Tumgik
#tomados de la mano
criistals · 1 year
Text
La lealtad es escasa.
Si la encuentras quédatela...
Tumblr media
55 notes · View notes
mermaid-mulligan · 7 months
Text
Extraño tanto estar tomada de tu mano, pero me soltaste hace tiempo.
1 note · View note
hiyuki · 1 year
Photo
Tumblr media Tumblr media
ꕥ CHISATO ♡ TAKINA ꕥ
▷ Lycoris Recoil ▹ COMIC MARKET 101 Cover Art + My edition
915 notes · View notes
aricastmblr · 1 year
Photo
Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media
41 notes · View notes
olee · 3 months
Text
Fina | Enzo Vogrincic
Tumblr media
*3000 words (me inspiré) & mini s*x scene
Corrías con desesperación por el bullicioso aeropuerto, el eco de tus pasos resonando en los pasillos abarrotados. El tiempo apremiaba, y tu corazón latía al ritmo frenético de la prisa. El billete se aferraba en tu mano, como un talismán que te conectaba con tu destino. "¡Espera! ¡Ya voy!" gritabas, entre jadeos, mientras sorteabas a la multitud con determinación.
El reloj avanzaba implacablemente mientras te abrías paso entre la maraña de viajeros. Las luces parpadeaban sobre las pantallas indicadoras de vuelos, recordándote cada segundo que se escapaba. Al llegar al gate, una sensación de alivio temporal te invadió, pero rápidamente se desvaneció al notar que el área estaba desierta, como un escenario abandonado después de la función.
Te dirigiste apresuradamente hacia el empleado de la aerolínea, tu aliento agitado y la esperanza titilando en tus ojos. "Tengo un vuelo a Madrid ahora, por favor, dime que he llegado a tiempo", imploraste, con la voz entrecortada. El empleado, con un gesto comprensivo, te miró con seriedad y dijo: "Señorita, el vuelo se fue hace diez minutos".
Un nudo se formó en tu estómago, pero no te diste por vencida. Con determinación, preguntaste sobre cualquier opción disponible. "¿Hay algún otro vuelo a Madrid pronto?" El empleado, consultando la pantalla con un semblante compasivo, respondió que el próximo vuelo no sería hasta dentro de 15 horas. Asentiste con resignación, consciente de que el tiempo ya no estaba de tu lado.
Entonces, con la mente fija en tu compromiso ineludible, mencionaste la reunión crucial con la agencia de producción. "Tengo una reunión muy importante en Madrid. Aceptarán mi guión para una obra de teatro, y no puedo perder esta oportunidad", le expresaste al empleado, esperando encontrar alguna solución. El hombre tras el mostrador comprendió la urgencia en tu voz y te informó sobre la posibilidad de esperar.
Te refugiaste en un acogedor café ubicado en algún rincón del aeropuerto de Londres. El aroma del café recién hecho flotaba en el aire, pero tus sentidos estaban inmersos en la música melancólica de Guitarricadelafuente que fluía a través de tus audífonos. Con gestos automáticos, conectaste tu celular para cargarlo, buscando consuelo en las notas de tu artista favorito.
Sin previo aviso, una lágrima solitaria escapó de tus ojos, una expresión palpable de la desesperación que te embargaba por haber perdido el vuelo. La música parecía resonar en sintonía con tus emociones, como si Guitarricadelafuente compartiera tu dolor a través de sus cuerdas y melodías. Mientras las lágrimas seguían su curso, te sumergiste en un mar de pensamientos, contemplando el giro imprevisto que había tomado tu día.
Con resignación, extrajiste el guión de tu bolsa, sosteniéndolo entre tus manos temblorosas. El papel, ahora manchado por las lágrimas, representaba más que un simple texto; era la culminación de tus esfuerzos y sueños. Te encontrabas en una ciudad ajena, lejos de casa, y la realidad de estar varada por 15 horas en Londres se apoderaba de ti.
Las palabras del guionero, antes tan llenas de promesas, se volvían borrosas a través de tus lágrimas. De repente, te sentías como una niña de cinco años que había perdido su globo de cumpleaños, la tristeza reflejada en tus ojos y en cada línea de tu rostro. La ironía de la situación no pasaba desapercibida, y una mezcla de frustración y vulnerabilidad te envolvía mientras te aferrabas al guión como a un salvavidas en medio de la tormenta.
Sumida en la tristeza de tus pensamientos, te diste cuenta de repente de una mano amable que se acercaba a tu rostro con una servilleta. Entre la neblina de lágrimas, apenas pudiste vislumbrar la acción generosa de un desconocido que, con empatía, te ofrecía un medio para secar tus ojos. Agradecida por el gesto, aceptaste la servilleta sin poder identificar a la persona detrás de ella.
La bondadosa presencia a tu lado pasó desapercibida hasta que lograste controlar las lágrimas lo suficiente como para ver a quien te había brindado consuelo. Descubriste que había estado sentado junto a ti durante un buen rato, observando silenciosamente tu situación con comprensión. Sorprendida por su amabilidad, solo lograste articular un simple "thanks", incapaz de distinguir completamente sus rasgos.
En un giro inesperado, el hombre respondió en español. "De nada, yo espero que todo se recupere", dijo con una sonrisa tranquilizadora. Al levantar la mirada para agradecerle debidamente, te encontraste con la visión de un hombre extraordinariamente atractivo. Su piel canela destacaba bajo la luz del café, su cabello despeinado le daba un aire casual y sus ojos, de un caramelo puro, irradiaban calidez y comprensión.
Aunque te sentías vulnerable y con el corazón aún apretado por la situación, la presencia reconfortante de este hombre te hizo sentir un atisbo de consuelo. No sabías exactamente cómo reaccionar ante su belleza, pero la curiosidad y la necesidad de conexión humana te impulsaron a romper el silencio. "¿Hablas español?" preguntaste, con la esperanza de que la respuesta fuera afirmativa. El hombre sonrió y respondió con una risa contagiosa, "Creo que sí".
A pesar de la tormenta de pensamientos que te asaltaba, la visión de este joven que parecía salido de tus sueños generó un apretón en tu corazón. Sin embargo, la realidad chocó contra la fantasía cuando notaste que llevaba una sudadera y tenis Nike, una imagen más casual y terrenal que la que habías imaginado.
El chico, notando tu evidente perturbación, rompió el hielo al expresar su intriga ante la combinación de un guión en tus manos y lágrimas en tus ojos, “No te conozco, pero al ver que tienes un guión en mano y estás llorando, ahora estoy muy intrigado por lo que te ha pasado," dijo el chico guapo con una mezcla de curiosidad y empatía en su voz. Te sumiste en un silencio momentáneo, tratando de procesar la situación y, al mismo tiempo, preguntándote si este encuentro era producto de tu imaginación o si realmente estabas frente a alguien especial.
Finalmente, el chico reveló ser actor y confesó su amor por el teatro, aunque actualmente se encontraba inmerso en proyectos cinematográficos. La conexión con el mundo del teatro hizo que tus ojos se iluminaran con un atisbo de reconocimiento, y una sospecha empezó a formarse en tu mente.
Con un tono casual, le preguntaste: "¿Espera! ¿Tú eres Enzo, Enzo Vogrincic? ¿De 'La Sociedad de la Nieve'?" La confirmación en su expresión te dejó boquiabierta. "Ese mismo", respondió con una sonrisa, añadiendo con humor, "desde hace tiempo no veía a alguien tardarse tanto en reconocerme". Tu corazón latía con emoción mientras intentabas procesar la realidad de tener a un actor reconocido a tu lado.
