Sabes que te necesito todos los días. Que el sol sale aunque se nuble. Que todo se acomoda al trasiego de las circunstancias. Que me emociono solo imaginándote. Habitar en la vida de otro es vivir al borde del vértigo siempre.
Las ropas que se habían conservado en tonos oscuros se habían transformado hasta la desfiguración sobre un fondo igualmente desfigurado. De forma que de un todo aquello que se podía ver uno podía imaginarse que tenía ante sí una especie de lucha espiritual protagonizada por diferentes rostros y manos que pendían libres es la lobreguez de la desintegración.
—W.G. Sebald, «Il ritorno in patria» en Vértigo. Traducción de Carmen Gómez García.
(...) Y tu — electrón terrible,
y tu — velocidad de la luz,
y tu — vértigo de distancias,
y tu — infinitud de guarismos
y tu — secreto goce germinal de las pequeñas larvas que bucean hacia el sol,
y tu — lindo caballito de cartón de mis sueños de niño destripador,
dadme en seguro trance
vuestro centro inexorable
de palpitar dulcísimo;
entregadme en éxtasis deslumbrado
el devenir ciego de tanta primavera tronchada.
A ver si así
solo y con todo
compongo de mi sed indecible
el tremendo suceder de la Totalidad.
El vértigo es una sensación subjetiva de desplazamiento del cuerpo y de los objetos circundantes, que puede ser rotativa, vertical u horizontal, pero siempre en la misma dirección (no confundir con el mareo). Corresponde a una afección de una parte del oído interno que es el órgano del equilibrio.
La persona que padece vértigo vive una situación en la que tiene la impresión de perder la vertical, de perder el equilibrio que antes tenía, aun cuando la vida supuestamente equilibrada que tenía no respondiera necesariamente a sus necesidades. Siente angustia ante la idea de tomar una decisión, de moverse hacia lo nuevo. Sus deseos permanecen insatisfechos.
También es posible que esta persona acabe de realizar algunos cambios que no parecen equilibrados a sus ojos o a los de los demás. El juicio de otras personas le causa problemas, aunque no quiera aceptarlo.
Tener vértigos o desmayos es un modo de huir un suceso o una persona que me niego a ver u oír. Puedo tener la sensación de que una situación evoluciona demasiado rápido para mí y tengo miedo de los cambios que traerá en mi vida. Es como si no tuviera referencia para dirigirme y por lo tanto puedo tener la impresión de que “mi padre”, o el que representa la autoridad, está ausente o que debería ayudarme más en cuanto a las direcciones por tomar. Prefiero cerrarme, huyo.
Quisiera controlarlo todo, tanto lo que sucede en mi interior como en el exterior mío pero, siendo esto imposible, me vuelvo inestable y ansioso.
RESENTIR:
“Estoy en una etapa de transición, estoy al borde del precipicio, y se está aproximando un cambio». Las personas con vértigo tienen una obstinada negativa a mirar, porque lo que ven no les agrada. Sus pensamientos están dispersos, van y vienen.
Oído interno: «No soportamos oír algo».
Falta de referencias: (El Padre) «He perdido mis referencias». Conflicto ligado a la motricidad de las piernas.
Miedo por el futuro: «Delante se nos presenta la nada y nos vemos obligados a avanzar».
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Cuando, recién llegado del calor de fuera que aquel día ya pesaba sobre la ciudad a horas tempranas de la mañana, estuve en el interior de la capilla delante de las pinturas murales que se extendían en cuatro hileras desde la cornisa hasta el borden del suelo, lo que más me sorprendió fue el lamento silencioso que elevan los ángeles, suspendidos, desde hace casi setecientos años, sobre la desgracia infinita. En el silencio de la sala se podía escuchar este lamento como si de un estampido se tratase. Los mismos ángeles, en su dolor, habían contraído tanto las cejan, que parecían unir los dos ojos. (...) Gli angeli visitano la scena della disgrazia.
—W.G. Sebald, «All'estero» en Vértigo. Traducción de Carmen Gómez García.
Desde Last Fm a Bandcamp: ¿Son tan terribles las Apps independientes de música? Un Breve e inusual análisis al estilo de Cervantes.
By Vértigo.
Cuan difícil tarea me han encomendado, noble caballero o dama. Pues analizar las aplicaciones de música al estilo de nuestro amado Cervantes, es como pedirle a un gato que cante una ópera. Pero, he aquí que acepto el desafío con gran entusiasmo y humor.
¡Oh, aplicaciones de música! ¿Acaso sois la salvación de los melómanos modernos? ¿O sois el equivalente a un cuarto oscuro y húmedo en el que solo se encuentran ratas y plagas? ¿Qué decir de vosotros, Spotify, Last Fm y Bandcamp? ¿Sois amigos o enemigos de nuestros intereses?
Comencemos con Spotify, la aplicación comercial de música. Es como un bufón de la corte, siempre tratando de agradar a su señor, en este caso, los grandes sellos discográficos. Ofrece una amplia variedad de canciones y álbumes, pero solo aquellos que le convienen a su bolsillo. ¿No te gustan los anuncios? Pues, tendrás que pagar una suma exorbitante para eliminarlos de tu camino. Además, es tan popular que parece que todos los días se le ocurre la misma idea a millones de personas: "hoy voy a escuchar música en Spotify ". Así que prepárate para enfrentarte a los artistas de siempre y a algoritmos frecuentes intentando adivinar tus gustos. En otras palabras : Un infierno para los usuarios más curiosos y una lucha constante para encontrar nuevas joyas musicales.
En cambio, tenemos a Last Fm y Bandcamp, dos aplicaciones independientes que son como el pan y el vino para los amantes de la música underground. Son como esas fiestas secretas a las que solo los iniciados tienen acceso. Aquí puedes descubrir bandas y artistas emergentes que no podrías encontrar en ningún otro lugar. Pero, ¡cuidado! Last Fm es un poco pretencioso y elitista. Te hace creer que solo si escuchas bandas oscuras y poco conocidas, eres un verdadero conocedor de la música. Y Bandcamp, aunque tiene una selección impresionante de música independiente, tiene una interfaz tan confusa y desordenada que puede resultar abrumadora para los menos experimentados.
Entonces, ¿qué podemos decir de estas aplicaciones en comparación? Spotify es el equivalente a un bar concurrido donde puedes encontrar a cualquier persona y escuchar las canciones más populares del momento, mientras que Last Fm y Bandcamp son como pubs y bares pequeños donde puedes encontrar a la gente más interesante y descubrir nuevas joyas de la música ¿ Que piensas de esto?