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#pelinegra
vita-pura · 1 year
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she painted her hair
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mtz-94 · 1 year
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👑👑👑
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geanycharpentier1 · 2 years
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Geany Charpentier
Por la ciudad de Trujillo✈️☄️
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boba-hijueputa · 5 months
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En este punto de mi vida me gustan tanto los hombres que no sé como alguna vez pude dudar de mi sexualidad.
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amy2353 · 7 months
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kt4strofe · 23 days
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pelinegra
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kiyovazquez · 2 months
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Little rainbow (Wukong x Kiyo)
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Los cálidos rayos del sol se filtraban en la habitación del hospital, donde dos dioses contemplaban a su pequeña criatura. Kiyo se encontraba recostada sobre blancas almohadas, con el monito acurrucado en sus brazos maternales.
El recién nacido dormía plácidamente, ajeno al mundo, apenas unas horas después de ver la luz por primera vez. Kiyo lo miraba enamorada, olvidando el cansancio de tantas horas de parto.
Con delicadeza, deslizó sus dedos por la espalda del bebé, conteniendo a duras penas las lágrimas que amenazaban por escapar. A su lado, su amado esposo la miraba en silencio, compartiendo aquel momento de gracia.
—Es tan pequeño...— musitó Kiyo, derritiéndose de ternura. Su criatura era aún más diminuta que los niños humanos, siendo tan pequeño y delgado.
—Los monos son más pequeños que los bebés humanos— observó Wukong con sabiduría, recordando a los pequeños monitos de su montaña.
Con suma delicadeza, envolvió a Kiyo en un cálido abrazo, cuidando de no causarle el menor malestar tras las horas de parto. Recargó su mentón en el hombro de su amada, uniéndose a ella en la contemplación del pequeño milagro entre sus brazos.
Sus toscas manos, endurecidas por las batallas, rozaron con infinita ternura la mejilla del bebé. Sus deditos eran más frágiles que el pétalo de una flor, y su boquita y sonrosadas mejillas despertaban una oleada de amor en lo más hondo de su alma.
—¿Has pensado ya en un nombre para él? —preguntó Kiyo después de unos minutos de silencio, buscando la mirada dorada de su amado.
—Eso es fácil —rio Wukong entre dientes, estrechando con más fuerza a su familia—. Claramente se llamará Wukong Jr, es mi viva imagen— expresó con orgullo.
La pelinegra frunció el entrecejo al escuchar tal ocurrencia. Con delicadeza acunó al bebé entre sus brazos, como protegiéndolo de aquel nombre.
—Nuestro hijo no llevará tu nombre —se negó con suavidad—. Él es su propia persona y merece un nombre propio
—Pero, mi lluvia... —se quejó Wukong con un puchero, antes de dejar escapar un suspiro resignado—. Bien, dime qué nombres tienes en mente. Espero al menos que sean más bonitos o será Wukong jr —soltó con una sonrisa burlona.
Kiyo sonrió, preparándose para crear unos segundos de suspenso antes de hablar.
—Se llamará Mixtli —anunció con orgullo. Un bufido escapó de los labios de Wukong.
—¿Mixtli? ¿Qué clase de nombre es ese?
—Significa "nube" en náhuatl —explicó Kiyo mirándolo con dulzura. — Nuestro hijo no será solo chino, también llevará en sí las raíces de mi cultura.
—Lo sé, lo sé —concedió Wukong haciendo muecas. — pero no estoy seguro...
—Pero solecito, a mí me encanta Mixtli —insistió Kiyo con un puchero. Tras reflexionar un momento, propuso. — ¿Qué tal si tiene dos nombres? elige tú su otro nombre, pero no Wukong Jr
Wukong frunció el ceño, sumido en reflexiones. Jamás había pensado en tener que nombrar a un hijo, acostumbrado a la idea de llamarlo como él. Pero deseaba honrar los orígenes de Kiyo también.
Se apartó un poco y contempló al bebé en silencio, analizando sus delicados rasgos en busca de la esencia oculta tras ellos. Poco a poco, una sonrisa se dibujó en su rostro.
─Creo que tiene cara de Kai ─declaró con orgullo.
─ ¿Kai? Podrías haber elegido algo más corto ─bromeó Kiyo con tono sarcástico.
─Oye, Kai es un nombre noble... ─se quejó con dulzura─ Además, dijiste que serían dos. Kai Mixtli suena armonioso, ¿no crees?
—Pero solecito, el punto no es...
Kiyo no alcanzó a terminar cuando un llanto interrumpió sus palabras. Con delicadeza acunó a Kai, susurrándole cálidas palabras mientras lo mecía.
—Tranquilo, mami y papi están aquí... —musitaba arrullándolo. Pero los sollozos del bebé no cesaban.
Wukong los contempló en silencio y un semblante serio. Con suavidad acarició los finos cabellos del pequeño, calmando su llanto para sorpresa de todos. El silencio reino en la habitación unos momentos.
—¿Pensaste alguna vez en ser madre? —preguntó Wukong en tono reflexivo, sin apartar la vista del niño.
—No realmente, al menos no tan pronto —confesó Kiyo confundida—. Cuando nos casamos comencé a imaginarlo, pero nuestro hijo fue... Una sorpresa.
—Y... ¿No te molesta? — murmuró Wukong con una vulnerabilidad poco común en él.
Kiyo lo miró con ternura, intuyendo sus inquietudes. Sostuvo al bebé con una mano mientras la otra tomaba la mejilla de su amado.
—¿Qué es lo que realmente te preocupa, cariño? — inquirió acariciando su rostro.
Wukong suspiró hondo.
