Tumgik
#era superior a mí
flash56-chase05 · 1 year
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Me encanta cómo una clase sobre la floración ayer se terminó convirtiendo en una explicación de media hora sobre el calendario romano para concluir con que vernum da nombre al proceso de vernalización.
[Y en mi interior había una voz gritando «¡Hetalia!» mientras intentaba mantener mi atención en la clase].
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entusblog · 9 months
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Carta de despedida al amor de mi vida....
Sabes que siempre se me ha dado mejor escribir que hablar por eso he decidido despedirme así, si estás leyendo ésta carta es porque todos mis intentos han fracasado, ésta vez si he luchado, además más que nunca, prácticamente he llegado a arrastrarme y humillarme, he dejado correr el tiempo pero no me ha ayudado, he hablado con personas cercanas a ti pero me han confundido aún mas sobre tus sentimiento, he ido detrás tuya como jamás pensé que iría, pero todo ha sido en vano, me he estrellado una y otra vez contra un muro de piedra, ya me doy por vencido, no puedo seguir más así, tengo que comenzar a ordenar mi cabeza que desde que lo dejamos no sabe aún siquiera donde está, hasta ahora he estado como en un sueño, una pesadilla de la que me he intentado despertar una y otra vez y no lo he conseguido…
Por mucho que me duela o por mucho que no quiera a partir de hoy no me queda más remedio que empezar a olvidarte, olvidarme de tu pelo, de tus ojos, de tus miradas, de tus lágrimas, de tu sonrisa, de tus labios, de tus besos, de tus manos, de tus caricias, de tu voz, de tus te quieros, de tu mal genio, de lo cabezota que eres, de tu olor, de tus abrazos, de despertarme a tu lado, de las promesas que no he podido cumplir,Teníamos una historia increíble, una historia que era envidia de mucha gente, ahora me he dado cuenta de que mucha gente nos tenía envidia, envidia de que dos personas tuvieran un amor tan grande que ellas en su vida conocerán, envidia de que dos almas gemelas se hubieran encontrado, de que existiera el amor verdadero, el amor puro, donde no existían los intereses, el amor que solo puede surgir cuando dos niños que todavía no conocen la dureza del mundo se enamoran, una historia que empezó gracias a ti y que por mi culpa ha acabado…
Siento de verdad no poder ser tu amigo, pero es superior a mí, ha sido demasiado lo que he vivido contigo para verte como una simple amiga, de verdad que lo siento pero te prometo que intentaré saludarte si nos vemos, de verdad que intentaré no apartar la mirada, pero quiero que sepas que si lo hago es porque se me parte el alma cuando te veo, el simple hecho de tenerte delante y no poder tocarte es algo que me desgarra por dentro, si lo hago perdónamelo por favor…
Estoy seguro de que nadie te querrá nunca tanto como yo, pero deseo que alguien pueda hacerte feliz y pueda cumplir tus sueños, ojala hubiera tenido una oportunidad porque ese estoy seguro que hubiera sido yo, pero no ha podido ser, ya verás como alguien se cruza en tu camino.
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nevenkebla · 26 days
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Susan vs. Doom
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Fantastic Four #259 John Byrne (Escritor, dibujante)
— Susan Storm: Reconozco este estilo de tecnología. ¡Solo un hombre ha podido construir esta nave! ¡Doctor Doom! — Doctor Doom: Excelente, Susan. Eres tan inteligente como hermosa. Me molestará ligeramente aniquilarte junto al resto de los Cuatro Fantástico. — Susan Storm: Ahórrame la hipocresía, Doom. El rayo inhibidor que usaste contra nosotros perdió sus efectos hace tiempo. Ahora no hay nada que evite que utilice mi campo de fuerza para abrir tu armadura y aplastarte… si es que eres tú de verdad y no uno de tus dobles robot.
— Doctor Doom: ¡Qué saludo! ¿Así es cómo te diriges a tus superiores, mujer? Te había creído una dama. Pero si insistes en hablar como una moza de cocina… ¡Te trataré como a una! — Susan Storm: ¡Lo… he notado! Doom debe de estar usando una especie de arma vibratoria que contrarresta mi campo de fuerza. Por el bien del bebé debo acabar con esta pelea antes de que pueda golpearme demasiado… pero con su extraño código de honor me asombra que golpee a una mujer… matar a una, sí, pero lo creía por encima de la brutalidad. ¡Lo sabía! ¡Otro de los condenados robots de Doom! Y no era uno particularmente bueno. ¡Mi campo de fuerza ariete le ha arrancado la cabeza!
— Doctor Doom: Perdona que no te haya dado la bienvenida en persona, Susan. Hay asuntos más urgentes que me preocupan. — Susan Storm: ¿De verdad, von Doom? Usaste a tus robots contra nosotros la última vez que luchamos. Me inclino a pensar que sencillamente tienes miedo de enfrentarte en persona a cualquiera de los Cuatro Fantásticos. — Doctor Doom: Me conoces mejor que eso, mujer. Sencillamente, encuentro indigno de un monarca rebajarme a la violencia física. Mi verdadero poder se encuentra en la fuerza de mi intelecto y cómo usarlo para guiar a otros. — Susan Storm: Un bonito discurso, Doom, pero carece de convicción. ¡Sigues sin enfrentarte a mí! ¿Tengo que ir a por ti? ¿Tengo que desmontar toda esta nave para encontrarte? — Doctor Doom: ¡Maravilloso! ¡Maravilloso! ¡Qué fuego! ¡Qué fuerza desconocida! Te aplaudo, Susan Richards. ¡Te has convertido en una auténtica guerrera por derecho propio! Desde luego que podrías destrozar esta nave. Sin duda serías capaz de encontrarme. Por primera vez hasta me veo compelido a considerar que tú, a quien creía la más débil de los Cuatro, podrías sobrevivir a una batalla con Victor von Doom. Pero antes de poner a prueba esa hipótesis, mira detrás de ti. — Susan Storm: ¿A qué juegas ahora, von Doom…? Oh… no… ¡E-ese de ahí es Johnny! ¡Y Ben! Pero… ¿Contra quién pelean?
— Doctor Doom: ¿Pelear? Querrás decir quién los está destruyendo, ¿no? Mira atentamente, Susan. Sin duda reconocerás a un viejo… amigo. — Susan Storm: ¡Tyros! ¡Tyros! ¡Pero está muerto! — Doctor Doom: No, Susan. Ha resucitado. Por mi mano. ¡El poder cósmico vuelve a ser suyo, el mismo poder que una vez le robé a Silver Surfer! ¡Y esta vez nada evitará que Tyros, mi involuntario esclavo, destruya a los Cuatro Fantásticos!
— Doctor Doom: Y ahora me enfrento a ti. A quien estás viendo es al auténtico Victor von Doom. La decisión es tuya. Enfréntate a mí en una batalla a la que quizá podrías sobrevivir… dejando a tus seres queridos en una a la que ellos no pueden sobrevivir… o acude en su ayuda, recordando siempre que hacerlo es huir de Doom. ¡Reconocer que él es tu superior! — Susan Storm: ¡Maldito seas, Doom!
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alasdepaloma · 11 months
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Amor:
Te escribo hoy, colmada de júbilo, pues hoy más que nunca estás cerca de mí. El amor es así… Etéreo e infinito… No se puede sostener entre las manos porque es como bruma que envuelve al ser de una manera holística.
Cuando era una niña, mis padres me enseñaron que el amor debía observarse desde el cristal de la poesía, desde ese que trae a cada uno de los sentidos: la imagen, la voz, el tacto, el efluvio y el sabor de lo que es divino e impoluto. Poco después aprendí —gracias a las lecturas vespertinas, ya casi estrelladas— que el amor debería primero de hacerlo huésped en mi corazón para después, al abrir el pecho, otorgarlo a quien encontrara en mi andar por este camino de acción y de vida.
Al avanzar… Me fue quedando más claro que este sentimiento que deriva de una emoción de la más sublime de las alegrías, debía protegerse y alimentarse entre el resguardo de la soledad. Es ahí… en ese espacio de silencio, donde el observador —que es uno mismo— emana, se separa de la mente, deja de enjuiciar, de esperar, de guardar rencor… Entonces se eleva como un ente alado por encima de nuestra irracionalidad e inconsciencia, haciéndonos volver al centro conciente, ahí donde reside nuestro Ser Superior. El alma. Dios. El cosmos. La vida eterna.
Así me enseñaron a amar. Así me enseñó mi padre, quien fue el canal que me conectó a la bondad de la poesía… y mi madre, al oasis de la ternura.
Entonces… Te encontré. Te encontré, vida mía.
Y estamos hoy acá, presentes, el uno en la vida del otro… Tomándonos las manos, entrelazando nuestros dedos como nuestras almas en un beso… Estamos aquí, escuchando nuestros desasosiegos y nuestro alborozo. Volando entre palabras seductoras que brotan desde el sacro y se tiñen del rosa del cielo, cuando se elevan timbrando en el centro del corazón.
Así, así había soñado con un amor desde pequeña.
Honesto… Leal… Presente…
Donde no es necesario pedir nada, ni siquiera hablar… Pues para aquellos que son almas gemelas, les basta con mirarse a los ojos, saberse en gratitud y… sonreír.
—Paloma Zerimar
✨**Carta al amor**✨
19/6/23
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belvedia02 · 6 months
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Let me make you a cup of Tea
Enid Sinclair estaba en la biblioteca de su universidad para estudiar, tenía un examen en dos días y aún le costaba aprender una parte del contenido de la asignatura. Estaba sola, su amiga y compañera Yoko Tanka la había dejado plantada para tener una cita con su novia Divina. Así que intento estudiar durante dos horas, las cuales solo en la primera hora, hizo un esfuerzo para entender lo que estaba leyendo.
—Me rindo— Dijo con exasperación, cerró el libro, guardó sus lápices y hojas donde había tomado algunos apuntes.
