Tumgik
#y se puso ROJO
dickggansey · 1 year
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mi amigo porteño™️ pensó que wilde era un pueblo. wilde la localidad de avellaneda. un PUEBLO. caba es otro planeta.
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maigawa · 7 months
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mai at the kyoto city
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miskhalie · 3 months
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Besos Robados (Parte 2) - Matías Recalt x Reader x Enzo Vogrincic
Pairing: Matías y Enzo
Advertencias: foreplay, un poco de angst
Notas: perdón, pero al final tendré que hacer una parte tres.
En el cuarto de Enzo todo eran besos, caricias y marcas por la piel. Habías ido en diferentes limusinas, pero no os aguantabais más estar uno lejos del otro. Por lo que decidisteis seguir lo que hacíais en la discoteca en el cuarto de Enzo.
Tú estabas tumbada sobre tu espalda con Enzo a tu lado, apoyado sobre su costilla izquierda, besándote de una manera más sucia y sin reparos. Ya estabais casi desnudos, solo llevando la parte de abajo de la ropa interior. Él con unos boxers negros y tu con unas bragas de encaje rosa. El pelo de Enzo estaba muy revuelto y el tuyo estaba desperdigado sobre la almohada. Estabais rojos por los besos y las mordidas, pero también por la calefacción y el propio calor corporal.
Al besarte, Enzo te masajeaba los pechos y tiraba de tus pezones con suavidad mientras se ponían duros. Tu gemías levemente, solo acababa de empezar la noche. Te besaba el cuello y su mano bajaba a tus costillas a tu vientre y a tu entrepierna, sobre la braga. Luego, volvía a subir y a bajar. Te creaba frustración pero también impaciencia. A Enzo le encantaban los juegos previos, pero tu los odiabas porque se aprovechaba para hacerte suplicar por él.
- Enzo, por favor... - gemías.
- Dime, nena - te respondía- ¿Qué queres?
- A ti, Enzo, A ti... - tu voz se entrecortaba por que Enzo no podía dejar de tocarte por todas partes menos de la forma y en el lugar que más lo necesitabas.
- Si me lo pedís así... - su voz se quebró cuando empezaste a tocar sus partes intimas, frotando el gran bulto que tenía entre las piernas. Un suspiro se escapó de él.
Cuando estaba apunto de meter la mano bajo la ropa, sonaron varios golpes en la puerta. ¿Quién llamaba a esta hora? Enzo se quedó parado pero ignoro los golpes y siguió el camino hasta debajo de su ropa, sin embargo, volvieron a sonar y esta vez, mas fuerte. Enzo resopló y se levantó, debían ser esas camareras que le habían llamado a la puerta solo al saber que se hospedaba allí. No quería fallar a sus fans, pero esque en ese momento tenia a la actriz más sexy del cast en su cama, esperando por él, suplicando por más. Se puso unos vaqueros y se los abrochó, debía estar decente.
Abrió la puerta y miró por la pequeña rendija que había dejado de visión dentro de su habitación. Rápidamente una mano cogió la puerta y empujó para abrir del todo esta.
Un Matías celoso entró, dando pisotones como un elefante.
- ¿Que queres, Mati? - le preguntó Enzo siguiendole, intentando adelantarlo para cortarle el paso.
- No me lo puedo creer... - musitó para si mismo, se giró hacia su amigo antes de girar el pasillo y ver la situación - ¡Te dije que queria besarme con ella y vas tú y la besas!
- Mati, yo no hice nada, fue idea suya. - avanzó por su lado y lo empujó suavemente hacia la puerta - Además, si ella no sabe nada. Deberías comentarselo mañana por la mañana.
Se oyeron los muelles de la cama de Enzo, habia alguien más, pensó Matías. Se miraron a los ojos por un instante y Enzo intentó agarrarlo en vano, ya que el pequeño era más agil. Giró la esquina y se quedó impactado por lo que vio.
La chica, por la que empezaba a sentir un cosquilleo, estaba tumbada en su cama, casi desnuda y sudorosa. Sus mejillas sonrosadas, sus pechos con incisiones de dientes y los pezones duros, con el pelo revuelto y las piernas entreabiertas. Todo apuntaba a que Enzo lo queria echar para terminar lo que empezaron en la discoteca. Respiro hondo y tragó. Quizás había cruzado el límite para ella. Tú te apoyaste sobre tus codos y miraste al chico intentando cerrar las piernas.
- Matías, creo que... - su amigo empezó a decir.
- No si ya estoy viendo que esta ocurriendo. - rió dolido. - No hace falta que me corras a la puerta. Ya me voy.
- ¡Mati, espera! - gritaste.
Te levantaste de la cama y le cogiste de la mano, lo llevaste hasta la cama para que se sentara. Le quitaste la camiseta y le besaste. Estaba receloso, incluso puede que un poco enfadado contigo, pero no rechistaba. Se fundía en el beso como si estuviera aprendiendo a besar por primera vez. Le agarraste la cara a Enzo y también lo besaste, era una invitación moderada a algo más de sexo casual del que habías tenido desde el principio.
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caostalgia · 10 months
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¿Dioses?
En este mundo eres Afrodita, me haces conocer el amor con tu forma de ser y tu belleza.
Apolo tomó el brillo del Sol y lo puso en tu sonrisa, cumpliendo una profecía, la del mortal que contigo halla la alegría.
Artemisa puso en tus ojos el reflejo de la Luna y en tus iris veo a la chica que quiero; aunque antes no buscaba una.
Hermes trajo un mensaje de los Dioses.
Zeus y Hera nos quieren ver juntos en goce.
Hades se recogocijaba en el inframundo, ya que nadie había encontrado el amor, pero ahora teme, pues nosotros con la ayuda de Zeus construimos un Olimpo para los dos.
Poseidón nos hace nadar por un mar de dudas, pero eso no importa.
Eres la musa que quiero en mis noches y en mis días.
Hefesto nos mostró la llama del amor y forjamos un destino para los dos.
Un rumbo que nos unió y dos vidas de por vida ya que su deseo no murió.
Diosa ante mis ojos, un mortal feliz de tenerte unido a un hilo rojo, invisible para el mundo, visible para el "si" hacia el amor y dejan de temer a un "no" rotundo.
Creo en ti.
Una nueva religión ha nacido, la de un mortal que de una diosa enamorado ha vivido.
Versame_
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xlemonciel · 1 year
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❝ My pace ❞
Habían pasado un par de semanas desde el celo de Hyunjin y Felix había estado pensando en ello mucho, demasiado. No en la parte sexual, bueno, en eso también, era inevitable teniendo en cuenta que era incapaz de sentarse recto durante un tiempo y que había habido muchas bromas a su alrededor por su forma de moverse en los ensayos. Pero más bien habían sido otros los pensamientos que estaban ocupando su mente. No había querido alarmar a nadie, mucho menos a Hyunjin pero necesitaba un coche y lo más seguro había sido pedirle a Bangchan que le llevara, porque no se fiaba de alquilar un taxi y que no acabara aquello en cualquier tablón de noticias. El líder había accedido sin pensarlo aunque estaba preocupado, Felix le dijo que se trataba de una revisión rutinaria.
Sin embargo al salir de la clínica su cara estaba completamente pálida y Bangchan no podía creer más esa mentira. — ¿Qué ha pasado? No te ves bien ¿Te ha dado una mala noticia? — Felix aún estaba procesando todo lo que había ocurrido en la consulta, o más bien, toda la información que se le había sido otorgada de golpe. — Si... No, no sé ... — dijo vagamente, lo que hizo que Bangchan se preocupara mucho más — Lixie, sabes que puedes contarme cualquier cosa — el tono suave, casi paternal del mayor le hizo mirarle y su barrera prácticamente se cayó a pedazos. — Creo que... Es posible que Hyunjin y yo nos hayamos emparejado sin querer... — susurró de forma tímida, hubo un par de minutos de silencio tenso en el coche, en el que sólo se escuchaba los sonidos de fuera en la calle, y la voz de Bangchan cuando analizó esas palabras finalmente rompió el silencio. — ¡¿Sin querer?! ¿Cómo te emparejas de alguien sin querer?  Oh, no, Lix ¿Dejaste que te mordiera en su celo? — Felix se puso completamente rojo — ¡Por supuesto que no! — por el contrario la cara de Bangchan se volvió completamente pálida — ¡¿TE MORDIÓ SIN TU CONSENTIMIENTO?! — le miró como si se hubiera vuelto completamente loco, era Hyunjin de quien estaban hablando, el suave y romántico Hyunjin, quien incluso en pleno celo, cegado por sus necesidades biológicas, había hecho todo lo posible porque Felix se sintiera cómodo. — ¡NO! — respondió sonando casi indignado, pero entonces vio el rostro de pura confusión de Bangchan y suspiró, empezando a explicarle todo lo que el médico le había estado contando sobre los posibles motivos de que su propio celo fuera un desastre irregular y... Las almas gemelas.
Hubo de nuevo unos instantes de silencio antes de que Bangchan casi se golpeara la frente contra el volante. — Oh, no, fuck, fuck, fuck... — Felix se mordió el labio inferior al escuchar al mayor maldecir en su idioma natal y no supo exactamente por qué esa reacción dio pie a que su ansiedad volviera a dispararse, así es como iba a tomárselo Hyunjin seguramente, como una auténtica cagada, pensar aquello hizo que sus ojos se llenaran de lágrimas. Al notar el cambio brusco en el olor de Felix, Bangchan se volteó alarmado — Ey, no, no, no llores, Lixie, no pasa nada. Todo va a estar bien, no es lo que probablemente teníais planeado pero no importa, seguro que estará bien cuando se lo digas...  — dijo estirando las manos para tomar el rostro del menor y limpiarle las lágrimas, Felix le dejó hacer, bañándose en el olor a chocolate del otro alfa para intentar calmarse, aunque era difícil. Sin embargo ante su última frase ahogó un sollozo, negando — No... No voy a decírselo. — dijo entre pequeños hipidos, lo que hizo a Bangchan fruncir el ceño — ¿Qué? Felix, es algo muy gordo, tienes que decírselo... — Felix volvió a negar de forma terca — No, va a asustarse, yo me he asustado, es obvio que no es algo que sea bueno, no ahora y... No sé si... — murmura, si que habían dejado caer la posibilidad y Hyunjin había parecido triste de no poder hacerlo, pero era diferente a tener la opción en un futuro a que les hubieran quitado de las manos el poder tomarla, obviamente ninguno pensaba que podría suceder bajo esas circunstancias. Bangchan suspiró pesadamente — Felix, no he conocido a nadie más enamorado de lo que Hyunjin está de ti, te adora por completo, no va a dejarte por algo así. — el omega sintió de nuevo las lágrimas caer — No lo sabes. — dijo acusatoriamente. — No, puede que no pero ¿Qué es mejor? ¿Ocultarselo? ¿Hasta cuándo? ¿Y si la cosa sale mal y acabáis separandoos y él se empareja con otra persona al no saberlo? ¡Felix, es peligroso, podrías morir si el vínculo se rompe de mala manera! — Aquel escenario solo hizo que se disparara de nuevo su ansiedad, sentía que se ahogaba entre sollozos y Bangchan se dio cuenta de que no había sido bueno decirle eso, así que casi entró en pánico también porque no estaba tan acostumbrado como Hyunjin a tratar con un omega en ese estado. Solamente se dejó guiar por su instinto y rodeó a Felix con los brazos firmeza, tirando de él para que quedara la cabeza ajena contra su cuello, murmurando palabras de consuelo contra su cabello hasta que el menor se calmó lo suficiente para poder respirar de nuevo. Aún así ambos se quedaron en el aparcamiento, dentro del coche hasta que Felix se hubo calmado por completo y Bangchan también, no insistió en el tema, de hecho trató al menor con pies de plomo, ofreciéndole ir a comprar algo rico de comer para hacer que se sintiera mejor. El viaje de vuelta a casa fue silencioso, Felix estaba drenado, mental y fisicamente y aunque el batido que Bangchan le consiguió estaba rico, ni siquiera pudo acabárselo del todo, agradeciendo al mayor infinitamente por lo que había hecho por él antes de ir a retirarse a su propio dormitorio, su olor dejando claro que no quería a nadie cerca al pasar por el salón de camino a encerrarse en su cuarto y empezar a trabajar por primera vez en semanas en un nido nuevo allí.
Bangchan por su parte seguía preocupado cuando entró al otro dormitorio viendo a Changbin y Han jugando a un videojuego en el salón y Hyunjin sentado con ellos en el sofá. La atención de Han fue al líder al momento, sonriendo — ¡Hey, volviste! ¿Dónde estabas? Seungmin te estaba buscando — Bangchan se quitó el abrigo con calma — He llevado a Felix al médico. — dijo, su mirada yendo directamente a Hyunjin de forma bastante obvia, no, no estaba de acuerdo con la decisión de Felix de no contarle a Hyunjin qué estaba pasando, pero no era él quien debía decírselo, aunque eso no iba a impedirle de poner a Hyunjin en el camino correcto para averiguarlo y además tras lo ocurrido era obvio que el omega necesitaba al bailarín cerca de él. — ¿Por qué... Ha vuelto a comer más arándanos de los que le caben en el cuerpo y se ha asustado al ver que cagaba de otro color? — dijo Han con una ceja arqueada aunque bajo ese tono de broma se escondía verdadera preocupación. —No, no ha sido eso. — replicó a Bangchan, tajante esperando que Hyunjin dijera algo.
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Aprovechó el momento y escapó. Saltó al cielo buscándolo, sentía un jalón en la muñeca, era el cordón rojo el que la llevaba por el aire, la subía, haciéndola dejar atrás las colinas y montañas, y el mar verde que cantaba lleno de gozo por el abrazo del Sol, al cual ella era elevada.
