He releído nuestras últimas palabras más de una vez. Intente convencerme hasta ahora que te alejaste por miedo, por tus propios problemas, por un secreto que preferias guardar para no preocuparme, por un amor prohibido que no podía ser. Pero me convenzo más cada día que pasa acompañado de tu silencio espectral que no es nada de ello. Las palabras terminaron de confirmarmelo.
Simplemente te doy lo mismo, no te importo y creo que te sucede desde hace tiempo. Se que no te importe ni siquiera cuando volviste sin siquiera decirme un Hola. No había necesidad de Hola, cuando yo para vos nunca fui una persona, sino más bien algo más que circulaba por ahí, pendiente de tu respuesta.
Pero ya no más. Me rehuso a seguir esperándote, a partir de ahora, me propongo a olvidarte, de una vez y para siempre.
Si tienes una buena o mala vida, no lo se. Ya no me importa, pero ya no te quiero en la mia.
Solo quienes realmente aprecian la buena compañía, sacrificarían un rato de convivencia por momentos de soledad gratificante, se complacerían de ser su propia compañía y evitarían falsos lazos basados en hipocresía…
Ayer, mis ganas de verte se derramaban por toda mi conciencia... quedaron solo las esquinas por llenar, y al mirar sentí y me di cuenta que te hechaba de menos...