#san valentín 2022 | Explore Tumblr Posts and Blogs

belvedia02 · 3 months

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Flowers bloom in sunlight and I live close to you

Serie: Wednesday Tv 2022

Pareja: Wednesday Addams & Enid Sinclair

Fandom: Wenclair

Palabras 4431

Wednesday Addams decidió tener un año sabático, después de terminar la universidad y antes de encontrar un lugar de trabajo. Sus objetivos eran; dedicarse la mayor parte de sus días a escribir su novela, ya tenía planeado una nueva protagonista y nuevos misterios, practicar su arte de la taxidermia que tenía abandonado debido a sus estudios universitarios y finalmente también destinar tiempo para sus actividades deportivas favoritas, esgrima y tiro con arco, sin embargo, su madre Morticia Addams pondría fin abruptamente a sus planes.

— Querida hija — Morticia con su tono de voz cercano a un susurro, entró en la habitación de Wednesday en la mansión Addams, porque así lo decidió, era el mejor lugar para llevar a cabo sus actividades durante el año.

— ¿Sí madre? — Wednesday giró su silla para mirar a su madre que permaneció cerca de la puerta.

— Sé que aún quedan algunos meses para que termine tu año sabático — Hizo una pausa solo para agregar un tono de misterio a su frase — Pero debo pedir un favor que altere la rutina que llevas hace 8 meses. — Morticia observó el leve cambio en el rostro de su hija.

Wednesday sabía que rechazaría la petición de su madre, porque así lo expresó cuando volvió a su hogar después de la graduación — ¿Cuál es ese favor? — Wednesday cruzó sus brazos.

—¿Recuerdas la tienda de flores de la familia que está a cargo de una de tus primas? — Morticia prefería introducir de esta forma la petición hacia su hija en vez de decirle directamente.

—Vagamente, pero sí — Wednesday ya sabía hacia dónde iba dirigida la pregunta de su madre.

—Si lo recuerdas entonces ya debes imaginarte cuál es el favor — Morticia volvió a pausar su explicación y se miró las uñas, Wednesday al observar el gesto frunció el ceño porque le disgustaba la teatralidad de su madre. — Te encargas de la tienda por algunos meses hasta que se contrate a alguien.

—¿Por qué no contratar de inmediato a la persona idónea para atender la florería? — Wednesday no estaba dispuesta a ceder con tanta facilidad, además si era por un determinado tiempo estaría dispuesta a suspender sus planes.

—La razón es muy sencilla, por el día de San Valentín — Respondió rápidamente.

—Esa no es una excusa. — Frunció el ceño.

—Lo es, porque ya intentamos contratar a un administrador, pero todos los que nos aconsejaron ya están trabajando y no están disponibles hasta el mes de Abril. Además las finanzas de la tienda son un caos y tú eres la adecuada para revisar y ordenar el asunto del dinero, porque eres de la familia. — Morticia optó por utilizar la “carta” de la familia, porque sabe que su hija es altamente fiel en cuanto los problemas se relacionan con los Addams.

Wednesday suspiró fuertemente debido a que toda su contrarespuesta se vio invalidada por las razones que dio su madre, solo esperaba que cumpliera su palabra y volver al hogar en el cuarto mes del año. — Si solo serán un par de meses no tengo otra opción que aceptar.

—Sabía que estarías encantada de ayudarnos — Morticia se giró para salir de la habitación, pero antes solo le recordó la ubicación de la tienda de flores. — No olvides empacar vestimenta adecuada para el clima de San Francisco. — Sin esperar respuesta, Morticia cerró la puerta y caminó con dirección hacia el invernadero.

xXx

Enid Sinclair miraba a la persona que estaba hablando acerca de un problema que ella no podía resolver, porque no era una de las labores que debía cumplir en la tienda de víveres y le dijo de varias formas posibles que debía conversar y exponer su caso al encargado de la tienda. La persona le dejó de hablar porque otro cliente le preguntó dónde podía encontrar los vegetales y Enid amablemente le indicó el pasillo, porque responder ese tipo de pregunta sí estaba dentro de sus funciones.

Las siguientes horas de su turno transcurrieron con relativa normalidad. Cuando terminó de barrer uno de los pasillos más concurridos, se despidió del encargado y fue a buscar su pertenencias y doblar su delantal en su casillero.