Con entusiasmo, le confesaste: "Es que... ya he conocido a tantos actores que me da igual, pero... yo amé tu actuación y las otras obras que has hecho en Montevideo, es que amé".
Enzo, aún intrigado, te agradeció con sinceridad. "Gracias, escuchar esto me da más ánimo en hacer lo que hago," expresó con una sonrisa genuina. Sin embargo, no dejó que el agradecimiento se interpusiera en su deseo de conocer más sobre tu historia.
"Pero… no cambiemos el tema, ¿por qué estabas llorando? ¿Eres actriz o…?" preguntó con un gesto de interés. Tomaste un momento para recobrar la compostura y compartir parte de tu vida con este actor que, de alguna manera, se había convertido en un confidente inesperado.
"Soy prácticamente guionista, y me gusta escribir tragedias, dramas y todo lo Lorca," comenzaste a explicar, revelando tu pasión por la escritura teatral. "Pero últimamente no he tenido la suerte, y ahora que tengo una gran oportunidad en Madrid, el vuelo acaba de irse, y pues…" La frustración y la tristeza se reflejaban en tus ojos mientras compartías la historia de tu día caótico, sintiendo que Enzo podría entender el peso de tus aspiraciones y desafíos creativos.
"Qué horrible, pues no estás sola, porque yo también perdí el vuelo para Madrid," compartió Enzo, revelando un inesperado giro en su propia situación. Tus ojos se abrieron con sorpresa ante la revelación. "No jodas?" respondiste, dejando escapar tu incredulidad. Enzo rió ante tu reacción y, con un tono resignado, comentó: "Así es la vida". La ironía de la situación resonó en la conversación, creando un lazo instantáneo basado en las coincidencias y desafíos compartidos.
Después de pasar varias horas inmersos en el café, tú y Enzo continuaban deleitándose en una charla apasionada sobre el teatro y todo lo relacionado con sus amores creativos. El tiempo parecía volar mientras compartían anécdotas, descubrían similitudes en sus carreras y exploraban sus visiones artísticas.
A medida que la conversación fluía, el reloj recordó que era casi la hora del almuerzo. Enzo, con una sonrisa, sugirió: "¿Qué te parece si nos damos un respiro y vamos por unas hamburguesas?" La idea resonó contigo, y juntos se dirigieron a un lugar cercano para disfrutar de un almuerzo casual y reconfortante.
Después de saciar el apetito, la tarde avanzaba y la diversión no se detenía. Enzo, con su sentido del humor intacto, los condujo a un bar cercano. Cómicamente, se dirigió al bartender diciendo: "Denos dos cognac, que nos hace bastante falta". La ocurrencia sacó una risa de tu parte mientras observabas la escena con complicidad.
Mirándolo con una sonrisa, bromeaste: "Sabes, se supone que no esté borracha, pero si es así, no me importa".
Entre risas y la atmósfera relajada del bar, tú y Enzo continuaban disfrutando de la compañía mutua. El ambiente festivo se intensificaba a medida que ambos tomaban innecesariamente, sumiéndose en conversaciones que abordaban cualquier tema que se les ocurriera.
En un momento de confianza, decidiste compartir un secreto que habías guardado durante mucho tiempo. "Enzo, te tengo que confesar algo," dijiste, con un tono cómplice. Él, intrigado, respondió con un "Dale, dime".
Toda roja y riéndote, soltaste la confesión: "Yo te re amaba, like cuando saliste en 'La Sociedad de la Nieve', no pude aguantar mi fanatismo y pues, ahora que lo pienso, creo que hasta escribí un fanfiction de ti". La expresión de Enzo era un cóctel de sorpresa y diversión mientras esperaba a escuchar más detalles.
Con una risa nerviosa, Enzo te pregunta: "Y... de qué era ese fanfiction?" Entre risas y complicidad, respondiste, "Eso mejor no lo hablemos pero... ya tú sabe". Enzo, con una sonrisa p��cara, te desafió: "Yo no sé, dime tú".
Entre risas y anécdotas compartidas, el tiempo parecía desvanecerse mientras ambos continuaban disfrutando de la velada. Sin embargo, la realidad del horario de su vuelo a Madrid interrumpió la burbuja temporal en la que se encontraban. El intercom anunció que era hora de abordar, generando una pausa en su divertida conversación.
Enzo, con una mirada juguetona, sugirió: "Quédate conmigo, así te sientas al lado mío y charlamos más". Tú, recordando la asignación de asientos, expresaste tu preocupación: "Pero, el asiento está designado". Sin embargo, Enzo, con confianza, respondió: "Eso me lo dejas a mí". Ante su propuesta, no pudiste evitar sonreír y ceder: "Pues, ¡vale!"
Al entrar al avión, Enzo abordó con confianza y se dirigió a una de las azafatas. "Perdona, pero hubo un error con los asientos, ella se supone que esté al lado mío, además que es my fiancé," dijo con una sonrisa juguetona, dejándote boquiabierta y bastante ruborizada. La declaración tomó por sorpresa a la azafata, quien, a pesar de la confusión, asintió amablemente y te acompañó hasta el asiento asignado al lado de Enzo.
Mientras te acomodabas, una mezcla de asombro y nerviosismo se reflejaba en tu rostro. Enzo, con su actitud desenfadada y una chispa de complicidad, te guiñó un ojo antes de sentarse a tu lado.
Al sentarte, no pudiste evitar comentarle a Enzo: "Estás demente, ¿cómo que fiancé?" Él te miró con una sonrisa pícara y respondió: "Ay mira, estos son cosas que pasan, y además esto, ehh..." Tratando de mantener la compostura, le interrumpiste: "Mira, ya, que estás re tomado, que ni sé de qué estamos hablando."
Él, con un tono cómico y sarcástico, te dijo: "De que eres mi fiancé y punto." En respuesta, le diste un pequeño puño juguetón en el brazo, y Enzo, dramáticamente, exclamó: "Ay, eso dolió." Tú, riendo, le reprochaste: "Ay no seas bobolón."
Ya cómodos en sus asientos, Enzo te mira con la expresión de quien necesita más alcohol, mientras tú le devuelves la mirada con gesto de ya no más. Sin embargo, al pasar una azafata, Enzo, con su característico sentido del humor, le dice: "Perdona, ¿nos podrás traer dos champán? Es que como nos vamos a casar pronto." Tu rostro se torna más rojo de lo que ya estaba ante la inesperada declaración de Enzo.
La azafata, acostumbrada a situaciones peculiares, asiente con una sonrisa y se apresura a cumplir la solicitud. Mientras tanto, Enzo se relaja en su asiento con una expresión de triunfo, mientras tú intentas ocultar tu sorpresa y diversión ante la ocurrencia.
Se tomaron el champán con un "¡Salud!" y el ambiente se llenó de risas y un toque festivo. Sin embargo, a medida que disfrutaban de la bebida, comenzaron a notar que el efecto del alcohol se estaba haciendo más evidente, sumergiéndolos en un estado de relajación profunda. Enzo te mira con complicidad, y con una sonrisa pícara, comenta: "Y de qué era el fanfiction? Es decir, me imagino que era bueno."