—Tengo miedo de ser mal padre —confesó al fin. — Yo no tengo padres, nací de una roca, sólo estuvieron mis maestros, pero jamás los vi como figuras paternas. Sé que podría cometer errores y lastimar a Kai sin querer. No quiero defraudarlo...— decía, alzando su mirada al pequeño fruto de su amor. Sus ojos se entrecerraron un poco. — tengo miedo de lastimarlo o ponerlo en peligro como he hecho con MK, Macaque... Con todos. No quiero que él pase por todo eso y mucho menos por mi culpa...
—Wukong, no puedo asegurarte de que serás el mejor padre, el futuro es incierto —susurró Kiyo acariciando su rostro con dulzura. — Tampoco yo sé si estaré a la altura, pero una cosa sí puedo prometerte: estaremos juntos en esto...— sonrió, buscando confortar a su esposo. — Tus dudas y temores demuestran que realmente lo amas y quieres lo mejor para él. Eso es lo verdaderamente importante. No necesitas ser el padre perfecto, sólo ser el padre que Kai merece: aquel que lo ame incondicionalmente, lo escuche, lo guíe y proteja. Y de eso estoy segura de que eres capaz...
Wukong sintió que sus miedos comenzaban a disolverse ante la mirada llena de fe y confianza de Kiyo. Ella creía en él aun cuando él mismo no lo hacía. Y si ella confiaba en que juntos podrían ser buenos padres, él también empezaba a creerlo. Sus labios se curvaron en una sincera sonrisa, entregándose de lleno a su nueva misión como protector de aquella preciosa vida que había creado junto a su esposa.
—Gracias, mi amor— murmuró, estrechándola entre sus brazos con cuidado de no aplastar al bebé. — Estar juntos es todo lo que necesito. Haré lo mejor por nuestro hijo, te lo prometo.
—Confía en mí, también tengo mucho miedo... —susurró Kiyo separándose lentamente de su abrazo para mirar el rostro de su esposo. — Pero ¿sabes qué es lo que me da fuerzas? Ver tus ojos dorados. Al mirar en ellos cada día recuerdo todo mi pasado y veo todo lo que hemos recorrido juntos. Ya no soy aquella chica triste y sola que una vez fui, ahora soy tu esposa, la madre de nuestro pequeño hijo y la diosa de la lluvia. No podría desear un futuro mejor. Tú salvaste mi vida tan solo con tu mirada...y seguir viendo esos lindos ojos todos los días solo me recuerdan lo feliz que soy actualmente y lo feliz que seguiré siendo a tu lado.
Wukong acarició su mejilla con ternura y la estrechó de nuevo entre sus brazos, ocultando el rostro en su cuello y respirando su aroma.
—Creo que en realidad nos hemos salvado mutuamente sin darnos cuenta —susurró, con la voz quebrada por la emoción, soltando un pequeño suspiro como si de esa forma, sus miedos se borran para siempre.
Kiyo sonrió dulcemente, entregándose al abrazo de Wukong con calma. Unas lágrimas de profunda felicidad se deslizaron por sus mejillas al recordar el largo camino recorrido para llegar a este momento de felicidad junto al amor de su vida. Había valido cada tropiezo, cada lágrima derramada.
Pocos segundos después, como si supiera que era el centro de atención, Kai volvió a despertar sollozando bajito y removiéndose entre sus mantas. Sus padres se separaron despacio, mirando al pequeño niño envuelto en mantas azules demandando atención.
—Creo que un buen comienzo para cualquier padre es cargar a su hijo entre sus brazos— susurró Kiyo con ternura, trasmitiéndole toda la confianza que él aún no se atrevía a darse. Extendió al pequeño bultito que sollozaba, acunándolo un instante más entre sus manos antes de depositarlo con cuidado en el pecho de Wukong.
—K-Kiyo, no creo poder...— murmuro Wukong nervioso, cortando sus palabras de inmediato cuando sintió el menudo cuerpecito de Kai acurrucarse con confianza sobre su pecho.
En silencio, el mono naranja miró con asombro al fruto de su amor. Cada respiración y movimiento del bebé lo absorbían por completo, logrando que su corazón latiera como loco. Las pequeñas manitas de Kai se agitaron buscando aferrarse a la ropa paterna, hallando en ese simple gesto el consuelo que demandaba.
Wukong contuvo el aliento, admirado por la fragilidad y perfección de tan pequeño ser. Sus miedos se desvanecieron al comprender que aquel niño ahora formaba parte de su alma. Lo envolvió con infinito cuidado entre sus brazos, maravillado al contemplarlo moverse plácidamente sobre su pecho.
—Será un honor y un privilegio ser tu padre, Kai Mixtli— susurró conmovido, sin apartar la mirada de su rostro. En ese instante supo que haría cualquier cosa con tal de verlo feliz y protegerlo por siempre. Finalmente conocía aquella palabra tan desconocida para él, paternidad.
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daseindigital · 5 months
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-Despues de varias lunas cumplidas haciendo lo mismo me has preguntado ¿Qué hago cada noche en este claro? Sin embargo sigues viniendo a mí, noche tras noche sin falta.
El platinado soltó un suspiro antes de continuar al no recibir respuesta de la pelinegra.
-Soy un demonio, Miko, no uno cualquiera sino un Inu Daiyokai. Está fuera de mi naturaleza hablar de sentimientos y yo jamás doy explicaciones, sin embargo hoy lo haré por ti así que pon atención. ¿Sabes cuál es la razón por la que dejé a Rin en tu aldea y a Jaken a su cuidado?
-Para que esté segura.- Respondió Kagome afirmando, pero su voz delataba un poco de duda.