Salió de la biblioteca y vio que era tarde, se dio prisa para llegar a su departamento, el que estaba cerca de donde estudiaba, así que el camino lo hace caminando.  Cuando salió del edificio, vio que llovía.
—Suerte la mía, no ando vestida para un día así— Dijo con frustración.  Sus pantalones, tenis y suéter multicolor no son los más adecuadas para este aguacero.
Enid hizo su camino sin prisa, ni siquiera utilizó su mochila como un paraguas. La gente que pasaba por su lado iba casi corriendo, ella no quería tomar ese riesgo, una vez se cayó, así que no quería volver a repetir una escena tan vergonzosa.
Iba girando hacia su derecha en una esquina, una cuadra antes de llegar a su edificio, cuando alguien chocó con ella.
—¡Fíjate por donde…! — No terminó su enunciado cuando descubrió la identidad de la persona con la que había chocado. — ¿Wednesday?
— ¿Enid? — Respondió asombrada.
— Sí, ¿qué haces por aquí? — Se acercaron hasta la pared del edificio para protegerse de la lluvia.
—Salí de mi última clase y recordé que debía pedir un libro, así que iba hacia esa dirección— Wednesday no le incomodaba la lluvia, al contario, es su día perfecto.
—Creo que ya la cerraron… bueno asumiendo que vamos a la misma universidad—Enid nunca la había visto en su campus. Wednesday le dio el nombre de su universidad y Enid afirmó que iban en la misma institución de enseñanza superior.
— Es extraño que nunca nos hayamos encontrado — Enid sabía que su universidad era grande, pero ya llevaba dos años estudiando allí.
—Debe ser por mis horarios, son muy tempranos en la mañana o muy tardes — Wednesday se arregló su flequillo hacia el lado derecho.
— ¿Por tu trabajo? — Enid preguntó suponiendo la respuesta.
— Exacto — Wednesday vio que la lluvia no amainaba, así que tendría que irse rápidamente. — Bueno Enid, supongo que te veré en la universidad o en la cafetería.
—Hay más oportunidades de vernos en la cafetería, amé tu mochaccino — Dijo sinceramente Enid, estaba segura que se había hecho adicta al sabor.
—Es cierto — Hizo una pausa— Nos vemos Enid — Wednesday estaba por ir en dirección hacia su departamento cuando Enid le tocó su hombro derecho.
—¿Te gustaría ir a mi departamento? — Enid le preguntó a la casi perfecta desconocida.
— ¿Estás segura? — La miró confundida.
— Sí, no tienes ninguna vibra de asesina, no cuando haces un mochaccino tan dulce — Enid estaba siendo muy audaz.
— Quizás te equivoques.
—Me arriesgaré, si me encuentran muerta, al menos mi amiga se encargará de decir solo cosas buenas acerca de mí— Enid desvió su mirada hacia adelante, observando la lluvia.
—Enid, todas las personas hablan bien de los muertos, lo extraño sería reconocer sus defectos.
— Tienes razón y…. ¿qué me dices? — Enid la miró expectante para saber su respuesta.
— Está bien— Respondió simple y rápidamente.
— Queda cerca, estaremos en menos de 10 minutos — Enid dio un paso adelante y después hacia su derecha, Wednesday la siguió de cerca y después estaba caminando a su lado, respetando cierta distancia entre ellas.
Subieron rápidamente los tres pisos y Enid invitó a Wednesday a ingresar primero a su departamento.
—Espérame aquí, te traeré algunas toallas. — Enid fue rápidamente a su habitación.
Wednesday permaneció en ese lugar, vio que el departamento tenía algunos muebles y que estaba ordenado.
—Ten— Le pasó dos toallas.
— Gracias — Dejó su mochila en el suelo y se secó su cabello, deshaciendo las trenzas. Enid se quedó por unos instantes mirando, hasta que recordó algo y volvió a su habitación.
 —También te traje estas pantuflas — Eran de color azul oscuro — supongo que tienes los pies mojados.
—Sí— Se sacó sus tenis y se los colocó, eran un par de números más grandes
— Acompáñame al baño para que te cambies.
—No, estoy bien así— Wednesday prefería estar con la ropa mojada que vestirse tan colorida como Enid.
— No te preocupes, tengo ropa adecuada para ti. 
— Si me mientes, ya lo sabes, estarás en las noticias de mañana — Enid se río fuertemente.
Enid le indicó cual era el baño y antes de entrar le pasó un suéter negro y unos pantalones azules. — Estaré en mi cuarto, cambiándome.
Enid se cambió sus ropas lo más rápido que pudo, sin secarse debidamente, quería esperar a Wednesday en la sala de estar. Ella apareció un par de minutos después.
—Te ves bien — Wednesday llevaba su pelo suelto y rizado.
—No seas mentirosa, tus ropas son una o dos tallas más que las mías.
— Me ofendes, no sabes que no debes criticar el cuerpo de la otra persona — Enid se hizo la ofendida.
— Enid yo…
— Lo sé, es porque soy más alta que tú — Enid se sentía tan cómoda conversando con ella que se atrevió a decirle esa pequeña broma.
—Ahora ¿quién critica? —Wednesday se fue a sentar en el sofá donde estaba Enid.
—Bueno, dejando ese tema, supongo que seguirá lloviendo por un par de horas, así que…
— No Enid, no me alojaré esta noche contigo, puedo irme vestida así y me prestarás un paraguas.
—Wednesday, ¿crees que dejaría que un extraño quedarse conmigo?
—Sí me has traído aquí, te creo capaz de todo.
—Buen punto. No, te iba a ofrecer algo para tomar, debes tener frío.
—Siempre tengo frío, eso es independiente de la estación del año, pero sí, me gustaría un expreso.
— Pues verás que esto no es una cafetería, así que déjame prepararte una taza de té.
— Si no tengo otra opción…
—¡Hey! — Enid quería acompañar esa exclamación con un ligero golpe en el brazo, pero eso sería sobrepasarse. Enid se levantó del sofá rumbo a la cocina — Espérame, ya regreso.
Wednesday durante esos momentos fue a buscar su bolso para buscar su celular y sus auriculares, escucharía un podcast de misterio, el programa ya iba en su tercera temporada.
—Listo— Enid le dijo mientras traía dos tazas humeantes —Este es para ti— Le dio una taza con un diseño de flores.
— Gracias— La agarró con sus dos manos. Antes de dar el primer sorbo, inhaló su aroma y sopló.
Enid se sentó sin probar su té, esperando la reacción de Wednesday.
— ¿Te gustó? — Enid también agarró su taza con las dos manos para darles calor.
—Sí y mucho— Wednesday volvió a beber el té.
— Me alegro — Ahora Enid bebía el contenido de su taza. Después del quinto sorbo, Wednesday le preguntó.
— ¿Cuál es el secreto? — Wednesday pudo distinguir dos ingredientes, estaba segura que había un tercero.
—Té negro, canela, jengibre y el otro es secreto de la familia, no puedo revelarlo— Enid le guiñó el ojo derecho.
—Te dije los ingredientes del mochaccino, sería justo que me dijeras todos los ingredientes del té.
— Estabas en tu trabajo, esto es cortesía — Enid le dio un sorbo — Quizás una próxima vez te lo diga.
Wednesday nunca se imaginó que la chica alegre que vio entrar por primera vez en la cafetería hace casi un mes, le daría una taza de té en su departamento, ni siquiera en sus mejores sueños, esta escena había ocurrido.
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senig-fandom · 6 months
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Lo que yo creo.
Sur y Alemania caminaban por el bosque, hasta llegar a una cueva.
-Me sorprende mucho lo bien oculta que esta este lugar
-Si bueno, aun así siempre termino con visitas no deseadas.
Ambos entran a la cueva, la cual Sur ilumina con una antorcha, adentrándose aún más a la cueva, llegando al final de esta. Sur recoge algunas ramas y las acomoda alrededor para luego encenderlas con la antorcha y hacer aún más iluminación.
Alemania abre los ojos, observando un altar hecho de rocas, hojas y madera, incluyendo a una familia de osos que dormían junto al altar.
-¿Y ellos?
-Oh, aparecieron una vez en una tormenta, peleamos un rato, los eche de mi hogar, pero pasaron unas cosas que me hicieron irme un tiempo y ellos se apoderaron del lugar, así que hicimos un pacto y ahora compartimos cueva.
-jejejeje, típico de ti, nunca ¿nada sale como quieres he?
-Sí, aunque por ahora solamente están aquí por su hijo….
-¿Hijo?
-Tras la tormenta, una de sus crías murió en un rio, lo único que queda es un pedazo de su pelaje.
-¿Cómo encontraron ese pelaje?
-Yo lo encontré, el pequeño apareció, me arrastro fuera de la cueva y me guio, ahora ellos siempre que pongo ese pelaje rodean el altar….
Alemania observa a la familia, Sur tenía razón, todos solamente olfatean y rodean el área del pedazo de pelaje, que aunque es minúsculo, ellos lo ven como a su pequeño bebe.
-Bueno, no te traje aquí para que te interesaras por los problemas de la naturaleza, te traje aquí, para que pongas esa foto en el altar.
-No sé por qué acepte esto…-Alemania rasca la parte superior de su cabeza.
-Bueno ya es demasiado tarde para arrepentirte, así que pon al desgraciado allí.
-je, imbécil…-Alemania saca una fotos guardada en su billetera, en ella se muestra a un chico joven, con un rostro serio, Alemania la coloca en medio del altar, junto a otras fotos o piezas que pertenecían a otras personas.
