Poema: Me llamo metanfetamina.
Destruyo hogares y fragmento familias enteras. Te quito a tus hijos, y ese será sólo el principio. Soy más brillante que un diamante, más preciado que el oro dorado. El sufrimiento que provoco es peor que la pesadilla de un loco.
Si me necesitas, soy fácil de encontrar. En cualquier ciudad, a cualquiera hora, le doy maldad a cualquiera que implora.
Vivo con los ricos. Vivo con los pobres. Vivo con tu ser más amado, tal vez en la habitación de a lado.
Soy hecho en un laboratorio, pero no el que te imaginas. Puedo ser hecho en cualquier casa, detrás de las cortinas.
En la cajuela de un coche, incluso afuera en la noche. Puedo destruir una nación, sólo usa tu imaginación.
Tengo mil nombres. Estoy segura de que has oído hablar de mí. Me llamo metanfetamina de cristal.
Mi poder es increíble, prueba y te sentirás invencible.
Prueba una vez, y tal vez te deje ir. Prueba dos veces, y da por hecho que tu alma ya me pertenece.
Una vez que te posea, vas a robar, mentir, manipular, incluso matar. Harás lo que sea necesario, sólo por una dosis más.
Los crímenes que cometerás por mí sueño narcótico no harán reír ni al más cínico cómico.
Le mentirás en la cara a tu madre, le vas a robar a tu padre. ¿Lo peor? Cuando veas sus lágrimas, ni siquiera estarás triste.
Olvidarás tus valores y cómo te criaron. Pensaré por tí, te enseñaré cómo moverte. Sigiloso en la noche, oculto de las criaturas que tu patética mente psicótica ha creado. Buscando cámaras en las paredes mientras susurras cosas sin sentido.
Le quitó sus hijos a los padres, y le quito los padres a los hijos.
Te lo voy a quitar todo. Tu amor propio, tu orgullo y tus logros. Todo por lo que has trabajado, y todo por lo que trabajarás.
Lo vas a perder todo. Tu salud, tu dinero, tu control, tu mente, tu cuerpo, tu familia. Quedarás aislado y solo.
Te voy a quitar todo hasta que ya no te quede nada por dar. Cuando finalmente termine contigo, agradece si sigues con vida.
Si me pruebas, estás advertido. Da por seguro que te voy a quitar la cordura.
Las pesadillas que te daré asustarán hasta al más frío asesino. Las voces y las sombras en la oscuridad.
Los delirios y la paranoia.
Las taquicardias, el sudor, los temblores, los ataques de pánico, las visitas a urgencias, sangrado nasal, riñones destrozados.
Todos esos son mis regalos.
Vas a tratar de dejarme. Pero a esas alturas, sabrás en lo más profundo de tu bastarda alma que ya me perteneces. Jamás volveremos a estar separados.
Te vas a arrepentir de probarme, todos los hacen. Pero no me culpes a mí. Yo no te busqué, fuiste tú a mí.
No debiste probarme. ¿Cuántas veces te advirtieron? Pero subestimaste al mismo diablo.
Sólo tenías que decir no, y seguir con tu vida. Si pudieras volver a ese día, ¿Qué responderías?
Yo seré tu amo, y tú serás mi mascota. Si quieres hasta iré a tu funeral.
Puedes probarme por diversión, pero no soy un juego.
Te voy a hacer sentir tanta miseria y dolor que las palabras jamás podrán explicar.
Vamos, toma mi mano. Déjame guiarte al infierno.
6 notes
·
View notes
["El alfiler de gancho se utiliza para sujetar cosas que no tienen ningún dispositivo especial de unión o para reparar cosas de forma provisional. Es fuerte, seguro y duradero."]
A medida que fui creciendo tuve que encontrar y formar "herramientas alfiler de gancho", aquellas que iban a cerrar mis heridas (al menos de forma provisional hasta que pudiera sanarlas). Al principio no encontré buenas herramientas, pero aunque me lastimaban cumplían una función en mi supervivencia. Mis primeras herramientas fueron:
-reprimir recuerdos para sobrellevar el día a día,
-usar drogas para escapar de la realidad y sentirme feliz,
-aceptar amores a medias para tener aunque sea algo de amor,
-elegir entornos violentos para seguir moviendome en lo conocido,
-tomar pastillas para dormir y soportar el dolor,
-comer en grandes cantidades para sentirme menos vacía.
Es fácil perder la noción del tiempo cuando vivís en caos constante, por eso soy de esas personas que se sorprenden al ver que pasaron tantos años desde x suceso. Crecí "a los ponchazos", avancé en la vida cayendo, rodando y golpeándome.
Me parece mentira cuando veo atrás y veo, por ejemplo, que consumí drogas duras por 7 años, y que es el mismo tiempo que llevo sobria. Crecí lastimándome, buscando que me lastimen, dejando que me lastimen; una y otra vez.
En los últimos años pude elegir cambiar mis "herramientas alfiler de gancho". Ahora:
-Ya no reprimo mis recuerdos de ese pasado aterrador, los busco para analizarlos y aprender de ellos.
-Ya no uso drogas para escapar de mis sentimientos, los pinto o los escribo; sin miedo de afrontarlos.
Estoy aprendiendo a elegir con consciencia de quiénes me rodeo y a no exponerme a ese tipo de dolores que quitan el sueño. Estoy priorizando mi salud física y mental por sobre mis impulsos.
Me estoy enseñando que puedo aspirar a vivir, en lugar de solo sobrevivir.
12 notes
·
View notes