Tumgik
#Sucesos
past-events · 27 days
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Y en alguna de esas albas inimaginables, alguno de esos instantes, alguna de esas miradas llenas de amor; se nos pudo haber ido la vida pero... No quisiste.
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jhonba99 · 20 days
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Llegas con sigilo y arrebatas almas para dar paso a nuevas existencias; dejas tristeza para llenar de felicidad a otros corazones; dejas remordimiento en unos y tranquilidad en otros. Oh muerte; cruel, dulce, inquietante, majestuosa. Oh muerte! Sublime y perfecta muerte.
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fadeed06 · 6 months
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Lo que acontece es lo que debe suceder
Las manifestaciones del ser.
Jacobo Grinberg.
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Qué guapa estás cuando no te das por vencida. Cuando te quitas los miedos y te dejas llevar. Qué guapa estás cuando dejas atrás lo que pasó...para centrarte en lo que está pasando. Cuando te haces valer...y no dejas que te quieran menos de lo que mereces. Qué guapa estás cuando sueñas y sales ahí fuera a cumplir tus sueños. Cuando sabes que no existe nada imposible. Qué guapa estás cuando eres fuerte.
Pura maldad ❄️
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solxs · 1 year
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Es cierto, fuimos al mismo colegio durante quizás 11 años… pero, eso no significa que actualmente te tenga que saludar “por educación” cuando nos miremos en la calle. Educación debiste de tener antes, cuando lastimabas a los demás, sin pensar en cómo se sentían.
Lumiusier
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el-diablo-espacial · 9 months
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Solo mírate, alterando el tiempo y el espacio por un evento que no va a suceder...🍃☄️
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munozsotocami2012 · 1 year
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El aislamiento, el dolor corporal, el peso en mi espalda, la angustia en mi pecho y el "hueso de pollo" atorado en mi garganta no me dejan vivir con tranquilidad.
Intento distraer mi mente para no pensar en los últimos acontecimientos, pero es imposible.
Mi cabeza da vueltas en lo idiota e ingenua que soy, creer en alguien que siempre me hizo daño, entregarme a quien jamás me respeto ni como mujer ni como persona me hace perpetuar esta historia de nunca acabar.
Guardar mi celular donde antes ya me lo habían robado me hace sentir estúpida, confiar en que no me volvería a pasar me parece patético e iluso, darme cuenta tarde de que alguien se lo llevó sin mi consentimiento me dejó con ese sentimiento de que no he aprendido nada, esa vulnerabilidad y miedo es palpable, inevitable.
Ese mismo día cumplí mi cita con el dentista, a pesar de todo fui y me sacaron las muelas del juicio, fue tan doloroso y desgarrador, jamás me ha gustado ir, pero esperé tanto por esa cirugía que me obligué a ir, mientras el doctor me inyectaba la anestesia lloré y no sé si fue solamente por el dolor de cada pinchazo o por todo.
Todos estos días sin celular me han llevado a centrarme más en mí y en mis dolores físicos y mentales, tengo la certeza de que necesito ir a terapía, ya no sé cómo sobre llevar tanta pena, tanto engaño, tanta frustración.
La muerte y la desahuciada vida de quienes he admirado toda mi vida, me respiran en la nuca, las siento a cualquier hora del día, tengo miedo y le ruego al cielo que cure mis heridas para poder sobrellevar este peso.
Tomar la decisión de dejar ir a quien deseo y quiero me hace cuestionarme si estoy haciendo lo correcto, ya no soporto su ausencia, su indiferencia, su falta de interés por saber de mí, intento dejar atrás su recuerdo que me martiriza cada segundo del día, aunque mi cuerpo y mi corazón lo llame, no lo haré.
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altvirs · 2 years
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—    SESIÓN  #  1.
* TW: mención de maltrato infantil, mención de violencia, sangre.  
* CW: mención de trastornos psiquiátricos.
