Los moches y el fenómeno El Niño: así castigaba al norte peruano el dios Aiapaec
Los moches y el fenómeno El Niño: así castigaba al norte peruano el dios Aiapaec
La ‘Argiope argentata’ presenta en su vientre lo que parece el diseño de un rostro humano. (Foto: Wikimedia Commons)
Caprichoso es el dios Aiapaec, principal deidad de los moches. Castigador, temido y adorado, es llamado también el decapitador. Fue adorado como el dios creador, el proveedor del agua. Y como toda divinidad, lo que nos da, también nos lo quita.
Tenaz y belicoso, entre los siglos I…
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Another question about Complicated Creation: what memories did Izuku and Aizawa give to Aiapaec?
Oh! Aizawa did, in fact, give his final exam fight from second year. It seemed a memory that was unimportant enough in the long run - they did a hostage situation, they passed with frankly better marks than anyone expected, but it didn’t have any specific FEELINGS memories for him regarding his classmates.
Izuku gave up the fight that gave him the scar on his face, after he offered a few other memories that Aiapaec refused.
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Circuito moche (III)
La Huaca de la Luna
Ascendiendo por una colina de tierra hacia las puertas de entrada a la huaca de la Luna, nos giramos para observar, entre las dos huacas, los fundamentos del que fuera el núcleo urbano de la ciudad moche, en el que se identificaban plazas, viviendas y calles. Sus casas eran de planta rectangular y albergaban una terraza y un patio, además de las habitaciones. Los techos eran inclinados y los principales materiales el barro y el adobe.
Vivían en una sociedad jerarquizada, la clase alta, formada básicamente por sacerdotes, dueños del saber: astronomía, ingeniería agrícola, arquitectura y medicina (chamanes), tenían sus casas a los pies de la Huaca de la Luna, en el centro se encontraban los artesanos, textileros y administrativos. pertenecientes a la clase media. Agricultores, ganaderos y pescadores conformaban la clase baja y ocupaban los alrededores en viviendas más humildes. En la huaca del Sol vivía el Supremo señor moche junto con sus altos mandatarios militares, religiosos y administrativos. A los pies de la huaca, junto con los grandes almacenes o colcas se situaban los guerreros.
Nos incorporamos a la pirámide, erigida 21 m. sobre una estribación rocosa del Cerro Blanco y a 500 m. de la Huaca del Sol. En su interior no se han hallado vestigios de tareas domésticas, a diferencia de la huaca del Sol, lo que demostraba el carácter meramente ceremonial de su construcción.
La Huaca de la Luna cuenta con cinco niveles, según parece cinco mandatarios al alcanzar el poder ordenaron enterrar y sellar el templo anterior, para levantar encima uno de nuevo.
Me sorprendió la coincidencia (no creo demasiado en ellas) que cinco fueran las etapas cerámicas moches, cinco formaban las plataformas escalonadas de la Huaca del Sol en las que se alza una pirámide central también de cinco plantas.
No pude contrastar mi cábalas con el guía ya que nos introducimos en la huaca, conformado este quinto nivel por tres plataformas y cuatro plazas ceremoniales, lo primero que encontramos es la sala de los sacrificios, lugar en que las mujeres (¿sacerdotisas?) preparaban a los guerreros vencidos en la lucha ritual para su sacrificio ceremonial. Se supone que eran previamente drogados antes de ser degollados por ellas mismas, que entregarían recogida en un vaso ceremonial la sangre al sumo sacerdote o sacerdotisa.
En la Huaca de la Luna, los arqueólogos desenterraron los restos de unos setenta varones que habían sido sacrificados y desmembrados sus cuerpos en el transcurso de al menos cinco ceremonias rituales diferentes. ¿Coinciden con la construcción de las cinco plantas que tiene la huaca? —la pregunta no obtuvo respuesta..