-Sabes tan bien como yo que estando a mi lado nada le habría pasado jamás. - Corrigió él y la joven no pudo evitar fruncir levemente el ceño porque esa misma idea ya le había cruzado por la mente, pero jamás la exteorizo. - Sabía que a Rin le dolería al principio acostumbrarse a la vida con los humanos, dejar a Jaken era su garantía de que tarde o temprano regresaría a visitarlos. Yo tomé la decisión de dejarlos en tu aldea porque soy un hombre que aprecia y valora su privacidad, y sin embargo aquella noche llegaste tú a este mismo claro interrumpiendo mi soledad. Llegaste tan rota, llorando inconsolablemente por un desaire más por parte del híbrido, parecía que ya te encontrabas harta de lo que te ofrece, él no se dió cuenta de que como tú no hay otra. - Un intenso sonrojo se apoderó de las mejillas de la sacerdotisa. - Esa misma noche te acercaste a mí y te refugiaste en mi pecho, yo simplemente no tuve la fuerza para retirarte a pesar de que el olor de tu tristeza me abrumaba. -Kagome bajó la mirada avergonzada pero los dedos largos y finos de Sesshomaru le hicieron levantar el rostro cuando fue sostenido por el mentón para que le mirara nuevamente. - Para mi sorpresa la siguiente noche volviste a aparecer, esta vez te veías más repuesta, me sonreiste tímidamente y descubrí que eras experta en las noches frías, porque las vuelves cálidas con tu sola presencia. Día tras día luchaba conmigo mismo intentando no volver más, y sin embargo caía en la tentación de venir sabiendo que tú llegarías en algún momento, hasta que dejé de pelear con el descubrimiento de que mi pensamiento se rehusa a ti pero mi cuerpo te adora. Adora la sensación que me produce tocarte, el que roces accidentalmente mi piel ya es ganar para mí. Y es que tu cabello negro, la figura de cuerpo que decidiste tapar con ese traje de sacerdotisa que no te queda porque esta no eres tú, y tus ojos azules color del cielo son algo que no puedo sacar de mi mente en ningún momento del día... Ahora he respondido a tu pregunta, Kagome.
-Sesshomaru... -La joven analizaba cada palabra dicha por el platinado, su corazón estaba acelerado temiendo entender mal porque en verdad deseaba significar algo más que la ex enamorada de su medio hermano.
-El Kitsune ha despertado y te está buscando.-Dijo él invitándola a retirarse, deseaba estar con ella pero si el pequeño zorro venía a buscarla, todos sabían a dónde iba Kagome cada noche y tan bella rutina podría verse afectada.
Ella había aprendido a descifrar sus peticiones mudas así que entendiendo lo que quería y decidió retirarse.
-Kagome.- Le habló antes de que se pusiera en pie y ella volvió a dirigir la mirada a él. -Te espero mañana, ven e interrumpe mi soledad.
Crédito Anny Sarabia
+++++++
Mil gracias a Anny Sarabia por este bellísimo escrito para está imagen. En verdad es un deleite leer tus escritos, un honor y placer poder tener algo tuyo.
Ojalá nos sigas enamorando con más de tus escritos Sesshome ❤️
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curvybeastt · 7 months
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Pelirroja rica
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Pelinegra o pelirroja?
Peligrosa 👀
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saintsr · 23 days
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Deathduo/Death family x Resident Evil Village (adaptación del cuento Village of shadows) versión español.
Había una vez dos niños, el niño rubio con ojos morados junto con una máscara de calavera, la niña pelinegra con ligeros rizos en su cabello juntó a su sombrero morado ambos que combinaba con sus ojos azules, vestían para tener comodidad ya que iban a buscar frutos para hacer pasteles y agua fresca, acompañándolos había un hombre con una máscara de calavera sólo dejando ver sus ojos amatistas al igual que los niños vestía cómodo para recoger frutos y de vez en cuándo flores, los dos niños corrían de un lado a otro escogiendo lo mejor ya que querían darle una sorpresa a su otro padre cuando regresará de su trabajó. Cuándo de repente se alejaron demasiado su papá les gritaba casi desgarrando su garganta pero aún así los niños no lo escuchaban se perdían en la profundidad del bosque y él no podía pasar por una fuerza superior.
Los niños corrían al voltear se dieron cuenta que su papá ya no estaba tras ellos, así que tomados de las manos caminaron sin rumbó fijó cuándo la niña dice "tengo sed hermano" él niño no sabía dónde conseguir agua así que caminaron hasta que encontraron una estructura que se veía lujosa y ahí había un conejito con un traje y corbata roja les dijo "pobres niños, se ven sedimentos tomen sacien su sed" entregándoles un gran vaso de agua, ellos agradecieron bebiendolo después se marcharon, llegaron aún páramo abandonado el niño dijo " tengo hambre" después llegaron a una panadería dónde atendía un osito blanco con una sonrisa, al acercarse vieron a otro osito blanco que los miró diciendo "buenos días" les acercó la bandeja con galletas en forma de osos blancos, ellos con duda las tomaron de repente el oso les dijo "disfruten el bosque" sin más se marchó, los niños se fueron llegando a otro lugar del bosque más oscuro ya qué una tormenta se acercaba , los niños temblando por el frío se abrazaron para tratar de compartir el calor de repente apareció un pato con un moño negro que les escribió en una pizarra "veo que tienen frío tomen abrigense" entregándoles una manta morada como la capa de su papá, así se acurrucaron en una cueva que encontraron mientras buscaban refugio. Al día siguiente caminaron hasta que encontraron un ser llenó de números y una masa oscura traía con sigo una espada cómo no se movía el niño lo tomó para jugar y al mismo tiempo proteger a su hermana menor, el ser tomando vida se agitó oscureciendo el cielo, llamó a los demás seres haciendo un círculo encerrando a los niños sin escapatoria con irá los miraban, de repente el cielo se oscureciendo más profundo un ser parecido a un esqueleto con una corona y alas rotas los miró y les dijo "son parecidos a su padre, codiciosos, tomando más que se les ofrecen" con un movimiento de su mano desapareció a las demás criaturas el niño con espada en mano se puso en frente de su hermana el ser se rió con una voz parecida a la de su padre sólo que más tenebrosa dijo " niños inútiles, su estupidez los hará morir antes" de la nada la niña gritó "¡Chayanne!" Cuándo el niño volteó su hermana estaba encerrada en una gran piedra morada su mirada mostraba terror un escalofrío recorrió su espalda en sus pies se formaba una piedra morada igual a la que tenía cautiva a su hermana, antes que terminará de encerrarlo una mano huesuda se posó en su hombro , y el ser habló "éste será su castigo mirarse consumidos por el poder oscuro sin escapatoria hasta que no quedé ni sus huesos, el pobre hombre pájaro y el inútil representante de la muerte morirán en locura" con una risa se desvaneció.