Alto, más alto, subía y, al pasar por las nubes, al más profundo azul del alto cielo, se le enredaban trozos de ellas en el cabello, como cintas trenzándose en su larga cabellera. Estaba en el borde, donde el etéreo silencio celeste se encuentra con el bullicio de la vida, y se quedó allí un momento, suspendida, con los brazos abiertos y los ojos cerrados, queriendo empaparse de lo sublime que tocaba cada centímetro de su cuerpo. Sintió, de repente, que el cordón de la muñeca la jalaba. Sonriendo se dejó llevar, feliz de saber que él la pensaba, que la llamaba. Su alma se alegró y cobró la velocidad que sólo puede imprimir la felicidad más absoluta. Al bajar, vio a los pájaros curiosos volar junto a ella; querían ver por qué estaba tan feliz ese ser que, aun sin alas, se atrevía a surcar el cielo.
Bajando esta vez por en medio de las nubes y, al ver que se volvían más grandes las cosas que parecían tan pequeñas desde el cielo, se percató de que se había olvidado de su pequeñez. Al acercarse vio algo que brillaba como una estrella blanca, era la pluma plateada de un ángel, olvidada en una nube, probablemente del lugar en donde había estado descansando y observando a la humanidad. Estiró la mano lo más que pudo, atrapándola y pegándosela en el corazón, mientras descendía hasta donde estaba el anhelo de su alma. Su forma astral se materializó junto a él. Estaba en aquel café al que siempre le gustaba ir, sentado, observando el horizonte donde el mar besa al cielo, y pensaba en ella. Libreta abierta, lápiz empuñado y dispuesto, pero pausado, mientras su alma se derramaba.
Brillaba el cordón rojo en su muñeca y palpitaba destellos llegando al de ella. Ella lo contempló con infinita ternura y, por un momento, se quedó allí, sintiendo palpitar el cordón que los unía. Cerró los ojos y dijo una oración, mientras sostenía la pluma del ángel en su pecho. Caminó unos pasos hasta él y se la puso en el bolsillo de la camisa, justo sobre su corazón. En ese momento él miró hacia arriba directo a sus ojos y se tocó el pecho con sorpresa, poniendo su mano sobre la etérica de ella.
En ese momento, refulgió como un Sol el cordón que los unía y ella despertó sonriendo.
e.v.e.
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anishfics · 2 months
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Picnic
Era un día soleado en Beacon Hills, uno que muy poco se daba porque siempre eran días grises, pero nada más por los rayos del sol siendo tapados por las nubes.
En eso habían dos personas que aprovecharon que había buen clima, tuvieron mucha suerte en que fuera fin de semana y no tuvieran que ir a trabajar.
Eran pocos los que conocían de su relación, ya que no acostumbraban a postear fotos sobre ellos dos, más que todo por lo chismosa que era la gente y que siempre hablaban sin saber.
Pero justo ese día les importo un comino lo que dijeran los demás, a la final de cuentas ellos no dependían que lo que se hablará de ellos. Fueron directo a un parque para hacer un picnic, tal como Stiles había visto en muchas fotos en Pinterest.
La verdad es que Derek y Stiles estaban pasando un buen momento, una que otra mirada a sus muestras de cariño, pero nada de insultos. Ambos iban vestidos a juego, les encantaba hacer esa dinámica de parejas.
En eso Scott venía pasando junto con Theo y Liam, los tres amigos de Stiles.
—¡Oigan! —gritó de la nada Scott.
—¿Qué pasá? —Liam se asustó por el repentino grito del otro.
No podía decir nada, lo único que hizo fue señalar a un lugar del parque. Liam y Theo siguieron la dirección a la que Scott apuntaba y vieron como Stiles le daba de comer unas fresas con crema a Derek para luego darle unos cuantos besos en las mejillas.
—¿Y qué con eso? —rodo los ojos Theo al ver la reacción de Scott.
—¡Pues que está mal! —la espina homofobica de Scott se hizo presente—. Ambos son hombres, no deberían de estás haciendo esas cosas. Deberían de pensar en los niños.
Theo no podía soportar más aquella actitud de mierda he hizo lo que tenía que hacer, agarro el brazo de Liam y unio sus labios en un beso. Al principio se resistió, pero luego le siguió y se dejó llevar.
—Estas rodeado de parejas homosexual, Scott —le dijo Theo justo cuando terminó el beso—. Stiles y Derek son novios desde la secundaria, Liam y yo desde la universidad, madura, estamos en el siglo XXI.
Liam tenía sus mejillas sonrojadas, no porque su relación salió a la luz, eso le importa poco. Lo que lo puso todo rojo fue el beso que Theo le había dado, pudo sentir las lenguas de los dos jugar entre sus bocas y se le olvidó que estaban en público, las muestras de afecto siempre lo ponen nervioso.
No dijeron más nada y dejaron a Scott sorprendido por sus amigos.
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jamonartzzz · 1 year
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The Joy of creation (Welcome Home - fanfic)
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Capítulo/chapter 9.
Incluso si Wally estuvo ahí para secar sus lágrimas y ser una fuente de consuelo en momentos de desesperación, puso en tela de juicio ciertas decisiones suyas. Y si mostraba cuánto resentimiento poseía, iba a perder el estoicismo. Su único aliado en esta situación para no perder la cordura. Ella pasó por un largo camino para construir su vida, no era tan tonta para rendirse y no luchar por volver a su normalidad.
Cuando (Y/N) volvió a su cuarto, volvió a sujetar la frágil flor que Wally le había regalado. ¿Un símbolo de respeto, para comprar su afecto o solo por otros motivos ocultos? Balancea desde el tallo, recordando el momento donde el pintor fue cuidadoso. Tal vez él la veía como una amiga, y ella no sabía en qué posición ponerlo; porque algo platónico sería difícil si Wally sigue anteponiendo lo demás antes que sus necesidades humanas. Sus pensamientos se limitan al oír unos golpes en su puerta. Seguido, un trozo de papel se desliza bajo este. (Y/N) se acerca curiosa a leerlo. Era una carta de Wally... Gran parte en mayúsculas, de color rojo y con alguna que otra carita feliz.
Querida (Y/N) Te espero esta noche en la sala. Casa y yo tenemos algo especial que mostrarte. Por favor, acepta. Te queremos mucho, atte: WALLY :) y CASA
Vaya giro de acontecimientos.
La carta del emisor no era la más pulcra o estética, pero se notaba el esfuerzo. Con un suspiro leve, fue a su cama de nuevo. Aún seguía cansada después de este día movido. Y si bien, tenía conflictos internos con su autoproclamado amigo, necesitaba respuestas. Y es por eso que aceptará. Lentamente, sus párpados se cierran ante la melodía de los grillos de afuera. Su cuerpo pedía a gritos otra siesta...
Esta escena fue familiar para ella. Era el mismo vecindario, oscuro y con la luna brillando apenas. Sin embargo, ya era suficiente para que sus ojos humanos perciban algo. Caminó similar a un venado atrapado en la carretera. La diferencia de esta ocasión, es el coraje corriendo por sus venas. Y es ahí, donde ve otra vez las pisadas de Barnabay. Grandes y monstruosas. A su lado, había un par de pisadas más pequeñas con un diseño de corazón pequeño en las suelas.
La humana suspiró, se centró en su respiración e intentó dominar sus voces, su miedo interior y todo aquello que le impedía desplazarse a aquel bosque oscuro. Cuando su corazón latía asustado y su mente tenía convicción en avanzar, movió sus pies hacia el bosque. Donde anteriormente había corrido. Y fue ahí, donde (Y/N) volvió a oír unos alaridos ásperos. La tierra bajo sus pies temblaron un poco, dando anuncio de la venida de aquel Barnabay falso y totalmente adulterado por Wally.
El perro azul se veía muy aterrador. De vuelta, no podía distinguir si estaba decapitado o su cabeza entera estaba de un color negro, pero eso no importaba ahora. No cuando él vino corriendo con sus cuatro patas. Es ahí que (Y/N) sintió sus ojos picar, amenazando con llorar. No se permitió ese lujo, en cambio, alzó una mano y como reflejo empujó hacia un costado. Con fuerza. Justo cuando las garras del perro alzarse listas para matar.
No obstante, el impacto nunca llegó.
La pata del Barnabay adulterado estaba a unos centímetros de su rostro. Sorprendentemente, unas cuerdas trascendente y finos como un cristal agarraron a tiempo la pata del agresor.
La humana abrió uno de sus ojos y luego el otro. Sin entender qué acaba de ocurrir. Sus preguntas y respuestas nacen al mismo tiempo cuando ve que en la punta de sus dedos, nacían dichos hilos. Atados a la punta. Como la de un manejador, como un titiritero pero minimalista. Sale de su aturdimiento cuando nota que el perro lucha por zafarse, todo esfuerzo fue en vano pues esas cuerdas, tan frágiles como parecen, en realidad tenían un control de hierro.
"¿Qué es esto?" Extrañada intenta mover su mano, aunque eso solo alertó a Barnabay porque al instante cae como si fuese un cuerpo sin fuerza. Ella solo observa consternada.
Toc-Toc-Toc.
Abre sus ojos. Volviendo a su presente y alejándose del mundo de los sueños.
"La comida ya está lista, querida amiga. Te estaré esperando en el comedor. No tardes".
La voz de Wally se escucha detrás de la puerta. Extrañamente muy cantarín. Como si tuviera la mejor de las sorpresas. Finalmente, sus pasos se alejaron de la puerta cuando recibió la confirmación de la mujer.
"¿Qué demonios acabo de soñar?" Murmura abrumada de poder. La humana juró sentirse distinta cuando entró a este mundo, ahora se sentía el doble. Bajó su mirada a sus manos. Sin saber si era producto de demencia cuando sintió un extraño calor nacer de sus dedos.
¿Tal vez es por la falta de alimentación? Será eso, porque quiere creer que solo alucina.
(Y/N) arregla su apariencia antes de bajar, sin atreverse a mirarse en el espejo. Hizo lo posible para oler bien y estar presentable con la ropa nueva que Wally había conseguido hace poco. Justo a su gusto y medida. Este, conparado al anterior, era un poco más formal. Se preguntó seriamente por qué estaba siguiendo el juego de todo esto. Oh, ya recuerda, por las respuestas...
Ya lista, fue al comedor. En donde presencia al peli-azul sentado con una buena postura. Sus ojos oscuros y profundos, no se apartaron de la decoración de la mesa y la comida puesta en él. Como si fuese recién salido del horno. La humana dio créditos extra al elegante ente por portar una ropa de ocasión formal. Este era rojo. Una corbata azul rompió el esquema pero solo recordó uno de los colores más utilizados por el anfitrión.
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Por un momento, se sintió un poco fuera de lugar al no estar tan elegante como él.
"¿Wally?" Cuestionó sin entender qué sucedía. "¿Qué es todo esto?"
"¡Sorpresa!" El mismo hizo un elegante gesto con las manos. Casa aportó con el momento haciendo algunos juegos de luces en el comedor. "Queríamos hacerte una cena especial, vecina. Hemos notado tu desánimo y terminé planeando esta noche entre amigos, con Casa".
Cuando (Y/N) dudaba de las intenciones de Wally, él siempre tenía algo para hacerle creer lo contrario.
"Vaya, no se hubieran molesta--"
"Ja, Ja, Ja, no digas eso, vecina. Ven, siéntate aquí". Él interrumpe riendo abruptamente. Atrae una silla hacia su ser para que la humana se siente. Ella no tuvo de otra que corresponder, y como un caballero, el artista empuja la silla cerca de la mesa.
La humana no podía creer lo que sus ojos veían. ¿Era eso espaguetis?... ¿Y una tarta dulce para el postre? Por un momento, su boca se abrió de la sorpresa. Víctima del hambre.
"No hay una manera más divertida en pasar con amigos como esta. ¿Te gusta? Hice con mucho amor la comida". Sus ojos estaban bien abiertos, en ningún momento rompió el contacto visual. En todo caso, su sonrisa creció cuando la mujer asiente con la cabeza, perpleja.
"Está bien, Wally- agradezco que hayas hecho todo esto para mí-"
"Casa también ayudó". Murmuró tranquilo, con un tono manso.
"-También agradezco a casa por ser detallista. Pero tengo curiosidad, ¿todo esto es por lo de esta mañana?" Consultó con sospecha, sin apartar la mirada de Wally.
Sus ojos permanecen firmes en él, quien tenía las manos en la mesa y los dedos entrelazados. En ningún momento respondió a su pregunta, en todo caso, únicamente la miró silencioso.
"Está bien, ¿no quieres comer ya? Es hora de tu cena". Exclamó tranquilamente, alzando su sonrisa. Como si una pregunta sería no se ha puesto en la mesa anteriormente. Era muy bueno para fingir que nada malo o serio pasó.
"Bueno, vas a ignorar mi pregunta, entiendo". Resopló, sin darle más caso al asunto. En todo caso, se resigna con el trato atento que le daba. Como si estuviese hablando con una niña... Ella solo cerró sus labios para no echar a perder el ambiente.
También notó que Wally había puesto la flor que ella le regaló en su bolsillo de pecho. Bueno, encontró tierno esta decisión.
Ambos se sirvieron de una porción justa. La humana tardó más en terminar su plato, estaba tan ocupada disfrutando sin darse cuenta de Wally. Quien con unas miradas anchas y parpadeos ocasionales, devoró la comida de su plato. Cuando ella ya había terminado recientemente su platillo, alzó la vista. Notando el suspiro satisfecho del peli-azul. De vez en cuando, él narraba sus días con Julie, Frank y Barnabay -la humana solo conocía a los primeros dos por la serie, en cuanto al perro, deseó verlo de vuelta- con mucho entusiasmo.