Enid observó la hora en su reloj y como no quería volver a su casa todavía, fue a recorrer las tiendas cercanas y se detuvo en su favorita, la florería. Todavía se desanimaba al ver la vitrina desolada, justo antes de la temporada donde se exhiben las más hermosas y coloridas flores, para el evento comercial del día del amor. Siguió caminando y como costumbre se compró un helado hasta devolverse al estacionamiento de bicicletas. Acomodándose los auriculares, escogió su playlist favorita en su aplicación de música y pedaleó durante casi 45 minutos hasta llegar a su hogar. Enid intenta estar en su casa el menor tiempo posible, porque está cansada de las críticas de su madre es por eso que consiguió un empleo de medio tiempo mientras estudia su último año en la universidad.

xXx

Wednesday revisa por tercera vez la dirección del departamento que arrendó a través de una aplicación la semana anterior, el día después de que su madre le informó que tendría que viajar hasta la costa oeste del país. Envió la dirección a la petición de traslado en otra aplicación, confirmando los minutos estimados para que el automóvil fuera a recogerla al aeropuerto, guardó su teléfono en su bolsillo derecho, esta vez sin escuchar música.

El viaje entre el aeropuerto y el departamento fue relativamente corto y Wednesday solo miraba el paisaje de la ciudad donde viviría aproximadamente 2 meses, según la estimación que hizo junto a su padre mientras se preparaba para administrar la florería.

Le pagó al conductor y bajó junto a sus dos maletas y entró en el edificio para caminar hasta la conserjería para que le entregaran las llaves. Sin tener ningún tipo de inconveniente para ingresar al departamento, antes de ordenar su equipaje, fue directamente al baño para ducharse, eso siempre la relajaba después de un largo viaje.

Se vistió cómodamente con unos pantalones deportivos y una camiseta dos tallas más grande, se sentó en la cama y buscó locales de comida que estuvieran cerca, no quería salir a comprar los víveres y cocinar la cena. Encontró un local de comida china. Ahora solo tendría que esperar media hora, minutos que invirtió para ver videos de personas haciendo desafíos difíciles, que siempre terminan lastimándose y que increíblemente tienen un montón de visitas.

Su teléfono recibió el mensaje del repartidor que estaba en el primer piso, así que se colocó unos tenis y bajó a recibir su pedido de comida.

xXx

Enid tuvo una mañana difícil y estresante, debido a los exámenes que fueron más complicados de lo que pensó, así que cuando entró a trabajar lo hizo con un molesto dolor de cabeza, solo esperaba que sus horas fueran tranquilas e interactuar con el mínimo número de personas. Para su buena suerte así fue, lo único que persistía fue el leve dolor de cabeza que no fue impedimento para hacer su acostumbrada caminata por la avenida, lo que si omitiría era la compra de su helado.

Enid caminó más lento de lo acostumbrado y apreció mejor las vitrinas de los otros locales y casi se desvía para omitir la florería y se alegró en mantener su rutina porque después de un tiempo, vio que alguien estaba arreglando aquel espacio vacío, eso le trajo alegría y se apresuró en el ritmo de su caminar. Deteniéndose justo en el frente pudo ver que una mujer le daba órdenes a alguien, según los gestos que hacía con sus brazos porque le era imposible verle la cara, mientras la otra persona demostraba cierto “temor” en su rostro.

Enid volvió a mirar la vitrina que estaba decorada mayormente por rosas rojas, solo faltaban 5 días para San Valentín, le emocionaba el ambiente de ese día y la decoración de todos los locales aunque nunca haya celebrado uno. Se quedó por algunos minutos más observando hasta que pudo ver el rostro de la mujer y Enid se quedó maravillada por sus ojos. Cuando se dio cuenta que estaba siendo grosera al mirar a una desconocida de esa forma, porque observó cómo frunció el ceño, Enid giró su cabeza lo más rápido que pudo y casi corrió los siguientes metros hasta que sintió como se desvanecía su sentimiento de vergüenza.

Wednesday solo vio a la mujer por unos instantes y solo se fijó en el color de su cabello, luego volvió a dar las órdenes al empleado de la distribuidora de las flores, porque ella no estaba dispuesta a ordenar todo el espacio de la vitrina. Tendré que contratar a alguien para estos días. Pensó mientras revisaba que todos los ramos estuvieran en el lugar correctamente según el esquema que dibujó esa mañana.

