8 de marzo
tercer año fuera de mi país,
tercer año que los fantasmas creen que ganaron,
porque a mi antigua yo,
la silenciaron,
la amordazaron y empujaron al miedo absoluto,
le quitaron la esperanza y sus sueños,
le quitaron las ganas de vivir,
le quitaron su valiosa intimidad,
le robaron la luz de las metas que tenía,
la juzgaron y cuando creía que era suficiente, siguieron, terminándola de apuñalar emocionalmente hasta no poder respirar y hasta no querer respirar,
se la comieron viva y con zapatos creyendo que no sabría levantarse,
pensaron que estaría sola en esta historia,
la historia que alguna vez dije que se quedarían solo en eso: una historia, pero.. hoy luego de algunos años, la desempolvo, la remarco
y hoy, abro el libro,
lo escribo, porque luego de estos años,
ya no existe el miedo,
ni a las denuncias,
ni a la vergüenza popular,
ni a nada,
PORQUE ME QUITARON TODO,
sobre todo..
las ganas de vivir,
me persiguieron políticamente y me siguen persiguiendo de manera silenciosa, a través de los años, cada vez que digo una palabra clave sobre mi activismo o historia,
aparecen como fantasmas el pasado, con nuevos nombres, pero misma figura, rostro,
y ya no tengo miedo, porque sé que no estoy sola,
porque estoy al otro lado del mundo donde la violencia sigue, pero al menos me siento protegida estando lejos,
sólo mis verdaderas amigas conocen la verdadera historia y por eso no me dejan de abrazar fuerte, cada vez que pueden,
tuve que dejar mi valioso activismo, mis posts, mi familia, mi vida, mi ganas de vivir en el futuro en mi país,
porque tuve que irme a poder sentir un poco de paz, vivir un poco, olvidando lo malo,
sabiendo que tu país te trató tan mal,
y el sistema no te decepcionó porque para ti y para tu hermana, nunca funcionó,
el sistema nunca funcionó para nosotras, con diecisiete años y mi hermana con diez, ni cuando tenía veinte, ni mucho menos a mis veintiuno, pero a esos hombres, de alguna manera se les premia,
esa carta en pandemia, sacándo de la cárcel al infierno vivo, fue la señal para que mi padre y mi madre empacaran mis cosas y me dijeran: “tienes que irte del país, a fuerza, luego te mandamos a tu hermana”
luego de saber que mi destino era huir de mi país o morir en las manos de mis victimarios, la respuesta no fue clara, fue obligatoria,
y aquí estoy..
hablando de lo que nunca, nunca, me gusta hablar, la verdadera razón de mis antiguos miedos..
pasaron años y nada, nadie me derrumbó, sigo en pie y nadie tiene autoridad de callarme ahora,
porque, luego de tanto y tan poco,
volví.
Este escrito y fuerza invertida, es dedicada a mi hermana, Pierina. Que literalmente fue “la voz que me salvó la vida” un grito de ella, hizo que no terminaran de acabar con mi vida. Su voz fue mi salvación cuando fuimos pequeñas, más adelante, su testimonio y palabras años después, fue mi punto final para salir de un infierno que vivía en carne propia. Porque mi hermanita es lo más precioso que tengo en la vida, ella me salvó la vida y yo le daré la mejor vida a ella, lejos de tanta violencia que vivimos.
Te amo Pierina Juárez, te espero pronto, aquí, para ser felices como siempre lo soñamos.
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Me golpeaste y te perdoné.
No porque te amara.
Te perdoné porque no me amo lo suficiente, porque me duele más la soledad que tus golpes, porque no se estar sola, y hacer las cosas por mi cuenta. Porque me enseñaron a ser de alguien, pero nunca mía.
Porque nunca se me permitió decidir sobre mi cuerpo, porque siempre tuve que agachar la cabeza y aguantar.
Y ahora no se como vivir de otra manera.
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Sobre sentirme insuficiente
No recuerdo con qué soñé el día en que supe que me habían puesto el cuerno. Sé que lloré toda la noche, o por lo menos hasta que me quedé dormida. Que me quedé en su cama y le pedí que me abrazara, porque no tenía a nadie más a quien abrazar. Que no quise irme a la mitad de la noche por el miedo a que en mi casa lo odiaran por hacerme llorar.
Pero también recuerdo que, en el fondo, no estaba realmente sorprendida. De repente todas las señales estaban ahí, sin que tuviera que formular las preguntas. De repente era obvio, y mucho más que obvio.