-Míralo, allí está, por fin rodeado de más gente como él lo hubiera querido…
-Si…Sur, dime de nuevo, ¿Qué significa este altar para ti?…
-Bueno…comúnmente lo hago para recordar a los que se fueron, otras veces tal vez para castigarme, recordándome que nunca pude salvar a ninguno de ellos…Clara, Juan, Diego, Mónica, Gloria, Luis, Enrique, Ernesto, Carlos, 201, Ale…-Se detiene al nombrar a la siguiente persona-bueno, todos ellos…-Sur evita la mirada unos segundos y luego vuelve a ver el altar- Abecés quiero creer que ellos volverán y que mis ojos los verán…pero como todos los años, ellos o apresen…así que creo que lo hago como un castigo.
-Sí, eso creí que responderías…
Ambos guardan silencio unos minutos y Alemania prosigue.
-Desde mucho tiempo, creí que ver su foto era lo mismo para mí, mi hermano mayor…el murió en manos de la URSS, así que me auto castigue viendo su foto todo el tiempo, creyendo que tal vez algún día me perdone por llegar tarde por él.
-Hey Ale, no digas eso, Berlín…
-Se lo que dijo Berlín, pero, yo era muy pequeño y tonto en ese tiempo, todo lo que tenía lo perdí por culpa de mi familia, mi bisabuelo, mi abuelo, mi padre, todo por poder, por una raza, ahora, yo soy la imagen del odio mundial, por culpa de ellos. Y la culpa me lleno, cuando perdí a mi hermano, todo callo sobre mí, toda esperanza, pero ahora…-Mira a Sur unos segundos y vuelve a mirar el altar, mirando fijamente la foto de su hermano mayor-creo que puedo volver a recuperarme, poco a poco, al igual que tú puedes hacerlo.
-Si es lo que crees…por lo menos, puedes pensar que URSS murió por lo mismo, tanto tu padre como el eran unos monstruos disfrazados, ambos eran iguales, con los mismos ideales, ambos eran unos enfermos masoquistas…- Alemania escupe un poco y luego ríe.
-Sí, y peor aún, mi hermano se parecía a papá, cabello negro ojos azules, URSS ese enfermo, con solo recordar lo que le hizo, me alegra que falleciera de hambre el idiota.
-jejejeje, sí, mi hermano hizo que el muriera de hambre mientras salvaba a Rusia y a los demás.
-Es lo único que le agradeceré a Centro…
-Oye, tiene sus razones para odiarte, después de aquello.
-Sí, bueno, intento cambiar su opinión, pero creo que no lo hago muy bien
-Algún día lo logras.
-Bueno, no sé si lo hagan en tu tradición, pero si me permites rezar un poco por mi hermano…-Lo mira un poco como si le suplicara.
-Claro, adelante, nunca le quitaría a nadie su forma de honrar a los suyos, Japón, hace esa cosa llamada dagaza o algo así, aunque no estoy seguro si lo que hace tiene un nombre…-Alemania ríe, y empieza arrodillarse frente al altar, juntando sus manos, y cerrando los ojos.
Sur, lo miraba atentamente con una sonrisa, pero al levantar la mirada, observa la foto del hermano de Alemania, la cual parecía tener color, y aparecía una sonrisa y unos ojos llenos de orgullo para su hermano menor, Sur sacude la cabeza y rasca sus ojos, y al volver a mirar, la foto seguía normal, a lo cual sur se dio un pequeño golpe en la cabeza y solo espero a que Alemania terminara.
Alemania se levanta y observa a Sur, a lo que este lo empieza a acomodar ciertos aperitivos y cosas de cada persona para que se alimenten, para luego guiar a Alemania a fuera de la cueva.
-Sabes Sur, pensaba en lo que dijiste antes, que los que amas no aparecen frente a tus ojos, creo yo que en realidad no aparecen porque ellos saben que estas bien, y si llegan a aparecer, se volverán tu guía para salir del abismo. Por darte una idea, en algunos otros países, se cree que las almas se vuelven cualquier cosa para salvarte, desde animales, plantas u otras personas, y que aunque no te des cuenta, ellos te ven todo el tiempo. Perdón, es lo que yo creo… no lo tomes en serio.
-Está bien, creo que es una forma de verlo también, al fin y al cabo, es un mundo muy grande y hay muchas posibilidades.
-Sí, eso creo también.
-Bueno, basta de melancolías y tristeza, es Día de Muertos y ellos no querrán vernos tristes, además ya es hora que nosotros también nos atragantemos con algo, que tal si vamos por unas cervezas y comida, tengo un lugar prefecto para comer y beber hasta desmayarse…
-Jajaja, dudo que tu cerveza me haga desmayarme.
-HEY! Si no lo hace la cerveza lo hare yo con algún palo.
-No me vayas a golpear, imbécil.
-Dímelo cuando lo haga, pendejo.
Ambos salían y desaprecian por uno de los portales de Sur, pero en las afueras de la cueva, una luz naranja rodeaba la cueva, saliendo de ellas un montón de personas, y un oso, incluyendo un joven de cabellos negros y una sonrisa en su rostro, mirando fuera de la cueva hacia la dirección en la que se fueron Alemania y Sur, para luego, la luz Naranja desaparece, dejando vacío el altar que antes estaba lleno de alimentos.
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Después Sur regaño a los osos creyendo que ellos se comieron todo… OvOu
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its-tharsis · 9 months
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Querido nadie:
Te odio. Sí, lo que leíste, te odio por destrozar mi corazón, pero me odio más a mi por permitir que lo hicieras, porque te di ese poder, te obsequie ese derecho. La verdad no he podido hablar con nadie de nosotros, mi madre está mirándome raro pero no quiero romperme delante de ella otra vez por un amor fallido, no sabría como explicarle que me entregué a alguien durante 5 años y que no le confíe a esa persona especial porque todo era falso excepto mis sentimientos, así que este dolor será solo mío, mi carga para llevar, por ser ingenuo y esperar demasiado, por soñar cosas que nunca sucederían, promesas que jamás íbamos a cumplir. Es gracioso, me dejaste justo en agosto, supongo que tienes un poco de tacto, al menos me diste unos meses antes de navidad, espero estar bien para esas fechas y lo siento, no creo poder cumplir con la promesa de no desear olvidar nada de lo que vivimos, quiero borrarte por completo, porque tu ausencia me está matando y quiero vivir. Me pregunto que te hizo tomar esta decisión, dijiste cosas como te amo y luego diste a entender que me dejabas, fue jodido, me paralice y no procese todo hasta el día siguiente cuando oí una canción estúpida y me dieron ganas de llorar. Perdón por huir, pero es lo único que se me da bien, no iba a soportar una maldita charla acerca de que esto era lo mejor para nosotros cuando te rendiste, tampoco tus deseos para mi, y palabras melosas que solo iban a hacer mella en mi corazón hasta dejarlo vacío. No sobrevivimos a la gran guerra, deseo que lo hubiéramos hecho, pero esta bien, no es culpa de nadie, la mierda pasa, nos pasó y pronto todo será un borrón, no me recordarás y yo te habré arrancado tanto que ver algo de ti me causará indiferencia. Y la verdad es que te amo, pero quiero odiarte, por favor déjame odiarte, de otro modo no podré tener fuerzas para levantarme y reconstruir todo lo que derrumbaste luego de tu paso. El soldado que vivia de tu luz, está roto, lamiendo sus heridas de batalla en un intento inútil de que dejen de sangrar, no lo hacen, sangro todo el maldito tiempo, ¿cuando podré comenzar a suturar las heridas sin que se abran incluso cuando no las toco?, ¿es este un castigo por querer vivir un "para siempre"?, ¿por ser un humano codicioso y anhelar lo que solo existe en cuentos de hadas y libros de romance?
Más que un castigo, al pasar las horas, es más como una maldición, me lo merezco, por egoísta, por pensar que ese final feliz estaba destinado a ser mío, a ser nuestro, pero no lo era, nunca lo fue y lo notó tarde. Los hombres ciegos solo ven lo que tienen delante, incluso así se engañan a sí mismos llevados por su orgullo y ego, caí como un tonto por tus encantos y me hundí en tu existencia, tanto que ahora que no estás aquí no sé cómo continuar. Soy un bastardo desafortunado, no poseo fe, no creo en nada, ni en mi mismo en estos momentos, pero le rezó a algún Dios allá arriba o alguna existencia superior que me conceda misericordia, les suplicó que me quiten todos estos sentimientos por ti, porque no estoy seguro de poder... no, no estoy seguro de querer superarte, y eso es lo peor. Incluso después de toda esta conmoción, de todo este dolor, pena, llanto y profunda tristeza, te amo más que a todo, hice tu vida la mía, te hice el pilar de lo que conocí y giré todo en torno a ti, no sabes cómo me arrepiento ahora. Pero gracias, por alejarte y poner una distancia cruel entre nosotros, yo no podría haberlo hecho, aún sigo esperando algo, un mensaje, una llamada, algo que me diga que fue un error. Muero por hablarte, mendigar tu amor y rogar porque no me dejes, porque no me abandones, que aún puedo hacerte feliz. Mantente firme, por mí, endurece tu corazón por completo y no respondas nunca aunque yo te busqué, ignora mi existencia y termina por matar estas patéticas esperanzas que nunca me llevarán a nada.
Quién nunca más podrá llamarse tuyo.
El príncipe del corazón roto.
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jartitameteneis · 6 months
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"Cuando un muchacho de 14 o 15 años descubre que es más dado a la introspección y a la conciencia de sí mismo que la mayoría de los chicos de su misma edad, incurre fácilmente en el error de creer que ello se debe a que ha alcanzado una madurez superior a la de sus compañeros. Ciertamente cometí ese error. En realidad, aquella tendencia a la introspección se debía, en mi caso, a que yo tenía mayor necesidad que los demás de comprenderme a mí mismo. Ellos podían comportarse de acuerdo con su natural manera de ser, en tanto que yo debía interpretar un papel, lo cual exigía notable comprensión y estudio de mí mismo. En consecuencia, no se debía a la madurez, sino a mi sensación de incertidumbre, de incomodidad, que era la que me obligaba a tener pleno conocimiento de mí. Esa conciencia era un puente que me llevaba a la aberración, y, entonces mi manera de pensar tenía que limitarse a la incertidumbre, a la formulación de hipótesis". -Yukio Mishima. [Confesiones de una máscara].