Los padres buscaron día y noche usando pociones, grandes cantidades de comida en sus mochilas, también usando hechizos y objetos encantados por fin lograron pasar hasta encontrar a los niños, no durmieron, pelearon contra seres monstruosos, su esperanza a veces caía pero el otro lo animaba, el padre un híbrido cuervo cuyas alas se lastimaron en su pelea contra el ser de números. Llegaron por fin al lugar dónde sus hijos estaban encerrados los dos corrieron rápido pero antes de llegar el ser en forma de calavera se presentó , el hombre cuervo lo miró y gritó con rabia "!Ender King¡" El otro hombre temblando de miedo pero sosteniendo su espada con firmeza se puso enfrente de sus hijos y dijo "no les harás más dañó" él ser se rió de los dos empezando a atacar con una lluvia de rocas de poder oscuro, los dos esquivandolas tratando de acercarse para defender y liberar a sus hijos, de repente el hombre cuervo miró al otro y el dijo " Missa, salva a los niños yo haré tiempo después los alcanzaré" Missa jadeó bajo "no, no me iré sin ti y los niños Philza" sus ojos llorosos lo miraron, Philza sonrió un poco y sin más se acercó corriendo al Ender King blandiendo su escudo y su espada haciendo que por fin se enfocará en él, Missa sin más corrío hasta los niños recitando un hechizo, lágrimas en sus ojos y de vez en cuando temblando cuándo sentía mucho peligro, rompió la prisión de sus hijos tomándolos en brazos ya que cayeron desmayados, volteó a ver a su compañero, haciendo un último esfuerzo el hombre cuervo voló hasta la altura la cabeza del Ender King asestando golpes fuertes, gritó"¡MISSA ¿QUE CARAJOS ESTÁS ESPERANDO SAL DE AQUÍ?!".
El otro hombre saltó en su lugar por el susto pero volteó hacia el caminó por dónde llegó corriendo y sin mirar atrás con los niños en brazos , corrió, corrió tanto que llegando al lugar dónde empezó todo sólo tropezó con sus propios pies protegiendo a sus niños cayó al suelo, por fin viendo el cielo azúl gritó , la lágrimas eran tantas que su máscara se sentía incómoda, quitándosela con una mano temblorosa después abrazo fuerte los niños que no habían despertado pero aún sentía su respiración, con las pocas fuerzas que le quedaban se levantó llevando los niños a casa, los días pasaron no se notaba ningún movimiento en la casa ni por el bosque los demás vecinos de la familia decían que se oían gritos, los niños decían que habían olores a pasteles y ricas bebidas. Por fin un día el hombre cuervo salió del bosque dirigiéndose a su casa dónde lo recibo su compañero y sus hijos por fin después de varios días todos podían estar tranquilos y por fin juntos felices esperando que nunca más vuelva a pasar ésto.
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geanycharpentier1 · 2 years
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Geany Charpentier ☄️
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baldwin2001 · 8 months
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La reina de su corazón.
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ESPAÑOL
— A lo lejos se puede ver el castillo, caballeros—Comunico fuertemente la pelirroja a sus soldados que se encontraban al tras suyo—. Justo a tiempo.
Surieth Sahar. Madre del reino de Aktakistán. A pesar de serlo desde hace poco tiempo después de la muerte de su padre, cuatro años, su pueblo y sus caballeros sienten un inmenso respeto por ella. En tan poco tiempo logro políticas públicas y económicas que favorecieron en gran medida a su gente.
Ahora se encontraba a punto de llegar a Jerusalén, muy al sur de su reino. Pero solo lo hacía por un propósito, su difunta madre era originaria de tierra santa, le había prometido mantener una buena relación con los cristianos a pesar de ser de religiones diferentes. Actualmente se encontraba en una situación delicada, el ejército de Saladino se había adueñado de gran parte de las tierras del este, logrando expulsar a los cruzados de ahí, así que se dirigía con sus mejores guerreros para poder recuperar las tierras perdidas y no puedan avanzar hacía la capital.
— Suri...—exclamo Sibila con una sonrisa al verla entrar al palacio con sus más importantes caballeros—. Bueno, más bien. Surieth Shahar, madre del reino de Aktakistán.
La pelirroja no pudo evitar soltar una pequeña carcajada, logrando asustar a sus guerreros, ya que escuchar su risa era algo inusual. Desde la muerte de sus padres su ánimo había caído por los suelos, y a las únicas personas que se mostraba un poco más afable era con los niños del pueblo.