El Sr. Darling, galante por naturaleza, daba sus risas tontas. Angelicales por fuera y peligrosas de fondo. (Y/N) halló cautivador sus intentos por hacerla reír. Parecía genuino... Incluso si horas atrás pasó lo contrario con el primer sueño que tuvo y con la escena en el bosque de esa mañana.
La humana encontraría atractivo aquello si no la tuviera tanto tiempo encerrada... Y si fuera más abierto con ella en cuanto a la historia detrás de este mundo.
"Julie y tú se llevarán muy bien, estoy ansioso de verlas juntas algún día".
(Y/N) no podía opinar tanto. Las marionetas de este mundo pueden ser más susceptibles a la presencia de un ser humano.
"Eso espero..." Murmuró, disfrutando de su tarta dulce de a poco. "Caso contrario, siempre te tengo a ti, ¿verdad?" La humana podría arrepentirse de decir aquello más tarde, era consciente del peso de sus palabras; era como un voto de fidelidad camuflada a los ojos de alguien tan sanguíneo/emotivo como Wally. Y como era de esperarse, el pintor suelta una risa casi robótica.
"Por supuesto, querida. Para eso están los amigos". Exclamó sin perder el tiempo. Él mismo entregó su corazón en aquella sentencia. Sea de muerte o de vida. En ningún momento, los ojos del dúo se alejó de la competencia de miradas.
Era irónico, Wally parecía ser el tipo de hombre que preguntaría caballeroso si puede besar tu palma; paralelo a su otra versión, que puede dominar todo su alrededor como si se tratase de un líder de culto. Mantener la cercanía y paz en el vecindario siempre fue sospechoso a los ojos de la humana, después de todo...
El que es amigo de todos, no es amigo de nadie, en realidad.
"¿Estás seguro?" Preguntó extrañamente tranquila. Queriendo explorar los horizontes.
Ante esto, Wally se levanta de su asiento para dirigirse hacia ella. En todo momento, observó los orbes de la humana. Con una intención oculta en su accionar.
"Con todo mi corazón". Extendió su mano, sin borrar aquella sonrisa. Era una invitación de baile, una correspondida por la humana. ¿Su motivación? La curiosidad mató al gato.
Es así, que el Sr. Darling le enseñó dónde deben ir las manos. No fue complicado para ella aprender, de hecho, agarró rápido la teoría. Aunque la praxis era otro asunto...
Wally se encargó de explicar todo, antes de que la verdadera magia comience. En todo momento, Casa jugaba con las luces. Mientras un hilo de la luz de la luna se cuela en la pista de baile improvisada.
Ella aún recuerda su pesadilla...
Y aquí estaba, aprendiendo a bailar con él.
Aún recuerda su agarre de hierro...
Y aquí estaba, siendo sostenida con cuidado.
Y por último, aún recuerda la mirada esotérica de Wally, vigilando sus movimientos en todo momento...
Y aquí estaba, perdiéndose en sus ojos anochecer.
__Fin del capítulo.
¡Espera a leer el siguiente! Prometo continuar la escena.
Recuerden que YN está a vuestra imaginación. Así sean los pronombres, la ropa, etc.
Ahora me gustaría agradecer a todos los lectores que apoyan mi historia. Así hablen en español, inglés, portugués, ruso, coreano, etc. Siempre son bienvenidos a mi perfil. Todos ustedes son importantes.
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🥀 Iba por la calle con dos amigos cuando el sol se puso. De repente, el cielo se tornó rojo sangre y percibí un estremecimiento de tristeza. Un dolor desgarrador en el pecho. Me detuve; me apoyé en la barandilla, preso de una fatiga mortal. Lenguas de fuego como sangre cubrían el fiordo negro y azulado y la ciudad. Mis amigos siguieron andando y yo me quedé allí, temblando de miedo. Y oí que un grito interminable atravesaba la naturaleza.
-Edvard Munch
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perrociego · 5 months
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Por si no llego a viejo:
Hoy quiero llorar, desperté así. Me abrazo en soledad esta mañana, parece que estoy en el futuro. En todo caso hoy voy a llorar sobre el papel, es la mejor forma de sacar todo eso que me invade y trata de derrumbarme por dentro, una nueva guerra, puedo sentir como caen misiles quemando mis órganos, como detonan el corazón. Él, me manda señales a los dedos para atacar con mi arma más poderosa; la escritura. Saco toda mi inocencia de los campos de guerra enviándola a lugares rodeados de naturaleza, lejanos, mientras me preparo para esta batalla. Suenan aviones, parecen venir varios al tiempo, tengo que llevar a las afueras todos esos niños internos que nos acompañan para no perder la sonrisa y mi parte angelical.
Es la forma para quedarme en esta lucha enfrentando esta raza superior que deja en cenizas mis emociones, las bombas que estallan dentro de mi se ahogan en el color de mis ojos, pero, ¿puedes oír cómo detonan desde mis ojos? Yo no puedo, solo he aprendido a escuchar los míos.
Mis tropas malignas avanzan y entramos en guerra. Me preparo, invoco la ira, los ojos me brillan, arden como el fuego del infierno, no resisto ver como en otras partes del mundo estallan cabezas de niños o derrumban sus hogares, y yo me revuelco en mi propia vida que anda por un vacío eterno, por dentro en fuego y por fuera; un frío de noche en invierno que congela mi llanto, el polvo de mis cenizas internas se ve en las secas ráfagas de viento. Así que atacaremos con deleite estos pensares que destruyen mi vida, escribir… escribir por el camino oscuro donde imperan los olores a muerte y la insensibilidad por los otros.
Caí más y más profundamente a medida que luchaba, me duele el cuerpo, la mente a veces habla con otra dimensión de mi propio ser que me hace sentir nervioso pensando que voy a morir, puedo sentir como alguna oscuridad abraza mi alma opacándola y la quiere sacar de mi cuerpo. Allá no existe la agonía frustrante y tampoco el dolor, allí es donde pertenecemos. Me dicen a través de una voz, la ignoro, la ignoro una y otra vez mientras ella me hace temblar.
Hasta aquí he tenido un largo viaje en la mortalidad, hasta aquí he tenido un viaje por el infinito de mi alma, mi existencia está entumecida, me salí de las apariencias de cristal desde siempre, la niebla negra me devora la visión pero incluso así puedo verlo todo, acá el silencio es hermoso… El monumento de mi pasado respira lleno de sonrisas, mi soledad del presente está llena de sabiduría y me doy el lujo de verme envejecer entre el sonido de las voces que jamás ignoro en mi mente de todos los que ame.
Han pasado muchos años desde que tus ojos iluminaron los míos, ahora la energía es débil y pronto morirá, el cielo está asfixiado eclipsado por el dolor, han desafiado nuestros caminos con su ambición, la marca de la muerte está en sus “dioses”, esos, que nunca hablan porque no existen, su belleza falsa los obsesiona, están seducidos por las mentiras de sus susurros… El cielo se puso rojo con sus hechizos y se están congelando los corazones.
No sé si todo va a estar mejor o peor, pero si no llego a viejo, todos esos yo que no nacieron, escriben sentimientos que puede que persistan entre el amor y la eternidad.
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x-z-x · 1 year
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RUBÍ
→ Seth x Diosa!OC [Habibah]
✦ Sinopsis: Hathor genera su primer descendiente y Seth es el último en enterarse.
✦ Palabras: 5391
✦ Advertencias: Incesto / Smut + Asfixia erótica.
✦ ENNEAD es un manwha basado e inspirado en la mitología egipcia. Explicaré a los dos dioses más importantes para la historia, el resto no son relevantes y tómenlos como simples personajes si no los conocen.
Seth: Dios de la Guerra y Desiertos.
Hathor: Diosa del Amor y Belleza.
✦ Nota: Este oneshot lo publiqué en un blog viejo, así que pueden haberlo visto antes en Tumblr. ¡Ojalá les guste! Comentarios, likes y reblog son muy apreciados ♡
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—¿Qué le sucede a Hathor?
Los presentes voltearon y mala cara se posó en algunos al ver al nuevo integrante de la habitación, Seth enarcando una ceja y Sekhmet sonriendo en grande dispuesta a darle respuestas.
—Al parecer su hija está causando problemas —rió con malicia.
—¿Desde cuándo ella tiene descendientes? ¿Quién de ustedes fue? —preguntó ligeramente agresivo por la confusión.
—Ninguno —suspiró Maat con los brazos cruzados—. Hace tiempo tuvo una aventura y...
Seth hizo un sonido que señalaba su opinión de lo idiota que era por caer en preñez y pronto les observó con sospecha respecto a si aquello fue un secreto que por años guardaron solo de él.
—¿Qué hizo para que Hathor pasara corriendo por los pasillos entre sollozos?
—Nació con la belleza correspondiente a la posición y aspecto de su madre. Gusta de bailar y viaja con un grupo a distintas ciudades para dar espectáculos, pero su rostro está llamando bastante la atención —explicó Bastet.
—En serio, ¿el problema es que tiene muchos pretendientes? —burló con un bufido.
—Va más allá de eso, algunos son divinidades que están comenzando a pelear y generar caos —dijo Maat marcando la importancia del asunto—. Pedimos que Hathor pusiera orden y le exigiera que actuara correspondiente al título de diosa, pero…
—¿Diosa? ¿Su hija ascendió? —preguntó con menos simpatía.
—Es la Diosa de las Piedras Preciosas y Metales, todo lo que usamos fue confeccionado por ella —dijo Thoth mientras señalaba el increíble collar que lo decoraba.
Isis sonrió con burla y Seth desechó la situación como una pérdida de tiempo, enseguida abandonando el lugar y dirigiéndose a su templo. Al llegar, contrario a lo dicho, impuso que los sirvientes más fieles buscaran aquella chica que todos atraía, pero la información llegó varios meses después y para ese entonces cualquier interés había desaparecido.
Aún así, Hathor no dudó en enfrentarlo cuando se enteró que él sabía que su preciada hija vendría a la ciudad. Estaba nerviosa y alterada, y que el hombre la minimizara no ayudaba en lo absoluto.
—¡No te metas con mi bebé! ¡Yo me encargaré de los enamorados, eliminaré cada rastro de afecto y nada sucederá! —gruñó con el ceño fruncido.
—¿Recién ahora decides actuar? Batallas y varios conflictos se han dado por su culpa, y ese es mi territorio.
—¡Es la victima, no la responsabilices! Si le haces algo…
—¿Qué? —enarcó una ceja sonriendo desafiante—. ¿Acaso crees poder enfrentarme?
Hathor se puso bordó y la pupila de sus violáceos ojos se volvieron verticales, el aura que la rodeaba siendo sumamente amenazante.
—Haré hasta lo último para terminar contigo si te metes con ella, no importa si debo cambiar los sentimientos de cada ser viviente para que la protejan y vayan contra ti —aseguró con chispas surgiendo de la punta de sus dedos, acto seguido dando la vuelta y saliendo del salón.
—¿Desde cuándo se atreve a hablarme así? —sopesó molesto, las uñas de sus dedos golpeteando el trono que ocupaba.
Eligiendo ir sin importar qué, indicó que preparan ropa menos llamativa y que lo cubriera bien al su cabello rojo no pasar desapercibido. Se envolvió en lino y partió al anochecer a la zona indicada, donde frunció el ceño al ver la gran cantidad de gente que ya ocupaba la delantera.
—Señor, venga por aquí —avisó una joven con fina joyería y gran sonrisa.
—No me toques —gruñó cuando lo sostuvo del brazo.
—Por favor, tengo indicaciones de la interprete principal de llevarlo a primera fila —explicó sin perder la gracia.
Seth entrecerró los ojos y avanzó notando que varios mortales vestidos como ella organizaban a los espectadores. Mujeres y hombres le observaron pasar preguntando quién era para salvarse de quedar atrás, al frenar siendo dejado en un área con almohadones a pocos metros del escenario desmontable.
Con la bajada del sol antorchas fueron encendidas y los músicos se acomodaron en sus bancas mientras comentaban por lo bajo entre sí. Tomó un tiempo a que el espectáculo comenzara, un hombre dándoles la bienvenida antes de entregar la dirección de que empezara el sonido de tambores y demás instrumentos. Los primeros en salir fueron un grupo mixto que danzaba en parejas o pequeños conjuntos antes de romper formación para interactuar con el publico. Seth admiró la presentación pensando dónde encontraron tanta gente hermosa y talentosa, el publico riendo y aplaudiendo ante el buen ánimo que los artistas imponían.
Los minutos fluyeron en una actividad diferente para él, el acto final arribando y levantándose una tela en donde varias siluetas femeninas captaron la atención. Un ritmo diferente empezó y el paño fue soltado por los hombres que se sostenían en escaleras, nueve mujeres enseñando sus espaldas con una estando en la punta de la formación V. De a poco voltearon y finalmente apareció el rostro de la chica que fue a conocer, la boca de Seth quedando entreabierta en una expresión anonadada.
Con una sonrisa confiada y seductora de labios rojos como rubíes, la diosa levantó los parpados y enseñó irises de un purpura oscuro con largas pestañas heredadas de su madre. Dio lentos pasos mientras las demás femeninas se repartían en el escenario, en sincronía comenzando su coreografía con increíble actitud. Cristales y cuentas doradas se entrelazaban en el cabello y volaban cuando giraba, las decoraciones que vestía brillando tanto como ella mientras quitaba el aliento de cada presente.