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leukiel · 2 years
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Por algún cigarro...
Así era ella, siempre detenía sus labios por algún cigarro, esa era la manera de trabajar sus emociones, de sanar sus heridas, de enmendar sus errores. Llovía entre la oscuridad de sus ojos, pero era una lluvia escondida, casi casi como el niño que tímido, se resguarda entre las faldas de la madre. Y con esa mirada nublada, plagada de tormentas y destellos ardiendo en soledad, ponía en calma por un instante el alma; la cajetilla abría y cerrando los ojos, tomaba un cigarro al azar. Los trémulos dedos atrapaban con espectacular dulzura el objeto que abrigaba con envidiable celo a la nicotina. Ella cerraba los ojos y sus mejillas al instante se humedecían. Había tristeza, mucha tristeza en su espíritu, pero también había un antifaz, un mecanismo de defensa que detenía por segundos el curso de su espíritu de escritora invisible, sí, la escritora que era, que escribía fenomenal, creativa, sensible mas imperceptible ante el entorno. Sus únicos amigos: los imaginarios, aquellos con quienes creaba historias, charlas, reuniones, fiestas, peleas y situaciones que no podía vivir en un mundo donde nadie la volteaba a ver. Entonces metía la mano derecha al bolsillo de su pantalón de mezclilla e iba sacando despacio el negro encendedor con diseño de mariposa de metal azul —el emblema de uno de sus libros, que aún aguardaba para ser publicado, en el cajón de su escritorio. Apretaba el botón de encendido y una larga flama de color turquí hacía su aparición. La delgada llama amiga, compañera de viaje, la bailarina de fuego que de repente danzaba al unísono del viento de la noche. Aquella sonreía delante de esa aparición cuya alzaba sus manos para alcanzar la nívea columna del tabaco y así hacerlo arder. La primera bocanada abrasaba la garganta, pero en la garganta del dolor, de la melancolía oculta, de los sueños y las esperanzas que de repente parecían asfixiarse... Entonces, de pronto, todo cambiaba.
Entre cada bocanada un rayo de sol se encendía y el cielo oscuro se inundaba de artificiales fuegos de gran celebración. Las fanfarrias se hacían presentes. La soledad se llenaba de ilusión, de inspiración; la tristeza se vestía de tinta y las manos comenzaban a guiar la orquesta de letras atestadas de optimismo, de carcajadas, de sonrisas. Era increíble lo que ese cigarro hacía. "Ven a mí, miedo." Repetía una y otra vez en tanto se carcajeaba, sin embargo su mirada no dejaba de derramar lagunas de sal. Una escena absurda, contrastante, un teatro que sólo un artista podría descifrar.
"Jodida estoy, y saben qué... no me importa estarlo, porque realmente yo no soy la jodida, el jodido es este mundo que nos ha vuelto invidentes al alma y videntes de lo que pudre a nuestro espíritu... Pero bueno, quién soy yo para emitir una opinión. Nada. No soy nada, ni soy nadie. Allá afuera mi nombre no existe. Paso inadvertida entre el tumulto de zombis que llaman humanos y que por ser mis semejantes, también llaman mis hermanos. El vacío mira al vacío. Se ha olvidado el creador de aquellos que llevan el éter latiendo en el corazón."
Una bocanada larga más... y silencio. No había nada más que un ensordecedor silencio. Luego una estrella entrecana, otra estrella ámbar, por allá una pálida en tono rosa, como asustada... y otra descendiendo de algún paraíso perdido, en tono brillante cetrino.
Y ahí, en la esquina superior del escritorio viejo, una maceta con tierra seca aguardando por la raíz mágica del astro emancipado de la mano de un ángel que se olvidó de ser ángel.
Y la escritora casi por terminarse el cigarro. Y es que realmente no era cualquier sustancia química la que estaba invadiendo sus pulmones, eso nos hizo creer al iniciar la lectura de este relato. Ahí dentro, envuelto en esa hoja yacía una droga, un aletargante de la tristeza, un alentador de la alegría... El puente hacía el mundo donde todos los ojos observaban a nuestro personaje dándole el regalo de existir, donde sus letras eran leídas y donde su amigos podían tener un alma, un alma como la que ella dejaba de tener cuando ese cigarrillo volvía a apagarse.
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—Leukiel.
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algoquenosune · 6 months
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NARCICISTAS
Los narcisistas son hombres tristes y débiles. Y no esos hombres poderosos y grandes que demuestran ser. Quienes lo son no necesitan demostrar nada. Ellos se ven tan poca cosa que necesitan manipular a otros a través de sus emociones, hacerles sentir menos, verles llorar por ellos para sentirse importantes y constantemente rodearse de alguien que los admire y adule. Porque no tienen validación por ellos mismos, solo la obtienen de otros. Se rodea de amistades sin personalidad, porque no le interesa tener verdaderos vínculos, solo quiere sentirse por encima y creerse superior. Si se junta con seres de luz es para absorbérsela. Le encanta que le vayan detrás, le encanta hacer sentir como que no les importas, que no les sirves de nada, que te tienen comiendo de su mano y los buscas todo el tiempo. La realidad es que se sienten tan débiles que usan esta estrategia, que usan su ego para protegerse. Tienen tanto miedo de que les hagan daño que se cubren de frialdad y un falso sentido de grandeza, porque saben que en el fondo no son nadie.
Y se te hace tan difícil salir de ahí por todo el juego mental y emocional que te han causado. Te hacen sentir la mujer más feliz del mundo y, de repente, no eres nadie. Todo el tiempo haciéndote sentir insegura, hablando de otras mujeres, quitándote mérito a lo que haces, haciéndote sentir que tienen cosas más importantes que hacer. Ellos siempre son más, se esfuerzan más, saben más. Te hacen sentir como que te inventas las cosas y estás loca. Te autopercibes como una mujer histérica, mal humorada, cuando no eres para nada así. Eres una persona que siempre se está riendo, haciendo tonterías, que se siente libre y solo tiene ganas de dar amor. Pero, te lo roban todo, te vuelven un ser que desconoces, te hacen odiarte a ti misma.
Te hacen hundirte tanto que cuando quieres salir no sabes ni cómo has llegado hasta donde estás. Lo peor es que te dicen que ellos no han hecho nada, que te lo has hecho sola. Es verdad, yo solo fui un humano, yo solo tuve sentimientos y tú jugaste con ellos. Y la que lo permitió fui yo. Dime que fui una loca, que fui mala, también hice cosas que no debí, también intenté pagarte con la misma moneda. La diferencia es que yo solo luchaba por protegerme de tus ataques constantes. Al final ya no supe ni cómo ser, ni quién era. Yo no quería ser así.
No sé ni cómo hice, pero un día dije basta. Ya no obtendrás nada de mí. Mi luz, mi fuerza, mi bondad, mi inocencia, mi amor infinito, mi gratitud hacia la vida, son cosas que no tienes y nunca tendrás.
Lo que más me duele es pensar que tu amor era real. Que la persona que creí que eras era real. Las canciones que me mandabas, las cosas que me decías, los regalos, los te amo. Así eres con todas. Y te vale cualquiera que te de un mínimo de atención, que se crea tus juegos. Una buena niña inocente de quien puedas aprovecharte al máximo y nunca se vaya de tu lado, para poder seguir robándole su luz. Es triste que no sepas querer, si ni a ti mismo te quieres, no se puede esperar nada.
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senioraelfa · 9 days
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Ehe noche post
- ¡Lucha contra mí!
Ifrit se tomó un descanso de su interesante ocupación. Resulta que si haces brillar la luz sobre cristales y trozos de vidrio, con los que mamá y tía solían hacer estrellas, empiezan a salir conejitos de sol y arco iris. Para el joven arconte, apenas entrado en años para los estándares humanos, todo esto era claramente más importante que su hermano pequeño. Pero Abel era inflexible.
- ¡Lucha contra mí, cobarde!
Abel agarró a Ifrit por las oscuras hebras de su cabello y tiró con todas sus fuerzas. El chico gritó, se balanceó y se desplomó, haciendo que el más joven cayera también.
- ¡Abel! - gritó enfadado, frotándose el moratón con la mano.
Pero, Abel sólo mostró la lengua y salió corriendo rápidamente, sabiendo que el enfadado hermano mayor correría tras él. Ifrit se prometía a sí mismo que no se enamoraría de ese mocoso, pero siempre rompía su propia promesa.
Salió corriendo del taller hacia el largo pasillo, buscando con ojos oscuros la cremosa y nubosa parte superior de su cabeza. Los pies descalzos trotaron más allá, hacia la sala del trono, pero allí tampoco había nadie. Entonces la intuición le condujo al jardín.
Ifrit frunció sus pobladas cejas y bajó los escalones de madera hasta el fondo. El jardín no había cambiado mucho desde su primer día. No controlaba las estaciones ni el cambio del día y la noche. Era como si existiera aparte del mundo. La primera vez que uno entraba en el Imperio Celestial, se podía decir que tenía vida propia, pero este jardín..... era como si también estuviera separado de ella. Había algo inquietante en él que hacía que a Ifrit no le gustara. No le gustaba estar solo en él. Era como si los ojos de alguien te estuvieran observando, y en el canto de los pájaros que nunca había visto, podía oír los susurros de alguien.
Tampoco quería romper el silencio. De alguna manera le daba miedo, pero el joven arconte se decidió, cogió aire en el pecho y gritó:
- ¡Abel, sal! ¿Querías luchar conmigo? Ya estoy aquí.
