con un pantalón ancho y una polera de cuello alto contrastaba enormemente con la esbelta figura de Adam, de cabello castaño largo y rasgos faciales delicados. El extraño se acerca a Adam quien lo mira seriamente y se mantiene estático.
– ¿Crees que te temo 'Halcón'? Al contrario, sólo deseo vengar esta cicatriz. – respondió el extraño quitándose la polera, y al quedarse en bividí dejaba ver una cicatriz en el cuello que rodea todo su maxilar inferior. – Pero yo no te la hice... – La hizo él por protegerte... – Tú hiciste trampa, y si tanto te molesta, pelea con él y no me jodas... – Interrumpió nuestra pelea. – Interrumpió tu masacre; todos vieron cómo te partía el trasero, perdón, tu rostro a golpes y si él no intervenía te apuesto a que no estarías aquí ahora... y ya que tanto lo pides, terminaré lo que empecé, Iván.
Abril los escucha atentamente. ¿Cómo sabía Adam que ese hombre lo buscaba? ¿Tenían ya este duelo pactado? Mientras que ella seguía escondida Adam se concentraba en su oponente. Era Iván pero a la vez no. Era diferente a la última oportunidad en que pelearon: más seguro... y se percibía más fuerte.
– Ven. – decía Adam sin acercarse – ¡Ven hijo de puta! – No. Acércate tú, perro del Dragón.
Adam corre con todas sus fuerzas y empieza a luchar mostrando sus mejores conocimientos en artes marciales; pero ningún golpe afectaba a Iván quien los bloqueaba todos. Adam retrocede mientras que Abril se acerca escondida viendo el 'urgente negocio' del agente viajero.
– ¿Sorprendido yanqui?
Adam no responde, pero en verdad lo está. Desde la última vez que se enfrentaron el nivel de pelea de Iván se había incrementado enormemente..., demasiado incluso. Mira a su alrededor y al no notar la presencia de Abril, deduce que están completamente solos.
– ¿Me buscabas Iván? Bueno, me encontraste... – ¡Al fin! ¡Quiero ver que tan fuertes están las alas del halcón!
Adam cierra sus ojos y respira pausadamente, pero fuerte a la vez, al punto que Abril escuchaba muy bien su respiración; levanta su mano izquierda y empieza a decir palabras que Abril no entendía, casi como el compás de una plegaria, pero en un idioma irreconocible. De pronto una pequeña esfera de luz se forma en el pecho de Adam, y esa pequeña esfera se escinde en dos para elevarse y colocarse cada una en una mano del americano.
– Te estoy esperando... – No lo harás más Iván...
Adam apunta con sus manos cargadas de las esferas de luz a Iván y corre hacia él, quien sonríe confiadamente mientras que su oponente lanza varios golpes con sus manos cargadas de aquella extraordinaria energía que intentan afectar al ruso. Iván levanta su mano derecha haciendo el ademán de detener los ataques, acto que enfurece a Adam, quien descarga con más fuerza sobre Iván sus golpes. Iván sigue sonriente; deteniendo todos los ataques... Adam no lo puede creer.
– Pe... ¿Pero qué mierda sucede? – Espero que éstos no sean tus mejores golpes... – replica Iván jocosamente y con su mano derecha hace gestos de reprimenda – ¿Y tú me ibas a romper el culo a patadas?
Adam aún esta anonadado, y sin darse cuenta ya tiene a Iván frente a sí, asestando en Adam un fuertísimo golpe con la rodilla en la boca del estómago, y sin darle tiempo a recuperarse le da un codazo en su espalda que lo lanza a unos buenos metros de Iván. Una línea de sangre recorre por los labios de Adam.
– ¿Te sorprende algo tan simple? Bueno, al menos yo no tengo que recurrir a mis invocaciones para hacerte abono de este pasto. – Adam lo escuchaba sin terminar de asimilar los golpes recibidos. – ¿Me dirás que te siga esperando Adam? ¡Levántate carajo! ¡Sé que algo así no te ha dañado en verdad!
Adam empieza a levantarse para satisfacción de Iván y horror de Abril, quien desea correr y gritar pidiendo ayuda, pero su miedo y sorpresa le impiden moverse.
– Has mejorado, Iván. – pronuncia Adam mientras se incorpora – He de ser hidalgo en reconocerlo... – ¿Hidalgo? Ese es un término para caballeros que no te queda para nada. ¡Yo soy hidalgo maldito campesino! Por usurpar dones recibirás tu merecido... – ¿Eh...?
Adam ni siquiera tuvo el tiempo suficiente para asimilar las palabras de Iván cuando ya sentía sobre sí, segundo a segundo, los golpes que le propinaba Iván sin poder defenderse de uno siquiera, a la vez que la risa estruendosa del eslavo le aturdía aún más. Abril empieza a desesperarse también y reacciona al fin: coge una piedra mediana en sus manos y la lanza con todas sus fuerzas hacia Iván con intención de ayudar a Adam. Iván, entretenido en la golpiza no se percata en ningún momento del proyectil hasta que éste impacta sobre su espalda, por lo que voltea furibundo, pero al divisar a Abril solo empieza a reír.
– ¡Qué vergüenza! Lo menos que esperaba de ti es que te escudaras en una humana... – Adam levanta la vista y divisa a Abril – Hagámoslo interesante entonces... continuaremos esto con más escudos... Sígueme Adam... – Iván corre con una velocidad sorprendente y toma a Abril a quien la duerme con un golpe preciso en la nuca. Adam quiere detenerlo, pero los golpes lo han vuelto lento. Iván desaparece entre los árboles con Abril en brazos y luego se ve un auto de regreso a París. Adam entiende a la perfección. El duelo continuará en la ciudad. Se queda sentado unos minutos en el suelo, concentrando sus fuerzas luego de la paliza recibida; luego cierra sus ojos y toma un profundo aliento, empieza a incorporarse y se dirige a la autopista, detiene un taxi a quien le ordena dirigirse raudamente hacia París.
– Juro que si la dañas te mato Iván... – murmuró Adam.
Momento después, en la puerta del Louvre se detiene un automóvil, de él bajan Iván y Abril semiconsciente.
– Despierta niña, que él ya viene para acá.
Iván mira hacia el oeste y ve una sombra que corre presuroso hacia él. Era Adam, quien con sus ropas sucias por la pelea previa buscaba desesperado a Abril, y al verla sana y salva se siente más tranquilo para enfrentar a Iván.
– Por lo que veo creíste que la dañaría... – Iván... – Adam jadea al hablar – ¿Desde cuándo tomas rehenes para enfrentarme? – Desde ahora, Es más divertido ¿Sabes? Y ya que tú me mostraste tus hechizos, es hora de mostrarte los míos. – Abril empieza a despertar del todo. – ¡No Iván! ¡Estamos entre humanos! Está prohibido para nosotros... – Estaba...
Iván suelta a Abril y empieza a formar en las palmas de sus manos esferas rojas de energía muy parecidas a las que formara Adam horas antes. Abril se sorprende por el poder del ruso. Iván señala con su mano izquierda a la cara de un edificio en cuya pared un grupo de personas escuchaban a un charlatán y con la derecha un bus escolar. Abril percibe sus intenciones y grita a la gente que se alejen del edifico mientras que Adam intenta dirigirse hacia el bus escolar. La gente tilda de loca la actitud de Abril, quien por más que grita anunciando las esferas en las palmas de Iván, las personas no observan nada.
– ¿Por quién empezaré? Por la señorita heroica o por la basura de Adam... Mejor por ambos.
Adam se coloca en la trayectoria entre Iván y el bus, mientras que Abril no sabe qué hacer para proteger a todos los transeúntes.
– Me divertiré contigo primero, inútil Halcón...
Adam recibe el impacto del poder de Iván a quemarropa. Siente la energía recorrer todo su cuerpo, pero además ese poder no solo era un simple impacto, implicaba recibir una energía destructora que calaba todo el cuerpo y el estado físico de Adam no pudo resistirlo más. Adam se percata que sus costillas empiezan a quebrarse una por una y cae de rodillas en la calle. Iván lo mira y empieza a formar una nueva esfera más grande en la mano derecha mientras mantenía aún en su mano izquierda la otra esfera.
– Esperaba más de ti Halcón. – Adam intenta levantarse – ¿Crees aún que me puedes detener? – No. Él no lo hará.
Iván escucha otra voz, y antes que volteara para ver quien le hablaba recibe un golpe a manera de látigo en toda la espalda. Adolorido se levanta y observa a un oriental acercarse hacia Adam para total sorpresa tanto de Iván como de Abril.
– Hi... Hiro... – balbucea Adam. – Tranquilo Adam–kun..., él está aquí. – ¡Oye tú! ¡Quién mierda te crees! – grita Iván. – No es de mí quien debes preocuparte... – Sino de él... – le respondía el oriental mientras levantaba su mano señalando las espaldas de Iván.
Iván gira y recibe de lleno un golpe en el pecho que lo lanza varios metros hasta empotrarlo en una pared, lo que sí llamó la atención general de los peatones. El extraño que golpeó a Iván se acerca a Adam.
– Que imbécil eres Adam. Hiro, llévalo al auto... ¡Hayaku! [¡De prisa!]. – el aludido actúa con prontitud. Abril se acerca a Adam y el oriental le pide subir dentro de un auto que mantenía el motor encendido. – No te preocupes Abril... – murmura Adam – es amigo mío.