Tu rostro refleja una mezcla de pensamiento y vergüenza, y le respondes: "Ay Enzo, por favor, no hablemos de eso, ya te dije que no te voy a contar." Sin embargo, Enzo persiste con curiosidad: "Pero me imagino que fue creativo." Lo miras con incredulidad, como si sus palabras fueran más serias de lo que aparentaban, y le contestas: "Cómo que creativo, I mean, era normal, como una chica empezando sus veintes y todo eso."
La conversación da un giro inesperado cuando Enzo, con sorpresa, pregunta: "Espera, no jodás que… ¿cuántos años tienes?" Lo miras directamente y le respondes con humor: "Bastante mayor, ¿por? ¿Me veo vieja?" Enzo, tratando de explicarse, menciona: "No... es que yo pues, ya sabes que estoy en mis mediados de treinta." Tú, con una sonrisa traviesa, le dices: "Estás bien, ¿o mejor te digo que estás viejo?" Las risas se mezclan con la complicidad, creando un ambiente ligero y divertido mientras continúan su viaje a Madrid.
Después de la conversación sobre el fanfiction, Enzo ya estaba medio dormido, o mejor dicho, parecía cansado o sumido en sus pensamientos. Mientras tanto, sentías la necesidad apremiante de ir al baño. Decidiste levantarte del asiento y dirigirte al baño del avión. Sin embargo, al llegar, te encontraste con una fila larga para el baño de mujeres, y la urgencia no esperaba.
La azafata, al notar tu situación, te tranquilizó diciéndote que podías usar el baño de hombres, ya que estaba vacío en ese momento. Agradecida, aceptaste la oferta y te aventuraste en una larga caminata a través del amplio avión. Al final, encontraste el pequeño baño del avión, donde pudiste aliviarte y refrescarte las manos.
Justo cuando estabas a punto de salir, te diste cuenta de que Enzo estaba a punto de abrir la puerta del baño. Ambos se miraron con asombro, creando un momento de sorpresa compartida. Sin embargo, lo que más te ponía nerviosa era el silencio incómodo que se instaló entre ustedes. Aunque no era incómodo en sí, había una tensión que no podías ignorar.
Tus ojos se encontraron con los de Enzo, sus labios y sus ojos endormecidos brillando en la penumbra del avión. Era como si el tiempo se hubiera detenido por un momento, y la conexión entre ustedes se manifestaba en el silencio compartido. Ambos parecían estar atrapados en la atmósfera íntima del instante, sin palabras pero con una comunicación palpable entre las miradas.
Ligeramente afectada por los efectos del alcohol, observabas cómo el brazo de Enzo estaba recostado en la puerta del baño, como si te invitara a pasar. Sin embargo, te quedaste mirándolo, notando que sus venas sobresalian, un detalle que capturó tu atención de manera inusual.
De repente, Enzo miró a ambos lados y se introdujo al baño contigo, a lo cual respondiste incrédula, diciendo: "Mijo, pero—" Antes de que pudieras terminar la frase, Enzo te agarró de los muslos y te hizo sentar en el mini lavamanos. Te sentías un poco incómoda, sin estar segura de cómo reaccionar, pero permitiste que Enzo guiara la situación.
Él te agarró suavemente del cuello y empezó a besarte apasionadamente, como si ambos tuvieran una sed desesperada de conexión. Respondiste a sus besos de manera igualmente intensa, sumergiéndote en el momento. La pequeña cabina del baño se convirtió en un espacio íntimo donde las emociones y los deseos se expresaban libremente entre ambos, desafiando la lógica del apretado espacio.
Después de tantos besos, Enzo te tocaba apasionadamente por todos lados, más — soltás un suspiro largo y él hace lo mismo, como medio agitado. "Me parece que ya es hora de pegar una cabeceada," te dice. Tú, con cierta preocupación, le tirás, "Pero capaz hay gente esperando afuera, ¿cómo hacemos para salir del baño?" Él te responde con un "Solo tenés que seguirme," agarrándote de la mano. Enzo abre la mini puerta del baño del avión, echa un vistazo a los lados y, medio incómodos pero satisfechos, se encaminan hacia sus asientos.
Al sentarse, tú y Enzo quedan en un largo silencio, procesando todo lo que había pasado en esos largos minutos en el baño del avión. Mientras tanto, Enzo te agarra de la mano y te da un besito en la misma. "(Y/N), me tendrías que pasar tu número de celu, quiero volver a verte," te dice, y tú, ya un poco cansada y recostada en el hombro de Enzo, le respondés, "Cuando aterricemos, te paso mi número," y él asiente con un "Dale."
Fin
Tumblr media
359 notes · View notes
cowmaid · 3 months
Text
Tumblr media
me ha tomado de la mano ? ! ? (did he just hold my hand ? ! ?)
187 notes · View notes
karylvsjuanii · 25 days
Note
Holaaaa. Me encanta tu smut, por favor no dejes de escribir. Este ultimo con matias esta muy bueno.¿Puedes hacer uno con kuku por favor?
DILUVIO | Esteban Kukuriczka
tw: penetracion con dedos, groserías, orgasmo interrumpido, muchos chorros, masturbacion, sobre estimulación.
Los diálogos son en argentina pero mi narración es latina.
Tumblr media
Dale mi amor, no pares. - Gimes fuerte aferrándote a los hombros de Esteban.
Tres de sus dedos salían y entraban de ti con fuerza y rabia.
Eso es mi princesa, dámelo todo. - Se acerca a tu oído dejando rastros de besos por tu clavícula.
Sus dedos seguían sus patrones y continuaba enroscandolos dentro de tus paredes, abriéndote aún más.
Ándate bebé, ponete en cuatro pa mi.- Y cómo debe ser, sus órdenes fueron concedidas por ti en menos de un minuto.
Te tenía de perrito como a él le gustaba, sus dedos entrando en tu entrada apretada te sacaron fuertes gemidos de placer.
Ah, la puta madre, metelo más “kuku”.- Empujas tus caderas hacia atrás, tratando de alcanzar más a sus largos dedos.
Te gusta?, te gusta cómo te follan mis dedos?- Esteban masajea tu clitoris en busca de tus gemidos.
Ay dale papi, me encanta.- sus dedos seguían en trabajo, sin hacer esfuerzo en tu clitoris ya estimulado por la palma de su mano.
Como me gustas así se apretadita, bebita.- Su mano izquierda se aleja de su polla antes masturbada por el, para atender a tu clitoris hinchado.
Su dedo índice empieza a palmearlo con suavidad, dio cinco leves palmadas antes de dar otras tres con más rudeza. Después de que empezaras a gemir, aplastó tu nervio rojizo con su dedo y tu cuerpo reboteó con brusquedad al ser restregado con la yema de su índice, llenándote de lagrimas por el placer.
Bajó la velocidad y con solo la punta de su dedo, cepillo con tortura a tu clitoris sonrojado.
Ah, mi amor, que rico. - Tus tetas saltaban dándole a Esteban la mejor película porno.
Mirate, bonita, babeando por mis dedos en tu coñito apretado. - La velocidad de sus dedos nunca cambió.
Te estoy jodiendo tan bien que no podes ni respirar. - De su boca dejó caer saliva a tus pechos.
Dale mi beba hermosa, mostrame que podes hacer con ese cuerpecito tuyo. - Su mano izquierda dejó de atender a tu clitoris para dar una nalgada en tu culo.
Follate en mis dedos. - Los azotes de sus dedos pararon.
No papi, no me hagas esto, ya casi termino.- Intentaste tomar sus muñecas para que vuelva a golpear tu coño.
Hacete chorrear, princesa, se buena para papi. - Esteban sonrió como nunca al verte así.