El siguiente día, Enid no tenía turno para trabajar, sin embargo, en vez de irse a su casa después que terminó su última clase, fue directamente hasta la florería, porque no dejó de pensar en aquella mujer, así que pensó en diferentes maneras de averiguar su nombre o al menos establecer un mínimo de conversación. Su plan era bastante fácil, lo único que debía hacer era comprar diariamente un ramo de flores. Tuvo que recurrir a sus ahorros, porque sabía que los ramos de esa florería eran más caros que el promedio.

Enid tuvo que ensayar mentalmente su monólogo para dar una buena primera impresión, porque se negó a la breve interacción del día anterior porque no quería parecer una acosadora ¿O quizás sí lo soy? Sacudió su cabeza para alejar ese pensamiento e inspiró fuertemente cómo una forma de darse valor.

Empujó la puerta y el sonido de una campanilla anunció su entrada. Segundos más tarde Enid vio a la mujer que captó su atención desde el primer minuto.

— Bienvenida al Bouquet Encantado — Wednesday le dio la bienvenida según las indicaciones de su madre el día de ayer cuando la llamó para informarle que podría reabrir la florería un día antes de lo planificado.

—Gracias — Respondió brevemente Enid porque todas las palabras que tenía preparada se esfumaron cuando tuvo a la mujer a unos cuantos centímetros delante de ella. Wednesday esperó que la joven hiciera su solicitud así que esperó prudentemente unos segundos, hasta que finalmente recordó que debía ser ella quien llevara la conversación si el cliente no sabía qué tipo de flores era más convenientes según la ocasión, pero Wednesday creyó que ni siquiera se trataba de eso, solo que su clienta de esa tarde estaba pensando en otras cosas, menos en flores.

Tosiendo levemente para captar la atención de la joven — ¿En qué puedo ayudarte? — Wednesday tenía sus manos cerca de sus caderas, evitando cruzarlas.

—Ehm… yo quiero comprar un ramo de flores — Enid pudo verbalizar la primera línea de su simple guión. Sabía que podría haber dicho esa frase de otras formas, pero estaba nerviosa al comprobar que la mujer es bastante hermosa.

Wednesday se abstuvo de responder, porque sabía que sería con sarcasmo, así que solo le preguntó lo básico — ¿Qué tipo de flor estás buscando?

Enid también investigó los distintos tipos de flores que tienen comúnmente las florerías — Girasoles. — Dijo Enid mientras metía sus manos en los bolsillos de su pantalón en un intento de cubrir su nerviosismo.

Wednesday no respondió, solo fue hasta el lugar hasta donde estaban los girasoles —¿Cuántos quieres? — Wednesday giró su cabeza hacia donde estaba la joven que no se movió de su lugar.

—Tres. — Enid volvió a responder con simpleza.

Wednesday escogió los girasoles y fue hasta la mesa para preparar el ramo según lo que vio en varios videos en internet y la práctica de ayer y hoy en la mañana. Reconoció que eran movimientos simples y repetitivos. Atando los tallos con un listón , Wednesday quedó satisfecha con su décimo ramo hecho.

Enid se acercó hasta la mesa y pudo observar que el rostro de la mujer estaba adornado por pecas, quiso tomarle una foto, pero se reprendió mentalmente, porque se dijo una vez más que ella no era una acosadora.

—Ten. — Wednesday le extendió una tarjeta y un bolígrafo para que le dedicara el ramo a alguien. Enid que no pensó en ese detalle, escribió el primer nombre que se le vino a la cabeza, Yoko. Enid le devolvió la tarjeta y la mujer lo acomodó en medio de los tallos.

Wednesday le dijo el valor y Enid pagó por un ramo que no le entregaría a su amiga.

—Gracias, ¡quedó hermoso! — Enid sonrió y la mujer encontró encantadora esa expresión tan alegre.

Se despidieron cortésmente, Enid quiso agregar un hasta mañana. Wednesday se quedó observando a la joven hasta que desapareció de su vista, echó un vistazo al reloj que está en la pared de la izquierda cerca de la entrada, todavía le quedaban dos horas para el cierre. Ese tiempo lo invertiría en buscar a un ayudante por esa semana. Se sentó frente al computador y tecleó lo que necesitaba en la barra de búsqueda en su navegador favorito.

El segundo día de la florería, el aumento en el número de hombres se vio incrementado, la mayoría de ellos, solo preguntaban por el precio y la variedad de flores para regalar en 3 días más, Wednesday contestó cortesmente a cada uno y siempre se despedía con la frase que esperaría su visita.