Los rojos ojos de Seth siguieron cada movimiento y admiraron las curvas que se ondeaban pícaras, ella no fijándose en él hasta que se aproximó a la zona privilegiada. El baile ahora era libre y las personas de las anteriores actuaciones salieron a unirse a la diversión, la mujer agachándose con aire depredador y avanzando al borde del tablón con las manos y rodillas. La gente gritaba emocionada y ella no paró de mantener el contacto visual hasta que se elevó meneando despacio las caderas. Recorrió sus piernas, muslos, cintura y cuello en un espectáculo sumamente sensual, pronto dando media vuelta y llamando a uno de los hombres que danzaba cerca.
Euforia inundó ante lo que podía suceder, Seth apretando los dientes y observando casi sin pestañear como ella colocaba ambas manos en los hombros del masculino y comenzaba a rozarle. Él la sostuvo y la hizo girar conociendo sus intenciones, sin dudar yendo a tocar y acariciar el expuesto vientre mientras observaba al dios con sumo desafío. La llama del orgullo y la competencia se encendió en el pelirrojo, enseguida comprendiendo como era tan fácil que la gente peleara por ella cuando a ese punto, gracias al calor de las grandes antorchas y el baile, brillaba en leve sudor y poseía las mejillas sonrosadas como bellos granates.
—Te esperaré —indicó, el sonido no apreciándose entre la música y el bullicio.
Seth comprendió lo dicho por el movimiento de labios y observó como tiraba una pulsera a sus pies. Algunos se estiraron esperando tomarla, pero el chico la cubrió con una mano y los miró con tal severidad que retrocedieron.
Una vez que el evento terminó decidió esperar alguna señal, de golpe el accesorio comenzando a calentarse y enseñar cierta fuerza que lo impulsaba a seguir una dirección. Se dejó guiar entre un par de concurridas calles hasta doblar en un callejón, ahí la mujer aguardándolo contra una pared mientras se miraba las uñas.
—De todos los dioses, eras al que menos esperaba que viniera a verme.
—Supe de tu existencia hace poco, a diferencia del resto —explicó con cierta recriminación.
—Es entendible, según me dijeron tu ánimo es bastante volátil y agresivo —encogió los hombros como si no le importara demasiado—. ¿A que se debe la asistencia? —inclinó la cabeza acortando la distancia, pero pronto se vio incapacitada al arena envolver sus piernas.
—Como Dios de la Guerra y el Desierto, vengo a encargarme de los problemas que generas con tus conquistas.
Ella miró a un costado y rodó los ojos guardando silencio, a lo que Seth hizo un sonido con la garganta que la presionaba a hablar.
—¿Tienes algún lugar más privado?
Él lo consideró entrecerrando los ojos y pronto la tomó del brazo para hacerla desaparecer en un torbellino.
—Esto es… —dudó de seguir al ver lo que la rodeaba.
—Mi templo —terminó la frase mientras se despojaba del lino innecesario, el colorado cabello quedando libre y adornándole los hombros.
—Wow —exclamó mientras suavemente agarraba un mechón—. Podría crear tantas cosas bonitas para realzar el color, tan bello…
Seth la agarró de la muñeca en señal de advertencia, permitiendo que ella sonriera divertida y le lamiera la mano sin desviar la mirada.
—Cuidado o te cortaré la lengua.
Bufando, se liberó del agarre y le dio la espalda para dar elegantes trotes hacia las enormes escaleras que llevaban a la edificación principal. Las joyas e hilos de gemas que colgaban golpearon armoniosos en cada paso, de manera increíble brillando más que el oro cuando se acercaba a las antorchas.
—Es enorme, no me molestaría pasar algunas semanas aquí —rió traviesa mientras Seth la seguía a una buena distancia.
Los rojos ojos distinguían cada movimiento y admiraban todo lo que era, una necesidad de origen desconocido aumentando sin frenos desde que la divisó por primera vez.
—¿Acaso ofrecí que te quedaras?
—¿No quieres? Soy buena compañía —volteó para retroceder de espaldas—. ¿Sino por qué crees que quienes me conocen pelean por tenerme? —guiñó un ojo.
—Sexo.
—¿Si fuera solo eso por qué no se olvidan de mí una vez que me voy? ¿Qué los hace apegarse tanto? —aminoró la velocidad para quedar cerca—. Hoy mismo lo has visto, el publico se exalta con verme… Incluso tú.
Seth apretó los dientes en descontento y ella sacó la lengua en burla.
—¿Tienes el permiso de tu madre para relacionarte con dioses?
—Hace centenas de años que no necesito su aprobación —rió—. Hoy he hablado con ella y le dije que trataría de evitar generar caos. Quién sabe, tal vez pegarme al Dios de la Guerra sea la solución.
—Serás un dolor más que un placer.
La frase hizo que la femenina riera fuerte y luego fingiera una expresión de profunda reflexión.
—¿Tienes músicos? Tal vez un baile privado te cambie de opinión.
—Primero debemos resolver ciertas cuestiones —dijo indiferente, pero ella sabía bien que con un empujón caería—. ¿Cuál es tu nombre?
—Te lo diré dependiendo de lo que decidas luego de mi danza.
Él encajó la mandíbula detestando la ligereza con la que hablaba y el brillo malicioso de ambos ojos, la sonrisa permanente enervando sus nervios al lucir como si estuviera en control de la situación.
—¿Por qué vives como nómada haciendo espectáculos?
—Mortales o inmortales, cada ser nace con una familia a la cual puede apreciar como tal o no. Mi madre es una de las mejores cosas que me sucedieron y siempre estará en mi corazón, pero el resto realmente no importa mucho. Conocí gente de intereses compartidos y con quienes disfruto pasar los días, confían en mí y yo confío en ellos, así que los escogí —explicó con un nuevo aire rodeándola—. No abandonaré esa caravana, no cuando todos los que aprecio tienen fecha de caducidad.
—Tienes sentimientos poco propios de una divinidad.
—¿Qué es un dios sin humanidad? Si no entiendes a la gente que debes proteger, representar y servir, ¿cómo puedes ser un soberano empático y respetable? —preguntó con pura seriedad en los ojos—. Sé que nunca reinaré Egipto, pero eso no me hace indiferente a quienes me rezan.
—Por como hablas, no me surgen dudas de que eres cercana a Osiris e Isis.
—Bien pensado, ambos participaron mucho en mi crianza —cruzó los brazos poniendo peso en una cadera.
—Como sea —imitó su postura viéndola de arriba a abajo—. ¿Eres incapaz de ordenar a tus amantes que dejen de pelear por ti?
—La mayoría ni siquiera han podido tocarme un pelo, solo luchan por el mero deseo de querer hacerlo. He intervenido, pero quien realmente deberían ponerse a trabajar aquí es Nephthys y hacer que crezca la paz.
—No cuestiono aquello, deberían haber recurrido a ella desde un principio.
—Es tu hermana, si no actúa podrías pedírselo.
—¿Quién crees que soy? ¿Tú mensajero? —enarcó una ceja.
—Vaya —suspiró inclinando la cabeza—. ¿Entonces qué? ¿Nos acostamos y dejamos que el rumor corra para que los dioses se asusten?
—Realmente eres insistente ¿Tantos me deseas? —chasqueó la lengua para sonreír socarrón.
La pregunta arrancó una seca risa de la chica, quien se acercó.
—No voy a negar que eres sumamente atractivo, pero desde antes que asistieras al espectáculo sabía que ésta noche tenías ganas de pasarla bien. Si no me acompañas, iré a buscar quien me complazca.
Seth inspiró y le sostuvo la mirada, su corazón acelerándose y debiendo contenerse de desviar la vista por como parecía acercarlo al abismo.
—Creo que ofreciste bailar para cambiar mi opinión, ¿o no?
—Al fin pasamos a lo importante —dijo complacida retrocediendo un poco—. Guíame hacia tus músicos.
El masculino tomó la delantera y le hizo esperar mientras ingresaba a una habitación. Desde el exterior oyó como hombres y mujeres lo saludaban apurados, enseguida acatando sus ordenes y generando algunas notas accidentales en el proceso de trasladarse. Una considerable fila de personas salió y la observaron, ella sonriendo y apreciando acostumbrada como varios dejaban caer la mandíbula en sorpresa.
—¿Con qué se distraen? —preguntó Seth desde el fondo, su voz provocando que todos abandonaran la estupefacción y agitaran el paso.
—Si decides no tener sexo conmigo, me alegra saber que no tendré que buscar lejos.
Él le miró de reojo e inspiró profundo antes de lanzar el cabello hacia atrás.
—Vamos.
Caminaron con tranquilidad y el dios entró primero a una enorme habitación donde un inmenso colchón reposaba casi a nivel del suelo. Postes con enormes cortinas descansaban listas para tapar la cama del exterior, cuatro sirvientas prendiendo incienso y preparando alcohol antes de seguir cualquier otra instrucción.
—Suelten las telas laterales.
El pequeño grupo se apuró a cumplir y liberaron los nudos, solo dejando un sector descubierto.
—Interesante —comentó la diosa dando algunos pasos por el ambiente.
Los músicos llevaron sus instrumentos y se acomodaron donde los gruesos paños no podrían enseñarlos, la intención de solo observar a la invitada siendo clara.
—Preparate como desees —dijo Seth moviendo una mano de manera desinteresada antes de dirigirse a la cama y recostarse contra una gran montaña de almohadas.
Dos de las femeninas acercaron copas doradas llenas de vino, las cuales ambos aceptaron antes de que él ordenara que se fueran.
Bebió con tranquilidad y se acercó a los presentes para conversar el tipo de música que quería, ellos acatando cada palabra e intercambiando opiniones antes de llegar a un arreglo. Asintiendo en complicidad por solucionar aquel tema, se colocó a varios metros del lecho frente a donde estaba abierto.
—¿Listo?
—¿Tú lo estás? —enarcó una ceja mientras el incienso comenzaba a hacerse sentir.
Guiñando un ojo, tragó de una vez todo lo de su copa y luego la levantó en el aire. Ante la señal, los artistas comenzaron a tocar y ella le dio la espalda mientras mantenía el brazo extendido por sobre su cabeza.
Meciendo despacio las caderas de lado a lado, el oro que sostenía comenzó a derretirse y cambiar de forma. Chorreó por su brazo hasta formar una pequeña cabeza y luego un alargado cuerpo, la recién nacida serpiente enrollándose y bajando hasta posarse en el cuello. Poniendo ambas manos en tan sensible zona, de a poco giró y sonrió cerrando los ojos para permitir que el sonido la llevara a donde debía. Se acarició las clavículas y los hombros antes de extender los brazos, el ficticio animal moviéndose por su pecho y rodeándola, de pronto un sector del lino cayendo y revelando un seno.
Como si nada hubiera sucedido, ella continuó con lo que bien sabía hacer mientras el metal acariciaba y abrazaba cada parte en el proceso de descender. Sus decoradas muñecas y dedos rozaban la piel y creaban perfectos movimientos en al aire, varios de los presentes perdiéndose en los vaivenes hasta que contuvieron el aliento cuando la serpiente llegó a la prenda que escudaba la mayor intimidad.
Sin importarle nada, ella volteó y colocó ambas manos en la zona posterior de sus piernas para arrastrarlas hacia arriba y cuidadosamente levantar un poco del paño. La serpiente enrolló una de las palmas al muslo para que no pudiera quitarla, de esa forma aprovechando a meterse bajo la falda.
Un murmullo del lado izquierdo se escuchó y la femenina miró sobre el hombro para apreciar como Seth no despegaba la mirada, pero que una de sus cejas realizaba una contracción involuntaria al comentario que ella llegó a escuchar. Lanzó la cabeza hacia atrás y doblo el cuerpo hasta el punto de casi poder verlo, con los dedos libres acariciando desde el vientre hasta al seno libre y apretarlo.
La cola del animal fue soltándola de a poco y ella giró para enseñar como ésta salía por el frente y empezaba a subir, así arrastrando la tela hasta el borde de mostrar su entrepierna. De todos modos, no daría tal panorama e hizo que ligeramente cambiara de dirección y fuera de una forma donde no tirara de más. Giró sobre uno de sus pies reconociendo que pronto llegaría un fuerte golpe de tambor, en ese instante cayendo de rodillas con las manos extendidas y todo el cabello hacia delante.
De a poco fue irguiéndose y los músicos apreciaron los movimientos para acomodar el ritmo, al sentarse separando las piernas y sentándose entre ellas. Conectó miradas y sintió como el rojo de sus irises quemaba, provocando que sonriera antes de voltear el rostro y ver a una de las mujeres que antes llamó su atención. Era bonita y toda una tentación si Seth decidía dejarla ir, en menos de un segundo pensando qué decirle para seducirla hasta que la voz del dios resonó.
Todos salieron del trance y frenaron lo que hacían, los músicos juntando rápidamente los instrumentos para abandonar la habitación. En un par de minutos quedaron a solos y la femenina se acercó al pie de la cama, donde inclinó la cabeza viéndolo intrigada.
—¿No te gustó la presentación?
Seth inspiró profundo y bebió hasta la última gota de vino, de esa forma descartando la copa fuera de la cama con un fuerte sonido. Acomodó mejor su cuerpo y movió el dedo índice en una moción que decía que se acercara, ella sonriendo y dando unos pasos en la cama antes de ponerse en cuatro. Gateó hacia él hasta quedar encima, la serpiente irguiéndose curiosa y traspasándose al cuerpo del pelirrojo mientras se observaban en silencio.
—Fue irrespetuoso observar a otra persona cuando debías convencerme a mí.
—¿Por eso cortaste el baile? Solo analizaba la mejor opción si decidías pasar de tal increíble oportunidad —justificó antes de acercarse más y dejar ambos rostros a pocos centímetros—. ¿Cuál es tu respuesta?