Comenzaste a deslizar tu entrada por sus dedos de nuevo, bajando tus caderas para hacer a sus dedos entrar duro a ti.
Solo bastaron 30 segundos para volver al ritmo anterior, estabas follandote en los dedos de tu novio sin poder razonar nada de lo que hacías. Babeabas y llorabas en las almohadas, tus dedos se enroscaban en tu cabello por la desesperación de tu cuerpo. Tu cuerpo sentía temblar y a recibir espasmos cuando tus dedos restregaron de nuevo a tu clitoris caliente.
Tu cabeza volvió a subir y tu boca se abrió en “o”, sacando un gemido agudo y cambiando tu expresión a un ceño fruncido, tus tetas se movían por tu dedo frotando tu clitoris.
Esteban metió y sacó sus dedos sin frenar el ritmo duro que habías tomado, volviendo a sacar un gemido agudo de tu parte y la expresión en tu rostro sin dejar de babear. Chorros salieron disparados de tu entrada mojando a Esteban del cuello al abdomen, sus dedos salían y entraban sin freno.
De tu boca no salía ningún sonido, solo eran tus ojos entrecerrados y tu boca intentando emitir un sonido inaudible. Golpeaste la mano de Esteban para que la sacara de ti, seguido de mas chorros fuertes empapando las sábanas.
Tu mano derecha cepillando tu clitoris fue retirada por Esteban para tomar su lugar y ayudarte a bajar de tu subidón.
Eso es mi amor, lo hiciste muy bien. - Tu novio besaba con dulzura tus mejillas sin dejar de atender a tu botón.- Te amo, pero todavía no acabamos. - Tomó a tus piernas con delicadeza y las jalo hacia él. Sus manos tomaron camino a tu falda aún puesta, bajándola por completo.
Al parecer Esteban estaba dispuesto a darte la mejor noche de tu vida.
121 notes · View notes
cuando-fingi-quererte · 3 months
Text
Lo romántico que sería ir tomados de la mano en camino a follar. 👫
— G'
197 notes · View notes
criistals · 2 years
Text
Cada quien con sus sueños, pero siempre de la mano…
Tumblr media
38 notes · View notes
flan-tasma · 7 months
Note
Fluffy soft smexy times w/ Wriothesley? Soft dom wriothesley?? Please I just want him to love me :sob:
💖~ Soft Wriothesley is the best Wriothesley!
KDHKHD I have many questions! I love this, they are in Spanish and English, I am so happy! :D
Perdí la mayoría de esto por error y no alcancé a guardarlo en borrador.
A la de 3 me lanzo de la ventana.
I could bark for this man
Warning: smut, Fem!Reader | Google Translate sponsors me (it's a lie) If I made any mistakes in the english translation, I would be happy to read your comments! | Content in spanish and english
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
Spanish:
Wriothesley era un hombre ocupado, siempre tenía que seguir con sus deberes en el Fuerte Merópide, entre montones de informes de quiénes entraban en la prisión y lo que se necesitaba para los prisioneros casi no tenía tiempo para sí mismo, pero siempre encontraría alguna grieta en su agenda para ti.
La hora del almuerzo era parte del reducido tiempo que tenía y que se aseguraba de dedicarte, escapando de sus labores para comer junto a ti y hablar de las obligaciones de ambos. Luego jugaban ajedrez cuando les quedaba tiempo, y esa era la situación actual.
Le gustaba mirar fijamente el tablero y analizar todo, tu rostro fijo en sus expresiones lo hacía sonreír con su mejilla contra su mano. Realmente ya sabía qué pieza mover, pero le gustaba cuando movías tu pierna como reflejo de tu impaciencia. Quería guardarte en su bolsillo y siempre tenerte junto a él, en el bolsillo que estaba más cerca de su corazón, en donde estarías caliente y podrías dormir mientras él trabaja y te alimentaría con pequeños bocados de comida cada vez que tengas hambre, pero no era capaz de tal magia.
Finalmente movió la ficha y tu suspiraste, comiendo su pieza negra con la tuya blanca, y te cruzaste de brazos con molestia. Wriothesley soltó una carcajada desde sus pulmones.
"¿Algo te molesta, ma biquette?" Te pregunta con burla, volviendo a su necesidad de jugar con tu tiempo. Frunciste el ceño, aunque tu expresión lo hizo soltar una risa desde sus pulmones.
"No es justo, me estás dejando ganar." Dijiste con frustración. Al inicio era una ilusión cuando ganabas pero el tiempo te permitió ver lo que realmente hacía Wriothesley, cuando podía comerse una pieza tuya, movía otra pieza para que pudieras hacerlo tu, poco a poco su falta de analítica lo haría perder contra ti.
"Lo lamento, querida. No sé a qué te refieres." Mentiras dichas por el hombre que se divertía de ver tu rostro enfadado. Cuando le dijiste que siempre hacía lo mismo, se cruzó de piernas y de brazos, cerrando sus ojos para pensar correctamente. Tu pierna se siguió moviendo ante su postura pensativa, ansiosa, y Wriothesley suspiró mirándote aún enfadada. "Eres demoledoramente hermosa, ma biquette."
"Eso no va a cambiar que me estás dejando ganar" Gruñiste con enojo ante el intento de tu pareja de tranquilizarte, un pobre intento, claro. Masajeaste tu sien con molestia y dejaste escapar otro suspiró mientras mirabas el rostro sonriente de Wriothesley. "No es justo, siempre haces esto."
"¿Qué podría ser injusto?"
"El punto de jugar es estar juntos, ¡no importa quién gane!" Ibas a lanzarle una almohada a la cara, pero su mano había tomado la pieza de la reina negra, su pieza, y la rotaba para verla mejor mientras pensaba profundamente en tus palabras. Su sonrisa era diferente, no solo divertida, sino más bien burlesca, y dejó de lado esa pieza para levantarse.
Tu espalda chocó contra el suave espaldar de la silla y la mano derecha de tu pareja sostuvo tu mandíbula, sus labios muy cerca de los tuyos y la pieza negra ahora en tus manos. Su aliento golpeaba contra el tuyo y parecía que iba a bendecirte con un beso hasta que te mantuvo en el mismo lugar.
"Está bien, es justo que siempre ganes en el ajedrez si yo siempre gano en la seducción. Te puedo dejar ganar las veces que quieras." Con cada palabra que decía, sus labios rozaban tu piel sensible y te hacían suspirar. Sus manos acariciaron tus caderas y dejó un rápido beso en tus labios antes de dar la vuelta a la silla y, con los brazos a los lados de ti, usar las piezas del tablero para una exposición más dinámica.
Él, como el rey negro, correspondiente a las piezas que estaba usando antes de que esto ocurriera, y tu, la reina blanca, ambos alejados. El Fuerte Merópide representado en las cuatro torres y que los separaban.
"Mi trabajo me mantiene ocupado y la miseria de tiempo que comparto contigo es solo el almuerzo y la cena. No puedo dejarte así, ma biquette." El aliento de Wriothesley erizaba los cabellos de tu nuca y los suaves besos con la boca abierta que dejaba en tus hombros, te hicieron jadear al ritmo en que tu ropa interior se mojaba contra la piel del sillón. "Puede que yo sea injusto porque disfruto de mantenerte aquí, junto conmigo, todo el tiempo que pueda tener." Wriothesley había creado un espacio entre las torres monocromáticas y la reina blanca había entrado con el rey negro, las mordidas en tu cuello a medida que los dedos del duque acariciaban tu espalda y tus brazos hacía que fuera difícil mantenerse enfocada en su explicación. "Solo quiero que te quedes un poco más, deseo ser egoísta y no dejarte ir tan rápido como lo tengo que hacer."
