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#Reina nadi
elizabeth-halime · 1 year
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Nadi and Nefertari
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amaia is a national treasure <3
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vavaharrison · 10 months
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unabohemia · 2 years
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Sudada, cansada, encorvada, despeinada y mal vestida. La peor combinación para encontrarse con alguien, incluso con un amigo...
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texxgreen · 2 years
Conversation
sms _ chicagamer🎮
tex: se ha parado el barco
tex: *celine dion ha entrado al chat*
tex: ugh, perdón me confundi
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miyamins · 2 years
Photo
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@miyamin ha compartido:
perfil de @p0isonivy
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boomgers · 2 months
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¡Cuidado al conocer a alguien en redes sociales!… “Nadie Es Lo Que Parece”
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Un adolescente y un smartphone es una combinación alarmante para muchos padres. Cuando Anna, quien está a punto de cumplir 17 años, le dice a su madre, Bet, que ha conocido a un chico en línea, Beth se preocupa. De repente, Eric, quien ha estado seduciendo a Anna, aparece en su casa y no es un chico, sino un hombre de 28 años.
Estreno: 7 de marzo de 2024 en Cines.
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La película está dirigida por Amy Redford, guionizada por Scott Organ y protagonizada por Summer Phoenix, Grace Van Dien, Kyle Gallner, Jesse Garcia, Indiana Affleck, Sierra Nicole Rose y Reina Hardesty.
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voglatte · 3 months
Note
dios mío, acabo de ver que estás aceptando pedidos y tengo uno para Francisco! — si puedes y quieres escribir, ¡claro!
podrías escribir un escenario en el que él y la lectora pasen mucho tiempo juntos, especialmente toda la mañana en la cama; complacerse y disfrutar de la compañía del otro. — Después de pasar días alejada del rodaje de la película, Fran quiere aprovechar al máximo su tiempo con ella.
es un escenario lindo, y si quieres agregar obscenidad, ¡siéntete libre y me encantaría!
⊹ ┊LOVER ꒱ .゚
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↷ ˊ- pairing: francisco romero x f!reader.
warnings: +18, fluff, smut, fingering, nipple play?, oral (recibe ella), (leer bajo su responsabilidad).
• dani’s typing… ! amo esta clase de pedidos, además el fran tan lindo literal es un sol.
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no había otra cosa que más le gustara a fran que pasar tiempo con su novia, enredados bajo las sábanas blancas de su cama y sintiendo piel contra piel, como lo estaban ahora. ya había pasado un tiempo alejado de ti por el rodaje de la película en la que formaba parte y esto hacía que disfrutara al máximo tu compañía en lo que restaba de sus días libres como hoy.
para ti era relajante estar acostada sobre su pecho mientras escuchabas los latidos de su corazón y las caricias que dejaba en tu cintura. extrañabas esos momentos íntimos con él y sabías que le pasaba lo mismo.
“esperaba tener estos momentos con vos” su voz sonaba adormilada pero aún con ese característico tono dulce que era único.
“yo también” no querías abrir los ojos, sabía que te ibas a encontrar con la luz solar que se mezclaba por las cortinas de la habitación.
en realidad estabas muy feliz por el, tal vez alguna que otra lagrima rodó por tu mejilla al momento en que le dijeron que había obtenido el papel, parecía un rayo de luz que iluminaba todo tu ser y no dejarías que nadie lo apagase. aunque si te sentías un poco triste que no pudieses pasar tanto tiempo con él, pero era su trabajo.
aún así nunca dejaron de disfrutar los momentos cortos que tenían siempre salía alguna cena o una película en la cual ambos se quedaban dormidos.
“¿qué pensás, beba? su mano hizo que subieras tu rostro y abriendo un poco los ojos, chocaste con esa mirada azulada.
“que te extraño mucho” dijiste cortamente antes de repartir besos por toda su cara sin dejar algún lugar por besar. notabas cierto rubor en sus mejillas lo que te hizo sonreír porque se veía adorable más sus cabellos dorados que se encontraban despeinados bajo la luz del sol que entraba.
no supiste en qué momento de todos los mimos que se andaban dando, ambos terminaron en un beso algo caótico.
sentías tu labio palpitar por las mordidas que fran dejaba pero luego recorría con su lengua, su mano bajaba cada vez más con sus delgados dedos tocando en los lugares correctos que hacían erizar tu piel.
tu ropa de dormir básicamente era una camisa que te quedaba algo grande de tu novio junto la ropa interior, no hacía falta nada más para sentirte cómoda.
lo que fue mejor para él ya que su mano pudo escabullirse tranquilamente debajo de su camisa para amasar tus senos, torturando de a poco tu pezón.
aprovechó de quitar la única prenda de ropa que tenías dejándote solo con tu ropa interior, sonrió antes de besar tus labios y dejar un camino baboso por tu cuello.
sus dedos buscaron tu intimidad sin dejar de besar tu piel mientras dejabas salir tus gemidos ahogados, francisco siempre te hacía sentir como una reina.
gruñó cuando su boca bajó por tus senos y sus dedos sintieron lo empapada que estabas, corrió un poco la ropa interior a un lado y acaricio tu entrada necesitada.
“dale, no seas malo” dijiste entrecortada, la combinación de su boca con su mano te estaban llevando a otro nivel.
“¿hm?” su boca empezó a jugar con tus pezones conjunto a su mano que antes estaba utilizando, no era sorpresa que a fran le encantaba tus senos ya que se la pasaba con una mano debajo del brasier amasando o dejando marcas.
se quedó un momento pegado a ellos, tu mano solamente jalaban su cabello dándole a entender que te gustaba hasta lo acercabas más.
su mano dejó de trabajar en tu pezón y bajando de a poco se encontró con tu panty, la cual ayudaste a bajar cuando te dió dos palmadas en el muslo.
“soy toda tuya” y con esas tres palabras los largos dedos de fran empezaron a hacer su trabajo, subían y bajaban por toda tu intimidad regando tu excitación, a veces dejando movimientos circulares en tu clítoris.
su cabeza reposó en tu muslo mientras mantenías las piernas abiertas y sin ninguna advertencia metió sus dedos en tu abertura, sacándote un chillido.
“sos mía, beba” sus dedos entraban y salían lentamente, sin hacer ningún esfuerzo por hacerlo rápido.
disfrutaban del momento, tu cabeza andaba dando vueltas mientras tu cabello se esparcía por toda la almohada. el chapoteo de tu excitación, tus gemidos y los suaves susurros de fran te estaban llevando al límite.
te sacó otro chillido al sentir su lengua caliente en tu clítoris, pasando rápidamente a chupadas.
ahora sus dedos si decidieron ir más rápido causando que salieran más gemidos de tu parte. aún así sentías las vibraciones de sus zumbidos en tu clítoris haciendo que tus ojos quedaran en blanco.
“m-me vengo” dijiste entrecortada, todo el aire se te estaba yendo de los pulmones.
“hacelo, bonita” con las vibraciones de sus palabras y sus dedos tocando tu punto dulce, tus piernas temblaron al igual que todo tu cuerpo mientras repetías su nombre varias veces.
sin ningún problema te limpió toda con su lengua dejando un beso corto en tu intimidad mientras subía su rostro para quedar con el tuyo, se notaba un poco de baba junto con tu excitación en su barbilla y lo limpiaste un poco.
“te adoro, entendelo” sus penetrantes ojos azules se complementaron con los tuyos y le diste un beso corto.
“yo también, nene” ahora le diste un beso un poco más largo donde empezó una nueva guerra de lenguas “¿segundo round?” reíste, dejando su cuerpo debajo del tuyo.
———————————————————————————
by ﹫ VOGLATTE ╱ en realidad me encantó cómo quedó aún así me disculpo porque es mi primera vez haciendo smut (si hay algo que mejorar recibiré críticas constructivas) pronto estaré subiendo pedidos, etc… bye!
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Sabes,
hay un trozo de mi vida
que no encaja
sin tu risa.
Hasta egoísta
me estoy volviendo ya,
pues al pensar
que ríes sin yo estar,
el trozo,
todavía es más difícil
de encajar.
Pero mi trozo y yo,
queremos que rías
y rías sin parar.
Porque el alma,
guarda el botiquín
de la vida
al lado de la risa
y muy cerca
del soñar.
Por eso te pido
que te rías al vivir,
para que ella
la vida,
se alargue
por verte sonreír.
Yo también lo haré,
pero no con la risa
sino con los sueños,
que para mí
llamarlos
es tan fácil
como soñar contigo
sin tenerme que dormir.
Si, recuerda siempre,
que así es como
se ha de cumplir
el paso del tiempo.
¡Riendo y soñando!
Así que hoy,
deja que sean
tus deseos
los que te soplen
los años.
Y cuanto más larga
la vida sea,
más tiempo habrá
de engañar al destino
con la casualidad
de encontrarte.
Aunque he de confesar,
que me dueles mucho,
cuando al destino
para que te encuentre,
no consigo engañar.
Si, ¡no sabes cuanto!
Ya incluso dueles,
si el destino
lo hace sin engaños
y la vida de su mano
se me acerca paseando.
Pues la alegría de verte,
ya no compensa
el daño de un adiós
que contigo cerca
siempre está rondando.