Iván que no podía moverse y a duras penas respirar, reconoce a quien lo atacó y lo ve acercarse:
– Tú... Deberías estar muerto... – Tú lo has dicho... Debería... Pero no intentes moverte por favor, es que tienes rota toda la columna. Disculpa que no me quede para verte morir y no saber explicar las cosas a la policía... – las sirenas empiezan a sentirse a lo lejos – Pero he de ser condescendiente contigo... – saca de su espalda una pistola y pone el cañón en la frente de Iván, quien empieza a sudar frío – Dile a Hans que si quiere mi cabeza, que venga personalmente. – un sonido seco y el olor a pólvora a la vez hacen que la gente corra despavorida. Abril lo mira desde el carro con desconfianza.
– Tranquila... es de confiar. – dice Adam a duras penas – Gracias Hiro.
El extraño guarda su arma en la espalda nuevamente y sube al auto deprisa. El oriental acelera y a unas cuadras ven dirigirse a dos patrullas al Louvre. Abril se pregunta si es un sueño o no. Adam se acerca a ella.
– Disculpa Abril, pero en verdad te debo una explicación y es que tengo tanto que contarte. Pero antes déjame presentarte: él que conduce es Hiro Mikage, es japonés y también vino a París conmigo... – Hiro sonríe amablemente a Abril – y el que no puede dejar de fumar como ves es... – Kare wa hikari no yami. – dice Hiro. Adam sonríe y se dirige a Abril. – Él es Larn Solo, pero Hiro lo define en su idioma natal: 'La oscuridad de la luz'.
[ continuará ]
© Ͼʜʀɪʂᴛɪᴀɴ 木下
┤Lima/Perú • 1998├
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unvueloenextasis · 3 years
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No deberías tratar de volver
Era un trabajador hormiga en el mundo de la construcción, elaboraba planos, presupuestos y calculaba materiales de obra desde un pequeño cubículo y con una computadora, todo esto, en el corazón financiero de San Isidro. De lunes a sábados, de nueve de la mañana a seis de la tarde, la misma rutina de siempre. Recién había cumplido dieciocho y ya me sentía como un condenado. Pensaba que mi futuro estaría entre planos, cascos, arnés y zapatos con punta acero, ya que antes de salir del colegio planeaba estudiar arquitectura y como las universidades costaban un ojo de la cara empecé trabajando en una empresa que revestía, con pesados cristales, a los edificios más importantes del país. Fue el lugar en donde mis ganas de ser arquitecto se desvanecieron como mi sueldo a mitad de mes. Sí, nunca pude ahorrar o economizar mis ganancias, porque mi mayor vicio se encontraba al costado del edificio en donde trabajaba. Había un bar, el lugar indicado para los aburridos trabajadores, cansados de la misma oficina de todos los días, de las mismas caras de todos los días, iban y podían echarse una cana al aire. El bar abría desde las seis y saliendo de trabajar me tomaba una cerveza mientras leía. Aún, la ley antitabaco no era respetada como hoy, y se podía fumar y se podía sentir que ese lugar era el paraíso, que lo mejor del día era terminar en ese rincón con mis libros, mi cerveza y dos cigarrillos y poder escuchar a Silvio Rodríguez o Serrat u otros cantantes que amo, mientras tanto, todo el mundo conversaba, reía, bebía, y la felicidad se sentía en el aire. A veces iba con amigos y al entrar al lugar, era impresionante notar cómo colgaban en la puerta toda máscara de pudor; con total libertad se podía hablar mal de los jefes y yo no era la excepción. Yo odiaba desmesuradamente a mi jefe, era un patán, le hacía notar mi rechazo siendo sarcástico, algo que lo irritaba más. Pero en consecuencia de mi falta de inmolación o por no dejarme dominar por la jerarquía, me apiñaba una torre de files en mi escritorio para no poder dar un respiro o ni siquiera para ir al baño a cumplir alguna tarea fisiológica impostergable. Decidido a no estudiar arquitectura, porque veía que mis compañeros arquitectos vivían estresados y desilusionados del plan de vida que no podían cumplir, pensé que estudiar literatura no estaría mal. Se lo conté al director de la compañía, que quería estudiar en la universidad y se alegró demasiado porque creyó que haría carrera en la empresa, pero cuando le mencioné que no sería arquitectura, que sería Literatura, algo completamente distinto a hacer planos o presupuestos, se desilusionó mucho. Y de la desilusión pasó a la amargura, porque no me dejó renunciar, no me dejó interrumpir mi contrato ya que este acababa en enero del 2013 y recién era septiembre. No pude postular a la Católica en ese semestre. Y para no quedarme furioso y con ganas de quejarme ante el ministerio de trabajo, me sedujeron con un aumento de sueldo al que no pude resistirme. Soy una puta. En fin, seguí trabajando y todas las miradas de mis compañeros apuntámdome como un traidor o un idiota que se morirá de hambre como escritor. Si los aburridos días me eran insufribles, con la noticia de mi próxima partida corriendo como un chisme de peluquería, me aglomeraban con muchos proyectos como castigo. Nunca le hice asco al trabajo que me imponían, es más, los desafiaba, ellos querían verme arruinado, querían verme envejecer y abstraído por la carga exagerada pero yo nunca les di ese gusto, aceptaba mi castigo, inmerecido, hidalgamente. Sabía que al final del día hallaría mi recompensa, el bar en donde podía olvidar lo malo que me sucedía y disfrutar del ambiente y de algunas amantes casuales que me abrieron su corazón entre otras cosas. Admiro el aguante y temple de mis amigos que hasta el día de hoy siguen sufriendo la rutina en la oficina, aplastados en una silla provocándose una hemorroide. Me hacían reír, me hacían enojar, hasta discutir pero nunca le amasé un rencor como hacia mi jefe. Algo que no comprendía era como se dejaban amilanar por ese imbécil, ganapán de sus jefes, que traía un aire de superioridad y con sus muestras de desdén ordenaba a su séquito, pero que conmigo no pudo. Eso no me enorgullece, porque sabía que al mostrarle mi indiferencia me costaría el doble de la suya y que me amontonaría de más trabajo. Pero haciendo cálculos, pasé más momentos agradables que lamentables. La amargura y desilusión de mis compañeros se diluyó en una explicación sincera, no me sentía uno de ellos, no iba a conseguir lo que quería en ese cubículo. Ellos entendieron con el tiempo. Otro de los momentos en que se podía escapar un poco de la fatigable jornada era la hora de almuerzo. Nos sentábamos en el comedor, entre ocho o nueve compañeros y compartíamos nuestras historias, no cabían temas que tuvieran que ver con el trabajo: Era la hora en que cada uno contaba lo más gracioso, lo más extraño o lo más vulgar u obsceno que le habían pasado, en donde las risas eran un concierto hermoso que borraba lo grisáceo del día. Mi último almuerzo, es decir, mi último día en la oficina, llevé libros, como unos diez. Después de haber casi convivido dos años con ellos, supe conocer un poco sus gustos. A una amiga le regalé Paula de Isabel Allende porque su hija, que estaba en ese entonces próxima a nacer, se llamaría igual. A otra le regalé Viva la diferencia de la sicóloga Pilar Sordo porque nos contaba lo tan opuesta que era con su esposo. A otro le regalé Soy el hombre de mi vida de Beto Ortiz, porque él pensaba que este escritor y periodista era un mediocre y que mejor regalo para hacerle cambiar de parecer, le hice prometerme que lo leería. A la jefa de proyectos le regale El arte de la guerra de Tsun Su, era muy notorio como su carácter se imponía oficina, sin fruncir el entrecejo hacía calmar las aguas, tenía ideas brillantes y creí que ese libro histórico ayudaría a perfeccionar sus modales de ‘Catalina la Grande’. Para el amigo que supo entender mis complejidades, que pudo calmar mis rabias y supo inyectarme una megadosis de optimismo en mis tiempos más nebulosos, le di un ejemplar de La ciudad y los perros, un libro que lamentablemente, en su colegio, no le dejaron para leer. Regalé otros libros más (que ahora mismo no recuerdo) y que no pude estar más feliz de tal hazaña, de regalar una parte de mí, de entregar un poco de mi pequeña y humilde biblioteca. El día final se acercaba a su fin, ya cerca de las seis de la tarde, después de que casi todos desfilaron por mi escritorio para despedirme, tenía que hablar con mi jefe, el único tonto con el que no pude entenderme. Teníamos que coordinar, inútilmente, cómo quedarían los proyectos que estuve manejando, solo era un ejercicio protocolar e insustancial. No tenía ganas de verle la cara, ni de hablarle, pero decidí ir a su oficina, abrí la puerta y entré. Me miró con el mismo asco que le hacía a todos y yo, estando de pie, le puse mi peor cara, con los ojos pequeños, desafiantes y con un tono de voz arrogante que desconocía le dije ‹‹Tú y todo el trabajo pueden irse a la conchasumadre›› y me fui feliz. Al bar.
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hugocpt · 5 years
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AMLO y Maduro: Enemigos de la libertad de expresion
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AMLO Y MADURO: ENEMIGOS DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN
AMLO, por absurdo que parezca, en  pleno siglo XXI, es uno de los actores políticos principales pero a su vez, es la mayor amenaza a la democracia de México. ¿ Por qué ?
Porque todos los días nos muestra en su show llamado “La Mañanera”, muestras de que su futuro en el poder es el de un dictador. Dicho de otro modo: AMLO confirma que pretende imponerse como dictador y destruir la democracia en México.
Les explico.
Es sabido por el mundo entero que en Venezuela impera una dictadura, encabezada por el tirano, autócrata, opresor de Nicolas Maduro. Y es sabido por todos que lo primero que hizo en su momento Hugo Chavez y que continuó Maduro para imponer su dictadura y destruir la democracia de aquel país fue, precisamente lo que está haciendo en este momento AMLO, la destrucción de la prensa y los medios independientes, al grado que hoy solo existe una prensa “aceptada” en Venezuela, cosa que está pasando en México con tanta descalificación de AMLO hacia los medios de comunicación.
