Ser gay nunca fue una opción para mí, no fue algo que escogí, ni que se me contagió de alguien más, es algo que nació conmigo y que aprendí a aceptar y amar. Hoy celebro el orgullo de ser quien soy, no solo por serlo, sino por ese largo y hermoso proceso de reconocerme, reconocer mi valor, reconocer mi cuerpo, sus necesidades y cualidades, reconocer mis colores, reconocer mis virtudes y mis defectos, para amarme como soy, sin miedos ni restricciones. Hoy celebro el amor en todas sus formas, principalmente el amor propio, celebro la diversidad humana, celebro la diversidad de expresiones de género y sexo, celebro la vida y celebro el derecho a vivirla como deseamos. Hoy nos hacemos visibles para mostrarle al mundo que siempre hemos existido, que antes nos daba miedo mostrarnos, pero hoy hemos decidido ser valientes y vivir abiertamente para poder ser felices, porque la felicidad, la vida y la libertad son derechos que hemos decidido recuperar.