Creo que es por eso,
que ahora,
al asomar el día,
tan bien me sabe
el café sin compañía.
Porque sé,
que cuando escribo con el,
el dolor se disuelve
para endulzar tu poesía.
Si, se deshace lentamente,
junto a la tinta
que dibuja las palabras
que te buscan.
Y perece
que te encuentren,
porque Juraría,
que puedo oír tu voz
hablando con mis manos.
Si, tú,
como me gusta
esa palabra tan corta,
¡tú!
Ella, lo guarda todo
en tan sólo dos letras.
Y tú, si tú,
has de saber,
que te siento
en cada una de ellas.
Encadenadas unas a otras,
me recuerdan a tus dedos
entrelazados con los míos.
Por eso
no dejo de escribir
ni un solo día,
para que así tus manos,
no se suelten de las mías.
Y busco la rima del verso
como quién llama
el sonido de un beso.
Entonces,
hay un susurro tuyo
que viaja por mi cuerpo.
A veces,
se queda en el estómago,
aleteando recuerdos.
Otras en cambio,
trepa más arriba.
Si, ahí,
donde todo empezó.
Y no,
no se detiene,
todavía sube más alto,
un poco más.
En ese laberinto
donde reinas
desde la distancia,
el silencio de tu boca
se adueña del caos.
Desde ahí,
siento tu voz callada
besándome los labios
en cada verso.
Y escribir,
se vuelve tan fácil,
que sé,
que no he podido ser yo.
Diréis que soy un loco.
Que tal cosa
no puede ser verdad.
Pero todos tenemos sueños
que sin saber como,
nos cuentan en la noche,
lo que a la mañana
no se puede probar.
Y aún así,
no lo dudéis,
que aunque nadie
sus sueños
a la mañana pueda enseñar,
no hay duda, no,
no la hay,
de qué todos sabemos soñar.
Si, la vida
es un misterio
que se resuelve sintiendo.
Y vaya si te siento.
Tanto lo hago,
que la vida, de ti,
ya no me guarda
ningún secreto.
Te veo con todos ellos
al descubierto.
Si, completamente desnuda.
Que es mucho mejor todavía,
que verte desvestida.
Aunque claro está,
que entre la desnudez
del alma
y el desvestido
de tu cuerpo,
bien cabe una duda.
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minnsposts · 2 months
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LSDLN cast x Viaje de egresados pt.1
Nota: El viaje de egresados será en Córdoba ya que me parece un lugar demasiado lindo y tengo muy buenas anécdotas allí.
Advertencias: No.
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Enzo Vogrincic :
— Hace la maleta mínimo tres semanas antes del viaje, quiere asegurarse de no olvidar nada
— Seguramente hará una lista de las cosas que lleva para estar seguro de no perder las cosas
— En el colectivo se sienta contra la ventana para aprovechar la luz del sol ya que se llevó un libro para pasar el tiempo y no aburrirse tanto
— Es lejos el más ordenado, por las mañanas cuando tienen planeado realizar excursiones con los coordinadores se asegura de tender su cama y doblar su ropa
— En las jodas sería como el adulto responsable que se asegura que nadie tome de más o termine tirado en algunos de los baños vomitando hasta el desayuno
— Especialmente anda detrás de Matías ya que lo conoce y sabe de lo que podría ser capaz
— Disfruta mucho ir al rio, piensa que la vista de las sierras es totalmente mágica
Matías Recalt:
— Hace la valija la misma noche en la que se van al viaje
— Se olvida la mitad de las cosas y en el hotel pierde alguna que otra cosita
— En el colectivo se pone los auriculares y se hace una siesta hasta que llegan a Córdoba
— Está totalmente prohibido el alcohol dentro del hotel pero el se las ideó para pedir un delivery y literalmente casi caerse de una ventana con tal de tener algo de tomar
— Es muy desordenado, sus compañeros de cuarto (Enzo y Agustín) se quejan ya que sus cosas están tiradas por todos lados
— En las jodas se re desconoce, se toma hasta el agua de los floreros y al día siguiente amanece con una terrible resaca que le parte la cabeza
— En el río buscaría bichos o animales con Pipe
Agustín Pardella:
— Armaría su maleta dos días antes del viaje, lo justo y necesario
— En el colectivo conversa con Enzo, su compañero de asiento y también intercambia alguna que otra palabra con Kuku
— Un día, cansado del desorden de Matías decidió tirarle una zapatilla y sin querer le dio en toda la cara
— En las jodas es bastante tranquilo, no toma demasiado y su estado de ebriedad es bastante bajo
— Aprovecharía a full el río para nadar y tirarse de las rocas más altas ya que no le da ni un poquito de miedo
Esteban Kukuriczka:
— Prepara la maleta una semana antes y todo son pantalones cortos con remeras simples
— En el colectivo se sienta junto a Fran y conversa con Agustín ya que tienen asientos continuos
— Agradece que su compañero de cuarto sea Fran ya que allí reina la paz absoluta
— En alguna que otra ocasión aparece algunos de los chicos en su habitación preguntando si pueden dormir allí ya que las otras habitaciones son un caos total
— También es el tipo de persona que se mantiene tranquilo en las jodas, alguna que otra vez tuvo que llevar a Matías a la rastra hasta el hotel
— En el río hay días en que decide meterse al agua y otros donde se sienta en una piedra para poder tomar sol
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forjongseong · 1 year
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dive // jay (ENHYPEN)
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pairing: secretary!jay x CEO!fem!reader (minisode part 11 of the series)
genre: office!au, smut (minors dni) // warning: older reader; Jay calls reader “Boss”; oral sex (f. receiving, obviously) // wc: ~2.5k oops
previous chapters:
part 1 - carmesí part 2 - mi reina part 3 - millones part 3.5 - hasta los dientes part 4 - vente conmigo part 5 - tusa part 5.5 - apaga y vámonos part 6 - versos de placer minisode part 1 - cuando nadie ve part 6.5 - yo te quiero más minisode part 2 - la niña de mis ojos part 7 - aeropuerto minisode part 3 - falling autumn minisode part 4 - night night part 8 - ambulancia minisode part 5 - subtítulos part 9 - al caer la noche minisode part 6 - after last night part 9.5 - the way you look tonight part 10 - mon soleil minisode part 7 - daylight minisode part 8 - subside minisode part 9 - your princess, my queen part 11 - qué bonito part 11.5 - enchule minisode part 10 - meet cute
next chapters:
click here for the masterlist
summary: you've been sleeping with your dearest secretary for a while and you're dying to know how it feels when he goes down on you.
author’s notes: here's the second treat of the week--minisode part 11!!!
I know, I know. I just released minisode part 10 yesterday but that's the best thing about owning a blog and writing your own series--you can post whatever you want, whenever you want!
to be honest, I had a different minisode prepared that was sfw and takes place way before yn and Jay started their thing, but I was chilling and putting Spotify on autoplay and it played this song:
go google the lyrics... maybe then you'll understand why I felt compelled to write this minisode.
taglist: @thots4hee @jayked @end-hyphen @nyanggk @yoursjaeyun @maggstar @bucketofhiros @dimplejaehyuncutie @excusememissiloveyou @shinkenprincess-oh @mochimchimo @jongseonglogy
(send an ask if you want to be added or removed)
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Staying at a luxurious hotel over the weekend was one of the very few indulgences that you would let yourself have. Normally, you would never splurge on a suite for just two nights, especially when the hotel is not out of town. Fortunately, this time your suite was a complementary gesture from the event that hired you as one of the keynote speakers.
Unfortunately, though, since the event was downtown and you did not have to travel, you handled everything alone. You could not ask your staff to accompany you to do something that was not part of their job, and not when the task did not concern your company either. You even sent Mr. Lee home early the day before, claiming that you could just take the bus or ride the subway to the hotel.
The first day of the event ended right on time, and you were invited to the gala dinner in the main ballroom. You attended, ate just enough to keep your stomach satisfied, and then you excused yourself to go back to your suite. You wanted to take advantage of the huge bathtub and treat yourself to a nice hot bath, thinking that you deserved it after all the talking and walking around in heels.
Maybe because it was in your nature to do things fast, your pampering session ended quickly. Your hair was half dry, and you were already lounging on the loveseat, playing a series you already finished on Netflix. You just needed the background noise, you thought, as you scrolled through your phone. It was a Saturday night, so most of the people you followed on Instagram were posting stories of their night out.
You wondered what Jay was doing at the moment.
Your thumb stopped scrolling and you eyed the clock in the corner of your screen. It was almost eight, yet you feel bored, but it was too late to get ready to go out. Where were you going to go anyway? Taehyung’s jazz club would be way too crowded, and it’s not like any of your close friends were within reach—your two best friends lived in other countries, and it wasn’t the scheduled night for your monthly video calls.
You mindlessly opened your phone’s gallery and found pictures of documents and a couple of videos from the meetings that were held the past week. You clicked on one that showed Jay giving a short presentation, it was on the day that you were not feeling your best, so he stepped up and filled in for you. You focused on the way he was gesturing with his hands—and the way his sleeves were rolled up to his elbows. His hair was slicked back, and his jaw clenched whenever he was emphasizing a word. You then looked at the way he repeatedly licked his lips, and you noticed yourself breathing a little heavier.