De alguna manera no había duda de que su hermano menor estaba escondido entre los árboles. Y como siempre Ifrit tenía razón. Un familiar pelo blanco apareció de repente de detrás de los arbustos, seguido de unos ojos astutos con una mirada sureña. Y una vez más comenzaron a perseguirse. Así corrieron hasta que llegaron a un claro abierto.
Ambos se quedaron allí, respirando con dificultad, mirándose fijamente a los ojos, esperando a ver quién atacaba primero. Ifrit apretó los labios en una fina línea. De Abel podía esperarse cualquier cosa. Y así fue.
Abel arqueó los brazos como si estuviera dispuesto a bailar y luego se retorció sobre una pierna. Ifrit se dio cuenta con horror de que su hermano no paraba y gritó.
- ¡Esto no es justo! ¡No acordamos usar nuestros poderes!
Pero, Abel ya no podía oír. Todo su ser se convirtió en un pequeño tornado de dos metros de altura. El Arconte de la Luz respiró agitadamente, pensando febrilmente qué hacer, y luego escupió sobre todo y se lanzó justo al centro del huracán.
No fue una experiencia agradable. Chocó con las frentes de su hermano, y la velocidad a la que giraba le produjo náuseas en la garganta. Pero funcionó, y Abel, al perder el control, cayó de su propio tornado, cayendo al suelo con su hermano y estremeciéndose bajo los hijos de las diosas.
Comenzó el cuerpo a cuerpo. Los chicos rodaron por el suelo, intentando envolverse el uno al otro, golpeándose donde podían. Hasta el momento Ifrit iba ganando, superado en masa muscular y fuerza, pero cuando el chico más joven le dio una patada en el estómago con todas sus fuerzas, no pudo soportarlo, soltándose de su agarre.
Abel salió arrastrándose de debajo del cuerpo, recuperando el aliento, tragó saliva e invocó su espada. Era larga, delgada, no a la manera de las fabricadas por los elfos. Y tenía un hermoso nombre: katana.
Ifrit, al notar el brillo del arma en las manos de su hermano, se tensó. Él era bueno en el combate cuerpo a cuerpo, pero Abel era el espadachín del dúo. Pero no había nada que hacer. Las fosas nasales y las orejas del Arconte echaban humo como las de un volcán, y en sus manos brillaba su espada, pero era más parecida a una espada occidental: ancha y de una sola mano.
Los hermanos se unieron de nuevo en la batalla. En la quietud del jardín, las espadas chocaban al golpearse, las hojas chocaban al chocar una hoja contra la otra. Abel se desplomó bajo su hermano, que presionaba su espada con todo su peso. Un movimiento en falso y su cabeza volaría de sus hombros.
Abel rugió y se movió hacia atrás con todas sus fuerzas en el viento, haciendo que su hermano mayor cayera al suelo, soltando la espada. El Arconte del Viento rió victorioso, ladeando su rizada cabeza.
- ¡Ja! ¿Te rindes, hermano?
Ifrit levantó la cabeza y sus ojos, ya de por sí aterradores, se volvieron furiosos. ¡¿Qué se cree que está haciendo este muchacho?! El joven se arrodilló, clavó la espada en el suelo para apoyarse en ella y, cuando estuvo a su altura completa, agarró el arma con más fuerza y se lanzó a la lucha.
No le apetecía usar la fuerza. No le parecía justo. Sus habilidades eran un regalo de su madre y desperdiciarlo en algo así era una tontería. Pero, la ira nubló su juicio. Había que conseguir a Abel. Se frotó la nariz para saber cuál era su lugar.
Ifrit levantó la mano al cielo y un rayo de luz salió disparado de ella. El plan era sencillo, cegar a su hermano y derribarlo al suelo, clavándole su espada en la túnica. Pero Abel fue más rápido.
En cuanto el rayo tocó su cuerpo, el chico giró la katana hacia un lado, reflejando la luz y el brillante chorro en los ojos de su hermano mayor.
El Ifrit aulló, se tapó los ojos cegados con una mano, blandió la espada y se lanzó hacia abajo en una carrera enloquecida. Tardó sólo un instante en recuperar la vista, pero prefería quedarse ciego de una vez por todas.
Era la primera vez que Ifrit veía sangre. No sangre humana, sino la suya, la de Dios. Era azul brillante y parecía antinatural contra la exuberante hierba verde. Abel se quedó allí, congelado en un grito mudo, y entonces su mano izquierda se deslizó y cayó al suelo con una bofetada silenciosa. Tardó otro momento en coger aire en el pecho y soltar un grito desgarrador.
Ifrit se quedó allí de pie, incapaz de moverse. Su hermano pequeño se agarraba el muñón y, sollozando, se desplomó de rodillas, repitiendo sin cesar con agonía: "Me duele".
El Arconte no sabía qué hacer. Levantó a Abel por debajo del hombro de su brazo sano, el miembro amputado, no sin asco, lo tomó entre sus manos.
- Te llevaré con mamá ahora... A mamá se le ocurrirá algo...
- ¡NO! - suplicó Abel. -  ¡ELLA TE MATARA DONDE ESTES! ¡EN CUALQUIER SITIO MENOS EN ELLA!
Si Abel hubiera sido un poco mayor, no habría caído en la histeria de su hermano. Pero no era lo bastante fuerte y estaba lo bastante asustado, así que cedió. La única que podía ayudarles ahora era la Tía. El Arconte apretó los ojos, imaginó su cara como le habían enseñado y se desvaneció en el aire con su hermano mientras se teletransportaban.
No funcionó muy bien. Sin estar aún bien entrenado en la técnica, Ifrit se encontró en otro pasillo oscuro y caminó hacia la fuente de luz, llevando a Abel, que estaba sangrando. Cuanto más se acercaban a la siguiente sala de la interminable extensión del Celestial, más claro se oía el mugido silencioso. La tía siempre cantaba cuando trabajaba.
Le gustaba fabricar pequeños objetos en los que luego su hermana mayor suspiraba vida. Así que había una segunda luminaria en el cielo, la luna, y unas cuantas estrellas pequeñas. Mientras creaba un marco para una de ellas, los chicos la sorprendieron dando tumbos por el taller.
La joven, aunque sería más correcto decir niña, se dio la vuelta al oír el ruido y jadeó, dejando caer el pincel de sus manos. Ifrit recordaba con dificultad todo lo que había sucedido después. Era como si estuviera soñando, borroso e indistinto. Recordaba cómo Abel había rugido, cómo su tía había buscado en los escondites el hilo de oro y la aguja.
- ¿Qué has hecho? Comprendo a Abel, ¡pero tú eres el mayor! - se lamentó, tratando de ponerse el hilo en la oreja-. - ¡Eres el mayor! ¡Deberías tener la cabeza sobre los hombros! ¿Y si le hubieras cortado la cabeza? Las cabezas son difíciles de coser.
Abel se olisqueó la nariz. Su tía siempre le había asustado un poco. Mamá era estricta pero justa, tranquila y juiciosa. En sus ojos se leía la sabiduría de los siglos. Y la tía... De ella se podía esperar cualquier cosa. Sólo sus pequeños cuernos sobresaliendo de su frente o sus ojos blancos como la nieve, sin pupila. A veces pensaba que ella no podía ver nada, pero no hasta que su mirada se clavaba en él, estudiándolo sin pestañear.
- ¿Volverá a crecer...? - preguntó Ifrit con aprensión. Sólo ahora comprendía el horror de lo que estaba ocurriendo. Había mutilado a su querido y único hermano al ceder a sus emociones.
- Volverá a crecer, ¿adónde irá? - murmuró la muchacha, bajo los sollozos lastimeros, cosiéndole el brazo al hombro. - No es humano. Si fuera humano...
La tía guardó un misterioso silencio, pero Ifrit lo comprendió. Los humanos tenían una cosa: eran frágiles. Podían morir cayendo por un precipicio o atravesados por una puñalada. Una tontería, ¿verdad? Eso pensaba Ifrit.
- ¿No se lo vas a decir a mamá? - chilló Abel.
- No se lo diré. Ifrit, dame las tijeras. Están allí, detrás de Urano. ¡No, Ifrit, es Júpiter! Eh...
Suspiró y rompió el hilo con los dientes. Por suerte, tenía los dientes afilados. La diosa miró su trabajo y se recostó como en una silla o un sillón.
- Deberías poder mover los dedos en una hora.
- Gracias. - sollozó Abel.
- Gracias a ti. - repitió Ifrit un poco más confiado.
- ¡Y no quiero más espadas sin supervisión en tus manos! Pues adelante.
Los chicos asintieron rápidamente y empezaron a hacer las maletas a toda prisa. Abel corrió más rápido, pero Ifrit se quedó. El joven permaneció de pie en la puerta redonda, de la que colgaba una cortina de cuentas en lugar de una puerta, durante unos largos segundos, mirando a su tía, que ya estaba sentada de espaldas a él.
- ¿Me dirás luego cuál es la diferencia entre Urano y Júpiter...?
- Lo haré, mi luz.
- ¿No se lo dirás a mamá?
- No se lo diré. Ahora, vete.
El Ifrit se quedó parado un momento y luego salió corriendo. Y la diosa se sentó encorvada sobre los planos de la estrella.
- Ahora sólo son dos. Imagínate lo que pasará cuando crezcan sus hermanas.
Se dio la vuelta y se quedó mirando el ojo de piedra del techo. El ojo parpadeó de repente y bajó la mirada, mirándola a ella.
- Tú y yo no vamos a tener vida, ¿verdad, hermana Ykshir?
Y el ojo entrecerró los ojos, como si su dueño sonriera ahora.
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monikahenderson · 11 months
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One Shot- Lo que no se puede tener
En el escenario lleno de tensión, Yami Yugi y Seto Kaiba se prepararon para un duelo épico. Ambos jugadores decidieron demostrar su habilidad y determinación, pero habían algo más en juego: los sentimientos ocultos que yacían en el corazón de Yami .