Su día fue casi idéntico al anterior, solo esperaba que los postulantes para el puesto fueran a una pequeña entrevista, solo seleccionó a 3 de ellos e irían a la hora de cierre.

Enid miraba desesperadamente la hora en su reloj, su clase se estaba retrasando porque algunos compañeros seguían discutiendo acerca del tema principal de su clase, miraba con desesperación a su alrededor, en algún momento le dio por gritar que ya estaba todo dicho, pero alguien no estaba seguro de la respuesta y daba su opinión. Enid sabía que podía salir, pero la asistencia a esa clase estaba en el límite del mínimo, así que debía esperar. Calculó mentalmente cuánto tardaría en llegar a la florería y recordando la hora de cierre, solo tendría 15 minutos para ver a la vendedora. ¿Debería preguntarle el nombre? Enid intentó averiguar en la página web de la florería, en la sección acerca de nosotros solo mencionaba a la familia Addams.

Su clase terminó y Enid salió casi corriendo y se apresuró a llegar a la entrada de su universidad y posteriormente al paradero de autobuses. Esos días no iba en bicicleta porque no quería arruinar los ramos.

Los minutos que estuvo en el transporte público y caminando hasta la florería, una vez más practicó su monólogo, esta vez se sentía más segura que el día anterior, porque quería averiguar el nombre de la mujer. Inspirando fuertemente y sonriendo antes de entrar, Enid empujó la puerta y de inmediato se escuchó el tintineo de la campanilla.

—Bienvenida — Wednesday ya entrevistó a dos de sus posibles candidatos, el tercero tenía un leve retraso, ese detalle ya lo estaba descalificando para el puesto.

—Hola — Enid se acercó hasta la mesa donde se preparaban los ramos, hoy sabía muy bien lo que pediría.

—¿Qué ramo comprarás hoy? — Wednesday recordaba perfectamente a la joven, ahora podía ver que tenía un par de cicatrices en su rostro, eso le pareció sumamente atractivo y tuvo un deseo repentino de tocarlas o preguntar la historia o pelea que causó que su rostro estuviera adornado por esas 3 marcas.

Enid sintió que la mirada estaba en la zona de sus cicatrices, casi intenta cubrirlas, pero ya estaba tan acostumbrada a la mirada de la gente que ya le había restado importancia, esta vez fue diferente, porque se sintió avergonzada y pensó que quizás las encontraba feas.

—Tulipanes rosados, media docena, por favor — Wednesday escogió los 6 tulipanes y recordó lo que sabía y leyó acerca del lenguaje de las flores. Seguramente y por los girasoles de ayer, le gusta Yoko. Wednesday vio el nombre en la tarjeta.

— Dime, ¿te gustan las flores? — Enid tenía otra pregunta para “romper el hielo” y dijo la más obvia.

Wednesday alzó su ceja derecha y respondió la pregunta ocultando su sorpresa — Solo un tipo de flor, la Dalia Negra — Wednesday volvió a mirar el ramo, solo faltaba la tarjeta. Enid agradeció esa valiosa información.

— Ten. — Nuevamente le entregó la tarjeta y la lapicera negra. Enid escribió el nombre y se la entregó a Wednesday que vio un nombre distinto al día anterior. Sin decir nada al respecto, le dijo el precio del ramo y se lo entregó. Enid sonrió cuando lo recibió y se despidió con una sonrisa. Wednesday la vio salir y movió la cabeza para ambos lados, ella no estaba para juzgar a sus clientes. Ahora solo faltaba elegir a las dos personas, porque la tercera no apareció.

Enid para su tercer día yendo a comprar flores, lo tendría que hacer después de terminar su turno en la tienda, al menos hoy tendría más tiempo para conversar con la mujer que la tenía cautivada, sin embargo, Enid se sorprendió con la cantidad de gente que salía de la florería este martes 13.

Deteniendo el cierre de la puerta, mientras salía un hombre de mediana edad con un gran ramo de rosas rojas, Enid se detuvo cerca de la entrada y vio que Wednesday estaba acompañada de otra joven. Debe ser una vendedora. Enid no tenía ningún derecho a sentir celos, además se veía según el lenguaje corporal de la mujer de cabello oscuro y trenzado estaba conversando acerca de la gran cantidad de pedidos que estaban preparando casi simultáneamente. Enid casi se dio la vuelta para salir de la florería, hasta que sintió la mirada de Wednesday y le hizo un gesto con su mano derecha para que se acercara.