Great, you thought. A little pathetic, actually, that you were sitting alone in a hotel, thirsting over your secretary whom you started sleeping with since, what, a couple of weeks ago? None of you were keeping count. This behavior of yours was a little uncalled for, and you got suspicious of yourself that you opened the app that tracked your period.
And of course, you found out that you were ovulating.
Usually, you would always take the more practical path. In this case, you could easily watch videos, or look at pictures of Jay and imagine him touching you as you touch yourself.
But why would you do that when he was literally just one call away?
“Hello?” You heard his voice as he picked up your call. “Is this an emergency? I didn’t get a text from you.”
You heard him entering a room and closing the door behind him.
“Boss?” He called for you after not hearing a reply. “Everything good?”
“I need you to come over,” you replied.
There was a brief pause before Jay answered.
“Alright,” he said as he took a deep breath. “On my way.”
“Not to my place,” you hurriedly added. “The hotel. You know my schedule.”
“In that case,” Jay said, seemingly shoving something into his pants and opening the door again, “I’ll be there in ten.”
You frowned but Jay ended the call before you could even say something back. You decided to retreat to the bedroom and check your reflection in the mirror. Your black silk camisole was tucked into your beige cotton shorts, and you still had your hair down after the bath you had. You then remembered that you had not put on any fragrance yet, so you rummaged through your makeup pouch and spritzed on the first fragrance you could get your hands on.
The bell rang and your heart almost dropped to your feet. You did not think ten minutes would go by so fast. You grabbed the satin robe from the bathroom and quickly wrapped it around your body as you made your way to the front door. When you opened it, Jay stood in front of you with a confused look on his face.
He was wearing rimless glasses, which you doubt were a fashion statement, and underneath his denim jacket, he was wearing a graphic tee of some sort of logo you had never seen before. It seemed like he was going for a comfortable look, judging from the chinos he had on in place of jeans. The Converse shoes also made him look like a regular college student going for a fun night out in town.
“I was in the area,” Jay explained without waiting for you to ask him. “Which is why I could come fast but also unprepared. Did you need your iPad?”
“Just come inside,” you said softly, holding the door wide open for him. He hesitated before taking a few steps in. “Make yourself comfortable.”
Jay frowned, but at the same time, he started looking around and admiring the suite. “This is a nice view,” he stated, gazing outside the window. “So, what do you need me for?”
“You’re really going to make me say it?” You asked back, crossing your arms in front of your chest.
Jay took off his denim jacket and set it on a lounge chair. If he had to be honest, he actually sprinted here, determined to reach you as fast as possible even though he wasn’t quite confident if the reason he thought you called him was the actual reason you had.
At the sight of his arms, you breathed out dramatically, and it just made Jay even more confused.
“I just didn’t want to be alone,” you confessed, taking your robe off and throwing it to the same spot where Jay had placed his jacket.
You boldly took the couple of steps that you needed to reach him, and when you did, you carefully took his glasses off before circling an arm around his neck, making him instinctively pull you in by your waist.
“I wanted company,” you continued, placing his glasses carefully on the table nearby. “Your company.”
Hearing your confession, you could clearly see the way Jay’s lips curled up into a smirk.
“I canceled plans with my friends to be here,” Jay spoke in a whisper, gradually leaning in towards you.
Your eyes fell to his lips. “Why would you do that?” You asked back, also in a whisper.
“Because,” Jay said, hanging his sentence so he could graze his lips against yours.
“Don’t say because I’m your boss,” you spoke, purposefully against his lips.
Jay chuckled softly, and all you wanted to do for the rest of the night was to breathe the air that he exhaled.
“Because I think I’ll like it better here,” he said before sealing your lips with a deep kiss. You had to fight back a moan to not give him the satisfaction, but you still reciprocated his kiss.
“You think?” You said as you pulled back. “You’re not sure?”
Jay squeezed your waist, turning your legs to jelly. The moan you tried hard to stifle eventually found its way out of your lips when you felt his mouth latch on to your neck. You began caressing the back of his neck, squirming as he was determined to leave marks on your skin.
“Jay,” you breathed. “Fuck.”
“Hmm,” he hummed before pulling back to look at you. “Do you want me to continue?”
You cupped his face before smashing your lips onto his, making him take a step back to keep his balance. After that, you took his hand and dragged him to the bedroom. You sat on the edge of the bed and pulled him in by his neck, and after a short fight, he finally threw his body on yours, kissing you fervently as his hands tugged your shorts down in a rush.
When you felt his fingers trace your thighs, you felt the heat rush up to your cheeks. Your lips were still pressed on his, and his tongue was still tangled with yours, yet you were desperate to feel both elsewhere. Jay’s hand managed to slip in between your legs and your body jerked the moment he palmed your clothed core.
“Jay,” you called as both your hands grabbed his shoulders.
He answered you with a look in his eyes, demanding you continue what you wanted to say.
“I want to see what your head game is like.”
You weren’t expecting Jay to laugh, resting his head in the crook of your neck as his shoulders moved up and down.
“Ask and you shall receive,” Jay said after containing himself. “You really called me over so I could go down on you?”
“Okay, can you stop being so patronizing?” You moved your hand over to his chest, pushing him away.
“Whoa, whoa.”
Jay propped himself up with his elbow as he took your hand and brought it up to his lips.
“I’m sorry if it came off that way,” Jay spoke with his lips against the back of your hand. “I will gladly show you my head game.”
The way he emphasized the last phrase made you roll your eyes. Jay chuckled lightly, kissing your cheek as you looked away from him.
You relaxed once he started peppering kisses down your jaw and to your neck. At the same time, his fingers were skillfully pulling the straps of your top down, revealing your breasts, and perfectly matching the timing of his lips. He kissed your nipple softly before circling his tongue around it and sucking it gently, only to release it with a pop.
“Close your eyes,” Jay said. You were in no position to disobey him.
He continued kissing you while pulling your camisole down, bunching it up around your waist. He planted a harder kiss to the right of your waist before pulling your panties along with the top down to your feet. You kicked it away way too enthusiastically, and Jay merely smirked at the way you were behaving.
Your eyes were still closed, but you could sense that he was tugging his shirt off, and it was proven right when you felt him settle between your legs, placing both of your thighs on top of his now bare shoulders. He kissed the inside of your thigh and you flinched, and you could feel the way your arousal dripped out of you.
“God,” Jay muttered, more to himself. “You’re gorgeous.”
He bumped the tip of his nose and you whimpered at the delicious contact. Once he placed his mouth on your cunt you moaned, feeling an overwhelming mixture of pleasure and contentment. At first, he was just kissing your folds, making loud sloppy sounds on purpose, and when you began to moan louder, he decided it would be nice to let you feel the warmth of his tongue.
“Fuck,” you sighed, jerking your hips. You could hear and feel Jay chuckle against your core, lapping up your arousal and strengthening the grip he had around your thighs.
His tongue made steady strokes against your folds and your legs were already shaking from the pleasure. You couldn’t stop thrusting your hips and grasping the sheets under you, and Jay literally had to push you back down.
“Relax,” he said as he detached his lips. He looked up at you and you looked back at him through your lashes. “Stay down.”
“Fuck you,” you replied weakly. Jay laughed and placed his lips between your legs again, making you feel the vibration of his voice against your cunt.
You began jerking your hips up again and Jay figured that he needed a new way to keep you steady. He noticed how hard you were grabbing the sheets, so very slowly, he pulled your fingers apart before placing them on his head.
“Just grab here,” Jay spoke against your folds. “I don’t mind.”
You sighed once you feel his tongue graze your clit. After placing one hand behind his head, you realized it wasn’t enough, so after a while you rested both your hands on his luscious hair, pulling only when it became unbearable.
Soon after, your grasp on his hair tightened and you became silent. Jay’s eyes flickered to your face, and he tried his best to keep his pace.
“Are you close?” He asked. You replied by nodding frantically.
Jay continued to eat you out, keeping the same pressure and pace no matter how hard you squirmed or how harshly you were pulling on his hair. He let you grind your hips into his face, careful not to let his teeth graze you, and when you finally reached your high, he groaned against your cunt, almost matching the moans that you let out.
Jay waited for you to catch your breath, gradually lowering your hips down and gently stroking your thigh to comfort you. You were breathing with your mouth open, and only when you came back down from your high you realized how dry your throat had become. You licked your lips and coughed a little, and Jay winced at the sound that you made.
“Are you okay?” He asked, his hand giving you a gentle squeeze on your hips.
You nodded slowly as you opened your eyes. When your gaze met his, his lips formed into a smile. Not a smirk, a genuine smile.
“So, what do we think of my head game?”
“Oh my God.”
At the sound of your groan, Jay laughed softly, crawling up to level with your eyes. You hesitated when he leaned in to kiss you, but he did so in such a gentle way that you couldn’t help but whimper into his mouth.
“Do I taste okay?” You asked, your eyes glowing in pure curiosity.
“You,” Jay replied, kissing your cheek. “Taste,” he kissed your jaw. “Divine,” he whispered, kissing your neck.
You closed your eyes and pulled him into an embrace, sighing in relief as you felt his skin come in contact with yours.
“There’s gonna be a round two, right?” Jay murmured against your neck.
You smiled, almost snorting from the bold question. “Only if you stay with me throughout the weekend.”
“Deal,” Jay replied, not missing a beat.