El duelo se desarrolló con una intensidad abrumadora. El chico de cabello tricolor desplegaba su estrategia impecablemente, moviendo sus cartas con precisión mientras buscaba una oportunidad para revelar su verdadero deseo. Seto, por su parte, no pudo evitar notar la mirada determinada y apasionada de Yugi, lo cual despertó su curiosidad junto con un sentimiento de rivalidad en su interior.
A medida que el duelo avanzaba, el campo de batalla se llenaba de monstruos poderosos y estrategias elaboradas. Los espectadores observaban atentos, sintiendo la electricidad en el aire mientras los dos titanes del juego de cartas se enfrentaban en una batalla de voluntades.
Finalmente, el último movimiento de Yugi le dio la victoria. Sus cartas se alinearon perfectamente y su estrategia impecable acentuó ser superior. El rostro de Kaiba reflejaba sorpresa y admiración mientras aceptaba su derrota.
"Has ganado, Yugi", dijo Kaiba, su tono lleno de respeto. "Pero antes de que este duelo llegara a su fin, noté algo en tu mirada. Un deseo oculto que has estado guardando. ¿Qué es lo que realmente deseas?"
Yami Yugi bajó la mirada, sintiendo una mezcla de ansiedad y vulnerabilidad. Tomó una respiración profunda y bajó la mirada. Aún si poder creer que el ceo se haya dado cuenta.
"No es nada de lo que tengas que preocuparte", admitió Yami Yugi en voz baja. Una sonrisa maliciosa se reflejó en el rostro de Kaiba, quién no dejaba de ver a su rival. Y en un descuido de este su mirada se giró hacia la chica de cabello castaño que se encontraba en el público.
"Interesante", murmuró Kaiba. "Si eso es cierto, entonces tal vez haya una oportunidad para mí después de todo".
Yami Yugi lo miró confundido, sin entender completamente las intenciones de Kaiba.
Seto Kaiba continuó, su mirada desafiante. "Si tu relación con Anzu no es tan sólida como crees, tal vez yo pueda tomar ventaja de ello. Demostrar que soy el hombre que puede hacerla feliz y que puedo competir por su amor".
Las palabras de Kaiba hicieron eco en la mente de Yami Yugi, quien sintió un fuego ardiente dentro de sí. La rivalidad entre ellos se había intensificado y ahora se extendía más allá del duelo. Pero Yami sabía que no podía permitir que Seto Kaiba se interpusiera en su camino hacia el corazón de Anzu.
"Seto, luchar por el amor de alguien no se trata de ganar un duelo o demostrar superioridad", respondió el ex faraón con determinación. "Se trata de respetar los sentimientos de la otra persona y estar dispuesto a hacerla feliz, incluso si eso significa renunciar a nuestros propios deseos. Si realmente amas a Anzu, debes aprender a respetar nuestra conexión y aceptar lo que ella ha elegido".
La tensión entre ellos se mantuvo, pero Yami Yugi se mantuvo firme en su posición. Sabía que su amor por Anzu era genuino y que, a pesar de los obstáculos, su relación tenía un significado más profundo que un simple duelo de corazones.
Con esa determinación, Yami Yugi se alejó de Seto Kaiba, sabiendo que su batalla por el amor de Anzu aún no había llegado a su fin. En su interior, había un fuego que ardía más intensamente, impulsándolo a luchar por el verdadero amor y la felicidad, no solo para él, sino también para aquellos que le importaban.
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las-microfisuras · 1 year
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Mientras tanto, la tía Ada Doom permanecía en sus dependencias en la planta superior...sola.   
  Había algo casi simbólico en su soledad. Ella era el corazón, el núcleo, la matriz de Cold Comfort; el centro de gravedad de la casa...Y estaba, como todos los corazones, definitivamente sola. ¿A que nunca se ha sabido de nadie que tenga dos corazones? Pues eso. Sin embargo, todas las vibrantes oleadas de pasión, celos y lujuria que palpitaban a través de toda la casa, como si fuera una tela de araña, convergían finalmente  en aquella soledad primordial. Y ella se sabía realmente el corazón de la casa...Y definitiva, irrevocablemente sola.     
Los suaves vientos de la primavera acariciaban la vieja casona. Los pensamientos de la anciana se encogían amedrentados en la cálida habitación donde permanecía en completa soledad...No deseaba ver a su sobrina...No, mantenedla alejada de mí...    
  Inventad alguna excusa. Cerrad las puertas. Lleva aquí un mes y todavía no la has visto. ¿No crees que le parecerá raro? Deja caer indirectas; dice que le gustaría verte. No quieres verla. ¿Qué te ocurre...? ¿Por qué te emocionas de ese modo cuando te hablamos de ella? No querrías verla. Tus pensamientos vagan dando vueltas por toda la habitación, como animales adormilados que se restriega contra los muros. ¡Qué irritante resulta este viento cálido de la inminente primavera...!  
     Cuando eras muy pequeña...tan pequeña que el soplo más ligero de la brisa te levantaba la pequeña faldita con miriñaque y te tapaba la cara...viste algo sucio en la leñera... 
      Nunca lo olvidarías.      Nunca le dirías nada a mamá. Podías oler, incluso ahora, el betún dulzón con el que mamá siempre se limpiaba las botas...Pero lo recordarías toda tu vida.
      Eso fue lo que te hizo...diferente. Eso...lo que viste en el cobertizo de los aperos...convirtió tu matrimonio en una interminable pesadilla para ti.
     Sin embargo, nunca te importó lo que aquello pudiera parecer a tu marido...    
     Y por eso te había dado tanto asco traer a tus hijos al mundo. Incluso ahora, cuando tenías setenta y nueve años, no podías soportar ver pasar una bicicleta frente a la ventana de tu dormitorio sin sentir arcadas en la boca del estómago...En el cobertizo de las bicicletas lo habías visto, una cosa sucia, cuando eras pequeña. 
     Por eso te quedabas encerrada en esa habitación. Ahí habías estado metida durante veinte años; luego Judith se había casado y su marido había venido a vivir a la granja. Habías huido de ese mundo, tremendo y terrorífico, que se hallaba fuera de esas cuatro paredes contra las que tus pensamientos se restregaban como bueyes soñolientos. Sí, a eso se parecían tus pensamientos. ¡A bueyes! ¡Exactamente como bueyes eran!
     En el mundo exterior había graneros donde podían ocurrir cosas sucias. Pero allí, en tu habitación, nada podría ocurrir. Y eso era lo que querías. Ninguno de tus nietos podía abandonar la granja. Judith tampoco se iría. Ni Amos, tampoco se iría. Caraway no se iría. Urk no se podía ir. Seth no se podía ir. Micah no se podía ir. Ezra no se podía ir. Mark y Luke no se podían ir. Harkaway se podía ir alguna vez, porque él se encargaba de ingresar las ganancias de la granja en el banco de Beershorn todos los sábados por la mañana. Pero los otros no se podían ir nunca.
     Ninguno de ellos debía salir y enfangarse en ese mundo, grande y sucio, lleno de cobertizos en los cuales podrían suceder cosas desagradables que podrían ver niñas pequeñas.
- Stella Gibbons, La hija de Robert Poste. Impedimenta. Traducción de José C. Vales.
- Wynn Bullock, Woman and Thistle, 1953
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poetailurofilica · 2 months
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Reflexión kichisienta y ⛏
Resulta que, ¡Claro! Después que falleció mí abuelo, no había tenido una figura paterna que realmente encajara en mí cabeza. Sucede que la misoginia, el abuso, la violencia y la infidelidad honestamente no me parecieron lindos patrones a imitar. Cuando falla la figura principal, queda ausente (mi padre) o desaparece, o peor aún, cuando te alejaron de él (de mí abuelo) hasta finalmente sepultarlo y sólo dejar las sobras de un trozo de carne vacío…en el fondo del corazón algo también comienza a quedar vacío.
Tal vez no era la vida en la que debía disfrutarlo un poco más o despedirme, quizás hubo ya una oportunidad pasada. Agradezco aún asi por todo lo vivido, obviamente muchas veces uno siente que hubiera querido más, más tiempo con alguien.
"El tiempo es arena en mis manos"
Lo seguro, es que a partir de ese momento, la imagen por sobre los patrones cambian. Y comienzas a preguntarte si es que alguna vez habrá alguien similar, alguien que encarne su alma. Alguien que pueda "reemplazar" esa sensación. Tal situación por supuesto que no existe. En realidad, nadie puede reemplazar a nadie, es sólo una figura ejemplar, alguien en quién reposa la guía por la que nos representa. Pero la mente inconsciente, busca desesperadamente otra figura en quien sostener sus ideas. ¿Un padre ausente y con baja autoestima…que sólo drogaba a su mujer (diría esposa, pero no se casó con mí madre, jamás se divorció de su primer matrimonio formal) para hacer de cuentas que no tenía un claro problema de obesidad mórbida? Qué bueno que ya no eres así, Patito-no-minó.
Difícilmente iba a recurrir a esa persona, es decir: a un padre así. Me doy cuenta ahora la valiosa decisión que tomó mí súper yo del pasado, puesto que no era consciente literalmente de todo aquello. No sólo abandonar esa figura, sino que además, la de una madre también golpeadora, manipuladora y cruelmente hostil. Alguien que prefería rechazar un abrazo a sus hijos, con tal de sentir que "tiene razón". Supongo que sus razones eran más importantes que darme un mínimo de afecto corporal normal y contención emocional verdadera.
Todo por cuanto alguna vez se me reprochó, hoy día se convierte en mí propósito, mí estilo de vida y mí bendición. Es increíble. Realmente quise creer que no era que ellos intentaran enseñarme a ser violenta, a ser reactiva, a ser indecisa, a considerarme inferior por no tener una dentadura perfecta, o ser superior por saber otros idiomas. Siempre en una constante competencia claramente innecesaria y estúpida por donde se la analice.