Maduro continuó lo que había comenzado Chavez, una feroz guerra para callar y controlar a la prensa crítica del gobierno. De esa manera, tener el control total de lo que se dice en Venezuela.
En México, el eterno candidato presidencial, ahora convertido en Presidente de México, que realizaba proselitismo de manera ilegal, Andres Manuel Lopez Obrador, ha intentado infinidad de veces censurar a los medios de comunicación tradicionales, a través de la eliminación parcial de la Ley sobre el Derecho de Réplica. Es decir, Desaparecer el Derecho a la Libertad de Expresión.
No lo ha logrado y solo ha quedado en intentos. AMLO no da entrevistas, claro, si no es a modo. Y cuando se siente acorralado y se ve obligado a responder a las preguntas de los reporteros, simplemente les dice “PERIODISTAS CHAYOTEROS”.
Un claro ejemplo de lo que digo es cuando el 19 de febrero el escritor y periodista Martin Moreno, publicó en su columna una fuerte crítica hacia las mentiras y engaños de AMLO, le puso como titulo “Por que no votaré por Lopez Obrador”, en la que demuestra que AMLO sigue paso a paso los movimientos de dictadores como Castro, Chavez y Maduro.
Furioso, AMLO respondió con insultos hacia Martin Moreno, lo que dejo ver su lado dictatorial, al calificarlo de: “Un mal escritor, dedicado a explotar el conservadurismo y la ignorancia de la sociedad”. Lo traicionó la posverdad.
Otro claro ejemplo fue cuando Forbes México, eliminó de su edición digital un artículo de Sergio Negrete, en donde el escritor plasmó que la propuesta electoral de Obrador era un engaño. Casualmente la censura del articulo vino cuando Forbes México publicó una extensa y elogiosa entrevista a Alfonso Romo, uno de sus financiadores en la campaña electoral.
Ah, por si lo olvidaban, recuerdan que en el año 2016, AMLO a través de su esbirro, Federico Arreola, pidió a los dueños de los periódicos en los que trabajaban algunos de sus críticos, simplemente que los despidieran. ¿Cuál fue la razón? Simple, Andres Manuel Lopez Obrador, siempre ha sido un dictador de closet.
Tiempo al tiempo.
Hugo Arias.
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periodistafurioso · 1 year
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VAGO ILUSTRADO
El 'Vago Ilustrado' (56) como le gustan que lo llamen y reconozcan debido a su capacidad de "analizar" y tener como dice él "tema" y "harta opinión sobre diferentes temas", además de ser escritor y poeta callejero.
Lleva más de 45 años en las calles de Santiago, específicamente, recorriendo los sectores aledaños al Persa Bío Bío y el barrio Franklin, considerándose así mismo como de la primera casta de vagabundos del Gran Santiago. "Soy de la primera casta. Soy de los que no tienen nada y que crecimos en la calle. No tenemos posesiones. Andamos con lo puesto", comenta.
PD: EL VAGO ILUSTRADO NECESITA ALIMENTOS NO PERECIBLES POR SI ALGUIEN QUIERE AYUDARLO. CUALQUIER COSA ME PUEDE MANDAR UN INBOX 🥰
Estos retratos e historias son parte del proyecto titulado IN-VISIBLES que llevo realizando hace algunos años con las personas que viven en las calles de la Región Metropolitana.
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Puedes ver más de mis trabajos aquí:
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garsanjoseworld · 4 years
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¿A DÓNDE VAMOS? III
¿A DÓNDE VAMOS? III
EL NEO-POPULISMO LÍRICO MEXICANO.
 AMLO EL HOMBRE, EL LIDER Y EL PRESIDENTE DE MÉXICO.
AMLO el hombre:
PRIMERA PARTE
Una fotografía a contraluz en el atardecer de un México agobiado.
 Lo que llama mucho mi atención cuando he observado al presidente de la república en las ya famosas conferencias diarias “Las Mañaneras”, no son las palabras dichas lentas, despreocupadas y muchas veces  llenas de efecto; tampoco me llaman la atención las tesis que maneja, porque, sin lugar a dudas, provienen de una línea de pensamiento de carácter socialista, aunque lírico; lo que me llama la atención y hasta me intranquiliza, es el tono de la elocución, el acento autoritario, demagógico, enfático, burlón y fanático.
Al ver detenidamente en la televisión el rostro de AMLO y sus gesticulaciones, el movimiento de sus manos y la postura de su cuerpo, aprecio la reciedumbre encendida y nerviosa; se ven las tinturas faciales del fanatismo, se denota su patriotería acantonada y saludable de campesino; denuncia en su palpitar sanguíneo, lo caliente de un nacionalismo a galope, desbocado; acusa por todos sus poros su vitalidad incuestionable y su anhelo revolucionario. Nada que ver con personalidades de la política lánguidas y acartonadas, es desigual a personalidades más tolerantes, más tibias; es diferente a personalidades  tildadas y bañadas de cultura, muy sofisticadas  a causa del universalismo muy metropolitano.    
Veo a un hombre permanentemente atenazado por las fuerzas físicas de su poderoso organismo lleno de vitalidad envidiable con el goce imperturbable de ese dechado de fortaleza. En él no puedo dejar de identificar el ardor y la fiereza de un pueblo entero, nuestro pueblo. El pueblo soy yo, expresa con todo su cuerpo.
 Su lenguaje lleno de palabras sazonadas por la ironía descalificadora y muchas veces grosera, con la violencia de una borrasca salvaje y destructora, vuela con ácida mordacidad  por encima del pueblo mexicano. El genio de AMLO reside mucho más en ésta su vehemencia, llena de pasión, que en su intelecto; lo mismo que habla el pintoresco lenguaje popular, preñado de dichos gráficos y populacheros, pero con una añadidura colosal de fuerza plástica, piensa inconscientemente según el sentido de la muchedumbre, y representa la voluntad general elevada a una potencia que alcanza hasta el grado más alto de la pasión.
 Veo en AMLO la hendidura por donde  se abre paso todo lo mexicano. Veo en este presidente la grieta fatal por donde se filtran todos los instintos del pueblo mexicano.
 AMLO posee un horizonte de baja catadura intelectual, escaso, corto, podríamos afirmar que pobre, menor que el de muchos políticos que lo rodean, sin embargo dotado de mayor profundidad; su mundo es más estrecho, incomparablemente más estrecho que el de incontables actores políticos del momento y el de muchos de sus seguidores, pero él sabe dar a cada uno de sus pensamientos, a cada una de sus convicciones, el impulso de su recia personalidad.
 Da la impresión que arrebata todo y llevándolo a su interior lo templa con su sangre caliente, que impregna cada idea y  creencia con su personal fuerza llena de vitalidad que le da su fanatismo, y que aquello que una vez ha sido reconocido y confesado por él, no será abandonado jamás; cada afirmación llega a ser una con todo su ser y adquiere de él una inmensa fuerza dinámica. Así lo veo.
 Lo que para muchos políticos un tema es de naturaleza neutra y enunciativa, por decir lo más, para AMLO  se convierte al punto  en crítico, intenso Y desconcertante gracias a su manera de ser arrebatadora. Lo que para muchos sólo es  una divisa bélica, para él se convierte en un grito de guerra, en una exigencia intensa y repetitiva, y estas exigencias las arroja a golpes de fuete, tan furiosamente, que inflama la conciencia de muchos mexicanos de dentro y de fuera. Y la cólera y el odio brotan de sus labios y de sus expresiones faciales del modo más primitivo.
 Si analizamos el cúmulo de hostilidades nacionales de los últimos 20 años de México, los más férreos antagonismos  parten de este furioso combatiente, de este contumaz pendenciero. De todos los hombres que han disputado el poder en México en los últimos 20 años, acaso haya sido López Obrador el más fanático, el menos capaz de erudición, el menos acomodable y el más anti pacífico.
 Es conocido que no puede emplear a su alrededor, para servirse de ellos, más que a gentes que siempre digan que "sí"; a los que dicen que "no" los utiliza para inflamar su cólera contra ellos y pulverizarlos!
 La confianza en sí mismo de AMLO —que éste llama su confianza en Dios, en el pueblo y en la 4T— se nos presenta como una irritante arrogancia, casi blasfema, en este mundo, que casi siempre vuelve a caer necesariamente en los mismos errores y en los mismos delirios. Mundo cambiante en el que evidentemente no hay seguridades.
 Sin embargo, y a pesar de todo y de todos, el vencedor de la lucha  de 20 años se sabía con anticipación que tenía que ser AMLO, no sólo por ser la voluntad más fuerte, sino también, por ser el luchador más acostumbrado a la guerra y por ser el más alegre de hacerla.
 Este reñidor era y es y seguirá siendo durante el tiempo de su vida, una naturaleza combatidora, un pendenciero nato con Dios, los hombres y con lo que se le ponga en frente, aunque sean molinos de viento.
Combatir es y será para él no sólo un goce y una forma de descargar sus fuerzas, sino hasta una protección para su naturaleza excesivamente colmada.
 Disputar, pelearse, injuriar, combatir, significa para él una especie de sana y medicinal sangría, pues sólo saliendo de sí mismo, dando de trompadas, cachetadas y mordiscones experimenta y pone en ejecución todas sus dimensiones humanas; con el placer más apasionado, se precipita por ello a cualquier cuestión, justa o injusta:
 Es interesante cuando vemos el furor que hierve en ese luchador tan pronto como tiene que vérselas con un adversario.
 Innegablemente López Obrador, cuando combate, combate como un demente; con todo su cuerpo, con su bilis enardecida, con sus ojos inflamados en sangre, con la boca reseca; es como si con este furor criollo expulsara de su cuerpo un veneno febril. Y, en realidad, sólo cuando ha peleado primero con ofuscado furor, descargando así su enojo con lo que lo calienta, y no está en la línea de la 4T, entonces y sólo entonces, se siente aliviado, en aquel momento se le refresca toda la sangre, se le aclara el ingenio y se le amortiguan los ataques de ira.
