Polaroid descubrió por experimentos un filme que resultan en imágenes azules. Acá toda la historia y la página de venta de esta edición limitada.
Limitado. Experimental. Algo accidental. Reclaimed Blue es una película que nació de una casualidad experimental (gracias, Brian de Polaroid R&D). Una película que incorpora material de desecho recuperado de la fábrica Polaroid. Una película que se convierte en un llamativo y rico tono de azul.
Aunque inicialmente era un experimento para mejorar nuestra película en color, Brian se topó con una reacción química totalmente nueva y, en su lugar, inventó una nueva película. Reclaimed Blue es tan experimental que aún estamos averiguando para qué fotografía sirve.
No es Monocromo. No es Duocromo.
Entonces, ¿qué es?
Reclaimed Blue combina una reacción química única (entre nuestra película de color y el producto químico TBHQ de nuestra película en blanco y negro) con material recuperado de nuestro proceso de fabricación de películas. Curiosamente, no se añade ningún colorante azul adicional; la propia reacción crea los llamativos colores azules. Y lo que es aún más interesante, nadie, ni siquiera Brian, entiende del todo por qué. Es tan limitado como experimental… y todo gracias a Brian.
¿Qué hizo Brian?
Brian experimentó aplicando el revelador químico de la pasta de blanco y negro, TBHQ (que significa butilhidroquinona terciaria), en nuestra pasta de color. Nunca se había hecho antes, y cuando se hizo, ocurrió algo muy inesperado. Se produjo una reacción química totalmente nueva e impresionantemente fuerte, que hizo que la película de color adquiriera unos tonos azules sorprendentes e intensos. Y aquí está la cosa: mientras que tenemos teorías, nadie, ni siquiera Brian, entiende completamente la reacción química que está sucediendo.
Sí, te necesito. Te necesité desde que desperté, sólo que no supe cómo pedirlo. ¿Cómo empezar? ¿Cuál era el motivo para hablarte? ¿Acaso con decirte que me sentía mal sería suficiente? Un malestar emocional proveniente de un pasado que no me deja en paz. De una sensación de vacío que sólo se dedicó a crecer en el transcurso del día. Pensando que cesaría una vez escuchara tu voz… Y, no fue así.
La plática, tan lejana de lo que realmente quería decirte, avanzaba al mismo tiempo que la sensación agobiante iniciada a primera hora del día. El sentirme así de abrumada continuaba latente, y yo, sin saber cómo expresarte su existencia. Sólo te oía hablar, sin realmente escucharte. Dándome cuenta que entre más lo hacías esto más crecía. Intenté pararlo, hacerte preguntas que desviaran el tema, pero no te dabas cuenta. Ni siquiera en el último momento en que simplemente lo saqué, lo dije conteniéndome las ganas de llorar. Aún así no lo notaste.
Al final preguntaste si me encontraba bien, si ya había pasado todo eso que sentía. Y no, todo seguía igual, incluso aún más fuerte. Pero a pesar de ello sólo pude decirte que sí, que estaba bien. Temiendo que mi voz apagada y algo entrecortada me delatara y te dieras cuenta que en realidad no lo estaba. Sabía que después te ocuparías, y no quería que mi sentir se convirtiera en la causa para arruinar tus planes. No quise que lidiaras con esto, con algo que no te corresponde.
Y aquí estoy, cargando con todo el peso en silencio, muriendo de ganas por escribirte “te necesito”, limitándome a hacerlo para no cansarte con un vacío que pronto volveré a llenar.
Les he dado el poder, ahora estoy dentro de su juego, y tristemente, he perdido la salida. No sé de dónde agarrarme, mucho menos sé cómo hacerlo. ¿A caso podré callarlas?
Sé que no es tarde, nunca lo es, pero... ¿cuánto tiempo más? Ni siquiera supe en qué momento de mi vida comenzaron a susurrar; ahora gritan, y yo intento gritar más fuerte pero es imposible, nadie me escucha.
Esta vez intentaré prestarles atención, escuchar lo que dicen en lugar de huir. Sólo espero que hablemos el mismo idioma.