—¿No te importa si pongo un poco de música, cierto? Es para hacer más amena nuestra reunión. —Dijo ella, esbozando una sonrisa.
Alzando la mirada, el pequeño niño contempló en silencio a la mujer que entraba en aquella habitación blanca. se mantuvo en una pose inmaculada sobre la silla, manitos apoyadas sobre sus rodillas mientras sus piernas se balanceaban, cediendo a una inercia que las conducía al frente y luego hacia atrás. Luego, negó con la cabeza.
—No. —Y después de responderle, empezó a tontear con un resto de piel seca que sobresalía de su índice. La mujer asintió, y presionando el botón de play, optó por tomar asiento frente a él; portapapeles reposando en su regazo.
—Muy bien, veamos. me presento, soy la dra. Sonya Connors, y estaré encargándome de ti a partir de ahora. —Emprendió con cortesía, incluso si no obtuvo la atención de su acompañante. En lugar de eso, este pareció más entretenido jugando con esa hilacha de dermis.  —Dime, ¿ya has comenzado a acostumbrarte al sitio? La señorita Lynch me ha dicho que no has estado comiendo bien…
—No me gustó mi habitación. —Reclamó él en el acto, frunciendo los labios. Su ceño se arrugó un poquito, como si así pudiese evidenciar de forma más precisa su disconformidad. 
Connors parpadeó, con un rastro de sorpresa. —¿En serio? ¿Por qué? ¿Qué tiene la habitación?
Él emitió un suave mmmm, pensativo. Entonces, hizo un gesto con sus pequeños brazos.
—Es muy pequeña.
Como si se tratase de un dato interesante, ella anotó esa información.
—¿No te agradan los espacios pequeños? 
—Ni estar encerrado. —Se apresuró en agregar, con la mirada fija sobre el suelo. —Quiero salir, pero la gente de blanco que camina por los pasillos no me deja. Mantienen la puerta cerrada, y tengo que pedirles permiso para ir al baño. Siempre me acompañan, y no me gusta. ¿Por qué tienen que ir conmigo todo el tiempo?
Con cierta estupefacción, la doctora no tardó en mirarlo con gentileza.  —Son las normas del hospital, me temo.
—No me gusta el hospital. —Afirmó él. Un puchero apareció en su boca diminuta, en lo que volvía a bajar la cabeza.  —¿Por qué estoy en el hospital? No estoy enfermo, me siento bien.
Sin poder ofrecerle una solución al respecto, Connors intentó desviar el tema hacia aquello que le interesaba. Él, sin embargo, todavía parecía poco convencido.
—¿Puedes contarme por qué no te gustan las habitaciones pequeñas? Incluso si no hay nada que pueda hacer para evitar el encierro, quizás podamos encontrarte una que sí sea más agradable, ¿no te parece? —Ofreció ella, con un tono de voz sosegado, la mirada fija en esa diminuta figura.
Él volvió a quedarse callado. Pronto, el tonteo de su uña sobre esa piel sobresaliente acabó dejando una herida diminuta, donde apareció una gota de sangre.
—Mamá me dejaba en el armario todo el día cuando era un niño malo... Cuando no le hacía caso. —Entonces, alzando los ojitos de vuelta hacia la mujer, ladeó el rostro hacia un costado.  —¿Estoy siendo castigado, doctora? —Preguntó de repente, pellizcándose la piel de las rodillas. —¿Por eso ese señor y esa señora me dejaron aquí solo? ¿Por eso me encierran? 
Con cierta angustia, los ojitos del niño brillaron aguardando por una respuesta. En un principio, Connors dudó por un momento, sopesando sus palabras cuidadosamente. Luego, negó con la cabeza, aproximándose para ofrecerle una suerte de consuelo.
—No, claro que no. No es un castigo en absoluto. —Intentó convencerle, con una expresión suave. —Estás aquí porque han pasado algunas cosas malas, ¿no es así? —Y dicho eso, acomodó su espalda en el respaldo del asiento. — Queremos ayudarte. A ti, y a tus padres, que están muy preocupados por ti. 