 En el campo de la lucha,  el señor presidente de la república se desordena al instante y se convierte en un cholo esquinero, ataca a trompadas, se  apodera de él una rabia cerril, una feroz posesión demoníaca, echa mano de cualquier arma sin escrúpulo alguno, a la espada de la retórica como a la dialéctica, llena a su adversario de insultos y a veces de estiércol; sin miramiento, despotrica y agrieta todo obstáculo, y, en caso necesario, no retrocede espantado ante la mentira y la calumnia para aniquilamiento del contendiente. Ese es el hombre, el líder, nuestro Presidente de México.
 Por  el liderato y por el pueblo  no hay que espantarse ante una buena y robusta mentira. Lo caballeresco, la cortesía y la educación son plenamente ajenos a este luchador social agreste.
 Tampoco con el adversario ya vencido usa de nobleza ni de compasión; hasta al indefenso, ya caído en tierra, sigue golpeándolo en su cólera ciegamente furiosa.
Prorrumpe en clamores de alegría cuando la pandemia del COVID-19 “le viene como  anillo al dedo para impulsar su 4T.” Injuria  a los Médicos mexicanos denunciándolos de de “mercantilistas” en un tono de desprecio, por demás ofensivo y chocante en un momento de extrema necesidad de sus servicios profesionales. En disputa con los periodistas los llama “chayoteros” término despectivo para decirles ladrones y chantajistas. A los empresarios los tilda de” fifís” en referencia a los de clase alta acomodada de la época porfirista. Así de una retahíla de nominaciones despectivas para pelear con sus enemigos, los enemigos de la cuarta transformación
 Jamás este hombre, ardiente y violento en sus odios, ha tenido un reconocimiento para sus enemigos que están en el pasado, jamás una frase justa a una acción acertada de los enemigos. En su casa todo amor con su esposa y con sus hijos, en la palestra política una voz cansada pero amenazadora, en su estudio un escritor y leedor de historia nacional, capaz de comparar para su propia ventaja a los más altos espíritus de nuestras luchas señeras de la independencia y la revolución.
 AMLO en cuanto comienza una contienda, se convierte en un lobo, en un poseso, presa de abrumadores furores, al cual no detiene ninguna obligación o justicia. Esta salvaje necesidad de su naturaleza le ha llevado siempre, durante toda su vida, a buscar la guerra, pues el combatir no sólo le parece la forma de vida más llena de goces, sino también la moralmente más justa.
 Un ser humano, y especialmente un luchador social, un porta estandarte de las banderas del pueblo, tiene que ser hombre de guerra.
 Con genial instinto, el hombre, ya presidente de México se convierte en héroe popular, y desde hace 20 años comenzó a herir de muerte, justamente en el punto más sensible donde el pueblo mexicano siente, del modo más doloroso, la presión de la ambición y la codicia de los políticos: La corrupción…, la maldita corrupción.
 AMLO se descubre, a cada instante, como una naturaleza dramática, acaso la única verdaderamente dramática de la historia reciente de México; por un instinto primitivo y no aprendido, sabe apoderarse de las cosas de una manera drástica y altamente comprensiva; desde la primera hora, tiene los dones del eminente conductor de pueblos: gestos plásticos y palabra programática. Cuando dice clara y sucintamente en sus tesis: “Aseguro la derrota del bando neoliberal”, “el fin del desbarajuste” ”fin a los compadrazgos”, “Combate a la corrupción” “fin al amiguismo” “fin al dispendio y a los lujos” como rayos caen en la conciencia nacional y se cimbra toda la estructura del  estatus ante.
CONTINUARÁ…
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pattinsonworld · 5 years
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Añadida Traducción | Nueva Entrevista traducida y Fotos: Robert Pattinson sobre Convertirse en Batman y por qué 'The Lighthouse' es simplemente lo suficientemente extraño. Portada de Variety .
https://www.pattinsonworld.com/2019/09/nueva-entrevista-y-fotos-robert.html
Robert Pattinson no podía dejar de buscar en Google. A mediados de mayo, el actor de 33 años se encontró refrescando obsesivamente su teléfono en un vuelo de Los Ángeles al sur de Francia. Pattinson se dirigía al Festival de Cine de Cannes para el estreno mundial de su nueva película, " The Lighthouse ", pocos días antes de comenzar a rodar la próxima película de Christopher Nolan, "Tenet". Pero alguien le había informado a la prensa sobre otra proyecto de alto secreto, uno sobre el que el mundo entero informaba ahora: Pattinson había sido elegido como el próximo Batman . Las historias eran prematuras, Pattinson ni siquiera había hecho una audición todavía, y estaba horrorizado de que toda la charla asustaría a los ejecutivos de Warner Bros. para que no lo contrataran. "Cuando se filtró, estaba furioso", recuerda Pattinson en una reciente tarde lluviosa en Londres. “Todos estaban muy molestos. Todos estaban en pánico por mi equipo. Pensé que eso había hecho explotar todo el asunto ”. Mientras buscaba en Internet cualquier pista que hubiera sido eliminada de la lista de deseos del estudio, el hombre a su lado se inclinó para saludar. "Estaba sentado al lado de Christopher McQuarrie", dice Pattinson. “Nunca lo había visto antes. ¡Oh Dios! ¡Me había visto buscándome en Google durante la última hora! ”Pattinson intentó explicarle al director detrás de las últimas películas de“ Misión: imposible ”lo que había sucedido. "No se preocupe", dijo McQuarrie, asintiendo. "Probablemente yo estaría haciendo lo mismo". Robert Pattinson nunca dejó de ser un fenómeno de Internet después de interpretar a Edward Cullen en la serie de cinco películas "Crepúsculo", que recaudó unos extraordinarios $ 3.3 mil millones en todo el mundo y lo convirtió en el mortal más codiciado desde Leonardo DiCaprio en "Titanic". la franquicia terminó en 2012, Pattinson tomó el camino opuesto de los éxitos de taquilla masivos, trabajando en cambio con autores independientes como David Cronenberg ("Mapas de las estrellas" y "Cosmópolis"), James Gray ("La ciudad perdida de Z"), los hermanos Safdie  ("Good Time"), Claire Denis ("High Life") y David Michôd ("The Rover" y "The King"). Pattinson disfrutó interpretando papeles de personajes, sin necesidad de preocuparse por las expectativas de la audiencia y la publicidad. "Rob definitivamente tiene un lado más oscuro y se siente cómodo trabajando en ese espacio", dice Robert Eggers, director de " The Lighthouse " de A24 , que se exhibe esta semana en el Festival Internacional de Toronto. Se estrena en los cines el 18 de octubre. “Y tiene buen gusto en cine. Creo que muchos directores que le gustan están haciendo cosas que no son de un Hollywood común y corriente ”. Pero en los últimos meses, la carrera de Pattinson ha dado otro giro al comenzar a gravitar hacia las nubes tormentosas del estrellato cinematográfico. Pasó la mayor parte de su verano en Estonia haciendo la película de Nolan, que llegará a los cines en julio de 2020. Y, por supuesto, a pesar de sus preocupaciones, fue elegido el "The Batman ", de Warner Bros. del director Matt Reeves que comenzará a rodar este invierno y debuta en junio de 2021. Pattinson no puede decir exactamente qué contribuyó a su proceso de elección de roles en los últimos años. "Grandes películas, en general, las partes no son tan interesantes, al menos las cosas que se me presentaban", dice. "Supongo que había algo de miedo". Después de "Crepúsculo", quería aterrizar en tierra firme, no llevar una vida donde los paparazzi lo acosaban en sus diligencias cotidianas. Se sintió atraído por personajes extravagantes y fuera del radar en los que podía hundir sus dientes. "Creo que probablemente habría estado un poco nervioso por haberme metido en eso inmediatamente después", dice sobre "Batman". Esta es la primera entrevista de Pattinson desde que fue ungido formalmente como el Caballero Oscuro. Y todavía parece estar pellizcandose sobre ser el próximo en la fila para ponerse las botas de látex después de Michael Keaton, Val Kilmer, George Clooney, Christian Bale y Ben Affleck. Al crecer en Inglaterra, vio las películas de Batman de Tim Burton. "Cuando era niño, era el único atuendo que tenía", dice Pattinson. Pero no revelará dónde solía usar su disfraz de Batman. "Si realmente lo dijera en una entrevista, definitivamente tendría muchos problemas después", dice con una carcajada nerviosa. "Si interpreto con éxito el personaje, podré decirlo al final". Cuando se nombró a Pattinson como el favorito para el papel, la reacción violenta en las redes sociales fue intensa, incluso surgió una petición en Change.org pidiendo a WB que reconsiderara. "Esto arruinará mi infancia y mis sueños", publicó un comentarista. Pero Pattinson es sorprendentemente optimista sobre la reacción mixta. "Para ser honesto, fue menos vitriólico de lo que esperaba", dice. Y no está disuadido por los escépticos: "Es mucho más divertido cuando eres un desvalido. No hay expectativas sobre ti. Pattinson divide su tiempo entre Londres y Los Ángeles, pero prefiere vivir en un plató de cine. Está inquieto si no está trabajando, y no es el tipo de persona que podría viajar durante meses por diversión. "Creo que regresaría y mi casa se habría volado", dice. “No tendría absolutamente nada. Constantemente vivo con miedo. ¿De qué? Él busca una respuesta. "Si experimenta una pérdida de impulso, no quiere que eso vuelva a suceder", dice. “Y realmente disfruto trabajando. No hay parte de mí que pueda explotar y desaparecer ”. Además, ha llegado a apreciar la camaradería del negocio de hacer películas. "Hay algo sobre las personas que trabajan en la industria del cine: llevan mucho corazón y sueños en la manga", dice Pattinson. “Hay tanto deseo cayéndose de ellos. Creo que las personas en otros trabajos, sus sueños no son tan valorados. Además, no hay dónde colocarlos ”. Dice que si está en un Uber y un conductor comienza a presentarle una idea de película, no se estremece como lo harían otros actores. "Estoy tan metido en eso", dice Pattinson. “No quiero estar en Los Ángeles para hablar sobre las reservas de restaurantes. Quiero estar en Los Ángeles porque me encantan las películas ". Sin embargo, los