Wriothesley podía ser avaricioso contigo, te sostenía dulcemente contra el sillón y te hacía tomar su polla entre besos y afirmaciones. Te hacía el amor de manera lenta y disfrutaba viendo como tenías que partir lejos del Fuerte Merópide con las piernas temblando y la respiración intranquila. Pero fue justo, se aseguró de que disfrutaras el haberte ido mucho más tarde de lo que solías hacerlo.
Tumblr media
English:
Wriothesley was a busy man, he always had to carry on with his duties at Fort Meropide, between piles of reports of who was entering the prison and what was needed for the prisoners he hardly had time for himself, but he would always find some crack in their agenda for you.
Lunchtime was part of the limited time he had and that he made sure to dedicate to you, escaping from his work to eat with you and talk about both of your obligations. Then you played chess when you had time left, and that was the current situation.
He liked to stare at the board and analyze everything, your face fixed on his expressions made him smile with his cheek against his hand. He actually already knew which piece to move, but he liked it when you moved your leg as a reflection of your impatience. He wanted to keep you in his pocket and always have you next to him, in the pocket that was closest to his heart, where you would be warm and could sleep while he worked and he would feed you small bites of food whenever you were hungry, but he wasn't right capable of such magic.
He finally moved the chip and you sighed, eating his black piece with your white one, and crossed your arms in annoyance. Wriothesley laughed deep in his lungs.
"Is something bothering you, ma biquette?" He asks you mockingly, returning to his need to play with your time. You frowned, though your expression made him let out a deep laugh.
"It's not fair, you're letting me win." You said in frustration. At the beginning it was an illusion when you won but time allowed you to see what Wriothesley really did, when he could eat a piece of yours, he would move another piece so that you could do it, little by little his lack of analytics would make him lose against you.
"I'm sorry, dear. I don't know what you mean." Lies told by the man who was amused to see your angry face. When you told him that he always did the same thing, he crossed his legs and arms, closing his eyes to think properly. Your leg continued to move at his thoughtful posture, you were anxious, and Wriothesley sighed, looking at you still angry. "You are devastatingly beautiful, ma biquette."
"That's not going to change that you're letting me win" You growled angrily at your partner's attempt to calm you down, a poor attempt, of course. You massaged your temple in annoyance and let out another sigh as you looked at Wriothesley's smiling face. "It's not fair, you always do this."
"What could be unfair?"
"The point of playing is to be together, it doesn't matter who wins!" You were going to throw a pillow at his face, but his hand had taken the black queen piece, his piece, and he was rotating it to see it better as he thought deeply about your words. His smile was different, not just amused, but rather mocking, and he put that piece aside to stand up.
Your back hit the soft back of the chair and your partner's right hand held your jaw, his lips very close to yours and the black piece now in your hands. Her breath hit yours and it seemed like he was going to bless you with a kiss until he held you in place.
"Okay, it's only fair that you always win at chess if I always win at seduction. I can let you win as many times as you want." With every word he said, his lips brushed against your sensitive skin and made you sigh. His hands caressed your hips and he placed a quick kiss on your lips before turning the chair around and, with his arms at your sides, using the pieces on the board for a more dynamic display.
He, as the black king, corresponding to the pieces he was using before this occurred, and you, the white queen, both far away. The Meropid Fort represented in the four towers that separated them.
"My job keeps me busy and the pittance of time I share with you is only lunch and dinner. I can't leave you like this, ma biquette." Wriothesley's breath ruffled the hair on the back of your neck and the soft, open-mouthed kisses he left on your shoulders made you gasp at the rate at which your underwear became wet against the skin of the couch. "I may be unfair because I enjoy keeping you here, along with me, for as long as I can have." Wriothesley had created a space between the monochromatic towers and the white queen had entered with the black king, standing as close together as the shape of the pieces allowed, bites on your neck as the duke's fingers caressed your back and arms. It made it difficult to stay focused on his explanation. "I just want you to stay a little longer, I want to be selfish and not let you go as quickly as I have to."
Wriothesley could be greedy with you, holding you gently against the couch and making you take his cock between kisses and affirmations. He made love to you slowly and enjoyed watching how you had to leave Fort Meropide with your legs shaking and your breathing uneasy. But it was fair, he made sure you enjoyed leaving much later than you usually did.
212 notes · View notes
unicornio12am · 2 months
Text
Entonces comencé a imaginarte, la brisa desordenando tu cabello, tus ojitos brillando, caminando sobre la arena tomados de la mano, y tu voz retumbó en cada rincón de mi corazón, dijiste te quiero y mi alma se estremeció, caminé a casa imaginando un instante en que todo saliera bien, y alguien tan común como yo, lograra tener aunque fuera una pequeña oportunidad de ver el atardecer reflejado en tu mirada, entonces imaginé que las flores que crecieron en mi corazón se convertían en las flores que más te gustaban en todo el  universo. 地狱                              
58 notes · View notes
aricastmblr · 1 year
Video
[EPISODE] 지민 (Jimin) Choreography Practice Sketch - BTS (방탄소년단)  
https://youtu.be/ih4NpgY-fsI
12 notes · View notes
anon-402 · 2 months
Text
Para los pocos hispanos fans del Pissa que andan por aqui, ahi les va un WIP de un fic que ando haciendo:
Dear Dopamine
Tags: No RPF, Fluff, Mutual Pining, Awkward Flirting, Humor, Dialogue Heavy, Dirty Jokes, Letters
La vida de Philza era el tipo de comedia romántica barata que los críticos bombardearían con bajos ratings bajo el pretexto de ‘sobre-esforzarse’ y ser ‘demasiado cínica’. Es el mimos tipo de comedia que sería vendida como un romance pero era todo menos eso, e incluso cuando lo intentaba ser, el protagonista siempre era reacio con sus sentimientos; vacilando entre caminar esta línea firme de rechazo perpetuo y aceptación ambigua, y odiosamente ocasionando en más de un espectador confusión.
Lamentablemente para Philza, esa no era la única paralela existente que se podía inferir entre su vida y los romances de bajo presupuesto, pues había notado que las personas en su vecindad parecían moverse más en números pares estos últimos días. Claro, aun con las miradas calurosas y caricias asquerosamente cursis que otros intercambiaban en público, esto no presentaría un problema sino fuera porque también tenían un deseo descomunal en entrometerse en su vida personal.
Algunos optarían por señalar que la razón detrás de sus intromisiones eran bien intencionadas y se debía al hecho de que irónicamente, aun teniendo un esposo encantador que lo amaba y precedentes de varios otros pretendientes, el hombre no reconocería el amor aunque le golpeara directo en las bolas. Pero por supuesto, al no tener el concepto universal de la afinidad en un pequeño recipiente físico capaz de golpearlo, con Foolish bastaría.
Fue una suerte para él el seguir durmiendo en el templo de Rose mientras Foolish merodeaba por el centro de la ciudad. Después de todo, ¿Qué era mejor que dejarle el destino de tus relaciones interpersonales a un policía?