—¿Es porque le hice eso a Andy? —Pregunta de repente, sus dedos comenzando a jugar con el borde de su camisa, la misma manchándose con aquella gotita carmesí de su dedo.  —Yo no quería hacerlo. De verdad no quería, pero él me molestaba siempre… ¿O por lo del cabello de Nancy? Yo no quería, doctora. Le prometo que no. Yo me porto bien, me porto bien. 
—Claro que no, cariño. —Contestó ella. —Pero lo que está pasando no es bueno. Lo sabes, ¿verdad?
El infante se quedó en silencio.
—¿Tu madre te castigaba a menudo? —Intentó ella de vuelta.
—Cuando era un niño malo. 
—¿Como era tu relación con mamá? —Insistió, rebuscando en aquella información que ella ya manejaba perfectamente. Sin embargo, no era suficiente. Debía escucharlo de él.
—Mamá es muy buena. —Comenzó él entonces. De pronto arregló su postura de nuevo, sonrió, y como si se tratase de un gesto automático, habló con la misma voz de un robot que recitaba un mantra.  —Todos los días me hace tres comidas al día. Siempre calienta leche muy temprano para darme desayuno. Como trabaja mucho, no siempre puede hacerme el almuerzo, así que siempre me da dinero para que pueda comprarme algo. En la cena, como está ella, comemos comida deliciosa todo el tiempo. Ella es muy, muy buena. Me cuida cuando estoy enfermo, me baña, me peina. Me compra ropa cómoda, y me regala los juguetes que quiero. Me dice que me quiere todo el tiempo, y somos muy cercanos. Ella nunca me regaña. Quiero mucho a mamá.
Cuando concluyó la descripción, algo en el gesto de Connors pareció contrariado. 
—Pero si mamá es tan buena contigo, ¿por qué te encierra cuando eres un mal niño? 
Un silencio sepulcral se cernió en la sala apenas esa pregunta terminó de ser formulada. Y luego de oírla, el pequeño permaneció callado, sus pupilas viajando en distintas direcciones como si estuviese buscando ayuda. 
Ayuda de alguien.
Ayuda por una respuesta que no tiene.
—¿Cuanto tiempo te encerraba mamá en el armario?
—Todo el día. Lo abría de noche. 
¡Qué bien! Esa pregunta sí podía responderla.
—¿Cuánto espacio tenía el armario?
—Como esto,—Le explica él, manitos tratando de formar un muro que apenas se cernía a un par de centímetros de su propio rostro. Un espacio pequeñísimo. Luego, siguió balanceándose en el asiento.
Al entender la dimensión del asunto, la doctora frunció el ceño en el acto. El lápiz volvió a transcribir un par de notas sobre el papel blanco, y luego, se detuvo para mirarlo con una seriedad que lo hizo sentir atemorizado. Por eso, se balanceó incluso más rápido.
—Si tu madre te daba tres comidas al día, entonces, ¿Por qué te encontraron desmayado en una ocasión? Dijeron que estabas muy delgado… ¿Qué pasó ese día?
La pregunta fue tan filosa, que ese niño fue incapaz de reaccionar enseguida. Su cuerpo se congeló, presa de la inquietud que invadía su sistema. 
Recordar esa tarde siempre dolía.
(Fue el día que perdió a mamá). 
—¿Qué pasó? —Insistió ella.
Pero aún no había respuesta.
—¿Puedes decirme lo que pasó?
Dolía mucho. Tanto, que tuvo que mirar sus pequeñas manos, encontrándose directamente con las marcas que mamá había dejado. Su estómago dolió enseguida, y tuvo que encogerse para sostenerlo, empezando a temblar. Dolía mucho. Dolía mucho. Quería vomitar. 
—¿No me dirás lo que pasó?