tiempos han cambiado. Muchas estrellas de cine han estado creando trayectorias profesionales similares a las de Pattinson, pasando de películas independientes a éxitos de taquilla y viceversa. Y directores independientes como Ryan Coogler se han infiltrado en el mundo de los superhéroes. Pattinson revela que tuvo una reunión informativa con Marvel en la época de "Guardianes de la Galaxia", pero no salió nada de eso. "No sé lo que realmente estarían buscando ", dice Pattinson. "La idea de intentar esa transición después de 'Crepúsculo', nunca vi un camino en esa dirección". Batman era diferente porque era el único personaje de cómic que Pattinson siempre amó. "En realidad es una parte interesante", dice. "Creo que es porque no tiene superpoderes". Ha notado cuánto se ha transformado la industria del entretenimiento desde las primeras pantallas de éxito de "Crepúsculo" hace una década. "Se sintió como si la película de presupuesto medio desapareciera por completo, pero luego regresó con Netflix y los servicios de transmisión", dice, y agrega que desea que Netflix ofrezca una mejor manera de navegar por todos sus títulos. “De todos modos, casi nadie ve películas independientes en el cine. Sería increíble si la gente lo hiciera ". Al menos todavía lo hace. Pattinson dice que puede colarse en un múltiplex, y nadie lo molestará. Intentó hacer eso el otro día para "Once Upon a Time ... in Hollywood" de Quentin Tarantino, pero todos los espectáculos se agotaron. "Es literalmente imposible obtener un boleto en cualquier lugar de Londres", dice Pattinson con un suspiro. ¿No podría haber pedido un favor? “Solía ​​tener un poquito de poder. Y el poder se ha ido por completo. No puedo hacer nada más. En realidad acabo de llamar a mi publicista: '¿Puedo obtener algunas cosas gratis? ¡Cualquier cosa! ”, Dice con voz burlona. "Solo quiero algo". Antes de enfrentarse a Gotham City, Pattinson tenderá primero a "The Lighthouse". El drama en blanco y negro es su primera actuación que genera un gran revuelo de premios, aunque no es la típica película de los Oscar. Fiel a su título, "El faro" se encuentra en una torre de vigilancia en el medio de la nada, a medida que aumenta la tensión entre un par de vigilantes. (Willem Dafoe desempeña el otro papel). Poco a poco, las cosas comienzan a suceder a medida que los hombres sucumben a su aislamiento, alcohol y alucinaciones que involucran a una sirena que vive en la costa. "Recuerdo haberlo hecho pensando que no sé cómo voy a promoverlo", dice Pattinson. "Cada escena está corriendo hacia un acantilado". Pattinson había visto la película de terror de Sundance de 2015 de Eggers, "The Witch", y se acercó a él para trabajar en algo en el futuro. La primera idea que sugirió Eggers no fue lo suficientemente extraña para Pattinson, por lo que Eggers le ofreció un guión alternativo llamado "The Lighthouse". a cintas de audio de dialectos de Nueva Inglaterra, donde se desarrolla la historia. Y Pattinson se mudó tres meses antes a Cabo Forchu, Nueva Escocia, donde Eggers había construido un faro de madera de 70 pies, para aclimatarse a la ubicación. Para asentarse en el personaje, Pattinson se dejó crecer el bigote, lo que había estado tratando de persuadir a los directores para que lo dejaran hacerlo por otras partes. No se ofende cuando un periodista le pregunta si fue una prótesis. "En realidad es real, " él dice. "Pensé que también parecía un poco falso". Dafoe dice que Pattinson a veces usará el humor para desarmar a otros. "Es muy modesto", dice Dafoe. “Si alguna vez le hablas acerca de actuar, actúa como si no supiera lo que está haciendo. Es un pequeño dispositivo para darle más libertad. Y podría agregar que Rob realmente quiere saltar las cosas, a veces con los ojos cerrados ". En "The Lighthouse", hubo problemas para ver algo debido al estilo de la cinematografía. "Nos dimos cuenta de que, debido a la combinación de disparar en negativo en blanco y negro y en las lentes de los años 20, se necesita mucha luz para obtener algo", dice Pattinson. “Estábamos haciendo una escena que hablaban entre sí sobre una mesa. La luz es tan brillante que no podías ver al otro actor. De acuerdo, este es un giro inesperado de los acontecimientos ”. Dado que su personaje está ebrio durante la mayor parte de la película, Pattinson tuvo que doblar al desequilibrar su equilibrio. Pero no intentó un enfoque de método como en "Agua para elefantes" de 2011, donde en realidad se emborrachó. "Todo lo que estás haciendo es tratar de mantenerte sobrio después y esperar que nadie descubra que estás borracho en una escena de borrachera", dice. Pattinson disfruta de todas las peculiaridades de "El faro". Revela que la tripulación tuvo que llevar una escena de sexo de las frías aguas del océano a la orilla. "Estábamos sentados allí temblando convulsivamente", dice. "No es muy sexy en absoluto". Y está ansioso por hablar sobre el momento en que su personaje se deleita mientras piensa en una figura de una sirena que acaba de encontrar. "Sigo masturbándome", dice Pattinson sobre un tema que recorre su trabajo reciente. “En las últimas tres o cuatro películas, tengo una escena de masturbación. Lo hice en 'High Life'. Lo hice en 'Damsel'. Y 'The devil all the time'. Solo me di cuenta cuando lo hice por cuarta vez. Pero cuando vi la figura de arcilla de la sirena, si te excita eso, estás en un lugar muy extraño en tu vida ". Pattinson comenzó el año como actor desempleado, sintiéndose inquieto por su agenda vacía. Pero sus preocupaciones cesaron cuando sus agentes lo llamaron en enero para decirle que Nolan quería reunirse con él. "No podía creerlo", dice Pattinson. "Es una de esas personas que parecen estar fuera de tu alcance". Había estado persiguiendo a Batman durante mucho más tiempo de lo que nadie sabía. Pattinson había escuchado que Reeves estaba trabajando en un guión que reinventa a Bruce Wayne en los años más jóvenes de su vida. "Había tenido a Batman en mi mente por un tiempo", dice Pattinson. “Es algo tan absurdo decirlo. De alguna manera tuve una idea para hacerlo, y había estado presionando a Matt. No aceptó ningún toque. Seguí pidiendo conocerlo ". Cuando Reeves finalmente terminó un guión, cedió y aceptó una reunión en Los Ángeles. "Y luego tuve que tratar de imaginar lo que había escrito, y ni siquiera había leído el guión", dice Pattinson. "Venía con este cuaderno lleno de notas". Mientras las discusiones continuaban, Pattinson llegó a Cannes en mayo y se desató el infierno en la prensa. "Fue aterrador", dice. "Yo estaba como, '¡Oh f-! ¿Eso me fastidia porque están tan concentrados en el secreto? '”Se encontró asistiendo al estreno de“ Lighthouse ”en medio de la lectura de las páginas del guión que acababa de enviar. "Estoy literalmente en Cannes en mi habitación de hotel [ensayando]", dice Pattinson. "Fue mucho". Después de que "The Lighthouse" se proyectó con una ovación entusiasta, Pattinson voló rápidamente a Los Ángeles para probarse el Batsuit para la fase final de la audición de alto riesgo. "Es quizás la cosa más loca que he hecho en términos de películas", dice Pattinson. “Me lo puse. Recuerdo haberle dicho a Matt: "¡Se siente muy transformador!" Él dijo: '¡Espero que así sea! Estás literalmente en el traje del murciélago ". Pattinson describe cómo fue el momento:" Te sientes muy poderoso de inmediato. Y es bastante sorprendente, algo en lo que es increíblemente difícil entrar, por lo que el ritual de entrar es bastante humillante. Tienes cinco personas tratando de meterte en algo. Una vez que lo tienes puesto, es como, 'Sí, me siento fuerte, me siento duro, a pesar de que tuve que tener a alguien apretando mis nalgas contra las piernas' ". Aunque tenía una idea clara de cómo interpretaría a Batman, tuvo que ajustar sus movimientos a su nuevo cuerpo de látex. "Estás tratando de pensar la forma de equilibrar, cómo aportar algo nuevo y no quieres asustar a la gente", dice Pattinson. "Y trabajar en los confines del disfraz". Cinco días después, se convirtió oficialmente en el Caballero Oscuro. "Me sentí absolutamente aliviado cuando Matt llamó", dice Pattinson, quien obtuvo el papel sobre el actor Nicholas Hoult. De hecho, Pattinson recibió la noticia que cambió su carrera en su primer día en el set de la película de Nolan. "Es muy extraño", dice. "Pensé, 'Qué coincidencia como está sucediendo esto. Es absolutamente una locura ”. Un beneficio sorpresa fue que pudo hacerle preguntas a Nolan, quien hizo la trilogía del“ Caballero Oscuro ”. "Estaba hablando de cosas que hacer con el traje de murciélago", recuerda Pattinson. "Cómo conseguir más movimientos con él". Pattinson no dirá si está comprometido con películas adicionales de "Batman". "No sé nada", dice. "Tengo una idea de cómo hacer alrededor de cuatro escenas, y luego estoy trabajando en el resto gradualmente". En un momento de nuestra conversación, ofrece un comentario mundano sobre Joaquin Phoenix, quien protagoniza "Joker" (un película que aún no ha visto), antes de pedir que se retracte. "Oh s—", dice, y agrega que no está acostumbrado a pensar en spoilers. “Definitivamente no debería decir eso. Estoy tan acostumbrado a las películas bonitas de arte, donde puedes ver la película tres veces y aún no saber de qué se trata ”. Es probable que interpretar a Batman invite a los paparazzi a volver a su vida, pero no le preocupa. Él dice que Instagram ha quitado la presión a las estrellas de cine, porque hay mucho contenido de fotos gratis de celebridades (y aspirantes a celebridades) en la web. "No hay dinero para que la gente te siga", dice Pattinson. “Hay tantas fotos mías que puedes obtener con una gorra de béisbol negra y un Snapple de durazno dietético. O el viernes por la noche, obteniendo un Kit Kat. Al igual que Bruce Wayne, Pattinson se ha refugiado en su propia Baticueva. "Hice imposible que la gente me siguiera", dice. “Sería completamente hermético. No valdría la pena esperar afuera de mi casa, porque no saldría ”. Video https://www.youtube.com/watch?v=Ta0Jm1RRKE0
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pilyarquitect · 5 years
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Guerra de Genios 1.- ¿Interés u obsesión?