—Hola — Wednesday la saludó casualmente.

—Hola, veo que aumentó la cantidad de clientes — Enid miró una vez más a su alrededor. Y sospechó que mañana será el doble.

—Wednesday… — La voz de la joven interrumpió su conversación.

— Espera, ya regreso — Enid asintió con la cabeza. Si escuchó bien, ahora sabía el nombre de la mujer dueña de sus pensamientos desde hace días.

— ¿Qué ramo tienes en mente para regalar? — Wednesday estaba más conversadora, quizás por el hecho de atender a más clientes o solo era la necesidad de averiguar más acerca de la joven.

— Lirios rosados, una docena, por favor. — A Enid no le importaba que el ramo fuera más costoso que los anteriores, porque a través de ellos le estaba mandando un mensaje a la mujer, porque suponía que también conocía el lenguaje de las flores.

— Bien, ya regreso — Wednesday desapareció unos minutos detrás de una puerta, Enid estaba segura que fue a la bodega. Al cabo de unos minutos volvió con las flores que pidió.

— Esta vez será más rápido, tengo más práctica y creo que el número no disminuirá hasta la hora de cierre. — Enid no la interrumpió mientras ordenaba los lirios encima del papel y los ató con una cinta blanca.

— Ten. — Por tercera vez Wednesday le entregó la tarjeta y la lapicera. Enid escribió el nombre y se lo entregó. Wednesday vio nuevamente un nombre distinto.

—Gracias… ehmmm — Enid titubeó necesitaba preguntarle el nombre — ¿Cómo te llamas?— Le preguntó mientras se acomodaba el ramo en su brazo derecho, después de pagar.

— Wednesday Addams — Estaba por preguntarle el nombre a la joven, pero la interrumpió un cliente. Esta vez la despedida fue abrupta, pero al menos Enid consiguió su nombre.

Enid salió con una brillante sonrisa, ahora podía buscarla por las redes sociales. Con ese optimismo se fue a su hogar y esperó impacientemente por el siguiente día.

El día de San Valentín, Enid no asistió a clases y cambió su turno para el sábado, hoy no necesitaba otras distracciones, porque sería audaz y se escudaría detrás de ese día de celebración para el amor para llevar a cabo la última fase de su plan. Gastó parte de la mañana en escoger su vestimenta, no quería dar ese aspecto de universitaria, como los días anteriores, pero tampoco quería cambiar radicalmente su estilo. Cuando se observó por tercera vez en el espejo se sintió a gusto con su elección, sus pantalones azules, su sweater en tonos rosados, sus tenis rosados y su chaqueta azul. Vio la hora, aún quedaban 4 horas para el cierre de la tienda, ella esperaba estar media hora antes de dicha hora. Se colocó los audífonos y escogió la playlist más romántica que creó el día anterior, porque hoy era el día del todo o nada.

Wednesday pasó la mayor parte de su día confeccionando ramos con rosas rojas, tuvo que ir varias veces a la bodega para reponer los recipientes que estaban vacíos. A medida que se acercaba la hora de cerrar fue quedando vacía la florería y sintió el cansancio. La joven que trabajaba con ella, le pidió permiso para retirarse una hora antes, Wednesday le dio la autorización con el compromiso de recuperarla al siguiente día.

Wednesday estaba extrañando a su clienta habitual, la casanova, porque los tres ramos que compró llevaban distintos nombres, seguramente las 3 mujeres estaban siendo engañadas por la mujer de aspecto inocente, ahora solo quería averiguar cómo había pasado ese día; con las 3 o solo escogió a una, su respuesta la tendría en breve cuando la vio entrando con una radiante sonrisa.

—Hola Wednesday — Enid se acercó hasta Wednesday sin dejar de sonreír.

—Hola… — Wednesday se dio cuenta que no sabía el nombre de la joven.

—Enid Sinclair — Enid le dijo su nombre antes que le preguntara.

— Hola Enid, ¿cuál será la flor elegida para hoy? teniendo en cuenta que no es un día cualquiera. — Wednesday esperaba solo preparar un ramo, ya no tenía energías para más, cuando pareciera ser que Enid sería su última clienta.

—12 rosas rojas — Enid se sonrojó levemente. Wednesday curvó ligeramente sus labios, era la flor más pedida hoy. Desapareció unos minutos y fue a buscar las últimas que le quedaban.

