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#mazorca
rutasandinas · 5 months
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Mazorca tierna 🌽
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natygreen · 2 years
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🌽🌽🌽
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sactian · 2 months
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Mazorca
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alfreditoromano · 5 months
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#XILONEN Diosa del maiz, de la mazorca, de una misma raiz. #Otomí
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felixlunallena · 1 year
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pasajeroblanco · 1 year
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aldoesamor · 2 years
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#photographer @montse_haro #mazorca #elote #colorful #maiz #maizdecolores #photoshoot #enjoy #oaxaca https://www.instagram.com/p/Cgzn64ALsFb/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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welele · 1 year
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armatofu · 1 year
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mabs55 · 2 years
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rutasandinas · 10 months
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Ayaquera
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theancientwayoflife · 2 years
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~ Perra con Mazorca entre los Dientes. (Dog with cob in her teeth)
Culture: Tumbas de tiro
Style: Comala
Place of origin: Colima
Period: Late Preclassic-Early Classic
Date: 300 B.C.- A.D. 600
Medium: Modeled, incised and burnished clay.
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latinotiktok · 1 year
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Misha, haz una poll de cómo se llama el corn 🌽, si choclo, maíz, o como sea otra forma que le llamen en latam, quiero ver sangre
Bueno a la verga la diplomacia 😎
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vioredynamite · 8 days
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Hoy vi un chabon con la barba en U (parece que se llama "estilo franja"), parecía un unitario. Cuándo vuelven las barbas a lo Quiroga?
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(Este post no ha sido patrocinado por la Mazorca)
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Julian a Kieran
COMUNICADO PRIVADO: NO COMPARTIR O SUFRIRAS EL DOLOR DE LA MUERTE
De: Julian Blackthorn de Blackthorn Hall
Para: Kieran, Rey Unseelie
Bueno, hemos vuelto de la Corte Seelie. Buenas noticias: conseguimos la paleta. Malas noticias: no aprendimos mucho y levantamos muchas sospechas. Pero me alegra compartir contigo cómo fueron las cosas con la esperanza de que lo encuentres informativo. También espero que lo consideres suficiente a cambio del favor que ahora le debes a un puka. (Estoy bastante seguro de que ese favor consistirá en pedirte que le compres un sombrero).
Estábamos bastante nerviosos por ir, incluso con la invitación de Adaon: la última vez que estuvimos en La Tierra de las Hadas, las cosas no iban muy bien. Todo era humo gris y nieve y polillas y tierra muerta. Parece que todo eso quedó atrás; La Tierra vuelve a tener un aspecto saludable. Era otoño, y el suelo estaba cubierto de hojas caídas, todas rojas y doradas.
Aun así, seguimos las instrucciones de Adaon y entramos en la tierra de las hadas a través de un viejo túmulo en Primrose Hill. Acabamos en la entrada de un bosque con dos grandes puertas de madera que crecían de la tierra. Y Adaon estaba allí esperándonos, lo cual fue un detalle.
Pero no se le veía feliz. Se apresuró y nos explicó que le tuvo que decir a la Reina que íbamos a ir.
—No ocurren muchas cosas bajo su techo —dijo—, de lo cual ella no sepa. En parte, es como ha conseguido mantenerse en el poder durante todo este tiempo.
Se le veía tan afectado que Emma le dijo que todo estaba bien y que no estábamos haciendo nada que la Reina pudiera desaprobar, o incluso, llegar a importarle. Él solo negó con la cabeza.
—Uno nunca sabe lo que le importará a su Majestad.  O lo que desaprueba. Me ha pedido que os lleve a los dos a la sala del trono a vuestra llegada, y eso es lo que debo hacer.
Ahí empecé a sentirme un poco más nervioso. Le recordé a Adaon que había garantizado nuestra seguridad, con lo que dijo:
—Por las leyes de la hospitalidad, por no hablar de los Acuerdos, no puede haceros daño ni deteneros, si vuestro propósito es virtuoso.
Pero volvió a negar con la cabeza.
—Déjame adivinar—dije—. La Reina tiene el poder exclusivo de decidir si nuestro propósito es virtuoso o no.
Adaon sonrió finamente.
—Bastante.
Pero nos llevó a la sala del trono.
La sala del trono era tan otoñal como el claro. En realidad, más. Pero no se trataba del final de la temporada de cultivo o de estar triste porque el verano se había acabado. Era más bien una celebración de la cosecha. A lo que me refiero es que había cornucopias rebosantes de calabazas, manzanas, peras, mazorcas. Había fardos de heno, lo cual es un poco gracioso ya que nadie en esa sala del trono, te prometo, ha enfardado nunca heno. Había duendecillos con alas de mariposa, dando vueltas por el techo.