La situación por fin se había calmado, el alboroto anterior ya apenas era solo murmullos de la poca gente que aún estaba reunida alrededor del edificio. Todo parecía ser ahora un final feliz… más o menos feliz porqué todo el mundo estaba a salvo, pero no del todo feliz porqué al parecer, Gizmoduck había muerto salvándoles a todos ellos. Pero Mark Beaks no estaba feliz, no lo estaba en absoluto. Lo que había pasado allí esa tarde iba a arruinar buena parte de su imagen y de la imagen de Waddle, y eso era algo difícil de recuperar.
Tras lo sucedido, hacía apenas unos minutos, había quedado como un completo idiota, más que eso, como un irresponsable que, lejos de ayudar a la gente, los ponía a todos en peligro. Y todo este desbarajuste propiciado por un comentario que le enojó, un simple comentario pronunciado por alguien que hacía ya un tiempo que había dejado de admirarle, sin que él hubiese hecho nada para merecer tal desprecio por parte de esa persona.
Los ojos de Mark viajaron hacia el primer y auténtico responsable de todo lo que había sucedido allí esa tarde. Un joven patito vestido con una camiseta roja y una gorra del mismo color, Huey si recordaba bien, que allí estaba, de pie junto a una de las periodistas que había venido a cubrir su rueda de prensa. Mark centró toda su atención en él y se lo quedó mirando con los ojos entrecerrados, ojos llenos de furia.
Si no hubiese sido por la intromisión de ese muchacho, su rueda de prensa no se habría convertido en una potencial masacre, pero ese no fue el caso, cuando bajó con el traje Waddleduck para su rueda de prensa diaria, allí se encontraba el patito, manifestándose en contra de Waddleduck ¿por qué? Si Mark había visto las noticias del día anterior, y sabía que ese chico había estado muy emocionado con la aparición de un nuevo superhéroe robótico. ¿Por qué motivo cambió de opinión en cuando ese superhéroe comenzó a trabajar para él? ¿Qué había de malo en que incluso él mismo como CEO e imagen principal de Waddle hubiera decidido ser él el nuevo Waddleduck? En serio, ese niño era un verdadero dolor de cabeza.
Pero había algo más acerca de ese joven patito, algo que ese chico fue capaz de resolver, a diferencia del fabricante del traje de Guizmoduck e incluso que el propio Mark, y ese algo fue el darle al traje un procesador orgánico y no uno artificial, un procesador que no estallaría si se sobrecargaba. ¿Cómo pudo llegar a tal conclusión y encima ser capaz de arreglar las conexiones del traje para que fuera una realidad en una situación de urgencia como la que tenían en ese momento? Era un misterio, pero a su vez eso le demostraba una cosa. Ese chico era un genio.
En realidad… Mark ya se había percatado de que ese niño era… eficiente, organizado, diligente y un trabajador comprometido en realidad, salvo cuando se volvió loco después de nombrar al otro niño vicepresidente. Pero dejando de lado ese pequeño detalle, Beaks lo vio después de haberlos despedido a ambos por todo el incidente del proyecto TAH-DAH. Sí, después de que los dos hermanos se fueran, Mark revisó el trabajo que habían hecho los dos patitos, y se dio cuenta de que el que vestía de rojo había hecho en unas pocas horas el trabajo que muchos de sus empleados hacían en días, era tan bueno que con solo unas pocas horas conocía casi perfectamente la distribución interna de su empresa.
Si todos sus trabajadores fueran tan eficientes como ese chico, su fortuna probablemente sería ahora mayor que la del mismísimo Scrooge McDuck. Ah, pero tuvo que darse cuenta de eso cuando ya era demasiado tarde. Había echado a perder una oportunidad única.
Centrando toda su atención nuevamente en el chico, un sentimiento de ira comenzó a crecer en su interior. Estaba furioso con él, pero al mismo tiempo también estaba fascinado, no paraba de venirle a la mente todo lo que podría conseguir si ese chico trabajara para él, tenía tantas ideas, tantos planes... pero por mucho que quisiera que ese chico estuviera a su servicio, sabía a ciencia cierta que eso era algo que jamás iba a suceder, él nunca aceptaría trabajar en Waddle de nuevo.
De repente, Mark vio como el chico miraba hacia abajo, hacia el agua y de repente gritaba:
“Hey, allí hay alguien”
La oficial de policía que había estado rondando por la zona rápidamente se acercó a mirar, y Mark se percató de que su rostro palideció, probablemente había reconocido a quien fuera que estaba allí, porqué casi al instante la escuchó gritar:
“¡Fenton!”
¿Fenton? ¿No era así como se llamaba el que iba en el traje de Gizmoduck? ¿Quería eso decir que Gizmoduck había sobrevivido? Genial, el otro máximo responsable de su caída de hoy.
Desde donde estaba sentado, Mark vio como las ayudas sanitarias rápidamente acudieron a ayudar a Fenton, lo pusieron en una camilla y lo llevaron a una ambulancia, con la oficial de policía siempre a su lado. Al pasar junto a él, Mark comprobó que efectivamente era el que llevaba el traje de Gizmoduck antes de que él se lo apropiara.
Mark sintió su ira crecer aún más, entre Gizmoduck y ese patito vestido de rojo lo habían arruinado todo. Además, el CEO de Waddle aún recordaba, no con mucho entusiasmo, que ese mismo patito lo acusó de haber secuestrado a su tío-abuelo durante la fiesta de cumpleaños que le organizó en la mansión. Pero él no había hecho nada, y encima fue expulsado de esa casa de muy mala manera, tirado sin ceremonias por una ventana, por no mencionar que fue capaz de tirar su último móvil de repuesto desde la azotea ¿cómo se podía ser tan cruel? Esos fueron algunos de los motivos que le incitaron a sentir rencor hacia ese chico, quería que el niño pagara por todas las humillaciones que había sufrido cada vez que se había encontrado con él.
Pero ¿cómo conseguir tal hazaña? Lo que estaba claro era que Mark no quería la típica venganza de torturar a su víctima hasta que suplicara por su muerte. No, esto no iba para nada con él y, por otro lado, aun había el hecho de que realmente deseaba tener a ese chico, y las ideas que pudiera tener, a su servicio. Y tal vez… tal vez hubiera un modo de conseguirlo. Podía probar a hablar con el chico, a ver si por algún milagro aceptaba trabajar para él, y, si lo hacía, le haría firmar un contrato que le vinculara a él de por vida. Pero, en caso de no aceptar, tendría que recurrir a… otros métodos para conseguir a ese nuevo empleado.
Mark sabía que estaba empezando a obsesionarse por ese chico, era lo mismo que le sucedió con GizmoDuck, pero en honor a la verdad, lo que había visto hacer a ese chico hacía unos minutos, juguetear con los cables y conectarlos a la primera para que las conexiones que había establecido realizaran la función que él quería, fue algo realmente brillante, y en tan poco tiempo y bajo presión y riesgo de su propia vida, simplemente magnifico. Necesitaba a ese chico, fuera como fuera.
Hablando del joven patito, parecía que el chico también se disponía a irse, pues lo vio sacar su teléfono, probablemente para avisar a alguien de que volvía a casa y a continuación comenzó a caminar para irse de allí.
Mark de inmediato se levantó y se puso de espaldas al chico, por si él lo esquivaba al verlo. Desde su posición estuvo vigilando de reojo sus movimientos, y cuando el patito pasó por su lado, rápidamente el CEO de Waddle se dio la vuelta y lo agarró del brazo para a continuación arrastrarlo al otro lado de la ambulancia en la que había estado sentado hasta ese momento para que pudieran… hablar tranquilamente, sin que nadie los viera y les molestara.
Sentir que de repente era agarrado y desviado de su rumbo hizo que Huey soltara un grito de asombro, pero Mark lo ignoró, hablaría con él, lo quisiera el chico o no.
Cuando estuvo seguro de que nadie los veía, soltó al patito y se giró para estar cara a cara con él, y comenzó a hablar diciendo:
“Hola chico”
El joven vestido de rojo frunció el ceño y cruzándose de brazos preguntó con voz airada:
“¿Qué quieres ahora Beaks?”
