Anthony decidió que necesitaba un cambio en su vida y se inscribió en un programa de intercambio en Canadá. Pensó que sería una oportunidad para escapar de la presión social y las expectativas de su vida en casa. Sin embargo, lo que encontró en Canadá fue mucho más difícil de lo que esperaba.
Anthony se sentía solo y deprimido, extrañando su vida anterior y arrepintiéndose de haberse ido a
Canadá.
Mientras tanto, Anthony comienza a lidiar con sentimientos que nunca antes había experimentado. Atrás quedaron sus días como el chico popular y heterosexual de la escuela.
Comienza a cuestionar su identidad sexual, se siente confundido y solo. Sin embargo, a pesar de su dolor y su sufrimiento, encuentra una luz en su vida. El presidente del club de ciencias, un joven inteligente y talentoso, comienza a prestarle atención y a hacerle sentir valorado.
PRACTICAMENTE NORMAL de Adrew Sullivan
Una agumentacion sobre la homosexualidad
EJEMPLAR EN VENTA. INFO [email protected]
¿Puede la homosexualidad concebirse como «parte plena y profunda de la naturaleza humana»? ¿O es sólo una «construcción del pensamiento»? ¿Significa una amenaza para el ritmo de natalidad y, por tanto, «una abdicación de la responsabilidad en el futuro de la humanidad»? ¿Son necesarias las leyes antidiscriminatorias? ¿O contradicen más bien el principio de neutralidad del estado? Andrew Sullivan analiza las distintas posturas políticas que han tratado de ofrecer una solución al «problema» para proponer finalmente una política propia, razonable y neutra, que despeje las tortuosas confusiones entre lo privado y lo público.Andrew Sullivan fue editor del «New Republic», y colabora asiduamente como analista de política norteamericana en el «Sunday Times» de Londres. Ha coeditado el libro «Same-Marriage: Pros and Cons» (1997) y ha escrito «Love Undetectable: Notes on Friendship, Sex and Survival» (1988).
Orfeo y Hugo se han infiltrado en las películas de animación
El viaje de Orfeo y Hugo está enamorado son dos libros ilustrados que narran las aventuras de un principe que se enamora de su mejor amigo y se embarca en una aventura para salvarlo de una bruja
"Porque el amor no llega. La juventud se me escurre entre los dedos y el amor no llega. Sufro por eso. Sufro también por el rechazo. Pero la falta de amor es peor."
SIENTO que no publique esto por acá, así que aquí les dejo😸
Quería hablarles también del libro que estoy escribiendo, me temo que la historia que hay visto por medio de mis dibujos tal vez no sea la misma que en el libro ya planteado, pero solo era por aclarar, en caso de que todavía no lo hayan leído o no sepan de su existencia esta aquí!
/I also wanted to talk to you about the book I am writing, I am afraid that the story you have seen through my drawings may not be the same as in the book already proposed, but it was just to clarify, in case you have not read it yet. or don't know of its existence, it's here!
BOOK <-
Luego, bueno, volví a publicar el libro de Vazar, creo que las riñas ya se agotaron así que quería que conservarán ese Au en sus memorias castellanas pff
Wonderful book! "The craft" meets "All the young dudes". The book about gay boys at boarding school doing witchcraft you didn't know you needed. Thanks Andy Mientus!! ❤ 🏳️🌈 👬👬
Hoy es un día soleado de verano, el sol derrama su cálido abrazo sobre la tierra, envolviéndola en una atmósfera de calma y serenidad. Los rayos solares se filtran a través de las hojas de los limoneros, creando un mosaico de sombras danzantes en el suelo. El aire está impregnado con el fresco aroma cítrico de los limones, una fragancia que parece tener el poder de purificar hasta las ideas más turbias.
Mientras la brisa juguetea con mi cabello, me encuentro sentado bajo la sombra de uno de esos limoneros, con un cuaderno apoyado en mis rodillas y una pluma entre mis dedos. Intento encontrar las palabras adecuadas para comenzar lo que sea que esté tratando de escribir, pero cada intento parece ser en vano.
"No, no queda bien", susurro para mí mismo con un suspiro frustrado. Es la octava vez que borro el inicio de esta historia, y aún así me siento atrapado en un ciclo interminable de insatisfacción.
Me permito un momento para cerrar los ojos y respirar profundamente, dejando que el aire fresco y perfumado llene mis pulmones. El zumbido de los insectos y el canto de los pájaros proporcionan una banda sonora natural para mis pensamientos errantes.
Quizás debería empezar de nuevo, reflexión. Pero esta vez, en lugar de forzar las palabras, permitirá que fluyan libremente, como el río que serpentea a través de los campos cercanos, sin restricciones ni expectativas.
Con esa determinación renovada, vuelvo a abrir mi cuaderno y dejó que la pluma baile sobre el papel, trazando el comienzo de una nueva aventura, una historia que espera ser contada.
Bueno, parece que mi intento de canalizar mi creatividad resultó en un mensaje poco convencional y un ataque de tos que podría rivalizar con una vieja locomotora tratando de arrancar. "Que te den, amor", digo entre toses, mientras me pregunto si mi garganta está practicando para un concurso de raspado de alambres.
No hay dramas románticos ni enfermedades exóticas en juego, solo yo y mi constante batalla con la salud, como si mi sistema inmunológico decide organizar una fiesta sorpresa y no me hubiera enviado la invitación.