Manteniendo silencio unos momentos, colocó la mano derecha en su cabeza para extinguir toda distancia. Ambos pares de labios se encontraron y no tardaron en enredarse, los del masculino sintiéndose increíblemente suaves entre el aroma del vino que bebieron.
—Cuando decidiste conocerme, ¿habías planeado ésto? —preguntó al separarse, él acariciándole la parte baja de la espalda.
—No, ni siquiera sabía quien eras.
—¿Entonces?
—Eres la primer descendiente de Hathor y ella celosamente te ocultaba de mí, solo fue curiosidad —respondió—. ¿Tú? ¿Por qué me diste la pulsera?
—¿No es obvio? Me atrajiste desde el momento en que te vi, definitivamente quería que compartiéramos cama.
Seth hizo una pequeña sonrisa de costado y tiró hacia atrás el cabello con las líneas de gemas entrelazadas, su mano cerrándose como una coleta en aquel brillante manojo.
—¿Cuál es tu nombre? —preguntó viéndola de una manera muy diferente, desde cerca su increíble aspecto deslumbrándolo muchísimo más.
Ella sonrió e inclinó la cabeza fijándose en una de las cortinas como si estuviera pensando si debía revelar tal información, pero terminó por voltear y besar la palma que reposaba en su mejilla.
—Habibah, significa “aquella que es amada” —confesó, con una sola mirada riendo en complicidad.
—Tu madre realmente sabía lo que hacía, porque es lo que todos parecen hacer cuando te conocen.
—¿Incluso el Dios de la Guerra y el Desierto?
—No soy como el resto, ¿crees poder lograr algo como eso? —dijo con un dejo de competencia, pero sonaba más como una invitación a continuar lo que empezaron.
Aceptando el reto y todo lo que implicada, lo besó introduciendo la lengua y Seth tensó el agarre para enseguida tomarla de la cintura. Acarició la caliente piel y luego empujó hacia abajo, de esa forma ambas entrepiernas encontrándose y ella logrando sentir la erección. Con ninguna duda empezó a mover las caderas y el masculino soltó un pequeño suspiro complacido, sus dedos aventurándose a sostenerla del trasero.
Habibah pasó una mano entre los mechones rojos y luego descendió, despacio recorriendo el pecho hasta centrarse en uno de los pezones. Seth apretó los dientes y deshizo el prendedor de la tela superior, pronto acariciando lo que hubiera a alcance y ordenando que se acostara.
Sin cuestionar ella movió algunas almohadas y descansó contra el mullido colchón, ahí viendo como la serpiente se enrollaba en el brazo del hombre en un perfecto y hermoso accesorio. Él apenas tomó conciencia del oro y se enfocó en regresar las atenciones, Habibah cerrando e inspirando profundo cuando arribó a sus senos con los labios. Le acarició hombros y espalda, apenas arañando mientras lo sentía arder como el desierto bajo el sol y se concentraba en consumir cada cosa que tocaba.
El incienso empezaba a hacer efecto y aligeraba sus mentes, el deseo abriéndose camino de forma intensa y provocando que se sostuvieran con fuerza y urgencia. Ambas caderas empezaron a buscarse de manera frenética hasta el punto de que jadeaban contra el otro en rotos besos, las piernas y brazos entrelazándose en una conexión sin inicio o fin.
Habibah filtró una mano entre ambos y buscó con gran necesidad la erección, a la cual atendió con hábiles movimientos hasta que levantó la tela que tapaba su intimidad. Seth puso distancia y se apoyó en las rodillas deshaciendo la escasa vestidura y dejándola a un lado antes de encargarse de ella. Completamente desnudos y con solo joyas decorándolos, la femenina se acomodó mejor mientras él la tomaba de las piernas y la arrastraba a arriba de sus muslos. El movimiento arrancó una pequeña risa de Habibah y él le miró con ansiosa oscuridad en el proceso de acariciarle la cara exterior de las piernas.
—Hazlo —animó ella rozándole el estómago con una mano.
Seth apretó el agarre dejando momentáneas marcas y la soltó para tomar su erección, con un solo movimiento ingresando la cabeza y luego empujando a buen ritmo hasta el fondo. Ambos gimieron y la femenina lanzó la cabeza hacia atrás con una gran sonrisa, su espalda separándose del colchón mientras tiraba de las sabanas.
—Si que estás húmeda —gruñó con los pómulos sonrosados en satisfacción.
—L-Lo dices como si fuera algo extraño, ¿acaso las mujeres no se excitan contigo?
Ella tembló en emoción y placer cuando una filosa mirada roja se filtró entre los cabellos fuego, con un intenso cosquilleo viéndolo divertida hasta que casi gritó cuando él comenzó a arremeter. Quedó sin aire y trató de recomponerse con un sonido de pura sorpresa, calor y placer expandiéndose como olas desde el centro a cada rincón de su cuerpo.
—No deberías competir con el Dios de la Guerra —dijo luciendo una expresión orgullosa.
—No me importa perder —respondió sincera, pero al mismo tiempo sabiendo que aquello solo encendería más la llama.
Seth entrecerró los ojos y enseguida recobró la compostura, con falsa calma poniendo ambas manos en el colchón y ella cerrando las piernas alrededor de él. Ondeó las caderas sintiendo el falo pesar y el masculino regresó a moverse con gran potencia luego de un filoso siseo, Habibah acercándolo desde la nuca para besarlo. Sintió la lengua ingresar y tembló por como tomaba el control, las embestidas siendo constantes con una resistencia propia de una persona que batalló incontables veces para defender Egipto.
Con ojos llorosos, admiró al hombre que se movía sobre ella y le corrió el pelo con ganas de verlo mejor, en ese instante notando los aros que se movían violentos al compás de su dueño.
—Te haré unos más lindos —dijo rozando la fina y rectangular placa de oro.
—¿Cómo puedes pensar en eso en medio del sexo?
—Tal vez deberías esforzarte —presionó, a los segundos sintiendo como el ambiente cambiaba.
La habitación cayó en silencio y la piel de Habibah se erizó al considerar que había cometido un error.
—Date la vuelta —ordenó mientras salía de ella, aunque no esperó a que se moviera y la agarró del brazo empezando a acomodarla.
—Ya lo hago —dijo apurada por la insistencia, al apoyarse en manos y rodillas notando que arena se filtraba por debajo de las cortinas—. ¿Qué…?
Cualquier duda desapareció al nuevamente perder la capacidad de respirar, Seth introduciéndose de golpe y sosteniéndola del cuello con una considerada fuerza. Quedó como pez fuera del agua e intentó agarrarle la muñeca, pero la arena hizo que dejara las manos pegadas a la cama.
—Tal actitud con alguien que ha nacido muchísimo antes que tú es muy inadecuado —gruñó con sus abdominales tensos, de a poco cambiando el ángulo para rozar el punto que la volvería loca—. Hablar menos y aprender te haría muy bien.
Involuntariamente los ojos de Habibah quedaron en blanco cuando él encontró el área más débil de su intimidad, las piernas queriendo ceder y no pudiendo caer gracias a la fuerza con que la agarraba.
—Se… th… —llamó mientras los músculos se sacudían de una forma nunca antes vivida.
—¿Hm? —preguntó dejando de cortar la circulación de sangre.
Algo de conciencia regresó a la femenina e intentó pedir un tiempo por como estaba reaccionando a las perfectas administraciones, pero, a propósito, Seth puso más empeñó y evitó que pudiera hablar.
Maldijo por dentro y dejó caer la cabeza, su humedad escurriéndose por los muslos y apenas manchando las sabanas. Él la agarró de las caderas para más estabilidad y la arena se enrolló en el cuello, el que picara solo acentuando el efecto del placer y la estrangulación. Cualquier grito y gemido quedó ahogado o salió cortado, algunos jadeos logrando abandonarla mientras él respiraba pesado y ocasionalmente gruñía en profunda satisfacción.
Tratando de tragar y adorando cuando le costó hacerlo, Habibah se concentró por un breve segundo y puso la serpiente en movimiento. Las caderas de Seth perdieron ritmo, y sobre el hombro ella miró como rápidamente la dorada criatura se sostenía firme alrededor de la garganta del pelirrojo.
—D-Dos… —trató de hablar, y a propósito él aflojó la arena—. Dos pueden jugar… este juego —sonrió orgullosa, aunque enseguida rodó los ojos y cayó apoyándose en ambos codos.
El masculino inspiró como pudo, el metal no cediendo ni un poco y aumentando sus propias sensaciones.
—Sabía que serías un dolor si t-te traía al templo —gruñó con el ceño fruncido.
Habibah trató de reír, pero un sonido extraño salió mientras apreciaba como el orgasmo empezaba a formarse.
—Pero tam… también te doy... placer —defendió, sus pulmones ardiendo un poco y forzando el oro para que sufriera lo mismo que ella.
Una queja desesperada y frustrada surgió del hombre, quien apreció como la constricción generaba que ondas eléctricas viajaran a la erección. Encajó la mandíbula y lanzó la cabeza hacia atrás, con nueva urgencia arremetiendo contra la chica para provocar el éxtasis que empezaba a asomarse como una explosión.
Ambos parecían haber perdido poder en sus conciencias y cuerpos mientras se movían, sumamente abrumados necesitando la liberación de todo el placer que los consumía. Estaban a punto de desmayarse, cada tanto permitiendo algo de tranquilidad a los cuellos antes de en segundos devolverlos a la privación.
Los espasmos de Habibah se intensificaron y logró expresar el clímax que abrió un nuevo mundo de goce, sus piernas temblando incontrolables entre sonidos lascivos al la humedad haber aumentado considerablemente con la liberación. Era excesivo y Seth no pudo soportar el ser apresado por aquellas paredes, tal reacción y estímulo llevándolo al límite y terminando dentro de la femenina. Tembló y gimió alto, con cierta dificultad dando las últimas estocadas hasta que la estimulación fue demasiada y frenó.
Tanto el metal como la arena se aflojaron y los dos respiraron acelerado y pesado, con los parpados bajos dejándose caer en el colchón apreciando la comodidad. Habibah estaba boca abajo y de a poco volteó a ver al hombre, que tenía un brazo cruzado en la frente mientras se estabilizaba. Lucía igual o más hermoso que antes, su perfecto perfil siendo de envidia con tan bello color de ojos y cabello a los cuales amaría resaltar con varias creaciones.
—Eso estuvo bien —suspiró la joven mientras levantaba los brazos y se estiraba.
Seth le observó y sin saberlo hizo lo mismo que ella, en silencio admirando la belleza que con un solo vistazo logró capturarlo. Conversaron un poco y decidieron que esa sería la única ronda que tendrían, aunque sus bocas no se salvaron de enredarse con algunos roces extras de las escurridizas manos. En algún punto cayeron dormidos y el sol estaba en lo alto cuando el chico entreabrió los ojos, muy somnoliento tomando conciencia de su alrededor bien pasados unos cuantos minutos. Esencias florales inundaron su nariz y no reconoció ninguna como algo que poseyera, en ese momento mirando a ambos costados y notando que no había presencia de Habibah. Arrugó el ceño y se sentó listo para levantarse y averiguar si tuvo el atrevimiento de dejarlo, pero entonces oyó un ruido en la habitación y cauteloso corrió las cortinas.
De espaldas a la ventana, la diosa se miraba en el espejo mientras aplicaba un tipo de aceite a su rostro. El cabello lo tenía mojado y tirado hacia atrás, el sol que entraba y la iluminaba dándole de lleno para exitosamente eliminar la humedad con rapidez. Se hallaba visiblemente concentrada y no tomó conciencia de que Seth despertó hasta que sus descalzos pies hicieron leve ruido en el suelo.
—Buenos días —sonrió mientras se pasaba perfume.
—Veo que encontraste los baños.
—Si, después del espectáculo y nuestro enredo necesitaba asearme.
—Aún tengo la pulsera que me lanzaste.
—Es tuya —dijo viendo el objeto—. Con ella, si algún día estás aburrido y me extrañas, podrás encontrarme donde sea que esté y repetir lo de anoche —guiñó un ojo con aire pícaro.
Seth chasqueó la lengua y miró el accesorio sintiendo como se le retorcía el estómago, las piedras brillando tanto como ella al sol.
—Lo tendré en cuenta.
—Aún así, deberás estar preparado para cuando mi madre te vea usando algo mío —advirtió mientras estiraba el cuello y veía las marcas que él provocó.
—No podrá hacer mucho —restó importancia poniendo una mano en su cadera—. ¿Te irás a la caravana?
—Si, debo avisar que estoy bien y lista para la presentación de ésta noche.
—¿Cuánto tiempo permanecerán en la ciudad?
—Hasta la próxima luna llena.
Guardaron silencio y él cruzó los brazos, por un momento mirando hacia la ventana y el claro cielo.
—Quédate.
—¿Cómo? —elevó ambas cejas admirando su cincelado rostro.
—Durante la noche no duermas en la caravana, ven aquí.
—¿Todos los días? —preguntó sorprendida.
Seth asintió y ella pestañeó consternada antes de asentir rápido.
—Me encantaría, gracias.
—Iré a bañarme, haz lo que desees en el templo.
—¿Los problemas están incluidos? —inquirió maliciosa, y él inclinó la cabeza.
—No.
—Pero…
—En caso contrario, te castigaré.
—De alguna forma aquello suena muy prometedor, tal vez deberías darme una lección —rió divertida y seductora.
—Recién me levanto —dijo en medio de un bostezo, el rezago de anoche aún notándose—. Nos vemos después.
—Por supuesto, te despediré antes de irme.
Viendo su espalda, Habibah abandonó cualquier fachada y sonrió astuta al saber a la perfección que el hombre estaba cayendo por ella. No era diferente a cualquier otro humano o divinidad, pero sin dudas Seth era quien realmente quería y al que le daría todo si terminaba rindiéndose a sus pies.