Pero el dolor seguía, y ahí, es que su mente terminó resquebrajándose, justo como los vidrios del espejo de ese pequeño apartamento en el que vivía con su madre. El que se rompió cuando ella lo empujó contra este, causándole pequeñas heridas con los fragmentos. Y así, de pronto, se siente igual que aquella ocasión en que pasó esa cosa mala en la escuela. La cosa por la cual había quedado ahí encerrado.
Rememorarlo es suficiente como para que la primera reacción que tenga sea tirarse al suelo mientras sus puñitos colisionan contra su cabeza, en un movimiento descontrolado. —¡No, no quiero, no quiero!  ¡No quiero, no quiero, no quiero, no quiero! ¡No quiero, no quiero, no quiero, no quiero! ¡No quiero, no quiero, no quiero, no quiero! ¡No quiero! ¡Déjame! ¡No quiero!
Al presenciar esa reacción, Connors consiguió entenderlo. 
                                                                .  .  . 
—¿Cómo está?  —Preguntó la doctora, apenas la enfermera ingresó a su oficina. 
—Profundamente dormido. La medicación le hizo efecto. 
—Aun es inestable, —Acabó comentando Connors, acomodándose en su silla con un suspiro.  —Fue mi culpa, de todos modos. Indague demasiado a fondo muy pronto. —Luego, con un movimiento de su mano, sostuvo la carpeta que resguardaba una seguidilla de documentos en ella. Allí, podía verse impreso el nombre y fotografía del mismo niño que había atendido esa tarde y cuya sesión terminó con un ataque de ira y la contención por parte de dos enfermeros. 
—Bueno, es un caso complicado. Aun no logramos que coma apropiadamente… Parece que le molesta ser observado.  —Puntualizó la enfermera. 
—Lo más probable es que su estadía en esta clínica sea más larga de lo esperado. —Afirmó la doctora. Luego dio vuelta una hoja, releyendo lo expuesto. —Cuando supe sus antecedentes, me sorprendió ver que un niño que había sido adoptado por una familia tan distinguida como esa presentara todos estos síntomas. Pero ahora que hablé con él, creo que lo entiendo mejor.
—¿No ingresó aquí por un trastorno de conducta?
—Efectivamente. Este niño… —Procedió la mujer, con la mirada aun fija en la información impresa. —Tiene serios problemas de descontrol de impulsos, y además, está empezando a presentar rasgos sociopáticos. —Con cansancio, la doctora alzó su mano, masajeando sus sienes.  —Está claro que haber vivido en un hogar abusivo durante las etapas decisivas de su crecimiento ya tuvo consecuencias muy severas en su forma de desenvolverse a nivel social. Será un tratamiento largo y difícil, estimo que nos tomará más de un año. Tendré que hablar con sus padres.
—Incluso siendo adoptado, no es como si los traumas de la infancia pudiesen desaparecer solo con amor y cariño. —Concluyó Lynch, con una voz suave pero decisiva. 
Connors asintió, dejando la carpeta a un lado. —Hablamos de un niño que le enterró un lápiz en la mano a un compañero cuando este quiso robarlo, y tijereteó el cabello de una niña cuando ella se burló de él. Sus padres adoptivos recibieron un ultimátum de la escuela por su mal comportamiento. No solo eso, empujar a un compañero de la escalera… Incluso si fue en circunstancias donde le provocaron, es evidente que algo no está bien. 
Dicho eso, Connors se levantó de su asiento. 
—Avísame cuando despierte. Creo que sé como debemos proceder con él. 
La enfermera asintió, mientras la doctora se acercó a la puerta para retirarse.
—Ah, ¿Y Lynch? —Le llamó, obteniendo la atención de la misma en el acto. —Cambien su habitación. Quiero que le dejen la del ala oeste, que es mucho más espaciosa. También, dejen su puerta destrabada, y solo hagan vigilancia. ¿Entendido?
Sorprendida, la mujer asintió. —¿Por qué, aun así?
—Porque no quiero que vea este sitio como otro castigo. 