Si Philza tuviera la conciencia para contestar probablemente diría que cualquier otra cosa. Sin embargo, con la situación actual, fue inconscientemente forzado a otorgarle control sobre la escena del crimen que se estaba produciendo en la cima de la muralla. Los instintos policiacos de Foolish captaron en seguida al hombre encapuchado de negro que se escabulló en el elevador que llevaba a la casa de Philza, y Foolish no dudó en usar su gancho para subir y enfrentarlo.
“¡Alto ahí!” Gritó detrás del hombre que le daba la espalda, arma en mano apuntando su cabeza.
Foolish no le había ordenado levantar las manos, pero el hombre lo hizo de todas formas con un pequeño salto. Después, como si se hubiera percatado de quien provenía la advertencia, su comportamiento cambió en un instante. Sus hombros tensos cayeron en un suspiro junto con sus manos, y el hombre se dio la vuelta despreocupado. “Pendejo, casi me cago del susto.”
“Oh. Roier.” Bajó el arma, vergüenza curiosamente surgiendo dentro de él al haber apuntado a su hijo con ella. “¿Qué haces aquí?”
“Nada, nada. Solo visitaba.” Contestó demasiado rápido. Sospechosamente rápido, diría Foolish. Sus ojos se dirigieron a las ventanas de la casa de madera, “Hace mucho que no veo al Missa y quería ver si estaba en casa.”
“Missa no viene muy seguido.” Dijo Foolish, explicando lo obvio, tal vez solo para llenar la conversación y hacer sentir a Roier menos nervioso. No obstante, cuando regresó su mirada a él, se sorprendió de verlo considerando saltar de la muralla y huir. “¿Tenías algo que hacer aquí o…?”
“No, no, como crees.” Agitó una mano en desconsideración. “Bueno, a lo mejor. Pero no le digas a nadie.” Cualquier pizca de incertidumbre fue borrada de su voz, dando paso a un raro entusiasmo. Foolish asintió a su pregunta, y ambos se acercaron para susurrar a pesar de no necesitarlo. “Voy a ayudar a Missa con Philza.”
Tomado por sorpresa, retrocedió con una risita, “¿Qué?”
“Missa anda chinge y chinge con el Felipe y que no se merece su amor y no sé qué tanta verga– así que lo voy a ayudar a ver si así se calla.”
“Okay,” Digirió sus palabras con lentitud, “¿Pero no Phil y Missa ya eran… algo?” Finalizó estúpidamente, confuso de la posible relación de ambos. Estaba seguro de haber escuchado por ahí que estaban casados los primeros días de conocerse, pero considerando el tiempo que había pasado y la falta de presencia de Missa, bien podría haber sido solo un rumor.
Viendo la cara de Roier, él también parecía estar igual de confundido. “No. Creo. La neta no sé.”
“¿Entonces qué? ¿Tienes planeado irrumpir en su casa y buscar, como, evidencia de ellos siendo pareja?”
“¿Qué? No. Ni que estuviera pendejo.” Como si fuera por arte de magia – y distrayendo a Foolish al preguntarse si las había sacado del culo – produjo una pluma y varias hojas de papel, todas de un color amarillo suave con un estampado floral. “Voy a escribir una carta a Philza en nombre de Missa para empezar un intercambio de letras entre los dos. De esta manera, aun si fueran algo, seguiría ayudando a Missa con su crush.”
Dejando de lado la posibilidad de que los otros dos hombres fueran tan emocionalmente constipados como para estar casados pero no al tanto de sus respectivos sentimientos, Foolish comentó sobre algo que le interesaba más. “Eso no explica porque estás aquí.”
Roier sonrió. Era la clase de sonrisa de alguien que no sabía de lo que estaba hablando. “¿Dónde más las voy a entregar? Esta es la casa de Philza, ¿No?”
“Uhm, ¿En la biblioteca? Tenemos un sistema de correo y todo.”
“¡¿Tenemos una biblioteca?!”
“¡¿Dónde más pondríamos las cartas?! ¿En el buzón donde nadie pudiera encontrarlas?”
“Bueno, me vale madre. Ya estoy aquí.” Resopló tomando asiento al lado del trampolín y recostándose bocabajo al igual que una niña con su diario.
“Podrías simplemente dejarle una nota a Missa con tu idea y que él lo hiciera.”
“Missa nunca va a dar el primer paso. Es demasiado pussy para hacerlo.”
Instinto policiaco o no, cualquiera hubiera notado el tono inusual en su voz. Aun si Foolish no podía captar del todo qué era. ¿Anhelo? ¿Arrepentimiento? Fuera lo que fuese, era mejor no insistir. La pérdida de Cellbit era muy reciente todavía.
“¿Y si te atrapan?” Preguntó después de un minuto, llamando la atención del perpetrador.
“Pos culpamos al pinche Badboyhalo y que le haga como pueda.”
Foolish parpadeó, asimilando lo que acababa de decir su hijo. Honestamente, no era la peor idea que se había concebido en la Isla Quesadilla. Se encogió de hombros y tomó lugar a su lado. “¿Cómo piensas empezar?”
“No sé, con algo que diga que lo extraña o una mamada así. ¿Tú qué piensas?”
“Podría funcionar; algo que diga que tanto lo extraña. O, qué, no importa que tanto tiempo pase, él tendrá, ya sabes,” Foolish soltó una risa entrecortada, de repente cohibido ante el uso de la pareja como un reflejo de su propia relación. Quizás aquello podría servirle como un incentivo para armarse de valor e intentar reconectar con Vegetta a través de cartas. O Quizás debería prestar más atención y notar que Roier seguía escribiendo y diciendo en voz alta “Algo así como ‘Oh, Philza, estás bien pinche guapo vamos a coger–” al mismo tiempo que Foolish terminó con un “Seguirá regresando a su lado– Oh.” 
“¿Qué?”
“Tal vez– Tal vez no deberías de ser tan directo. No creo que Phil aprecie un trato tan directo…”
Rodó los ojos, “Le va a gustar cualquier cosa que venga de Missa.”
Pero pese a su comentario, Roier frotó su pulgar sobre la frase, tratando de borrarla con su sudor. Pensó en usar su saliva para dispersar la tinta, más pareció olvidarlo cuando Foolish volvió a hablar, y dio vuelta a la hoja como si nada hubiera sucedido.
“¿Qué tal si mejor comienzas con un saludo?” Roier asintió y se encaminó para escribir ‘Mi amor’ solo para ser interrumpido otra vez. “Creo que ‘Mi amor’ sigue siendo muy directo para ambos, o sea, si fueran solo amigos creo–” Roier chasqueó su lengua, tachando el escrito  y colocando ‘Pendejo’ como saludo, “No, no me refería a eso–”
“¡Cabrón, decídete! ¡No soy pinche documento de Word para darle control zeta cada que se te ocurra algo nuevo!”
“¡Solo estaba intentado ayudar!” Tratando de bajar su voz, suspiró, “‘Mi amor’ está bien.”
Roier entrecerró sus ojos con sospecha, pero regresó al papel para tachar el saludo una última vez y volver al apodo cariñoso. Jugueteó con la pluma paseándola entre cada valle de sus nudillos, no quitando los ojos de las palabras recién redactadas y esperando la luz verde de Foolish. “¿Y ahora?”
Hizo una pausa, considerándolo. “Supongo que podríamos irnos por algo más poético. Eso nunca fallaba con Vegetta.”
“A Vegetta solo le gusta lo poético porque es un viejo–” El movimiento de la pluma paró. “¿Qué tan viejo es Philza?”
“No lo sé, pero probablemente muy viejo.”
“Muy, muy viejo.”