El papel de las mujeres en el sacrificio, ocasionó el preguntar sobre el rol de la mujer. El guía dijo que no parece haber discriminación en poder acceder a los rangos superiores de mandato. Los entierros de las Sacerdotisas de San José de Moro muestran unas tumbas de extraordinaria riqueza y gran complejidad que no se han encontrado en otras tumbas de sacerdotes, expresando el elevado rango social que ostentaban. La momia de la Señora de Cao, encontrada en el complejo arqueológico del. Brujo, nos muestra una mujer gobernante, ataviada de ricas joyas y ornamentos, precisamente en momentos de la crisis y decadencia de la realeza moche (750 d.C) y el empobrecimiento de la región.
Continuamos recorriendo el resto de dependencias de la huaca, destaca la belleza preservada casi dos milenios de sus coloridos frisos pintados con óxidos, al igual que algunas paredes descubiertas del piso inferior.
Los relieves narran momentos memorables en el que sacerdotes parecen bailar, guerreros vencidos, dioses representados por diferentes animales, pero entre todos los personajes destaca el protagonista de la Huaca: Aiapaec
Al preguntarle si era el Dios principal de todos los territorios moche, explicó que como ya dijo, la zona Norte y Sur estuvieron separadas por un amplio desierto, lo que contrajo diferencias de ritos, artesanía, lenguaje y costumbres, unidos tan solo por una religión, en principio politeísta y unos conocimientos productivos y de ordenación político-social del territorio.
Los moches agruparon muchas y muy diversas culturas junto a sus narraciones mitológicas, creando un grupo de divinidades variadas con distintas iconografías. Así, hay zonas en las que el jaguar encabezará el resto de divinidades locales, otros serán figura totémicas como el demonio-cangrejo, o el demonio-serpiente, o sus aves marinas.
Por lo que parece el Dios principal en cada localidad al que alzaron templos es diferente, incluso puede ser el mismo pero con iconografía distinta. Los sumos sacerdotes se debían a un Dios específico, así, Incluso en la misma zona Sur, la zona arqueológica del Brujo el templo principal está dedicado al Dios antiguo del Valle de Chicama: Chicamac.
¿por lo que la Huaca del Sol y de la Luna nada tienen que ver con la función mística de antaño? —inquirí.
Reconociendo que posiblemente tenía razón, nos explicó que el culto a “Si” (la Luna) fue el más extendido en la cultura moche dada la relación de la luna con el mar y las mareas. Se especula que consideraran a la luna más poderosa que el sol y los eclipses lunares fueron motivo de festejos por el triunfo de ésta sobre el astro rey, incluso se realizaban sacrificios humanos en su honor, de aquí la relación con el nombre de esta Huaca. Pero también era muy venerado Ni (el mar), los habitantes de la zona de Pacasmayo rendían un singular culto al mar, ofreciéndole maíz y almagre, un potente colorante mineral rojo
Continuamos la visita, en la que la disposición de paneles explicativos favorece el comprender la función de las diferentes salas y la decoración que engalanaba sus paredes. Destaco la interesante decoración del altar mayor. No dejéis de recurrir a ellos para complementar la información del guía, en nuestro caso, con una marcha demasiado rápida, se saltó algunos espacios de interés.
Volviendo a salir por la sala de los sacrificios descendimos hasta la parte inferior de un lateral de la huaca, la que se supone era la gran plaza ceremonial en la que participaba el pueblo. En el sorprendente el muro de más de 10 mts. en el que se identificaba el hueco por el que entraron a la huaca, señalando también hasta dónde habían quedado enterrados con siglos de arena aquellos muros, lo que por otra parte ha posibilitado preservar estos magníficos relieves hasta hoy.
La verdad es que describirlos todos sería exhaustivo, os aconsejo dejaros de parafernalias turísticas y entreteneros en observar los murales y frisos de los muros y de las pequeñas dependencias laterales, muchas disponen de paneles explicativos que nos acercan a perdernos descifrando las figuras. El llamado mural de los mitos es un ejemplo, tenéis que disponer de tiempo, pero vale la pena.
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