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#Pueblo del Cielo
groriatrevi10xx · 1 year
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✨...Mundo Oscuro...✨
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ernestdescalsartwok · 3 months
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GIRONELLA-PINTURA-ART-CREU-PONT VELL-POBLE-PAISATGES-BERGUEDÀ-PINTOR-ERNEST DESCALS por Ernest Descals Por Flickr: GIRONELLA-PINTURA-ART-CREU-PONT VELL-POBLE-PAISATGES-BERGUEDÀ-PINTOR-ERNEST DESCALS- Paisaje en el pueblo de GIRONELLA, pueblos de la comarca del Berguedà, días muy soleados entre la sequía que padece el conjunto de Catalunya, la luz del fuerte sol y el ambiente de finales de invierno con ausencia de lluvias ofrece unos colores más tostados de los habituales, la Creu del Pont Vell y el propio puente medieval, PONT VELL, que nos conduce al histórico núcleo antiguo, cielo de gamas azulencas que contrastan con resortes plásticos. Pintura del artista pintor Ernest Descals sobre papel de 50 x70 centímetros.
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eduardoskipper · 2 years
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mexicoantiguo · 2 months
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Imagen del Caracol en 1959.
Se ha sugerido que El Caracol fuera un antiguo observatorio maya y le permitiera al pueblo maya observar los cambios en el cielo a causa del paisaje llano de Yucatán que no posee colinas naturales alrededor de Chichén Itzá
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elbiotipo · 2 months
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Hablando de protestas, hoy un analista político en TN estaba hablando que "llenar plazas" no sirve, muy enojado el tipo, decía ah bueno son 150.000 personas para llenar una plaza (son más pero bueno) eso es lo mismo que el candidato menos votado en Buenos Aires, si el quiere llena la plaza
ah y por qué no lo hace entonces? por que justo el congreso después del paro de la CGT dio de baja la ley de Milei? Por que tanto cagazo a la protesta si no sirve para nada?
La democracia que tenemos funciona a base de militancia, marcha, lucha, protesta, organización, política popular y solidaridad, funciona GRACIAS a eso, o sino no serviría para nada, sin el pueblo en las calles unido y organizado sería puro interés burgués. Todos los derechos adquiridos los ganó la gente protestando en las calles, no cayeron del cielo. Todos los tiranos cayeron por la gente en la calle. Y todo lo que conquistemos en el futuro se dará de esa manera.
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oinorinoyaiba · 9 months
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Realmente la bañera exterior es la mejor, no solo por ser la más caliente, si no también el paisaje nevado que ahora es acompañado por las luces del pueblo.
Podría pasarse horas, y más estando apoyado detrás de una piedra grandota, su favorita, lo cual le da algo de privacidad ante el resto de la bañera, ya que al ser tiene una forma irregular.
No es que ahora lo busque, la verdad es que pasar tanto rato con Laurita se le ha hecho menos pesado de lo que esperaría. Es más, la va mirando de reojo de vez en cuanto para asegurarse de que está bien, que le gusta y que quiere seguir ahí.
La verdad es que cuan más relajado está, menos le importa no tener un ratito para él. Y ahora está en el noveno cielo. No suele acabar completamente relajado hasta su último día del onsen, usando los primeros para desintoxicarse, pero entre tanto sexo, la compañía, y el haber tenido las instalaciones prácticamente para ellas solas... Ha llegado ya al estado mental en el que suele salir.
Se preocupa de que, de hecho, lo esté demasiado. Se lleva una mano a la mejilla, luego a la frente. No parece haber tenido un golpe de calor, pero acaba dándose cuenta de lo arrugados que tiene los dedos ya. Se gira a @not-sad-just-tired. Deberíamos... Ir pensando en salir.
#rp
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Otoño, para siempre.
II
"General... ¡General! ¿Por qué se retrasó tanto? El portal está por abrirse. Si usted no hubiera llegado a tiempo…”. No alcanzó a terminar la oración, cuyo final sabíamos hubiera tenido matices apocalípticos. "Soren se habría horrorizado de haber sabido lo que ha venido hacer aquí. ¿Por qué habría de darle el corazón de nuestro pueblo, la última esperanza por sobrevivir, a alguien que nos había traicionado?”, casi podía escuchar su pregunta incrédula en mi cabeza.
