Happy 64th, Toni Servillo.
Paolo Sorrentino’s The Great Beauty (2013).
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#51 El hombre del laberinto
Samantha Andretti desaparece cuando tenía 13 años y nadie sabe donde está, esto ha sido así durante 15 años hasta que un día aparece en el bosque. Está aturdida, no reconoce nada y tiene la pierna rota.
El detective privado Bruno Genko (Toni Servillo) fue contratado por los padres de Samantha para encontrarla, pero él estaba convencido de que era una perdida de tiempo, por lo que ni pone empeño ni ganas en encontrarla, por ello se sorprende tanto cuando aparece y, sin ir a visitarla, decide investigar como es posible que haya sobrevivido todo este tiempo.
El Doctor Green, un especialista en perfiles criminales, está con Samantha en la habitación del hospital, desde allí, él también inicia una investigación para poder descifrar quien es el hombre que la secuestra, dejando que se Genko quien investigue a pie de calle, recorriendo la ciudad.
Samantha sabe que algo va mal, no logra concentrarse ni sentirse del todo a salvo, y al Doctor Green, lejos de preocuparle, tiene una actitud algo pasivo-agresiva con ella.
Por otro lado, cuando Genko va a la sección de desaparecidos en busca de información, el investigador que hay allí le dice que de normal suelen ser dos, pero que su compañera ha salido a investigar un caso y todavía no ha vuelto, pero que todavía no están especialmente preocupados, ya que suele ocurrir.
El testigo que se encuentra a Samantha en el bosque identifica a un hombre con cabeza de conejo como el responsable que perseguía a la chica hasta que él llegó, y ese es el hilo del que empieza a tirar el detective privado para sacar información y que lo lleva a una granja donde una señora en muletas le deja inconsciente de un golpe. Cuando logra escapar por los pelos ve al hombre con cabeza de conejo mientras huye en su coche y sabe que es a ese tal Robin al que tienen que investigar, pero la policía encargada del caso, lo da por resuelto solo con la aparición de Samantha.
Genko se toma en serio este caso tanto tiempo después porque está desahuciado por los médicos y quiere darle un punto y final justo a la unica investigación por desaparición que ha llevado en su vida, así que sigue tirando del hilo de Bunny para dar con él, pero sospecha que se trata de una trama mucho más compleja que un niño en una casa de acogida que se vuelve un perturbado.
Samantha relata a Green que estuvo encerrada en un laberinto donde debía de resolver puzzles para ganarse el agua, la comida, una cama o la vida... Green no cree que ese laberinto exista, sino, que las drogas psicotrópicas han roto el cerebro de la chica y es incapaz de ubicarse correctamente con los acontecimientos que le ocurren.
Es aquí cuando la historia se bifurca entre Bunny y la verdadera Samantha, las historias ya no están hiladas entre presente y pasado, sino, que son dos historias independientes que tienen lugar en el mismo tiempo espacio. Por un lado, la joven Samantha en estado catatónico en el hospital con la misma edad que desapareció, por otro lado, la investigadora de personas desaparecidas que le han intentado implantar recuerdos que no son suyos.
"Entiendes que en realidad Green y Genko jamás han estado juntos en la misma habitación, que no te puedes fiar de los recuerdos de Samantha, que nada es lo que parece. Película entretenida con demasiados giros que te hacen sentirte algo perdid@ cuando llega el final."
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