Para ser dos personas excepcionalmente ruidosas, ambos se sumieron en un silencio.
“¿Entonces poético?” Foolish fue el primero en hablar.
“Nos van a llamar el mismísimo Paulo Coelho después de esto.” Roier contestó con una sonrisa, sumergiéndose dentro del rol de escritor fantasma.
57 notes · View notes
only-girlss · 2 months
Text
Tumblr media
Matias Recalt - Drunk.
Fem! reader
☆`~ Advertencias : Smut. Sexo sin protección. Bebidas alcohólicas.
Tumblr media
Eran más de las 3 am. Estában en una fiesta organizada por tu papá en su propia casa. En un principio la fiesta se había pensado como una reunión entre amigos, pero con el paso del tiempo, las luces cegantes, el olor cigarrillo y la música en el ambiente, fueron la razón por la cual se perdió totalmente el propósito inicial.
Matias había sido tu mejor amigo desde siempre, se criaron juntos, básicamente.
Habías sido una parte escencial de su vida, y lo seguías siendo. Éran los más unidos.
Volviendo al presente, estabas en la sala, tus viejos y sus amigos estaban tomando distintas bebidas, repartidos por toda la habitación.
No habías visto a Matías hace más de 1 hora, así que fuiste a buscarlo afuera. Mientras caminabas hacia la puerta que daba al patio, lo viste sentado en una reposera con una botella de vodka casi vacia en la mano, y en la otra un cigarrillo.
-Boludo te estaba buscando ¿Qué hacés acá afuera?
-No sé, encontré esto tirado y no me aguanté. Dijo mostrando la botella.
Te sentaste al lado suyo, y mirándolo te das cuenta qué ya había tomado demasiado.
-Matías dejá esa botella, ya estás re chupado.
- Qué decís tarada, estoy bien. Y se intentó levantar, lo cual fue claramente en vano, porque casi se cae.
- Vení que te ayudo, vayamos arriba, te llega a ver así mi papá y no te deja venir más. Decís mientras lo agarrás.
Pasaron desapercibidos, aunque mientras subían la escaleras, Matías se tropezó e hizo un tremendo ruido. Por suerte la música no dejó que se escuchara.
Narra Reader:
Cuando llegamos a la habitación (Recalt ya muy acostumbrado al ambiente por la cantidad de veces que se había quedado a dormir) sé tiró a la cama con las estremidades abiertas y los ojos cerrados.
Se pudo haber quedado dormido si yo no hubiera dicho:
- Nono, te levantas, vas a dormir en el colchón como hacemos siempre.
- Pero nena, el colchón está abajo, vas a hacer tremendo quilombo. Dijo con la voz ronca y adormecida.
Él tenía razón.
Se me hacia rara la idea de dormir juntos, si bien nunca había pasado nada entre nosotros, no voy a negar que estaba tremendamente bueno. Pero jamás se me pasaría por la cabeza pensar así de él... bueno... creo.
Yo seguía ahí parada, pensando que hacer.
-Vení. Dijo de repente, rompiendo el silencio. Se sentó en la cama, apoyadonse de sus brazos. Tenía los ojos apenas abiertos. -Dale acércate.
Me acerqué y me senté al lado suyo, no entendía muy bien que quería.
-¿Qué pasa?
-¿Ya te dije lo bien que te queda esa remera? Mencionó mientras me miraba el escote sin nada de vergüenza.
-Sos alto enfermo, dejate de joder.
No esperaba que dijera algo así, si bien me había molestado, no pude evitar el sonrojo en toda mi cara. Enseguida quise pararme.
Pero me agarró el brazo.
-Vení acá, pendeja de mierda. Dijo con esos ojos muertos mirándome.
Me acostó completamente y susurró:
No finjas que no querés, no soy boludo. sé que te parezco lindo. Cada vez se acercaba más. - Además ¿Qué perdemos? Aprovechemos, nos sacamos las ganas, y si no te gusta finjimos demencia.
Y apenas le di permiso con un simple asentimiento con la cabeza, conectó nuestros labios.
Parecia más una guerra de lenguas que un beso. No habían pasado ni 3 minutos, y Matías nos dio la vuelta. Me dejó encima suyo, ambos acostados.
Sus manos iban por toda la extensión de mi cuerpo, pasando de mi cintura, a las caderas, a masajearme el culo y después volver a subir.
Yo me aferraba a agarrar su pelo, tironeando los mechones.
Algo que había notado, es que él era muy vocal. Lanzaba gemidos, y pequeños quejidos que no hacían más que aumentar mi necesidad de él.
-Me harté, sacate esto. Dije mientras me levantaba un poco para que pudiera sacar bien la remera. Él solo sonrió de lado mientras cumplía mi petición.
- Ahora vos, dejame ver esas tetas que tengo en la cabeza mientras me pajeo todos días. Dijo en mi oído.
No pude hacer otra cosa que ponerme más nerviosa que antes. Este tarado me iba a matar.
En medio de la nueva sesión de besos, mientras yo me frotaba contra su notable ereccion, él se separó de golpe.
- Pará, pará, saquemonos todo, no aguanto más, necesito estar adentro tuyo. Dijo desesperado mientras me levantaba para poder sacarse la bermuda.
Como yo tenia una falda, solo tuvo que bajarla.
-Mira lo mojadita qué estás, dios. Susurró mientras me tocaba por arriba de la última capa de ropa que me quedaba.
-Dale Matías, no jodas. Dije necesitada de él.
No quería más juegos ni bromas, lo quería adentro.
-Ya que tanto insistís... Y sin aviso previo ni preparación, la metió de golpe.
Las lágrimas corrían por mis ojos, mordiéndome el labio inferior con el objetivo de no gemir muy alto.
-Te encanta ¿No? Ser cogida por tu mejor amigo mientras tu papás están abajo. Imaginate se enteran de que su hijita ejemplar no es más que una puta. Mi puta.
Su cara mostraba placer, mi interior lo apretaba tanto, no podía creer lo bien que se sentía.
-Estoy muy cerca Mati. Dije, justo después fui interrumpida por un alto gemido de mi parte.
Matias había bajado la mano y comenzó a hacer círculos en mi clitoris. Sentía que veía estrellas.
-Estás cerca ¿No hermosa? ¿Te vas a correr arriba de mi pija? Obvio que si ¿No?
Yo no podía formular respuesta, cerré los ojos con fuerza, era demasiado.
La sensación de la pija de Matías entrando y saliendo, sus dedos por todos lados, el olor a alcohol que emanaba su boca, el ruido obseno que se provocaba cada vez que nos movíamos. Sus gemidos y quejidos cada vez que yo me apretaba más, las palabras sucias qué decía. Todo.
Fue demasiado.
Mi abdomen bajo se contraia una y otra vez, hasta que se apretó. Y ahí fue: tuve el orgasmo más duro y fuerte de mi vida.
Matias seguía empujando, buscando su propio placer. Yo no pude evitar llorar por la sobre-estimulación que estaba recibiendo.
- nena, aguantá. Decía, totalmente concentrado.
No se necesitaron ni tres empujones más para qué tuviera que salir y venirse en su propio abdomen.
Ambos nos quedamos tirados uno al lado del otro, rojos y llenos de transpiración.
Respirando pesadamente, intentando juntar aire.
Yo hice un amague para hablar pero enseguida fui interrumpida.
- Shh.
Y enseguida me atrajo a un abrazo.
- Mañana vemos que hacer, ahora dejame disfrutar un ratito más.