Alana no había cambiado nada, aún en esta encarnación conservaba toda su belleza; su inocencia y su candor seguían presentes en sus verdes ojos. Me había quedado más de lo que hubiese sido prudente, pero es que no podía despegarle los ojos. Ella, mi mal logrado amor, y quien había sido sacrificada por el bien de los nuestros, pero, al mismo tiempo, había sido tildada como la más infame de las traidoras en nuestros libros de historia —aunque eso sólo el consejo y yo lo sabíamos—. A petición suya, sus valientes acciones y sacrificio permanecían en el más absoluto de los secretos. Me corroía el alma oír a la gente hablar, con odio en sus voces, sobre ella, así como escupir al mencionar su nombre. Mi bella Alana, tan sabía, tan valiente y yo... la maté... al arrancarle el cristal de Khaladar del pecho para salvar a nuestro pueblo. Todavía recuerdo a la luz extinguirse de sus ojos.
Los cristales de Khaladar contienen la energía mágica de un individuo y están conectados a nuestro corazón. Arrancárselo a alguien era considerado el peor de los crímenes, pues resultaba en una muerte dolorosa e irremediable. El de Alana tenía un poder increíble, ya que, al ser la última del linaje de sacerdotisas de nuestro pueblo, la hacían poseedora de una energía extremadamente purificadora y vivificante, algo que no sabíamos al momento de conocernos.
La guerra con los Quirzon había agotado nuestros recursos. Estábamos condenados al exterminio o a la extinción; ambas muertes inevitables con la sola distinción en el tiempo que necesitaban para producirse. Eran estos portales mágicos nuestra única salvación, pues mediante ellos podíamos hallar mundos de los cuales recolectar energía para recargar nuestros cristales y seguir luchando. Cuando los Quirzon drenaron la energía del PortaCristal atestaron un golpe mortal a nuestro pueblo, mas, el sacrificio de Alana logró recargarlo. Sin embargo, su energía ha comenzado a menguar desde hace un par de años. Los ancianos y yo creemos que tiene que ver con la reencarnación de Alana, pero no tenemos información suficiente para comprenderlo. Por ello es que vine aquí, para averiguar la razón, pero jamás me imaginé que me iba a sentir tan fascinado al verla y al darle el último pedazo del cristal de Khaladar que había latido con su corazón.
Era hora de regresar a casa y darle mi reporte al consejo. La neblina pronto se disiparía y el portal quedaría al descubierto. Los portales eran cada vez más inestables y las sacerdotisas tenían problemas para controlarlos. Oré por que esto funcionará y que nuestra corazonada fuera acertada: que, de algún modo, el último pedazo de Khaladar sería capaz de reconocer a su dueña y cobraría vida de nuevo. Pasara lo que pasara, estaba seguro de que volvería a Alana pronto. La verdad, no quería separarme de ella ni un instante, pero el consejo me había llamado a casa y debía acudir a dar mi reporte, además de ayudar a estabilizar el PortaCristal —cosa que cada vez requería más energía—. “Nos vemos pronto, Alana, amor mío, espérame”, murmuré y atravesé el portal que me llevaría de vuelta a Kalhadar y a su cielo índigo de dos lunas.
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III
¿Seguía soñando o estaba despierta? Alana abrió los ojos para toparse con el anillo que, el hombre tan extraño que había conocido en el café, le había dado el día anterior. Parecía un anillo de plata común y corriente, engarzado con una piedra transparente que, probablemente, era zirconio o cuarzo. No podría ser un diamante, ya que era demasiado grande para serlo y dudaba mucho que hubieran extraños que fueran por ahí, regalando anillos de diamantes a diestra y siniestra como si fuesen chocolates. Lo tomó en sus manos y lo examinó con cuidado. No parecía nada fuera de lo común, excepto que estaba grabado con unos símbolos extraños en la parte interior de la banda. ¡Qué encuentro más bizarro! El día anterior, el extraño desapareció en la bruma y, pese a haberlo buscado por espacio de media hora, no había logrado dar con su paradero. Preguntó a los empleados del café si alguien lo conocía, pero era la primera vez que alguien lo veía. Alana esperó, por un buen rato, para ver si regresaba, pero no lo hizo. Había sido imposible seguir escribiendo por lo que regresó a su casa. Igualmente bizarro había sido el sueño que había tenido esa noche. Era una plétora de imágenes disyuntivas; sangre, caos, una luz refulgente, dolor y esos ojos de un inconfundible azul zafiro, mirándola llenos de lágrimas.