— Deja a un lado las formalidades, y ven acá.— dijo Suri, extendiendo los brazos y haciendo un pequeño movimiento con los dedos.
A pesar de que hacer ese tipo de demostraciones estaba en contra de los modales que le habían enseñado, Sibila iba a hacer una excepción con su mejor amiga.
— No sabes cuánto he te extraño— murmuró en los brazos de Surieth.
— Yo también te he extrañado, Sibila.— contesto con una pequeña sonrisa.
— Todos en el palacio lo han hecho, incluso Bald...— fue interrumpida por su amiga.
— ¿Dónde está tu pequeño hijo? La última vez que lo vi me llegaba un poco arriba de la cintura— pregunto ignorando su comentario —. Seguramente ahora es todo un hombre.
— Si, ha crecido mucho desde la última vez que estuviste aquí — sonrió ante su comentario, tomó su mano y la jalo un poco hacia el palacio—. Pero ven, él te está esperando en el jardín, incluso preparo todo un banquete solo para ti.
— Oh, no era necesario.
— Suri, no seas modesta. Sé que no estás aquí por visita pero te lo mereces después de todo el recorrido que hiciste para llegar. — está vez tomó ambas manos mientras las acercaba a su pecho, otorgándole una sonrisa haciéndola caer en sus encantos.
— Está bien, Sibila.
Eso solo hizo que la sonrisa de la pelinegra aumentará, su hijo y ella la habían extrañado muchísimo. Y aún que no quería comentarlo, su hermano también.
Durante todo el banquete las risas no dejaron de escucharse en todo el jardín, Baldwin V se había convertido en un muchacho muy apuesto, y ahora la superaba en altura. Y en el primer momento en que lo vio por poco no lo reconocía pero él no la había olvidado, y no dudo en darle un fuerte abrazo. Mientras que a lo lejos los observaba Sibila con una sonrisa melancólica. Desde que era un niño logro entablar una linda amistad con la pelirroja y le alegraba que a pesar de los años, se mantenía.
Lo único que causó una gran incomodidad durante la comida fue sentir los intensos ojos azules del rey Baldwin IV sobre ella, pero no estaba solo, si no que a su lado se encontraba su esposa, era un poco raro, ya que él solía comer solo en su habitación, pero a decir verdad él no había logrado aguantar las ganas de verla después de tantos años, la extrañaba. Y como no, si ellos alguna vez fueron amantes, pero terminaron cuando ella se enteró que se debía de casar con una cristiana, y nunca podría estar al lado de una pagada como ella, o al menos no lo dejarían.
Ahora, varios años después, se reencuentran, ella sin ningún tipo de relación amorosa, centrandose en gobernar su reino en el norte, mientras que Baldwin llevaba casi cinco años casado con una joven mujer de la alta sociedad llamada Salomé, siendo hija de un duque del oeste. No obstante, a pesar de llevar tanto tiempo juntos, nunca se llevaron bien, él trata de llevar una buena relación con ella, pero por su carácter chocante, le es imposible.
Aún no tenían hijos, y Baldwin no los quería tener con ella, pero tenía la obligación darle un heredero a su pueblo, y se ha sentido presionado, ya que no han logrado concebir uno.
Ambos se encontraban en la biblioteca real hablando sobre las tácticas de guerra que realizarían durante su enfrentamiento con Saladino, con decenas de mapas y libros dispersos por la gran mesa, mientras que Surieth no paraba de hablar sobre la estrategia que haría con sus caballeros, Baldwin no dejaba de verla fijamente, seguía igual de bella como la última vez que la vio, solo que sin las lágrimas que caían por su ojos después de haberle partido el corazón, y haberle dicho que ya no podían estar juntos.
— Te extraño.
Pero ella lo ignora, se sentia mal pero era lo mejor.
— Suri...— la manera cariñosa en que lo llamaba, se quebró.
— Su majestad—dijo sin rodeos, y sin quitarle los ojos de encima —. He de informarle que es más importante la futura guerra con el sultán Saladino, que algo que ya quedó en el pasado.
— Para mí aún existe una oportunidad, Suri.— Hablo seguro de sus palabras.
— Pues para mí no.— dijo fríamente.
Ella ya no lo suportada, se dispuso a irse, donde fuera pero lejos de él, pero el la detuvo tomándola del brazo y acercándose peligrosamente a ella.
— Bésame— la retó sin dejar de mirarla a los ojos— ¿O acaso no besarías a un leproso?
— No— exclamó, dándole una mirada furiosa—, no besaría a un hombre casado... Va en contra de mi moral.
—Tienes razón— soltó una pequeña risilla de ingenuidad—, fue una osadía de mi parte.
— Por favor...— estuvo a punto de llamarlo por su nombre, "Baldwin" pero se arrepintió— su majestad. No haga esto aún peor, yo no vine por usted, si no cumplir la última voluntad de mi madre, a pesar de casarse con un hombre de diferente cultura que la llevó lejos de aquí, ella nunca dejo de tener a Jerusalén en su corazón.
— Lo entiendo...— bajo la mirada, sin tener la valentía de mirarla —. Perdí su corazón hace mucho tiempo.
— Fue en ese momento... cuando me dijo que no podía estar conmigo porque pensaba casarse con otra mujer, fue ahí— no lo miraba con enojo, si no con melancolía—. Pero eso no importa... Sigamos con la estrategia.
Él no dijo nada, por lo menos no sobre ese tema. Fue un tonto, lo que sintió y vivió con Surieth, no se comparan con nada, ni siquiera con los cinco años que ha pasado con Salomé, que más que un matrimonio, para él no ha sido más que un infierno.