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sicl5 · 2 months
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Capítulo 2
(La historia es una adaptación de la obra FINAL FANTASY VII por lo tanto incluye SPOILERS de esta.)
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Salida de emergencia del reactor nº1
Nos encontrábamos en una especie de túneles que ya parecían seguros para estar. Allí nos recibió otro chico con un pañuelo rojo en la cabeza. El grupo se paró de golpe y sonrieron.
— ¡Misión cumplida, gente! Y solo hemos sufrido unos rasguños de nada…- Dijo el chico de pelo corto.
En ese momento se volvió a mover el suelo, probablemente debido al edificio derrumbándose.
— ¿No te has pasado un poco?- El chico miro fijamente a la chica.
— He seguido las instrucciones al pie de la letra. ¿Habrá hecho algun tipo de reacción con el mako?
— Esperemos que la ciudad no se haya ido al traste.
— Tenemos que recordar que lo hacemos por el planeta. ¿No?- Dijo el otro chico de la cinta roja antes de que se volviera a tambalear todo.- Para algo habrá servido, digo yo.
— Después de todo esto, más nos vale.- Inmediatamente después de pronunciar esas palabras la chica puso sus ojos en mi.- Por cierto, nos olvidamos de ella. ¿Quién eres?
En ese momento me quedé congelada, hacia rato que me sentia fuera de sitio pero todo habia sucedido muy rápido.
— ¡Eso! Como seas de Shinra voy a volar tu cabeza por los aires.- El chico de pelo corto me apunto con su arma.
— ¡No! Para nada trabajo en Shinra.- Levante las manos en forma de rendirme.- Me llamo Silke o Sil, para los amigos. Me infiltré en el reactor en busca de… algo personal.
El chico rubio, que parecía desconectado de la situación en todo momento, puso sus ojos en mi, interesado en mis palabras.
— Entonces… eres de los nuestros, ¿no?- Me rodeo del cuello con su brazo.- Me llamo Jessie y somos AVALANCHA.
— Más te vale ser de los nuestros entonces, has vivido demasiado esto con nosotros. Nos podrías poner de espaldas a la pared con esos hijos de puta de Shinra. Soy Barret por cierto.- Me dijo el de pelo corto aun con mirada desconfiada hacia mi.
— Soy Biggs. También parte del grupo.- Me dijo el chico de la banda roja.
— ¡Y, y yo, soy Wedge! Un placer conocerte, que bien que te has librado de la explosión…- Se dirigió a mi el chico con el pañuelo rojo en la cabeza.
En una de estas volvimos a sentir un temblor y decidimos poner rumbo hacia fuera para no peligrar más de lo necesario nuestras vidas. Íbamos saliendo poco a poco para no caernos, estaba todo lleno de escombros, cables mojados y otros objetos que impedían el paso.
Al salir nos encontramos que ese sector había quedado totalmente en llamas, nos enfrentamos a esa escena yo sin saber cómo reaccionar y AVALANCHA parecía aterrorizado. Un mensaje desde megafonía estaba sonando en ese preciso momento.
Presten atención, por favor. Este es un aviso del centro de emergencias de Shinra. Unos delincuentes han hecho explotar una bomba en el reactor de mako nº1. Aún siguen produciéndose explosiones y se han desatado varios incendios. Por ello se ha decretado la alerta de la catástrofe en los sectores 1 y 8. Las explosiones han afectado a la integridad estructural de los edificios cercanos, poniendo en riesgo este sector.
— No puede ser posible…- Jessie miraba la escena aterrorizada, parecía que no se creía lo que sus ojos estaban viendo.
— No hemos sido nosotros… ¿no?- Pregunto Biggs aunque sabiendo ya casi a ciencia cierta la respuesta.
— Lo hecho, está hecho.- Dijo Cloud mirando para otro lado.
Personalmente me quedé impactada, no sabía como reaccionar delante de esa situación. El sector 8 había sufrido terribles consecuencias de los actos de AVALANCHA. Aunque no era mi culpa me sentía mal por como había afectado la explosión a esa parte de Midgar.
— Tiene razón. Para lograr nuestro objetivo tenemos que realizar sacrificios.- Barret empezó a dar un discurso algo motivacional a los miembros del grupo pero volví a recordar las palabras de la megafonía.
— Por megafonía han dicho que el sector 1 también está afectado, ¿cierto?- Me dirigí a todos ellos, con un poco de miedo en la voz.
— Si, creo haber escuchado eso.- Me respondió Wedge mirándome con algo de culpa en los ojos.
— Yo vivo en el sector 1… ¿Estará mi edificio bien?- Un montón de dudas llenaron mi cabeza, no quería imaginarme mi hogar donde he vivido durante tantos años destrozado y quemado. No solo se quemaban las cosas materiales sino que también se quemaban los recuerdos. No sabía si realmente había pasado pero no podía parar de pensarlo.
Jessie se percató de mi preocupación y se acercó a mi intentando dar ánimo y apoyo emocional.
— Vuelve con nosotros al sector 7, te daremos asilo hasta que hayan reparado los daños. Al fin y al cabo, ha sido nuestra culpa.- me dio un golpecito suave en la espalda y me dedicó una sonrisa.
Me quedé pensando por un momento mis opciones, quería volver a mi casa pero sabía que ahora no era el momento preciso para hacerlo así que decidí aceptar, agradecida por su hospitalidad.
— ¡Es justo! Pero debemos mover el culo de aquí antes de que vengan los imbéciles de Shinra.- Mencionó Barret.- Vamos, andando que es gerundio.
Empezamos a marchar los seis hacia la parte interior del sector 8. Nuestro objetivo era llegar a la estación de tren para poder desplazarnos al sector 7. Todo el sector estaba tan derrumbado que se nos hacía complicado poder llegar por todos lados.
— Lo mejor es que nos dividamos. Cogeremos el último tren de la estación. Nos vemos en el vagón de la mercancía.- Barret dio las órdenes y los demás de AVALANCHA asintieron saliendo corriendo buscando la ruta más rápida para llegar a la estación.
— Oye, dame el dinero.- El rubio, que se encontraba detrás de Barret le reclamó algo de “un dinero”. Si es verdad que en el ascensor Barret había amenazado a Cloud con dejarlo sin paga. ¿Era AVALANCHA una organización corrupta?
— Lo tendrás cuando lleguemos a la base, ¿entendido?
Rápidamente Barret se alejó de donde estábamos y nos quedamos el rubio y yo. Él emprendió la marcha y decidí ir a su lado por pura curiosidad. Se había hecho el interesante durante el rato que habíamos pasado con el grupo y me despertaba interés. Fuimos por el camino rápido a la estación pero cuando parecía que llegábamos el puente de encima de esta se derrumbó delante de nuestros ojos y se incendió, las llamas se propagaban cada vez más rápido.
El chico rubio miró las llamas fijamente y se puso una mano en la cabeza. En ese momento salté y me acerqué rápidamente a él dándole un pequeño golpe en la espalda.
— Oye, rubio. ¿Estás bien? ¡Oye!
Él se giró mirándome con unos ojos algo vacíos pero con un transfondo triste. Y de un momento a otro sus ojos miraron hacia atrás de donde estaba yo quedándose aún más atónito.
— Vamos.- Me dijo de golpe agarrando mi brazo y llevándome en contra dirección de la estación. Mientras me arrastraba, él posaba su mano en su cabeza, parecía que le costaba hasta andar.
Llegamos a una especie de callejón, todo estaba ardiendo y nos podíamos quemar en cualquier momento. No estaba entendiendo nada de lo que estaba pasando ni que le estaba pasando al rubio. De golpe se paró en seco y miró al fondo de la calle donde solo habían escombros en llamas.
— No eres real… Estás... ¡Muerto!- Cuando el rubio mencionó esas palabras un ruido horrible resonó en mi cabeza, a penas me podía mantener de pie.
Sil, no recuerdas absolutamente nada, ¿no?
Miré al frente como pude, con aún un resonar horrible en mi interior y allí lo vi: un hombre muy alto, con el pelo muy largo, plateado y ojos verde como los de un gato con una pequeña sonrisa.
¿Quién es? ¿Por qué me timbran los oídos? ¿Por qué me suena?
— ¿Seguro?- Dijo el hombre de pelo largo, mirando fijamente al rubio.
— Te maté con mis propias…- el rubio se miró las manos, me intenté acercar pero mi mente no podía mandar órdenes a mis piernas. Me había quedado totalmente congelada.
— Ah si, no has de recordármelo. Es el recuerdo juntos que más atesoro.- La manera que tenía de hablar el peli-plata me resonaba aún más dentro de la cabeza, matándome del dolor.- Pero eso es cosa del pasado y estamos en el presente. He de pediros un favor.
Los ojos de gato se posaron directamente a mi. Mis piernas fallaron y me caí al suelo, como si sus ojos pudieran controlarme con la mirada para que me arrodillara ante él.
— Nuestro amado planeta se está muriendo. Lentamente. Silenciosamente. Agonizando. No querréis permanecer impasibles ante tal tragedia… ¿no, Cloud y… Sil?
El rubio, de nombre Cloud se puso otra vez la mano el cabeza. Su cuerpo aullaba del dolor en silencio mientras su mirada se posaba en el ojos de gato, jadeando del dolor y de la rabia.
— Si el planeta muriera, las pérdidas serían incontables. Aquello que me pidió que no te matara, Cloud, y las raíces de aquello que me rogaban no borrarte, Sil. Aquello que nos une dejaría de existir. Sería reacio a vivir en un mundo así de ahí que quiera pediros este favor.- Ya sentía un dolor de cabeza imposible de aguantar. Me terminé de tirar al suelo y puse mis dos manos en la cabeza, sujetándomela, para intentar apaciguar el dolor.- No os preocupéis, es una tarea simple. Escapad, los dos, corred lejos. Tenéis que sobrevivir…
En ese momento escuché el deslice de una espada y unos pasos fuertes en dirección al del pelo largo.
— ¡Cabrón!- Cloud se abalanzó hacia él intentando clavarle su mandoble. De golpe el hombre desapareció y las llamas de la zona se apagaron de golpe.
Muy bien Cloud. Nunca olvides ese odio.
Mi cabeza poco a poco dejaba de doler y ya notaba que podía mover los dedos de mis manos y de mis pies. Levanté un poco mi cabeza mirando borrosamente a Cloud quien respiraba profundamente. Él se giró y vino rápido hacia mi, ayudándome a levantarme.
— ¿Estás bien? Agárrate a mi.- Me apoyó en su hombro mientras yo intentaba volver a recuperar toda mi movilidad.
— Gracias… Cloud…- Conseguí ponerme bien de pie sin ayuda y le sonreí. Él se me quedo mirando fijamente.
— Las alucinaciones pueden haber sido culpa del contacto directo con el mako…- No parecía demasiado seguro de lo que estaba diciendo pero no se creía lo que acababa de vivir.- Venga, centrémonos. Tenemos que llegar a la estación.
Entre paredes se encontraba una pequeña salida de ese callejón. Decidimos optar a ir por ahí para no volver hacia atrás. Los coches y las casas estaban destrozadas y los caminos no parecían muy claros. A medida que nos alejábamos de la zona más afectada las llamas empezabas a desaparecer y comenzábamos a ver gente en la calle. Las luces seguían encendidas y todo parecía estar calmándose un poco.
Al final de una de estas calles vimos a una chica que parecía en apuros. Estaba dando giros bruscos y moviendo la mano como si estuviera apartando de cerca suyo algo invisible. Parecía que el tiempo se había parado de golpe, cuando volvió a aparecer el chico de cabello largo, sonriendo.
Cloud se quedó mirando la situación desconcertado, dio unos pasos hacia atrás. Me fijé rápidamente en el chico y al mirarlo puse mi mano en mi cabeza, mis recuerdos se mezclaron y parecía que cada momento recordaba menos.
– Sois demasiado débiles para salvar a otros. Incluso para salvaros a vosotros mismos.
Esas palabras fueron lo suficiente para que Cloud tuviera que poner su mano en su cabeza también. Me intenté acercar a él para ayudarle ya cuando la presencia del chico había desaparecido.
— ¿Estáis los dos bien?- se acercó la chica de antes y me agarré a ella para poder ponerme bien.
— ¡Perdón…!- Me disculpe con ella por agarrarla tan de repente y mire a Cloud ayudándole a incorporarse.- ¡Cloud!
— Estoy bien… Vamos.- Me hizo un gesto con la mano para que le siguiera. La chica se interpuso en nuestro camino y nos dedicó una bonita sonrisa.
— Tomad, para vosotros.- Nos tendió un lirio amarillo. Mire fijamente la flor un poco extrañada, en Midgar era suficientemente extraño ver flores como para que además te regalaran una.
—¿Una flor?- Pregunto Cloud igual de extrañado que yo.
—Sí es un regalo para vosotros. Ya sabéis, por ayudarme a espantar a esos seres.- Parecía que nuestra presencia había ayudado a hacer desaparecer aquello invisible que la rodeaba.
— Lo que me hacía falta ya…- Cloud giró la mirada y suspiro. En ese momento miré a la florista y le sonreí.
— ¿Cuánto es?- Le pregunté acercándome a ella.
— Bueno, eso depende del cliente.- Ella miro la flor y luego nos miro a nosotros dos.- En vuestro caso… os la dejo gratis. La flor simboliza el reencuentro, quizás signifique algo más, ¿no creéis?
La chica dejó la flor en el traje de Cloud y me sonrió a mi con una dulce sonrisa. Cloud se acercó un poco a ella.
— Oye, estoy involucrado en temas… peligrosos. Deberías pasar de mi.- le dijo a la florista y después dirigió su mirada hacia mi.- Y tu, no deberías ir juntándote conmigo.