-END-
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analisword · 2 months
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high infidelity (Enzo Vogrincic x Fem Reader)
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Capítulo 12:
—¡Corte!—gritó el director, Enzo bajó los hombros al escucharlo, rezando por dentro que no les pidiera repetir la escena, esta era la séptima vez consecutiva que la grababan—. Se queda, Enzo, por favor ve a que te retoquen el maquillaje, podría freír un huevo en el brillo de tu frente. 
Enzo asintió y caminó directo a su camper, agradeciendo que no se encontrara muy lejos del sitio que estaban filmando.
—Retoque—dijo entrando al camper, Lucía echó la cabeza hacia atrás cuando escuchó la indicación, nadie estaba contento de tener que trabajar en domingo.
—En verdad, no entiendo cómo tu cara puede producir tanto brillo—dijo ella pasándole un algodón con desmaquillante, pues si aplicaba más polvo encima del que ya tenía, su piel se vería craquelada. 
—No es mi culpa, te juro que las lámparas de hoy están más potentes  que nunca—se quejó, aún le dolía un poco la cabeza por la potencia de las luces. 
—Bueno, entonces es culpa de Julio, hoy están grabando más temprano de lo normal, muy apenas hay luz natural—dijo ella comenzó a aplicar producto sobre la piel de Enzo, él sintió que en cualquier instante caería dormido, se había desvelado con Alana la noche anterior leyendo y comiendo. 
Se puso nervioso de sólo pensar en ella, no hacía mucho que la chica se había ido para hablar con Sebastián, no podía dejar de preguntarse cómo estarían saliendo las cosas, checó su celular pensando que tal vez encontraría algún mensaje de ella, pero no había nada, ¿cuánto era el tiempo estimado para terminar con una persona?
—¿La reina no te ha respondido?—preguntó Lucía juguetonamente, Enzo rodó los ojos, Lucía más que su maquillista, era su amiga, la conocía desde la preparatoria, cuando ella hacía su maquillaje para obras de teatro, habían trabajado juntos desde entonces. 
Era cierto que Lucía podía ser una chica algo explosiva e invasiva, pero conocía su piel como nadie más, también era la única que sabía toda su historia con Alana.
Enzo se limitó a volver a cerrar los ojos, las imágenes de la noche anterior invadieron su mente, Alana abriendo sus regalos, él cocinando para ella y ellos en la cama leyendo hasta quedarse dormidos, despertar junto a ella se había sentido maravilloso y no podía esperar más para poder hacerlo más frecuentemente sin ningúna barrera de por medio. 
—Escucha, antier hablé con ella—dijo Lucía. 
Enzo se irguió de golpe, Lucía podía llegar a ser algo imprudente. 
—¿Por qué?—preguntó Enzo ofendido, por más que apreciaba a Lucy, odiaba que se metiera en sus cosas, sobre todo si se trataba de su situación con Alana, era algo que sólo ellos dos podían entender. 
—Porque sos mi amigo—dijo—. Porque no me gusta verte mal por ella, sé que te gusta, pero ella tiene novio. 
—Ahora entiendo por qué te contestó de la forma que lo hizo, ella no es así—dijo Enzo atando cabos, aunque había sido bastante chistoso ver a Alana enojada y celosa, había sido extraño verla siendo grosera—. Dios, Lucy, ¿qué tanto le dijiste?
—Pues nada que no sepas—dijo ella pasando una brocha por debajo de sus ojos—. Enzo, lo que están haciendo no está bien. 
—Sólo han sido unos besos—dijo él sin querer tocar el tema a profundidad, sabía que era algo más que besos, no era algo meramente físico, Alana le gustaba de verdad y  lo sentimientos que tenía por ella rebasaban  el nível físico. 
—De todas maneras, ¿qué te hace pensar que no hará lo mismo contigo si es que llegan a estar juntos?
—Suficiente, no me apetece para nada seguir hablando de esto—replicó, suficiente tenía con estar desvelado, la ansiedad de qué estaría sucediendo con Alana y Sebastián como para seguir escuchando los comentarios de su amiga. 
—Ya, sólo quiero que vos seas feliz—dijo Lucía, ella y Mayra (la novia de Lucía) siempre lo habían apoyado, sobre todo en su última relación. 
—Alana me hace feliz—respondió, no pudo evitar sonreír al mencionarla, Lucía detuvo la brocha, inclinó la cabeza y lo observó durante varios segundos. 
—Mierda, en verdad te gusta—dijo ella—. Se te ilumina la cara al mencionarla. 
—Seguramente es el sebo de mi cara—respondió él riendo.
—Pelotudo—negó con la cabeza y continuó su trabajo—. Bien, sólo espero que las cosas salgan bien y los medios no empiecen  interferir. 
Enzo bufó al escucharla, ni siquiera se había molestado en pensar en eso, su mundo podía ser bastante dramático, aún recordó toda la polémica que se formó la última vez que tuvo una relación, odiaba tener que arrastrar a Alana a ello, sólo esperaba que fuera un riesgo que ella estuviera dispuesta a tomar. 
—Justo ahora está terminando con Sebastián—informó él, Lucía levantó las cejas al escuchar la declaración. 
—Oh, bueno, al menos ella también va en serio. 
—Tengo planeado llevarla a una cita esta misma noche—dijo él, Lucía hizo una mueca. 
—Ehh, adoro tu entusiasmo, pero Enzo, que Alana vaya a romper con su novio no significa que no vaya a estar triste al respecto, llevaban una eternidad juntos por lo que me has contado, quizá no le apetezca mucho. 
Enzo la escuchó con atención, no podía negar que encontraba sentido a lo que su amiga acababa de decirle, se sintió un poco idiota por no haber pensando en ello.
—Sólo digo que revisés cómo estará la pobre chica—dijo. 
—Ah, ves que sí te agrada—dijo él empujándola. 
—No puedo negar que tiene carácter—respondió Lucía rodando los ojos. 
El resto del retoque de maquillaje Enzo se la pasó mandando mensajes a Alana, principalmente preguntándole que cómo estaba y si todo iba bien, comenzó a preocuparse cuando notó que los mensajes no le estaban llegando. 
—Julio no tarda en llamarte, ya terminé de maquillarte—dijo Lucía guardando algunos productos—. ¿Qué pasa?—preguntó al notar la expresión de Enzo. 
—No le llegan mis mensajes.
—Quizá anda distraída terminando con el novio, ¿no?
Pero algo le decía a Enzo que eso era improbable, Alana siempre le respondía cuando él le preguntaba sobre su estado de ánimo. 
—No lo sé, esto no me está gustando—dijo nervioso. 
—Tranquilo.
—¡No puedo!—replicó agitado—. Tengo un mal presentimiento. 
—Se llama ansiedad—dijo Lucía—. Llámale. 
Enzo presionó su contacto inmediatamente.
—Me manda a buzón directamente—dijo observando a Lucía.
—Oh, no, no me gusta esa mirada. 
—¿Qué mirada?—preguntó él alterado. 
—¡Esa! 
Enzo sabía que estaba abriendo los ojos más amplio de lo normal, también sentía su respiración agitada y que la nuca le picaba, era justo como se sentía cuando estaba apunto de cometer algo impulsivo. 
—No puedo más, iré a su depa—dijo parándose abruptamente de la silla. 
—Te diría que le des su espacio a Alana, pero sé que no hay manera de hacerte cambiar de opinión. 
Cuando algo se le metía a la cabeza, nada lo sacaba de ahí, y ahora mismo lo único que podía pensar era que necesitaba saber que Alaa estuviera bien. 
No le importó que aún tuviera maquillaje en el rostro o que aún no terminaran de grabar, simplemente le avisó al director que tenía que irse de emergencia, Julio lo miró con cara de pocos amigos por un segundo pero lo dejó ir inmediatamente al notar su clara preocupación, el viaje se le hizo eterno, sabía exactamente en donde vivía Alana gracias a todos los taxis que le había pedido con anterioridad, también sabía el número exacto porque a Alana le parecía la cosa más divertida del mundo que su departamento fuera el 333, lo mencionaba cada que podía, era fanática a los números espejo, Enzo creía que se sentiría más relajado una vez que estuviera frente a la puerta del departamento pero no lo hizo, al contrario, comenzó a angustiarse más. 
Tenía que tranquilizarse, no quería armar un alboroto, tampoco quería parecer un psicópata parándose en medio de la ruptura de Sebastián y Alana, pero tenía una horrible sensación en el estómago, no le importaba llamarlo ansiedad, sexto sentido o una visión divina, lo único que sabía es tenía que ver a Alana cuanto antes. 
No escuchó ruido, lo cual no supo si lo hizo sentir mejor o peor, tocó un par de veces la puerta, volvió a llamar a Alana al menos unas treinta veces más (todas las llamadas regresaron a buzón) se rascó el cuello con frustración, caminó de un lado al otro frente a la puerta, estuvo apunto de ir con el portero para preguntarle si había visto o sabía algo de Alana cuando por mera curiosidad de le dio por girar la perilla, la puerta estaba abierta, no lo pensó dos veces e ingresó. 
El lugar lucía como si no hubiera ni una sola alma ahí, arrugó la nariz ante el olor de rosas, el lugar estaba repleto de ellas, seguramente gracias a Sebastián, a Enzo se le hizo un poco bajo intentar solucionar su error con las flores menos favoritas de Alana, pero después se pondría a pensar en eso.