Quizás parte de la culpa recae en la caótica vida en Londres, donde la palabra "higiene" parece haber sido expulsada del diccionario urbano y la contaminación está tan de moda como el café de la mañana.
De todos modos, a pesar de mis desventuras literarias y mis problemas de salud, trato de mantener una perspectiva optimista. Después de todo, ¿quién necesita inspiración cuando tienes una buena dosis de tos para mantenerte alerta?
Con un suspiro que suena más a risa que a resignación, cierra mi cuaderno con la esperanza de que mañana sea un día menos tosco, tanto en sentido figurado como literal. Quién sabe, quizás hasta lograr escribir una línea que no parezca sacada de un guion de comedia absurda.
Me lo vendieron como que iba a llorar de nuevo y la verdad casi, pero no: habiendo leído el anterior, el golpe de gracia se pierde
Los personajes no me terminaron de cerrar, les faltaba algo, parecían la coraza de un personaje y el autor trataba de compensar su vacío con traumas
Comentarios adicionales:
Adam Silvera vuelve a esta dimensión paralela de nuestra realidad en que el mundo descubrió cómo saber cuándo van a morir las personas, y por ello surge Death-Cast, una empresa privada que ofrece llamar a sus suscriptores en la madrugada del día en que van a morir.
En esta precuela de "They Both Die at the End", el autor narra la muerte de Valentino Prince, el primer Decker de la historia. La trama gira en torno a la noche en que Death-Cast comienza sus operaciones públicas bajo la guía de su creador y director, Joaquín Rosa.
De algún extraño modo, la historia no tiene el mismo impacto que en el primer libro. Siento que cuando uno lee el libro original, se aferra hasta el último minuto posible a la esperanza de que quizás los protagonistas sobrevivan. La inexorable certeza y precisión de Death-Cast todavía es nueva para el lector, pero en el libro precuela, uno sabe como viajero del tiempo que la empresa realmente sabe quiénes van a morir cada día (aunque el autor evite nuevamente tener que imaginar alguna explicación ficticia, incluso en una época en que agregar "cuántico" a cualquier cosa baste para justificar la mayor parte de las tecnologías en ciencia ficción moderna) y la profecía para Valentino Prince se vuelve aún más imposible de escapar o evitar. Desde el momento en que sabemos a quiénes llamó Death-Cast, podemos asumir que Valentino está muerto.
Y sí, la historia no es realmente sobre la muerte del personaje, sino de cómo elige vivir su último día y lo que decide hacer por el otro protagonista de este libro: Orion Pagan.
Sin embargo, en un constante esfuerzo de "subvertir expectativas", el autor termina por crear nuevas expectativas en el lector sobre los giros que va a adoptar la trama y se vuelven fáciles de adivinar. No es a Orion, el joven con problemas del corazón, al que Death-Cast llama, sino al saludable y atlético valentino. Ni siquiera la sombra de duda que Silvera introduce con el "margen de error" del primer día (que tampoco explica, ocurre porque la trama necesita no ser tan predecible).
Un aspecto que me resultó molesto de la trama fue la necesidad del autor de hacer referencias al primer libro: creaba la sensación de una Nueva York más pequeña, en que oh, casualidad los protagonistas de The First to Die at the End se encuentran o pasan a metros nada más de los protagonistas de The Both Die at the End. Entiendo que Silvera escribe desde la experiencia de lo que conoce, nació ahí, pero pareciera reducir el tamaño y posibilidad del mundo en el que elige ubicar su historia. También otras cosas como la creación de la aplicación "The Last Friend". Me recordó a cuando James Dashner explicó los nombres de los protagonistas de Maze Runner.
Por otra parte, es una historia bien narrada, sabe cómo intercalar momentos de tensión y de alegría tanto de la trama principal como de las secundarias que terminan por colisionar con la primera hacia el final. En algunos pasajes abusa de ciertas metáforas y algunas son muy obvias o tontas (SOBRE TODO las de constelaciones o fotografías), incluso teniendo en cuenta la edad de los personajes, la perspectiva desde la que contemplamos la historia desenvolverse.
La crítica que hice en mi tweet-reseña a los personajes puede llegar a ser un poco injusta, considerando que la trama del libro sucede en apenas 24 horas (dada la naturaleza del argumento): es imposible llegar a conocer bien a una persona en tan poco tiempo, y es justamente uno de los puntos que trata de ilustrar el autor con este libro. Sin embargo, no creo que logre conectar con el segundo punto que creo trata de exponer Silvera: que por breve que sea el tiempo que compartimos con alguien, su impacto puede ser muy significativo en nuestras vidas. Con estos personajes no sentí eso: los conocí en un nivel superficial porque no había tiempo para conocerlos mejor, pero no llegué a conectarme del todo con ellos. Parte del problema para mí radica en que el autor recurre a llenar el vacío o la información faltante de ellos con traumas o eventos trágicos en su pasado, como un sustituto de personalidad que mueve apenas la trama en la dirección que necesita.
En general, un libro pasable, pero cuya historia pierde mucho peso haciendo leído el otro libro. Mi recomendación sería leer solo uno de los dos, quizás opinaría de They Both Die at the End lo que opino de The First to Die at the End si los hubiera leído en orden inverso.