Logrando arrpentirse de una sola cosa en su vida; de no haber luchado por el amor de Surieth.
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internod · 2 months
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SENDEROS DEL FESTIVAL / 22:43 AM - 20.03
PERSONAJES MENCIONADOS: BINNA (@binnas) / SAYURI (@sayuriiz)
Existe cierta elegancia oscura que sólo puede ser adoptada por los vástagos del Sabbat que cargan siglos sobre sus hombros. El poder que yace bajo sus venas es simplemente envidiable, y es por eso que sólo puedo observarlos desde las sombras. 
— Los chiquillos son la peor enfermedad de esta ciudad. No estoy tan seguro de que debamos aceptar que los acepten en otras manadas como si nada. 
No me duele escuchar la realidad. He pasado tantas décadas intentando adaptarme a líderes distintos, en dominios tan diferentes, que estoy acostumbrada a ser delegada a la peor de las bajezas de la sociedad. Un chiquillo sin guía. Quizás hay algo raro en mí, o aún simplemente nadie ha visto ese potencial que carga mi alma. 
 — Podemos hacer algo para eliminarlos. Después de todo, el Festival de los Muertos es la época ideal para quitarnos de encima a los debiluchos.
 — En cualquier otro momento le diría que sí, pero luego de lo que me encargaron para esas de allá, no estoy seguro de que nos deje en buena imágen con los líderes deshacernos de los chiquillos. ¿Sabe qué me pidieron?
Es fácil distinguir a la mujer de peluca rosa y su acompañante pelinegra, ocultas entre el follaje inmensamente maravilloso del Bentendo. ¿Debería ser más apático para las bellezas de la naturaleza, también? No lo sé, pero no dejaré que este pensamiento me distraiga. Quizás es este mi ticket de ida hacia un lugar mejor. 
— ¿Binna o Sayuri? ¿Qué pasa? 
— Supongo que no esperaban que los Independientes adquirieran tierras en este nuevo dominio deshaciéndose de sus pertenencias. No lo hubiera imaginado hasta que recordé lo rica que es la vitae por aquí. Al parecer, no están muy contentas con los ideales de quienes mantienen viva la ciudad. ¡Já! Qué descaro.
— Pf. ¿Ve lo que le digo? A muchos les cuesta desarraigarse de su humanidad. 
— En fin… por alguna razón no quieren que se vayan, así que mi tarea es mantenerlas cerca hasta que alguno de los Priscus esté disponible como para leerles la letra fina sobre lo que es ser una Lasombra. Todo un drama para castigar a unas chiquillas cuando podrían hacerlo más sencillo. 
— Algo tendrán, entonces. ¿Conoce a sus sires?
— Sólo sé que una de ellas quería matar a la suya. Como una de esas Assamita. Quizá Hinata tenía razón en prohibir el abrazo en la ciudad.
— No diga estupideces.
𝐀𝐂𝐋𝐀𝐑𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐎𝐎𝐂.
⦾ Los sucesos narrados son de conocimiento público IC. Quien quiera jugar con esta información, puede hacerlo de la manera que mejor le sienta: adoptando las características de quien presenta esta narración, acomodando a sus personajes para que hayan sido ellos quienes también oyeron los pedazos cruciales de la información, o simplemente aceptando la información como si proviniera de una fuente externa. 
⦾ El o los usuaries de los personajes mencionados pueden utilizar esta información de forma directa o indirecta para incluirlo en sus convos, si así gustan.  
⦾ Cualquier consulta, les recordamos que estamos a su disposición y a tan solo un mensaje de distancia.
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orchidcovs · 3 months
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 ♡ ; Phoebe Elliot ( @euphememoon ) send: “Just because you’ve got the emotional range of a teaspoon…”
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Ladeo la cabeza ante las palabras de la blonda. "¿se supone que eso es un insulto?" cuestiono la serpiente. "porque no mejor, por tu bien te largas de una buena vez" poco a poco la pelinegra se acercaba mas a la muchacha. "me das asco" escupio aquellas tres palabras en la cara de la hufflepuff.
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amy2353 · 7 months
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poisonlove · 1 year
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—Nuevos sentimientos; Wednesday Addams (P.1)
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Y/N es una nueva estudiante de la academia Nunca más y tendrá que lidiar con una estudiante muy particular, una Addams. Por cuanto sea complicado... te gusta el desafío, así que harás lo posible para ser su amiga.
Miércoles es estresada por tu continuos avance para instaurar una amistad... pero también si no lo hace ver... está apreciando tus intentos y nuevas sensaciones salen al flote.
Wednesday Addams x reader
Cerré los ojos y di un gran suspiro.
Había llegado a la academia "Nunca más" a menos de cinco minutos y ya estaba estresada por la interminable charla de la directora. Sí, la academia es reconocida y bla, bla, bla.
Todo muy bonito.
—bueno señorita... me pilló desprevenida su llamada en el último segundo, no tenemos más habitaciones... así que tendrá que compartirla con alguien- me hizo una leve sonrisa.
— Sí... ok— dije con aburrimiento.
Traté de no volver la vista atrás por la molestia y solo le devolví la sonrisa.
La rubia dio dos pasos hacia una puerta de madera y me la abrió.— bienvenida al Ophelia hall... si me necesitas... ya sabes dónde encontrarme— la directora Weems  me dio un apretón en el hombro y se dio la vuelta alejándose.
Me sorprendì...
una confusión de colores mató mis iris. Había una cinta que dividía perfectamente la habitación en dos partes. Un lado era terriblemente negro y macabro, el otro era una monstruosidad de colores.