De acuerdo esto iba a ser complicado, estaba claro que el joven aún estaba furioso con él, si quería tener la más mínima esperanza de conseguir que el chico trabajara para él, tendría que… mentir, aparentar para triunfar. Suerte que eso se le daba bien, primero tendría que fingir vergüenza y pena por lo sucedido y luego tendría que pasar a admirar y adular al chico por lo bien que había resuelto el problema, sí, si seguía esa estrategia, eso debería funcionar:
“Bien, verás… yo… quería disculparme por todo lo que ha pasado aquí y también… quería decirte que me has dejado muy sorprendido, más bien impresionado por cómo has conseguido que el usuario del traje de GizmoDuck tuviera el pleno control de sus funciones”
Beaks no sabía si Huey sabía quién era el que iba dentro de la armadura, así que decidió mantenerlo en secreto, por si el chico prefería admirar a un héroe de identidad secreta, en lugar de conocer quién se escondía debajo de ese casco.
Por otra parte, el CEO de Waddle comprobó con cierta alegría que las facciones de Huey se suavizaban ligeramente ante la mención de su trabajo con el traje. Sí, la adulación había funcionado.
El chico con gorra roja bajó ambos brazos y con voz más bien emocionada dijo:
“¿En serio?”
Beaks sonrió, tal vez sí lograría que el patito trabajara para él de buena gana. Así que, sin dejar de sonreír, respondió:
“Sí, en serio”
El chico entonces adoptó una postura reflexiva, y su mirada se desvió al suelo, al cabo de unos segundos, miró nuevamente Beaks y dijo:
“Está bien, acepto tus disculpas, aunque creo que deberías disculparte públicamente con todos los que han estado en peligro esta tarde, no solo conmigo”
Beaks sintió que comenzaba a hervirle la sangre, ¿cómo se atrevía un niño de diez años a sugerirle cómo debía actuar? Mark trató de calmarse, no quería que el chico viera a través de su máscara. En cambio, se quedó mirando al chico en silencio, pues el niño estaba mirando nuevamente al suelo, como si estuviera buscando el mejor modo de decir lo que fuera que quería decir a continuación. Cuando habló nuevamente, su voz salió ligeramente vacilante mientras decía:
“Y… gracias por… el elogio”
Tras decir esto, el joven se dio la vuelta para irse, pero Mark lo llamó para detenerlo, y cuando el joven se dio la vuelta de nuevo, él le habló diciendo:
“Oye, había otra cosa que quería comentarte, ¿te gustaría trabajar en Waddle?”
La respuesta por parte del chico no se hizo esperar:
“No” dijo rápida y secamente.
Su respuesta fue tan instantánea que Beaks se quedó brevemente sin habla. No había esperado que el joven fuera tan tajante con esa propuesta. Recuperándose tan rápido como pudo de la pérdida de habla, el CEO de Waddle dijo:
“¿Estás seguro de eso? No estoy sugiriendo que seas un simple becario, te ofrezco un puesto de verdad en mi empresa”
Huey frunció el ceño nuevamente, sus manos se cerraron en puños y con voz dura respondió:
“Nunca volveré a trabajar para ti Beaks, nunca jamás”
Y dicho esto se dio la vuelta de nuevo y se marchó de allí rápidamente. Beaks lo vio alejarse, la máscara que había llevado hasta ese momento cayó y reveló cuan furioso estaba en realidad. Miró al patito con los ojos entrecerrados y cuando éste desapareció de su vista dijo con voz siniestra:
“Eso ya lo veremos Huey”
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fraguelworld-blog · 5 years
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UN EXPRESO DEL FUTURO (cuento) Julio Verne Ande con cuidado gritó mi guía. ¡Hay un escalón! Descendiendo con seguridad por el escalón de cuya existencia así me informó, entré en una amplia habitación, iluminada por enceguecedores reflectores eléctricos, mientras el sonido de nuestros pasos era lo único que quebraba la soledad y el silencio del lugar. ¿Dónde me encontraba? ¿Qué estaba haciendo yo allí? Preguntas sin respuesta. Una larga caminata nocturna, puertas de hierro que se abrieron y se cerraron con estrépitos metálicos, escaleras que se internaban (así me pareció) en las profundidades de la tierra… No podía recordar nada más. Carecía, sin embargo, de tiempo para pensar. Seguramente usted se estará preguntando quién soy yo -dijo mi guía. El coronel Pierce, a sus órdenes. ¿Dónde está? Pues en Estados Unidos, en Boston… en una estación. -¿Una estación? -Así es; el punto de partida de la Compañía de Tubos Neumáticos de Boston a Liverpool. Y con gesto pedagógico, el coronel señaló dos grandes cilindros de hierro, de aproximadamente un metro y medio de diámetro, que surgían del suelo, a pocos pasos de distancia. Miré esos cilindros, que se incrustaban a la derecha en una masa de mampostería, y en su extremo izquierdo estaban cerrados por pesadas tapas metálicas, de las que se desprendía un racimo de tubos que se empotraban en el techo; y al instante comprendí el propósito de todo esto. ¿Acaso yo no había leído, poco tiempo atrás, en un periódico norteamericano, un artículo que describía este extraordinario proyecto para unir Europa con el Nuevo Mundo mediante dos colosales tubos submarinos? Un inventor había declarado que el asunto ya estaba cumplido. Y ese inventor el coronel Pierce estaba ahora frente a mí. Recompuse mentalmente aquel artículo periodístico. Casi con complacencia, el periodista entraba en detalles sobre el proyecto. Informaba de que eran necesarios más de tres mil millas de tubos de hierro, que pesaban más de trece millones de toneladas, sin contar los buques requeridos para el transporte de los materiales: 200 barcos de dos mil toneladas, que debían efectuar treinta y tres viajes cada uno. Esta “Armada de la Ciencia” era descrita llevando el hierro hacia dos navíos especiales, a bordo de los cuales eran unidos los extremos de los tubos entre sí, envueltos por un triple tejido de hierro y recubiertos por una preparación resinosa, con el objeto de resguardarlos de la acción del agua marina. Pasado inmediatamente el tema de la obra, el periodista cargaba los tubos (convertidos en una especie de cañón de interminable longitud) con una serie de vehículos, que debían ser impulsados con sus viajeros dentro, por potentes corrientes de aire, de la misma manera en que son trasladados los despachos postales en París. Al final del artículo se establecía un paralelismo con el ferrocarril, y el autor enumeraba con exaltación las ventajas del nuevo y osado sistema. Según su parecer, al pasar por los tubos debería anularse toda alteración nerviosa, debido a que la superficie interior del vehículo había sido confeccionada en metal finamente pulido; la temperatura se regulaba mediante corrientes de aire, por lo que el calor podría modificarse de acuerdo con las estaciones; los precios de los pasajes resultarían sorprendentemente bajos, debido al poco costo de la construcción y de los gastos de mantenimiento… Se olvidaba, o se dejaba aparte cualquier consideración referente a los problemas de la gravitación y del deterioro por el uso. Todo eso reapareció en mi conciencia en aquel momento. Así que aquella “Utopía” se había vuelto realidad ¡y aquellos dos cilindros que tenía frente a mí partían desde este mismísimo lugar, pasaban luego bajo el Atlántico, y finalmente alcanzaban la costa de Inglaterra! A pesar de la evidencia, no conseguía creerlo. Que los tubos estaban allí, era algo indudable, pero creer que un hombre pudiera viajar por semejante ruta… ¡jamás! -Obtener una corriente de aire tan prolongada sería imposible -expresé en voz alta aquella opinión. Al contrario, ¡Absolutamente fácil! -protestó el coronel Pierce. Todo lo que se necesita para obtenerla es una gran cantidad de turbinas impulsadas por vapor, semejantes a las que se utilizan en los altos hornos. Éstas transportan el aire con una fuerza prácticamente ilimitada, propulsándolo a mil ochocientos kilómetros horarios… ¡Casi la velocidad de una bala de cañón! De manera tal que nuestros vehículos con sus pasajeros efectúan el viaje entre Boston y Liverpool en dos horas y cuarenta minutos. ¡Mil ochocientos kilómetros por hora! exclamé. -Ni uno menos. ¡Y qué consecuencias maravillosas se desprenden de semejante promedio de velocidad! Como la hora de Liverpool está adelantada con respecto a la nuestra en cuatro horas y cuarenta minutos, un viajero que salga de Boston a las 9, arribará a Liverpool a las 3:53 de la tarde. ¿No es este un viaje hecho a toda velocidad? Corriendo en sentido inverso, hacia estas latitudes, nuestros vehículos le ganan al Sol más de novecientos kilómetros por hora, como si treparan por una cuerda movediza. Por ejemplo, partiendo de Liverpool al medio día, el viajero arribará a esta estación a las 9:34 de la mañana… O sea, más temprano que cuando salió. ¡Ja! ¡Ja! No me parece que alguien pueda viajar más rápidamente que eso. Yo no sabía qué pensar. ¿Acaso estaba hablando con un maniático?… ¿O debía creer todas esas teorías fantásticas, a pesar de la objeciones que brotaban de mi mente? Muy bien, ¡Así debe ser! -dije. Aceptaré que lo viajeros puedan tomar esa ruta de locos, y que usted puede lograr esta velocidad increíble. Pero una vez que la haya alcanzado, ¿cómo hará para frenarla? ¡Cuando llegue a una parada todo volará en mil pedazos! ¡No, de ninguna manera! -objetó el coronel, encogiéndose de hombros. Entre nuestros tubos (uno para irse, el otro para regresar a casa), alimentados consecuentemente por corrientes de direcciones contrarias, existe una comunicación en cada junta. Un destello eléctrico nos advierte cuando un vehículo se acerca; librado a su suerte, el tren seguiría su curso debido a la velocidad impresa, pero mediante el simple giro de una perilla podemos accionar la corriente opuesta de aire comprimido desde el tubo paralelo y, de a poco, reducir a nada el impacto final. ¿Pero de qué sirven tantas explicaciones? ¿No sería preferible una demostración? Y sin aguardar mi respuesta, el coronel oprimió un reluciente botón plateado que salía del costado de uno de los tubos. Un panel se deslizó suavemente sobre sus estrías, y a través de la abertura así generada alcancé a distinguir una hilera de asientos, en cada uno de los cuales cabían cómodamente dos personas, lado a lado. ¡El vehículo! -exclamó el coronel. ¡Entre! Lo seguí sin oponer la menor resistencia, y el panel volvió a deslizarse detrás de nosotros, retomando su anterior posición. A la luz de una lámpara eléctrica, que se proyectaba desde el techo, examiné minuciosamente el artefacto en que me hallaba. Nada podía ser más sencillo: un largo cilindro, tapizado con prolijidad; de extremo a extremo se disponían cincuenta butacas en veinticinco hileras paralelas. Una válvula en cada extremo regulaba la presión atmosférica, de manera que entraba aire respirable por un lado, y por el otro se descargaba cualquier exceso que superara la presión normal. Luego de perder unos minutos en este examen, me ganó la impaciencia: Bien -dije. ¿Es que no vamos a arrancar? ¿Si no vamos a arrancar? -exclamó el coronel Pierce. ¡Ya hemos arrancado! Arrancado… sin la menor sacudida… ¿cómo era posible?