Viendo el reloj que ya vaticinaba la llegada tarde a su trabajo, Alana se levantó de un salto de la cama. Dejando atrás todas sus preguntas y preocupaciones en el ajetreo de la mañana. Llegó a su trabajo, en el despacho contable, con cinco minutos de retraso. Por suerte, su jefe todavía no llegaba. Se apresuró a encender la computadora y a revisar los correos que le habían entrado a su bandeja, procediendo a continuar con las partidas que había dejado por anotar en el sistema contable. El día transcurrió como era lo usual, sumamente ocupado. El modesto despacho contable en el que trabajaba le llevaba la contabilidad a varios negocios pequeños del pueblo por precios muy módicos, por lo que la oficina estaba atestada de trabajo.
La hora de salida llegó antes de que se diera cuenta y, con un gesto de despedida, les dijo hasta pronto a sus compañeros de trabajo y se dirigió al café de la montaña. En su bolsillo cargaba con la cajita que contenía el anillo que el atractivo extraño le había dado. Caminando por el sendero que llevaba al café, se llenaba de tranquilidad, mientras respiraba y, de vez en vez, se detenía para mirar hacia las nubes y meditar un poco. Estar en contacto con la naturaleza la energizaba. Podía escuchar esas melodías que producían las hojas al chocar con la fugacidad del viento que envolvía, de repente, a los árboles, así como sentir el nacimiento y crecimiento de la grama, mientras el olor a invierno le acariciaba la nariz con el aire que respiraba.
Ya estaba llegando al café cuando sintió algo. Era difícil para ella describirlo, pues, de pronto, se percibió envuelta en un escalofrío que, al mismo tiempo, le hacía vibrar la piel. Esa energía parecía proceder de la dirección en donde se podía ver un claro en la profundidad del bosque. Por lo general, Alana no era una persona curiosa y bien hubiera ignorado ese sentimiento, pero era demasiado fuerte para ignorarlo. Parecía como si fuese una ligadura de hierro y ella un magneto. Fue así que, jalada por la fuerza que emitía el claro, se adentró en el bosque, hasta donde la luz de la luna iluminaba. Había una formación rocosa en el centro, en cuyo reflejo la luz de la luna parecía un espejo. De repente, le pareció ver que brillaba con una luz verde. En ese preciso momento sintió que una mano le amordazada la boca y un aliento caliente le humedecía el oído.
“Por Kandar, ¿cómo demonios nos halló Quirlon aquí? Debió haber perdido energía el escudo. Alana, escúchame, no tengo tiempo de explicarte. Necesito que confíes en mí, por favor.”
El pánico la embargaba al ver que, sobre las rocas, se abría un hoyo resplandeciente de energía verduzca y por el que tres hombres, muy altos y delgados, salían de él. Sin embargo, algo la hacía sentir confiada también, y eso lo provocaba el hombre que, con mirada suplicante, la observaba.
“Debemos correr. Por favor, no grites. Voy a soltarte la boca. Asiente con la cabeza si entiendes lo que te estoy diciendo”.
Alcanzó a asentir con su cabeza y él, sin mediar otra palabra, la tomó de la mano y procedió a correr hacia lo más profundo del bosque. Así corrieron por varios minutos hasta quedarse sin aliento. Por fin, tomaron asiento bajo el abrigo de un gigantesco abeto.
“¿Quién es usted y quiénes son esos hombres?", Alana le preguntó al recuperar el aliento.
“Soy Valdar y ése era Quirion y su secuaces. Deben haber seguido el rastro de energía del portal hasta aquí. Lo siento, Alana. Lo último que quería era traerlos hasta ti.”
“¿Por qué me llama Alana? Mi nombre es Alina. Creo que me ha confundido con alguien más".
Procedió a sacar la cajita que contenía el anillo de su bolsillo y lo abrió para entregárselo cuando, repentinamente, se le cayó de las manos. Se arrodilló de inmediato a buscarlo, pero, su mala suerte era tanta, que se cortó la mano con el filo de una roca mientras lo buscaba entre la hojarasca; aun así, lo encontró y, al levantarlo, extendiendo su mano hacia el extraño que la miraba, se percató de la expresión de asombro que éste tenía en el rostro.