Reprimo las ganas de vomitar.
En medio de la habitación también había dos chicas en una pelea.
—apaga esta música horrible, es hora de mi escritura — dice la chica más bajita, mirando con ojos inquisitivos a la rubia frente a ella.
Llevaba un uniforme gris-negro, como el resto de su habitación. Su cabello estaba recogido en dos trenzas perfectamente alineadas que caían con gracia sobre sus hombros, su piel estaba muy pálida, casi como si hubiera muerto. Por lo que puedo ver... sus labios estaban apretados.
Ella no mostró ninguna emoción.
La otra  era notablemente más alta, uniforme azul-negro y cabello rubio con sombras de dos colores diferentes. Ella literalmente mostró sus uñas para protegerse. —este gatito tiene garras y no tiene miedo de usarlas—dice con un dedo de desafío la rubia.
— apaga esta cosa— repite la pelinegra.
—Hago lo que quiero, después de todo es mucho mejor Taylor Swift que el solo de violonchelo que haces todas las noches— responde con veneno.
Decido intervenir.
—No estoy de acuerdo— digo dejando mis maletas en el suelo.
Ambas se volvieron hacia mí. Los ojos marrones se cruzan con los míos y una leve sonrisa se extiende sobre sus labios, que vuelve a reemplazar inmediatamente con una mirada más oscura. Ojos azules  se iluminaron al verme y una sonrisa se extiende sobre sus labios.
— Detesto a Taylor Swith- Confesé y la más bajita miró a la chica con desdén. La rubia resopla y apaga la música.
—sin embargo soy T/N— agrego, acercándome y aceptando la mano de la rubia.
—Enid Sinclair— responde.
Observé a la chica de cabello oscuro que me había dado la espalda, caminar hacia su escritorio.
—Lo siento—le susurré a Enid y rompí el contacto entre nuestras manos, caminando hacia el centro de su compañera de cuarto. Puse un pie fuera de la línea y un crujido hizo que la chica se quedara quieta. —Para, si quieres vivir- dice con voz fría, poniendo una mano en la silla. —No escucharla ella siempre está...- comienza Enid pero no la hice continuar—¿y si no quería?- pregunté.
Caminé y me acerqué más a ella, de repente se volvió hacia mí, mirándome seriamente. —T/N- repetí y ella sigue mirándome sin pestañear. Me acerqué peligrosamente a ella y me miró sin mover un músculo.
—Things, creo que deberíamos enterrarla antes de lo esperado— dice Enid.
Nuestros rostros estaban muy cerca y le dediqué una leve sonrisa, ella me miró con curiosidad. Sorprendentemente ella aparta la mirada con sus mejillas enrojecidas.—Miércoles Addams, ahora si no te importa, apártate de mi camino- susurra suavemente, con voz autoritaria. Se vuelve completamente hacia el escritorio y se sienta, comenzando a manipular la máquina de escribir.
—increíble...- susurré
—No puedo creer que no te haya matado por invadir no solo su habitación, sino también su espacio vital— dice boquiabierta la rubia.
—No te ilusiones Enid, solo quería ser... Amable —dice casi con disgusto esta última palabra.
—Ahora cállate antes de que empiece a pensar en quitarte el privilegio de hablar— dice casualmente, enfocada en el papel frente a ella.
—Ha vuelto— Enid se ríe
.—T/N ¿quieres echar un vistazo a la escuela?— sugiere Enid.
—Ya vi suficiente... pero ok- sonrió y me acerque a la rubia — Quiero evitar que me maten... sobre todo porque tendré que acostarme con Wednesday- dije apresuradamente casi corriendo.
Enid se ríe y Miércoles se congela en el acto, congelada por mis palabras.
(...)
—tus amigos son realmente... particulares-dije con una media sonrisa.
Enid y yo caminábamos por los pasillos del Nevermore. La rubia me había presentado a su círculo de amigos y exploramos los jardines de esta escuela. Tuve una linda tarde en realidad, pero se estaba haciendo tarde y era hora de regresar a mi habitación.
—son solo idiotas- responde Enid, gesticulando.
—Ajax eh?- Pregunto con malicia, levantando las cejas consciente del enamoramiento de Enid por este chico.
—Cállate— murmura débilmente, sonrojándose. La rubia acelera el paso y entra en la habitación tratando de esquivar mis preguntas
.Me reí y la seguì.
—Vamos… dime- murmuro con voz de niña de 5 años.  —¿Decir qué?- intervino de repente  Miércoles. Giré hacia el lado derecho de la habitación y sonreí cuando vi la imagen de la pequeña Addams.
—Addyyy, terminaste de escribir por lo que veo— dije con un dedo de felicidad.La llamada en cuestión frunce el ceño confundida.—¿Addy?- repite ella. 
—un apodo… ¿no te gusta?-pregunté curiosa, inclinando la cabeza hacia un lado. —Lo odio- dice fríamente, mirándome sin pestañear. —Ahora dime lo que querías saber de Enid- repite, cruzando los brazos sobre su pecho.
—No importa Miércoles, es cosa nuestra— Interviene la Rubia, deslizándose bajo las sábanas. Ella bosteza levemente.
Mira, ya lleva pijama.
Miércoles no dijo nada y simplemente se acercó a su cama y se sentó en ella.
—T/N ¿quieres dormir aquí?- propone Enid, apoyando los codos en la cama, mirándome con ojos cansados.—Ella no lo necesita, dormirá conmigo—responde Addams distraídamente mientras se desliza bajo las sábanas. —Escuchaste la jefa– Bromeo mientras caminaba hacia la maleta que me habían movido al lado de la cama. 