La Reina estaba, como es lógico, en su trono. Llevaba un vestido que, lo juro, estaba enteramente hecho de brillantes escarabajos verdes cosidos entre sí. Su pelo era como una explosión de llamas rojas y doradas alrededor de su cara. Ya no tiene un aspecto enfermizo ni demacrado, como la última vez que la vimos, y parecía desprender un poder que antes no tenía.
Había los habituales grupos de hadas repartidos por la sala —supongo que los cortesanos— que cotilleaban, se regocijaban y, a veces, simplemente se sentaban a hacer el vago. Así que todo parecía normal. Apenas nos prestaban atención, simplemente se inclinaban, se daban cuenta de que no éramos interesantes y volvían a holgazanear.
Esperaba que la Reina comenzara inmediatamente a insultarnos, pero en realidad fue bastante cordial. No fue cálida, pero tampoco antipática. Por supuesto, primero quería que la felicitaran por la decoración. Hizo un gesto con la mano hacia la sala del trono y abrió con:
—Habéis elegido una buena temporada para visitarnos.
—Está más animado que la última vez—dijo Emma
—Y aun así habéis escogido volver —dijo la Reina, como si le resultase placentero—, a pesar de la falta de… alegría en nuestro último encuentro.
—Ha pasado mucho tiempo desde que visitamos a nuestro amigo Adaon —dije—. Buscamos la felicidad de su compañía.
—Sayest thou such —dijo la Reina, lo que supuse que en lenguaje de hadas era algo tipo “Y una mierda”—. Cómo debéis saber, no esta fuera de mi conocimiento que tu hermano es el consorte del Rey Unseelie.
—Solo uno de ellos —recalcó Emma.
La Reina la ignoró.
—Seguro que os anticipasteis ante mis sospechas de espionaje.
—No estamos aquí por el Rey Unseelie —dije—, sino mas bien con respecto a nuestros intereses en la Corte Seelie. De hecho, nuestra familia está conectada con esta corte de varias manera. Cómo usted sabe.
La Reina me ignoró también.
—Vuestra mejor defense, a mi parecer, que sois una elección tan obvia para llevar a cabo un espionaje que seguro que Kieran Kingson —(creo que esto era más bien un insulto para ti, para mí o para ambos)—, sería inteligente y no os escogería como espías.
—Eso también —dijo Emma
—Entonces —dijo la Reina—. Contadme una historia. ¿Cuál es vuestro propósito en este lugar?
Sentí que no teníamos nada que perder con la verdad: no estábamos haciendo nada que debiera importarle a la Reina. Así que le conté toda la historia: hemos heredado una casa en Londres; la casa está maldita; queremos deshacer la maldición. Hice hincapié en que ni la casa ni la maldición estaban relacionadas con las hadas. (No saqué a relucir a Round Tom, porque pensé que distraería del punto principal).
Romper la maldición requiere (entre otras cosas) que nos hagamos con esta paleta; nos hemos enterado de que está o estaba en posesión de Socks MacPherson el puka; hemos venido a negociar con él por ella, y hemos organizado una invitación a través de Adaon porque no teníamos forma de contactar con MacPherson directamente.
—Todo lo que tenemos que hacer— dijo Emma—, es un trueque con MacPherson por la paleta. Podemos hacerlo aquí mismo, en la sala del trono, si se le puede hacer venir.
La Reina parecía muy interesada de repente.
—¿Están dispuestos a hacer los negocios aquí y no entrar nunca en la Corte propiamente dicha?
Le expliqué a la Reina que compartíamos firmemente su deseo de no tener que entrar en la Corte.
Parecía sorprendida, pero llamó a uno de los cortesanos y le murmuró.
—Se enviará a buscar al puka—dijo—. Príncipe Adaon, cuando los Nefilims hayan concluido su negociación con él, los escoltarás de vuelta al exterior y los despedirás.
Adaon asintió con una reverencia.
—Y ahora—dijo, sus ojos desviándose hacia un lado—, debéis disculparme, pero me requieren.
Nos apartamos para dejarla bajar del trono. Vi que había entrado un hombre al que no reconocí, pero estaba claro que se trataba de alguien importante, dado que vestía de forma diferente a los demás. En lugar de llevar un atuendo apropiado para la corte, llevaba una capa con capucha de color verde grisáceo y su rostro estaba oculto por una máscara que parecía una cabeza de halcón. Sus ropas eran más apropiadas para cazar en el bosque que para otra cosa, pero estaban perfectamente limpias. No sabía qué pensar de él, pero pensé que era mejor transmitirle su descripción. Dijiste que buscara algo nuevo o fuera de lugar, y no pude evitar sentir que él lo estaba.