Un poquito de sangre había caído sobre la piedra, pero Alina no creía que su aversión a ella fuera tanta para ameritar la expresión en su rostro. El anillo seguía igual. El extraño despegó los ojos del anillo y la miró directamente a los ojos. Esos ojos parecían dos pozos azules profundos, en cuyos yacían innumerables secretos que la amenazaban con tragársela entera. De repente, el extraño se desabotonó la camisa. Yacía sobre su corazón una pequeña gema que resplandecía con una luz rojiza. Los ojos de Alina debieron haber delatado su asombro al ver cómo la gema cambiaba a un color violeta y después un profundo azul.
“¿ Qué miras?”, le preguntó el extraño.
“Es muy curioso cómo cambia de color”, Alina le respondió.
“En Kandar, de donde provengo, los cristales que tenemos en el pecho son incoloros para todos, excepto para aquel o aquella con quien hemos establecido un vínculo de alma. Esa persona puede ver los colores de nuestras emociones reflejados en ella. Así como tú ves los mios, yo veo los tuyos, Alana", le dijo, mientras la miraba con el peso de un siglo de dolor en su mirada.
"Ya le dije que mi nombre no es Alana es Alina".
“Tú eres mi Alana y esto lo confirma. No sólo que tú puedas ver los colores de mi cristal, sino que yo pueda ver los del tuyo”, sostuvo su mano en la suya y tomó el anillo entre sus dedos. “Refluye de un profundo gris casi negro, porque estás confundida y temes, pero también veo un destello azul. Tu alma recuerda la mía".
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E.V.E
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thelettersgames · 5 months
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En un pequeño pueblo, dos almas se encontraron y se enamoraron perdidamente. Sus miradas se cruzaban con pasión, sus manos se entrelazaban con deseo y sus corazones latían al unísono. Sin embargo, el destino tenía otros planes para ellos. Ella era hija de un poderoso rey, mientras que él era un humilde campesino. Sus familias nunca aprobarían su amor, y la sociedad en la que vivían les impediría estar juntos. A pesar de todo, decidieron luchar por su amor, pero cada obstáculo que enfrentaban los alejaba más y más. Finalmente, una tragedia inesperada los separó para siempre. Un accidente fatal se llevó la vida del joven amante, dejando a la joven destrozada y desolada. El dolor de su pérdida era insoportable, y su corazón se rompió en mil pedazos. Aunque el tiempo pasó, ella nunca pudo olvidar a su amado. Cada noche, miraba al cielo estrellado y suspiraba por lo que pudo haber sido. Nunca más volvió a sonreír, ni a sentir la misma pasión que una vez la consumió. El amor que compartieron fue intenso y puro, pero por desgracia, no estaba destinado a perdurar. Aunque sus corazones estaban destinados a estar juntos, el destino cruel les arrebató la oportunidad de vivir su amor plenamente. Desde aquel día, ella transita por la vida con el corazón destrozado. Y aunque intentó ser feliz con otras personas, tan solo quedó en eso, intentos fallidos. Y así, su historia se convirtió en lo trágico de un amor que nunca pudo ser.
Kary
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huellas-poeticas · 10 months
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El mar estaba lejos.
Pero en el aire húmedo de la mañana
se percibía un vago olor salado y rumoroso.
Fue entonces cuando el hombre despertó.
Guardó en su pecho las hermosas imágenes del sueño
y emprendió su camino.
Atrás fueron quedando
las ciudades, los pueblos, las aldeas
que el afán de los hombres levantara.
Atravesó también bosques umbrosos,
tierras resecas, valles pensativos.
Pasaron muchas horas. Y ya el sol último
arrojaba los restos de su incendio
a las cimas de los montes más altos.
Y el caminante se adentró en la noche
como un dios en su soledad.
Ahora la luna brilla en el centro del cielo
y su plena mirada contempla con amor
la juventud del hombre y su quimera.
El mar estaba aún lejos. Pero ya podía oírse
su canción misteriosa.
La madrugada
refrescaba las sienes fatigadas del hombre,
que siguió caminando y advirtió
una presencia humana en la lejana orilla.
Una hermosa muchacha lo veía acercarse:
eran grandes sus ojos;
su cabello, oscuro como el viento nocturno:
su cuerpo, silvestre y frágil.
Intensamente se miraron,
y el silencio les hizo comprenderse.
Abandonaron sus ropas en la arena
y juntos penetraron en las oscuras aguas.