—¿Alana?—preguntó, carraspeó y volvió a elevar la voz—. ¿Alana?—gritó. 
Sin importarle estar en casa ajena comenzó a abrir puertas al azar, se encontró con el estudio de Sebastián, la cocina y el baño principal.
—A la mierda—susurró para sí mismo y se adentró al pasillo y tocó fuertemente la puerta de la habitación de Alana y Sebastián.
Al tocarla por tercera vez, escuchó lo que pareció ser un quejido apenas audible. 
—¿Alana?—preguntó alarmado—. Soy Enzo, necesito saber si estás bien—pegó la ojera a la puerta. 
—Enzo—escuchó lo poco que daba de la voz de Alana, se le fue la sangre a los pies, claramente no estaba bien, no sonaba como ella misma, quiso abrir la puerta pero esta se encontraba con llave. 
—Amor, necesito que abras la puerta, tiene llave—gritó usando sus manos como micrófono, como respuesta obtuvo unos sollozos, Enzo quería arrancarse el cabello de la frustración, ¿qué mierda había ocurrido?
—No—tosió—. No puedo, duele mucho.
—Alana, si estás cerca de la puerta apartáte, la voy a derribar, ¿okay?—retrocedió unos pasos, se impulsó y dejó caer todo su peso sobre su hombro y tronco
El seguro de la puerta cedió y esta se abrió, su mirada se dirigió inmediatamente hacia Alana, estaba tirada a un lado de la cama, Enzo corrió hacia ella y se arrodilló ante ella, sentía que el mundo se le iba a los pies, la tomó del rostro, Alana apenas podía mantener los ojos abiertos, sobre todo el derecho, el cual se encontraba bastante inflamado, había un corte en su frente, Enzo sintió una ira que nunca había sentido en toda su vida.
—Te voy a mover, ¿vale?—dijo intentando cargarla, pero Alana soltó un grito de dolor, él levantó la sudadera, había un moretón gigante en el costado de su cintura—. Mierda, mierda, mierda. 
Enzo sacó su celular dispuesto a llamarle a una ambulancia, llevaría a Alana al hospital él mismo, pero tenía muchísimo miedo de herirla aún más, entonces escuchó que la puerta principal se abría, Alana abrió los ojos ampliamente y se aferró a Enzo con horror, comenzó a hiperventilarse. 
—Quedáte aquí, ¿okay?
—No vayas—murmuró con terror en su voz. 
—Voy a estar bien, Lana, no abras la puerta ni salgas—le ordenó, sabía que eso era casi imposible, la chica apenas podía moverse, pero sabía lo fuerte que era y lo que sería capaz de hacer por él, odiando el sonido que hizo Alana e intentando ignorarlo,  Enzo la cargó y la dejó en la cama, sin embargo, no necesitó salir, Sebastián entró a la habitación.
Enzo se paró frente a Alana inmediatamente y estiró su brazo, protegiéndola. 
—Apartáte de ella—apuntó a Sebastián con el índice.
El chico lo miró incrédulo, Enzo tragó saliva, nunca se había considerado una persona violenta, pero sentía unas enormes ganas de golpearlo. 
—¿Enzo? ¿Es en serio Alana? ¿Te has estado jodiendo a tu pinche actor favorito?—dijo acercándose peligrosamente, Enzo lo empujó con los brazos. 
—No se ha estado jodiendo a nadie y más te vale que no le vuelvas a hablar en tu puta vida—le dijo—. Sos un imbécil.
Enzo escuchó unas sirenas por fuera del edificio, Sebastián tragó saliva. 
—La ambulancia ya llegó—informó, Enzo no podía  creer el comportamiento del chico.
—Si pensás que con llamar a la ambulancia todo se solucionará estás equivocado, me voy a encargar de que te vayas preso—lo amenazó, no se apartó de Alana hasta que los paramédicos entraron a la habitación. 
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46snowfox · 16 days
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Diabolik Lovers Daylight Stella Worth Tokuten: 「Cita★sádica」 [Laito Sakamaki]
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Titulo original: 「サディスティック★デート」
//Traducción pedida en Ko-fi//
Laito: Que bien se siente pasear de noche. Pero ya hemos caminado bastante, ¿no estás cansada? ¿Estás bien? Ya veo, me alegro. Muy pronto llegaremos a un lugar genial. Ah, todavía no te había hablado de este lugar, escucha, ahora iremos a una pastelería. Fufu, te ves muy feliz, que linda. De vez en cuando voy allí a comprar macarons, pero al parecer sus pasteles son bastante famosos, por eso pensé en invitarte.
Laito (1:02): Parece que se puede comer dentro de la tienda, así que aprovechemos de comer allí. Hm, amo los macaron, pero parece que su especialidad son los cheese cake sin hornear.  Tienes, tanto los pasteles horneados como los que no tienen sus respectivos encantos, es difícil elegir. Ah, pero lo que más me gusta es tu duuulce sangre. Hm, al decir eso me dieron ganas de succionarla. Oye, ¿puedo beber un poco…? Hm, es verdad, ya estamos frente a la tiende. Eres una reina del despiste. Muy bien, pues después aprovecharé de divertirme un montón.
Laito (2:15): *entran* Oh, esta tienda tiene un aura agradable. Tienes razón, tiene una decoración muy elegante, los vitrales son geniales. ¿Hm? Es verdad, hay muchos macaron coloridos. Hm, pero hoy vinimos a comer pasteles, así que a la salida compraré unos macaron. ¿Quieres comer tú también? Hm… Si reaccionas tan honestamente me darán ganas de molestarte, creo que mejor no los compraré~. ¿Pero qué cara estás poniendo? Me estremeció ver esa expresión de desesperación, te veías como si hubieras visto el fin del mundo, solo por eso los compraré. Te digo que lo haré, así que usa tu linda carita para mostrarme una sonrisa.
Laito (3:29): Tomaré esa linda sonrisa como agradecimiento, así que está decidido, te los compraré. Ahora elijamos los pasteles que comeremos. ¡Disculpe! Quiero ordenar algo.
*luego de elegir les cobran y dan sus pasteles*
Laito (4:06): Pudimos elegir. Ahora sentémonos… en esa mesa decorada con flores. *se acercan y te corre la silla para que te sientes* Siéntate. *te sientas* Y yo también *se sienta*. ¡Ah! Oye bitch-chan, el pastel que elegiste es igual a ti, tiene una apariencia simple y encantadora, pero si le clavas el tenedor empezará a brotar una salsa roja. Fufufu, que linda cara pusiste, ahora quiero molestarte más. ¿Hm? Sí, al final elegí el cheesecake, me llamaba la atención.  Saber que no está horneado me atrajo. La verdad es que estuve a punto de elegir tu pastel. ¿Qué tal si luego intercambiamos una probadita?
Laito (5:21): Fufu, gracias. Bueno, primero probemos nuestros propios pasteles. Gracias por la comida *come*. ¡Hm! ¡Es verdad! ¡Este cheesecake es delicioso! ¿Cómo está el tuyo? Me alegro. Entonces intercambiemos una probada, yo te daré de comer. Di “aah”. *comes* Te quedó un poco de crema en el labio, voy a lamerla. ¿Eeeh? No te contengas. Bueno, da igual, te toca darme a mí, ¿podrás hacerlo bien? *le das de comer*
Laito (6:17): Aaah… *come* Hm, este también está delicioso. Es verdad, la acidez ayuda a resaltar su sabor, es un sabor nuevo para mí. Hmm… ¿Eh? Ah, por supuesto que me quedaré mirándote, estás disfrutando de un dulce pastel, así que pensé que ahora tu sangre ha de estar extremadamente dulce. Ya no puedo contenerme… te deseo aquí y ahora. Antes también me dijiste que después, así que supongo que te refieres a que espere hasta que nadie nos pueda ver. Lo sabía, sí quieres que succione tu sangre.
Laito (7:25): Dicen que las miradas delatan, jeje. Eres como un libro abierto. No intente usar el pastel como excusa. En realidad tus ojos tambalean de emoción porque quieres que lleguemos pronto a casa para que yo pueda succionar tu sangre. Otra vez te quedaste callada, fufu… Ahora que lo hemos decidido, debemos terminar pronto nuestros pasteles. *comen*
*luego de comer*
Laito (8:25): Estuvo delicioso, bueno, escojamos los maracon y volvamos a casa. *se levantan* A ver, elige el sabor que más te guste. Tus ojos brillan con solo verlos, que linda. Al verte así siento que no podré contenerme. Fufu, no te preocupes, tal y como deseas, no te haré nada aquí. Fufu, parece que ya elegiste. Disculpe, por favor deme eso y esto.
*salen de la tienda*
Laito (9:28): Bueno, regresemos. Oye, tomémonos de las manos. *le das tu mano* Ahora ya no podrás escapar. Me tentaste mucho, así que prepárate para cuando lleguemos a casa.
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diamantar · 5 months
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ENCANTADORA
→ Aemond Targaryen x fem!OC
✦ Sinopsis: La Reina compromete a su tercer hijo con una dama de excepcional timidez y éste descubre un nuevo lado en él.