Quise creer que cuando me encerraban, en la casa, en mi habitación, cuando me prohibían salir, era por una causa mayor, que el peligro realmente rondaba por el mundo, la vereda, el barrio, la provincia, y la muerte segura era algo literalmente a lo cual temer. El choreo, o no sé...la verdad, no tenía en cuenta mucho sus explicaciones, muchas veces aún estando presentes, lo mismo me hacían sentir ignorada, ignorándome literalmente, sin responderme, cerrándome la puerta en la cara, no respondiéndome, simplemente haciendo como que no existía, pero tampoco pudiendo abandonar ese lugar, su famoso techo de "cheto".
Quise creer que con mucho esfuerzo y anhelos me cambiaban de colegio porque el bully era incontrolable, y que realmente no era algo fomentado por mí madre, a pesar que todas las veces que la escuché hablar de mí en frente mío, con otras personas, de cualquiera sea, era para enfrentarme a su burla sobre mis calzones olorosos y como no los lavaba, siempre mencionando sobre mi desprolijidad en la habitación, siempre la que toqueteaba sus cosas y vaya a saber qué otros detalles de mí. Vaya que no me olvido...oh, pero cómo lo deseo. Realmente lo deseo. Deseo el olvido, y al mismo tiempo lo niego: puesto que sin la memoria, no habría manera de sacar a la luz al verdadero ser que vive en su cuerpo. Por suerte ahora me animo a hablar de ella también, diciendo esto que al final...más allá de los detalles, mi intención no es reírme entre amigos a manera que chisme, sólo quiero deshacerme de este dolor de una vez y para siempre.
Quise creer que cada vez que evitaban que invitara amigos a mí casa, era porque no querían que rompieran o robaran nada y no porque me querían aislar. Quise creer que era porque realmente yo era muy "estúpida", como solían decirme, porque siempre terminaba invitando a comer a todo el mundo. ¿Qué feo no? sentarse a la mesa con una o dos personas más que no fueran de tu entorno (controlado), qué feo sentarse a comer con dos pibes, o pibas, que no fueran tus parientes, que encima eran amigos de tu hija, ...y qué peor si fueran negro, o de piel oscura, debió ser realmente horrible para ella. La verdad, me disculpo, no me daba cuenta. No me daba cuenta que cuando sobraba una milanesa, si o sí debía ser para "la familia" y no para regalársela a ningún niñito descalzo de la calle que pasara a pedir agua siquiera. Recuerdo cómo me pegaba y me quitaba las cosas de las manos, si descubría que esa comida no era para mí, sino para dársela a niñoz que pasaban. Sí, niños. No llegué ni a percibir lo mal que estaba derrochar así, un buen pedazo de proteína en una persona de clase social tan baja, siendo ella una "trabajadora social" tan renombrada y asi... La verdad perdón por no darme cuenta. Por ser tan desprendida, y querer apaciguar un poco la desnutrición de un nene que desde tú laburo, no pudiste ayudar evidentemente, capaz vos sabés más que yo en esa, capaz si recibían el plan y no era necesario realmente, como decías vos, seguramente tenías razón, y por eso me arrebatabas hasta las ganas de ayudar al prójimo.
Quise creer que de buena fe, que cuando me obligaban a tomar medicamentos hasta por si las dudas, era lo mejor. Sin exagerar, esto no puede ser más literal. Por las dudas, tomate un esto o un aquello, te va a subir las defensas; y cada día, año tras año, sólo me sentía más débil, más sometida, más enferma.
Con ambas manos en el corazón, de verdad quise creer que todo el odio que sentía, no venía de ellos, sino de una especie de ego inflado, de (cómo habían escrito en las paredes del colegio incluso) de mí "rencor" no superado. A lo mejor, estaba siendo realmente negativa, realmente cruel, tirana, hiriente y maleducada. Curioso, porque al final ellos fueron quienes me educaron, no? Los colegios y todas esas personas también formaban parte de mí aprendizaje, o no? Así me pegaban esos a quienes les hacía los exámenes, porque la mitad del curso me tenía de sirvienta cada vez que rendían materias que no pudiesen abarcar con sus altos grados de manipulación mental, porque...vamos! ¿para qué estudiar si una boludita nerd con brakets y lentes me va a dar las respuestas? Claro...con promesas falsas, de intercambios y situaciones que supuestamente me iban a favorecer en un futuro...pero en ése futuro, no serían ellos quienes pagarían por sus preciadas respuestas. Gracias a dios existe gente que viendo todo esto, no tuvo más remedio que entregarme la bandera, porque hasta en eso me tocó estar. Agradecida también por todo aquello.
Quise creer incluso, que cuando me echaron de "la casa" (porque ese siempre fue más bien: "su techo") era porque realmente estaba mal que tuviera sexo con un chico en la habitación, porque olvidé que a ellos les gustaba ingresar en cualquier momento, aún si no hubiera demasiado ruido, o si solo hubiera estado desnuda y besando a alguien, hombre o mujer. De verdad creí que me estaban cuidando, de la homosexualidad…tal vez? De las enfermedades sexuales? De la pobreza..? De reproducirme con "un negro"...o en general? Eso seguro habría sido fatal para ellos, quedar embarazada. Siendo que toda la vida mí madre llamó a mi padre con ése mismo adjetivo calificativo despectivo y vulgar de: "el negro", "che negro", "negro x…esto y aquello". Qué pena viejo, creo que no te merecías eso, pero tal vez te gustaba? te excitaba? El maltrato? La humillación? Tal vez, no te molestaba tanto...masoquismo? Cada quien con sus gustos, no? Y porque yo no…? Mis gustos debían ser monitoreados. Estándares. Normales.
Pero toda creencia es limitante en si misma. Y para evolucionar, debía avanzar.
Porque... ¿Por qué a mí me tocó ver en un cajón el cerebro de mí mejor amiga explotado y con su carita hermosa y joven toda deformada por el balazo que se pegó…? después de ir toda moretoneada al cole las últimas semanas...? ¿Qué hicieron los salesianos del Don Bosco de Formosa al respecto, hmm?
No es parte del pasado esta clase de violencia, que se fomenta y encima se apapacha a través de la manipulación silenciosa y la codicia monetaria, o al menos material, o al menos...del ego. Que hace que tires cosas y muebles agenos (de tu hija y hermana) sólo porque no te atendió una llamada, sólo porque apagó una cámara (de supuesta seguridad). Qué ilegal y violento debe ser ignorar una llamada, porque estas en medio del trabajo, qué irrespetuoso debe ser apagar un objeto ruidoso cuando hay alguien grabando. Digo, tal vez en su mente entrar de esa forma ridículamente violenta no es nada, entrar así tal cual, como dicen PAPOTEADO, luego de que noches atrás me hubiese mostrado esa bolsita blanca que consumía mi hermano...qué decepción bro, no para mi, sino para vos mismo. Te quería bien bro, siempre fue así. Les dije que no era por ahí, lo intenté. Pero mis consejos nunca fueron obligaciones e imposiciones como las que recibieron toda su vida de nuestros padres, asique tal vez por eso tampoco me habrían tomado enserio. Y además porque como soy artista, es como seguro siempre miento, y siempre ando en plan "haciendome la" tal cosa, y etcetera, no? Qué sencillo ese pensamiento, pero a la vez tan complejo su trasfondo. Y los perdono por eso, porque sé de dónde realmente nació. Lamento nomás, que hayan acunado esos ideales, a tan viva piel, que hasta tuvo que correr sangre, y tuviera que perder parte de la movilidad de mi pie, para poder huir del descaro de amenazarme de muerte, de asfixiarme, de estirarme de la ropa, levantarme de mi silla para acogotarme y luego tirarme al piso para intentar ...no sé. Disculpa bro, capaz te había ignorado mucho yo también? Capaz te habría hecho algo, que sinceramente no sé qué fue, tal vez algún trauma, o no sé...sea lo que sea, lo digo con lágrimas porque me duele más los moretones que se traspasaron al alma.
Qué sentido tiene todo esto en la mente de un juez imparcial…que seguramente sólo deroga y prescribe por llegar 1 hr antes a su casa , pero tener vacaciones en Hawai aseguradas dos o tres veces al año? Mientras que a quien golpearon, asfixiaron y dejaron en la calle, sin nada ..está acá escribiendo y grabando y haciendo todo lo posible para que la noticia, la historia llegue a dar vuelta el globo terráqueo…? No sé...nuevamente, quiero creer que hay equilibrio en este planeta, que existe la justicia de alguna forma.
Todo esto se me ocurrió sólo porque quería contarle a mí futuro esposo como eran las cosas por "casa" (mí mente), mis experiencias. Que si bien, aún no sé si ya lo conozco en persona, de lo que estoy segura es que es un hombre impecable. Implacable. Voraz. Carismático y moderado. Seductor y apasionado, también sencillo y pausado. Siento que es divertido y celoso; protector, familiar y paciente. Siento que debe ser alguien muy tímido para expresarse, y a la vez contundente en su accionar. Y a la vez, alguien que sabe lo que quiere. Alguien que no da brazo a torces cuando se trata principios, de prioridades, de responsabilidades. Pero que a la vez, cede sin dudar por cuánto el amor no se vende ni se compra.