Eloy Sánchez Rosillo
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frgmento · 1 year
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El día que te fuiste entendí que no te volvería a ver. Ibas teñida de rojo por el sol de la tarde, por el crepúsculo ensangrentado del cielo; Sonreías. Dejabas atrás un pueblo del que muchas veces me dijiste: “Lo quiero por ti; pero lo odio por todo lo demás”.
Juan Rulfo
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groriatrevi10xx · 1 year
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✨...Mundo Oscuro...✨
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rinconliterario · 22 days
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El orgullo proletario. Cristian Sarbu.
Estoy orgulloso de llamarme proletario.
Estoy orgulloso de vivir del trabajo de mis manos.
Estoy orgulloso de mantener mi frente en alto,
tal que la rebeldia de mis antepesados ante la esclavitud.
Estoy orgulloso de formar parte,
de lo que llaman muchedumbre,
de los honestos y de los descalzos.
Estoy orgulloso de tener esperanza,
codo a codo con los obreros de las fábricas,
en hermandad con el pueblo hacia tiempos mejores.
Estoy orgulloso
de llevar conmigo tesoros de luz.
Estoy orgulloso de no tener más que miradas desdeñosas
hacia los parásitos del pueblo,  los que se llaman boyardos,
que no hacen más que vivir
sobre la espalda de los trabajadores,.
Estoy orgulloso de sus dolores.
Los míos, los robots,
han alzado ciudades hacia el cielo,
han puesto trenes en movimiento por el continente
han construido barcos
Y estoy orgulloso de su nobleza creadora.
Estoy orgulloso de tener que llevar cada primavera
flores a las tumbas de los indómitos.
Estoy orgulloso de poner en mis poemas
aromas de eternidades y de estrellas.
Estoy orgulloso del destino que me espera
ante los obstáculos de la historia,
en el cambio de rumbo que se percibe
Estoy orgulloso de mi fuerza.
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eduardoskipper · 2 years
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leukiel · 1 year
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Te escribo desde este lado, cielo mío, desde este lado donde nadie puede verme, donde nadie sabe realmente quién soy o lo que soy; donde nadie imagina que nacen a cada segundo los botones de las gardenias, y donde las mismas adornan con su perfume a la estrella más brillante que cuida tu andar. Te escribo desde acá, vida mía, desde la memoria que se ha estado reprimiendo, desde la herida que ha dejado de sangrar, desde el sabor del beso, del último que logramos darnos en aquél pueblo mágico embriagado de hadas y de brujas, de hechiceros y de niños exhalando sonrisas por sus bocas adultas. Te escribo hoy, porque hoy la semilla de tu memoria ha brotado desde el almacén de mi inconsciente a la estancia de mi conciencia y, caigo en cuenta de que te amo, te amo mujer, te sigo amando y lo haré hasta que la última porción de mi aliento dibuje tu nombre. Jamás nunca la vida volverá a nombrarme bajo la suerte, jamás, pues la suerte se ha ido contigo... Con usted, la más insana y la más hermosa de todas.
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—Leukiel.
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kaos-literario · 3 months
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Cartas a ti
Decirte te amo me queda poco, no me sabe a nada, él te amo no me cabe en las palabras y no me alcanza para expresarte lo que mi corazón quiere decir a gritos. Él te amo es cosa mundana, es para aquellas personas que no pueden pasar la línea expresiva de un sentir tan maravilloso como querer unificarse a otra y experimentar la sensación tan placentera del sentir en uno solo.
Decirte te amo es limitarme a ser solo un humano, y no, no lo somos; ambos somos una unidad que fue ramificada en el amor que el universo fue desmembrando y hoy, nos toca de nuevo unificarnos. Yo no te amo como todos le dicen a su sentir, yo por vos tengo algo más que no puedo armar en palabras, son tantas cosas que quiero hacer y tantas cosas que quiero demostrar; que simplificar todo lo que me pasa en el interior a un “te amo”, es cobarde.
No puedo decirte te amo porque tú y yo; no somos como todos los humanos.
Lo nuestro nunca estuvo en algo juvenil, en un amor normal; lo nuestro nació de la formalidad, de dos estrellas chocando y provocando caos en el universo.
Yo tan Piscis y usted tan Leo.
Unidos por la literatura, ¿que habrá pensado dios cuando por fin logro juntarnos? ¿Qué tan celosa se puso la luna al saber que en las noches yo te robaba? ¿Y qué tal celoso se puso el sol, cuando descubrió que mis ojos por usted brillaban?
¿Cuántas situaciones le costó para que, por fin, colisionemos?