— ¿Ah, si? Seguro que si. ¿Y qué?- Nos miró fijamente como analizando la situación.- ¿Acaso crees que alguien va a por ti? ¿Por eso estás dirigiéndote a la chica que va contigo de esa manera, para intentar protegerla?
No entendía a que se refería con querer protegerme. Parecía como que la florista sabía que el chico de pelo largo había aparecido dos veces y que nos acechaba.
— ¡Tranquilos! Nadie os va a atacar, te lo prometo.- me miro fijamente y después miro a Cloud.- Eso si, es mejor que la tengas cerca.
Cloud me miró un segundo y rechisto un poco, rodando sus ojos y luego miró a la florista.
— Oye, acaba de explotar un reactor. No deberías estar aquí vendiendo flor…
— ¿A que te refieres con que me tenga cerca?- La miré fijamente, parecía que sus ojos sabían cosas que yo desconocía y siempre se me ha conocido por querer saber la verdad de todo.
De golpe la florista dejó caer todo su cesto lleno de flores y empezó a agacharse y a mover el aire con los brazos, como si otra vez algo fuera a ir a por ella. Se abalanzó hacia nosotros y nos agarró el brazo a cada uno. De un momento a otro lo invisible se hizo visible. Una especie de fantasmas encapuchados aparecieron flotando a nuestro alrededor.
— ¿Pero qué?- mencioné, mis ojos no terminaban de creer lo que veía hasta que uno de estos fantasmas se abalanzó hacia la chica florista. Me puse en medio y saqué mi espada para intentar cortarlo consiguiendo que ese se esfumara.
—¿Qué son?- Mencionó la florista mirando fijamente a los fantasmas en posición de guardia.
Con tanta distracción habíamos olvidado que íbamos dirección a la estación para escapar lo más pronto posible antes de que las tropas de Shinra fueran a por nosotros. Ahora ya era demasiado tarde, un grupo de centinelas se acercaron corriendo hacia nosotros.
— ¡Eh, vosotros dos, bajad las armas!
Los fantasmas aún no habían desaparecido y amenazaban a la florista. Ella decidió echar a correr hacia otra calle para escapar tanto de los espectros como de los centinelas, aunque no iban a por ella. Antes de desaparecer la chica se paró y nos sonrió.
—¡Encantada de conoceros!
En ese momento desapareció por las calles y miré a Cloud para luchar junto a él con intención de eliminar a los centinelas. Aunque yo no había sido culpable de la explosión del reactor al haber salido con el grupo AVALANCHA posiblemente Shinra me consideraban una culpable ante tales hechos. Poco a poco venían más hasta que llegó un punto que nos acorralaron.
— ¡Eh!- Menciono un centinela.- Esa espada…
Cloud bajó la mirada de golpe, como si esas palabras hubieran afectado a su cabeza. En unos segundos escuché el sonido del último tren. Estábamos al lado de las vías de este y agarré esta vez yo el brazo de Cloud para hacerlo reaccionar. Aparté a un centinela de un espadazo y empecé a correr al lado de la parte superior de las vías.
— ¡Cloud, salta!
Los dos saltamos a la vez hacia el tren en movimiento con suerte de llegar a la parte superior mientras los centinelas nos disparaban. Con muchísima suerte nos ubicamos en la parte superior del tren en marcha y miré a lo lejos los centinelas mientras el tren se escapaba a toda prisa.
Cloud me miró fijamente, sorprendido de mi capacidad de actuación y me hizo un gesto de que lo siguiera por los techos de los vagones hasta que llegamos al vagón de la mercadería. Los golpes debieron avisar a los chicos de AVALANCHA ya que abrieron la puerta y nos balanceamos para poder entrar.
— Eh, nos teníais un poco preocupados.- Dijo Barret al ver que habíamos llegado.
Jessie fue rápidamente hacia donde yo estaba, había caído un poco mal al entrar al vagón.
— No sabes lo que me alegra ver que estáis bien. ¡Pensábamos que os habían atrapado!- Me ayudó a levantarme.
— ¿Dónde cojones te habías metido, eh Cloud? ¿Encima con Sil contigo no te da vergüenza ponerla así en peligro?- Exclamó Barret con su único tono de voz
— Estábamos dándole esquinazo a los de seguridad pública.- dije.- Por suerte estamos bien.
— Si, teníamos que alejarlos de la estación de alguna manera.- Añadió Cloud.
— ¡Bien hecho!- Jessie me sonrió y me dio un golpecito en la espalda de orgullo.
— Los dos tienen un talento innegable, ¿eh?- Dijo Biggs acercándose a Barret el cual reaccionó apartándolo. Al segundo cerró la puerta del vagón.
Cloud se quedó mirando a los demás, dudando de las palabras que quería decir.
— Una pregunta. ¿Alguna vez os han atacado seres invisibles?- Al formular la pregunta los demás se quedaron mirándolo extrañado, como si de un loco se tratase.- Llevaban túnicas. Se movían por el aire como si fueran nieblas.
— Yo también los he visto.- Dije mirando a AVALANCHA.
— ¿No has dicho que eran invisibles?- Preguntó Biggs mirándome a mi y a Cloud.
— Al principio sólo parecía aire. Nos encontramos una florista y cuando nos agarró del brazo… aparecieron delante de nuestros ojos.- Mencioné.
— ¿Será una nueva arma de Shinra?- Jessie me miró intentando entender lo que explicábamos.
— ¡Já! Más bien han sido alucinaciones causadas por el pánico.- Exclamó Barret sin creerse ni la mitad de lo que estábamos diciendo.
— Bah. Olvidadlo. No hemos dicho nada.- Cloud suspiró y giró la mirada.
Barret dio la orden para cambiar de vagón y ir al de pasajeros. Al entrar sólo se escuchaban voces por lo bajo hablando y criticando la acción de la bomba contra el reactor. Barret se encaró contra esa gente defendiendo sus ideales haciendo que todos los del vagón se sentaran asustados de él. Solo uno de los empleados de Shinra que había en el vagón fue capaz de contradecirle a Barret con argumentos pro-Shinra que incluso yo odiaba escuchar. Los empleados se alejaron del vagón donde estábamos y Barret se sentó algo agobiado de la situación. En ese punto decidí sentarme a su lado y lo miré.
— Oye, Barret. ¿Qué es lo que te hace creer que Shinra va a destrozar el planeta?- Me miró fijamente al mencionar esas palabras.- Tengo mis propias conclusiones pero pensaba que la oposición pública a Shinra no existía…
— Midgar al fin y al cabo es una metrópolis respladenciente que reposa encima de una enorme plataforma metálica, la cual se eleva 300 metros por encima del suelo. Todo esto lo generan los reactores de mako, es decir, los chupasangres de la tierra. Estos reactores creados por Shinra son una parte de aquello que están haciendo para cargarse el planeta.- Hizo una pausa, suspirando.- Con todo este mako quieren jugárnosla a todos los que vivimos dentro y fuera de Midgar. Nos tienen controlados y todo para su puto beneficio consiguiendo que el planeta sufra aún más. De hecho, han instalado un punto de control de pasajeros en este mismo tren usando la energía de los reactores, para saber incluso quién viaja dentro: Fecha de nacimiento, categoría de residencia, antecedentes penales… Literalmente toda tu vida registrada en su base de datos para controlar dónde vas, quién eres y qué aportas.
En ese momento unos rayos de color rojo traspasaron el vagón indicando que estaban escaneando a las personas que viajábamos dentro del vagón.
— Eso significa que nos van a descubrir, ¿verdad?- lo miré algo asustada, quería poder respirar una milésima de segundo más sin que Shinra fuera a por nosotros.
— No te preocupes. Jessie ha falsificado nuestros datos.- Me aclaró Barret a lo que yo dejé ir un suspiro.- Contempla toda está tecnología bien Sil, Shinra no para de chupar mako y echa a perder la tierra. El aire se contamina y las flores se marchitan.
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Cloud se había acercado hacia apenas un minuto para escuchar nuestra conversación y miró fijamente a Barret.
— Entonces vete de aquí y olvídate de todo. A mi siempre me ha ido bien haciéndolo así.- Dijo Cloud sin un mínimo de preocupación por las palabras de Barret.
— Eso solo funciona si solo miras por tu propio ombligo. Pero, ¿qué tal si empiezas a preocuparte por los menos afortunados que tú?
Al escuchar las palabras de Barret, Cloud se giró en la otra dirección alejándose un poco de donde estábamos y se puso justo delante de una de las ventanas del tren.
— Todos somos como este tren. No podemos abandonar los raíles.- Esa frase de Cloud hizo que mis pensamientos se mezclaran.
Ser parte del sistema o no serlo no era algo que tú podías decidir en Midgar. Yo siempre había formado parte del sistema, todos mis recuerdos se sitúan en la gran ciudad y aunque he tenido que trabajar para el sistema me he querido desvincular lo mucho que he podido de este, buscando información por mi cuenta. Quería saber que era ese o esos secretos que tan bien guardaba Shinra.
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Esto es una adaptación de la obra original FINAL FANTASY VII (SQUARE ENIX©) sin fines de lucro. Solo tiene fines lúdicos y de comunidad. Prohibida la copia de la adaptación igual que la extracción de personajes propios sin autorización.
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belvedia02 · 7 months
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First Kiss
Wednesday Addams se agotó mentalmente por la cantidad de personas que circulaban por los pasillos de los stands, así que salió un momento para relajarse. Encontró una banca cerca de la entrada, se sentó en la orilla y cerró sus ojos unos instantes.
— Willa — Enid la llamó casi susurrando.
—Enid — Wednesday abrió sus ojos y giró su cabeza hacia la derecha, no sintió su presencia.
—Si quieres podemos volver a Jericó — Enid le propuso regresar, tenía un montón de bolsas encima de su regazo, consiguió la mayoría del merchandising, que deseaba. No quería ver a Wednesday tan cansada.
Wednesday vio la hora en la pantalla de su teléfono —Todavía quedan unas horas, si quieres puedes volver.
Enid dejó las bolsas a su costado derecho y sujetó las manos de Wednesday — No quiero volver sola, además estoy cansadísima, creo que la emoción de conocer a mi actriz favorita agotó todas mis energías sociales.
—¿Energía social, eso existe? — Wednesday disfrutaba del calor que emanaban las palmas de Enid a sus frías manos. 
—No sé, es un decir, tú me entiendes — Enid frotó su pulgar en el dorso de la mano izquierda de Wednesday.
— Bueno, sí tu quieres podemos volver ahora, déjame revisar el horario de los buses — Wednesday tuvo que deshacer el agarre de las manos de Enid para desbloquear su teléfono — En una hora más sale el próximo, puedes volver a visitar unos de los stands, de seguro querrás comprar algo más.
—La verdad sí, estaba indecisa en comprar un peluche que vi.
— Un unicornio supongo.
—No un dragón, el que tengo se siente solito — Enid se puso de pie — Ya vuelvo Willa — Enid volvió a dejar sola a Wednesday por unos minutos.  
Wednesday solo sonrío con la caminata de Enid, esos saltitos le daban un aire tan infantil, pero era una de las tantas cosas que le gustaba de ella.
— Listo — Enid volvió más rápido de lo que pensó Wednesday. — Mira, ¿te gusta? — Enid le mostró el dragón.  
— ¿Negro?, no desentona con tu paleta de colores.
—No, solo lo vi y me recordó al dragón de una película.
—¿Qué película? — Wednesday preguntó extrañada, hasta el momento vio un montón de películas, en todas salían animales, recordaba muy bien cada uno. Se acordaba de Mushu el dragón rojo, pero no uno negro.
—Cómo entrenar a tu dragón — Enid hizo una pausa, recordando si le había mostrado esa trilogía a Wednesday — Todavía no las ves. Ahora ya sé cuál será nuestro próximo maratón el viernes.  Wednesday permaneció en silencio, solo esperaba que no tuviera tantas canciones.
Wednesday quiso ayudar a Enid con las bolsas, pero ella se negó, recordándole la lesión de su mano.
—Puedo ocupar la otra mano.
—No, no puedes — Enid negó con la cabeza también.
—¿Por qué no?
—Por esto — Enid entrelazó sus manos y luego las subió para que Wednesday entendiera por completo la razón.
— Veo — Wednesday se sonrojó ligeramente.
Caminaron sin mayor prisa, sabían que tenía tiempo de sobra, disfrutaron del momento.
— En 15 minutos más sale nuestro autobús — Wednesday revisó su teléfono después que se bajaron del taxi.
—¿Quieres comer algo?  — Enid vio la hora en su reloj de pulsera, tenía el tiempo suficiente para comprar algo.
—Solo agua.
— Bien, espérame aquí — Enid dejó las bolsas en el suelo cerca de Wednesday y fue a comprar el agua para Wednesday, un refresco y unos sándwiches para ella.
Wednesday asintió con la cabeza.
—Listo, aquí tienes tu agua Willa — Enid llegó después de 10 minutos.
—Gracias, llegaste a tiempo — Agarró la botella fría con su mano izquierda.
Enid en respuesta le guiñó.
Ambas bebieron un sorbo, justo en ese momento anunciaban que su autobús había llegado. Volvieron a tapar las botellas y subieron al autobús.
Enid se sentó nuevamente cerca de la ventana, acomodó sus bolsas en el compartimiento de arriba a excepción del dragón, ese lo llevaría en sus brazos. Antes de iniciar su viaje comió los dos sándwiches y bebió todo su refresco. Wednesday solo bebió la mitad del contenido de la botella.
Enid acomodó su asiento para dormir, estaba exhausta, las emociones de ese día la superaron.
—Si quieres puedes apoyarte en mí — Wednesday vio que Enid intentaba encontrar una posición cómoda para dormir.