Y lo dejé así, dejándome llevar por el sueño que me inundaba. Pensando en la cantidad de charlas incomodas que iban a haber con Mati a la mañana. Y la tremenda resaca que iba a tener él mismo.
Y mientras tanto, los invitados de mis papás en el piso de abajo disfrutaban la juntada, sin tener idea de lo que acababa de pasar.
xoxo - Emma.
135 notes · View notes
olee · 3 months
Text
Boludo | Enzo Vogrincic
Tumblr media
Para mis hispanas/hispanos: en español completito.
-
Mientras caminas por las calles de Tlaquepaque en Guadalajara, decides acudir a una pizzería llamada La Valentina. Es de noche y llevas puesto un vestido negro hecho a mano, te sientes supercómoda y segura de ti misma. El mesero te pregunta si quieres ir a una mesa o al bar, y le dices que prefieres el bar. Al llegar, te sientas y le pides al bartender un Moscow Mule. Lo tomas tranquila y feliz, entablas una conversación con él, y le cuentas que eres de (tu país) con una gran sonrisa.
A medida que pasa el tiempo, te das cuenta de que el bartender está muy ocupado. Miras a tu alrededor y ves a tres chicos guapos, pero hay uno en particular que llama más tu atención. Te das cuenta de que no son mexicanos; tienen un acento argentino. Sin embargo, el chico que estás mirando tiene un acento muy peculiar.
Sigues disfrutando de tu trago, y el chico se acerca a ti, diciendo: "Disculpa, eh... es que mis amigos me retaron a que te hablara, porque te ves hermosa y, en realidad, no sé cómo hablarte. Ah... ¿te apetece un trago en la terraza y una pizza? Veo que no has ingerido ningún alimento", dice con timidez.
Sonríes y le respondes, repitiendo sus palabras: " 'No has ingerido ningún alimento', suena muy formal, ¿no? Es que cuando estás tomando un trago, la comida va al final, like the end," dices, terminando en inglés.
"Bueno... arrancamos con un traguito, supongo que eso es un Moscow Mule, y al final nos mandamos una pizza," dice con un toque coqueto.
"¡Vale! Nos vamos pa' la terraza y charlamos," le dices, esbozando una sonrisa pícara.
Cuando suben las escaleras hacia la terraza de La Valentina, te quedas asombrada al contemplar el paisaje nocturno, con una iglesia colonial antigua como telón de fondo y las coloridas calles de Tlaquepaque. Las luces de la terraza crean un ambiente relajante y romántico, y a tu lado está el chico, y comienzas a admirarlo. Sus ojos tienen un toque de caramelo, pero debido a la oscuridad de la noche, se ven intensamente cafés puya. Su nariz es prominente, al estilo de Adam Driver, y su piel tiene un tono moreno, como café con un toque de leche. Alto y hermoso. Era simplemente perfecto.
Entonces, él te mira y se presenta diciendo: "Che, creo que debería presentarme. Soy Enzo, de Montevideo. Resulta que acabo de laburar en una película, o mejor dicho, soy actor, y..."
Sin embargo, lo interrumpes diciendo sorprendentemente: "¡Oh! Con razón ese acento. Me preguntaba de dónde eras. Anyway, me llamo (tu nombre) y soy de (tu país), pero llevo casi toda una vida viviendo en los Estados Unidos".
"Y... ¿por qué estás aquí?" él dice intrigado.
"Amo viajar, y la verdad es que no soy tan amante de Estados Unidos, así que decidí recorrer América Latina. Pronto me iré a España, ya que tengo amistades en Madrid. Quizás me quede allí y trabaje como maestra de inglés," respondes.
Enzo te mira con interés y te dice: "Me encanta que hagas eso— viajar y conocer el mundo. De verdad que sos muy afortunada. Ojalá te vea en Madrid, ya que laburo bastante por allá."
"Gracias, y tú, eres muy afortunado. Yo pienso que la actuación es un trabajo de talento y valentía," le decís orgullosamente, dejando un toque de coqueteo en tus palabras.
Mientras Enzo y tú están inmersos en una conversación sobre logros y conociéndose, entran los amigos de Enzo, visiblemente tomados. Un chico guapo y argentino le dice a Enzo: "Che, yo pensé que te habías desaparecido con la boluda," mientras otro chico le pregunta a Enzo: "Pero, ¿quién es esta chica, Enzo? Preséntela." Tú te ríes ante sus comentarios disparatados.
Enzo te mira medio avergonzado y suelta: "(Tu nombre), estos son mis amigos del alma y compatriotas, Matías, Agustín y Simón. Son más locos que una cabra en patines, pero los banco a muerte".
"Un placer," decís tímidamente, mientras Matías suelta con su típico humor: "Che, vos sos muy guapa, Enzo, me la cogiste, pero como amigo te la doy." Agustín te dice: "(Tu nombre), te dejamos a vos y a Enzo tranquilo, nosotros nos vamos para una discoteca. Enzo, me mandás un mensaje para saber que vos estás vivo. Y sí, vente chico’, que nos vamos, ciao." Todos se despiden de manera cómica y se encaminan hacia la discoteca.
Tú miras a Enzo riéndote, y él, medio avergonzado, te dice: "Los quiero, pero a veces se pasan." Tú te ríes aún más y le dices que no te preocupes. Después, Enzo te dice: "Vos tenés una sonrisa hermosa," y luego, como disculpándose, agrega: "Es que es verdad."
Después de la risueña conversación, Enzo te mira y sugiere: "¿Qué te parece si caminamos un poco por la calle? Seguro encontramos algo interesante." Asientes con entusiasmo, y juntos se aventuran por las coloridas calles de Tlaquepaque.
Enzo y tú se encuentran con unos mariachis que entonan “Y…” de Javier Solís. Sin dudarlo, Enzo te toma de la mano y te invita a bailar cómicamente en plena calle, siguiendo el ritmo apasionado de la música mexicana. Ríen y se divierten, creando un momento inolvidable mientras los mariachis continúan su serenata. La noche se llena de risas, música y la magia de ese encuentro espontáneo en las coloridas calles de Tlaquepaque.
Mientras caminan, se cruzan con una parada animada de tacos. Enzo sonríe y te propone: "(Tu nombre), ¿qué te parece si paramos acá y nos mandamos unos tacos? Y, obvio, los acompañamos con una Coronita." La idea te parece re buena, y los dos se acomodan en la parada, compartiendo risas y sabores locales.
Son las dos de la mañana y de repente llegan los tres amigos de Enzo, caminando en zigzag debido a la borrachera, y le gritan a los dos: "¡Enzoooo, boludo! ¿Nos vamos?" Enzo te mira y tú le dices: "No te preocupes, ya tienes mi número." Él te dice: "Me escribís cuando llegues a casa, y nos vemos mañana por un café, ¿vale?" Tú le respondes: "Claro, ¿cómo no?" y le das un beso, a lo cual Enzo responde profundamente. Mientras tanto, los chicos están gritando: "¡Enzoooo, ya cásate, cabrón!" La noche termina con risas, besos y la promesa de un encuentro al día siguiente.
Tumblr media
254 notes · View notes
Text
Todavía por mi cabeza se repiten los momento alegres que tuvimos en la mesa, tomados de la mano o yendo a comer a algún lado, me quedo con ellos, no quiero volver a verte, ni quiero volver a llorarle a la luna que me saque este dolor.
チェ- Aly
83 notes · View notes