—Tienes suerte que aún tenga rosas — Wednesday dejó delicadamente las rosas en la mesa y fue cortando los tallos para que tuvieran diferentes alturas, este sería su mejor ramo. Sin intercambiar palabras, Enid esperó hasta que fuera el momento en que Wednesday le diera la tarjeta y lapicera, sus latidos del corazón aumentaron.

—Ten. — Por una cuarta vez repitieron la acción y Enid en esta ocasión escribiría el nombre en toda la tarjeta. Se la entregó y Enid esperó a que la leyera, porque estaba segura que Wednesday había visto los nombres.

—¿Para mí? — preguntó con incredulidad, seguramente alguien más llevaba su mismo nombre, quizás su madre no era la única fan de ese poema.

—Sí, es para ti — Enid agarró el ramo de rosas, caminó cerca de Wednesday y se lo ofreció, Wednesday solo cruzó sus brazos aun con la tarjeta en la mano.

—No sé qué tipos de juegos estoy envuelta, pero no me gustan este tipo de bromas — Wednesday le dijo seriamente.

Enid abrió sus ojos llenos de sorpresa y su nerviosismo se hizo evidente cuando se quedó sin palabras.

— Deberías escoger a algunas de las mujeres a quien le regalaste los ramos o al menos ser más sincera y no engañarlas — Wednesday se estaba girando para guardar el dinero y darle el cambio, deseaba que Enid se fuera lo antes posible.

—¿Qué? no, malentendiste todo… yo… Wednesday déjame explicarte — Enid nunca pensó que Wednesday leyera las tarjetas, y escribir su nombre en la última, podía entender su enojo.

— No tienes, solo eres una clienta y yo te vendo las flores, lo que hagas con tu vida no me incumbe.

— Claro que te debo una explicación, pero es mejor que te lo muestre. — Enid sacó el teléfono de su bolso y le mostró dos fotos. En una estaba Yoko y Divina, abrazadas y Yoko le daba un beso en la sien a su novia y en la otra Bianca con su nuevo novio agarrados de la mano.— Yoko es mi mejor amiga y Divina es su novia desde su tiempo de estudiantes de preparatoria y esta es Bianca quien está estudiando en el extranjero. — Wednesday no estaba del todo convencida.

—¿Por qué compraste los ramos para esas mujeres que tienen parejas? — Wednesday seguía molesta.

—Eran una excusa para entrar en la florería, yo las tengo en mi habitación en floreros que compre especialmente para los ramos. — Enid se sonrojó profundamente por vergüenza, fue una declaración patética.

— ¿Por qué querías entrar en mi florería? — Wednesday estaba llegando a una conclusión, pero quería la confirmación de Enid.

—Porque… — Enid cerró sus ojos por un segundo e inspiró con fuerzas — Porque me gustas desde el primer día que te vi y no sabía cómo conversar contigo así que pensé en este simple plan… — Enid no pudo agregar más, porque sentía que lloraría en cualquier momento.

Wednesday se quedó en silencio unos segundos, hasta que vio a Enid dejar el ramo en la mesa y actuando impulsivamente le agarró la muñeca derecha.

— Espera... —Enid con su mano izquierda se limpiaba las lágrimas que estaba cayendo sin control. — Pensé que eras una casanova y hoy vendrías a comprar 1 o 3 ramos, pero cuando vi que eran para mí, me sorprendí yo… — Wednesday se dejó llevar por primera vez en su vida por sus sentimientos. Acarició la mejilla izquierda especialmente las cicatrices. Enid miraba los ojos marrones y vio como se acercaba Wednesday así que instintivamente cerró sus ojos y su mano izquierda que fue liberada la apoyó en la cintura de Wednesday.

El beso fue un simple contacto de sus labios, pero Enid no se conformaría con eso, porque como se dijo, tendría que darlo todo, así que acomodando ambas manos en la cintura, profundizó el gesto y fue un completo beso francés.

Unos minutos después se miraron y Wednesday fue la primera en hablar.

— No sé muy bien como van este tipo de relaciones o solo querías besarme así que…

— Espera no digas nada, de verdad no es un juego.. — Enid se alejó y agarró una vez más el ramo de rosas — Sé que sabes muy bien qué significan, me gustaría conocerte y entablar una relación contigo.

Wednesday no respondió, solo volvió a besar a Enid, después le confesaría que le gustaba desde el primer día que le compró ese ramo de girasoles.

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@choicespride

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