Esperamos y charlamos con Adaon durante un par de minutos y entonces apareció Socks MacPherson. Ya habíamos conocido a un par de pukas —uno de ellos es el portero del Mercado de las Sombras de Los Ángeles, como recordarás— y había pensado que tal vez MacPherson resultaría ser uno de ellos, pero no, era un tipo totalmente diferente. Llevaba un enorme sombrero de piel redondo que le atravesaba las orejas. Era mucho sombrero.
Parecía sorprendido de que la Reina nos hubiera dejado solos, y dijo que lamentaba que nos hubiéramos molestado demasiado por su culpa. Le dije que probablemente había tenido la intención de intimidarnos, pero que se había visto obligada a marcharse inesperadamente. MacPherson se encogió de hombros y dijo:
—Ella cree que todo es un movimiento en una partida de ajedrez de cinco dimensiones al que juega. Pero a veces, se trata solo de alguien que quiere cambiarme algo por un utensilio de cocina. Hablando de eso, tengo la paleta.
Lo sacó de una especie maletín que había traído, e inmediatamente el sensor fantasma se disparó como un loco y él se alejó de un salto, escondiéndose detrás de uno de los grupos de cortesanos. Aunque todavía podíamos ver su sombrero. (Y sus orejas moviéndose por encima del sombrero.) Así que tuvimos que acercarnos y explicar que sólo era un aparato que detectaba los objetos malditos que buscábamos y que el ruido era bueno porque confirmaba que la paleta era la que queríamos. Los cortesanos nos espantaron; tenían que llegar a algún lujo importante que estábamos retrasando.
Socks murmuró que por supuesto que “ese miserable Spoon” le había dado una paleta maldita.
—No se por qué acepté el trato —dijo—. No puedo usarla. Soy vegetariano.
Finalmente preguntó qué le ofrecíamos a cambio, le dijimos que un favor de su parte y le explicamos lo calificados que estábamos para ofrecerle tal trato. Dijo que la oferta era aceptable y nos llevamos a casa la paleta.
Resumiendo: Socks MacPherson está protegido por la Corte Seelie pero no pestañeó al aceptar un favor de la Corte Unseelie. La Reina sigue siendo sospechosa, tanto al sospechar de nosotros como lo extraño de su comportamiento. La Corte Seelie está definitivamente ocultando algo, dado el alivio que la Reina sintió en el momento en que se dio cuenta de que no íbamos a salir de la sala del trono y entrar en la corte para echar un vistazo. Tengo la sensación, basada en nada, de que no es algo, sino alguien, lo que están ocultando; si fuera un objeto, seguramente podrían esconderlo en algún lugar donde no lo viéramos. Pero, es sólo una sensación.
Así que eso es todo. Mi más profunda gratitud a ti, como siempre, por toda tu ayuda. Estoy seguro de que esperabas más información, pero espero que os sirva de algo.
Nuestro cariño para Mark y Cristina, y para ti por supuesto. Y sobre todo, Gloria a Kraig.
Julian
Texto original de Cassandra Clare ©
Traducción del texto de Niloa Gray ©
ATENCIÓN: no se permite hacer Drives ni PDFs de “Los Secretos de Blackthorn Hall” por Copyright. Cualquier infringimiento va contra la ley.
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callmeanxietygirl · 11 months
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El Huitlacoche.
#ElDato : Para empezar a hablar sobre el "cuitlacoche" o "huitlacoche", hay que decir que ambas son formas correctas de referirse a este hongo, pero mientras que la primera hace referencia a un origen prehispánico la otra sólo hace referencia al hongo comestible. El origen etimológico prehispánico sólo se encuentra en la palabra cuitlacoche: proviene del náhuatl
A pesar de que hoy en día se ha investigado bastante sobre este hongo comestible, no se tienen documentos que hablen sobre el origen exacto de las primeras ingestas del huitlacoche
Es un hecho que el cuitlacoche lleva existiendo miles de años en los campos mexicanos, pero no es posible asegurar que esto fuera alimento de gobernantes, ni ofrenda de dioses en la época prehispánica, sino más bien una maldición, anormalidad en la cosecha y era una plaga poco deseada. Esta parece ser la idea más común, que en tiempos prehispánicos este hongo haya sido visto como una anormalidad del maíz, un producto indeseable y molesto, porque significaba la pérdida de la mazorca. Entre los mayas, al sur del país, por ejemplo, se pensaba que era una plaga provocada por la acción divina ligada a la lluvia
En la mayoría de los países, el huitlacoche se considera un parásito, y es el terror para los agricultores, en México es un ingrediente preciado, exótico y muy valorado. Además este hongo comestible se ha convertido en un sofisticado ingrediente entre los más reconocidos chefs y es un producto gourmet. Créditos a quien corresponda 👌😋
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