… Escuché con suma atención, intentando detectar cualquier sonido que pudiera darme alguna evidencia. ¡Si en verdad habíamos arrancado… si el coronel no me había estado mintiendo al hablarme de una velocidad de mil ochocientos kilómetros por hora… ya debíamos estar lejos de tierra, en las profundidades del mar, junto al inmenso oleaje de cresta espumosa por sobre nuestras cabezas; e incluso en ese mismo instante, probablemente, confundiendo al tubo con una serpiente marina monstruosa, de especie desconocida, las ballenas estarían batiendo con furiosos coletazos nuestra larga prisión de hierro! Pero no escuché más que un sordo rumor, provocado, sin duda, por la traslación de nuestro vehículo. Y ahogado por un asombro incomparable, incapaz de creer en la realidad de todo lo que estaba ocurriendo, me senté en silencio, dejando que el tiempo pasara. Luego de casi una hora, una sensación de frescura en la frente me arrancó de golpe del estado de somnolencia en que había caído paulatinamente. Alcé el brazo para tocarme la cara: estaba mojada. ¿Mojada? ¿Por qué estaba mojada? ¿Acaso el tubo había cedido a la presión del agua… una presión que obligadamente sería formidable, pues aumenta a razón de una “atmósfera” por cada diez metros de profundidad? Fui presa del pánico. Aterrorizado, quise gritar… y me encontré en el jardín de mi casa, rociado generosamente por la violenta lluvia que me había despertado. Simplemente, me había quedado dormido mientras leía el articulo de un periodista norteamericano, referido a los extraordinarios proyectos del coronel Pierce… quien a su vez, mucho me temo, también había sido soñado. AN EXPRESS OF THE FUTURE (story) Julio Verne "Be careful," my guide shouted. There is a step! Descending safely through the staircase of whose existence he informed me so, I entered a large room, illuminated by blinding electric reflectors, while the sound of our footsteps was the only thing that broke the loneliness and silence of the place. Where was I? What was I doing there? Questions without answer. A long walk at night, iron doors that opened and closed with metallic clattering, stairs that entered (as it seemed to me) into the depths of the earth ... I could not remember anything else. However, there was no time to think. "Surely you're wondering who I am," said my guide. Colonel Pierce, at your command. Where is? Well, in the United States, in Boston ... in a station. -A station? -So is; the starting point of the Pneumatic Tubing Company from Boston to Liverpool. And with a pedagogical gesture, the colonel pointed to two large iron cylinders, about a meter and a half in diameter, that emerged from the ground, a few steps away. I looked at those cylinders, which were embedded to the right in a mass of masonry, and at their left end were closed by heavy metal covers, from which a cluster of pipes that were embedded in the roof detached; and instantly I understood the purpose of all this. Had I not read, a short time ago, in an American newspaper, an article describing this extraordinary project to unite Europe with the New World by means of two colossal submarine tubes? An inventor had declared that the matter was already fulfilled. And that inventor - Colonel Pierce - was now in front of me. I mentally recomposed that newspaper article. Almost with complacency, the journalist went into detail about the project. He reported that more than three thousand miles of iron tubes, weighing more than thirteen million tons, were needed, not counting the ships required for the transport of the materials: 200 ships of two thousand tons, which had to make thirty-three trips each. This "Armada of Science" was described by taking the iron to two special ships, on board of which the ends of the tubes were joined to each other, wrapped in a triple iron fabric and covered by a resinous preparation, with the purpose of protect them from the action of seawater. Immediately after the subject of the work, the journalist loaded the tubes (converted into a kind of canyon of endless length) with a series of vehicles, which were to be propelled with their passengers inside, by powerful currents of air, in the same way that postal offices are moved in Paris. At the end of the article a parallel was established with the railway, and the author extolled the advantages of the new and daring system. According to his opinion, when going through the tubes should cancel any nervous disturbance, because the interior surface of the vehicle had been made of finely polished metal; the temperature was regulated by air currents, so that the heat could be modified according to the seasons; the prices of the passages would be surprisingly low, due to the low cost of construction and maintenance costs ... He forgot, or left aside any consideration regarding the problems of gravitation and deterioration by use. All that reappeared in my consciousness at that moment. So that "Utopia" had become a reality, and those two cylinders in front of me started from this very place, then passed under the Atlantic, and finally reached the coast of England! Despite the evidence, I could not believe it. That the pipes were there, it was something undoubted, but to believe that a man could travel by such a route ... never! "Getting such a long draft would be impossible." I expressed that opinion aloud. On the contrary, Absolutely easy! protested Colonel Pierce. All that is needed to obtain it is a large number of steam-driven turbines, similar to those used in blast furnaces. They transport air with practically unlimited force, propelling it at eighteen hundred kilometers per hour ... Almost the speed of a cannonball! In such a way that our vehicles with their passengers make the trip between Boston and Liverpool in two hours and forty minutes. -Mil eight hundred kilometers per hour! - I exclaimed. Not one less. And what wonderful consequences come from such an average speed! As Liverpool time is ahead of ours in four hours and forty minutes, a traveler leaving Boston at 9 will arrive in Liverpool at 3:53 in the afternoon. Is not this a trip made at full speed? Running in the opposite direction, towards these latitudes, our vehicles beat the Sun more than nine hundred kilometers per hour, as if climbing a moving rope. For example, leaving Liverpool at noon, the traveler will arrive at this station at 9:34 in the morning ... That is, earlier than when he left. Ha! Ha! I do not think anyone can travel faster than that. I did not know what to think. Was I talking to a maniac? Or should I believe all those fantastic theories, despite the objections that came from my mind? Okay, that's the way it should be! -said. I'll accept that travelers can take that crazy route, and that you can achieve this incredible speed. But once you have reached it, how will you stop it? When it comes to a stop everything will fly in a thousand pieces! -Not in any way! the colonel objected, shrugging. Between our tubes (one to leave, the other to return home), fed consistently by currents of contrary directions, there is a communication at each meeting. An electrical flash warns us when a vehicle approaches; Left to its fate, the train would follow its course due to the speed printed, but by simply turning a knob we can drive the opposite stream of compressed air from the parallel tube and, little by little, reduce the final impact to nothing. But what good are so many explanations? Would not a demonstration be preferable? And without waiting for my answer, the colonel pressed a shiny silver button that came out of the side of one of the tubes. A panel slid smoothly on its grooves, and through the opening thus generated I could distinguish a row of seats, each of which comfortably accommodated two people, side by side. -The vehicle! exclaimed the colonel. Between! I followed it without putting up any resistance, and the panel slid back behind us, resuming its previous position. In the light of an electric lamp, which was projected from the ceiling, I examined minutely the artifact in which I was. Nothing could be simpler: a long cylinder, upholstered with neatness; from end to end fifty seats were arranged in twenty-five parallel rows. A valve at each end regulated atmospheric pressure, so that breathable air entered on one side, and on the other, any excess that exceeded normal pressure was discharged. After losing a few minutes in this exam, I gained the impatience: "Good," I said. Are we not going to start? -If we're not going to start? Colonel Pierce exclaimed. We have already started! Started ... without the slightest shake ... how was it possible? ... I listened with great attention, trying to detect any sound that could give me some evidence. If we had really started ... if the Colonel had not been lying to me about a speed of one thousand eight hundred kilometers per hour ... we should have been far from land, in the depths of the sea, next to the immense waves of foamy crest above our heads; and even at that very moment, probably, confusing the tube with a monstrous marine snake, of unknown species, the whales would be furiously beating our long iron prison! But I heard nothing but a dull rumor, provoked, no doubt, by the translation of our vehicle. And drowned by an incomparable astonishment, unable to believe in the reality of everything that was happening, I sat quietly, letting time pass. After almost an hour, a sensation of freshness on my forehead suddenly snatched me from the drowsy state into which I had gradually fallen. I raised my arm to touch my face: it was wet. Wet? Why was it wet? Had the tube given way to the pressure of the water ... a pressure that would be formidable, because it increases at the rate of one "atmosphere" for every ten meters of depth? I panicked. Terrified, I wanted to scream ... and I found myself in the garden of my house, sprinkled generously by the violent rain that had awakened me. I had simply fallen asleep while reading the article by an American journalist, referring to the extraordinary projects of Colonel Pierce ... who in turn, I fear, had also been dreamed.
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