✦ Advertencias: Matrimonio arreglado / Fluff / Sugerente.
✦ Palabras: 1979
✦ Pedido: Si, de Wattpad.
✦ Nota: ¡Comentarios, likes y reblogs son muy apreciados! ♡
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Primavera fue la estación donde Alicent los presentó, por semanas oyendo que la dama seleccionada para nupcias era excepcionalmente bella, educada y provenía de una respetada familia. Halagos llovían para aquella ignota que solo conocía a través de su madre, quien había sido la única en conocerla cuando él viajó a fortalecer lazos políticos.
La idea del matrimonio no le agradaba como tampoco le disgustaba, ya que desde joven sabía que en algún momento sucedería. De todas maneras, aquella mentalidad lista para asumir las responsabilidades se debilitó una vez que fue deformado por Lucerys Velaryon. En la Fortaleza Roja las damas y caballeros susurraban sobre su apariencia y más de una vez oyó como prometían que nadie podría amarlo, así que la expectativa del rechazo de una mujer que juraban que era hermosa lo incomodaba de sobremanera.
Desde el inicio tuvo la guardia alta, pero los muros cayeron en la primer cena de celebración del compromiso. La femenina era fiel a las descripciones y aquellos ojos que lo miraron expectantes, casi suplicantes de que fuera buena con ella, lo destruyeron por completo. Rápidamente quiso conocerla en profundidad, sin embargo, mantuvo carácter y cordialidad ante las miradas inquisitivas.
En el transcurso de la noche intentó conversar y relacionarse, pero fue en vano al solo recibir respuestas cortas y nerviosas. La idea de ser despreciado generó mal gusto y le torció el estómago, aunque pronto concluyó que su prometida era extremadamente tímida al juntar las obvias señales: mejillas y orejas ruborizadas, mirada gacha y voz temblorosa.
—Oí que tú y tu familia llegaron esta tarde, debes estar cansada, ¿verdad? —insistió ahora que los padres de ambos estaban sumidos en una conversación que no le interesaba.
Con un rostro igual al de un animal acorralado, ella le miró y asintió.
—Si, pero no es problema… Quería verte lo antes posible —sonrió torpe tomando aún más color, sin dudas notándose el esfuerzo de esa confesión.
Aemond contuvo el aliento e intentó descubrir si mentía a pesar de que esas palabras lo entibiaron.
—He oído muy buenas cosas de ti, también deseaba encontrarte en persona.
—N-No hay demasiado en realidad… —negó apenada juntando las manos en el regazo.
—Solo es cuestión de conocernos.
Fiel a esas palabras, el Targaryen tomó acción y procuró que pasaran tiempo en actividades simples para no abrumarla con la intriga que trataba de mantener a raya. Existían días donde no podían encontrarse y sabía que la joven era comprensiva, pero apreciaba que, tanto como él, lamentaba no poder al menos conversar unos minutos.
Las semanas pasaron y ella empezó a acostumbrarse, los titubeos siendo menos frecuentes y logrando mantener contacto visual de forma prolongada. Desayunaban o tomaban el té con Alicent antes de partir a sus propias caminatas, un día enlazando brazos y dando comienzo al contacto físico. Podía sentir la tensión a través de las telas y como los pómulos tomaban color cuando flexionaba los músculos o la acercaba más, así que empezó a hacerlo conscientemente. Verla avergonzada provocaba emociones nuevas en él, hasta el punto donde debía esforzarse en ocultar el deseo que surgía.
Acciones simples como tomarla de la cintura y acomodarle el cabello se convirtieron en caricias en las caderas y roces por el cuello, incluso comenzó a besar su mano en saludos y despedidas. El aroma y suavidad de aquella delicada piel lo alcanzaba en lugares poco usuales, la impaciencia por finalmente estar casados dejándolo asombrado.
—La semana que viene es nuestra boda.
Aemond salió del mundo imaginario y observó la femenina mirar hacia abajo, el tono mortecino denotando que algo le inquietaba.
—¿Posees segundos pensamientos?
—¡En lo absoluto! —saltó veloz con expresión inquieta—. Has sido tan bueno y respetuoso conmigo, jamás consideraría o…
—Lo sé, entiendo —interrumpió al notar que se estaba agitando, la mano libre yendo a acariciarle la mejilla—. Entonces, ¿qué te perturba?
Inspirando profundo y calmándose, ella juntó coraje y tensó el agarre mientras acortaba ligeramente la distancia.
—Temo hacer el ridículo.
La confesión lo divirtió e hizo que sonriera ligero, enseguida ganando el impulso de estrujarla por lo adorable que era.
—Hace dos semanas que comenzamos a practicar la ceremonia, no hay nada que pueda fallar.
—Siempre existe la posibilidad —frunció los labios—. Además lo habrás notado, pero tampoco soy la mejor anfitriona…
—Estaré a tu lado a cada momento así no tendrás que agobiarte con los invitados, haré la charla cuando vengan a darnos sus bendiciones —consoló al tiempo que acariciaba la mano que reposaba en su brazo.
—Gracias —suspiró aliviada, aunque luego lució culpable—. Ojalá pudiera ayudar, mi timidez es un impedimento social desde pequeña.
—Doy fe de que es posible cambiar si quieres —asintió firme pensando que él era la prueba viviente de aquello—. Personalmente pienso que… eres encantadora, pero puedo ayudarte a de a poco ganar nuevas habilidades que te hagan sentir cómoda.
—¿No sería tedioso? —elevó ambas cejas en ligera incredulidad.
—Acompañarte es uno de los pocos placeres que tengo, por lo que extender nuestro tiempo juntos suena maravilloso.
—¿Siempre hablas así? —ocultó el rostro con un breve movimiento de cabeza.
Aemond paró el lento caminar que tenían y deshizo el enganche para inclinarse.
—Solo contigo —prometió antes de besarle el dorso de la mano, casi jurando que podía oír la sangre bullir por la galantería.
Lentamente se alejó y la miró a los ojos, el rubor que tanto adoraba tomando terreno sin ánimos de retroceder. Silencio los reinó mientras la brisa bailaba alrededor, con un cosquilleo apreciando como las pupilas femeninas por un segundo lo miraron a los labios. El Targaryen tensó la mandíbula a causa de la tentación e irguió la espalda indicando que la acompañaría al dormitorio, al despedirse intercambiando vistazos repletos de deseos ocultos.
El día de la boda arribó entre festividades y él no tardó en notar como, su ahora esposa, ocultaba el hecho de que estaba absolutamente abrumada. Sonreía y asentía liberando algunas palabras, pero se hallaba a tope de capacidad y solo podía respirar cuando los cercanos tomaban el control.
—Bailemos y luego quedémonos en la mesa, pronto todo terminará —prometió esperando que aquello la alentara.
—De acuerdo —aceptó mirando alrededor con punzante estrés.
Se movieron al centro de la pista mientras los invitados abrían paso, manos encontrándose y comenzando a moverse al ritmo de la música. La observó y analizó hasta que intentó distraerla, en un punto advirtiendo que ni siquiera sus roces la afectaban por el aturdimiento.
—¿Princesa? —llamó acunando una mejilla, por primera vez usando un apodo cariñoso.
—¿Aemond? —preguntó confundida saliendo del ensimismamiento, por primera vez desde la ceremonia tomando verdadera conciencia del masculino.
Rara vez las bodas era momentos de celebración para los protagonistas, pero el ahogo en ella lo preocupó.
—Nuestro momento aquí ha terminado, retirémonos.
—¿Podemos? —indagó esperanzada amagando a buscar a Alicent por confirmación, pero él la retuvo.
—Somos los festejados pero todos están ebrios y divirtiéndose con los suyos, no nos extrañarán.
Agarrándola de la mano y entrelazando los dedos, abrió camino y la sacó del salón.
—¿Dónde vamos?
—Mi habitación —respondió sabiendo que la propuesta despertaba una nueva inquietud.
Los pasillos se vaciaron por completo a medida que avanzaban por distintas alas, en un punto él agarrando parte del vestido y ayudándola a subir escaleras.
—Nunca estuve en este sector del castillo, será la primera vez que conozca… donde descansas.
—Espero no decepcionarte, mantengo la decoración al mínimo —dijo con fingida calma.
—Lo dudo, eres excepcional.
—Pronto lo descubriremos —tragó con dificultad apretándole la mano.
Frenaron ante una gruesa y oscura puerta, la cual Aemond abrió antes de animarla a ingresar primero. La observó atento y apreció como sus maquillados ojos iban a distintas partes del espacio, intrigados absorbiendo aquel territorio foráneo.
—Es acogedor, disfruto los colores —admitió conforme, inconscientemente jugando con los dedos.
El Targaryen realizó un sonido y acortó la distancia, entonces logrando contacto visual y apreciando los pensamientos del otro.
—Puedes tomar asiento, si quieres —ofreció señalando los dos sillones individuales frente la chimenea.
—Mmm… —inspiró dubitativa y torció fuerte las manos—. ¿Podría pedirte un favor? —preguntó, en un parpadeo ambas orejas quedando en llamas.
—Lo que sea —respondió, un nudo en el estómago comenzando a formarse.
—¿Me ayudarías con la ropa? Han pasado muchas horas y estaría más cómoda con menos encima.