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sobreritoverde · 2 years
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El Viajero de la Tundra
El páramo Blanco 1/2
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—Oye, Henry, nos están persiguiendo.
—Sí —Jadeó Henry entre cánticos aullidos situados en las montañas mientras se ayudaba a caminar torpemente con su vara en la nieve— ,han de tener mucha hambre...
—Henry... En estos últimos días no hemos visto ni siquiera una sola huella de conejo —añadí esperando obtener un tono de preocupación o miedo en él, más solo tiró sus cosas a un árbol y cansado se desplomó en él también.
Nosotros debíamos de llevar un cadáver que tenía que ser repatriado a un país lejano, sí, éste es un cadáver de una persona de un estrato social muy elevada, tanto en vida, y en muerto lo llevan en carroza, solo que está vez son siete perros de raza dudosa de siberiano, en vez de caballos, como si fuera entrega, sellado en una caja de madera astillosa en lugar de féretro. Aunque tampoco debería de hablar tan mal de esta, pues si está tan mal el trineo de Henry aún así es por ella que tengo un trabajo ahora. Aunque no estaría tan mal lijarlo alguna vez, ya mi mano tiene tantas astillas que pronto me volveré inmune a su picadura.
—Oye Henry ¿Cuántos perros teníamos?
—Seis, por supuesto que seis, has caminado todo el día detrás de ellos como pastor de oveja, y no te haz dado cuenta.
—¡¿Seis?! No, eso no puede ser.
—¡Claro que sí! ¡Seis! ¡¿No me digas que uno se perdió?! ¡Ahí sí no se que te hago Bill! —se paró estrepitosamente de la fogata para contarlos— .Uno, dos, tres… ¡Están los seis! ¿No sabes contar?
—Por supuesto que lo sé, pero había siete comiendo pescado, saqué seis de la bolsa, y justo me faltaba un perro y tuve que sacar uno extra
—¡Ah! ¡Idiota! ¡¿Un perro te ha engañado?! ¡Debemos cuidar las provisiones! —prosiguió diciendo…
—Ya... Yo, yo también pensé que sería algo como una ilusión mía, pero como ví huellas alejándose cuando las conté, pensé... Bueno no es como si no tuviera en cuenta que de por si, los perros son muy alborotadores al andar, pero...
—Bill... —me interrumpió volviendo a su fogata sin mirar con un tono de incredulidad dando a entender que quería que cortará con mi especulación.
Un coro de aullidos saludó a la Luna en algún lugar...
—creo que podrían ser ellos, están muy cerca.
—Tómate ésto mejor y duerme —Henry extendió su brazo para compartir la bebida.
—¿pienso mucho sabes?, En el ataúd. —dije señalando al pobre Lord Alfred —¿Quién rayos vendría hasta el fin del mundo dejado por la mano de Dios?
—Bueno, habría venido por las minas ¿No?
—SÍ, pero, aún así, ¿no es un Lord? o ¿algo por el estilo?no le faltaría preocuparse por comida o ropa, no puedo entenderlo... Venir hasta acá...
—Además el infeliz murió por una enfermedad, ashís, y un chao se escuchó ahí mismo.
—Cierto, si se hubiera quedado en casa, habría llevado una vida llena de lujos y larga…
Nuevamente un aullido sonó a lo lejos.
—Son muchos, se ve que tienen hambre…
—¡¿les pego un tiro?! pregunté sacando la escopeta.
—No, espera, ¿cuántas balas tienes?
—... Tres
—Déjalo, vamos a dormir, cuando las balas se acaben, también se terminará nuestra suerte, solo échale más leña al fuego…
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En la mañana siguiente ladridos y gruñidos hicieron de despertador para nuestros oidos.
—¡¡Tú!! ¡¡Canalla!! —Henrry echó una de las leñas que aún tenía fuego a un lobo que se había acercado mucho a nosotros
—Esa cosa no sabe dónde es su lugar —dijo molesto mientras echaba más leña al fuego y yo me dirigía a ordenar las cosas.