Siento que es una figura pacífica y elocuente, con voz firme y detonante, con un corazón inmensamente humilde y generoso. No sé cómo lo se, sólo se que estoy segura que es quien me saca mil sonrisas en un mismo instante, quien me da el valor de ser independiente. Quien me ve y aunque me desee, no me falta el respeto. Alguien que hace preguntas, aun sabiendo las respuestas. Cortés y amigable. Confiable y honorable. Alguien que intimida, pero que "se pone en mí lugar", o al menos empatiza, porque se aleja para hacer lo que hay que hacerse. Porque se acerca cuando el tiempo apremia. Porque la vida no es vivir acorralados, ni atados, ni encadenados, ni sometidos, ni apabullados. La vida está para vivirla. Para crecer juntos. Para amarla y amarnos mutuamente. Para acompañarnos y también para dejarle regalos extras al mundo. Para luchar por la salud y hacer el amor con ilusiones y sueños. Para celebrar en medio de la tempestad y hacernos doler la panza de risa en la enfermedad. Para apostar a las causas justas y nobles. Para encontrar nuestro propio destino, nuestro propio propósito, y compartir nuestros brillos. Alguien con quién ya somos uno, aún cuando el destino decida separarnos. Porque distanciados, vencimos, pero unidos venció el amor (una idea de un ideal, no nosotros ni nuestros egos) Aún si las responsabilidades y las circunstancias van más allá de nuestros planes. Alguien con quién se pueda siempre aprender. Alguien que también aprehenda y vea la importancia de compartir. Alguien a quien devolver una sonrisa, bailar en gracia infinita e ir siempre por más y mejor.
Dedicado: A la mejor versión
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alasdepaloma · 1 year
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El tragaluz...
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Hay ventanas que no ponen ante tus ojos el mismo mundo al que estás acostumbrado a ver. Incluso siendo el mismo cielo, las mismas nubes, el mismo azul que pincela el alma de nostalgia, hay ventanas que ponen un filtro en la mirada, un abrazo en la piel que casi siempre va fría y una esperanza en el espíritu que en ocasiones parece que muriera ante las roturas generadas por nuestra percepción. Ayer llegué aquí, a este pedacito de tierra que está rodeado del mar sanador del pacífico, y frente a esta ventana y ante la compañía de mi soledad, pareciera que he vuelto a ser niña. Hacía ya mucho tiempo que no me sentía tan inocente como hoy, y ha sido este cuadro que me conecta a una pequeña porción del firmamento el que ha logrado en mí tales emociones de mi infancia. Aquí no hay ruido, sólo las gaviotas se escuchan a lo lejos; de manera muy sutil, casi imperceptible, el percutir de un martillo allá a la distancia, ha de deberse a alguna construcción que están realizando... Pero lo más importante es que no hay ruido aquí, adentro... En mi cabeza. De manera innata el alma busca la paz que la mente asfixia. De manera innata y divina, la esencia nuestra busca la salida ante las dolencias meramente humanas... Abre sus alas en busca de refugio, abre sus alas para surcar cielos nuevos, cielos donde no habite la lluvia o, tal vez, sólo una lluvia que al final esboce un arcoíris multicolor. Allí está la calle sola... y aquí en mi interior, como si todo se hubiera mudado de mí, yace sólo mi consciente. Los muebles viejos han desaparecido, las lámparas sucias, la tierra del piso, los cristales rotos, las esquinas oscuras donde se agolpan los miedos, la ansiedad que pende de una cortina que creí olvidada y que vuelve a hacerse presente cuando mis pulmones se aprisionan ante las vicisitudes de la vida. No hay susurros ni tampoco hay moral, no hay culpas, no hay castigos, no hay jueces dictaminando mi final. Nada. Todo se ha callado. Sólo el piano. Sí, ahí está el piano, en medio de esta pieza de cuatro paredes blancas. Un sol que se alza feliz y sopla vapor caliente a las llagas que llevo, que no pueden verse, pero que duelen como si me encontrara en la antesala a la muerte. El piano. Y allí me veo yo misma. Allí, sentada en el banquillo, frente a ese enorme piano negro de cola. Mis cabellos largos, con sus rulos bien definidos, mi pequeño cuerpo de niña de seis años y un vestido de tejido rosa. ¡Oh, mi Dios! ¡Cuánto no daría por retornar al hogar aquél donde no reconocía la palabra 'guerra', y donde podía correr a los brazos de mis padres y ahí era consciente de la magnitud del Universo! Parece que me hubiese convertido de repente en un dios triste que ve desde arriba esta escena embriagada de la luz de esa ventana, de esa luz cobriza que súbitamente se intimida ante una nube y se esconde detrás del aliento de alguna otra que camina despacio. Este dios triste que soy, mira a la niña inquieta, sonriente, plena de alegría, pura e inocente que también soy. Y la niña eleva la mirada, mientras toca su piano en este sueño mágico y paralelo, para abrir la ventana de su boca y pincelar una sonrisa, una blanca sonrisa a ese dios que la mira triste mientras llora.
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Hoy pude separar a ese dios y a esa niña... Hoy el corazón no se siente violentado, hoy la garganta se ha liberado y la misma ha desatado a mis manos para poder escribir acerca del arresto que yo misma le he provocado a mi ser superior, para vía de no ver más allá de mis carencias, de mis fracasos, de mis errores más humanos. Hoy, allá arriba llorando como un dios perdido, allí tocando el piano bajo el dorado del sol que cada vez crece más.. Aquí, suspirando como el observador que al final soy y seré... Agradezco por esta pequeña porción de tierra con efluvio a océano cósmico, agradezco al tragaluz que hoy toma el papel de amigo y de terapeuta. A mi ello y a mi superyó de no estar presentes hoy. Agradezco a mi yo... a mi consciente... a mi realidad, al hoy... haberme halado del pantano en donde yacía ahogándome... Haberme retirado del tablón del ajedrez... De las ruinas de mi guerra... De la percepción de indefensión y abandono. Gracias presente, vida... Gracias porque hoy estoy en mí y ante esta ventana onírica, puedo volver a palpar, por unos instantes, la paz. Paloma Zerimar.
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narracionesordinarias · 7 months
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Una extraña visita
 No encuentro ninguna explicación para lo que estoy por contar. No sé si la haya, en realidad, porque depende de cada persona la manera de interpretarlo. Tampoco veo a nadie en la posición de decirme con exactitud qué pasó, sin dar lugar a diferentes opiniones.
 Me cuesta poder interpretar si, lo que viví, fue un sueño o realmente estaba despierta. Si en verdad fuera un sueño, no sería correcto decir que lo viví, pero es que lo sentí tan real que no me veo capaz de hacer una distinción entre la realidad y los sueños.
 Siempre me vi sujeta de la mano con lo paranormal, como cuando escuchaba desde la planta baja de mi casa cómo se movían las sillas en la parte superior. Tengo una hija, y podría decir que fue ella la que las movía, pero tengo la total certeza de que estaba durmiendo. Otro ejemplo (ya más personal), es cuando escuché a mi tía ya fallecida llamarme. Pero a lo que le quiero dar prioridad no es a esas situaciones, sino a algo que, si bien ya pasó hace unos cuantos meses, me tiene ciertamente preocupada, y algo a lo que recién me digno a escribir con gran pesadez en mis dedos, aunque con una increíble velocidad.
 Considero que es necesario aclarar que, para ese entonces (quiero decir, cuando transcurrió esto que estoy por contar), yo ya me había mudado de casa hace tres años. Probablemente no sea relevante, porque mi casa no tenía nada que ver con los hechos paranormales, o por lo menos eso me gusta creer. Incluso pensando eso, recuerdo que estuve viviendo en esa misma casa toda mi vida. Todos o gran parte de mis familiares murieron ahí, y creo que es un dato a tener en cuenta si le quiero buscar una explicación, por más o menos lógica que sea, a todo esto.
 No recuerdo el mes ni mucho menos la fecha en que ocurrió este hecho, pero si puedo decir con toda la certidumbre que sea humanamente posible tener, que fue alrededor de las tres y treinta y tres de la madrugada. Me parece que fue un viernes, capaz el doce o trece de ese mes, pero no es importante. Mi esposo trabajaba hasta más tarde y mi hija, como es de esperar, seguía durmiendo. Yo también lo estaba, pero no estoy segura. Es ahí entonces cuando, de repente, sentí que alguien dijo mi nombre, pero no en un tono alto, como si fuera algún vecino, sino en un susurro, así como alguien llamándome a mí, especialmente a mí, en el oído. No podrían haber estado llamando a otra persona con el mismo nombre que yo.
 Seguí “dormida” y no reaccioné, aunque he aquí algo a lo que quiero apuntar; yo escuchaba con gran agudeza todo lo que ocurría a mi alrededor, por más que ese “todo” implicara silencio. Pero, incluso haciéndome la dormida (repito, no sé si lo estaba), no podría escapar de lo que sea que me acechara, porque, otra vez, volví a escuchar mi nombre.
 Luego se produjo un largo silencio, el cual, yo, puedo deducir que tuvo una duración de unos diez minutos, aproximadamente. Siempre fui una persona de sueño ligero, y a día de hoy lo sigo siendo, por lo que para mí es completamente normal escuchar aun estando dormida.
 Capaz eran las tres y treinta y tres cuando, de repente, sentí que me tocaron el hombro. Me di vuelta lo más rápido que pude, creyendo que por ahí era mi esposo, probablemente sí estando un poco dormida, pero no había nadie. Toda la habitación estaba a oscuras, así que se me hace difícil confirmarles que no había nadie, mas considero que es una obviedad.
 Prendí, a toda velocidad, el velador que estaba en la mesita al lado de mi cama, y volví a mirar hacia allí -donde sentí que provenía el toque-, sin conseguir ver nada nuevo.
 Esa noche no pude dormir, aunque sí me volví a acostar, pero ahora boca arriba, de manera en que podía ver hacia mis alrededores sin mayor esfuerzo. No soy capaz de describirles cuán eterno se me hizo ese lapso nocturno, y suspiré aliviada cuando los primeros rayos de Sol se asomaron por mi ventana.
 No sé si le estoy dando demasiada importancia al asunto, porque, como ya les dije, lo paranormal es algo ordinario en mi vida. Sin embargo, me gustaría saber la opinión de externos, y dejar de martillarme la cabeza con pensamientos y razonamientos que, a día de hoy, ya me tienen aturdida.
Katherine Turner
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