Me quité la camisa y me quité los pantalones.
—¿Qué… qué haces?— pregunta tímidamente Miércoles. Saqué la camisa de la maleta y miré a  Addams. Sus ojos recorrieron mi cuerpo, deteniéndose  por unos segundos en mi estómago.
— ¿Me estoy poniendo el pijama?- Respondí obvio. Ella parpadea y me mira de nuevo.
 —ok- respondió ella con frialdad, pero sus mejillas sonrojadas me hicieron sonreír levemente por ternura.
Me puse el pijama y me acosté junto a la figura de Addams, había un espacio notable entre nuestros cuerpos.
— buenas noches Miércoles, noche T/N- dijo Enid apagando la luz.—noche Wolf, noche Addy— respondí.
— No me llames Addy si quieres tener todos tus dedos en su lugar- respondió  Miércoles antes de darse la vuelta y darme la espalda.
—buenas noches a ti también…- balbuceo entre yo y yo
◇◇◇
un leve apretón en mi costado me hizo abrir los ojos, la oscuridad rodeaba la habitación y un inquietante silencio reinaba entre las paredes de la academia. Lentamente miré hacia abajo e inevitablemente una sonrisa apareció en mi rostro. Frente a mí estaba la imagen de Miércoles abrazándome, era jodidamente adorable.
 Los brazos de Addams estaban sobre mi estómago, su cabeza descansaba contra mi pecho y suspiros salían de sus labios, haciéndome temblar levemente.
{si me muevo y la despierto... seguramente me matará}
Me quedé quieto en mi lugar y cerré los ojos de nuevo, relajándome en los brazos de la pequeña Addams.
◇◇◇
Mi cuerpo se derrumbó contra algo duro y frío, un dolor desagradable pinchó mi espalda y mi respiración se atascó en mi garganta por unas milésimas de segundo. 
— pero qué…- Estoy arrastrando las palabras, abriendo su boca, tratando de obtener la mayor cantidad de oxígeno posible. Mis ojos se movieron hacia la figura de Addams mirándome ligeramente divertida desde el borde de la cama.
—Addams- murmuro entre dientes, mirando con enojo la responsable. Cerré los ojos y comencé a respirar lentamente, tratando de calmarme y evitar provocar una tormenta cinética.
 —¿Por qué me tiraste de la cama?- Pregunté lentamente, frotándome el codo tratando de aliviar el dolor.—Me abrazaste esta noche, tienes suerte de que te he empujado en lugar de infligirte un dolor atroz— dice fríamente, levantándose de la cama.
—¡No te abracé! Fuiste tú quien lo hizo- dije mientras me levantaba del suelo. 
—No- responde ella simplemente, mirándome sin pestañear.
—Aparentemente, eras tú quien necesitaba recibir cariño— respondí, señalando con mi dedo el uniforme apoyado en la silla, haciéndolo levitar en mi dirección.
—No necesito cariño, odio el contacto físico y a toda la humanidad… y sobre todo no te necesito a ti- afirma y se dirige al escritorio.
—Cállate Things …- susurra y agarra la chaqueta.
—¿Enid?- Pregunté mirando hacia el lado izquierdo de la habitación, buscando a la melena de la chica lobo.
— Ya salió- dijo Miércoles llevándose la mochila al hombro.
—perfecto- respondí dirigiéndome al baño, preparándome para la clase.
(...)
—¿Puedes creer que Addams me tiró de la cama esta mañana?- le pregunté a Xavier.
El artista sonrió burlonamente mientras golpeaba el escritorio con el bolígrafo.
Estábamos en el invernadero asistiendo a una lección de la profesora Thornill y para la ocasión decidí sentarme al lado de Xavier, aún estaba enojada con Miércoles y no tenía intención de dirigir la palabra al menos por hoy… Además, ella no parecía estar interesada en hablar conmigo. Miré el perfil de Addy… ojos de carbón dirigidos hacia sus notas, niego con la cabeza desconsolada.
— En realidad, no me sorprende… pero me sorprende que no te haya sacado ningún órgano ni cortado algunos dedos- sonríe mientras se concentra en escribir algo en el papel.
Miré mis notas y no había escrito absolutamente nada…
— Diablos…- susurré, apoyando mi cabeza en mi mano.
—¿Qué sucede?- Miércoles se voltea y mira en mi dirección. Sus ojos miraron los míos con indiferencia.
—no apunté nada… —afirmé con tristeza.— esto es porque te has limitado a hablar todo el tiempo- respondió monótonamente, mirando mi hoja completamente blanca.
— no me digas…- susurré burlonamente, como respuesta Miércoles puso sus ojos en blanco. Se volvió de nuevo, dandome las espaldas.
—bueno chicos… la lección terminó… pueden irse- dijo Thornill con voz aguda, sonriendo a sus alumnos.
Me levanté de la silla… Tomé la bolsa, pero unas hojas perfectamente alineadas en la esquina de mi escritorio me hhicieron congelar en el lugar. Miré hacia arriba y vi a Miércoles Addams observándome.
—estos son…- tomo las notas desde el banco e inevitablemente sonrío al ver una letra perfectamente ordenada e impecable. —No te hagas ilusiones… simplemente estuviste patética con esa mirada abatida- respondió ella con frialdad.
Sus palabras no me dolieron ni por un segundo, encontré el gesto jodidamente adorable de Miércoles. La chica voltea la mirada molesta y camina rápidamente hacia la salida del invernadero, al ver su sonrisa le había provocado una extraña y molesta sensación en la boca del estómago.
Como si las arañas tejieran telarañas por dentro.
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