—...Henry. ¡¿Cuántos perros
tenemos? N
—¡Seis! —gruñó— .Ya basta de contar siete Bill.
—N...No... Ha... ¡Hay cinco! ¡Tenemos solo cinco perros!!
—¿Que?... Eso no... no puede ser, falta fatty
—Seguro se lo comieron antes de que pueda abrir la boca.
—No seas estúpido —Henry empezó a silbar a la nada
Por supuesto aquel silbido nunca fue respondido.
Yo y Henry nos preguntamos todo el camino que rayos lo había alejado o que criatura entre los lobos había hecho aquella cosa sin despertarnos.
Cómo sea teníamos que seguir la ruta de entrega, ya a pocas noches de la llegada a un pueblo.
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Este relato narra a partir de un manga con el mismo título, que a la vez es una reconstrucción de la primera parte de Colmillo Blanco de Jack London. Es la supervivencia del ser humano.
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palomatakeshi · 2 years
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Consecuencia de Rusia y Ucrania
Este pasado 24 de febrero de 2022, Rusia arremete en contra de Ucrania formando una guerra. Aún no se sabe que causo tal guerra ya que existe diferentes variantes, tales como factores sociales, culturales, lingüísticas, etc.  
Los soldados rusos invadieron Ucrania y esto trajo otras consecuencias con el pueblo de ucrania que afectó mucho mas a las mujeres de la localidad de Ivankiv, ubicada a 80 kilómetros al noroeste de Kiev, fue liberada por las fuerzas ucranianas el 30 de marzo después de  un mes de retención por parte de  Rusia. Gracias a los ingenieros del ejército ucraniano pudieron recuperar el control de la zona  después de construir un puente, pero se dieron cuenta que los soldados rusos causaron un daño durante ese tiempo hacia las niñas de Ivankiv que se cortaban el pelo para ser “menos atractivas” y no ser violadas por los soldados rusos que ocuparon la ciudad. Maryna Beschastna, teniente de alcalde de Ivankiv, dijo a ITV que había escuchado relatos de cómo los soldados rusos habían tratado a las mujeres en el área.
«Hubo un caso en un pueblo, dos hermanas fueron violadas, niñas de 15 y 16 años», contó Beschastna.
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jhonba99 · 1 year
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A veces nos centramos más en decir lo mal que nos sentimos y dejamos de lado decirle a aquellas personas importantes en nuestras vidas que amas estar a su lado, que amas tu vida, que amas lo que pasa a tu alrededor, que a veces terminas preocupándote más por ellos que por ti mismo... Que de una u otra forma son parte de una infinita felicidad y que sin ellos todo estaría desolado, vacío.
jhonba99
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empathyshop · 2 years
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danataikoprensa · 5 days
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12endigital · 12 days
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ÚLTIMA HORA: El incendio forestal entre Tàrbena y Xaló avanza "como un polvorín" por las altas temperaturas
Cerca de 30 efectivos de bomberos trabajan en el incendio forestal declarado este domingo en la Serra Ferrer, entre Tàrbena y Xaló, con previsiones de “cautela” respecto al avance del fuego, que “corre como un polvorín” debido a las “altas temperaturas”, la orografía de difícil acceso y la alta cantidad de masa forestal. Así lo ha detallado, en declaraciones a los medios de comunicación, la…
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solxs · 2 years
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Tus amigas son demasiado afortunadas, de tener a un alma tan preciosa como tú para acompañarlas.
idarklights
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alzheimeruniversal · 2 months
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Protección Contra Incendios en Residencias (Nota de Prensa)
Nota de Prensa “Protección Contra Incendios en Residencias” Desde la Unión de Ciudadanos por la Mejora de las Residencias (UCMR) queremos transmitir nuestro más sentido pésame a las familias y compañeros de los residentes afectados en el incendio de la residencia de Aravaca (Madrid). Continue reading Protección Contra Incendios en Residencias (Nota de Prensa)
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