El universo nos unió porque tenemos un propósito juntos, tenemos algo que describir, algo que sentir, algo que vivir y ser unidos en esta misma realidad.
¿Cuántas flores hubo que pegar? ¿Cuántos libros se tuvieron que armar? ¿Cuántas clases tuvieron que pasar para que por fin nos miremos como realmente nos mirábamos en el interior? ¿Cuántos labios tuvimos que besar queriendo que fueran los nuestros? ¿Cuántos manos tocamos deseando que fueran las nuestras? ¿Cuántas han pasado? ¿Cuánto amor tuvimos que dejar de dar para por fin mirarnos?
No puedo decirle te amo a usted, a usted que es tan azul como el universo, usted que es tan supremo y es que; ¿cómo voy a decirle te amo a alguien como usted?
A usted que se merece mucho más que un te amo; porque esa palabra no puede abarcar lo que he estado esperando por meses, no puede decirle que salte de felicidad cuando me pidió ser su compañera, que fumaba muchísimo por tenerlo a mi lado, que siempre decía “uno más” para poder tenerlo un poco más de tiempo conmigo, esa palabra no puede abarcar que mi único propósito de llegar a la noche era poder llevarlo en la moto hasta su auto, no puede expresarle las ganas inmensa que tenia de abrazarlo, decirle te amo es limitar el amor que le tengo cuando es totalmente… (azul, brilloso).
Decirle te amo no alcanza para contarle todo lo que siento, ni siquiera las estrellas del cielo me alcanzan para darle una cantidad y es que no existe tal limitación.
Amarlo es mucho más que simplemente amarlo, está mucho más allá mi caballero y a veces quisiera que pudiera verlo, que pudiera poner su oído en mi pecho y escuchar los golpes que da mi corazón cuando lo tengo cerca. Decirle te amo no me alcanza, no me alcanza el tiempo, no me alcanzan el tacto, no me alcanza la voz y me he quedado sin el sueño ideando una palabra para poder decirle lo mucho que estimo su tiempo conmigo.
Y que, si el mundo se acaba, no me gustaría estar en otro lugar que no sean sus brazos, no me gustaría recibir otros besos que no fueran los suyos y no me gustaría sentir otro tacto que no fuera el suyo.
Usted es tan azul que puede iluminar todo un pueblo a oscuras con solo una sonrisa, el alma le brilla, a pesar de que se obscurece su alma a veces, siempre vuelve a ser azul y me mira, de todas las formas que me mire, usted siempre será mi caballero.
Usted siempre tendrá mi corazón en sus manos latiendo a la par de las rimas de Bécquer, de mis textos disfrazados de indiferencia, de mis sonrisas, de mis miradas cargadas de amor, de mis silencios, de las palabras que no me nacen, usted siempre tendrá lugar aquí en mi pecho… porque el universo así lo quiere, el universo así lo ha ordenado.
¿Cuántos cigarrillos nos tuvimos que fumar para llegar acá? ¿Cuántas historias tuvimos que escuchar? ¿Cuantos minutos tuvimos que contar? ¿Cuántos te extraños nos quedaron atorados por la cobardía? ¿Cuántos silencios nos supieron a comodidad?
Decirte te amo, no me queda, no me sabe a nada, decirte te amo es limitarnos a ser como los demás y nosotros somos seres iluminados que tenemos el privilegio de mirarnos en esta vida, en este momento y ahora.
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elbiotipo · 11 months
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“Nos los representantes de las Provincias Unidas en Sud América, reunidos en Congreso General, invocando al Eterno que preside al universo, en el nombre y por la autoridad de los pueblos que representamos, protestando al cielo, a las naciones y hombres todos del globo la justicia, que regla nuestros votos, declaramos solemnemente a la faz de la tierra que, es voluntad unánime e indudable de estas provincias romper los violentos vínculos que las ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojadas, e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli, y de todo dominio extranjero. Todas y cada una de ellas así lo publican, declaran y ratifican, comprometiéndose por nuestro medio al cumplimiento y sostén de esta su voluntad, bajo el seguro y garantía de sus vidas, haberes y fama. Comuníquese a quienes corresponda para su publicación, y en obsequio del respeto que se debe a la naciones, detállense en un manifiesto los gravísimos fundamentos impulsivos de esta solemne declaración."
Acta de Independencia de las Provincias Unidas en Sudamérica, 9 de Julio de 1816.
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