Aemond aguantó la sorpresa y encajó la mandíbula, antes de darse cuenta yendo a posición y trabajando en los botones de encaje. Deshizo uno por uno mientras analizaba el fino trabajo, pero pronto toda la atención fue a ella y la forma en que intentaba no temblar. Admiró el cuello y como los pequeños cabellos se mantenían erizados, al terminar tentativamente tomándola de las caderas y admirando como la piel reaccionaba. Trazó círculos con los pulgares e, incapaz de contener el impulso, se inclinó a besar la nuca cayendo en inmediata embriaguez por el dulce aroma.
—Eres hermosa —ronroneó en el proceso de deslizar las manos al frente.
—¿D-De verdad?
—Absolutamente —confirmó dejando otro beso en la zona y volteándola.
Cuidadoso elevó una mano y la acarició en el rostro, fascinado observando como la piel se pintaba en cada roce.
—Aemond...
—No haremos nada que no quieras —murmuró aferrándose a la poca claridad mental que le quedaba.
Aguardó una respuesta y, para su sorpresa, la femenina se inclinó a besarlo.
—¿Desear que me toques es incorrecto?
El planteo envío un nuevo tipo de emoción y perdió el aliento durante unos segundos, pero con calma liberó cualquier inseguridad.
—Avisa cuando algo esté fuera de límite.
Tomando parte del vestido y bajándolo, la noche de bodas dio comienzo entre movimientos indecisos y nerviosos. Aemond imitó a su esposa e hizo lo mejor posible en mantener la compostura, pero la forma en que respiraban demostraba la aceleración.
Exploró cada sector de piel que revelaba y quemó en la memoria toda reacción, nebulosa llenando la mente ante los sonidos y agarres de la femenina. Recorrió la extensión de la columna y acunó el vientre bajo, donde inspiró profundo ante el gemido que llegó a sus oídos.
—Vamos a la cama —pidió tomándolo por los hombros.
Aemond salió de la embriaguez y asintió llevándola a la comodidad del colchón. Quitó sus propias prendas y se colocó encima, brevemente buscando algún signo de arrepentimiento antes de seguir. El momento parecía irreal, luego de tantos meses de adorar como cada acción los aceraba finalmente su turno de caer había llegado.
Perdido en el momento, fue completamente consciente de lo dicho y hecho cuando bajó del éxtasis. Lanzó el pelo hacia atrás y aligeró el agarre en la cintura femenina, quien, a su vez, se recuperaba del placer. Al verse la realidad de lo acontecido inevitablemente los puso en un ambiente extraño al ninguno ser especialmente experto en cuestiones de sabanas.
—¿Estás bien? —preguntó Aemond rompiendo el silencio.
—Si… ¿Tú? —contestó evitando ahondar en los detalles de lo que experimentaba física y emocionalmente.
—También —asintió en el proceso de analizar como brillaba a la luz del fuego y las velas.
La femenina sonrió y bajó la mirada de manera pensativa, él recorriendo su rostro mientras quitaba cualquier cabello rebelde que pudiera molestarle.
—Desde la cena de presentación has sido gentil y considerado conmigo, incluso esta noche has tomado todas las precauciones por mí, así que… gracias. Estoy feliz de ser tu esposa.
El corazón de Aemond se estrechó y con profundo cariño la besó, el intercambio siendo lento y lejano a la agresividad pasional de hace unos momentos. Definitivamente no era el mejor con las palabras y todo este tiempo vivió de empujarla a reaccionar con supuestas acciones inocentes, pero lo conmovía que hubiera podido ver más allá y notar que realmente deseaba cuidarla.
Sinceramente no importaba ante quien debería arrodillarse para agradecer que el mundo los encontrara, pero la dama que en primavera conoció lo tendría del corazón hasta el último aliento.
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sgiandubh · 6 months
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Addendum de Zeya Anon (para las hispanohablantes)
A pedido de @bat-cat-reader, ahí va para las hispanohablantes.Por favor, perdonad mis posibles errores:
Querida Zeya Anón,
En lugar de responder en el hilo de comentarios de su pregunta, @zeya-zg y yo acordamos hacer una excepción a mi política de confidencialidad de DM y brindarle las últimas noticias en sus propias palabras.
También acordamos publicar sólo lo que pueda interesar a toda la comunidad shipper. El resto se llama amistad y es asunto mío y de Zeya. Y el suyo también, si le escribes un DM, solo para saludarla.
De todos modos, aquí va:
"De todas maneras, gracias por preocuparte, agradece a tu Anon por comunicarse y preguntar por mí. Los Sweet Anons son una rareza en nuestro fandom, ¿no? Dile que no se preocupe y que lamento desaparecer, pero que es por dos motivos. Lo más importante es que necesito cuidarme, necesito convertirme en una prioridad por una vez en mi vida o tal vez por primera vez. Estaré bien, sólo hace falta un poquito de trabajo, eso es todo.
(...)
La segunda razón es… supongo que este fandom finalmente rompió mi voluntad. No es mi creencia, eso permanece intacto. Ningún truco de relaciones públicas, ningún secuaz de Mordor, ningún *urv o el resto de las reinas de la perdición de Mordor me harán cuestionar lo que sé en mi corazón que es verdad. Es sólo que esta necesidad constante de remover mierda, de cuestionar constantemente cada movimiento, cada respiración, cada mirada y cada paso es simplemente… déjame decirlo amablemente, abrumadora. Tal vez soy demasiado sensible, tal vez siento demasiado profundamente y me preocupo demasiado (básicamente, eso es lo que me han dicho toda mi vida, que eso es lo que me pasa), pero solo necesitaba un minuto."
Zeya está bien, se toma las cosas un día a la vez e incluso escribe. No me sentí con derecho a incluir esa parte de su mensaje, porque lo último que quisiera para nuestra niña es volver a sentir algún tipo de presión. Verás, comparado con Zeya, soy una persona brutal, horrible, cabrona, con mayor dosis de resistencia a la presión. Ella no es como yo. Ella es una de las personas más delicadas, sensibles y BUENAS (de las cuales ustedes son un batallón considerable, por cierto) que he conocido en este fandom. Es divertida, honesta, generosa y, sobre todo, amable.
Entonces, por favor: si quieres insultarla, degradarla o menospreciarla, piénsalo dos veces y transfiere tu estúpida ira hacia mí. Puedo soportarlo, estoy construida así. Ella no puede: para poder escribir como lo hace, necesitaba la empatía adicional que yo claramente carezco y la compenso con sarcasmo.
Que sea otra lección que nunca entenderás, Mordor: este fandom se trata de personas. La gente tiene vidas. Se viven vidas. Las bitácoras están escritas. Los sueños se sueñan. Y cada acción tiene una consecuencia, incluso lo que crees que haces aquí con toda impunidad. Ella no le hizo nada malo a nadie aquí. Dejala en paz. Aboféame y agradece haberlo hecho, porque si alguna vez le haces algo a gente como ella, te prometo que verás en tecnicolor completo cómo luce mi verdadera ira.
Ni palos ni piedras. Palabras.
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idoltoons · 4 months
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OMG!! Acabo de ver el animatic de Rosalie, sin duda me encantó 💕 e interesante ver los ex y me emocione mucho cuando vi a Eliot 🥺 si es posible responder esta pregunta la estatua agrietada ¿era el que hiba ser el rei fantasma? 👁️
Me hace muy feliz que le haya encantado! quq /💖 Fue bueno finalmente darle un rostro a los exes de la reinita fantasma. yuy Respondiendo su pregunta, hubo un solo rey fantasma, aunque el mundo no lo supiera, y este fue Eliot- Daré contexto de cada ex de Rosalie en orden de primeros a últimos. Traigan sus botanas porque esto esta largo de leer.
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Calisto, guardián en el palacio del reino humano. Rosalie lo conoció a los 17 años cuando hubo una feria en el que se presento la reina de ese entonces. Entre los guardias que escoltaban a la reina, estaba Calisto. Joven y con un rostro inocente que pareciera no matar ni a una mosca. En ese entonces la joven Rosalie tenia a sus pies a mas de uno con su belleza y elegancia, por lo que Calisto al verla no perdió la oportunidad de acortejarla. En ese entonces, la madre de Rosalie, Margot Harleytong, buscaba que su hija consiguiera un prometido de un estatus prestigioso, por lo que aunque no buscaba que Calisto y su hija se quedaran juntos, era lo más cercano a un pase para entrar al palacio y encontrar algo mejor. Resumiendo, Rosalie y Calisto formaron una amistad, luego un romance secreto entre ambos. Él era lindo, le prometía casarse con ella algún día, y Rosalie le parecía tierno, aunque por dentro sabia que no podrían quedarse juntos por la opinión de su madre. Calisto termino muriendo en un combate defendiendo a la reina de ser asaltada. Se hizo un funeral en honor de él, donde Rosalie y su madre se presentaron. Fue ahí donde se enteraron que Calisto tenia 3 amantes, mismas que se presentaron al funeral y terminaron por discutir al punto de que tuvieron que sacarlas del lugar. El romance de Calisto y Rosalie, al ser secreto, no hubo nadie más que Rosalie siendo consciente de esto. Rosalie no dijo nada más de la situación, le pareció justo el hecho de que Calisto le haya mentido, ya que en cierto modo ella también mintió con sus intenciones con él por lo que, estaban a mano. Tras la muerte de su "buen mejor amigo", no tardan en abundar las palabras de aliento y los regalos con buenos sentimientos de parte de los pretendientes de Rosalie. Y a la edad de 19 años, recibe las palabras de aliento del asistente de la reina, quien tras el funeral, no dejo de buscarla y crear escenarios para que sus encuentros fueran inevitables.