Enid de inmediato acomodó su cabeza en el hombro derecho de Wednesday y se durmió casi al instante. Wednesday se durmió unos minutos después.
— Enid — Wednesday la llamó por tercera vez, pronto llegarían a Jericó.
Enid que lentamente abrió sus ojos, se desorientó por unos segundos, después recordó donde estaban y de donde venían.
—Willa — Le sonrió.
— Pronto llegaremos — Enid miró a través de la ventana el paisaje y reconoció que faltaba muy poco para terminar su viaje.
El autobús se detuvo en la parada cerca del centro de la ciudad, ellas y algunos pasajeros más descendieron.
— ¿Qué prefieres? ¿Caminar o que pida u taxi para volver a la academia? — Wednesday una vez más vio la hora en su teléfono, eran las 20: 10.
Enid contestó casi de inmediato, porque quería extender lo que más pudiera esta cita.
— Caminar— Wednesday solo alcanzó a dar un par de pasos cuando sintió una vez más la mano cálida de Enid que sujetaba la suya.
—Ahora está mucho mejor — Enid sonrió y después miró hacia el cielo.
Enid fue la que más habló durante el trayecto, recordando lo feliz que estaba cuando pudo conversar y tomarse fotos con su actriz favorita. Wednesday solo hizo pequeños comentarios, pero en el fondo estaba feliz que su primera cita resultó como lo había planeado, incluso mucho mejor, por la reacción de Enid cuando tuvo la entrada en sus manos y los momentos antes de encontrarse con ella.
Enid se quedó en silencio cuando vio la entrada de la academia.
Esta cita tiene que tener un final perfecto. — Pensó y soltó la mano de Wednesday para mirarla.
— ¿Enid? — Preguntó con preocupación.
— Willa, quiero darte las gracias por esta grandiosa cita — Enid lo dijo con nerviosismo.
— No tienes que agradecer.
—Sí, tengo que hacerlo. — Enid dejó las bolsas en el suelo, necesitaba sus manos desocupadas. Wednesday miró con extrañeza las acciones de Enid.
—Willa, yo…  — Enid colocó con delicadeza sus manos sobre las mejillas de Wednesday, quien en un primer instante se sobresaltó por la acción, pero que no hizo ningún movimiento, porque se perdió bajó la intensa mirada de esos ojos azules que tanto adoraba.
Enid al no encontrar la menor resistencia fue acercando su rostro, para eliminar la distancia entre sus labios y los de Wednesday.
Wednesday sintió una gran emoción inundarla por completo, sobre todo en su pecho, sintió que su corazón palpitaba con fuerza y muy al contrario de lo que fue ese beso de más de un año atrás, esta vez no tuvo ninguna visión, se dejó llevar por la sensación y cerró sus ojos.
Enid sintió que los labios fríos de Wednesday fueron adquiriendo calor, mantuvo ese contacto tan deseado y tan íntimo por unos instantes más.  Se separó unos centímetros para ver la reacción de Wednesday, ella tenía los ojos cerrados, lentamente los fue abriendo.
—Enid… — Wednesday subió sus brazos y rodeó el cuello de Enid para acercarla. Ella respondió sujetándola por la cintura.  
El beso tímido se convirtió en uno que reflejaba perfectamente los sentimientos de cada una, que estaban guardado en lo profundo de sus corazones, pero que ahora podían al fin dejarlos libres, porque la otra los aceptaba completamente.
@choicesprompts
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http-4yaka · 5 months
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I did a thing :3
Ese día Pepito se despertó temprano, tenía un largo día por delante. Tenía que planear su fiesta de cumpleaños! Los otros Pepitos iban a festejar con él!
Lo primero que hizo Pepito después de levantarse fue salir del hotel e ir directamente a casa de su apa Roier.
Al llegar fue directo a la cocina, tenía que preparar su torta de cumpleaños!
Recuerda que hace un tiempo vio un libro de cocina así que se puso a buscarlo. Al encontrarlo buscó entre las páginas la receta de una torta.
Cuando encontró la receta se puso a buscar los ingredientes, sabe que su apa Roier tiene muchos guardados!
Una vez que Pepito tenía todos los ingredientes fue a buscar una silla para alcanzar la encimera, después de todo Pepito seguía siendo muy chiquito.
Cuando terminó de mezclar los ingredientes y poner la masa en un molde tocaba meterlo en el horno, Pepito tenía un poco de miedo pero logró hacerlo sin problemas!
Ahora que el molde estaba en el horno Pepito se puso a limpiar lo que ensucio, tomó un poco de tiempo pero dejó el lugar muy limpio.
Una vez pasado el tiempo que decía el libro Pepito apagó el horno, casi se quema al querer sacar el molde pero se acordo de ponerse los guantes de cocina. El libro decía que la torta tenía que enfriarse antes de decorar así que la dejo en la encimera.
Ahora tocaba hacer las decoraciones! Pepito fue a la habitación que su apa le dio en el castillo a buscar hojas y lapices de colores, después de todo el lugar tenía que ser bonito para cuando lleguen los otros Pepitos!
Al encontrar lo que buscaba se sentó en el suelo y se puso a pintar las hojas. Cuando terminó de pintar se fue al patio para colgar las hojas en una cuerda, tenía miedo de que el viento se las lleve pero va a estar bien, tiene que estar bien! Después de todo es su primer cumpleaños!
Una vez terminó fue a buscar una mesa y sillas, los otros Pepitos no podían quedarse parados durante toda la fiesta!
Tardo un rato pero finalmente las sillas y mesa estaban en su lugar, Pepito tuvo que buscar unas sillas de más para hacer el juego de las sillas musicales, pero ya todo estaba perfecto!
Cuando terminó, Pepito fue adentro para decorar la torta. Una vez más buscó los ingredientes que necesitaba para la decoración se volvió a subir a la encimera y empezó a decorar. Su color favorito era el rosa pero decoró la torta con los colores rojo y azul, como spiderman!
Ya termino con la comida y la decoración, incluso decoró el lugar con amarantos, su flor favorita! Ahora sólo faltaba que fueran los invitados!
Pepito espero y espero toda la tarde, se había esforzado muchísimo! Quería que su primer cumpleaños fuera especial, de verdad lo quería.
Pepito esperaba que tal vez su hermano mayor, Richas despertará para la fiesta, pero sabia que el mayor tenia un mal horario de sueño y que seguramente no despertaría a tiempo, pero no importaba! Le guardaría un gran pedazo de torta!
Pepito creía que sus nuevas amigas, Pomme y Leo, fuesen a su fiesta, pero seguramente ambas estaban muy ocupadas...
Tal vez Empanada y Sunny irían, ya que ellas tambien cumplían años ese día, tal vez podrían festejar los tres juntos! Pero tampoco fueron...
Pepito espero y espero lo que quedaba de la tarde, ya se estaba haciendo de noche. La vela de cumpleaños seguía sin prenderse, Pepito quería esperar a los invitados para soplarla.
Pepito espero y espero a que alguien llegara a su fiesta de cumpleaños...
Esperen! Finalmente llegó alguien! Foolish! Su abuelo!
Pepito estaba muy feliz de ver a su abuelo ahi!
Su abuelo llegó con un regalo en manos y le preguntó si quería abrirlo en ese momento o más tarde, Pepito dijo que después de soplar la vela de cumpleaños.
Pepito estaba feliz! Su abuelo fue a su fiesta de cumpleaños y jugaron juntos! Foolish hasta le canto en español!
Pepito le dijo a su abuelo que también pidiera un deseo!
El deseo de Foolish era que Pepito se convirtiera en PepitoSpiderman!
El deseo de Pepito era que su apa esté bien, incluso si no vuelve en mucho tiempo.
Finalmente Pepito abrió su regalo, era una máscara de Spiderman!
Pepito estaba muy feliz! Festejo su cumpleaños con su abuelo! Tal vez no comieron la torta o jugaron tantos juegos como espero, pero de todas formas estaba feliz!
Una vez Foolish se fue Pepito se dedico a guardar todo, guardo la torta, la mesa y sillas. Bajo las decoraciones y fue a guardarlas en su cofre.
Pepito estaba cansado, pero de todas formas quería probar la torta que se esforzó tanto en hacer, corto un pedazo y lo comió, estaba muy rica! Pero esperaba poder compartirla con su hermano... le guardaría la torta para cuando despertase.
Pepito bostezo, estaba muy cansado como para volver al hotel, así que decidió dormirse en su cuarto en el castillo, se cambió, guardo sus cosas en el cofre, agarro su peluche de palomitas de maíz y se acostó a dormir, después de todo fue un largo día.
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magneticovitalblog · 9 months
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ESTÁS EN EL LUGAR CORRECTO...
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Después de los atentados del 11 de septiembre, una empresa que tenía sus oficinas en el World Trade Center invitó a sus ejecutivos y empleados que por alguna razón habían sobrevivido al ataque, para compartir sus experiencias.
La gente estaba viva por las razones más simples ... eran pequeños detalles como estos:
- Al director de una compañía se le hizo tarde porque era el primer día de kínder de su hijo;
- Una mujer se retrasó porque su despertador no sonó a tiempo;
- A uno se le hizo tarde porque se quedó atorado en la carretera en la que había un accidente;
- A otro sobreviviente se le fue el autobús;
- Alguien se tiró comida encima y necesitó el tiempo para cambiarse;
- Uno tuvo un problema con su auto, que no arrancó;
- Otra regresó a contestar el teléfono;
- Otra ¡tuvo un bebé!, y;
- Otro no consiguió un taxi.
- Pero la historia que más impresionó fue la de un señor que se puso un par de zapatos nuevos esa mañana, y antes de llegar al trabajo le había salido una ampolla. Se detuvo en la farmacia por una curita y por eso está vivo hoy.
- Ahora, cuando me quedo atorado en el tráfico; - cuando pierdo un elevador; - cuando regreso a contestar un teléfono; y muchas otras cosas que me desesperan, pienso primero:
“Este es el lugar exacto en el que debes estar en este preciso momento”...
-La próxima vez que tu mañana te parezca enloquecedora, los niños tarden en vestirse, no logres encontrar las llaves del auto, te encuentres todos los semáforos en rojo... - no te enojes ni te frustres.
ESTÁS EN EL LUGAR Correcto... A LA HORA EXACTA.
Autor: desconocido
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lyon-amore · 1 month
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¿Cuántas veces se había quedado leyendo ese mensaje? ¿Cuántas veces había soñado el escuchar su voz pronunciando aquella palabra? Y ahora que lo había hecho, se había quedado mirándola.
La joven le miró preocupado ¿Había dicho algo malo? Tan solo había soltado un ‘Jake, me alegro conocerte por fin’. Era lo único que había dicho.
¿Quizás se había pasado de entusiasta? O puede que haya pensado que había sonado ridícula al hablar. Pero no. Cuando vio que sus mejillas se sonrojaron, ella parpadeo confusa.
—¿Puedes… ¿Puedes decirlo de nuevo? —preguntó él, con un poco de timidez.
—¿Decir el qué?
Jake se puso más rojo todavía, incapaz de decirlo. Para él, pensaba que era lo mejor que había escuchado desde hacía tantos años, que seguro que le resultaría ridículo para ella.
—Creo que ya lo sabes… —apartó la mirada, esperando no parecer ridículo.
Ella lo entendió, soltando una pequeña risa.
Colocó sus manos en la cara del joven, para que le mirase directamente a los ojos.
Él pudo apreciar una gran sonrisa en el rostro de ella, con un par de ojos llenos de vida.
—Jake… —susurró, incapaz de borrar la sonrisa.
Una oleada de calor recorrió su cuerpo al escuchar la dulce entonación de su nombre. Había escuchado cómo su boca se había movido de nuevo al pronunciar ‘Jake’. No pudo evitar en sonreír. Su nombre en boca de ella, era mejor de lo que había soñado.
Trató de que no saliera ninguna lágrima de sus ojos, no quería parecer que llevaba años deseando volver a escucharlo.
Se inclinó hacia delante, presionando con cuidado su frente en la de ella. Inspiró profundamente, mientras que su corazón latía deprisa. Más. Quería escuchar su nombre más veces de ella. No quería que su nombre volviera a quedar en el olvido. Quería que ella fuera la única que lo recordase.
—Amo cómo suena con tu voz —pronunció despacio—. Quiero poder escuchar mi nombre cuando despiertes a mi lado, cuando necesites llamarme porque necesitas ahogar tus penas, cuando me eches de menos —se separó un poco, acariciando su mejilla con cariño—. Si alguna vez te molesta algo que he hecho o dicho, si necesitas mi ayuda —vio cómo era ella al final la que parecía que iba a llorar, con esa sonrisa dulce—. También escucharla todas las noches. Por favor, hazlo.
La joven asintió, viendo que él también tenía los ojos brillando por cómo acumulaba las lágrimas.
Le dio un beso pequeño en sus labios, sin borrar la sonrisa.
—Tu nombre es una de mis palabras favoritas que existen —en la voz de la joven, se apreciaba la felicidad que ella estaba sintiendo en ese momento—. Así que me vas a tener pronunciándolo siempre. Mientras que tu, señor Jake —le puso el índice en el pecho, con una sonrisa pícara— me envías al menos un mensaje cada día de que estás bien ¿De acuerdo?
Jake se rio, cogiendo su mano y besando el dedo con delicadeza. Ella se sonrojó, viendo cómo después besaba su mano y le atraía con la otra por su cintura.
—¿Lo sellamos? —preguntó susurrando en sus labios.
—Lo sellamos… Jake…
Su trato se cerró con un beso mucho más largo. Un beso que no quería romper.
Esa noche, su nombre se pronunció de una manera que jamás olvidaría.
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