Creo que lo más difícil fue, y sigue siendo, aceptar que se terminó. A diferencia de la mayoría, mi exnovio y yo nos conocemos desde los dieciseís años. Nos hicimos mejores amigos a los veinte o veintiuno, y novios unos dos o tres años después. Así que, también de repente, no sólo he tenido que hacerme a la idea de que no somos novios, sino que probablemente nunca fuimos amigos. Mi lógica es simple: un amigo no te miente, no así.
¿Saben? Es que ni siquiera me importa que se haya acostado con otra, en serio. Creo que es natural. Que los seres humanos nos engañamos constantemente pensando que estamos hechos para la monogamia. Sería estúpido suponer que soy la única mujer en el mundo que le resulta atractiva, con las miles y millones de mujeres que hay ahí afuera y que hasta yo misma creo que son más sexys que yo. Es estúpido, y se lo dije: "Esto no es un monopolio, no soy dueña de tus deseos ni de tus sentimientos. Cuando quieras estar con alguien más sólo dímelo, y lo platicamos"
Pero los hombres -al menos los que se parecen a mi exnovio- son estúpidos, y mucho. Quieren complicarse la vida, o hacer lo que les de la gana mientras una cree que está viviendo un romance idílico y perfecto, porque sí, durante mucho tiempo creí que así era. Que nada podía salir mal, porque después de todo éramos mejores amigos, no había secretos entre nosotros.
Nunca fui una novia celosa ni posesiva. Nunca me importó que hablara con sus ex, que saliera con sus amigas o que considerara amigas a sus exnovias. Incluso me parecía una buena señal porque, de algún modo, eso quería decir que habían terminado bien, que no había pasado nada malo entre ellos como para que dejaran de hablarse y que, por lo tanto, no había nada que temer. Además, nos conocíamos desde hacía tanto tiempo que de verdad creí que lo sabía todo.
Una vez, en una clase -en la que estaba mi ex, por cierto- estábamos hablando sobre violencia hacia las mujeres. Recuerdo perfecto que la profesora dijo que la infidelidad era una forma de violencia. Y recuerdo que en ese momento yo no entendía muy bien por qué la infidelidad se consideraba una forma de violencia. Entendía que ser infiel es una forma de romper los acuerdos de una pareja, que es doloroso y demás, pero no entendía porque eso era violento, no sé si me explico.
Un par de años después, cuando me enteré de todo, entendí poco a poco qué había querido decir la profesora; últimamente me ronda por la cabeza un pensamiento espantoso: si ni siquiera tu mejor amigo es capaz de amarte como esperas, entonces nadie lo hará. Nadie. Y entonces caigo en algo a lo que yo llamo "nihilismo emocional". Si nadie me ama, ¨entonces qué importa. De qué sirve el autocuidado si de todos modos van a herirme? Porque no importa que tan honesta o que tan buena, o que tan poco celosa y abierta seas. El resultado es el mismo: vas a salir herida. ¡A la mierda el autocuidado, el elegir mis parejas meticulosamente, el portarme íntegra y honesta! Acabarás sintiéndote insegura, insuficiente, revisando un celular porque crees que es la única manera de estar segura.
No me enorgullezco de haber revisado el celular de mi ex. Pero, sin duda alguna, es lo que me salvó de creer que vivía en un idilio romántico.
El otro día estaba escuchando, respecto al chismesito se Shakira, que ella le revisaba el celular a su pareja. Una conductora de televisión decía que eso estaba muy mal, que no debe hacerse y blablabla. Honestamente no sé qué pensar hoy en día. Mi pensamiento más animal, más inmediato, es que sí le pasó a ella -exitosa, guapísima, millonaria, con el movimiento de caderas más espectacular de la vida- es muy obvio, a un grado evidente, que me iba a pasar a mí.
. Está mal revisar el celular? Por supuesto que sí. Pero creo que es aún peor vivir cuatro años en una relación porque crees que está basada en la honestidad y el respeto, y tener que enterarte de esa forma de que las cosas no son como tú creías.Sé que yo no lo hice gratuitamente, que no llegué a ese punto sólo porque sí, que no estoy loca Es extremadamente violento acabar sintiendo que, sin importar cuanto digan amarte, incluso cuando lo demuestran, puedes salir herida.
Mi ex no es la clase de tipo que crees que te traicionará, todos mis amigos me lo dijeron. Es un sujeto tranquilo, demasiado. En general -salvo unas cuantas excepciones- solía caerle bien a mis amistades. Fuimos amigos durante años, hablábamos todo el tiempo, debatíamos sobre todo, nos reíamos durante el sexo. Lo extraño, lo admito.
Pero me extraño más a mí misma, a la persona que fui antes de sentir que nunca voy a ser suficiente, ni siquiera para mi mejor amigo.
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