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Jacob, hombre en sus 30 años, recién divorciado, con una hija. Jacob prometía llevar a Rosalie a los mejore lugares del mundo, prometiéndole lujos y una vida cómoda. Rosalie desde un inicio acepto usarlo como un método de conocer a los peces gordos del reino, pues siendo aquel que acompañaba a la reina, la llevaría a los eventos mas lujosos del palacio, la presentaría a los objetivos de su madre Margot. Rosalie fue dulce con Jacob, pero siempre se negó a ir más allá, no aceptaba nada más que besos en las mejillas, abrazar su brazo y serle de compañía, entretenerlo con largas platicas que, aunque divertían y sacaban varias sonrisas a Jacob, tarde se fue dando cuenta de que Rosalie no buscaba nada serio de él. Jacob un día se harto y confronto a Rosalie en un evento muy especial en el palacio. La sensación de arrepentimiento y tristeza entro en el corazón de Rosalie al ver a Jacob entre lagrimas esperando la respuesta más que obvia. Hasta ese punto, Rosalie empezó reconsiderar lo que hacia y si realmente valía la pena seguir. Las lagrimas cayendo en el hermoso rostro de porcelana de aquella indefensa Rosalie hizo que todos los hombres alrededor saltaran en su ayuda. Apartando a Jacob de su vista y consolándola. Rosalie a ese punto ya era la gema de exhibición favorita en los eventos, por lo que ya no le hacia falta Jacob. Jamás lo volvió a ver desde ese entonces, solo escucho el rumor de que se había marchado del reino, incluso dejando a su hija atrás. Rosalie entro en una época de culpabilidad y mucha tristeza, no se sentía bien de jugar con sus alrededores con propósitos de interés. Ni siquiera era ella la que quería la vida lujosa, ella se encontraba bien con su cálida y pequeño hogar a las afueras del reino. Empezó a discutir mucho con su madre, se negaba conocer a nuevos pretendientes, por lo que decidió, en contra de los deseos de su madre, hacer algo que jamás había hecho antes… Consiguió un trabajo. Bajo las ordenes de la dueña de una boutique pequeña. Rosalie quería empezar a buscar su propio camino lejos de ser la muñeca de porcelana a la que todos quieren mirar en los eventos. Margot, lejos de aceptar los deseos de Rosalie, decide ir más lejos y arregla matrimonios para su hija con gente importante. Como Rosalie se niega a participar en los eventos de reunión organizados por su madre para conocer a su futuro marido, Margot manda a hacer con un artista talentoso muchos retratos de su hija. Lo que intensifica las pedidas de mano de Rosalie, pues todos quedaban maravillados de la belleza de la hija de Margot. Hasta que consigue una oportunidad única en la vida. El retrato de su hija cayo en las manos de un rey, lejano a las tierras de los humanos. Por lo que este agenda una cita para conocer a la preciosa dama de la pintura, con intenciones de un romance y si todo salía bien, un matrimonio. El día de la reunión llego, pero Rosalie no se presento con su pretendiente. Ella estaba muy lejos del lugar citado, en compañía del grande y fuerte hijo de la dueña del boutique en el que ella trabajaba.
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Joseph, hombre rebelde, poco aseado, pero con una facilidad para influir con sus palabras en el resto. Rosalie veía todo de rosa a su lado. La protegía ante todo aquel que quisiera faltarle al respeto. La llevaba a lugares tan románticos rodeados de naturaleza pura y simple donde pasaban horas juntos. A los 21 años, Rosalie se imaginaba una vida junto a este hombre. Hasta que los problemas de alcohol de Joseph empezaron a ser evidentes. Su príncipe pasaba a ser una bestia cuando tomaba, y poco a poco las gafas de colores empezaron a caerse del rostro de Rosalie. Al año y medio de relación, se encontraba con Joseph inconsciente en los suelos por el alcohol, y lo que normalmente haría Rosalie, que era levantarlo como pudiera y llevarlo a un lugar seguro donde esperaría a que cobrara consciencia, Rosalie simplemente se marcho y renuncio a su trabajo para no ver más a Joseph. Rosalie estaba harta de esa vida, la vida cómoda y rodeada de gente atendiéndola era todo lo que ella necesitaba en ese entonces. La reunion con el rey no se pudo repetir, por lo que Rosalie se vistió con los mejores vestidos que tenia y regreso a ser el centro de atención de la gente de la alta sociedad. Todos tenían a su piedra preciosa devuelta al escenario. Los cortejos no tardaron en llegar. Hasta que llego alguien en particular.
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Alexander J. Rondell. Formaba parte de la familia Rondell, soberanos del reino humano. Demostró interés en Rosalie entregándole una valiosa gema encontrada en las heladas y mortales montañas lejanas al reino. Trabajadores de Alexander encontraron esta peculiar gema y la trajeron a él. Una gema en forma de corazón, casi como si fuera tallada cuidadosamente, tenia un profundo color negro. Rosalie y su madre quedaron hipnotizadas de tan rara piedra, pues nunca habían visto algo así. Rosalie no dudo en aceptar el regalo del apuesto Alexander Rondell. Era el hombre que buscaba… ¿Qué más puede pedir? Apuesto, millonario, forma parte de la familia real, pronto ella se volvería un Rondell. Alexander era inteligente y excelente negociador, excéntrico, dulce y muy delicado con Rosalie. Salieron por unos 7 meses, meses en los que Rosalie se enamoro profundamente. A un punto en el que ya no importaba el estatus ni el dinero. Lo quería a él, y solo a él. Alexander le pidió matrimonio, ella acepto con alegría. Rosalie estaba en donde quería, una vida cómoda, lejos de las dificultades, siendo el orgullo de su madre, con un hombre maravilloso, un futuro por delante. Para su mala suerte, no funciono, de nuevo. El mundo de Rosalie comenzó a verse gris. Nada tenia color, nada tenia olor, todo era silencio. Rosalie acaba con su vida tras no poder lidear con el dolor… Es enterrada con la gema que Alexander le regalo, todos consideraron una grosería quitárselo cuando ella amaba tanto de esta. Y fue así como termino su lista de romances en vida, ahora vamos por los que tuvo una vez siendo reina fantasma.
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Eliot, quien creo que no necesita presentarse. Siervo elemental del rey Bahir, se conocieron en pleno conflicto entre fantasmas y Gloymos por territorio. Tras llegar a un tratado de paz, forman una amistad de muchos años, y luego de que la guerra contra Lord Emedes acabara, se confesaron su amor y se casaron en secreto. Antes de poder revelar su amor al mundo entero, Eliot muere dejando a Rosalie sola y al reino sin rey. No hace falta decir QUE LO AMO CON TODO SU SER Y NO HAY DIA QUE NO EXTRAÑE DESPERTAR JUNTO A ÉL CADA MAÑANA EL RESTO DE SU EXISTENCIA. Luego de esa trágica época, Rosalie da un alto a su vida amorosa y decide concentrarse en su hijo, Rafael. No es cuando este se vuelve adolescente, en que Rosalie nota que no la necesita y que esta empezando a hacer su propia vida social. Rosalie decide concentrarse entonces en sus labores como reina fantasma. Uno de sus labores, es encontrar a otras almas perdidas por el mundo. Con finalidad de darles un lugar seguro en su reino.
Es en este entonces, que empieza a notar a Mr. Corpse, la muerte misma en este mundo. Lo que empieza como un desagrado por este por historias pasadas en los que ambos, el como "La Muerte" y ella como "Reina Fantasma" estuvieron en muchos desacuerdos, temas relacionados a las almas y el mundo espiritual. Tras la usencia de Rafael en su día a día, al igual que Ofelia se encargaría de liderar una escuela fundada por Rosalie en el reino fantasma, con el resto de sus amigas en sus propios asuntos, encontró en "La Muerte" compañía. Con el tiempo, su desagrado por él se volvió empatía, luego respeto, hasta terminar en cariño.
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Esta puedo decir que si fue una relacion exclusiva, no por atracción física, más sentimental y por el hecho de sentirse acompañados el uno con el otro. Ya que estar en el negocio del mundo de las almas no es sinónimo de tener mucha compañía. Fue un romance que duro solo unos meses, en los que Mr. Corpse termino por hacer algo que para Rosalie, fue cruzar un limite. Y aunque ella entendió que era su deber, le hizo reflexionar de que no se veía el resto de su eternidad con aquel que posiblemente acabe con cada uno de sus seres queridos. Aquel que apagara la luz en los ojos de sus amigos, incluso, puede que de su propio hijo. Por lo que su romance volvió a limitarse a una simple amistad. Todo esto en secreto claro, Rosalie no tiene intención de que la vean con él, ya que nadie le parece una entidad deseable en sus vidas.
Y por el momento, son los únicos que explicare. 👀 Soy consciente de que me falta explicar uno, pero... Dejémoslo en que ambos creen que fue un sueño nada más y que nada fue real.
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